Una lectura sobre las representaciones de lo femenino en Versos sencillos

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Una lectura sobre las representaciones de lo femenino en Versos sencillos Lucas Gagliardi FaHCE – Centro de Teoría y Crítica Literaria (CriGAE) Universidad Nacional de La Plata Resumen: En este trabajo se analiza el poemario Versos sencillos (1891), del poeta cubano José Martí. Se aborda la representación de la figura femenina dentro de este poemario y las diferentes inflexiones con que se trata a estos personajes femeninos. En esta lectura se dialoga con algunos autores de la crítica martiana (Arce de Vázquez, 1973 y 1981; Rama, 1980, Vitier, 1969) para establecer una clasificación de los poemas en torno al problema abordado. Palabras clave: José Martí – Figura femenina – Imaginario La crítica martiana ha señalado la importancia coyuntural del vínculo amoroso con la mujer en la poética de Versos sencillos. Dicha importancia es tal porque las representaciones de las figuras femeninas articulan la relación del sujeto lírico con la experiencia poética que queda plasmada dentro buena parte del poemario. Es el propósito 1

Transcript of Una lectura sobre las representaciones de lo femenino en Versos sencillos

Una lectura sobre las representaciones de lo femenino en Versos sencillos

Lucas GagliardiFaHCE – Centro de Teoría y Crítica Literaria (CriGAE)

Universidad Nacional de La PlataResumen:

En este trabajo se analiza el poemario Versos

sencillos (1891), del poeta cubano José Martí. Se

aborda la representación de la figura femenina

dentro de este poemario y las diferentes

inflexiones con que se trata a estos personajes

femeninos. En esta lectura se dialoga con algunos

autores de la crítica martiana (Arce de Vázquez,

1973 y 1981; Rama, 1980, Vitier, 1969) para

establecer una clasificación de los poemas en

torno al problema abordado.

Palabras clave:

José Martí – Figura femenina – Imaginario

La crítica martiana ha señalado la importancia

coyuntural del vínculo amoroso con la mujer en la

poética de Versos sencillos. Dicha importancia es tal

porque las representaciones de las figuras

femeninas articulan la relación del sujeto lírico

con la experiencia poética que queda plasmada

dentro buena parte del poemario. Es el propósito

1

de este trabajo analizar las diversas figuras

femeninas presentes en esta colección de cuarenta

y seis poemas y aquello a lo que su presencia

obedece: la plasmación de un ideal que Martí ha

heredado sobre la relación hombre-naturaleza.

Como ha sido señalado en repetidas ocasiones,

las tres primeras piezas del poemario contienen

las claves interpretativas necesarias para

comprender la obra en su conjunto. Advertimos que

desde el primer poema la figura femenina se hace

presente introduciendo los tipos que serán

desarrollados a posteriori. En la cuarta redondilla

asoma la primera alusión a la mujer:

Alas nacer vi en los hombros De las mujeres hermosas:Y salir de los escombrosVolando las mariposas.1

Las alas que emergen del plural mujeres hacen

referencia a una figura angélica, lo cual

correspondería a ciertas herencias que Martí posee

respecto del romanticismo2: el tipo de la mujer1 Martí, José. Poesía Completa, La Habana, Ed. Letras Cubanas, 1985, p.235.2 Rama, Ágel. “La dialéctica de la modernidad en José Martí”, en:Estudios martianos. Seminario José Martí, Puerto Rico, Ed. Universitaria, 1974,p. 192. en el estudio el investigador señala rasgos como por ejemplola figura del poeta visionario presente en Martí para hablar de lasherencias románticas en el poeta. De hecho, en el propio prólogo deVersos sencillos, Martí manifiesta ciertos rasgos del poeta romántico,

2

ángel, aquella idealización de los atributos

femeninos que exalta la belleza, pureza y

magnificencia de la misma. Martí no es un poeta

romántico, pero en él se hacen presentes los

remanentes de una forma de pensamiento y una

estética que él reelabora en el marco de la

modernidad. Ángel Rama explica muy claramente el

por qué de la supervivencia de ciertos motivos y

tópicos literarios en los escritores modernos:

La modernidad no se produce repentinamente, como uncataclismo, dentro de un vacío cultural previo,sino que consiste en una gradual modificación delos presupuestos culturales establecidos que regíananteriormente […] Del mismo modo en que elromanticismo no inventa la existencia de lanaturaleza […], la modernidad tampoco las descarta,sino que ofrece de ellas nuevas interpretacionesacordes a su orientación dominante.3

