Asta Regia. Desarrollo y caída de un reino turdetano

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ASTA REGIA . DESARROLLO Y CAÍDA DE UN REINO TURDETANO Jesús Montero Vítores ( www.cehj.org, Centro de Estudios Históricos Jerezano, Jerez de la Frontera, 2011) Año 535 a.C. En el Mediterráneo Occidental, una coalición de etruscos y cartagineses se enfrenta a los focenses frente a las costas de Córcega ( Herodoto, I, 166- 167). Estos últimos abandonaron Alalia , la colonia que habían fundado en 566 a.C en la isla , para asentarse en Elea ( en el sur de Italia) (1) De este modo telegráfico presentamos uno de los grandes acontecimientos de la historia del Mediterráneo antiguo. Una historia que nos habla de tres pueblos que durante el siglo VI a.C fueron el referente cultural del Mediterráneo Occidental: por un lado los griegos de Focea , que en su expansión colonial habían llegado hasta las costas de Iberia buscando los metales de Tartessos; por otro lado los púnicos, que habían convertido a Cartago, la vieja colonia fenicia, en un nuevo poder dominante en el norte de África. Y, finalmente, los etruscos, que se habían hecho fuertes con el control de las minas de hierro de la isla de Elba, en Italia, en un momento en que Roma es aun una pequeña ciudad estado, una monarquía de hecho dominada por ellos Alalia era el fin de una etapa y el inicio de otra. Durante al menos dos siglos estos tres pueblos habían procurado detentar aquello que hoy denominaríamos, sin límites., la “ hegemonía naval “ en el Mediterráneo Occidental , la talasocracia, el control de rutas comerciales jalonadas a través de las islas . Los tres habían tomado sus posiciones en la región, y en particular los focenses , con la creación de colonias en Italia ( así, en la misma Elba), sur de Francia ( Massilia) y costas de Iberia ( Emporion), estableciendo negociaciones con Argantonio, el señor de Tartessos ( Herodoto, I, 163). Los tres buscaban, como no, el acceso a los metales de Occidente en un momento en el que la demanda de estaño y hierro eran prioritarias para poder impulsar ejércitos y flotas poderosas con los cuales mantener dicha talasocracia. Pero tras este enfrentamiento naval la situación cambió. A pesar de lo oscuro de los datos , los años posteriores a Alalia reflejan al menos tres cambios importantes que afectan al sur de la Península Ibérica

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ASTA REGIA . DESARROLLO Y CAÍDA DE UN REINO TURDETANO

Jesús Montero Vítores

( www.cehj.org, Centro de Estudios Históricos Jerezano, Jerez de la Frontera, 2011)

Año 535 a.C. En el Mediterráneo Occidental, una coalición de etruscos y

cartagineses se enfrenta a los focenses frente a las costas de Córcega ( Herodoto, I,

166- 167). Estos últimos abandonaron Alalia , la colonia que habían fundado en 566

a.C en la isla , para asentarse en Elea ( en el sur de Italia) (1)

De este modo telegráfico presentamos uno de los grandes acontecimientos de la

historia del Mediterráneo antiguo. Una historia que nos habla de tres pueblos que

durante el siglo VI a.C fueron el referente cultural del Mediterráneo Occidental: por un

lado los griegos de Focea , que en su expansión colonial habían llegado hasta las costas

de Iberia buscando los metales de Tartessos; por otro lado los púnicos, que habían

convertido a Cartago, la vieja colonia fenicia, en un nuevo poder dominante en el norte

de África. Y, finalmente, los etruscos, que se habían hecho fuertes con el control de las

minas de hierro de la isla de Elba, en Italia, en un momento en que Roma es aun una

pequeña ciudad estado, una monarquía de hecho dominada por ellos

Alalia era el fin de una etapa y el inicio de otra. Durante al menos dos siglos estos

tres pueblos habían procurado detentar aquello que hoy denominaríamos, sin límites., la

“ hegemonía naval “ en el Mediterráneo Occidental , la talasocracia, el control de rutas

comerciales jalonadas a través de las islas . Los tres habían tomado sus posiciones en la

región, y en particular los focenses , con la creación de colonias en Italia ( así, en la

misma Elba), sur de Francia ( Massilia) y costas de Iberia ( Emporion), estableciendo

negociaciones con Argantonio, el señor de Tartessos ( Herodoto, I, 163). Los tres

buscaban, como no, el acceso a los metales de Occidente en un momento en el que la

demanda de estaño y hierro eran prioritarias para poder impulsar ejércitos y flotas

poderosas con los cuales mantener dicha talasocracia.

