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COOPERACIÓN JURÍDICA INTERNACIONAL EN MATERIA DE MENORES
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COOPERACIÓN JURÍDICA INTERNACIONAL EN MATERIA DE
MENORES
Mirian RODRÍGUEZ REYES
Abogada, UCAB Magister Scientiarum en DIPr. y Comparado, UCV
Doctora en Ciencias, Mención Derecho, UCV Profesora de postgrado (UCV) y de pregrado (UNIMET)
Claudia LUGO HOLMQUIST
Abogada, UCV Tesista de la Maestría de DIPr. y Comparado, UCV
Profesora de pregrado UCV y UNIMET
Publicado En: Derecho Familiar Internacional. Metodología para su estudio. Homenaje a Haydée
Barrios. Colombia, junio 2014
En homenaje a la profesora Haydée, con profundo afecto y admiración
SUMARIO: I. NOTAS PREVIAS. II. LA COOPERACIÓN JURÍDICA INTERNACIONAL EN MATERIA DE MENORES COMO HERRAMIENTA DE JUSTICIA. III. LA FUNCIÓN TUTELAR Y GARANTE DEL ESTADO VISTA A TRAVÉS DE SUS MECANISMOS DE ACCIÓN. 1. Herramientas normativas. 2. Herramientas institucionales. 2.1. Órganos administrativos: la Autoridad Central. 2.2. Órganos jurisdiccionales: los jueces. 3. Herramientas tecnológicas. IV. EL TRATAMIENTO DE LAS FUENTES DE LA COOPERACIÓN JURÍDICA INTERNACIONAL EN MATERIA DE MENORES. V. EL TRATAMIENTO JURISPRUDENCIAL DE LA COOPERACIÓN JURÍDICA INTERNACIONAL EN MATERIA DE MENORES. 1. Cooperación de primer grado. 2. Cooperación de segundo grado. 3. Cooperación de tercer grado. 4. Procesos de restitución internacional. I. NOTAS PREVIAS1
La dimensión internacional del Derecho de familia, en particular, el estadio que
involucra a los menores de edad, es uno de los aspectos que mayor atención ha
recibido del Derecho internacional privado contemporáneo.
1 Este trabajo recoge algunas partes de la Tesis Doctoral presentada por una de las autoras,
reproducidas fielmente de su original; por ello, a lo largo de estas líneas no redundaremos en referencias sobre la misma. Para detalles puede verse, RODRÍGUEZ REYES, Mirian. La tutela judicial efectiva y la efectividad de la cooperación judicial internacional, Tesis Doctoral para optar al título de Doctor en ciencias, Mención Derecho, UCV, Caracas, 2012 (en imprenta).
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Los contenidos que tradicionalmente se han abordado en este ámbito, tales como
la sustracción, la restitución, la adopción y la obligación alimentaria, son
actualmente desbordados por álgidos temas que traen a colación nuevos
paradigmas, ante los cuales no es posible permanecer silentes o inactivos desde
el punto de vista de la ciencia jurídica.
La maternidad subrogada o alquiler de vientres, la adopción por parte de parejas
del mismo sexo y las familias ensambladas, son apenas algunas de las tantas
realidades que hoy en día han permeado la tradicional noción de familia, poniendo
de manifiesto las debilidades de las codificaciones, o bien las discrepancias, entre
las regulaciones de orden nacional/estatal y convencional/internacional. Ello
plantea, entre otras necesidades y acciones, emprender legislaciones nacionales
adecuadas, armonizar las codificaciones de ambos órdenes, desarrollar doctrinas
coherentes con tales realidades, inspirar un cambio en el tratamiento judicial en
atención a las particularidades de cada caso concreto, así como promover y
optimizar la cooperación jurídica internacional a objeto de solucionar casos
internacionalizados en materia de menores.
Para el Derecho, los nuevos paradigmas en materia familiar demandan dar
soluciones que garanticen la paz social, si consideramos que la familia ha sido
tenida proverbialmente como la célula de la sociedad. En ese orden, los menores,
considerados en esencia débiles jurídicos, cualquiera que sea el modelo de familia
en que estén natural o circunstancialmente insertos, son objeto y propósito del
Derecho, y por tanto, de su protección o tutela. No es extraño entonces que la
protección de los menores, y de la familia como su entorno, hayan recibido mayor
atención en los últimos tiempos.
Hacia esa mira apuntan los nuevos desarrollos normativos de las instancias de
codificación internacional, principalmente de la Conferencia de La Haya; también,
aunque en menor medida, de la OEA a través de las CIDIPs, todas las cuales han
creado una significativa base normativa, si bien insuficiente, al menos sale al paso
ante la diversidad de casos que en la realidad se suscitan.2
2 En el marco de la conferencia de La Haya: Convenio sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción
Internacional de Menores (G.O. Nº 36004, 19/07/1996), Convenio relativo a la Protección del Niño y a la Cooperación en materia de Adopción Internacional (G.O. Nº 36060, 08/10/1996), Convenio
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Pero como quiera que los cambios sociales suelen desbordar las codificaciones,
una de estas instancias de codificación, en concreto, la Conferencia de La Haya,
ha emprendido a través de su Oficina o Buró Permanente y con el apoyo de
Comisiones Especiales, lo que bien pudieran ser consideradas medidas
correctivas, que no son más que políticas de acción que buscan implementar
mecanismos que permitan armonizar las legislaciones internas con los diversos
Convenios, a fin de adecuarlas a la realidad de cada país y conseguir una mejor
aplicación y funcionamiento de dichos Convenios. Es decir, son políticas dirigidas
a conseguir la operatividad del Derecho legislado, cuestión que en materia de
menores -esencialmente orientada por el interés superior del niño- viene a
representar una exigencia más que una necesidad, dada la fragilidad de los
sujetos involucrados.
Estas políticas de acción son recogidas en la expresión Law in action o Mise en
oeuvre progressive, en el marco de la cual las referidas Comisiones elaboran
Guías de Buenas Prácticas y se desarrolla el programa de asistencia técnica,
entre otras medidas que esperan ser acogidas por los Estados.3 A estas políticas
se le suman los esfuerzos del gremio académico-profesional que reúne a
especialistas y expertos, como lo es la Asociación Americana de DIPr.-ASADIP.4
Sus esfuerzos cumplen un doble propósito; por una parte, la elaboración de
documentos de trabajo que le permita participar y fijar posiciones ante el Consejo
de Asuntos Generales y Política, órgano que decide los temas a desarrollar por la
relativo a la Competencia, la Ley Aplicable, el Reconocimiento, la Ejecución y la Cooperación en materia de Responsabilidad Parental y de Medidas de Protección de los Niños, Convenio sobre Cobro Internacional de Alimentos para los Niños y otros Miembros de Familia, el Protocolo sobre la Ley Aplicable a las Obligaciones Alimentarias. Por su parte, en el ámbito de la OEA: Convención Interamericana sobre Conflictos de Leyes en materia de Adopción de Menores (suscrita el 24/05/1984), Convención Interamericana sobre Restitución Internacional de Menores (G.O. Ext. Nº 5070, 28/05/1996), Convención Interamericana sobre Obligaciones Alimentarias (suscrita el 15/07/1989), Convención Interamericana sobre Tráfico Internacional de Menores (suscrita el 18/03/1994).