Si aceptamos que en nuestro poeta se da la

reunión de la herencia y la innovación veremos

cómo el poema I funciona en forma catafórica

dentro del plan de escritura del autor4. Ese

particularmente en la caracterización del artista que desbordasubjetivamente (“se me salieron los versos del corazón”).3 Rama, Ángel. Op cit, supra, nota 2, p. 1854 Vale una aclaración: plan de escritura será utilizado en sentido ampliopara referirse al la estructuración de Versos sencillos que parece dadadesde el poema inicial hasta el final, pero lo cierto es que estepoemario no es producto de una “planificación” en su estricto sentido.Dice Arce de Vázquez al respecto: “Los Versos sencillos son cuarenta yseis poemas muy breves, cada uno con su propia autonomía o razóninterior, aunque ligado al resto por una relación psicológico-moral.

3

desarrollo posterior de lo que se presenta en esta

pieza inicial será el territorio en el cual se

desarmen y rearmen las herencias románticas que

estamos apuntando.

La siguiente redondilla, no en vano,

constituye una diametral oposición a la anterior:He visto vivir a un hombreCon el puñal al costado,Sin decir jamás el nombreDe aquella que lo ha matado

La acción del hombre al ocultar la identidad

de una mujer –aún cuando esta representa

claramente un peligro- configura una cierta imagen

de nobleza, propia de un código moral rígido que

concuerda con la sentencia del yo lírico en la

primera estrofa (“Yo soy un hombre sincero”). La

mujer que es apañada ha sido capaz de matarlo, ya

sea física o metafóricamente, por lo cual denota

una amenaza que nos retrotraería -extendiendo la

lectura de las reminiscencias románticas- al tipo

de la mujer demonio5.

Registran el fluir de la conciencia de Martí en aquel momento de agudacrisis”. Arce de Vázquez, Margot. “La niña de Guatemala”, en: Revista deEstudios Hispánicos, Año 1, n. 3-4, jul-dic. 1971, p. 55 La oposición mujer ángel – mujer demonio era más común en lanarrativa romántica que en la poesía pero estuvo muy presente en elromanticismo hispánico. En Amalia de José Mármol se da una claraoposición de dos personajes que responden a estos tópicos: Amalia yDoña Josefa Ezcurra respectivamente.

4

Estas dos imágenes habrán de cargarse de

matices y nuevas dimensiones dando por resultados

tres tipos de representación distintas: la mujer

inalcanzable, la mujer ambigua o ambivalente y la mujer

negativa.

La mujer inalcanzable

Para comprender a cabalidad (o al menos un

poco más, dada la falsa sencillez de los versos

martianos) el rol que juegan las figuras femeninas

en Versos sencillos hay que dar cabida a la concepción

que el poeta tiene sobre la relación del hombre

con la naturaleza. “El hombre alcanzará el

equilibrio mediante la tarea de transformación del

universo, que es eso lo bello y lo grandioso que

avizora Martí y no el bullicio de una prosperidad

material ampliamente repartida: tal misión sólo

será posible por una reintegración en la

naturaleza”6. Resuenan en el pensamiento martiano

ciertas concepciones filosóficas de Emerson, en

particular la del hombre natural pero además, Martí

ve en el entorno natural aquello con lo cual

siente más afinidad, aquello con lo cual quiere

que se de la fusión última. Cuando Cintio Vitier6 Rama, Ángel. Op. cit, supra, nota 2, p. 193.

5

caracteriza la naturaleza americana señala que

esta es para el escritor “el templo donde le

hombre ha de consumar la plenitud de su

conciencia.”7

La injerencia de estos presupuestos queda

manifiesta en la asociación de la mujer con lo

femenino expresado en elementos de la Madre

Naturaleza que se dan cita en la poética de Versos

sencillos: las flores, la mar, las nubes, todos ellos

respondido a una aguda atención al el género

gramatical de las palabras que las identifican.

Desde un punto de vista semiótico, la mujer

funciona repetidamente, en el marco del poemario,

como un signo y como tal está en reemplazo de otra

cosa. Y esa cosa reemplazada por la figura

femenina es la naturaleza, aquello que de acuerdo

a las influencias emersonianas se quiere alcanzar.

