Gu- ¦ía+de+s..

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Guía de solución de caso nro. 30 del “Dossier’.

Un taxista circula con su auto a las cuatro de la

madrugada sobre la avenida Corrientes. En un momento lo

aborda un pasajero que luego de indicarle su supuesto

destino saca de entre su ropa un revólver con el que

insta al taxista a que le entregue la recaudación del

día. Compelido por la situación, el taxista hace entrega

del dinero y el ladrón huye corriendo. Dos horas más

tarde, mientras circula por otra arteria, el taxista

vuelve a divisar al ladrón por lo que desciende de su

vehículo y se abalanza sobre él, y a pesar de que no

ofrece resistencia, le propina reiterados golpes de puño

que le producen lesiones de importancia grave. Acusado

por esas lesiones, el taxista alega haber actuado en

legítima defensa.

Solución:

A los efectos de determinar si el taxista ha realizado

una conducta penalmente reprochable, se debe comprobar

en primer término si ha cometido un delito. En tal

sentido, un delito es una ACCIÓN, TÍPICA, ANTIJURÍDICA Y

CULPABLE.

1) ACCIÓN.

De acuerdo a ello, lo que primero debe determinarse es

si ha realizado una ACCIÓN en términos penales,

entendida como todo ACTO HUMANO, VOLUNTARIO y FINAL.

Entonces, para verificar si el taxista realizó una

ACCIÓN, debemos comprobar que en el caso no se haya dado

ninguna de las hipótesis que eliminen la voluntariedad

del acto.

Dichos supuestos son:

a) FUERZA FÍSICA IRRESISTIBLE –vis absoluta- (artículo 34.,

inciso 2, del Código Penal).

Son movimientos corporales que ocurren como consecuencia

de fuerzas externas inevitables –ya sean naturales o

humanas-, que determinan al agente a actuar de manera

mecánica.

b) ACTO REFLEJO: Son movimientos puramente biológicos

cumplidos por el cuerpo humano en los que no existe

participación de los altos centros cerebrales y, por lo

tanto, no son intelectiva ni volitivamente realizados.

c) ESTADO DE INCONSCIENCIA ABSOLUTA O INVOLUNTABILIDAD:

Se encuentra en ese estado quien en el momento del hecho

no ha podido comprender la criminalidad del acto ni

dirigir sus acciones (art. 34, inciso 1, del Código

Penal de la Nación) Suponen la total ausencia de

participación psíquica del autor.

NOTA: Existen casos denominados “dudosos” en los que

existen divergencias respecto si se tratan de supuestos

de involuntabilidad. Se trata de los automatismos (son

una especie de actos reflejos productos del aprendizaje

–en general se dan en el ámbito de la conducción de

automóviles-) y de las acciones de fuerte excitación emocional o

acciones en corto circuito (se mantiene el elemento voluntario

pero se ejecuta a una gran velocidad, de modo que el

agente no puede inhibir el comportamiento).

El criterio dominante que existe acción por parte del

agente. No obstante pueden ser una cuestión determinante

a los efectos de analizar la culpabilidad del autor.

En el caso, el taxista lesionó gravemente al ladrón

cuando lo identificó en una calle mientras circulaba con

su vehículo. Concretamente, se indica que: el taxista

descendió de su vehículo, se abalanzó sobre el ladrón y

le propinó reiterados golpes de puño.

Por otra parte, no se encuentran dados ninguno de los

supuestos que excluyen la voluntad del taxista toda vez

que no se verifica que haya actuado bajo una fuerza

física irresistible, bajo estado de inconsciencia

absoluta o que sus movimientos hayan sido producto de un

acto reflejo. Por lo tanto, podemos afirmar que realizó

una ACCIÓN penalmente relevante por lo que debemos

continuar el análisis de la TIPICIDAD que es el paso

siguiente en la teoría del delito.

NOTA: En los casos en los que se comprueba alguna de las

hipótesis que excluyen la voluntad del agente, se

descarta la existencia de una acción y por lo tanto no

hay delito. Por tal motivo, no debe continuarse el

análisis de los restantes elementos de la teoría del

delito.

2) TIPICIDAD:

Confirmada la existencia de una ACCIÓN debe continuarse

el análisis de la teoría del delito. En tal sentido,

debe realizarse un análisis respecto de la TIPICIDAD de

la conducta realizada por el agente.

El análisis de la tipicidad debe efectuarse en un plano

objetivo (es decir, determinar si la conducta puede ser

objetivamente imputable al agente) y luego en un plano

subjetivo (este aspecto, se desarrollará después del

parcial).

A) ANÁLISIS DEL TIPO OBJETIVO :

CORROBORACIÓN DE LOS ELEMENTOS DEL TIPO OBJETIVO:

En primer lugar, debe determinarse si la conducta

penal encuentra adecuación típica en una figura penal

y si se encuentran reunidos los elementos del tipo.

En el caso, puede encontrar adecuación típica en el

delito de lesiones –artículos 89, 90, 91 CP-.

Los elementos son:

Sujeto activo: Taxista.

Sujeto Pasivo: Ladrón.

Acción: Golpes de puño.

Resultado: Lesiones Graves.

En el examen, si quiere efectuarse un análisis más

completo pueden tratarse las características del tipo

penal que se trate (ej. si es un delito de peligro, de

lesión y demás clasificaciones dadas en clase).

TEORÍA DE LA EQUVALENCIA DE LAS CONDICIONES :

Luego, se debe determinar si la conducta realizada

por el agente causó el resultado en los términos de la

teoría de la equivalencia de las condiciones.

Según esta teoría, todas las condiciones de un

resultado tienen igual valor, de modo que aún una acción

que produce un resultado de forma mediata, debe ser

considerada causa de ese resultado. La aplicación

únicamente de la teoría de la equivalencia a los efectos

de determinar el tipo objetivo tiene consecuencia de que

éste se vuelve carente de límites; por lo que luego debe

efectuarse un análisis en los términos de la teoría de

la imputación objetiva.

