Por hoyada, valles y quebradas. El uso del espacio a través de la tecnología lítica
en el norte de la sierra de Valle Fértil (San Juan).
Ana Gabriela Guraieb*
, Diana Carro* y Marcos Rambla*
RESUMEN
Se exponen los resultados del análisis lítico de los materiales de superficie de siete sitios
arqueológicos del Parque Provincial Ischigualasto ubicados en dos ambientes bien diferenciados: la
hoyada de Ischigualasto y los valles y quebradas interserranos que la flanquean por el sureste. El
análisis muestra que cerca de 1000 años AP se observan diferencias en la expresión de variables de
la tecnología lítica entre la hoyada y los valles y quebradas interserranos, avalando la propuesta de
uso diferencial de estos ambientes.
El interior de la hoyada evidencia un uso principalmente logístico, con énfasis en la circulación y el
aprovisionamiento de materias primas. Los valles y quebradas contienen campamentos
residenciales de mayor duración, localizados en terrazas cercanas a ríos estacionales. Sus conjuntos
muestran mayor cantidad de actividades representadas, equipamiento del espacio, cerámica
decorada de muy buena calidad, arte rupestre y círculos de piedras de colores. Se postula su
vinculación con otros nodos residenciales mayores como El Chiflón, a 25 km de distancia.
Palabras clave: movilidad; conjuntos líticos; materias primas.
ABSTRACT
We outline the results of the analysis performed on lithic assemblages from seven archaeological
surface sites located in two different environments at the Parque Provincial Ischigualasto: the basin
(“hoyada”) of Ischigualasto and the valleys and ravines that surround it. The results show that
around 1000 years BP there is some differences in the expression of lithic variables between the two
environments, reinforcing the proposal of its differential use. The interior of the basin shows mainly
* Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano. E-mail: [email protected];
logistical use, with emphasis on circulation and supply of raw materials. On the contrary, valleys
and ravines contain longer-term residential camps, located on terraces near seasonal rivers. These
assemblages have greater numbers of activities represented, space equipment, decorated pottery
finely made and geogliphs as colored stone circles, probably used as territorial landmarks. We
hypothesize its interconnection with other major residential nodes as El Chiflón archaeological
locality, placed at a distance of 25 km to the east.
Key words: mobility; lithic assemblages; raw materials.
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Los remanentes físicos de las sociedades del pasado son mayoritariamente productos de la
tecnología y la información que proveen ha tenido un papel significativo en la investigación
arqueológica a través del tiempo. Esta información, utilizada como componente central de la
interpretación o bien generando hipótesis, ha permitido aproximaciones e interpretaciones muy
diversas respecto de la vida cotidiana en el pasado. En el contexto de las sociedades productoras de
alimento, el registro tecnológico cerámico ha desempeñado históricamente un papel preeminente
debido a su potencial para la ubicación espacio-temporal de los contextos arqueológicos.
Contrariamente, hasta hace algún tiempo, la valoración del aporte de los conjuntos líticos de estas
mismas sociedades a la interpretación de su devenir histórico era sensiblemente menor. Esta
situación se ha revertido notablemente en los últimos años, ya que diferentes propuestas teóricas y
metodológicas han devuelto al registro lítico su potencial para explicar determinados aspectos de la
vida de las sociedades aldeanas y posteriores (Aschero y Hocsman 2004; Babot 2004; Cattáneo
2011; Elías 2011, Escola y Elías 2007, Rivero y Srur 2006; entre muchos otros). Algunos autores
proponen que, con el comienzo de la economía productora y debido al mayor sedentarismo y la
mayor variedad y complejidad de tareas, las sociedades agro-pastoriles modificaron sus estrategias
tecnológicas líticas, enfatizando la expeditividad y el carácter utilitario de sus conjuntos
artefactuales (Escola 2000; Hocsman 2006; Elías 2007). Consistentemente con la progresiva
revalorización de los aportes de esta línea de evidencia en los estudios de las sociedades
productoras de alimentos, en esta oportunidad ampliamos el análisis del registro lítico del Parque
Provincial Ischigualasto (PPI), comenzado ya hace algunos años.
El Parque Provincial Ischigualasto (PPI) y su zona de amortiguación se ubican en la zona limítrofe
entre las provincias de San Juan y La Rioja. Sus ocupaciones arqueológicas han sido propuestas
como subsidiarias a un nodo residencial mayor, situado hacia el E, a unos 25 km, en la actual
Reserva Natural El Chiflón (Dpto. Independencia, prov. de La Rioja) (Guraieb et al. 2010).
En este artículo, compararemos los resultados del análisis de ciertas variables del registro lítico
recuperado en siete sitios de superficie del área de estudio. Su objetivo consiste en identificar
variabilidad en las estrategias tecnológicas representadas en los conjuntos artefactuales de sitios
ubicados en ambientes diferentes dentro del PPI.
ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL PARQUE
PROVINCIAL ISCHIGUALASTO Y ÁREAS ALEDAÑAS
A lo largo de su historia, las investigaciones arqueológicas en la Provincia de San Juan se han
concentrado principalmente en la franja montañosa occidental. Los estudios realizados en diferentes
valles de la Cordillera Frontal y Principal, la Depresión Longitudinal Andina y la Precordillera han
dado cuenta de la riqueza de los desarrollos culturales de la región, como se puede apreciar en las
síntesis de arqueología sanjuanina de Mariano Gambier (2000) y Alejandro García (2011).
Hasta el año 2001, las menciones arqueológicas sobre el PPI eran muy pocas. Algunos datos sobre
esta zona pueden encontrarse en los trabajos de Monetta y Mordo (1995), Sanchidrian Torti y
Márquez Alcántara (1998) y Gambier (2000), mientras que el relevamiento sobre el arte rupestre
prehispánico realizado por Riveros y Varela (2001) es el único artículo detallado publicado sobre el
tema hasta ese momento. El equipo del INAPL dirigido por Diana Rolandi comenzó las
investigaciones en el PPI en 1999, en el marco de la elaboración del plan de manejo general del
Parque que, a partir del año 2000, pasó a integrar la lista de Bienes del Patrimonio Natural de la
Humanidad. A partir de ese momento, los trabajos realizados tuvieron como objetivo la generación
de herramientas para la construcción de dicho plan para la gestión sostenible de los recursos
históricos y arqueológicos que contiene el PPI. Con tal fin se implementaron diferentes líneas de
investigación, con énfasis en el estudio de los grabados rupestres prehispánicos e históricos, la
evidencia lítica y cerámica de sitios superficiales y la arquitectura, principalmente histórica
(Guraieb et al. 2007, 2010; Podestá y Rolandi 2000, 2001; Podestá et al. 2006, 2011; Re et al. 2007,
2009, 2011; Rolandi et al. 2003, 2005, 2008; Rotondaro 2008; Rotondaro et al. 2006; entre otros).
