Post on 19-Jan-2023
Guía de solución de caso nro. 30 del “Dossier’.
Un taxista circula con su auto a las cuatro de la
madrugada sobre la avenida Corrientes. En un momento lo
aborda un pasajero que luego de indicarle su supuesto
destino saca de entre su ropa un revólver con el que
insta al taxista a que le entregue la recaudación del
día. Compelido por la situación, el taxista hace entrega
del dinero y el ladrón huye corriendo. Dos horas más
tarde, mientras circula por otra arteria, el taxista
vuelve a divisar al ladrón por lo que desciende de su
vehículo y se abalanza sobre él, y a pesar de que no
ofrece resistencia, le propina reiterados golpes de puño
que le producen lesiones de importancia grave. Acusado
por esas lesiones, el taxista alega haber actuado en
legítima defensa.
Solución:
A los efectos de determinar si el taxista ha realizado
una conducta penalmente reprochable, se debe comprobar
en primer término si ha cometido un delito. En tal
sentido, un delito es una ACCIÓN, TÍPICA, ANTIJURÍDICA Y
CULPABLE.
1) ACCIÓN.
De acuerdo a ello, lo que primero debe determinarse es
si ha realizado una ACCIÓN en términos penales,
entendida como todo ACTO HUMANO, VOLUNTARIO y FINAL.
Entonces, para verificar si el taxista realizó una
ACCIÓN, debemos comprobar que en el caso no se haya dado
ninguna de las hipótesis que eliminen la voluntariedad
del acto.
Dichos supuestos son:
a) FUERZA FÍSICA IRRESISTIBLE –vis absoluta- (artículo 34.,
inciso 2, del Código Penal).
Son movimientos corporales que ocurren como consecuencia
de fuerzas externas inevitables –ya sean naturales o
humanas-, que determinan al agente a actuar de manera
mecánica.
b) ACTO REFLEJO: Son movimientos puramente biológicos
cumplidos por el cuerpo humano en los que no existe
participación de los altos centros cerebrales y, por lo
tanto, no son intelectiva ni volitivamente realizados.
c) ESTADO DE INCONSCIENCIA ABSOLUTA O INVOLUNTABILIDAD:
Se encuentra en ese estado quien en el momento del hecho
no ha podido comprender la criminalidad del acto ni
dirigir sus acciones (art. 34, inciso 1, del Código
Penal de la Nación) Suponen la total ausencia de
participación psíquica del autor.
NOTA: Existen casos denominados “dudosos” en los que
existen divergencias respecto si se tratan de supuestos
de involuntabilidad. Se trata de los automatismos (son
una especie de actos reflejos productos del aprendizaje
–en general se dan en el ámbito de la conducción de
automóviles-) y de las acciones de fuerte excitación emocional o
acciones en corto circuito (se mantiene el elemento voluntario
pero se ejecuta a una gran velocidad, de modo que el
agente no puede inhibir el comportamiento).
El criterio dominante que existe acción por parte del
agente. No obstante pueden ser una cuestión determinante
a los efectos de analizar la culpabilidad del autor.
En el caso, el taxista lesionó gravemente al ladrón
cuando lo identificó en una calle mientras circulaba con
su vehículo. Concretamente, se indica que: el taxista
descendió de su vehículo, se abalanzó sobre el ladrón y
le propinó reiterados golpes de puño.
Por otra parte, no se encuentran dados ninguno de los
supuestos que excluyen la voluntad del taxista toda vez
que no se verifica que haya actuado bajo una fuerza
física irresistible, bajo estado de inconsciencia
absoluta o que sus movimientos hayan sido producto de un
acto reflejo. Por lo tanto, podemos afirmar que realizó
una ACCIÓN penalmente relevante por lo que debemos
continuar el análisis de la TIPICIDAD que es el paso
siguiente en la teoría del delito.
NOTA: En los casos en los que se comprueba alguna de las
hipótesis que excluyen la voluntad del agente, se
descarta la existencia de una acción y por lo tanto no
hay delito. Por tal motivo, no debe continuarse el
análisis de los restantes elementos de la teoría del
delito.
2) TIPICIDAD:
Confirmada la existencia de una ACCIÓN debe continuarse
el análisis de la teoría del delito. En tal sentido,
debe realizarse un análisis respecto de la TIPICIDAD de
la conducta realizada por el agente.
El análisis de la tipicidad debe efectuarse en un plano
objetivo (es decir, determinar si la conducta puede ser
objetivamente imputable al agente) y luego en un plano
subjetivo (este aspecto, se desarrollará después del
parcial).
A) ANÁLISIS DEL TIPO OBJETIVO :
CORROBORACIÓN DE LOS ELEMENTOS DEL TIPO OBJETIVO:
En primer lugar, debe determinarse si la conducta
penal encuentra adecuación típica en una figura penal
y si se encuentran reunidos los elementos del tipo.
En el caso, puede encontrar adecuación típica en el
delito de lesiones –artículos 89, 90, 91 CP-.
Los elementos son:
Sujeto activo: Taxista.
Sujeto Pasivo: Ladrón.
Acción: Golpes de puño.
Resultado: Lesiones Graves.
En el examen, si quiere efectuarse un análisis más
completo pueden tratarse las características del tipo
penal que se trate (ej. si es un delito de peligro, de
lesión y demás clasificaciones dadas en clase).
TEORÍA DE LA EQUVALENCIA DE LAS CONDICIONES :
Luego, se debe determinar si la conducta realizada
por el agente causó el resultado en los términos de la
teoría de la equivalencia de las condiciones.
Según esta teoría, todas las condiciones de un
resultado tienen igual valor, de modo que aún una acción
que produce un resultado de forma mediata, debe ser
considerada causa de ese resultado. La aplicación
únicamente de la teoría de la equivalencia a los efectos
de determinar el tipo objetivo tiene consecuencia de que
éste se vuelve carente de límites; por lo que luego debe
efectuarse un análisis en los términos de la teoría de
la imputación objetiva.
