Vistas desde el globo aerostático: El Sindbart aeronáutico de HC Artmann
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Angelo Colombo (éd.): Recherches en littérature et civilisation européennes et hispano-américaines. Mélanges Gérard Brey. Presses Universitaires de Franche-Comté
2009.
Vistas desde el globo aerostático:
El Sindtbart aeronáutico de HC Artmann
Christoph Singler
Université de Franche-Comté
"El que viaja puede encontrar una serpiente en la mesa
donde se reúnen los maestros cantores; el que no viaja
puede encontrar un maestro cantor en una serpiente". Así,
en su "Preludio a las eras imaginarias", el poeta cubano
José Lezama Lima1. La verdadera aventura estaría en el
viaje imaginario: a peligro mayor, triunfo con creces –
siempre y cuando se trate de los engendros de la ficción.
Entiéndase que quien se pone a fantasmear, expone su
propio subconsciente, pues no tiene por qué enfrentarse a
la prueba de la experiencia; el viajero toma menos
precauciones, de modo que lo "otro", el "otro" (o la otra)
es tan sólo producto, o función de sus miedos,
frustraciones y deseos. En este sentido, este Viaje aéreo
maravilloso de Baja California a Crain de H.C. Artmann, realizado en
globo aerostático, que de paso lo lleva también por
tierras africanas, podría resultar bastante revelador
1 En Las eras imaginarias, Madrid, Fundamentos 1971, p. 11.
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in Angelo Colombo (éd.): Recherches en littérature et civilisation européennes ethispano-américaines. Mélanges Gérard Brey. Presses Universitaires de Franche-
Comté, 2009sobre el modo nuestro de comunicar con culturas ajenas a
la occidental.
En el debate postcolonial se discute mucho sobre la
relación que Europa sigue manteniendo con las nuevas
naciones y sus respectivas culturas. El corte cronológico
del debate me parece un tanto rígido: siempre nos movemos
en las grandes etapas coloniales y postcoloniales dejando
de lado esas fases de duda no por cortas y escasas menos
dignas de estudiarse. El espacio de habla alemana
representa un caso particular en este contexto, porque
Alemania disfrutó muy poco tiempo de su relativamente
pequeño imperio adquirido fines del siglo 192. En cambio,
si miramos del lado de Austria, el tema se vuelve más
visible, pues es la heredera, maltrecha por cierto, del
imperio de los Habsburgos, donde jamás se ponía el sol.
El texto que quiero discutir aquí fue publicado en
1972, pero el título completo – El Sindbardt aeronáutico o viaje
aéreo maravilloso desde la Baja California a Crain, traducido del yucateco por
el mismo autor en el año de gracia de 1958 - indica que se redactó
en plena posguerra europea, época de reflexión sobre la
culpa histórica alemana y el derrumbe del modelo europeo.
2 Por supuesto logró cometer su dosis de crímenes más quesuficiente para agregarla a la lista de las potenciascolonialistas. Baste con mencionar la tentativa de exterminio delos Herreros en la actual Namibia, que el artista surafricanoWilliam Kentridge recordó oportunamente a la memoria alemana ensu exposición de 2006 organizada en el Guggenheim Museum deBerlin.
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Comté, 2009Al mismo tiempo, la escritura de este nuevo Sindbad
coincide con los inicios de la descolonización en África y
Asia. Me interesa mayormente América, pero el texto se
presta para una visión más general. Y como americanista
que nació en estos años, es para mí también un ejercicio
sobre el contexto en que me crié. Siempre resulta
saludable volver sobre los presupuestos de su propia
formación, si bien puede resultar otra forma de
nombrilismo europeo, comprando su buena conciencia con
grandes mea culpa. Lo cual no viene al caso aquí.
Probablemente el texto se acerca muy, pero muy a menudo al
límite que separa lo que hoy se considera correcto de la
mentalidad machista, eurocentrista, colonialista. Otros
dirán que la franquea donde veo que es parodia. En todo
caso, se ubica, por seguir el modelo de la crónica o el
relato de viaje, en épocas lejanas que hemos superado
felizmente. Por lo cual confieso sin mucho riesgo que me
parece maravillosamente despampanante, travieso, sembrado
de alusiones más o menos bien escondidas, y rico por
cierta inocencia que pone de manifiesto todos los lastres
habidos y por haber que manifiesta nuestra vieja Europa
con respecto al resto del globo terráqueo. Si el objetivo
de los estudios culturales a menudo consiste en buscar en
literatura los estereotipos y mitos que circulan en la
sociedad, reflejo de la enajenación debida a tal o tal
ideología, creo que sin embargo debemos matizar. Nadie
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Comté, 2009está por encima de la mentalidad de su sociedad y su
tiempo, pero la literatura podría brindar el terreno
propicio para jugar con ellos - a condición de que el
autor, y el lector, tome en serio el juego.
