APUNTES DE CONCIENCIA LINGÜíSTICA ENTRE LOS COMERCIANTES INGLESES (1550-1600). en E. Martinell & E. Erlendsdottir (eds.), La conciencia lingüística europea. Nuevas aportaciones de impresiones de viajeros. Barcelona:PPU. pp. 111-127.
Frances Luttikhuizen
Son diversos los factores que despertaron en los
comerciantes ingleses el interés por viajar. Desde la
temprana Edad Media, la economía inglesa dependía
básicamente del ganado ovino. La lana, y más tarde los
tejidos de lana se exportaban principalmente desde los
Países Bajos hasta el centro y el norte de Europa. El
mercado textil era de gran importancia para un amplio
sector de la población: comerciantes, sastres, hilanderos,
tejedores, tintoreros, cardadores, terratenientes,
granjeros, agricultores y comerciantes marinos cuyos barcos
transportaban las mercancías. El centro de este mercado se
hallaba en Amberes. Las sucesivas bancarrotas y requisas en
España y Portugal en el siglo XVI redujeron drásticamente
la actividad en el mercado flamenco, por lo que los
comerciantes ingleses se vieron obligados a salir a la
búsqueda de nuevos mercados. Una de las soluciones era el
trato directo con la Europa del Sur, aunque esto suponía
una serie de inconvenientes. Los comerciantes del norte
eran reacios a exportar sus bienes a compradores cuyas
fortunas podían ser confiscadas en cualquier momento,
dejándoles sin posibilidad alguna de cobrar por ello. En
consecuencia, empezaron a organizar compañías y a enviar a
sus propios representantes a la península ibérica. Uno de
estos agentes, Robert Thorne, comerciante londinense
afincado en Sevilla, sorprendido por las riquezas que
manaban de Africa, Oriente y las Indias Occidentales, envió
cartas a Enrique VI en las que le instaba a enviar
comerciantes ingleses a tomar parte también en esos nuevos
mercados. Aunque algunos navegantes ingleses ya se habían
aventurado con anterioridad hacia el oeste y habían
visitado las costas de las Indias Occidentales y del
Brasil, hasta 1550 pocos comerciantes ingleses habían
embarcado en viajes transoceánicos Por otra parte, la
lengua inglesa no era en el s.XIX la lengua de comunicación
universal.1 De hecho, otras lenguas, como el holandés
parecen haber sido más habladas.2 En consecuencia, aunque
tenemos noticia de algunos capitanes de barco que habían
viajado a las Islas Canarias y hablaban algo de español,
raramente encontramos a un comerciante inglés que se
aventurase sin llevar traductor.
Las tierras de la cuenca del Mediterráneo se beneficiaban
de una extensa riqueza idiomática. Sus puertos de mar
1Ni tan solo el nombre del país era conocido universalmente, tal y comoAnthony Jenkinson explica en su conversación con el gran Sufí (El reyde Persia) en 1556: "Antes del encuentro, el capitán del Sufí nosinterrogó sobre nuestro país de origen, preguntándonos dónde seencontraba, qué países se hallaban cerca y con quién comerciábamos (yaque por la traducción al ruso [Habían entrado en Persia desde Rusia ytraían traductores rusos. N.A.] de nuestro nombre no lograbaidentificarnos). Cuando dedujo que éramos ingleses, nos preguntó sinuestro príncipe era una reina virgen; cuando se le confirmó esto nosdijo: "¿No se llama su país Englaterra?".2 Una carta enviada por el Zar de Rusia al Rey Eduardo VI en 1554estaba escrita en lengua moscovita, con una traducción al holandés enla parte inferior.
recibían visitantes de todo el mundo. Una vez Sevilla se
hubo convertido en el punto de partida hacia América, el
flujo de mercaderes y marineros extranjeros fue constante.
La demanda de marineros y mercenarios había creado un
mercado único que atraía gente de todos los países a la
Península Ibérica. Inglaterra también experimentó una gran
afluencia de visitantes, aunque más tarde y por motivos
bastante diferentes. Además de los judíos expulsados de
España y Portugal, a mediados del siglo XVI se añadieron a
estos otros que se habían convertido en el principal
objetivo de la Inquisición: calvinistas, luteranos,
hugonotes, waldenses, anabaptistas, etc. Comerciantes e
intelectuales de Francia, Italia y españa se vieron
forzados a huir a los países del norte —Inglaterra y
Holanda— para proteger sus vidas y sus fortunas. De este
modo, Inglaterra se nutrió de emprendedoras comunidades
extranjeras entre las que se contaban auténticos lingüistas
de talento.
