14 de Julio de 1789: La Toma de la Bastilla

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14 DE JULIO DE 1789: LA TOMA DE LA BASTILLA ALUMNO: ALICIA ROJAS MATEOS Trabajo tutorizado por D./Dña.: ENCARNACIÓN BARRANQUERO TEIXEIRA UNIVERSIDAD DE MÁLAGA

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14 DE JULIO DE 1789: LA TOMA DE LA BASTILLA

ALUMNO:

ALICIA ROJAS MATEOS

Trabajo tutorizado por D./Dña.:

ENCARNACIÓN BARRANQUERO TEIXEIRA

UNIVERSIDAD DE MÁLAGA

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Índice:

I. AUTORITARISMO Y ESTADO DE LA SOCIEDAD ...................................................... 3

II. ANTECEDENTES DE LA TOMA DE LA BASTILLA ..................................................... 4

III. PENSADORES Y REVOLUCIONARIOS ................................................................... 5

IV. ESTADOS GENERALES .............................................................................................. 7

V. JUNIO DE 1789 .................................................................................................................. 8

VI. JULIO DE 1789 ............................................................................................................... 9

VII. MARTES 14 DE JULIO................................................................................................ 11

VIII. LA BASTILLA ................................................................................................................ 12

1. HISTORIA ......................................................................................................................... 12

2. ESTRUCTURA DE LA BASTILLA ....................................................................................... 13

4. REACCIONES TRAS LA TOMA .......................................................................................... 16

IX. CONSTITUCIÓN DE 1791 .......................................................................................... 17

X. CONCLUSIONES ............................................................................................................. 17

Apéndice: ............................................................................................................................... 19

Bibliografía: ............................................................................................................................ 21

3

I. AUTORITARISMO Y ESTADO DE LA SOCIEDAD

En el año 1787, Luis XVI resumió su autoridad en la fórmula: “es legal

porque yo quiero”. Sin embargo, su voluntad debería transcurrir por los

complicados caminos de una burocracia corrupta e ineficaz, ya que el monarca

heredó una situación para la que no estaba preparado1.

Los hechos acontecidos en Francia a partir del verano de 1789, y por

espacio de unos años, hasta el advenimiento de Napoleón al poder,

constituyen uno de los episodios con más influencia en nuestra historia

reciente2.

El régimen político vigente a lo largo del siglo XVIII fue el de una

monarquía absoluta, con Luis XVI como jefe del Estado francés, este basaba

las directrices de su política en la doctrina del despotismo ilustrado, de tradición

borbónica, que había permitido concentrar en manos de la Corona la casi

exclusividad del poder, en detrimento de los antiguos representantes de la

nación -de hecho, no se reunían Cortes desde 1614-3. Pero a pesar de todas

las transformaciones sociales y económicas producidas a lo largo del siglo

XVIII, la sociedad francesa de finales de siglo seguía fundamentada en el

principio feudal del reparto de las funciones esenciales: rezar –clero-, combatir

–nobleza- y trabajar -tercer estado-4. Por su parte este último en el año 1789

era nada, es decir, no contaban con su opinión para decisiones de vital

importancia, estos solamente se encargaban de trabajar, y por lo tanto pedían

convertirse en algo5. Pero en estos años la división social en estamentos había

dejado de tener sentido (…), ya que la nobleza no defendía a sus vasallos, los

ingresos del clero pasaban de largo de las parroquias para sufragar los gastos

1 TUSELL, Silvia (1997), La Revolución Francesa, Santillana D.L., Madrid, p. 16.

2 VILADEMUNT, Antonio (1985), Cuadernos historia 16: La Revolución Francesa (1), Seminario

de Estudios sobre la Revolución Francesa, Universidad autónoma de Barcelona, Barcelona, p.

4.

3 Ibídem, p. 4.

4 TUSELL, La Revolución…, p. 8.

5 GONZÁLEZ-PACHECO, Antonio (1998), La revolución francesa (1789-1799), Ariel, Barcelona, p.

14.

4

de unos prelados alejados de los problemas cotidianos de los fieles y el peso

de los gastos de Estado recaía sobre los ciudadanos con menos derechos6.

II. ANTECEDENTES DE LA TOMA DE LA BASTILLA

Nos situamos en una Francia de unos 26 millones de habitantes de los

cuales casi el 80 por ciento eran campesinos, por lo tanto el reparto general de

la población era muy desigual, sobresaliendo en el número de habitantes la

ciudad de París con más de 600.000 personas7.En un primer momento, se

juzgó muy positivo este aumento de la población, ya que había escasez de

brazos para trabajar la tierra y la industria en expansión por su parte necesitaba

obreros8.

A partir de 1770, en Europa occidental y en Francia fundamentalmente,

hubo una serie de malas cosechas que acarrearon alzas frecuentemente en los

precios de los productos alimenticios, mientras los salarios casi no variaron9.

