Aportaciones de la antropología y la etnoarqueología al estudio arqueológico de las aldeas...
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ÍNDICEEDITORIAL/EDITORIALA….................................................................................................................................11-‐16EDITORIAL…………………………………………………………...............................……………………………………………................……17-‐19
MONOGRÁFICO: ARQUEOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE, UNA HISTORIA DE UNA IDA Y UNA VUELTA
MARÍA JOSÉ IRIARTE-‐CHIAPUSSO Y LYDIA ZAPATA……...........................................……..…….…….…….…….…….…............23-‐25
ETHEL ALLUÉ, ITXASO EUBA, LLORENÇ PICORNELL Y ALEX SOLÉ........................................................................…….27-‐49
PATRICIA DIOGO MONTEIRO........…....……………………..................…………………………………………....…….............................51-‐62
PALOMA VIDAL MATUTANO..............................................................................................................................………….63-‐79
BEGOÑA HERNÁNDEZ BELOQUI.….......................................................................................................................………81-‐97Prunus Avium/cerasus
ANDRÉS TEIRA BRIÓN...........................................................................................................................................99-‐115
ALEJANDRO VALENZUELA, ANNA MADROÑAL MASERAS Y JOAN FRIGOLA TORRENT........................................117-‐135
MARÍA JOSÉ IRIARTE, XABIER MURUELAGA, ITSASO SOPELANA, AITOR MORENO, IDOIA GRAU, NAROA GARCÍA, IRAIA SÁEZ DE LA FUENTE, ANDER ORTEGA, CARLOS TEJERIZO......................................................................................137-‐152
MARTA FERNÁNDEZ, IDOIA GRAU, ITSASO SOPELANA, JOSÉ RODRÍGUEZ, RAFAEL VARÓN, BEGOÑA HERNÁNDEZ, SAN-‐TIAGO VALLEJO, ALEJANDRO PRIETO, LORENA ELORZA Y ARITZA VILLALUENGA......................................................153-‐174
ENTREVISTA
.....................................................177-‐182
VARIA
HispaniaALFONSO FANJUL PERAZA…..…........………......................……......................……................................................……….185-‐200
DAVID GONZÁLEZ ÁLVAREZ.............…………………………………………………………………………………………………………………...201-‐219
ESTHER TRAVÉ ALLEPUZ...........................................................................................................................................221-‐241
ALBERTO LOMBO MONTAÑÉS..................................................................................................................................243-‐270
CLARA HERNANDO ÁLVAREZ....................................................................................................................................271-‐288
CARLOS TEJERIZO GARCÍA.........................................................................................................................................289-‐308
F. RAFAEL VARÓN HERNÁNDEZ..................................................................................................................................309-‐321
CARLOS MARÍN HERNÁNDEZ....................................................................................................................................323-‐339
REVISTA ARKEOGAZTE/ARKEOGAZTE ALDIZKARIA
RECENSIONES
On history ÁLVARO CARVAJAL CASTRO………..................................................................……….................…………………………………343-‐349
Herdeiros pola forza. Patrimonio cultural, poder e sociedade na Galicia do seculo XXI PABLO ALONSO GONZÁLEZ……………………………………………………………………………………………………………...……...............351-‐354
A companion to paleopathology JOE W. WALSER III....................................................................................................................................................355-‐360
El estrecho de Gibraltar como puente para las sociedades prehistóricasJOSEBA LÓPEZ-‐DE-‐OCÁRIZ Y MAITE GARCÍA-‐ROJAS.....……………………………………………….............................………….361-‐363
Scale and scale change in the Early middle Ages: exploring landscapeGUILLERMO GARCÍA-‐CONTRERAS RUIZ......….......………………..............…..................….............................………….365-‐370
Broadening horizons 3. Conference of Young Researchers working in the ancient near east
HALA ALARASHI…..……........................……………………………………………………………………………………………...……...............371-‐376
SARAH VINER-‐DANIELS.......……………………………………………………………………………………………………………...……...............377-‐378
Revista ArkeogazteNº3, pp. 289-‐308, año 2013Recepción: 24-‐IV-‐2013; Revisión: 1-‐VIII-‐2013; Aceptación: 23-‐VII-‐2013ISSN: 2174-‐856X
APORTACIONES DE LA ANTROPOLOGÍA Y LA ETNOARQUEOGÍA AL ESTUDIO ARQUEOLÓGICO DE LAS ALDEAS ALTOMEDIEVALES
EN LA MESETA Y EL NORTE PENINSULAR
Carlos Tejerizo García (*)
Resumen: En este trabajo se realizan algunas consideraciones sobre el papel que pueden tener disciplinas como la Antropología o la Etnoarqueología para el estudio de los contextos rurales altomedievales
-‐
es mostrar la diversidad cultural existente entre las sociedades campesinas para, con ello, evitar
Palabras clave: -‐
queología.
