Análisis de los cambios en el uso del suelo en las grandes ciudades de la Comunitat Valenciana a...

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ANÁLISIS DE LOS CAMBIOS EN EL USO DEL SUELO EN LAS GRANDES CIUDADES DE LA COMUNITAT VALENCIANA A PARTIR DE LOS SIG CORINE Y SIOSE PITARCH GARRIDO, MARÍA DOLORES Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local, Universitat de València. [email protected] MEMBRADO TENA, JOAN CARLES Departamento de Geografía, Universitat de València. Resumen La presente comunicación parte de la información sobre usos del suelo de dos conocidos sistemas de información geográficos: CORINE y SIOSE. Se analizan las áreas urbanas de más de 50.000 habitantes de la Comunidad Valenciana, con el fin de observar los cambios experimentados por estos espacios a lo largo del periodo 1990-2009. Mientras en determinados territorios se produce una concentración y colmatación de espacios urbanos, los procesos de crecimiento urbano disperso son más notables en la costa meridional, y están ligados tanto a la ocupación de primeras y de segundas residencias. El análisis del uso del suelo es la primera prospección de la realidad territorial que debe complementarse con análisis más profundos para avanzar en la definición de modelos de sostenibilidad territorial. Palabras Clave: CORINE, SIOSE, áreas urbanas, crecimiento urbano disperso, Comunidad Valenciana Abstract This paper comes from the information on land use of two well known geographical information systems: CORINE and SIOSE. We analyze the urban areas of over 50,000 inhabitants of Valencia, in order to observe the changes in them over the period 1990-2009. While in certain territories there is a concentration of urban spaces and filling, the processes of urban sprawl are most noticeable on the southern coast, and are linked both to the occupation of first and second homes. The analysis of land use is the first survey of the spatial organization to be supplemented by further analysis to advance the modeling of territorial sustainability. Keywords: CORINE, SIOSE, urban areas, urban sprawl, Valencian Community 1. INTRODUCCIÓN La presente comunicación parte de la información sobre usos del suelo de dos conocidos sistemas de información geográficos (SIG): por un lado CORINE (Coordination of Information on the Environment), promovido por la Agencia Europea de Medio Ambiente para la creación de un SIG sobre cobertura y uso del suelo a escala europea; y por otro SIOSE (Sistema de Información sobre Ocupación del Suelo de España), coordinado y gestionado por el Instituto Geográfico Nacional (IGN) de España y realizado solo a escala española. Ambos SIG, realizados a partir de imágenes de satétile (CORINE) o fotografía aérea (SIOSE) son 742

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ANÁLISIS DE LOS CAMBIOS EN EL USO DEL SUELO EN LAS GRANDES CIUDADES DE LA COMUNITAT VALENCIANA A PARTIR

DE LOS SIG CORINE Y SIOSE PITARCH GARRIDO, MARÍA DOLORES Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local,

Universitat de València. [email protected]

MEMBRADO TENA, JOAN CARLES Departamento de Geografía,

Universitat de València.

Resumen La presente comunicación parte de la información sobre usos del suelo de dos

conocidos sistemas de información geográficos: CORINE y SIOSE. Se analizan las áreas urbanas de más de 50.000 habitantes de la Comunidad Valenciana, con el fin de observar los cambios experimentados por estos espacios a lo largo del periodo 1990-2009. Mientras en determinados territorios se produce una concentración y colmatación de espacios urbanos, los procesos de crecimiento urbano disperso son más notables en la costa meridional, y están ligados tanto a la ocupación de primeras y de segundas residencias. El análisis del uso del suelo es la primera prospección de la realidad territorial que debe complementarse con análisis más profundos para avanzar en la definición de modelos de sostenibilidad territorial. Palabras Clave: CORINE, SIOSE, áreas urbanas, crecimiento urbano disperso, Comunidad Valenciana

Abstract This paper comes from the information on land use of two well known geographical

information systems: CORINE and SIOSE. We analyze the urban areas of over 50,000 inhabitants of Valencia, in order to observe the changes in them over the period 1990-2009. While in certain territories there is a concentration of urban spaces and filling, the processes of urban sprawl are most noticeable on the southern coast, and are linked both to the occupation of first and second homes. The analysis of land use is the first survey of the spatial organization to be supplemented by further analysis to advance the modeling of territorial sustainability. Keywords: CORINE, SIOSE, urban areas, urban sprawl, Valencian Community