Entonces, una acción es causal de un resultado
típico cuando si se suprime mentalmente, desaparece el
resultado en su forma completamente concreta.
En el caso, la conducta del taxista fue una
condición del resultado en los términos de la teoría de
la condicio sine qua non, ya que si suprimo mentalmente su
acción –identificada como ‘golpes de puño’-, el ladrón
no hubiese sido herido gravemente.
IMPUTACIÓN OBJETIVA :
Corroborada la conexión causal en los términos de la
teoría de la equivalencia, debemos determinar si dicha
causación constituye una acción típica. Es decir, si el
resultado es objetivamente imputable al autor. Para que
ello suceda, el autor tiene que haber creado un peligro
para el bien jurídico no cubierto por el riesgo
permitido y, además, ese peligro debe realizarse en el
resultado concreto.
1) CREACIÓN DE UN PELIGRO JURÍDICAMENTE DESAPROBADO :
No existe la creación de un riesgo jurídicamente
desaprobado en los siguientes casos:
a) Riesgo permitido: Se rechaza la imputación al tipo
objetivo cuando el autor no ha disminuido el riesgo de
lesión de un bien jurídico pero tampoco lo ha
aumentado de modo jurídicamente considerable.
Se entiende por riesgo permitido a los casos en los
que el autor realiza una actividad riesgosa
jurídicamente relevante pero que se encuentra
permitida (Ej. realización de deportes riesgos
respetando la reglamentación, conducción de
automóviles observando las reglas del tráfico). Por lo
tanto, la realización de una acción dentro de un
riesgo permitido, impide la imputación al tipo
objetivo y, contrariamente, es imputable la acción que
rebase el límite de autorización y, en consecuencia
crea un peligro no permitido. También, es atípica la
provocación de cursos causales en el marco del riesgo
permitido (ej. A persuade a B de que salga a dar un
paseo en medio de una tormenta, pensando que puede ser
alcanzado por un rayo).
b) Disminución del Riesgo: son los casos en los que el
autor modifica un curso causal de tal manera que
aminora o diminuye el peligro ya existente para la
víctima y por lo tanto mejora la situación del objeto
de la acción (Ej. A ve que una piedra caerá sobre la
cabeza de A y lo empuja de tal modo que la piedra cae
sobre su pierna y le causa lesiones leves). Es
importante diferenciarlo de los casos de sustitución de
un riesgo por otro cuya realización es menos dañosa que el
riesgo inicial (ej. Bombero que tira a un bebé por la
ventana causándole lesionas pero evita su muerte del
incendio) ya que esos casos pueden ser tratados causas
de justificación al momento de estudiar la
antijuridicidad de la conducta del autor (estado de
necesidad) y, por lo tanto, son objetivamente
imputables al autor.
c) Principio de confianza: A través de este principio,
se permite confiar en el comportamiento correcto de
determinadas personas. Se utiliza en los casos de
división de trabajo –a los efectos de tornarla
eficaz-, cuando un sujeto debe responder por el curso
causal en sí aunque otro lo conduzca a dañar por su
comportamiento defectuoso.
No obstante, no se permite al autor confiar en la
conducta de otro cuando el sujeto advierte el
comportamiento defectuoso del competente (Ej. La
enfermera le pasa al médico un bisturí que sacó de un
tacho de basura).
d) Prohibición de regreso:
No hay responsabilidad en el resultado cuando la
acción llega a ser causal de un resultado típico sólo
porque un tercero desvía sin relación con el agente
las consecuencias de la acción hacia el daño –ej. A le
paga a B una deuda y B con ese dinero compra un arma
con la que mata a C-. Tampoco, se responde por las
complicaciones o secuelas del tercer que resulta
dañado siempre y cuando no concurran los requisitos de
la autoría mediata –ej. La víctima de lesiones toma la
medicación indicada para curarse-.
En el caso, la conducta del taxista creó un riesgo
típicamente relevante. En tal sentido, ex ante su
conducta es típica de los delitos de lesiones
(artículo 138 del Código Penal) y del delito de
homicidio (artículo 89 del Código Penal) toda vez que
las heridas fueron graves. Por otra parte, no se
encuentran dados ninguno de los supuestos mencionados
en los puntos a) a d) que implican que la conducta del
autor no sea creadora de un riesgo jurídicamente
desaprobado y, por lo tanto, sea impune. Es decir, que
el taxista al propinarle golpes de puño al ladrón creó
un riesgo jurídicamente desaprobado; por lo que resta
determinar si el resultado –lesiones graves- se
concretó en virtud del riesgo creado por la conducta
del taxista.
2) REALIZACIÓN DEL RIESGO EN EL RESULTADO.
Un riesgo jurídicamente desaprobado se realiza en el
resultado sólo si la acción es jurídicamente
desaprobada precisamente por su aptitud para producir
el resultado en la forma en que ocurrió.
En tal sentido, el resultado no se concreta como
consecuencia del riesgo creado por el autor en los
siguientes casos:
a) Desviación o aceleración del curso causal: Se excluye la
imputación si el autor creó un riesgo jurídicamente
desaprobado pero el resultado no se produce como
efecto de ese peligro sino sólo en conexión causal con
aquel. En esos casos, podrá imputarse la tentativa del
delito pero no su consumación.