En la última década se han desarrollado diferentes líneas de investigación arqueológica en áreas
cercanas al Parque Provincial Ischigualasto. Entre éstas, las de mayor continuidad están
representadas en los trabajos sobre el arte rupestre en el Parque Nacional Talampaya (Prov. de La
Rioja) (Gonaldi et al. 2003, Ferraro 2005), las investigaciones en la porción meridional de la sierra
de Valle Fértil (Cahiza 2007; Cahiza et al. 2008) y los recientes aportes de la arqueología de la
Reserva Natural El Chiflón (Guraieb et al. 2012).
LA PROBLEMÁTICA ARQUEOLÓGICA DE LAS INVESTIGACIONES EN EL PARQUE
PROVINCIAL ISCHIGUALASTO (PPI)
Considerado como un ambiente desértico y, por ende, con un bajo potencial para la ocupación
permanente, el PPI ha sido postulado como de utilización logística, subsidiario respecto de otros
nodos residenciales relativamente cercanos (Guraieb et al. 2010; Re et al. 2011). El estudio de la
habitación y circulación por paisajes desérticos asume que los desiertos no pueden ser tratados
como un paquete homogéneo de rasgos físicos. Suelen albergar gran diversidad ambiental,
contiendo espacios aptos para la habitación humana, ya sea permanente o transitoria. En ese
sentido, Smith et al. (2005) sostienen que -en función de las características y patrones de variación
climática locales- las áreas inmediatas a los núcleos más secos ofrecen una variedad de
posibilidades para diferentes formas de ocupación humana así como para la circulación y la
obtención de recursos tales como productos de la caza o materia prima.
Figura 1: Mapa de ubicación del Parque Provincial Ischigualasto (PPI) y los sitios arqueológicos citados en el texto.
El actual PPI puede ser considerado un ambiente desértico en comparación con áreas colindantes.
No obstante, la topografía llana de la hoyada, sumada a la presencia de aguadas y cursos semi -
permanentes en su recorrido a través de los valles y quebradas lo convirtieron en un paso importante
para sortear las estribaciones septentrionales de la sierra de Valle Fértil en dirección al oeste.
El ámbito ocupado por el PPI y su área de amortiguación puede dividirse en dos ambientes
claramente diferenciados por sus características geográficas y su biota: la hoyada de Ischigualasto -
el núcleo del Parque- y los valles y quebradas interserranos, que la circundan por el sur y el oeste.
En diferentes trabajos se ha propuesto que cada uno de estos ambientes habría tenido diferentes
potenciales de aprovechamiento e intensidad de utilización en lo concerniente al tránsito y/o el
asentamiento permanente o semipermanente, principalmente durante el Holoceno tardío (Guraieb et
al. 2007, 2010; Re et al. 2009; 2011; Rolandi et al. 2003, entre otros). La hoyada habría constituido
un espacio de tránsito, mientras que los valles y quebradas podrían haber albergado ocupaciones
residenciales de mayor duración. La posibilidad de transitar por una vía de escasa resistencia hacia
el oeste parece haber sido una particularidad de este ambiente. Ya en tiempos históricos, el valle de
Ischigualasto fue utilizado con bastante continuidad para movilizar ganado vacuno desde el norte
hacia la zona de Jáchal y el río Bermejo (Podestá et al. 2006, Rolandi et al. 2008).
Los sitios Campo de Estructuras del Río Ischigualasto (CERI), Kiosko (KO) y Agua de la Peña
(ADLP) se encuentran dentro de la hoyada, mientras que los sitios Los Pasantes (LP), Aguas de
Ischigualasto (ADI), La Toma (LT) y Puerta Quebrada de las Casas (PQC) se localizan en el
entorno de valles y quebradas interserranos.
En una escala mayor, las diferencias existentes entre el registro arqueológico de esta área de estudio
y el de otras cercanas podrían responder a la mencionada utilización particular del espacio en el
valle de Ischigualasto y su entorno inmediato. Por ejemplo, en Ischigualasto es marcada la ausencia
de conglomerados habitacionales así como la relativa escasez de cerámica y material lítico en las
concentraciones superficiales. Asimismo, también es notoria y distintiva la presencia de círculos de
piedras de colores, especialmente ubicados en el ambiente de valles y quebradas, que podrían
interpretarse como mojones o marcadores territoriales. Igual interpretación sugieren los abundantes
grabados rupestres, especialmente vinculados a la circulación por pasos y abras dentro de la sierra
de Valle Fértil (Podestá et al. 2011; Re et al. 2011).
Cronología y adscripción cultural
En el momento de evaluar cronológicamente estos contextos, es necesario contemplar que los
materiales superficiales de los sitios considerados representan rangos temporales mucho más
amplios que los expresados por cualquier fechado. Por otra parte, no siempre las señales
cronológicas de los estilos cerámicos son claras y concluyentes (Guraieb et al. 2010; Re et al.
2011). Con esta salvedad, las dataciones por termoluminiscencia ubican a las ocupaciones del área
de estudio dentro de un rango temporal aproximado de 700 años (ver Tabla 1). En lo concerniente a
la periodificación regional (Raffino 1988; González y Pérez 2000), al menos parte de las
ocupaciones de los sitios PQC y LT pueden ubicarse tentativamente en el Período Formativo Medio
o de Integración Regional. El resto de los sitios considerados en este trabajo: ADI y LP, así como el
sitio Río Ischigualasto (no incluido en el presente trabajo, excepto como referencia temporal, por su
escasísima muestra lítica) pueden enmarcarse en el Período Tardío o de Desarrollos Regionales.
Los sitios datados se encuentran en el ambiente de valles y quebradas interserranos. No hay
dataciones para los sitios situados dentro de la hoyada de Ischigualasto. El sitio datado más cercano
a aquéllos del sector medio de la hoyada es Río Ischigualasto, con un fechado bastante tardío, como
puede observarse en la Tabla 1.