Entonces, una acción es causal de un resultado

típico cuando si se suprime mentalmente, desaparece el

resultado en su forma completamente concreta.

En el caso, la conducta del taxista fue una

condición del resultado en los términos de la teoría de

la condicio sine qua non, ya que si suprimo mentalmente su

acción –identificada como ‘golpes de puño’-, el ladrón

no hubiese sido herido gravemente.

IMPUTACIÓN OBJETIVA :

Corroborada la conexión causal en los términos de la

teoría de la equivalencia, debemos determinar si dicha

causación constituye una acción típica. Es decir, si el

resultado es objetivamente imputable al autor. Para que

ello suceda, el autor tiene que haber creado un peligro

para el bien jurídico no cubierto por el riesgo

permitido y, además, ese peligro debe realizarse en el

resultado concreto.

1) CREACIÓN DE UN PELIGRO JURÍDICAMENTE DESAPROBADO :

No existe la creación de un riesgo jurídicamente

desaprobado en los siguientes casos:

a) Riesgo permitido: Se rechaza la imputación al tipo

objetivo cuando el autor no ha disminuido el riesgo de

lesión de un bien jurídico pero tampoco lo ha

aumentado de modo jurídicamente considerable.

Se entiende por riesgo permitido a los casos en los

que el autor realiza una actividad riesgosa

jurídicamente relevante pero que se encuentra

permitida (Ej. realización de deportes riesgos

respetando la reglamentación, conducción de

automóviles observando las reglas del tráfico). Por lo

tanto, la realización de una acción dentro de un

riesgo permitido, impide la imputación al tipo

objetivo y, contrariamente, es imputable la acción que

rebase el límite de autorización y, en consecuencia

crea un peligro no permitido. También, es atípica la

provocación de cursos causales en el marco del riesgo

permitido (ej. A persuade a B de que salga a dar un

paseo en medio de una tormenta, pensando que puede ser

alcanzado por un rayo).

b) Disminución del Riesgo: son los casos en los que el

autor modifica un curso causal de tal manera que

aminora o diminuye el peligro ya existente para la

víctima y por lo tanto mejora la situación del objeto

de la acción (Ej. A ve que una piedra caerá sobre la

cabeza de A y lo empuja de tal modo que la piedra cae

sobre su pierna y le causa lesiones leves). Es

importante diferenciarlo de los casos de sustitución de

un riesgo por otro cuya realización es menos dañosa que el

riesgo inicial (ej. Bombero que tira a un bebé por la

ventana causándole lesionas pero evita su muerte del

incendio) ya que esos casos pueden ser tratados causas

de justificación al momento de estudiar la

antijuridicidad de la conducta del autor (estado de

necesidad) y, por lo tanto, son objetivamente

imputables al autor.

c) Principio de confianza: A través de este principio,

se permite confiar en el comportamiento correcto de

determinadas personas. Se utiliza en los casos de

división de trabajo –a los efectos de tornarla

eficaz-, cuando un sujeto debe responder por el curso

causal en sí aunque otro lo conduzca a dañar por su

comportamiento defectuoso.

No obstante, no se permite al autor confiar en la

conducta de otro cuando el sujeto advierte el

comportamiento defectuoso del competente (Ej. La

enfermera le pasa al médico un bisturí que sacó de un

tacho de basura).

d) Prohibición de regreso:

No hay responsabilidad en el resultado cuando la

acción llega a ser causal de un resultado típico sólo

porque un tercero desvía sin relación con el agente

las consecuencias de la acción hacia el daño –ej. A le

paga a B una deuda y B con ese dinero compra un arma

con la que mata a C-. Tampoco, se responde por las

complicaciones o secuelas del tercer que resulta

dañado siempre y cuando no concurran los requisitos de

la autoría mediata –ej. La víctima de lesiones toma la

medicación indicada para curarse-.

En el caso, la conducta del taxista creó un riesgo

típicamente relevante. En tal sentido, ex ante su

conducta es típica de los delitos de lesiones

(artículo 138 del Código Penal) y del delito de

homicidio (artículo 89 del Código Penal) toda vez que

las heridas fueron graves. Por otra parte, no se

encuentran dados ninguno de los supuestos mencionados

en los puntos a) a d) que implican que la conducta del

autor no sea creadora de un riesgo jurídicamente

desaprobado y, por lo tanto, sea impune. Es decir, que

el taxista al propinarle golpes de puño al ladrón creó

un riesgo jurídicamente desaprobado; por lo que resta

determinar si el resultado –lesiones graves- se

concretó en virtud del riesgo creado por la conducta

del taxista.

2) REALIZACIÓN DEL RIESGO EN EL RESULTADO.

Un riesgo jurídicamente desaprobado se realiza en el

resultado sólo si la acción es jurídicamente

desaprobada precisamente por su aptitud para producir

el resultado en la forma en que ocurrió.

En tal sentido, el resultado no se concreta como

consecuencia del riesgo creado por el autor en los

siguientes casos:

a) Desviación o aceleración del curso causal: Se excluye la

imputación si el autor creó un riesgo jurídicamente

desaprobado pero el resultado no se produce como

efecto de ese peligro sino sólo en conexión causal con

aquel. En esos casos, podrá imputarse la tentativa del

delito pero no su consumación.