Por este motivo a principios de 1787, Calonne, el ministro encargado de las

finanzas, quiso proponer una modificación en la legislación vigente hasta

entonces en materia fiscal, para que la nobleza y demás capas propietarias de

tierra perceptora de rentas cotizara al Estado, iniciándose de esta manera un

periodo de enfrentamiento entre la monarquía-aristocracia10. El año 1789, fue el

momento en que el trigo alcanzó su precio más alto en todo el siglo XVIII11.

Por otra parte hasta finales del siglo XVIII, el campesino no pagaba al Estado

más que un solo impuesto, aparte de los derechos señoriales y los diezmos, -

este impuesto era la talla-, del que estaban exentos, como no, la nobleza y el

clero. Pero debido al aumento de gastos del Estado y sobre todo la necesidad

de hacer frente a los gastos ocasionados por las interminables guerras de

finales del XVII y del XVIII, obligaron a Luis XIV y a Luis XV a instituir nuevos

6 TUSELL, La Revolución…, p. 12.

7 VILADEMUNT, Cuadernos historia 16…, p. 4.

8 GODECHOT, Jacques (1974), Los orígenes de la Revolución francesa: la toma de La Bastilla

(14 de julio de 1789), Península, Barcelona, p.12.

9 Ibídem, p. 11.

10 VILADEMUNT, Cuadernos historia 16…, p. 8.

11 Ibídem, p. 6.

5

impuestos: la capitación, la décima y posteriormente las veinteavas, que

gravaron pesadamente sobre los campesinos12.

La población urbana de Francia en 1789 reunía apenas a 2 millones de

personas, la revuelta del 14 de julio fue de carácter urbano, e incluso

esencialmente parisina. Como estamos viendo el régimen jurídico en Francia a

finales del siglo XVIII era de tipo feudal, y ello era patente sobre todo en el

campo, el suelo en el país galo estaba dividido en una gran cantidad de feudos,

y cada uno de ellos pertenecía a uno o varios nobles13. Por lo tanto como

podemos intuir la mayor parte del campesinado no disponía de tierras en

propiedad, así que para explotarlas se veía obligado a pagar una renta,

estipulada bajo contratos de arrendamiento o aparcería14. Las consecuencias

sociales de esta regresión económica se evidenciaron, por lo tanto, en un

aumento del paro y una disminución de los salarios reales que aun agravó más

las posibilidades de compra por parte de las masas consumidoras, obligando la

inflación a destinar prácticamente la totalidad de los recursos disponibles a la

compra de pan15.

III. PENSADORES Y REVOLUCIONARIOS

Por su parte los pensadores políticos del siglo XVIII, entonces llamados

“filósofos”, acusaron al régimen político de “feudal”, este era un régimen

basado en la desigualdad y los privilegios, y sobre todo en la preponderancia

de la nobleza y el clero, en una organización legislativa y jurídica tradicional e

irracional, reclamando estos pensadores de un cambio a partir del año 177016.

Los revolucionarios franceses empezaron a sentirse identificados con el

mensaje de estos pensadores ilustrados. Por su parte la aristocracia encontró

en Montesquieu argumentos para oponerse al poder absolutista de los

monarcas; así Voltaire reclamó el gobierno para los nuevos propietarios de la

riqueza; mientras que Rousseau fue el padre del igualitarismo social. La

Ilustración como vemos fue un movimiento subversivo que consiguió extender

la duda sobre cada uno de los principios del Antiguo Régimen, todos estos

12

GODECHOT, Los orígenes…, p. 50. 13

Ibídem, pp. 47-50. 14

VILADEMUNT, Cuadernos historia 16…, p. 6. 15

Ibídem, pp. 7-8. 16

GODECHOT, Los orígenes…, p.13.

6

ilustrados reivindicaban la libertad del hombre el cual había nacido en posesión

de unos derechos naturales17.

Ya desde principios de 1789 comenzaron a multiplicarse los clubes

políticos, estableciéndose en Paris en el Palais Royal, un centro idóneo desde

donde coordinar la acción de los representantes del pueblo, este partido fue el

Partido Patriótico o Nacional el cual se forjo como un movimiento de

contestación a la inmovilidad e ineficacia del Régimen18. Desde el mes de

marzo las jacqueries se fueron extendiendo por toda la geografía rural

francesa, estas nacieron como una respuesta armada a la explotación fiscal y

señorial, y también al hambre y miseria que estaban sufriendo los campesinos,

fue una lucha dirigida especialmente contra el régimen señorial para acabar de

una vez con las estructuras y relaciones feudales de la propiedad de la tierra, la

cual se tradujo en la quema de los castillos19. Desde los meses de abril a julio,

el menu peuple- sobre todo el parisino- fue forjando su sensibilidad

revolucionaria, estos pertenecían a los artesanos que a su vez se dividían entre

los pequeños maestros propietarios, los oficiales y los aprendices de oficio. 20.