Al mismo tiempo, los cambios religiosos, politicos y
sociales experimentados en la Gran Bretaña del siglo XVI
alentaron un orgullo nacional creciente y un jubiloso
sentimiento de patriotismo. Se produce una fuerte demanda
de literatura clásica y contemporánea destinada a las
nuevas generaciones de señores y comerciantes, quienes a
diferencia de la nobleza medieval desconocen el latín y el
francés. La traducción de estos textos la lleva a cabo una
nueva generación de estudiosos laicos. Si echamos un
vistazo a sus biografías reconoceremos a soldados,
aristócratas, diplomáticos, hombres de ciencia y
terratenientes, todos ellos con un interés común: que
Inglaterra alcance el nivel de otros países en cuanto a
letras, comercio y navegación se refiere. Estos
"traductores isabelinos" —pues así es como se les conoce
por coincidir con la época del reinado de Isabel I— no se
preocupaban mucho de producir traducciones fieles al
original; su objetivo era publicar libros que quedaran
grabados en las conciencias de sus compatriotas. Tal y como
Thomas North, traductor de Plutarco, lo plantea,
"There is one type of learning that is private, fit for the
Universities,full of contemplation, rather than experience,
whereas stories are fit for every place, they reach all persons,
serve for all times, teach the living and revive the dead"
"Hay un modelo privado de aprendizaje que encaja en las
universidades, más contemplativo que experimental mientras
que hay historias que corresponden con cualquier lugar, que
llegan a todo el mundo, sirven para cualquier periodo de
tiempo, enseñan a los vivos y reaniman a los muertos".3
Los traductores isabelinos se deleitaban en las palabras y
los sonidos, en comparaciones peregrinas y juegos de
palabras ingeniosos. Con frecuencia agrupan en pares
palabras de origen latino con su equivalente anglosajón o
3 Introducción. Plutarch's Lives (1579). En F. O. Matthiesen,1931. Translation, an Elizabethan Art. Harvard University Press.
un cultismo con su equivalente vulgar.4 Si a su vez era
posible introducir un elemento de aliteración, tanto mejor.
Conscientes de que escriben para las clases sin formación
académica, se preocupan por explicar términos difíciles o
alusiones a la cultura o a la historia de otros países. Es
en este ambiente lingüística de curiosidad y deleite en las
palabras que los viajeros ingleses (comerciantes, capitanes
de barco y diplomáticos) cuentan sus experiencias. Así, The
Principal Navigations, Voyages and Discoveries of the English Nation (Londres,
1589) de Richard Hakluyt no sólo recoge las vívidas
impresiones de los viajes oceánicos y las experiencias
pioneras en otros lugares del mundo, sino que supone un
hito histórico de la prosa inglesa de la segunda mitad del
siglo XVI, pues se trata de un texto rico en referencias a
estrategias comunicativas que ilustran la conciencia
lingüística de ese periodo.
Hakluyt, vicario anglicano, geógrafo, diplomático y editor
inglés creía su deber patriótico informar al mundo de "las
complejas hazañas y de los peligrosos viajes" de los ingleses. Y así
lo hizo con la publicación de The Principal Navigations, una
recopilación de cartas, diarios, registros de navegación,
documentos oficiales e informes formales. Sus relaciones,
tanto personales como a través de la correspondencia con
prestigiosos geógrafos, cartógrafos, capitanes de barco,
comerciantes y políticos del momento facilitaron
enormemente esta empresa. Hakluyt dejaba a estos narradores
4 Por ejemplo: "comediantes, o (tal y como se les conoce) jugadores",etc.
“reales” contar sus historias a su modo, con su visión
personal. Por otro lado, puesto que quería que su libro
ocupara un lugar junto a los de otros grandes geógrafos de
su época -Joao de Barros de Portugal, el francés Jean
Ribault, los italianos Giovanni Ramusio y Pedro Mártir y
Antonio Galvano en España-, tenía un notable interés en ser
tan objetivo y directo como fuera posible. En consecuencia,
y ya que los problemas de comunicación eran de inexcusable
interés para el viajero, las referencias -tanto implícitas
como explícitas- al problema lingüístico eran copiosas. Por
ello, hemos elegido la obra de Hakluyt como nuestra
principal fuente documental a la hora de establecer una
referencia feaciente de la conciencia lingüística de los
primeros navegantes británicos.
Es evidente que Hakluyt pretendía que su obra fuese
utilizada como manual para los navegantes, por lo que
procuró la inclusión de listados y glosarios. La edición
de 1585 incluye listas de palabras de dos lenguas habladas
en Guinea, del lenguaje de los lapones, del esquimal, de
Terranova y de la lengua hablada en Java; la segunda
edición (1598-1600) incluye un listado adicional de
vocabulario de la lengua de Trinidad. Estos primeros
vocabularios —listados de denominaciones de partes del
cuerpo, animales, objetos cotidianos, numeros y frases
hechas, básicas para la comunicación— estaban destinados a
constituir una referencia lingüística para futuras
expediciones. Antes de la publicación de The Principal
Navigations, Hakluyt había encomendado a John Florio, uno de
los traductores isabelinos, la traducción de los informes
de Jacques Cartier5 sobre sus exploraciones por el rio San
Lorenzo en el Canada, los cuales también incluían dos
vocabularios de considerable extensión.