Pero tras este enfrentamiento naval la situación cambió. A pesar de lo oscuro de

los datos , los años posteriores a Alalia reflejan al menos tres cambios importantes que

afectan al sur de la Península Ibérica

1. El área de influencia cartaginesa crece en Occidente, llegando hasta la vieja colonia

fenicia de Gadir

2. El estado de Tartessos se extingue , atribuyéndose este hecho a la acción de Cartago

en el sur de la Península Ibérica (2)

3. Finaliza el comercio focense en las costas onubenses de Andalucía Occidental pero

entre 450 a.C y 340 a.C se constata de nuevo la presencia de productos atenienses en

Iberia, transportados en barcos griegos y púnicos, coincidiendo con el desarrollo de la

talasocracia ateniense de la época de Pericles y del II Imperio Ateniense (3)

Este es un marco de referencia necesario para entender cuál es la realidad

histórica del S.W. peninsular tras la desaparición de Tartessos . Un momento en el que

las fuentes literarias y arqueológicas nos hablan de la aparición de numerosas ciudades -

estado que denominaremos, por extensión, turdetanas . Sin embargo, este espacio

turdetano convive con los elementos púnicos y griegos derivados de Alalia : y esto es

algo que puede certificarse, sin temor a equívocos, en el solar gaditano.

Un vistazo a la Geographia de Ptolomeo puede ayudarnos a comprender esta

situación. Si bien se trata de una fuente documental del siglo II d.C, y que por tanto

recoge aspectos de la organización administrativa romana altoimperial, nos permite

rastrear en el tiempo las áreas de influencia de estos elementos ( turdetanos, púnicos y

griegos) en la zona. Podemos ver claramente dos ámbitos, uno interior y otro costero,

que podemos llamar dominantes. En la costa, la omnipresencia del Gadir púnico ( Ptol.

II, 4, 13) al que se suman una serie de asentamientos bástulos , que también Ptolomeo

denomina púnicos , en el sur ( Ptol. II, 4, 6): Barbesola, Carteia, Menlaria y – sin duda-

Baelo ( aunque este último haya sido transpuesto a la lista de los turdulos ). En el

interior, asentamientos turdetanos ( Ptol.II, 4, 10), destacándose entre ellos Nabrissa,

Iptuci, Asido , Asta y Carissa . En última instancia, en Ptol. II 4, 5 se menciona a los

Túrdulos, con Portus Menesthei, el puerto de Menestheo, en Gadir , abierto al tráfico de

las mercancías griegas , y que, como nos indica el topónimo, nos remite al héroe

ateniense que dirigió a los atenienses a la guerra de Troya ( Homero, Il. II, 546),

Y aquí citamos por primera vez a Asta. Un enclave que ya existía desde mucho

antes, y cuyo poblamiento se prolonga , a juzgar por los restos arqueológicos, hasta el

Bronce Final, en torno a 1200 a.C (4) . Este enclave fue favorecido precisamente por su

situación, junto a la desembocadura del Guadalquivir, como punto de control de los

cargamentos de metales que ,desde las minas de Castulo – y a través del Gudalquivir – y

desde las riberas onubenses del Lago Ligustino, llegaban hasta Gadir, desde donde se

remitían al Mediterráneo oriental. Esta era, al menos, su razón de ser en el denominado

período orientalizante de Tartessos desde el siglo VIII a.C ( 5).

Pero aquí lo que nos interesa, y sin menoscabo de las etapas anteriores, es el Asta

postartésica, el Asta turdetana surgida tras la desaparición de Tartessos. Y debemos

comenzar admitiendo que desde este momento su pujanza dependía de sus relaciones

comerciales con Gadir y su apogeo coincidirá también con el impulso del Portus

Menesthei gaditano, como se adivina en el texto de Estrabón ( Str. III, 1, 9) que cita los

tres puntos relacionados

Hay que añadir que, después de Alalia, el tipo de relaciones comerciales que

introducen griegos y cartagineses en el Mediterráneo Occidental da prioridad al

intercambio de materias primas por manufacturas , y que es esto lo que explica que los

mercados de Occidente se llenen con la presencia de abundante cerámica púnica y

griega, así como que se puedan detectar productos del S.W peninsular en aquellas .

Baste recordar al respecto la presencia de salazones de Gadir en los mercados de

Atenas desde el V a.C , como consecuencia de esta crisis del metal (6).

Este importante cambio en la actividad comercial se refleja en el auge de una

nueva clase mercantil , que sustituye a la vieja aristocracia tartésica y que impulsa a su

vez el desarrollo de Gadir como polis: una ciudad que se urbaniza y en la que se

definen nuevas instituciones de gobierno . Seguramente como estaba pasando entonces

en otros núcleos turdetanos que, como Asta, van a entrar en la órbita de influencia de

Cartago (7)

Gadir venía desarrollando desde hacía tiempo alianzas de tipo político y

económico con las ciudades púnicas de la costa andaluza. También lo había hecho con

Tartessos, y luego lo hará con la propia Cartago. Estos acuerdos comerciales, muy en

boga después de Alalia en el Mediterráneo occidental , contemplaban cláusulas muy

diversas, pero fundamentalmente determinaban áreas de influencia. Gadir pactó con las

ciudades púnicas de la costa andaluza ( desde Baria hasta Baelo ) , y al hacerlo

establecía en la región un nuevo tipo de relaciones que contemplaba no solo la

cantidad de producción para exportar , que evidentemente favorecía a las ciudades

productoras que la vendían , sino incluso el aporte de mano de obra indígena para esta

explotación de minas y tierras en régimen de servidumbre (8)