Hans Carl Artmann (1921-2000) se inició a la literatura en
un país dos veces devastado en apenas 20 años; al
desmembramiento del imperio en 1918 sigue la ocupación por
las tropas nazis, y en 1945 el país - oficialmente neutro
- queda separado de sus vecinos, sus ex-provincias,
rumiando su pasado nazi y su nostalgia del imperio
perdido, aislado y triste quasi como una isla en medio de
la marea socialista. En toda el área de habla alemana, en
los años 50 se discute acaloradamente la posibilidad de la
escritura poética después de Auschwitz, debate lanzado por
Th. W. Adorno sobre los fundamentos éticos del arte. Una
respuesta es dada por Paul Celan, poeta judío que
precisamente vuelve a adoptar la lengua de los verdugos.
Otras soluciones se están buscando en Austria en estos
años, todos apuntando a la desarticulación de este idioma
que contribuyó a la realización de la Shoa. Cercanos a la
poesía concreta brasileña y francesa, pero movidos sin
duda por el debate alemán, los poetas de la escuela de
Viena como Ernst Jandl, Herbert Achleitner, Gerhard Rühm,
Konrad Bayer y Otto Wiener arremeten contra el uso
inocente del idioma y emprenden una renovación radical de
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Comté, 2009la poesía experimentando con los sonidos (en la tradición
de Schwitters y Dadá) y lo visual, los géneros literarios
y los registros de la lengua.
Artmann participa en este movimiento de vanguardia,
pero se distingue por una tonalidad quizás más juguetona
que sus compañeros. Es un autor proteico, gargantuesco,
con obra profusa que incluye desde textos en dialecto
vienés hasta el drama (piezas en un acto), narraciones
experimentales, poesía y una intensa colaboración con
artistas gráficos; se inspira en el soap opera, el pop art
y el tebeo, pero también inventa nuevos géneros o desvía
los géneros tradicionales a través de citas, el pastiche,
los montajes en un lenguaje neo-barroco. Su participación
muy activa en la Escuela de Viena de los años 50 no le
impide abrazar el mundo, abrir el alemán a otros idiomas,
empezando por su propia cultura austriaca con mucho humor
y desenfado. Redescubre el teatro de marionetas y el Grand
Guignol, las maravillas estrambóticas y ligeramente
inquietantes de las ferias populares del Prater, las
ensoñaciones de los chiringuitos y bares vieneses, los
tipos populares que reflexionan sobre el Gobierno y los
designios indescifrables de la Divina Providencia, todo en
una escritura fonética remedando el habla vienesa que
desarticula el alemán literario. Pronto descubre el viaje,
se interesa en los mitos islandeses, en la Transilvania de
Drácula, en el surrealismo. Se diría que redescubre la
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Comté, 2009inocencia de la poesía - si no hubiera, en toda esta
barahúnda, de vez en cuando un golpe certero a las
costumbres y certidumbres de los indígenas de su Viena
natal.
Sobre sus conocimientos de idiomas existen las
versiones más diversas, escojo una particularmente
extravagante, publicada en la página internet de la
Escuela de Poesía de Viena donde enseñó hasta sus últimos
años: "árabe, bretón, caldeo, dalmático, estoniano,
finlandés, georgiano, huzúlico, irlandés, quimérico,
letoniano, malayo, noruego, ottakringo, píctico,
qumránico, retorromano, suahili, turco, urdu, védico,
víndico, xuatl, yucateco, zímrico..." Lo que sí es
verídico que tradujo del "danés, inglés, francés,
neerlandés, sueco, del yiddish y gálico, además del
español".
Dice Elfriede Jelinek – escritora poco dada al elogio
fácil - de Artmann:
"h.c. es todo lo que existe, porque de todos modos él es todo.Pero nada queda en su lugar. Uno hala, y de pronto lo tiene enla mano. Pero: mientras tanto ya ha desaparecido, lo vieron enalguna parte en el norte, con mil cosas impronunciables quesólo él sabe decir. En Escocia? En Groenlandia? O dónde? Es ungentleman llevando él mismo su valija, un anarquista, seguroque está divirtiéndose ahora con miles de esquimalas desnudasque cuchichean y cantan con sus cuerpos. Pero estas cancionesno son edificantes! Es un noble escocés, que tiene una abuelaque habla un perfecto alemán vienés. Aparte de eso hay
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Comté, 2009muchas más cosas, aunque parece como si nada. ¿Quéseríamos sin él? Nada. Pues él ya es todo!"