No obstante, son imputables las desviaciones

causales si la acción de la tentativa aumentó el

peligro del curso causal subsiguiente de modo

jurídicamente relevante y, por lo tanto, el resultado

es una realización del peligro creado por la tentativa

(Ej. A quiere matar a B a hachazos y no muere como

consecuencia de los golpes sino por una infección de

los cortes. La infección también es un peligro creado

por los hachazos).

b) Ámbito de Protección de la norma: Son los casos en que

se realiza un riesgo pero no se ha realizado el

peligro que quería prevenir el precepto infringido y,

en consecuencia, fracasa la imputación del resultado

(Ej. A excede la velocidad durante la primera parte

del trayecto de la ruta 2 y luego baja la velocidad

respetando los límites establecidos por ley. Eso lo

que genera que llegue a Dolores a determinado horario

donde atropella a un niño que aparece

intempestivamente. No obstante, no le es imputable ya

que se encuentra fuera del ámbito de protección de la

norma que fija las velocidades máximas el llegar a

determinados lugares en determinados momentos).

c) Conducta alternativa conforme a derecho: Se excluye la

imputación si la conducta alternativa conforme a

derecho hubiera conducido con seguridad al mismo

resultado porque, en ese caso, no se realizó la

superación del riesgo permitido en el curso real del

acontecimiento. Caso contrario (en los casos posibles

o probables) todo incremento del riesgo permitido,

hace caer las consecuencias sobre el autor.

d) Competencia de la víctima:

Las autopuestas en peligro queridas y realizadas por

propia responsabilidad y con conocimiento de la víctima

no hacen típica a la conducta del sujeto que incita a

realizarlas. Para ello, la víctima tiene que tener pleno

conocimiento del riesgo concreto. En caso de que la

víctima, no sea consciente de las posibles consecuencias

de su conducta negligente, no es posible excluir la

imputación del cooperador que incita a realizarlas.

En el caso, podemos afirmar que la conducta del

taxista creó un riesgo típicamente relevante y que el

resultado –identificado como ‘lesiones graves’- ocurrió

en virtud del riesgo creado por el taxista toda vez que

no se encuentran dados ninguno de los supuestos

mencionados en los puntos a) a d) que implican que el

resultado no se haya producido en virtud del riesgo

creado por el autor.

Por tal motivo, podemos afirmar que se encuentra

cumplido el tipo objetivo en el presente caso o dicho de

otro modo, que la acción del taxista es objetivamente

típica; por lo que, el análisis debe continuar a fin de

evaluar el aspecto subjetivo del tipo.

B) ANÁLISIS DEL TIPO SUBJETIVO.

A continuación lo que debemos analizar es el la

conducta desplegada por el taxista fue dolosa.

De tal manera, lo que debemos corroborar para

determinar si el taxista actuó dolosamente es si tenía

conocimiento (aspecto cognoscitivo) y voluntad realizadora

(aspecto volitivo) del tipo penal identificado con su

acción. Dicho de otro modo, el actor tiene que ‘saber’

lo que está haciendo y ‘querer’ hacerlo.

Aspecto cognoscitivo:

El conocimiento que debe tener el autor respecto de cada

uno de los elementos del tipo tiene que ser efectivo

debe referirse a contenidos en la consciencia. Es decir,

no debe ser potencial ya que en ese caso no hay

conocimiento y por lo tanto no puede orientar ninguna

finalidad a la conducta. Así, el dolo no se organiza

sobre la base de lo que debía haber sabido sino de lo

que efectivamente sabía el agente.

El conocimiento debe recaer sobre los elementos

normativos, descriptivos, previsión de la causalidad y

previsión del resultado.

Finalmente, el conocimiento es actualizable, lo que no

implica que sea actual (ej. Sé que medias me puse a la

mañana: tengo un conocimiento efectivo pero lo actualizo

cuando lo pienso y lo tengo presente para actuar).

Entonces, el dolo siempre requiere algún tipo de

actualización del conocimiento (pensar o darse cuenta)

porque si no se actualizan determinados aspectos de la

consciencia en el momento de actuar no puede

configurarse la finalidad de la acción.

Aspecto volitivo:

En el aspecto volitivo, el dolo se distingue

tradicionalmente en:

Dolo directo de primer grado: son los casos en que el

agente tiene la voluntad de realizar el resultado como

fin en si (ej: envenenar a X para que se muera)

Dolo directo de segundo grado o mediato o dolo de

consecuencias necesarias: el resultado es una

consecuencia necesaria de los medios elegidos y por lo

tanto deben ser abarcados por la voluntad tanto como el

fin en sí mismo (ej. Coloco una bomba en una habitación

en la que hay 30 personas para matar a X).

Dolo eventual o indirecto o condicionado: Se da en los

casos en los que el autor pese a querer los medios, el

resultado sólo lo toma como posible (ej. El conductor de

un automóvil que cruza una calle con los ojos cerrados,

semáforo en rojo y a 200 km por hora).

La diferencia con el dolo de segundo grado es que en éste el

resultado se representa como necesario mientras que en

el dolo eventual sólo se representa como posible.

Por otra parte, también debe ser diferenciado de los

casos de culpa con representación (si se detecta uno de

estos casos, se analiza conforme a los tipos culposos

que serán vistos en el módulo 3) en los que el resultado

se ve como consecuencia posible dentro del medio elegido

pero no está incluida en la voluntad realizadora. Es

decir, el agente piensa que la puede evitar.

Diferente es la situación en los casos de dolo eventual

toda vez el autor ve el resultado como posible de

acuerdo a los medios elegidos y no renuncia al proyecto

de acción. Es decir, ve la posibilidad de que se

produzca el resultado y lo acepta como parte del plan.

Esa es la diferencia sustancial con la culpa con

representación en la que piensa que va a poder evitarlo.

En el caso, podemos afirmar que el taxista obró con dolo

directo de primer grado, toda vez que tenía conocimiento

de que le estaba propinando golpes de puño al ladrón y

tenía la voluntad de hacerlo.

No obstante, el análisis respecto de la tipicidad

subjetiva de la conducta del taxista no finaliza en ese

punto ya que resta preguntarnos si en el caso se

comprueba alguno de los errores de tipo estudiados.

Se da un supuesto de error de tipo cuando se encuentra

afectado el conocimiento de cualquiera de los elementos

del tipo objetivo, es decir, existe error (conocimiento

falso) o ignorancia (falta de conocimiento) respecto de

lo que se hace.