1. INTRODUCCIÓN

La presente comunicación parte de la información sobre usos del suelo de dos conocidos sistemas de información geográficos (SIG): por un lado CORINE (Coordination of Information on the Environment), promovido por la Agencia Europea de Medio Ambiente para la creación de un SIG sobre cobertura y uso del suelo a escala europea; y por otro SIOSE (Sistema de Información sobre Ocupación del Suelo de España), coordinado y gestionado por el Instituto Geográfico Nacional (IGN) de España y realizado solo a escala española. Ambos SIG, realizados a partir de imágenes de satétile (CORINE) o fotografía aérea (SIOSE) son

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muy útiles en análisis diacrónicos de usos del suelo y, por tanto, en Geografía Urbana. El territorio que vamos a analizar a partir de los datos de CORINE y SIOSE es la Comunitat Valenciana, y más concretamente sus áreas urbanas de más de 50.000 habitantes (14 ciudades en 2011), para observar los cambios experimentados por estos espacios a lo largo del periodo 1990-2009. Cabe destacar que las ciudades valencianas han experimentado un importante crecimiento en los últimos quince años como consecuencia del boom inmobiliario, que ha afectado especialmente las áreas costeras y que ha dado lugar en un periodo de tiempo muy corto a procesos de dispersión urbana, por un lado, y de concentración urbana en un mismo espacio, por otro.

A partir de los datos estadísticos de CORINE y SIOSE pretendemos mostrar mediante

cartografía SIG tanto la evolución como la distribución de los usos del suelo en las mencionadas áreas urbanas valencianas. Mientras en determinados territorios se produce una concentración y colmatación de espacios urbanos, especialmente en grandes ciudades como Valencia, Alicante, Elche o Castellón, los procesos de suburbanización, aunque se dan en general en todas las áreas urbanas, son más notables en la costa meridional (Torrevieja, Orihuela), y están ligados tanto a la ocupación de primeras como a la de segundas residencias. El análisis del uso del suelo es la primera prospección de la realidad territorial que debe complementarse con análisis más profundos para avanzar en la definición de modelos de sostenibilidad territorial, en particular en momentos de crisis económica y de parón en la construcción como el actual, lo cual supone una oportunidad para repensar el modelo urbano que queremos en un territorio concreto, el valenciano, con una trayectoria de ocupación del suelo intensa y con características muy particulares.

2.-CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS DEL SIOSE Y DEL CORINE: OPORTUNIDADES PARA EL ANÁLISIS TERRITORIAL

El Sistema de Información sobre la Ocupación del Suelo en España (SIOSE) es el SIG

sobre usos y ocupación del suelo con mayor desagregación que se haya llevado a cabo hasta la fecha de manera homogénea para toda España. Gracias a este alto grado de detalle, SIOSE sirve como herramienta básica para el desarrollo de estrategias de ordenación del territorio, planificación y gestión de recursos medioambientales, estudios dinámicos sobre ocupación del suelo, evaluación de impacto ambiental y fomento del desarrollo sostenible, entre otras aplicaciones (IGN, 2006a). Además, el SIOSE, siendo la base geográfica con mayor grado de desagregación y homogeneización nunca antes realizada en España, pretende integrar todas las bases cartográficas anteriores sobre usos del suelo en las diferentes administraciones, con el objeto de evitar duplicidades y de reducir costes en la generación de información geográfica.

Con anterioridad al SIOSE, el SIG de referencia sobre ocupación del suelo en España había sido CORINE, que presenta información geográfica de manera homogénea para casi toda Europa y el norte de África, y que a escala regional sigue siendo el más adecuado para la comparación de territorios, pero ya no para escalas locales, donde SIOSE proporciona mucha más información.