También se produjo la redacción de los cahiers de doleances, cuadernos

donde cada uno de los tres estamentos formuló sus quejas, estos fueron

presentados al rey en las sesiones previas al inicio de los Estados Generales21.

A finales del mes de abril se produjo en París, unos incidentes en el arrabal de

St. Antoine, los cuales mostraban la capacidad de acción del menú peuple,

estos incidentes se produjeron tras unas declaraciones desafortunadas del

empresario Reveillón el cual manifestó que la mejor salida para la situación de

crisis que se estaba sufriendo era una disminución progresiva de los salarios

de los obreros. Estas palabras provocaron el temor y la indignación de sus

asalariados, los cuales tras unos días de disturbio en el arrabal terminaron

quemando la residencia del empresario, no sin incidentes previos con las

fuerzas del orden que se habían desplazado hasta el lugar22. Lo cierto es que

las jornadas que transcurrieron desde el 24 hasta el 28 de abril fueron signos

17

TUSELL, La Revolución…, pp. 17-18. 18

VILADEMUNT, Cuadernos historia 16…, p. 12. 19

Ibídem, p. 14. 20

Ibídem, p. 16. 21

Ibídem, p. 12. 22

Ibídem, p. 16.

7

precursores de las del 11, 12, 13 y 14 de julio. Frente al Palacio Real, foco de

la Revolución de la burguesía, se levantaron los suburbios, centros del motín

popular23.

IV. ESTADOS GENERALES

Esta crisis por la que atravesaba Francia venía promovida por la mala

cosecha del año anterior, la cual provocó una catastrófica subida del precio del

grano y en consecuencia la del pan, aunque hubo otras causas pero estas

fueron de menor cuantía como el hundimiento lento y constante de los precios

del vino y también la ganadería, la cual también se vio afectada. Esta mala

cosecha del año 1788 fue debida a las desastrosas condiciones climatológicas

que azotaron a Francia durante aquel año. A su vez el tratado comercial que se

llevó a cabo con Inglaterra pareció afectar a la industria y a los obreros24. Ante

la situación que se estaba viviendo el 8 de agosto de 1788 se convocaron los

Estados Generales para el 1 de mayo del año siguiente25. Así fue y el día 4 de

mayo de 1789, los 1.200 diputados de los Estados Generales, reunidos en

Versalles, se dirigieron a la iglesia de Saint-Louis para oír la misa de apertura;

al día siguiente el rey abrió la sesión en presencia de numerosos espectadores,

y ya en aquella misma sesión de apertura se dibujó la inevitable tragedia que

había de ser la Revolución26, el discurso del rey fue muy corto y

decepcionante27, este desconfiaba de todos aquellos representantes de la

nación que allí estaban convocados28. Por otra parte la mayoría de los allí

reunidos eran de la opinión de celebrar la sesión en otra sala, esta era la sala

del Juego de Pelota, en la cual Mounier propuso a los diputados prestar el

célebre juramento que debía detener las tentativas de oposición y resistencia

reales29. En estos Estados Generales la representación nacional mostraba ya

su defecto capital, ya que el pueblo no se encontraba allí representado de

23 KROPOTKIN, Piotr (2005), Historia de la Revolución Francesa, Javier Vergara, Barcelona, p.

61.

24 GODECHOT, Los orígenes…, pp. 138-141.

25 Ibídem, p.127.

26 KROPOTKIN, Historia de la Revolución…, p. 63.

27 GODECHOT, Los orígenes…, p.174.

28 KROPOTKIN, Historia de la Revolución…, p. 63.

29 GODECHOT, Los orígenes…, p.182.

8

manera alguna, la guerra civil se encontraba por lo tanto en aquel recinto30.

Estas reuniones de los Estados Generales del 5 de mayo de 1789 no lograron

detener la crisis económica, ya que el precio del pan subía constantemente,

durante los días 6 y 7 de mayo, al considerar los compradores que el precio del

trigo era excesivo estalló una violenta revuelta en el mercado del Cambrai. Tras

esto los campesinos se negaron a pagar el diezmo y se opusieron a la libre

circulación del grano31.

V. JUNIO DE 1789

La Declaración del Tercer Estado formando una Asamblea Constituyente

se produjo el 17 de junio de 178932, dándose el primer paso hacia la abolición

de las clases privilegiadas, esto, como es lógico, el pueblo de París lo recibió

con ruidosas aclamaciones. La Asamblea votó que los impuestos establecidos

eran ilegales y sólo serían exigidos provisionalmente mientras que esta misma

estuviera reunida, por lo que el pueblo no quedaba obligado a pagarlos cuando

se disolviera la Asamblea33. El 23 de junio fue cuando se dio el gran golpe de

la sesión regia, donde el rey se presentó ante los diputados anulando todos los

acuerdos de la Asamblea; ordenando la conservación de los órdenes;