Asta se ve inmersa en esta nueva dinámica comercial, siendo como era una de las

ciudades turdetanas más poderosas. Su propio nombre parece vincularse con el griego

( ciudad capital ), y el epíteto latino Regia que los romanos conservaron de ella

( Plinio,. N.H. III, 11) hace pensar en el importante papel que había tenido como centro

político – administrativo de una de las múltiples monarquías que surgieron con la caída

de Tartessos. Eso si: la institución real no debe entenderse al modo de las grandes

monarquías del oriente helenístico coetáneo sino más bien como lo que en el mundo

griego habían sido las polis aristocráticas, ciudades estado que controlaban un territorio

alrededor, más o menos extenso, en base al dominio de una aristocracia guerrera que

sostenía a un régulo: un guerrero más que reina por la fidelidad de una aristocracia que

recibe el dominio de las tierras y la percepción de rentas agro pecuarias de ellas

derivadas, y de un ejército mercenario que recibe su paga. A su vez, la población de

estos estados se reparte en aldeas dependientes de la aristocracia, a la que deben

prestaciones de trabajo o servicios sin llegar a ser sometidas a esclavitud (9)

El contacto de Asta con Gadir , como vimos, ya existía. Por tanto, los cambios que

surgen en el seno de ésta también afectan a aquella. Trataremos de esbozarlos:

1. La introducción de la economía comercial –marítima el S.W peninsular desde Gadir

estimula el impulso de la economía monetaria en la zona.

2. La nueva economía precisa de una regulación más racional, que se organiza desde

las ciudades. De este modo, la ciudad “ centraliza” la administración económica de un

territorio mediante un aparato burocrático que controla la producción agropecuaria para

su comercialización.

3. La administración económica precisa de la reorganización parcelaria de las tierras de

la ciudad – estado y del desarrollo de nuevos elementos, como instalaciones portuarias.

4. La necesidad de una administración genera el desarrollo de instituciones en la

ciudad : la polis en el sentido griego de la palabra. De ahí la profusión de nuevos

órganos ( consejos, senados, etc) para regular estas actividades y el desarrollo de

templos o santuarios de divinidades protectoras de empresas comerciales.

5. El desarrollo de estas instituciones beneficia tanto a los hombres de negocios y

propietarios de medios marítimos como a la vieja aristocracia dueña de las tierras, que

controlan las instituciones de la polis.

6. La ciudad se desarrolla con una planificación urbanística y la profusión de edificios

que denotan la pujanza económica.

Asta debió de integrarse en el círculo de Gadir mediante una alianza comercial. Y,

como parece deducirse del texto de Estrabón ( Str. III , 2, 2), era un lugar idóneo

porque Asta, donde los gaditanos suelen reunirse a menudo … no está mucho más de

cien estadios del arsenal de la isla. Hablamos de un punto próximo al puerto de Gadir,

ya entonces Puerto de Menestheo ( en Dehesa de Bolaños) (10) , y que por tanto

cumplía las funciones de un emporio: un lugar abierto al tráfico de mercancías de

procedencia púnica y griega, y en el que se establecían diferentes acuerdos comerciales.

Quizás por ello los romanos cambiaron el topónimo Asta por Hasta ( lanza) pues en

los lugares donde se tasaban las mercancías se clavaba una lanza en el suelo para marcar

el espacio y proceder a la venta de éstas sub hasta, es decir, en subasta , como parece

documentado en los mercados de esclavos que se desarrollan desde el siglo III a.C en

el Mediterráneo Oriental (11)

Las excavaciones de Asta de M. Esteve en los años 40 del pasado siglo (12) nos

dejaron alguna información al respecto. Una secuencia de materiales cerámicos que

arranca desde el siglo V a.C con la aparición de cerámicas de engobe rojo de tipo

púnico, nos indica que la alianza comercial ya estaba en marcha, con el intercambio de

manufacturas gaditanas - púnicas y productos agrícolas del Bajo Guadalquivir. La

existencia de fragmentos de cerámica ática del siglo IV a.C constata que los

intercambios alcanzan al Mediterráneo Oriental ( en un momento en que, recordémoslo,

las salazones de Gadir han llegado a Atenas).

Pero va a ser desde el año 300 a.C cuando, a partir de las emisiones de moneda en

Gadir, la economía de Asta se oriente, definitivamente, a la gran exportación. Por

entonces, son ya los cartagineses quienes introducen en la Turdetania su modelo de

producción agrícola (13): como describe Diodoro ( Diod. 20, 8, 3-4) en los territorios

de Cartago se había extendido la vid, el olivo y los cultivos de regadío, un policultivo

mediterráneo característico que coexistirá con la producción ganadera y cerealística

indígena. Pero no estamos hablando de la introducción de estas especies ( que ya

existían en Iberia desde las colonizaciones fenicia y griega, en torno al siglo VI a. C) ,

sino de la implantación un sistema de producción y explotación racionalizado, que

permitió quizás triplicar la productividad ( 14)

¿ Cómo influye este hecho en la consolidación de Asta como polis ? . Según hemos

visto, la aplicación de este sistema de agricultura racionalizada precisa del desarrollo

de una “ centralización” de territorios en torno a una ciudad. Y en este proceso de

centralización hemos de ver la definición del reino de Asta. La interpretación de la

conocida inscripción del Bronce de Lascuta ( CIL II, 5041) puede ayudarnos a entender

este paso.