Tabla 1: Dataciones por termoluminiscencia del PPI y área de amortiguación. El conjunto lítico del sitio Río
Ischigualasto no ha sido considerado para este trabajo por ser muy exiguo, lo que resulta en una distorsión estadística de
los resultados.
MUESTRA No DESCRIPCIÓN P (Gy)
D
(Gy/año)
EDAD
(años AP) FECHA
UCTL 1863
1
Aguas de
Ischigualasto ADI -
Sector 2
1,60
0,15 1,65*10
-3 970 100 1035 DC
UCTL 1864
2 Río Ischigualasto - RI
1,60
0,15
2,61*10-3
615 60 1390 DC
UCTL 1865
3 La Toma - LT
3,21
0,25 3,20*10
-3 1005 100 1000 DC
UCTL 1866
4
Puerta Quebrada de las
Casas. B1 - PQC
3,47
0,33 2,64*10
-3 1315 130 690 DC
UCTL 1867
5 Los Pasantes – S2 - LP
1,70
0,13 1,92*10
-3 885 90 1120 DC
Algunos contextos arqueológicos cercanos, situados en territorio riojano, muestran cierta
contemporaneidad con los fechados del PPI expresados en la Tabla 1. Por ejemplo,
aproximadamente 25 km hacia el E, los fechados radiocarbónicos de dos recintos del pucará El
Chiflón (ChiE1: 716 – 744 años DC cal. y ChiE25 940 – 1034 años DC cal. (p:0,883; Guraieb et al.
2010), son compatibles con los fechados de los sitios PQC, LT y ADI, siendo los de RI y LP, más
claramente tardíos. Por su parte, en el actual Parque Nacional Talampaya, dos sitios tienen fechados
comparables a los considerados en este trabajo: Quebrada Don Eduardo -fechado en 990 años DC -
y Las Cuchillas -con una cronología de 1180 DC (Gonaldi et al. 2003). En lo concerniente a la
adscripción cultural de estos fechados, al igual que lo que se observa para los sitios del PPI, pueden
ubicarse los más tempranos dentro del Período de Integración Regional o Período Agroalfarero
Medio, cuya expresión estilística es Aguada, mientras que los más tardíos se encuentran en el
momento de Desarrollos Regionales o Agroalfarero Tardío, que estaría representado regionalmente
por el estilo Sanagasta o Angualasto (Spengler y Callegari 2010)
ASPECTOS BIOGEOGRÁFICOS Y PALEOAMBIENTALES
El paisaje actual del área de estudio es el resultado de la acción de diferentes eventos geológicos. En
el Precámbrico se originaron las sierras de Valle Fértil, cuyas estribaciones septentrionales
constituyen el límite sudoccidental del Parque Provincial Ischigualasto, mientras que del Triásico
provienen las formaciones Ischichusca, Ischigualasto, Los Rastros y Los Colorados, que le otorgan
su singularidad como reservorio paleontológico. Finalmente, en el Cuaternario, se formaron los
depósitos sedimentarios aterrazados que caracterizan al interior de la hoyada (Ente Autárquico PPI
2005-2010). Todos estos procesos han incidido también en la composición y particularidades de su
biota.
En el Parque confluyen las Provincias fitogeográficas del Chaco, del Monte y de la Prepuna
(Cabrera 1994), lo que determina gran riqueza florística, aún cuando toda la región es considerada
un desierto edáfico (Roig 1982 en Ente Autárquico PPI 2005-2010). En la hoyada predomina la
cobertura vegetal xérica arbustiva, característica de la provincia del Monte. Entre otras muchas, las
especies animales presentes en el PPI con mayor potencial para el aprovechamiento humano son
Lama guanicoe (guanaco); Rhea americana (ñandú) y Dolichotis patagonum (mara). La acción
antrópica, especialmente la ganadería en tiempos históricos, ha tenido fuerte impacto sobre la fauna
y flora nativas.
La hoyada de Ischigualasto, un valle de 10 km de ancho por unos 40 km de largo, con rumbo SE-
NO, abarca gran parte del PPI y está delimitada por el S por la sierra de Valle Fértil y por el N, por
las Barrancas Coloradas. Dentro de la hoyada, varios ríos de carácter temporario integran una red
centrípeta y drenan en el río Agua de la Peña, donde además existe una vertiente de agua con bajo
contenido salino. Este río cruza transversalmente la sierra y desemboca en el río Bermejo a través
de un cauce muy encajonado, con numerosos saltos. Hacia el NO, el río de la Chilca o del Salto
también desemboca en la planicie aluvial del Bermejo a través de una quebrada de altos paredones,
conocida como quebrada de la Chilca (Leiva de Lochbaum 1993).
El ambiente de valles y quebradas interserranos, que conforma el área de amortiguación del PPI, se
localiza en el piedemonte este de la sierra de Valle Fértil. Ésta, junto con la sierra de La Huerta,
constituye la expresión más occidental de las Sierras Pampeanas en la provincia de San Juan
(Paredes et al. 2001). Tiene diferentes alturas, y de acuerdo con ellas, varía la composición de la
vegetación. En su aspecto hidrográfico, la cuenca de la quebrada del río Durazno, de
aproximadamente 310 km2, integra cauces estacionales (Leiva de Lochbaum 1993). Los valles y
quebradas, que son parte de la porción septentrional de la sierra, tienen mayor diversidad de
vegetación, tanto arbustiva como arbórea en función de la topografía, la altura y los diferentes
gradientes de humedad.
Dos eventos con diferentes pulsos y variaciones climáticas de importancia incidieron en la
habitabilidad de los paisajes áridos de la región aunque tuvieron efectos diversos en función de la
mayor o menor presencia de precipitaciones y cuerpos de agua. En primer lugar, la Anomalía
Climática Medieval (ACM) (ca. 800-1350 AD) (Beguelin et al. 2006), cuya expresión puede
rastrearse en muchos ambientes cordilleranos, habría generado un proceso de aridización y mayor
presión poblacional sobre aquellos espacios con agua permanente y recursos suficientes (Durán et
al. 2006 en Morales et al. 2009). En la macrorregión del NOA Sayago y colaboradores (2001)
estiman que la ACM tuvo condiciones especialmente secas. Cronológicamente serían
contemporáneas con la aparición de nuevas formas de ocupación del espacio, de organización
sociopolítica como así también con evidencias de movilidad hacia zonas más bajas y húmedas
limítrofes con las llanuras del Chaco (Sayago et al 2001). En segundo lugar, el área de estudio
podría haber sufrido los efectos de la Pequeña Edad del Hielo (ca. 1350 – 1800) (Morales et al.