Entonces, el error de tipo puede recaer sobre los

siguientes elementos:

a) Sobre los elementos descriptivos (ej. Juan va de caza

y dispara a un blanco pensando que era un oso cuando en

realidad era un guardaparques)

b) Sobre los elementos normativos: (cree que el que

participa accidentalmente en funciones públicas no es un

funcionario público)

c) Sobre la previsión de la causalidad: Los casos

problemáticos, en este punto son la aberratio ictus, el

error en el objeto y el dolus generalis.

Aberratio iuctus: También llamado error en el golpe. Se da

en los casos en los que se dirige el ataque contra un

objeto y alcanza a otro equivalente al que no se quería

afectar (Ej. X dispara contra Juan y mata a Pedro que

apareció en el lugar y trató de salvarlo). En estos

casos, la mayor parte de la doctrina sostiene existe una

tentativa de homicidio en concurso ideal con un

homicidio culposo.

Error en la persona o en el objeto:

Da lugar a atipicidad de la conducta cuando se trata de

objetos no equivalentes (ej. Golpea a un maniquí

creyendo que es una persona).

Al tratarse de objetos equivalentes, no se elimina el

dolo. En esos casos, el sujeto elabora todo su plan, lo

pone en marcha en referencia a un objeto y obtiene el

resultado querido respecto del mismo sólo que en la

elaboración del plan identificó erróneamente al objeto

(ej. Robo una réplica de un cuadro creyendo que es

original).

Dolus Generalis : Son los casos en los que el resultado se

atrasa o adelanta de acuerdo respecto de lo planeado por

el agente. Es decir que el autor previó la concreción

del resultado típico por uno de sus actos parciales

dentro de un proceso fáctico, pero el resultado se

produce por medio de otro acto parcial ejecutado por el

propio autor.

Existen tres supuestos de dolus generalis:

-Casos de adelantamiento: el resultado se produce antes

del comienzo de la ejecución (ej. Juan le da un

narcótico a Pedro para atontarlo y luego arrojarlo a las

vías del tren para simular un suicidio pero Pedro muere

por los sedantes –todavía no comenzó el plan de

ejecución del homicidio-) se imputa el tipo culposo. Si

ya ha comenzado la ejecución, el adelantamiento del

resultado de lugar a un plan homicida y por lo tanto

puede reprocharse el delito doloso (Zaffaroni, distingue

y sostiene que se le reprocha la tentativa)

-Casos de atraso: hay dos acciones porque hubieron dos

resoluciones diferentes, la solución es el concurso real

de ambos delitos (ej. Quien decide matar y cuando cree

que ya lo hizo, arroja el supuesto cadáver al mar. En

ese caso, puede reprocharse la tentativa de homicidio en

concurso real con el homicidio culposo).

La consecuencia de detectar en un error de tipo, es que

se elimina la tipicidad dolosa. El error será vencible

cuando el sujeto aplicando el cuidado debido pueda salir

del error en el que se hallaba y por ende no realizar el

tipo objetivo y será invencible cuando aún aplicando el

cuidado debido no hubiese podido salir del error. En ese

caso –error invencible- la conducta del agente deviene

atípica.

Por otra parte, no se comprueba ningún error de tipo en

su accionar; por lo que su conducta es típica (tanto

objetiva como subjetivamente) y debemos continuar el

análisis respecto de su antijuridicidad.

Si hay una coincidencia esencial entre el tipo objetivo

y el subjetivo, entonces la conducta es típica y pasan

al análisis del resto.

3)

ANTIJURIDICIDAD.

De acuerdo a lo expuesto precedentemente, es momento

de determinar si la conducta típica del taxista también

es antijurídica.

La antijuridicidad, es la característica que resulta

del juicio negativo de valor que recae sobre una

conducta humana. En caso de corroborarse tal

circunstancia, nos encontraremos frente a un injusto

penal que es una acción prohibida por el derecho penal

pero respecto de la cual ninguna ley penal o no penal le

reconoce el carácter de un ejercicio de un derecho. Con

lo cual, la tipicidad no pasa de ser un indicio de

antijuridicidad puesto que sólo con el juicio de

antijuridicidad se verifica definitivamente la

limitación al espacio social de la libertad (al

encontrarnos frente a la ausencia de un precepto

permisivo o causa de justificación). Así, la

antijuridicidad está dada por el choque de la conducta

con la totalidad del orden jurídico funcionando como

tal.

Una conducta típica, entonces, será antijurídica

cuando no se encuentre justificada por el ordenamiento

legal. Así, las causas de justificación expresan una

antinormatividad circunstanciada que el legislador

reconoce como el ejercicio de un derecho.

En el artículo 34 inciso 4 del CP encontramos las

causas de justificación en presencia de las cuales la

conducta del agente no será antijurídica y por lo tanto

no habrá delito.

En tal sentido identificamos las siguientes causas

de justificación:

a) Legítima defensa (artículo 34 incisos 6 y 7 del

CP): Es la repulsa o impedimento de una agresión

ilegítima, actual e inminente, por el atacado un tercero

contra el agresor sin traspasar la necesidad de la

defensa dentro de la proporción de los medios empleados.

Para que exista legítima defensa, deben concurrir

las siguientes circunstancias:

a) Existencia de agresión ilegítima y actual :

Agresión: es la amenaza de lesión o puesta en peligro

de bienes jurídicamente protegidos.

Requisitos de la agresión ilegítima:

a) conducta humana: El ataque debe provenir de una

acción humana. No prospera contra cosas ni animales.

Cuando se usan animales para atacar, la legítima

defensa no es contra ellos sino contra los dueños o

quienes los utilizan.

Tampoco, hay agresión ilegítima en los casos de

ausencia de conducta (involuntabilidad, fuerza física

irresistible o acto reflejo).

b) agresiva: indica la neceisidad de una dirección d

ela voluntad hacia la producción de una lesión (no

contra quien actuo bajofuerza fisica irresistible. Si

no hay agresión, operara estado de necesidad

justificante o exculpante

c) antijurídica: no este actuando dentro de causa de

justificación. Se afectan bienes juridicos sin derecho

a afectarlos. Tampoco es admisible alegitima defensa

contra cualquier conducata que csea conforme al deber

juridico o que tenga lugar dentro del ambito de la

juridicidad

La agresión tiene que ser ilegítima, estar

injustificada. No opera contra quien actúa en estado

de necesidad o quien actúa en cumplimiento de un deber

o legítima defensa.