Esta inscripción, la primera de Hispania cronológicamente hablando ( en 189 a.C),

nos indica que Hasta Regia ( ya con H) , en el siglo II a.C, extendía su influencia a gran

parte de la Turdetania Occidental. Pero aquí entramos en un terreno resbaladizo: ¿ qué

se entiende por extender su influencia?, ¿ hablamos de una dominación política del

territorio que se extiende al menos hasta Lascuta ( en las proximidades de Alcalá de los

Gazules) ?. El debate (15) dejaba abiertas dos líneas:

1. Si Hasta tenía esclavos en la Torre Lascutana, esas tierras le pertenecían por derecho

de conquista tras una serie de enfrentamientos entre ciudades turdetanas que las fuentes

escritas no han referido en su totalidad. Desde esta perspectiva, la aristocracia guerrera

de Hasta ejerce un control militar sobre el territorio ( y de ahí la existencia de una torre

o fortín) y subyuga a su población con la servidumbre

2. Si Hasta tenía esclavos en la Torre Lascutana es porque está reproduciendo el modelo

de pacto que ha recibido de Gadir, y que se vincula con el desarrollo de la polis como

centro de administración de territorios. Lascuta es una ciudad – estado cuya producción

( a juzgar por la iconografía de las monedas libio-fénices del II a.C) se vincula con los

intereses de Gadir y Cartago, y “ pacta” con Hasta Regia una alianza comercial que

implica, como vimos, la provisión de mano de obra en servidumbre para enviar a Hasta

los productos agrícolas que necesita ( en un momento en que, como nos muestran las

excavaciones en la extensión de la necrópolis, la ciudad ha tenido un incremento de

población notable)

Si tomamos la segunda opción, queda claro que la alianza comercial dejaba en

manos de Hasta Regia la administración de los territorios del interior de la provincia de

Cádiz, mientras que las factorías libiofénices de la costa ( desde Carteya o Baelo hasta

Gadir) estarían en la órbita de Gadir. Y todo manteniéndose el acuerdo de intercambios

entre Gadir y Hasta al que se refiere Estrabón ( Str. III, 2, 2) a finales del siglo I a.C ,

pues Hasta no emite moneda, y esto solo podemos entenderlo dentro de la particular

alianza con la metrópolis fenicia. Pero, eso si: estos territorios lascutanos, como otros de

la provincia, debían “ fidelidad” a Hasta, aunque frecuentemente se pudieran organizar

“ contraalianzas”, pues cada polis era en este sentido autónoma y podía luchar por

librarse de ese vasallaje ( 16)

Hasta Regia, pues, amplió notablemente su área de influencia, reorganizando los

nuevos territorios administrados con nuevas distribuciones y parcelaciones de tierra,

como se definía en el modelo cartaginés. Por lo mismo, desarrolla un conjunto de

instituciones administrativas que promociona a nuevos grupos mercantiles e impulsa el

desarrollo urbanístico: la ciudad, el puerto, el templo.

a) La ciudad se embellece, y sin duda se consolida su recinto amurallado ( como

veremos más tarde hacer a los romanos) como una simple acción preventiva ante

posibles contraalianzas. Del aspecto urbanístico poco podemos decir, pero quizás el

hecho de aparecer una escultura de un león ibero – romano en La Mariscala datable en

estas fechas ( 17) , y similar a otro aparecido en la cercana Carissa ( Bornos), bien

puede ser un indicador del tipo de régimen monárquico – aristocrático que se ha

consolidado ya en la ciudad – estado, al modo de los otros estados turdetanos.

b) El impulso de las clases mercantiles quedará materializado en el desarrollo de

instalaciones portuarias. Pero si por un lado se está manteniendo el acuerdo comercial

con Gadir, que supone que las exportaciones de Hasta se canalizan a través del nuevo

Puerto de Menestheo , es factible pensar que Hasta contó también con un puerto

secundario propio, que podemos buscar más allá del área de influencia de Gadir, quizás

en torno a Rota o a Sanlucar.

c) Del mismo modo que Gadir potenció el desarrollo de las actividades mercantiles

bajo la protección de Hércules Gaditano, impulsando su templo ( 18), Hasta potenció el

culto del Oráculo de Menestheo ( que ya vinculaba a Gadir con las empresas

mercantiles atenienses del siglo IV a. C ). El Oráculo, según se desprende del texto de

Estrabón ( Str. III, 1, 9), estaría ubicado en las proximidades del faro del Kaipionos

Pyrgos ( Chipiona), y por tanto en área de dominio hastiense. Cabría también la

posibilidad de vincular a este ámbito el santuario de La Algaida, si bien éste se

identifica con un culto de Venus (19)

Los estratos arqueológicos de las excavaciones de M. Esteve nos revelan, pues,

que entre los siglos IV y III a.C se desarrollan los intercambios mercantiles con Grecia y

el mundo púnico ( cerámica de Kouass ) , pero también muestran cada vez más el

desarrollo de una cerámica propia, turdetana, que nos habla del peso de la producción

de artesanías hastienses: un claro indicador del apogeo mercantil de la polis.