Summary:
-‐
-‐
289
C. Tejerizo
, 3, 2013, pp. 289-‐308
290
Key words:
Laburpena:Lan honetan Antropologiak eta Etnoarkeologiak Iberiar penintsulako Goi Erdi Aroko landa-‐testuin-‐
-‐guruko hausnarketa arkeologikoak egiten dira eta Etnoarkeologiak egindako ikerketekin alderatzen dira. Helburu nagusia nekazari gizarteen arteko aniztasun kulturala erakustea da, modu honetan,
Hitz Gakoak:Goi Erdi Aroko Arkeologia, Nekazari gizarteak, Goi Erdi Aroko herrixkak, Antropologia eta Etnoar-‐keologia.
1. Introducción1
El avance en los estudios de Arqueología de la
-‐dar, se ha debido a la excavación de numerosos contextos provenientes de la destrucción del pa-‐trimonio derivada del desarrollo del capitalismo en la Península Ibérica. Así, se han generado nue-‐vos interrogantes, replanteado viejas discusio-‐
-‐
1
‘Grupo de Estudios Rurales’. Agradezco a Juan Antonio
sido mostrar la importancia que las sociedades de
-‐
Sin embargo, considero que esta Arqueología sigue ampliamente subordinada a los plantea-‐mientos teóricos de la Historia Cultural que, por
interpretación en clave socio-‐económica a la cul-‐
Parece necesario, por tanto, no sólo la creación -‐
acompañe.
Si toda interpretación arqueológica es depen-‐
2009), entonces la Etnoarqueología o la Antro-‐pología aparecen como herramientas tremenda-‐
básicamente -‐
mething is like something else in some respects it
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2001: 1). Como proceso epistemológico, la analo-‐gía está sujeta a una serie de reglas que permiten
-‐logías son igualmente válidas del mismo modo que no se rechaza su uso en Arqueología. En este
-‐
-‐ción clásica la caracteriza, no como una teoría ni como un método en sí misma, sino como una es-‐
de aproximaciones para obtener una mejor com-‐prensión de las relaciones de la materialidad con
-‐des vivas desde planteamientos arqueológicos”
se pretende usar la Etnoarqueología como he-‐rramienta real de acercamiento al pasado (HER-‐
-‐
-‐
-‐puestas culturales que nos advierten de determi-‐
-‐
no sólo comprender mejor el registro arqueoló-‐
-‐
-‐
-‐lógico de los contextos rurales de la primera Alta
2
Arqueología es estudiar e interpretar la mate-‐rialidad de las sociedades humanas en términos
En el caso concreto de la Arqueología de la Alta -‐
taría de abordar el problema histórico mediante
-‐
-‐,
2012), así como resaltar su importancia en la con-‐
económica de este período.
-‐te en el presente histórico ante la marcha im-‐
circulación del capital. La Península Ibérica es un caso de estudio (tristemente) excepcional en este
todas las sociedades campesinas tradicionales
al período comprendido entre mediados del siglo V, determinado por la desestructuración de la economía
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conocimiento arqueológico, puedan, desde su -‐-‐-‐
pia autonomía.
2. El Modo de Producción Campesino
-‐
-‐tes teóricas de estudio del campesinado basadas en dicotomías como tradicional/moderno o cen-‐
-‐
-‐
-‐
al campesinado:
como aquel segmento social integrado por uni-‐-‐
agraria del suelo, independientemente de que posean
se desarrolla en comunidades rurales, las cuales man-‐
muchos casos explotación, con el resto de la sociedad
-‐
-‐
-‐
como para su redistribución posterior (1966: 3-‐4). -‐
nado no es un grupo cerrado, sino que se inserta -‐
su propio desarrollo. Exigencias que pueden ser tanto internas al sistema (por ejemplo, la propia
3) o externas, consecuencia del sistema de explota-‐
-‐
la presencia de un modo de producción campe-‐
campesinado para organizar la producción en la -‐
-‐
las relaciones sociales que generan se hallan cargadas
el campesino se siente obligado a cumplir socialmente,
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-‐
En las sociedades campesinas, como sociedades -‐-‐
-‐
de poder se encontrarían en todos los niveles de
-‐
-‐
de explotación en cada contexto.
