Post on 28-Mar-2023
Sociedades deportizadas. Una aproximación a la
historia del deporte
Egresado de la Maestría en Historia de México
Universidad de Guadalajara
(México)
Miguel Ángel Esparza Ontiveros
mcoyter2000@yahoo.com.mx
Resumen Este artículo trata de explicar cómo fue construido el campo de la historia del deporte. Se pretende
explicar cuáles han sido las aproximaciones teóricas e historiográficas empleadas para historiar a los deportes y
se muestran cuáles son las temáticas más populares que los historiadores han trabajado. La idea del artículo es
incentivar el estudio histórico de los deportes en México. Palabras clave: Historia del deporte. Historiografía. Modelos teóricos. Giro cultural
Abstract
This paper tries to explain how the sport history field was build. It aims to explain what were the
theoretical and historiographical approaches used to make sport history and also we want to show what are the
most popular topics that the sport historians have used to make sport history. The idea of this paper is to encourage the historical study of sport in México.
Keywords: Sport history. Historiography. Theoretical models. Cultural turn
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 15 - Nº 144 - Mayo de 2010
1
Sociedades deportizadas
(Una aproximación a la historia del deporte)
Miguel Esparza
Resumen
Este artículo trata de explicar cómo fue construido el campo de la historia del deporte. Se
pretende explicar cuáles han sido las aproximaciones teóricas e historiográficas empleadas
para historiar a los deportes y se muestran cuáles son las temáticas más populares que los
historiadores han trabajado. La idea del artículo es incentivar el estudio histórico de los
deportes en México.
Palabras clave: historia del deporte, historiografía, modelos teóricos, giro cultural
Abstract
This paper tries to explain how the sport history field was build. It aims to explain what
were the theoretical and historiographical approaches used to make sport history and also
we want to show what are the most popular topics that the sport historians have used to
make sport history. The idea of this paper is to encourage the historical study of sport in
México.
Keywords: sport history, historiography, theoretical models, cultural turn
Miguel Ángel Esparza Ontiveros, egresado de la Maestría en Historia de México, Universidad de
Guadalajara (México), mcoyter2000@yahoo.com.mx
2
Introducción: el reto de historiar los deportes
Como una incitación a la discusión y al dialogo planteo las siguientes interrogantes: ¿qué
importancia tienen los deportes en la actualidad para nuestro modo de vida? Y sobre todo
¿qué importancia tiene historiar los deportes? Respondiendo a la primera de las preguntas
la importancia que los deportes representan para nuestro modo de vida radica en la fuerte
presencia y en el espacio ganado entre y dentro de la sociedad. Nuestra propia experiencia
puede fácilmente clarificar aún más el punto. Considero que como una característica de
nuestra generación, al menos una vez en la vida, hemos tenido algún contacto con las
actividades deportivas, ya sea como practicantes activos o como aficionados.
Los deportes encarnan en nuestra sociedad actual una revolución cultural porque sin
duda alguna, cautivan y fascinan al ser humano, es cuestión de poner atención a nuestro
alrededor y notaremos cómo la sociedad vive rodeada de una atmósfera deportiva, vivimos
inmersos en un ambiente donde los deportes constantemente hacen acto de aparición. No
tendremos que esperar mucho para observar o escuchar algo relacionado con las prácticas
deportivas que en nuestro entorno se están desarrollando.
Resulta normal ver personas vistiendo ropa deportiva (camisetas, gorras, chamarras
alusivos a algún deporte, equipo o deportista), así como anuncios y publicidad sobre
deportes (o utilizados como estrategia de venta). Somos participes o testigos de charlas y
discusiones sobre temas deportivos, día a día los medios hacen eco de las noticias
deportivas y generalmente los fines de semana (sábados y domingos) son días dedicados
para practicar o ver deportes, es una costumbre ya arraigada para muchos mexicanos
dedicar estos días al cultivo y disfrute de estas actividades. En el ambiente circundante
3
existen edificaciones monumentales con carácter y funcionalidad deportiva que
cotidianamente fungen como un espacio recreativo o de entrenamiento donde confluyen
personas que se identifican con el estilo de vida deportivo. Lo anterior nos señala que la
cultura deportiva que nos rodea ha propiciado la creación de todo un sistema que ha
producido una moda, un mercado de bienes y servicios, una tradición, una conciencia y un
mundo propiamente deportivo.
En los últimos cien años los deportes han acompañado la vida de los mexicanos
modelando la situación actual que nos abraza. Todos sabemos lo que es un gol, todos
tenemos una noción básica de lo que es el fútbol, el atletismo, el básquetbol o quiénes son
Pelé, Maradona, el Tiger Woods, Hugo Sánchez, Ana Guevara o el Santoi, y también, sin
ser practicantes o aficionados tenemos una idea de lo que son los deportes, en una palabra,
difícilmente podríamos vivir o concebir nuestra sociedad sin ellos.
José Ortega y Gasset definía a los deportes como “la forma superior de la existencia
humana”,ii porque los deportes por su carácter multifactorial inciden en gran cantidad de
ámbitos y esferas de la vida, los deportes como una expresión socio-cultural de las
actividades humanas actuales se encuentran presentes en algunos de nuestros intereses más
importantes como la política, la economía, incluso, la religión, con lo cual, podemos
manifestar que la era actual puede ser descrita como la era deportiva o de las sociedades
deportizadas.
Pareciera un poco presuntuosa esta idea pero la realidad marca que los deportes son
las únicas actividades que fehacientemente logran reunir a las sociedades del mundo en un
mismo punto y momento, piénsese en los Juegos Olímpicos o en la Copa Mundial de
4
Fútbol, eventos de gran escaparate político donde se mueven grandes cantidades de dinero,
que gozan de la mayor difusión mediática y que han transformado culturalmente la noción
del ocio, del tiempo libre y del cuerpo, un claro reflejo del proceso de deportivización
global que vivimos.
Los deportes son vehículos de comunicación de lo que culturalmente somos, pues a
través de ellos expresamos sentimientos, valores, costumbres, estilos de vida, sistemas de
comportamientos, es decir, por medio de los deportes podemos definir quiénes somos, pues
de acuerdo a la manera en que una sociedad concibe y práctica el deporte, se puede definir
a sus miembros.
A lo largo de la historia las actividades físicas y corporales han tenido gran
importancia social. Claramente podemos vislumbrar el lugar que ocupaban las actividades
físicas y corporales en sociedades antiguas y prehistóricas en vasijas o en el arte rupestre
donde se dibujaron escenas de la vida cotidiana que expresaban la forma en que los seres
humanos hacían uso de sus cuerpos en forma de caza, ejercicios de guerra, rituales
religiosos, danzas, formas de ocio, diversión y competencia.
Sin embargo, la actividad física, sobre todo a partir del siglo XIX cuando tomó la
forma de los actuales deportes, dejó de ser un punto importante de la sociedad al menos en
lo tocante a su estudio histórico y social. Las academias tanto de historia así como de
educación física y deportes han relegado al olvido y la marginalidad a los estudios sociales
del deporte, por considerar que no tienen el valor suficiente para producir conocimiento
científico que pueda explicar las cuestiones importantes del devenir humano. Dicho por
Jean Marie Brohm “el deporte nunca ha sido objeto de estudios profundos y sistemáticos a
5
la luz de las ciencias humanas modernas (…) el deporte es todavía el pariente pobre de la
investigación científica.”iii
La historia se escribe desde el presente y los historiadores actuales aún no se han
dado cuenta del impacto que ejercen las actividades deportivas en la sociedad de nuestro
tiempo. En Guadalajara (México) en menos de dos años se celebrará un evento deportivo
de importancia internacional (la edición número XVI de los Juegos Panamericanos), donde
se espera recibir a miles de deportistas y aficionados de todo el continente, sin embargo, la
historia y los historiadores no trabajan a la par de estos hechos, ya que no se han
preocupado por iniciar el estudio histórico y social de estas actividades, por tanto, este
campo disciplinario continuará estando en la marginalidad y en espera de ser encontrado
como una opción de trabajo y estudio para la historia nacional por algún tiempo más.iv
En la actualidad la validez de la historia del deporte no debe estar en tela de juicio,
porque indagar en la historia de los deportes invariablemente conlleva a adentrarse y
analizar otros procesos históricos con los cuales se relaciona íntimamente o de los que son
dependientes directos. Los deportes (el estudio de su historia) revelan una nueva
perspectiva de mirar el pasado. Los deportes, al igual que otras actividades, ofrecen la
oportunidad de visualizar los cambios y modificaciones que sufren las sociedades en
determinado momento histórico.
Los deportes como novedad histórica representan grandes retos para el historiador,
el más significativo es el reconocimiento de su labor por parte de la academia y ante los
colegas. El historiador debe ser capaz de demostrar que el estudio de los deportes nos
permite tener un mejor entendimiento del cúmulo de acciones y experiencias de una
6
sociedad desde su origen y hasta el presente. El estudio del deporte contribuye a conocer
mejor nuestro pasado y los procesos inmersos que componen el sistema deportivo: los
procesos que les dieron surgimiento, las formas deportivas y las situaciones en las que
ocurrieron, las características que distinguen un deporte de otro, los resultados, la
participación deportiva, la organización y la construcción de comunidades que los practican
en escala local, nacional e internacional.
En otras academias del mundo los deportes comenzaron a ser estudiados porque los
investigadores se dieron cuenta del lugar y la importancia que tienen éstos en la sociedad.
Los trabajos iniciales en esta materia se iniciaron en los años 60’s, tratando de ilustrar los
cambios en las condiciones y relaciones sociales interrelacionadas con los deportes que a la
larga condujeron a la creación/construcción de un campo dedicado especialmente al estudio
e investigación de estas actividades.v
Peter Burke señala que para lograr que las academias de la historia se abran, acepten
y comiencen a desarrollar nuevos temas y campos de estudio como la historia de los
deportes, es necesario que el paradigma a seguir por parte de los académicos de un “giro
cultural”, esto consiste en reconocer el valor que tienen “todas las actividades y todos los
individuos como seres y objetos históricos.”vi
Como tal, la historia del deporte es una subdisciplina de reciente creación que surge
en la década de los 70’s.vii La construcción del campo de la historia del deporte responde a
un esfuerzo realizado a partir de la década de 1960 dentro del english speaking world
(mundo de habla inglesa)viii que fructifica significativamente hasta el año 1973, con la
fundación de la North American Society for Sport History (Sociedad norteamericana para la
7
historia del deporte) y la publicación de la Journal of Sport History (Revista de historia del
deporte).ix
Cabe señalar que mucho de lo aquí expuesto tiene como base y guía principal las
ideas establecidas por aquellos historiadores que se han interesado en investigar cómo se ha
construido el campo, historiadores en su mayoría pertenecientes al mundo anglosajón por lo
que las tendencias historiográficas, teorías, conceptos y ejemplos aquí presentados han sido
recopilados (y en su caso traducidos) de varios de sus textos y trabajos que he tenido
oportunidad de conocer y que a mi juicio considero como los más representativos para
entender la construcción de la subdisciplina de la historia del deporte.x
Haciendo camino al andar: los inicios de la historia del deportexi
En los primeros pasos de la naciente disciplina de la historia del deporte, los estudios
desarrollados, de acuerdo a Allan Metcalfe, se enfocaron a definir lo que es el deporte. Esta
empresa pudiera parecer banal y ociosa, sin embargo, no es nada sencilla ya que el término
deporte engloba un amplio número de prácticas y disciplinas, algunas muy diferentes entre
sí y las cuales tienen orígenes en contextos también distintos. Estos primeros trabajos
permitieron la diferenciación y separación del deporte de la educación física, los ejercicios
militares, el juego y la danza, actividades similares pero culturalmente distintas.xii
Estos trabajos permitieron descubrir nuevos materiales, reconstruir fuentes y
analizar datos acerca del desarrollo y cambio de las actividades deportivas a fin de poder
comprender y explicar cuál fue el proceso histórico de todas las clases de deportes, de los
festivales deportivos y de las organizaciones deportivas en una región en concreto y en
específicos períodos de tiempo. Esto dio luz al establecimiento y consolidación del campo
8
ya que ubicó temporal y espacialmente el rumbo de las investigaciones futuras y su
temática, las cuales, localizaban las características de los modernos deportes en el seno
industrial, capitalista, urbano y occidental de Inglaterra.
