BLOG DE HISTORIAS
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Primera edición, 2014
Damián, Offir
Blog de historias / Offir Damián. — México: 154 p. ; 21.59 × 13.97
Distribución regional Tierra Caliente
Diseño de portada: Offir Damián
Comentarios: [email protected]
Cel. 732 104 43 68; Tel. (732) 36 4 11 96
Se autoriza la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio, sin la
anuencia por escrito del titular de los derechos.
Impreso en México • Printed in Mexico
5
Índice
Agradecimiento ✥ 7
Introducción ✥ 9
I. ... verdad de Diosito santo que fue cierto ✥13
II. Yo pues lo vi ✥ 47
III. Así lo viví ✥ 57
IV. Del zoon politikón ✥63
V. Lo bueno, si breve, dos veces bueno ✥83
VI. Todo chiste, en el fondo, encubre una verdad ✥91
VII. Historias de lecturas en libros e Internet ✥105
VIII. En mi humilde opinión ✥129
IX. También le hacemos al cuento ✥143
7
Agradecimiento
HAY UNA SEÑORA QUE siempre me ha seguido. Me
platicaron que cuando nací, esa señora entró por la puerta y
desde entonces me acompañó.
Siempre en cada momento de mi vida estuvo conmigo queriendo
doblegarme. Tuvimos nuestras diferencias, porque con sangre de
guerrero indomable, tu posición sólo es estar erguido y esa
señora te quiere siempre de rodillas o vencido.
Con el tiempo hice amistad con esa señora, de ella vinieron las
mejores cosas de mi vida, los mejores momentos, este preciso
momento de vida es gracias a ella.
Por eso siempre estoy agradecido con ella, de acompañarme
siempre, de haber hecho de mí lo que soy.
Gracias señora Adversidad...
9
Introducción
SOY DE UN PUEBLO QUE está a la orilla de un río. La casa
donde crecí se encuentra a escasos doscientos metros de la
ribera.
Estoy seguro que no hay nada que vivir en un pueblo, encontrar a
las personas y decirles ¿Ya vienes? Buenos días, buenas tardes,
buenas noches. No hay nada como llegar a una casa y preguntar
¿Qué están haciendo?
Lo más lejos que he llegado hacia el Norte del país es a Cedral
San Luis Potosí, en la zona del Altiplano y hacia el Sur hasta
Puerto Escondido, Oaxaca.
Definitivamente viajar no ha sido lo mío. Nunca me he subido a
un avión, bueno sí y fue una gran experiencia. Tenía once años y
junto con mi primo Iván, nos llevaron al Aeropuerto
Internacional de México.
Su papá era agente aduanal así que recorrimos las salas que
quisimos. Nos subimos a un avión Boing, entramos a la cabina
de los pilotos y hubo todo el tiempo del mundo hasta para tomar
una bebida de las que ofrecen a los pasajeros, aunque el avión
nunca despegó.
A cambio de no viajar por el mundo tengo el privilegio de
conocer otros lugares. No hay un solo lugar de la ribera del
Balsas en Tlapehuala que mis pies no hayan pisado.
Desde La Piedra hasta San Isidro caminé y nadé en el río Balsas.
Conozco todos los lugares del campo de Tlapehuala donde hay
frutos exóticos y silvestres. Sé qué árbol de pinzan es el que los
da más dulces. Conozco los lugares donde hay ilamas, de la
morada y dulce. Ni que decir de los ciruelos y de las huertas de
mango.
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Puedo decir que conozco Tierra Caliente.
Conozco todas las calles de mi pueblo, algunas eran de tierra
cuando las caminé y hoy están pavimentadas.
Quiero confesarles que de niño soñaba con ser presidente de
México. Sólo eso era, un sueño.
Recuerdo muchas cosas de mi niñez, experiencias que me gustan
platicar porque me hacen recordar en todo momento de donde
soy, de donde vengo.
Todavía me tocó que las golosinas más preciadas eran los frutos
silvestres de temporada.
Pero lo que quiero contarte es una experiencia que marcó mi
vida. Tenía quince años cuando unos amigos me dijeron que
fuéramos a los nanches al cerro.
Detalles más o detalles menos, un día por la mañana me vi
subiendo el cerro Lloroso en Colonia Juárez. El guía de la
comunidad que nos llevaría nunca llegó. Y la osadía de la
juventud nos empujó a subir de todas formas.
Al sur del poblado, sin brecha y sin camino nos enfilamos al
cerro. Entre lomas del plan hallamos la brecha y comenzamos a
subir. Apenas subimos nos encontramos a personas que bajaban
con sus cubetas llenas de nanches.
La acción era madrugar y bajar cuando aún no calienta el sol.
Aun así, seguimos subiendo. Ya estábamos ahí. El camino es
angosto y apenas uno sube se comienza a ver un paisaje
diferente, es otro viento, es otro ritmo de caminar.
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Disfruté siempre el camino cerro arriba. En cada momento había
sorpresas. Desde el tronco de un cuachalalate que estaba todo
descarnado y supe que allá se daban las medicinas del pueblo,
que entre más arriba más fe le tienen las personas.
En la primer mesa del cerro había un hato de ganado vacuno.
Pastaban sin que nadie las cuidara y se podía ver los techos de
las casas del poblado como si fueran de juguete.
Sí encontramos los arbolitos de nanches, la mayoría con sus
frutos verdes, listos para el otro día tal vez.
En un claro se perfilaban unas rocas que eran la culminación del
cerro. Se podía tocar el cielo, podías sentir el abrazo de una nube
y el viento mece los pastos como en las escenas de películas
románticas.
No hay nada comparable con estar en las alturas. Casi es
imperceptible que estás solo ahí.
Y ahí, en lo más alto del cerro tuve la vista más hermosa que
guardo en mi memoria. Vi el río Balsas surcando al valle, lo vi
como una enorme culebra que entre sus curvas portaba piedras
preciosas.
Cuando subí por primera vez a la sierra de Guerrero, y vi el valle
desde Los Encinos, cerca de Pericotepec, me quedó más
remarcada la imagen desde el cerro Lloroso, porque las fotos son
más hermosas cuando se toman por las tardes o por las mañanas
y yo vi a la Tierra Caliente en un atardecer, desde lo más alto del
cerro Lloroso.
Ahora sé que cuando uno está las alturas se ven las cosas
distintas, que subir nunca es un sacrificio cuando se disfruta el
12
camino y vas acompañado de las personas que quieres. Que el
premio es disfrutar el camino y que el éxito de subir es por el
sólo hecho de hacerlo, aunque uno lo haga pensando en los
nanches.
Es como ves al mundo la verdadera retribución de subir. Desde
entonces supe que no me quedaba otra cosa que buscar nuevas
imágenes en las alturas. Buscar cerros que subir, abrirme paso
entre la maleza y buscar entre las rocas una ventana al cielo.
Y es que, qué otra cosa le queda a la gente como yo que viene de
abajo, como mi barrio San Isidro, que nacimos en el plan. La
verdad, no nos queda más que ir siempre arriba en busca de esas
nuevas formas de ver al mundo. Porque no hay nada como ver al
mundo desde las alturas.
Te cuento esto porque es una forma de decirte por qué escribí
este libro, la justificación que un pueblerino puede tener, por sus
caminos que ha recorrido y que en el camino escucha historias de
las personas con las que camina, de las que encuentra a su paso y
se sienta a platicar con ellas.
Aquí te comparto, todas esas historias, donde predomina el buen
humor, porque son una mínima parte de las historias de una
región, que pese a la adversidad que siempre la acompaña, sonríe
con mucha fuerza.
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DOS MUJERES SE ENCONTRABAN LAVANDO la ropa en
un arroyo, cada vez que dejaban un trapo limpio sus hijos corrían
a tenderla entre los alambres de púas que había cerca.
Mientras los niños no tendían la ropa bañaban alegremente en las
aguas limpias del arroyo. Las mujeres conversaban sobre las
cosas comunes que les acontecían en su vida diaria.
—Amiga, ya tienes rete hartos hijos, deberías ponerte el
aparato—le aconsejó sanamente.
—Mmm amiga, si mi marido me lo halla a oscuras ¡ora contimás
con el aparato!
La primera se refería al dispositivo intrauterino DIU y la segunda
al quinqué o lámpara de petróleo que se usaba cuando no había
energía eléctrica y que en un regionalismo conocemos como
“aparato”.
∞
UN MATRIMONIO DE ANCIANITOS llevaban toda una vida
juntos, solos habían comenzado y solos habían acabado. Como
es común, a veces discutían por cualquier cosa y en todo el día
no se hablaban.
Su vida sexual transcurría normal y una vez que discutieron
fuertemente se fueron a la cama a dormir sin haberse
reconciliado antes. El esposo hizo la petición de tener relaciones
esa noche.
—No, hoy no te voy a dar, estamos peleados —le respondió la
señora.
El viejito sabiamente le respondió: —Ándale viejita, nosotros
somos los que estamos peleados, pero “ellos” no...
∞
15
EN UN PEQUEÑO PUEBLO, cuyo nombre no recuerdo, por el
medio de la plaza iba un joven de modos finos y afeminado
caminar, se movían de lado a lado sus pequeñas caderas y su
pelo lo movía como si fuera del comercial de un shampú en la
tele.
Antes, a las personas de esta preferencia de vida les decían
frescos, pero pues ahora en la modernidad les dicen gays y de la
persona que esta historia ocupa era querido por todos por sus
simpáticas acciones.
Nunca falta uno en la plebe que no guarda las formas del respeto
y la tolerancia por los demás y le gritó entre toda la gente —
¡Casildo, Casildo, ¿ya te compusiste? ¿Se te quitó lo fruto?! —.Y
pues como es en esos casos, Casildo era de una personalidad
como de María Félix, por lo que se paró en seco, regresó a ver al
plebe y arqueó su ceja para verlo de arriba abajo con una mirada
altiva y de desdén.
—¡Arí, ni que fuera gripa! —le contestó.
∞
EN TLAPEHUALA, LOS ABUELOS Y ABUELAS, cuando se
refieren a una mujer de la vida alegre, suripanta, sexo servidora,
cantinera o como usted guste llamarles, les decían: coreanas. Sí,
con esa nacionalidad y esa forma tan extraña de llamarlas, al
menos aquí, fue motivo para preguntar el por qué les llamaban
así.
La exhaustiva investigación dio como respuesta que en los años
50´s hubo una famosa cantina en este pueblo del pan, la música y
el sombrero que se llamó “La Guerra de Corea”, así, entre los
caballeros de ese tiempo era común que se invitaran para ir a
“Corea” a tomarse un trago, y de paso ver a las “coreanas”…
cosas colaterales de la globalización.
∞
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ES MUY COMÚN QUE EN UN PUEBLO haya familias
numerosas, por lo que una vez, un joven doctor que recién había
egresado de la Facultad regresó a su casa a notificarle a su madre
una buena nueva.
—Madre, como ya terminé la carrera ya me quiero casar, tengo a
mi novia y lo único que te pido es que la fiesta sea con pocos
invitados, con la pura familia nada más.
—Mmm hijo, eso va a estar canijo ¡Bah todo el pueblo es tu
familia! — dijo la preocupada mujer.
∞
UNA APRECIADA TÍA CUENTA UNA anécdota que le pasó
por llamar a su primogénito “Rocky Harold”. Cuando radicó en
el DF trabajó en las firmas más prestigiadas de moda de la
ciudad, por lo que cuando tuvo que regresar al pueblo se dedicó a
la alta costura.
Sus conocimientos en esta área la hicieron muy solicitada entre
las damas que buscaban quien les confeccionara sus prendas con
alta calidad. Una vez llegó una clienta a encargarle un trabajo y
mientras platicaban los detalles la señora la preguntó: —
¿Entonces usted es la mamá del muchacho que le apodan el
Rocky?
—Sí, soy la mamá de Rocky, pero no le dicen así, ¡así se
llama!— le aclaró.
∞
EN ZIRÁNDARO DE LOS CHÁVEZ NACIÓ un excelente
ciudadano, se llama Virgilio Bermúdez, radica en la Ciudad de
México pero constantemente viaja a su amado pueblo.
Una vez que caminaba por las calles de su pueblo, saludó a unas
personas en un portal y al continuar con su camino siguió con los
saludos por ser una persona muy conocida por la mayoría.
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Así, al saludar en un portal a unas señoras, una de ellas externó
su opinión.
—Ese Virgilio es una persona muy respetuosa, me cae bien, es
muy saludable ¡Donde te encuentra te saluda!
∞
LA ACTITUD POSITIVA, LA AUTO motivación deberían
estar presentes en todas las edades y en todo momento de nuestra
vida, la frustración y la amargura son fáciles de propagarse,
anidan fácilmente en nuestro corazón y a veces ni cuenta nos
damos que viven permanentemente en nosotros.
Sembrar una actitud positiva todos los días es difícil, pero tiene
sus recompensas, tener actitud positiva no significa que la
adversidad va a desaparecer, pero ayuda a sobrellevarla, como en
toda actividad se puede comenzar de poco a poco, con pequeñas
dosis de optimismo hasta hacerlo parte de nuestra vida diaria.
Una querida tía me dio una enseñanza alguna vez, un día
cumplió años, se encontraba en sillas de ruedas con una severa
artritis y alguien le preguntó cuántos años cumplía.
—Cumplo 92 años, ¿pero me veo como de 15, verdad?
∞
UNA APRECIABLE ABUELITA desde joven fue asidua al
chicharrón de puerco, era su comida favorita. Llegó el momento
en que ya no podía comerlo entero y lo molía en el molcajete
hasta hacerlo polvo y después enrollarlo en una tortilla caliente
para acompañarlo con una salsa de jitomate y chile verde.
Un día comenzó a tener varios achaques que pensó eran por la
edad. Así que acompañada de su hija decidió ir al médico y
hacerse estudios clínicos. El doctor encontró que su colesterol y
los triglicéridos estaban muy altos y que eran la causa de sus
principales achaques.
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Una vez que fue diagnosticada y recetada, el doctor se despidió
muy amablemente de ella. ―Ándele pues, se cuida mucho
señora chicharronera.
La señora salió del consultorio muy pensativa, en el camino le
preguntó a su hija: ¿Bah el doctor como se habrá dado cuenta
que me gusta harto el chicharrón?
∞
JUAN VISITÓ A PEDRO EN SU CASA y se encontró que tenía
un cachorro de perrito como mascota, como todo cachorrito el
perro se veía muy bonito con su pelo lanudo. Juan pensó que era
un perro de raza fina, que su amigo había comprado más caro de
lo que se compra un chivo.
―Pedro, de qué raza es tu perrito, se ve muy fino―le preguntó a
su amigo.
―No, no es fino, es eléctrico mi perrito― contestó Pedro
mientras veía la mirada extraña de su amigo Juan.
―¡Ora! ¿De pilas?
―No amigo ¡de corriente con corriente!
∞
EXISTIÓ UN COMERCIANTE MUY CONOCIDO y folclórico
en Ciudad Altamirano, que era muy apreciado por familiares y
amigos. Era un señor bonachón, ágil de mente y siempre con la
palabra ingeniosa para hacer agradable el momento.
No lo conocí personalmente, pero me han contado una o dos
historias de él. Fue tan querido que hasta un campo de futbol
lleva su nombre.
Gustaba de gastarles bromas a sus mejores amigos, en alguna
ocasión ofreció una fiesta en su casa, llegaron sus conocidos de
toda la comarca. Uno de sus mejores amigos, que había llegado
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desde Tlapehuala, por la distancia, ofreció sus disculpas y le
avisó que se retiraba de la fiesta.
El anfitrión le dijo que lo acompañaba hasta la puerta y el
invitado tlapehualense le dijo que no era necesario, que podía
encontrar fácilmente la salida para retirarse.
―No, no, te acompaño hasta la salida, no es por amabilidad ¡No
te vayas a regresar! ―Le dijo con una enorme risa a su amigo.
∞
CUENTAN, QUE EN OTRA OCASIÓN, hasta el
establecimiento comercial de don Rogelio llegó un campesino
humilde a invitarlo a una fiesta, le dijo que se sentiría muy
honrado con su presencia y que el ágape sería en seis meses.
Pasó el primer mes y el campesino se presentó nuevamente con
don Rogelio para recordarle que sólo faltaban cinco meses para
su acontecimiento. Y así, mes con mes hasta que faltando quince
días nuevamente el campesino estaba ahí listo para recordarle del
evento.
Fue cuando don Rogelio se extrañó de tanta insistencia del
campesino para que no faltara a esa fiesta.
―Oiga amigo, y por qué tanta insistencia para que yo vaya a su
fiesta, si hablando con la verdad, usted y yo no tenemos mucha
amistad.
―Es que usted es bien chistoso y alegra bien bonito las
fiestas―le dijo muy sincero el campesino.
∞
CUENTAN QUE HACE AÑOS, precisamente en la época en la
que los profesores andan apurados porque tienen que entregar
calificaciones pasó esta historia que les voy a contar.
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Una maestra de sexto año de primaria, para evitar la fatiga
decidió encomendar a uno de sus alumnos que llenara las boletas
de calificaciones que tenía que entregar para los certificados.
Le dijo: Llena por favor las boletas de tus compañeros, les pones
surtido, de seis a diez y sólo a unos tres o cuatro les pones
calificación de cinco.
El avezado infante cumplió al pie de las letras las indicaciones de
la perezosa maestra; ufano de sus tareas se presentó ante la
profesora con el rostro pintado por la satisfacción de la misión
cumplida.
—Maestra, le dijo. Aquí están todas la boletas con las
calificaciones de todos mis compañeros y como usted me dijo,
sólo reprobé a tres—.
—¡Qué has hecho guache canijo! —le reclamó la descuidada
maestra al ver las boletas— ¡Me reprobaste al abanderado!—.
∞
CUENTAN QUE HACE AÑOS, una banda de viento
acompañaba una procesión que se había prolongado durante
mucho tiempo. Los músicos además de caminar en la procesión
tocaban y cargaban sus instrumentos.
El más cansado era el músico que tocaba la tambora, como
sabes, es un instrumento de percusión, de gran tamaño, de
madera en forma cilíndrica y se toca con un mazo más grueso
que una baqueta de batería.
El músico además era ya grande de edad y pasado de peso.
Sudaba a chorros durante la procesión mientras golpeaba el mazo
en la piel de la tambora.
Cuando más cansado estaba se le acercó un hombre y le dijo: —
La tambora cualquiera la toca ¿verdad?
—Sí, ¡pero no cualquiera la carga!— contestó enfurecido.
21
∞
Cuentan que hace años, un borrachito pasó por la tienda del rico
del pueblo y comenzó a lanzar ofensas con palabras altisonantes,
gritando a los cuatro vientos palabras impublicables y ofensoras
de castos oídos, aunque es bien cierto que no hay palabras
obscenas sino oídos obscenos.
El hombre muy al estilo de Pancho Rivera, sombrero mugroso,
camisa de fuera, calzón chamagoso, huaraches de llanta de
cuatro correas, peligroso por su lengua suelta, como el de la
canción de María Dolores Pradera, comenzó a lanzar ajos y
cebollas a lo loco.
—¡Que se vayan a la china todos los ricos! ¡Que mueran los
ricos hijos de su tal por cual!— gritaba desaforado bajo los
humos del mezcal que había comprado en la tienda del mismo
rico que lo miraba sereno y sin alterarse.
Al otro día, nuestra copia de Pancho Rivera pasó ya sobrio por la
tienda del rico del pueblo, y al verlo, nuestro sereno comerciante
llamó al crudo hombre para reclamarle.
—A ver mi amigo, ¿qué te he hecho yo para que ayer me
ofendieras afuera de mi tienda, gritando cuanta ofensa en contra
de los ricos?
—¿Yo patrón, yo lo ofendí? Preguntó el humilde hombre sin
dejar de ver a la cara del poderoso hombre.
—Sí mi amigo, ayer gritaste bajo los influjos del alcohol, que se
murieran los ricos y que se fuera a la china y no sé cuántas cosas
más…
—No mi jefe, yo no lo ofendí a usted, yo dije que mueran los
ricos, pero los ricos, ricos, los verdaderos ricos, ¡no tarugadas de
rico como usted!
∞
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NO ME LO CREA USTED, pero cuentan que en los años
cincuenta o sesenta vino a Tlapehuala una orquesta muy famosa
de la ciudad de México que interpretaba danzones, era nada más
y nada menos que Acerina y su Danzonera.
Fue un baile de gala en el pueblo donde nací, todos asistieron a
ver y escuchar las canciones que sólo habían escuchado por radio
y ahora, iban a conocer a Acerina, a escuchar canciones como
Nereidas, la reina de los danzones.
Y precisamente, cuando el baile estaba en todo su esplendor,
cuando las parejas se deslizaban por la pista con la cadencia que
sólo da este ritmo de baile cubano que fue creado por el
compositor Miguel Faílde, una dama soltera de mi pueblo se
paró enfrente de la orquesta con sus manos en la cintura
buscando algo entre los músicos.
Entre los artistas de la orquesta sobresalía un afro mestizo de
enorme sonrisa, casi calvo, que tocaba las percusiones y los
timbales, había otros filarmónicos que tocaban instrumentos de
metal y nuestra dama motivo de esta narración, casi estaba cerca
a ellos con sus manos en la cintura, con un lenguaje corporal de
molestia, buscando entre los músico a alguien.
Hasta que por fin alguien se le acercó para preguntarle qué era lo
que buscaba con tanto afán entre los músicos.
—¡Busco a la “fruta” de Acerina!, bah que “frutas”, puro músico
hombre trae la orquesta ¡y de la Acerina nada! —respondió con
nuestro característico hablar calentano.
Lo que mi paisana desconocía es que Acerina, era el nombre
artístico del músico cubano Consejo Valiente Robles, el
timbalero y director de la orquesta.
∞
CUENTAN QUE HACE UNOS AÑOS una señora acudió a una
pequeña comunidad de músicos a contratar una orquesta para
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una fiesta que iba a tener. Dirigió sus pasos a la casa del director
musical de una agrupación que se encontraba en boga.
Una vez en la casa del director del grupo, el afable director
revisó en su libreta si tenía la fecha disponible para cuando la
señora contratante requería sus servicios, y visto que la fecha
estaba libre procedió a darle el costo por la participación
musical.
Como es común en la región, la señora contratante resultó una
experta regatera y después de recibir el costo de contratación
disimuló aburrimiento, duda e indecisión y pidió casi una rebaja
del sesenta por ciento de lo que el director de la orquesta pidió.
El músico expresó que eso no era posible, que los costos por
tocada estaban definidos principalmente por los honorarios de
los músicos de la orquesta, por los cargadores de los
instrumentos y los gastos de transporte.
Ante eso, la señora arremetió nuevamente con otra estrategia. —
Oiga, y si el que toca las maracas no lo lleva, ¿me puede hacer
una rebaja?—Preguntó. El director de la orquesta, con la mejor
de las intenciones asintió con la cabeza y ofreció hacer una
rebaja al presupuesto.
—Oiga y si no lleva al animador ¿me puede hacer una rebaja? Pa
qué queremos animador, animados ya estamos por la fiesta—
dijo. El músico un poco desesperado por la situación asintió
hacer otra rebaja al presupuesto.
La mujer, al ver que el músico cedía lanzó otro regateo. —Oiga
¿y si no lleva al que toca el guiro? — Ah eso sí que no señora ¡el
del huiro soy yo! — exclamó el músico.
∞
EL VIEJO RICO DEL PUEBLO FESTEJÓ SU cumpleaños
rodeado de grandes amigos, después de la comilitona todos
alzaron su copa por la larga vida del comerciante, llena de salud
y éxito. Con varias copas de ron encima, el festejado presumió a
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sus íntimos invitados que ya podía morir en paz, porque además
de una vida de mucho trabajo, tenía el orgullo, la satisfacción, de
haber estado con cien mujeres.
Dijo ufano y satisfecho, que había sido una meta en su vida
“portar” cien mujeres y que recientemente había cerrado su lista.
Un amigo ahí presente, de esos de los que casi nunca hablan y si
lo hacen es sólo para ironizar le dijo que lo veía muy contento y
feliz por cumplir con su meta, y preguntó qué de esas cien
mujeres a cuántas había hecho feliz…
∞
COMO HACE MUCHO TIEMPO, las fiestas religiosas de
Tlapehuala en el mes de agosto son muy concurridas por todos
los habitantes de la comarca, de todas las comunidades acuden a
ver a la Virgen Asunción de María, pasar un rato en la feria, ver
la quema del castillo de fuegos pirotécnicos, el torito y disfrutar
el baile por la noche en la plaza del pueblo.
La fiesta religiosa principal se celebra el 15 de agosto de cada
año y en una ocasión salieron de una comunidad una docena de
personas en una camioneta de redilas a la fiesta del pueblo,
venían dispuestos a quedarse al baile por la noche por lo que
vestían sus mejores galas, los caballeros portaban sus sombreros
finos y por igual las damas sus mejores vestidos.
Agosto es mes de lluvias y la camioneta de redilas estaba
descubierta, por lo que antes de llegar al pueblo en la carretera
los agarró un aguacero que dejó empapados a todos los que
viajaban en esa camioneta, escurrían agua, maquillajes y
titiritaban del frío.
Imagine el momento, era una desilusión compartida por todos,
pero una dama sacó la casta calentana, esa actitud con la que se
enfrenta “al qué dirán” y encaró a su esposo que la acompañaba.
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—Ya ves, desde quiaque te dije que compraras carro, para así
venir a la fiesta y que no nos pase esto de venirnos mojando. A
ver ¿dime por qué no lo has comprado? — preguntó indignada.
—¡Ay mujer, pues por pura desidia!— contestó titiritando de frío
el compungido marido.
∞
EN LA OFICINA DE REDACCIÓN del Despertar del Sur se
encontraba de guardia un joven periodista, en ese momento sonó
el timbre del teléfono y se dispuso a colgar el auricular.
—Despertar del Sur, buenos días, en qué podemos servirle—
contestó.
Del otro lado de la línea se escuchó una voz.
—Gorrrdo, gooordo. ¿Eres tú goordo? — le respondió con
melosa voz.
El joven periodista le preguntó con quien deseaba hablar.
—Aquí no hay ningún “gordo”, ¿con quién desea hablar?— le
respondió con voz muy seria.
—Ay pues con el gordo, con el ese Víctor, el periodista que
cubre la notas.
—No se encuentra en este momento, pero puede usted dejarle un
recado y aquí se lo entregaremos— dijo el joven periodista.
—Ay está bien, dígale que le habló Perla, Perla León. —¿Quién,
perdón? —Perla, Perla León, ¿no me escuchaste? —Sí, lo
escuché perfectamente, pero me da un nombre de mujer y usted
tiene voz de hombre.
—¡Aaay porque soy frutoooo!
∞
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EN TODO PUEBLO SIEMPRE ES CONOCIDO quien es
aficionado a las suripantas y hetairas, tanto que están al
pendiente de cuando llegan a las cantinas para ir a "probar el
material nuevo", aunque eso de “nuevas” déjeme decirle que sólo
es un decir, porque como alguien bien me ilustró: son nuevas en
el pueblo donde llegan, pero viejas del pueblo donde vienen.