LEGITIMIDAD DE LA DEFENSA:

1) La conducta sólo es legítima cuando se dirige

contra el AGRESOR. No lo es contra terceros. EJ. Ej.

Entran cinco personas: una tiene el arma y les disparo

a todas. No actúa en legítima defensa quien no sabe

que se está defendiendo.

2) La agresión tiene que ser estar en curso o ser

inminente de producirse.

La inminencia se designa el requerimiento de un

inmediato signo de peligro para el bien jurídico. Es

inminente cuando puede percibirse como una amenaza

manifiesta.

Desde que surge la amenaza al bien jurídico hasta que

haya cesado la actividad lesiva o la posibilidad de

detenerla.

Ello se encuentra vinculado Necesidad de la defensa:

El peligro tiene que ser próximo como para que el

agente se vea obligado a actuar para neutralizarla. No

opera cuando la acción se consumó, tiene que estar en

curso o por producirse.

En los casos de que sea futura, en el presente tiene

que haber peligro de ella y de su efecto dañoso.

Ej. No puede ser que le peguen a mi abuelita y yo

salga a pegarles. Eso es venganza.

b) RACIONALIDAD DEL MEDIO EMPLEADO:

La racionalidad es un límite a la legítima defensa

impide que se excluyan todas las reacciones

desproporcionadas e inusitadas.

Implica:

1) Que se haya creado situación de necesidad para que

la persona se defienda. Tengo que actuar para

repeler la agresión. Ej. si me están tirando piedras

en mi casa, tengo tiempo de llamar a la policía.

2) Que el medio empleado sea racionalmente adecuado

para evitar el peligro. El medio por el que se

repele la agresión tiene que ser proporcional a la

agresión, para lo cual hay que tomar en cuenta las

circunstancias del caso concreto.

Proporción en el medio empleado: el medio que uso

tiene que ser tal para repeler la agresión, no más.

Ej. si me quieren golpear, puedo empujar en vez de

pegar un tiro.

Proporción entre el mal que se causa y el que se

evita.

Si la agresión no es necesaria, por lo tanto no va a

ser racional.

Ej paralítico que tiene una escopeta para evitar que

le roben una manzana.

c) Falta de provocación suficiente por parte del que

se defiende.

Otro requisito es el previsto en el 34 inciso 6 quiere

decir que la agresión recibida no haya sido motivada

por una provocación previa del autor

Es anterior a la agresión. Provocación suficiente

puede que ser entendida como agresión ilegítima. Una

simple provocación insignificante no perjudica la

licitud de la defensa. Ya que el que provoca

suficientemente genera una situación de necesidad de

defensa

La conducta tiene que ser desvalorada y provocar la

agresión ilegítima.

Tiene que ser suficiente: a) previsible de que

generará la agresión ilegítima, b) no implica calcular

las características negativas del agresor.

Ej. amante que llega el esposo los ve y para

defenderse lo mata.

Defensa imperfecta y sus soluciones:

Una vez que se neutraliza la agresión de la víctima y

desaparece el peligro, cesa la legítima defensa. Ej.

le pego un golpe y queda inconsciente. No le voya dar

un cuchillazo. Ej. ingeniero santos.

Ej. me roban los corro, dejan la bici y voy y los

mato.

Medios que exceden la necesidad. Por falta de

provocación, culposo 35. Situaciones de exceso.

b) Estado de necesidad justificante (artículo 34

inciso 3 del CP):

El artículo 34, inciso 3, del CP establece una causa

de justificación por la que no resulta punible quien

causa un mal para evitar a otro mayor e inminente al

que ha sido extraño.

REQUISITOS:

1. CAUSAR MAL MENOR PARA EVITAR UN MAL MAYOR :

En este caso hay un bien jurídico que está en

peligro y se causa un mal –lesión o peligro- que

tiene una menor entidad para salvarlo.

Por ejemplo: Pérdida de gas, monóxido de carbono y

rompo el vidrio para evitar que las personas que se

encuentran adentro se asfixien.

Bien en peligro: vida de las personas vs. Bien

atacado: propiedad.

Entonces, si hago una ponderación de bienes mi

conducta sería lícita porque si bien estoy causando

una lesión para un bien jurídico, es para salvar a

otro de mayor jerarquía.

Límite: Pedo salvar cualquier Bien Jurídico, lo

único que importe es que el mal que yo cause sea

menor al que procuro evitar. No puedo causar un mal

mayor para evitar uno menor. Ej. no

PONDERACIÓN DE MALES:

Cómo se hace la ponderación de males? Soler dice que

se fije en las penas de los delitos –ver problema de

ley Blumberg-

Bacigalupo: La diferencia tiene que ser esencial. El

bien que se intenta salvar sea marcadamente superior

al que se ataca.

Criterios de ponderación:

a) No debe valorarse únicamente la jerarquía

abstracta del BJ, Ej. No está justificado hacer

caer una obra de Dalí a quien la traslada porque

le puede hacer un rasguño leve en el dedo.

Propiedad vs. Integridad física.

Hay que evaluarlo también en concreto…

b) intensidad concreta de afectación (por lesión o

por peligro),

c) el grado de la proximidad del peligro que se

quiere evitar y

d) intensidad de la afectación en consideración a

las circunstancias personales de los titulares de

los bienes jurídicos en juego (ej. Ganadero que para

salvar a 10 vacas de una infección sacrifica a la

única vaca de su vecino. No es lo mismo privar de $5

a un millonario que a un indigente).

