42 Luis Echeverria Alvarez

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Luis Echeverría Álvarez: el “desarrollo compartido”

Entre 1940 y 1970 la economía mexicana, impulsada por la inversión pública, creció a tasas superiores al 6 % anual, en tanto que la

población crecía a tasas del 3 % cada año.

Ese proceso propició la acumulación privada de capital y coadyuvó a la formación y desarrollo del capital financiero, pero no dio atención a

los problemas sociales que se agudizaban y acrecentaron en el proceso, ni a la distribución de los beneficios del desarrollo que día a

día ensanchaba la brecha entre los que disfrutaban de ellos y la población marginada.

Ante ello, Echeverría decidió abandonar el modelo de desarrollo estabilizador y sustituirlo por una nueva estrategia económica que el

mismo presidente denominó de “desarrollo compartido”.

Para ello, planteó incrementar los ingresos públicos con el objeto de impulsar la redistribución del ingreso con programas sociales.

En esa tónica, se impusieron nuevos impuestos (10 % a los “artículos de lujo” y uno por ciento al ISR para la educación), que fueron rechazados

por el sector privado e iniciaron un profundo deterioro de sus relaciones con el gobierno, particularmente del de empresarios

denominado “Monterrey”.

Cuando Echeverría impulsó una política internacional más agresiva y fortaleció los nexos con Fidel Castro y Salvador Allende,

se agudizó su diferendo con los empresarios que publicaron un desplegado titulado “¿Hacia dónde, señor presidente?”; pero el conflicto llegó a su clímax cuando después de ser secuestrado, se encontró asesinado al Sr. Eugenio Garza Sada, líder indiscutible del “Grupo Monterrey”, y los

empresarios culparon a Echeverría.

Echeverría fortaleció el pacto corporativo con los sindicatos obreros al crear, en 1973, el INFONAVIT.

Pero su distanciamiento con el sector empresarial llevó a que el sector más radicalizado de ellos formaran el Consejo Coordinador

Empresarial, en 1975.

Otra clara manifestación del rechazo de los empresarios a las políticas echeverristas que consideraban como preámbulo al

“comunismo”, fue el incidente ocurrido durante el sepelio de uno de don Eugenio Garza Sada, asesinado después de ser secuestrado

por algún grupo disidente: el orador acusó públicamente a Echeverría de ser responsable del asesinato por su tolerancia y la

orientación de su gobierno, así como por sus políticas de “populismo extremo”.

La rebelión del ’68 fue la primera del México urbano e industrial, protagonizada por los hijos de las clases medias.

Y con ella se inició un lento pero acumulativo proceso de cambio en la concepción misma de la nación, con una clara conciencia

de que México era ya otro diferente.

Dice Héctor Aguilar Camín (Después del milagro): “a mediados de los setentas, el paìs vivió la segunda rebelión de los sectores modernos que su modelo de desarrollo había prohijado. Los

principales beneficiarios del modelo –banqueros, empresarios, comerciantes— agraviados por el populismo echeverrista,

reorganizaron sus instrumentos y fraguaron el “golpe de estado financiero” de 1976: una decisión concertada de baja inversión,

fugas de capitales, ánimos conspirativos, campañas de rumores…”

El crecimiento económico (1970-1976)

Aunque el crecimiento económico promedio a lo largo del sexenio fue de 6.03 %, resultó inferior al crecimiento promedio del 6.80 % anual

alcanzado durante los doce años del “desarrollo estabilizador”; pero también la magnitud del país y de sus problemas habían aumentado.

Aunque Echeverría todavía mantuvo repartos de tierra por 12’773,888, beneficiando a 205,999 ejidatarios, la reforma agraria manifestaba ya

claros síntomas de que se había agotado.

Como en los sexenios anteriores, la industria fue el sector más dinámico, mientras que la

agricultura no logró acumular ni siquiera el 2 % de crecimiento

promedio.

