A.A.P. C/ ESCUCHUELA, 13-15, MONTILLA (CORDOBA). 2007

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ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA: C/ ESCUCHUELA, 13-15, MONTILLA (CORDOBA). Raquel López Rodríguez RESUMEN: El presente artículo ofrece los resultados de intervención llevada a cabo en un solar ubicado en el cerro de Montilla junto al castillo. Esta zona había sido poco explorada arqueológicamente, pero según las excavaciones realizadas en el castillo, la ocupación del cerro se constata desde al menos el Bronce Final, teniendo gran importancia la ocupación en el periodo orientalizante e ibérico, para ser abandonado hasta época medieval. Los vestigios exhumados son muy interesantes y se han conservado muchas estancias que forman parte de un tramado urbano de gran desarrollo. ABSTRACT: This article presents the results of the archaeological activity carried out in the area on top of Montilla’s hill, near the castle. This area almost has not been archaeologically explored, apart from the excavations in the castle itself. The investigation shows that the hill and its slopes where occupied at least since the Bronze Age, and the area was specially important during the Orientalizante period and the Iberic, later it was abandoned until the medieval times. The remains are certainly very interesting, as there are many rooms preserved which belong to the complex urbanity of that splendid period around the VII b.C. ANTECEDENTES Esta Actividad Arqueológica Preventiva se ha desarrollado en relación al proyecto de construcción de una promoción de nuevas

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ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA

PREVENTIVA: C/ ESCUCHUELA,

13-15, MONTILLA (CORDOBA).

Raquel López Rodríguez

RESUMEN: El presente artículo

ofrece los resultados de

intervención llevada a cabo en un

solar ubicado en el cerro de Montilla

junto al castillo. Esta zona había

sido poco explorada

arqueológicamente, pero según las

excavaciones realizadas en el

castillo, la ocupación del cerro se

constata desde al menos el Bronce

Final, teniendo gran importancia la

ocupación en el periodo

orientalizante e ibérico, para ser

abandonado hasta época medieval.

Los vestigios exhumados son muy

interesantes y se han conservado

muchas estancias que forman parte

de un tramado urbano de gran

desarrollo.

ABSTRACT: This article presents

the results of the archaeological

activity carried out in the area on top

of Montilla’s hill, near the castle.

This area almost has not been

archaeologically explored, apart

from the excavations in the castle

itself. The investigation shows that

the hill and its slopes where

occupied at least since the Bronze

Age, and the area was specially

important during the Orientalizante

period and the Iberic, later it was

abandoned until the medieval times.

The remains are certainly very

interesting, as there are many

rooms preserved which belong to

the complex urbanity of that

splendid period around the VII b.C.

ANTECEDENTES

Esta Actividad Arqueológica

Preventiva se ha desarrollado en

relación al proyecto de construcción

de una promoción de nuevas

viviendas entre medianeras. Este

proyecto contempla también la

construcción de una planta de

sótano para plazas de garaje.

Cuando nos llaman para

intervenir en el solar, en este ya se

había hecho la demolición de las

viviendas preexistentes y se había

rebajado parte del relleno bajo

estas, durante estas remociones se

les desplomó parte del muro trasero

que linda con el perímetro del

castillo, lo que produjo la

paralización de las obras por parte

de la administración de Cultura ya

que habían comenzado sin el

correspondiente estudio

arqueológico.

Tramitado el proyecto

arqueológico y recibida autorización,

se inicia un control del movimiento

de tierras que pasó a excavación

arqueológica en extensión en

cuanto fueron detectadas las

primeras estructuras, que ocupaban

todo el solar, cuyos datos más

importantes son los que siguen:

Lám. I. Vista de parte del solar en nuestra

primera visita antes de iniciar los trámites

arqueológicos.

Extensión total: 372 m2

Extensión de la excavación: 234

m2 x 3.50 m de profundidad

Distancia de seguridad: 4,50 m a

muro trasero y 2 m aprox. a muro

medianero sur.

Profundidad: Las profundidades han

sido variables según las zonas

debido a las diferentes cotas a las

que aparecen los vestigios

arqueológicos, allá donde se ha

podido profundizar se ha alcanzado

el nivel geológico que aparece entre

los -2 y -2,60 m respecto de la calle

Escuchuela; señalar que la

profundidad de afección en

extensión es de -2,61 m, que es la

cota inferior de la solera de

hormigón (bajo esta profundidad se

desarrollan los zunchos y zapatas).

Punto 0 de la excavación: 387,12

m.s.n.m. localizado en la calle

Escuchuela, extremo norte.

SECUENCIA CRONO-CULTURAL

En total se han documentado

8 fases1 numeradas con números

romanos, iniciándose la primera en

el estrato geológico, substrato sobre

el que asientan los depósitos

cuaternarios y las primeras

evidencias de actividad humana. El

poblamiento del cerro de Montilla se

remonta a un periodo poco definido,

en torno al Calcolítico Final –

Bronce Antiguo (fase II), atestiguado

sólo en la trasera del solar y en

1 Las fases han sido definidas en base a los

siguientes criterios: materiales asociados,

estratigrafía, técnicas edilicias.

algún punto más aunque con menos

garantias, ya que las estructuras

posteriores priman y encubren los

restos subyacentes. Aunque las

evidencias sean escasas, van en la

linea de investigación que se

conoce en otros puntos cercanos,

como Monturque y Laguna de

Zóñar. La fase III la encuadramos

en el Bronce Final, el material

cerámico aquí es abundante y se

han hallado algunas piezas de sílex

del tipo dientes de hoz, las

estructuras son escasas, pero se ha

exhumado un muro y un estrato de

posible origen constructivo asociado

a él. Sigue siendo la trasera del

solar la que mejor muestra esta

fase, ya que el sistema de

aterrazamientos ha decapitado las

posibles estructuras orientalizantes

que habría en esta zona y ha dejado

al descubierto los depósitos con

material donde priman las

cerámicas bruñidas.

En la fase IV, ya podemos hablar de

un asentamiento relativamente

grande según las estimaciones

hechas por Raimundo Ortiz2.

FASE I. GEOLÓGICO3.

El substrato geológico ha

sido designado con el número de

UE 44. Se ha alcanzado este nivel

natural en dos puntos del solar,

ambos en la parte trasera, o zona

occidental, donde se ahondó en los

rellenos a modo de sondeos, que

medían 2 x 1,60 m y 1,80 x 1,40 m.

Esta UE son arenas amarillas con

bloques areniscosos con un alto

porcentaje de carbonato cálcico. En

el estudio geotécnico realizado por

I.G.S. Ingenieria reflejan los

resultados de los tres penetrometros

y la calicata practicada. De esta

información pudimos extraer la

profundidad a la que seguramente 2 6 Ha. aproximadamente.