En 1553, dos expediciones británicas zarpan en busca de
nuevos mercados: una pretende abrir una ruta hacia China a
través del norte de Europa mientras que la segunda se
embarca hacia la costa de Guinea. De la primera nace la
famosa Moscovy Company, mientras que la segunda fracasa a
causa de la oposición portuguesa. La colección de Hakluyt
recoge mucha información de estas dos expediciones que nos
interesa desde el punto sociolingüístico ya que abarca una
serie de viajes narrados por un mismo autor y nos ayuda a
la hora de construir percepciones individuales y
situaciones en las que se requiere el uso del lenguaje de
signos y de gestos, de intérpretes, de conocimiento de
otras lenguas, de descripción ligüística —hablada y escrita
— y otras consideraciones etnolingüísticas. Encontramos dos
tipos de intercambios lingüísticos básicos: 1) encuentros
con dignatarios (reyes, embajadores, etc…) y 2) encuentros
con nativos analfabetos. Los intercambios lingüísticos con
los primeros siempre se hacen a través de intérpretes con
el uso de una o más lenguas europeas conocidas. Los
intercambios con los nativos, en cambio, van desde el uso
de gestos o el uso de una lengua europea intermedia —con o
5 Publicados en francés en 1545 y en italiano en las Navigationi deRamusio, en el año 1556. La traducción de Florio se hizo del italiano.
sin intérprete— al empleo de intérpretes nativos, formados
para este propósito.
Uno de los componentes de la primera expedición a África
fue Antonie Anes Pinteado, un capitán portugués judío buen
conocedor de las costas del Brasil y de Guinea y exiliado
en Inglaterra por motivos políticos. En la expedición
también viajaba otro portugués, a quien llamaban Francisco
el portugués. Parece que Pinteado actuaba de explorador
mientras que Francisco hacía de intérprete. Puesto que se
dirigían hacia tierras de dominio portugués parece lógico
que llevasen un intérprete de esta lengua, pues aunque los
nativos no lo hablasen, al menos lo entenderían. Por sus
cuadernos de viaje sabemos que el conocimiento del
portugués por parte de los nativos de la costa oeste de
África iba desde el de
"a Negro which was born in Lisbon"
"un negro nacido en Lisboa"
hasta el de
"a young man who seemed to have dealt and bargained
before with the Portingals, for he could speak a little
Portuguese and was perfect is weights ande measures."
"un joven que parecía haber tratado y regateado ya con los
portugueses, pues hablaba un poco del idioma portugués y
dominaba perfectamente los pesos y las medidas".(P.N.,
pág. 107)
En 1555, William Towerson inicia su segundo viaje a Guinea.
Gran observador y entusiasta del lenguaje, nos cuenta cómo
durante la travesía pescaron un tipo de pez
"the Portingals call pergosses, the Frenchmen call saders and
our men call salt water breames."
"al que los portugueses llaman pergosses, los franceses
saders y nosotros besugo". (P.N., pág. 99)
Parece que Towerson tenía buen oído. En sus cuadernos de
viaje incluye dos listados cortos de palabras. También
describe la música y la complejidad del habla de estas
gentes. El comentario de la repetición sucesiva de palabras
dos o tres veces se refleja en estos listados: dassee,
dassee (gracias); foco, foco (ropa); mattea, mattea (su
saludo).
"and when we were there divers of the women to show us
pleasure danced and sang after their manner, full ill to our
ears. Their song was thus: Sakere, sakere, ho, ho, Sakere,
sakere, ho, ho. And with these words they leap and dance and
clap their hands."
"y algunas mujeres, con la intención de complacernos,
bailaron y cantaron a su modo, de forma irritante para
nuestros oídos, intercambiando saltos y palmas y
movimientos al ritmo de Sakere, sakere, ho, ho. Sakere,
sakere, ho, ho." (P.N., pág. 101)
"oftentimes recite one word three times together, and at the
las time longer than at the two first."
"a veces dicen la misma palabra tres veces seguidas
alargando el sonido en la tercera más que en las dos
anteriores". (P.N., pág. 102)
Towerson también relata un interesante episodio que ilustra
ciertos aspectos referentes al aprendizaje de los
intérpretes nativos:
"The Negroes were against us because the last year Robert
Gain took away the Captain's son and three others, which was
the cause that they became friends with the Portingals, whom
before they hated as appeared the last year by the courteous
entertainment which the Trinitie had there."
"los Negros estaban en nuestra contra pues el año anterior
Robert Gainsh se había llevado al hijo del Capitán y a otras
tres personas, lo que les convirtió en amigos de los
portugueses, a quienes habían odiado con anterioridad a
juzgar por el buen trato que la tripulación de la Trinidad
había tenido en aquel lugar" (P.N. pág.110).