Cuentan pues, que don Abraham de allá de Zirándaro se fue a la
cantina a ver una sexoservidora que recién había llegado y luego
luego pidió que le destaparan una cerveza bien fría para que la
muchacha se la llevara a su mesa.
—¿Qué te tomas mi reina? Vente a sentar conmigo para
platicar— le dijo a la hetaira.
Más tardó la suripanta en sentarse a lado de don Abraham que
éste en meterle la mano bajo la falda. Ya con unas cervezas
encima, don Abraham se fue con sus amigos a platicar cómo le
había ido con la “nueva” muchacha y les contó.
—Pues verán, como es costumbre yo siempre meto la mano para
probar la mercancía, pero cuando metí la mano ¡en vez de
agarrar uchepo, encontré elote!
∞
CUENTAN QUE EN EL PUEBLO, un músico muy afamado
tuvo la fortuna de casarse con una mujer muy trabajadora,
disciplinada, enérgica y por lo tanto a todos les parecía que era
una mujer que imponía sus condiciones al reconocido músico del
violín.
Por lo que como es común, en las fiestas no falta quien comience
a hablar sobre quien los manda la mujer, de quienes son
mandilones, o como dice uno en mi pueblo: “no es que uno sea
mandilón, sino que en la casa me enseñaron a ser obediente”.
Ya Ricardo Rocha lo dijo una vez, en esta vida hay dos clases de
hombres: los mandilones y los que mienten. Aunque un talentoso
hombre de letras, el oaxaqueño don Andrés Henestrosa, en el
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ocaso de su vida declaró en una entrevista que es tonto el que
pelea con su mujer, por lo que él decía “si mamacita, todo lo que
me digas mi madre”.
Pero volviendo con nuestro músico de pueblo, no faltaba el plebe
que le decía: —Bah tú, dicen que te pega tu vieja—.
—¡Bah, ni modo que me pegue la tuya! — respondía presto el
ingenioso músico.
∞
UN PAR DE COMPADRES SE JUNTABAN de vez en cuando
para convivir y cuando lo hacían consumían alimentos que ellos
creían eran afrodisiacos, así algunas veces, aun contra la ley,
conseguían huevos de tortuga y se los bebían tibios con salsa
Búfalo, limón y sal.
En otras ocasiones conseguían huevos de pato y le entraban a los
alimentos con frugalidad, en otras, su menú consistía en caldos
de mojarra o iguana, y además aprovechaban para tomarse unas
cervezas.
En una ocasión uno de ellos llegó a la casa del otro con una
costalilla de ostiones y rápidamente, como niños con golosinas
comenzaron a consumirlas, con su sal y limón.
Fue en ese momento que llegó la comadre y al ver que su esposo
estaba apurado consumiendo los ostiones se dirigió airadamente
en contra de él,
—A jijo de tal por cual, deja de comer esa chinchadera ¡Que no
ves que estoy recién operada!—.
∞
EL MEZCAL ES UNA BEBIDA FUERTE, que se ha ido
poniendo de moda de poco en poco, muchos hombres de letras lo
28
consideran una bebida especial. Es una bebida de respeto,
completamente de maguey, de fermentación natural y que se le
atribuyen características especiales.
Un buen mezcal debe consumirse a lo mucho uno o dos meses
después que fue elaborado, los mezcales añejados nunca serán
buenos porque pierden el sabor en una barrica, a menos que haya
sido añejado en vidrio, pero ni así, la magia del mezcal es
encontrar el sabor de la tierra, de la leña con que fue cocido el
maguey de cerro.
Buen mezcal en Zihuaquio, o un poquito más arriba ya casi para
llegar a Vallecitos. Hay quien lo considera una bebida medicinal,
el cuerpo funciona mejor después de un trago de mezcal, como si
limpiara las venas por dentro, bueno, son apreciaciones
personales, como el consejo que me dieron de no tomarlo,
porque es la antesala a ser un bebedor fuerte.
Hay muchos que lo consideran afrodisiaco, tan así hay una
historia muy conocida en Zirándaro de los Chávez de un famoso
ingeniero que tenía una linda esposa y una casa con un gran
corredor que daba a la calle.
El ingeniero gustaba de convivir con los amigos y tomaba hasta
toparse, es decir, se quedaba dormido por la gran cantidad de
bebidas que consumía, por lo que los amigos lo llevaban
cargando a casa y cuando se lo entregaban a su esposa ella
diligentemente preguntaba: —¿Qué tomó el ingeniero?
Si los amigos contestaban que había tomado cerveza, dicen que
la señora fruncía el ceño y enojada les ordenaba: — ¡Ahí
aviéntenlo en el corredor!
Pero dicen, que si la le decían los amigos que el ingeniero había
consumido mezcal, a la señora le cambiaba el semblante, se
portaba amable y ordenaba: —Pásenlo por acá a su cama, con
cuidadito por favor, que venga a dormir con su esposa.
∞
29
Recuerdo una historia de bachillerato, cuando unos jóvenes
estudiaban en un módulo del CBTa 18 que existió en Tlapehuala.
Después de funcionar por tres años, ese módulo que estuvo
ubicado en las instalaciones del DIF Municipal tuvo que
desaparecer, por lo que dos grupos de alumnos continuaron sus
estudios en el plantel de Cd. Altamirano.
A estos jóvenes se les ofreció una beca alimenticia en la
cooperativa escolar en compensación por los pasajes, como era
común, los alimentos eran de los económicos, huevo por lo
regular y huevos en sus distintas y diferentes presentaciones.
Por lo que era común que los becarios cuando acudían a la
cooperativa a almorzar siempre iban predispuestos a quejarse del
alimento.
En una ocasión, el jefe de grupo preguntó a la señora encargada
de servir los almuerzos qué es lo que había en ese día.
— Hay pozole— contestó la señora.
—¡Ni que fuéramos cuches para comer maíz hervido! — le
respondió.
Una vez que había dicho eso, vio que a un lado se encontraba el
director del plantel, lo miraba fijamente, en su mano rumbo a la
boca, estaba la cuchara con granos de maíz y en la mesa un
repleto plato de pozole con todos sus aderezos que el profesor
sabrosamente degustaba.
—¡Sírvanos plato doble por favor!— exclamó el angustiado
estudiante.
∞
UN VIEJO COMPOSITOR DE CORRIDOS de Santana del
Águila, que es conocido como El Casirri, cuenta que una vez un
campesino se le acercó para pedirle que le compusiera un
corrido, lo primero que le preguntó fue si había matado alguien.
—El única arma que tengo es mi moruna y no he matado nada
con ella— dijo el campesino.
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El Casirri volvió a preguntar, —¿Eres chico malo, de la maña?
¿Siembras mariguana o amapola?
—Lo único que siembro es mi maicito en la parcela— expresó el
campesino.
El Casirri se quitó el sombrero y con sus manos joberas se
empezó a rascar la cabeza y volvió a insistir. ¿Eres borracho,
mujeriego, jugador... gallero?
—Nada de eso mi jefe, no bebo, no fumo y soy fiel a mi mujer—
.
El viejo compositor rasgó su inseparable guitarra, daba unas
tonadas y después de pensar un rato expresó: —Gallo, tú no eres
ni briago, mujeriego ni jugador. ¡Tú estás bueno para que te
componga una cumbia!
∞
UN DOCTOR DEL PUEBLO HIZO UN diplomado en geriatría
y poco después la mayoría de sus pacientes eran personas
ancianas que encontraban alivio a sus males de la edad, al ser
recetados por este amable doctor.
El consumo de refrescos es uno de los principales problemas de
salud que tenemos, aunque no sea tratado así, pero en las
consultas médicas la mayoría de los doctores recomiendan
abstenerse de tomar refrescos, principalmente negros, por la gran
cantidad de problemas que acarrea.
El doctor de nuestro relato dio consulta a un apacible anciano
que tenía males menores, el nonagenario paciente admitió en la
consulta que se tomaba una Coca – Cola en el almuerzo y otra en
la comida, por lo que el doctor decidió suprimir semejante
cantidad de azúcar en bebidas negras gaseosas.
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—Abuelo, abuelo, de ahora en adelante vas a tener que dejar de
beber la coca, si te quieres componer, es necesario que ya no
tomes coca.
El viejito miró con tristeza al doctor, la Coca – Cola es un placer
en Tierra Caliente cuando el calor arrecia y además era una
bebida que siempre había acostumbrado, que definitivamente no
podía imaginar comer sin tomarse una coca.
Así que el abuelo pidió una dispensa en esa instrucción, que al
menos una coca le dejaran tomar al día. El doctor fue estricto en
su receta, nada de coca de ahora en adelante. —No, abuelo, ya te
dije que no, nada de coca para beneficio de tu salud.
Resignado, cabizbajo el viejito salió del consultorio. Se paró en
seco a media calle y de ahí lanzó un grito al doctor que tenía la
puerta abierta del consultorio.
—¡Doctor, doctor, coca no!, ¿pero pecsi si?
∞
ARCADIO HABÍA TRABAJADO desde joven en una máquina
Singer para coser sombreros de palma. Toda su vida había hecho
eso. Recién había cumplido cuarenta años cuando empezó a
tener problemas de salud.
Después que terminaba de trabajar veía que sus pies se le
hinchaban y una ocasión tuvo que quitarse los huaraches para
regresar a casa, tenía problemas para orinar, se sentía
completamente cansado, no tenía ganas de ir a trabajar y hasta
sentía que la comida le sabía a hierro.
Cuando le comenzó a doler un costado de la espalda su mujer lo
obligó a ir al médico, el doctor le mandó hacer estudios y
encontró que tenía problemas en un riñón y por haberse atendido
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ya muy tarde le dijo que estaba muy avanzado y que buscara un
especialista.
Sin seguro social ni nada parecido, un hombre que siempre había
vivido al día con lo que le pagaba su patrón no tenía dinero para
atenderse, por lo que vendió dos tierras que le habían heredado
sus padres y se fue a la ciudad de México a buscar ayuda.
Con el dolor en la espalda que casi lo hacía llorar llegó hasta el
Hospital General de México, lo acompañaban su esposa, sus tres
hijos de menos de 10 años de edad y un bebé recién nacido que
la mujer llevaba en brazos.
Después de pasar por todo el calvario para ser atendido en
consulta general, al ser revisado fue internado en un área de
problemas renales, donde llegó un joven médico residente que
antes de auscultarlo le llamó la atención que el costurero, en
medio de su dolor estaba con su esposa, tres niños y un bebé
recién nacido.
―Bueno, así cómo está de enfermo ¿y todavía tiene familia y un
recién nacido?
Arcadio no contestó nada, fue su esposa quien apenada se
apresuró a contestar.
―Sí doctor, es que no está enfermo de ahí…
∞
NADIE PODRÍA DEFINIR EN QUÉ MOMENTO la figura
preponderante del profesor dejó de tener una importancia en la
comunidad, de ser un guía, un gestor, dirigente y consejero pasó
a otros estadios que todos conocemos.
Hay muchos profesores de antaño que recuerdan esa época
dorada cuando el profesor tenía esa presencia importante en la
comunidad y también vieron como se desmoronaba poco a poco
en el tiempo.
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Un profesor que se había graduado en una escuela normal rural
de las que fundó el general Lázaro Cárdenas, siempre había
trabajado con ese compromiso social de servicio a los demás y
de cumplir con su labor magisterial por ser una labor patriota de
formar generaciones de ciudadanos comprometidos y que tenía
que hacerlo con el ejemplo.
Había entregado su vida al magisterio y ya en el ocaso de su
noble tarea fue designado supervisor de zona, y mientras atendía
sus actividades en su casa llegó un pariente lejano que hacía
tiempo no se veían.
―Pariente, te vine a ver, fíjate que apenas me enteré que eres
supervisor de maestros y yo pienso que tú me puedes ayudar. Mi
hija la mayor me salió bien noviera, cuando no se pasa viendo la
tele viendo novelas se está viendo en el espejo. Se sale a vagar a
la calle y mero ya no quiso estudiar.
―Y yo en qué te puedo ayudar― preguntó el viejo profesor.
―Pues yo estaba pensando que si ya no quiere estudiar, me le
ayudes con una plaza y que se meta a trabajar, ¡aunque sea de
maestra!
∞
EN ALGUNA OCASIÓN UNA COMISIÓN de profesores de
Tierra Caliente viajó a la ciudad de Chilpancingo a un congreso.
Llegaron por la mañana y lo primero que pensaron fue en irse
almorzar para después acudir a su compromiso.
Hubo diversas voces y propuestas donde almorzar, alguien dijo
que podían hacerlo en la zona de fondas del mercado Leyva,
donde además de sabroso, es higiénico y económico.
―Compañeros, compañeros, para comer en fondas lo hacemos
en nuestro pueblo, yo propongo que vayamos a un lugar
diferente, por ejemplo un Mac Donald o un Kentucky Friend
Chicken, establecimientos que no hay en nuestra tierra―dijo un
avezado profesor.
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Para algunos la propuesta les pareció fuera de lugar, para otros
prudente y sensata por lo que por medio de una votación
eligieron Kentucky Friend Chicken, donde pidieron sus paquetes
y todos degustaron de un rico almuerzo de pollo.
Uno de los profesores no quedó satisfecho, sentía un hueco en el
estomago por lo que decidió ir donde sirven los paquetes y
pedirse unos panecillos que le llaman bísquets, y se pidió diez,
por lo que su cuenta ascendió a setenta pesos.
―!Qué! ¡Con setenta pesos me compro un chiquihuite de pan en
mi pueblo! ―exclamó el profesor.
∞
DICEN QUE SOLTERO MADURO: gay seguro. Y esta es la
historia de un campesino que rebasaba los cincuenta años de
edad y se resistía al matrimonio, no se le conocía novia pero
tampoco ninguna conducta con el sexo opuesto.
Este campesino se dedicaba a su trabajo y cuando la plebe le
preguntaba por qué nunca se le había conocido mujer o se había
casado, respondía que era porque resultaba muy caro mantener a
una mujer.
Con el tiempo la plebe le fue haciendo chanzas más pesadas y le
comenzó a decir que no tenía mujer porque era fresco, y así cada
vez la acusación se hacía más fuerte, hasta que un día el
campesino se cansó.
―¡Mero ya me encapriché! Me voy a buscar un hombre para que
así la gente hable por algo― y así fue como este hombre en
verdad se encaprichó.
∞
EL DOCE DE JULIO SE CELEBRA el día del abogado y así
como usted, conozco a grandes y muy buenos amigos que se
dedican a la abogacía, además de familiares, en mi caso tengo un
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tío que es un excelente abogado, y de él sé dos historias que hoy
me permitiré contarle.
Cuenta que un día llegó a Tlapehuala un anciano de Arcelia a
buscar a un abogado que le habían recomendado, pero en el
camino se le olvidó su nombre, así que se encaminó hacia una
fonda en el zócalo donde almorzó.
Ahí, en la famosa fonda de doña Teófila preguntó si conocían a
un buen abogado, porque a él le habían recomendado uno muy
bueno de Tlapehuala pero había olvidado su nombre. De entre
los comensales comenzaron a opinar.
―Ni le busques, vete con el de los Jaimes, el hijo de Santanita,
ese es bien bueno ―dijo un ancianito.
―Pues yo he escuchado que el abogado que no pierde juicios es
uno que le dicen “El Cuate” ―dijo una señora.
―Hay uno en San Isidro, hijo de Saturnina de la Cruz, dicen que
es buen abogado ―contestó otro señor.
Un comensal le dijo que en Tlapehuala no había pierde, que uno
de los mejores abogados era el yerno del profesor Dorado. Y así
le fueron diciendo sobre los abogados de Tlapehuala, tanto que el
señor se desesperó con todas las opiniones y antes de regresar a
Arcelia, a un lado de la terminal de las urvans de Tlapehuala vio
un despacho de abogados.
Así que cansado y con tantos abogados que le habían
recomendado no dudó en meterse en el despacho de Abraham
Jaimes y le dijo que le habían dicho de varios pero que ya no
quería buscar. El abogado Abraham Jaimes antes de preguntarle
de su litigio se interesó en saber qué abogados le habían
recomendado al anciano.
El anciano le dio la retahíla de abogados y Abraham Jaimes
comenzó a reír.
―Jefe, todos esos que le dijeron son una misma persona, soy yo.
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∞
CUENTA EL ABOGADO ABRAHAM Jaimes de la Cruz, que
en su despacho de Arcelia había un señor que les ayudaba con
los servicios de mensajería, lo que algunos conocen como IBM,
o auxiliar ejecutivo, una persona distinguida y competente, tanto
que había quienes le decían “abogado”.
Esta persona era tan eficiente que se ganaba los cambios cuando
iba a algún mandado, pero siempre y cuando se cumpliera una
condicionante: que el cambio fuera mayor de cien pesos. Cuando
era así y le decían que se quedara con el cambio quedaba
agradecido.
―Gracias colega ―le contestaba a quien le daba el cambio de
más de cien pesos.
Pero si el cambio era de veinte o treinta pesos y el abogado que
lo mandaba le decía que se quedara con el cambio, el eficaz
ejecutivo se ofendía.
―No, colega ¿cómo crees? Quédate con tu cambio, estás jodido,
te va a hacer falta―contestaba receloso.
∞
CUENTAN QUE UN JOVEN terrateniente traía a mucha
peonada sembrando, ya el mes de julio estaba a la mitad, la luna
estaba tiernita y el joven terrateniente quería tener todas sus
tierras sembradas porque esperaba buena lluvia.
Las yuntas andaban vuelta y vuelta mientras los peones no
aflojaban el paso. Como se trataba de sembrar había muchos
jóvenes y hasta niños. Entre ellos, andaba un hermano pequeño
del joven terrateniente y cuando se llegó la hora de la comida,
muchos de estos niños aprovecharon para echarse un chapuzón
en un arroyo de aguas cristalinas que se encontraba cerca.
Un chamaco plebe notó que el hermano del joven terrateniente
era de modos finos y afeminados y pronto, del arroyo se lo jaló a
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la bosquera donde le comenzó a hacer travesuras, dicen que el
chamaco amanerado le decía: “perate, me haces cuquilla”, y es
la fecha, que este chamaco creció y ahora es una persona mayor,
que en ese pueblo lo conocen como “La Cuquilla”.
Pero eso no fue todo, un peón viejo alcanzó a ver la escena y
corrió ante su patrón a informar de la situación.
―¡L´amo, l´amo! A su hermanito le están haciendo groserías
allá en la bosquera ― le dijo.
―Ahh déjalo, ¡que al fin de guaches todos! ―dijo el joven
terrateniente.
∞
CUENTAN QUE HACE AÑOS hubo un baile en una localidad,
como es costumbre se hizo en la cancha del pequeño poblado
con un tocadiscos y bocina de trompeta. Las muchachas llegaron
cargando cada quien su silla de madera.
Las chicas se fueron acomodando alrededor de la cancha, a un
lado sus mamás, algunas llevaban sus sacuales para remojar el
ripio y mientras comenzaba el baile tejían trenzas de palma con
las que se elabora el sombrero.
Como es costumbre, los jóvenes que llegaban al baile no sólo
eran de esa localidad, sino de las comunidades vecinas, llegaban
en grupitos, algunos caminando, otros en bicicleta y había quien
lo hacía en burros y caballos.
Era común, que los jóvenes que llegaban de otras comunidades
fueran con linternas para aluzarse por el camino y veredas, y
cuando llegaban se arremolinaban en un solo lugar para cuando
comenzara la canción, desplazarse por toda la cancha para sacar
a bailar a alguna muchacha.
El ritual era sencillo, se trataba sólo de estirar la mano y la
muchacha si aceptaba, se paraba a bailar. En esa época estaba de
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moda El Conjunto Mar Azul, con sus canciones como La Siringa
y El Cuinique, entre otras.
Leónidas no había perdido pieza desde que llegó al baile en ir a
sacar a una joven que le correspondía. El operador del tocadiscos
comenzó a cambiar de las cumbias a unas baladas, por lo que el
joven cada vez se pegaba más al cuerpo de la muchacha cuando
bailaban.
En una balada la sangre se le calentó a Leónidas y se pegó de
más a la muchacha y pegaditos mientras bailaban la muchacha se
comenzó a sentir incomoda al bailar, había algo que se interponía
entre sus cuerpos y los movimientos de cadencia se le
dificultaban con semejante obstáculo que el joven presentaba
ahora debajo de la cintura.
―Mira muchacho, si quieres que te siga a bailar a la otra pieza,
te voy a pedir de favor que te saques el reflector que traes entre
tus piernas ―le dijo la muchacha cuando terminó la canción.
∞
DON ELOY COLGÓ EL TELÉFONO después de hablar con
uno de siete hijos e hijas que tenía en Estados Unidos, uno de
ellos le habló de cómo se encontraban, que sus hijos ya estaban
grandes, que el mayor, recién había terminado la High School,
que es el equivalente a la preparatoria y que pronto iría a la
universidad.
Eloy hijo, le contó a su padre que todas las fotos de la
graduación las había colocado en un álbum del Facebook.
―Papá, por favor, dile a mi hermana Blanca que te muestre las
fotos por el “feis” para que nos veas a toda la familia. Para eso le
mandamos el Ipad, para que tú puedas vernos ―le dijo.
Eloy padre quería ver la alegría de su familia y emocionado
comenzó a gritarle a su hija.
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―¡Blanca, Blanca! Ándale ven, prende la “aipa”, ¡dice tu
hermano que puso unas fotos en el “seis”!
∞
EN TLAPEHUALA –desconozco si en otros lugares también-, a
los triciclos de carga les llaman “burras”. En este pueblo se
convirtieron en herramienta indispensable desde hace años por la
escasez de agua, ahí en esos triciclos o “burras” se acomodaban
seis cubetas de veinte litros (como las cubetas de pintura) y se
acudía a los pozos de agua abastecerse.
Por toda la región pueden verse con personas que venden
raspados, antojos y otros tipos de snacks. En Tlapehuala, el
servicio de limpia que barren las calles lo utilizan para recoger la
basura. Actualmente cinco nuevos triciclos fueron gestionados
ante la Sedesol Guerrero y circulan ya haciendo su labor de
limpieza.
Hace años, un hombre acudió con la rifera del pueblo para una
tirada de cartas. La mujer con fama de poderes adivinatorios, le
preguntó qué era lo que quería saber y el hombre le reveló su
aflicción.
―Es que me robaron mi burra y quiero encontrarla para seguir
en la chamba―le dijo.
La mujer lo sentó en una mesilla, colocó un vaso de agua y
prendió una vela blanca. Después de eso fue a un lavadero que
estaba cerca y lavó sus manos a conciencia. Con sus manos
limpias y secas barajó las cartas mientras rezaba un Padre
Nuestro.
La mujer partió las cartas e hizo que el hombre las barajara e
hiciera tres montones y le dijo que repitiera unas palabras
mientras hacía eso.
―Por mí, por mi casa y entorno, por lo que está por venir—
repitió el hombre.
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La mujer “rifera” comenzó a hacer una hilera de cartas mientras
en el rostro se le veía un vivo interés por leer lo que le decían y
dijo lo primero que le llegó a su mente.
―Tu burrita anda en la playa, se juntó con una manada de
burros―le dijo muy seria el hombre.
El hombre casi se iba para atrás de la silla al escuchar eso y
después de reponerse le dijo: ¿cómo cree? Si mi burra es de
triciclo, como bicicleta para acarrear agua.
La mujer “rifera” no se inmutó, se paró y le gritó a uno de sus
hijos.
―!Guache! Tráeme la baraja para las bicicletas, ¡me traje la
baraja de los animales!
∞
UNA TÍA QUERIDA QUE NACIÓ EN EL siglo pasado tuvo un
sobrino político que se casó con su sobrina, con la que tuvo diez
hijas en ese matrimonio. El sobrino que era profesor comenzó a
renegar de tener pura mujer como hija.
Cuando nació la décima hija, el profesor perdió los estribos, se
encolerizó, amenazaba con dejar a su mujer ante esa suerte que
él creía no era afortunada. Soñaba con tener un hijo varón y
prácticamente se le había ido la esperanza.
Cuando la tía llegó a casa de la recién nacida, el profesor pateaba
sillas, de coraje por la situación. La tía intentó calmar la escena y
sentó al profesor en el comedor y le pidió que le explicara qué
pasaba.
El profesor le dijo que todo era muy sencillo, que después de
diez intentos todo había sido en vano y que sólo hijas mujeres
iban a tener, cuando él soñaba con tener un varón como hijo.
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―Ay sobrino, cuan equivocado estás de la vida, te diré lo que
mis años me han enseñado y espero que puedas aprender de
eso―le dijo la sabia mujer cargada de años encima.
―Mira sobrino, ahorita tus hijas son pequeñas y algún día
crecerán. Si hubieras tenido puros varones también crecerían y
llegado el momento, el mayor, cuando menos lo pensaras te iba a
llegar borracho, porque se fue de parranda, al poco tiempo, el
segundo acompañaría su hermano y se irían a corridas de toros.
En poco tiempo, esos varones llegarían borrachos a esta tu casa,
ellos serían los que patearían las sillas que ahora pateaste. Por la
madrugada, cuando estuviera tu sueño más tranquilo, te vendrían
a avisar que uno de ellos peleó en el baile del pueblo e irías por
la madrugada a sacarlo de la cárcel municipal.
Aquí en este lugar donde nos encontramos estarías sentado sin
dormir, por la congoja que tus hijos no llegan y andan en el
peligro de la noche de parranda y sólo problemas tendrías por
esos varones.
Más sin en cambio, ¡con tus mujeres que diferente será! Tal vez
no duermas en la madrugada, pero será por las guitarras y los
finos cantos de los muchachos que les correrán gallo. Tan pronto
termine una serenata de una de tus hijas comenzará la otra y tú
estarás en sueño placido escuchando canciones durante la noche,
en vez de estar aguantando a borrachos vomitados.
―¡Qué más le pides a la vida sobrino!— le dijo la ancianita a un
convencido profesor de ser bendecido.
∞
DESDE HACE mucho tiempo es muy común en esta región que
entre más raro, caro y difícil de encontrar, un remedio es mejor
para los males. Así, la gente de antes subía al cerro por plantas
raras o en algunos casos grasa de coyote, o extremos casos como
caldo de zopilote, y muchos más que guardan en la memoria los
viejos.
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Se creían que eran verdaderos remedios, porque entre más
inaccesibles o más raros más efectivos eran.
Un tlapehualense que es especialista en reumatología hizo su
carrera en Suecia, país de Europa, y de vez en cuando regresa a
su pueblo a visitar familiares. En una ocasión que se encontraba
con uno de sus tíos llegó un anciano de una comunidad con
graves problemas de reumatismo.
El tío del reumatólogo le dijo al anciano que se encontraba ahí su
sobrino el cual era una eminencia en el área de la atención de las
articulaciones, y que podía aprovechar para que lo atendiera y
encontrar una solución a su problema de salud.
El anciano resolvió que regresaría más tarde acompañado de una
de sus hijas para que el especialista le diera una consulta.
El reumatólogo atendió al anciano, lo revisó y lo recetó y a la
vez le dijo que se pondría bien, que no se preocupara, que
después de que tomara sus medicamentos ya se iba a sentir
mucho mejor.