3 Puede verse, GONZÁLEZ MARTÍN, Nuria. La cooperación internacional entre autoridades en el Convenio de La Haya de 1993 sobre protección de menores y cooperación en materia de adopción internacional, a propósito de la Comisión Especial de 2010, en: Las personas frente a la dinámica y las exigencias del mundo globalizado. Jornadas de la Asadip 2010 (Coordinadora: Cecilia FRESNEDO DE AGUIRRE), Centro de Estudios de Derecho, Economía y Política y Asociación Americana de Derecho Internacional Privado. Paraguay, pp. 210, 212 y ss.
4 En tal sentido, la ASADIP en el seno de su Asamblea General, ha organizado y dirigido talleres de discusión con participación de autoridades de la Conferencia.
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Conferencia; y por otra, servir de escenario para que cada experto sea facilitador
ante sus respectivos organismos nacionales competentes, en la coordinación de la
posición oficial de sus países.5
No obstante la codificación lograda y los esfuerzos que en ese sentido se están
realizando, así como de las políticas adoptadas para la mejor aplicación y
funcionamiento de los instrumentos normativos, éstos aun no abarcan la variedad
de situaciones internacionalizadas que se presentan en la realidad. En tales
supuestos, el rol de los jueces, que impone ir más allá de ser la simple bouche de
la loi, pareciera tomar mayor protagonismo en aras de proporcionar soluciones
justas y adecuadas a cada caso concreto, es decir, en función a la justicia
material.
En todo caso, cualquier esfuerzo que en materia de codificación, nacional o
convencional se haga, e independientemente del apoyo que pueda recibirse de
instancias académico profesionales, se pierde, o se debilita en el mejor de los
casos, si no existe una cooperación jurídica internacional que permita sostener en
la práctica los logros alcanzados.
II. LA COOPERACIÓN JURÍDICA INTERNACIONAL EN MATERIA DE
MENORES COMO HERRAMIENTA DE JUSTICIA
A nivel de voluntades estatales se intenta imprimirle efectividad a la
cooperación jurídica internacional como herramienta de justicia que evita
situaciones claudicantes. En ese sentido, la cooperación jurídica internacional en
materia de familia, concretamente, en lo que respecta a menores, es uno de los
contenidos más dinámicos.
Uno de los fines inmediatos del Derecho internacional privado es darle continuidad
en el espacio a las relaciones jurídicas internacionalizadas, a objeto de cumplir
con el fin mediato de justicia. La herramienta que permite la concreción de tal rol
finalista de esta rama del Derecho es la cooperación jurídica internacional, a
5 Entre los instrumentos de trabajo sobre los cuales se ha estado trabajando en los últimos años se
encuentra el de Acuerdos de maternidad subrogada en el ámbito internacional. El texto puede revisarse en: Talleres HCCH, Asamblea/Jornadas Asadip, 2011. Blog de ASADIP, consultado en fecha 05/12/2011.
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través de la asistencia o auxilio interestatal en los diversos grados o niveles en
que ella puede presentarse, sea de primer grado, relativa a la tramitación de actos
de mero trámite o de mera sustanciación, de segundo grado, atinente al
cumplimiento de medidas cautelares, o bien de tercer grado, referida a la eficacia
de sentencias y actos extranjeros.
La continuidad de las relaciones internacionalizadas a través de la cooperación
jurídica internacional no hace sino proveer una tutela judicial efectiva continua e
integral, y no intermitente. Cuando la controversia en la que se encuentra
involucrado un menor se desarrolla ante las autoridades del Estado requirente de
auxilio internacional, el menor tiene derecho a obtener la tutela judicial efectiva de
los órganos de ese Estado. Este Estado, al impulsar su sistema de justicia para
asegurar el ejercicio de tal derecho fundamental, ha de garantizarlo en toda su
extensión, es decir, en las tres manifestaciones o concreciones que se le
reconocen (acceso a la justicia o a la jurisdicción, debido proceso y ejecución del
fallo)6, tanto en sentido formal, en los términos establecidos en el artículo 26
constitucional,7 como en sentido material, relativo a las condiciones reales de
acudir ante los órganos jurisdiccionales.8
El obstáculo que representa la práctica de un acto vinculado con el extranjero
debido a la falta de jurisdicción para acometerlo, precisa al Estado requirente a
exhortar al Estado requerido a realizarlo. De esta forma, el derecho del menor se
traslada en su ejercicio hacia la autoridad ante quien se solicita la ayuda,
proyectándose así el derecho a la tutela judicial efectiva hacia esta jurisdicción,
cuyas autoridades también deberán garantizar la tutela en las manifestaciones a
6 Sobre estas concreciones véase, GONZÁLEZ PÉREZ, Jesús. El derecho a la tutela jurisdiccional. Edit.
Civitas, 3era ed. Madrid, 2001, pp. 57 y ss., especialmente, p. 57. Para definir el contenido de la tutela judicial efectiva, nuestro máximo tribunal se ha guiado por la doctrina española. En tal sentido, TSJ/SC., Nº 553, (Francisco D´Angelo), 16/03/2006, TSJ/SC, Nº 960, (Fanny Alicia Silva Atacho y otros), 09/05/2006. TSJ/SC, Nº 1383, (Juan Antonio Asuaje Gómez), 28/06/2005. Disponibles en: www.tsj.gov.ve
7 Esto es, garantizando una justicia “gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles”.
8 Sobre esto, véase, PERDOMO, Juan Rafael. Acceso a la justicia, en: Acceso a la justicia. Seminario Internacional: Hacia la elaboración de un plan de acceso a la justicia, TSJ e Instituto de Estudios Jurídicos del Estado Lara, Barquisimeto, 2003, pp. 25-59.
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que hubiere lugar, y en los órdenes materiales y formales.9 Luego, el acto
realizado bajo esta jurisdicción requerida es incorporado al juicio o procedimiento
para cuyo buen desarrollo se solicitó la cooperación.
