Consideraciones globales sobre modernidad y modernización en Colombia

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Algunas consideraciones globales sobre "modernidad" y "modernizacion" en el caso colombiano Jorge Orlando Melo * 1. MODERNIDAD Y MODERNIZACION La idea de un mundo "moderno" se afianza, como es sabido, en la polémica francesa entre los "anciens" y los "modernes", a finales del siglo XVII. 1 Alrededor de esta polémica se constituyen la idea ilustrada del progreso, que será un elemento central de la filosofía política e histórica del siglo XVIII, y la definición de la sociedad como un sistema perfectible, que se sujeta progresivamente a paradigmas más racionales de acción. Los historiadores del siglo XVIII, al tratar de determinar los "orígenes" del mundo moderno, tendieron a colocar la ruptura en el Renacimiento. Esta concepción encontró una magnífica expresión, en el siglo pasado, en J. Burckhardt, para quien el mundo moderno se caracterizaba por el triunfo de los intereses laicos sobre la visión religiosa, por el surgimiento de una ética política intramundana, por el descubrimiento del hombre como sujeto histórico, por el desarrollo de la ciencia de la naturaleza y el interés por el conocimiento del mundo y por la aparición de una pintura de intención realista y no simbólica 2 . * Historiador, investigador del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones internacionales.. Conferencia leída en el Seminario sobre Meiji Ishin, Tokio, United Nations University, oct. 1983. Ver Miguel Urrutia y Nagai Mishio, Meiji ishin: Restauration and Revolution. (Tokio, United Nations University, 1985). Publicado en español como “El Proceso de Modernización en Colombia, 1850-1930” en Revista Extesnion Cultural , Universidad Nacional de Medellín, No 20, 1985. Esta versión, revisada, fue publicada en Análisis político (Bogotá). -- no. 10 (May./Ago. 1990). -- p. 23-35. y también en Colombia: el despertar de la modernidad, Bogotá: Foro Nacional por Colombia, 1991 y es la que se reproduce aquí.. 1 El término es común desde el Renacimiento, corno contraste con la Edad Antigua, pero tiende a usarse sólo en sentido negativo. Ver Raymond Williams, Keywords: a Vocabulary of Culture and Society, Londres, 1976, p. 174. 2 J. Burckhardt, La cultura del Renacimiento en Italia, Barvelona, 1969, pp. 4, 8, 37 y 100: "es en Italia donde por vez primera ... se despierta una consideración objetiva del Estado y con ella un manejo objetivo de las cosas del Estado y de todas las cosas del mundo en general.

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Algunas consideraciones globales sobre "modernidad" y "modernizacion" en el caso colombiano

Jorge Orlando Melo*

1. MODERNIDAD Y MODERNIZACION

La idea de un mundo "moderno" se afianza, como es sabido, en lapolémica francesa entre los "anciens" y los "modernes", afinales del siglo XVII. 1Alrededor de esta polémica seconstituyen la idea ilustrada del progreso, que será un elementocentral de la filosofía política e histórica del siglo XVIII, yla definición de la sociedad como un sistema perfectible, que sesujeta progresivamente a paradigmas más racionales de acción.

Los historiadores del siglo XVIII, al tratar de determinar los"orígenes" del mundo moderno, tendieron a colocar la ruptura enel Renacimiento. Esta concepción encontró una magníficaexpresión, en el siglo pasado, en J. Burckhardt, para quien elmundo moderno se caracterizaba por el triunfo de los intereseslaicos sobre la visión religiosa, por el surgimiento de unaética política intramundana, por el descubrimiento del hombrecomo sujeto histórico, por el desarrollo de la ciencia de lanaturaleza y el interés por el conocimiento del mundo y por laaparición de una pintura de intención realista y no simbólica 2.* Historiador, investigador del Instituto de Estudios Políticos y Relacionesinternacionales.. Conferencia leída en el Seminario sobre Meiji Ishin, Tokio, UnitedNations University, oct. 1983. Ver Miguel Urrutia y Nagai Mishio, Meiji ishin: Restauration andRevolution. (Tokio, United Nations University, 1985). Publicado en español como “El Procesode Modernización en Colombia, 1850-1930” en Revista Extesnion Cultural, Universidad Nacional deMedellín, No 20, 1985. Esta versión, revisada, fue publicada en Análisis político (Bogotá). --no. 10 (May./Ago. 1990). -- p. 23-35. y también en Colombia: el despertar de la modernidad, Bogotá:Foro Nacional por Colombia, 1991 y es la que se reproduce aquí..1 El término es común desde el Renacimiento, corno contraste con la Edad Antigua, perotiende a usarse sólo en sentido negativo. Ver Raymond Williams, Keywords: a Vocabulary of Culture andSociety, Londres, 1976, p. 174.2 J. Burckhardt, La cultura del Renacimiento en Italia, Barvelona, 1969, pp. 4, 8, 37 y 100: "es enItalia donde por vez primera ... se despierta una consideración objetiva del Estado y conella un manejo objetivo de las cosas del Estado y de todas las cosas del mundo en general.

La caracterización cultural del mundo moderno fue complementadapor la visión históricoeconómica de Marx, quien trató dedeterminar las condiciones de la llamada "acumulaciónoriginaria", que equivaldría al establecimiento de lascondiciones para el surgimiento del capitalismo. De este modo,el mundo moderno en un sentido global quedó conformadoparalelamente con la constitución de una modernidad económica,definida por el capitalismo y por una modernidad cultural. Lasociología alemana de fines del siglo XIX y comienzos del sigloXX hizo grandes esfuerzos por mostrar la relación entre estosdos ámbitos: obras bien conocidas de Sombart y Weber, enparticular, trataron de escudriñar las condiciones culturales dela transición al capitalismo. Para ellos era, resulta claro, elvínculo entre un "espíritu del capitalismo" y el desarrollo delas nuevas instituciones económicas. Del mismo modo, estaspreocupaciones condujeron a un análisis del papel de la religiónen esta transición, a partir de la comprobación admitida delcarácter intramundano y desencantado de la visión moderna delmundo. Weber, Tawney, Troeltsch, Sombart darían respuestasdiferentes a la cuestión del papel del protestantismo, eljudaísmo y el catolicismo en el surgimiento del mundo moderno3.

Los historicistas alemanes, como Ranke, y el mismo Marx,aunque desde una perspectiva radicalmente opuesta, subrayarontambién como elemento central del proceso de consolidación delmundo moderno el surgimiento de los Estados Nacionales;Maquiavelo podría ser visto como el primer representante deuna concepción moderna del Estado y como quien vislumbró laexistencia de una instancia política autónoma. El análisis delas condiciones de formación de un espacio político homólogoY al lado de esto, se yergue, con pleno poder, lo subjetivo: el hombre se convierte enindividuo espiritual y como tal se reconoce".3 El conocido debate comenzó con la publicación, en 1905, del libro de Max Weber La éticaprotestante y el espíritu del capitalismo, Barcelona, 1971. Tawney matizó bastante elargumento en La religión y el auge del capitalismo, Buenos Airea, 1956. El trabajo esencialde Werner Sombart es El capitalismo moderno, en el que subraya la contribución de grupos comolos católicos y judíos. Pueden verse también sus libros Lujo y capitalismo, Madrid, 1973, y Elburgués, Madrid, 1977. Una equilibrada presentación de la influencia protestante en elsurgimiento del capitalismo, que incluye una discusión general del múltiple impacto delprotestantismo en la aparición del mundo moderno, la hizo Ernst Troeltsch, El protestantismo y elmundo moderno, México, 1951, [1911].

al mercado laboral, con ciudadanos independientes y con unaseparación entre la esfera económica y la política, fue temade estudios ya clásicos como los de C. B. Macpherson y KarlPolanyi4.