Después que terminó la consulta el anciano le preguntó que
cuánto era de la misma. El reumatólogo se quedó pensativo,
primero, porque cuando viaja a México no lo hace para dar
consultas y era una recomendación de su tío atender al anciano,
por lo tanto no atinaba a calcular cuáles serían sus honorarios,
por lo que le dijo que si le parecía bien, eran 200 pesos.
El anciano se levantó de la silla, le dijo a su hija — “vámonos,
este médico no sirve, bah me está cobrando bien barato”—.
∞
CUANDO ES Día del Estudiante no se puede dejar de recordar
las historias que como estudiante uno vivió, o como dijera un
amigo, de “estudiambre”.
43
Tuve la fortuna de tener grandes y buenos profesores, uno de
ellos que me dio clases de topografía era un excelente profesor,
además de la cátedra que impartía era un perito forense, así que
siempre nos ponía a pensar en la solución de los problemas de su
segunda profesión.
Creo que su objetivo, además de enseñarnos trigonometría y a
usar el teodolito era enseñarnos a pensar, a razonar problemas.
Cuando iniciamos el semestre nos lanzó un reto, nos dijo que en
el primer examen mensual quien fuera sorprendido con
acordeones o cualquier treta para copiar sería reprobado todo el
semestre y dijo que tenía mucha experiencia en descubrir a
copiones.
Para compensar su decisión, dijo que en ese primer examen
mensual, quien al final del examen no fuera sorprendido
copiando, pero que le demostrara que sí había copiado le pondría
10 todo el semestre, entrara o no entrara a clases.
En verdad era un reto en ambas propuestas. En pleno examen, un
compañero muy audaz le preguntó al profesor si podía comerse
unas galletas saladas con un refresco y el profesor dio el visto
bueno.
Cuando el examen concluyó, varios compañeros habían sido
sorprendidos en las múltiples y diversas formas de copiar. El
alumno de las galletas le preguntó al profesor si seguía en pie su
propuesta que aquel que no fuera descubierto copiando le
pondría un diez.
El profesor asintió y dio su palabra, el audaz compañero le dijo
que había copiado y que no había sido descubierto. El profesor le
preguntó de qué forma lo había hecho.
—Escribí las formulas en las galletas saladas y después de
utilizarlas me las comí.
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∞
UN 28 DE DICIEMBRE de hace unos cuantos años, se publicó
en la portada del Despertar del Sur que la cabeza de Lázaro
Cárdenas, el colosal monumento que le atribuyen una altura de
23 metros, había caído del lugar donde se encontraba.
La nota decía que los vecinos de Col. Juárez escucharon durante
la madrugada un estruendoso ruido, como el de una explosión y
al acudir a verificar, encontraron que la monumental cabeza
estaba rodada sobre el museo, metros abajo de la carretera.
Se daban más detalles de tan extraño suceso, y la foto principal
era precisamente la cabeza volteada, desprendida del lugar donde
se encontraba, manipulada en Photoshop.
Al pase de la página, al final de la nota - broma, el editor deseaba
un Feliz Día de los Inocentes.
Fue tan el tamaño de la broma que muchos la recuerdan hasta la
fecha. Y cómo no, si ese día, desde que el periódico comenzó a
circular por la mañana, mucha gente se apersonó en Col. Juárez a
testificar tan inverosímil hecho.
∞
GORGONIA FUE DE VISITA con su comadre Pompeya. Como
siempre hablaron de las novedades del pueblo, de las cosas de la
casa, de lo caro que estaba todo, de la inseguridad y hasta de las
últimas noticias del periódico.
Cuando parecía que se les acababa la plática, a Pompeya se le
ocurrió decir algo de su vecina, algo que recién se había enterado
y que había visto sin querer.
Gorgonia quedó atónita de la noticia, no podía creer lo que había
escuchado y Pompeya reflexionó sobre lo que había dicho, sentía
que hubiese sido mejor quedarse callada porque sabía que su
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comadre era muy comunicativa y pronto todo el pueblo sabría lo
que le había contado.
Pompeya pensó, que aunque era cierto lo que había dicho, podía
tener problemas con su vecina por la gravedad de la noticia.
Se le ocurrió una forma fácil de solucionar su desliz, sacó del
monedero un billete de cien pesos y se le dio a su comadre, le
pidió que a cambio de ese dinero no contara a nadie lo que le
había dicho.
Gorgonia recibió el billete y ofreció en promesa no contar lo que
había escuchado y se retiró de la casa de su comadre.
Al día siguiente, Gorgonia se levantó de la cama y lo primero
que pensó fue en lo que le había contado su comadre. Comenzó
sus quehaceres de la casa y salió después rumbo al mercado.
Se sentía incomoda al platicar con sus conocidas y no poder
expresar lo que recién se había enterado, el billete de cien pesos
lo traía en la bolsa de su mandil como un recordatorio de esa
mordaza imaginaria.
Transcurrió hasta el mediodía y le incomodaba no poder
transmitir lo que su comadre le había revelado. Cayó la tarde y
tomó una decisión, enfiló sus pasos hacia la casa de su comadre
Pompeya y al verla exclamó:
—Comadre, ¡Te devuelvo tus cien pesos! ¡La verdad ya no
aguanto contarle a alguien lo que me contaste!
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HACE ALGUNOS AÑOS, MI HERMANO Jaime vino de la
ciudad de Dallas Texas donde radica a atender unos trámites
legales a la ciudad de Chilpancingo, donde llegamos temprano y
temprano nos desocupamos.
Era mediodía y pensamos en tomar el autobús de regreso a Tierra
Caliente, pero una vez en la terminal decidimos ir a Acapulco.
Luego que llegamos nos dirigimos por la Costera Miguel
Alemán a caminarla.
Ya cuando el sol caía en el horizonte nos introdujimos a un bar
que se llamaba El Mariachi, desde su terraza se podía ver toda la
bahía del puerto, el lugar era muy bonito, todo con motivos
mexicanos y los meseros vestidos de mariachi.
Había música ambiental y tocaban la canción “mi historia entre
tus dedos” de Gianluca Grignani. Con la música de las olas que
golpean sobre la arena en playa y la brisa del mar que golpea tu
rostro transcurrió el tiempo.
Ya por la noche, en medio del bar, lo que parecía un pequeño
kiosko se instalaron ahí un grupo de cuatro músicos, estaban
vestidos de indígenas, con una imagen como de comparsas,
inmediatamente comenzaron a tocar con un estilo estrambótico y
desparpajado.
Empezaron con canciones como la de “Que se mueran los feos”,
parecían un grupo cómico, excéntrico, por su forma de vestir, sus
sombreros, su maquillaje. Sobresalía el percusionista, un
saxofonista y el trompetista.
Ya para esa hora, el bar tenía más clientes. Había un texano
cerca de nuestra mesa y le pidió al trompetista que tocara “My
Way”, la canción que hiciera famosa Frank Sinatra y que se
podría decir es una canción que tiene cientos de interpretaciones.
En ese momento el trompetista se transformó, demostró que
quien parecía un músico lirico era en verdad un músico de altos
vuelos y lo digo con toda la ignorancia de mis conocimientos
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musicales, pero no es necesario ser experto para darte cuenta que
en un “solo” un músico interpreta con fuerza y talento una
canción.
Precisamente, el trompetista iba de mesa en mesa para que le
hicieran solicitudes de canciones y las canciones populares con
las que habían comenzado quedaron a un lado para dar paso a
interpretaciones como “New York, New York”, con una
limpieza en el sonido de la trompeta que jamás había escuchado
en mi vida.
El trompetista, un hombre regordete, de manos joberas llegó
hasta nuestra mesa y con una gran sonrisa se dirigió a mi
hermano para indicarle cuál canción pediría, mi hermano ya
había meditado su petición, escogió el danzón “Teléfono a larga
distancia”.
Este danzón tiene la peculiaridad que el ejecutante de la trompeta
se retira del grupo, y mientras los acordes de la música siguen, a
una distancia de 50 metros la trompeta “contesta el teléfono a
larga distancia”, es todo un placer esta canción.
—Entonces si quieres me voy hasta la playa para contestar el
teléfono ― dijo el trompetista.
Y dicho y hecho, desde la playa, el trompetista ejecutó el danzón
junto con su pequeño grupo. Mi hermano tal vez recordó que un
músico de Corralfalso don Leonardo Tavira era un gran
ejecutante de este danzón y le había conocido.
Pero el trompetista se quedó integrado, el por qué mi hermano
había pedido esa canción en la que dos trompetistas se contestan
en la distancia. Más tarde se sentó en nuestra mesa, contó sus
experiencias cómo músico y hasta canciones de Los Beatles
interpretó y nos lanzó un reto, nos dijo que no había canción que
no se supiera.
Esas eran palabras mayores y para sustentarlas ofreció una
botella en apuesta. Mi hermano le puso un reto difícil: “El gusto
50
Tlapehuala”. El trompetista no dijo nada, se dirigió al kiosko
donde estaban sus músicos acompañantes e interpretó la versión
en trompeta del “Gusto a Tlapehuala”.
Ha sido una de las mejores interpretaciones que he escuchado en
mi vida, además una sorpresa porque no esperábamos que se la
supiera. Después de eso, el músico se fue a sentar con nosotros.
―Me sorprende, cómo es posible que se sepa esta canción de mi
pueblo― le dijo mi hermano.
―Mi nombre es Abel Blancas y soy nacido en mero
Tlapehuala―contestó el talentoso músico.
∞
HACE MUCHOS AÑOS, EN UN PUEBLO que apenas si había
unos cuantos carros, nombraron al primer agente de Tránsito de
ese municipio, el campesino que recibió ese nombramiento se
sintió muy ufano y orgulloso.
Además, el uniforme y la pistola al cinto le daban cierto aire de
autoridad con el que jamás había soñado en su vida. Sentía que el
uniforme era algo que debía guardarle respeto, porque recibía lo
mismo de esa indumentaria.
Poco después que le tomaron protesta como primer agente de
Tránsito se dirigió a una cantina del pueblo a festejar. En ese
entonces, en ese pueblo, las hetairas no tenían servicio de cuarto
y era imprescindible llevarlas a un pequeño hotel que existía.
El hotel era un edificio de muchos cuartitos, los cuartitos
formaban un cuadro y en el centro había un enorme árbol
frondoso que llaman trueno y a un lado del árbol había una llave
de agua.
Hasta ahí se dirigió nuestro agente de Tránsito con una hermosa
morena de pelos chinos que no hacía mucho había bajado de la
51
Sierra. Después de apaciguar los deseos de los cuerpos se
quedaron dormidos en el viejo catre del cuartito.
Ahí les agarró la madrugada y fue la joven morena quien
despertó cuando aún no salían los primeros rayos del sol y sintió
una gran sed. Despertó al agente de Tránsito para que en esa
oscuridad, la que existe cuando está próximo el amanecer, la
acompañara hasta la llave de agua que estaba en el centro de los
cuartitos.
Ambos se dirigieron a calmar otro tipo de sed bajo la llave del
agua. Una vez saciada se metieron nuevamente al cuartito y
quedaron profundamente dormidos. Cantó el gallo y los primeros
rayos del sol se asomaron por el horizonte. La hetaira despertó y
se estiró de brazos, mostró completamente su moreno y esbelto
cuerpo.
Al jalar la sábana destapó al agente de Tránsito que también
estaba completamente desnudo. Deslizó sus pies descalzos por
entre el piso de tabique buscando sus huaraches y no los alcanzó.
Insistió, metió las manos bajo la cama y nada.
Sintió que una corriente eléctrica le circulaba la espalda cuando
vio con la poca claridad que su ropa no estaba en el lugar donde
la noche anterior la había dejado. Con un grito despertó al agente
de Tránsito.
— ¡Nos han robado! Se llevaron nuestros trapos, nos dejaron
encuerados — exclamó.
El agente de Tránsito despertó disparado como un resorte de la
cama de otate y lo primero que buscó fue la pistola y su
uniforme, sin encontrarlo por ningún lado. La desesperación hizo
presa de ellos, el sol estaba por salir y ellos estaban
completamente desnudos en ese cuarto de hotel. ¿Cómo se irían
a sus casas?
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Pero lo que más le angustiaba al agente de Tránsito era su recién
estrenado uniforme, la pistola que le habían entregado, todo lo
que significaba ese uniforme, el respeto que le otorgaba, sentía
una desesperación enorme.
Después de comprobar que la ropa no estaba por ningún lado, el
agente de Tránsito se envolvió en la sábana y salió corriendo por
la calle hasta llegar a su casa, Se vistió, agarró un vestido de su
mujer y se dirigió al hotel donde encontró a la hetaira llorando.
—Anda, ponte este vestido y vámonos, ya deja de llorar.
Cuando salieron del pequeño cuarto con rumbo cada quien para
sus casas, la mujer echó un vistazo al cuarto contiguo y la sangre
le volvió a bombear con fuerza el corazón, vio que ahí estaba su
ropa y el uniforme del agente de Tránsito y la pistola.
—No nos robaron, ¡nos metimos a otro cuarto cuando bebimos
agua!— le gritó a su afligida pareja de ocasión.
∞
FRANCISCO HABÍA SIDO EDUCADO en una familia
tradicionalista y machista. Donde los hombres no debían llorar y
“vieja el que se rajara”. Además de eso nunca fue a la escuela, lo
que sabía de la vida lo había aprendido pisando adobes, o en el
surco ya sea sembrando o en la tarecua.
Un día su juventud le pidió que se casara y lo hizo con una de
sus vecinas que siempre le había gustado. Su vida fue de muchas
necesidades y mucho trabajo. Tuvo casi una docena de hijos y
para que no repitieran la historia de su vida se esforzaba por
mandarlos a la escuela.
El noveno hijo lo llamó Espiridión. Tan pronto como Espiridión
fue creciendo le fueron notando actitudes femeninas. Francisco,
un hombre de campo, bragado, inculto y machista no pudo
53
manejar la situación. Quiso enderezar el arbolito torcido de la
única forma que su raciocinio le permitía: a golpes.
Espiridión era un niño que ante los golpes y maltratos sólo
recibía la comprensión y el cariño de su madre, y ante la
imposibilidad de defenderlo de los golpes de su padre sólo le
brindaba abrazos y cariño. Para esa fecha todos llamaban Espiri
al pequeño niño de actitudes femeninas.
Espiri desarrolló más sus delicadas formas y modos finos
conforme se hizo muchacho y entró a la pubertad, pero eso sólo
hacía que la furia de Francisco se ensañara en él y las golpizas
arreciaban y eran más fuertes.
Al cumplir quince años Espiri no pudo más, pese a los cariños de
su madre huyó de su casa y se subió en un viejo camión Flecha
Roja y llegó a la capital del país y en Paseo de Reforma encontró
un ambiente natural para vivir, además de amigos y una buena
forma de vivir.
Cuando Espiri estuvo bien establecido comenzó a mandarle
dinero a su mamá, a la que siempre recordaba pegada en esa
vieja máquina de coser Singer, donde se ganaba la vida cosiendo
para los demás.
Pasaron los años, su padre Francisco ya era un anciano cansado,
que había dejado parte de su vida en cada gota de sudor que
había derramado en las adoberas y en los surcos del campo.
Algunos hijos ya se habían formado y ganaban dinero pero no lo
ayudaban para subsistir.
Un día fue el cumpleaños de Francisco, y hasta su casa llegó el
viejo cartero con una carta de Espiri para felicitarlo y dinero para
que saliera a festejar. Francisco no podía creerlo, el hijo que más
mal había tratado le había enviado dinero y los demás ni siquiera
se habían acordado.
Pero no sólo eso, a los quince días recibió otra carta con dinero
para que se comprara lo que él quisiera, además del dinero que le
54
mandaban a su mujer para que subsistieran. Cuenta el cartero del
pueblo que cada vez que le llevaba una carta, Francisco
expresaba: ¡A mal haya otro Espiri!
∞
DECLAMACIÓN Y POESÍA NO es lo mismo, pero aun así, de
forma sorprendente, en los niveles educativos de primaria,
secundaria y bachillerato se llegan a confundir los términos y a
un concurso de declamación le llaman de poesía y es una
confusión desde que imprimen las convocatorias en las oficinas
centrales de la SEG.
Como sea, en los concursos de declamación que llaman de
poesía en nivel secundaria, ya sea internos, de zona o regionales,
prevalecen poesías como La Loba, Agua que huele a resinas y
Huaraches para los reyes, su autora fue una señora de Iguala que
se llamó Catalina Pastrana, fue una mujer autodidacta, estudió
para secretaria y fue la profesión que ejerció además de poetisa.
La poetisa, orgullo del estado de Guerrero murió en Iguala, la
ciudad donde nació a los 77 años, en un mes de mayo del 2003.
En mayo de 1997, la Secretaría de la Juventud del Gobierno del
Estado de Guerrero, organizó concursos de oratoria y
declamación en las siete regiones del estado, el coordinador
regional de la Sejuve en Tierra Caliente era Víctor Valencia
Mojica (director de la Revista Cálida) y efectuó la selección en el
local del Club Rotario, con el apoyo del presidente municipal en
turno Víctor Mojica Wences.
Tuve la fortuna de ser seleccionado en oratoria y por tanto el
pase al concurso estatal, adonde nos fuimos con el otro
compañero que fue seleccionado en declamación; viajamos en
autobús y llegamos temprano a la Unidad Deportiva de
Chilpancingo que antes le llamaban CREA, el concurso estatal
de declamación sería al mediodía y el de oratoria por la noche.
55
Así que acompañé a mi compañero de Santana del Águila que
participaría en el concurso de declamación en el auditorio del
CREA. Busqué asiento entre las butacas como muchos otros
acompañantes de concursantes y de público que había acudido a
disfrutar de los concursos estatales de la Secretaría de la
Juventud a cargo de Juan Muñoz Caballero.
Dio inicio el concurso de declamación, a mi lado se sentó una
agradable señora de edad adulta, elegante, bien vestida y muy
amable. Desde el momento que se sentó a mi lado comenzó a
hacerme plática de donde venía y por qué estaba yo ahí. Le
respondí a todas sus preguntas.
Por su parte, la señora me dijo que iba acompañando a su
sobrina, que la había entrenado para el concurso estatal y sentía
mucha confianza en ganar, me comentó que llevaban una poesía
ganadora, la de “Agua que huele a resinas”.
Deteníamos la plática cada vez que un participante entraba en
acción, y cuando había pausas volvíamos a conversar, fue en una
de esas pausas, que el maestro de ceremonias del concurso dijo
que entre el público se encontraba una persona muy importante
de las letras del estado de Guerrero y pidió a todos los asistentes
le brindaran un fuerte aplauso a Catalina Pastrana Vargas.
La señora que estaba a mi lado, con la que estuve conversando se
levantó de su asiento y con sus manos agradeció los aplausos que
le brindaban. Después de eso, se sentó, regresó a verme y me
guiñó un ojo. No supe que decirle, saqué una libreta y le dije que
si podía regalarme su autógrafo. Así fue como conocí a Catalina
Pastrana.
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UN JOVEN de apenas 17 años de edad fue intervenido
quirúrgicamente de una cadera donde le implantaron una
prótesis. Durante meses estuvo en la ciudad de México, primero
por la operación, después por la rehabilitación hasta que por fin
regresó a su pueblo, donde se recuperaba satisfactoriamente
cuando fue visitado por uno de sus amigos.
Su amigo tenía fama de ser uno de los más inteligentes de su
pueblo, fama ganada por ser un campeón de matemáticas en las
olimpiadas nacionales.
En la visita comentaron los pormenores de la intervención
quirúrgica y el matemático preguntó: —¿Y cómo te sientes?.
—Todo va muy bien— le contestó, —solo me tiene triste algo,
los doctores me han dicho que después de esta operación ya
nunca volveré a cargar algo pesado en mi vida—.
Por lo que su amigo el matemático con una enorme sonrisa le
dijo:
—Al contrario, deberías estar contento, Dios quiere que nunca
seas un cargador—.
∞
LAS ENSEÑANZAS DE LOS ancianos siempre son con el
ejemplo, mi tía Anita, una ancianita tlapehualense que ya no
existe, tenía sus hijos en la Ciudad de México que la ayudaban
económicamente, principalmente un hijo militar que siempre
estaba al pendiente de ella, aunque algunas veces, los giros se
retrasaban por diversos motivos.
Ya con noventa años casi no salía de su casa y una vez un tío la
encontró caminando por las calles del pueblo, iba muy bien
arreglada, con sus mejores ropas, zapatos, peinada y maquillada.
—Tía Anita ¿Vas a una fiesta? —le preguntó —no, mijo, es que
no me ha llegado mi giro y ora voy a pedir dinero prestado, bah
si voy toda sucia y chamagosa, nadie me va querer prestar, van a
decir que no voy a pagar—.
∞
59
LA VIDA SIEMPRE ES APRENDIZAJE, las lecciones de la
vida están en cada momento. Fue don Ernesto Ramírez quien me
enseñó a no hacer lo que no quieres que te hagan.
Fue muy ilustrativa su enseñanza. Hace años atendía una tienda a
un lado de la iglesia de Tlapehuala, y diario, por la tarde pasaba
don Ernesto a su regreso de Cd. Altamirano donde trabajaba.
Siempre me hacía alguna compra, y en las tiendas se acostumbra
que cuando no tienes cambio das una goma de mascar. Si no
tenía cincuenta centavos, le entregaba un “chicle”. Durante un
buen tiempo lo hice así y don Ernesto me los recibía de buena
gana.
Un día, como era costumbre pasó e hizo su compra. Se le hizo su
cuenta de nueve pesos con cincuenta centavos. Con calma sacó
de su bolsillo una bolsa de plástico llena de “chicles” y comenzó
a contar las 19 gomas de mascar que le había yo entregado
durante un tiempo y con eso pagó su cuenta.
Por supuesto que le recibí su pago, pues eran los cambios que yo
le había dado.
∞
ALGUNA VEZ LLEGÓ EL poeta Agripino Hernández Avelar a
su potrero en Arcelia y encontró que un peón había cortado un
frondoso árbol. El maestro contaba que le dio mucho coraje esa
acción y recriminó al hombre —¿Por qué hiciste eso?— le
preguntó en tono molesto, y dijo que el peón le respondió — Bah
pa´ que se enoja, ese árbol ni daba nada…
—Cómo que no daba nada, ¡daba sombra! — dice que le
respondió.
∞
UN SONETO ES UNA FORMA POÉTICA compuesta por
catorce versos endecasílabos, organizados en cuatro estrofas: dos
cuartetos y dos tercetos. Para quienes no estamos familiarizados
con la literatura podemos llamarle un poema corto, breve.
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En una ocasión, en un encuentro de escritores, los bardos
participantes había estado leyendo sus trabajos literarios y la
velada se había extendido en tiempo. Una dama que se
encontraba presente mostraba ya signos de aburrimiento y de
cansancio por el tiempo transcurrido en la lectura de los poemas.
El último participante vio que no tan sólo la dama sino varios
presentes al encuentro ya se mostraban cansados, por lo que
cuando tocó su turno decidió anunciar por el micrófono que su
participación constaría de la lectura de un solo soneto y con eso
concluiría el encuentro.
La mujer que estaba adelante con visibles signos de aburrimiento
soltó unas palabras.
―Ay qué bueno, está bien, pero que sea corto por favor, porque
ya me quiero ir.
∞
UN 11 DE JULIO PERO de 1903 nació José Agustín Ramírez,
quien fomentó y divulgó el folclor guerrerense. Inmortalizó las
canciones Por los caminos del sur, el toro rabón, Ometepec y
muchísimas más.
En una investigación del poeta Malaquías Suarez Valerio
encontró un soneto del periodista pungarabatense Manuel M.
Reynoso, con la letra de la canción “Por los caminos del sur”. En
la Enciclopedia del estado de Guerrero se establece que la letra
es del pungarabatense y la música de Agustín Ramírez.
Antes de saber eso, en una ocasión le platiqué al maestro
Agripino Hernández Avelar de ese soneto que Malaquías había
encontrado y la presunción nuestra sobre la letra y música de esa
canción.
―Es muy probable que así haya sido, Agustín y Manuel fueron
grandes amigos―me respondió el laureado bardo.
∞
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HACE VARIOS AÑOS EL MAESTRO Agripino Hernández
Avelar fundó la Asociación de Escritores de la Tierra Caliente,
una asociación que hizo muchas actividades, hablar de esa
agrupación sería muy extenso, sus acciones, sus miembros y con
todo respeto les contaré una anécdota de una de las actividades
que realizó.
El maestro Agripino y la asociación se echaron a cuestas editar
en libros la obra de la mayoría de los escritores de la región, casi
23 libros de la “Colección Arroyo Grande”, una tarea que en el
tiempo se ve sencilla, pero que fue una titánica labor de quienes
la emprendieron.
Tuve la fortuna de participar en dos antologías y por tanto la
labor de involucrarme en los detalles íntimos de la elaboración
de esos dos libros, desde buscar las fotografías para las portadas,
darles edición, corregir errores ortográficos y demás, de acuerdo
a nuestros modestos conocimientos.
El trabajo en sí consistía en hacer un archivo en Word de todo lo
que sería el libro para llevarlo a la imprenta. Por lo que en la
página 2, le pregunté al maestro si ponía la leyenda que llevan
todos los libros “Reservados todos los derechos. Prohibida la
reproducción total o parcial en cualquier forma, escrita,
electrónica, sin la debida autorización de los editores”.
El maestro se quedó meditando, después de un poco rato se
dirigió a mí y me dijo que los libros que la Asociación hacía eran
principalmente para promover la lectura entre nuestros paisanos.
―En todo caso nuestros libros deberían decir: “Libres todos los
derechos. Se autoriza la reproducción total o parcial en cualquier
forma, escrita, electrónica, sin la debida autorización de los
editores”.
Por supuesto, nunca se puso esa leyenda a los libros, pero
hablaba de la generosidad para compartir lo que sabía el sabio
poeta Agripino Hernández Avelar.
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UN POETA CALENTANO RECIBIÓ un homenaje hace años,
su labor en las letras es extensa y los premios recibidos en su
labor también.
Se sentía muy orgulloso de su pasado, de sus raíces, de su origen
campesino. Su mamá había tenido una fonda para mantenerlo a
él y a sus hermanos, y este laureado poeta, fue a la escuela ya
muy grande, casi de doce años de edad.
Por tanto, antes de ir a la escuela desempeñó muchos oficios del
campo y propios de la casa. Cuando estaban en el homenaje el
maestro de ceremonias resaltaba ese pasado del bardo.
— Se encuentra entre nosotros el orgullo de este municipio, el
vate que de niño fue chivero — decía efusivo por el
micrófono.
—El poeta que de niño fue pasteador de chivos — y ante eso el
poeta levantaba su dedo índice desde el lugar de honor donde se
encontraba y agregaba — y pajosero.
El maestro de ceremonias continuaba con los viejos oficios y
decía: —El hombre que de niño fue comidero, cuiniquero y
sembrador.
El galardonado poeta agregaba a cada oficio, desde su lugar. —Y
pajosero.
Estas interrupciones del laureado poeta habían puesto incomodo
al maestro de ceremonias seguramente porque desconocía que
significaba el oficio de “pajosero”.
Antes, las personas iban al campo a recoger el “pajoso” seco de
las vacas porque era un insecticida natural para los moscos y
zancudos.