Cuando la mujer no funciona de esta forma habrá un

vaciamiento semántico que el yo lírico advertirá

(véase los apartados La mujer ambigua y La mujer

negativa)

Comencemos por estudiar la configuración de la

mujer inalcanzable para ver mejor esta cuestión.

7 Vitier, Cintio. “Los versos sencillos”, en: García Marruz y CitioVitier. Temas martianos, La Habana, Biblioteca Nacional, 1969, p. 171.

6

Culminada la presentación de la voz lírica de los

tres primeros poemas, IV8 para a introducir y

desarrollar la primera imagen femenina relevante.

Arce de Vázquez elige caracterizar este poema como

uno de aquellos que hablan sobre el amor9 pero yo

prefiero enrolarlo más específicamente dentro del

territorio del erotismo martiano –aún cuando el

conjunto reconocido como serie erótica se de más

adelante-. El poema desarrolla el juego erótico

del sujeto lírico y su amante, una mujer que en la

tercera redondilla aparece asociada a un elemento

natural:

Y ella clavando los ojos,En la pareja ligera,Deshizo los lirios rojosQue le dio la jardinera.

La asociación de esta estrofa puede

interpretarse de dos maneras: los lirios (que

siendo blancos son asociados con la pureza

espiritual y castidad en martí10) son aquí rojos,

color que tradicionalmente apunta a lo erótico, lo

8 Martí, José. . Op. cit, supra, nota 1, p. 240.9 Arce de Vázquez, Margot. “Algunas notas sobre la estructura de Versos sencillos”, en: En torno de José Martí, Bordeaux, Coloquio Internacional Bulletin Hispanique, v. 75 bis, 1973, p. 507.10 Simboilismo y color

7

carnal, por lo cual el “deshacer los lirios”

podría actuar metafóricamente significando que los

labios de la mujer (los lirios rojos) se deshacen

en un beso apasionado11. En esta primera

interpretación, la jardinera que dio las flores es

la madre de la amante que le heredó los labios al

engendrarla. En una segunda lectura, los lirios

son las flores que efectivamente fueron tomadas

del ambiente en que se encuentran (“un ámbito

pleno de flores, casi angélico, la pareja de

enamorados confluye con la naturaleza”12) como las

que toma la mujer en la siguiente redondilla. En

cualquiera de las dos lecturas, la mujer aparece

ser la portadora de una flor a la que está unida.

Es con dicha mujer que el sujeto lírico visita ese

lugar que resulta ser la expresión de la

quintaesencia natural, ella es quien por su

ligazón a la naturaleza abre la asociación de la

pareja humana a la pareja de aves que aparece en

la segunda redondilla.

11 Y si prolongamos esta lectura de la mujer-flor veremos que másadelante, en el mismo poema, la mujer expresa sus deseos deexperimentar el contacto con el sol (como lo necesitan las plantas)cuando el hombre ofrece abrirle la sombrilla.12 Zanetti, Susana. “Es pequeño – es mi vida. La tensión autobiográficaen Versos sencillos de José Martí” en: Actas del congreso José Martí, LaPlata, Universidad, 1994, p. 119.

8

Pero aunque el beso quede consumado en la

penúltima estrofa, el hablante poético culmina su

“relato” transmitiendo frustración, resignación e

insatisfacción, teniendo que volver “al lago mudo

y helado” para clavar “la quilla triste” y posar

“el remo callado”. Si el poema tiene significación

erótica, el deseo subyacente es el de la unión

sexual, anticipada por las aves que “vimos/Meterse

en la gruta umbría”, simbolización del sexo

femenino y del coito. Tal hecho no se concreta,

teniendo lugar solamente uno o más besos antes de

la despedida de ese lugar solitario e ideal para

el encuentro entre los amantes. Es por eso que la

quilla es triste y el remo callado, son imágenes que

remiten a lo fálico que ha tenido que ser

aquietado. La frustración sexual se reviste, por

la analogía de la mujer con la flor, de la

frustración por no poder llegar a congraciarse con

la naturaleza que el signo-mujer reviste sino

sólo alcanzar una parte superficial en el beso

cuando el objetivo va más allá del mismo por estar

en la unión sexual. Como en el poema XLII

“aparece la tensión contrapuntística entre el

discurso del deseo y su fracaso, y la amistad”13 en13 Zanetti, Susana. . Op. cit, supra, nota 12, p. 116.

9

base a lo cual se construye una imagen de la

mujer.