"While we were at the shore, there came a young fellow, which
could speak a little Portuguese, with three more with him. This
fellow came aboard our ship without fear and as soon as he
had come, he demanded why we had not brought again their
men, which the last year we took away and told us that there
were five taken away by Englishmen. We made him answer
that they were in England, well bred, and there kept till they
could speak the language and then they should be brought
again to be a help to the Englishmen in this country."
"Mientras estábamos en tierra firme, se nos acercó un joven
que hablaba un poco de portugués con otros tres que le
acompañaban. Subió a bordo sin miedo alguno y nos
preguntó por qué no habíamos traído de vuelta a los
compañeros que nos habíamos llevado el año anterior. Nos
dijo que los ingleses se habían llevado a cinco de ellos. Le
contestamos que se encontraban en Inglaterra, bien
alimentados y que se les retenía hasta que aprendiesen la
lengua para traerlos de nuevo y que sirviesen de ayuda a los
ingleses en este país." (P.N. pág. 107-8).
Era una práctica común durante la Era del Descubrimiento
llevabar consigo de vuelta a la metrópolis a algunos
nativos jóvenes —ya fuese de forma voluntaria o mediante el
uso de la fuerza— y retenerlos durante dos años. Después de
este tiempo se los retornaba a su lugar de origen para que
hiciesen de intérpretes. En su segundo viaje a Guinea,
Towerson contaba con varios e estos intérpretes nativos:
"we sent our Negroes ashore and after them went divers of us,
and were very well received, and the people were very glad of
our Negroes, especially one of their brothers wives, and one of
their aunts, which received them with much joy. And here the
Negroes showed us that there was an English ship at the Mine
which had brought one of the Negroes again which Robert
Gaynish took away."
"Desembarcamos a nuestros negros, y tras ellos algunos de
nosotros, y fuimos muy bien recibidos, y la gente estaba
contenta de nuestros negros, especialmente una de las
mujeres de sus hermanos y una de las tías, quienes los
recibieron con gran alegría. Y aquí, los negros nos
comentaron que un barco inglés que estaba en la Mina
había traído de vuelta a uno de los negros que Robert
Gaynish se había llevado" (P.N. pág.115).
"At (the town of) Anta, our Negroes were well known and the
men of the town wept for joy when they saw them and
demanded of them where Anthony and Binny had been and
they told them that they had been at London in England and
should be brought home the next voyage, so after that our
Negroes came aboard with other Negroes."
"En (la ciudad de) Hanta, nuestros negros eran conocidos por
todos, y los lugareños lloraron de alegría cuando los vieron y
les preguntaron el paradero de Anthony y Binny y les dijeron
que se hallaban en Londres, en Inglaterra, y que
probablemente volverían a casa en el próximo viaje. Después
de esto, nuestros negrossubieron a bordo junto con más
negros.” (P.N. pág.115).
Sabemos también que Anthony y Binny regresaron, según lo
prometido, en el siguiente viaje pues hay constancia de
gran actividad por parte de ellos al año siguiente. La
cuestión lingüística era de primordial importancia. En una
expedición del año 1566 los ingleses llevaban abordo dos
franceses. Los dos grandes rivales de los ingleses en su
búsqueda de mercados africanos eran los portugueses y los
franceses. Como resultado a veces era conveniente llevar
abordo un interprete nativo diestro en francés y otro en
portugués: "Se envió un bote a tierra con ocho personas,
una de ellas era John Tomson y la otra un intérprete
francés (pues uno de los negros hablaba buen francés)" (P.N.
pág.145). Dado la gran cantidad de lenguas que se hablaba
en África, los intérpretes nativos también se veían
obligados a recurrir a los gestos:
"I sent the merchants on shore with the master of the ship and
I tarried aboard, and when the Captain (of the town) saw that
I was not there, he made signs to know where I was and they
made signs to him again that I was in the ship and then he
made signs to know who was the captain by the name of
DIAGO, for so they call their captain, and they pointed to the
the master of the ships and then he began to show (him) his
grains".