Sin embargo, esta situación se verá trastocada desde 237 a. C, cuando Roma entra

en escena en su enfrentamiento con Cartago. Los Bárquidas se aprestan a la invasión de

la Península Ibérica dada la celeridad de intervención de Roma en el Mediterráneo

Occidental. Los cartagineses, con la invasión del sur y S.E peninsular, controlando las

ciudades del litoral y estableciendo un centro de administración de los nuevos territorios

en Carthago Nova, Cartagena, (227 a.C) , conseguía el control de las zonas mineras y

el abastecimiento de cereal , al mismo tiempo que permitía el reclutamiento de

mercenarios para poder iniciar su ataque final a Roma ( Liv. XXI, 22)

En el breve espacio de tiempo que media entre la entrada de los Bárquidas y la

apertura de Gadir a los romanos, en 206 a.C , Cartago endureció en la región el régimen

de prestaciones de las ciudades turdetanas y los mecanismos de control militar mediante

la construcción de fortalezas ( turres), destinadas a garantizar los abastecimientos (20).

También las relaciones entre Gadir y Cartago se vieron alteradas : si al principio

Cartago se presentaba como la amiga de Gadir, apoyándola en sus dificultades, la

alianza se “ renovó” en beneficio de los invasores cartagineses, y si bien Gadir no

perdió en parte su autonomía comercial, si vió como se asentaba una colonia

cartaginesa; el Portus Menesthei, el puerto de Gadir, se convierte en astillero y base

naval para resguardar la flota al servicio de Cartago , como se desprende de Tito Livio

( Liv, XXVIII, 23, 6) y de los testimonios numismáticos : los tetradracmas púnicos de

Gadir, las primeras acuñaciones de la ciudad, representan proas de naves de guerra .

Según se desprende de la actuación de Asdrúbal en Hispania ( Diod. XXV, 12) los

reyes turdetanos fueron obligados a vasallaje manteniéndose pactos o alianzas que ,

caso de no cumplirse, suponían de inmediato el castigo, al tiempo que fueron

asentándose contingentes militares de población norteafricana en las ciudades

turdetanas. Hasta Regia, sin duda, se vió en esta situación a medida que fueron

instalándose diferentes turres a lo largo de su territorio , que responden a los

topónimos que luego serán recogidos por Ptolomeo y otros autores: Lascuta, Arsa,

Turricina, Iptuci y, en torno a Gibalbín, quizás Ceret.

Cartago y Roma venían sosteniendo desde finales del siglo VI a.C tratados

comerciales para repartirse las áreas de influencia del Mediterráneo Occidental ( Pol.

III, 22- 24). Su última renovación se hizo hacia 279 a.C , pero los contenidos del

acuerdo no variaron sustancialmente: Roma no podía acceder más allá de Carthago

Nova, y por tanto los territorios turdetanos le quedaban vedados tanto al comercio de

mercancías como a la fundación de colonias (21). Sin embargo, el desarrollo de las

Guerras Púnicas hizo que a lo largo de la segunda mitad del siglo III a.C estos acuerdos

se rompieran, dejando abierta la posibilidad “legal” de nuevos acuerdos comerciales

entre los turdetanos y Roma (entendiendo siempre que la legalidad era contemplada

desde Roma, y no desde Cartago)

Y desde luego Roma lo tuvo en cuenta con Gades desde 206 a.C. Cuando los

gaditanos abren las puertas a Roma ( Liv. XXVIII, 23) no esconden la pretensión de

recuperar sus privilegios comerciales, que Roma incrementará con creces. Se define así

la primera gran “ contraalianza” de una polis púnica, que inmediatamente debió de tener

réplicas en otras ciudades de la Turdetania.

Otra cuestión es la actitud de resistencia que toma Hasta, en donde las aristocracias

mercantiles debieron de verse muy favorecidas por los Bárquidas, y decidieron

apoyarles hasta el fin. Una razón más para que Roma actuase a favor de Gades: la

contraalianza modificará el pacto suscrito entre Gades y Hasta . Ahora, es Gades la

ciudad que se beneficia de su apoyo a Roma, y lo va a hacer a expensas de un reino de

Hasta que sucumbe a la conquista romana, como ya era previsible. Roma supo, pues,

jugar su baza frente a Cartago, promoviendo en gran medida la ruptura de las relaciones

de vasallaje de las ciudades turdetanas con los cartagineses y pactando , como no,

nuevas alianzas con ellas . Alianzas que en muchos casos se hicieron bajo presión , y

gracias a las cuales Roma hace exactamente lo mismo que hizo Cartago: conquistar,

explotar recursos, colonizar y administrar los nuevos territorios.

Recordando la actuación de Hasta durante el proceso de conquista romana del

territorio de la actual provincia de Cádiz, asistimos a la desaparición del reino turdetano.