Por supuesto, las diversas versiones del proceso de transiciónal mundo moderno y el papel relativo de los aspectosculturales, económicos y políticos difieren substancialmenteentre sí. Pero debe destacarse que el proceso que a grandesrasgos cubre el período entre el Renacimiento y el siglo XIXcondujo a una diferenciación creciente entre sectores modernosy tradicionales, tanto en los países metropolitanos como enlas colonias. En la misma Europa, el pensamiento laico ymoderno resultó crecientemente contrapuesto a una mentalidadtradicional, presunto rezago del mundo medieval, y queencontraba su expresión central en las culturas campesinas.Del mismo modo, los comportamientos económicos del sectorcapitalista, descritos y explicados por la "economía política"criticada por Marx o por los economistas marginalistas,aparecían como regidos por leyes diferentes a las de laseconomías campesinas tradicionales. Todo esto contribuyó, acomienzos del siglo XIX, para el surgimiento de una serie demovimientos culturales y políticos que en algunos aspectostenían una connotación antimodernista. El descubrimiento delfolclor en los países europeos periféricos, la revaloración delas tradiciones medievales y el énfasis en las lenguas étnicascondujeron a una explosión de nacionalismo, contrarioaparentemente al universalismo capitalista moderno5.

Mucho más decisiva fue la percepción del crecientedistanciamiento entre los núcleos económicos del mundo, enproceso de rápido avance, y el estado de los países colonialeso que recientemente habían salido de ese status. En Europa,fue casi unánime la visión de que este desfase solamentepodría suprimirse mediante la destrucción radical de lasformas tradicionales de vida. Quizás en ningún autor se4 C. B. Macpherson, The Political Theory of Possesive Individualism: Hobbes to Locke, Oxford, 1962, y Karl Polanyi,The Great Transformation: The Political and Economic Origins of our Time, Boston, 19675 Ver, al respecto, el libro de Benedict Anderson Imagined Communities. Reflexions on the Origins andSpread of Nationalism, Londres, 1983.

encuentra esta idea expresada con mayor énfasis yconvencimiento que en Marx, para quien la evolución inglesarepresentaba el paradigma del desarrollo capitalista, que seexpandiría a todo el universo, destruyendo los modos deproducción precapitalistas que constituían obstáculos alprogreso6.Puede sostenerse que el triunfo de la modernidad representa lacongruencia de tres procesos revolucionarios que transformaronla sociedad europea (y las colonias de poblamiento como losEstados Unidos) a ritmos diferentes entre el siglo XV y elsiglo XX7. En primer lugar la revolución económica, que generópor primera vez un sistema productivo en proceso continuo decrecimiento, capaz de sostener un aumento permanente y no cíclicode la población. Los elementos centrales de este proceso fueronel establecimiento del capitalismo, la vinculación estrecha entreel desarrollo tecnológico y el proceso económico, la creación dela industria fabril, la creciente utilización tecnológica de losconocimientos científicos y el surgimiento de una economía basadaen el mercado de trabajo asalariado y en la propiedad privada dela tierra y los recursos productivos.

En segundo lugar una revolución política, que configuró losestados nacionales modernos, con un Estado con pretensiones desoberanía, vinculado a una ciudadanía abstracta como fundamentode esa soberanía. Las diferentes doctrinas del pacto socialcondujeron a la formulación de una teoría política democrática,que se convirtió en la doctrina por excelencia de la sociedadcapitalista moderna y, eventualmente, de las sociedadesdenominadas socialistas. Esta revolución destruyó cualquierfundamento conceptual del poder, diferente a la voluntad delpueblo, independientemente de las diversas interpretaciones,

6 En El Capital, México, aparece el famoso texto en el que Marx señala que los países que nohan completado la transición al capitalismo deben ver en Inglaterra el paradigma de sudesarrollo: "De te fabula narratur". Vol I, cap VIII. Los artículos sobre la India, en 1853,presentan, en palabras del propio Marx, "como revolucionaria la destrucción de la industriavernácula por Inglaterra". Carta a Engels, 14 de junio de 1853, citada en K. Marx-F. Engels,Materiales para la Historia de América Latina, Buenos Aires, 1972. En la mayor parte de su obra seadvierte una visión de la destrucción de los modos de producción pre-capitalistas como unproceso civilizador, aunque lamente la barbarie de los colonizadores.7 Un sofisticado análisis de esos procesos se encuentra en Raymond Williams, The Long Revolution,Londres, 1961, donde se usa expresamente el término "revolución cultural".

liberales o colectivistas, que se le dieran a esta voluntad. Enmuchos sentidos puede sostenerse que esta revolución estáinconclusa en un grado mayor que las otras dos, por lasdificultades que creó en el funcionamiento de la democracia lamuy desigual distribución de poder económico y cultural dentro dela sociedad, lo que llevó a redefinir la democracia paraentenderla como "democracia económica", "democracia social" o"democracia participatoria" y condujo a atribuir al Estadofunciones redistributivas esenciales8.

En tercer lugar, se produjo una revolución cultural de grandesconsecuencias. Entre el siglo XVI y el siglo XX se ha efectuadoun paulatino desplazamiento de las formas de comunicación social.El papel de la Iglesia y de la familia en la transmisión de latradición cedió ante la importancia creciente del sistema escolarformal, y en la medida en que se expandió la alfabetización, anteel surgimiento de una industria cultural. Esta industria,conformada inicialmente por el sistema editorial de libros, sobretodo en lenguas nacionales (configuradas en muchas partes, partirde un mar de dialectos locales, por la misma imprenta: piénseseen las biblias alemana e inglesa), tuvo un primer salto con elsurgimiento de los diarios. A partir de ese momento, lacomunicación escrita se convirtió en uno de los aspectoscentrales del intercambio social, y la alfabetización dejó de seruna herramienta concreta de determinados sectores sociales paraconvertirse en elemento esencial de la ciudadanía. Los gruposiletrados fueron entonces definidos como atrasados portadores dela cultura "popular", entendida esencialmente como una reliquiadel pasado y objeto de investigación por los folcloristas.