CORINE proporciona información homogénea sobre usos del suelo para casi toda la Unión Europea y algunas zonas del norte de África. Se basa en imágenes Landsat de resolución media para escala 1:100.000 y presenta una unidad de mapeo mínima de 25 hectáreas, y una anchura mínima de 100 metros para los elementos lineales (LÓPEZ Y

DENORE, 1999, p. 87-88). Frente a los 8.541 polígonos del CORINE Valencia, la base de datos SIOSE 2005 divide el territorio valenciano en 157.524 polígonos, a los cuales se les ha

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asignado coberturas. Esto se debe a que SIOSE parte de una escala de referencia mucho mayor (1:25.000), y de unas unidades mínimas de mapeo de elementos poligonales y lineales mucho menos restrictivas que las de CORINE.

Por lo que respecta a sus aplicaciones cartográficas, el SIOSE, por su alto grado de detalle, es muy adecuado como herramienta de toma de decisiones de cara a una óptima ocupación del suelo a escala local y comarcal. Sin embargo, a escala europea y española es más adecuado utilizar CORINE, que proporciona información homogénea sobre usos del suelo a escala 1:100.000, y permite comparar los usos del suelo de España, por ejemplo, con los de otro estado europeo.

Comparar las coberturas artificiales de SIOSE y CORINE no es una tarea sencilla, ya que ambos SIG fueron concebidos para unos objetivos y ámbitos geográficos distintos. Aún así, sus respectivos manuales de fotointerpretación presentan similitudes, al tratarse de base de datos realizadas específicamente para la clasificación de usos del suelo.

3. LOS CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA TERRITORIAL DE LAS CIUDADES. DEL ESTANCAMIENTO POBLACIONAL DE LOS CENTROS AL CRECIMIENTO ESPACIAL DE LA PERIFERIA

Los estudios urbanos desde la perspectiva geográfica desarrollados en los últimos años

se han centrado extraordinariamente en el análisis de los cambios de usos del suelo en la periferia de las áreas urbanas. La expansión urbana producida por el crecimiento de la población se ha plasmado sobre el espacio originando diferentes formas con consecuencias sobre el medio ambiente y la calidad de vida de las personas. El reto para el crecimiento de las áreas urbanas en el siglo XXI no es la presión del número, sino la presión de las formas de consumo del espacio (HOGAN y OJIMA, 2008). Los nuevos, o no tan nuevos, modelos de consumo del espacio tienen unas consecuencias claras sobre la sostenibilidad de los territorios todavía no analizadas en profundidad.

La mayor parte de la literatura se ha centrado en los efectos negativos de este tipo de crecimiento, a la vez que se valorizaba el crecimiento inteligente asociado a la ciudad compacta. Sin embargo, la realidad es que este tipo de crecimiento disperso no ha disminuido, sino, bien al contrario, las tradicionales ciudades compactas europeas también lo han experimentado. Las causas de este modelo de urbanización se relacionan con las nuevas formas de vida que valoran los espacios naturales abiertos, el aumento –o la facilidad- de la movilidad individual y la dependencia del transporte privado, lo que hace que se disperse, no sólo la residencia, sino también los comercios, centros de ocio y servicios. A su vez, todo ello supone la construcción de vías rápidas para facilitar la movilidad, llevando a un incremento aún mayor de la dispersión de la urbanización y de la movilidad.

Aunque algunos autores explican este proceso de urbanización difusa como consecuencia de nuevas demandas de la población (JOHNSON, 2001), no podemos olvidar que determinadas fuerzas económicas, entre las que destaca el elevado precio del suelo en el centro de las ciudades, actúan como expulsoras de población fuera de la ciudad compacta, al menos de una población de clase media, o media-alta que con su renta puede permitirse determinados valores, ambientales, sociales, etc., siempre que su consumo sea en nuevos espacios de urbanización en la periferia.

La proliferación de urbanizaciones tanto de primera como de segunda residencia ha conocido en Europa y en España una época de esplendor desde los años 90 hasta la crisis actual (PUMAIN, 2004). Este tipo de crecimiento responde a la globalización de un modelo de consumo que implica una serie de nuevos significados y representaciones que no sólo permiten que parte de la población con mayor nivel de renta se consolide en su estatus social,

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sino que sus comportamientos se difundan en la sociedad, “nuevos fenómenos, como el movimiento medioambiental, las tecnologías de la comunicación, la producción económica globalizada y las expectativas de consumo, pueden impactar rápidamente en las preferencias residenciales, y, por tanto, en la forma urbana” (HOGAN y OJIMA, 2008: 205).