3 Para ampliar información sobre cada UE

consultar las fichas de unidades estratigráficas

que se aportan en la memoria preliminar.

nos encontraríamos el geológico y

su naturaleza. En la calicata se

alcanzó una profundidad de 3,80 m

desde la cota de suelo de la casa,

detectando rellenos de 3,55 m de

espesor, bajo esos rellenos

antrópicos aparecen las arenas y

los bloques de calcarenita. La roca

madre tiene una forma irregular con

buzamiento hacia el este y el

noreste, apareciendo a una cota

absoluta de 385,17 m.

Dentro de esta fase podemos

incluir también UE 162, que es el

estrato de transición al geológico,

prácticamente estéril a efectos de

material arqueológico (la presencia

de este se explica por

contaminación dentro de un proceso

natural).

FASE II. CALCOLÍTICO FINAL –

BRONCE PLENO.

Los primeros vestigios

arqueológicos encuadrados en esta

fase aparecen principalmente en

forma de suelos de ocupación con

concentración de material cerámico,

huesos animales y evidencias de

fuego, a través de superficies

calcinadas y endurecidas y restos

de carbón. Estos restos aparecen a

una cota superior de 385,55 –

385,12 m para la parte trasera, y

385,18 m para la parte delantera del

solar, siendo los puntos más bajos

los localizados al este y norte.

Estas evidencias parecen

retrotraer la primera ocupación del

cerro de Montilla a unas fechas más

antiguas de lo que se creía en un

principio, aunque tampoco es de

extrañar, ya que hay materiales

descontextualizados en el Museo

Local que representan este periodo.

No nos atrevemos desde aquí a

proponer una fecha más concreta

para este periodo, ya que serían

necesarias la realización de

dataciones absolutas. Los datos son

muy parciales, pero de momento no

podemos hablar de un hábitat

estable por la carencia de

estructuras, sino más bien de una

ocupación estacional o temporal del

territorio. Aunque de existir algún

tipo de asentamiento parece lógico

pensar que esta era una buena

zona, ya que tenia un control visual

del territorio estratégico, y fácil

acceso al agua a través de las

fuentes naturales que

proporcionaba el acuífero del cerro.

Según estas evidencias y la

estratigrafia de Monturque, creemos

que debió existir un patrón de

hábitat disperso, con

aprovechamiento de los recursos

naturales.

FASE III. BRONCE FINAL.

Este periodo está

mayormente representado por

estratos con un alto porcentaje de

materia orgánica y carbones que

aparecen en la parte trasera del

solar y se desarrollan hacia el NE

con un importante buzamiento en

este sentido. Los estratos se

componen de una matriz muy

similar, limo-arenosa con

abundancia de carbones, que

resultó difícil de diferenciar mientras

se picaba, por eso estos estratos se

rebajaron por alzadas artificiales, y

salvo excepciones, fueron

singularizados tras observar los

perfiles. En la mayoría de los casos,

se evidencia el cambio de unidad

estratigráfica gracias a la presencia

de capas de carbones, por otro

lado, las manchas de carbones eran

abundantes, pero no podian ser

singularizadas como UE, ya que en

realidad constituian “manchas” o

“lentejas” dentro de un mismo

estrato. Algunas de aquellas

manchas recibieron un nº de UE

(UE 81), ante la posibilidad de que

hubieran sido evidencias de fuego in

situ, y puesto que la información ya

había sido registrada se optó por

mantenerla en lugar de anularla.

Otras, como UE 23, tenían

importancia estratigráfica, ya que se

localizaba donde muro UE 62

estaba roto.

Lám. II. UE 61vista desde arriba.

Las cotas superiores son muy

variables ya que los estratos

aparecen muy altos en la trasera del

solar 386,95 m y descienden con

una pronunciada pendiente hacia el

NE. (386,28 m en la zona central del

solar).

Las UUEE deposicionales

más importantes de este periodo

son: 13, 23, 46, 51 y 70.

En cuanto a las estructuras tenemos

un muro y un posible suelo asociado

a él, UUEE 62 y 61.

Los resultados para este

periodo están en sintonía con los

hallazgos de la excavación en el

área del castillo, donde apareció un

muro, igualmente se señala que los

sedimentos que lo cubrían

contenían cerámica del Bronce

Final.

Aunque los restos siguen siendo

escasos para este periodo,

sabemos que en dos puntos

relativamente alejados del cerro se

han documentado estructuras

ortogonales y un pavimento,

posiblemente relacionados con

lugares de hábitat. Este hecho y la

gran abundancia de materiales

cerámicos, algunos fragmentos muy

grandes y con aristas pronunciadas,

unido al hecho de la abundancia

también de restos oseos animales y

algunas piezas de sílex, apuntan a

un asentamiento estable o

relativamente estable en lo alto del

cerro. Parece existir cierta

continuidad con el periodo anterior

en cuanto a explotación del medio

circundante y formas de vida,

aunque se observan cambios

tecnológicos especialmente en la

cerámica, cuya producción aumenta

y mejoran sus calidades técnicas y

sus acabados. Estos procesos los

podemos relacionar con un aumento

demográfico y una ampliación de los

lugares de hábitat.

FASE IV. ORIENTALIZANTE.

A partir de este momento el

espacio delimitado por nuestro

solar, será objeto de una intensa

ocupación, que queda ampliamente

demostrada por la aparición de

numerosas estructuras, muros,

pavimentos, revocos, etc. En

principio la mayoría de estas

estancias o espacios han sido

identificados como habitaciones de

carácter doméstico, a excepción de

alguna zona pública, tipo calle, y

una estructura de almacenamiento.

Estas construcciones se apoyan en

los estratos previos del Bronce

Final, existiendo con toda certeza

un trabajo previo de preparación del

terreno que básicamente consistió

en decapitar estratos para crear

terrazas o bancales a distintos

niveles. En nuestro solar se

aprecian tres de estas terrazas; 1/

La occidental, por ser la más alta es

la que más ha sufrido por el proceso

de construcción posterior, apenas

dejando vestigios en el registro

arqueológico, el cual consiste

principalmente en cimentaciones de

algunos muros, la cota absoluta de

uso para esta terraza estaría por

encima de los 387,23 m. 2/ La

central, aquí los restos son

abundantes y se han podido

identificar espacios o estancias

nombradas con letras, la cota de

uso se situa en torno a los 386,30 –

386,07 m. 3/ La oriental, es la más

baja, las estancias tienen una cota

de uso de unos 385,58 m.s.n.m.

Para esta fase hemos

detectado dos subfases, que

pasamos a describir y dentro de

cada subfase seguiremos el orden

de terrazas de manera descendente

para explicar los restos:

SUBFASE IV.1.

El continuo uso del suelo

hace que sea difícil que se

conserven en buen estado las

estructuras más antiguas, sin

embargo para este momento se han

identificado 3 espacios: F-G-H.