Ahora bien, lo que la crítica ha estudiado menos son
las obras que Artmann dedicó a los países del Sur de
Europa, escritas en el espíritu de estas culturas. Es de
mencionar en particular su congenial traducción del Buscón
de Quevedo publicada en 1980, muy afín a su propio
barroquismo. Lo que fascinaba a Artmann en el barroco
español era lo picaresco, género híbrido que pone en
escena lo popular antes que lo hermético, las esferas
sociales y por sobre todo sus héroes estrafalarios, más
astutos que bravucones. En este contexto también destaca
su interés por las greguerías de Gómez de la Serna.
Los estudiosos de las relaciones entre Alemania y las
Américas o el Caribe conocen perfectamente bien la obra
caribeña de Ana Seghers, a Heiner Mueller, los cuentos de
Kleist y los libros entre ficción e historia de Hans
Christoph Buch; Susan Buck-Morss ha vuelto a discutir
Hegel y la Revolución haitiana3. Al lado de estos estudios
de la historia caribeña y latinoamericana, la variante
artmanniana resulta bastante extravagante. Entronca con
las aventuras del Barón de Munchhausen, de Marco Polo, de
Gulliver, las Mil y una noches y, para el siglo 20, con
las exploraciones entre etnias extrañas e inexistentes
descritas por Henri Michaux en sus viajes a la Gran Garabaña
3 Version francesa: Hegel et Haití. Paris, Ed. Lignes 2005.
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Comté, 2009o al País de la Magia. Pero importa aquí la situación
austriaca en que Artmann emprende el redescubrimiento del
mundo, su curiosidad y la inocencia de la palabra poética.
El viaje de nuestro Sindbad tiene fuerte sabor
colonial. Los requisitos están todos reunidos: el
narrador, personaje conquistador o por lo menos capitán,
aunque ya cansado de su oficio y nostálgico de su tierra;
están los indios y las indias, y las poblaciones salvajes
de África; están las ninfas – las acuáticas (peligrosas) y
las terrestres (atractivas); está el obligado compañero de
viaje, servicial y, dentro de lo que cabe, inteligente;
están los paisajes grandiosos y exóticos, los ritos
canibalísticos, y cuéntanse numerosas aventuras guerreras
y variadas acciones para solventar los conflictos en que
los nativos están enfrascados, prueba de su dependencia de
nuestra generosa ayuda.
Por lo demás, la vista aeronáutica no hay que tomarla
a la letra; las aventuras son en su gran mayoría
terrestres, cada vez que aterriza el globo. Aventuras
aéreas también las hay, pero en la mayoría de ellas los
héroes tienen que vérselas con brujas, náyades y hadas -
en toda odisea que se respeta, el héroe debe enfrentarse
con estas criaturas feroces -, que se encuentran, ay, en
todas latitudes. Antes de zarpar, presentemos también al
compañero de ruta, alter ego de Viernes, aquí un oso
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Comté, 2009apuesto que responde al nombre de Rufus, elegante y
astuto, y que más de una vez saca a nuestro héroe del
apuro. Por más señas es ducho en variadas lenguas, pues
habla el víndico, el español y el inglés, amén del alemán
y otros idiomas vernáculos.
Veamos el derrotero de este retorno zigzagueante de
las Américas, según una cartografía que se antoja bastante
azarosa. Preciso que este viaje relata el regreso de las
Américas, una odisea que no lleva a Austria sino a Crain,
otro recuerdo del desmembramiento del imperio. Desde 1918
forma parte de Slovenia, pero como se decía en los
manuales de geografía imperial de principios del siglo, en
aquel ducado vivían antes de la Primera Guerra mundial un
6% de alemanes que reivindicaban el pasado glorioso de
haber transformado la selva en tierra habitable y
cultivable - y que querían ser reconocidos como miembros
de la patria alemana, no como crainianos. Arranca en La
Paz, capital de Baja California, pero luego se adentra en
un país desconocido por los geógrafos llamado Tecpam,
donde reina la bella duquesa Acbal. De allí llegamos a la
isla Santa Helena – una roca perdida en el Atlántico del
Sur, colonia británica descubierta por los portugueses en
su época de expansión transatlántica. La etapa siguiente
se ubica en el África subsahariana – lo inferimos gracias
al color de los nativos - , donde los viajeros viven la
aventura más tremenda, pues luchan contra caníbales. Por
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Comté, 2009fin en Europa, el globo hace escala primero en Nápoles, no
sin haber divisado a lo lejos la costa de Cornouailles, y
luego otra, por equivocación, en los Alpes suizos, con un
episodio digno de mencionarse porque se produce el
encuentro con un fauno, con quien se discute precisamente
sobre las relaciones con "el otro", antes de llegar a
Viena.