El crecimiento discontinuo se asocia con la especulación del suelo, la expansión urbana, la baja densidad y la fragmentación de los espacios urbanos contemporáneos. La distancia entre diferentes puntos o nodos en una misma región urbana se incrementa si el proceso de desarrollo urbanístico incluye espacios construidos discontinuos. El crecimiento de los núcleos urbanos no adyacentes a los centros urbanos construidos implica diferentes necesidades de movilidad y, en ocasiones, permanecen como islas más o menos vinculadas a la ciudad central. La política pública, en particular a nivel local, puede fomentar o desincentivar este tipo de crecimiento, que en España aparece como especialmente intenso en las áreas turísticas del litoral, como veremos más adelante. Determinadas estrategias locales de beneficio económico rápido han propiciado la especulación del precio del suelo y la construcción de urbanizaciones, algunas rellenando espacios vacíos, en toda la costa mediterránea española y las islas (ARTIGUES y RULLAN, 2007).

En España, el proceso de crecimiento económico entre 1997 y 2007 se ha caracterizado por la expansión del sector de la construcción, especialmente en el eje litoral, las islas y el área metropolitana de Madrid. El fomento del negocio-inversión inmobiliario es lo que ha contribuido definitivamente a la expansión territorial urbana en nuestro país (ARTIGUES y RULLAN, 2007). El crecimiento demográfico de esos años (inmigración), la inversión en el sector inmobiliario por parte de capital privado (nacional y extranjero), los bajos tipos de interés, el crecimiento del empleo y el aumento de las rentas familiares, la ley del suelo de 1998 (que facilita la urbanización de todo el suelo no protegido), las ventajas de la compra frente al alquiler y el uso de la expansión urbanística como fuente de ingresos para las haciendas locales, explican, entre otros factores, la extraordinaria ampliación del territorio funcionalmente urbano en España. Dicha expansión supuso tanto la revitalización de las ciudades centrales de las áreas metropolitanas, como la dispersión urbana con la extensión de los nuevos modelos de urbanización difusa o de baja densidad. Se trata, también, este último, de un proceso de descentralización de la población, así como de la actividad económica, que se ha desplazado hacia la periferia de los grandes centros urbanos. Es lo que Nel·lo (2004) denomina un cambio de ciclo en las dinámicas urbanas, que en España afecta especialmente al área mediterránea.

El espacio turístico español ha sido especialmente receptor de los procesos de urbanización de los últimos años, y en particular del crecimiento difuso. Dicho crecimiento se ha concretado en la aparición y consolidación de espacios fragmentados, de baja densidad y escasamente integrados en una estructura urbana preexistente con importantes impactos en la sostenibilidad y el bienestar de sus habitantes. Ello ha sido posible por la existencia de un marco normativo insuficiente en consonancia con la tendencia hacia la desregulación del urbanismo y a una mayor intervención de los agentes privados que ha sido incapaz de controlar los procesos espontáneos y moderar su impacto sobre la sostenibilidad (ARTIGUES y RULLÁN, 2007). El caso de la Comunidad Valenciana, donde se combinan diferentes tipos de territorios funcionales y que ha experimentado uno de los procesos de crecimiento urbanístico más importantes de España resulta un observatorio adecuado en el que analizar estos fenómenos en la actualidad.

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4. LAS CIUDADES VALENCIANAS. CRECIMIENTO Y USOS DEL SUELO El modelo urbanístico valenciano, producto de diferentes formas de crecimiento

urbano, se caracteriza, en los años 90, por sus elevadas tasas de urbanización, la abundancia de ciudades pequeñas y medianas, y un cierto equilibrio territorial en la localización de los centros.

Desde esa fecha y hasta el 2007, la Comunidad Valenciana, favorecida, como en el resto de España, por una legislación permisiva, una buena coyuntura económica y la dinámica turística favorable, ha experimentado un enorme crecimiento del suelo urbanizado, el cual se ha caracterizado por el gran peso del modelo de baja densidad en la periferia urbana y en los espacios interurbanos. Sin embargo, el proceso más relevante por lo que respecta a la comprensión de la estructura territorial y a la propia definición de las áreas urbanas reales es el aumento de la movilidad de la población (SALOM, 2011).