Espacio F : Esta estancia se localiza

en la franja central del solar y en su

extremo sur. De ella sólo

conocemos su cierre occidental y

parte del pavimento. Está

compuesto por UE 1 que es un

muro de mampuestos de calcarenita

que se desarrolla en sentido N/S, y

a él se entrega por su lado oriental

un pavimento blanquecino hecho de

Lám. III. Muro UE 1 y pavimento asociado UE

200.

margas y cal, cuya cota es

385,94m, que revoca la pared de

dicho muro en su base.

Desconocemos la extensión de esta

estancia y su función, aunque por

paralelos con el desarrollo posterior

que va a experimentar,

seguramente se trate de una

estancia doméstica.

Espacio H : Esta estancia se

localiza en la franja central y algo

más al norte que la anterior. La cota

de uso es 385,99 m. Los restos son

muy escasos, teniendo tan sólo un

tramo de muro (UE 174) que cierra

por el oeste, con un enlucido y

pavimento rojo (UE 188) que se le

adosa por el este. El muro lleva una

orientación N/S y está hecho de

mampuestos de calcarenita, aunque

el alzado conservado no es tan alto

como el de UE 1, su enlucido sí

recubre el alzado en toda su altura,

teniendo una cota superior de

386,40 m.

Lám. IV. Muro 174 visto desde el NE con

enlucido y pavimento en rojo, UE 188.

Espacio G : Esta estancia se

localiza en la franja central y en el

extremo norte. Es una de las mejor

conservadas para este momento, ya

que prácticamente tenemos su

planta completa, que es circular (UE

87) con un diámetro exterior de 3,20

m y un diámetro interior de 2,40 m,

tiene un muro central (UE 92) que

divide la estancia en dos mitades y

lleva sentido NW – SE. Este muro

está orientado hacia el vano de

entrada a la estructura, que se

localiza mirando hacia el SE. La

cota de uso exacta la

desconocemos pero está por debajo

de 386,07 y por encima de 385,69

m que es la cota inferior de los

muros. Las características

singulares de esta estructura nos

hacen pensar que su funcionalidad

fuese muy diferente a la doméstica,

desgraciadamente la pérdida del

suelo asociado a esta fase hace que

sea más difícil su interpretación y

por eso hemos buscado paralelos

con las excavaciones del castillo

para llegar a una conclusión sobre

su funcionalidad. Otra estructura

igual fue exhumada en el cerro de

Montilla y fue interpretada como

almacén de cereal gracias a los

restos hallados sobre la superficie

interior de la estancia, sin duda,

esta es una de las interpretaciones

más plausibles, ya que otra

posibilidad era que fuese un horno,

pero no existen indicios de

combustión; dentro de esta última

hipótesis existe una estructura de

estas caracteristicas en el

yacimiento de Marmolejo de

Calañas (Jaén), relacionado con la

industria alfarera4.

Lám. V. Estructura circular UE 87 y muro de

partición central UE 92, con acceso orientado

hacia el SE.

SUBFASE IV.2.

Para esta etapa tenemos

varias estancias y la pervivencia de

otras aunque con modificaciones, ya

que en el extremo sur hay

evidencias de la amortización del

4 Vallejo Sanchez, JI. Las cerámicas grises orientalizantes de la Peninsula Iberica, pp 1166. Actas del III Simposio Internacional de Arqueología de Merida: Protohistoria del Mediterraneo Occidental.

suelo UE 200, con el relleno de

derrumbes UE 86.

En la trasera del solar no se han

podido identificar espacios por la

pobreza de los restos. De modo que

pasamos a enumerar las unidades

estratigráficas que componen esta

zona del solar durante este periodo:

UUEE 11, 12, 198 y 199. En todos

los casos los restos han sido

interpretados como cimientos de

muros de una terraza superior cuya

cota de uso estaba por encima de

387,23 m.

En la terraza intermedia o central

tenemos las siguientes estancias: B,

C, D, E, F, G y H.

Espacio F : continua siendo el

mismo que el anterior, delimitado

por el muro UE 1 por el oeste,

dentro de esta estancia habria una

zona septentrional ocupada por el

pavimento rojo UE 111 (386,60 –

386,30 m), este pavimento se

construye adosándose a una

estructura hecha de una argamasa

de matriz margosa, que en las

esquinas se refuerza con adobes

(UUEE 166 y 181), por el este

tenemos evidencias de la existencia

de un banco corrido hecho con

adobes y enlucido en su cara oeste

en rojo (UE 180), la cota inferior de

este enlucido 386,27 m, donde hace

una pequeña rebaba como para

iniciar la horizontalidad para adoptar

la forma de pavimento, coincide con

UE 29, que es un pavimento rojo

debajo del muro 2, esta unidad es

muy pobre en evidencias, ya que

tan sólo se observaba bajo un muro

de piedras, y desconocemos su

comportamiento en extensión. Por

tanto, los límites de esta estancia no

están bien definidos; hacia el sur

continuaría bajo el perfil de la

excavación, hacia el sureste

continuaría bajo la zona de acceso,

y hacia el noreste y norte, sabemos

que el pavimento 111 se extiende

bajo UUEE 39-40, por el desmonte

parcial que pudimos practicar, y que

adosa a muro UE 15, sin embargo,

según los perfiles de la calicata no

está tan claro que este suelo llegase

hasta el muro UE 4. En todo caso,

podemos aventurar, a falta de otros

datos, que el cierre este lo

compondría UE 15 y el norte UE 4.

Lám. VI. Vista aérea general de la estancia F.

Espacio B : Estancia situada en la

franja central y al norte. Tiene planta

rectangular y unas dimensiones de

3,30 x 2 m. Su eje mayor tiene

sentido E-W, se han detectado dos

accesos, uno por el norte que

comunica con estancia C, y otro por

el este, que comunica con estancia

D, de 90 y 75 cm respectivamente.

Los cierres norte, sur y este están

constituidos por muros de

mampuestos calcareníticos, UUEE

4, 96 y 78, con unos alzados que

alcanzan los 70 cm, enlucidos hacia

el interior en rojo, el suelo está

hecho con una capa arcillosa

también en rojo que tiene cierta

inclinación hacia el este (UE 108), el

cierre occidental lo constituye un

banco de adobes recubierto de un

enlucido rojo (UE 77) que

posiblemente adosaba a otro muro

que servía de cierre por el oeste y

del que no tenemos evidencias, a la

vez que adosa a UUEE 4 y 78.

Dentro de esta estancia se ha

localizado un hogar en el flanco

norte, UE 133, con evidencias de

fuego en la base y en la pared

contra la que se realizó. En la

esquina SW, se añade un pequeño

poyete construido con adobes y

revestido en rojo, UE 132. La cota

de uso se localiza entre 386,33 y

385,86 m.

Lám. VII. Estancias B y D vistas desde el SE.