determinando los límites de las reformas que habían de realizarse, y

amenazando a los Estados Generales con la disolución de todas estas órdenes

si no obedecía. Tras esto los diputados del Tercero se mantuvieron en sus

puestos. Mientras tanto en el mismo Versalles, en la víspera de la sesión regia,

un diputado del clero y uno de la nobleza fueron apaleados; al igual que al día

siguiente de la sesión real, donde el guardasellos y el arzobispo de París

fueron “silbados, gritados e injuriados hasta perecer de vergüenza y de rabia; el

obispo de Beauvais recibió una fuerte pedrada en la cabeza; y también el día

25 la multitud silbó a los diputados de la nobleza y del clero; finalmente todos

los cristales del palacio del arzobispo de París fueron rotos a pedradas,

mientras que “las tropas se negaban a tirar sobre el pueblo”, como dice Arthur

Young”34. Los jefes de unidad perdieron toda su autoridad sobre sus tropas, el

30

KROPOTKIN, Historia de la Revolución…, pp. 63-64. 31

GODECHOT, Los orígenes…, pp.187-189. 32

GONZÁLEZ-PACHECO, La revolución…, p. 24. 33

KROPOTKIN, Historia de la Revolución…, pp. 65-66. 34

Ibídem, pp. 67-68.

9

día 24 dos compañías de guardias franceses se negaron a entrar en servicio;

mientras que el día 28, otras compañías, a las que se habían distribuido

cartuchos en previsión de disturbios, abandonaron armas y municiones y

corrieron hasta el Palacio Real para asegurar a la multitud que allí se

amontonaba35; El 30 de junio, un simple incidente, el arresto de once soldados

de la Guardia francesa, que habían sido encerrados en la cárcel de la Abadía

por haberse negado a cargar con balas sus fusiles, bastó para producir un

motín en París. Loustalot, redactor de Las Revoluciones de París, en el Palacio

Real se subió sobre una silla frente al café Foy y arengó a la multitud sobre ese

asunto, cuatro mil hombres se dirigieron inmediatamente a la Abadía y

liberaron a los soldados detenidos, los carceleros al ver llegar a aquella

multitud comprendieron que la resistencia sería inútil, por lo que entregaron los

presos al pueblo. Mientras tanto ese mismo día los patriotas se inscribían ya el

30 de junio en el café de Caveau para la insurrección36.

VI. JULIO DE 1789

Como vemos ya a principios de julio, buena parte de Francia estaba en

armas, dispuesta a apoyar por la fuerza a los diputados del estado llano contra

una eventual tentativa del rey para detenerlos o dispersarlos37.

El 1 de julio, la cantidad de 2.700 soldados de infantería y 1.000 caballos

parecieron insuficientes al gobierno el cual llamó a nuevas tropas, estos fueron

colocados el día 4 de julio bajo el mando del mariscal de Broglie, el cual tuvo

como adjunto al general suizo Besenval, quien fue el que en realidad dirigió las

acciones, las órdenes de movimiento dadas a las tropas prueban que el 26 de

junio el rey había decidido dar su golpe de fuerza hacia el 13 de julio38. El día 2

estalló el furor popular contra el conde de Artois y los Polignac, estos furores

marcharon a la par que los furores inspirados por la escasez del pan; durante

los días 4 y 6, en previsión del saqueo de las tahonas, circulaban patrullas de la

Guardia francesa por las calles, dice Hardy, que vigilaban la distribución del

35

GODECHOT, Los orígenes…, pp. 196-197. 36

KROPOTKIN, Historia de la Revolución…, p. 79. 37

GODECHOT, Los orígenes…, p. 196. 38

Ibídem, p. 203.

10

pan39. Mientras esto pasaba la Asamblea Nacional empezó sus trabajos,

nombrando el día 3 de julio presidente de la Asamblea al arzobispo de Vienne,

Lefranc de Pompignan. El 7 de julio, esta decidía dar a Francia una constitución

y tomaba el titulo definitivo de Asamblea Nacional Constituyente, y para tal

tarea se nombró un comité de constitución, pero para ello Francia debía seguir

siendo una monarquía hereditaria40. El 4 de julio, en la presentación del

dictamen del Comité de Subsistencias, la Asamblea discutió las medidas que

habían de tomarse para garantizar el pan y el trabajo al pueblo, tras esto el día