El “pajoso” seco se ponía en una cubeta y se le prendía lumbre
sólo para que soltara humo y éste ahuyentara a los moscos que
siempre han existido en gran cantidad en la región de Tierra
Caliente.
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HAY QUIENES COMPARAN EL ejercicio de ser presidente
municipal con un matrimonio de tres años que terminará en
divorcio. El pueblo es la esposa y el presidente el esposo.
La campaña es el enamoramiento, el cortejo de novios y la
elección el día de la boda. Los primeros seis meses de la
administración la luna de miel con sus altas y bajas de todo
inicio de relación.
Después la vida cotidiana del matrimonio con la asignación de
tareas, de las obligaciones y derechos de las partes, con sus
consabidos roces. Ya para concluir los tres años viene el difícil
proceso de la separación, donde surge todo lo que en una ríspida
separación hay.
∞
CUENTAN QUE EN la época cuando la mayoría de los líderes
perredistas andaban en vehículos viejos y marchaban por las
calles en busca de la justicia social, hubo una marcha en la
ciudad de Chilpancingo de los Bravo, y hasta el frente de la
columna iba un dirigente, viejo, honesto, congruente y de
ejemplar trayectoria.
La protesta fue un 29 de junio, ese día cumplía 83 años y aún con
sus años marchaba y lanzaba consignas en contra del gobierno de
Zeferino Torreblanca Galindo, el paso era fuerte como en todas
las marchas y el receptor de la condecoración Juan Álvarez, por
los servicios prestados a favor de Guerrero y sus habitantes, no
aminoraba el paso.
Un dirigente perredista de Tierra Caliente, se le acercó para
felicitarlo por su cumpleaños y preguntarle cuántos años
cumplía, el viejo luchador social respondió: —Cumplo 83 años.
—de repente detuvo su marcha y agregó —no, rectifico, los dos
años que anduve apoyando a Zeferino para gobernador no
cuentan, cumplo 81 años—.
∞
65
Un viejo político en retiro (o retirado, por aquello que en política
no te retiras sino te retiran), caminaba por una playa en el ocaso
del día.
Cuando le salen al paso dos ladrones con pistola en mano y con
palabras altisonantes le pidieron todo el dinero.
—Señores, señores, para pelear se necesitan dos y ¡no cuenten
conmigo! Pueden llevarse todo lo que traigo — Dijo el
experimentado hombre del diálogo y la negociación.
∞
HACE UNOS AÑOS SE encontraron dos comadres en la plaza
principal de su pueblo, hacía un tiempo que no se veían, una de
ellas había sido primera dama porque su esposo fue presidente
municipal.
—Hola comadre, ¿cómo te va? Hace tiempo que no nos vemos,
primero porque cerraste tu negocio y después porque anduviste
de primera dama — le dijo.
—Si pues comadre, tuve que cerrar el negocio ¡Ay, si no fuera
por la bendita presidencia no nos hubiéramos levantado!
∞
CUENTAN que no hace mucho un aspirante a presidente
municipal acudió a buscar el visto bueno con el gobernador en
Casa Guerrero.
Como es muy común en esos casos, la sala de recibimiento
estaba repleta de suspirantes a servir a sus pueblos, además, los
acompañaban sus asesores y los que nunca se despegan, dando
consejos de cómo conducirse ante el pueblo.
Dicen que hacía un calor como el que se siente en Tierra
Caliente, pero que nada hacía mella en la sala de espera y cuando
llegó el gobernador saludaba a los que se encontraba a su paso.
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Platicaron que el suspirante del que es objeto esta narración fue
saludado efusivamente y con una gran sonrisa por parte del señor
gobernador, le dio tremendo abrazo palmeando la espalda tan
fuerte que se escuchó en todo el salón.
—¿Cómo estás, mi amigo del alma? Me da un enorme gusto
verte — le dijo el gobernador y agregó — ahorita nos vemos allá
adentro para tratar tu asunto—. Y se despidió saludando a los
demás suspirantes.
Los acompañantes del aspirante se le acercaron emocionados y le
dijeron —Ya la hiciste. Eres el próximo candidato de nuestro
municipio. Mira nada más cómo te saludó el señor gobernador—
.
Cabizbajo, con casi lágrimas en los ojos los regresó a ver y les
dijo:
—Ya me llevó. Si me saludó así es porque no seré yo el
candidato—.
∞
UN RECIÉN ELECTO REGIDOR invitó a sus alegres
compadres a tomar unas cervezas por el triunfo conseguido en
las elecciones.
Cuando el calor de la región hacía de las suyas y el alcohol de las
cervezas lo propio también, los amigos comenzaron a pedirle al
recién electo regidor que no fuera como todos los regidores que
habían conocido, que no se convirtiera en cómplice del alcalde
en turno y que al menos leyera esa parte de la Ley Orgánica del
Municipio Libre donde habla de los deberes de un regidor.
Uno le sugirió que al menos, si todos los regidores no hacen
nada, que él se presentara a sentarse en el escritorio todos los
días; otro más le dijo que no se le fuera a subir como a todos y
que siempre fueran amigos.
De entre los amigos, de los que siempre hay y que casi nunca
hablan y cuando hablan es para ironizar, le dijo muy serio —
67
Compadre, yo creo que te va a pasar lo que todos los paisanos
cuando llegan al Ayuntamiento.
El recién electo regidor preguntó: ¿Y qué les pasa a todos los
paisanos cuando llegan al Ayuntamiento?
—Pues que todos se hacen mujeriegos ya que están ahí—
respondió.
—Abrón, yo ya soy — dijo el recién electo regidor—.
∞
DICEN QUE LOS PRIMEROS días después de tomar protesta
como presidente municipal se encontró al final del día, ya casi al
anochecer, el alcalde y su chofer en un diálogo de hombres
cansados.
Toda la jornada el primer edil había estado atendiendo
audiencias sin descanso, apenas probando bocado, así que ya en
la noche, sin almorzar y sin comer, después que atendió la última
audiencia se levantó de su mullido asiento, puso sus manos en la
cintura y se estiró, regresó a ver a su chofer y le dijo:
—Pero eso queríamos pues, tanto tiempo de desvelo en campaña,
andando y convenciendo a la gente que votaran por nosotros, pa’
que ora aquí estemos todo el día atendiendo a la gente, sin
almorzar ni comer—.
El chofer levantó la vista, regresó a ver al alcalde y le dijo:
—Pero bah mi presidente, antes a esta hora ni hacíamos nada en
la casa, nomás estábamos viendo la tele—.
∞
HAY UN REFRÁN MEXICANO que dice que el que nace
pa´panzón, ni aunque lo fajen de chiquito. Y esto que les voy a
contar es el caso verdadero de un distinguido político que se
encuentra en boga.
68
Que ustedes han de conocer y como no se trata de incomodar a
nadie sino más bien de entretener, no voy a escribir su nombre,
pero les aseguro que por lo que les voy a contar muchos lo van a
identificar.
En mi pueblo había una señora que hacía vestidos y la visitó su
comadre para decirle que no había ido a sacar sus costuras
porque su hijo, que estaba estudiando en Morelia, le había
mandado pedir dinero, y es que este político que ahora viste de
casimir le mandó decir a su señora madre que si le mandaba
dinero porque iba a ver a una mujer muy importante de la
política, y que eso le ayudaba para sus relaciones en la misma.
Así que la comadre le dijo con un tono de mujer campesina, hace
ya muchos años:
—Bah su ahijado me mandó decir que le mande dinero, porque
va a ir a ver a una señora reteimportante, una tal Rosiyo
Durcal—.
∞
UN VIEJO AMIGO, QUE FUE mozo de oficio del
Ayuntamiento de Tlapehuala me contó una historia que por más
inverosímil que es, no deja de ser interesante.
Hace muchos años, el baile del 15 de agosto en este pueblo era a
reventar y hasta el amanecer, un mar de gente que pagaba sus
entradas y bebía todo lo que se ponía en las barras.
Por tal motivo, las ganancias en verdad eran muy buenas, no
como lo es ahora. Cuenta el viejo amigo que por la madrugada,
cuando los borrachos discutían en la plaza y los cargadores de
los grupos musicales recogían toda su parafernalia, el encargado
de cobrar las entradas tenía cinco cartones de cerveza llenos de
billetes y monedas.
Aunque no había inseguridad, el problema era trasladar esos
cinco cartones llenos de dinero a la casa del presidente
municipal.
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El encargado de cobrar las entradas cargó con dos y el mozo de
oficio con tres. Con trabajos llegaron a la casa. Aún agitados por
la caminata y la carga, me comentó el viejo amigo que la persona
de confianza del presidente municipal le dijo: De este cartón de
dinero, agarra todo lo que puedas con tus dos manos y es tuyo.
—¿Y qué hiciste? —le pregunté —Nada, agarré, lo que pude con
dos dedos y le dije gracias, me dio pena que pensara que yo era
un aprovechado. Me contestó.
∞
LA MAYORÍA DE LAS ANÉCDOTAS que se han contado
aquí son verdaderas, en algunos casos he hecho el enorme
esfuerzo de omitir los nombres de quienes las han protagonizado.
En esta ocasión haré una excepción y con mucho respeto les
contaré una historia de una persona que ya no se encuentra con
nosotros, de don Blas Vergara Aguilar, dirigente de la CNC y
quien muchas veces fue delegado político en la región.
Para quienes desconocen las dinámicas de un partido les diré que
los tiempos son muy precisos: si el Consejo Estatal Electoral
marca una hora y fecha límite para registrar una planilla de
presidente, síndicos y regidores a un ayuntamiento, los plazos
son muy exactos y no hay prórrogas, salvo excepciones
justificables.
En una ocasión don Blas fue delegado municipal del PRI en el
municipio de Tlalchapa, y una señora que ya le habían dicho que
sería regidora con anticipación se le avisó que tenía que entregar
su documentación.
Como es común en esos casos existe el jaloneo político y las
planillas se arman de última hora, con escaso tiempo para acudir
a Chilpancingo al registro definitivo.
Por lo que don Blas acudió por la noche con el tiempo encima a
recibir la documentación y la señora que iba a ser regidora se le
70
acercó y le dijo: —Bah don Blas, no reuní mis documentos, ¿se
los puedo entregar mañana?
Por lo que don Blas, con mucho oficio político le respondió: —
Sí, mi madre, mañana o pasado, cuando tú puedas me traes tus
papeles—.
∞
UN JOVEN FUE INVITADO por un candidato a presidente
municipal a participar en su campaña política, dentro de las
funciones que le tocó efectuar fue la de promotor del voto.
Con su tarea asignada lo enviaron con un jefe de una familia de
una comunidad a hacer lo propio de su encargo.
—Señor Procopio, vengo de parte del candidato a la Presidencia
a pedirle su apoyo para que nuestro municipio sea mejor y por
fin tengamos en la Presidencia a un hombre honesto, que quiera
servir a la gente y no servirse de ella, que trabaje para que tenga
obras de beneficio para todos…
Estaba metido en su labor de convencimiento cuando fue
interrumpido por don Procopio de manera suave y prudente:
Apreciado joven, le quiero pedir de favor que le diga al
candidato que aquí en su pobre y humilde casa vivimos ocho
personas con credencial de votar, y por ser amigos, dígale que no
le daremos la credencial a su justo valor, sino que serán tres mil
pesos y estos ocho votos serán para él, completamente en
rebaja…
El joven salió de la casa de don Procopio, se dirigió donde el
candidato y le expresó: Mira candidato, a mí me gusta comprar
las cosas que necesito, pero comprar conciencias nunca lo he
hecho, así que ve tú mejor a hablar con don Procopio…
∞
71
UNA VEZ LLEGÓ JOSÉ Francisco Ruiz Massieu a desayunar a
la casa de un político tlapehualense, por ese motivo el
distinguido político reunió a sus amigos y familiares para hacer
limpieza en su casa un día antes.
El destacado político anfitrión había dejado encargado a uno de
sus sobrinos de los quehaceres mientras él se encargaba de otras
cosas.
Muchos jóvenes que iniciaban en la política agarraron la escoba
para barrer, el machete para desbrozar las plantas; agarraron
escaleras para subirse a las tejas y arreglar goteras. Y ese día era
todo un movimiento en ese lugar.
Un joven estudiante se mantenía impávido, observador y sentado
con la escoba agarrada de su mano viendo todo el movimiento.
Era nada menos que un joven ahijado del político que sería
anfitrión del gobernador del estado en ese entonces.
Uno de los jóvenes con más edad, al ver que todos estaban en
movimiento, que el tiempo apremiaba y que la casa tenía que
estar reluciente, se indignó al ver al joven ahijado sentado, muy
sin pena y sin novedad.
—¡Muévete canijo!, apúrate y agarra la escoba, ponte a barrer—
le dijo en tono desafiante.
Con mucha calma, paciencia, el joven ahijado respondió:
—Sí, voy a barrer, pero hasta que me vea mi padrino—.
∞
UN JOVEN LUCHADOR SOCIAL que se entrometía en todas
las causas sociales de su pueblo se sentó a conversar con un
hombre de aproximadamente sesenta años y el tema obligado fue
el deber de servir en las causas comunes de la comunidad.
72
El hombre maduro le reveló que recién se había jubilado—Ahora
sí, tengo tiempo para dedicarme a la lucha social del pueblo, de
ser posible buscaré un puesto en el Ayuntamiento para desde ahí
poder ayudar a mis conciudadanos. Decía con un lenguaje
institucional muy bien ensayado.
El joven luchador social se le quedó viendo, vio en las palabras
del hombre mayor lo que verdaderamente querían decir, y le
respondió: Pues yo seguiré igual, me meteré en lo que pueda, con
chamba y sin chamba en el Ayuntamiento, para que cuando ya
me jubile me dedique a descansar con la satisfacción del deber
cumplido, nada más.
∞
CUENTAN QUE CUANDO fue gobernador don Rubén
Figueroa Figueroa vino de gira a un pueblo de Tierra Caliente,
como era común mucha gente se le acercaba con peticiones para
su comunidad o de beneficio personal. En esa gira, entre la gente
arremolinada que hacía peticiones sobresalía uno que entre gritos
le pedía:
— ¡Señor gobernador, atienda por favor mi petición! Soy
trabajador del volante desde hace muchos años, pero el taxi que
trabajo no es mío. Ayúdeme con un permiso de taxi.
Comentan que mientras don Rubén Figueroa caminaba entre el
gentío el trabajador del volante sentía que el gobernador no le
hacía caso mientras atendía a otras personas y caminaban por la
calle, por lo que cada vez aumentaba el tono de voz para ser
escuchado y al sentir que ya el gobernador estaba próximo a
partir se abrió paso entre la gente y entre los empistolados de
guayabera blanca, para ya más cerca con voz más fuerte decirle
al gobernador:
—Señor gobernador, ¡por favor, ayúdeme, tengo esposa y 12
hijos que mantener, deme un permiso de taxi para poder
trabajar!—.
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Dicen que hasta ese momento el gobernador detuvo su marcha
precipitadamente, regresó a ver al chofer de taxi y le expresó:
—Tú no necesitas un permiso de taxi, tú necesitas que te
capen—.
Fuera de eso, dicen que el trabajador del volante recibió la ayuda
de un gobernador y tuvo finalmente su permiso de taxi.
∞
CUENTAN que un candidato a diputado local recorría su distrito
en busca de votos, fue así como llegó al municipio de Zirándaro,
y poco antes de llegar a la localidad de Aratichanguio comenzó a
ensayar su discurso.
Surgió un pequeño problema: el candidato no podía pronunciar
correctamente la palabra Aratichanguio, así que junto con sus
asesores, en el trayecto del camino, arriba de su lujosa
camioneta, practicaba una y otra vez la palabra Aratichanguio.
Cosas del destino, cada vez que la practicaba, menos la podía
pronunciar y cada vez se ponía más nervioso porque se acercaba
la hora del mitin y la llegada a esa comunidad.
Ya casi para llegar, por fin logró pronunciar la palabra
Aratichanguio. Ya el mitin se encontraba en todo su esplendor
con las porras, las matracas y las mantas colocadas por doquier.
El micrófono y las bocinas ya estaban en su lugar. El
“calentador” del mitin se deshacía en porras para el candidato y
anunció por fin la participación del tan distinguido visitante a
Aratichanguio.
Y comenzó su discurso: “Hermanos y hermanas, compañeros y
compañeras de esta comunidad de Oratechingo…”.
Y un silencio ocupó a toda la gente de ese mitin. Todos los
asistentes de la comunidad lo miraron estupefactos. Una anciana
con bordón en la mano se le acercó y lo increpó: “Mira
candidato, todos han hecho lo mismo, todos lo han venido a
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hacer, pero nadie nos lo había dicho en nuestra cara y menos a
decírnoslo en campaña”, y se retiró.
∞
EN LOS AÑOS 60 UN joven tlapehualense que después
destacaría en la política a nivel estado, era un estudiante de la
facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y por tanto, alumno
del escritor Agustín Yáñez.
El viejo político recuerda que en la toma de protesta de Gustavo
Díaz Ordaz como presidente de la República, y él como
incipiente miembro del partido tricolor había acudido a ver ese
evento.
Recuerda que le tocó en los últimos lugares donde apenas casi se
divisaban los pormenores del evento político. Al salir de ese
evento, en la calle se encontró al maestro Agustín Yáñez, al verlo
se sorprendió porque sabía que el jalisciense tenía una gran
presencia política nacional, además de haber sido gobernador de
su estado, entre otros puestos importantes en la SEP y no había
ido a la toma de protesta.
Por lo que le preguntó: —Maestro, ¿por qué no fue usted a la
toma de protesta del presidente?—. A lo que el autor del libro
“Las tierras flacas” le respondió: —Apreciado alumno, en la
política hay reglas, y una de ellas es que nunca vayas adonde no
te invitan—.
La validez de esta regla política de los años 60 se puede justificar
porque días después Díaz Ordaz nombró a Agustín Yáñez
secretario de Educación Pública.
∞
EL PRIMERO DE ABRIL DE 1969, siendo presidente de la
República Gustavo Díaz Ordaz, Caritino Maldonado Pérez tomó
protesta como gobernador del estado de Guerrero.
La vida se entrelaza de extrañas maneras. El gobernador Caritino
Maldonado era admirador y amigo de Álvaro Carrillo, el célebre
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compositor oaxaqueño que se hizo famoso con la canción “Sabor
a mí”.
Por ese motivo, Álvaro Carrillo tocó su guitarra y cantó
canciones durante el festejo después de la toma de posesión de
Caritino Maldonado. Existe una foto, donde aparece la
madrugada del 2 abril, en la privacidad del festejo, donde el
gobernador lo escucha atentamente y el compositor canta
extasiado.
Horas después, al regresar de Chilpancingo, en la carretera
Cuernavaca – DF, donde ahora está ubicado el H. Colegio
Militar, una camioneta se cruzó en sentido contrario e impactó el
automóvil donde viajaba Álvaro Carrillo, su esposa Ana María,
sus hijos Álvaro y Mario y el chofer de nombre Rafael.
Sólo sobrevivieron los dos pequeños hijos, Álvaro Carrillo y el
chofer murieron casi al momento, su esposa Ana María al día
siguiente. Han pasado años y la música del compositor sigue tan
viva.
∞
EN LOS PRIMEROS MESES DEL año de 1969 andaba en
campaña Caritino Maldonado Pérez quien fue gobernador del
estado. Cuentan, que la avanzada de la campaña, cuando llegaron
a Tierra Caliente pensaron en gente representativa con quien
hacer proselitismo.
En la región vivía un general retirado, con muchos años de edad
encima y decidieron visitarlo en su casa. Llegaron a una casa
tradicional de la región, con su piso de tabique, techo de teja,
pretiles y tinajero.
El general se encontraba descansando en una hamaca, con pasos
cansados se dirigió a la comitiva, sin guaraches, sus gruesas uñas
de los pies hacían un ruido extraño al rozar el piso de tabique.
Por fin llegó donde se encontraba la avanzada y los escudriñó de
arriba abajo, su gallardía como militar no la había vencido los
años.
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―¿Qué se les ofrece señores? ¿En qué puedo
servirles?―preguntaba el general.
―Mi general, venimos a nombre de don Caritino Maldonado a
traerle su saludo y pedirle su apoyo para la elección de
gobernador―dijo un entusiasmado proselitista.
El viejo general se esforzó por escuchar con sus tapiados oídos,
pero aún asintió con una enorme sonrisa.
―Claro que sí y díganle a mi amigo Caritino, que ahora que sea
gobernador, ¡que me dé, aunque sea, la Recaudación de Rentas
de Acapulco!
∞
DOS COMPADRES, YA VETERANOS de la política, se
encontraron para platicar de los últimos acontecimientos de sus
vidas. Uno de ellos estaba con curiosidad por saber en qué
puesto su compadre sería acomodado después de saber los
resultados de la última elección para gobernador.
Y es que uno de los compadres, su esposa, era la media hermana
de la esposa del gobernador electo, y por tanto, algo bueno
surgiría de eso. Después de los saludos de rigor y de servirse
unas copas, llegaron al tema más fuerte de la conversación.
Cabizbajo, con unas copas encima, el compadre se sinceró.
―Qué crees compadre, mi esposa hace dos meses que tuvo un
problema muy fuerte con su media hermana, no se hablan desde
ese entonces, así que de nada sirve que mi concuño vaya a ser el
gobernador.
El compadre escuchó con tristeza las palabras de su compadre y
le animó a que recompusiera la relación entre las medias
hermanas, porque una situación política así pocas veces se
presenta.
―No hay nada que hacer, ¡ahora que se sentó el águila en el
nopal, se rompió la pinche penca! ―contestó abatido el
compadre.
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∞
EN EL LIBRO “ALEJANDRO CERVANTES DELGADO,
razones y convicciones de un gobernante” donde se recopilan la
opinión de varias personas que conocieron al gobernador, hay
una anécdota del periodista Héctor Contreras Organista, que
publicó en la columna “Cosmos”, del Diario de Guerrero en el
año 2010.
Contó que el gobernador visitó las grutas de Juxtlahuaca y que
ahí almorzó a la vera del Río Azul donde pidió a la señora de la
fonda: ¡Hágame una salsa de chile puto! Narró el periodista que
en esa fonda anunció la pavimentación hasta la entrada de las
grutas.
Después de los comentarios del impacto que tendría esa
pavimentación, el periodista cuenta que el gobernador Cervantes
Delgado dijo: “Lo que no me gusta de cuando se construyen
caminos es que el primer camión que pasa por él, antes de que se
inaugure, es el de la cerveza”.
∞
UN CANDIDATO A GOBERNADOR CERRABA campaña
con un multitudinario acto, había miles de prosélitos que
vitoreaban su nombre, las mantas competían en tamaños, las
bandas de vientos se escuchaban por doquier.
Los “calentadores” desfilaban por el micrófono hablando de las
virtudes y de la intachable conducta del candidato, lo pintaban
como un verdadero santo con varita mágica que ahora sí
solucionaría todos los problemas de los ciudadanos.
Cada vez los oradores encendían los ánimos de la gente que
respondía emocionada con vítores y aplausos, era una gran masa
humana entregada completamente a su candidato.
Allá arriba, en el presídium, el candidato sonreía satisfecho,
emocionado y a lado de él estaba el presidente nacional del
partido que lo postulaba.
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―Ya vio cuánta gente tengo, cuánta gente me sigue y me
quiere―le dijo el candidato al presidente de su partido.
―No te engañes, no eres tú. Es el sistema―dijo el sabio
dirigente.
∞
DICEN QUE PARA QUE UNA MENTIRA exista tienen que
existir dos partes, el que la dice y el que la cree, y pues también
en ese tipo de análisis de la sicología del mexicano dicen que nos
gusta que nos mientan, porque campañas van y campañas vienen
y siempre seguimos creyendo en lo que dicen los políticos.
No hace mucho pasó esta historia que les voy a contar, la
platicaba precisamente una presidenta de un partido municipal
que la vivió. Esta distinguida señora, contaba que dos de sus
damas de compañía fueron con ella a una comida donde
recibieron a un precandidato a gobernador.
Como es común, en esos eventos hay que andarse “a las vivas” si
quiere saludar al político en cuestión. Las camionetas de lujo
para andar en el convoy o caravana siempre se estacionan listas
para salir rápidamente, porque por motivos de agenda los
tiempos siempre andan recortados.
En esa ocasión, la presidenta de comité de partido municipal
salieron con el político rápidamente de la comida y se subieron a
la camioneta para irse a otro evento; las dos damas de compañía
al ver que su jefa había abordado la camioneta, también con
pasos agiles y apresurados se subieron rápidamente en la última
camioneta de lujo que iba en el convoy.
El chofer de la camioneta vio con sorpresa cómo ambas mujeres
abordaron la camioneta en movimiento, con sorpresiva agilidad
que no tuvo tiempo de impedirlo. Las vio con sorpresa y
extrañamiento pero no les dijo nada.
Durante cinco cuadras, el chofer y las dos damas de compañía
iban en silencio, hasta que llegaron al entronque de la carretera y
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el convoy de los políticos dobló hacía la izquierda y el chofer de
las dos damas de compañía viró hacia la derecha.
Fue entonces que se rompió el silencio. ―Joven, los carros le
dieron para allá y usted nos lleva para otro lado―dijo alarmada
una de las señoras.
―Sí señora, es que yo voy para la mina de Campo Morado.
¡Se subieron a una camioneta que no era del convoy de los
políticos!
∞
HACE AÑOS, CUANDO Alejandro Gómez Maganda era
gobernador nombró a uno de sus amigos como agente
recaudador de un pueblo. El señor que vestía camisa combinada
con el pantalón, de esos que se mandan a hacer con el sastre,
rápidamente tomó posesión de su puesto.
Atendía diligentemente la oficina, a las 8:30 de la mañana ya
tenía abierta la oficina recaudadora de impuestos y desde
temprano los notificadores fiscales acudían a toda la jurisdicción
a entregar los citatorios para que pasaran a pagar los impuestos.
Los primeros tres meses la oficina de finanzas se pasaba llena de
personas que cumplían con sus obligaciones fiscales, además que
ahí también se pagaban los salarios de los profesores del estado y
las becas a los niños estudiantes.
Un día que el recaudador de rentas se encontraba cruzado de
piernas, leyendo el periódico en su escritorio, llegaron ante él
unos auditores del estado.
―Señor recaudador, venimos desde las oficinas centrales de la
Secretaría de Finanzas a pedirle por favor que haga su informe
de ingresos y de egresos de la agencia fiscal a su cargo.
El recaudador les quedó viendo intrigados.
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―Yo no sé nada de eso de ingresos y de egresos, cuando me
dieron mi nombramiento a mí no me dijeron nada de eso― les
respondió el recaudador.
Los auditores le explicaron lo que significaba entregar sus
informes, las auditorias que tenían que hacerle y el cumplimiento
de la normatividad de la Ley de Hacienda del estado y cómo
cada vez se les hacía más difícil explicarle que iban a hacerle
cuentas, le dijeron que era una orden del gobernador reportar el
dinero recaudado a Chilpancingo.
El recaudador se les quedó viendo sorprendido y visiblemente
exasperado les exclamó.