En esta primera etapa (previo a 1980), la mayoría de los estudios de la historia del
deporte fueron desarrollados de manera descriptiva-narrativa, esto se debe a que muchos de
los autores fueron formados en educación física y no en historia.xiii La descripción se
enfoca de acuerdo a Nancy Strunaxiv a explicar dos cuestiones básicas “quién” y “qué”, un
modelo unidimensional que de manera secuencial y cronológica ordena la información
empírica proveniente de las fuentes primarias. Esta forma de trabajar la historia se
denomina como empirista y de acuerdo a Murray G. Phillips, es uno de los métodos
dominantes de la historia consistente en detallar meticulosamente los hechos, para que éstos
“hablen por sí mismos”.xv
Este tipo de trabajos han sido poco valorados por contar con escasa teoría y por
considerar que la descripción, por su simplicidad, tiene poco que ofrecer a la ciencia
histórica, sin embargo, Fernand Braudel nos dice que el material con el que trabaja el
historiador, al encontrarse distribuido en forma de anécdotas en gran cantidad de hechos,
requiere de ser sometido a una rigurosa crítica selectiva a fin de clasificar y poner en orden
toda la información que permita realizar la explicación histórica mediante la descripción de
los hechos más significativos de un proceso.xvi
En esta primera etapa de la historia del deporte como ya se dijo, el estatus quo
prevaleciente era el de la descripción narrativa y aunque se diga lo contrario, sus
aportaciones resultan valiosas para echar andar el campo. La labor descriptiva-narrativa de
9
la historia es una labor tan importante como lo son la de sus aspectos analíticos, los cuales,
saltan a la palestra de la historia del deporte a partir de 1985 y con lo cual se arriba a la
segunda etapa del estudio de la historia del deporte.
El deporte en la sociedad: la segunda etapa de la historia del deporte y sus tendencias
A mediados de los años 80’s, el estudio del deporte de alguna manera se transforma y
adquiere una faceta más analítica. El estudio de los deportes se enfocó a encontrar el rol
que ocupan estas actividades dentro de la sociedad, así como sus funciones sociales y
contribuciones para el desarrollo de algunas instituciones o grupos que las promovían y
practicaban. Nancy Struna señala que la historia del deporte adoptó los puntos de análisis
de la historia social, lo que ha permitido a los académicos a explorar e investigar cuestiones
de identidad individual y colectiva que incluyen el urbanismo, la clase social, la raza, el
género y el nacionalismo.xvii
Este nuevo enfoque entre el deporte y la sociedad llevó a los historiadores del
deporte a la siguiente etapa, caracterizada por el desarrollo de trabajos más analíticos y
teóricos que descriptivos. Douglas Booth señala que el uso de la teoría enriquece las
explicaciones históricas, en función de que la teoría realiza una tarea crítica dentro del
proceso explicativo de los fenómenos que analiza al proporcionar un marco conceptual que
emerge de la interpretación de la evidencia encontrada.xviii
La relación deporte y sociedad fue explicada mediante diversos enfoques: el
funcionalista, el estructuralista, el figuracional, los estudios interculturales, la teoría del
género, la etnicidad, el marxismo, entre otros.
El funcionalismo
10
En el primero de los casos, el enfoque funcionalista o funcionalismo, se caracteriza por
percibir el funcionamiento (de ahí su nombre de funcionalismo) de los objetos de estudio en
una sociedad dada en un tiempo dado.
El funcionalismo:
concibe a la sociedad como un organismo cuyas partes componentes funcionan para mantener un
relativo equilibrio y estabilidad. El funcionalismo analiza procesos a través de dos etapas básicas:
identificar patrones sociales y explicar su persistencia o la regularidad de los patrones al establecer
sus consecuencias dentro del largo sistema de los que son parte.xix
Es decir, el funcionalismo busca explicar el rol de cada parte para mantener un
sistema trabajando en completo orden, el funcionalismo explica los fenómenos, eventos,
acciones y por ende sus consecuencias.xx El urbanismo creciente desde el siglo XIX en las
ciudades ha sido un tema constante para explicar desde la perspectiva funcionalista cómo
surgen los deportes en las ciudades de Norteamérica y Europa, analizando el “impacto de la
urbanización sobre los deportes y los deportes sobre la urbanización.”xxi
Citando nuevamente a Steven A. Riess, este autor señala que muchos de los actuales
deportes fueron inventados o se desarrollaron en las ciudades, por tanto, a medida que crece
la urbanización de una ciudad, crece su estructura, sus recursos y sus expresiones
deportivas.xxii El surgimiento y fundación de clubes, su edificación, así como la
organización de competencias de estos grupos son funciones que generan una vasta
cantidad de consecuencias perceptibles en la transformación de las conductas de ocio de las
11
sociedades, contribuyendo al desarrollo del proceso de globalización, comercio y consumo
de las actividades deportivas. El análisis funcionalista señala que los deportes vinieron a
mantener en orden y equilibrio a las sociedades constituyéndose uno de los mayores pilares
del siglo XX ya que remplazaron al viejo sistema de costumbres de socialización basado en
las clases, la raza y el estatus.xxiii
El estructuralismo
En lo que respecta al estructuralismo, éste, sirve para describir patrones relacionados con
instituciones “hablar acerca de las estructuras… es hablar de las formas en que el
comportamiento humano es regulado, modelado, ordenado, limitado y determinado.”xxiv La
FIFAxxv y el COI,xxvi son organismos (estructuras), que controlan, imponen límites y hasta
cierto punto oprimen a sus agremiados mediante regulaciones e implementaciones de orden
político o ideológico, por ejemplo, fue requisito indispensable para poder participar en los
concursos organizados por el Comité Olímpico Internacional así como sus filiales
nacionales, demostrar la calidad de deportista amateur, un rasgo que ha sido interpretado
como una ideología propuesta para excluir e impedir la participación dentro de las
olimpiadas a los individuos pertenecientes a las clases bajas o razas diferentes a la
blanca.xxvii
El estructuralismo es una corriente que surge en los años 60’s y que tiene en el
antropólogo Claude Levi-Strauss a uno de sus referentes básicos.xxviii Este modelo
explicativo surge como una respuesta en oposición al existencialismo. El estructuralismo es
una teoría que concibe de manera abstracta a las elementos constituyentes de una sociedad
(economía y religión por citar algunas y sus relaciones) mediante dos formas principales, la
12
esencialista y la constructivista. La primera de ellas es la esencialista o realista y la cual
identifica a las estructuras como factores que determinan el funcionamiento de las
sociedades, es decir, las estructuras son las que modelan las acciones y comportamientos de
los individuos.xxix
Esta corriente se ha asociado con los enfoques marxistas-estructuralistas las cuales
conciben a los deportes como un aparato ideológico del Estado. El deporte tiene como
objetivo esencial preservar y perpetuar las estructuras capitalistas. De acuerdo a este
enfoque los deportes reproducen valores capitalistas como la competición, el consumo y la
eficiencia en la producción. Los deportistas triunfadores, análogamente son comparados
como trabajadores especializados, los clubes deportivos como fábricas, los deportes como
trabajo y los implementos técnico-tecnológicos que miden los alcances deportivos como
herramientas y medios de producción capitalista.
Jean Marie Brohm es un teórico que ha publicado sus trabajos siguiendo la corriente
estructuralista-esencialista, Brohm considera que el deporte haría del atleta “un esclavo a
causa del encadenamiento lógico de la competencia… El deporte no sería más que un
reflejo del capitalismo industrial… El deporte sería un medio de distracción, de diversión,
en el sentido cabal de la palabra, que impediría a los adultos el llevar una vida de
hombres.”xxx
Brohm establece el concepto proceso de producción deportiva que manifiesta que el
sistema deportivo depende esencialmente del modo de producción capitalista y asimismo
señala, que el propio sistema deportivo produce mercancías muy particulares: campeones,
espectáculos, récords y competencias. Brohm realiza un análisis profundo de las estructuras
13
más determinantes del deporte; la política, la económica, la cultural, la ideológica y las
simbólicas.xxxi
Otra de las aproximaciones teóricas del estructuralismo es la constructivista, la cual,
se caracteriza por definir a las estructuras como espacios reguladores de las
interdependencias humanas y como generadores de las prácticas sociales de los individuos
que las componen. Son los espacios donde los individuos piensan y actúan, donde
desarrollan sus prácticas y actividades. Las estructuras son creadas, mejor dicho construidas
y transformadas a través y a lo largo del tiempo.xxxii
La regulación de los deportes es una manera de explicar la corriente constructivista
del deporte. La estandarización de los deportes bajo una efectiva regulación condujo a estas
actividades a transformarse como pasatiempos organizados y comercializados, pues se
revela todo un sistema, controlado, articulado y estructurado de las expresiones deportivas
que permitió la creación de ligas, campeonatos y espectáculos deportivos regulares como la
Copa Mundial de Fútbol por parte de la FIFA cada cuatro años o la liga local de fútbol por
parte de la Federación Mexicana de este deporte cada año.
El análisis figuracionalxxxiii
En lo que respecta al enfoque figuracional, éste, fue desarrollado por Norbert Elias y Eric
Dunning en la ya clásica obra Deporte y ocio en el proceso de civilización, donde se
explica cómo surge el deporte en el Reino Unido y cómo las sociedades modernas se
vuelven deportizadas. El proceso de deportivización es un proceso inmerso dentro del
proceso de civilización que condujo la transformación de las sociedades preindustriales
hacia la modernidad y consiste en la regularización y reglamentación más estricta de las
14
prácticas de ocio (como el folk football, precedente directo del fútbol soccer actual) a fin de
eliminar y disminuir, en medida de lo posible, los roces violentos. Las regulaciones a los
divertimentos, de acuerdo a Elias, es una derivación directa de una misma corriente
civilizadora que buscaba tener un íntegro y efectivo control de los medios de violencia por
parte del Estado.xxxiv
El análisis figuracional conlleva a pensar los hechos y fenómenos históricos de
manera procesual (sucesos de tiempo largo) e interdependiente.
La interdependencia precede al nacimiento y, como ha demostrado Goudsblom, es un elemento
integrador de la construcción de la personalidad y los hábitos individuales del <yo>. Todos nosotros
nacemos mediante la interdependencia sexual de los padres a través de unos lazos de
interdependencia que crean alguna forma de familia. Nuestra familia es un eslabón de la cadena de
interdependencia de una <unidad de supervivencia> como un estado nación, y en el mundo moderno,
un eslabón en la cadena de interdependencias cada vez con mayor repercusión global.xxxv
Otras de las herramientas teórico-conceptuales que son utilizadas en el análisis
figuracional son los conceptos de “patrón” y “situación”.xxxvi Dunning se refiere al término
patrón como una formación construida por los seres humanos, es decir, son todos aquellos
elementos que se forman a medida que las necesidades los requieren, por ejemplo, uno de
los patrones más reconocibles del cambio social que experimentaron los deportes fue la
homologación y estandarización de las formas de practicarlos, esto permitió que se
extendieran a escala nacional e internacional porque sin importar donde se practicaran, las
15
reglas no cambiarían, esta estandarización y homologación a la postre permitiría la igualdad
de condiciones proveyendo a los participantes la misma oportunidad de ganar.
En lo que respecta al concepto situación, se define como el contexto histórico que
abraza a los patrones. La situación prevaleciente que envolvió al surgimiento de los
deportes fue el de la modernidad, un proceso que enmarca a todo el cúmulo de patrones que
modelaron a los pasatiempos y actividades de ocio hasta convertirse en los deportes tal cual
los conocemos. El contexto histórico pensado como la situación, sirve como marco
interpretativo de las evidencias encontradas, dicho de otro modo, el contexto permite
modelar nuevas nociones acerca de un proceso y crear esquemas conceptuales que permitan
explicar los residuos de los hechos históricos.xxxvii
El marxismoxxxviii
Otras de las aproximaciones teóricas que han sido utilizadas para explicar el surgimiento de
los deportes en las sociedades modernas es el enfoque marxista. Esta aproximación teórica
se fundamente básicamente de los aspectos socioeconómicos, donde se busca explicar el
desarrollo histórico de los deportes por medio del conflicto de clases; entre los pocos que
controlan los medios de producción y la gran mayoría de personas quienes solo poseen su
fuerza de trabajo. El deporte como una parte de la superestructura ha fungido como una
herramienta coercitiva y manipuladora al servicio de los grupos gobernantes a fin de
perpetuar el sistema capitalista.
Allen Guttmann en su crítica realizada a la escuela marxista, señala que “Uno de los
propósitos de los deportes en la sociedad burguesa es para preservar el rol de la clase
capitalista.” Guttmann señala que mientras los empresarios y los industriales juegan al golf
16
con los militares, políticos y gobernantes, los obreros en contraparte, se refugian en el
fútbol, una actividad deportiva que ha sido relacionada con las clases populares.xxxix
John Sugden y Alan Tomlinson concuerdan con Guttmann al postular que el deporte
fue visto como parte del proceso donde la estructura dominante fue asegurada o
reproducida.xl Estos autores consideran que el deporte fue un factor de estabilización para
la existencia del orden social. E. P. Thompson argumenta que el florecimiento del
capitalismo necesitaba de una actividad que fungiera como agente disciplinador de la fuerza
laboral. “De forma necesaria los hábitos fuera del trabajo de las masas formaban parte de
una ecuación de reforma, para que la gente en su tiempo libre tuviera implicaciones
relacionadas con el proceso de producción.”xli Los deportes vinieron a contribuir al
desarrollo de las destrezas y habilidades manuales de los obreros para aceptar las reglas de
las fábricas y a ser políticamente dócil, con lo cual se preservaba la estructura de clase de la
sociedad capitalista.
Otras de las explicaciones marxistas se centran en detallar el uso dado por los países
socialistas a la actividad deportiva, donde es notorio observar trabajos enfocados a la
preferencia que tienen ciertas clases sociales que desempeñan ciertas ocupaciones con
específicas prácticas deportivas, además, de detallar lo concerniente a la consciencia de
clase generada por la práctica deportiva y su emancipación bajo el socialismo a la
explotación y al dominio político del aparato estatal capitalista.