No obstante, son imputables las desviaciones
causales si la acción de la tentativa aumentó el
peligro del curso causal subsiguiente de modo
jurídicamente relevante y, por lo tanto, el resultado
es una realización del peligro creado por la tentativa
(Ej. A quiere matar a B a hachazos y no muere como
consecuencia de los golpes sino por una infección de
los cortes. La infección también es un peligro creado
por los hachazos).
b) Ámbito de Protección de la norma: Son los casos en que
se realiza un riesgo pero no se ha realizado el
peligro que quería prevenir el precepto infringido y,
en consecuencia, fracasa la imputación del resultado
(Ej. A excede la velocidad durante la primera parte
del trayecto de la ruta 2 y luego baja la velocidad
respetando los límites establecidos por ley. Eso lo
que genera que llegue a Dolores a determinado horario
donde atropella a un niño que aparece
intempestivamente. No obstante, no le es imputable ya
que se encuentra fuera del ámbito de protección de la
norma que fija las velocidades máximas el llegar a
determinados lugares en determinados momentos).
c) Conducta alternativa conforme a derecho: Se excluye la
imputación si la conducta alternativa conforme a
derecho hubiera conducido con seguridad al mismo
resultado porque, en ese caso, no se realizó la
superación del riesgo permitido en el curso real del
acontecimiento. Caso contrario (en los casos posibles
o probables) todo incremento del riesgo permitido,
hace caer las consecuencias sobre el autor.
d) Competencia de la víctima:
Las autopuestas en peligro queridas y realizadas por
propia responsabilidad y con conocimiento de la víctima
no hacen típica a la conducta del sujeto que incita a
realizarlas. Para ello, la víctima tiene que tener pleno
conocimiento del riesgo concreto. En caso de que la
víctima, no sea consciente de las posibles consecuencias
de su conducta negligente, no es posible excluir la
imputación del cooperador que incita a realizarlas.
En el caso, podemos afirmar que la conducta del
taxista creó un riesgo típicamente relevante y que el
resultado –identificado como ‘lesiones graves’- ocurrió
en virtud del riesgo creado por el taxista toda vez que
no se encuentran dados ninguno de los supuestos
mencionados en los puntos a) a d) que implican que el
resultado no se haya producido en virtud del riesgo
creado por el autor.
Por tal motivo, podemos afirmar que se encuentra
cumplido el tipo objetivo en el presente caso o dicho de
otro modo, que la acción del taxista es objetivamente
típica; por lo que, el análisis debe continuar a fin de
evaluar el aspecto subjetivo del tipo.
B) ANÁLISIS DEL TIPO SUBJETIVO.
A continuación lo que debemos analizar es el la
conducta desplegada por el taxista fue dolosa.
De tal manera, lo que debemos corroborar para
determinar si el taxista actuó dolosamente es si tenía
conocimiento (aspecto cognoscitivo) y voluntad realizadora
(aspecto volitivo) del tipo penal identificado con su
acción. Dicho de otro modo, el actor tiene que ‘saber’
lo que está haciendo y ‘querer’ hacerlo.
Aspecto cognoscitivo:
El conocimiento que debe tener el autor respecto de cada
uno de los elementos del tipo tiene que ser efectivo
debe referirse a contenidos en la consciencia. Es decir,
no debe ser potencial ya que en ese caso no hay
conocimiento y por lo tanto no puede orientar ninguna
finalidad a la conducta. Así, el dolo no se organiza
sobre la base de lo que debía haber sabido sino de lo
que efectivamente sabía el agente.
El conocimiento debe recaer sobre los elementos
normativos, descriptivos, previsión de la causalidad y
previsión del resultado.
Finalmente, el conocimiento es actualizable, lo que no
implica que sea actual (ej. Sé que medias me puse a la
mañana: tengo un conocimiento efectivo pero lo actualizo
cuando lo pienso y lo tengo presente para actuar).
Entonces, el dolo siempre requiere algún tipo de
actualización del conocimiento (pensar o darse cuenta)
porque si no se actualizan determinados aspectos de la
consciencia en el momento de actuar no puede
configurarse la finalidad de la acción.
Aspecto volitivo:
En el aspecto volitivo, el dolo se distingue
tradicionalmente en:
Dolo directo de primer grado: son los casos en que el
agente tiene la voluntad de realizar el resultado como
fin en si (ej: envenenar a X para que se muera)
Dolo directo de segundo grado o mediato o dolo de
consecuencias necesarias: el resultado es una
consecuencia necesaria de los medios elegidos y por lo
tanto deben ser abarcados por la voluntad tanto como el
fin en sí mismo (ej. Coloco una bomba en una habitación
en la que hay 30 personas para matar a X).
Dolo eventual o indirecto o condicionado: Se da en los
casos en los que el autor pese a querer los medios, el
resultado sólo lo toma como posible (ej. El conductor de
un automóvil que cruza una calle con los ojos cerrados,
semáforo en rojo y a 200 km por hora).
La diferencia con el dolo de segundo grado es que en éste el
resultado se representa como necesario mientras que en
el dolo eventual sólo se representa como posible.
Por otra parte, también debe ser diferenciado de los
casos de culpa con representación (si se detecta uno de
estos casos, se analiza conforme a los tipos culposos
que serán vistos en el módulo 3) en los que el resultado
se ve como consecuencia posible dentro del medio elegido
pero no está incluida en la voluntad realizadora. Es
decir, el agente piensa que la puede evitar.
Diferente es la situación en los casos de dolo eventual
toda vez el autor ve el resultado como posible de
acuerdo a los medios elegidos y no renuncia al proyecto
de acción. Es decir, ve la posibilidad de que se
produzca el resultado y lo acepta como parte del plan.
Esa es la diferencia sustancial con la culpa con
representación en la que piensa que va a poder evitarlo.
En el caso, podemos afirmar que el taxista obró con dolo
directo de primer grado, toda vez que tenía conocimiento
de que le estaba propinando golpes de puño al ladrón y
tenía la voluntad de hacerlo.
No obstante, el análisis respecto de la tipicidad
subjetiva de la conducta del taxista no finaliza en ese
punto ya que resta preguntarnos si en el caso se
comprueba alguno de los errores de tipo estudiados.
Se da un supuesto de error de tipo cuando se encuentra
afectado el conocimiento de cualquiera de los elementos
del tipo objetivo, es decir, existe error (conocimiento
falso) o ignorancia (falta de conocimiento) respecto de
lo que se hace.