"Envié a los comerciantes a tierra con el capitán del barco,
quedándome yo a bordo, y cuando el capitán (de la ciudad) se
dio cuenta de que yo no estaba allí, mediante gestos preguntó
dónde me encontraba y por señales se le comunicó que me
había quedado en el barco, entonces, y también con señales
preguntó quien era el capitán conocido como DIAGO, pues así
llamaban a su capitán, y señalaron al capitán del barco, a
quien empezó a mostrar el grano" (P.N. pág.101)
"and they made signs to us that in the land there was fresh
water and goats"
"y con señales nos dijeron que en esa tierra había agua
fresca y cabras" (P.N. pág.103)
" They brought us one cruzado weight of gold making us signs
that so much they would give for the like measure and less
they would not have"
"Nos trajeron un cruzado de oro y nos indicaron por gestos
que es la medida que iban a dar por una cantidad tal y que
no aceptarían menos" (P.N. pág.106)
"then there came a boat with five men, making signs by the
sun that within 2 hours the merchants of the country would
come down and buy all that we had"
"entonces vino un barco con cinco hombres, gesticulando que
en dos horas solares vendrían los comerciantes del lugar a
comprarnos todo lo que teníamos" (P.N. pág.110)
Ni la travesía marítima, siguiendo la costa de África, ni
la situación lingüística que allí hallaron los ingleses
supuso adentrarse en lo desconocido. Los portugueses ya
habían marcado el camino con anterioridad. Las expediciones
hacia el norte, en cambio, habían aportado grandes
novedades geográficas y lingüísticas. Desde la época de los
vikingos, ningún europeo se había aventurado por el Mar
Blanco en busca de una ruta hacia la China. El viaje puede
resumirse de la siguiente manera:
"(Cuando) nuestros comerciantes observaron que los artículos
y las mercancías inglesas no eran muy solicitadas por parte
de los países y gentes vecinos, y que productos que, en
tiempos de nuestros antepasados fueron muy solicitados y
deseados dejaron de tener interés, y su precio se había visto
reducido, aunque los lleváramos a sus propios puertos, y que
las mercancías extranjeros eran grandemente estimado y sus
precios alzados prodigiosamente: ciertos londinenses de
prestigio, y hombres de gran sabiduría, preocupados por el
bien de su país, empezaron a pensar en cómo resolver este
asunto de picaresca: visto que la riqueza de españoles y
portugueses había aumentado formidablemente gracias al
descubrimiento y búsqueda de otros mercados y países, lo
cual parecía algún tipo de maldición en contra de los ingleses,
decidieron poner en marcha un tipo de navegación innovador
y desconocido. Y aprovechando que un tal Sebastian Cabota -
personaje de renombre en esos días- se encontraba en
Londres, empezaron por pedirle consejo y decidieron que
debían ponerse a punto tres barcos para zarpar rumbo al
descubrimiento de la parte norte del mundo para abrir un
camino a nuestros hombres hacia reinos nuevos y
desconocidos." (P.N. pág..280)
En 1553 todavía no existía un mapa definitivo del norte de
Europa, así pues, antes de que zarpasen los barcos,
"it seemed good to (the company of merchants) to inquire,
search and seek what might be learned and known,
concerning the Easterly part of the world. For which cause two
Tartarians, which were then of the King's Stable, were sent for,
and an interpreter was got to be present, by whom they were
demanded touching their country and manners of their
nation. But they were able to answer nothing to the purpose:
being more acquainted to toss pots than to learn the states
and dispositions of people."
"les pareció apropiado (a la compañía de comerciantes)
indagar, preguntar y lo que pudiera averiguarse y conocerse
sobre las tierras del Este. Para esta causa se enviaron a buscar
dos tártaros de la caballeriza real, quienes, con la ayuda de
un intérprete, debían informar de las tierras y costumbres de
su país. Pero de poca ayuda sirvieron pues parecían saber
más de trajinar cubos que del estado y disposición de la
gente."
En consecuencia, la expedición salió de Londres con menos
información de la esperada. Cuando los navegantes
británicos se adentraron en el Mar Blanco, una tormenta
separó a los barcos pero
"(Chanceler´s ship) held on his course and sailed so far that he
came at last to the place where he found no night at all. And
having the benefit of this perpetual light for certain days, at
the length it please God to bring them into a certain great
Bay. It happened that they spied afar off a certain fisherboat.
Master Chanceler, accompanied with a few of his men, went to
(speak) with the fishermen that were in it, and to know of
them what country it was, and what people, and of what
manner of living they were: but they being amazed with the
strange greatness of his ship, (for in those parts before that
time they had never seen the like) began presently to flee: but
he overtook them, and they (being in great fear, as men half
dead) prostrated themselves before him offering to kiss his
feet: but he (according to his great and singular courtesy),
looked pleasantly upon them, comforting them by signs and
gestures.
...By this time our men had learned that this country was
calld Russia, or Moscovie, and that Ivan Vasilivich (which was
at that time their King´s name) ruled and governed far and
wide in those places. And the barbarous Russes asked likewise
of our men whence they were, and what they came for:
whereunto answer was made, that they were Englishmen sent
into those coasts, from the most excellent King Edward the
Sixth, having from him in commandment certain things to
deliver to their King, and seeking nothing else, but his amity
and friendship, and trade with his people."
"el barco de Chanceler prosiguió su ruta y llegó a un lugar
donde no encontró noche. Y con ayuda de esta luz perpetua
durante algunos días, plugo a Dios que llegaran hasta una
gran bahía. Sucedió que divisaron a lo lejos un barco de
pesca. Chanceler, acompañado de algunos de sus hombres,
fue a (hablar) con los pescadores para saber por boca de ellos
en que país se hallaban, quiénes lo habitaban y qué tipo de
vida llevaban: éstos, asombrados por la majestuosidad del
barco (pues en esas tierras nunca habían visto nada parecido)
iniciaron la huida, aunque Chanceler los alcanzó y ellos
(presos del pánico, como medio muertos) se postraron ante él
y se ofrecieron a besar sus pies: pero Chanceler (acorde con
su peculiar cortesía), les sonrió y, mediante gestos y señales,
les calmó.