Esa proyección o extrapolación hacia la jurisdicción del Estado requerido configura
el acceso “internacional” a la justicia, lo que hemos llamado tutela judicial efectiva
en el Derecho internacional privado, lo cual se pone de manifiesto cuando la
internacionalización de las relaciones jurídicas privadas requiere de la cooperación
entre Estados. Así, el ejercicio de tal derecho no se completa en una única
jurisdicción ni se agota a nivel nacional, pues requiere del consenso de ambos
Estados, el requirente y el requerido. A ello responde nuestra posición acerca de
la cooperación jurídica internacional como un instrumento de justicia, al garantizar
una tutela continua e integral, y no intermitente.
III. LA FUNCIÓN TUTELAR Y GARANTE DEL ESTADO VISTA A TRAVÉS DE
SUS MECANISMOS DE ACCIÓN
Como vía para evitar las situaciones claudicantes en el DIPr., y por tanto, para
garantizar la tutela judicial efectiva de personas cuyas relaciones se han
internacionalizado, es requerida la intervención estatal cumpliendo una función o
rol tutelar y garante. Esa función del Estado en razón de la cual éste se involucra
especialmente en atención al interés superior del niño, puede analizarse a partir
de la utilización de mecanismos o herramientas de diversa naturaleza con que
cuenta o debe contar para cumplir con ese rol.
La articulación de tales herramientas debe garantizar la protección de los menores
involucrados en situaciones internacionalizadas, como el tráfico infantil, la
sustracción ilegal, las adopciones, etc., con el propósito de prestar una
cooperación internacional efectiva que evite aquellas situaciones claudicantes, por
ejemplo, el retardo, desconocimiento o incumplimiento que afecten una obligación
alimentaria, una adopción válidamente constituida, una medida cautelar a favor de
9 La expresión “a que hubiere lugar” responde a la circunstancia de que, tratándose de la concreción
de la tutela judicial efectiva referida a la ejecución del fallo, necesariamente concerniría a las situaciones en que el acto objeto de cooperación correspondiera a actos que por su naturaleza implicaran ejecución coactiva, es decir, el Estado requerido no tendrá que garantizar ese aspecto de la tutela judicial efectiva, si el acto solicitado no involucra una ejecución coactiva.
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un menor, o cualquier otra situación cuya ocurrencia ha sido objeto de una
solicitud de auxilio internacional.
Estas herramientas son de tipo normativo, institucional y tecnológico,10 y se
traducen en medidas estatales para garantizar la efectividad de la actividad
cooperacional. Veamos cada una de tales herramientas.
1. Herramientas normativas
Las herramientas normativas se desarrollan concretamente en el ámbito
regulatorio o normativo, donde la acción estatal se manifiesta para asegurar la
protección de menores a través del despliegue de su voluntad como codificador,
pudiendo exteriorizarse de forma colectiva o unilateral. De manera colectiva, la
voluntad estatal se expresa con la adhesión y/o celebración de Convenios o
acuerdos internacionales, de alcance bilateral, regional o universal. A tales efectos
nos remitimos a la indicación más arriba expuesta sobre los Convenios celebrados
y promovidos por diversas instancias de codificación internacional, en particular, la
Conferencia de La Haya y la OEA, cuyos tratados son el resultado de las acciones
normativas estatales.
De forma unilateral, la acción estatal es estrictamente nacional y se manifiesta por
el establecimiento de políticas proteccionistas sobre minoridad a través del
desarrollo de la legislación nacional o interna. En este ámbito de regulación
nacional y concretamente para situaciones internacionalizadas, es frecuente
encontrar disposiciones de carácter imperativo, conocidas generalmente como
normas de aplicación necesaria o inmediata. Tales disposiciones aseguran la
imposición de la aplicación del Derecho del foro haciendo abstracción de cualquier
10 Desde el Departamento de Derecho Internacional de la Secretaría para Asuntos Jurídicos de la
OEA, ha habido interés en desarrollar estas herramientas. Así fue expresado por el Oficial Jurídico Principal, John Wilson, en Ponencia expuesta en el marco del XXXIV Seminario sobre Cooperación Judicial Internacional de la AMEDIP, celebrado los días 26 al 29 de octubre de 2011 en Puebla, México. Por su parte, el magistrado español, Ferrer Amigo, habla de recursos “legales, institucionales y virtuales,” concretamente, dentro del grupo de iniciativas, medidas y acciones que ha emprendido la Unión Europea para dar forma al llamado “espacio judicial europeo”. Consúltese, FERRER AMIGO, Gonzalo. La cooperación jurídica interamericana en perspectiva comparada con la Unión Europea. Seminario de Derecho Internacional. Cooperación Jurídica en Materia de Derecho de Familia y Niñez, OEA, Secretaría General. Washington, 2011, pp. 97-135. Disponible en: http://www.oas.org/dil/esp/seminario_derecho_internacional_presentaciones.htm Sobre la cooperación judicial internacional en el marco de la Unión Europea, véase infra, Capítulo IV, 2.1
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vínculo que el supuesto de la norma presentara con elementos de extranjería, y
con ello enervan la aplicación de cualquier Derecho extranjero que resultara
menos favorecedor que el Derecho interno.11 Es el caso, por ejemplo, del artículo
407 de la LOPNNA12, el cual somete íntegramente a la ley venezolana, la
adopción internacional en los supuestos en que el menor a ser adoptado tenga su
residencia en el territorio nacional y el desplazamiento se produzca antes de la
adopción.
El conjunto de normas enmarcadas en la codificación en materia de menores,
tanto de origen convencional/internacional como de origen nacional/estatal que
regulan supuestos con elementos de extranjería que a su vez conectan tales
supuestos a ordenamientos jurídicos extranjeros, conforma las fuentes de DIPr. en
la materia que nos ocupa. A dichas fuentes y su tratamiento, como examen de las
acciones normativas estatales, nos referiremos en el punto IV.
2. Herramientas institucionales
Por su parte, las herramientas institucionales por medio de las cuales también
se pone de manifiesto el rol tutelar y garante del Estado, se exterioriza en la
acción institucional que realiza a través de los órganos estatales, concretamente
de los funcionarios públicos, quienes en su función de operadores jurídicos de la
cooperación jurídica internacional se erigen en los garantes de una efectiva
cooperación. La participación o actividad de tales órganos puede estructurase en
dos componentes, uno administrativo y otro jurisdiccional.
2.1. Órganos administrativos: la Autoridad Central
El componente administrativo lo integran los funcionarios públicos que
intervienen en la actividad cooperacional cumpliendo funciones administrativas.
11 Respecto a este tipo de normas, MAEKELT admitió en alusión a la universalidad de las mismas y
tomando como ejemplo el clásico caso Boll, que ellas adquieren actualmente “un valor especial por proteger el bien superior del niño y del adolescente, uno de los principios universales del Derecho internacional privado que se hace sentir a finales del siglo XX”. MAEKELT, Tatiana B. de. Teoría General del Derecho Internacional Privado, segunda ed. actualizada y ampliada, Serie Estudios Nº 87, ACPS, Caracas, 2010, p. 268.