Espacio D : Estancia situada en la

franja central y al norte. Tiene planta

cuadrangular y unas dimensiones

de 1,50 x 2 m, aunque su extremo

oriental no se ha documentado. Su

eje mayor pudo tener sentido E-W,

se ha detectado un único acceso

desde la estancia B. Los cierres lo

conforman muros de similares

caracteristicas a la estancia

contigua revestidos en rojo y con un

pavimento rojo que es continuación

de UE 108 en la estancia vecina,

que cubre el umbral del vano, y que

ha sido numerado como UE 109 en

este espacio. En la esquina NW se

localizan dos piedras alargadas

sobre el suelo paralelas entre sí y a

una distancia de unos 25 cm, UE

148, su localización en la esquina

de la habitación y su disposición

entre sí nos hace pensar que fueran

elementos sustentantes para algun

tipo de tinaja o recipiente de

almacenamiento. El muro de cierre

sur, se refuerza en algun momento

desde el interior, colocando piedras

de gran tamaño en posición vertical

contra el muro UE 145, a este

añadido le hemos dado la UE 146.

No está muy claro que pudo causar

el refuerzo de este muro, lo que sí

hemos podido ver es que estas

piedras estaban amortizando el

enlucido rojo que cubria esta pared.

La cota de uso es 385,79 m.

Espacio C y G : Estancia situada en

la franja central y al norte. Tiene

planta cuadrangular y unas

dimensiones mínimas de 4 x 3,32

m, aunque sólo conocemos dos de

sus cierres, que es el sur y oriental.

Este espacio tiene dos vanos de

acceso, uno en muro UE 78 y otro

en muro UE 173. Lo característico

de este espacio es que engloba el

que en la fase anterior hemos

denominado G, estructura de planta

circular que pervive con una ligera

modificación; la mitad oeste del

muro central UE 92 se destruye y el

espacio se pavimenta con un suelo

de tierra batida, UE 88, que tiene

una cota de uso de 386,07 m. El

vano en muro 173 se hace coincidir

perfectamente con el de la

estructura circular. Parece que este

espacio mantiene su funcionalidad,

y tal vez la eliminación parcial del

muro central se deba a una

necesidad de ampliar el espacio

interior de almacenaje, por otro

lado, no sabemos si en un primer

momento esta estructura tuvo un

carácter público y era compartida

por la comunidad, pero ahora

parece pertenecer a una unidad

doméstica, ya que hay acceso

desde estancia B y E. El pavimento

de la estancia C no ha sido

localizado aunque pudo ser de tierra

batida y similar a UE 88.

Lám. VIII. Espacio G, con pavimento UE 88 y

muros UUEE 87 y 92.

Espacio E : Se trata de un espacio

poco definido que se localiza al este

de muro 173. Es la propia existencia

de esta alineación N/S la que nos

delimita otro espacio al este, que

además tiene un vano que

comunica C con E y con la

estructura de almacenaje G. Por

tanto, el cierre occidental lo

compone el muro 173, mientras que

el cierre sur lo compone el muro

144, muro compartido con estancia

D. Aparte de estos dos tramos de

muro no hay más evidencias, ya

que su desarrollo por el este se ve

cortado por las construcciones

posteriores, en este caso, UE 6, que

es un gran muro N/S que anula

muros 145, 144 y 173. Podemos

destacar la inclinación del muro 173

hacia el este, seguramente

producida por el efecto de ladera y

por la construcción del muro 6.

La cota de uso debió de ser similar

a la de estancia D, aunque no

tenemos evidencias de pavimento

para este espacio.

Espacio H : Este espacio es el que

más cambia respecto a la fase

anterior. Aunque no teníamos

muchos datos para la primera

subfase, las técnicas edilicias

parecían apuntar a un espacio

privado y de carácter doméstico.

Ahora estamos claramente en un

espacio público, seguramente una

calle con escalinata para salvar el

desnivel entre la terraza inferior y la

intermedia. Las UUEE que

componen este espacio son 168 y

192, aunque realmente UE 192 es

igual a 168, según el analisis

posterior que hemos hecho de estas

unidades. UE 168 ha sido

interpretado como una escalera de

la que se han observado tres

escalones, está compuesta por

alineaciones de piedras calcarenitas

medianas y grandes paralelas a

muro UE 15, que se disponen en

tres alturas, siendo el escalón

inferior el localizado más al este.

Las piedras traban con tierra y la

estructura se acaba con un

revestimiento en rojo, del que

también hemos podido documentar

varias capas de preparado y

enlucido. Por el oeste adosa a muro

UE 15, mientras que por el norte

traba con muro UE 145. Este cierre

septentrional pudo formar un recodo

en la dirección de la calle, que sería

N/S o bien cegarla por completo

convirtiéndose en un callejón sin

salida, actualmente no disponemos

de más datos para inclinarnos por

alguna de las dos opciones. Las

cotas para los escalones, serían

aproximadamente las siguientes:

escalón inferior, 386,14 m,

intermedio 386,23 m, superior

386,38 m. Las huellas son

irregulares, siendo más ancha la

intermedia, de unos 45-50 cm,

mientras que las otras dos rondan

los 30 cm; las contrahuellas son

más regulares entre 10-15 cm. Si

tenemos en cuenta las estructuras

que se desarrollan en la terraza

inferior, en la que el muro más

cercano por el este es UE 125, la

distancia entre este y muro UE 15

es de 3 m, medida que tiene su

paralelo en el yacimiento de El Oral,

enmarcado entre los siglos VI y V

a.C., en el Hierro Antiguo

Valenciano. Queremos destacar

aquí el hallazgo de un cráneo,

encajado entre el muro 15 y el

primer escalón de 168, que parece

pertenecer a un cachorro de perro,

la cota a la que se hallaba es

386,38 m. Este espacio sirve de

enlace entre esta terraza y la

siguiente.

En la terraza inferior hemos

identificado dos espacios: M y N.

Espacio M : Localizado en la franja

oriental del solar y hacia el centro.

Es de planta rectangular y mide

3,40 m de largo y un ancho mínimo

de 1,50m. Está delimitada por el

oeste por el muro UE 125 que está

compuesto por un zócalo de piedras

calcarenitas en sentido N/S y un

alzado de adobes5, de donde

5 Este ha sido el único punto de la excavación donde se ha comprobado in situ la tecnica

hemos podido extraer un módulo

50-49 x 33-32 x 9-8 cm. Este

módulo es igual en anchura y

espesor al tipo 4.2. que describe

Vaquerizo para el yacimiento del

Cerro de la Cruz, sin embargo el

largo en aquel caso es de 36 cm, un

módulo mas pequeño, tal vez

estemos ante una evolución de los

adobes, aunque para tener más

datos de cara a crear tablas

tipológicas y cronológicas, al igual

que se está intentando hacer con

los ladrillos de época histórica con

estudios de mensiocronología,

deberían hacerse más estudios con

los adobes. Los adobes se disponen

a tizón y se distinguen al menos 3 o

4 hiladas, en las que se alternan los

adobes de matriz rojiza con los de

matriz amarillenta. Apenas existen

las llagas, pero los tendeles son

uniformes, trabando con barro de

unos 2 cm de espesor. Este muro

constructiva de zócalos de piedra y alzados de adobe.

forma escuadra con UE 126, que

tiene las mismas caracteristicas

edilicias y que cierra por el sur la

estancia, ambos muros están

enlucidos con un finísimo

enjalbegado o encalado en blanco

de unos 2-3 mm sobre un

enfoscado de tierra y cal de 2 cm de

espesor hacia el interior, y UE 126

tambien lo está además en su cara

sur, por lo que puede existir otra

habitación más meridional.