No siempre la afectación del BJ más valioso es el

mal mayor, Ej. si doy muerte al perro caro de mi

vecina para salvar al que le sirve de lazarillo a un

ciego.

NECESIDAD DE CAUSAR EL MAL MENOR PARA EVITAR EL MAL

MAYOR. La situación de peligro del BJ sólo puede

ser evitada causando el mal. No existe otro medio

menos ofensivo para evitar la lesión.

Ejemplo: En el caso de que rompo la ventana para que

no se asfixien, mi acción no estará justificada si

tengo la llaves de la puerta o si puedo abrir la

ventana sin romperla.

Esto no implica efectividad en el acto de salvación

sino que a priori surjala necesidad de actuar.

Para esto hay que determinar la racionalidad del

acto salvador (Ej. no voy a matar el gato del

vecino, porque creo que con su sangre voy a curar a

mi tía Porota de una enfermedad terminal) y por otra

parte que no haya otro medio idóneo no delictivo

para intentar la salvación (Ej. Uso el matafuegos de

mi vecino en lugar del que tengo en mi casa).

Si los bienes en juego son de la misma entidad y

sacrifico uno de ellos, no hay estado de necesidad

justificante sino que hay ESTADO DE NECESIDAD

EXCULPANTE.

Ejemplo: Un naufrago le quita la tabla de madera a

otro para salvar su vida. No hay estado de necesidad

justificante, es exculpante porque los bienes son de

igual jerarquía.

EJ. MATO A UNA PERSONA PARA EVITAR QUE DETONE UNA

BOMBA EN UNA CIUDAD.

2. INMINENCIA .

El mal aparte de ser grave (en el sentido marcado

anteriormente), tiene que hallarse en curso o ser

inminente (en el sentido de la Legítima Defensa).

Se requiere que se prevea que el mal va a ocurrir en

un lapso temporal suficientemente breve como para

que el sujeto tenga que actuar con la finalidad

salvadora. La mera previsión de un mal futuro pero

no inminente, no configura una causa de

justificación.

El peligro tiene que ser real, sino el autor puede

incurrir en un error de prohibición.

3. EXTRAÑO AL AUTOR : El mal que se pretende evitar

tiene que ser extraño al autor. No tiene que haber

sido provocado por el autor ni debe estar obligado

a soportar el mal que lo amenaza.

DE DÓNDE PROVIENE LA SITUACIÓN DE NECESIDAD? La

situación de necesidad puede provenir de un acto

ilícito, de necesidades fisiológicas, del tercero o

de la naturaleza.

DESESTIMIENTO/TENTATIVA

4. QUE BJ PUEDO SALVAR? PERSONAL, TERCERO, SOCIEDAD.

5. NO PUEDO ATACAR CUALQUIER BJ.

Zaffaroni, explica la teoría general de los bienes

personales.

No pueden ser atacados:

a. Los bienes jurídicos de los cuáles los titulares no

pueden ser privados ni aún con su consentimiento.

Ej. Relacionados con la integridad física: Torturas,

Violaciones.

b. Bienes jurídicos que sólo pueden ser privados con

consentimiento del titular: Ej. Extracción de

sangre, órganos. Ej. un cirujano no puede quitarle

un pulmón a un paciente con motivo de que le va a

salvar la vida a otro sin su consentimiento.

6. ASPECTO OBJETUVO Y SUBJETIVO: CONOCER LA AMENAZA

DEL BIEN Y FINALIDAD DE SALVARLO

Si falta aspecto objetivo (pienso que hay ataque

al BJ): justificación putativa. Se resuelve como

error de prohibición

Si falta el aspecto subjetivo (conocer la amenaza

al bien y finalidad de salvarlo): hay personas que

lo ven como consumado, otros como tentativa.

c) Artículo 34 inciso 4: legítimo ejercicio de un

derecho autoridad o cargo

d)

Al respecto, no debe perderse de vista que el

injusto tiene aspectos objetivos y subjetivos:

Elementos objetivos: debe efectuarse un juicio

predominantemente fáctico –y no valorativo- de las

circunstancias en las que actúa el agente. En concreto,

debe determinarse si existió causa de justificación (ej.

legítima defensa, estado de necesidad justificante,

cumplimiento de un deber) y si concurren los elementos

objetivos de la causa de justificación que aparece como

de posible aplicación (ej. en la legítima defensa: si

hubo agresión ilegítima, falta de provocación

suficiente, necesidad racional del medio empleado para

impedirla y repelerla).

Elementos subjetivos: se requiere que el agente

tenga pleno conocimiento de las circunstancias objetivas

en las que actúa. Es decir que conozca todos y cada uno

de los elementos de la causa de justificación analizada.

A esta altura pueden llegar a detectar la existencia

de un error de prohibición que analizarán en la

culpabilidad por falta de conocimiento o por creencia

errónea de concurrencia de una causa de justificación o

de concurrencia de los elementos objetivos de ésta o

desconocimiento del autor de que estaba justificado y a

pesar de ello actuó (creyó que su obrar era antijurídico

y en verdad no lo era).

En el caso, no hay una causa de justificación

aplicable al caso. Es decir que, el taxista no actuó en

legítima defensa ni hubo estado de necesidad

justificante ni actuó en el ejercicio legítimo de un

derecho y por otra parte, el tenía pleno conocimiento de

lo que actuaba. Es decir, que se encuentran reunidos los

elementos objetivos y subjetivos mencionados y por lo

tanto su conducta es antijurídica.

En caso de parecer aplicable una causa de

Si parece aplicable una causa de justificación, pero

los elementos objetivos y subjetivos no coinciden,

entonces la conducta es antijurídica. Por lo tanto,

siempre que la conducta sea antijurídica, pasan al

análisis de la culpabilidad, el ilícito penal queda

conformado (porque la conducta es típica y

antijurídica). En cambio, si, por ejemplo, concurre obj

y subjetivamente una defensa necesaria, entonces la

conducta es típica pero no antijurídica (es decir, la

conducta típica se encuentra justificada por el

ordenamiento legal) y allí terminan el análisis.