La no tan pacífica ciudad de La Paz, Baja California,
gobernada por cierto Wenceslas del Aragón, es el escenario
de la primera aventura, un ataque de piratas. No se sabe
de qué nación serían, pues si los piratas eran en general
ingleses, hollandeses o franceses y de vez en cuando
daneses, en La Paz estamos, para confusión de los
historiadores, bajo el mando del comisario McGurk
("gurke", que significa "pepino" en español, es el
equivalente de "tronco de yuca" en buen cubano, o sea
"soso" en español peninsular4). Nuestro narrador – el texto
se presenta como un relato de viaje en primera persona –
que acaba de dar fin a su carrera como mercenario del
susodicho Wenceslas y ya es propietario del globo
aerostático que debe llevarlo a su Crain natal, se ve
involucrado por fuerza en este asunto y se presenta antes
que nadie en el puerto. El tal McGurk acude a su vez para
defender la plaza cuando los primeros cañonazos, pero
estando ligeramente bebido, al pisar precisamente un4 Nótese también una connotación sexual, entre nariz y órgano
masculino, en el caso del pepino (el alemán).
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Comté, 2009pepino podrido se cae de bruces; el narrador precisa que
"desgraciadamente el comandante McGurk no podía entender
el chiste, por no hablar alemán". Ahora bien, al verlo
caer, la tropa entera piensa que debe seguir el ejemplo
del comandante. Por lo cual todo el mundo se tira
"valerosamente en medio de las vituallas podridas, que
había en gran abundancia por doquier para decoro del
susodicho lugar llamado puerto y que aquí en La Paz, salvo
unos cuantos detalles, se parece a cualquier puerto del
mundo" (p. 585). Todos, salvo nuestro héroe, solitario
defensor erecto como estatua de comendador.
No sabemos cómo termina la aventura, pues saltamos
directamente al capítulo siguiente, en la capital tecpam
de la bella duquesa Acbal. Una tribu de indios voladores
(a caballo de cóndores gigantes) vienen a robar la miel
artificial fabricada en este país (supongamos que se trata
de Guatemala, por ser Tecpam una zona vecina de Iximche,
capital de los kakchiqueles) manjar que consumen en
grandes cantidades para sus bodas y otros festejos. Los
habitantes de Tecpam iniciaron esta producción porque
aquellas tribus habitantes de la selva ya acabaron con las
abejas por ser golosos en demasía. El capitán tiene tiempo
sin embargo para conversar con el director de la fábrica,
sentados ambos en un "columpio hollywood forrado con
5 Citas según Grammatik der Rosen, Gesammelte Prosa vol 1; Salzburg,Residenz 1979, edición al cuidado de Klaus Reichert (Gramática delas rosas, Prosa reunida vol. 1). Las traducciones son mías.
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Comté, 2009plumas quetzal primera calidad fabricada por la empresa
Wenzl Gottwald, Reichenberg, Alemania, regalo de
cumpleaños" (p. 71). El director habla un bohemiano
perfecto porque hizo sus estudios en Bohemia, idioma de la
conversación en que explica al capitán que se trata de un
ducado muy avanzado en la protección social de los
obreros, los cuales disfrutan de un sistema "dopolavoro"
con todo tipo de facilidades en su fábrica ejemplar:
cancha de tenis, cantina gratis, club Charlie Chaplin,
prohibición de horas extras, etc.
Este encuentro da pie para un primer comentario sobre
las tribus de aquellas latitudes:
tal vez los salvajes no son tan malos como los pintan en loslibros para niños, caníbales emplumados, agujas de tejeratravesadas por las orejas, amenazantes como la luna en suúltimo cuarto menguante y despiadados como cascanueces demadera dura. No, mi querido Rufus, no creo en estas tonteríasde la etnología que nos ha sido importada por unosfanfarrones marineros! (p. 69).
Quod erat demonstrandum (o denostandum): las "agujas de
tejer" utilizadas por los salvajes indican de paso que
éstos son, por decirlo con Cortázar, "modelos de armar",
hechos con los objetos inocentes de nuestra civilización.
En este caso, Rufus encuentra la solución al tirar bolitas
de miel a los cóndores, obstaculizando así el despliegue
de sus alas.
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Comté, 2009Pasemos por alto el episodio de Sta Helena (hadas
malintencionadas) y vayamos inmediatamente al encuentro
con los caníbales adoradores de los arzochamanes
diabólicos Trambuck y Crambuck, en plena África salvaje,
sin duda la hazaña más temeraria. Disfrazados en medio de
la muchedumbre, nuestros héroes aparecen esperando el
ceremonial de apertura del festín salvaje para impedirlo
por una maniobra sólo imaginable por los miembros de una
civilización superior. La escena recuerda las películas de
aventura situadas en la India de Fritz Lang6, entre muchas
otras citas posibles: un verdadero compendio del
imaginario europeo sobre el mundo salvaje más allá de sus
fronteras.