8 la Asamblea encargaba a Mirabeau, su tribuno, la redacción de una humilde

súplica al rey41. Al mismo tiempo estalló en París un preludio de la insurrección

entre los 20.000 obreros que sin trabajo ocupaba el gobierno en hacer

excavaciones y terraplenes en Montmartre, dos días después, la sangre corría,

ya que aquel mismo día empezaron a arder las puertas de la ciudad42. Pero por

si esto no fuese poco, la gota que colmó el vaso fue la noticia de la destitución

de Necker el 11 de julio, esto se tradujo en el estallido de la violencia en las

calles de la ciudad del Sena43, la destitución de Necker desvaneció las

esperanzas de todos los que esperaban reformas; ávidos de noticias, y libres

puesto que era domingo, los parisinos se dirigieron en masa al Palacio Real,

esta marabunta de personas -de 5.000 a 6.000 personas- precedida por los

bustos de Necker y del duque de Orleans, esgrimiendo banderas negras -en

señal de duelo-, al llegar a la plaza Vendôme, tropezaron con un destacamento

de dragones. Éste, no sólo no consiguió dispersar a la muchedumbre, sino que

pronto se encontraron sumergidos entre estos manifestantes44. Un día

después, el 12 de julio, se decidió que cada uno de los sesenta distritos eligiera

doscientos ciudadanos conocidos y en estado de llevar armas, para que

formasen un cuerpo de 12.000 hombres dedicados a velar por la seguridad

pública, esta Esta milicia aumentó en el corto período de tiempo de cuatro días

a la cifra total de 48.000 hombres45. Mientras tanto los parisinos intentaron

proveerse de armas, invadiendo y desvalijando las armerías, ese mismo día

39

KROPOTKIN, Historia de la Revolución…, pp. 79-80. 40

GODECHOT, Los orígenes…, p. 203. 41

KROPOTKIN, Historia de la Revolución…, pp. 73-75. 42

Ibídem, p. 80. 43

VILADEMUNT, Cuadernos historia 16…, p. 16. 44

GODECHOT, Los orígenes…, pp. 210-212. 45

KROPOTKIN, Historia de la Revolución…, p. 83.

11

por la noche el regimiento de Salis-Samade recibió de Besenval la orden de

dirigirse a la plaza Luis XV, este concibió la misión como una operación de

guerra y hacia las doce y media de la noche la caballería, abandonó totalmente

los alrededores de la plaza Luis XV. Por otra parte de las 54 barreras que

existían en la ciudad 40 fueron incendiadas en el transcurso de la noche del 12

al 13 de julio46. Ya el día 13 se cortaron las comunicaciones con Versalles y se

ocuparon militarmente los puentes de Sèvres y Saint-Cloud. Las tropas reales

parecían cercar la ciudad: por el norte ocupaban Montmartre, donde instalaron

sus baterías; por el oeste se unieron a Besenval y sus suizos; por el sur

amenazaban la orilla izquierda del Sena; al este estaba la Bastilla, cuyo

gobernador, de Launay, había colocado los cañones en las troneras y mantenía

bajo su alcance al arrabal Saint-Antoine47, mientras tanto las tiendas de los

armeros fueron las únicas que se hicieron abrir, y en ellas no se tomó más que

armas48.La burguesía tomando la dirección del movimiento se esforzó en

organizarlo y convertida en dueña y señora de la ciudad decidió que cada

barrio tenía que proporcionar ochocientos hombres a la milicia burguesa o

nacional.49. Ante estos hechos la respuesta del rey a la delegación de la

Asamblea Nacional, presidida por Bailly, fue que “él era el único al que le

correspondía juzgar sobre su conveniencia y en este asunto no pudo aportar

ningún cambio”50, como vemos la propia Corte no se daba aún cuenta ese

mismo día por la noche del alcance del movimiento de París51, todo se estaba

gestando para el enfrentamiento al día siguiente entre el pueblo de París y las

fuerzas del gobierno52.

VII. MARTES 14 DE JULIO

El martes 14 de julio, se seguía amenazando al pueblo con el constante

aumento del precio del pan, este como alimento básico había sufrido la subida

de su precio a 7 sueldos la libra, por lo que un trabajador necesitaba dos libras

46

GODECHOT, Los orígenes…, pp. 213-216. 47

LEFEBVRE, Georges (1976), 1789: Revolución Francesa, Laia, Barcelona, pp. 156-157.

48 KROPOTKIN, Historia de la Revolución…, p. 82.

49 LEFEBVRE, 1789: Revolución…, pp. 157-158.

50 GONZÁLEZ-PACHECO, La revolución…, p. 25.

51 KROPOTKIN, Historia de la Revolución…, pp. 93-94.

52 GODECHOT, Los orígenes…, p. 229.

12

diarias para poder comprarlo y ganaba solamente 30 sueldos por jornada. El

día amaneció esplendido, sobre las 10 de la mañana, entre 40.000 y 50.000

individuos se reunieron ante el Cuartel de los Inválidos decididos a obtener por

la fuerza lo que los electores no habían sabido o podido lograr por la

persuasión; para su defensa el marqués de Sombreuil, disponía de doce

cañones, pero no hicieron uso de ellos contra los parisinos, asimismo se

negaron a intervenir los regimientos de infantería y caballería acampados en el

Campo de Marte, Besenval asistió impotente a esta situación, y asalto a los

Inválidos fue inevitable, la muchedumbre se apoderó en un santiamén de 12

cañones, 1 mortero y unos 40.000 fusiles53. A la misma vez en el

Ayuntamiento de París también se entregaba pólvora para el asalto a la

Bastilla54.