Esta asociación de lo femenino humano (mujer)

y lo femenino natural (flor) alcanza la cima de su

desarrollo en el poema IX14, también conocido como

“La niña de Guatemala”.

Quiero a la sombra de un ala,Contar este cuento en flor:La niña de Guatemala,La que se murió de amor.

La mujer que será epicentro de este poema se

configura en torno a la flor nuevamente. El primer

verso introduce el ala, símbolo de espíritu en

Martí15, y el segunda la flor que da forma al

cuento. El hablante quiere “Contar este cuento en

flor” porque la flor es una cosa delicada que

puede deshacerse a causa de su fragilidad, como la

muchacha que protagoniza esta pieza, quien se

deshace por amor hasta encontrar la muerte.

Entre las pompas fúnebres de la niña

guatemalteca se destaca la presencia del lirio

blanco (y por lo tanto con su significado típico

14 Martí, José. . Op. cit, supra, nota 1, p. 245.15 Arce de Vázquez, Margot. “La niña de Guatemala”, en: Revista de Estudios Hispánicos, Año 1, n. 3-4, jul-dic. 1971, p. 8.

10

en la poética del autor)16 y del jazmín, elementos

que remiten a la belleza, pasión y bondad de la

muchacha17. El sujeto despersonalizado por la

tercera persona en las cinco primeras redondillas

se lamenta a partir de la sexta en primera persona

por haber ignorado a su amada. Ahora ella es parte

del recuerdo tras haberse suicidado como y por los

mismos motivos que la Ofelia shakesperiana.

Los zapatos blancos que para Arce de Vázquez

esconden connotaciones nupciales18 forman un

sistema de interpretación con los lirios blancos

que adornaron el servicio funerario de la niña:

remiten a la pureza que este personaje hereda del

tipo romántico mujer ángel sólo que le agrega, en la

particular visión de Martí, el carácter

inalcanzable y ya no terrenal.

El próximo ejemplo de representación de la

feminidad inalcanzable se encuentra en la clausura

de la llamada serie erótica, en el poema XXI19.

Tras un pasaje poético dedicado a explorar el

engaño y el placer, estas cuatro estrofas llegan

al clímax de la representación femenina puesto que

16 Schulman, Iván. Símbolo y color en la obra de de José Martí, nota 10, p. 224.17 Arce de Vázquez, Margot. Op. cit, supra, nota 15, p. 8.18 Idem, p. 1019 Martí, José. Op. cit, supra, nota 1, p. 258.

11

la mujer representada es la más inalcanzable de

todas por ser una pintura y además, presuntamente,

una pintura de la Virgen María20. La tensión lírica

llega a su punto culminante al final, cuando se

declara que esa es la mujer que le robó el corazón

al sujeto lírico.

Ambas féminas son inalcanzables en tanto y en

cuanto viven y se esconden en los resquicios de la

mente, como un recuerdo en el primer caso, como

la impresión que deja un cuadro en el segundo. La

segunda no está asociada a la naturaleza

explícitamente; deberíamos, en todo caso, extender

esa asociación faltante nosotros. Este poema debe

entenderse a la luz de una función

contrapuntística desarrollada en la serie erótica,

la cual analizaremos más adelante. La mujer del

poema erótico IV es también inalcanzable pero en

forma parcial, he optado por clasificarla en esta

categoría dado que comparte ese carácter

inaccesible con las otras dos y la asociación

floral con la niña guatemalteca.

La mujer ambigua20 La segunda redondilla menciona a un esposo dormido y un bebé desnudo y la tercera elementos como la paja que remitirían a la escena bíblica del pesebre en el cual nació Jesucristo.

12

La serie erótica que va desde el poema XVI

hasta el XX tiene una protagonista única y

significativa: Eva.

El personaje evocado por el poeta en XVI21

actúa como la interfase de las herencias

románticas martianas, uniendo características de

la mujer ángel y la mujer demonio en toda la serie, y

anticipando a la mujer negativa que pisará la

escena (lírica) en la última parte de Versos sencillos.

Eva es presentada de la siguiente forma:

Pálida, en su canapéDe seda tórtola y roja.Eva, callada, deshojaUna violeta en el té

Su vestimenta presenta el rojo erótico de los

lirios de IV, abriendo las puertas a una de las

claves de la atracción que siente el amante por

ella. Eva aparece deshojando una violeta, es decir

una flor que representa los atributos ideales de

la mujer (modestia, humildad). Al hacer esto se va

despojando de la pureza de los ejemplos de la mujer

inalcanzable anteriormente analizada.