Ya en Europa el globo debe realizar maniobras
difíciles para su aterrizaje en Nápoles, porque cabe
evitar las trampas que ponen los autóctonos para capturar
todo objeto volante. De hecho, tratan al globo como un
pájaro. La situación es peligrosa, pero de hecho asimila
al héroe a su animal fetiche, pues la máquina volante,
esta fue su reflexión al comprarla en La Paz, le permite
equipararse con los pájaros, sus interlocutorios
preferidos. En el capítulo siguiente asistimos a una
velada poética en un palacio napolitano, donde Rufus
cuenta historias de horror al mismísimo emperador de
China, en presencia del arzobispo local. Mientras tanto,6 El tigre de Esnapur, 1958, y La tumba india, de 1959. Ya en 1921, Lang
realizó una primera versión muda del Tigre de Esnapur.
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Comté, 2009el capitán tiene un tête à tête con la princesa de
Alpuxarra, en un campo de cicuta bajo la lluvia de verano.
Porque no siempre se trata de aventuras peligrosas; otras
son más sigilosas, diría Lezama, como aquel trío entre el
oso, el capitán y una linda sirvienta indiana.
No todo se cuenta pues. Varios capítulos faltan, y muchos
episodios quedan en suspenso, de modo que el lector debe
colegir la continuación a través de los detalles que se
mencionan mucho más adelante a veces. La duquesa Acbal,
verbigracia, obsequió a nuestro capitán, en un episodio que
no se narra, un lacito sumamente delicado, haciendo
suponer que algo más habrá pasado entre ellos que una
simple audiencia. El capitán, galante, lo pasa por alto;
en otra ocasión se disculpa arguyendo que "ha sido más
fuerte que él". Pero estas lagunas se justifican por el
género que Artmann parodia aquí, la crónica. Como todo
texto histórico viene forzosamente truncado, aquí
sobreviven sólo unos cuantos fragmentos. Por lo cual este
viaje sería incompleto si faltaran los huecos que le dan
el barniz de la veracidad.
El lenguaje siendo un remedo del barroco, de allí un
tono que a primera vista parece "anticuado". Justamente,
numerosos son los anacronismos. No es fácil colegir en qué
siglo ubicar la historia: si en época colonial, por
supuesto no puede existir ninguna "duquesa Acbal" – ni
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Comté, 2009tampoco la magnífica fábrica de miel artificial ni, antes
que nada, el globo aérostático, etc. La parafernalia
fantástica del texto luce puro fantasy holliwoodense
actual: la fuerza aeronáutica del enemigo que son los
cóndores, por ejemplo, o las hadas acéfalas aunque
bonitas de cuerpo. Al mismo tiempo, una enorme cantidad
de anatopismos: el capitán llama toda entidad política
entre California y Austria "voivodato" (señorío en ruso);
en La Paz, los irlandeses al servicio de Wenceslao de
Aragón (justamente, la corona de Aragón era excluida de
América), los vinos que se tomarían en África, dan fe de
ello. La nomenclatura no es inocente, atañe en particular
los términos que incluyen valoración. Los anamorfismos de
la lengua confirman esta tendencia por la multiplicación y
confusión de registros, los empréstitos de muchas lenguas
(por nimios que sean, a ejemplo del "buns dies" que el
capitán dirige a la señora Lópetz (sic), su propietaria
india en La Paz), por la invención y la deformación de
otras comenzando por el propio alemán; el español resulta
a penas un idioma entre muchos. El director de la fabrica
de miel artificial habla bohemio con nuestro capitán.
Confusión babilónica de lenguas: trozos de español, de
inglés, de ruso, las pseudo-citas en un alemán parecido al
que se escribía en el siglo XVII, el latín y otros idiomas
se cruzan con la falsa erudición, evidente en los
epígrafes, muchos de los cuales inventados o atribuidos a
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Comté, 2009autores inventados - señal por supuesto de una erudición
auténtica, porque no es fácil fabricar esta aura verídica.
A su vez, el héroe es de naturaleza mixta, reuniendo
todo cuanto pueda resultar halagador para él. Por un lado,
parece inspirado en los tebeos de la época como Superman o
Spiderman, personajes hechos de una sola pieza que no
evolucionan porque no tienen defecto alguno. Nuestro
personaje sigue siendo el mismo desde el principio hasta
el final. Es un sabelotodo, hazlotodo, siéntelotodo:
sabio, imperturbable y siempre por encima de la barahúnda
en toda circunstancia, amén de su talento poético7. Un
tanto mujeriego, como deben ser los húsares, pero sin
insistir demasiado porque cultiva la alusión; conquistador
como quien no quiere, no hace distingo entre sirvientas,
duquesas o princesas cuando lo vence el demonio. En fin,
galán de la vieja escuela, Marqués de Bradomín plebeyo que
conquista tanto como se deja conquistar, sin mirar la
alcurnia de las damas de su corazón inconstante.