―Está tarugo Alejandro, a mí cuando me dio el nombramiento
me dijo: “¡Ten, pa´ que te ayudes!”.
∞
La esposa de un diputado federal sospechaba que su flamante
esposo la engañaba con otra mujer, por lo que decidió
comprobarlo con un interrogatorio feroz contra el IBM del
legislador.
—Pancho, tú me vas a decir la verdad, el diputado tiene mujer en
Acapulco, a mí no me vas a engañar, tú le sabes todo al diputado
y debes estar enterado que tiene otra mujer, a mí ya me dijeron
que tiene otra mujer.
El afligido secretario del diputado se encontraba acorralado,
sudaba ante el interrogatorio y negaba toda la situación, le
aseguró a la dama que él desconocía por completo esa situación.
La mujer fuera de sí le dijo que no iban a dejar esa conversación
hasta que le dijera la verdad y la sacara de esa duda que la
atormentaba, que no la dejaba vivir.
—Me vas a decir la verdad, de aquí no te vas a ir hasta que me
digas quién es esa mujer con la que me engaña mi marido el
diputado allá en Acapulco.
81
Después de unas horas, el compungido auxiliar se dirigió a la
señora: Mire, yo le digo la verdad, el diputado no tiene ninguna
mujer en Acapulco, esa es la puritita verdad, yo nomás sé que
tiene mujer en Chilpancingo, ¡pero en Acapulco no tiene!
∞
CUENTAN que en una reunión del Club Rotario para elegir a su
presidente, éste fue electo por unanimidad, todos habían estado
de acuerdo en elegir a un apreciado doctor que se distinguía en
su servicio a la comunidad y más en esa pequeña ciudad de la
Tierra Caliente.
Nadie había puesto objeción que el puesto recayera en ese
doctor. Un distinguido colega del recién electo presidente de ese
club, rápidamente hizo un escenario político, se levantó y pidió
el micrófono para hablar a todos los presentes.
La cena baile estaba en todo su apogeo cuando el distinguido
colega les habló a todos: —Amigos y amigas, integrantes de este
club, como nunca en la historia de nuestra asociación hemos
electo presidente por unanimidad a un distinguido doctor que se
ha caracterizado por hacer el bien a todos sin mirar a quien.
Aquí nos encontramos las cabezas de familia y personas más
representativas de nuestra ciudad, además de ser líderes de sus
familias son líderes de la comunidad, y quiero aprovechar este
momento para proponer que nuestro recién electo presidente del
Club Rotario lo llevemos también a que sea presidente
municipal. Estoy seguro que con el apoyo de todos nosotros y el
que encontraremos en la sociedad, nuestro amigo doctor será un
gran presidente.
Los aplausos, los vítores y las porras no se hicieron esperar,
todos los asistentes en la cena baile habían estado de acuerdo con
el distinguido orador, habían recibido la propuesta con gran
aceptación y con seguridad por la confianza que inspiraba el
doctor que habían propuesto.
82
El distinguido doctor que recién había recibido tal distinción se
levantó de su asiento y se dirigió hacia donde estaba el
micrófono e interpeló al colega que recién lo había propuesto:
—Colega, ¡usted no es mi amigo, usted no me estima! —, le
espetó.
El colega que había hecho la propuesta, un color se le iba y otro
se le venía, y nuevamente el doctor se dirigió a él y le dijo:
—Usted no es mi amigo, porque quiere que yo sea presidente.
Porque usted sabe que todos los que son presidentes, roben o no
roben, trabajen o no trabajen, el pueblo los termina llamando
bandidos y mucha gente queda a disgusto con ellos—.
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DICE EL ABUELO QUE EN COSA de matrimonio, tres brincos
pega la mujer, el primero es a las rodillas, el segundo es directo a
la panza y el tercero si lo logra se amoló la cosa, porque es
directo a la nuca y de ahí ni quien la baje.
∞
LA MAYORÍA DE LOS PALETEROS de los pueblos tienen
algo que contar, el de mi pueblo es aficionado al futbol llanero y
tiene su equipo de corazón, cuando le preguntan cómo le fue a su
equipo, tiene dos respuestas, si ganan, dice ¡ganamos!, si pierden
dice: ¡Perdieron los tarugos! Y cuando algún plebe le dice: —
Bah te manda tu vieja— él contesta ¡Como a todos hermano!
∞
UN APRECIADO SEÑOR QUE YA falleció, un pionero en la
industria de la tortilla de Tlapehuala le platicó a un joven que en
las cosas del matrimonio, si el hombre quiere que la mujer le
obedezca tiene que ganar más que ella, porque si la mujer gana
más que el marido se pone difícil la cosa.
Un día, ya estando casado el joven fue a visitar al viejo a su casa
y lo primero que le preguntó fue si la mujer le hacía caso.
—Híjole don Sotero, en eso ando, ¡buscando un segundo trabajo!
∞
HAY PERSONAS QUE TIENEN EL TACTO para pedir las
cosas, es el caso de un gran amigo animador de grupos, cuando
era invitado a una fiesta y quería llevar “chillaca” a su casa como
regionalmente se dice, primero acostumbraba a elogiar el
guisado que se ofrecía.
—Señora, le quedó muy rica su comida ¿No tendrá para que lo
pruebe la familia?
∞
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HAY UN REGIONALISMO EN Tierra Caliente para llamar a
las personas que hablan de frente y sin tapujos, se les llama
personas “claridosas”.
Una señora “claridosa” de mi pueblo acostumbra decir cuando
alguien de su familia tiene algún conflicto con otra persona:
“¡Entre la familia podemos matarnos, pero que nadie se meta con
mis parientes!”.
∞
NO HACE MUCHO TIEMPO, una señora acudió a la oficina de
Agua Potable y con grandes golpes en la puerta preguntó por el
responsable de ese lugar, le dijeron que no se encontraba porque
andaba arreglando fugas de agua, pero la secretaria muy
amablemente le preguntó para qué lo buscaba.
―Es que vengo a pagar el “aigre”, ¡porque puro “aigre” sale de
la llave!
∞
UN PROFESOR DE LITERATURA acudió al banco a hacer un
movimiento, encontró que había mucha gente haciendo fila,
descuidadamente se formó en un lugar delante de la fila y unas
personas le empezaron a gritar: ¡A la cola! ¡A la cola!
Muy cortésmente, el profesor se movió del lugar y alcanzó a
decir: Perdón, perdón, rectifico mi lugar, me voy a al último
lugar de la fila, ¡porque se llama fila y no cola!
∞
UN CAMPESINO BRAGADO SE bañaba en su casa a
jicarazos, cuando de repente al recargarse en la pared le picó un
alacrán al que alcanzó a matar. Le gritó a su mujer diciendo lo
que había pasado. La afligida mujer corrió con una hilacha para
amarrar la parte del cuerpo donde el alacrán había picado.
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―Deja eso mujer, creo que era alacrán macho ¡Porque me picó
en la cola!
∞
VARIOS AMIGOS SE JUNTARON en la parranda, por la calle
caminaba un campesino conocido quien al verlo le invitaron una
cerveza.
―¿Quién soy yo para decir que no? ¡Venga acá esa cerveza!
―contestó eufórico.
En la cantina donde estaban comenzaron las canciones en la
rocola y se empezaron a escuchar las canciones de José Alfredo
Jiménez, un campesino con varias cervezas encima alzó su copa.
―¿A ver pues, no bebas? —dijo cuando estaba la canción de
"Ella".
Hubo un momento que las libaciones se detuvieron porque todos
se enfrascaron en conversaciones por lo que hubo uno que
gritó:―!Salud pues! Que platicas no emborrachan.
∞
HASTA HACE POCO, EN EL CAMPO, en el surco, cuando se
terminaba la jornada de trabajo se decía una frase:"Tírale el agua
al bule". Era señal que la jornada había terminado, porque se le
tiraba el agua al bule para no cargarla de regreso a casa. Al
contar esta anécdota un amigo me contó esta otra.
“El papá y el hijo se encontraban trabajando desde temprano en
el campo y empezaba a 'subir' el sol... el calor comenzaba hacer
de las suyas... El padre le dice al huache: ¿Hijo a ti quien te
manda? Pos usted apá... ¡Pues tírale el agua al bule y 'amonos'
pa' la casa!”
∞
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Y YA EN EL TEMA DEL CAMPO, una apreciada amiga me
contó que en los tiempos que su papá era campesino y ella lo
acompañaba al campo escuchó un diálogo entre su padre y un
campesino que aún recuerda.
Su padre caminaba por el campo a la hora de la comida y un
campesino le gritó: “José, vente a echar un taco. Y don José le
respondió: “Guárdamelo para la cuaresma”.
Mi amiga, en su inocencia de niña le preguntó por qué le
respondía así y su padre comenzó a reír.
―Pues ahorita con la siembra hay mucho que comer, ¡pero en la
cuaresma se pone difícil!
∞
HAY MUCHAS CREENCIAS Y supersticiones en nuestra
querida Tierra Caliente, algunas son bonitas y son tradicionales
en muchas casas de nuestra tierra. Hay un ave, una especie de
sanatillo que emite un sonido que se escucha como si
pronunciara la palabra “chica”.
Por tal motivo, a esta ave se le conoce como “chica”, y la
creencia es que cuando llega a un árbol de tu hogar y canta
“chica” es porque habrá buenas noticias, recibirás dinero o
tendrás visitas agradables.
∞
DOS CHOFERES de urvans se encontraban en espera de su
turno para salir a su ruta, y comenzaron a platicar sobre la
situación que prevalece en relación a la inseguridad.
Ambos recordaban que esta región era otra, que se podía salir
por las noches y que no había tantas noticias de violencia. Uno
de ellos dijo: “todo era tan tranquilo que cuando manejaba en la
calle y aunque no tenía preferencia, yo me aventaba y si alguien
me quería ganar el paso los maltrataba y les decía ‘quítate, hijo
de esto, hijo de lo otro’; ahora así yo tenga preferencia si me
88
encuentro a alguien en la calle, y más si es camioneta de lujo, le
cedo el paso y le digo ‘pásale papacito chulo’”.
El otro chofer solamente dijo, “qué tiempos, qué tiempos
aquellos”.
∞
LOS VERDADEROS PROFESIONALES de la política que
pertenecen al Partido Revolucionario Institucional saben bien
que las siglas significan otra cosa, todo aquel que ha hecho una
verdadera carrera en el PRI sabe que las siglas significan
Persistencia Resistencia e Insistencia.
∞
UN EX PRESIDENTE MUNICIPAL calentano alguna vez dijo:
“Vergüenza no es robar, vergüenza es que te hallen robando”.
Y siguiendo en esa vía de las frases jocosas de la política, en
relación al relevo generacional tanto en partidos o en puestos
gubernamentales donde siempre las mismas personas ocupan los
cargos públicos, en Costa Grande hay una frase que dice “el que
ya bailó que se siente”, pero me gusta más la de una señora de mi
pueblo que dice “el que ya comió que deje comer a otros”.
∞
USTED DEBE CONOCER A más de uno, al menos su servidor,
no hace mucho conocí a don Lázaro Cárdenas de Santo Niño,
quien ya falleció y fue papá del profesor Saturnino Cárdenas
Gómez.
Pero los nombres de héroes y próceres se replican entre el
pueblo, recientemente entablé amistad con don Benito Juárez de
San Miguel Totolapan, a quien usted puede encontrar como
auxiliar en la Secretaría General del Ayuntamiento.
También me hablaron de Don Porfirio Díaz que radica en Las
Tinajas y don Venustiano Carranza vecino de San Antonio de la
Gavia, ambas comunidades de este mismo municipio, y usted ¿a
quién conoce que lleve tan grandes nombres?
89
∞
Se levanta uno y dice -Dios mío, qué quehaceron...
Se llega la noche y uno dice: - Dios mío, se fue el día ¡Y no hice
nada!
∞
HABÍA UNA MUCHACHA de mi pueblo que cuando no tenía
ganas de hacer quehacer decía: Amaneció el día huevón...
Era la mismo que decía: Despierto y me da un haaaambre, como
y me da un sueeeeño...
∞
TENGO UN AMIGO DE MORELITA de quien admiro su
sentido común para expresarse.
Siempre se dirigía a nuestro amigo el licenciado Alberto
diciéndole “lis”, “hola lis”, “mire lis”, hasta que un día el
licenciado Alberto le preguntó por qué le decía “lis”, si lo
correcto es “lic”.
Don Amado, muy sereno argumentó el por qué.
Le expresó que le decía “lis” porque era “lisenciado” y que no le
decía “lik” porque no se decía “likenciado”.
Don Amado Carlos, uno de los mejores costureros de sombrero
fino de Morelita…
92
SIDRONIO Y CRESCENCIANO platicaban sobre la revelación
que habían dado los medios de comunicación que México ocupa
el primer lugar en obesidad, comentaban que era culpa de tanto
refrescos que ahora se consumían y que ya no se trabajaba como
antes se trabajaba en el campo.
En eso, Sidronio le dice que también se había enterado que
México ocupa el tercer lugar a nivel mundial en consumo de
cervezas y ahí fue donde Crescenciano se quedó pensando.
―No pues no Sidronio, eso sí que no está bien, ¡Eso es una
vergüenza! ¡No hay que dejarnos! Vamos por un cartón de
cerveza para contribuir y ¡llegar al primer lugar!
∞
CUENTAN, QUE EN UN PUEBLITO DE LA Tierra Caliente
existía una ancianita sorda. La señora fue perdiendo el sentido
del oído a través del tiempo. Tenía una vecina de la misma edad
a la que no le caía bien, y ella sin saberlo, siempre la saludaba
afectuosamente.
—¡Adiós vecina, al rato vengo, voy para Altamirano—.
Y como la ancianita no escuchaba nada, la ancianita vecina le
contestaba: —¡Que te vaya bien vieja sorda! Y la ancianita sorda
se iba contenta con una sonrisa en el rostro.
Ese día, la ancianita sorda se dirigió con un otorrinolaringólogo a
checar sus oídos, al revisarle el doctor, encontró que la venerable
anciana estaba tapada de ambas orejas de una mezcla de tierra y
cerilla, casi casi como si una avispa hubiera hecho un “ollero” en
ambos oídos.
Por lo que después de sacarle toda esa mezcla de cerilla y tierra
la anciana recobró el sentido del oído y escuchaba tan claro
como una niña.
Al llegar a su casa encontró a su vecina y ésta le gritó. —¡Ya te
vas vieja sorda!
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—No, no voy, ¡apenas vengo de curarme la sordera!
∞
CUENTAN que en una reunión de amigos una persona
acaparaba la conversación en un intento por llamar la atención de
todos, comenzó a hablar de un supuesto viaje a Europa y dijo que
había tomado un autobús para llegar a la ciudad de Nueva York,
y que desde ahí, en tren había viajado a Madrid, España;
posteriormente tomó un barco para trasladarse hasta Berlín,
Alemania.
Los asistentes a la reunión no le habían prestado atención hasta
que comenzó a hablar de ese supuesto viaje. Algunos lo miraban
extrañados y le ponían más atención.
El hombre continúo diciendo que pernoctó en Berlín y que por la
mañana tomó un taxi para viajar a Moscú, la capital rusa,
diciendo que solo los que han viajado a Europa saben que este es
un continente muy pequeño y que todos los países están muy
cerca.
Uno de los presentes se le quedó viendo fijamente y le dijo:
— Creo firmemente que usted no conoció geografía.
El hombre respondió.
— Pues tal vez, lo más seguro es que esa ciudad la pasé de
noche.
∞
CUENTAN QUE EN CIUDAD ALTAMIRANO, atrás del
mercado nuevo, por la calle Fray Juan Bautista Moya, donde se
encuentran las fondas, llegó un calentano bragado a almorzar. El
hombre con guayabera, sombrero riscado, de ribete ancho y
sucio, del tipo de sombrero que se usa para el campo se sentó en
la banca.
La señorita que atiende la fonda que tiene cortinas de Coca –
Cola, y columnas recién pintadas de rojo le recitó el menú.
94
—Hay carne de puerco en rojo y verde, aporreado, caldo de pollo
en rojo y verde y caldo de albóndigas.
El calentano surgido de algún pueblo circundante se arremangó
la camisa, puso su sombrero en la banca y pidió un caldo de
albóndigas. Mientras una señora calentaba unas tortillas de
máquina pusieron el caldo también a calentar.
El caldo llegó humeante por lo caliente que estaba, pero el
hambre que traía el calentano era tanta que apresuró rápidamente
una cucharada del caldo hirviente en su boca. En ese preciso
momento que se quemaba la boca salió una sonora flatulencia y
el calentano sin pudor alguno exclamó: — ¡Jum, si no te sales
hasta tú te quemas!
∞
HABÍA LUNA TIERNA y las lluvias habían llegado ya y una
pareja de calentanos, que habían tenido la fortuna de juntar lo
necesario para sembrar decidieron hacerlo ese día. Aún pardeaba
cuando el campesino se dirigió a su parcela junto con su yunta
para arar la tierra.
Ya el sol estaba bien alto, cuando el campesino detuvo a su yunta
y divisó el sendero que llevaba a su tierra y vio sobre el camino
que su esposa ya venía en camino con el almuerzo, sacó el surco
y se dirigió debajo de un cascalote.
Ahí sentado en una piedra su mujer le sirvió unas costillas de
cuche en salsa verde y agarró tortillas para comenzar a almorzar.
La mujer sacó una tacita donde llevaba rajas de cebollas bañadas
en limón y sal.
Cuando terminaron el almuerzo comenzaron a platicar.
—Viejo, viejo, ya ni te conté lo que soñé anoche. Tuve un sueño
muy raro. Soñé con un árbol que en vez de mangos daba penes.
Y yo en mis sueños me estiraba para quererlos alcanzar. ¡Pero
los hubieras visto, estaban chapeados, colorados! Le dijo la
mujer esperando una respuesta del campesino.
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—Pero bah vieja, para qué los querías alcanzar, si tienes el mío.
—Mmmm viejo, ¡pachiches como el tuyo había hartos tirados en
el suelo!
∞
UN CALENTANO MACHISTA, BRAGADO, que no entendía
razones y menos si andaba tomado, un día le dieron un balazo y
lo dejaron tirado a media calle. Su viuda acudió con sus hijos e
hijas a recogerlo.
Los guachitos lloraban por su padre, pese a la mala vida y malos
tratos que les daba, pero la viuda no derramaba una sola lágrima.
Con gesto adusto metió a su marido en el cajón, le puso velas y
recibía a amigos y parientes sin llanto ni lágrimas.
La gente comenzó a hablar, a murmurar en voz baja por qué la
viuda no lloraba ni mostraba tantito dolor por la pérdida de su
marido, las lenguas más afiladas decían que algo escondía esa
actitud.
La hija mayor, de más entendimiento por la edad, le dijo a su
madre de los rumores y la señora pidió una cebolla o cebollón y
al poco rato tenía los ojos llorosos y las lágrimas que todos
pedían.
Al poco tiempo, la viuda perdió un hijo, en medio del velorio, la
hija mayor se apresuró a preguntarle a su madre si le llevaba una
cebolla o cebollón.
―Qué cebolla ni qué cebollón, ¡este es hijo de mi corazón!—
contestó la desolada mujer.
∞
CUENTAN QUE UNA VEZ en la Basílica de Guadalupe se
encontraban dos personas orando y pidiendo ayuda por sus
problemas, uno de ellos era un hombre humilde desempleado,
con esposa e hijos que mantener y completamente desesperado.
96
―Virgencita, te pido de corazón me ayudes con este día para
encontrar un trabajo y llevar comida a mi casa―dijo con voz
fuerte.
A su lado, se encontraba el otro hombre, un empresario vestido
de traje que miraba con devoción hacía la tilma de la virgen en lo
alto de la Basílica.
―Virgencita, te pido de corazón me ayudes este día, que me dé
el banco el préstamo que tanto necesito y poder pagar la nómina
de mis empleados― dijo casi al mismo tono de voz que el obrero
de al lado.
―Virgencita, te pido que me mandes un trabajo por hoy donde
me paguen aunque sea cien pesos para comer ―dijo con el tono
de voz más fuerte el obrero.
Y como si estuvieran compitiendo en sus peticiones, el
empresario hizo su solicitud con el tono de voz más fuerte, ante
eso, el obrero, casi desesperado gritó a la virgen que le ayudara
con lo que fuera pero que no lo dejara desamparado.
El empresario desesperado al ver que el obrero hacía sus
peticiones en tono de voz cada vez más fuerte sacó cien pesos de
su cartera y se los dio al obrero que imploraba.
―¡Ten estos cien pesos! Lleva de comer a tu familia, pero ya
deja de distraerme a la Virgen porque yo estoy pidiendo
más―dijo el desesperado empresario al obrero.
∞
UN SACERDOTE se despedía de sus feligreses porque iba a ser
cambiado de parroquia, por lo que muchos acudieron a
despedirle y agradecerle por sus consejos y orientación
espiritual. El sacerdote estaba emocionado por la despedida tan
sensible que le estaban ofreciendo.
Les confesó, ya perceptivo por el momento, que el primer día
que llegó a ese pueblo tuvo una mala impresión, porque a la
97
primer persona que confesó resultó ser un verdadero asiduo de
los siete pecados capitales y muchos más innombrables.
Dijo que él pensó que si la primer persona que había confesado
era un verdadero malandrín de siete suelas, irrespetuoso de todas
las reglas morales de la vida y todavía un cínico por pedir perdón
a Dios, así sería todo el pueblo. Pero con el tiempo los conoció y
vio que eran gente noble y trabajadora, que entregaban su
corazón a sus semejantes y a Dios y que la mayoría vivía una
vida como si fueran discípulos de Jesús.
En ese momento, presuroso, sudoroso y corriendo, llegó el
presidente municipal.
—Discúlpeme padre, discúlpenme conciudadanos por llegar
tarde a esta despedida, pero no podía faltar, porque simplemente
yo no olvido ¡que fui la primer persona que el padre confesó!
∞
CUENTAN QUE POR LA CALLE caminaba un puchacho de
los que ahora llaman gays, se contoneaba tanto al caminar y
cuentan quienes lo vieron que era simpático y de finos modales,
y la plebe que lo miraba pasar le chiflaba en señal de admiración
y había atrevidos que hasta piropos le lanzaban.
Al llegar a la plaza, se topó con un grupo de jovencitos gallardos
que comenzaron a piropearlo, al escuchar los halagos el
puchacho más se contoneó, pero con tan mala suerte, que la
coliflor se le desmandó y se le salió un sonoro y vulgar pedo, tal
vez le llamaríamos elegantemente flatulencia o ventosa, pero fue
tan estruendoso que no hay forma plebeya de llamar esa
sonoridad gaseosa.
La escena se volvió penosa para el puchacho, un color se le iba y
venía de la cara frente a los muchachos que recientemente le
habían piropeado sus finos modales y sólo atinó a correr y no
paró hasta llegar a su casa.
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Una vez en su hogar corrió al refrigerador, escogió el chile verde
más grande que había y lo partió en dos, se bajó los pantalones y
lo comenzó a tallar en su coliflor, cuando comenzó a sentir el
ardor de la capseina en su piel fue a un espejo y comenzó a
hablarle a la coliflor.
―¿Arde verdad? ¡Verdad que arde! ―Le decía a su cola
mientras más tallaba el chile.
―¡Pues así me ardió la cara de vergüenza cuando te
desmandaste allá en la plaza frente a esos muchachos!
∞
EXISTIÓ ALGUNA VEZ UN CAPITÁN de barco que trataba
muy mal a su tripulación, en verdad era tan malo que nunca
quedaba conforme con los trabajos que hacían en alta mar y tenía
un látigo con el que lastimaba a sus marineros.
Era un capitán muy malo, la tripulación lo aguantaba por la
necesidad del trabajo, pero era un capitán despreciado y
malquerido por todos.
Un marinero en especial, era el más castigado con el látigo y el
sencillo hombre de mar no entendía por qué recibía tantos
castigos si siempre se esforzaba al máximo por hacer sus tareas.
El mismo hombre notó algo extraño en la actitud de su fiero
capitán. Vio que en cada puerto al que llegaba el capitán
desembarcaba y se perdía de toda la demás tripulación. Intrigado,
el marinero esperó con paciencia y cuando desembarcaron en el
siguiente puerto se dispuso a seguir al intratable capitán.
Lo persiguió entre el gentío, el capitán avanzaba con pasos
firmes y detuvo sus pasos hasta que encontró el templo católico
de ese puerto. Al estar en la puerta cayó de rodillas y desde ahí,
de hinojos avanzó por toda la nave central, dobló a la nave lateral
izquierda y una vez ahí puso su rostro en el piso.
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Frente al Sagrado Corazón de Jesús, con lágrimas en el rostro
hacía su oración. Después de media hora se levantó, enfiló sus
pasos hacía la puerta y se fue al barco.
El marinero no podía creer lo que había visto, cómo esa fiera, ese
energúmeno que tenía por capitán se postraba así ante Dios, si
parecía que no había ningún poder que lo dominara y que
además, ese capitán carecía de los más elementales valores de
humanidad y mucho menos religiosos como el amor y la piedad.
Y así siguió la vida la tripulación, malos tratos por doquier, y el
capitán con su ritual en cada puerto. Una vez que el látigo había
hecho una herida en la espalda del marinero que le conocía el
secreto, se armó de valor y lo increpó.
―¿Cómo puede ser tan inhumano, tan cruel y tan malo si usted
en cada puerto se postra ante Dios con llanto y de hinojos?
El capitán se detuvo, dobló su látigo y con fuerza lo aventó sobre
la espalda del marinero a la vez que le gritaba.
―¡Porque si no fuera a verlo en cada puerto te trataría peor!
∞
NICASIO VIAJÓ A UNA PEQUEÑA ciudad distante de unas
horas de su pequeño pueblo, tan pronto llegó a esa ciudad lo
primero que vio fue una hermosa mujer de la que se prendió,
inmediatamente se le acercó a hacerle plática y declararle desde
el primer momento que le había gustado mucho.
La muchacha no había sido ajena a esas miradas coquetas y
correspondía en el gusto a Nicasio. Quedaron de verse el
próximo domingo porque también la muchacha era de un pueblo
cercano y estaba de visita en esa ciudad.
De domingo en domingo los jóvenes se enamoraron y
consintieron en casarse, para eso la joven le dijo a Nicasio que su
padre era un pequeño terrateniente y ganadero y que sí él contaba
100
con algún capital para que su padre no pusiera ninguna objeción
en casarse.
Ahí estaba el primer problema, Nicasio no tenía tierras ni ganado
y trabajaba en cualquier lado donde le dieran trabajo y
sinceramente estaba pensando que su futuro suegro lo empleara o
buscar trabajo cerca de la casa de su futura esposa.
Al darse cuenta la muchacha que Nicasio no tenía fortuna temió
que su padre rechazara darla en matrimonio y se lo hizo saber a
Nicasio. El joven enamorado no se amedrentó, le dijo a su novia
que preparara todo, que fijaran el día del pedimento y que él
tendría todo solucionado.
Cuando Nicasio regresó a su pueblo fue en búsqueda de su mejor
amigo y le pidió un favor, que lo llevaría a pedir a su novia y
para que cuando él dijera algo ante su futuro suegro, su amigo lo
maximizara, así cuando Nicasio dijera que en su pueblo tenía
unas tierritas, su amigo intervendría y diría que tierritas no, sino
muchas tierras y era un terrateniente.