Entonces, el error de tipo puede recaer sobre los
siguientes elementos:
a) Sobre los elementos descriptivos (ej. Juan va de caza
y dispara a un blanco pensando que era un oso cuando en
realidad era un guardaparques)
b) Sobre los elementos normativos: (cree que el que
participa accidentalmente en funciones públicas no es un
funcionario público)
c) Sobre la previsión de la causalidad: Los casos
problemáticos, en este punto son la aberratio ictus, el
error en el objeto y el dolus generalis.
Aberratio iuctus: También llamado error en el golpe. Se da
en los casos en los que se dirige el ataque contra un
objeto y alcanza a otro equivalente al que no se quería
afectar (Ej. X dispara contra Juan y mata a Pedro que
apareció en el lugar y trató de salvarlo). En estos
casos, la mayor parte de la doctrina sostiene existe una
tentativa de homicidio en concurso ideal con un
homicidio culposo.
Error en la persona o en el objeto:
Da lugar a atipicidad de la conducta cuando se trata de
objetos no equivalentes (ej. Golpea a un maniquí
creyendo que es una persona).
Al tratarse de objetos equivalentes, no se elimina el
dolo. En esos casos, el sujeto elabora todo su plan, lo
pone en marcha en referencia a un objeto y obtiene el
resultado querido respecto del mismo sólo que en la
elaboración del plan identificó erróneamente al objeto
(ej. Robo una réplica de un cuadro creyendo que es
original).
Dolus Generalis : Son los casos en los que el resultado se
atrasa o adelanta de acuerdo respecto de lo planeado por
el agente. Es decir que el autor previó la concreción
del resultado típico por uno de sus actos parciales
dentro de un proceso fáctico, pero el resultado se
produce por medio de otro acto parcial ejecutado por el
propio autor.
Existen tres supuestos de dolus generalis:
-Casos de adelantamiento: el resultado se produce antes
del comienzo de la ejecución (ej. Juan le da un
narcótico a Pedro para atontarlo y luego arrojarlo a las
vías del tren para simular un suicidio pero Pedro muere
por los sedantes –todavía no comenzó el plan de
ejecución del homicidio-) se imputa el tipo culposo. Si
ya ha comenzado la ejecución, el adelantamiento del
resultado de lugar a un plan homicida y por lo tanto
puede reprocharse el delito doloso (Zaffaroni, distingue
y sostiene que se le reprocha la tentativa)
-Casos de atraso: hay dos acciones porque hubieron dos
resoluciones diferentes, la solución es el concurso real
de ambos delitos (ej. Quien decide matar y cuando cree
que ya lo hizo, arroja el supuesto cadáver al mar. En
ese caso, puede reprocharse la tentativa de homicidio en
concurso real con el homicidio culposo).
La consecuencia de detectar en un error de tipo, es que
se elimina la tipicidad dolosa. El error será vencible
cuando el sujeto aplicando el cuidado debido pueda salir
del error en el que se hallaba y por ende no realizar el
tipo objetivo y será invencible cuando aún aplicando el
cuidado debido no hubiese podido salir del error. En ese
caso –error invencible- la conducta del agente deviene
atípica.
Por otra parte, no se comprueba ningún error de tipo en
su accionar; por lo que su conducta es típica (tanto
objetiva como subjetivamente) y debemos continuar el
análisis respecto de su antijuridicidad.
Si hay una coincidencia esencial entre el tipo objetivo
y el subjetivo, entonces la conducta es típica y pasan
al análisis del resto.
3)
ANTIJURIDICIDAD.
De acuerdo a lo expuesto precedentemente, es momento
de determinar si la conducta típica del taxista también
es antijurídica.
La antijuridicidad, es la característica que resulta
del juicio negativo de valor que recae sobre una
conducta humana. En caso de corroborarse tal
circunstancia, nos encontraremos frente a un injusto
penal que es una acción prohibida por el derecho penal
pero respecto de la cual ninguna ley penal o no penal le
reconoce el carácter de un ejercicio de un derecho. Con
lo cual, la tipicidad no pasa de ser un indicio de
antijuridicidad puesto que sólo con el juicio de
antijuridicidad se verifica definitivamente la
limitación al espacio social de la libertad (al
encontrarnos frente a la ausencia de un precepto
permisivo o causa de justificación). Así, la
antijuridicidad está dada por el choque de la conducta
con la totalidad del orden jurídico funcionando como
tal.
Una conducta típica, entonces, será antijurídica
cuando no se encuentre justificada por el ordenamiento
legal. Así, las causas de justificación expresan una
antinormatividad circunstanciada que el legislador
reconoce como el ejercicio de un derecho.
En el artículo 34 inciso 4 del CP encontramos las
causas de justificación en presencia de las cuales la
conducta del agente no será antijurídica y por lo tanto
no habrá delito.
En tal sentido identificamos las siguientes causas
de justificación:
a) Legítima defensa (artículo 34 incisos 6 y 7 del
CP): Es la repulsa o impedimento de una agresión
ilegítima, actual e inminente, por el atacado un tercero
contra el agresor sin traspasar la necesidad de la
defensa dentro de la proporción de los medios empleados.
Para que exista legítima defensa, deben concurrir
las siguientes circunstancias:
a) Existencia de agresión ilegítima y actual :
Agresión: es la amenaza de lesión o puesta en peligro
de bienes jurídicamente protegidos.
Requisitos de la agresión ilegítima:
a) conducta humana: El ataque debe provenir de una
acción humana. No prospera contra cosas ni animales.
Cuando se usan animales para atacar, la legítima
defensa no es contra ellos sino contra los dueños o
quienes los utilizan.