2009), caracterizada por oscilaciones climáticas frías. Las consecuencias de ambos procesos son
aún poco conocidas en la región cuyana y en particular, en la provincia de San Juan.
LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS
a) Sitios ubicados dentro de la hoyada de Ischigualasto
Agua de la Peña (ADLP)
(Lat. S. 30°5' 21,3'' y Long .O 67° 55' 57,8'')
Es una de las escasas localizaciones dentro del PPI y zonas aledañas que cuenta, la mayor parte del
año, con agua surgente y del río. La recolección de materiales, predominantemente líticos a
excepción de cuatro tiestos cerámicos, se realizó sobre una terraza del río homónimo, de
aproximadamente 150 m por 50 m de ancho. Por debajo de la misma, en la planicie aluvial del río y
a unos 200 m del cauce, hay un gran bloque de arenisca con 21 motivos grabados prehispánicos. A
100 m de la terraza se encuentran un refugio (alojo) y restos de un palenque; ambas estructuras
eran parte del equipamiento del espacio para facilitar el tránsito de los arrieros. Durante el siglo
XIX y parte de siglo XX éstos cruzaban con ganado vacuno por la hoyada rumbo al valle del río
Bermejo y más hacia el oeste (Podestá et al. 2006; Re et al. 2009; Rolandi et al. 2003).
Kiosko (KO)
(Lat. S. 30° 6' 16.3'' y Long. O 67° 55' 27'')
El sitio se ubica a 2 km hacia el SE de ADLP. La recolección de materiales arqueológicos se realizó
en dos sectores de 20 por 20 m. El primero se encuentra frente a un conjunto de bloques de
arenisca, dos de los cuales presentan 22 motivos de arte rupestre grabado prehispánico en algunas
de sus caras patinadas, similares a los de ADLP (Re et al. 2009). El sector 2 se encuentra en una
terraza aledaña a los bloques (Figura 2).
Figura 2: Sitio Kiosko. Interior de la hoyada de Ischigualasto
Figura 3: Campo de Estructuras del río Ischigualasto
Figura 4. Sitio Agua de Ischigualasto. Valles y quebradas interserranos
Figura 5: Sitio Puerta Quebrada de las Casas. Valles y quebradas interserranos.
Campo de Estructuras del río Ischigualasto (CERI)
(Lat. 30° 7' 57.4'' y Long O 67° 52' 12.8'')
La localidad arqueológica CERI, caracterizada por una dispersión de 37 estructuras circulares de
piedra, se extiende a lo largo de 2 km aproximadamente, a ambas márgenes del río Ischigualasto.
De ellas, 36 son del tipo común, con contorno simple, o bien rellenas, construidas con rocas de
colores homogéneos, principalmente volcánicas; la restante, es también circular, rellena de piedras
de colores (cuarzo, basalto y feldespato) cuyo sondeo no produjo ningún tipo de evidencias
(Guraieb et al. 2007; Rolandi et al. 2003, 2005). Este tipo de estructuras de piedras de colores son
más frecuentes en el ambiente de valles y quebradas. Las estructuras de CERI se encuentran en un
terreno más o menos plano, con gran visibilidad del entorno. La función de estos círculos de piedra
todavía no ha podido ser dilucidada a partir del registro arqueológico que los acompaña aunque una
posibilidad es la instalación sucesiva de estructuras portables. Aun desconociendo si ésta fue su
función, la misma existencia de los círculos da cuenta de la apropiación de estos espacios por parte
de los grupos humanos que los transitaron, generando un paisaje que se fue conformando a través
del tiempo (Guraieb et al. 2007). Por otra parte, la ausencia total de materiales cerámicos en
superficie podría ser indicativa de un espacio con funcionalidad diferente pero también, podría
señalar una mayor antigüedad para el uso de este espacio de la hoyada (Figura 3).
b) Sitios ubicados en los valles y quebradas interserranos
Agua de Ischigualasto (ADI)
(Lat. S. 30° 10.127' Long O 67° 51.711')
En un área baja rodeada por afloramientos rocosos de escasa altura y un ambiente con mayor
humedad, se encuentra el sitio ADI, a la entrada del Parque Provincial (Figura 4). La presencia de
agua surgente permite que este lugar sea, aún hoy, abrevadero para el ganado y la fauna silvestre.
Los materiales que se encuentran en superficie son variados y dan cuenta de la larga ocupación del
lugar: lítico y principalmente tiestos cerámicos, metal, vidrio y loza, revelando una larga historia
ocupacional desde momentos prehispánicos hasta la actualidad. La utilización subactual de este
manantial está avalada por la presencia de cuatro recintos edificados con piedras y lajas de arenisca.
Asociado a ellos se encuentra un corral que también parece ser contemporáneo y vinculado al
arrierismo.
Los Pasantes (LP)
(Lat. S 30º 10, 39’ 13’’S y Long. O 67º 48,23’ 82’’)
Ubicado en la terraza de la margen derecha del río El Durazno, que desciende con un curso
meandroso desde los contrafuertes de la sierra. Se realizó una recolección en cuatro sectores
aledaños, recuperándose material lítico y cerámico en todos ellos.
La Toma (LT)
(Lat. S. 30º 13’49.37’’ Long. O. 67º 46’82’’)
Se sitúa sobre una terraza cercana al cauce medio del río El Durazno. A unos 15 m de la ribera hay
un conjunto de 3 bloques con arte rupestre prehispánico. Igualmente, se encuentra cercano a los
sitios más grandes del área con grabados prehispánicos: Portezuelo de las Piedras Marcadas y
Puerta de las Quebradas, situados por encima de los 1300 m, en abras que conectan valles y
bolsones interiores de la sierra (Guraieb et al. 2010; Re et al. 2009). Los materiales arqueológicos
(líticos y cerámicos) fueron recolectados en dos transectas de 30 m de longitud por 5 m de ancho
desde la ribera hasta el piedemonte y un sector de 15 m de lado.