Podemos destacar que existe un

banco corrido adosado al muro

oeste (UE 149), tambien construido

de adobes y revestido por un

enlucido rojo, tiene una altura de

0,37 m. Finalmente, el pavimento de

esta estancia es muy similar al de

otras, ya que se trata de un suelo de

tierra rojiza apelmazado en finas

capas. La cota de uso está en torno

a 385,60 m. Aquí tambien se ha

identificado un poyete, inserto a

posteriori en la esquina SW de la

estancia, hecho con adobes y

revestido con un enlucido rojo. Por

el norte la estancia cierra con muro

UE 177.

Espacio N : Al norte de la estancia

anterior, es rectangular con unas

dimensiones mínimas de 3,80 x

0,80 m. Delimitada por los muros

176y 178 al oeste, 177 al sur y con

un pavimento rojo (UE 179) cuya

cota de uso oscila entre los 385,70 y

385,51 m. Existian pequeñas

evidencias de fuego sobre este

suelo, asi como una piedra

interpretada como una mano de

moler. Mientras que los muros 176 y

177 trababan, estos se encastraban

al muro de alzado de adobes UE

125, y por el oeste recibía el

adosamiento por encastre del muro

178.

En la terraza inferior las

evidencias son más pobres aunque

hemos podido comprobar que el

grado de conservación es bueno y

que estas estructuras continuarían

bajo la calle Escuchuela y ladera

abajo. Aunque no tenemos mucha

información sobre su posible uso,

parecen estar en la línea del resto

de estancias y tener una

funcionalidad residencial.

Otra conclusión a la que

hemos llegado es que las distintas

estancias no pertenecen a una

única unidad doméstica, aunque no

es claro cuantas hay en el solar, al

menos cada terraza contiene

unidades domésticas distintas. La

terraza intermedia, que es la más

abundante en estructuras podría

tener al menos dos unidades

domésticas, de los muros 4 y 145

hacia el norte sería una, englobando

estancias B, C, D, E y G, y de esos

muros hacia el sur habría otra

constituida principalmente por

estancia F.

Entre fines del s. VIII a.C. y el

s. VII a.C. se producen grandes

cambios desde un punto de vista

demográfico, de patrones de

asentamiento, aparición de nuevas

tecnologías y tipologías cerámicas,

etc. Para la mayoría de los

asentamientos este periodo

comienza en el s. VII a.C. y

conducirá al desarrollo de lo ibérico

en torno a los s. VI-V a.C.

Las influencias externas que

provienen del Próximo Oriente, los

nuevos asentamientos de los

colonos que se instalan en la

Peninsula Ibérica y las nuevas rutas

comerciales, van a potenciar la

economía, produciéndose un

aumento demográfico, tanto por el

componente foráneo como por la

mejora de las condiciones de vida

de la población indígena. El

desarrollo del urbanismo será uno

de los grandes exponentes de este

periodo, la población se aglutina en

ciudades, ya que son asentamientos

que responden a una organización,

más o menos grandes; las unidades

domésticas responden a unos

patrones y módulos, tanto las

técnicas constructivas como los

materiales se repiten en diversos

puntos de la geografía y

especialmente en el Valle del

Guadalquivir, y se perpetuarán

prácticamente hasta época romana,

en la que de nuevo se producen

unos cambios muy importantes en

la organización de la sociedad y la

forma de vida.

FASE V. IBÉRICO ANTIGUO.

Este periodo se muestra

como una continuación del periodo

anterior. El espacio sigue estando

intensamente ocupado y sigue

patrones de asentamiento similares

a los que hemos visto en la etapa

anterior. Cabe resaltar el hecho de

que existe un hiatus entre un

momento constructivo y otro, en el

que gran parte de las estructuras

quedan sepultadas bajo sus

derrumbes; en la mayoría de los

casos hemos podido constatar

cómo existió una colmatación lenta

sobre el pavimento de las estancias

generando un estrato de escasa

potencia con pocas inclusiones y

homogeneo, seguida del colapso de

los alzados de adobe que generó

estratos de potencia media donde

los adobes se hallaban completos y

en algunos casos derrumbes de

piedras, seguidamente ese

derrumbe continua pero el material

constructivo aparece más

disgregado. Un buen ejemplo de

este proceso lo constituye la

colmatación de la estancia D, en la

que se distinguieron los siguientes

estratos: sobre el pavimento 109,

estrato 118, después UE 105

estrato de adobes y finalmente UE

73 derrumbe de adobes

disgregados. Es sobre este relleno

sobre el que se construyen las

nuevas estructuras como muro UE

6.

Los principales estratos

pertenecientes a este derrumbe son

UUEE 73 y 80, siendo 80 el alzado

de adobes de la estructura circular y

73 los alzados de adobe de las

estancias B, C, D y E.

No es seguro que este

proceso de derribo fuera

intencionado, parece más bien que

hubo un periodo de desuso y

abandono, ya que las estancias

estaban “limpias”, y después se

decidió aprovechar el terreno,

allanar sobre los escombros de las

viviendas previas y construir

elevando la cota de uso. Esta

subida de cota y construcción sobre

los derrumbes de adobe ha sido

constatada en las excavaciones del

castillo y en otros yacimientos como

El Carambolo6.

La subida de cota que se

produce en este momento iguala las

terrazas inferior e intermedia, de

forma que en el solar se van

igualando los aterrazamientos hasta

que en época actual vemos como el

solar ocupa una terraza única entre

la del castillo y las viviendas al otro

lado de la calle Escuchuela.

Para esta fase vamos a

seguir los mismos criterios

descriptivos adoptados para la fase

anterior. En cuanto a la terraza

superior, carecemos de evidencias

debiendo existir restos que habrían

estado a una cota superior o

parecida a la de los suelos de la

6 Fernandez Flores y Rodríguez Azogue. Nuevas excavaciones en el Carambolo Alto, Camas (Sevilla), pp. 843-862. Actas del III Simposio Internacional de Arqueología de Merida: Protohistoria del Mediterraneo Occidental. 2005.

Fig.1. Evolución del solar entre los s. VIII a VI a.C.

casa actual, que han sido

arrasados.

En principio la mayoría de

estas estancias o espacios han sido

identificados como habitaciones de

carácter doméstico. En la franja

central del solar, los restos son

abundantes, pero al estar a una

cota más alta han sido bastante

arrasados por los movimientos de

tierra actuales, aquí destaca la

estancia A tanto por su estado de

conservación como por la calidad de

sus estructuras que han aportado

importante información sobre las

técnicas constructivas, la cota de

uso se situa en torno a los 386,52 –

386,66 m. La franja oriental, ahora

igualada en cota con la anterior, se

compone de varias estancias que

tienen una cota de uso de unos

386,50 – 386,38 m.s.n.m.