Por otro lado, para autores como T. Shanin, una de las unidades básicas de interacción so-‐
-‐
como un derecho exclusivo socialmente aceptado
-‐rras, lo que implica una cierta división interna del
-‐
Un aspecto esencial de las sociedades cam-‐
-‐
-‐
la estructura de la división del trabajo tanto inter-‐-‐
(SHANIN, 1971a: 242). Su composición numérica
-‐
-‐
Es importante destacar que el determinante -‐-‐
-‐
-‐
importancia simbólica del individuo en las socie-‐dades campesinas. Sin negar las evidentes tensio-‐
-‐
-‐
sociedades campesinas suele venir determinada -‐-‐
pia posición dentro de ésta (SHANIN, 1971a: 242)
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-‐
4
-‐tancias contextuales, los campesinos se auto-‐
dentro de ella, como pertenecientes a una uni-‐
diversas (SHANIN, 1971a).
Un elemento crucial a la hora de caracterizar a las sociedades campesinas ha sido el principio de-‐
-‐
-‐pal del campesinado no se mueve en términos de
5 -‐cios”, sino principalmente por un balance entre
-‐
de trabajo para cubrir esas necesidades6. Estas, a
, se traduce como
vista capitalista todo comportamiento no-‐capitalista es considerado como irracional. Sin embargo, entendiendo,
con un mínimo de medios” con la posibilidad de escoger entre diversas soluciones, cualquier economía, dentro de
su vez, estarían determinadas por el tamaño de la
-‐7.
-‐-‐
278). Entendiendo los ciclos de producción cam-‐pesinos como esencialmente cerrados (es decir, se consume lo que se produce) se comprende la tensión que se produce en el seno de las unidades
-‐per este esquema. Así, se explicaría, por ejemplo,
del pasado reciente a la introducción de la me-‐-‐
1972). Este conservadurismo genera estrategias sociales basadas en el conocimiento heredado
-‐-‐
igualmente, las tensiones producidas en muchas aldeas campesinas de Polonia ante la entrada de
-‐ciones de transmisión del conocimiento hereda-‐
-‐-‐
economía campesina altomedieval; para una discusión
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tenimiento del no evita el desarrollo de tensiones generadas por la interacción de relacio-‐nes sociales e intereses contradictorios que esta-‐rían en la base de la explicación del cambio social.
-‐
tendencia al conservadurismo, en contradicción con el propio desarrollo de las relaciones sociales de producción, la que debe llevarnos a valorar en
-‐ciones ocurridas en un contexto histórico deter-‐minado a través de los cambios en la materiali-‐dad.
de producción campesino”, no exento de pro-‐
embargo, como todo concepto, debe ser anali-‐
-‐
social o modo de producción. En nuestro caso se trataría de contrastar este modelo de modo de producción campesino con la materialidad de las
el norte peninsular.
3. La materialidad campesina en las aldeas alto-‐medievales de la Meseta
-‐trastada, de que la desintegración de la economía
-‐
en los ciclos tecnológicos de construcción de la
valle del Duero expuse la posibilidad de la exis-‐-‐
-‐-‐
En ese mismo trabajo se exponía que uno de los grandes problemas para el estudio de los con-‐
-‐
-‐nante en los análisis arqueológicos posteriores.
-‐noarqueológicos ponen de relieve es el grado de parcialidad del registro arqueológico que excava-‐
-‐-‐
ciones. En un clásico estudio sobre los Dugum Dani
abandonados (por ejemplo, como huerto para el
parte de las estructuras originales. A esto se añade la alta movilidad desde un recinto a otro, en ciclos que pueden llegar a ser de diez años, lo que genera
Estudios como este advierten de dos proble-‐mas a la hora de caracterizar e interpretar las uni-‐
-‐
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-‐dológica de establecer la contemporaneidad de
de estos contextos. El otro problema es el de la parcialidad del registro arqueológico recuperado.
-‐riables. Una variable de alta importancia, como vimos al caracterizar el modo de producción
-‐-‐
gaba, una sociedad agrícola de la actual Ghana,
procesos por los que estos grupos se segmenta-‐
ban o se expandían estaban relacionados con el
-‐
-‐to clave para la comprensión de esta, los indicios
-‐
importante parcelación del terreno en torno a las
su situación en el espacio así como la organiza-‐
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que se ha podido sugerir esta presencia de unida-‐
-‐
arqueológicamente este sistema de propiedad en época altomedieval a través de la presencia de zanjas que podrían estar parcelando los terrenos.