12 G.O. Ext. N° 5859, 10/12/2007.
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Tal función la ejerce primordialmente la Autoridad Central,13 a través de la Oficina
de Relaciones Consulares del Ministerio del Poder Popular para Relaciones
Exteriores. Esta constituye la entidad estatal de trámite y gestión de las solicitudes
de auxilio internacional en materia de menores,14 la cual delega en la Dirección
General de Justicia y Culto del Ministerio para Relaciones Interiores y Justicia15 la
tramitación administrativa de los exhortos en materia civil, mercantil y laboral.
2.2. Órganos jurisdiccionales: los jueces
El componente jurisdiccional lo integran los jueces. Estos a su vez, realizan el
rol estrictamente jurídico que se limita al diligenciamiento del acto que le ha sido
solicitado en auxilio por una autoridad extranjera o bien, a la solicitud que haga a
sus homólogos extranjeros. Desempeñando este rol, destaca el tratamiento
jurisprudencial que nuestros jueces han dado al tema de la cooperación. Tal
asunto lo abordaremos en el punto V.
Pero además cumplen un rol de gestión operativa u operacional de la cooperación
internacional, que abarca la realización de acciones que generalmente no están
enmarcadas dentro de las atribuciones formales que le otorga el ordenamiento
jurídico, pero que repercuten directamente en la efectividad de la cooperación. En
ese sentido, su participación en las redes institucionales o judiciales dirigidas a
13 Adicionalmente, los funcionarios diplomáticos o consulares también podrían intervenir en la
actividad cooperacional como vías de tramitación. 14 Conforme lo establece el art. 16, num. 8 del Decreto 6866 mediante el cual se dicta el Reglamento
Orgánico del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, G.O. N° 39245, 19/08/2009, cuyo texto señala: Reglamento Orgánico del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Art. 16: Corresponde a la Oficina de Relaciones Consulares: (…) 8. Tramitar, ante las autoridades correspondientes, las solicitudes nacionales e internacionales de exhortos o cartas rogatorias; comisiones; ejecución de actos y sentencias judiciales; y restitución y adopción de niños, niñas y adolescentes; de conformidad con los acuerdos internacionales en vigor y a falta de los mismos, de manera que sea compatible con la Constitución, las leyes y reglamentos y demás actos normativos de la República Bolivariana de Venezuela y del Estado requerido.
15 Según dispone el art. 21, num. 3 del Decreto 6733 mediante el cual se dicta el Reglamento Orgánico del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia. G.O. N° 39196, 09/06/2009. Reglamento Orgánico del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia, Art. 21: Corresponde a la Dirección General de Justicia, Instituciones Religiosas y Cultos: (…) 3. Coordinar en el marco legal vigente, y de acuerdo con los tratados, Convenios y acuerdos internacionales suscritos, la tramitación administrativa de las solicitudes de extradición, traslados de penados a su país de origen, exhorto, comisiones rogatorias, así como las solicitudes de actos y sentencias, sin perjuicio de las tramitaciones internacionales que requieran dichas solicitudes.
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agilizar, facilitar y optimizar el auxilio, representa la mejor articulación de la gestión
operativa que cumplen.
La articulación de redes judiciales tiene como propósito alcanzar el mayor grado
de eficacia, simplificación y agilización en la práctica del auxilio internacional, al
tiempo que permite descongestionar a las ya muy sobrecargadas Autoridades
Centrales. Con ello, el rol operativo de los jueces, poco a poco va tomando
espacios hacia simplificación del auxilio internacional con miras a lograr mayor
eficacia. Esta judicialización de la actividad cooperacional supone descentralizar el
proceso operativo de la cooperación, sin despojar -al menos no es esa la
intención- a las Autoridades Centrales del rol que principalmente les está atribuido.
Sin embargo, acarrea forzosamente un incremento en la actividad del juez sobre el
conocimiento de los datos requeridos para pedir o cumplimentar pronta, adecuada
y eficazmente dicho auxilio.16
A tales efectos, en materia de menores se han estructurado diversas redes de
cooperación en los distintos ámbitos regionales e institucionales, tales como la
Red Judicial Europea en Materia Civil,17 la Red de Cooperación Jurídica
Hemisférica en Materia de Derecho de Familia y Niñez (La Red)18 y la Red
iberoamericana de asistencia judicial internacional en materia civil (IberRed). A
estas se les suman aquellas desarrolladas por algunos países, como es el caso de
España, con la Red Judicial Española de Cooperación Judicial Internacional en su
división civil (REJUE-civil).
3. Herramientas tecnológicas
Las herramientas tecnológicas vienen dadas por la incorporación a la actividad
cooperacional, de cualquier uso o medio que la tecnología permita a fin de facilitar
16 JIMÉNEZ-VILLAREJO FERNÁNDEZ, Francisco. Cooperación Judicial Internacional y Ministerio Fiscal:
Cuestiones Prácticas, en: Mecanismos de Cooperación Judicial Internacional, Edit. Aranzadi, Centro de Estudios Jurídicos, Navarra, 2006, pp. 33-85, especialmente, p. 34.
17 Véase, www.europa.eu.int/comm/justice_home/ejn/index_es.htm 18 En el seno de la OEA, inicialmente se pensó en una red que involucrara toda la materia civil, pero
prevaleció la tendencia mundial hacia el desarrollo de la materia de menores, rindiendo exitosamente sus frutos principalmente en materia de derecho de alimentos. Así nos relató el Oficial Jurídico Principal del Departamento de Derecho Internacional de la Secretaría para Asuntos Jurídicos de la OEA, John WILSON, en entrevista personal realizada en Puebla, México, durante el XXXIV Seminario de la AMEDIP, en fecha 08/10/2011.
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y agilizar la actividad, especialmente, en materia de telecomunicaciones; y que
puede abarcar un amplio espectro que va desde el diseño y ejecución de redes de
comunicación o telecomunicación hasta la capacitación de los sujetos
intervinientes. La vertiginosidad que se observa en los cambios que impone la
modernidad, implica la actualización y renovación constante de tales herramientas
a fin de evitar la obsolescencia, lo cual repercute directamente en el retardo de las
tramitaciones de auxilio; por tanto, obligan al Estado a proveer los recursos
necesarios para garantizar un buen servicio.
IV. EL TRATAMIENTO DE LAS FUENTES DE COOPERACIÓN JURÍDICA
INTERNACIONAL EN MATERIA DE MENORES
Las relaciones jurídicas internacionalizadas, devenidas en supuestos que
dadas sus circunstancias particulares los vinculan a diversos ordenamientos
jurídicos, advierte al operador sobre la necesidad de ubicar dicho supuesto bajo la
lupa del DIPr.