Ambos procesos, urbanización y movilidad, están íntimamente relacionados, pues el aumento del segundo es causa y consecuencia de la evolución del primero: las pautas de crecimiento descentralizado de la población (intensificación y difusión territorial de los procesos de suburbanización), la difusión geográfica de los empleos en los entornos urbanos y metropolitanos, y el aumento de la accesibilidad explican la relación entre urbanización y movilidad. El aumento de ésta última lleva, en definitiva a la creación de un modelo de ciudad difusa, definida así desde el punto de vista meramente morfológico.

El Plan de Desarrollo Urbanístico de la Comunidad Valenciana (PDU) (GENERALITAT VALENCIANA, 1995a) definía el “Área Urbana Integrada” (AUI) a partir de criterios urbanísticos (continuo urbanizado y sistemas estructurantes), aunque también, de forma secundaria, de la especialización productiva y las pautas de centralidad (SALOM, 2011). En el presente análisis, nos basaremos únicamente en los aspectos morfológicos para el análisis de las principales ciudades valencianas. Por ello, siguiendo al PDU, la metodología utilizada se basa principalmente en la continuidad del espacio edificado, a partir de cartografía de usos del suelo proporcionada por SIOSE. Así pues, se consideran áreas urbanas integradas (AUI) las caracterizadas por la continuidad del espacio urbanizado residencial, comercial e industrial de una cierta entidad (más de 25 ha), considerando continuos aquéllos que distan menos de 2 Km. entre sí y a través de un eje. La metodología utilizada en el PDU excluía específicamente los espacios litorales considerados de segunda residencia. En el presente trabajo, dichos espacios no se han excluido, dado que el objetivo es conocer la estructura y el grado de desarrollo del urbanismo difuso, estos espacios turísticos no se pueden obviar y además presentan unas características de gran interés dada la importancia del fenómeno en los mismos. Del mismo modo, se han incluido también en el análisis los espacios carácter comercial-industrial, ya que, pese a no tener función residencial, constituyen un elemento importante en la configuración de las áreas urbanas, en especial como espacios generadores de movilidad (SALOM, 2011).

La información detallada que nos proporciona SIOSE nos permite delimitar las AUI con datos actualizados (2009), destacando algunas diferencias respecto a las delimitadas por el PDR en 1995 o por Salom con datos de CORINE (SALOM, 2011), como es la inclusión de Sagunt y Alginet en el área metropolitana de Valencia debido al claro aumento del espacio urbanizado entre estos municipios y la región metropolitana consolidada.

A la información facilitada por SIOSE, hemos añadido la de CORINE, ya que, aunque no son bases comparables, como se ha explicado anteriormente, dado que tomamos como referencia no cualquier polígono, sino aquellos que tienen una cierta entidad (más de 25 ha), cierta comparación sí es posible ya que esta es también la unidad mínima de mapeo que usa CORINE.

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Una vez realizada la delimitación de las AUI a partir de SIOSE con los criterios morfológicos anteriormente señalados, se han seleccionado para el análisis las de mayor tamaño poblacional (16) con el fin de facilitar la comparación y poder realizar un análisis con mayor profundidad.

Figura 1. Áreas Urbanas Integradas de estudio

Fuente: Elaboración propia

Las Áreas Urbanas Integradas de mayor tamaño en la Comunidad Valenciana (figura 1),

todas ellas con más de 50.000 habitantes, reflejan con claridad la tipología urbana de la región: una ciudad capital, centro de un área metropolitana de gran tamaño y con una elevada densidad de población, cuyo crecimiento combinado, centralizado, radial y en mancha de aceite, constituye un claro reflejo de un territorio complejo en el que se integran todos los tipos de usos de suelo y tipologías urbanísticas; dos áreas urbanas importantes: Alacant-Elx y Castelló, con funciones de capital provincial, una serie de ciudades intermedias con carácter industrial-comercial que vertebran el interior-sur dinámico de la región, como son Alzira, Xàtiva, Ontinyent, Alcoi, Elda, Novelde y Orihuela, y un continuo urbano litoral especialmente intenso en el sur, desde Gandia a Torrevieja, con especialidad turística y un crecimiento urbanístico disperso o discontinuo muy intenso.