En 197 a.C, cuando Roma impone una nueva administración con la creación de la

provincia de Hispania Ulterior, cambia sustancialmente la organización territorial de

las ciudades turdetanas: modifica las fronteras de sus territorios ( integrados desde ahora

en el ager publicus, las tierras del Estado romano) y lleva a cabo una nueva

reorganización administrativa que , si bien modifica a su capricho cuando le conviene,

supone la progresiva incorporación del territorio de Hasta al Conventus Gaditanus.

Conventus que, cuando queda definitivamente estructurado en época de Augusto,

incluye las antiguas ciudades púnicas del sur de Cádiz y las libio – fenices del

Mediterráneo ( 22). Es el triunfo de Gades.

Naturalmente, a esta implantación romana se ofrece resistencia, porque Roma ha

modificado los términos de los acuerdos que ella misma firmó. Livio recuerda la

sublevación turdetana ( Liv. XXXIV, 19) y cómo en los territorios de Hasta se libró

una importante batalla en la que hacen acto de presencia los lusitanos, con sus

incursiones hasta Carteya en 190 a. C. Detrás de este episodio se encuentra lo mismo:

los lusitanos entran en la Ulterior , en calidad de mercenarios al servicio de los

turdetanos. Buscan en el mercenariado una salida a una terrible crisis social interna ,

motivada por una falta de tierras y el empobrecimiento de un importante sector de la

sociedad lusitana, que se cubre ayudando a Hasta a retener bajo su control las tierras

que Roma precisa para el abastecimiento de víveres a las tropas que están

conquistando la zona (23).

Pero Roma ya tenía sus planes, que pueden intuirse desde la lectura del bronce de

Lascuta ( CIL II, 5119). Cuando en 189 a.C enviaba al general Lucio Emilio Paulo , lo

hacía contando ya con la fidelidad de las ciudades púnicas de la costa vinculadas a

Gades : en Carteya existía una base en donde estaba apostada una flota romana desde el

conflicto con Cartago ( Liv. XXVIII, 30) y esto permitió, a pesar de las incursiones

lusitanas, ir arrebatando el control del territorio meridional del reino de Hasta. En este

cometido, el “pacto” con Lascuta era decisivo, y esto es lo que debe de interpretarse del

hecho de que los habitantes de Lascuta fueran liberados de su vasallaje con Hasta ,

permitiéndoseles administrar unos territorios que, eso si, poseen, pero que pertenecen al

ager publicus , esto es, a la administración de Roma (24). Lascuta era promocionada,

pues, como ciudad romana, y se le permite la acuñación de moneda propia (conservando

incluso el letrero púnico). Premio a una fidelidad a Roma.

Hasta, sometida definitivamente a Roma en 180 a.C tras las campañas del pretor

C. Atinio ( Liv. XXXIX, 21), no tuvo este reconocimiento. La ciudad – estado que

había sido cabeza de uno de los reinos turdetanos más poderosos vio como Roma

potenciaba las contraalianzas para establecer una nueva relación de “ amistad” con las

ciudades bajo la aceptación de su poder.

Si analizamos las acuñaciones romanas que se desarrollan en territorio gaditano a

finales del siglo II a.C encontramos que junto a Lascuta (en torno a Alcalá de los

Gazules) emiten las moneda las cecas de Baelo ( Bolonia) , Baesipo ( Vejer?) Asido

( Medina Sidonia) , Iptuci (Cabezo de Hortales) , Arsa (¿en la zona de Arcos de la

Frontera ?) y Ceret ( en Gibalbín). Estas emisiones tienen en común un rasgo

destacado: en sus reversos aparecen espigas – como en otras emisiones contemporáneas

que se ubican en cecas del Bajo Guadalquivir hasta Carmo ( Carmona) - y esto nos

indica cual es la base del acuerdo con Roma: que sus territorios, ya autónomos de

Hasta, faciliten trigo a la annona, la superintendencia de víveres del Estado romano

(25)

De este modo, con la desaparición del reino de Hasta, la administración romana se

consolida sobre la base de una estudiada combinación de diplomacia y de guerra, que

aprovecha, como no, las bases anteriores:

1. Si la introducción de la economía comercial –marítima el S.W peninsular desde

Gadir había estimulado el impulso de la economía monetaria en la zona, Roma

contribuye a reforzarla desde las necesidades militares de la conquista, desde las

necesidades de abastecimiento de víveres, trigo en particular.

2. Si la nueva economía precisaba de una regulación más racional desde un centro

urbano , la ciudad que ahora “ centraliza” la administración económica de ese territorio

es Gades, cabeza del Conventus Gaditanus como premio a su fidelidad ( cosa que las

aristocracias mercantiles gaditanas supieron vislumbrar pronto , como relata Estrabón

( Str. III, I, 8) , que recuerda que Gades se ha desarrollado gracias a la intrepidez de

sus habitantes en las cosas del mar y su adhesión a los romanos.)

3. Si la administración económica precisaba de una reorganización del territorio de las

ciudades, Roma lo adaptó a sus necesidades mediante la creación de colonias , en las

que se asientan colonos itálicos a los que se redistribuyen en posesión las tierras del

ager publicus ( tal es el caso de la colonia de Carteya en 171 a.C (Liv. XLIV, 3) y

mediante la promoción de núcleos indígenas , turdetanos en este caso, con la concesión

de la ciudadanía.