FRANJA CENTRAL

Espacio A : Se trata de una estancia

cuadrangular situada en la zona

centro del solar. Tiene unas

dimensiones de 3 x 3,50 m siendo

su eje mayor el N/S. Está delimitada

al norte por muro 4, al oeste por

muro UE 79, al sur por muro UE 3, y

al este por muro UE 15. Dentro de

la estancia se han identificado

distintas estructuras de interés y dos

momentos constructivos. En la fase

antigua la habitación estaría

cubierta por el pavimento UE 40, se

trata de un pavimento que ha

recibido múltiples capas para su

saneado y reparación, con una

pequeña capa preparatoria y

acabado con una finísima capa de

tierra roja de arcillas y arena. En la

esquina NE se localiza un hogar de

planta con tendencia circular UE

114. Adosado al muro oeste de la

estancia hay un banco corrido

hecho con adobes, UE 35, y en la

zona central tenemos varios

elementos que debieron ser parte

del sistema de sustentación de la

techumbre; son dos agujeros para

poste UUEE 97 y 99, y varias

piedras hincadas UE 117. En el

extremo sur, tenemos una escalera

compuesta por tres peldaños

hechos de adobes y piedras

calcarenitas a base, recubierto de

varias capas de enlucido rojo. Esta

estructura se adosa a muro UE 3 y

se apoya sobre el suelo de la fase

anterior UE 111. Los escalones

llevan un sentido ascendente hacia

el sur, permitiendo pasar de la

estancia A a la F, que en esta fase

ha elevado su nivel de suelo

considerablemente. La cota del

escalón inferior es 386,66 m, el

segundo escalón está a 386,76 m y

el tercero y ultimo que da paso a la

otra estancia debía tener una cota

de 386,90 m. Las huellas miden

unos 30 cm mientras que las

contrahuellas oscilan entre los 10 y

15 cm.

Existe otro momento de uso

de la estancia, en el que se

identifican algunos añadidos, pero

en el que se mantiene la

configuración y la mayoria de sus

elementos. Ahora aparecen UE 116,

pequeño murete de mampuestos de

calcarenita que delimita por el sur el

hogar localizado en la esquina de la

estancia. Por supuesto, el suelo se

vuelve a repavimentar con el mismo

material elevando ligeramente la

cota de suelo UE 42; este

revestimiento tiene su continuidad

en los alzados, y no sólo recubre la

escalera UE 158, sino tambien el

arranque de las paredes

adosándose a UUEE 35, 4 y 5.

Podemos destacar que los suelos

tienen una inclinación hacia el

centro de la estancia. Por el

extremo norte aparece una

estructura rectangular compuesta

de tierra que adosa al muro de

adobes UE 35 y al muro UE 4 y que

ha sido interpretado como un poyete

de trabajo donde se depositarían los

utensilios de cocina.

En cuanto a la techumbre,

como hemos dicho antes, lo que

tenemos son evidencias indirectas

de su existencia, y debieron estar

hechas de madera, paja o cañizo

trabadas con barro. En este caso

UE 97 es un agujero de poste con

21 cm de diámetro y 41 cm de

profundidad, su forma redondeada y

acabada en punta nos muestra la

forma que debía tener el poste que

se utilizó para sujetar la techumbre.

Lám. IX. Agujero de poste en la estancia central.

Además esta interfacie tenía varias

piedras hincadas y colocadas en su

lado SE como reforzando este

elemento para que no cediese hacia

ese lado. Este agujero de poste no

se halla en el centro de la estancia

sino que se localiza ligeramente

hacia el norte de la misma aunque

centrado. Hacia el sur, a una

distancia de 90 cm tenemos otro

agujero de poste de 15 cm de

diámetro y 20 cm de profundidad

(UE 99), la escasa potencia de esta

cavidad parece deberse a la

existencia de una piedra en la base

que sobrepasa los límites de la

negativa. Las dimensiones de esta

interfacie y su forma apuntan a que

este agujero estuviera destinado

más bien a una estaca que a un

poste, o al menos a un poste de

diferentes caracteristicas a UE 97.

Es posible que no sean del todo

coetaneos y primero se hiciese uno

y después se reforzase con un

segundo, aunque su disposición

casi simétrica dentro de la

habitación hace pensar lo contrario.

Finalmente, hacia el este de UE 99

se localiza una piedra plana y de

grandes dimensiones en la que se

atisba una impronta circular, por lo

que tambien pudo ser el apoyo de

un poste; una piedra similar ha sido

identificada en la estancia contigua

con este fin.

Por la disposición de estos

elementos parece poco probable

que estemos ante techumbres de

una sola vertiente en la dirección de

la ladera, como se ha documentado

en el yacimiento del Cerro de la

Cruz, en Almedinilla, sin embargo

tenemos pocos datos como para

asegurar que se trata de techos a

dos aguas.

Por último, nos quedaría

hablar del cierre occidental (UE 79).

Se trata de varios tramos de un

mismo muro, que se halla bastante

deteriorado y arrasado, y del que

conservamos 4 tramos que van

prácticamente desde el extremo

norte hasta el sur del solar,

acabando junto a UE 1, y del que

sólo queda una hilada de piedras.

Lo que más sorprende es el tamaño

de los mampuestos, siendo algunos

enormes, 76 x 64 cm, la fosa UE 36

ha arrasado este muro en su zona

central, y por eso ha sido

interpretada como una zanja de

saqueo. Su interpretación ha sido

difícil, pero al final varios datos

apuntaban a que este muro era

posterior a la fase orientalizante, no

sólo tiene características muy

diferentes pudiendo asimilarlo más

a muro UE 3 por su factura y

dimensión de las piedras, sino que

además estratigráficamente parecía

presentar una zanja de cimentación

a la altura de las estancias F y B,

que no se identificaba en la estancia

A y que atribuíamos a la presencia

de la zanja de expolio UE 36.

Efectivamente, y a pesar de lo

fragmentario de los datos, parece

que este muro era un gran muro de

contención con respecto a la terraza

superior, la práctica debió

mostrarles que los empujes de

ladera eran muy fuertes y que los

muros de las terrazas debian ser

más sólidos, eso explica las

enormes dimensiones de las

piedras que constituyen la

cimentación. Si hacia el oeste

funciona como cimentación, hacia el

este funciona como alzado y por

eso se le adosa el muro de adobes

UE 35.

Espacio F : Esta estancia está en

mal estado de conservación y

tenemos pocos vestigios porque se

halla a una cota más alta. Está

relacionada con estancia A teniendo

acceso a ella a través de la escalera

158 en la que debía existir un vano.