...Por entonces, nuestros hombres ya entendieron que el
país se llamaba Rusia o Moscovia y que Ivan Vasilivich
reinaba y gobernaba todas aquellas tierras. Y los bárbaros
rusos preguntaron también a nuestros hombres de dónde
venían y con qué intención se habían aventurado hasta ese
lugar y obtuvieron como respuesta que eran ingleses
enviados hasta esas costas por su excelencia el rey Eduardo VI
con la misión de hacer entrega de ciertas cosas a su rey y que
no pretendían sino conseguir su simpatía y amistad y el
comercio con sus gentes. (P.N. pág..290).
Después de meses de negociación y espera, Richard
Chanceler llegó a Moscú donde supo que los
holandesoes habían llegado antes. No obstante,
consiguió del Zar una carta para Eduardo VI en que
les ofrece a los ingleses el libre comercio en todos
sus territorios y les invita a enviar un consejero,
o embajador, para establecer un acuerdo comercial
formal. Chanceler describe la carta, escrita en
ruso, de este modo:
"in letters much like to the Greek letters, very fair written in
paper, with a broad seal hanging at the same, sealed in paper
upon wax much like the seal of England, having on the one
side the image of a man, on horseback in complete harness
fighting with a dragon. Under this letter was another paper
written in the Dutch tongue, which was the interpretation of
the other written in the Moscovian letters."
"con letras al estilo griego muy bien escritas sobre el papel del
que colgaba un sello en papel sobre cera parecido al inglés,
con el dibujo de un hombre con su armadura a caballo
luchando con un dragón en uno de los lados. Bajo esta carta
había otra que era la traducción al holandés de la escrita en
letras moscovitas." (P.N. pág.292).
Al año siguiente Chanceler vuelve a Moscú con la respuesta
de la reina6 "escrita en griego, polaco e italiano". También venía
George Killingworth, la persona enviada para formalizar el
acuerdo comercial. En una carta a la Compañía de
Comerciantes de Londres, Killingworth relata su experiencia
de esta forma:
"...the next day we were sent for by the Emperor´s secretary
and we show him that we had a letter from our Queen's grace
to the emperor’s grace, and then he desired to see them
all[all three versions], and that they might remain
with him, to have them (accurately translated), that the true
6 Se trata de Mary Tudor (1553-58), pues Eduard VI habia muerto en 1553.
meaning might be declared to the Emperor, and so we did.
The ninth day we were sent to make us ready to speak with the
Emperor on the morrow. The letters were sent (back to) us,
that we might deliver them ourselves, and we came before
him the tenth day and we did our duty, and showed his grace
our queen's grace's letters, and then his grace asked how our
Queen's grace did, calling her cousin..."
"...al día siguiente se nos condujó hasta el secretario de su
Excelencia el Emperador a quien mostramos la carta que
portábamos de su Excelencia nuestra Reina dirigida a su
Excelencia el Emperador, y quiso verlas todas[las tres
versiones], y que permanecieran con él para que pudiera
mandarlas a traducir correctamente. Al noveno día se nos
avisó de que nos preparásemos para hablar con el Emperador
al día siguiente. Las cartas nos fueron devueltas para que
fuésemos nosotros mismos quienes hiciésemos entrega de
ellas, por lo que nos encontramos con su Excelencia al décimo
día y cumplimos con nuestra misión, y le mostramos a su
excelencia las cartas de nuestra majestad y entonces su
Excelencia nos preguntó cómo estaba nuestra Excelencia la
reina, a quien llamó prima..." (P.N. pág.298)
El siguiente paso fue redactar los términos del acuerdo,
pero este tipo de tratados que requiere gran precisión y
exactitud también requiere una traducción de igual
precisión y exactitud. El hecho de que unos italianos
(comerciantes) residentes en Moscú les advirtieron a los
ingleses de "que vigilasen en quien confiaban para hacer la copia de los
privilegios" lo cual ilustra bien la situación de los que
habían de confiar tan delicados asuntos a desconocidos.El
procedimiento fue el siguiente:
"first a Russian wrote for us a breviate to the Emperor, the
tenor whereof was, that we desired a stronger privilege; and
when the secretary saw it, he delivered it to his grace, and
when he came again, his grace willed us to write our minds..."
"un ruso redactó una nota al Emperador mostrándole nuestra
voluntad de obtener mayores privilegios; así, cuando el
secretario la leyó y se la entregó a su Excelencia y, de vuelta,
su Excelencia nos pidió que escribiésemos nuestros deseos con
claredad..." (Idem.)