Entre 1990 y 2009, la superficie construida total ha aumentado en todas las áreas de estudio (figura 2), crecimiento especialmente concentrado en la primera parte del periodo. Sin embargo, cabe destacar la importancia del crecimiento disperso en los últimos años, hecho que podemos deducir a partir del análisis de la densidad de población, la superficie urbana discontinua total y la relativa (figuras 3 y 4).

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Figura 2. Evolución de la superficie construida total entre 1990 y 2009 en las Áreas Urbanas Integradas de más de 50.000 habitantes en la C. Valenciana

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de CORINE y SIOSE

Figura 3. Densidad de población (hab./km2) en las Áreas Urbanas Integradas de estudio.

2011

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de CORINE y SIOSE

La densidad de población es especialmente elevada en las áreas caracterizadas por sus

funciones urbanas diversas como Valencia, Alacant-Elx, Gandia, Alzira, Xàtiva pero también Benidorm, Torrevieja y Marina Alta. La superficie de los términos municipales incide en el resultado de este indicador. Sin embargo, si lo asociamos a la sección censal, el resultado es mucho más claro y son las secciones censales que rodean a las grandes ciudades como Valencia o Alacant, las que presentan las densidades más bajas, así como zonas turísticas con un modelo extensivo, como La Marina Alta.

En términos de superficie construida discontinua, destacan claramente Alacant-Elx, Valencia, La Marina Alta, y Torrevieja. Sin embargo, estas áreas no coinciden con aquellas que han experimentado los mayores crecimientos de este tipo de urbanismo, siendo destacables los casos de Novelda y Gandia, seguidas a distancia por Xàtiva, Torrevieja y Alzira.

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5000

10000

15000

20000

25000

Superficie construida total 1990

Superficie construida total 2006

Superficie construida total 2009

0,00

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AUI A

lacant‐Elx

AUI A

lcoi

AUI A

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AUI Baix Maestrat

AUI Benidorm

AUI Castelló

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AUI O

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AUI Sagunt

AUI Torrevieja

AUI V

alèn

cia

AUI Xàtiva

hab

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tes/km

2

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Figura 4. Crecimiento de la superficie urbana discontinua (has.) entre 1990 y 2009 (1990=100)

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de CORINE y SIOSE

Tabla 1. Cambios hacia uso urbano discontinuo 2000-2006 en todas las AUI

AUI

% cambio a tejido urbano discontinuo

sobre el total de cambios (todos los

tipos)

% cambio a tejido urbano continuo sobre el total de

cambios (todos los tipos)

% cambio a tejido urbano discontinuo

sobre el total de cambio a urbano (CONTINUO

+ DISCONTINUO)

% cambio a tejido urbano continuo sobre

el total de cambio a urbano (CONTINUO + DISCONTINUO)

Alacant/Elx 12,82 12,07 51,50 48,50

Alcoi 0,00 0,00 0,00 0,00

Alzira 9,99 4,97 66,78 33,22

Baix Maestrat 15,43 0,00 100,00 0,00

Benidorm 22,77 11,42 66,60 33,40

Castelló 5,20 10,41 33,32 66,68

Elda 0,00 34,18 0,00 100,00

Gandia 1,41 27,66 4,84 95,16

Marina Alta 36,32 7,03 83,77 16,23

Novelda 18,69 0,00 100,00 0,00

Ontinyent 24,40 1,51 94,18 5,82

Orihuela 39,63 13,67 74,35 25,65

Torrevieja 3,68 34,71 9,58 90,42

València 5,37 8,65 38,33 61,67

Xàtiva 0,00 1,22 0,00 100,00 Fuente: Elaboración propia a partir de datos de CORINE La información de CORINE nos aporta un elemento extra: los cambios de usos del

suelo entre los años 2000 y 2006, junto en el momento del boom inmobiliario y antes de la crisis económica que ha ralentizado extraordinariamente el sector de la construcción en España (tabla 1). Los datos para las AUI seleccionadas nos revelan claramente una aumento importantísimo del tejido urbano discontinuo en las ciudades más turísticas, como Orihuela,

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1000

1500

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AUI A

lacant‐Elx

AUI A

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AUI A

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AUI B

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AUI B

enidorm

AUI Castelló

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AUI O

ntinyent

AUI O

rihuela

AUI Sagunt

AUI Torrevieja

AUI V

alència

AUI Xàtiva

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Marina Alta, Benidorm y Baix Maestrat, mientras que las áreas más consolidadas como Valencia, Gandia, Torrevieja o Alacant, presentan unos porcentajes de cambio hacia uso urbano discontinuo mucho más bajo. Se trata de centros urbanos consolidados que experimentan un elevado crecimiento disperso a lo largo de los años 90, estabilizándose el mismo a principios del actual siglo.