Estos trabajos mayoritariamente se han desarrollado en la extinta República
Democrática Alemana, donde se señalaba que el movimiento obrero conectado al
socialismo fue un obstáculo para el régimen nazi. De este movimiento se formaron dos
17
organizaciones deportivas obreras: la Red Sport International y la Lucerne Sport
International, que motivaron a los grupos proletarios a desarrollar lo que se ha denominado
como “la cultura física del proletariado” que se oponía a la manifiesta explotación,
manipulación y deshumanización de los deportistas por parte del régimen fascista.xlii
Estudios de género
Una corriente que ha venido en crecimiento dentro de la historia del deporte son los
abocados a los estudios de género, en los primeros años del campo, Patricia Vertinsky nos
dice que uno de los temas menos trabajados dentro de la historia del deporte han sido los de
género y deporte, pues según Vertinsky, pareciera que este tema formara parte de una
disciplina diferente. Sería hasta los años noventa cuando los estudios de género en el
deporte comenzaran a ser un tema recurrente para los historiadores de la actividad
deportiva. Diversos métodos y aproximaciones fueron utilizados para explicar la relación
entre el deporte, la mujer y su relación con los varones.xliii
El cuerpo femenino y las actividades que despliega han estado históricamente bajo
un fuerte escrutinio moral, lo que finalmente condicionó su socialización en la esfera
pública. La socialización es un concepto que se define como un mecanismo que permite a
los individuos aprender las normas y los valores de la sociedad, en ese sentido, las mujeres
fueron instruidas para comportarse y socializar de acuerdo a su rol de mujer; enteramente
pasivo y desigual. El género, de acuerdo a Ilse Hartmann-Tews y Gertrud Pfister, es una
construcción de la dicotomía femenino y masculino que estructura la sociedad y organiza la
vida diaria de los individuos dependiendo de su pertenencia de género.xliv
18
Por ejemplo, el trabajo es una actividad que se encuentra regulada y organizada por
el género; el hombre realizaba su trabajo en las fábricas, la mujer en el hogar, el hombre
recibe un salario, la mujer no. La construcción de los roles de género en la cuestión
deportiva se produjo en base a la desigualdad existente entre los sexos y la discriminación
contra la mujer. La construcción social de los géneros dio lugar a la hegemonía que
dominaba la forma de vida; las personas fueron catalogadas como pertenecientes a clases
sociales, ideologías, razas y a un sexo determinado.xlv
Jennifer Hargreaves de igual forma coincide en señalar que el discurso que ha
modelado la condición del género femenino ha sido realizado desde la perspectiva de la
hegemonía. La hegemonía describe una forma de control persuasiva de los valores y
creencias que en específicas situaciones históricas, apoyan el establecimiento de relaciones
sociales y estructuras de poder.xlvi
El concepto de hegemonía resulta del trabajo realizado por Antonio Gramsci y ha
sido utilizado para explicar las continuidades y transformaciones de las mujeres en los
deportes. Los deportes operan como vehículos de transmisión de la ideología de los grupos
dominantes, es por esta causa que la práctica de estas actividades en sus orígenes se
concibió como de dominio meramente masculino.xlvii
El deporte y los espacios deportivos en sus inicios fueron considerados cotos donde
la hegemonía masculina era completa ya que se negaba totalmente la
inclusión/participación de las damas. Cuando el barón Pierre de Coubertin restauró las
Olimpiadas en el año de 1896 prohibió terminantemente la participación de las mujeres,
19
porque se consideraba que el desarrollo muscular femenino obtenido de la práctica
deportiva intensa podría interferir con su capacidad de procrear.xlviii
Sin embargo, esos cuestionamientos fueron cambiando paulatinamente y de
mantener un rol pasivo la mujer comenzó a ganar mayor independencia en varios ámbitos,
en el deportivo, el tenis fue el deporte que le brindó un espacio de desarrollo físico y social,
pues en sus primeros años, esta actividad se consideraba un juego más que un deporte. El
tenis fue visto como un juego femenino y acorde a las disposiciones morales, en función de
que su práctica tomaba lugar en clubes y espacios privados donde la mujer podía ejercitarse
y mantener su respetabilidad pública.xlix
El tenis a diferencia de otras actividades deportivas le permitió a la mujer competir
virtualmente en igualdad de condiciones con el hombre, además, de permitirle la
oportunidad de estrechar lazos al jugar juntos. Según Ian Cooper los juegos de tenis de
dobles mixtos fueron un espacio de socialización donde los jóvenes y las señoritas podían
conocerse e iniciar relaciones de romance mientras practicaban este deporte.l
Las mujeres pasaron de tener un rol pasivo a convertirse en constructoras de sus
propias formas de recreación. Este proceso se suscita a partir de la modernidad, cuando
laboralmente se requirió más la participación de la mujer en el desarrollo de la sociedad, al
hacerse necesario el trabajo femenino dentro de las fábricas.li
Etnicidad y raza
Al igual que los estudios de género, los estudios y trabajos desarrollados bajo la temática de
la raza y la etnicidad han sido poco estudiados, Jeffrey T. Sammons nos dice que en 1983
sólo el estudio realizado por Melvin Adelman hacia una breve referencia a la cuestión de la
20
raza y deporte. Estos estudios de igual forma que los estudios de género, pueden ser
abordados desde diferentes perspectivas de análisis (marxismo, funcionalismo, etc.).
La raza es al igual que el género es una construcción social e histórica de los grupos
dominantes para referirse, catalogar, estigmatizar y excluir a quienes por sus rasgos, color
de piel y calidad étnica se diferencian de quienes ostentan el poder en una sociedad. De
acuerdo a Michael Omi y Howard Winant el concepto de raza es definido como “un
aspecto que simboliza conflictos sociales y de intereses para referirse a diferentes tipos de
cuerpos y seres humanos.”lii
Algunos de los trabajos que se han enfocado a desarrollar la temática de la raza y el
deporte han hecho énfasis en analizar la exclusión que algunos grupos han realizado sobre
otros simplemente por ser de diferente grupo étnico. Colin Tatz señala los casos
particulares de Sudáfrica y al apartheid impuesto por la minoría blanca para mantener un
control sobre el país y sobre la mayoría negra para evitar se entremezclaran unos con otros
y que también fue aplicada a los deportes.
Esta política de apartheid invadió la escena deportiva para mantener limpios y puros
los divertimentos blancos evitando a toda costa el ingreso, la afiliación o inclusión a los
miembros de la raza negra a clubes, equipos o deportes de los blancos. De igual forma Tatz
describe el caso de los nazis y su política de exclusión sobre los atletas judíos para evitar
que participaran en la Olimpiada de Berlín de 1936.liii
En contraparte, la raza utilizada como una forma de política cultural ha sido un
efectivo vehículo para denotar el progreso en el deporte de los “no blancos” en los deportes
de éstos y también como símbolo de identidad.liv Uno de esos primeros casos se presentó
21
cuando Jesse Owens ganó 4 medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936
derribando con esto la mítica idea nazi de la superioridad racial blanca.lv
En lo tocante a los aspectos de identidad racial, aquí el deporte toma la forma de un
espacio de resistencia y de representación cultural ante las expresiones dominantes,
imperialistas y colonizadoras de los blancos. Jorge Iber y Samuel Regalado establecen que
los estudios de raza y deporte han contribuido a identificar cómo los grupos subordinados
retaron a las teorías raciales como el darwinismo social que catalogaba a los grupos no
blancos como inferiores.lvi
En ese mismo tenor Joseph Arbena señala que los cubanos y dominicanos utilizaron
el béisbol como un instrumento anticolonial que les permitiera establecer su propio espacio
de dominio siempre y cuando uno de sus equipos fuera capaz de vencer en un partido de
pelota a una novena de extranjeros, el ganarles en su propio juego representaba un acto de
legitimación racial que derrumbaba las barreras de la supuesta superioridad blanca y
derribaba por algunos instantes la dominación política.lvii Nelson George en su estudio
sobre el básquetbol en los Estados Unidos puntualiza que este deporte comenzó a tomar
aspectos, rasgos y características muy distintivas de la comunidad y cultura negra, ya que
representaba fehacientemente el estilo de vida, los valores y el lenguaje que los negros
particularmente utilizan.lviii
La recuperación de la historia deportiva de las minorías raciales es una cuestión
apologética que viene a señalar la importante contribución al desarrollo deportivo mundial
en diversas disciplinas deportivas, épocas y naciones de todos estos grupos que poco o nula
atención han tenido por parte de los académicos del deporte.
22
Los estudios interculturaleslix
Por último tenemos el modelo de los estudios interculturales, esta forma de trabajar los
hechos de la historia del deporte es una de las más novedosas y que mayor auge está
teniendo dentro del campo, ya que en la actualidad constituyen una fructífera línea de
investigación para entender el desarrollo de los deportes en áreas y regiones poco
estudiadas (como es el caso de México, cuya producción de estudios sociales del deporte es
escasa).lx
Los estudios interculturales hacen uso de la teoría de la modernización para explicar
la aparición de estas actividades en Inglaterra y su posterior difusión hacia otras áreas
geográficas. Los estudios interculturales son utilizados para realizar análisis comparativos
entre áreas diferentes y sus formas de deporte. Los estudios interculturales “no solo ayudan
a superar los etnocéntricos puntos de vista y despertar un mayor entendimiento de la gran
diversidad de culturas físicas, sino también para comprender y explicar las relaciones entre
el deporte, las razas, los géneros y las clases.”lxi
Mediante la comparación de sociedades tanto igualitarias como opuestas entre sí, es
posible entender cómo los deportes surgen en ciertas comunidades pues nos permite
observar las similitudes, las variaciones y diferencias entre naciones, culturas, ideologías,
comportamientos, instituciones, récords, atletas, equipos, grupos sociales y épocas.lxii
Por ejemplo, mi propia investigación acerca del surgimiento e implantación del
atletismo en Jaliscolxiii fue desarrollado bajo la línea de los estudios interculturales pues de
manera constante se estuvieron realizando pertinentes comparaciones entre la sociedad
23
estadounidense y la mexicana a fin de encontrar la forma en que estas dos sociedades
concibieron y practicaron al deporte del atletismo en los primeros 40 años del siglo XX.
Este deporte fue introducido a México por los estadounidenses quienes vinieron a
radicar al país cuando Porfirio Díaz inició las reformas políticas y económicas que
permitieron la modernización de la nación (fines siglo XIX). Los deportes en México
surgieron tardíamente en comparación con los Estados Unidos e Inglaterra, recordemos que
el desarrollo del país (su evolución histórica) ha sido diferente al que experimentaron estas
citadas naciones.
En México, la práctica deportiva se ve profundamente afectada debido a que durante
mucho tiempo se vivió en un entorno conflictivo y violento, sobre todo en materia política
y social, por lo que ese ambiente no fue el propicio para el desarrollo de los deportes.
Durante gran parte del siglo XIX, tiempo en que definitivamente el deporte se desarrolló y
consolidó en otras latitudes, México luchaba por consolidarse políticamente como un
Estado-nación.
Los deportes al arribar a México traían fuertemente adherida una ideología y un
discurso nacionalista, un patrón social que se instaura después de que los Estados Unidos se
independizaron de Inglaterra. Los americanos cayeron en cuenta de que los deportes eran
una buena forma de propagar tanto las estrategias políticas como las ideas nacionalistas y
los mensajes patrióticos del gobierno en turno, porque los deportes rápidamente se
transformaron en una industria cultural sumamente arraigada en todos los estratos de la
sociedad estadounidense, se convirtieron en la fuente del orgullo individual, local y
nacional.
24
Según David Mayall y Mike Cronin, el deporte en general “ha sido usado para
simbolizar el progreso y el éxito de la nación, es un símbolo de nación que es benigno. El
deporte no puede ganar territorio o destruir una ideología opuesta o una religión que la
nación busca demonizar. Sólo puede apoyar la construcción de una nación que ha sido
imaginada.”lxiv
En México el atletismo fue practicado por la sociedad mexicana utilizando un
formato de festejo que Steven Popelxv ha denominado como Patriotic Games, dicho
formato fue establecido por los estadounidenses y consiste en celebrar las fiestas patrias
más importantes y significativas (como el día de la independencia) con concursos atléticos.
Este tipo de festejos tiene como principal objetivo consolidar la identidad nacional
expandiendo hacia las masas el gusto por el deporte (por su práctica) y del mismo modo
llevar y difundir las ideas políticas del gobierno en turno. Los llamados juegos patrióticos
surgen con el fin de encauzar y realzar el sentimiento nacionalista del pueblo mediante la
realización y práctica comunitaria de espectáculos deportivos.
En los primeros años del atletismo en México, la práctica deportiva fue muy similar
a la practicada por los estadounidenses, los mexicanos copiaron efectivamente el modelo de
organización y asimismo el gusto por las pruebas de velocidad. Sin embargo, al final del
período de estudio (1937), resulta evidente que los practicantes y aficionados mexicanos
del atletismo comienzan a mostrar un mayor gusto por las llamadas pruebas de fondo, lo
cual sigue siendo una constante sumamente distintiva del atletismo en nuestro país.