VIII. LA BASTILLA

1. HISTORIA

Los parisinos ya tenían armas, pero no poseían pólvora y municiones en

cantidad suficiente, cundiendo el rumor de que las había en La Bastilla, la

impresionante fortaleza medieval construida en el siglo XIV bajo el reinado de

Carlos V “el Sabio” y que alzaba sus murallas y torres al este de París, entre el

barrio de Saint-Antoine y su arrabal, dos de las zonas más populares de la

capital. Desde principios del XVII -por decisión del cárdenal Richelieu-, servía

de cárcel de Estado55. Ya a finales del siglo XVIII, era algo más que una cárcel,

esta se había convertido en un símbolo, el símbolo de todo cuanto arcaico,

periclitado y “feudal” tenía el Antiguo Régimen, y, sobre todo, el símbolo de la

arbitrariedad. La palabra bastille tenía su origen en la Edad Media, esta era el

equivalente de bastide y servía para designar a una fortaleza56.

53

DUFOUR, Gerard (2009), “El pueblo de París se arma”, revista La Aventura de la Historia, 129,

pp. 37-39.

54 GONZÁLEZ-PACHECO, La revolución…, p. 29.

55 DUFOUR, “El pueblo de…, pp. 39-40.

56 GODECHOT, Los orígenes…, p. 103.

13

2. ESTRUCTURA DE LA BASTILLA

La Bastilla era un edificio rectangular formado por ocho torres circulares

unidas por murallas de 30 metros aproximadamente, cada una de estas ocho

torres tenía su propio nombre: Coin, Chapelle, Puits, Bertaudière, Bazinière,

Trésor, Comté y Liberté; esta última, debía su nombre al hecho de que en ella

se encerraba a los prisioneros que tenían libertad para pasearse por los patios

del castillo. A La Bastilla no se podía entrar más que por una sola puerta para

carruajes, sus puertas se hallaban defendidas por dos puentes levadizos que

permitían franquear el foso ancho y profundo que rodeaba al castillo. Dentro de

la fortaleza, había dos patios separados por un edificio que unía entre si las

torres de la Chapelle y de la Liberté; el primer patio, se llamaba Gran Patio o

patio del Reloj, el segundo patio se llamaba patio del Pozo. Durante mucho

tiempo, esta fortaleza fue utilizada únicamente como ciudadela militar y no

como cárcel, ya durante el reinado de Luis XVI, el régimen de La Bastilla se

parecía considerablemente al de las demás cárceles, con la diferencia, en todo

caso, de que los prisioneros recibían mejor trato, teniendo capacidad para

albergar a 42 prisioneros en celdas individuales57.

3. LA TOMA DE LA BASTILLA

El día 14 la guarnición de La Bastilla solamente contaba con 114

hombres, de los cuales 84 eran inválidos y 30 suizos. Mientras tanto el pueblo

supo por los vecinos de aquel barrio que en la noche del 12 al 13 se habían

transportado provisiones de pólvora desde el arsenal a La Bastilla, también se

observó que de Launay, aquella mañana había girado sus cañones en posición

para ametrallar al pueblo si se dirigía en masa hacia el Hôtel de Ville58.

Mientras tanto al tener noticia de que las inmediaciones de La Bastilla estaban

invadidas por la multitud, el Comité Permanente del Hôtel de Ville, envió a

primera hora del día unos parlamentarios a de Launay, pidiéndole retirara de

los cañones apuntados hacia las calles, y que no cometiera ninguna hostilidad

contra el pueblo. Pero de Launay se proponía probablemente a ganar tiempo,

esperando órdenes precisas de Versalles, que no llegaban, y que no podían

57

Ibídem, pp. 105-107. 58

KROPOTKIN, Historia de la Revolución…, p. 86.

14

llegar porque habían sido interceptadas por el pueblo. Así que por el momento

hizo retirar los cañones cuatro pies atrás, y para que el pueblo no los viera a

través de las troneras hizo cubrir a estas con tablas59. A las una y media, desde

La Bastilla se les preguntó a los asaltantes que era lo que deseaban, y el

clamor general contestó que se bajasen los puentes, la respuesta fue negativa

y que debían retirarse sino de lo contrario se dispararía contra ellos, pero

redoblaron las voces de ¡Abajo los puentes!. Entonces, se ordenó a una

treintena de inválidos apostados en las almenas a ambos lados de las puertas

que dispararan; tras esta descarga y el cañonazo que la acompañó, se oyó el

grito de “¡Traición!”. Los asaltantes, al menos los que no estaban en las

primeras filas, creyeron que de Launay había hecho bajar los puentes y abrir la

avanzada para dejar entrar voluntariamente a la multitud al patio del Gobierno y

luego había hecho disparar sobre ella para asesinarla. Estos asaltantes,

armados de forma irregular, empezaron a disparar en dirección a las torres y

murallas de La Bastilla mientras que la guarnición de la fortaleza respondía.