Concebido el plan, se llegó el día del pedimento y Nicasio llegó
con su amigo ante su futuro suegro a pedir la mano de la novia.
La familia de la novia ya los esperaba, les ofrecieron sillas y
Nicasio fue el primero en hablar.
―Señor, vengo a pedir la mano de su hija, sé que no soy de este
pueblo, pero sepa que de donde vengo tengo unas cuantas
vaquitas.
―¿Vaquitas? Ranchonon que tiene este hombre, ni se sabe
cuántas cabezas de ganado tiene por el tiempo que se tarda uno
en contarlas―intervino el amigo palero sorprendiendo a toda la
concurrencia.
―No crea todo usted señor, la verdad es que soy un hombre de
trabajo que se dedica a cultivar sus tierritas―dijo Nicasio.
―¿Tierritas? ¡Tierronones que tiene! No saben ustedes, este
hombre se sube a la punta del cerro en el pueblo y hasta donde
101
alcanza su vista ahí se acaban sus propiedades―terció el bien
entrenado amigo palero.
En ese momento, ya un poco nervioso porque su amigo palero
había exagerado tan bien las instrucciones que le había dado,
Nicasio empezó a toser levemente y se disculpó.
―Perdonen ustedes esta tosecita que traigo, creo que son los
nervios de venir a pedir la mano de su hija―dijo Nicasio.
―¿Tosecita? ¡Tozononon que trae este hombre! ¡Yo creo que ya
tiene perforado los pulmones de tanta tos que tiene y no nos llega
vivo al matrimonio!―dijo el adiestrado amigo.
∞
APOLONIO PLATICÓ CON SUS padres para avisarles que se
iba a juntar con una mujer. Al recibir la noticia y saber de qué
mujer se trataba se negaron rotundamente.
Le argumentaron que no provenía de buena familia, que era una
mujer “paseada” y que por lo mismo jamás la iba a “domar” y
que su relación sería un fracaso.
El hijo les dijo que sólo les estaba avisando y que no les estaba
pidiendo permiso, por lo que su decisión estaba tomada.
Al otro día, muy de mañana, el joven Apolonio ensilló su mula,
se puso la escopeta en el hombro y dirigió a casa de quien iba a
ser su mujer.
De regreso, Apolonio venía montado en la mula, su mujer venía
detrás refunfuñando que venía caminando y su recién pareja
arriba de la mula, cuando se encontraron frente a un arroyo, la
mula se negaba a pasar y se “amachaba” pese a los reatazos que
Apolonio le daba en las ancas.
Prácticamente la mula estaba echada por no querer pasar el
arroyo, por lo que Apolonio se apeó, y de un movimiento rápido
le dio un disparo con la escopeta a la mula.
102
—A ver mujer, quítale la silla y tráetela cargando para la casa —
le ordenó.
La mujer espantada, rápidamente desensilló la mula, se echó la
silla al hombro y siguió los pasos de Apolonio.
Comenzaron su vida marital en la casa de los suegros y el papá
de Apolonio se quedaba sorprendido como su nuera era
quehacerosa, acomedida, mansa y obedecía rápidamente en todo
lo que Apolonio le ordenaba, algo que él en toda su vida de
casado no había conseguido.
Un día que estaban comiendo, el padre de Apolonio le preguntó
cómo había conseguido que su mujer fuera tan diligente y
obediente. Apolonio no contestó nada, vio que un gallo andaba
debajo de la mesa y comenzó a azuzarlo para que se saliera al
patio.
Como el gallo no se salía, fue a la pared donde estaba la escopeta
y despedazó con las postas la cabeza del ave. Tomó al animal por
las patas y se lo aventó a su mujer.
—¡Órale mujer!, pélate este gallo y te haces un caldo con este
jijo de tal por cual.
Todos guardaron silencio y la afligida nuera se dispuso a hervir
agua para pelar el gallo y comenzar a cocinarlo.
Al otro día, por la mañana, el padre de Apolonio se levantó
temprano, esperó que su mujer se levantara y empezó a azuzar
un gallo que andaba en el corredor de la casa. Como el gallo no
obedeció, agarró la escopeta y de un disparo le despedazó la
cabeza.
Agarró el gallo de las patas y se lo aventó a su mujer. —Ándale
mujer, pela este gallo y hazte un caldo para almorzar.
—¡Ya no son tiempos de matar gallos! — y le sorrajó el gallo en
la cabeza al afligido padre de Apolonio.
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∞
MARTINIANO DEMANDÓ ANTE el síndico a una empresa
minera porque una tráiler con una góndola había colisionado con
la parte trasera de su camioneta hacía ya un mes.
La compañía minera mandó al mejor de sus abogados y ahí en la
pequeña oficina de la Sindicatura, antes que el careo comenzara,
el abogado le espetó ―Usted le dijo a los policías que llegaron al
accidente que se encontraba bien, ¿es cierto o no es cierto?
―Patrón, déjeme explicarle, yo traía a la Rabona, mi mejor
vaquita al…
―Aquí no venimos a saber si la rabona o la coluda son sus
mejores vacas, aténgase a contestar. ¿Dijo o usted o no dijo en el
accidente que se encontraba bien?
―Yo, yo acababa de subir a mi Rabona a la camioneta, apenas
había agarrado la carretera…
El sagaz licenciado se dirigió al síndico procurador para
explicarle que la demanda se trataba de un fraude por parte de
Martiniano.
―Hace un mes señor síndico que pasó el accidente y hasta ahora
la parte acusadora quiere que le paguemos los gastos médicos
cuando el día del accidente, como consta en el parte de
novedades de la Policía Municipal, este hombre dijo que se
encontraba perfectamente bien.
El síndico era un hombre de campo, de buen juicio y ya estaba
interesado en saber qué había pasado ese día con la Rabona, él ya
conocía el parte de novedades y Martiniano tenía todo en contra,
ahí constaba que había declarado que se encontraba bien.
―Martiniano, tienes todo en contra, el señor licenciado tiene
razón, pero la mera verdad ya me picaste la curiosidad con eso
de tu vaca la Rabona, a ver cuéntanos.
104
―Mire síndico, señor licenciado, mi vaca preferida es la
Rabona, y ese día la llevaba al veterinario arriba de la camioneta,
nos paramos porque en el crucero de San José Poliutla el
semáforo estaba en rojo, pero el trailero no se paró y le dio bien
fuerte a mi camionetita por atrás.
No me va a creer señor síndico, pero yo fui a dar hasta la caseta
de la señora que vende mangos con chile, ya no sabía si era la
salsa de los mangos o la sangre que me escurría de los golpazos
que me di y estaba todo adolorido.
Pero hubieran visto a la Rabona, mi pobre vaquita le fue peor,
fue a caer a los pies del Pirrurris, el checador de la ruta Arcelia –
Altamirano que está ahí en Poliutla, nomás porque el Pirrurris es
de mucha agilidá, que si no la Rabona le cae encima.
Yo tirado en la caseta de la señora de los mangos alcancé a ver a
la Rabona como estaba de quebrada de todos los huesos, porque
mugía de dolor mi pobre Rabona y yo señor síndico estaba igual,
todo quebrado de los huesos.
Pobrecita de mi vaquita la Rabona, mugía y se quejaba bien feo,
aluego luego llegaron los policías municipales y al escuchar los
mugidos de dolor de la Rabona fueron a verla, el comandante
luego vio que estaba moribunda y con su pistola le dio un
plomazo en la frente.
Luego de eso, el comandante todavía con la pistola en la mano se
fue conmigo a verme y me preguntó ¿Tú, cómo estás, cómo te
sientes?
Con todo respeto señor síndico ¿usted qué hubiera contestado?
∞
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CONTÓ AUGUSTO MONTERROSO, un escritor hondureño
que es conocido por sus relatos breves e hiperbreves, que en una
ocasión llegó su abuela a visitarlo y comenzaron a charlar.
―Hijo ¿en qué trabajas?― le preguntó la anciana.
―Abuela, ya lo sabes, soy escritor.
―Sí hijo, eso ya lo sé, lo que te pregunto es en qué te ganas la
vida.
∞
CUENTAN DE JUAN RULFO, que cuando le preguntaban el
por qué sólo había escrito dos libros (Pedro Paramo y el Llano en
llamas) decía que todos los que le contaban esas historias ya
habían muerto.
Una historia similar cuentan de Gabriel García Márquez de quien
dicen que cuando ganó el premio Nobel de Literatura, los
periodistas acudieron con su madre y le preguntaron qué opinaba
sobre lo que había escrito el Gabo.
Dicen que la señora se encogió de brazos y dijo que ella no podía
opinar nada, lo que sí podía decir es que todo lo que había escrito
el Gabo, todo eso, se lo habían contado.
Y sin tener nada que ver con esos grandes escritores, Blog de
historias se nutre de todas esas historias que ha escuchado a la
vera del camino.
∞
EN UN PEQUEÑO PUEBLO, sus habitantes consumían dos
cervezas de las principales empresas cerveceras del país, así que
diariamente entraban al polvoso pueblo las dos camionetas que
les surtían en las tiendas de las cervezas Victoria y Corona.
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Un día alguien se le ocurrió la idea de proponer en asamblea
popular que se les propusiera a las dos empresas surtidoras que
dejaran un beneficio u obra para el pueblo, y que la empresa que
ofreciera más sería la única que se consumiría en el pueblo.
Y así fue que esa propuesta logró unir a todos habitantes de ese
pueblo, todos consumieron sólo una cerveza y la empresa que
consiguió la exclusividad hizo una obra para ese pueblo, en
beneficio de todos sus habitantes y aunque usted no me lo crea,
esta historia es cierta.
∞
¿HA OÍDO HABLAR DE LOS COSMÉTICOS MARY KAY?
Su fundadora Mary Kay Ash fue una texana que inició ese
negocio en un pequeño local de Dallas, ella enseñaba a su equipo
de ventas con una frase: “Todo el mundo tiene un anuncio
invisible colgando del cuello que dice: ¡Hágame sentir
importante!”.
∞
¿HA NOTADO QUE LOS CIGARROS, de cualquier marca, si
quedan a la intemperie se les acercan las cucarachas? Nunca me
pregunté cuál era la razón, pensé que las cucarachas les gustaba
comer tabaco y nada más.
Alguna vez olí el humo de un puro, y lo primero que noté fue el
olor fuerte de la hoja, no es el mismo aroma de un cigarrillo que
el de un puro, aunque ambos sean de tabaco. Creí que el puro, al
ser un trabajo artesanal, la hoja del tabaco debería tener ese
aroma más fuerte.
Fue en un libro de Carlos Loret de Mola donde encontré la
respuesta de forma eventual, en “Confesiones de un
gobernador”, donde el periodista y político cuenta que la
producción de miel de Yucatán era exportada a grandes empresas
tabacaleras internacionales.
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Las tabacaleras utilizan la miel para diluirla en agua y con eso
“bañar” al tabaco que irá en los cigarrillos como Marlboro y de
esa forma darle otro sabor y aroma al humo.
∞
CUENTA UNA LEYENDA DE OFICINA que había una
empresa cuya sede estaba ubicada en un rascacielos. Por
desgracia, los ascensores eran súper lentos y el personal
comenzó a quejarse de la espera. Entonces el administrador del
edificio propuso una brillante solución: Instaló espejos fuera de
los ascensores y el problema se esfumó.
¿Qué ocurrió? En lugar de pasear de un lado a otro durante la
espera, el personal se pasaba el tiempo acicalándose. Ya no hubo
más quejas relacionadas con los ascensores.
El problema de origen, la velocidad de los ascensores, nunca se
resolvió. En cambio, el administrador resolvió un problema
distinto, cómo mantener a la gente ocupada durante la espera.
Esto es cambio de enfoque o pensamiento lateral…
∞
EL COMPOSITOR DE LA CANCIÓN CABALLO VIEJO es el
venezolano don Simón Díaz, el contó que una muchacha se le
acercó antes de un concierto en 1998 en el teatro Teresa Carreño
cuando festejó sus 70 años de edad y sus 50 años de trayectoria y
le dijo: Don Simón, don Simón, ¿va a cantar el bicho?
--- ¿Por qué le dices bicho?, contestó el viejo compositor, orgullo
de los venezolanos.---Ay tío Simón, porque es un animalito.
---Bueno, vamos a aceptar que es un animal, ¿pero te sabes la
canción? Le preguntó el viejo autor.
---No, no me la sé, sólo me sé un pedacito, esa parte que dice
“quererse no tiene horario, ni mecha en el candelabro…”.
∞
¡AY, OJITOS PAJARITOS! Empecé a hojear el informativo del
doctor SIMI y encontré la columna de Armando Ramírez, el
109
autor de la novela Chin Chin el teporocho. Hace muchos años,
en una biblioteca pública me gustó el titulo y escogí ese libro
para leer.
De esta novela que llevaron a la pantalla grande, recuerdo que
ahí contaba la leyenda urbana de cómo surgió la palabra
“teporocho”, el tepiteño Armando Ramírez narraba que en La
Merced una señora vendía un té con alcohol de 96° para crudos a
10 centavos.
Alguien más le hizo competencia y bajó el té con piquete a 8
centavos, o sea “té por ocho”, y de ahí a los borrachitos se les
comenzó a llamar “teporochos”. Aunque es bueno mencionar,
que hay una bebida de tamarindo con al alcohol de 96° que le
llaman la teporocha. ¡Ay, ojitos pajaritos! Siempre es un deleite
leer a este escritor tepiteño.
∞
ESCRIBIÓ DON TOMÁS ARZOLA Nájera en su libro “Cómo
se formó un pueblo, Tlapehuala” una anécdota sobre los apodos
que son muy comunes en la región. Y es que a veces, cuando se
busca a una persona es más fácil localizarlo por su apodo que por
el nombre.
Narró que un comerciante que pasó por este municipio, al darse
cuenta de esta particularidad de apodar a las personas, ya sea por
defectos físicos o por alguna otra circunstancia era muy común
en este pueblo dijo:
--- ¡A Tlapehuala, ni a contar dinero! Porque ahí luego te
apodan.
Por eso, como sugerencia personal le puedo decir que si va a
Tlapehuala se busque un apodo que le va a gustar, porque de que
lo van a apodar, lo van apodar.
∞
110
HAY UNA LEYENDA QUE HABLA sobre dos hermanos que
compartían la tierra de cultivo y dos graneros donde guardaban
el maíz que cultivaban y que se repartían equitativamente. Uno
era soltero y el otro tenía esposa e hijos.
El hermano soltero pensó que su hermano tenía hijos que
mantener y mayores obligaciones por lo que en las noches
tomaba parte de su maíz desgranado y lo colocaba en la troje de
su hermano sin que se diera cuenta.
El hermano casado pensaba que él cuando llegara a viejo tendría
a los hijos quienes le ayudarían en su sustento y cuidado, por lo
que pensó que su hermano soltero no tendría quien le ayudara en
su manutención ya que llegara a viejo, por lo que todas las
noches llevaba parte de su maíz a la troje de su hermano sin que
se diera cuenta.
Así lo hicieron durante un tiempo por lo que las trojes
permanecían sin cambios. Una ocasión cuando iban camino a las
trojes se encontraron ambos hermanos y se dieron cuenta de lo
que estaba pasando por lo se dieron un fuerte abrazo por sus
acciones, la leyenda dice que en donde pasa eso, Dios lo llama
un lugar de amor.
∞
EN LAS MEMORIAS DEL MURALISTA David Alfaro
Siqueiros “Me llamaban el coronelazo”, cuenta que un
proletariado, compañero de partido –fue comunista hasta la
muerte-, le pedía siempre que apadrinara a sus hijos, así que el
primero que llevó a la pila fue a un niño al que llamaron
“Triunfo”.
La segunda hija le puso por nombre “Libertad”, la tercera niña
“Victoria” y en donde el pintor tuvo que intervenir fue cuando la
cuarta niña sus padres la llamaron “Melitancia”.
111
Asegura el pintor que les dijo a sus comunistas compadres que sí
la llevaba a bautizar, pero que se le tenía que llamar
correctamente: “Militancia”.
∞
LA PRIMERA VEZ QUE LEÍ DE ABRAHAM LINCOLN fue
en una novela de un libro de Selecciones de Reader´s Digest.
Recuerdo algo que me llamó mucho la atención, en el relato se
describió que Abraham Lincoln terminaba con la mano derecha
hinchada de tanto saludar a las personas cuando andaba en
campaña por su reelección.
Recién vi una película sobre los acontecimientos desarrollados
después de su asesinato y algo que volvió a llamar mi atención es
que su cadáver recorrió los Estados Unidos en tren para que los
ciudadanos se despidieran de él.
Es considerado uno de los más grandes estadistas de los Estados
Unidos de Norteamérica y su asesinato ocurrió tan sólo a ocho
días que culminara la Guerra de Secesión, que dejó 600 mil
muertos.
¿Qué tanto influyó Abraham Lincoln en México? Más de lo que
la historia oficial nos ha dicho, tanto que el gobierno de USA
envió rifles de repetición y tropas durante la Intervención
Francesa, y aunque ninguna historia oficial lo relata, en pago,
Benito Juárez ofreció a cambio la península de Baja California,
propuesta que el Senado de USA rechazó.
∞
CUENTAN que un hombre acudió a una tienda de autoservicio y
mientras hacía sus compras vio cuando a una persona se le cayó
su cartera e intentó hablarle para advertirle, sin conseguirlo. Por
lo que se apresuró y recogió la cartera del piso y se dio cuenta
que dentro estaba un gran fajo de billetes de alta denominación.
Tomó la cartera y se dirigió a uno de las cajeras de la tienda,
contó lo que había sucedido y la entregó.
112
En ese momento, por las bocinas de la tienda de autoservicio se
anunció que había un ganador del premio a la honestidad de esa
cadena internacional. Por lo que el gerente, los ejecutivos y todo
el personal acudieron hasta donde se encontraba el feliz
afortunado del premio que se había hecho merecedor al entregar
la cartera.
El gerente se dirigió a él, le explicó la mecánica del concurso que
no tan solo era nacional, sino que se estaba llevando a cabo a
nivel mundial y que todo era una actuación con una cámara
escondida para demostrar que sí existía la honradez.
Después de mucho tiempo por fin él había resultado ganador y
que se había hecho acreedor a un automóvil del año, y que lo
único que tenía que hacer era firmar un documento en donde
autorizaba a la tienda para que el video de la cámara escondida
se utilizara en televisión nacional e internacional como
publicidad para la tienda.
El hombre se quedó pensando, vio de reojo el auto, y le habló
discretamente al gerente: — ¿Podría ver antes el video?—.
Y después de ver el video nuevamente se dirigió al gerente: —
No puedo aceptar el premio. No puedo salir en la televisión,
porque la mujer que viene conmigo no es mi esposa, es mi
amante—.
∞
EL TRABAJADOR DE UNA FÁBRICA, además fanático del
futbol, se acercó con su patrón para pedirle un aumento de
sueldo. El patrón al recibir la petición valoró que el empleado
tenía muchos años en el mismo puesto operando la misma
máquina, por lo que le hizo una oferta.
Le dijo que sí le aumentaría el sueldo, pero que también le
subiría en su nivel de empleado, por lo que dejaría la vieja
máquina en la que trabajaba y estrenaría una nueva que recién le
había llegado de Estados Unidos.
113
El empleado vaciló al recibir la propuesta. —Es que yo no puedo
manejar esa máquina, su funcionamiento y sus instrucciones
están en inglés—. El patrón le respondió —Bueno, te puedo
esperar un tiempo para que estudies un curso de inglés los
sábados y domingos—, a lo que el empleado respondió que eso
era imposible, porque los fines de semana tenía que ver los
partidos de futbol del equipo de su corazón.
Su patrón le respondió —Escoge, tus partidos de futbol o el
curso de inglés para tu superación—.
∞
HAY UN CUENTO popular sobre un hombre que entró a una
tienda de productos esotéricos y antigüedades, y al andar viendo
entre todas las curiosidades encontró una rara estatuilla de una
rata.
Le llamó tanto la atención que le preguntó al vendedor su costo.
El vendedor le contestó:
—Son veinte pesos de la estatuilla, pero mil pesos por la historia
de ella—.
El hombre sacó de su cartera un billete de veinte pesos y le dijo:
—La historia no me interesa, solo la estatuilla—.
Salió del local comercial y encaminó sus pasos por la calle. No
había caminado 10 metros cuando vio que de entre las
alcantarillas salían las ratas y lo comenzaban a seguir. Cuando
llevaba un minuto caminando eran cientos las ratas que salían de
tuberías, casas, alcantarillas… miles de ratas.
El hombre apresuró sus pasos y casi empezó a correr cuando vio
que eran infinidad, millones de ratas las que iban detrás suyo, por
lo que corrió al río y aventó la estatuilla a la corriente y todas las
ratas la siguieron y murieron ahogadas.
Después de esa conmoción enfiló sus pasos hacia la tienda
esotérica y al entrar en el local el vendedor se anticipó y le dijo:
114
—Viene a saber la historia de esa estatuilla, verdad?—.
El hombre con mucha calma le respondió:
—No. Vengo a preguntarte si no tienes la estatuilla de algún
político corrupto.
∞
Dice el manual de cortesía que quien llega saluda y quien se
retira se despide.
Sé de una historia que les quiero contar, que me reafirma la
convicción de saludar siempre.
Cuentan que en una empacadora de carnes, uno de cientos de
empleados al entrar a un refrigerador se le cerró la puerta
por accidente.
El empleado estaba aterrado, era ya casi la hora de salida y por
más que gritaba y tocaba la puerta con fuerza nadie abría, y en
poco tiempo moriría congelado.
Cuando se dio por vencido, la puerta se abrió, y detrás de ella
estaba el vigilante de la entrada de la empresa.
Al verlo corrió a abrazarlo y agradecerle por su vida.
Después del suceso, con más calma, el empleado le preguntó al
vigilante que había pasado esa tarde, ¿por qué había abierto la
puerta de ese refrigerador?
El vigilante le dijo que de los cientos de empleados, él era el
único que cuando llegaba lo hacía sentir bien al darle los buenos
días y que al final de la jornada, era también el único que se
despedía.
Esa tarde, cuando todos los empleados salieron no escuchó el
saludo de despedida, y por ese motivo entró a la empacadora a
buscarlo, hasta en los refrigeradores de carnes.
∞
115
UN SACERDOTE ANCIANO falleció el mismo día que un
famoso sicario había caído abatido por las balas. Como
coincidencia, ambos hacían fila en el cielo. Adelante del
sacerdote iba el pistolero famoso quien entró al cielo con pase
automático.
El sacerdote le fue revisado una y otra vez el archivo que tenía el
checador de la entrada del cielo, hasta que por fin, el aduanero
celestial le dijo que no había pase para él.
El sacerdote no podía creer semejante situación, recién había
cumplido cincuenta años de vida sacerdotal y había llevado una
vida tranquila y en paz. Reclamó tal situación y además dijo que
no podía creer cómo un sicario había entrado por la vía rápida.
El aduanero celestial, le dijo que el cielo se dividía en varios
departamentos, en el que se encontraban era motivo para entrar
las acciones en la tierra se habían hecho y un verdadero
arrepentimiento de los pecados a la hora de salir de la vida
terrenal.
El sacerdote dijo que durante años había oficiado misa acercando
almas a Dios. Ahí fue donde el aduanero celestial le dijo que se
equivocaba, que había en su expediente un cúmulo de quejas de
insomnio, porque los que escuchaban su misa se iban a dormir y
por las noches ya no podían conciliar el sueño.
Le dijeron que ese departamento era para aquellos terrestres que
en su vida habían acercado almas al cielo, no de quienes las
habían alejado. El sacerdote seguía perplejo, aunque estaba
consciente que podía entrar a otro departamento del cielo, él
quería pertenecer al área de aquellos que se lo habían ganado por
acercar almas al cielo.
Antes de retirarse de la fila le preguntó al aduanero celestial:
Oiga y el sicario que iba delante de mí está bien que se haya
arrepentido de sus pecados, ¿pero de qué forma acercó almas al
cielo?
116
―Muy fácil, él donde se presentaba todos se ponían a rezar y a
pedir perdón por sus pecados ¡él hizo más que usted!
∞
CUENTAN QUE HACE MUCHOS años, en un pueblito vivían
un anciano y su nieto de 17 años de edad. Tenían un solo caballo
para el trabajo y un día se escapó sin motivo alguno rumbo al
cerro.
Los vecinos se acercaron al anciano para lamentar la pérdida.
―! Que mala suerte la de ustedes!
El anciano regresó a verlos, les agradeció su preocupación y les
dijo: “mala suerte o buena suerte, quizás desgracia o bendición”.
A los pocos días el caballo regresó del cerro y venía acompañado
de una yegua salvaje sin dueño y otra vez los vecinos se
acercaron al anciano para decirle que buena suerte habían tenido.
El anciano nuevamente les contestó: “mala suerte o buena suerte,
quizás desgracia o bendición”.
El muchacho decidió domar a la yegua salvaje y mientras lo
hacía cayó al suelo de un reparo y ya no se pudo levantar porque
se fracturó la tibia y el peroné y tuvo que ser entablillado hasta
que sanara la fractura en la pierna.
La gente otra vez fue con el anciano con sus comentarios sobre
la mala suerte que habían tenido y el anciano replicaba siempre
lo mismo: “mala suerte o buena suerte, quizás desgracia o
bendición”.
Comenzó la Revolución y el Ejército Federal hizo una leva de
todos los jóvenes de la comarca, pero al muchacho no se lo
llevaron porque no serviría para el servicio militar con esa
fractura y nuevamente los vecinos vinieron con sus comentarios
sobre la buena suerte que habían tenido.
El anciano pacientemente, con fe inquebrantable les dijo otra
vez: "Sólo Dios lo sabe, quizás sea una bendición o quizás una
desgracia".
117
∞
UN GENUINO EMPRESARIO ACUDIÓ con su médico para
decirle de un problema de insomnio que recién padecía. El
doctor después de analizarlo y comprobar que el empresario se
encontraba saludable y que era un problema de stress le hizo una
propuesta a su paciente.
Convencido que la mentalidad de empresario de su paciente era
lo que no lo dejaba dormir. Sus planes, sus sueños, sus visiones
eran lo que en verdad al empresario le quitaban el sueño.
―Vamos a comenzar por lo más sencillo ¿qué le parece?
Contará usted ovejas antes de dormir.
El empresario se fue a su casa. Llegada la noche se dispuso a
dormir y comenzó a contar ovejas. Una hora más tarde, el
empresario se levantó de la cama, se fue a su estudio y comenzó
a escribir en su blog de apuntes.
El gallo comenzó a cantar, el sol salió por el horizonte y el
empresario seguía sin dormir. Sin conciliar el sueño, ojeroso y
desvelado vio en su reloj que era ya casi las nueve de la mañana
cuando se dirigió al consultorio del doctor.
―Buen día señor empresario, ¿cómo le fue en esta noche? Le
preguntó el doctor.