De nuevo reitero lo que líneas arriba ya se había expuesto, este tipo de sucesos que
envuelven las prácticas deportivas con aspectos políticos, nacionalistas y patrióticos
25
aparecen sólo a partir del arribo de la modernidad al país. En México, la modernización
funciona como un marco interpretativo ideal para analizar la aparición de los deportes y su
relación con el proceso de consolidación del Estado-nación.
En los estudios interculturales, la modernidad y la modernización enmarcan un
cambio social en la historia de las naciones donde se hace evidente su evolución de
sociedades rurales y agrarias a sociedades urbanas e industriales. En lo tocante a los
entretenimientos y diversiones las prácticas tradicionales fueron interpretadas como
incivilizadas, bárbaras y violentas por mostrar altos índices de violencia, en contraparte, los
deportes fueron concebidos, según el paradigma de la época, como modernos, civilizados y
progresistas.
Los deportes como productos de la modernidad presentan características distintivas
de esta etapa histórica. La modernidad configuró a las diversas disciplinas deportivas con
una gama de patrones que en definitiva condujeron a los deportes a establecerse en la forma
actual que los conocemos. Los patrones instituidos de mayor relevancia son: la
racionalización del espacio deportivo, la estandarización de las distancias y de los
implementos, así como su regulación mediante el apoyo del avance técnico-tecnológico
(cronógrafos, cintas métricas, etc.).
También tenemos la integración a la práctica deportiva del concepto y la ideología
del amateurismo, la noción del record, del juego limpio (fair play), el profesionalismo, el
deporte patrocinado, la difusión mediática y el entrenamiento racionado y dosificado. Allen
Guttmanlxvi y Melvin Adelmanlxvii dos autores que han utilizado la teoría de la
modernización coinciden en señalar que los modernos deportes tienen cualidades como la
26
secularización, la burocratización, la especialización, la cuantificación, la igualdad de
oportunidades y el registro de los récords que los hacen diametralmente diferentes a los
divertimentos de tiempos pasados.lxviii
Con los estudios interculturales cerramos el apartado dedicado a los estudios
analíticos del deporte, donde de manera breve intentamos presentar cómo trabajan algunas
de las más representativas corrientes teóricas que se han utilizado para historiar a los
deportes. Por supuesto que no son todas, son con las que he tenido un contacto más cercano
y son a mi juicio las más recurrentes.lxix
La explicación histórica mediante análisis de acuerdo a Nancy Struna examina el
cómo y el porqué de los hechos. La historia analítica indaga los cambios a través del tiempo
y construye sus argumentos por medio de elementos abstractos como lo son los conceptos y
las teorías, dicho de otro modo, los conceptos y las teorías encierran una reflexión que
permite explicar y responder a las interrogantes de cómo y porqué se desarrollaron los
fenómenos históricos.lxx
El amateurismo es un concepto que encierra dentro de sí la ideología de practicar el
deporte por amor al arte y en abierta oposición al profesionalismo deportivo. El
amateurismo encierra preceptos sumamente particulares de concebir y practicar el deporte y
fueron regla general para todos los deportistas que deseaban participar dentro del
movimiento olímpico hasta antes de que éste se convirtiera en dependiente directo de los
factores económicos que actualmente lo rigen.
A diferencia de los estudios descriptivos, los estudios analíticos del deporte
conllevan una interpretación de la información con la que se cuenta a fin de poder
27
argumentar una explicación histórica. Los conceptos y las teorías son elementos
interpretativos de los datos empíricos y las fuentes que permiten al historiador establecer
conclusiones de cómo un hecho o suceso histórico se desarrolló y evolucionó en el tiempo.
La descripción y el análisis como formas de presentar y hacer la historia del deporte
continúan teniendo vigencia dentro del campo. Difícilmente podríamos decir cuál de ellas
goza de mayor popularidad, lo que sí podemos decir es que ambas corrientes son capaces
de someter a juicio crítico a los deportes para entender cómo estas actividades han
influenciado el rumbo que la sociedad moderna ha tomado. El campo de la historia del
deporte busca entender cómo y porqué los deportes se establecen y se convierten en
fenómenos sociales modernos y cómo y porqué se han transformado en actividades de
alcance y resonancia mundial.lxxi
La historia del deporte en el siglo XXI: ¿el futuro ahora?
En la revisión realizada a algunas obras y artículos de la historia del deporte se hace
evidente que al finalizar el siglo XX una nueva forma de concebir al deporte vino a
posicionarse dentro del campo de la historia en su vertiente anglosajona. Al iniciar el siglo
XXI la tendencia a seguir en la historia del deporte se ha denominado como posmodernista.
La posmodernidad surge de una serie de movimientos sociales, políticos y culturales de
protesta (tipificados como radicalismo colectivo), acaecidos a mediados de la década de los
60’s (como la cultura rock, los movimientos juveniles (hippies), obreros y la liberación
femenina). Este tipo de movimientos y pensamientos se establecen como una oposición,
como una ruptura y una crítica a la modernidad donde la fe en el progreso constante fue
28
sustituida por una decepción y desencanto que puso en tela de juicio la validez de las
ideologías y los procedimientos utilizados para explicar la realidad.lxxii
… el posmodernismo tuvo su origen como una corriente de teoría literaria que trabajó en la
deconstrucción del lenguaje para revelar sus contradicciones, aunque luego fue adoptado por otras
disciplinas, como la historia, la filosofía y la antropología… Quizá sea más prudente afirmar que se
trata de un movimiento que no entiende a la historia como una disciplina aislada.lxxiii
El posmodernismo, de acuerdo a Gabriel Khun, es un movimiento intelectual que
intenta fortalecer una corriente teórica pluralista (relativista) y marcadamente
antiempirista.lxxiv Esta posición posmodernista ha abrazado un cuerpo teórico conocido
como posestructuralismo y que fue desarrollado por pensadores radicales y rebeldes como
“Lyotard, Michel Foucault, Gilles Deleuze, Felix Guattari, Jacques Derrida, entre otros
cuyo propósito principal fue el de romper con la hegemonía intelectual del pensamiento
estructuralista en Francia.”lxxv
La posmodernidad y el posestructuralismo como paradigmas actuales establecen el
inicio de una nueva etapa histórica, cuya característica más reconocible es su marcada
globalización mercantil. Este nuevo mundo, esta nueva configuración de la sociedad afectó
tanto a la historia como al deporte (en su práctica y en su estudio histórico y social). En lo
concerniente a la práctica deportiva, de acuerdo a José María Cagigal, éste señala que el
deporte a partir de los años 60’s cambia radicalmente, ya no es el mismo que los ingleses
inventaron, en este punto, el deporte -en consonancia con la posmodernidad- se caracteriza
por ser un fenómeno de escala global puesto que algunos de los eventos más
29
trascendentales e importantes (como las Olimpiadas o la Copa Mundial de fútbol), se han
convertido en eventos con mucha presencia en el imaginario actual que logran atrapar la
atención de una gran cantidad de personas alrededor del mundo, por este furor, es que el
deporte y los deportistas se han transformado en instrumentos y aparatos del Estado, de las
empresas y las marcas comerciales quienes los utilizan para engrandecerse política y
económicamente.lxxvi
En lo concerniente al estudio del deporte, con el arribo de la posmodernidad se
establece una nueva tendencia en el hacer la historia del deporte. La funcionabilidad y
operatividad de la historia como ciencia en la era posmoderna fue puesta a debate por
Francis Fukuyama en su artículo titulado “el fin de la historia”. En dicho artículo
Fukuyama establece que la Historia como ciencia había llegado a su finlxxvii, este
planteamiento provocó que la historia del deporte como subdisciplina ingrese al debate
cuestionándole ¿cuál es su lugar, su validez y sus aportaciones al conocimiento en el siglo
XXI?
El fin de la Historia (y por ende el de todas sus subdisciplinas como la historia del
deporte) debe pensarse como una nueva coyuntura, una nueva etapa de reflexión teórica,
conceptual, metodológica e historiográfica que invita a la recomposición del campo y que
invita a la apertura hacia otras disciplinas, John Nauright señala que en Australia la
irrupción del paradigma posmoderno ha provocado un fuerte debate sobre qué debe o qué
debía constituir la historia del deporte. El resultado de este debate dio lugar al
establecimiento y desarrollo de una de las revistas de historia del deporte con un enfoque
más interdisciplinario: Sporting Traditions.lxxviii
30
El ya dicho enfoque posmodernista y posestructuralista en torno a la historia del
deporte (de su hacer) trajo consigo nuevos temas y uno de los que ha tenido más atención
es el cuerpo. Murray Phillips nos enlista una serie de trabajos que toman al cuerpo como
tópico central y de los cuales destaca el de Henning Eichberg, Body cultures que fue
editado por John Bale y Chris Philolxxix.
En este libro, se realizó una efectiva compilación de los trabajos de Eichberg quien
establece diferentes reconfiguraciones del cuerpo humano: “El cuerpo deportizado puede
asumir diversas configuraciones. Deporte en serio (o deporte de elite o deporte por logro)
es solo una de las posibles configuraciones en la modernidad (del cuerpo).”lxxx Según
Eichberg, en la actualidad varias ciencias sociales (como la antropología, la sociología y la
historia) reconocen “la inserción del cuerpo humano dentro de la vida social…” el cual, es
“construido por diversos discursos y prácticas.”lxxxi Logrando asentarse o fungiendo como
punto de partida para el desarrollo de trabajos de investigación sobre el deporte como
actividad corporal.
Los deportes son actividades corporales imbuidas con diversas ideologías que han
dado pie al surgimiento de los valores del deporte (nacionalistas, educativos, conciliatorios,
modernistas, progresivos e higiénicos), características que permitieron que las elites -por
mencionar un ejemplo-, los aceptaran como diversiones honestas y como medios eficaces
para eliminar las prácticas y costumbres tenidas como impropias y retrógradas que
degeneraban a los individuos y que potencialmente hablando representaban un obstáculo
para el progreso.
31
Reflexionar acerca de los deportes invariablemente conlleva a pensar al cuerpo
como actividad productora de cultura, la práctica deportiva fue capaz de ofrecer y producir
para la sociedad bienes como la salud, la belleza y la fuerza, convirtiendo las actividades
fisiológicas en actividades culturales. La llegada de la modernidad expandió el rango de
actividades que el cuerpo podía realizar y la aparición de los deportes es una forma de
evidenciarlo, pues el cambio social que los deportes trajeron consigo reconceptualizó lo que
el cuerpo mismo era, dando lugar a nuevos estilos de vida, de comportamiento y de
socialización que la cultura genera y modifica de acuerdo a sus necesidades.lxxxii
Estos planteamientos y consideraciones posmodernistas en torno al cuerpo surgen
de los postulados y trabajos de Michael Foucault, por ejemplo, tenemos los conceptos de
panópticolxxxiii que ha sido utilizado para explicar “la forma y función de una estructura
diseñada para la normalización, a través de la vigilancia, de su población.” Esto significa
que las instituciones encargadas de la disciplina (escuelas, cárceles, instituciones médicas,
federaciones deportivas, clubes o equipos) buscaban en cierto modo “fabricar” cuerpos
dóciles y controlados de forma coercitiva.lxxxiv
Este primer concepto nos remite al biopoder, un término que según Foucault es una
tecnología surgida y establecida en el siglo XVIII para el manejo de las masas. El biopoder,
fue un elemento indispensable para la construcción y desarrollo del capitalismo, pues este
modo de producción “no pudo afirmarse sino al precio de la inserción controlada de los
cuerpos en el aparato de producción y mediante un ajuste de los fenómenos de población a
los procesos económicos.”lxxxv
32
De acuerdo a Foucault “el cuerpo es el último recipiente de las relaciones de fuerza
y poder.”lxxxvi Pues en definitiva “el poder soberano moderno reposa en producir y gestionar
la vida.”lxxxvii Esto implica que las políticas de control de la población se enfocan en educar
y producir las especies de cuerpo que le signifiquen beneficios, cuerpos controlados con los
mecanismos de la vida: nacimientos, decesos, enfermedades y la reproducción.lxxxviii
En la posmodernidad la concepción del cuerpo como un templo sagrado de la salud
desaparece y hoy, el cuerpo es interpretado y concebido como una máquina, como un
medio de expresión política y económica y como un laboratorio de pruebas de los avances
científicos.lxxxix La persecución del récord ha llevado a que el patrón de la salud haya sido
desplazado de la concepción deportiva, es decir, en la actualidad el deporte (sobre todo el
deporte de elite) no es, ni busca la conservación o mejoramiento de la salud, por el
contrario, el deportista en la actualidad debido a la complejidad que el deporte ha alcanzado
se encuentra en constante riesgo de lesionarse o incluso, de perder la vida. En los últimos
años se ha tenido conocimiento de la muerte de algunos deportistas tanto profesionales
como amateurs y a quienes se consideraba sanos y aptos para competir y participar a tope
en sus respectivas disciplinas, sin embargo, dramáticamente éstos perdieron la vida
buscando vencer sus propios límites del dolor y del cansancio.