Puerta Quebrada de las Casas (PQC)
(Lat. S. 30º 16' 17,3'' Long. O. 67º 44' 37,1'')
En las cercanías del río del Salto, PQC se ubica en la planicie adyacente a una serie de lomas de
mediana altura. Hacia el E se encuentra la planicie aluvial de los ríos Los Baldecitos y Las
Moraditas, ambos de régimen estacional. Con respecto a los sitios descriptos más arriba, PQC
presenta una mayor diversidad de materiales y equipamiento del espacio: dos áreas con morteros
fijos ubicados en un sector de rincón, un molino con evidencias de uso intensivo y dos bloques con
motivos grabados abstractos. A esto debe sumársele una estructura circular de piedras de colores en
forma de anillo, relativamente conservada. Los sectores con evidencia arqueológica parecen
organizarse en los alrededores de un afloramiento bajo de arenisca (Figura 5).
ASPECTOS METODOLÓGICOS Y MUESTRAS UTILIZADAS
Escalas
Las escalas, tanto espacial como temporal empleadas en este trabajo son de nivel medio sensu
Dincauze (2000). En lo espacial, se analiza una región pequeña y heterogénea, mientras que desde
el punto de vista temporal, tomamos como rango los aproximadamente 700 años que existen entre
los fechados TL más tempranos y más tardíos obtenidos para el área de estudio (Tabla 1).
Muestras utilizadas
Los materiales fueron objeto de una recolección sistemática por medio de transectas o sectores en
cada sitio. Los muestreos para obtener los materiales fueron diseñados en función de la densidad
superficial de hallazgos y la extensión de las dispersiones percibidas en cada uno de ellos. Las
muestras obtenidas son disímiles en tamaño, con un extremo en PQC y el otro en ADI. En todos los
casos, con la excepción de CERI, los materiales líticos están acompañados de evidencia cerámica en
diferentes cantidades (Tabla 2).
Tabla 2: Muestra de materiales líticos por sitio
Sitio N
Agua de la Peña (ADLP) 83
Kiosko (KO) 91
Campo de Estructuras del Río Ischigualasto (CERI) 130
Agua de Ischigualasto (ADI) 10
Los Pasantes (LP) 103
La Toma (LT) 131
Puerta Quebrada de las Casas (PQC) 300
Total 848
Análisis de variables
El análisis de variables tecnológicas y morfológicas de los materiales líticos siguió los lineamientos
generales de Carlos Aschero (1975, rev. 1983). Por su parte, la segmentación inicial de las muestras
en clases tipológicas tomó los conceptos de Aschero y Hocsman (2004). Las variables generales
consideradas fueron materia prima, estructura de composición de los conjuntos de las diferentes
clases tipológicas y variables métricas para todas las piezas enteras. Para el caso específico de los
artefactos formatizados, las estructuras tipológicas de cada conjunto se segmentaron a nivel de
grupo tipológico. Por otra parte, la relación entre filos /puntas y piezas efectuada para los artefactos
formatizados se utilizó como una medida de aprovechamiento de los soportes, con la finalidad de
detectar variaciones entre los ambientes del área de estudio. Del mismo modo, el tipo de núcleos fue
empleado para dirimir una utilización diferencial de las masas iniciales en función de la forma en
que las materias primas se presentan en la naturaleza.
La estructura de composición de la clase tipológica artefactos formatizados fue comparada entre los
sitios utilizando los índices de riqueza (H) de Shannon Weaver (Shannon y Weaver, 1964) y
equitatividad (J) de Pielou, índices utilizados en la bibliografía de distintas disciplinas,
especialmente biología y ecología de poblaciones. En un trabajo anterior (Guraieb et al. 2010) se
utilizó una de las tres expresiones de la fórmula de Shannon, presente en Lanata (1996). Utilizando
esta fórmula se obtienen valores de riqueza más bajos. En este trabajo optamos por utilizar la
fórmula del programa estadístico Past v.2.05 (Paleonthological Statistic, -un software estadístico
creado inicialmente como PALSTAT por Ryan, P.D., D.A.T. Harper y J.S. Whalley en 1995 y
actualizado periódicamente). Este utiliza la fórmula H= -Σ [(ni/n)ln(ni/n)]. En este índice, el rango
de valores para la riqueza varía entre 0 y 4,5, siendo este último muy alto para cualquier muestra.
Complementariamente se empleó el índice de equitatividad J, que se obtiene dividiendo el valor de
H por el logaritmo del número de clases. Mide la equidad con que los ítems se reparten entre los
grupos tipológicos presentes en los conjuntos. Las tendencias que siguen las diferentes variables se
graficaron mediante Excel, generando la tendencia lineal a partir de los puntos de datos (diagrama
de dispersión). De esta forma, se logra una representación generalizada de la trayectoria de cada
variable.
RESULTADOS
Clases tipológicas
Ya sea en total o por sitio, predominan ampliamente los desechos de talla respecto del resto de las
categorías de clases tipológicas, con los porcentajes menores por encima de 50% y un promedio
general de 72%. Los sitios Los Pasantes, La Toma y Puerta Quebrada de las Casas presentan un
patrón espacial con porcentajes mayores de desechos de talla (Tabla 3).
Una tendencia inversa presentan los núcleos (Figura 6), cuyos porcentajes son mayores en los sitios
de la hoyada y decrecen paulatinamente en aquellos ubicados en los valles y quebradas
interserranos. El caso extremo en este sentido es el de PQC, ya que sólo presenta 3 núcleos en un
total de 300 artefactos. Los artefactos formatizados se encuentran presentes en todas las muestras
con valores porcentuales que en ningún caso superan a ADLP (18,1%) o descienden por debajo de
12,0% (KO). Serán tratados con mayor detalle en acápites posteriores.
En todos los conjuntos son escasas las piezas pertenecientes a la categoría “artefacto de filos
naturales con rastros complementarios” (AFNc/RC). Esta particularidad puede ser atribuida
principalmente a las restricciones que se aplicaron en el momento de su recolección, habida cuenta
de que, al ser materiales de superficie, han estado más expuestos a la incidencia de agentes de
modificación de los bordes como el pisoteo de animales y el desplazamiento por escorrentías. Por
último, las superficies modificadas por uso, como molinos y morteros, solo están presentes en muy
baja cantidad en dos de los sitios de los valles y quebradas (LT y PQC).