En el siglo XX, ante la relativa lentitud de la transformaciónmodernizadora de las sociedades periféricas en sociedadescapitalistas modernas, se plantearon proyectos globales demodernización acelerada. El más masivo de todos ha sido el hechoa nombre del socialismo y de la crítica del capitalismo, aunquemantuvo en general los objetivos modernizadores centrales deéste. El éxito inicial de estos esfuerzos, y los conflictos8 Un desarrollo de estos temas lo hace C. B. Macpherson en Democratic Theory: Essays in Retrieval, Oxford,1978, pp. 24-36 y en todo su libro La realidad democrática: liberalismo, socialismo, tercer mundo, Barcelona.1968.

geopolíticos derivados de la consolidación del mundo socialistacomo alternativa al mundo capitalista, contribuyeron alsurgimiento de una teoría alterna del desarrollo inscrita dentrode parámetros no revolucionarios. Esta teoría condujo a laformulación, en las décadas de 1950 y 1960, de diversas visionesdel proceso de "modernización" de los países periféricos. Engeneral, y simplificando arbitrariamente estasconceptualizaciones, se describió el proceso de transformacióncomo una lucha entre sectores modernos y capitalistas enconflicto con instituciones y grupos tradicionales9. Aunque eraempíricamente admisible la existencia de dualismos en la sociedady la economía de los países atrasados, la teoría de lamodernización tendió a simplificar linealmente los procesos decambio, a desconocer que en los países atrasados (y no sólo enellos) la existencia de instituciones y situaciones llamadas"tradicionales" -como las formas de trabajo no asalariado, lasupervivencia de campesinado, el dominio político violento sobreamplios sectores de la población, la existencia de ideologíasautoritarias, el papel represivo de la Iglesia, etc. - era enbuena parte producto del desarrollo del sector identificado comomoderno. Del mismo modo, se tendió a subrayar, ignorando todoslos aspectos contradictorios de esta relación, la identidad entreel sector moderno y los centros mundiales de la economía,convirtiendo a los empresarios industriales y agrarios y susaliados transnacionales en los agentes centrales de un proceso demodernización que se consideraba deseable y que iba, obviamente,en el sentido de la generalización de las relacionescapitalistas. En todo caso, el auge de estas teorías tendió areducir el problema de la modernidad y del "mundo moderno", en unsentido más amplio, aun proceso de "modernización" definido entérminos relativamente estrechos y fundamentalmente económicos,por las burocracias de las entidades de ayuda internacional.

Las anteriores páginas presentan en forma excesivamenteesquemática procesos muy complejos, ignorando aspectos centrales.Sin embargo, resulta conveniente tenerlas en cuenta como baseparcial de la exposición que sigue, relativa a los aspectos9 De la amplia literatura al respecto, es un ejemplo temprano el de Cyril E. Black, The Dynamicsof Modernization, New York, 1967. Ver también Cyril Black, "An Introduction to Modernizationstudies", en Nichio Nagai (ed), Development in the Non-western World, Tokio, 1964. Las teorías del"despegue" de W. W. Rostow se enmarcan sin duda dentro de este tipo de visiones.

centrales de los procesos de transformación modernizadora enColombia. Para efectos prácticos, considero procesos demodernización

los que conducen al establecimiento de una estructura económica concapacidad de acumulación constante, y en el caso de Colombia,capitalista; de un Estado con poder para intervenir en el manejo yorientación de la economía; a una estructura social relativamentemóvil, con posibilidades de ascenso social, de iniciativaocupacional y de desplazamientos geográficos para los individuos; aun sistema político participatorio y a un sistema cultural en el quelas decisiones individuales están orientadas por valores laicos (loque en general) incluye el dominio creciente de una educación formalbasada en la transmisión de tecnologías y conocimientos fundados enla ciencia10.

Allí se ampliaba algo esta descripción, en la siguiente forma:

El desarrollo de una economía capitalista, independientemente de lasanomalías y deformaciones que pueda adoptar en países periféricos,supone la aparición de un mercado de mano de obra asalariada y de unproletariado, la eliminación de las restricciones legales quesustraen la propiedad de la tierra del mercado, la creación de unmercado nacional, el surgimiento de un sector industrial basado enel empleo de maquinaria y energía mecánica. Para las economíasdependientes, el proceso de transformación capitalista de laeconomía requiere la ampliación de los vínculos con el mercadomundial y la destrucción de formas de producción tradicionalmenteorientadas al autoconsumo. El proceso de consolidación de un Estadomodero exige la ruptura de formas particularistas de ejercicio delpoder público, la eliminación de estructuras regionales políticasindependientes, el establecimiento de sistemas tributarioseficientes, confiables e impersonales, la conformación de unaburocracia y un sistema policial capaces de imponer las decisionesdel Estado. El proceso de modernización del sistema social incluyeel crecimiento del sector urbano, la eliminación de diferenciaslegales entre la población, el debilitamiento de la dependenciaindividual de estructuras estamentales, étnicas y familiares y elsurgimiento de un sistema de clases sociales formalmente abiertas.Las transformaciones culturales pueden incluir el debilitamiento dela función de la religión, el surgimiento de un sistema masivo deeducación pública, la incorporación acelerada de tecnologías decomunicación provenientes de los centros económicos avanzados, el

10 J. O. Melo, "El proceso de modernización en Colombia, 1850-1930", Revista Extension CulturalUN, No. 20, Medellín, 1985, p. 31.

cambio de valores sociales y percepciones acerca del trabajo, lariqueza, el empleo del tiempo, la función de la ciencia, etcétera.

II. MODERNIDAD Y TRADICION EN COLOMBIA: SUS ANTECEDENTES

Colombia ingresa en el mundo a través de la conquista por España.Que esto haya sido así tiene al menos dos consecuencias de signocontrario: por una parte condujo a una temprana incorporación almundo cultural occidental, pero por otra hizo que, como ha sidoseñalado por varios autores, los elementos del mundo moderno quetransformaron la Europa postrenacentista llegaran doblementedebilitados a la Nueva Granada, por la supervivencia detradiciones culturales indígenas y por la muy parcialeuropeización de España, que asumió como cruzada la luchacontrarreformista, cerrándose a aspectos centrales del mundomoderno. En particular, el desarrollo del capitalismo fuerelativamente débil y tardío, el sistema científico-académico semantuvo aislado del resto de Europa, y la estructura políticamantuvo rasgos extraordinariamente autoritarios.

Los primeros esbozos de una ideología modernizadora sepresentaron en la élite criolla neogranadina de la segundamitad del siglo XVIII. Su percepción del atraso hispánico, ydel atraso adicional en el que estaba nuestro territorio,estuvo vinculada desde el comienzo a la adopción de unpensamiento protoliberal, cercano al liberalismo europeo. Eldesarrollo de una economía capitalista, la igualdad legal de lapoblación, la expansión de la educación, la ampliación de lasoportunidades de dirección administrativa para los criollos,estuvieron entre los primeros componentes de un proyectomodernizador identificado con el pensamiento ilustrado y que seinscribía, sin muy seria ruptura, dentro de la tradiciónparcialmente europea de las élites criollas.

Facilitaba también, aparentemente, la perspectiva de una rápidamodernización de la Nueva Granada el hecho de que aquí adiferencia de otras regiones hispanoamericanas, se habíarealizado un proceso muy acelerado de mestizaje, que paraentonces había destruido la autonomía cultural de lasprincipales naciones indígenas y creado, tempranamente en

comparación con otras regiones hispanoamericanas, una identidadlingüística (ya más del 90% de la población hablabaexclusivamente el español) y una religiosidad relativamentehomogénea11 .

Elemento central de este primer esfuerzo modernizador fue elesfuerzo consciente por crear una práctica científica local ypor transformar las instituciones académicas superiores. Estose expresó en la conformación de la Expedición Botánica, en lareforma de los planes de estudio universitarios y en el intentopor desplazar a los clérigos de la enseñanza universitaria parareemplazarlos por laicos, así como en una critica general delsaber tradicional. A pesar del carácter elitista de este primeresfuerzo de "modernización", reforzó tres corrientes de gransignificación posterior: a) contribuyó a generar un esbozo deidentidad nacional, contraponiendo los americanos y losespañoles, que tuvo implicación en la aparición de tendencias ala independencia nacional; b) subrayó la importancia de unaciencia aplicable a las necesidades del país, entendidas entérminos de producción y explotación de los recursos naturales,y c) promovió entre los grupos dominantes la visión de que elpensamiento y las instituciones tradicionales, vinculados aEspaña, constituían una fuente de atraso, y que era convenienteabrirse al ejemplo, más liberal y capitalista, de otrasregiones, como los Estados Unidos, Francia e Inglaterra.