Tampoco, hay agresión ilegítima en los casos de
ausencia de conducta (involuntabilidad, fuerza física
irresistible o acto reflejo).
b) agresiva: indica la neceisidad de una dirección d
ela voluntad hacia la producción de una lesión (no
contra quien actuo bajofuerza fisica irresistible. Si
no hay agresión, operara estado de necesidad
justificante o exculpante
c) antijurídica: no este actuando dentro de causa de
justificación. Se afectan bienes juridicos sin derecho
a afectarlos. Tampoco es admisible alegitima defensa
contra cualquier conducata que csea conforme al deber
juridico o que tenga lugar dentro del ambito de la
juridicidad
La agresión tiene que ser ilegítima, estar
injustificada. No opera contra quien actúa en estado
de necesidad o quien actúa en cumplimiento de un deber
o legítima defensa.
LEGITIMIDAD DE LA DEFENSA:
1) La conducta sólo es legítima cuando se dirige
contra el AGRESOR. No lo es contra terceros. EJ. Ej.
Entran cinco personas: una tiene el arma y les disparo
a todas. No actúa en legítima defensa quien no sabe
que se está defendiendo.
2) La agresión tiene que ser estar en curso o ser
inminente de producirse.
La inminencia se designa el requerimiento de un
inmediato signo de peligro para el bien jurídico. Es
inminente cuando puede percibirse como una amenaza
manifiesta.
Desde que surge la amenaza al bien jurídico hasta que
haya cesado la actividad lesiva o la posibilidad de
detenerla.
Ello se encuentra vinculado Necesidad de la defensa:
El peligro tiene que ser próximo como para que el
agente se vea obligado a actuar para neutralizarla. No
opera cuando la acción se consumó, tiene que estar en
curso o por producirse.
En los casos de que sea futura, en el presente tiene
que haber peligro de ella y de su efecto dañoso.
Ej. No puede ser que le peguen a mi abuelita y yo
salga a pegarles. Eso es venganza.
b) RACIONALIDAD DEL MEDIO EMPLEADO:
La racionalidad es un límite a la legítima defensa
impide que se excluyan todas las reacciones
desproporcionadas e inusitadas.
Implica:
1) Que se haya creado situación de necesidad para que
la persona se defienda. Tengo que actuar para
repeler la agresión. Ej. si me están tirando piedras
en mi casa, tengo tiempo de llamar a la policía.
2) Que el medio empleado sea racionalmente adecuado
para evitar el peligro. El medio por el que se
repele la agresión tiene que ser proporcional a la
agresión, para lo cual hay que tomar en cuenta las
circunstancias del caso concreto.
Proporción en el medio empleado: el medio que uso
tiene que ser tal para repeler la agresión, no más.
Ej. si me quieren golpear, puedo empujar en vez de
pegar un tiro.
Proporción entre el mal que se causa y el que se
evita.
Si la agresión no es necesaria, por lo tanto no va a
ser racional.
Ej paralítico que tiene una escopeta para evitar que
le roben una manzana.
c) Falta de provocación suficiente por parte del que
se defiende.
Otro requisito es el previsto en el 34 inciso 6 quiere
decir que la agresión recibida no haya sido motivada
por una provocación previa del autor
Es anterior a la agresión. Provocación suficiente
puede que ser entendida como agresión ilegítima. Una
simple provocación insignificante no perjudica la
licitud de la defensa. Ya que el que provoca
suficientemente genera una situación de necesidad de
defensa
La conducta tiene que ser desvalorada y provocar la
agresión ilegítima.
Tiene que ser suficiente: a) previsible de que
generará la agresión ilegítima, b) no implica calcular
las características negativas del agresor.
Ej. amante que llega el esposo los ve y para
defenderse lo mata.
Defensa imperfecta y sus soluciones:
Una vez que se neutraliza la agresión de la víctima y
desaparece el peligro, cesa la legítima defensa. Ej.
le pego un golpe y queda inconsciente. No le voya dar
un cuchillazo. Ej. ingeniero santos.
Ej. me roban los corro, dejan la bici y voy y los
mato.
Medios que exceden la necesidad. Por falta de
provocación, culposo 35. Situaciones de exceso.
b) Estado de necesidad justificante (artículo 34
inciso 3 del CP):
El artículo 34, inciso 3, del CP establece una causa
de justificación por la que no resulta punible quien
causa un mal para evitar a otro mayor e inminente al
que ha sido extraño.
REQUISITOS:
1. CAUSAR MAL MENOR PARA EVITAR UN MAL MAYOR :
En este caso hay un bien jurídico que está en
peligro y se causa un mal –lesión o peligro- que
tiene una menor entidad para salvarlo.
Por ejemplo: Pérdida de gas, monóxido de carbono y
rompo el vidrio para evitar que las personas que se
encuentran adentro se asfixien.
Bien en peligro: vida de las personas vs. Bien
atacado: propiedad.
Entonces, si hago una ponderación de bienes mi
conducta sería lícita porque si bien estoy causando
una lesión para un bien jurídico, es para salvar a
otro de mayor jerarquía.
Límite: Pedo salvar cualquier Bien Jurídico, lo
único que importe es que el mal que yo cause sea
menor al que procuro evitar. No puedo causar un mal
mayor para evitar uno menor. Ej. no
PONDERACIÓN DE MALES:
Cómo se hace la ponderación de males? Soler dice que
se fije en las penas de los delitos –ver problema de
ley Blumberg-
Bacigalupo: La diferencia tiene que ser esencial. El
bien que se intenta salvar sea marcadamente superior
al que se ataca.
Criterios de ponderación:
a) No debe valorarse únicamente la jerarquía
abstracta del BJ, Ej. No está justificado hacer
caer una obra de Dalí a quien la traslada porque
le puede hacer un rasguño leve en el dedo.
Propiedad vs. Integridad física.
Hay que evaluarlo también en concreto…
b) intensidad concreta de afectación (por lesión o
por peligro),
c) el grado de la proximidad del peligro que se
quiere evitar y
d) intensidad de la afectación en consideración a
las circunstancias personales de los titulares de
los bienes jurídicos en juego (ej. Ganadero que para
salvar a 10 vacas de una infección sacrifica a la
única vaca de su vecino. No es lo mismo privar de $5
a un millonario que a un indigente).