Así, circunstancias subjetivas, como el domicilio o la nacionalidad de las partes, o
bien, circunstancias objetivas, como el lugar de ocurrencia del acto (trátese de una
adopción, un acuerdo para alquilar un vientre, la ocurrencia de una acción o del
efecto de un hecho ilícito, tal es la sustracción de un menor que amerite en
consecuencia su restitución), el lugar de situación de los bienes de un menor, una
orden judicial o administrativa de manutención, etc., que estén vinculados con
diversos países, y en particular, con sus respectivos ordenamientos jurídicos, son
apenas algunos ejemplos de los muy variados que pueden presentarse en la vida
diaria y que requieren poner en marcha el método de solución de casos que
plantea el DIPr.
De esta manera, la necesidad de despejar la duda sobre cuál de los jueces de
estos países vinculados al caso tiene jurisdicción para conocer del asunto, o bien,
sobre elegir la legislación bajo la cual se tomará la decisión del caso, o, si tal
decisión, cualquiera que sea el país donde fue dictada, puede surtir efectos totales
o parciales en cualquiera de los restantes países, son cuestiones que han de
tomarse en cuenta, y que engloban los tres estadios del contenido de esta rama
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del Derecho, a saber, la determinación de la jurisdicción, la elección del Derecho
aplicable y la ejecución de sentencias extranjeras. Todos estos estadios son
abordados normativamente por el DIPr. para todos los cuales debe atenderse a la
jerarquía de las fuentes que, para la materia en cuestión, establecen el artículo 1
de la CISNGDIPr.19 y el artículo 1 de la LDIPr.20
Tales disposiciones, distintas en el nivel de detalles que sobre las fuentes indican
(esto, por cuanto el artículo 1 de la aludida ley despliega una sucesión de fuentes
adicionales, como la analogía y los principios de DIPr. generalmente aceptados,
que no prevé la disposición de la Convención), son coincidentes o concordantes
en relación a la prevalencia de las fuentes de origen internacional sobre las de
orden interno. Es decir, las fuentes internacionales, entiéndase tratados, siempre
se impondrán sobre las internas, de forma que estas últimas se aplican en defecto
de tratados vigentes entre los estados vinculados al caso, o bien, que existiendo
tratados, éstos no regulen la materia controvertida.
La invocación de uno u otro artículo como fuente para determinar la jurisdicción
del juez, para la elección del Derecho aplicable o para considerar la ejecución de
una sentencia extranjera, responderá a la vinculación que exista entre los
ordenamientos jurídicos de los países vinculados. Así, si entre los estados
vinculados al caso está vigente, entiéndase ratificada, la Convención
Interamericana referida, será esta la utilizada, en defecto de la cual el artículo 1 de
la ley será la base de la fuente a utilizar.
En ese sentido, en materia de cooperación jurídica internacional atinente a los
menores de edad y en el marco de las fuentes de orden internacional, regulan la
materia de manera especial, la Convención Interamericana sobre Restitución
Internacional de Menores,21 el Convenio de La Haya sobre los Aspectos Civiles de
la Sustracción Internacional de Menores,22 y el Convenio de La Haya relativo a la
Protección de Niños y Cooperación en materia de Adopción Internacional.23 La
especificidad de estas fuentes da pie a advertir el seguimiento de la máxima de
19 G.O. N° 33252, del 26/06/1985. 20 G.O. N° 36511, del 06/08/1998. 21 G.O. Ext. N° 5070, del 28/05/1996. 22 G.O. N° 36004, del 16/07/1996. 23 G.O. N° 36060, del 08/10/1996.
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Derecho que indica la preeminencia de lo especial sobre lo general, dejando para
lo general todo aquello cuanto no regule lo especial.
Las fuentes generales están integradas por la Convención Interamericana sobre
Exhortos o Cartas Rogatorias24 y su Protocolo Adicional,25 la Convención
Interamericana sobre Recepción de Pruebas en el Extranjero26 y su Protocolo
Adicional,27 la Convención Interamericana sobre Prueba e Información acerca del
Derecho Extranjero,28 la Convención Interamericana sobre Eficacia Extraterritorial
de las Sentencias y Laudos Arbitrales Extranjeros,29 la Convención Interamericana
sobre Régimen Legal de Poderes para ser utilizados en el Extranjero,30 el
Convenio de La Haya sobre Notificación y Traslado en el Extranjero de
Documentos Judiciales o Extrajudiciales en Materia Civil o Comercial,31 el
Convenio de La Haya sobre Obtención de Pruebas en el Extranjero,32 el Convenio
de La Haya que suprime la Exigencia de Legalización de Documentos Públicos
Extranjeros,33 el Código Bustamante,34 y el Acuerdo Boliviano sobre Ejecución de
Actos Extranjeros.35
En este punto, cabe abrir un paréntesis acerca de la aplicación del Convenio de La
Haya relativo a la Protección de Niños y Cooperación en materia de Adopción
Internacional. De acuerdo con nuestro sistema, su aplicación está condicionada a
la vigencia simultánea entre Venezuela y el otro país vinculado al caso de
adopción, y en cuya única circunstancia es posible que se dé la adopción
internacional. De estar vigente entre ambos países, la LOPNNA regulará el
procedimiento atinente a dicha adopción. La LOPNNA regula tanto la adopción
nacional como internacional, sólo que para la procedencia de esta última, será
24 G.O. N° 33033, del 03/08/1984. 25 G.O. N° 33171, del 25/02/1985. 26 G.O. N° 33170, del 22/02/1985. 27 G.O. Ext. N° 4580, del 21/05/1993. 28 G.O. N° 33170, del 22/02/1985. 29 G.O. N° 33144, del 15/01/1985. 30 G.O. Ext. N° 3511, del 30/01/1985. 31 G.O. Ext. N° 4635, del 28/09/1993. 32 G.O. Ext. N° 4635, del 28/09/1993. 33 G.O. N° 36446, del 05/05/1996. 34 G.O. N° 17698, del 09/04/1932. 35 Congreso Boliviano, Caracas, 18/07/1911, aprobación legislativa en fecha 11/06/1912 y ratificación
ejecutiva en fecha 19/12/1914.
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necesario la vigencia simultánea del Convenio entre ambos países; caso contrario,
la adopción internacional no procederá; esto, en interpretación del artículo 493-B
de la referida ley.
En el orden interno de las fuentes, el artículo 59 de la LDIPr. se erige en una
disposición general aplicable a los casos de cooperación cualquiera que sea la
materia, siempre que el acto objeto de cooperación no involucre coacción, es
decir, que no represente la solicitud de ejecución de sentencias, en cuyo caso,
dicha norma se hace ineficaz.36 La regulación prevista en el CPC37 desplegada en
los artículos 857 y 858 para los supuestos en que es requerido el Estado
venezolano, y 188, para aquellos en donde es requirente de cooperación, así
como las disposiciones sobre eficacia extraterritorial de sentencias no derogadas
por la LDIPr., queda confinada para la sustanciación de las solicitudes.