Para prevenir un ataque al puente levadizo y a la puerta de la Bastilla, de

Launay había colocado al destacamento suizo y a una decena de inválidos en

posición cara a la puerta, pero los asaltantes viendo que no podían acercarse

al descubierto de los muros de La Bastilla, habían recurrido a una estratagema

militar muy clásica, habían ido a buscar a la cervecería Santerre dos carretas

de paja y conducidas al patio las habían prendido fuego ya que lo que

pretendían era acercarse a la puerta cubiertos por la humareda60. Sin embargo,

la situación cambió del todo cuando a las tres y media, llegó un destacamento

de 61 guardias franceses comandados por un antiguo sargento de la guardia

suiza, Hulin, con ellos llegaban cinco de los cañones de Los Inválidos, los

cuales posicionaron enfrente de la puerta de La Bastilla. De Launay viendo que

todo estaba perdido quiso hacer saltar la fortaleza poniendo fuego a los 250

barriles de pólvora que almacenaba, pero sus soldados se lo impidieron y le

obligaron a la capitulación61. Mientras tanto las multitudes invadieron las

inmediaciones de la Bastilla y pronto se generalizó el fuego entre los asaltantes

y los soldados apostados en las murallas, estas multitudes gritaban:

59

DUFOUR, “El pueblo de…, p. 87. 60

GODECHOT, Los orígenes…, pp. 255-258. 61

DUFOUR, “El pueblo de…, p. 40.

15

“¡Queremos la Bastilla! ¡Abajo los puentes!”, mientras se acercaban a la

fortaleza62, Era evidente que los puentes levadizos habrían de caer pronto y

que las puertas serían derribadas. Entonces comprendió de Launay que tenía

que capitular, esto sucedió alrededor de las cinco de la tarde cuando el

comandante hizo enarbolar la bandera blanca, capitulando la guarnición

capitulaba y pidiendo el derecho de salir conservando sus armas; pero el

pueblo no quería ni oír hablar de capitulación y en cuanto se bajaron los

puentes de La Bastilla, la multitud precipitándose en los patios, se dedicó a

registrar la fortaleza para liberar a los presos encerrados en los calabozos. El

golpe de Estado de la corte había fracasado, comenzando así la Revolución

Francesa. Tras entrar se desarmaron a los suizos y los inválidos y se

apoderaron de Launay que fue decapitado mientras iba de camino al Hôtel de

Ville, más o menos la misma suerte corrió Fleselles quien un desconocido mató

de un pistoletazo, el único que salvó su vida fue De Hue que salvó su vida

declarando que se entregaba a la Ciudad y a la Nación63, puestas en picas las

cabezas de los dos primeros fueron paseadas a modo de trofeos por las calles

de la capital. Mientras que en centro de París ocurría esto en Versalles, Luis

XVI informado de que habían ocurrido disturbios en París, pero no de la

capitulación de Launay, tomó a las seis de la tarde la decisión de que las tropas

evacuasen la capital, pero esta orden llego al Ayuntamiento a las dos de la

madrugada, dando síntomas de que el Rey también había capitulado ante los

parisinos64.

62

KROPOTKIN, Historia de la Revolución…, p. 88. 63

Ibídem, p. 91. 64

DUFOUR, “El pueblo de…, p. 41.

16

4. REACCIONES TRAS LA TOMA

El 15 de julio, el mariscal de Broglie se vio obligado a reconocer que las

tropas “no lucharon contra sus conciudadanos”65. El Rey tras estos hechos

pidió a la Asamblea Nacional que lo ayudasen con la salvación del Estado66. Al

día siguiente, el Comité Permanente del Ayuntamiento acordó “que la Bastilla

fuese demolida sin más tardanza”, tras esto las obras de derribo fueron

encomendadas a Palloy, el cual reclutó a más de 1.000 obreros contratando de

esta manera a muchos parados, de esta forma, la demolición de La Bastilla

contribuyó, pues, a mitigar parcialmente la crisis económica imperante.

Finalmente el día 6 de febrero de 1790 se ofrecía a la Asamblea Nacional la

última piedra de la Bastilla67. Por otra parte, tras los sucesos del 14 de julio la

figura del rey empezó a tambalearse al igual que la de los aristócratas del país,

esto dio lugar a un movimiento de psicosis colectiva en el campo que los

historiadores han denominado el Gran Miedo -la Grande Peur-68. Los pueblos

de las cercanías, temiendo que se les echaran encima, organizaron milicias;

así en los días 17 y 18 de julio de 1789 se declararon miedos locales en

Bougival, Sceaux, Villiers-le-Bel y Pontoise, y el 21 del mismo mes en

Étampes; al mismo tiempo que el temor exaltaba la voluntad represiva y

punitiva69.Ante la insurrección en el campo, la Asamblea tuvo que

pronunciarse, y el día 4 de agosto votó a favor de la supresión de los

privilegios, el diezmo y los derechos y jurisdicciones señoriales que pesaban

sobre las personas, pero no los que gravaban las tierras. Aunque en un

principio el rey se negó a firmar esto, en el mes de octubre de 1789 los

manifestantes que se congregaron a las puertas del Palacio de Versalles,

consiguieron que este firmase los decretos del pasado agosto; de nuevo la

revolución había vuelto a triunfar70.