Culpabilidad.

Ahora bien, teniendo en cuenta que la conducta del

taxista es antijurídica, en este punto resta determinar

si es culpable. Sólo en ese caso, estaremos en

condiciones de afirmar que el taxista ha cometido un

delito, entendido como la acción típica, antijurídica y

culpable.

La culpabilidad es un juicio que permite vincular en

forma personalizada el injusto a su autor, considerando

el ámbito de autodeterminación con el que actuó. Es

decir, que no puede reprocharse un injusto si no ha sido

el resultado de la libre determinación y no puede

hacérselo en la medida que supere el ámbito de su

autodeterminación. Al existir diversos ámbitos de

autodeterminación resulta necesario establecer cuál fue,

en concreto el que tuvo la persona al momento de

realizar el acto, teniendo en cuenta sus condiciones

personales generales, las modificaciones que sufría en

esa coyuntura y las circunstancias concretas en la que

se hallaba.

En el ámbito de la responsabilidad, el principio de

culpabilidad puede expresarse sintéticamente con la

fórmula “no hay pena sin reprochabilidad”. Lo que implica que

no haya delito cuando su autor no haya tenido al momento

de su acción un cierto margen de decisión o libertad

para decidir. La culpabilidad presupone

autodeterminación de la voluntad humana entendida como

el catálogo de las posibles conductas de una persona en

una situación dada. No se trata de determinar lo que

hubiera hecho un tercero o la generalidad sino que se

trata de averiguar cuál fue el ámbito determinable del

propio autor en esa circunstancia y no el que hubiera

tenido otro que no fue el autor.

De tal manera, la imputabilidad –entendida como la

capacidad de culpabilidad- tiene dos niveles: uno de

ellos debe ser considerado como la capacidad de

comprender la antijuridicidad y el otro como la

capacidad de adecuar la conducta a la comprensión de la

antijuridicidad. En consecuencia, cuando el sujeto

carezca de la primera de esas capacidades no habrá

culpabilidad por la ausencia de la posibilidad exigible

de comprensión de la antijuridicidad mientras que cuando

falte la segunda capacidad, se tratará de un caso de

estrechamiento del ámbito de autodeterminación del

sujeto.

A continuación, se examinarán en detalle cada una de las

causas de inculpabilidad mencionadas:

1) ININPUTABILIDAD POR INCAPACIDAD DE COMPRENSIÓN DE LA

ANTIJURIDICIDAD:

Supuestos:

a. Incapacidad psíquica:

La inimputabilidad por incapacidad psíquica tiene como

base una perturbación de la consciencia. Lo que debe

determinarse, es si las características psíquicas de la

persona le permitieron comprender la antijuridicidad en

el momento en que se llevo a cabo la conducta típica y antijurídica. En

tal sentido, cuanto mayor sea la perturbación de la

consciencia mayor debió ser el esfuerzo del sujeto para

comprender la antijuridicidad y, consecuentemente, menor

debe ser la reprochabilidad. Debe destacarse, que la

capacidad siempre debe evaluarse para el delito concreto

(ej. Hay casos de oligofrenia que pueden generar

incapacidad psíquica para determinados delitos y no para

otros).

En síntesis, para que exista incapacidad psíquica para

comprender la antijuridicidad debe existir una

perturbación de la consciencia producida por

insuficiencia o por alteración de las facultades.

i. por insuficiencia de las facultades:

Son los casos en los que hay una falta de inteligencia

congénita o producida por algún padecimiento (ej.

Oligofrenia, sordomudez, etc.)

ii. por alteración de las facultades:

Son los casos en los que

b. Error de prohibición:

Se entiende como error de prohibición al que impide

exclusivamente la comprensión del carácter y entidad del

injusto del acto.

Dentro de los errores de prohibición encontramos a los

de simple conocimiento y a los de comprensión

Los errores de conocimiento versan sobre el carácter

antijurídico en si mismo, pueden ser de los siguientes

tipos:

i. directo: cuando recae sobre la existencia de la norma

misma. Es decir, sobre la representación de la

valoración jurídica del acto conforme a la norma

prohibitiva. Existen distintas variables:

-Desconocimiento de la existencia legal de la norma

(ej. un holandés que viene de viaje a argentina e ignora

que la tenencia de estupefacientes es un delito).

-Sobre el alcance de la prohibición: El autor conoce la

norma pero no sabe que su conducta choca con ella en

razón de un error sobre la interpretación de la norma

sea porque la entienda mal (algunos autores lo llaman

error de subsunción) o porque crea que ésta no es válida

por ser contraria a una norma de superior jerarquía o

porque supone que está en un ámbito espacial diferente o

que ha sido derogado ha perdido vigencia (error de

validez).

El error de prohibición directo puede ser de hecho o de

derecho (Ej. El error de validez puede consistir en la

falsa creencia de que la norma es inconstitucional pero

también puede estar referido a circunstancias fácticas

como error de sujeto, tiempo o espacio).

iii. de comprensión: es un tipo de error directo.

Son los casos en los que el sujeto conoce la norma

prohibitiva pero no puede exigírsele su internalización

como parte de su equipo valorativo (ej. Casos en los que

el autor pertence a una cultura o subcultura difernciada

donde internalizo valores diferentes o incompatibles con

los legales )

El tema se superpone con los casos de conciencia

disidente, que se da cuando los valores personales del

autor no cinciden con los de la lay y éste experimenta

el apartamiento a sus valores como un sufrimiento de

conciencia.

ii. indirecto: cuando recae sobre la permisión. Es

decir, el autor conoce la tipicidad prohibitiva pero

cree que su conducta esta justificada. Puede darse en

los siguientes casos:

-La falsa suposición de un permiso que la ley no otorga

(ej. El que piensa que tiene derecho a sustraerle

objetos a un deudor). En este caso, presenta las mismas

modalidades que el error de prohibición directo por

desconocimiento de la norma misma. Es decir, puede

consistir en una falsa suposición de la norma o error de

validez y ausmir la forma de error de hecho o de

derecho.