Crecimiento del PIB (1970-1976)

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

PIB 6.9 3.4 8.5 8.4 6.1 5.6 4.2

1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976

Crecimiento sectorial anual (1971-1976)

0.00

2.00

4.00

6.00

8.00

10.00

Agro 2.01 0.5 2.2 2.7 1.01 1.1Ind. 2.5 9.3 9.2 7.2 4.3 3.8Serv 4.4 7.4 7.6 5.5 4.5 1.2

1971 1972 1973 1974 1975 1976

“En síntesis, durante del periodo 1970-1976 el ritmo de crecimiento de la economía fue menor que en décadas

anteriores, a costa de una constante y creciente subida de precios. Muchos mexicanos siguieron sin beneficiarse del

crecimiento económico, especialmente las capas más bajas de la población. El poder adquisitivo del peso se

deterioró en forma paulatina; se incrementó la dependencia del país… Muchos problemas económicos y

sociales quedaron sin resolverse y otros más se agudizaron. La tónica no cambió: hubo crecimiento

económico sin desarrollo. El saldo del sexenio fue la crisis económica”.

(José S. Méndez Morales. 100 preguntas y respuestas, p. 55)

La política fiscal y la devaluación de 1976

Echeverría uplica el incremento del circulante respecto al sexenio anterior, llegando a un incremento del 22.3 % anual.

Se produce una inflación galopante: los precios aumentan al mismo tiempo que disminuye el valor adquisitivo del peso.

El encaje legal a los bancos y las tasas de interés sufren grandes variaciones.

La deuda pública externa crece (de 4 a 20 mil Mill. dls.).

El 31 de agosto de 1976 el gobierno decreta la “flotación” del peso, devaluándose más del 70 % (de 12.50 a 21.95).

La política económica fue determinada por la política monetaria, pretendiendo resolver por este medio muchos

problemas económicos de otra naturaleza.

La nueva clase política

En un intento por dar una imagen de renovación total del régimen, Echeverría integró su gabinete con muchos políticos jóvenes, varios de

ellos sin experiencia administrativa previa, desplazando a la casi totalidad de la clase política que había gobernado al país a lo largo

del cuarto de siglo transcurrido desde 1945 a 1970.

Si desde Alemán se había venido sustentando un criterio de

incorporación de los técnicos y profesionistas al gabinete, con

Echeverría se combina con la idea del rejuvenecimiento. Así, el 42 % de sus colaboradores eran “expertos”

en su área (López Mateos había integrado al 22 % y Díaz Ordaz al

17% del gabinete con ellos).

El gabinete con el que Luis Echeverría desarrolló su proyecto populista y modernizador al mismo tiempo se integró así:

•Mario Moya Palencia (Abogado): Secretario de Gobernación.•Hugo B. Margáin (Dr. Derecho): Secretario de Hacienda y Crédito Publico.•Manuel B. Aguirre (Agricultor): Secretario de Agricultura y Ganadería.•Luis E. Bracamontes (Ingeniero): Secretario de Obras Públicas.•Víctor Bravo Ahuja (Ing.Mec.Elect.): Secretario de Educación Pública.•Hugo Cervantes del Río (Abogado): Secretario de la Presidencia.•Horacio Flores de la Peña (Economista): Srio. de Patrimonio Nacional.•Rafael Hernández Ochoa (Abogado): Srio. Trabajo y Previsión Social.•Jorge Jiménez Cantú (Médico): Secretario de Salubridad y Asistencia.•Eugenio Méndez Docurro (Ingeniero Mecánico Electricista): Secretario de

Comunicaciones y Transportes•Emilio O. Rabasa (Dr. Derecho): Secretario de Relaciones Exteriores.•Leandro Rovirosa Wade (Ing. Civil): Secretario de Recursos Hidráulicos

•Carlos Torres Manzo (Economista): Secretario de Industria y Comercio.•Augusto Gómez V. (Licenciado en Ciencias Sociales): Jefe del

Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización.•Hermenegildo Cuenca Díaz (General): Secretario de Defensa Nacional.•Luis M. Bravo Carrera (Almirante): Secretario de de Marina.•Alfonso Martínez Domínguez (s/p): Jefe del Depto. del Distrito Federal.•Agustín Olachea Borbón (Economista): Jefe del Depto. de Turismo.•Julio Sánchez Vargas (Abogado): Procurador General de la República.•Sergio García Ramírez (Dr. Derecho): Procurador Justicia del D. Fed.

La dirección del PRI les fue encargada a dos intelectuales prestigiados:

•Jesús Reyes Heroles (Abogado), como Presidente del CEN.•Enrique González Pedrero (Abogado), como Secretario

General.