-‐bargo, lo que se muestra arqueológicamente sería en todo caso la apropiación del terreno inmedia-‐
-‐
, 1958) o las de Cuarto de las Ho-‐, 1985),
muro de piedra rodeando la zona del posible pa-‐-‐
-‐
se dividían en muchas par-‐celas pequeñas que se si-‐
para reducir los riesgos eco-‐
podrían estar a 20 minutos
los espacios agrarios estu-‐diados en la actualidad para
-‐
2010a), menos incluso los que pueden relacionarse
Los indicios apuntan a que, en general, no se encontra-‐
-‐
donde la instalación de terrazas agrarias se pro-‐duce en las proximidades de los espacios de ha-‐bitación.
En cuanto a la organización interna, el esta-‐
del registro arqueológico están en la base de la escasez de evidencias. Igualmente, la aparente
las estructuras de ciertas aldeas es posible que se relacione con los ciclos de movilidad de las es-‐
agrícola asociada que, arqueológicamente, de-‐tectamos principalmente a través de los procesos
-‐-‐
-‐-‐-‐
miliares podrían estar relacionados directamente
, 2005)
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298
-‐-‐
plo, el matrimonio de la descendencia puede dar lugar al añadido de habitaciones a una estructu-‐ra previa, provocando así movimientos laterales
abandono o el derrumbe voluntario de una habi-‐
estos procesos se relacionarían con los propios
-‐
-‐aparecer, está todavía presentes en el contexto
como la geología del terreno o las tradiciones
1986). El propio uso (o no uso) somete a las es-‐tructuras a procesos de decadencia relaciona-‐
170), que obligarían a sus habitantes a reparar-‐las o a abandonarlas, iniciando otro ciclo cons-‐
8
en las aldeas de la meseta, como en Senovilla
, 2005) así como en otras aldeas madrileñas (VIGIL-‐ESCALERA, 2007; 2009), donde algunas
1982: 264).
construcción de otra similar en las inmediacio-‐nes de la anterior.
-‐
-‐-‐
trucción de otra estructura o como vertedero). En ocasiones, renunciar a reparar las estructuras puede deberse a que es más sencillo, en términos
-‐vos, abandonar una estructura que construir otra. Del mismo modo, tanto la construcción como la
que para la preparación de la ceremonia Shalako, -‐
vista, estos ciclos de construcción-‐abandono-‐re-‐construcción sirven igualmente para estrechar los
-‐
84).
-‐
-‐-‐-‐
guos conocidos, ha sido una constante a lo largo de la historia agraria. En la Península Ibérica, por
-‐
-‐
-‐
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arqueológicamente este
en las aldeas altomedieva-‐-‐
de descartar su relevancia en los ciclos de movilidad de
posibilidad de documentar-‐lo arqueológicamente.
Aunque sea la unidad -‐
organización de las aldeas campesinas, no quiere de-‐cir que no existan procesos
que requieran la concurren-‐cia de más de una unidad
-‐
de los aspectos que caracteriza a las sociedades -‐-‐
liar, que determina en gran medida las relaciones sociales
-‐
-‐
Igualmente, también son comunes los procesos
horno de pan en la aldea de El Collado (Valencia), situado en el centro del pueblo, cercano a la plaza
la existencia de áreas de socialización comunita-‐ria en las aldeas altomedievales está escasamen-‐te constatada, aunque se podría argumentar que espacios ausentes de estructuras entre las áreas
-‐
2010).
-‐
El estudio de la cerámica altomedieval ha esta-‐do determinado, en lo teórico, por un paradigma neoevolucionista basado en una relación de con-‐
tecnológicos de la economía imperial romana. En lo metodológico, se ha basado en un análisis
-‐
Desde este punto de vista, la aproximación desde la Antropología de la Tecnología a través
( ) para el estudio de los ciclos
de la cerámica, puede ser un marco teórico óp-‐
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-‐-‐-‐
una materia prima desde su estado natural a su -‐
dentro de un universo de posibilidades que remi-‐-‐
que el objeto de estudio es todo el proceso de
por ejemplo), que pueden estar ocultando otros
-‐re estudiar conjuntos cerámicos completos, sin
-‐
X en el centro peninsular se observa un doble
en tor-‐
-‐
lento9 (VIGIL-‐ESCALERA, 2003; 2006). Este cambio
ideológicas de gran importancia en términos, por
la consecución del borde.
93) con respecto a los ciclos tecnológicos impe-‐riales romanos.
Una hipótesis que se ha propuesto para ex-‐plicar este cambio es la presencia de artesanos
la cerámica demandada por las comunidades lo-‐
constatada en la literatura etnológica; un ejem-‐plo serían los artesanos de Ladakh, en la zona oeste del Tíbet, que iban de pueblo en pueblo
las arcillas locales para producir la cerámica que no podían recibir por estar lejos de las rutas co-‐
-‐trucción del cacharro es un torno bajo clavado en el terreno que les permite una mínima rotación,
1977).