Uno ejemplo reciente se suscitó en el maratón de la ciudad de Nueva York
celebrado el pasado 2 de noviembre del año 2008, donde el corredor brasileño de 58 años
de edad Carlos José Gómes cayó muerto una vez que cruzó la línea de meta. Un caso previo
en este mismo evento aconteció un año antes en el selectivo norteamericano para formar al
equipo representativo de esta prueba para los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, en esa
ocasión, el atleta de 28 años Ryan Shay simplemente se desvaneció para nunca despertar,
33
este atleta era un experimentado corredor y supuestamente apto para realizar grandes
esfuerzos, pues en dos ocasiones había ganado el campeonato nacional norteamericano de
maratón en los años 2003 y 2004.xc
Las causas para que un atleta de alto rendimiento muera súbitamente en la mayoría
de los casos son inexplicables, es decir, no hay una causa evidente que propicie el
acontecimiento.xci En otros tantos, la causa más común es un mal congénito en el corazón,
aunque también se especula que muy posiblemente la causa para que un atleta en plenitud
de su potencial físico-atlético simplemente se desvanezca y muera ante la mirada atónita de
los demás competidores y aficionados, es que en la actualidad los deportistas tratando de
alcanzar los logros y éxitos deportivos que sus gobiernos, federaciones y clubes demandan,
se ven obligados a abusar de la ingesta de sustancias estimulantes que los ayuden a
conseguir sus propósitos y objetivos.
En la actualidad un patrón negativo que viene a dinamizar la manera en que el
deporte se concibe es el dopaje, es decir, tal pareciera que la única forma de lograr el éxito
deportivo sea mediante el uso de sustancias estimulantes, sin importar que se ponga en
riesgo la integridad física del deportista, tal parece que la pérdida de la propia vida no es
una razón de peso para evitar el uso de sustancias prohibidas, puesto que en los últimos
años es constante (y casi común), encontrar datos de deportistas que han hecho uso de
diversas sustancias para mejorar sus rendimientos pero que fueron atrapados y descubiertos
por los organismos reguladores. El dopaje y sus influjos sobre los cuerpos deportivos es
una de las nuevas directrices que la visión posmoderna de la historia del deporte ha
comenzado a investigar.
34
Otro de los aspectos que distingue y caracteriza la forma posmoderna la historia del
deporte es el deconstruccionismo, una propuesta establecida por el francés Jacques Derrida
y que consiste primordialmente en una nueva forma de escribir la historia.xcii De acuerdo a
Derrida, la filosofía de la historia ha construido conceptos jerarquizados que describen y
explican la realidad en favor de sustentar ideologías regentes y que han sido establecidas
como la verdad histórica. La historia se escribe por selección (mediante aproximaciones
teóricas y prácticas metodológicas), es decir, se deja en el centro de las estructuras (como
figura principal) lo que se considera importante y se deja afuera aquello que se considera
irrelevante.xciii
Ante la falta de un centro o mejor dicho, cuando el ser es descentralizado “es
entonces el momento en que el lenguaje invade el campo problemático universal; este es
entonces el momento en que, en ausencia de centro o de origen, todo se convierte en discurso…
es decir, un sistema en el que el significado central, originario o trascendental no está nunca
absolutamente presente fuera de un sistema de diferencias.”xciv En la narrativa de los textos
históricos se muestran las presencias pero también es posible encontrar las ausencias.
Por medio de la deconstrucción se busca descubrir lo oculto en los textos, todo
aquello que el historiador como su constructor dejó de lado, es decir, se busca en los
residuos de un texto “interpretar las interpretaciones”.xcv Murray Phillips señala que se
pueden realizar diversas lecturas de un mismo texto y asimismo se pueden realizar diversas
escrituras de un texto, por tanto, se pueden establecer y alcanzar una variada gama de
“verdades”, las cuales, no son absolutas o definitivas sino relativas, la historia de acuerdo a
los planteamientos posmodernistas y deconstruccionistas es ante todo una actividad
subjetiva.xcvi
35
El criterio empleado es ante todo una cuestión de ejercicio representacional más que
referencial del discurso y la narrativa histórica. Por ejemplo, Patricia Vertinsky en su
trabajo sobre la mujer plantea que las nociones del conocimiento y el poder son construidas
a través del discurso. Vertinsky examina la forma en que las prácticas discursivas de los
médicos de fines del siglo XIX se referían a la mujer. Los resultados arrojados por el
trabajo interpretativo realizado a los textos médicos revelan la creación del rol social de las
mujeres en una forma limitante al construir una imagen de ser débil, propensa a las
enfermedades y los desórdenes mentales que las privaron de realizar esfuerzos físicos
intensos o prolongados.xcvii
De forma simple podemos catalogar a la historia deconstructiva como una historia
de lectura y escritura metanarrativa, la cual hace uso de los elementos ocultos en un texto
para establecer una interpretación diferente y asimismo alcanzar una “verdad” también
distinta del enfoque preliminar centralizado, en ese sentido la historia se ha convertido en
un proceso que se alimenta tanto de la invención/imaginación como de los datos y
hallazgos que recupera el historiador.xcviii
A manera de conclusión: México y la historia del deporte
Como ya se ha establecido a lo largo de este artículo, La vertiente más conocida de la
historia de los deportes es su versión anglosajona, ya que ha sido la que más atención
académica ha recibido por parte de las ciencias sociales y los académicos. Los tópicos más
recurrentes de la historia del deporte son los que tratan su origen en la era moderna y el
impacto generado en las sociedades inglesa y estadounidense.xcix En contraparte, los
deportes y su difusión en México es un caso sui generis, especial y atípico que poca
36
atención académica ha tenido y que a grandes rasgos, se ha desarrollado en dos fases
básicas: la implantación por influencia extranjera y su posterior nacionalización.
En México, la historia de los deportes tiene poco tiempo de trabajarse, los primeros
desarrollos en esta temática fueron realizados por William Beezley (un artículo publicado
en la revista Historia mexicanac y un libro escrito en inglés por lo cual es poco conocido en
el ámbito mexicano) a mediados de la década de los años 80’s. En ambos trabajos Beezley
refiere que los deportes fueron introducidos por los extranjeros radicados en el país y que
los gobernantes los tomaron como prácticas modernistas, que potencialmente hablando,
permitiría acceder al país al estatus de las naciones civilizadas. La mayoría de los
gobernantes intentaron modelar y sustituir todas aquellas prácticas, actividades y
costumbres que no coincidieran con el plan modernista que trataban de instituir.
William Beezley manifiesta que los deportes se implantaron en México gracias a la
influencia que los extranjeros ejercieron sobre las elites nacionales, a este fenómeno lo
denomina como la “persuasión porfiriana”, cuya intención fue la incitar a las elites de la
sociedad mexicana a practicar nuevas actividades tenidas y concebidas como de primer
mundo.ci
El autor considera que se buscaba cambiar la mentalidad tradicionalista del
mexicano mediante la práctica de los deportes. Los deportes se establecieron en México
como patrones de cambio y modernización de las conductas de entretenimiento y fueron
concebidos como una herramienta más del aparato gubernamental que se utilizaron para
ejercer un control más efectivo de los entretenimientos de las clases bajas.
37
Joseph Arbena por su parte manifiesta que el deporte en el México revolucionario
creó potenciales oportunidades de cambio social en diversas áreas. La nación mexicana
siguiendo el paradigma de la época vislumbró en los deportes un importante foro para
unificar a la sociedad. Arbena señala que a partir de 1920 los políticos mexicanos vieron en
los deportes un efectivo mecanismo para lograr el cambio social, esta concepción condujo
al desarrollo de políticas y estrategias de Estado encaminadas a recuperar la credibilidad y
buena imagen de México ante la comunidad internacional y la consolidación del Estado-
nación.cii
Algunos de esos esfuerzos deportivos de los que nos habla Arbena son el envío de
deportistas representantes a las olimpiadas de París 1924 y Ámsterdam 1928, la
organización de los Juegos Centroamericanos de 1926 en la ciudad de México, la afiliación
al Comité Olímpico Internacional, la creación de organismos reguladores de la actividad
deportiva interna como la Confederación Deportiva Mexicana y los planes de promoción y
desarrollo del deporte y la educación física a lo largo y ancho del país.ciii
Siguiendo con este recuento de obras que versan sobre la historia del deporte en
México, William Schell jr., realizó un estudio enfocado a los inicios de la promoción
deportiva en México por parte del Coronel R. C. Pate. Este trabajo clarifica pertinentemente
cómo los extranjeros inician con el desarrollo de la práctica deportiva en el país. Schell
apunta que en el último cuarto del siglo XIX y previo a la introducción de los deportes por
parte de los extranjeros, los mexicanos de todas las clases compartían la misma cultura de
entretenimientos y diversión como los toros, las peles de gallos, la quema de los Judas, las
charreadas y los juegos de azar.civ
38
Estas actividades fueron vistas e interpretadas por los extranjeros como bárbaras e
incivilizadas pues aparte de mostrar un alto índice de crueldad hacia los animales, en
muchas ocasiones terminaban en pleitos y motines producto de la excesiva ingesta de
alcohol, por lo tanto, según la opinión extranjera, estas formas de divertirse debían
suspenderse y sustituirse por otras más civilizadas.
Los extranjeros en lugar de integrarse a los patrones de ocio establecidos en la
sociedad mexicana (como los toros o las charreadas), optaron por reproducir aquí mismo
los patrones tradicionales de socialización y ocio prevalecientes en sus lugares de origen
(los deportes), los cuales en comparación con las diversiones y entretenimientos aborígenes
se concebían según el paradigma de la época como modernos.cv
Schell señala que la implantación de los deportes en México no puede ser descrito
como un acto imperialista sino más bien como un proceso transcultural, es decir, los
mexicanos absorbieron las prácticas y actividades de los americanos de la misma manera en
que los americanos absorbieron las prácticas, usos y costumbres nacionales.cvi
Otro de los trabajos que he tenido oportunidad de revisar es el de Richard V.
McGehee quien realizó una investigación acerca de los Juegos Centroamericanos del año
de 1926 que se organizaron en México. Este autor resalta el hecho de que para el año de
1926 el deporte en el área de Centroamérica se encontraba todavía en la infancia, los pocos
individuos que tenían la posibilidad de realizar algún tipo de actividad deportiva eran los
miembros de la clase alta de las ciudades más importantes del país.cvii
McGehee nos dice que los gobernantes mexicanos vieron en los Juegos
Centroamericanos la gran oportunidad de recuperar el buen nombre que México perdió en
39
los años de la revuelta revolucionaria. Los Juegos Centroamericanos le darían la
oportunidad al gobierno de posicionarse como el gigante comercial y deportivo de la
región. La organización y celebración de los Juegos Centroamericanos fue una de las
estrategias implementadas por el gobierno mexicano para lograr la cohesión social del
país.cviii
De los últimos trabajos que conozco están los tres artículos publicados por Keith
Brewster (2004cix, 2005cx, 2009cxi), donde establece cómo los deportes fueron vistos y
concebidos en el período posrevolucionario. Según Brewster, el deporte en el período
posrevolucionario fue utilizado del mismo modo que en el porfiriato. Fueron usados para
unificar a la nación, fueron vistos como metáforas de la vitalidad del país donde el vigor de
su juventud era un sinónimo de un futuro más optimista, secular y saludable.
En el período revolucionario a través de los deportes se intentó por una parte
unificar a las minorías raciales, se intentó integrar a los grupos indígenas al proyecto
nacional. Por medio del deporte, el indígena dejó su estatus de marginal para convertirse en
compatriota por esa razón se explica el hecho de que el gobierno haya enviado a unos
corredores indígenas a los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928.cxii
Coincidiendo con lo propuesto por otros académicos, Brewster señala que la
actividad deportiva en México estuvo íntimamente ligada a las cuestiones de índole
político. Los gobernantes concibieron al deporte “como la panacea para la división política,
religiosa, social y étnica que aquejaba la nación… creían que, si era cuidadosamente
orquestado, la promoción del deporte masificado podría ayudar a mantener bajo control a la
40
recalcitrante nación.”cxiii El deporte fue usado como una política de control que unificaría
en un mismo objetivo los esfuerzos de todos los individuos.
En su último documento Brewster nos dice que el deporte en la sociedad mexicana
vino a modificar los patrones de entretenimientos, esto conllevó a que el deporte fuera
considerado como un elemento cultural de gran importancia que podía ser utilizado como
un elemento de unificación social y hace mención de casos similares ocurridos en otras
latitudes del mundo como Inglaterra.cxiv
La constante más clara y visible de acuerdo a lo propuesto por los autores revisados
en lo que respecta al surgimiento de los deportes en el particular caso mexicano, es que
estas actividades fueron asociadas con aspectos modernistas y nacionalistas. La
modernización fue considerada un factor que inducía al cambio social generado por las
transformaciones materiales (económicas), científicas, tecnológicas, ideológicas y
culturales, elementos y patrones que insistentemente la sociedad mexicana trató de lograr a
través de diversos medios y estrategias. En el aspecto cultural tal y como ya se ha
mencionado, se intentó alcanzarla por medio de los deportes.