En todas las áreas urbanas integradas analizadas, en particular en los cuatro ejemplos que veremos (figuras 5 a 8), la descentralización, basada en los usos del suelo, se da sobre los ejes viarios principales, a pesar de que la difusión del uso residencial o urbano disperso es más laxa, y en ocasiones ocupa espacios pequeños que aprovechan la densidad de caminos o zonas de segunda residencia alejadas de los cascos urbanos tradicionales que corresponden a iniciativas locales de promoción urbanística y que generan una importante movilidad personal privada al convertirse en espacios de primera residencia. A ello hay que unir la proliferación de espacios industriales y, sobre todo, comerciales (grandes superficies) que se localizan a lo largo de los principales ejes viarios con una accesibilidad a través del transporte público baja.

Figuras 5 a 8. Ejemplos de AUI en la Comunidad Valenciana según usos del suelo

artificiales: Gandia, Marina Alta, Valencia y Torrevieja

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de CORINE y SIOSE

Cabe incidir en algunos casos que son ejemplos de territorios de diferente tipología,

pero que, sin embargo, han experimentado un crecimiento disperso destacable desde los años 90. Son los casos de Gandia, Marina Alta, Valencia y Torrevieja (figuras 9 a 12). Para su análisis nos basamos en información de SIOSE, mucho más detallada y fiable.

Los mapas anteriores nos presentan unas AUI intensamente ocupadas por la urbanización. Se muestra en ellos el suelo artificial, es decir, la superficie urbana, industrial y

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terciaria. Tanto el AUI de la Marina Alta como el del Área Metropolitana de Valencia presentan un modelo de ocupación muy disperso, mientras que las AUI de Gandia y Torrevieja muestran un territorio con una urbanización mucho más concentrada y compacta, en especial en la costa. Se diferencia claramente entre el modelo turístico de uso del suelo intensivo (de apartamentos) en estas dos últimas, frente al modelo de uso del suelo extensivo (vivienda exenta unifamiliar) en el caso de la Marina Alta.

En Gandia existe una cantidad similar de suelo urbano discontinuo y suelo dedicado a la industria y los servicios (unas 620 has. en cada caso), mientras que el suelo urbano compacto (casco y ensanche) es más del doble (1.310 has.). En la Marina Alta, el caso es el contrario: hay unas 880 has de suelo urbano compacto frente a casi 7.000 has de suelo urbano discontinuo. El dedicado a industria y servicios es mucho menor, apenas 660 has. En los otros dos casos, Valencia y Orihuela, el suelo urbano continuo y discontinuo es similar entre sí alrededor de 8.000 has en el primer caso y 1.500 en el segundo), siendo también importante el dedicado a industria y servicios, mayor en Valencia por su condición de capital regional. En cualquier caso, el suelo urbano calificado como discontinuo, que incluye lo que aquí venimos denominando crecimiento disperso, es superior en número de hectáreas que el suelo urbano continuo (tabla 2).

Tabla 2. Superficie según usos principales en las AUI seleccionadas (hectáreas)

Suelo calificado como casco y ensanche (urbano continuo)

Suelo urbano calificado como discontinuo

Suelo calificado como industria y servicios

AUI Gandia 1310,34 619,91 623,04

AUI Marina Alta 881,25 6983,24 657,11

AUI Orihuela 1496,42 1871,31 1180,87

AUI València 7913,10 8797,89 8043,51Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SIOSE, 2009