4. Si la necesidad de administración generó el desarrollo de instituciones en polis,

Roma continuó utilizando las de Gades, junto a su puerto – ya Portus Gaditanus – y su

templo de Hércules, desde el cual siguen siendo operativas muchas transacciones

comerciales (25), orientadas a la exportación a la capital, a laUrbs.

5. Si el desarrollo de estas instituciones benefició tanto a los hombres de negocios y

propietarios de medios marítimos como a la vieja aristocracia dueña de las tierras, que

controlan las instituciones de la polis, ahora éstas élites son romanas, encuadradas bien

en el orden senatorial ( y de hecho propietarias de las tierras), bien en el orden ecuestre

( élites mercantiles que se benefician de su actividad orientándola hacia las necesidades

del Estado romano, de la annona)

6. Si el desarrollo comercial se traslada a una planificación urbanística y la profusión

de edificios que denotan la pujanza económica, Gades volverá a recordarlo de manos

de las élites que, como en el siglo I a.C los Balbo, embellecen la ciudad dándole un

aspecto romano: templos, teatro, puerto.

En Hasta Regia podemos seguir esta línea desde el siglo II a.C. comprobando, en

primer lugar, cómo en sus estratos aparecen restos de cerámica campaniense, de

procedencia itálica, indicador claro de que la colonización romana se ha iniciado y de

que , tras las Guerras Púnicas, la Turdetania se ha incorporado a las rutas mercantiles de

Roma ( anulándose el viejo acuerdo romano cartaginés, que ya no tiene razón de ser por

ser dominada Cartago y definitivamente destruida en 146 a.C ).

Hasta Regia, desde ahora, está integrada a Gades, pero ya no desde la antigua

relación de “ pacto comercial” entre dos polis soberanas, sino bajo la centralización

administrativa que Roma impone con el Conventus Gaditanus. Las fuentes itinerarias

romanas, que nos muestran la racionalización de la administración romana desde la

época de Augusto ( Vicar. , I-IV,) y a lo largo de toda la etapa altoimperial ( It. Ant.

409, 4), nos presentan a Hasta como una mansio, como uno de los puntos de la Vía

Augusta que desde Gades iba a Roma, y que sin duda tuvo un importante papel de

control administrativo de la annona. Pero ya se hace en función de una exportación a

Roma, que controla Roma y administra Gades.

La Vía Augusta. Conexión de Conventus Gaditanus con el Conventus Hispalensis

Si ahora releemos el pasaje de Estrabón, vemos que tras la adhesión de Gades a

los romanos (Str. III, I, 8) son los gaditanos, en el siglo I a. C, los que administran Hasta

como emporio ( Str. III , 2, 2). Mientras tanto, Mela ( Chor. III, 4) y Plinio ( N.H. III,

11), cuyos textos son fuentes administrativas, nos recuerdan que Hasta era una colonia.

Una colonia que , volveremos sobre ello, nace de la mano de Julio César, y en un nuevo

contexto social y económico derivado de la conquista romana del Mediterráneo.

NOTAS

1. O. Arteaga. La emergencia de la polis en el mundo púnico occidental. En AA.VV. Protohistoria de la

Península Ibérica. Ed. Ariel, Barcelona, 2001, 218

2. Sobre el debate de las causas del fin de Tartessos, el clásico J. Maluquer de Motes, Tartessos, la ciudad

sin historia. Barcelona, ed. Destino, 1970. Un estado de la cuestión en D. Ruiz Mata, Tartessos, en

AA.VV. Protohistoria de la Península Ibérica Ed. Ariel, Barcelona, 2001, 176 ss.

3. M. Blech, Los griegos en Iberia, en AA.VV, Protohistoria de la Península Ibérica Ed. Ariel,

Barcelona, 2001, 283-284

4. R. González, F. Barrionuevo, L. Aguilar, Mesas de Asta, un centro indígena tartésico en los esteros del

Guadalquivir. En AA.VV, Tartessos, 25 años después. Jerez, 1993, 215 ss.

5. D. Ruiz Mata, Fenicios, Tartesios y turdetanos. Huelva arqueológica, XIV, 1994, 327 ss.

6.. La crisis del siglo VI es tratada por D. Ruiz Mata, El período cartaginés de la colonización púnica.

En A. Montenegro et alii, Historia de España. Colonizaciones y formación de los pueblos prerromanos,

1989, 109 ss. M.E. Aubet, Tiro y las colonias fenicias de Occidente. Univ. Barcelona, 1987, 276 ss.

7. D. Ruiz Mata, La formación de la cultura turdetana en la bahía de Cádiz a través del castillo de Doña

Blanca. I Jornadas sobre el mundo ibérico, Jaén, 1985, 299 ss

8. O. Arteaga, op. cit, 2001, 225

9. Véase al respecto el trabajo clásico de J. Mangas, Servidumbre comunitaria en la Bética prerromana.

Memorias de Historia Antigua, I, 1977, 151-161

10) J. Montero, El yacimiento de Dehesa de Bolaños en el marco de la Bahía de Cádiz. De Portus

Menesthei a Portus Gaditanus. Revista de Historia de Jerez, nº 8, 2002, 35 - 66.