Se trata de una estancia rectangular

cuyas dimensiones aproximadas

son 6,20 m de largo x 3,50 m de

ancho, teniendo su eje mayor

sentido N/S. El cierre norte lo

constituye UE 3, el occidental UE 79

y posiblemente tambien UE 1, y el

oriental UE 2. Es posible que la

estancia no fuera tan grande y

existiese alguna partición de la que

no nos quedan evidencias, o esta

haya coincidido con el testigo. El

pavimento para esta estancia

creemos que debió ser UE 55 que

se localiza en el perfil, y en un

pequeño fragmentos localizado en

la zona sur, su cota es 386,81 m.

Por otro lado, en la zona norte de

esta estancia existe una piedra

plana y de grandes dimensiones

que ha sido interpretada como un

pie derecho o elemento de apoyo

para un poste que sujetaría la

techumbre, este elemento ha sido

designado con la UE 112 y su cota

superior es 386,71 m.

Espacio H : En la fase anterior esta

zona funcionaba como calle. En

estos momentos esa función se

perpetua con algunas

modificaciones; la eliminación del

desnivel entre lo que era antes la

terraza intermedia y la inferior, hace

que desaparezca la escalera, y se

mantenga la cota superior de la

misma como la cota de uso de la

nueva calle. Durante los últimos

dias de excavación apareció una

capa de gravas adosando a muro

UE 15 en su extremo norte. Esto

que parecia el pavimento de una

calle, tenia unas dimensiones muy

pequeñas (45 x 20 cm) y fue

descrito en la ficha de UE 168. Su

cota superior es 386,43 m. El

análisis de la evolución de cada

fase nos hace recapacitar sobre el

hallazgo de aquellas gravas que

seguramente nos estaban indicando

la nueva pavimentación de esta

calle. Curiosamente, dos

fragmentos de posibles suelos

hechos de gravas y fragmentos de

hueso, cerámica, etc. fueron

identificados al oeste de muro 79, y

uno adosado a su extremo norte; se

trata de UE 72 y 82, siendo 72 el

que estaba adosado a 79 y cuya

cota superior es 386,52. Es extraño

que no hayan quedado más

evidencias de este suelo que por

tipologia podriamos asociar a una

calle, sin embargo este tenia cierto

buzamiento hacia el NE, esto nos

hace pensar en que fuera una calle

en rampa que fuese salvando el

desnivel con la trasera; en cualquier

caso no deja de ser una hipótesis

en base a los pocos datos de que

disponemos y a la asociación con

otros paralelos en yacimientos como

el cerro de la Cruz.

La calle del espacio H se

habría reducido en anchura siendo

ahora de 1,70 m aproximadamente

en lugar de 3 m. Por último

comentar la presencia de una

estructura a caballo entre el espacio

de la calle y la estancia F, se trata

de UE 191, que es un pilar de planta

cuadrangular y hecho de

mampuestos de calcarenita que se

localiza equidistante de muros

UUEE 15 y 6 (a 75 cm aprox.). La

localización de este pilar nos lleva a

pensar que el acceso desde la calle

a la estancia F se hiciera en ese

punto, y que el pilar fuese la

sujeción de algún tipo de porche o

avanzadilla de la zona de acceso a

la vivienda.

FRANJA ORIENTAL

Está dividida en las

siguientes estancias: I, J, K, L.

Existen dos muros maestros en

sentido N/S y muros de cierre

transversales en sentido E/W. El

muro principal y con mayor

presencia en todo el solar, que sirve

de muro de cierre occidental, es UE

6. Es un muro de mampuestos y

sillarejo, que por el norte adosa a

UE 8.

Espacio I : Estancia más

septentrional. Mide 2,70 m de largo

mínimo y 2,30 m de ancho. Lo

delimitan los muros 19 al norte, 6 al

oeste, y 127 al este, no habiendose

localizado el muro de cierre sur que

quedaría en la zona de acceso al

solar y que no ha sido excavada. El

pavimento asociado a esta estancia

es UE 128 y está a una cota de

386,50 m.s.n.m.

Espacio J: Estancia rectangular en

la zona central de esta franja, sus

dimensiones son 4,60 m de largo y

el ancho es probablemente el

mismo que el de la estancia anterior

(2,30 m), ya que muro 127 parecía

prolongarse hacia el norte como UE

6, pero ha sido cortado por la fosa

UE 119. Aquí los restos de

pavimento también son muy

escasos, destacando la aparición de

una media caña hecha con cal y

recubierta en rojo, del que apenas

quedaban muestras en la esquina

NE. Esta media caña no adosa a

alguno de los muros a modo de

moldura sino que delimita un cuarto

de circulo exento y cuya función

desconocemos. Los muros que

delimitan esta estancia son UE 157

al norte, UE 6 al oeste, UE 19 al sur

y el muro de cierre este no lo

tenemos pero podría ser la

prolongación de UE 127 como ya

hemos comentado. La cota de uso

es 386,38 m. Dentro de esta

estancia se construye con

posterioridad a este suelo un banco

corrido hecho de mampuestos que

se adosa a UE 6, tal vez su única

funcionalidad no fuese la del banco

sino también la de reforzar este

muro.

Espacio K : Estancia situada al

norte de la estancia anterior. Tiene

unas dimensiones más reducidas

aunque seguimos sin conocer con

certeza su cierre oriental. Delimitada

por muros UUEE 156, 157 y 6; mide

1,70 m x 2,30 m. No se ha

identificado pavimento alguno para

este espacio, aunque sí una

alineación de piedras adosando a

muro 6 que recuerdan al banco de

la estancia contigua pero que se

corta antes de llegar al muro 156.

En la esquina SW de la estancia, en

el estrato 122, se localizó un

recipiente cerámico completo

decorado con pintura a bandas en

negro y rojo sobre amarillo, y con

dos asas geminadas.

Espacio L : Estancia cuadrangular y

de pequeñas dimensiones

delimitada por muros UE 8 al norte,

UE 6 al oeste, y UE 156 al sur. Mide

1 m x 1,20 m, y sus muros E/W

están cortados por la zanja del muro

UE 7. No se ha localizado el

pavimento por lo que podemos

pensar que estaría algo más alto

que la cota actual de suelo, o que

ha sido arrasado en momentos

posteriores como el de la

construcción de muro 7.

Todas las estancias de esta

franja tambien han sido

interpretadas como zonas

residenciales ya que no tenemos

más evidencia que el tamaño de las

habitaciones y apenas algunos

restos de suelo.

FASE VI. TARDO-IBÉRICO

En esta fase se incluyen un

par de unidades estratigráficas que

no pertenecen a fases posteriores.

Se trata de los restos de un muro,

UE 18, que se superpone a UE 6 y

que no está relacionado con

ninguna otra estructura. Debemos

recalcar aquí, que las cotas

superiores que barajamos a partir

de ahora son muy homogeneas, ya

que nos encontramos a ras de la

calle Escuchuela, y todos los

elementos se hallan arrasados a

este nivel.

La otra UE importante es una gran

fosa de la que se ha extraido gran

cantidad de material, UE 119.