7 Sólo una vez pierde los estribos, cuando los doblones ganadoscon el sudor de la frente en sus años de mercenario se los llevauna racha de viento, al llegar el globo al voivodato de Tecpam.De pronto profiere una larga litanía de insultos contra elelemento que provocó la pérdida, pero la cólera no le dura mucho.Queda un solo real "gordo" en la barquilla, lo mira como "untratante de esclavos" y decide deshacer definitivamente de sutesoro, para "alojar en el laberinto sin sentido del corazón losplaceres de la pobreza". Se siente como el "amante alcanzado porla nuez de coco en el momento preciso en que levanta la boca pararecibir el beso de la querida" Pero "así va el mundo..." (p. 70).
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Comté, 2009Por otro lado, es también el narrador de su historia,
de modo que el relato antes que nada es una persistente
autofelicitación – no necesariamente digna de confianza en
todo, porque es grandilocuente, jactancioso y tan
mentiroso como el barón de Muenchhausen. Si éste pudo
salir del marasmo tirándose a sí mismo del pelo, el
personaje de Artmann por cierto necesita a menudo de su
oso bonachón, remoto pariente. Lo podemos considerar
debilidad simpática, pero más serio es que el capitán
arrastra un pasado un tanto turbio. Fue mercenario
honrado, aunque sirvió en las tropas de un príncipe
deshonesto y sangriento. Ambos temas nos llevan al tema
del otro, hilo conductor de estas aventuras imaginarias.
En su relación con los nativos el personaje de Artmann se
muestra generoso, llega a ser admirativo en el caso del
ducado de la princesa Acbal. No hay mucha sorpresa aquí,
ya que se trata de una alta civilización. De hecho
reproduce los esquemas de los mismos conquistadores
españoles. En cambio, los temibles chichimecas de la selva
con su flota aérea de cóndores son "los salvajes", a su
vez despreciados por los mismos tecpames: a cada quien su
salvaje imaginario.
En los episodios africanos, el asunto se vuelve más
resbaladizo. Al divisar una taberna donde se oye música de
"Vistas americanas desde un globo aerostático: El Sindtbart (sic)aeronáutico de H.C. Artmann",
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Comté, 2009cítara nuestro capitán se alegra y exclama con la
generosidad que lo caracteriza:
¡las sorpresas que se lleva uno entre los moros negros de laselva salvaje cuando son civilizados y viven en un voivodatobien educado! (cap. 9, p. 88).
Los compañeros dirigen su paso a este lugar, pero para
entrar en tratos con el tabernero, sólo comunica con él a
través de Rufus: "porque quería influndirle respeto al
moro de la selva y darle a conocer que yo era señor
acompañado de su doméstico" (ibid.). Hasta ahora, no hemos
sido acostumbrados a este comportamiento altanero, pero la
consistencia psicológica no es precisamente la
característica distintiva de los héroes picarescos. Ahora
bien, el músico es el mismo tabernero moro. Propone a sus
huéspedes escuchar "una música nueva", que de hecho son
composiciones europeas: una courante de Couperin, una
"endecha en la ciudad de Londres" de Frohberger, y termina
con una "giga moresca", de su propio puño y letra. Gran
placer brinda por cierto observar tanta habilidad en este
territorio aislado de África. El elogio emana de un gran
conoceder, pues desde que perdió su tesoro el capitán
financia su viaje dando recitales en su cítara austriaca.
Artmann regala al tabernero un doblón con la imagen del
voivod Ajax Zhastibog. El moro atontado, al comparar el
bigote que lleva la efigie del soberano con el bigote de
nuestro Sindbad, no se imagina otra cosa que éste sería el
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in Angelo Colombo (éd.): Recherches en littérature et civilisation européennes ethispano-américaines. Mélanges Gérard Brey. Presses Universitaires de Franche-
Comté, 2009príncipe retratado, y de tanta admiración moja sus
pantalones, tratando de "visir" al oso.
En la misma taberna, el capitán tiene otra aventura
con una bella mora negra. La joven, sirvienta, no sólo
sirve el vino sino que de pronto empieza a desabrochar su
blusa blanca delante de ellos – la tentación se hace tan
intensa que el capitán se ve obligado a mirar hacia la
ventana, donde justo en este momento pasa un pajarito
pintado, muy bonito. El oso le explica más tarde que no
era strip-tease: la niña sacó su tarjeta de visita para
invitarlo a ir a verla después del cierre de la taberna, a
medianoche, cuando, "las agujas del reloj están
copulando", lo cual parece molestar mucho a un capellán
que viene a controlar la situación. Esta segunda parte se
pasa por alto: lo interesante está en que el capitán cree
en su deber moral desviar la mirada lúbrica de la
tentación que ofrece la carne de la bella "mora" impúdica
– aventura que sólo existe en su imaginario. La
continuación nocturna, gracias a la invitación que le hace
la niña, lo confirma al parecer. Pero de hecho cuestiona
la resistencia virtuosa – que confirma la tentación de la
carne exótica - no el deseo, porque Artmann ignora la
perversidad en el territorio de la erótica, tal como
ignora otras tantas barreras o fronteras. Su universo no
conoce divisiones históricas, artificiales, ni mucho menos
distinciones morales (que esconden jerarquías culturales).