Las secuelas del ’68 y la “apertura democrática”

Como consecuencia de la represión del

movimiento estudiantil de

1968, se intensificaron los movimientos de

guerrilla rural que desde la década anterior habían

surgido en la sierra de Guerrero (Genaro Vázquez

y luego Lucio Cabañas).

Al mismo tiempo que aparecieron otros de carácter urbano que irrumpieron con secuestros de personajes de importancia y con asaltos a las

oficinas de correos. Además del industrial Eugenio Garza Sada, entre otros, fue

secuestrado el propio suegro del Presidente, el general José G. Zuno, a quien los secuestradores

dejaron posteriormente en libertad.

Para hacer frente a esas manifestaciones, Echeverría recurrió a dos estrategias que se complementaron:

Por una parte, la apertura de espacios en la política y la administración a los jóvenes: al mismo tiempo que incorporaba

a varios políticos con edades que rondaban los 30 años, modificó la Constitución para rebajar la edad de la ciudadanía (de 21 a 18 años), y para ser legisladores (de 25 a 21 años para

diputados, y de 35 a 30 para senadores).

Por la otra, Echeverría hizo uso de la represión, como ocurrió el 10 de junio de 1971 durante una manifestación estudiantil, y

permitiendo la llamada “guerra sucia” para “desaparecer” en forma selectiva a los enemigos del régimen.

La política internacional

Echeverría desplegó un activismo internacional que ninguno de sus

predecesores había tenido, participando en numerosos foros internacionales y promoviendo la “Carta de Deberes y

Derechos Económicos de los Estados”, hasta lograr su adopción por las Naciones

Unidas en 1975.

En la fiebre tercermundista de los años setentas, México apoyó internacionalmente a los países árabes en sus reclamos a Israel y

acogió a la familia del presidente de Chile, Salvador Allende, cuando éste fue derrocado y asesinado en 1973, dando asilo político a muchos otros refugiados chilenos que huyeron de la represión

desatada por el ejército al mando de Augusto Pinochet.

La sucesión presidencial en 1976

A mediados de 1975, durante una gira por el estado de Morelos, en un ejido llamado “La Nopalera”, Leandro Rovirosa Wade, Secretario de

Recursos Hidráulicos, se encargó de “destapar” a los siete aspirantes a la candidatura presidencial del PRI: Mario Moya Palencia

(Gobernación), Hugo Cervantes del Río (Presidencia), Luis Enrique Bracamontes (Comunicaciones), Augusto Gómez Villanueva (Reforma Agraria), Carlos Galvez Betancourt (IMSS), Porfirio Muñoz Ledo (que de Subsecretario de la Presidencia había sido ascendido a Secretario del

Trabajo), José López Portillo (que de la Comisión Federal de Electricidad había sido promovido a Secretario de Hacienda y Crédito

Público).

En la tercera semana de septiembre, el PRI postuló a José López Portillo como su candidato presidencial.

Los demás precandidatos se disciplinaron de inmediato al candidato escogido por el presidente Echeverría y se sumaron a la candidatura de

López Portillo.

Por problemas internos, el PAN no postuló candidato a la presidencia de la República, en tanto que el PPS y el PARM se sumaron a la candidatura

de López Portillo, con lo que se convirtió en candidato único

Las elecciones realizadas en julio de 1976 legitimaron el triunfo del candidato común, quien después de ser declarado Presidente Electo por el Colegio Electoral, recibió la banda presidencial de Echeverría el 1º de

diciembre de 1976, en medio de una profunda crisis económica y de confianza en el sistema

La crisis final del sexenio

Originada por la devaluación del 31 de agosto, la crisis de 1976 no se centró solamente en el aspecto económico (elevación de tasas de interés, inflación, reducción de las inversiones y parálisis del aparato

productivo), sino que se tradujo en una crisis de confianza en el gobierno, especialmente cuando después de la devaluación, Echeverría ordenó la expropiación y el reparto de importantes

superficies irrigadas en el Valle del Yaqui, que hasta entonces habían sido explotadas como pequeñas propiedades.

En medio de rumores de golpes de Estado y un gran descontento del sector privado concluyó el régimen de Luis Echeverría y se inició el de

José López Portillo.