Killingworth concluye su carta con las siguientes
instrucciones: "si les complace enviarnos alguna carta,
adjunten la nuestra a otra para el secretario del
Emperador, escrita en polaco, holandés, latín o italiano."
La Compañía de Comerciantes de Londres también envió a
Stephen Burrough a explorar la zona del río Ob y buscar dos
barcos desaparecidos. Sus relatos están llenos de
descripciones de las gentes, el tiempo, el hielo, la
tierra, los nombres de las islas, etc. El encuentro con los
lapones es de especial interés. Debido a un inesperado
cambio meteorológico Burrough tuvo que pasar el invierno en
Colmogro y aplazar la búsqueda de los barcos perdidos hasta
la primavera siguiente. Aquel invierno "descubrió" a los
lapones:
"there came certain Lappians in a boat, and some of the men
could speak the Russian tongue... I observed certain words of
their language, which I thought good to set down for their
use, that hereafter shall have occasion to continue this
voyage."
"... y llegaron ciertos lapones en un barco, y algunos de ellos
hablaban la lengua de Rusia... Observé ciertas palabras de su
lenguaje que decidí anotar7 para aquellas personas que en un
futuro tendría ocasión de pasar por aquí." (P.N. pág. 328)
Tan pronto como la Moscovy Company estuvo sólidamente
establecida, los comerciantes iniciaron también
expediciones hacia el sur, por el Volga, hasta el mar
Caspio y a Persia con dos objetivos claros: utilizar Goa u
Ormuz como puertos de carga y encontrar una vía terrestre
hacia China. Los comerciantes que encabezaban estas
expediciones nos dejaron también testimonio escrito de sus
7 Su lista comprende unas 65 palabras y frases. Además de los númerosdel uno al cien, anotó algunos saludos de cortesía, partes del cuerpo(cabeza, ojo, nariz, boca, dientes, lengua, barba, oreja, cuello,cabello, mano, dedo, pierna, pulgar), prendas de vestir y tejidos(lana, lino, camisa, guantes, zapatos), palabras relacionadas con eltiempo (día, noche, semana, año, verano, invierno, sol, luna,estrellas), con el clima (calor, frio, viento, nieve, lluvia), con lamanutención (fuego, agua, madera, pan, grano, plato, olla, dormir),herramientas (remo, cuerda, cuchillo, hacha, pierdra, barca), metales(plata, oro, estaño, cobre, hierro) y animales (el ciervo silvestre yel domesticado).
problemas de comunicación: En una carta a sus socios de
Londres, John Newberry cuenta: “por fuerza debo ir a Ormuz,
pues carezco de un hombre que hable la lengua india.
Durante mi estancia en Aleppo tuve que contratar a dos
nestorianos, uno de ellos había estado en la India en dos
ocasiones y hablaba la lengua con soltura, pero es un tipo
muy obsceno, por lo que no le llevaré conmigo.”
En 1561, Anthony Jenkinson llegó a Persia. Su encuentro con
el gran Sufí (Emperador de Persia) se relata de la
siguiente manera:
"Coming before his majesty, I delivered the Queen's majesties
letters with my present which he, accepting, demanded of me
what country of Franks I was and what affairs I had there to
do. He then demanded me in what language the letters were
written. I answered in Latin, Italian and Hebrew. Well, said he,
we have none within our realm that understand those
tongues. Whereunto I answered that such a famous and
worthy Prince (as he was) wanted not people of all nations
within his large dominions to interpret the same..."
"Al llegar ante su Majestad, le entregué las cartas de la Reina
junto con mi regalo, el cual aceptó. Me preguntó de qué país
de francos8 provenía y qué asuntos me llevaban allí. También
me preguntó sobre la lengua en que estaban escritas las
cartas. Le contesté que en latín, en italiano y en hebreo. Pues
8La costumbre musulmana de llamar “francos” a los extranjeros seremonta a los tiempos de las Cruzadas.
bien -dijo él- no tenemos a nadie en nuestro reino que hable
alguna de estas lenguas, a lo que respondí que a un príncipe
tan respetable y conocido (como él era) no le faltarían gentes
de todas las naciones en sus inmensos dominios para
interpretar las mismas..." (P.N. pág.370)
En Persia los comerciantes se hallaban a menudo con
dificultades para cobrar y para encontrar a traductores de
los que poder fiarse. En una carta dirigida al secretario
de la Moscovy Company, Arthur Edwards escribe:
"When God should send me to Casbin for the recovering of
your debts and privileges, I shall have with me one interpreter
and two bought servants, one of which partly understands this
tongue."
"Cuando Dios me envíe a Casbin para la recuperación de
nuestras deudas y privilegios llevaré conmigo a un intérprete y
dos sirvientes que he comprado de los cuales uno entiende en
parte la lengua."