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Comté, 2009Quedarían las jerarquías culturales. La aventura en
tierras caníbales, donde vemos los compañeros intrépidos
en medio de la muchedumbre de caníbales esperando el gran
festín, es el momento en que los valores superiores de la
Europa se enfrenta a los instintos primitivos de las
tribus lejanas. El capitán y su compañero se disfrazan con
las máscaras de los dioses venerados por los antropófagos
para liberar a las víctimas. El triunfo será total se
entiende (aunque sólo alcanzamos a leer hasta el momento
en que se oyen las primeras detonaciones de pólvora que
sembrarán el pánico entre los salvajes), a tal punto están
contentos que por poco olvidan liberar a los manjares
humanos. Es la escena más horrorosa, y por fin llega el
momento de la gran autodefinición, en que proclama su
status del Héroe civilizador:
Caspar Laertes Artmanno
et
Rufus Ursus de Baernhaimb
Viajando en globo aerostático por tierra y aires desde BajaCalifornia hasta Shent Ahatz de Crain, equipados ricamentecon pólvora, cañones, culebrines, terzerolas y sables,vengadores de todo crimen, protectores de viudas, huérfanas ydoncellas (sobre todo las bonitas, graciosas)! ¡Pero dejemosnuestras gloriosas intenciones! Ordenémosles regresar a loscorazones de donde brotaron y adonde retornan enhorabuena.Depositémoslas modestamente en las avenidas rojas denuestras venas... Y prosigamos en nuestra empresa valerosa"(p. 94).
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Comté, 2009No cabe duda que Artmann parodia la larga lista de
novelas de aventura y de relatos de viaje, las crónicas e
incluso mucha literatura etnológica, tan preocupada por
evitar los aires de superioridad que sin embargo permean
estas producciones. Juega con los géneros y sobre todo con
los mitos y los clichés que arrastran, desde la literatura
infantil nuestra, la de los muchachos alemanes que siguen
leyendo a Karl May, autor decimonónico que creó a Winetou
el generoso apache y a Old Shatterhand el aventurero
blanco honrado. Juega con las expectativas del lectorado,
se burla del héroe civilizador germánico, los deseos de
exotismo del lector desmontados por una terminología que
procede de su propio horizonte cultural, y trastrueca su
jerarquía de valores. El resultado es un baratillo que
yuxtapone lo sublime con lo cotidiano, el lenguaje de las
alondras con la poesía latina, lo auténtico con la mentira
y la fabulación, donde los mitos se convierten en
atracciones de feria popular8.
El episodio clave, para este debate, es la
conversación con un sátiro tocando el violín con mil
cabriolas en una montaña suiza, huraño como sus
compatriotas suizos pero como todos los personajes de
Artmann accesible a la comunicación (habla varios idiomas
8 Otros títulos de Artmann que tienen que ver con la temática: Lascuartetas persas; el caníbal colorado a mano; manual de tronchar: contribución alarte culinario, escrita sobre el cuerpo de la sabrosa gretel (ver bibliografía alfinal).
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Comté, 2009mexicanos incluso), la última escena antes de llegar a
Crain. El capitán le quiere expresar su admiración, pero
el músico le responde en un idioma imposible de traducir a
lo teutónico "hasta para el mismísimo Metastasio – una
lengua inaudita, que no existe ni siquiera, inventado por
él mismo" – personaje muy cercano al propio autor a este
respecto. Rufus le pregunta si es ducho en uno de los
idiomas principales del globo terráqueo: "¿el nahuatl, el
tlazpotetl o el chirimatl?" A lo cual replica el sátiro,
en el dialecto nacional pronunciado sin acento, que "sí,
conozco los tres, pero no me da ganas hablar como indio,
aquí estamos en Suiza y no en el Popocatepetl". La
respuesta filosófica de nuestro oso lo pone en su lugar:
"los indios también son gente, caramba".
Vaya aquí el original:
"Ja, vo allne drü, abr ich ha kä luschd, wie nen indianer z rede,do äne isch d Hundswilerhöchi und nöt de Popocatepetl" –"indianer sind au mäntsche öppe hee!" (p. 127).
Notable debate por cierto, con razón lo constata el
capitán. Quién lo va a contradecir: el sátiro concluye el
debate volviendo a su música.