Ahora bien, el principio que debe orientar la aplicación e interpretación de las
fuentes en materia de cooperación jurídica internacional en casos de menores, es
sin duda, el Interés Superior del Niño, en función al cual toda la actividad
cooperacional debe volcarse. Siendo este el principio rector en esta materia
especial, el principio de favor cooperationis, regente en la actividad cooperacional,
pasa a darle contenido como principio auxiliar.
No obstante, la interpretación del interés superior del niño como principio en la
materia, ha tomado espacios involucrados con la determinación de la jurisdicción.
A tales efectos, no deja de ser inquietante la aplicación del mismo como criterio
atributivo de jurisdicción, con base en el cual nuestros jueces se han arrogado la
potestad de juzgar en casos en los que no correspondía, por no estar establecido
como criterio de jurisdicción,38 siendo que la facultas iurisdictionis es una potestad
36 En tal sentido, MAEKELT, Tatiana B. de. Ley de Derecho Internacional Privado. Tres años de su
vigencia, Trabajo de incorporación a la ACPS, Caracas, 2002, p. 129. Asimismo, GUERRA
HERNÁNDEZ, Víctor Hugo. La aplicación del derecho extranjero, la eficacia de las sentencias extranjeras y la cooperación judicial internacional. En: Proyecto de Ley de Derecho Internacional Privado (1996), Comentarios, BACPS, Serie Eventos, N° 11, Caracas, 1998, p. 137.
37 G.O. Ext. N° 4209, 18/09/1990. 38 Véase detalles en, LUGO HOLMQUIST, Claudia / Mirian RODRÍGUEZ REYES. El Divorcio en el Sistema
de Derecho Internacional Privado venezolano, RFCJP, N° 138, UCV (en imprenta). TSJ/SPA, Exp. N° 2009-1005 (Rubén Darío Godoy Lucena vs. Adely Beatriz Salcedo Guerrero), 13/01/2010, Voto Salvado, 04/05/2011 correspondiente a la sentencia del TSJ/SPA, Exp. Nº 2011-0071 (Aída Cudemus De Millán y Luis Beltrán Millán Quijada vs. Carsten Schulz Haak), 28/04/2011.
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soberana sólo ejercible por el funcionario en la medida en que le esté dado por
mandato expreso de la ley.
Mención aparte merece, la inexplicable la utilización de la institución del reenvío
para asumir su propia jurisdicción, la cual encuentra su límite de aplicación en el
marco de la determinación del Derecho aplicable a la controversia.39
V. EL TRATAMIENTO JURISPRUDENCIAL DE LA COOPERACIÓN JURÍDICA
INTERNACIONAL EN MATERIA DE MENORES
En el marco jurisprudencial venezolano, escasean los fallos que reconocen
explícitamente a la cooperación judicial internacional como elemento constitutivo
del DIPr.,40 o al menos que advierten su importancia en la eficacia de las
decisiones extranjeras,41 pretendida para dar continuidad tempo-espacial a las
relaciones privadas internacionalizadas.
En general, la jurisprudencia en el tema de la cooperación judicial internacional no
ha tenido el despliegue que refleja la codificación. Veamos un breve recuento de lo
que hemos considerado más significativo.
1. Cooperación de primer grado
La cooperación relativa al primer grado es la más frecuente, sin embargo, en
vista que su incidencia se produce principalmente en el ámbito administrativo, toda
vez que su tramitación se realiza por la vía de la Autoridad Central a través de
exhortos o cartas rogatorias, no se manifiesta mayormente en la jurisprudencia.
39 LUGO HOLMQUIST / RODRÍGUEZ REYES (nota 38). Consúltese sentencia de la Sala 1 del Tribunal de
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, Exp. s/n, (Liliana Del Valle Corsetti Villalobos vs Hernán Eduardo Urrutia Galué), 03/02/2010. La decisión en cuestión se funda ya no en el interés superior del niño, sino en considerar que la obligación de manutención es un derecho humano “por medio del cual se garantiza no sólo el derecho a la vida, sino el de subsistencia, y la materialización de una vida digna”.
40 En un fallo sobre obligación de manutención internacional, junto a la elección del Derecho aplicable y a la determinación de la jurisdicción -sectores admitidos tradicionalmente en la trilogía del contenido de la disciplina-, se nombra la cooperación judicial internacional en lugar de la ejecución de sentencias extranjeras. Sala 1 del Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del estado Zulia, Exp. s/n (Liliana Del Valle Corsetti Villalobos vs Hernán Eduardo Urrutia Galué), 03/02/2010.
41 Juzgado Superior Civil, Mercantil, Bancario y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Guárico, Exp. N°7.130-12 (Genesis Desiree Musa), 26/07/2012.
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En esta fase, destacan las decisiones que para la práctica de actos de mero
trámite, utilizan la cooperación valiéndose de las herramientas tecnológicas
puestas al alcance de la justicia; por ejemplo, para la realización de entrevistas
que han dado pie al establecimiento de regímenes de convivencia familiar
internacional.42 En tales situaciones, el uso de la informática se erige en un factor
auxiliar pero necesario si se quiere una cooperación expedita y simple, alineada al
logro de la efectividad sin que ello signifique el sacrificio de las formas requeridas
para la validez del acto.
2. Cooperación de segundo grado
En cuanto a la cooperación de segundo grado sobre medidas cautelares,
menos aún ha sido el desarrollo en nuestro país; debido a la falta de ratificación
por parte de Venezuela de la Convención Interamericana sobre Cumplimiento de
Medidas Cautelares.43 El origen de tal razón recae en la posición imperante en
Venezuela acerca de la naturaleza de tales medidas. Al considerarse como
sentencias con vida propia pero vinculada al proceso extranjero, por tanto, no
definitivamente firmes, su eficacia en el territorio venezolano requeriría el pase
legal, cuestión que no sería posible sustentar bajo nuestro sistema normativo que
exige el juicio de exequátur y lo limita a los actos definitivamente firmes.44 La tesis
contraria que privó en las discusiones de la Convención y que es seguida en los
países del Mercosur, las considera enmarcadas dentro del ámbito de la
42 Se habla así de “entrevista iuscibernética procesal, actos de conciliación y mediación cibernéticos,
y régimen de convivencia familiar internacional y cibernético”. Ver, Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del estado Zulia, Sala de Juicio, Juez Unipersonal Nº 1, Sent. Nº 480, Exp. Nº 06460 (Alberto José Ferrer Pérez vs Hiralisyaskar Del Carmen Guerra Carrillo), 27/04/2006. En el mismo sentido, Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del estado Zulia, Sala de Juicio, Juez Unipersonal Nº 1, Sent. Nº 392, Exp. Nº 11516 (José De Jesús Arango vs Maruja Oviedo Castilla), 26/05/2009.