No entro en detalles en el análisis de algunos procesos demodernización centrales del siglo XIX, que están descritos conmás precisión en el articulo antes citado. Aquí baste señalaralgunos puntos centrales. El hecho de que la independencia sehubiera logrado en un momento en el que Inglaterra aparecíacomo el modelo por excelencia del desarrollo, y los EstadosUnidos como el más exitoso ejemplo del proceso de crecimientode un pueblo recién liberado, hizo que desde entonces seidentificara con el logro de los objetivos de independencianacional el establecimiento de una economía capitalista y de unsistema político liberal y basado en la soberanía popular. Como11 Ver J. O. Melo, "Lo identidad nacional: etnia y región en Colombia", ponencia presentada al IX Congreso Nacional de Antropología, Villa de Leyva. octubre de 1988. Publicada como Etnia,región y nación: el fluctuante discurso de la identidad en Colombia

esta opinión fue común a todos los sectores de la élite y a losdirigentes de los dos partidos que se configuraron a mediadosdel siglo pasado, los objetivos del proyecto modernizador no sevieron alterados substancialmente por las vicisitudes de lasluchas políticas del siglo XIX ni por la inestabilidad delperiodo. Para 1850 este proyecto modernizador hacía parte delideario fundamental de los grupos dirigentes del país, .y susdefensores podían alegar que al menos en el plano político seencontraba muy avanzado, en la medida en que se había creado unEstado independiente, cuyo sistema institucional se basaba enprincipios constitucionales y jurídicos similares a los de lasmás avanzadas naciones de Europa: legislación escrita,separación de poderes, funcionarios electivos mediante unsistema electoral limitado, derecho civil y penal tomado deFrancia. Socialmente, el país había suprimido lasdiscriminaciones legales basadas en diferencias étnicas, alabolir la esclavitud y decretar la igualdad jurídica de todoslos neogranadinos. En términos económicos, a partir de 1845 seadoptó sin restricciones el modelo librecambista, con suapertura al comercio internacional y los esfuerzos por establecerun mercado interno de tierras y de trabajo.La coincidencia de objetivos entre todos los sectores de la éliteno evitó algunas divergencias fundamentales, que condujeron aidentificar al partido liberal con los esfuerzos modernizadoresmás radicales, apoyados en la autonomía del Estado con respecto ala Iglesia, en el uso de la escuela como eje del esfuerzacultural de transformación de la mentalidad popular, en lamovilización de sectores populares y en la difusión de prácticasdemocráticas, y en la importación de "modelos" políticos yjurídicos europeos. Entre tanto, el partido conservador escogióun proyecto de modernización capitalista que pretendía conservarlas estructuras de autoridad y de mentalidad tradicionales delpaís: el peso de la Iglesia, el dominio político de lospropietarios, la ausencia de movilización popular, el uso de laeducación para consolidar la formación religiosa y para promoverel aprendizaje de técnicas laborales, y en general la búsqueda deinstituciones que correspondieran a la "realidad" nacional,entendiendo por esto las que no innovaran substancialmente elorden social. Por supuesto, en ambos partidos hubo diferencias

internas importantes; en particular en el partido conservadorsiempre existieron franjas para las cuales el proyectomodernizador capitalista era de escasa importancia o inclusonocivo para el país, en la medida en que disolvía los valorestradicionales o creaba la amenaza de movimientos "demagógicos".

A pesar de este acuerdo esencial, el modelo de desarrollo liberaladoptado por empresarios y políticos tropezaba con seriasdificultades. Es cierto que en las condiciones de la época no erapensable ningún proyecto de desarrollo económico que no partierade la vinculación a los mercados internacionales12. Sin embargo,las limitaciones de la Nueva Granada para una exitosa vinculaciónal mercado mundial eran muy fuertes. El país se encontraba muyfragmentado en términos económicos, las principalesconcentraciones de población se hallaban en las altiplaniciesandinas, a gran distancia de las costas y productoras de bienessimilares a los de las zonas templadas de Europa y los EstadosUnidos. El ordenamiento laboral en el campo, basado ante todo enla existencia de haciendas con trabajadores no asalariados o encampesinos independientes, restringía la movilidad de la mano deobra y limitaba la magnitud del mercado. Los capitalesdisponibles eran escasos y se encontraban en formas ¡liquidas.Las tecnologías eran muy atrasadas y existían barreras culturalesal crecimiento de la intensidad del trabajo. La debilidad delEstado y la fragmentación, regional y política, de los grupos depropietarios, se manifestaba en la constante inestabilidad, enfrecuentes guerras civiles y en la poca continuidad de la acciónpública. Y por último, los recursos externos con los que soñaronnuestros liberales -la migración de una mano de obra blanca,inteligente y disciplinada y el flujo de capitales extranjeros-se orientaron hacia áreas de colonización templadas, comoArgentina o los Estados Unidos. Sin embargo, entre 1850 y 1890 selogró una elevada tasa de crecimiento del comercio internacional,superior al 4% anual y un aumento todavía mayor de la capacidadimportadora del país. Esto reforzó algunos procesos de corte

12 Un análisis de loe aspectos de la estructura económica que hacían utópico el desarrollobasado en el mercado interno se encuentra en J. O. Melo, "El modelo liberal", en Manual deHistoria (Bogotá, Colcultura, 1979). Marco Palacios adopta una visión similar en El café enColombia, 1850-1970: una historia económica, social y política, 2ª edición, Bogotá, AncoraEditores, 1983.

modernizador: se consolidaron los grupos comerciales, se crearonlas bases para un sistema bancario, se adoptaron políticasorientadas a ampliar las exportaciones, sobre todo en el terrenode las comunicaciones fluviales y ferroviarias y se adoptó unapolítica educativa más agresiva y con algún énfasis tecnológico.En el campo político, se produjo, a partir de 1863, un proceso deconsolidación regional de las élites, que superaban así suslocalismos municipales de origen colonial.

Sin embargo, poco se modificó una estructura social y económicainterna basada en el poder de los hacendados y en la sujeción(llena de limitaciones tradicionales y debilitada por laexistencia de una frontera, es cierto) de una numerosa poblaciónde aparceros y arrendatarios; medidas como la desamortización delos bienes eclesiásticos, decretada en 1861 por el liberalismo,condujeron, sobre todo, a un desplazamiento de propietarios peropoco alteraron los rasgos estructurales de la propiedad rural.Esta estructura permitía la dominación política de laspoblaciones campesinas y su exclusión de las formas demodernización cultural que se esbozaban en los sectoresurbanos: los campesinos de las zonas de hacienda se fueronhaciendo más y más atrasados a medida que cambiaban lascondiciones generales de la economía.