En las siguientes piezas de la serie, Eva

aparece asociada también a elementos naturales21 Martí, José. Op. cit, supra, nota 1, p. 253.

13

como el sol (por el rubio de sus cabellos que da

luz22) del cual el yo lírico manifiesta venir y

hacia el cual pretende ir. Aquí hay que aclarar

que el poema XX evidenciará un trabajo de

construcción mítica en la figura de Eva. La

elección en el nombre de la mujer no es ingenua

pues remite a la mujer prístina, la madre de la

especie humana.

Aparece nuevamente, entonces, la asociación

natural, ahora casi edénica. En XVIII23 se repetirá

la trama del intertexto bíblico cuando el pájaro

tentador (ambiguo disfraz de la serpiente de Las

Escrituras) tiente a la muchacha con su

alfiler/manzana. Eva traicionará al sujeto lírico

adánico al elegir el prendedor “embustero” y dejar

de lado el alfiler de oro puro que “le sacó un

hombre puro/ Del corazón de una roca”, hombre que

presumiblemente es una objetivación del sujeto

poético que se transporta a la tercera persona

gramatical.

Tras la aversión que esta fémina despierta al

poeta, el poema XX llega a la síntesis dialéctica.Mi amor del aire se azora;Eva es rubia, falsa es Eva:

22 Idem, p. 25423 Idem, p. 255.

14

Viene una nube, y se llevaMi amor que gime y que llora.

Si el sintagma mi amor se refiere a la amada es

altamente significativo que se azore a causa del

aire24, uno de los elementos con los cuales la

mujer bien debería poder estar relacionada. La

explicación es la siguiente: tras el conflicto de

desengaño, perfidia y pasión de la serie erótica,

el sujeto se ha desencantado de la mujer que creía

ser su vehículo para el regreso emersoniano a la

naturaleza y esta ha perdido tales atributos. Tal

es así que lo femenino humano de Eva ya no puede

soportar la unión con lo femenino natural que

representa la nube25 que se lleva los restos de ese

mi amor que Eva fue. Ahora ese “mi amor que gime y

que llora” no es más que el recuerdo, el

sentimiento que el yo vertió sobre la mujer y que

sólo queda como una memoria doliente. Eva ha

traicionado al sujeto adánico y también a toda la

especie de que es madre, dando paso así a la mujer

24 Idem, p. 25725 “Si Eva es la mujer, todas las mujeres que se sustituyen bajo el nombre del sexo ¿quién es Nube? Es también un rótulo de lo general, node lo particular, pero a diferencia de Eva, está situada en la Naturaleza”. Rama, Ángel. “Indagación de la ideología en la poesía”, en Revista Iberoamericana, nº 112-113, dic 1980, p. 381.

15

negativa que dominará la última parte de Versos

sencillos.

Que el último verso sentencie “¡Eva me

consolará!” no cancela la interpretación

anteriormente mencionada. Lo que queda de ella,

despojado de sus atributos naturales será todo el

consuelo terrenal posible para este Adán, ya que

no puede acceder físicamente a la mujer

inaccesible de los poemas IV, IX y XXI por la

unión erótica, por culpa de la muerte o por la

irrealidad física de la misma respectivamente.

La mujer negativa

La última parte de este tríptico de

representaciones femeninas se nutre de las

características adscriptas a la mujer demonio, las

cuales se decantan definitivamente tras el puente

que supone la serie erótica.

Ya en el poema XXIII26 podemos considerar la

instauración de este prototipo femenino. El

hablante manifiesta en primera persona su deseo

por encontrar una mujer bella pero de repente, en

la tercera redondilla, la voz lírica parece

cambiar, parece hablar la voz de la conciencia o26 Martí, José. Op. cit, supra, nota 1, p. 260.

16

de la sabiduría interior que, tras el desencanto

sufrido en la serie erótica, interpela al yo para

que mire a la mujer en cuestión con otros ojos.

Si la segunda estrofa construye la imagen

femenina que representa lo ideal ahora (con

cabello negro, por oposición al rubio de Eva), la

tercera ofrece la mirada opuesta sobre la misma

representación:

¿Aquella?... Pues pon la hielDel mundo entero en un haz,Y tállala en cuerpo, y hazUn alma entera de hiel!