No siempre la afectación del BJ más valioso es el
mal mayor, Ej. si doy muerte al perro caro de mi
vecina para salvar al que le sirve de lazarillo a un
ciego.
NECESIDAD DE CAUSAR EL MAL MENOR PARA EVITAR EL MAL
MAYOR. La situación de peligro del BJ sólo puede
ser evitada causando el mal. No existe otro medio
menos ofensivo para evitar la lesión.
Ejemplo: En el caso de que rompo la ventana para que
no se asfixien, mi acción no estará justificada si
tengo la llaves de la puerta o si puedo abrir la
ventana sin romperla.
Esto no implica efectividad en el acto de salvación
sino que a priori surjala necesidad de actuar.
Para esto hay que determinar la racionalidad del
acto salvador (Ej. no voy a matar el gato del
vecino, porque creo que con su sangre voy a curar a
mi tía Porota de una enfermedad terminal) y por otra
parte que no haya otro medio idóneo no delictivo
para intentar la salvación (Ej. Uso el matafuegos de
mi vecino en lugar del que tengo en mi casa).
Si los bienes en juego son de la misma entidad y
sacrifico uno de ellos, no hay estado de necesidad
justificante sino que hay ESTADO DE NECESIDAD
EXCULPANTE.
Ejemplo: Un naufrago le quita la tabla de madera a
otro para salvar su vida. No hay estado de necesidad
justificante, es exculpante porque los bienes son de
igual jerarquía.
EJ. MATO A UNA PERSONA PARA EVITAR QUE DETONE UNA
BOMBA EN UNA CIUDAD.
2. INMINENCIA .
El mal aparte de ser grave (en el sentido marcado
anteriormente), tiene que hallarse en curso o ser
inminente (en el sentido de la Legítima Defensa).
Se requiere que se prevea que el mal va a ocurrir en
un lapso temporal suficientemente breve como para
que el sujeto tenga que actuar con la finalidad
salvadora. La mera previsión de un mal futuro pero
no inminente, no configura una causa de
justificación.
El peligro tiene que ser real, sino el autor puede
incurrir en un error de prohibición.
3. EXTRAÑO AL AUTOR : El mal que se pretende evitar
tiene que ser extraño al autor. No tiene que haber
sido provocado por el autor ni debe estar obligado
a soportar el mal que lo amenaza.
DE DÓNDE PROVIENE LA SITUACIÓN DE NECESIDAD? La
situación de necesidad puede provenir de un acto
ilícito, de necesidades fisiológicas, del tercero o
de la naturaleza.
DESESTIMIENTO/TENTATIVA
4. QUE BJ PUEDO SALVAR? PERSONAL, TERCERO, SOCIEDAD.
5. NO PUEDO ATACAR CUALQUIER BJ.
Zaffaroni, explica la teoría general de los bienes
personales.
No pueden ser atacados:
a. Los bienes jurídicos de los cuáles los titulares no
pueden ser privados ni aún con su consentimiento.
Ej. Relacionados con la integridad física: Torturas,
Violaciones.
b. Bienes jurídicos que sólo pueden ser privados con
consentimiento del titular: Ej. Extracción de
sangre, órganos. Ej. un cirujano no puede quitarle
un pulmón a un paciente con motivo de que le va a
salvar la vida a otro sin su consentimiento.
6. ASPECTO OBJETUVO Y SUBJETIVO: CONOCER LA AMENAZA
DEL BIEN Y FINALIDAD DE SALVARLO
Si falta aspecto objetivo (pienso que hay ataque
al BJ): justificación putativa. Se resuelve como
error de prohibición
Si falta el aspecto subjetivo (conocer la amenaza
al bien y finalidad de salvarlo): hay personas que
lo ven como consumado, otros como tentativa.
c) Artículo 34 inciso 4: legítimo ejercicio de un
derecho autoridad o cargo
d)
Al respecto, no debe perderse de vista que el
injusto tiene aspectos objetivos y subjetivos:
Elementos objetivos: debe efectuarse un juicio
predominantemente fáctico –y no valorativo- de las
circunstancias en las que actúa el agente. En concreto,
debe determinarse si existió causa de justificación (ej.
legítima defensa, estado de necesidad justificante,
cumplimiento de un deber) y si concurren los elementos
objetivos de la causa de justificación que aparece como
de posible aplicación (ej. en la legítima defensa: si
hubo agresión ilegítima, falta de provocación
suficiente, necesidad racional del medio empleado para
impedirla y repelerla).
Elementos subjetivos: se requiere que el agente
tenga pleno conocimiento de las circunstancias objetivas
en las que actúa. Es decir que conozca todos y cada uno
de los elementos de la causa de justificación analizada.
A esta altura pueden llegar a detectar la existencia
de un error de prohibición que analizarán en la
culpabilidad por falta de conocimiento o por creencia
errónea de concurrencia de una causa de justificación o
de concurrencia de los elementos objetivos de ésta o
desconocimiento del autor de que estaba justificado y a
pesar de ello actuó (creyó que su obrar era antijurídico
y en verdad no lo era).
En el caso, no hay una causa de justificación
aplicable al caso. Es decir que, el taxista no actuó en
legítima defensa ni hubo estado de necesidad
justificante ni actuó en el ejercicio legítimo de un
derecho y por otra parte, el tenía pleno conocimiento de
lo que actuaba. Es decir, que se encuentran reunidos los
elementos objetivos y subjetivos mencionados y por lo
tanto su conducta es antijurídica.
En caso de parecer aplicable una causa de
Si parece aplicable una causa de justificación, pero
los elementos objetivos y subjetivos no coinciden,
entonces la conducta es antijurídica. Por lo tanto,
siempre que la conducta sea antijurídica, pasan al
análisis de la culpabilidad, el ilícito penal queda
conformado (porque la conducta es típica y
antijurídica). En cambio, si, por ejemplo, concurre obj
y subjetivamente una defensa necesaria, entonces la
conducta es típica pero no antijurídica (es decir, la
conducta típica se encuentra justificada por el
ordenamiento legal) y allí terminan el análisis.