Estos trabajos reseñados representan los esfuerzos realizados en el campo de la
historia del deporte en México. De forma evidente se clarifica que todavía el campo en
nuestro país se encuentra en pañales ya que son muy pocos los trabajos desarrollados y
mayoritariamente realizados por extranjeros. Soy consciente que pueden existir más
trabajos y artículos sobre la historia deportiva del país, sin embargo, al no existir una
academia plenamente constituida es difícil conocer los nuevos trabajos y desarrollos ya
sean libros, tesis o artículos que se están produciendo.
41
En cuanto a la postura posmodernista que reta la operatividad de la Historia y por
ende de sus subdisciplinas en el presente, considero que tanto para América Latina y
particularmente para México este postulado no opera y en ese sentido concuerdo con
Joseph Arbenacxv quien señala que resulta “Silly” (tonto) establecer que la historia del
deporte en estas particulares áreas geográficas se encuentra en crisis o en punto de quiebre
entre la modernidad (Historia) y la posmodernidad (fin de la Historia)cxvi siendo que aún no
se ha iniciado el desarrollo ni la constitución de su campo dentro de nuestras academias.
Por último, cabe señalar que desde el 2007 existe en México la Red en Investigación
sobre Deporte, Cultura y Sociedad, una colectividad de académicos que se encuentra
interesada en investigar el lugar del deporte en el ámbito social mexicano desde diversas
disciplinas (sociología, antropología, comunicación, historia, etc.) y que surge de los
esfuerzos de Roger Magazine, Samuel Martínez y Andrés Fábregas. Los antecedentes de
esta sociedad se remontan al año de 1995 pero se cristalizaron de forma importante hasta el
mencionado año del 2007, cuando la Red organizó y celebró el primer congreso
internacional en la Universidad Intercultural de Chiapas.cxvii
La Red cuenta con agremiados en varias partes del país y del mundo, sin embargo,
pocos de ellos somos historiadores, por lo tanto, la mayoría de los trabajos producidos por
la Red no son desarrollados bajo la temática de la historia, de ahí que el campo de la
historia del deporte en México continúa disgregado, disperso y lejos de consolidarse.
Personalmente considero que hace falta que por sí solo el campo de la historia del deporte
se consolide de forma autónoma, para esto, es necesario que crezca el interés en los
profesores, los investigadores, los alumnos y las academias de historia del país para que se
de ese famoso giro cultural que permita focalizar al deporte como tema recurrente para esta
42
disciplina y comience a ser analizado, propuesto y enseñado en las universidades del país
de forma intensiva tanto en las áreas de educación física como en las de historia.
Esta es la intención principal de este trabajo, fungir como un impulso para que los
estudiantes de historia volteen hacia la actividad deportiva que se ha desarrollado en
nuestro país y expliquen cómo surgieron y se consolidaron estas actividades dentro de la
sociedad mexicana hasta posicionarse como una de las actividades culturales con mayor
importancia e impacto. La historia de los deportes ofrece una forma distinta de entender y
explicar el pasado nacional.
Los análisis y revisiones de los textos, trabajos y aproximaciones teóricas aquí
presentados intentan incitar el desarrollo de estudios de la historia deportiva de México.
Todas las temáticas más comunes y recurrentes que se trabajan en la historia del deporte
(género, etnicidad, clases sociales, récords, hazañas deportivas, instituciones, organismos,
clubes, movimiento olímpico, etc.), pueden ser susceptibles de análisis y estudio para la
realidad mexicana, el modelo, el enfoque historiográfico y la forma de análisis dependerá
del historiador, aquí simplemente se trató de presentar brevemente cómo se ha trabajado la
historia del deporte en la academia de habla inglesa para facilitar el aproximamiento de los
estudiantes mexicanos a crear su propio campo y su propia academia de la historia del
deporte de acuerdo a sus ideas y bagaje cultural.
La historia del deporte, a grandes rasgos, en cerca de 40 años ha experimentado al
menos tres etapas claramente distintivas en cuanto su modo de trabajar y analizar los
hechos de la historia de los deportes (descriptiva-narrativa, analítica y posmoderna). Sea
cual sea la tendencia historiográfica elegida “el éxito del estudio histórico del deporte (tanto
43
en lo personal como historiador y en lo colectivo, como academia y campo) dependerá de la
calidad de preguntas realizadas y de la calidad de los procedimientos empleados en la
búsqueda de las respuestas…”cxviii
44
Bibliografía
Aaseng, Nathan, Track and field, the history of sport series, San Diego, Lucent Books,
2002.
Adelman, Melvin, “Academicians and American Athletics: A Decade of Progress” en,
Journal of sport history, Vol. 10, No. 1 (Spring, 1983), pp. 80-106.
---------------------, A sporting time: New York City and the rise of modern athletics, 1820-
1870, London, University of Illinois press, 1986.
Arbena, Joseph, “Sport, development, and mexican nationalism, 1920-1970”, en Journal of
Sport History, Vol. 18, N. 3, winter 1991, pp. 350-364.
---------------, “History of Latin American sports: the end before the beginning?” en,
Sporting Traditions, vol. 16, no. 1, November 1999, pp. 23-31.
-----------------, LaFrance, David G., editors, Sport in Latin America and the Caribbean,
Wilmington Delaware, Jaguar books, 2002.
Andrews, David L., “Posting up: French post-structuralism and the critical analysis of
contemporary sporting culture”, en Jay Coakley, Eric Dunning, editors, Handbook of sport
studies, London, Sage, 2006.
Baker, William J., “The State of British Sport History” en, Journal of Sport History, Vol.
10, No. 1 (Spring, 1983), pp. 53-66.
Beezley, William, “El estilo porfiriano. Deportes y diversiones de fin de siglo.” en, Historia
mexicana, Volumen XXXIII, núm. 2, año 1983, pp. 265-284.
Beezley, William, Judas at the Jockey Club and other episodes of porfirian Mexico,
Lincoln and London, University of Nebraska, 1987.
Berryman, Jack W., “Sport as Social History?” en, Quest, Vol. 20, No. 1, June 1973, 65-72.
Booth, Douglas, “Theory: the foundation of social change?” en, Sport history review, 2003,
34, pp. 103-132.
------------------, The field, truth and fiction in sport history, London, Routledge, 2005.
Boraita Pérez, Araceli, Serratosa Fernández, Luis, “Muerte súbita en el deportista.
Requerimientos mínimos antes de realizar deporte de competición”, en, Revista española
de cardiología, 1999, N. 52, pp. 1.1369- 1.145, versión digitalizada en línea, fecha de
consulta 09/11/08, http://external.doyma.es/pdf/25/c521211.pdf
Bourdieu, Pierre, La distinción, criterio y bases sociales del gusto, México, Taurus, 2002.
45
Braudel, Fernand, La historia y las ciencias sociales, Madrid, Alianza editorial, 1986.
Brewster, Keith, “Redeeming the ‘Indian’: sport and ethnicity in post-revolutionary
Mexico”, en Patterns and prejudice, Vol. 38, No. 3, September 2004, pp.213-231.
------------------, “Patriotic pastimes: the role of sport in post-revolutionary Mexico”, en The
international journal of the history of sport, Vol. 22, No. 2, March 2005, 139-157.
------------------, Brewster, C., “Sport and society in post-revolutionary Mexico”, en The
international journal of history of sport, Vol. 26, No. 6, May. 2009, pp. 723-747.
Brohm, Jean Marie, La sociología política del deporte, México, FCE.
Burke, Peter, ¿Qué es la historia cultural?, Barcelona, Paidós, 2006.
Cagigal, José María, El deporte en la sociedad actual, Madrid, prensa española, magisterio
español, 1975.
Coakley, Jay, Duninng Eric, editors, Handbook of sport studies, London, Sage, 2006.
Cooper, Ian, “Game, set and match: lawn tennis, from early origins to modern sport”, en
Eric Dunning, Dominic Malcolm, Ivan Waddington, editors, Sport histories, figurational
studies of the development of modern sports, London, Routledge, 2004.
Corcuera de Mancera, Sonia, Voces y silencios en la historia, siglos XIX y XX, México,
FCE, 2005, p. 62.
Crawford, Scott, editor, ‘Serious sports’ J.A. Mangan's Contribution to the History of
Sport, London, Illinois University, 2004.
Derrida, Jacques, “La estructura, el signo y el juego en el discurso de las ciencias
humanas”, conferencia pronunciada en el College international de la Universidad Johns
Hopkins (Baltimore) sobre «Los lenguajes críticos y las ciencias del hombre», el 21 de
octubre de 1966, en, Jacques Derrida, La escritura y la diferencia, Barcelona, Anthropos,
1989.
Dunning, Eric, Malcolm, Dominic, Waddington, Ivan, editors, Sport histories, figurational
studies of the development of modern sports, London, Routledge, 2004.
Dunning, Eric, El fenómeno deportivo, estudios sociológicos en torno al deporte, la
violencia y la civilización, Barcelona, Paidotribo.
Eichberg, Henning, Body cultures, essays on sport, space and identity, John Bale, Chris
Phillo, editors, London, Routledge, 2000.
Elias, Norbert, Dunning, Eric, Deporte y ocio en el proceso de civilización, México, FCE,
1995.
46
Esparza, Miguel, Correr, saltar y lanzar: el atletismo en Jalisco, 1904-1937, tesis de
maestría en Historia, Universidad de Guadalajara, 2010.
Fernández Reyes, Álvaro, Santo, el enmascarado de plata: mito y realidad de un héroe
mexicano moderno, Zamora, Colegio de Michoacán, CONACULTA, 2004
Foucault, Michael, Vigilar y castigar. El nacimiento de la prisión, México, Siglo XXI,
1975.
---------------------, Historia de la sexualidad, vol. I, “La voluntad del poder”, México, Siglo
XXI, 1977.
Fukuyama, Francis, “The end of the history?” en, National interest (1989) en, Gearóid Ó
Tuathail, Simon Dalby, Paul Routledge, The geopolitics reader, New York, Routledge,
2006.
Gramsci, Antonio, Selections from the prison notebooks, Q. Hoare, P. Nowell Smith,
editors, London, Lawrence & Wishart, 1971.
Guttman, Allen, From ritual to record: the nature of modern sports, New York, Columbia
University press, 1978.
-----------------, “Recent work in European sport history”, en Journal of Sport History, Vol.
10, No. 1 (Spring, 1983), pp. 35-52.
Hargreaves, Jennifer, Sporting females, critical issues in the history and sociology of
wome’s sport, London, Routledge, 1994.
Hartmann-Tews, Ilse, Pfister, Gertrud, “Women and sport in comparative and international
perspectives issues, aims and theorical approches”, en Ilse Hartmann-Tews, Gertrud Pfister,
editors, Sport and women, social issues in international perspective, London, Routledge,
2003.
Iber, Jorge, Regalado, Samuel O., editors, Mexican Americans and sport, a reader on
athletics and barrio life, Texas, Texas A&M University press, 2007.
Jarvie, Grant, “Sport, racism and ethnicity”, en Jay Coakley, Eric Dunning, editors,
handbook…op. cit., p. 334, 335.
Kuhn, Gabriel, “Anarchism, postmodernity, and poststructuralism” en Randall Amster,
Abraham De León, et, al, Contemporary anarchist studies, an introductory anthology of
anarchy in the academy, New York, Routledge, 2009.
Mason, Tony, El deporte en la Gran Bretaña, Madrid, Civitas, 1994. p. 16.
Mayall, David, Cronin, Mike, editors, Sporting nationalism: identity, ethnicity, immigration
and Assimilation, London, Frank Cass Publisher, 1998, p. 2.
47
Mendoza, Wullian, “Consideraciones teóricas para el desarrollo de estudios sociohistóricos
del deporte” en, Espacio abierto, Vol. 18, núm., 1, enero-marzo, 2009, pp. 45-64.
Metcalfe, Alan, “A theorical model for the analysis of history of sport in Canada”, en North
American Society of sport history, proceedings, 1973, p. 2.
McComb, David G., Sport in world history, New York, Taylor & Francis, 2004
McGehee, Richard V., “The origins of Olympism in Mexico: the central American games
of 1926”, en The international Journal of the History of Sport, N.10, Vol. 3, 1993, pp. 313-
332.
Montesinos, Rafael, Martínez, Griselda, “Los usos sociológicos de Norbert Elias” en,
Estudios sociológicos, Vol. XIX, No. 57, 2001, pp. 823-842.
Morrow, Don, “Canadian sport history: a critical essay”, en Journal of Sport History, Vol.
10, No. 1 (Spring, 1983), pp. 67-79.
Nauright, John, “The End of Sports History? From Sports History to Sports Studies” en,
Sporting Traditions, Vol. 16, No. 1, November 1999, pp. 5-13.
Omi, Michael, Winant, Howard, Racial formation in the United States, from the 1960s to
the 1990s, New York, Routledge, 1994.
Osorio, Jaime, “Biopoder y biocapital. El trabajador como moderno homo sacer” en
Argumentos, septiembre/diciembre año/vol. 19, núm., 52, 2006, pp. 77-98.