- CFalsa suposición de circunstancias que hacen a una

situación objetiva de justificación o justificación

putativa (ej. Creo que tengo derecho a )

El error de prohibición puede ser vencible o invencible.

Para valorar frente a cual de ellos nos encontramos,

debemos valorar siempre en relación al sujeto concreto y

a sus circunstancias, los siguientes aspectos:

1) si le fue posible acudir a algún medio idóneo de

información.

2) si la urgencia de la toma de decisión le impidió

informarse o reflexionar

3) si le era exigible imaginar la criminalidad de su

conducta (lo que no sucede cuando conforme a su

capacidad intelectual, a su instrucción, a su

entrenamiento y con un estándar mínimo de prudencia no

había tenido motivos para presumirlo).

En tal sentido, debemos tener en cuenta que el grado de

capacidad psíquica puede incidir en la invencibilidad

del error(ej. Es posible que haya personas que no sean

incapaces psíquicos de culpabilidad respecto del injusto

en concreto pero que por sus características psíquicas

sea imposible exigirles, en la concreta circunstancia

del hecho, que hayan vencido o no el error).

En caso de ser invencible (cuando no le era exigible al

autor, evitarlos) elimina la culpabilidad.

Mientras que en los supuestos de errores vencibles, no

pueden convertir supuestos de tipicidad dolosa en

tipicidad culposa (como en el caso de los errores de

tipo vencibles) sino que disminuyen la reprochabilidad

del injusto.

2)INCULPABILIDAD POR INCAPACIDAD PARA AUTODETERMINARSE

CONFORME A LA COMPRENSIÓN DE LA ANTIJURIDICIDAD:

Son los supuestos en los que si bien es exigible la

comprensión de la antijuridicidad, no hay exigibilidad

de una conducta diferente toda vez que opera una

situación que reduce notoriamente la autodeterminación

del sujeto en el momento de la acción.

a. Estado de necesidad exculpante.

Se encuentra regulado en el artículo 34, inciso 2, del

CP que prescribe que “No son punibles… 2) El que obrare violentado

por fuerza física irresistible o amenazas de sufrir un mal grave e inminente’

Son los casos en los que el mal que se evita no es mayor

al que se causa, pues de lo contrario estaríamos frente

al estado de necesidad justificante. El mal puede

provenir de un acto humano o de acontecimientos

naturales: por lo que la coacción es sólo un supuesto

del estado de necesidad exculpante (ej. En un naufragio,

X está sobre una tabla que soporta el peso de una

persona y lo empujo al mar para salvar mi vida).

Requisitos:

1) Existencia de peligro para el bien jurídico: el

peligro debe ser grave, provenir de cualquier fuente y

amenazar a cualquier bien jurídico.

No necesariamente el mal debe amenazar bienes jurídicos

del necesitado, sino que puede serlo respecto de

personas que estén estrechamente vinculadas a él.

2) Mal inminente: para ello operan las mismas reglas que

para el estado de necesidad justificante.

Según Zaffaroni no hay base legal para excluir del

estado de necesidad exculpante a quien haya provocado la

situación de peligro. Al respecto, sostiene que la

conducta que provoca la situación de necesidad que causa

3) Necesidad de la conducta para apartar el peligro. Es

decir, que no haya otro medio menos lesivo o legal para

repeler el mal, ya que siendo ésta exigible queda

descartado el estado de necesidad exculpante.

En tal sentido, la acción debe ser idónea y adecuada.

En los casos de la falsa suposición sobre la situación

de necesidad (ej. Pienso que estoy bajo coacción cuando

no lo estoy) nos encontramos en un supuesto d eerror de

culpabilidad, en caso de tratarse de un error invencible

se excluye la culpabilidad y en caso de ser vencible se

disminuy el reproche. Sin ser un error de prohibición se

resuelve conforme a sus reglas.

b. Incapacidad para dirigir las acciones (artículo 34,

inciso 1 del CP):

Son los casos en los que el sujeto es capaz de

comprender la antijuridicidad de su conducta pero no

obstante padece una incapacidad psíquica que hace

inexigible la adecuación de su conducta a la

comprensión. El sujeto se encuentra seriamente en forma

análoga a la coacción sólo que la limitación no

proviene en este caso del medio externo sino del propio

psiquismo del autor (ej. Conductas impulsivas, fobias

graves, toxico dependencia).

2) O puede recaer sobre alguno de los elementos

objetivos de la causa de justificación –error de

prohibición de hecho o indirecto- (desconocer la

concurrencia de algún elemento de la causa de

justificación o creer que concurre alguno o todos de sus

elementos, cuando en verdad no concurren.)

Para poder verificar la discordancia entre los elementos

objetivos y subjetivos de una causa de justificación,

van a tener que efectuar una remisión al análisis que ya

hicieron en la antijuridicidad y, en su caso, explicar

qué clase de error es y qué consecuencias se derivan de

él.

Zaffaroni también analiza aquí algunos errores

relacionados con la tipicidad conglobante (Ejemplo:

insignificancia, riesgo permitido, cumplimiento de un

deber...)

Si detectan la existencia de un error de prohibición

deben analizar si el error es evitable (vencible) o

inevitable (invencible). Si es evitable, se atenúa la

culpabilidad y si es inevitable se elimina y por lo

tanto la conducta es típica y antijurídica pero no

culpable y allí termina el análisis. De lo contrario, si

es ilícita y culpable, entonces se avanza en el

análisis. (Lo dicho conforme a la teoría de la

culpabilidad estricta).

Zaffaroni, además, analiza en este punto el estado de

necesidad disculpante o exculpante por coacción y el

esfuerzo por la vulnerabilidad (tratado de Zaffaroni,

Alagia y Slokar).

Si la conducta es típica, antijurídica y culpable,

entonces estamos en presencia de un delito.