43 Así lo expresó MAEKELT. Ver, MAEKELT, Tatiana B. de: “Eficacia extraterritorial de las sentencias y demás actos de autoridades extranjeras”, Jurídica. Anuario del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana, Nº 31, 2001, pp. 75-95, especialmente, p. 93. No sucede lo mismo en el ámbito de Mercosur en materia de cooperación de segundo grado, en cuyo escenario ha existido un importante flujo de pronunciamientos judiciales, al tiempo que se advierte un lento crecimiento en el reconocimiento y ejecución de sentencias extranjeras. DREYZIN DE KLOR, Adriana. “Los instrumentos de cooperación del Mercosur ¿útiles a la asistencia?”, Revista de Derecho Privado y Comunitario 2009-3. Sección de Derecho Comunitario (Directora Adriana Dreyzin de Klor), 2009, pp. 23 y 24.
44 MAEKELT (nota 43), p. 93.
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cooperación judicial internacional, y en consecuencia, tramitables a través de
exhortos.
El efecto de tal discordancia se refleja en la recurrente negatoria del exhorto como
medio de trámite para la ejecución en nuestro territorio de medidas cautelares
dictadas por tribunales extranjeros,45 es decir, para los casos de exhortos pasivos.
Sin embargo, para los exhortos activos, nuestros tribunales han reconocido la
posibilidad de solicitar medidas cautelares en el extranjero a través de ese medio
con fundamento en el artículo 59 de la LDIPr.46 Esto, pese a que la doctrina
nacional ha sostenido que el precepto alude únicamente a los actos de mero
trámite, con exclusión de actos que impliquen coacción,47 exceptuado, por tanto,
para la cooperación de segundo grado, a menos que se trate de medidas
cautelares meramente participativas.48
Ante las circunstancias que originan el problema, se plantea la necesidad de que,
ya como miembro pleno de Mercosur, entre cuyos países se encuentra vigente la
referida Convención (a excepción de Brasil), así como el Protocolo sobre Medidas
Cautelares (Ouro Preto, 1994), Venezuela revise su posición acerca de la
naturaleza de este tipo de providencias.
45 A la problemática se le suma la limitación que establece la Convención Interamericana sobre
Exhortos o Cartas Rogatorias, de su inaplicabilidad a los actos que implique ejecución coactiva. Sobre diversas posiciones que examinan la vía del exhorto o del exequátur para el reconocimiento y ejecución de medidas cautelares extranjeras, pueden verse, MADRID MARTINEZ, Claudia. Ejecución de medidas cautelares dictadas en el extranjero, en: Derecho Procesal Civil Internacional. In Memoriam Tatiana B. de Maekelt, Serie Estudios N° 88, Caracas, ACPS y CDCH-UCV, 2010, pp. 401-419; y RODRÍGUEZ REYES (nota 1), n° 36 y ss. En materia arbitral, aunque no aplicable a la materia de menores, véase, MEZGRAVIS, Andrés A. “Las Medidas Cautelares en el Sistema Arbitral Venezolano”, en: Memoria Arbitral (Coordinadora: Milagros Betancourt C.). Centro Empresarial de Conciliación y Arbitraje (CEDCA). Caracas, 2011, pp. 311 y 312.
46 Sentencia del Tribunal de Protección del Niño y del Adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, Corte Superior, Sala de Apelaciones, Nº 132, (Soraya Del Carmen Díaz vs Félix Antonio Núñez Tejada y otros), 14/12/2006. Si bien la sentencia reconoce la imposibilidad de aplicar la Convención sobre medidas cautelares, advirtiendo su falta de ratificación, es cuestionable que no haya examinado la aplicación del Código Bustamante, en este caso, como fuente de primer orden en lugar de la LDIPr., toda vez que este tratado fue ratificado sin reservas por República Dominicana, país en el cual se solicitaría la medida cautelar.
47 Véase nota la pie n° 36. 48 RODRÍGUEZ REYES DE MEZOA, Mirian. Medios de la cooperación judicial internacional en los casos de
actos de mero trámite, en: Derecho Procesal Civil Internacional. In memoriam Tatiana B. de Maekelt, Serie Estudios Nº 88, ACPS y CDCH-UCV, Caracas, 2010, p. 363. Cabe destacar que la posición asumida por la autora en ese trabajo es revisado en la Tesis Doctoral, donde ve el exhorto como medio idóneo, con base en la Convención aplicada como principio de Derecho internacional generalmente aceptado.
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3. Cooperación de tercer grado
En referencia a la cooperación de tercer grado, esta es la que en nuestro país
ha experimentado un significativo progreso en términos cuantitativos; en general,
son muchas las decisiones de exequátur en nuestro haber, aunque en materia de
menores el despliegue ha sido más bien comedido.
En sentencias recientes sobre adopciones decretadas en el extranjero, preocupa
la interpretación positivista de la normativa nacional en detrimento del interés
superior del niño, además del análisis del orden público -bajo una perspectiva
apriorística y no excepcional- como requisito de control de la eficacia de las
sentencias, a pesar que en tales casos el artículo 53 de la LDIPr. era la fuente
aplicable por la ausencia de tratados existentes (las sentencias son de tribunales
de Estados Unidos de América), la cual no exige tal requisito, como sí lo hacía el
CPC derogado.
En tal sentido, se ha negado el exequátur a una sentencia de adopción que no
observaba la manifestación del consentimiento del padre biológico, quien
compartía la patria potestad, previsto en la legislación venezolana. Esto no
resultara inquietante si no fuera porque para el momento de la adopción, la
solicitante del exequátur tenía 9 años de edad y de ello habían transcurrido 11
años. El fallo negado se fundó en la violación al orden público venezolano y en el
fraude a la ley.49
Ciertamente, el consentimiento de quien ejerce la patria potestad ha constituido un
requisito exigido tradicionalmente en las consecutivas regulaciones venezolanas
sobre adopción;50 sin embargo, cabría reflexionar a partir de varios supuestos que
49 Véase Expediente Nº 7130-12 del Juzgado Superior Civil, Mercantil, Bancario y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del estado Guárico, 26/07/2012 (consultado en original), citada en nota al pie n° 41.