Dos procesos paralelos comenzaron a transformar el campocolombiano: por una parte un amplio movimiento de colonizacióncampesina, que conformó un campesinado independiente querepresentaba para comienzos del siglo XX probablemente lamayoría de la población rural. Por otra, la gran propiedad seexpandió por las zonas pobladas y cálidas del país, basada enformas tradicionales de sujeción de la población rural y en unsistema legal y de asignación de baldíos que daba todo su apoyoa los grandes propietarios y trataba con mezquindad a loscolonos campesinos. La inmensa mayoría de la tierra que saliódel dominio público sirvió para acrecentar la sesgadadistribución de la propiedad rural existente desde el períodocolonial.

Mientras el gobierno estuvo en manos del partido liberal, sepresentó un álgido conflicto entre el proyecto liberal y laIglesia, principalmente durante el período de 1850 a 1880. Enefecto, el liberalismo tendió a ver en la Iglesia un obstáculoal progreso, sobre todo al adoptar ésta universalmenteposiciones antiliberales y antimodernistas. Este conflictocondujo, como ocurre con frecuencia en estos casos, alreforzamiento de los elementos tradicionalistas, que lograronobtener un gran apoyo entre los sectores populares del país,vinculados todavía a estructuras productivas no capitalistas yformados en procesos de socialización dominados por la Iglesiay la familia. De este modo, durante la Regeneración seestableció un ordenamiento político y cultural autoritario ytradicionalista, bastante hostil a algunos aspectos asociadoscon la modernización económica, social, política y cultural delpaís. Sin embargo, al mismo tiempo los sectores dirigentes delpaís continuaban compartiendo el anhelo del desarrollocapitalista, lo que dio al Estado y al proyecto políticoregenerador, más que un contenido antimodernizador, un airecontradictorio de "modernización tradicionalista", gradual ylento, que no pretendia eludir todo conflicto con lastradiciones culturales del país o con sus estructuraspolíticas. Mientras se apoyaba el crecimiento económico y enparticular del comercio internacional, el incremento de laescolaridad, vista como importante para la producción, yciertas formas de conocimiento tecnológico, se rechazabanelementos centrales del pensamiento científico y se trataba demantener el país aislado de las formas de pensamiento laico oliberal. La estructura social, aunque se modificaba con elcrecimiento de las ciudades y la expansión del campesinado, seapoyaba en la creciente concentración de la propiedad rural yen el apoyo dado por el Estado a los propietarios en losconflictos que los enfrentaban cada vez más a colonos oarrendatarios. Del mismo modo, el sistema político mantuvo, ensus aspectos formales, una estructura altamente autoritaria yde baja participación, mediante un sistema electoralrestrictivo, un centralismo muy fuerte y una escasaparticipación del Parlamento en la definición de la política.En sus aspectos sustantivos, se apoyaba en un esquema de

dominio gamonalista local que constituía un espejo del dominiosocioeconómico general: en cierto modo, se instauró un ordencapitalista antes de instaurar un orden cultural y socialcompetitivo y abierto.

Un elemento fundamental para la determinación del modelo demodernización del país -y para el mantenimiento de objetivosmodernizadores- durante el régimen conservador fue eldesarrollo de la región antioqueña. Allí una élite conservadorasocialmente menos tradicionalista (dada su dedicación aactividades comerciales y mineras) impulsó el desarrolloindustrial, el mejoramiento de la infraestructura detransportes y la ampliación de la escolaridad con el apoyo dela Iglesia, bajo el impulso de la dinámica generada por unproceso colonizador centrado en el campesinado. Esta situaciónprodujo, simultáneamente, una mayor interiorización de losvalores religiosos, muy vinculados a la vida familiar, y unaexpansión en todas las capas de la población de valoresnormalmente asociados con la modernidad capitalista: lavaloración del tiempo, el afán de lucro, la búsqueda individualdel éxito, la valoración de la iniciativa individual, lamovilidad territorial y social y, en general, la afirmación deun ethos social individualista (a pesar de los rasgoscolectivos de los procesos iniciales de colonización). Además,no obstante la existencia de claros prejuicios raciales, seconsolidó una visión abstracta de la ciudadanía y lapersonalidad, que llevó a abrir a todos el ascenso social,siempre que lograran triunfar en la competenia por el dinero o,en menor grado, la cultura.

Durante la segunda y tercera décadas del siglo XX un nuevocrecimiento exportador contribuyó a consolidar definitivamentelas bases para el desarrollo capitalista del país y para sudefinitiva incorporación en la economía mundial. El café,cultivado sobre todo por campesinos independientes, hablacontribuido apoyando una transformación general de la economíadel país. Para finales de la década de 1920 el país entraba enuna fase de desarrollo económico acelerado, y en especial delsector industrial moderno. Se había creado un mercado interno

significativo y un mercado de mano de obra asalariada. El Estadotenía por primera vez instrumentos para influir seriamente en lamarcha de la economía e intentaba intervenir en la regulación delos conflictos laborales y sociales, aunque su presencia real selimitaba a las zonas urbanas y sus áreas inmediatas deinfluencia. El sistema político se había ampliado, sobre todomediante las reformas constitucionales de 1910 que establecieronla elección directa del presidente, y mediante una participaciónmás activa de sectores medios y grupos de trabajadores urbanos enla vida política. Paralelamente, se incrementaban los conflictossociales, que enfrentaban a los nuevos sectores urbanos, sobretodo trabajadores asalariados no industriales, con el Estado olos empresarios (en especial extranjeros), y a los colonos eindígenas rurales con los grandes propietarios, por problemas detitulación o por las restricciones a los derechos de losaparceros y arrendatarios.

Las élites regionales aparecían ya crecientemente unificadas enel plano nacional, dirigidas por un burguesía que girabaalrededor del café, de los procesos de comercio exterior y delnaciente sector industrial, y que lograba imponer sus políticas,orientadas por un antiintervencionismo bastante radical, a unEstado débil y que había tenido una participación muy limitada enlos procesos culturales, sociales y económicos que habíanproducido ya, para 1930, las bases difícilmente cuestionables deuna sociedad capitalista.

III. EL PROCESO DE MODERNIZACION POLITICA

El triunfo liberal de 1930 permitió el ascenso al poder de unaélite con un proyecto de modernización que acentuaba los aspectospolíticos abandonados por el proyecto regenerador. Mientras quese seguía compartiendo el objetiçvo económico capitalista delperíodo anterior, el liberalismo confiaba en contribuir a la quehe llamado "revolución política" generando las basesinstitucionales para una ciudadanía universal y abstracta. Paraello, estableció el sufragio universal y directo, promovió laparticipación política popular, la movilización de masas, la

organización del sindicalismo, etc. Incluso en el planosimbólico, la conversión de la calle en escenario de laparticipación política, mediante la manifestación pública, eraseñal de este esfuerzo de ampliación del espacio político13.

De acuerdo con la tradición liberal, durante estos años se hizoun gran esfuerzo por consolidar la soberanía del Estado frente ala Iglesia, devolviéndole el registro civil de los ciudadanos yrecuperando su autonomía en asuntos educativos (en un esfuerzoparcialmente infructuoso: la reforma del Concordato en 1943 nofue aprobada). Los sectores conservadores más autoritarioslograron convertir estos esfuerzos en un nuevo desafío a lo quehabía sido ya definido, desde la Regeneración, como la verdaderaidentidad nacional ("una patria, una lengua, una religión"),polarizando al país entre los defensores de la religión y suspreuntos enemigos. (Es significativo que el conservatismoantioqueño, con excepción de Monseñor Miguel Angel Builes, hayacontribuido poco a esta polarización, y hubiera incluso votado afavor del Concordato en 1943: en su creciente vinculación con elcapitalismo regional, las prioridades de la élite burguesa y dela Iglesia se iban desplazando hacia el control del sindicalismoy el desarrollo de diversas formas de acción social).