Tabla 3: Clases tipológicas por sitio
Clases
tipológicas / sitio ADLP % KO % CERI % ADI % LP % LT % PQC % Total %
Art.
Formatizados
15
18,1
11
12,1 19 14,6 6 60 18 17,5 18 13,7 37 12,3 124 14,6
AFNc/RC
7
8,4 1 0,8 1 10 9 1,1
Núcleos
13
15,7 16
17,6 43 33,1 1 10 8 7,8 11 8,4 3 1,0 95 11, 2
Sup.modificadas.
por uso
2 1,5 2 0,7 4 0,5
Desechos de
talla
48
57,8
64
70,3 67 51,5 2 20 77 74,8 100 76,3 258 86 616 72,6
Total 83
100 91 100 130 100 10 100 103 100 131 100 300 100 848 100
R2 = 0,0025
R2 = 0,2037 R2 = 0,4351
R2 = 0,1768
0
20
40
60
80
100
ADLP KO CERI ADI LP LT PQC
sitios
%
Art.
Formatiz.AFNc/RC
Núcleos
Sup. modif.
por usoDes. talla
Figura 6: Tendencias lineales de representación de clases tipológicas en los sitios de la hoyada y valles y quebradas del
PPI.
La Figura 6 ilustra la tendencia lineal de representación de cada clase tipológica en los sitios
ordenados espacialmente de izquierda a derecha, desde la hoyada hacia los valles y quebradas. Las
diferentes categorías de clases tipológicas tienen comportamientos particulares. Por ejemplo, se
aprecia una tendencia creciente de los desechos de talla desde el interior de la hoyada hacia los
sitios de los valles y quebradas, con un comportamiento inverso en los núcleos expresado en una
tendencia decreciente de los porcentajes desde la hoyada hacia los valles y quebradas.
A partir de estos datos podríamos inferir que al menos en parte, las tareas de la producción lítica
estuvieron desagregadas en el espacio, siendo la hoyada el lugar de la formatización inicial, con
mayor representación de núcleos. Por su parte, las tareas de extracción habrían sido menores en los
valles y quebradas, con un ingreso probable de un porcentaje de núcleos en proceso de reducción y
formas base para su regularización. Los artefactos formatizados muestran bastante similitud de
porcentajes, por debajo del 20%, con la excepción de Agua de Ischigualasto, que debido a su
muestra escasa, tiene una representación que sesga los resultados. Aún así, la tendencia los reitera,
con una línea plana. Algo similar ocurre con la escasa representación de AFNc/RC.
Materias primas
En la cuenca Ischigualasto – Villa Unión, las Formaciones Talampaya y Tarjados, (Triásico
Inferior) que afloran en el sector occidental del PPI, muestran alternancia entre sedimentitas rojizas
y estratos conglomerádicos inmaduros, producto de regímenes de corriente medios a altos, lo que
impidió la selección del material (Ente Autárquico PPI 2005- 2010). Por esta razón, en el área de
estudio la mayoría de las materias primas se presentan en la forma de nódulos o guijas, con mayor
representación en los lechos secos de los ríos y en el camino de las torrentosas escorrentías
estivales. Hasta el momento, la única fuente potencial de aprovisionamiento de tipo primaria (sensu
Nami 1992) es la de cuarzo, que aparece como un filón, próximo al sitio PQC, hoy en día explotado
artesanalmente por los habitantes del cercano poblado sanjuanino de Baldes del Rosario. Sobre la
base de la información disponible hasta este momento, creemos que el aprovisionamiento de la
mayoría de las rocas, ya sea de fuentes primarias o secundarias, fue local (sensu Civalero y Franco
2003), incluyendo las sílices, predominantes en el sitio LP.
En el nivel de producción lítica general y considerando el total de la muestra, predominan las
cuarcitas en casi todos los conjuntos (34,6%), seguidas por el cuarzo (24,7%) y las rocas silíceas
(18,3%). El resto de las materias primas posee valores porcentuales por debajo del 10 % y
distribución desigual entre los sitios. Por ejemplo, en algunas muestras del interior de la hoyada
también se encuentra representada la cuarcita metamórfica de colores grisáceos (7,8%), que decrece
hacia los valles y quebradas. Otras rocas con menor presencia en la producción total son las riolitas
(6,9%), las rocas volcánicas no diferenciadas (6,3%), las sedimentitas (0,4%) y un grupo mínimo y
heterogéneo denominado “Otras” (1,0%) (Figura 7).
En los artefactos formatizados la representación de las materias primas mantiene diferencias
porcentuales similares -aunque levemente más atenuadas- a las presentes en la producción total
entre cuarcita (31,6%) y cuarzo (28,6%).Las rocas silíceas ocupan el tercer lugar en la selección
(17,6%). En los núcleos también predomina la cuarcita (37,5%) seguida de la metacuarcita (26%) y
la sílice (12,5%). Con la excepción del cuarzo (9,4%), el resto de las materias primas de núcleos no
supera el 5% de la muestra.
Figura 7: Tendencia de representación de materias primas en la producción total
R2 = 0,5148
R2 = 0,2577
R2 = 0,1115 R
2 = 0,087
R2 = 0,0266
0
10
20
30
40
50
60
70
80
ADLP KO CERI ADI LP LT PQC
sitios
%
CUA
CZO
RIO
SIL
METACUA
Figura 8: Utilización de materias primas en artefactos formatizados
En los conjuntos de artefactos formatizados, la presencia de las distintas materias primas en los
sitios alineados guarda un importante paralelismo con las tendencias graficadas para los conjuntos
totales. De igual forma, muestran una tendencia de distribución de materias primas que evidencia
las diferencias entre hoyada y valles. Los artefactos de cuarcita y metacuarcita generan dos líneas
descendentes desde el interior de la hoyada hacia los valles y quebradas. Inversamente, la sílice y el
R2 = 0,3214
R2 = 0,3972R2 = 0,1013
R2 = 0,7001
0
10
20
30
40
50
60
70
80
ADLP KO CERI ADI LP LT PQC
sitios
%
CUA
CZO
RIO
SIL
METACUA
cuarzo tienen líneas paralelas que muestran su mayor representación en los sitios de los valles y
quebradas, decreciendo hacia la hoyada (Figura 8).