50 Reflejado también en la jurisprudencia. En los otros fallos revisados sobre exequátur de adopciones decretadas en el extranjero, se examina tal requisito, aunque sin constituir motivo para negar el exequatur. Ver sentencias: Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, Sent. Nº 12848-DEF-(EXEQ)-CIV, Exp. Nº AC71-S-2012-000002, (Valentina María Echeverri), 20/07/2012 y Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, Sent. Nº S2-042-12, Exp. Nº 11769, (Alejandro Ryan Tapia Medina), 28/02/2012. No obstante, en este último fallo es otorgada la eficacia total tomando como determinante la residencia habitual del menor para el momento de dictarse el decreto de adopción (cuestión que nos es tenida en cuenta
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sustentaron los hechos: i) hay una situación jurídica válidamente creada bajo la
legislación extranjera, que es el estado familiar de adoptada; ello no parece
relevante para el juez venezolano, pese a que en algún momento invoca el artículo
5 de la LDIPr.; ii) la solicitante del exequátur es la adoptada, por tanto, quien
mayormente tiene el interés del reconocimiento del status adquirido; iii) desde que
se dictó la sentencia extranjera hasta el momento de la solicitud de exequátur
habían transcurrido 11 años, en el expediente no se evidencia que existió
impugnación alguna, lo cual supondría que se consolidó una suerte de
manifestación de voluntad tácita del consentimiento por parte del padre biológico;
iv) no se trataba de una adopción internacional,51 sino de una adopción nacional
del país de origen de la sentencia cuyos efectos se pretendían reconocer en
Venezuela, injustamente sometida al cumplimiento de requisitos previstos en la
legislación del estado receptor y revisada en el fondo; v) aun cuando la solicitante
ya no fuera un menor al tiempo de la solicitud, la interpretación literal que se hizo
de la legislación nacional desplazó el interés superior del niño52 -asimismo, en
desmedro de la cooperación-, cuyo miramiento ha debido ser examinado a
posteriori, en el sentido de verificar, a través de una interpretación funcional y no
literal, si la adopción violó efectivamente su interés como menor, si no aseguró su
desarrollo integral y el ejercicio pleno de sus derechos; vi) el orden público
internacional es interpretado como orden público interno, y aplicado
en el fallo arriba expuesto), razón por la cual el juez venezolano consideró que no resultaba un “deber la aplicación prioritaria la normativa venezolana para decretar la adopción como exige el artículo 443 de la mencionada Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente del año 1998”, vigente para entonces.
51 La definición de la adopción internacional supone que adoptante(s) y adoptado se encuentren en distintos países, cuestión que no se verificaba en el caso expuesto, ni en los dos casos referidos en la nota al pie N° 50. Cabe recordar que el Convenio de La Haya relativo a la Protección de Niños y Cooperación en materia de Adopción Internacional es aplicable sólo en los supuestos conectados a países que lo hubieran ratificado. Tanto en el caso que nos ocupa, como en los otros reseñados, ciertamente éste no resultaba aplicable para examinar los extremos de la adopción, ya que se trataba de adopciones internas de los Estados Unidos de Norteamérica.
52 La base para el examen de la excepción del orden público internacional en los exequátur de decisiones en materia de menores, es el principio del interés superior del niño, a los efectos de verificar si fueron garantizados por el juez que conoció del caso, los derechos del menor. TSJ/SCC, Nº 706, (Marcela María Naranjo Arango vs Luis Felipe Díaz López), 20/11/2012.
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apriorísticamente a toda la materia de menores;53 vii) el fraude a la ley es invocado
sin aparentes condiciones que dieran cuenta de un posible animus fraudulentus.
En fin, el tema de las adopciones decretadas en el extranjero tiene aún muchas
aristas por resolver y definir. En tal sentido, dejamos abierta la interrogante sobre
aquellas adopciones que fueron decretadas simples, tal como es posible en
algunos ordenamientos jurídicos extranjeros, y que ya han surtido efectos en
relación al estado familiar, tanto para el adoptado y adoptante, siendo que la
LOPNNA sólo reconoce la adopción plena. En tales supuestos, de nuevo habrá
que confrontar las situaciones válidamente creadas según el Derecho extranjero y
el orden público internacional.
4. Procesos de restitución internacional
En lo que respecta a los procedimientos de restitución internacional
observamos, por una parte, el reflejo de las políticas de acción Law in action o
Mise en oeuvre progressive a las que hacíamos referencia al principio de este
trabajo, a través de la intervención, en función pedagógica, del juez de enlace por
Venezuela en la Red Internacional de Jueces de La Haya.54
Por otra parte, vemos que hay una pretensión en el juzgador de imprimir celeridad
a los procedimientos de esta naturaleza, en aras del interés superior del niño. En
una decisión muy reciente,55 la Sala de Casación Social exhorta a los jueces a ser
diligentes y céleres, a actuar con urgencia sin dilaciones ni incidencias indebidas
en aplicación del Convenio de La Haya sobre Aspectos Civiles de la Sustracción
Internacional de Menores. Al respecto, el fallo reitera la opinión de la Sala
53 Convendría en este asunto que nuestros jueces tomaran como base la conceptualización de las
llamadas “esferas concéntricas” que el maestro Lorenzo Herrera Mendoza utilizara para explicar el orden público en el Derecho internacional privado y diferenciarlo del orden público interno. Ver, HERRERA MENDOZA, Lorenzo. Estudios sobre Derecho Internacional Privado y Temas Conexos, ed. conjunta para Estudiantes Universitarios del 5to año de Derecho, Emp. El Cojo, S.A., Caracas, 1960, pp. 30-37, especialmente, pp. 36 y 37.
54 Esto, en cabeza de la magistrada que funge como enlace en la Red. Puede verse en un fallo, su intervención en referencia a la ventaja de las comunicaciones judiciales directas respecto a los exhortos y cartas Rogatorias. Véase, Tribunal Superior Primero del Circuito Judicial de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas y Nacional de Adopción Internacional, Sent. Nº PJ0562013000026, Exp. Nº AP51-R-2013-003153 (Karen Suhey Vanegas Torregroza), 09/04/2013.
55 TSJ/SCS, Nº 0673 (Juan Barquiel Gumbao vs Francys Del Valle Castilllo Matute), 09/08/2013.
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Constitucional expresada 2009,56 en la que se sostuvo lo innecesario de recurrir al
exequatur, en tanto que el fin perseguido por dicho Convenio es la restitución
inmediata del menor sustraído ilícitamente.
Por ello el fallo advierte, en lo concerniente a la protección de los derechos de
custodia, la clara delimitación que hace el Convenio de excluir lo relativo a la
cuestión de fondo, pues, esta debe ser resuelta por el juez correspondiente a la
residencia del menor, tenida como el lugar de su centro de vida antes de la
sustracción; y en tal sentido, recuerda la improcedencia de utilizar la nacionalidad
como criterio de conexión en lugar de la residencia habitual.
56 TSJ/SC, N° 850 (Violeta Josefina Franco de Van Dertahg), 19/06/2009.