Probablemente uno de los procesos que requiere aún un mayoresfuerzo interpretativo es el del fracaso final del proyectoliberal, atribuido anecdóticamente a la decisión del presidenteLópez de decretar una "pausa" en su proyecto de "revolución enmarcha". El problema es mucho más profundo y tiene que ver con ladificultad para promover una movilización social en Colombia,tras la consolidación de las esçtructuras de poder rurales quetuvo lugar bajo el gobierno regenerador, y el afianzamiento de unsistema de dominación social nacional apoçyado en buena parte enel funcionamiento del Estado como un aparato clientelístico, sinun gran poder autónomo, y débil frente a las institucionesdominantes de la llamada sociedad civil.

13 Destaco este tema en mi artículo "La política 1900-1944", en Historia de Antioquia, Bogotá, 1988. Dispunible en internet como La politica en Antioquia 1904-1946.

En la mayoría de los sectores dirigentes del país se consolidó,como respuesta a los intentos gubernamentales de modernizaciónpolítiçca, una visión extraordinariamente conservadora,autoritaria y antipopular del orden social, político y cultural.El orden social constituido con base en el acuerdo global de lossectores dominantes social y económicamente, con el apoyo de laIglesia, contó con la contribución decidida incluso de aquellosgrupos económicos más modernos, como los dirigentes industriales,que aunaban su modernismo en la proçducción con una visiónpaternalista de las relaciones laborales y del orden social. Enel sector rural, los grupos de trabajadores asalariados y lossectores sujetos al poder de las haciendas, así como loscampesinos apoyados en una reducida parcela, con muy poco accesoa la escuela y a la información, no tenían posibilidades deorganización que les permitieran enfrentar un sistema degamonalismo rural basado en el mantenimiento del campesinado enuna situación de sujeción cultural y política lo más completaposible.

Convertir al obrero, al campesino, o al trabajador rural ensujeto político, en ciudadano, era un proyecto en buena parteimposible a corto plazo, y las dificultades sociales fueronagravadas por la estrategia liberal, que permitió la polarizaciónalrededor de la cuestión religiosa, en vez de subrayar losprocesos de cambio político, social y económico. De este modo,el discurso liberal no generaba la constitución de una identidadpopular, al entrar en contradicción con la religiosidad todavíaimperante en aquellos sectores, sino una contraposición en labase de la sociedad. La propuesta gaitanista de 1944-48. aunquealgo oportunista, estaba más cerca de la mentalidad de lossectores populares, pero al surgir en un contexto ya muypolarizado no pudo evitar inscribirse en el universo deconfrontación cultural total ya creado, y sucumbió víctima delenfrentamiento liberalconservador14.

14 El mejor tratamiento de los complejos procesos de este período es el de Daniel Pécaut,Orden y Violencia, 2 Vols., Bogotá, 1988. Mis comentarios sobre el problema de la "ciudadanía"han sido en parte sugeridos por esta obra.

Como se ha repetido muchas veces, el gobierno conservador, enparticular en su primera época, continuó el impulso al desarrollocapitalista, dentro de una orientación exacerbadamenteautoritaria, que se reforzó a partir de 1949. La agudización delos conflictos políticos llevó incluso a que hacia 1952 seconsolidara en el Estado un grupo conservador dispuesto areconfirmar la visión tradicionalista en términos integristas queparecían contrarios al nivel de desarrollo que había alcanzado elcapitalismo en el país. Este proyecto, sin embargo, fracasó, enparte por la oposición de los grupos políticos ligados alconservatismo más urbano y más vinculado al sector industrial.

IV. LA MODERNIDAD A LA FUERZA

Las páginas anteriores tratan de subrayar un hecho esencial en lahistoria reciente del país: el último proyecto de modernizaciónrelativamente coherente y explícito fue impulsado por elliberalismo durante las décadas del 30 y el 40 (pues la pausa noafectó otros desarrollos modernizadores diferentes a la másvisible movilización política). Bajo el régimen conservador, porotra parte, se dio una contradicción interna entre los objetivosde desarrollo capitalista y un creciente autoritarismo social,cultural y político.

Del mismo modo, es indispensable reconocer que dada lapersistencia del modelo de desarrollo capitalista en Colombia ysu adopción prácticamente unánime por los grupos dirigentes, eincluso su aceptación también dominante por parte de los sectorespopulares, el autoritarismo social y cultural ha coexistido conel avance de diferentes aspectos e instituciones modernizadores.Muchos de ellos han estado vinculados en forma relativamenteestrecha con las mismas necesidades del desarrollo productivo.Otras han tenido que ver con aspectos del equilibrio político, yotras han resultado de procesos sociales difícilmentecontrolables.

La afirmación central de este artículo es que para 1930 se habíancreado las condiciones fundamentales para el desarrollo de unproceso modernizador, y que el periodo de 1930 a 1958 consolidó

este proceso, aunque en un contexto particularmentecontradictorio. A partir de 1958 el dominio de las institucionesmodernas se impone en forma acelerada, pero sin dejar decoexistir con aspectos tradicionales incorporados y promovidos enmuchas ocasiones por las instituciones modernas.

El periodo del Frente Nacional resulta caracterizado por ladificultad para hacer compatibles los efectos de la modernizaciónsocial, económica y cultural con una distribución del poderdentro de la sociedad que conduce permanentemente al recurso a laviolencia privada. Durante una primera fase de este periodo,quizás hasta 1980, pudo pensarse que el problema central estabaen el conflicto entre un sistema político altamente restringido ylas reivindicaciones de grupos nuevos relativamente radicales queno encontraban canales de expresión dentro del bipartidismotradicional. En la medida en que la economía seguía creciendo aun ritmo bastante elevado, parecía razonable, a primera vista,pensar que las fuertes desigualdades de ingreso y los paquetes deatraso que servían de base para la acción de grupos radicalespodían desaparecer por efecto espontáneo del crecimiento de laproducción. Los gobiernos del Frente Nacional, llenos de unoptimismo sin límites, se negaron a cualquier políticarelativamente seria de distribución de la propiedad o delingreso, aunque impulsaron, por otros motivos, una aceleradaexpansión de la educación que a la larga sí tuvo efectosredistributivos15. De este modo, el clima de cambio económico ysocial contribuía a romper las redes de solidaridad tradicionalesy los mecanismos de sujeción individual, sin construir nuevosmecanismos de convivencia ni conferir nuevas formas delegitimidad del orden social. Los grupos radicales recurrieronentonces a la violencia más que para imponer un orden socialradicalmente diferente, como se sostenía en sus discursosexpresos, para imponer al Estado políticas suavemente reformistaso una mínima neutralidad en los conflictos sociales. La lucha15 Un análisis de estos aspectos de la política frentenacionaliata se encuentra en JorgeOrlando Melo, "El Frente Nacional", en Estrategia económica y financiera, Bogotá, julio de 1978.Publicado en internet como El   Frente Nacional: Reformismo y participación política . Sobrelos efectos redistributivos de la política educativa ver Juan Luis Londoño de la Cuesta,"Distribución nacional del ingreso en 1988; una mirada en perspectiva", en 7 No. 1, Bogotá, FEDESARROLLO, 1989.

armada, que resultaba completamente ilegítima a la luz de laaceptación casi unánime del modelo capitalista por la poblacióncolombiana, encontraba su alimento y su parcial legitimidad en unsistema político inflexible y en una política económica y socialcuya injusticia y corrupción hacían parte de los lugares comunesmás arraigados en la mentalidad de la mayoría de la población.