La mujer es una escultura hecha de la

sumatoria de las amarguras (hiel), es un ser

maldito por esa voz que interfiere en el

pensamiento lírico del yo al punto de dejarlo

confundido en el desenlace27.

La mujer negativa es una mujer puramente

carnal, puramente material que ya no reviste ese

lazo con la Madre Naturaleza. “de carne se puede/

Hacer una flor” peroDe carne se hace tambiénEl alacrán: y también El gusano de la rosa,Y la lechuza espantosa.

27 Idem.

17

Del mismo material que la mujer de esta zona

de Versos sencillos está formada se pueden crear

criaturas repulsivas (el gusano y la lechuza) o

incluso peligrosas (el alacrán). Esta fémina es el

diametral opuesto a esa mujer virginal y

espiritual (rasgo que acentúa su relación con el

arte, que para los románticos era un medio de

ascensión espiritual): no se puede hacer que la

naturaleza encarne y permanezcan en ese cuerpo

carnal todos los atributos de aquella. En resumen,

lo femenino humano y lo femenino natural no pueden

ser compatibles, o al menos no por mucho tiempo

como ocurre con la niña guatemalteca que se

suicida.

Esta desunión de ambas esencias femeninas

queda sellada en el penúltimo poema de esta

colección. Agar viene a representar la perfidia de

la mujer humana que juega con los sentimientos de

su amante. La perla con la cual ella parece no

estar del todo conforme representa el amor del

sujeto lírico por ella, Agar por saber que posee

esa perla (es decir, que tiene al hombre a sus

pies) termina detestándola y en un arranque de ira

la arroja al mar.

18

Esa Agar “venenosa”28 termina pidiendo a su

contrapartida femenina, la mar (nótese la

selección del artículo femenino en lugar de la

posible conmutación por el masculino el) aquello

que desechó vilmente.

«¿Qué hiciste, torpe, qué hicisteDe la perla que tuviste?La majaste, me la diste:Yo guardo la perla triste.»

La naturaleza femenina contenida en las aguas

contrasta fuertemente con la debilidad carnal de

Agar que no logra apreciar lo que posee. La mar

atesorará la perla del amor infeliz que se le ha

perdido tanto a la joven como al muchacho que la

amaba. El XLII es el último poema que habla de las

representaciones de la mujer con respecto a su

vínculo con lo ambiental, pues el poema siguiente

sólo aborda el juego erótico con la mujer

desligada de ese lazo29. Martí, para culminar la

representación de la feminidad a que aspira su yo,

ha decidido dar voz a la naturaleza misma para

marcar el cierre de una idea.

28 Martí, José. Op. cit, supra, nota 1, p. 279.29 Por estas razones dejo de lado el poema XLIII en el que el poeta abordaría, con una nueva mujer pelirroja), el juego erótico sin el fintrascendente de IV.

19

Conclusiones

Hemos analizado la ligazón que une y desune

las representaciones femeninas en Versos sencillos a la

naturaleza y al ideal que en Martí representa

alcanzar la misma. La mujer en su estado ideal

pero inalcanzable garantizaría llegar a ese templo

que el autor ve como objetivo primero y último,

pero las otras representaciones femeninas del

poemario nos remiten a la frustración y la

imposibilidad de dicho objetivo, resaltado, pro

contraste, la idealización de la naturaleza y la

mujer.

Bibliografía

Arce de Vázquez, Margot. “Algunas notas sobre la

estructura de Versos sencillos”, en: En torno de José

Martí, Bordeaux, Coloquio Internacional Bulletin

Hispanique, v. 75 bis, 1973, p. 507.

Arce de Vázquez, Margot. “La niña de Guatemala”,

en: Revista de Estudios Hispánicos, Año 1, n. 3-4, jul-

dic. 1971, p. 5

20

Martí, José. Poesía Completa, La Habana, Ed. Letras

Cubanas, 1985

Rama, Ángel. “Indagación de la ideología en la

poesía”, en Revista Iberoamericana, nº 112-113, dic

1980, p. 381.

Rama, Ángel. “La dialéctica de la modernidad en

José Martí”, en: Estudios martianos. Seminario José Martí,

Puerto Rico, Ed. UniversitariaSchulman, Iván. Símbolo y color en la obra de de José Martí, Madrid,

Gredos, 1959.

Vitier, Cintio. “Los versos sencillos”, en: García

Marruz y Citio Vitier. Temas martianos, La Habana,

Biblioteca Nacional, 1969, p. 171.

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