El empresario se sentó frente al escritorio del doctor y le
comenzó a relatar, que tan pronto fue hora de dormir se fue a la
cama, comenzó a contar las ovejas y cuando llevaba 5000 ovejas
pensó en trasquilarles la lana, una vez trasquiladas, solucionó el
problema de llevar a la fábrica la lana para comenzar a tejer en
los telares las telas para hacer 500 chamarras.
―¡Doctor, tengo un problema! ¡No puedo dormir porque no sé
de dónde sacaré 2500 botones para esas chamarras!
∞
118
A LA ENTRADA DE UN PUEBLO, a un lado de la carretera se
ponía un anciano sabio a vender sombreros y pan elaborado en
horno de barro. La mayoría de los automovilistas que venían de
lejos se detenían ahí para descansar o ver la artesanía.
En una ocasión se detuvo un automovilista y se dirigió al anciano
que estaba sentado en un sillón. —Buenas tardes señor ¿Me
puede decir cómo es la gente de este pueblo?
El anciano levantó su sombrero y le respondió con otra pregunta:
¿Cómo es la gente del pueblo de dónde viene?
—La gente de donde vengo es muy conflictiva, es envidiosa,
chismosa, egoísta, gente ruin, vulgar y embustera. Contestó el
automovilista.
—Ah, aquí la gente es igual también-. Dijo el anciano.
Más tarde, otro automovilista se detuvo en el puesto y después
de saludar e iniciar una conversación le preguntó cómo era la
gente del pueblo y el anciano respondió con la misma
interrogante — ¿Cómo es la gente del pueblo de donde viene?
--- La gente de donde vengo es muy pacifica, se alegra de los
éxitos de los demás, discreta, muy solidaria, se dan la mano unos
a otros, son nobles y caritativos, todos siempre están pensando
en ayudar a los demás, son grandes personas, respondió.
—Ah, aquí la gente es igual también-. Dijo el anciano.
∞
GARY SMALLEY, CONSEJERO FAMILIAR norteamericano
alguna vez en una de sus conferencias frente a un nutrido público
hizo un ejercicio que se ha convertido en una excelente anécdota
por muchos conocida sobre el valor que tenemos como personas.
Frente a una multitud, Gary Smalley sacó un billete de 50
dólares y preguntó: ¿Quién quiere este billete de 50 dólares?
Todos levantaron la mano.
119
Y les dijo que alguien de los presentes sería el afortunado de
recibir ese billete, pero antes de regalarlo les dijo que le
permitieran hacer algo. Tomó el billete, lo arrugó entre sus
manos y lo tiró a piso. Volvió a preguntar ¿Alguien quiere este
billete todavía? Las manos seguían levantadas.
Posteriormente lanzó el billete al piso y con su zapato comenzó a
restregarlo y volvió a preguntar si alguien lo quería. Las manos
seguían levantadas y entonces comentó que esta era una gran
lección, porque pese a todo, todos querían el billete porque éste
no había perdido su valor.
Entonces dio su mensaje aleccionador, todos podemos caer,
sufrir, ajarnos, ensuciarnos por las decisiones que tomamos,
podemos cometer errores, perder el respeto de nosotros mismos,
sentirnos devaluados, insignificantes por alguna acción, no
importa lo que haya pasado, nuestro valor como ser humano
nunca se pierde, ese valor nada nos lo quita, como en el billete de
50 dólares.
∞
EN UNA OCASIÓN, A LA OFICINA de correos llegó una carta
dirigida a Dios. La misiva no traía dirección adónde iba dirigida,
sólo decía que iba remitida a Dios. El jefe de correos y los
carteros en una breve reunión decidieron abrir la carta.
La carta era de un humilde zapatero del pueblo y con emotivas
palabras le decía a Dios que se encontraba en muy mala situación
económica, que el trabajo escaseaba y un hijo se le había puesto
enfermo y le pedía de todo corazón le ayudara con mil pesos
para solucionar sus problemas.
El jefe de correos y los carteros fueron tocados por las sensibles
palabras del zapatero y decidieron hacer una cooperación para
responder la carta. Juntaron 900 pesos, lo metieron en un sobre y
la remitieron con estampillas a casa del zapatero.
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Días después el zapatero llegó con otra carta para Dios, el jefe de
correos la abrió y la leyó a sus compañeros carteros.
―Bendito Dios, yo sabía que en tu infinita bondad no dejarías de
ayudarme, sólo te pido que la próxima vez no me mandes ayuda
por correo, porque ahí me transearon cien pesos.
∞
EN UNA OCASIÓN DOS calentanos que eran conocidos
llegaron al cielo. Una vez que estaban ahí encontraron que había
dos filas y por extraña razón las filas eran para los que en la
tierra habían sido mandilones y los que no.
Como es de pensarse, la fila de los hombres que habían sido
obedientes con sus esposas era la más larga y la de los hombres
que jamás habían sido mandados por sus esposas era muy corta.
Pedro alcanzó a ver que su conocido Juan se había formado en la
fila más corta y Pedro sabía que su amigo Juan en toda su vida
de casado siempre había dicho dos palabras: Sí, amor.
Juan siempre había sido una persona que nunca había discutido
con su mujer, a la que siempre había obedecido y hecho caso en
todo, había tenido siempre un matrimonio feliz y sin problemas,
por lo que Pedro le comenzó a gritar que qué hacía en esa fila y
que se saliera.
―No sé, a mí me dijo mi esposa que aquí me formara― contestó
muy tranquilo Juan.
∞
FACUNDO CABRAL CONTABA en sus conciertos que sus
abuelos escuchaban todas las tardes a un curandero por la radio.
Una vez el curandero les dijo que por obra de Dios y el Espíritu
Santo curaría a los enfermos a través de la radio.
Lo que tenían que hacer las personas enfermas era colocar una
mano en la radio y la otra en la parte enferma. La abuela de
121
Cabral puso su mano en la radio y la otra en una rodilla donde
tenía una vieja dolencia.
El abuelo también se levantó y se acercó a la radio, puso la mano
en el electrodoméstico y la otra en la bragueta. La abuela se
dirigió a él.
―¡No entendiste!, el curandero dijo que curará a los enfermos
¡no que va a revivir a los muertos!
EL MISMO CONTABA QUE SU abuelo el coronel le dijo una
vez la sirvienta: “Ay coronel, usted no tiene pelos en la lengua”.
Y el abuelo contestó ― ¡Porque vos no querés preciosa!
∞
NICOLÁS ACUDIÓ A VISITAR A JOAQUÍN en su casa.
Comenzaron a platicar de las cosas cotidianas de la vida, de las
opiniones que cada uno tenía de las noticias nacionales que
pasaban por la televisión, de la decepción que sentían a veces por
cómo jugaban algunos jugadores de la selección nacional.
Joaquín notó que a diferencia de otras ocasiones, su amigo
Nicolás tenía algo diferente, que algo le preocupaba, parecía
distante en la conversación, así que decidió encararlo.
―¿Qué tienes amigo? Te noto preocupado, como si algo no te
dejara pensar bien ―le dijo.
―Lo que pasa es que leí en el periódico que en el mundo
vivimos aproximadamente seis mil ochocientos quince millones
de personas y que son más mujeres que hombres.
―¿Y eso te preocupa? Preguntó Joaquín.
―No, eso no me preocupa, me quedé pensado en lo que me dijo
mi compadre Juan, que a los hombres nos tocan siete mujeres.
―No, no le creas a Juan, son cosas que la gente nomás dice.
122
―Como sea, ya me puso a pensar ¿dónde andarán mis otras seis
mujeres?―dijo preocupado Nicolás.
∞
Tal vez alguna vez ha hecho ejercicios de calistenia, es decir,
hacer ejercicios sin ningún tipo de aparato y quienes lo han
practicado saben que uno puede tener las manos levantadas hasta
media hora, pero después de una hora los brazos comienzan a
doler pese a que no sostienen nada.
Ahora imagine que tiene las manos levantadas durante cinco
horas, que durante ese tiempo no baja los brazos, es en verdad
doloroso, ya ni que decir si usted permaneciera con los brazos en
alto durante 12 horas.
Es una analogía que le adjudican a un psicólogo que habló sobre
el tema de las preocupaciones, el sicólogo dijo que las
preocupaciones son igual a tener los brazos en alto durante horas,
que es bueno buscarle solución a un problema durante una media
hora, una hora y hasta dos horas, pero después de mucho tiempo
es algo insoportable, el cerebro también es un musculo que se
fatiga.
El sicólogo de este relato sostiene que así como es doloroso
mantener los brazos levantados cinco horas, también lo es el
darle tanto tiempo en nuestra mente a las preocupaciones y a las
congojas, así que si su preocupación lleva ya más de dos horas
en su mente, bueno sería desecharlas como si se decidiera bajar
los brazos y descansar.
∞
A VECES PODEMOS SENTIRNOS mal por nuestros defectos o
por la falta de capacidades que podemos creer que nos limitan.
Hay un cuento de la India, que habla sobre un aguador como los
que existían antes en los pueblos de la rivera del Balsas.
123
Antiguamente, esos aguadores acarreaban agua del río o de los
pocitos que se hacían a la orilla y la llevaban a las casas para su
consumo.
El aguador del cuento, se ponía un palo entre los hombros y en
cada extremo colgaba una cubeta que contenían el agua.
Una cubeta era nueva y otra era vieja, por lo que la cubeta vieja
se lamentaba que por su uso ya estaba abollada, maltratada y lo
peor, tenía pequeños orificios por donde se le tiraba el agua por
lo que al llegar el aguador a su casa, apenas y alcanzaba a llegar
a la mitad del contenido original.
Un día que la tristeza hizo mella de la cubeta se decidió a hablar
con el aguador y a decirle que lamentaba mucho lo que pasaba,
que apenas si podía cumplir su función porque tiraba el agua.
El aguador sonrió, la llevó por el camino que transitaban desde el
río hasta la casa. —Ya sabía que tirabas el agua, por eso, por
toda la vera del camino he sembrado flores y hortalizas, para que
por dónde vas tirando el agua las vas regando. Desde hace
tiempo he cosechado hortalizas y disfrutado de las flores— le
dijo.
Así fue como la cubeta con orificios que creía que ya no servía
se dio cuenta de la gran labor que hacía. Es algo así como lo que
Zig Ziglar quiso decir, que si la vida te da limones, ¡hay que
hacer limonada!
∞
EL OIDOR DE LA AUDIENCIA REAL, don Alonso de Zurita
llegó a la Nueva España en 1547 y durante su estancia en ella
hizo anotaciones para su libro Los Señores de la Nueva España,
en la que trata de diferentes temas para informar el Rey de
España de lo que acontecía en la Colonia.
Habla sobre como los Señores Principales prehispánicos
gobernaban a su pueblo, sus costumbres y sus leyes, y hay un
párrafo en relación al trato que daban a las bebidas alcohólicas,
124
que ante los consumos actuales tan altos que tenemos, me
pareció interesante compartirlo con usted.
El libro que tengo es un engargolado de fotocopias que me
facilitó la historiadora Angélica Gutiérrez y Salgado.
“No podían beber vino sin licencia de los señores o de los jueces,
y no la daban sino a enfermos y a viejos que pasaban de
cincuenta años, porque decían que éstos tenían necesidad de él
porque se les iba resfriando la sangre, y no podían beber más que
tres tazas pequeñas al comer.
En las bodas y fiestas tenían licencia general los que pasaban de
treinta años para beber dos tazas; y cuando acarreaban madera y
piedras grandes, por el gran trabajo que en ello pasaban.
Las paridas lo podían beber los primeros días, y no más; y había
muchos que en salud y enfermos no lo querían beber.
Los señores principales y la gente de guerra tenían por afrenta
beberlo; era muy aborrecida entre ellos la embriaguez, y tenían
por infame al que se emborrachaba, y la pena que tenía era que
en el mercado públicamente lo trasquilaban, que fuese hombre o
mujer, y luego le iban a derribar la casa porque decían que quien
se emborrachaba perdía el seso, por ello no merecía tener casa en
el pueblo ni ser contado entre los vecinos de él; y eran privados
de los oficios públicos que tenían y quedaban inhábiles para
tenerlos adelante”.
∞
CUENTAN QUE ESTA HISTORIA es cierta, en la que un
pastor reconocido iba a ser el orador principal en una
congregación de mil personas, por tal motivo se disfrazó de
méndigo y se paró afuera de la iglesia antes que llegaran las
personas que asistirían.
Casi nadie lo saludó y quienes regresaban a verlo sentían cierta
repugnancia porque todos iban muy bien cambiados al culto.
125
Momentos más tarde el pastor comenzó a pedir limosna para
comer, pero nadie le dio nada.
Dicen quienes cuentan que esta fue una historia real, que el
pastor entró al templo e intentó sentarse en la parte delantera,
pero los diáconos no se lo permitieron y le dijeron que debía
sentarse en la parte de atrás.
Dentro del templo intentó dar la mano a las personas pero todos
lo veían con desprecio, al mirarlo sucio de los pies a la cabeza.
El culto comenzó y anunciaron a ese nuevo pastor de la
congregación.
Todos los asistentes comenzaron a aplaudir, el pastor era
reconocido por sus libros publicados, por sus grabaciones en CD.
El méndigo que estaba sentado en las últimas bancas del templo
se paró y caminó rumbo al pulpito.
Los aplausos pararon desde el momento que comenzó a caminar
por en medio de la congregación y todos expectantes y
sorprendidos vieron como el mendigo tomó el micrófono.
―“Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de
mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la
fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de
comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me
recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me
visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le
responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te
sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te
vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O
cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y
respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo
hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo
hicisteis".
Una vez que les recitó el texto de Mateo 25:34-40, les dijo cómo
lo habían tratado al disfrazarse de mendigo, algunos sintieron
vergüenza, otros más lloraron.
126
―"Hoy veo una reunión de personas, y no a la Iglesia de
Jesucristo. El mundo tiene suficientes personas, pero no hay
suficientes discípulos. ¿Cuándo ustedes se convertirán en
discípulos?"― les preguntó.
∞
ZENAIDO ESTABA SENTADO en una banca junto con otras
personas. Esperaba el momento para que la camioneta que sale a
Coronilla fuera su hora de salida para subir y emprender su viaje
de casi cinco horas.
La camioneta que atraviesa la sierra hasta llegar a Coronilla no
es una camioneta pasajera común, en las redilas de la camioneta
se atraviesan unos tablones en la parte alta donde los pasajeros se
sientan, se agarran de unos tubulares y colocan los pies en una
tabla y se viaja sin cubierta.
Viajar en esas condiciones es como subir a un juego mecánico
similar a un juego extremo de Six Flags, donde la adrenalina será
la principal protagonista junto al exuberante paisaje de la sierra y
los desfiladeros.
Y ahí estaba Zenaido en espera que el reloj avanzara y se llegara
la hora de partir rumbo a la sierra. En ese momento se le acercó
un joven veinteañero, vestido con ropa casual que contrastaba
con el sombrero y la guayabera de Zenaido a preguntarle a qué
hora salía la camioneta.
Zenaido le contestó que la camioneta partía las 10 de la
mañana.―Disculpe ¿y me puede decir qué hora es ahorita?
―No, no le diré la hora― contestó Zenaido y tapó su reloj con
la manga de su guayabera.
―Pero, por qué no puede darme la hora―replicó el joven.
―Porque no, no me place y tampoco me place responderle por
qué no quiero darle la hora.
127
El joven se sintió completamente extrañado que el sierreño se
negara a darle la hora e insistió en preguntarle los motivos por
qué se negaba a darle la hora.
―Ya te dije que no te daré la hora, porque no me place, porque
no quiero―respondió Zenaido en tono molesto.
Volvió a insistirle en saber los motivos de su negativa y Zenaido
comenzó a hablar.
―Mire, usted seguramente viajará a Coronilla, desconozco los
motivos, pero estoy seguro que no tiene ni con quien quedarse
allá porque yo conozco a todos de mi pueblo y usted ni familia
tiene allá.
Así que tan pronto yo le dé la hora, usted me dirá que bonito
reloj tiene ―Sí, tiene usted un bonito reloj ―dijo el joven.
―¡Lo ve! Después comenzaremos a platicar, y como viajaremos
más de cinco horas nos haremos amigos, me voy a condoler de
usted que no tiene con quien llegar y le invitaré a quedarse en mi
casa.
En mi casa usted conocerá mi hija que es más o menos de la
edad de usted y estoy seguro que usted quedará prendido de la
belleza de mi hija, porque en verdad es una belleza y mi hija
también quedará prendido de usted, porque le llamará la atención
un fuereño, porque todos estos años no se ha querido casar con
uno del pueblo.
Después se harán novios y lo más seguro que usted me pida la
mano de mi hija para casarse y yo ¡no quiero que mi hija se case
con un tipo que no tiene dinero para comprarse un reloj!
∞
130
EXISTEN CREENCIAS POPULARES QUE A veces damos por
ciertas, como aquella que sostiene que cuando España nos
invadió y saqueó hace más de 500 años, enviaron criminales y
presidiaros con Hernán Cortés y que por eso la raza mexicana es
como es.
Mentirillas a través del tiempo, la verdad es que todos los
españoles que querían venir a América tenían que pasar por la
Casa de Contratación de Sevilla, donde los requisitos eran no
tener antecedentes penales y no ser prófugo.
Y los primeros que llegaron con Cortés eran hidalgos,
mayordomos, tesoreros, dueños de minas y de barcos.
Por eso “la jodencia” de los mexicanos la tratan de justificar en
decir que descendemos de escoria, lo que no es cierto, y donde sí
sucedió así fue en Australia, a donde Inglaterra llevó a todos los
presidiarios y presos de manicomios, y como pueden ver eso no
es pretexto, porque Australia es una potencia mundial.
∞
LA NOVELA “LA BARBASCA” DEL TOTOLAPENSE Jesús
Valdez Márquez, pese a ser una novela, debería ser un referente
importante para conocer la historia de la Revolución Mexicana
en Tierra Caliente, además de llevarnos por un viaje al pasado de
arrieros y barqueros, que fueron motores de la economía de esta
región en esa época.
En lo personal, me sensibilizó cuando retrata a Román Jaimes
Quiroz, arriero que con el tiempo fue capitán zapatista a las
órdenes del general Jesús H. Salgado y cuenta que se rebelaba
ante sus superiores, cuando la primera vez que entró en combate
se negaba a hacerlo, porque se trataba de una emboscada.
El revolucionario Román Jaimes alegaba que la batalla fuera
frente a frente con los federales y sus superiores le dijeron que se
trataba sólo de estrategia militar, de aprovechar el terreno a favor
131
y que en diferente circunstancia, los federales también hubieran
hecho lo mismo.
∞
LA PERIODISTA DEL SOL DE PUEBLA Mary Carmen M.
Ávila, escribió sobre algo muy característico entre nosotros en la
región y que a veces no nos detenemos a indagar de donde viene,
nuestros antepasados lo usaron y ahora es algo que nos da
identidad.
Sin esta prenda de vestir es difícil imaginar a un grupo de música
tradicional de Tierra Caliente o a un bailador de gustos y sones.
El paliacate es una prenda imprescindible en lo que es el traje
típico de la región y ésta es su historia:
“Ubicando su origen en la historia, se cree que los portugueses
en 1502 formaron un centro comercial al sur de la India en
Paliacate, lugar en el cual uno de sus principales productos era la
venta de un pañuelo que se llamaban "pañuelos de paliacate",
anteponiendo mayúscula a esta palabra en el idioma español.
Cabe aclarar que los diseños de estos pañuelos son hindúes y no
mexicanos, ya que éstos fueron fabricados en Paliacate y
vendidos por todo el mundo, lugar en el cual se diseñaban y
estampaban manualmente, haciendo su llegada posteriormente a
México por el Pacífico, haciéndose más populares en la zona de
la costa.
Estos hacían su aparición en 1825 dentro de la mercancía que se
hacía llegar a los puertos como Veracruz y Alvarado, que se
consideraba como ropa hecha.
Para el Siglo XIX esta prenda era muy mencionada por los
escritores costumbristas, y finalmente en el año de 1885 un
paliacate fue estampado con plano comercial del Centro de la
Ciudad de México…”.
∞
POR ESTUDIAR EN UN CBTA no cursé la materia de
etimologías grecolatinas que se cursa en preparatoria. Es una
132
materia interesante conocer el significado de las palabras. Una
palabra que me llamó mucho la atención fue “ojalá”.
Me llamó fuerte la atención porque es una palabra que utilizamos
mucho, y cuando leí que era una palabra árabe no podía imaginar
cómo había llegado a nuestro idioma. Hay quien sostiene que se
deriva de “oh Alá” el Dios árabe. “Dios lo quiera”, “Dios
quisiera”, “inshallá” término usado para pedir un deseo.
Cuando los árabes invadieron a España fue mucha su influencia
en muchas áreas, y más en la lingüística, y cuando los españoles
invaden Tenochtitlán traen esa influencia consigo que tenemos
actualmente.
A veces, aunque los mexicanos nunca tuvimos una invasión de
moros, pero para los españoles era constante, nosotros,
comúnmente decimos la frase “no hay moros en la costa”, frase
que vienen de antaño, precisamente de la influencia española que
a la vez la tuvieron de los árabes.
∞
SUPE DE UNA PERSONA QUE sus padres llamaron
Herculano. Una vez que fue adulto procuró por todos los medios
cambiarse el nombre hasta que lo consiguió. Herculano fue una
ciudad romana que quedó sepultada bajo las cenizas del volcán
Vesubio, al igual que Pompeya.
Aconsejaba el abuelo, que cuando se le pusiera un nombre al
recién nacido no estaba bien cambiar el nombre que daba el
Santoral, porque ese nombre le había mandado Dios.
Bajo ese consejo, hay muchas personas que todavía se llaman
Severo, Macrino, Maximino, Balbino, Prisco, Victorino,
Quintilo, Aureliano, Saturnino, Martiniano, Valente, Graciano,
Flavio, Teodosio, Arcadio, Honorio, Cliserio, todos también en
su versión femenina.
¿Qué tienen en común estos nombres en desuso y que unas
cuantas personas todavía se llaman así? Todos esos nombres
133
fueron de emperadores romanos, nombres de grandeza que ya
nadie ocupa y que permanecen en el Santoral.
Ahora los nombres que más ocupan para llamar a los niños
tienen que ver con los artistas de moda del cine, radio y
televisión, los futbolistas connotados o los protagonistas de la
telenovela del momento.
Hace 40 años la telenovela en boga era “Rubí” de Yolanda
Vargas Dulché, y por ese motivo, algunas damas de esa edad
llevan ese nombre.
∞
CUANDO CURSABA EL BACHILLERATO, un vecino, que
era un voraz lector y granjero, además que me recomendaba
lecturas y me prestaba libros de su colección, me hizo una
sugerencia, me dijo que escuchara la radio por las noches.
Por las noches, las estaciones de radio de la Ciudad de México se
escuchaban con bastante claridad en nuestras grabadoras de
antaño, aquí en provincia. Fue una costumbre que adopté durante
mucho tiempo, la dejé cuando en todas las estaciones de radio
predominaron los consejeros espirituales y brujos que ofrecían
sus servicios
Antes de eso, había muy buenos comentaristas de la radio en la
mayoría de las estaciones, uno de ellos era Germán Dehesa,
considerado un influyente líder de opinión y fue condecorado
como Ciudadano Distinguido del Distrito Federal por Marcelo
Ebrard.
Contó Germán Dehesa que durante una conferencia que dictó en
un nutrido auditorio preguntó a quienes les preocupaban los
problemas de México. Dijo que todos los asistentes levantaron la
mano.
—Por eso están estresados, malhumorados, porque se agarran
problemas ajenos que ustedes no pueden resolver— dice que fue
lo que les dijo.
134
Y agregó que uno debe preocuparse y ocuparse en lo que sólo
uno puede resolver. En lo que está en nuestras manos. Que los
problemas nacionales, para eso están los políticos para
resolverlos, que era inútil preocuparse por todas las malas
noticias de los noticieros y que uno nada puede hacer para
solucionarlos.
Era su opinión, y tal vez tenga razón, a veces es necesario
desintoxicarse de las malas noticias, de dramas como el de la
señorita Laura donde sólo se muestra hasta dónde puede llegar la
miseria, la pobreza humana, la indigencia de espíritus.
Para qué ver malas historias, hay que ver buenas historias,
buscarlas fuera de la televisión, porque definitivamente nunca las
van a exponer, pero sí las hay. Zig Ziglar, un orador
motivacional texano que escribió el libro “Nos veremos en la
cumbre”, decía que si le metemos basura al cerebro, basura es lo
que sacaremos.
∞
PARA MUCHOS QUE NACIMOS y vivimos nuestros primeros
días a la ribera del río Balsas hace años, sabemos lo que significa
la palabra “barbasca”. Amanecía en los primeros días de lluvias
y entre los vecinos había alguien que gritaba: “¡se embarbascó el
río!”.
Al escuchar eso, un resorte movía a muchos ribereños del río,
aún con el temor de las primeras crecidas, con chiquihuite, red o
lo que fuera se iba decidido a meterse al río. A río revuelto,
ganancia de pescadores. Y es que la “barbasca” era un extraño
fenómeno que hacía que todos los peces salieran a la orilla del
río o se asomara su boca por las corrientes.
No agarraban pescados quienes no querían, se llegaron a ver
bagres de más de un metro, carpas y mojarras de todos los
tamaños y puneches. Decían en ese tiempo, que el extraño
fenómeno era ocasionado por las primeras lluvias en la sierra y
que las corrientes de agua pasaban por los aserraderos donde
135
acarreaban resinas que les quitaban el oxigeno a los peces y por
eso sucedía la “barbasca”.
Cuando dejó de suceder ese fenómeno dijeron que la
construcción de una presa impedía que esas resinas bajaran hasta
“El Plan”, como nos dicen los “sierreños” al valle de Tierra
Caliente y desde hace muchos años, que el río no se embarbasca
y sólo queda en los recuerdos de niño de algunos, pero poco a
poco va quedando en el olvido.
∞
MUCHAS COSAS QUEDAN EN EL OLVIDO con el tiempo,
recién recibí el libro “Jesús H. Salgado, Revolucionario,
maderista, zapatista y villista” de Crispín Salgado Ramírez. Es
un libro lleno de datos del revolucionario y de fotografías.
Muchos de nuestros abuelos nos contaban del tiempo de la
Revolución en Tierra Caliente, en lo particular, a mi me
contaban de la batalla del Potrero, que es considerada por
algunos historiadores como una de las más importantes que se
llevaron a cabo en esta región.
El Potrero, ahora es conocido como Villa Nicolás Bravo y El
Cantón a un lado de Tlapehuala, donde se enfrentaron y
perdieron la vida el general Custodio Hernández y el teniente
coronel Miguel Heras y donde también murieron otros generales,
jefes y oficiales de la Revolución en Tierra Caliente.
Esas fueron las grandes batallas que se disputaron en la región,
en nuestras monografías municipales de Tlapehuala, a veces sólo
aparecían datos escuetos, como que “el general Jesús H. Salgado
había entrado a Tlapehuala y había quemado el archivo
municipal”, pero hasta ahí.
En la novela “La Barbasca” del totolapense Jesús Valdez
Márquez, hay un párrafo que menciona que Tlapehuala casi poco
o nada fue ocupada por revolucionarios, por su cercanía con
136
Pungarabato, donde se encontraba el cuartel del general Cipriano
Jaimes y podía acudir a defenderla en todo momento.