La reducida capacidad de intervención del Estado en losconflictos sociales, la limitada legitimidad de sus institucionesy el escaso desarrollo o la evolución deforme de susinstituciones de arbitraje y control social, como la justicia ylas fuerzas armadas, encontró al Estado desarmado cuando, acomienzos de la década de 1980, se añadió a los conflictostradicionales un nuevo ingrediente, con el surgimiento delinmenso poder económico y la inmensa capacidad de violenciagenerados por el tráfico de drogas.

La modernización parcial y en buena parte represiva dejaba comoherencia un Estado débil, impuesto por una burguesía segura de simisma y opuesta a todo lo que restringiera su libertad de acción;una estructura política arcaica y bloqueada, con discutiblelegitimidad y participación popular limitada, e incapaz deintegrar y resolver las demandas de sectores minoritarios muyimportantes; un mundo rural en conflicto, en particular por unahistoria de injusticias y violencias, ante todo en las zonas decolonización, donde el Estado era inexistente o se encontrabasubordinado a los grandes propietarios, una situación urbana enla que un sector substancial de la población se mantenía encondiciones de desempleo o subempleo que lo colocaban endisponibilidad para todo tipo de violencia privada. Mientrastanto, la aceleración de los procesos de cambio social ycultural, así como el surgimiento de grandes oportunidades demovilidad económica, destruían las formas tradicionales desometimiento y control social. Todos estos factores, unidos a latradición de violencia del país, a la inercia de una luchaguerrillera que, sin perspectivas políticas, recurrió al delitoy la extorsión, a la corrupción y la violencia de las fuerzasarmadas, y a la generalización de una actitud ética que abríalas compuertas para cualquier clase de conducta (todo está

moralmente permitido), prepararon el campo para que los dinerosde la droga penetraran por todos los poros de la sociedad yllevaran a la universalización de las diversas formas deviolencia.

V. LOS TRES COMPONENTES DE LA MODERNIZACION

Después de este recuento cronológico, puede retomarse la idea delas tres revoluciones, como guía para ordenar los aspectoscentrales de las rápidas transformaciones que ha vivido el paísen los años recientes:

A) En el terreno político, la movilización social de las décadasde 1930 y 1940, junto con los resultados de procesos socialescomo la creciente urbanización, la aparición de los medios decomunicación de masas y la generalización del sistema educativo,hicieron imposible el retorno a un autoritarismo de ordentradicional. La política durante el Frente Nacional ha partidode la aceptación, como lugar común, del fundamento democráticodel régimen (no es posible discutir hoy, como pudo hacerloLaureano Gómez, acerca del absurdo de dar a todos un voto igual,aunque surjan ecos de su visión corporatista en las frecuentespropuestas de dar representación especial en órganoslegislativos o constituyentes a empresarios, sindicalistas,universitarios y otros grupos sociales), y de los derechosliberales esenciales de una sociedad moderna. Sin embargo, apesar de que el ordenamiento jurídico es ya, con pocasexcepciones, esencialmente moderno, el funcionamiento concretodel Estado ha incorporado las prácticas clientelistastradicionales, en un nuevo equilibrio orientado a tratar defrenar la movilización popular, a conservar un bipartidismo quetiene mucho de tradicional y a hacer viable el sistema a pesarde las restricciones impuestas extra-estatalmente a laparticipación política. La debilidad tradicional del Estado semanifiesta en su incapacidad para frenar los procesos deviolencia estimulados en buena parte por organizaciones omiembros de la sociedad civil (narcotraficantes, guerrilleros,propietarios rurales) y en su frecuente alianza con gruposprivados delictivos. La modernización del Estado, manifiesta con

evidencia en su capacidad para expandir algunos servicios comola educación y para promover desarrollos básicos deinfraestructura, en su manejo relativamente eficiente de lasvariables macroeconómicas, etc., tropieza con su incapacidad enel terreno esencial del orden público y de la justicia. Por otraparte, existe un espacio político nacional, o dicho de otramanera, la nación se constituye como el espacio políticodominante para todos los sectores sociales, y no sólo para lasélites políticas o económicas. Esto tiene que ver en buena partecon procesos de modernización cultural y social que se mencionanmás adelante.

B) Analizar la modernización cultural requeriría estudios hastaahora no realizados. Sin embargo, vale la pena subrayar lossiguientes procesos: a) El desarrollo de un sistema escolarmasivo, sobre todo a partir de 1960. Dentro de las peculiarescondiciones colombianas (modernización tradicionalista) buenaparte de la expansión del sistema educativo se ha dejado a losparticulares, pero esto no quita valor al hecho global. Laeducación constituye hoy el sistema esencial de socialización yde preparación para el trabajo, frente a los sistemasartesanales y campesinos tradicionales de formación en el lugary frente al papel de la Iglesia y la familia. b) La aparición deun mercado cultural nacional. La prensa alcanza circulaciónsignificativa a partir de 1958, y desde esos años empieza asurgir un mercado nacional para los principales periódicos.Igualmente se homogeneiza la información mediante la creación delas agencias de noticias, el avance en las tecnologías detransmisión de información (telex, transmisión de imagen), etc.La radio se vuelve nacional a comienzos de la década de 1950,con la generalización de las cadenas y la aparición detecnologías de enlace. Su impacto sobre la cultura política delpaís no ha sido estudiado, pero probablemente fue tan importantecomo el que tuvo para convertir en parte de la cultura popularcolombiana el tango o la ranchera. Un intento monopolístico(ACPO) lleva la radio a amplios sectores rurales, que prontoamplían su audición a las emisoras comerciales. La televisión(establecida en 1954) alcanza un cubrimiento significativo y esfactor central en la conformación de la mentalidad de la

sociedad en la década de 1970, en parte como agente en un procesode incorporación de elementos transnacionales en nuestra cultura.El mercado del libro, tradicionalmente elitista, da señales deconvertirse en una típica industria moderna únicamente durante laúltima década. c) La creación de una práctica científica continuay la filtración masiva del conocimiento científico. Sólo con laconsolidación de las universidades públicas basadas en elprofesorado de tiempo completo la práctica científica, hastaentonces esporádica y quijotesca, adquiere continuidad, al menosen algunos campos16. Aunque la contribución de la cienciacolombiana a la ciencia universal sea marginal, el peso culturalde los científicos ha alcanzado un umbral mínimo y el proceso dedifusión de la mentalidad científica, elemento esencial de lamodernidad, está influido en gran medida por los científicoscolombianos. Fuera de la consolidación de algunas áreas deciencias básicas y naturales, aparecen, después de 1960, lasociología, la economía y la historia como disciplinas académicasmodernas, decisivas en la generación del discurso que configurala identidad nacional. Por otra parte, los medios decomunicación, la televisión, los sistemas escolares, han hechopenetrar los aspectos centrales del pensamiento científico entresectores ya probablemente mayoritarios de la población. Inclusolas viejas prácticas mágicas se revisten de nuevos contenidos"científicos", y refuerzan la práctica de "profesores" y"psicólogos" que sirven de consejeros a quienes antes confiabanmás bien en el sacerdote o en el brujo. d) El dominio de unacultura laica, a pesar de los esfuerzos eclesiásticos pormantener el control de la mentalidad del país (todavía en 1960los obispos consideraban legítimo tratar de cambiar los rectoresde las universidades), o quizás como reacción a esos esfuerzos.En efecto, uno de los más claros indicadores de la separación dela ética individual y las orientaciones religiosas, aspectocentral de esta laicización, lo da el éxito de los programas decontrol de la natalidad, a pesar del carácter vergonzante yclandestino del apoyo oficial que se les dio. Los cambios en lamoral sexual son otra indicación en este sentido. Incluso essignificativo que en aquellos sitios donde existió una identidad