65

GODECHOT, Los orígenes…, p. 281. 66

GONZÁLEZ-PACHECO, La revolución…, p. 31. 67

GODECHOT, Los orígenes…, p. 294. 68

TUSELL, La Revolución…, p. 24. 69

LEFEBVRE, 1789: Revolución…, p. 164. 70

TUSELL, La Revolución…, pp. 25-26.

17

IX. CONSTITUCIÓN DE 1791

Estos movimientos del año 1789 desembocaron en la formación de la

Asamblea Constituyente francesa la cual desembocó finalmente en la creación

de la Constitución de 1791 donde se reconocía los derechos universales del

hombre. Por otra parte el primer artículo de la Declaración de los Derechos del

Hombre y el Ciudadano reconocía que los “hombres nacen y permanecen

libres e iguales en derechos”. Creándose por tanto un nuevo concepto de

propiedad distinto del de la propiedad feudal, una propiedad libre, absoluta e

individual frente a la propiedad gravada por las cargas señoriales y las

propiedades comunales de disfrute colectivo del Antiguo Régimen. Tras esto se

estableció la propiedad de contratación laboral prohibiéndose de esta forma los

sindicatos. Y finalmente se reconocía el derecho de los ciudadanos a resistirse

a la opresión, a rebelarse contra el Estado que respetase estos derechos. La

Constitución fue finalmente promulgada el 14 de septiembre de 1791 en la que

el rey mantenía el poder ejecutivo mientras que la Asamblea, depositaria de la

soberania nacional, ejercía el legislativa, no obstante, el monarca gozaba del

veto suspensivo71.

X. CONCLUSIONES

El 14 de julio está caracterizado por ser el punto culminante de dos

grandes corrientes: la insurrección del pueblo de Paris y la deserción de las

tropas, por lo que La toma de la Bastilla ha simbolizado el triunfo de esta

insurrección72. Esta ocasionó la capitulación del rey ante el pueblo sublevado y,

apenas un mes más tarde, la caída del Antiguo Régimen, es decir, del régimen

feudal que imperaba en Francia desde hacía casi mil años73. También hizo

evidente la revolución iniciada en Francia dos años antes y latente en todo el

mundo occidental desde veinte años antes, situándose en un clima de

disturbios sociales, motines y manifestaciones violentas. Por otra parte, esta

fortaleza se consideraba el símbolo de la arbitrariedad, identificada con la

monarquía absoluta74. Finalmente, se ha dicho que La toma de la Bastilla el 14

71

Ibídem, p. 30. 72

GODECHOT, Los orígenes…, p. 277. 73

Ibídem, p. 5. 74

Ibídem, p. 7.

18

de julio de 1789 señalaba el principio de la Revolución Francesas, pero esto es

inexacto, ya que el 14 de julio señala ante todo un final, el final entre el Antiguo

Régimen, el final del “feudalismo”75.

75

Ibídem, p. 115.

19

Apéndice:

1. Poesía sobre La Bastilla:

El poeta Claude Le Petit preguntaba:

¿Para qué sirve la vieja muralla en al agua,

Es acaso un acueducto, una tumba,

Es acaso un vivero de ranas?

Y contestaba:

Es la Bastilla, por lo que parece,

Es ella misma, por mi fe,

¡Rediez, ése es un buen motivo

Para que todos temblemos!

Para terminar, definía perfectamente la función del edificio:

De este castillo sin guarnición

Intenta hacer una prisión

Si no sirve de fortaleza76.

76

Ibídem, pp. 103-105.

20

2. Cabezas de Fleselles y de de Launay

3. Bastilla de San Antonio

21

Bibliografía:

DUFOUR, Gerard (2009), “El pueblo de París se arma”, revista La

Aventura de la Historia, 129, GODECHOT, Jacques (1974), Los orígenes de la

Revolución francesa: la toma de La Bastilla (14 de julio de 1789), Península,

Barcelona.

GONZÁLEZ-PACHECO, Antonio (1998), La revolución francesa (1789-

1799), Ariel, Barcelona.

KROPOTKIN, Piotr (2005), Historia de la Revolución Francesa, Javier

Vergara, Barcelona.

LEFEBVRE, Georges (1976), 1789: revolución francesa, Laia, Barcelona.

TUSELL, Silvia (1997), La Revolución Francesa, Santillana D.L., Madrid.

VILADEMUNT, Antonio (1985), Cuadernos historia 16: La Revolución

Francesa (1), Seminario de Estudios sobre la Revolución Francesa,

Universidad autónoma de Barcelona, Barcelona.