Tabla 3: Clasificación de las principales AUI valencianas

Ciudades con mezcla de usos

Ciudades con tejido urbano discontinuo

consolidado

Ciudades con tejido urbano discontinuo en

formación

AUI con especialidad turística

AUI Torrevieja AUI Marina Alta AUI Benidorm

AUI capitales comarcales con

especialidad comercial y de servicios

AUI Alcoi AUI Alzira AUI Xàtiva

AUI Ontinyent AUI Elda AUI Novelda

AUI con funciones mixtas

AUI Castelló AUI València AUI Orihuela

AUI Alacant-Elx AUI Gandia

AUI Baix Maestrat

Fuente: Elaboración propia Para finalizar, y con toda la información aportada sobre usos del suelo a partir de los

proyectos CORINE y SIOSE, es posible proponer una tipología de ciudades valencianas (AUI) que consta de 3 agrupaciones combinadas. La clasificación quedaría tal como se expone en la tabla 3. Estudios más detallados de otras áreas urbanizadas del territorio valenciano no consideradas en la presente investigación podrían completar esta clasificación.

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5. CONCLUSIÓN El análisis de la situación actual y la evolución reciente de las principales AUI del

sistema urbano valenciano a partir de su morfología y usos del suelo, nos permite entender o introducir el impacto del crecimiento urbanístico en el último decenio en esta comunidad autónoma. El predominio del crecimiento de la construcción de baja densidad, asociado a la llamada urbanización difusa, junto con el aumento de la movilidad de las personas, han producido una expansión física de la urbanización que lleva aparejada una expansión funcional. Ello ha supuesto la aparición de nuevos espacios mayoritariamente de uso residencial, aunque no sólo, que han generado nuevas estructuras urbanas y, en particular, nuevas conurbaciones con importantes impactos sobre la sostenibilidad de estos territorios. La reducción del espacio natural, el aumento de la demanda de ciertos recursos escasos (agua), la dependencia del transporte privado (consumo de combustible, contaminación), la falta de servicios públicos (al menos en los primeros momentos), etc., son los impactos principales a los que una política de planificación a nivel regional con coordinación local debe dar respuesta.

La superación de los límites municipales por parte del proceso de crecimiento urbano, sea de primera o segunda residencia, indica la necesidad de abordar la planificación desde instancias superiores a la municipal, capaces de responder a las características propias de cada territorio, en particular en el caso de los espacios turísticos litorales que prácticamente suponen un continuo urbano de norte a sur de la Comunidad. La escala intermedia de actuación (superior a la municipal e inferior a la regional), aún inexistente en la Comunidad Valenciana parece inevitable para responder con eficacia a la obstinada realidad que se adelanta a las iniciativas políticas en materia de ordenación del territorio.

La tendencia indica que el crecimiento urbano disperso se ha consolidado en las principales ciudades valencianas y que la ciudad compacta es ya poco frecuente. Revertir esta tendencia parece difícil, pero ello no debe ser obstáculo para tender hacia un modelo de crecimiento urbano sostenible, lo cual supondría una serie de estrategias de adaptación a los valores urbanos del siglo XXI, favoreciendo estructuras territoriales mixtas, entre la ciudad compacta y la ciudad difusa, como es la región urbana polinuclear, en definitiva, la estructura territorial de los asentamientos humanos tiende hacia la diversidad y la complejidad, elemento que no se puede obviar ni contradecir ciegamente cuando se pretende armonizar el crecimiento urbano y el crecimiento sostenible.

El debate debe ir más allá de los elementos puramente negativos del crecimiento difuso, pues éste es una realidad que cuenta con un apoyo social fuerte, estable y creciente, como se ve en el caso de las ciudades valencianas, bien asociado a la complejidad de una ciudad principal (como el área metropolitana de Valencia o el área urbana de Alacant-Elx), o bien como respuesta a la demanda de vivienda secundaria en zonas especializadas en la actividad turística (Orihuela, Torrevieja, Gandia, La Marina).

Las respuestas a estos problemas son políticas y ya no pueden ejecutarse desde el municipio, sino desde un ámbito territorial más amplio, lo que SCOTT (2001) llamó las ciudades-región. Es necesaria una nueva forma de gobierno que sea capaz de superar el ámbito municipal e integrar las diferentes formas de crecimiento urbano, que promueva, de una manera realista, el desarrollo sostenible a partir de un verdadero crecimiento inteligente que no esté basado únicamente en la forma urbana, sino en la gestión adecuada de estos territorios complejos.

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