FASE VII. MEDIEVAL

Al menos a partir del siglo II

a.C. y hasta el siglo XIII existe un

vacio en evidencias arqueológicas

que puede deberse a dos motivos;

por un lado, el arrasamiento de las

estructuras que se han desarrollado

a la cota de la calle Escuchuela o

ligeramente por encima, por otro, a

una ausencia de ocupación y

despoblado del cerro. Seguramente

ambos factores son causa de este

vacío ocupacional, aunque con toda

seguridad en algunos momentos

históricos el cerro debió carecer de

interés para las nuevas poblaciones,

como asi debió de ser en época

romana, en el que las evidencias de

hallazgos se situan en zonas más

bajas de la actual población de

Montilla, no descartando que

perdiese su carácter urbano y

adquiriese una tipo de poblamiento

rural.

Nada sabemos del periodo visigodo

y en cuanto a la presencia islámica

esta es muy escasa.

El potencial arqueológico para

época medieval se pensó que sería

más abundante y especialmente

desde que Montilla cae en manos

de los cristianos por la cercanía del

solar al castillo, sin embargo, las

evidencias arqueológicas para este

periodo son muy escasas. Por un

lado, tenemos una fosa – basurero

de planta circular y cercana a la

calle Escuchuela, UE 94, colmatada

con abundante material cerámico

del tipo escudillas, tinajas y otros

recipientes vidriados que podemos

adscribir al s. XIV –XV. Por otro

lado, tenemos un muro en sentido

N/S en la esquina NE del solar, UE

7, cuya tipologia edilicia nos hace

pensar que puede enmarcarse en

esta época. Se trata de un muro de

5,15 m de largo y 1 m de ancho,

que gira 90 grados hacia el este en

su extremo sur. Está realizado con

piedras más o menos redondeadas

de pequeño tamaño, que traban con

tierra. Se han conservado varias

hiladas hasta una potencia de 85

cm. Su zanja de cimentación ha

cortado por el oeste los muros

UUEE 8 y 156, de modo que el

tramo conservado es cimentación y

no alzado. En su cara oeste

podemos observar el aparejo de

este muro, que tiene una hilada de

piedras planas a modo de

encintado, por encima tiene dos

hiladas de piedras dispuestas en

espiga, y otro encintado, mientras

que por encima y por debajo de los

encintados, las piedras son de

mayor tamaño y están careadas.

Lám. X. Vista de la cara oeste de muro UE 7,

cortando estructuras precedentes.

Tanto las fosas UUEE 119 y 94,

como la construcción de este muro,

debieron desestabilizar las

estructuras de la fase anterior, que

perdieron los elementos de apoyo y

por el empuje de ladera se vieron

desplazadas hacia el este. Este

fenómeno post-deposicional es

evidente en el muro UE 6, bastante

bien conservado en su tramo

meridional, pero totalmente vencido

en su tramo septentrional.

FASE VIII. MODERNA –

CONTEMPORANEA

Esta etapa tiene como

principales evidencias a nivel

subyacente una serie de fosas, la

mayoría localizadas en la zona

norte del solar. En realidad casi

todos los elementos son claramente

contemporáneos. El caserío del

barrio de la Escuchuela es un

caserío antiguo aunque algo

remodelado en los ultimos años, asi

el solar medianero al norte del

nuestro es de obra nueva y el

medianero al sur, ha experimentado

reformas aunque estructuralmente

parece mantener los muros

antiguos. Según información local,

estas casas antiguas pueden tener

unos 150 años de antigüedad. En

nuestro caso, el edificio nº 13 había

sido modificado recientemente y

sólo en algunos sitios donde todavía

se observaban los arranques de los

muros, pudimos verificar la factura

antigua de las viviendas; estas

estaban hechas con muros de

sillares de calcarenita que apenas

tenian cimentación.

Estructuras: UUEE 34 y 9

Interfacies: UUEE 17, 21, 16.

Finalmente, existen varias

fosas en los perfiles de la

excavación que son UUEE 25, 20,

53 y 10, todas se desarrollan bajo

los suelos actuales de la casa, las

tres primeras tienen poca potencia y

están rellenas de escombros, la

última tiene gran potencia y está

colmatada con abundante materia

orgánica por lo que debió ser una

fosa séptica.

CONCLUSIONES

Como resultado de la

Intervención Arqueológica

Preventiva desarrollada en el solar

sito en la calle Escuchuela nº 13 -

15, se han recuperado y

documentado una serie de restos

materiales y constructivos cuya

cronología abarca desde el primer

milenio antes de Cristo hasta el

siglo XX.

Los resultados apuntan a una

intensa ocupación del cerro del

Castillo desde la Prehistoria hasta

prácticamente el cambio de era.

Después los restos son muy

escasos con evidencias dispersas

para época medieval.

El periodo protohistórico ha

sido el más abundante en restos y

ha proporcionado amplia

información que unida a los

hallazgos ya conocidos del castillo,

nos permite hablar de un yacimiento

de importancia y amplitud en el

cerro, con un grado de conservación

bastante bueno, que debe tenerse

en cuenta en el futuro desarrollo

urbanístico y patrimonial de Montilla.

Sin duda, esta ha sido la primera

actuación derivada de la aplicación

de la Ley de Patrimonio y el

Reglamento de Actividades

Arqueológicas, y no debe ser la

última, ya que el potencial

arqueológico de la zona es muy

alto.

Las dos fases principales han

sido el periodo Orientalizante y el

Iberico, para estos periodos se han

documentado una serie de unidades

domésticas, donde se advierte parte

de la organización de la trama

urbana, con el tamaño de las

estancias, su distribución, posibles

zonas públicas o calles, etc. El buen

estado de algunas estructuras ha

permitido documentar técnicas

constructivas, materiales

empleados, tipos de muros,

pavimentos, revestimientos, etc. E

incluso la distribución interna y

posible funcionalidad de las

estancias.

Es obvio que se trata de un

núcleo urbano que se distribuye en

torno al cerro, en un sistema de

terrazas. El estudio de otros

yacimientos de la comarca e incluso

de toda la cuenca de Guadalquivir,

permite encontrar muchos paralelos,

por ejemplo en el cerro del

Carambolo, el ámbito B, es definido

por sus excavadores como un

nuevo espacio separado del otro

(complejo A) por un gran muro de 2

m de ancho. Las estancias están

hechas con muros cimiento-zocalo

de 50-60 cm, la altura del zocalo es

20-30 cm, los alzados son de adobe

y hay bancos de tapial, enlucidos en

rojo. Este otro complejo se

interpreta como unidades

domesticas de habitación, frente al

santuario del complejo A7.

7 Fernandez Flores y Rodríguez Azogue. Nuevas excavaciones en el Carambolo Alto, Camas (Sevilla), pp. 843-862. Actas del III Simposio Internacional de Arqueología de Merida: Protohistoria del Mediterraneo Occidental. 2005.