Ahora bien, ¿quién se divierte con los chistes sobre
los maya, los pieles rojas, los moros negros? En tanto
parodia, el texto sólo sería accesible al lectorado
europeo. Puede que sea una nadería, pero una nadería que
es todo, como dice Elfriede Jelinek. En el subtítulo se
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Comté, 2009agrega que el texto es "un fragmento traducido del
yucateco a la lengua germánica por el autor en persona en
el año de gracia de 1958". Caso curioso, diría Cabrera
Infante. ¿Habrá sido escrito para los yucatecos? Creo que
sí: el lectorado ideal de Artmann no es necesariamente el
alemán; es un público universal, porque en su crónica se
aprende más sobre el héroe que sobre las tribus que
visita.
En su discurso de recepción del premio Buechner en
1997, Artmann dice:
De lo que quiero hablar es la falta de lenguaje; falta delenguaje en el sentido de representación, de la reflexión de larealidad a través de la lengua... quiero seguir la huella de esterechazo que me lleva a su origen en mi biografía. Infancia yentorno marcan, Ustedes lo saben. Algunos nacen en laespalda de un hipopótamo, otros en la cama, otros en tierrapisada, en chozas cubiertas de paja. Yo nací en un árbol cercadel villorrio de San Achatz de la Selva, un cruce entre patosilvestre y cuco, y me crié en una manigua de tilos y hayas.
Comparando su actitud con la de Buechner, termina
diciendo que "las estructuras habrán cambiado, las
características habrán cambiado, pero siempre está la
misma resistencia de un sujeto ante el mundo. Mi falta de
lenguaje y su conversación con lo real, dos formas de
restituir la vida como tal. Quien camina en la cuerda
floja puede caer o seguir caminando, la ruta está
abierta".
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Comté, 2009En lugar de cuerda floja, diremos viaje aeronáutico.
Pero como es imaginario, para nuestro Sindbad-Artmann el
aterrizaje resulta más suave que para Ícaro, si bien le
espera en Viena otro encuentro con un mago misterioso. En
tierra conocida también se pueden vivir aventuras, y es
donde finalmente se plantea la cuestión inicial nuestra de
cómo relacionarse con el otro, porque "el otro" no está
del otro lado, en un allá ominoso. Está aquí, desde
siempre, compartiendo la misma barquilla del globo
aerostático con nosotros, basta con abrir los ojos y los
oídos, y comunicar con él. Artmann pertenece a la
tradición humoresca de la literatura alemana de los
Grimmelshausen, Lichtenberg, Wieland, Heine y Robert
Gernhard, generosa, sonriente y abierta a los cuatro
vientos del globo terráqueo, globo inflado y sostenido en
medio de nuestro universo y demás mundos imaginables por
obra y gracia de los pulmones que tiene esta estirpe de
saltimbanquis metafísicos.
Belleville, mayo de 2007
Bibliografía artmanniana (selección)
med ana schwoazzn dintn. Salzburg, Müller, 1958. con tinta negra(poesía en dialecto)
"Vistas americanas desde un globo aerostático: El Sindtbart (sic)aeronáutico de H.C. Artmann",
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Comté, 2009hosn rosn baa. Dialektgedichte. (Con Friedrich Achleitner).
Viena, Frick, 1959. Poesía en dialecto
tök ph'rong süleng. Munich, Hartmann, 1967. der handkolorierte menschenfresser. Stuttgart, collispress, 1968.
el cannibal colorado a mano die fahrt zur insel nantucket. Teatro. Neuwied, Berlin,
Luchterhand, 1969. (editado por Otto F. Walter). El viaje ala isla Nantucket
Das im Walde verlorene Totem. Poesía en prosa 1949-1953.Salzburg, Viena, Residenz, 1970. el tótem perdido en el bosque
Der aeronautische Sindbart oder Seltsame Luftreise von Niedercalifornien nachCrain. Salzburg, Residenz, 1972.
Von der Wiener Seite. Cuentos. Berlin, Literarisches Colloquium,1972. (LCB-Editionen 30). Del lado de Viena
Sämtliche persische Qvatrainen. Stuttgart, collispress, 1977.(Collisbibliothek 2). Los cuartetos persas
Nachrichten aus Nord und Süd. Salzburg, Wien, Residenz, 1978.Nuevas del Norte y del Sur
Die Sonne war ein grünes Ei. Von der Erschaffung der Welt und ihren Dingen.Salzburg, Wien: Residenz, 1982. El sol era un huevo verde. De lacreación del mundo y de sus cosas.
Was sich im Fernen abspielt. Salzburg, Wien: Residenz, 1995. Loque sucede a lo lejos
Strip oder wer unter den Menschenfressern erzogen, dem schmeckt keineZuspeis. Comic Opera. Strip, o quien se cría entre caníbales no gustade otro manjar.