"I have written my mind to M. Glover your Agent to send
someone hither that has the Russe tongue: for we have need.
And the company shall do well hereafter in taking of servants
to be sent hither ...one (if they can get some such) as can
speak the Portingal tongue, may do them as good service, as
those that shall be here two years before him; for then we
may buy a slave that can speak this language and the
Portingal tongue also, which shall then interpret unto us in all
your secret doings, not making the Russes privy... If he were
honest he might do your worships good service because of his
Russian tongue"
"He escrito mi opinión a M. Glover, su agente, para que nos
envíe a alguien que hable ruso: pues lo necesitamos. Y la
Compañía debería mirar bien en la contratación de sirvientes
que han de mandar hacia aquí ... uno (si es que puede
conseguirse) que hable bien el portugués les puede servir tan
bien o mejor que aquellos que ya llevan aquí dos años. Pues
así podríamos comprar un esclavo que hablase [persa] y
portugués, y de este modo nos tradujese todas las actividades
secretas sin que los rusos se percatasen... Si fuese honrado les
podría servir de mucho sus conocimientos del ruso. (P.N.
pág.379).
En otras palabras, parece que buscaba a alguien que hablase
inglés, persa, ruso y portugués. La petición de Edwards no
era del todo descabellado. Thomas Saunders, en 1584 había
contratado a un intérprete griego en Tripoli quien, además
del griego, hablaba turco, italiano, español e inglés.
Las cartas de Arthur Edwards incluyen numerosos comentarios
lingüísticos. Por ejemplo,
"The king of Persia (who here we call the great Sophy) is not
there so called, but is called the Shawgh. It were there
dangerous to call him by the name of Sophy, because that
Sophy in the Persian tongue, is a beggar, and it were as much
as to call him, the great beggar."
'El Rey de Persia ( a quien aquí llamamos el gran Sufí) no es
llamado así en su tierra, sino que se le conoce como Shawgh.
Sería peligroso llamarle Sufí, pues esta palabra en lengua
persa quiere decir "mendigo", lo que equivaldría a llamarle "el
gran mendigo". (P.N. pág.422).
"they showed me a letter of the Sophie, written in their letters
backwards, subsigned both with the hands of the Sophie and
his secretary. The Sophie´s subscription was only one word
(his name I supposed was Shaugh). The letter seems so
disordered that a man would think it was somewhat scribbled.
Yet they say that almost every letter with his prick or
circumflex, signifieth a whole word. Insomuch that in a piece
of paper as big as man´s hand, their writing doth contain as
much as doth ours almost in a sheet of paper."
"me enseñaron una carta del Sufí escrita con sus letras del
revés, firmada por el Sufí y su secretario. La firma de Sufí era
una sola palabra (supongo que su nombre era Shaugh). La
carta parece tan desordenada que cualquiera pensaría que
está escrita a base de garabatos. Sin embargo, dicen que casi
cada letra con el circunflejo representa una palabra, así que
en un trozo de papel del tamaño de una mano se nos da
tanta información como en toda una hoja de papel escrita en
nuestra lengua." (P.N. pág.418)
La aventura rusa tuvo su fin en 1572. Anthony Jenkinson,
embajador de la reina Isabel ante el Zar, desembarcó en
Rose Island (en el Mar Blanco) com solía hacer cada verano
y envió a Moscú a su intérprete, Daniel Silvester, para
informar de su llegada al Zar. Pasaron meses antes de que
fuese recibido. Finalmente, le llamó el Zar y después de
echar a todos los nobles presentes, y al pedir a Jenkinson
que se acercase junto con su intérprete, le dio a entender
lo descontento que estaba de la manera en que los ingleses
había tratado al embajador de Rusia durante su estancia en
Londres. Las disculpas de Jenkinson sirvieron de poco y la
única explicación que luego se dio fue que o bien el
embajador no había dicho la verdad o que quizá
"the true meaning of the queen's highness's ambassador, for
want of a good interpreter, was not well understood"
"lo que el embajador de su alteza la reina había querido decir
no había sido bien interpretado por falta de un buen
intérprete" (P.N. pág. 429).
Después de este incidente, el Zar se mostró reticente a
conceder derechos exclusivos a los ingleses. Sea como
fuera, el cambio climático que se produjo aquel año hizo
imposible continuar la navegación por el norte de Noruega
durante más de cincuenta años. Desanimados, pero en ningún
caso derrotados, la Companía de Comerciantes de Londres
decidió enviar expediciones hacia Norteamérica con la
esperanza de encontrar una vía a la China por el noroeste.
Podríamos continuar relatando las impresiones de los viajes
oceánicos y las experiencias pioneras en el nuevo mundo,
pero el texto de Hakluyt no va mucho más allá de las tres
expediciones de Marin Frobisher (1576-1578) y que, aunque
no dieron los resultados materiales esperados, si aportaron
algunos datos ethnolingüísticos interesantes.
BIBLIOGRAFÍA
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