11) Al respecto, es interesante la lectura de K. Hopkins, Conquistadores y esclavos. Ed. Península,

Barcelona, 1981. En particular, para el mercado de esclavos de Delfos, 163 ss.

12). M. Esteve, Excavaciones de Asta Regia, AEspA, XV, 1942, 245 ss. Idem. Excavaciones de Asta

Regia, campaña de 1942. Acta Arqueológica Hispánica, III, 1954 . Idem. Excavaciones de Asta Regias.

Campaña 1945 – 46. Memorias de la Comisaría de Excavaciones Arqueológicas, XXII, Madrid, 1950. El

diario de excavaciones de la campaña de 1942 está siendo recuperado para el público en el trabajo de E.

Vega Ceán y Fco. A. García Romero, Manuel Esteve en Mesas de Asta. Centro de Estudios Históricos

Jerezanos, 2011 ( www. cehj )

13) J.Mª Blázquez, Los turdetanos y la cultura de la Andalucía Occidental prerromana, en AA.VV.

Historia de España. Colonizaciones y formación de los pueblos prerromanos. Ed. Gredos, Madrid, 1989,

242 ss.

14). C. González Román, El trabajo en la agricultura de la Hispania romana. En AA.VV, El trabajo en

la Hispania romana. Ed. Silex, Madrid, 1999, 120 ss.

15) Recogido en C. González,, op. cit, 1999, 125 ss. Analiza las opiniones de los trabajos clásicos de M.

Vigil, Historia de España. Edad antigua, 1973, y J. Mangas, op. cit, 1977, 151 ss; con las aportaciones

de M. J. Hidalgo, El bronce de Lascuta. Un balance historiográfico. Studia Historica, VII, 1989, 60 – 65.

Además. J. González, Bronces jurídicos romanos de Andalucía. Sevilla, 1990, 181 ss

16) O. Arteaga, op. cit, 2001, 235

17) M. Esteve, Miscelánea arqueológica jerezana. Centro de Estudios Históricos Jerezanos. Jerez, 1979,

45 ss.

18) Sobre el papel mercantil del templo de Hércules Gaditano, véase J. Mangas, El Hércules Gaditano,

dios heredero. en Mª J. Hidalgo ( ed), Homenaje a M. Vigil: la historia en el contexto de las ciencias

humanas y sociales , 1989, 55-60

19 ) Sobre el Puerto de Menestheo y el papel del Oráculo, J. Montero, Op. cit, 2002, 35 ss. Para La

Algaida, R. Corzo, Historia del Arte en Andalucía. La Antigüedad. Sevilla, 1989.

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20) Sobre la actuación de Cartago, véase A. Montenegro, Los cartagineses dueños de la Península. En

A. Montenegro et alii, Historia de España, colonizaciones y formación de los pueblos prerromanos. Ed.

Gredos, Madrid, 1989, 136 – 167. Además, G. Chic, La actuación político – militar cartaginesa en la

Península Ibérica entre los años 237 y 218 a.C. Habis, 9, 1978, 233- 242. Para los aspectos económicos,

véase J. Mª Blázquez, Los Bárquidas en la Península Ibérica , en J.Mª Blázquez et alii, Historia de

España, I. Protohistoria. Ed. cátedra, Madrid, 1980, 439- 461, y C. González Wagner, Los Bárquidas y la

conquista de la Península Ibérica.. Gerión, 17, 1999, 263 -294.

21) Los acuerdos entre Cartago y Roma en J. Heurgon, Roma y el Mediterráneo Occidental hasta las

guerras púnicas. Ed. Labor, Barcelona, 1982 (3ª), 283 ss.

22) Mapa extraído de Mª L. Cortijo Cerezo, La administración territorial de la Bética romana. Córdoba,

1993, 133.

23) J. Muñiz Coello, Sobre el abastecimiento al ejército romano durante la conquista de Hispania

Habis, 9, 1978, 243-258. Para las incursiones lusitanas, J.J. Sayas Abengoechea. El bandolerismo

lusitano y la falta de tierras. Revista de la Facultad de Geografía e Historia. UNED, nº 4 (1989), 701-714

24) Para el bronce de Lascuta, L.A. García Moreno, Sobre el decreto de Paulo Emilio y la Turris

Lascutana, Reunión sobre epigrafía hispánica de época republicana, Zaragoza, 1986, 195 ss. Recogido

también en L. A. García Moreno, De Gerión a César. Alcalá de Henares, 2000, 67 ss. El texto en J.

González, Bronces jurídicos romanos de Andalucía. Junta de Andalucía, Sevilla, 1990, 181 ss.

25) Sobre la promoción de ciudades y la acuñación de moneda, J. Mangas, Aldea y ciudad en la

Antigüedad hispana. Ed. Arco, Madrid, 1996, 42 ss.

26) J. Mangas, El Hércules Gaditano, dios heredero. En Mª J. Hidalgo (ed), Homenaje a Marcelo Vigil.

La historia en el contexto de las ciencias humanas y sociales., 1989, 55-60.