Por su parte, la clase tipológica núcleo expone una tendencia inversa para la cuarcita, debido
básicamente a la gran incidencia del efecto numérico distorsivo de PQC. En ese sitio los núcleos
son únicamente 3, de los cuales 2 son de cuarcita (66,6% del total). (Figura 9). Si se retira PQC de
la representación, la línea que se genera carece de pendiente, lo cual es compatible con la ubicuidad
de la cuarcita. Por su parte, la línea que representa la tendencia para la metacuarcita experimenta un
brusco descenso, desapareciendo en los sitios de valles y quebradas.
R2 = 0,2942
R2 = 0,9726
R2 = 0,9868
R2 = 0,1946
0
10
20
30
40
50
60
70
80
ADLP KO CERI LP LT PQC
sitios
%
Cua
Czo
Metacua
Rio
Riodac.
Sil.
Figura 9: Utilización de materias primas en núcleos
Media de dimensiones de los conjuntos de artefactos formatizados, núcleos y desechos de talla
enteros
Otra variable tecnológica seleccionada para la comparación entre los sitios fue la media de las
dimensiones absolutas de artefactos formatizados, núcleos y desechos de talla enteros. (Figuras 10,
11 y 12). Las tendencias de los valores medios de las dimensiones absolutas de los artefactos
formatizados enteros descienden hacia los valles y quebradas, con una mayor pendiente para la
longitud y el ancho, que prácticamente no muestran diferencias importantes entre ellas. El espesor,
aunque con una pendiente también significativa, disminuye más suavemente desde la hoyada hacia
los valles y quebradas (Figura 10).
R2 = 0,2061
R2 = 0,2549
R2 = 0,3053
0
10
20
30
40
50
60
70
ADLP KO CERI ADI LP LT PQC
sitios
mmla
aa
ea
Figura 10: Tendencias de las medias de longitud, anchura y espesor de artefactos formatizados Ref: la: longitud, aa:
anchura y ea; espesor de artefactos formatizados.
En los núcleos, con valores medios más altos en la hoyada, las medias de longitud, ancho y espesor
muestran una tendencia con un descenso muy suave de la pendiente de las tres mediciones hacia los
valles y quebradas (Figura 11). En este caso, la pendiente de las medias del espesor de los núcleos
tiene una pendiente mayor que las de las otras dos mediciones, lo que podría indicar una mayor
reducción de las masas en los sitios de los valles y quebradas.
En los desechos de talla, por su parte, el descenso se da en el mismo sentido aunque el largo y
ancho de los desechos enteros desciende más abruptamente hacia los sitios de los valles y
quebradas. Las dimensiones registradas muestran una selección de soportes poco elongados,
consistente con la escasa presencia de la técnica de hojas registrada en los sitios (Figura 12).
R2 = 0,0285
R2 = 0,0285
R2 = 0,2956
0
10
20
30
40
50
60
70
ADLP KO CERI ADI LP LT PQC
sitios
mm
ln
an
en
Figura 11: Tendencias de las medias de longitud, anchura y espesor de núcleos. Ref: ln: longitud, an: anchura y en;
espesor de núcleos.
R2 = 0,6989
R2 = 0,6409
R2 = 0,5507
0
10
20
30
40
50
60
70
ADLP KO CERI ADI LP LT PQC
sitios
mm ld
ad
ed
Figura 12: Tendencias de las medias de longitud, anchura y espesor de desechos de talla. Ref: ld: longitud, ad: anchura
y ed; espesor de desechos
Caracterización de los conjuntos de artefactos formatizados
Los conjuntos de artefactos formatizados, que no son muy numerosos (Tabla 3) tienen pocas
categorías artefactuales con representación en todos los sitios. En los grupos tipológicos predomina
la manufactura unifacial marginal y ultramarginal. Las puntas de proyectil, que se encuentran en
baja cantidad pero consistentemente representadas en los tres sitios de los valles y quebradas y en
ADLP, son los únicos exponentes de la manufactura bifacial (Tabla 4). La cantidad de grupos
tipológicos presentes aumenta hacia los valles y quebradas, con la excepción de Agua de la Peña,
que tiene las características de composición de los conjuntos de un sitio de actividades múltiples.
Tabla 4: Información tecnológica general de los conjuntos de artefactos formatizados
ADLP KO CERI ADI LP LT PQC
Muestra total 16 11 18 6 18 20 39
Form. bifacial 1 2 1 2
Form. unifacial 15 11 18 6 16 19 37
N grupos tipológicos. 10 6 10 6 9 13 13
Los grupos tipológicos con presencia en todos los sitios son pocos, con prevalencia de los muy
generalizados filos de formatización sumaria, seguidos de las raclettes, los raspadores, los artefactos
burilantes y puntas entre muescas y las puntas de proyectil (Tabla 5). Como se dijo, estas últimas se
encuentran presentes en los sitios de los valles y quebradas y en ADLP mientras que los artefactos
burilantes tienen mayor representación en los sitios de la hoyada.
Tabla 5: Artefactos formatizados: grupos tipológicos predominantes. Ref: Artef: artefacto
Sitios/ grupos tipológicos ADLP KO CERI ADI LP LT PQC Total
Artef .formatización sumaria 2 3 6 1 3 2 7 24
Raclette 3 1 1 1 3 2 5 16
Raspador - 2 2 3 1 2 5 15
Punta burilante / entre muescas 4 3 1 2 1 2 2 15
Punta de proyectil 1 - - - 2 1 2 6
Total muestra 16 11 18 6 18 20 39 137
Para establecer una medida de la diversidad de los conjuntos se graficaron los resultados de la
comparación de los índices de riqueza y equitatividad de los artefactos formatizados. En este caso
los valores de riqueza (eje Y) en los sitios no superan los 2,4 lo cual indica una riqueza artefactual
media a baja para toda el área, siendo más baja en los sitios del interior de la hoyada (siempre con
excepción de ADLP). Por su parte, la forma en que estas categorías se reparten en el conjunto se
mide de 0 a 1,5 y en ese sentido son bastante equitativas, es decir, están distribuidas uniformemente
en los conjuntos (Figura 13).