Parratt, Catriona M., “About turns: reflecting on sport history in the 1990s” en, Sport
history review, 1998, 29, pp. 4-17.
Phillips, Murray G., “Deconstructing sport history: the postmodern challenge”, en Journal
of sport history, Vol. 28, No. 3 (fall 2001) pp. 327-343.
-----------------------, “A critical appraisal of narrative in sport history: reading the surf
lifesaving debate”, en Journal of sport history, Vol. 29, No. 1, spring 2002, pp. 25-40.
Pope, Steven W., Patriotic Games: sporting traditions in the American imagination, 1876 -
1926, Nueva York, Oxford University press, 1997.
Rabinbach, Anson, The Human Motor: Energy, Fatigue, and the Origins of Modernity,
Berkeley, University of California Press, 1992.
Rabinow, Paul, Rose, Nikolas, “Thoughts on the concept of biopower today” artículo en
línea, s/e, 2003, fecha de consulta 10/04/10, http://caosmosis.acracia.net/wp-
content/uploads/2009/04/rabinow-y-rose-biopowertoday-1.pdf
48
Riess, Steven A., City games, the evolution of American urban society and the rise of
sports, Chicago, University Illinois press, 1989.
--------------------, “The new sport history”, en Reviews in American history, Vol. 18, No. 3,
(Sep., 1990), pp. 311-325.
Rojas Moreno, Ileana, “Intuiciones teóricas derrideanas y su vinculación con el estudio de
la configuración del campo de conocimiento educativo” en, X congreso nacional de
investigación educativa, área 8 filosofía, teoría y campo de la educación 1-12, versión
digitalizada en línea, fecha de consulta 08/04/10,
http://www.comie.org.mx/congreso/memoria/v10/pdf/area_tematica_08/ponencias/0264-
F.pdf
Sammons, Jeffrey T., “‘Race’ and sport: a critical, historical examination”, en Journal of
Sport History, Vol. 21, No. 3 (Fall 1994), pp. 203-278.
Schell Jr., William, “Lions, bulls and baseball: Colonel R. C. Pate and modern sport
promotion in México”, en, Journal of sport history, volume 20, Number 3, winter 1993, pp.
259-276.
Sugden, John, Tomlinson, Alan, “Theorizing sport, social class and status”, en Jay Coakley,
Eric Dunning, editor, op., cit., pp. 309-315.
Shuttera Pérez, Alejandro Sacbé, “Derrida: la estructura desplazada y el problema de la
différence Liminar. Estudios sociales y humanísticos, diciembre 2006, Vol. IV, núm., 02,
pp.93-108.
Struna, Nancy L., “E.P. Thompson's Notion of “Context” and the Writing of Physical
Education and Sport History” en, Quest, 1986, Vol. 38, pp. 22-32.
-------------------, “Gender and sporting practice in early America, 1750-1810”, en Journal
of Sport History, Vol. 18, No. 1 (Spring, 1991), pp. 10-30.
----------------------, “Social history and sport”, en Jay Coakley, Eric Dunning, editors,
Handbook of sport studies, London, Sage, 2006.
Tatz, Colin, “Race, politics and sport”, en Journal of sport history, Vol. 1 number 1,
November 1984, pp. 2-36.
Thompson, E. P., “Time, work discipline and industrial capitalism”, en Past and present,
No. 38, (December), pp. 56-97.
49
Tirado, Francisco Javier, Mora, Martín, “El espacio y el poder: Michael Foucault y la
crítica de la historia” en Espiral, estudios sobre Estado y sociedad, Vol. IX, No. 25,
septiembre /diciembre 2002, pp. 11-36.
Torres, Cesar R., “The Latin American ‘olympic explosion’ of the 1920’s: causes and
consequences” en, The international journal of the history of sport, Vol. 23, No. 7,
november 2006, pp. 1088-1111.
Trujillo Sáez, Fernando, “En torno a la interculturalidad: reflexiones sobre cultura y
comunicación para la didáctica de la lengua” en, Porta linguarum, Núm., 4, junio, 2005,
pp. 23-39.
Vertinsky, Patricia, “Gender relations, women’s history and sport history: a decade of
changing enquiry, 1983-1993” en, Journal of Sport History, Vol. 21, No 1 (Spring 1994),
pp. 1-24.
White, Hayden, Metahistoria, la imaginación histórica en la Europa del siglo XIX, México,
FCE, 2001.
Internet
“Muere un corredor brasileño tras acabar el maratón de Nueva York”, en Atletismo en
México, http://www.atletismoenmexico.com/nuevaetapa/2008/11/03/muere-un-corredor-
brasileno-tras-acabar-el-maraton-de-nueva-york/
NOTAS
i Santo “el enmascarado de plata” o simplemente “el Santo”, fue un luchador mexicano
sumamente popular que además incursionó en el cine y logró convertirse en un ícono tanto
deportivo como mediático y que a pesar de haber muerto hace muchos años (5 de febrero
de 1984) sigue teniendo vigencia y popularidad. Álvaro Fernández Reyes, Santo, el
enmascarado de plata: mito y realidad de un héroe mexicano moderno, Zamora, Colegio
de Michoacán, CONACULTA, 2004, Apud.
ii José Ortega y Gasset, citado en, Tony Mason, El deporte en la Gran Bretaña, Madrid,
Civitas, 1994. p. 16.
iii Jean Marie Brohm, La sociología política del deporte, México, FCE, p. 21.
iv Wullian Mendoza señala que “A través del estudio social del deporte se puede acceder
fácilmente a una aproximación de todas y cada una de las manifestaciones humanas desde
las más elementales como la solidaridad, hasta las más complejas como la violencia, el conflicto o el poder…” Wullian Mendoza, “Consideraciones teóricas para el desarrollo de
50
estudios sociohistóricos del deporte” en, Espacio abierto, Vol. 18, núm., 1, enero-marzo,
2009, pp. 45-64.
v Douglas Booth, “Theory: the foundation of social change?” en, Sport history review,
2003, 34, pp. 103-132.
vi Peter Burke, ¿Qué es la historia cultural?, Barcelona, Paidós, 2006, p. 14.
vii Jay Coakley y Eric Dunning señalan la existencia de algunos trabajos históricos del
deporte en los siglos XVIII y XIX (Pierce Egan Boxiana o Peter Beckford Thoughts on
hare and foxhunting), estos trabajos eran de carácter amateur porque no fueron producidos
bajo el seno de una academia o institución, ni dirigidos a estudiantes o historiadores
profesionales. Jay Coakley, Eric Duninng editors, Handbook of sport studies, London,
Sage, 2006, p. XXII.
viii Es importante hacer mención que en este trabajo sólo se abordará el desarrollo del
campo de la historia del deporte en la versión anglosajona (británica y mayoritariamente
estadounidense), sin embargo, existen otras academias de historia del deporte (como la
alemana), de las cuales conocemos muy poco debido a las limitantes que representa la
barrera idiomática.
ix David, G. McComb, Sport in world history, New York, Taylor & Francis, 2004, p. 1.
x El interés académico de estudiar los hechos deportivos desde la perspectiva de la historia
del deporte, es decir desde un campo autónomo y plenamente constituido “es una
ocurrencia del siglo XX.” Jack W. Berryman, “Sport as Social History?” en, Quest, Vol.
20, No. 1, June 1973, 65-72.
xi Cabe señalar la existencia de algunos trabajos pioneros desde 1917 (como el artículo de
Frederic L. Paxson, “The Rise of Sport” publicado en la Mississippi Valley Historical
Review), sin embargo, estos trabajos fueron escasos y dispersos y por tanto no fueron
capaces de constituir una subdisciplina de la historia enfocada al estudio del deporte:
reconocimiento académico, cursos, congresos, conferencias, revistas especializadas,
asociaciones y un numeroso cuerpo de profesores e investigadores. Esto, finalmente
acontecería como ya se dijo, hasta la década de los años setenta. Berryman, Ibid., p. 65.
xii Alan Metcalfe, “A theorical model for the analysis of history of sport in Canada”, en
North American Society of sport history, proceedings, 1973, p. 2.
xiii Don Morrow, “Canadian sport history: a critical essay”, en Journal of Sport History,
Vol. 10, No. 1 (Spring, 1983), pp. 67-79.
xiv Nancy L. Struna, “Social history and sport”, en Jay Coakley, Eric Dunning, editors, op.
cit., p. 188.
51
xv Murray G. Phillips, “Deconstructing sport history: the postmodern challenge”, en
Journal of sport history, Vol. 28, No. 3 (fall 2001) pp. 327-343.
xvi Fernand Braudel, citado en Douglas Booth, The field, truth and fiction in sport history,
London, Routledge, 2005, p. 49.
xvii La apropiación de los puntos de análisis, teorías métodos y metodologías de la historia
social, dio lugar a que se considerara que la historia del deporte es una subdisciplina de la
historia social y no un campo autónomo. Nancy L Struna, citada en, Murray G. Phillips, op.
cit., p. 329.
xviii Douglas Booth, op. cit., p. 49.
xix Booth, Ibid., p. 51.
xx Melvin Adelman señala que los historiadores del deporte al abrazar los postulados de la
historia social, buscaban encontrar los elementos que propician que el deporte genere un
cambio social. Melvin Adelman, “Academicians and American Athletics: A Decade of
Progress” en, Journal of sport history, Vol. 10, No. 1 (Spring, 1983), pp. 80-106.
xxi Steven A. Riess, “The new sport history”, en Reviews in American history, Vol. 18, No.
3, (Sep., 1990), pp. 311-325.
xxii Steven A. Riess, City games, the evolution of American urban society and the rise of
sports, Chicago, University Illinois press, 1989, p. 1.
xxiii Booth, The Field… op. cit., p. 52, 53.
xxiv Booth, Ibid., p. 53.
xxv Federación Internacional de Fútbol Asociado.
xxvi Comité Olímpico Internacional.
xxvii Nathan, Aaseng, Track and field, the history of sport series, San Diego, Lucent Books,
2002, p. 15, 16.
xxviii David L. Andrews, “Posting up: French post-structuralism and the critical analysis of
contemporary sporting culture”, en Jay Coakley, Eric Dunning, op. cit., p. 110.
xxix Booth, The Field… op. cit., p. 54.
xxx Brohm, op., cit., p. 12.
xxxi Brohm, Ibid., p. 14.
52
xxxii Pierre Bourdieu, es un autor que trabaja desde la facción estructuralista-constructivista,
véase Pierre Bourdieu, La distinción, criterio y bases sociales del gusto, México, Taurus,
2002. Véase también la obra de Fernand Braudel, La historia y las ciencias sociales,
Madrid, Alianza editorial, 1986, pp. 60-106.
xxxiii El término “Figuración” representa “los diferentes aspectos sociales que crean los
individuos con sus interacciones en todos y cada uno de los ámbitos que forman una
sociedad.” Rafael Montesinos, Griselda Martínez, “Los usos sociológicos de Norbert Elias”
en, Estudios sociológicos, Vol. XIX, No. 57, 2001, pp. 823-842.
xxxiv Norbert Elias, Eric Dunning, Deporte y ocio en el proceso de civilización, México,
FCE, 1995, pp. 27-34.
xxxv Eric Dunning, Dominic Malcolm, Ivan Waddington, editors, Sport histories,
figurational studies of the development of modern sports, London, Routledge, 2004, p. 1-
15.
xxxvi Eric Dunning, El fenómeno deportivo, estudios sociológicos en torno al deporte, la
violencia y la civilización, Barcelona, Paidotribo, p. 30.
xxxvii Nancy L. Struna, “E.P. Thompson's Notion of “Context” and the Writing of Physical
Education and Sport History” en, Quest, year, 1986, Vol. 38, pp. 22-32.
xxxviii La concepción marxista de la historia plantea que “las relaciones de producción son
las que determinan la marcha de la historia.” Sonia Corcuera de Mancera, Voces y silencios
en la historia, siglos XIX y XX, México, FCE, 2005, p. 62.
xxxix Allen Guttmann, “Recent work in European sport history”, en Journal of Sport
History, Vol. 10, No. 1 (Spring, 1983), pp. 35-52.
xl John Sugden, Alan Tomlinson, “Theorizing sport, social class and status”, en Jay
Coakley, Eric Dunning, editor, op., cit., pp. 309-315.
xli E. P. Thompson, “Time, work discipline and industrial capitalism”, en Past and present,
No. 38, (December), pp. 56-97.
xlii Allen Guttmann, op. cit., p. 42, 43.
xliii Patricia Vertinsky, “Gender relations, women’s history and sport history: a decade of
changing enquiry, 1983-1993” en, Journal of Sport History, Vol. 21, No 1 (Spring 1994),
pp. 1-24.
xliv Ilse Hartmann-Tews, Gertrud Pfister, “Women and sport in comparative and
international perspectives issues, aims and theorical approches”, en Ilse Hartmann-Tews,
Gertrud Pfister, editors, Sport and women, social issues in international perspective,
London, Routledge, 2003, p. 6, 7.