Culpabilidad.
Ahora bien, teniendo en cuenta que la conducta del
taxista es antijurídica, en este punto resta determinar
si es culpable. Sólo en ese caso, estaremos en
condiciones de afirmar que el taxista ha cometido un
delito, entendido como la acción típica, antijurídica y
culpable.
La culpabilidad es un juicio que permite vincular en
forma personalizada el injusto a su autor, considerando
el ámbito de autodeterminación con el que actuó. Es
decir, que no puede reprocharse un injusto si no ha sido
el resultado de la libre determinación y no puede
hacérselo en la medida que supere el ámbito de su
autodeterminación. Al existir diversos ámbitos de
autodeterminación resulta necesario establecer cuál fue,
en concreto el que tuvo la persona al momento de
realizar el acto, teniendo en cuenta sus condiciones
personales generales, las modificaciones que sufría en
esa coyuntura y las circunstancias concretas en la que
se hallaba.
En el ámbito de la responsabilidad, el principio de
culpabilidad puede expresarse sintéticamente con la
fórmula “no hay pena sin reprochabilidad”. Lo que implica que
no haya delito cuando su autor no haya tenido al momento
de su acción un cierto margen de decisión o libertad
para decidir. La culpabilidad presupone
autodeterminación de la voluntad humana entendida como
el catálogo de las posibles conductas de una persona en
una situación dada. No se trata de determinar lo que
hubiera hecho un tercero o la generalidad sino que se
trata de averiguar cuál fue el ámbito determinable del
propio autor en esa circunstancia y no el que hubiera
tenido otro que no fue el autor.
De tal manera, la imputabilidad –entendida como la
capacidad de culpabilidad- tiene dos niveles: uno de
ellos debe ser considerado como la capacidad de
comprender la antijuridicidad y el otro como la
capacidad de adecuar la conducta a la comprensión de la
antijuridicidad. En consecuencia, cuando el sujeto
carezca de la primera de esas capacidades no habrá
culpabilidad por la ausencia de la posibilidad exigible
de comprensión de la antijuridicidad mientras que cuando
falte la segunda capacidad, se tratará de un caso de
estrechamiento del ámbito de autodeterminación del
sujeto.
A continuación, se examinarán en detalle cada una de las
causas de inculpabilidad mencionadas:
1) ININPUTABILIDAD POR INCAPACIDAD DE COMPRENSIÓN DE LA
ANTIJURIDICIDAD:
Supuestos:
a. Incapacidad psíquica:
La inimputabilidad por incapacidad psíquica tiene como
base una perturbación de la consciencia. Lo que debe
determinarse, es si las características psíquicas de la
persona le permitieron comprender la antijuridicidad en
el momento en que se llevo a cabo la conducta típica y antijurídica. En
tal sentido, cuanto mayor sea la perturbación de la
consciencia mayor debió ser el esfuerzo del sujeto para
comprender la antijuridicidad y, consecuentemente, menor
debe ser la reprochabilidad. Debe destacarse, que la
capacidad siempre debe evaluarse para el delito concreto
(ej. Hay casos de oligofrenia que pueden generar
incapacidad psíquica para determinados delitos y no para
otros).
En síntesis, para que exista incapacidad psíquica para
comprender la antijuridicidad debe existir una
perturbación de la consciencia producida por
insuficiencia o por alteración de las facultades.
i. por insuficiencia de las facultades:
Son los casos en los que hay una falta de inteligencia
congénita o producida por algún padecimiento (ej.
Oligofrenia, sordomudez, etc.)
ii. por alteración de las facultades:
Son los casos en los que
b. Error de prohibición:
Se entiende como error de prohibición al que impide
exclusivamente la comprensión del carácter y entidad del
injusto del acto.
Dentro de los errores de prohibición encontramos a los
de simple conocimiento y a los de comprensión
Los errores de conocimiento versan sobre el carácter
antijurídico en si mismo, pueden ser de los siguientes
tipos:
i. directo: cuando recae sobre la existencia de la norma
misma. Es decir, sobre la representación de la
valoración jurídica del acto conforme a la norma
prohibitiva. Existen distintas variables:
-Desconocimiento de la existencia legal de la norma
(ej. un holandés que viene de viaje a argentina e ignora
que la tenencia de estupefacientes es un delito).
-Sobre el alcance de la prohibición: El autor conoce la
norma pero no sabe que su conducta choca con ella en
razón de un error sobre la interpretación de la norma
sea porque la entienda mal (algunos autores lo llaman
error de subsunción) o porque crea que ésta no es válida
por ser contraria a una norma de superior jerarquía o
porque supone que está en un ámbito espacial diferente o
que ha sido derogado ha perdido vigencia (error de
validez).
El error de prohibición directo puede ser de hecho o de
derecho (Ej. El error de validez puede consistir en la
falsa creencia de que la norma es inconstitucional pero
también puede estar referido a circunstancias fácticas
como error de sujeto, tiempo o espacio).
iii. de comprensión: es un tipo de error directo.
Son los casos en los que el sujeto conoce la norma
prohibitiva pero no puede exigírsele su internalización
como parte de su equipo valorativo (ej. Casos en los que
el autor pertence a una cultura o subcultura difernciada
donde internalizo valores diferentes o incompatibles con
los legales )
El tema se superpone con los casos de conciencia
disidente, que se da cuando los valores personales del
autor no cinciden con los de la lay y éste experimenta
el apartamiento a sus valores como un sufrimiento de
conciencia.
ii. indirecto: cuando recae sobre la permisión. Es
decir, el autor conoce la tipicidad prohibitiva pero
cree que su conducta esta justificada. Puede darse en
los siguientes casos:
-La falsa suposición de un permiso que la ley no otorga
(ej. El que piensa que tiene derecho a sustraerle
objetos a un deudor). En este caso, presenta las mismas
modalidades que el error de prohibición directo por
desconocimiento de la norma misma. Es decir, puede
consistir en una falsa suposición de la norma o error de
validez y ausmir la forma de error de hecho o de
derecho.