-‐rantes, complementados quizá con artesanos locales podrían explicar muchas de las caracte-‐
-‐-‐
-‐
Los ciclos tecnológicos para la producción de
extracción de barros se haría en los entornos de -‐-‐
-‐
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-‐TES, 1954). Los procesos técnicos de extracción de la arcilla, así como su preparación posterior, a
-‐hundidas en el suelo podrían explicar algunas de las estructuras presentes en los registros arqueo-‐lógicos de las aldeas, muchas veces denominados
-‐tructura (34-‐N, situada en medio del poblado exca-‐
-‐
llevaron a los excavadores a pensar que se trataría
-‐micas llevan a pensar igualmente en ciclos tec-‐
-‐nor control por parte del artesano del proceso de cocción. Suelen situarse lejos de los espacios do-‐
-‐
horno excavado en el suelo lo encontramos igual-‐
-‐
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302
dos metros de diámetro construidos principal-‐
la puerta de entrada de la leña. Esta estructura se
van colocando las demás cerámicas hasta llenar la cámara, con hasta 70 cazuelas de capacidad,
, que sirven para retener el calor. Aunque en el
-‐
-‐cional”.
Cómo hipótesis de base podemos estar ante una -‐
-‐val en el norte peninsular. Sin embargo, todos ellos
-‐
-‐
-‐
Como se apuntó anteriormente, dentro de las comunidades campesinas, al primar la unidad do-‐
es usual encontrar un entorno aparentemente
-‐nadas socialmente por la estructuración de las
-‐
-‐cos) con respecto a las otras a no ser que inter-‐
-‐
han ocasionado que en muchos de los análisis
-‐-‐
de la plusvalía de unos agentes a otros. Esto gene-‐
desarrollar una materialidad diversa. En este sen-‐-‐
sinas vendría por dos vías: interna, en cuanto a
-‐na, en relación a las escalas de poder realmente
En relación a las tensiones sociales internas, es importante tener en cuenta que el estatus, en
-‐
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arqueológicos. Existen numerosos ejemplos en
29). En la aldea de Aliabad, por el contrario, la
combina con una ligera desigualdad económica -‐
-‐sados; la posesión de objetos singulares, como bi-‐
e importar lápidas grabadas para el cementerio
-‐quieren de análisis concretos densos para enten-‐
El registro arqueológico de los contextos rura-‐les altomedievales parece seguir este patrón de
-‐
social compleja. Sin embargo, se propone que
medio de expresión se trasladaba principalmente al cementerio como espacio de representación
-‐rramiento sería donde el despliegue de ciertos
conjunto de la comunidad (elementos persona-‐
el contexto de la primera etapa de la Alta Edad -‐
dales procedería de la interacción con escalas de poder suprarregionales. Escalas de poder que,
-‐-‐
-‐ses de las élites. La progresiva imposición de estas sobre estas sociedades, proceso que tendrá un
-‐
relaciones privilegiadas con una serie de unida-‐
se observa, igualmente, en algunas de las aldeas
-‐
tolerada en la medida en que las clases hegemó-‐-‐
-‐
intercambio desproporcionada la acepte” (1976: -‐
ma de interpretar la aparente igualdad entre las
-‐dad de estas comunidades han primado la estruc-‐
-‐
de género. El papel que ha jugado la mujer en
-‐camente siempre subordinado a la autoridad del hombre (SHANIN, 1971b: 31). Las mujeres han sido en las sociedades agrarias las agentes prin-‐
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304
o la educación de la descendencia.
Etnoarqueología han resaltado la interesante
género. Una relación que parece observarse re-‐gularmente es la vinculación entre la cerámica a mano con el espacio social de las mujeres; una
-‐-‐
do igualmente, que allí donde se dan unidades
4. Conclusiones
-‐-‐
dos con el estudio de la materialidad de los con-‐
resaltar el papel de las sociedades campesinas -‐
contemporaneidad.
A lo largo de estas líneas se ha tratado de mostrar la importancia que puede jugar la An-‐
las sociedades campesinas nacidas al calor de la desestructuración de la economía imperial
-‐
-‐-‐
tas de explotación a través de la extracción de plusvalía por diversos agentes sociales internos
-‐logías enunciados permiten por un lado, obser-‐var la gran diversidad de respuestas culturales
nos advierte de la aplicación de esquemas sim-‐
comprendidos desde su propia racionalidad con-‐
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