53
xlv Nancy L. Struna, “Gender and sporting practice in early America, 1750-1810”, en
Journal of Sport History, Vol. 18, No. 1 (Spring, 1991), pp. 10-30.
xlvi Jennifer Hargreaves, Sporting females, critical issues in the history and sociology of
wome’s sport, London, Routledge, 1994, p. 22.
xlvii Antonio Gramsci, Selections from the prison notebooks, Q. Hoare, P. Nowell Smith,
editors, London, Lawrence & Wishart, 1971, Apud.
xlviii Aaseng, op. cit., p. 46.
xlix Ian Cooper, “Game, set and match: lawn tennis, from early origins to modern sport”, en
Eric Dunning, Dominic Malcolm, Ivan Waddingtong, editors, op. cit., p. 114, 115. l Cooper, Ibid., p. 116.
li Nancy L. Struna, “Gender and sporting… op. cit., p. 28.
lii Michael Omi, Howard Winant, Racial formation in the United States, from the 1960s to
the 1990s, New York, Routledge, 1994, p. 55.
liii Colin Tatz, “Race, politics and sport”, en Journal of sport history, Vol. 1 number 1,
November 1984, pp. 2-36.
liv Grant Jarvie, “Sport, racism and ethnicity”, en Jay Coakley, Eric Dunning, editors,
handbook…op. cit., p. 334, 335.
lv Jeffrey T. Sammons, “‘Race’ and sport: a critical, historical examination”, en Journal of
Sport History, Vol. 21, No. 3 (Fall 1994), pp. 203-278.
lvi Jorge Iber, Samuel O. Regalado, editors, Mexican Americans and sport, a reader on
athletics and barrio life, Texas, Texas A&M University press, 2007, p. 3.
lvii Joseph Arbena, David, G. LaFrance, editors, Sport in Latin America and the Caribbean,
Wilmington Delaware, Jaguar books, 2002, p. XIII.
lviii Nelson George, citado en Colin Tatz, op. cit., p. 225.
lix La interculturalidad se define “en términos estáticos y dinámicos: se describe
estáticamente cuando se utiliza para describir una situación comunicativa en la que se
ponen en contacto dos (o más) individuos que se perciben el uno al otro como
pertenecientes a distintas culturas; se describe dinámicamente cuando se utiliza para
describir los mecanismos que ponen en funcionamiento en esa interacción comunicativa y,
especialmente, para que esa comunicación sea efectiva.” Fernando Trujillo Sáez, “En torno
a la interculturalidad: reflexiones sobre cultura y comunicación para la didáctica de la
lengua” en, Porta linguarum, Núm., 4, junio, 2005, pp. 23-39.
54
lx Nancy L. Struna,”Social history and sport”, en Jay Coakley, Eric Dunning, Editors, op.
cit., p. 197.
lxi Ilse Hartmann-Tews, Gertrud Pfister, op. cit., p. 5
lxii Booth, op. cit., p. 128.
lxiii Miguel Esparza, Correr, saltar y lanzar: el atletismo en Jalisco, 1904-1937, tesis de
maestría en Historia, Universidad de Guadalajara, 2010, Apud.
lxiv David Mayall, Mike Cronin, editors, Sporting nationalism: identity, ethnicity,
immigration and Assimilation, London, Frank Cass Publisher, 1998, p. 2.
lxv Steven W. Pope, Patriotic Games: sporting traditions in the American imagination,
1876 -1926, Nueva York, Oxford University press, 1997, p. 214.
lxvi Allen Guttman, From ritual to record: the nature of modern sports, New York,
Columbia University press, 1978.
lxvii Melvin Adelman, A sporting time: New York City and the rise of modern athletics,
1820-1870, London, University of Illinois press, 1986.
lxviii Riess, “The new sport history… op. cit., p. 312.
lxix Fue a mediados de la década de los años noventa que la historia del deporte abandonó a
la historia social y constituyó por sí misma un campo autónomo, la prolífica producción de
trabajos en variadas temáticas así lo comprueba. Roberta J. Park, citada en Phillips,
“Deconstructing sport history…” op. cit., p. 332.
lxx Murray G. Phillips, “A critical appraisal of narrative in sport history: reading the surf
lifesaving debate”, en Journal of sport history, Vol. 29, No. 1, spring 2002, pp. 25-40.
lxxi Por último, para cerrar este apartado, es importante hacer mención del apunte realizado
por Melvin Adelman y quien manifiesta que los historiadores analíticos del deporte se han
olvidado de aplicar y utilizar los métodos cuantitativos para historiar las actividades
deportivas, a pesar de la gran cantidad de información disponible en este rubro. Adelman,
“Academicians…” op. cit., p. 98.
lxxii Catriona Parratt señala que los posmodernistas cuestionaban la centralidad y
universalidad de la clase como categoría de análisis de los factores económicos y sociales y
como la única explicación de los hechos históricos, en su lugar, se enfocaron a voltear más
hacia la cultura y su significado. Catriona M. Parratt, “About turns: reflecting on sport
history in the 1990s” en, Sport history review, 1998, 29, pp. 4-17.
lxxiii Corcuera de Mancera, op. cit., p. 381,832.
55
lxxiv El posmodernismo rechaza que el historiador puede acceder al pasado y la verdad
histórica mediante los rastros textuales y empíricos de los hechos considerados como
históricos. Parratt, op. cit., p. 5.
lxxv Gabriel Kuhn, “Anarchism, postmodernity, and poststructuralism” en Randall Amster,
Abraham De León, et, al, Contemporary anarchist studies, an introductory anthology of
anarchy in the academy, New York, Routledge, 2009, pp. 18-26.
lxxvi José María Cagigal, El deporte en la sociedad actual, Madrid, prensa española,
magisterio español, 1975, p. 21.
lxxvii El planteamiento de Fukuyama del fin de la historia hace referencia a la historia en su
sentido “hegeliano y marxista de evolución progresiva de las instituciones políticas y
económicas” e implica que la sociedad liberal actual después de resultar triunfante en la
guerra fría ingresa a una nueva etapa la cual se caracteriza por su forma globalizadora y que
terminará como único modelo social, económico e ideológico, por esta circunstancia se
establece que la historia (económica y política) llegará a su fin. Francis Fukuyama, “The
end of the history?” en, National interest (1989) en, Gearóid Ó Tuathail, Simon Dalby,
Paul Routledge, The geopolitics reader, New York, Routledge, 2006, pp. 107-117.
lxxviii John Nauright, “The End of Sports History? From Sports History to Sports Studies”
en, Sporting Traditions, Vol. 16, No. 1, November 1999, pp. 5-13.
lxxix Phillips, “Deconstructing sport history…” op. cit., p. 332.
lxxx Henning Eichberg, Body cultures, essays on sport, space and identity, John Bale, Chris
Phillo, editors, London, Routledge, 2000, p. 3.
lxxxi Eichberg, Ibid., p. 9.
lxxxii Esparza, op. cit., p. 104.
lxxxiii Michael Foucault, Vigilar y castigar. El nacimiento de la prisión, México, Siglo XXI,
1975, pp.118-138.
lxxxiv Andrews, “Posting up: French post-structuralism…” en, Coakley, Dunning, op. cit., p.
122.
lxxxv Michael Foucault, Historia de la sexualidad, vol. I, “La voluntad del poder”, México,
Siglo XXI, 1977, p. 170.
lxxxvi Francisco Javier Tirado, Martín Mora, “El espacio y el poder: Michael Foucault y la
crítica de la historia” en Espiral, estudios sobre Estado y sociedad, Vol. IX, No. 25,
septiembre /diciembre 2002, pp. 11-36.
56
lxxxvii Jaime Osorio, “Biopoder y biocapital. El trabajador como moderno homo sacer” en
Argumentos, septiembre/diciembre año/vol. 19, núm., 52, 2006, pp. 77-98.
lxxxviii Paul Rabinow, Nikolas Rose, “Thoughts on the concept of biopower today” artículo
en línea, s/e, 2003, fecha de consulta 10/04/10,
http://caosmosis.acracia.net/wp-content/uploads/2009/04/rabinow-y-rose-biopowertoday-
1.pdf
lxxxix Anson Rabinbach, The Human Motor: Energy, Fatigue, and the Origins of Modernity,
Berkeley, University of California Press, 1992, Apud.
xc“Muere un corredor brasileño tras acabar el maratón de Nueva York”, en Atletismo en
México, http://www.atletismoenmexico.com/nuevaetapa/2008/11/03/muere-un-corredor-
brasileno-tras-acabar-el-maraton-de-nueva-york/
xci Araceli Boraita Pérez, Luis Serratosa Fernández, “Muerte súbita en el deportista.
Requerimientos mínimos antes de realizar deporte de competición”, en, Revista española
de cardiología, 1999, N. 52, pp. 1.1369- 1.145, versión digitalizada en línea, fecha de
consulta 09/11/08, http://external.doyma.es/pdf/25/c521211.pdf
xcii Andrews, “Posting up: French post-structuralism…” en, Coakley, Dunning, op. cit., p.
118.
xciii Alejandro Sacbé Shuttera Pérez, “Derrida: la estructura desplazada y el problema de la
différence Liminar. Estudios sociales y humanísticos, diciembre 2006, Vol. IV, núm., 02,
pp.93-108. Véase también, Ileana Rojas Moreno, “Intuiciones teóricas derrideanas y su
vinculación con el estudio de la configuración del campo de conocimiento educativo” en, X
congreso nacional de investigación educativa, área 8 filosofía, teoría y campo de la
educación 1-12, versión digitalizada en línea, fecha de consulta 08/04/10,
http://www.comie.org.mx/congreso/memoria/v10/pdf/area_tematica_08/ponencias/0264-
F.pdf
xciv Jacques Derrida, “La estructura, el signo y el juego en el discurso de las ciencias
humanas”, conferencia pronunciada en el College international de la Universidad Johns
Hopkins (Baltimore) sobre «Los lenguajes críticos y las ciencias del hombre», el 21 de
octubre de 1966, en, Jacques Derrida, La escritura y la diferencia, Barcelona, Anthropos,
1989, pp. 383-402.
xcv Derrida, Ibid., p. 383.
xcvi Phillips, “Deconstructing sport history…” op. cit., p. 335.
57
xcvii Patricia Vertinsky,The eternally wounded woman, citada en Catriona M. Parratt, op.
cit., p. 11.
xcviii Hayden White, Metahistoria, la imaginación histórica en la Europa del siglo XIX,
México, FCE, 2001, Apud.
xcix Scott Crawford, editor, ‘Serious sports’ J.A. Mangan's Contribution to the History of
Sport, London, Illinois University, 2004, p. 4, 5.
c William Beezley, “El estilo porfiriano. Deportes y diversiones de fin de siglo.” en,
Historia mexicana, Volumen XXXIII, núm. 2, año 1983, pp. 265-284.
ci William Beezley, Judas at the Jockey Club and other episodes of porfirian Mexico,
Lincoln and London, University of Nebraska, 1987, p. 14.
cii Joseph Arbena, “Sport, development, and mexican nationalism, 1920-1970”, en Journal
of Sport History, Vol. 18, N. 3, winter 1991, pp. 350-364.
ciii Arbena, Ibid., p. 354, 355.
civ William, Schell Jr., “Lions, bulls and baseball: Colonel R. C. Pate and modern sport
promotion in México”, en, Journal of sport history, volume 20, Number 3, winter 1993, pp.
259-276.
cv Schell Jr., Ibid., p. 260.
cvi Id.,
cvii Richard V. McGehee, “The origins of Olympism in Mexico: the central American
games of 1926”, en The international Journal of the History of Sport, N.10, Vol. 3, 1993,
pp. 313-332.
cviii McGehee, Ibid., p. 316, 317.
cix Keith Brewster “Redeeming the ‘Indian’: sport and ethnicity in post-revolutionary
Mexico”, en Patterns and prejudice, Vol. 38, No. 3, September 2004, pp.213-231.
cx Keith Brewster, “Patriotic pastimes: the role of sport in post-revolutionary Mexico”, en
The international journal of the history of sport, Vol. 22, No. 2, March 2005, 139-157.
cxi Keith Brewster, C. Brewster, “Sport and society in post-revolutionary Mexico”, en The
international journal of history of sport, Vol. 26, No. 6, May. 2009, pp. 723-747.
cxii Brewster, “Redeeming the ‘Indian’…” op. cit., p. 222.
cxiii Brewster, “Patriotic pastimes…” op. cit., p. 141.
58
cxiv Brewster, “Sport and society…” op. cit., p. 729, 730.
cxv Joseph Arbena, “History of Latin American sports: the end before the beginning?” en,
Sporting Traditions, vol. 16, no. 1, November 1999, pp. 23-31.
cxvi Siguiendo lo establecido por Fukuyama, nuestra academia aún se encuentra en la etapa
histórica y muy lejos del fin de la historia, es decir, el giro posmoderno aún no tiene mucha
fuerza ni presencia como para iniciar un debate.
cxvii A la fecha, la Red en Investigación sobre Deporte, Cultura y Sociedad ha organizado
tres congresos (2007 Chiapas, 2008 Veracruz y 2009 Zacatecas) y en el mes de mayo del
2010 se celebrará el cuarto en la Universidad de Colima.
http://redinvestigaciondeportes.org/nosotros/3-historia.html
cxviii Berryman, op. cit., p. 72.