- CFalsa suposición de circunstancias que hacen a una
situación objetiva de justificación o justificación
putativa (ej. Creo que tengo derecho a )
El error de prohibición puede ser vencible o invencible.
Para valorar frente a cual de ellos nos encontramos,
debemos valorar siempre en relación al sujeto concreto y
a sus circunstancias, los siguientes aspectos:
1) si le fue posible acudir a algún medio idóneo de
información.
2) si la urgencia de la toma de decisión le impidió
informarse o reflexionar
3) si le era exigible imaginar la criminalidad de su
conducta (lo que no sucede cuando conforme a su
capacidad intelectual, a su instrucción, a su
entrenamiento y con un estándar mínimo de prudencia no
había tenido motivos para presumirlo).
En tal sentido, debemos tener en cuenta que el grado de
capacidad psíquica puede incidir en la invencibilidad
del error(ej. Es posible que haya personas que no sean
incapaces psíquicos de culpabilidad respecto del injusto
en concreto pero que por sus características psíquicas
sea imposible exigirles, en la concreta circunstancia
del hecho, que hayan vencido o no el error).
En caso de ser invencible (cuando no le era exigible al
autor, evitarlos) elimina la culpabilidad.
Mientras que en los supuestos de errores vencibles, no
pueden convertir supuestos de tipicidad dolosa en
tipicidad culposa (como en el caso de los errores de
tipo vencibles) sino que disminuyen la reprochabilidad
del injusto.
2)INCULPABILIDAD POR INCAPACIDAD PARA AUTODETERMINARSE
CONFORME A LA COMPRENSIÓN DE LA ANTIJURIDICIDAD:
Son los supuestos en los que si bien es exigible la
comprensión de la antijuridicidad, no hay exigibilidad
de una conducta diferente toda vez que opera una
situación que reduce notoriamente la autodeterminación
del sujeto en el momento de la acción.
a. Estado de necesidad exculpante.
Se encuentra regulado en el artículo 34, inciso 2, del
CP que prescribe que “No son punibles… 2) El que obrare violentado
por fuerza física irresistible o amenazas de sufrir un mal grave e inminente’
Son los casos en los que el mal que se evita no es mayor
al que se causa, pues de lo contrario estaríamos frente
al estado de necesidad justificante. El mal puede
provenir de un acto humano o de acontecimientos
naturales: por lo que la coacción es sólo un supuesto
del estado de necesidad exculpante (ej. En un naufragio,
X está sobre una tabla que soporta el peso de una
persona y lo empujo al mar para salvar mi vida).
Requisitos:
1) Existencia de peligro para el bien jurídico: el
peligro debe ser grave, provenir de cualquier fuente y
amenazar a cualquier bien jurídico.
No necesariamente el mal debe amenazar bienes jurídicos
del necesitado, sino que puede serlo respecto de
personas que estén estrechamente vinculadas a él.
2) Mal inminente: para ello operan las mismas reglas que
para el estado de necesidad justificante.
Según Zaffaroni no hay base legal para excluir del
estado de necesidad exculpante a quien haya provocado la
situación de peligro. Al respecto, sostiene que la
conducta que provoca la situación de necesidad que causa
3) Necesidad de la conducta para apartar el peligro. Es
decir, que no haya otro medio menos lesivo o legal para
repeler el mal, ya que siendo ésta exigible queda
descartado el estado de necesidad exculpante.
En tal sentido, la acción debe ser idónea y adecuada.
En los casos de la falsa suposición sobre la situación
de necesidad (ej. Pienso que estoy bajo coacción cuando
no lo estoy) nos encontramos en un supuesto d eerror de
culpabilidad, en caso de tratarse de un error invencible
se excluye la culpabilidad y en caso de ser vencible se
disminuy el reproche. Sin ser un error de prohibición se
resuelve conforme a sus reglas.
b. Incapacidad para dirigir las acciones (artículo 34,
inciso 1 del CP):
Son los casos en los que el sujeto es capaz de
comprender la antijuridicidad de su conducta pero no
obstante padece una incapacidad psíquica que hace
inexigible la adecuación de su conducta a la
comprensión. El sujeto se encuentra seriamente en forma
análoga a la coacción sólo que la limitación no
proviene en este caso del medio externo sino del propio
psiquismo del autor (ej. Conductas impulsivas, fobias
graves, toxico dependencia).
2) O puede recaer sobre alguno de los elementos
objetivos de la causa de justificación –error de
prohibición de hecho o indirecto- (desconocer la
concurrencia de algún elemento de la causa de
justificación o creer que concurre alguno o todos de sus
elementos, cuando en verdad no concurren.)
Para poder verificar la discordancia entre los elementos
objetivos y subjetivos de una causa de justificación,
van a tener que efectuar una remisión al análisis que ya
hicieron en la antijuridicidad y, en su caso, explicar
qué clase de error es y qué consecuencias se derivan de
él.
Zaffaroni también analiza aquí algunos errores
relacionados con la tipicidad conglobante (Ejemplo:
insignificancia, riesgo permitido, cumplimiento de un
deber...)
Si detectan la existencia de un error de prohibición
deben analizar si el error es evitable (vencible) o
inevitable (invencible). Si es evitable, se atenúa la
culpabilidad y si es inevitable se elimina y por lo
tanto la conducta es típica y antijurídica pero no
culpable y allí termina el análisis. De lo contrario, si
es ilícita y culpable, entonces se avanza en el
análisis. (Lo dicho conforme a la teoría de la
culpabilidad estricta).
Zaffaroni, además, analiza en este punto el estado de
necesidad disculpante o exculpante por coacción y el
esfuerzo por la vulnerabilidad (tratado de Zaffaroni,
Alagia y Slokar).