16 Ver Jorge Orlando Melo Historia de la ciencia   en Colombia. , en Revista Universidad de Antioquia,203, Medellín,1986.

más fuerte entre los valores religiosos y el ordenamiento social,como en Antioquia, haya sido más brusco el proceso delaicización. A diferencia de otros países latinoamericanos, dondela Iglesia tuvo una alianza menos estrecha con los gruposdominantes, en Colombia la crisis de la sociedad tradicional dejóa la Iglesia sin la flexibilidad que ha mostrado por ejemplo enel Brasil para adecuarse a las condiciones de los grupospopulares, lo que ha hecho que en amplios sectores del país lapráctica religiosa esté escindida de las prácticas éticas de loscreyentes, mientras que el alejamiento de otros grupos a laorientación religiosa sea mayor en Colombia que en otras partes.Por otro lado, el acelerado debilitamiento de una moral basada enla religión, en un país en el que eran muy débiles lastradiciones de ética laica, ha contribuido sin duda alguna a loque, a falta de un término mejor, podría describirse como unacrisis total de los valores éticos, en todos los niveles de lasociedad, y que es un evidente resultado del proceso demodernización reciente.

C) En el terreno económico, es evidente la consolidación delcapitalismo y la eliminación acelerada de las formas deproducción precapitalista. Aunque todavía subsiste un sectorcampesino relativamente amplio, está en su gran mayoría integradoal capitalismo y produce para mercados nacionales einternacionales. Además, los valores centrales de la economíacapitalista, la valorización de la iniciativa individual, lacapacidad empresarial, la aceptación de las reglas de lacompetencia económica, el afán de lucro, etc., son compartidospor la mayoría de la población, e incluso los gruposintelectuales que apoyaron una perspectiva socialista en losúltimos veinticinco años parecen, en general, haberla abandonado.Esto no excluye la crítica al modelo capitalista actual del país,pero en general esta crítica se orienta a destacar su incapacidadpara distribuir más aceleradamente los "beneficios" deldesarrollo y para eliminar a plazo no muy largo las situacionesde miseria y "pobreza absoluta", así como a subrayar y condenarla supervivencia de elementos muy visibles de "capitalismosalvaje": el proyecto económico dominante, también entre losgrupos más críticos, parece ser sobre todo un capitalismo

"moderno", de corte social-demócrata y en algunos sectores, conniveles muy amplios de descentralismo y participación popular ycomunitaria. Incluso el consenso capitalista ha llevado a quedesaparezca casi por completo del debate intelectual cualquierdefensa del modelo socialista o de proyectos culturales oideológicos substancialmente diferentes a los que dominan hoy enColombia. Los escritores que defienden en forma más integral elcapitalismo han logrado arrinconar ideológicamente a los críticosdel sistema, que empiezan a rechazar toda identificación con la"izquierda" y no encuentran justificaciones adecuadas ni siquierapara la defensa, de corte social-demócrata, de las regulacionesestatales de la economía o los conflictos sociales.

VI. MODERNIZACION Y POSMODERNISMO

El debate sobre la posmodernidad ha tenido poco impacto enColombia. Sin entrar en sus implicaciones más complejas, creo quevale la pena sugerir que una razón para esto se encuentra en lascondiciones propias del desarrollo colombiano. Hace apenastreinta o cuarenta años el proceso histórico del país dejabatodavía en duda el ingreso a la modernidad, incluso en su formamás restringida de desarrollo económico (muchos analistas de lossesenta, como Arrubla, mostraron que aun esto sería imposible)17,para no hablar de la firmeza de sus formas de autoritarismocultural y político. Hoy, tras un proceso de una velocidad que notuvo pares en los países clásicos, Colombia está claramente en elmundo moderno, así sus sectores modernos se apoyen en lasinstituciones tradicionales, convivan con ellas y lasreconstruyan permanentemente. En estas condiciones, el problemano parece ser el del fracaso de la modernidad, el abandono de suspromesas (como pudieron vivirlo los intelectuales de sociedadestempranamente modernas como Argentina o Uruguay, enfrentados aprocesos de empantanamiento social sin aparente salida), sinotodavía su logro: los científicos políticos colombianos proponenmodelos estatales que sólo se diferenciarían del actual por laeliminación del clientelismo, el aumento de la participación17 Mario Arrubla, Estudios sobre el subdesarrollo colombiano, Medellín, 1968. Este texto, publicadooriginalmente en 1962 en la revista Estrategia, de Bogotá, y escrito en colaboración conEstanislao Zuleta, fue el primer best-seller ensayístico en la historia editorial del país, einfluyó dramáticamente sobre los sectores intelectuales de izquierda del país.

social y el establecimiento del monopolio de la fuerza por elEstado; los científicos sociales y los economistas defiendenproyectos de desarrollo que refuercen el acceso a la educación,consoliden la mentalidad científica popular y generen unaparticipación más igualitaria en el producto nacional. Lacuestión es, para casi todos ellos, completar, en un sentido aúnmuy restringido, las promesas de la modernidad: la ciudadaníaabstracta, la regulación y el trámite de los conflictos por elEstado, el dominio de la ciencia, el progreso económico y ladistribución más amplia de sus "beneficios". Sólo la continuidadde la violencia, con su porfiada existencia, ofrecería motivosserios de desesperanza, permitiría descalificar la funciónhistórica de los grupos dirigentes e impediría la aparición de unnuevo consenso en Colombia, al revelar las limitaciones delproyecto modernizador.

El texto anterior constituye ante todo un registro de un procesoque se ha impuesto con una fuerza que, retrospectivamente, tienecierto aire engañoso y ominoso de ineluctabilidad. Quizás en susinflexiones irónicas haya alcanzado a sugerir que la modernidadno es un beneficio inequívoco y que los costos de su triunfo hansido tal vez excesivos. Así como para los indígenas del siglo XVIcarecía de interés una evangelización y una civilización que seimpuso mediante la muerte del 90% de quienes debían beneficiarsede ellas, debe preguntarse cuál es la significación del procesode modernización para las comunidades indígenas cuya cultura seha destruido, para las víctimas de 40 años de violencia, o paralas personas que han vivido en la miseria desde que ésta fuegenerada por el progreso económico. Y la misma trama de laexposición debería permitir preguntarse si no es prematuro elabandono de todas las alternativas al capitalismo que conocemos ysi será posible reconstruir el delgado tejido de nuestracivilización sin proponer nuevas utopías de convivencia social yde ordenamiento económico en un país que se resigna cada vez másal caos y a la violencia, con la casi única condición de quecontinúe el desarrollo económico.

Jorge Orlando Melo1983 y 1985.