Figura 13: Artefactos formatizados. Relación entre índices de riqueza y equitatividad
La intensidad diferencial con que se aprovecharon las formas bases de artefactos formatizados entre
la hoyada y los valles y quebradas se midió empleando la razón existente entre la cantidad de filos y
puntas de cada conjunto y la cantidad de artefactos, esta vez sin discriminar por materia prima. En
la graficación, cada una de estas razones se contrastó con la media muestral para observar las
variaciones existentes entre los sitios (Figura 14).
Aún cuando la razón es baja en todos los casos, (no llega a dos filos y/o puntas por pieza) se
observa un decrecimiento de la misma desde los sitios de la hoyada hacia los de valles y quebradas.
En estos últimos, la razón ronda el valor 1, por lo que se estima que predominan los artefactos de
filos simples, producto de una tecnología totalmente expeditiva. Probablemente la variación entre
hoyada y valles, que no es mucha, se deba a que en los sitios del interior de la hoyada eran
necesarios artefactos de formas generalizadas más versátiles (sensu Nelson 1991) que los que se
requerían en los campamentos con mayor permanencia de los valles y quebradas.
0,8
1
1,2
1,4
1,6
1,8
ADLP KO CERI ADI LP LT PQC
sitios
razó
n
razón
media
muestral
Figura 14: Razón entre cantidad de filos y puntas y piezas por sitio.
RESUMEN DE RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Aún cuando en ambos ambientes se observa una tecnología expeditiva, con baja inversión de
energía en la manufactura, pueden percibirse ciertas diferencias entre los sitios de la hoyada y de los
valles y quebradas (Tabla 6). Los conjuntos de los sitios de los sectores interiores de la hoyada son
menos diversos, respondiendo a una utilización del espacio orientada a menor cantidad de
actividades, con porcentajes mayores de núcleos y desechos de talla. Contienen conjuntos
artefactuales más versátiles, con mayor cantidad de filos por soporte, consistente con un uso
logístico del espacio. Por su parte, los sitios de los valles y quebradas aparecen como espacios de
actividades múltiples, con mayor diversidad de grupos tipológicos, expeditividad en el diseño de los
artefactos formatizados y bajo aprovechamiento de los soportes.
El empleo de las materias primas también muestra variaciones. Por ejemplo, el cuarzo, con fuente
de aprovisionamiento conocida en el piedemonte de la sierra de Valle Fértil, dentro del ambiente de
valles y quebradas, tiene una representación que covaría negativamente con la distancia a dicha
fuente. Contrariamente, la cuarcita, que se presenta ubicuamente en forma de nódulos en los dos
sectores analizados, está mucho más representada en los sitios de la hoyada. Sobre la tendencia de
Ambiente y
características Hoyada Valles y Quebradas
Inversión de tiempo y energía
en la manufactura Baja Baja
Regularización Unifacial marginal
Bifacial 0,02%
Unifacial marginal
Bifacial 0,07%
Intensidad de uso de las fb de
art. formatizados
Por encima de la media
muestral de 1,3
Por debajo de la media muestral de
1,3
Riqueza /Equitatividad Baja Levemente mayor
Utilización de materias primas Abastecimiento y
procesamiento inicial
Abastecimiento, procesamiento
inicial y formatización
Tabla 6: Resumen del comportamiento de variables
la sílice opera la alta incidencia del conjunto de Los Pasantes, compuesto en un 70% de esta roca.
De todas formas, aparece como una elección importante para la confección de artefactos
formatizados en casi todos los conjuntos.
Hasta este momento, la información arqueológica y específicamente la de la tecnología lítica
muestra diferencias en la expresión de variables entre la hoyada y los valles y quebradas
interserranos alrededor de 1000 años AP, avalando la propuesta de un aprovechamiento diferencial
de estos ambientes (ver Guraieb et al. 2010, Re et al. 2009, 2011).
El interior de la hoyada habría tenido un uso logístico, con énfasis en el abastecimiento y
circulación de materias primas y el tránsito de personas y bienes, como se vio en el comienzo del
trabajo, En este sentido Agua de la Peña, postulado por sus características topográficas como un
campamento semipermanente, constituye el sitio con mayor potencial residencial dentro de la
hoyada, corroborado por la información de la tecnología lítica, que lo diferencia de Campo de
Estructuras del Río Ischigualasto y Kiosko. Por su parte, los valles y quebradas, ecológicamente
más apropiados para uso residencial en la forma de campamentos semi-permanentes, muestran
mayor cantidad de actividades representadas, equipamiento del espacio, cerámica ordinaria y
también decorada de muy buena calidad, arte rupestre, círculos de piedras de colores y una
tecnología lítica más orientada a la captura y procesamiento de recursos (Guraieb et al. 2009;
Rolandi et al. 2005).
En conclusión, en este trabajo hemos utilizado los resultados de la tecnología lítica como
indicadores para comprender más cabalmente el uso diferencial del espacio regional. En este
sentido, las ocupaciones prehispánicas del Parque Provincial Ischigualasto y su área de
amortiguación muestran una tecnología de escasa inversión aunque con significativas diferencias en
el uso y aprovechamiento del espacio, concordantes con las variaciones ecológicas existentes entre
la hoyada y los valles y quebradas.
En una escala espacial más amplia, durante los períodos Medio y Tardío el valle de Ischigualasto y
su entorno habrían estado relacionados con otros nodos poblacionales con mayor densidad
residencial como la cercana localidad arqueológica El Chiflón, situada a distancia geodésica de no
más de 20 km de PPI. El Chiflón presenta además, dataciones congruentes con las de los sitios de
valles y quebradas y se encuentra en una inmejorable situación para controlar el tránsito desde el
NE hacia el SO (Guraieb et al. 2013). Una de las vías de circulación podría haber sido a través de la
actual Reserva Natural El Chiflón, el paso del Portezuelo, los valles y quebradas y la hoyada que
componen el PPI, emergiendo por la Quebrada de la Chilca hacia el valle del río Bermejo. La
integración de resultados entre ambas áreas permitirá, en un futuro, ampliar nuestro conocimiento
acerca de la forma en que, gradualmente, se fue construyendo el paisaje regional.
AGRADECIMIENTOS
Al personal y autoridades del Parque Provincial Ischigualasto y a los pobladores de las localidades
Baldes del Rosario y Los Baldecitos, con especial mención a Miguel Ontiveros por el apoyo
logístico durante las campañas realizadas en la zona.
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