∞
UNA SEÑORA llegó a la casa de una amiga a felicitarla por su
cumpleaños. Le dijo que no le llevaba nada material, pero que le
iba a dar un regalo especial por ser su cumpleaños, que desde ese
momento en que llegaba a su casa le iba a dar su tiempo para
ayudarla en lo que ella necesitara, así que la amiga le dijo que si
le podía ayudar con su quehacer, y eso fue lo que hicieron, hacer
la limpieza de esa casa.
Para muchos tal vez no tenga un significado especial, para otros
tal vez sí, pero son paradigmas que han ido cambiando, enfoques
y formas de ver la vida. La señora ofreció como regalo lo más
valioso que tenía: su tiempo.
Y es que es común decir que las visitas no ayudan pero sí
entretienen y el cambio de enfoque es llegar y decir “te vengo a
visitar, pero no a quitarte tu tiempo sino a darte el mío y ayudarte
en la forma que necesites”.
Es similar como la costumbre que tenemos cuando decimos
“aquí te espero en tu pobre casa”, de un principio nosotros
mismos nos estamos minimizando en la morada que vivimos,
nosotros mismos nos hacemos menos, un enfoque diferente es
decir “aquí te espero en esta tu dichosa casa, en esta tu
progresista o feliz casa”. Son cuestiones de enfoque que, si al
menos no cambia la realidad, va en camino a ella.
∞
LES CONTARÉ una versión del por qué a los tlapehualenses les
dicen brujos. No me crea usted, solo es una versión.
En toda la región hubo un mestizaje de personas blancas con los
indígenas. En algunos casos por la riqueza de la tierra, por los
minerales, es que gente blanca y extranjera llegó a sitios como
137
Placeres del Oro, o en el caso de los prisioneros de Bélgica, que
estuvieron en Zirándaro durante la Intervención Francesa.
Por ese motivo el mestizaje fue en mayor medida, pero en
Tlapehuala no hubo esa mezcla de razas en gran proporción y la
raza indígena permaneció durante mucho tiempo intacta en su
sangre. Al permanecer la raza indígena permanecieron sus
costumbres y tradiciones como lo fue la medicina natural
tradicional herbolaria y mucha gente de la región acudía a
Tlapehuala a curarse de diversas enfermedades y padecimientos
porque el conocimiento de esta medicina indígena estaba
depositado en curanderos de este pueblo.
Los curanderos indígenas fueron transmitiendo de generación en
generación estos conocimientos que permanecieron vigentes y en
algún momento de ser curanderos pasaron a ser brujos, y fueron
muchas las personas reconocidas como tal, que en verdad
ofrecían un servicio en beneficio de la salud.
Y aunque ahora la mayoría de los que se dedican a eso es
charlatanería y una forma fácil de quitarle dinero al prójimo, el
que antes haya habido muchos curanderos de medicina
herbolaria, fue lo que originó que a los tlapehualenses se les
conociera como los brujos.
∞
EL GENERAL LÁZARO CÁRDENAS del Río fue vocal
ejecutivo de la Comisión del Río Balsas que pretendía impulsar
el desarrollo económico de esta región en los años 60.
Me contó un anciano que cuando era joven tenía una tarea muy
importante que cumplir, cuando el general llegaba a la casa de su
patrón a comer le daban la tarea de probar todos los alimentos y
bebidas antes de que lo hiciera el general.
138
Después de tantos años se siente orgulloso de su tarea, y también
me contó una anécdota que por inverosímil no es motivo para
dejar de contarla. Asegura, jura y perjura que a pesar de que la
palabra “cocho” es muy común en Tierra Caliente, él dice
conocer los motivos del por qué le dicen así a los arcelenses.
Narra que entre las funciones del general Cárdenas estaba
reunirse periódicamente con personas de toda la región para
conocer los avances de los trabajos que desarrollaba la comisión.
Entre estos trabajos de la comisión estaba la alineación y
ampliación de las calles en algunas localidades y cabeceras
municipales, el caso más visible es San Juan Mina, municipio de
Tlapehuala, donde las calles miden un ancho de 20 metros.
Asegura que el general quería darle un aire urbano a la ciudad de
Arcelia y que lo primero que se tenía que hacer era alinear y
ampliar las calles que son muy reducidas en la cabecera
municipal, por lo tanto, en varias reuniones, el general
preguntaba que cómo iban los avances de la ampliación y
alineación de las calles de esta ahora ciudad.
Y los encargados de dicha tarea siempre le respondían que en
esta ciudad que el poeta Manuel S. Leyva llamó la Bella morena
novia del sol, los pobladores se resistían a hacer la ampliación y
alineación de la traza urbana.
Cuenta que esta negativa en una reunión exasperó al general y
que, como siempre, él había escuchado que los campesinos y
comisiones de este lugar utilizaban mucho esta palabra, dijo
públicamente en una reunión de trabajo:
—Bueno, está bien, si esos cochos de Arcelia no quieren, que no
se haga la alineación—.
Y como la reunión eran tan concurrida y esa palabra se escuchó
diferente en la voz del general, fue que se empezó a hacer un
constante adjetivo para los pobladores de este lugar.
No me lo crea usted, solo es una versión.
139
∞
EN TIERRA CALIENTE, por el calor es común consumir
bebidas frías. A veces, son tan comunes que no nos detenemos a
pensar de dónde vienen o cuál es su origen. Tal vez, alguna o
muchas veces ha disfrutado de un raspado, ese granizado de
hielo con jarabe de alguna fruta.
¿Pero de dónde viene? Quién lo inventó, a quién se le ocurrió,
dónde fue su primera aparición en México.
Salvador Castelló Carreras, un español que viajó en una
expedición a Tierra Caliente antes de la Revolución Mexicana,
que tenía dos objetivos: Estudio de la riqueza de la región para
explotación y colonización por parte de europeos y el trazo de
una vía ferroviaria por toda la cuenca del río Balsas hasta
Zacatula, nos cuenta algo interesante.
Cuando el español junto a otros ricos expedicionarios llegaron a
la estación del Balsas, se detuvieron para zarpar al otro día en
barco por el río Balsas, en el mes de septiembre cuando las aguas
estaban altas.
Ahí en ese lugar, de entre varias cosas que Castelló describe, una
le transcribiré: “Entre todas, una me llamó la atención por el
original artículo a que se dedicaba. Sobre una mesa tenía una
barra de hielo que, al menor requerimiento, raspaba con
instrumento adecuado, haciendo del hielo como unas virutas que
colocaba en un plato, vertiendo luego sobre aquellos diversos
jarabes a gusto del consumidor. Era una especie de granizado
fácilmente preparado y que, a juzgar por el gran número de
consumidores y la avidez con que saborean el manjar, no debía
ser cosa mala. Sin la suciedad que rodeaba el cuadro, hasta tal
vez me hubiera arriesgada probar de tal bocado”.
En septiembre de 1910, en la estación del Balsas, a lo que se
refería Castelló era a nuestros “raspados”, un viajero del mundo
se sorprendía con algo mexicano, de Guerrero. Y siguiendo los
pasos del “raspado” nos encontramos con algunos antecedentes
140
que llegó con la Nao de Filipinas o mejor conocida como la Nao
de China.
Allá en Filipinas, es tan común el “raspado” como lo es aquí,
aunque nos separen miles de millas en el mar, pero es tanta la
influencia que existió con ese intercambio comercial que muchos
nos sorprenderíamos por la cantidad de influencia filipina que
tenemos en Guerrero, comenzamos por las raíces genealógicas,
Filipinas está tan dentro de Guerrero, más de lo que imaginamos.
∞
SI A USTED LE GUSTAN LAS TRADICIONES
CALENTANAS, es probable que alguna vez haya exclamado
¡Ajúmala calentano! O al menos la haya escuchado más de una
vez porque es parte de nuestra identidad regional.
Hay quienes suponen que la frase surge simplemente que al
bailar sones y gustos tradicionales en el piso se levantaba el
polvo y era como “ahumar” a la pareja, pero existe una versión
más compleja, de mayor interés por su antecedente histórico.
La falta de conocimiento de la historia regional en la educación
básica que cursamos, nos lleva a ignorar gran parte de nuestra
historia, la que se vivió aquí en las calles que usted transita
diariamente por los pueblos de Tierra Caliente y es información
sólo de cronistas e historiadores regionales.
Es el caso de los Pintos de Tierra Caliente, una columna de la
Segunda Brigada de la División del Sur que estaba a las órdenes
de Juan Álvarez. Hay historiadores que afirman que cuando el
Ejército Trigarante entró a la ciudad de México ahí iban esos
calentanos, o en muchísimas batallas durante la Intervención
Francesa.
María Morelos y Pavón en alguna crónica se refirió a esos
soldados calentanos como guerreros excepcionales con un solo
defecto, que en tierra frías se arremolinaban al fuego y no
querían combatir. Otros historiadores de la época, se refieren a
141
los soldados calentanos como guerrero indomables, que después
del combate regresaban a sus tierras sin pedir nada a cambio,
solo con la satisfacción del deber cumplido.
De esas batallas, las armas que usaron en la Intervención
Francesa, en la Guerra de Reforma, fueron fusiles tipo
Springfield, que les llamaban de boca, porque la carga de
pólvora y plomo se hacía precisamente por la boca del arma y
cuando disparaban se hacía una verdadera humareda al quemarse
la pólvora.
Por eso, la frase ¡Ajúmala calentano! Es una frase de guerra,
significa ¡dispara calentano! Porque con los fusiles de esa época
se hacía un verdadero “ahumadero”, ¡Ajúmala calentano! Es
recordar a todos esos combatientes calentanos que dieron su vida
por esta tierra.
∞
EN ALGUNAS PARTES DE ESTADOS UNIDOS DE
NORTEAMÉRICA, donde se encuentran radicando personas de
esta región, no es común que les digan calentanos, sino que sean
llamados “cochos”, y ha sido tan usada la palabra, que el termino
se usa para llamar así a todos los guerrerenses.
Aquí en la Tierra Caliente de Guerrero, Michoacán y estado de
México, es muy común usar la palabra “cocho”, tanto en el
terreno afectivo como en el peyorativo o insulto. En esa ola de
rescatar la identidad del calentano, muchos usan esa palabra en el
terreno afectivo.
Pero ¿de dónde viene la palabra cocho? Cuál es su significado,
su origen, su etimología. Hasta este momento no hay un
investigador que haya dado su razón de existencia, la usamos, es
parte del folclore, de la identidad, pero poco o nada se sabe de
dónde viene.
En diversos sitios de Internet tratan de darle un significado
aunque sin fundamentar, como quien sostiene que se deriva de la
142
palabra “cuchi” que significa cerdo y hasta dicen que es origen
purépecha, sin fundamentarlo.
También existe la versión que “cocho” era el nombre de una
casta de la Nueva España que ocupaba el más bajo nivel; una
casta eran esas listas de discriminación que existían en las
colonias españolas para poner orden basados en la desigualdad
étnica de las personas.
Las castas eran desde mestizo, negro, zambo, mulato, morisco,
coyote, cambuja y tente en el aire, pero la palabra cocho tampoco
está en estas listas.
Otra teoría de su origen puede ser que durante la Intervención
Francesa hubo soldados belgas prisioneros en Zirándaro y
Huetamo y en Bélgica se hablan tres lenguas: Flandes,
neerlandés y francés. ¿Podría ser ahí su origen? Que esos
soldados belgas que se quedaron en Tierra Caliente y llegaron
hasta el Agua del Padre en Tlalchapa usaran esa palabra y que
los demás calentanos hicieran propia.
Como en la versión del origen de la palabra “gringo”, que
sostiene que durante la guerra de México con Estados Unidos de
1845-1847, los soldados estadounidenses cuando marchaban por
campos mexicanos cantaban una canción llamada “verdes crecen
las lilas”, en inglés “green grow the lilacs” y que de ahí proviene
la palabra gringo como una deformación de esa oración.
En náhuatl, cuitlateco, purépecha y chontal, las lenguas de
nuestro pasado en lo que ahora es la Tierra Caliente no existe la
palabra “cocho”, al menos, es lo que sostienen algunos expertos
en esas lenguas.
Tal vez, como lo marca la Real Academia de la Lengua, la
palabra “cocho” solo es cerdo (De coch, voz con que se llama al
cerdo. 1.m.(mamífero artiodáctilo). Cómo sea, para muchos es
una palabra que nos da identidad, para otros, una grosería para
ofender a alguien más.
144
GENARO EL TRÁNSITO
Eran las cinco de la mañana. Tenía rato que Genaro había
despertado pero no quería abrir los ojos. Sabía lo que le
esperaba. Escuchaba el canto de los gallos a lo lejos y cerca de
su casa. Ya no tenía sueño, lo único que quería era no levantarse.
Y en ese momento pensó que tenía que hacerlo. Si no lo hacía él,
su mujer y sus hijos al otro día no comerían.
Vio hacia a donde sale el sol. Entre los cerros y el cielo se hacía
un rojo casi color vino que daba pinceladas a unas nubes que se
tornaban cada vez blancas y que anunciaban que tenía que apurar
sus pasos para llegar a lo que era su jornada diaria.
Llegó a la parcela de su patrón, Javier Echegaray, a quien todos
en el pueblo conocían como Javeche, un descendiente de
españoles que con gritos apuraba a todos sus trabajadores.
Genaro comenzó por quitarse los huaraches y a enrollar sus
pantalones casi hasta arriba de la rodilla. Aún no salía el sol,
pero con la claridad que había divisó muy bien el montículo de
barro que tendría que pisar durante todo el día, ahí, en esa fábrica
de adobe a la que había entrado a trabajar desde que tenía
recuerdos.
La jornada era incesante. Un ir y venir de hombres de todas las
edades vestidos de blanco con sombreros de palma y con rostros
endurecidos por el sol. Con esa cara de algunos humanos que
parece que nunca ríen ni lloran, así era el rostro de Genaro, con
una mirada perdida en el barro que pisaba revolviéndolo,
batiéndolo con el zacate que le agregaba para que la mezcla se
hiciera consistente y pudiera ser llevado al molde de madera
donde el cuadro de adobe se endurecía bajo los rayos del sol.
145
A Genaro los rayos del sol también le habían endurecido sus
pensamientos desde hacía tiempo. El regreso a casa no era para
pensar. El ruido de los grillos y las luces de los churupetes sólo
dejaban espacio en la mente de Genaro para imaginar el atole
que se tomaría al llegar a casa. Su mujer lo esperaba con un
pocillo de atole mientras los hijos ya estaban desperdigados por
toda la casa, tirados y somnolientos en los petates.
Genaro apuró su atole de maíz y se dejó caer lentamente en el
petate como si se hundiera en una poza de agua. Puso sus manos
en la cabeza viendo hacia el techo, perdiendo su vista entre los
pliegues de las tejas. Al fin, cerró los ojos. Ahí, en el piso, en el
petate, sentía como que su espalda se le acomodaba, que se le
movía como culebra con vida propia, sintiendo un placer que
quería que no terminara. En ese momento su mujer le empezó a
acariciar el pecho hasta el vientre. Le pasaba la mano de arriba a
abajo hasta que llegó a su miembro. Fue entonces que él
reaccionó, y de un movimiento rápido quitó la mano de su mujer;
se volteó hacia el lado opuesto del petate y alcanzó a decir:
—Hazte p’allá, tamaluda, déjame dormir —y cerró los ojos.
Genaro pateaba fuerte el lodo; parecía que el sol de mediodía le
daba más energía para meter los pies entre el barro con más
fuerza. Su camisa rala de manta estaba empapada de sudor, como
si su mismo cuerpo ayudara a humedecer el duro barro de la
adobera.
No sintió cuando atrás de él llegó Javeche, su patrón.
—¿Qué hay Genaro, cómo va la chinga?
—Aquí, pues, don Javier. Estamos echándole chingadazo —dijo
Genaro sin levantar la vista.
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—Desde guache has trabajado conmigo, ya de aquí te casaste,
¿no quieres trabajar conmigo en otra cosa?
—Pero, bah, ¿en qué, patrón?
—Mi hija va a ser presidenta municipal interina, la nombran
mañana y yo me voy a trabajar con ella. Te vas conmigo para
que me ayudes.
Genaro levantó la vista y se volvió para ver los ojos verdes de
Javier Echegaray. Tal vez era la primera vez que lo veía
fijamente a los ojos, sólo para preguntarle:
—¿Y cuánto voy a ganar, patrón?
Al otro día en la mañana, Genaro ya no se presentó en la
adobera. Llegó hasta la casa de Javier, quien al verlo le dijo:
—Mira, Genaro, estaba pensando que tú serás el primer agente
de tránsito del pueblo, así que vamos a ir a comprarte el
uniforme, te vamos a poner una pistola de la municipal y te vas a
encargar de que, aunque pocos, todos los carros respeten el
reglamento municipal.
Pocos días después, luego de un viaje de Javeche a la capital,
llegó con el nuevo uniforme de Genaro: unas botas nuevas de
charol, una camisola con botones color oro, y una cachucha con
un gran escudo que decía “agente de tránsito municipal”.
Le entregó el paquete a Genaro junto con una fornitura y una
pistola que estaba en la armería de la policía municipal. Al darle
la pistola Javeche le dijo:
147
—Cuida bien este cuete, pa’ que te des a respetar.
Cuando llegó Genaro a su casa extendió el pantalón y la
camisola sobre el petate. Vio los botones color oro y creyó
firmemente que eran de un metal valioso. Observó el escudo de
su cachucha y pensó que ese brillo de la placa lo iba a hacer una
gente muy importante. Se imaginó y sintió que era casi un
general con un ejército bajo su mando.
Al otro día comenzó a vestirse. Sintió que algo se transformaba
dentro de él cuando se puso el pantalón café. Se sintió invencible
al abrocharse los botones de hojalata color oro. Se puso los
zapatos, la cachucha; pero la sensación más indescriptible que
jamás había imaginado en su vida fue cuando abrochó sobre su
cintura la fornitura de la pistola y acarició la cacha con su mano.
Infló su pecho y sintió que su estatura había crecido, que miraba
más alto y más lejos tan sólo por el hecho mágico de portar ese
uniforme.
Y de ahí, desde las afueras del pueblo donde vivía, se fue
caminando por la calle polvosa hasta llegar al palacio municipal.
Sintió que todos los ojos del pueblo se volvían para verlo. Sentía
algo de pena, pero también muchas ganas de que todos lo
voltearan a ver.
Antes de entrar al palacio, sin explicarse por qué, sintió el deseo
de caminar alrededor del kiosco. Los comerciantes de los
portales del centro salían a verlo. Niños en calzones lo seguían
como si fuera un personaje de circo. Y él se sentía como un león
libre, sin jaulas, y con todos los ojos del pueblo sobre él.
Todos los funcionarios, aún con su experiencia, también sentían
admiración por ver al primer jefe de tránsito municipal.
148
Nadie había pensado en ese puesto, ni en quién lo pudiera
ocupar, pues en el pueblo apenas y había tres vehículos: uno de
pasajeros que le llamaban La Barquita, que iba y venía a la
capital; una camioneta también de pasajeros que llevaba y traía a
la gente a la ciudad que era el centro comercial de la región, y la
camioneta del rico del pueblo que la tenía ahí sólo para pasear.
Dieron las tres de la tarde, la hora de salida de los empleados
municipales. Genaro quería que no pasaran las horas, que no
terminara su función, aunque no hacía nada. Ni siquiera abrió el
reglamento de tránsito municipal, porque sólo eran hojas que él
no podía entender ni explicar.
Cuando salió del palacio decidió que no iría a su casa. Quería
que el pueblo lo siguiera viendo: con el sol, los botones de
hojalata brillaban más. Caminó por la calle; a dos cuadras del
palacio había una vieja cantina que tenía un letrero sobre la
pared. Se llamaba “La guerra de Corea”. Era entendible, así, que
en ese pueblo a las mujeres de cuatro letras todos las llamaban
“coreanas”. Con pasos triunfantes se dirigió a “La guerra de
Corea”, se sentó en una mesilla y pidió una cerveza.
Una “coreana” a la que apodaban La Prieta le llevó una Carta
Blanca que estaba ceniza de tan fría que se encontraba. Con una
amabilidad mayor a la acostumbrada por dirigirse a un hombre
con uniforme, La Prieta le preguntó:
—Chulo, ¿no me vas a invitar una a mí?
—Pon a enfriar todas las que tengas, porque hoy nos las vamos a
acabar —contestó riendo Genaro.
Nunca se había sentido tan feliz. Nunca el ruido del chocar de
unas botellas le había parecido tan maravilloso. Nunca imaginó
que el sabor amargo de una cerveza bien fría diera tanto placer a
149
la garganta y que hiciera explosiones como juegos pirotécnicos
dentro de su cerebro.
La Prieta apuraba a Genaro a tomar:
—Ándale pues, salud, que pláticas no emborrachan.
Y diciendo salud, escuchando las canciones de desventuras
amorosas de la rocola, Genaro reviraba:
—A ver pues, no bebas.
Se hizo de noche y Genaro no sabía cómo debía pedirle un
“servicio” a La Prieta. “La guerra de Corea” no era un congal
cualquiera en donde las mujeres pasaran al cuarto así nomás
porque si. La dueña del lugar sólo daba permiso para que
bebieran, pero no tenía permiso por la autoridad municipal para
el comercio sexual.
En cuestión de esos placeres, la vida de Genaro sólo se había
limitado a compartirlos con su esposa; pero el cuerpo voluptuoso
de la mujer y las cervezas que se había tomado y que lo hacían
verla aún más hermosa le dieron el valor suficiente para
preguntarle si quería pasar la noche con él.
—Sí, chulo. Nomás ayúdame pa’ que lleve mañana dinero a mi
casa —le dijo sonriente La Prieta.
Genaro pagó la cuenta y se salió abrazando a La Prieta. Se
dirigieron hacia al único hotelito que había en el pueblo, que no
era más que una antigua casa que en el centro tenía un trueno
150
frondoso y, alrededor de él, en forma de cuadrado, había
cuartitos a los que se entraba por un portón grande.
Luego de pagar unos cuantos pesos, se dirigieron a uno de los
cuartos. Genaro se sentó en un catre cubierto de una sábana sucia
y polvosa, y sintió por primera vez en sus posaderas la sensación
de un colchón mullido. Con mucho cuidado, como lo había
hecho durante la madrugada, se comenzó a desvestir. Se quitó la
cachucha, los zapatos, la camisola, desabrochó la fornitura de la
pistola y colocó todo sobre el piso, casi haciendo un altar con
todas las prendas.
Al quedar desnudo, se entregó al cuerpo de La Prieta con unas
ganas que jamás había sentido. A su deseo se sumó un fuerte
aguacero de los que caen en agosto, con una lluvia gruesa,
muchos rayos, y que hacía que Genaro se entregara con más
pasión a su trofeo de esa noche.
Uno de esos rayos cayó con tanta fuerza en algún lugar cerca del
hotel, que cortó la energía eléctrica en todo el pueblo. Así como
la descarga desconectó todos los aparatos eléctricos, también
desconectó la pasión de Genaro. Ambos se quedaron dormidos.
Por la madrugada, La Prieta despertó. Tenía una sed enorme, por
lo que dando codazos a Genaro le empezó a decir:
—Genaro, tengo harta sed.
—Yo también —le contestó—. Vamos a tomar de la llave: allá a
un lado del trueno está la toma.
Empujados por el deseo del agua, salieron desnudos de la
habitación y abrieron una llave de la que empezó a salir un
chorro del que empezaron a tomar. Sintieron que revivían, que se
151
les apagaba la desesperación que sentían. Abrazados regresaron
al cuarto y se volvieron a acostar frente a frente, acariciándose,
hasta quedar otra vez dormidos.
Con los primeros rayos del sol, La Prieta despertó.
—Ora sí, chulo, ya me voy, ya va a amanecer, ya vámonos, yo
creo que tu mujer también te está esperando.
Genaro despertó, se levantó en un solo movimiento
desgañitándose, estirando sus brazos. Sintió como una descarga
eléctrica cuando La Prieta gritó:
—¡Chulo, nos robaron! ¡Bah, no están nuestros trapos…!
La Prieta, de un solo vistazo, había visto que no estaba su ropa
en el cuarto, sólo estaban ellos dos desnudos, el catre, el colchón
y la sábana sucia y polvorienta. No estaba por ningún lado el
uniforme de Genaro, ni el vestido ni las chanclas de la mujer.
Con la poca claridad que había, Genaro pasó sus manos sobre el
piso buscando debajo de la cama, en el techo, en las paredes, en
donde estaba el altar con su uniforme.
Sentía que su cabeza le iba a explotar, su corazón le latía fuerte,
tenía miedo a algo, no sabía a qué, pero era un gran temor.
Movía sus ojos de un lado a otro sin saber qué hacer.
La Prieta lloraba y entre sollozos le decía:
—¡Nos robaron, Genaro, nos robaron, nos quedamos dormidos!
152
A Genaro le preocupaban el uniforme y la pistola, cómo iba a
responder por ellos ante Javeche; cómo iba a conseguir otro si se
lo había traído desde la capital del estado; cómo se iba a
presentar a trabajar en ese día. La Prieta lloraba y decía:
—¿Ora cómo me voy a ir a mi casa así de encuerada?
Genaro pensó rápido y dijo:
—Me esperas aquí, me voy envuelto en la sábana, me voy a
poner ropa y te voy a traer un vestido de mi mujer.
Envuelto en la sábana, Genaro corrió cuatro cuadras hasta llegar
al río; se fue corriente abajo dejándose llevar, y después de unos
mil metros vio el paredón cercano a su casa.
Algunas mujeres de su barrio que habían llegado temprano a
lavar ropa lo vieron salir del río, envuelto en la sabana mojada, y
correr rumbo a su casa.
Genaro se empezó a vestir, se puso su camisa rala de manta, su
pantalón, sus huaraches tiesos y su sombrero de palma. Salió de
la casa y agarró de la alambrada que servía de tendedero una
blusa y unas enaguas de su mujer, y se dirigió de prisa al hotel.
Sus pies volaban, su corazón se le quería salir del pecho por las
ganas de salir de ese embrollo. Entró directo donde estaba La
Prieta desnuda y le dijo:
—Ten, te traje estos trapos, vístete, vámonos.
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—No me trajiste unas chanclas, ora me voy a ir a raiz.
—Con trabajos te encontré esto, así vete, ándale.
La Prieta se vistió rápidamente y, al salir del cuarto, por quien
sabe qué instinto volteó a ver a la habitación de al lado, y con
una sonrisa enorme vio a Genaro y le dijo:
—¡No nos robaron!, nos metimos a otro cuarto cuando salimos a
tomar agua. ¡Aquí están nuestros trapos!
Genaro no dijo nada, se metió al cuarto a desvestirse y a ponerse
el uniforme. Al salir La Prieta enfiló rumbo a su casa y Genaro
rumbo al palacio municipal. Al llegar había un gran alboroto de
empleados y gente del pueblo.
Vio a su patrón Javier y le preguntó qué pasaba.
—Esto se acabó, van a nombrar a otro presidente municipal. Te
quitas ese uniforme y te presentas mañana en la adobera.