Una lectura sobre las representaciones de lo femenino en Versos sencillos
Transcript of Una lectura sobre las representaciones de lo femenino en Versos sencillos
Una lectura sobre las representaciones de lo femenino en Versos sencillos
Lucas GagliardiFaHCE – Centro de Teoría y Crítica Literaria (CriGAE)
Universidad Nacional de La PlataResumen:
En este trabajo se analiza el poemario Versos
sencillos (1891), del poeta cubano José Martí. Se
aborda la representación de la figura femenina
dentro de este poemario y las diferentes
inflexiones con que se trata a estos personajes
femeninos. En esta lectura se dialoga con algunos
autores de la crítica martiana (Arce de Vázquez,
1973 y 1981; Rama, 1980, Vitier, 1969) para
establecer una clasificación de los poemas en
torno al problema abordado.
Palabras clave:
José Martí – Figura femenina – Imaginario
La crítica martiana ha señalado la importancia
coyuntural del vínculo amoroso con la mujer en la
poética de Versos sencillos. Dicha importancia es tal
porque las representaciones de las figuras
femeninas articulan la relación del sujeto lírico
con la experiencia poética que queda plasmada
dentro buena parte del poemario. Es el propósito
1
de este trabajo analizar las diversas figuras
femeninas presentes en esta colección de cuarenta
y seis poemas y aquello a lo que su presencia
obedece: la plasmación de un ideal que Martí ha
heredado sobre la relación hombre-naturaleza.
Como ha sido señalado en repetidas ocasiones,
las tres primeras piezas del poemario contienen
las claves interpretativas necesarias para
comprender la obra en su conjunto. Advertimos que
desde el primer poema la figura femenina se hace
presente introduciendo los tipos que serán
desarrollados a posteriori. En la cuarta redondilla
asoma la primera alusión a la mujer:
Alas nacer vi en los hombros De las mujeres hermosas:Y salir de los escombrosVolando las mariposas.1
Las alas que emergen del plural mujeres hacen
referencia a una figura angélica, lo cual
correspondería a ciertas herencias que Martí posee
respecto del romanticismo2: el tipo de la mujer1 Martí, José. Poesía Completa, La Habana, Ed. Letras Cubanas, 1985, p.235.2 Rama, Ágel. “La dialéctica de la modernidad en José Martí”, en:Estudios martianos. Seminario José Martí, Puerto Rico, Ed. Universitaria, 1974,p. 192. en el estudio el investigador señala rasgos como por ejemplola figura del poeta visionario presente en Martí para hablar de lasherencias románticas en el poeta. De hecho, en el propio prólogo deVersos sencillos, Martí manifiesta ciertos rasgos del poeta romántico,
2
ángel, aquella idealización de los atributos
femeninos que exalta la belleza, pureza y
magnificencia de la misma. Martí no es un poeta
romántico, pero en él se hacen presentes los
remanentes de una forma de pensamiento y una
estética que él reelabora en el marco de la
modernidad. Ángel Rama explica muy claramente el
por qué de la supervivencia de ciertos motivos y
tópicos literarios en los escritores modernos:
La modernidad no se produce repentinamente, como uncataclismo, dentro de un vacío cultural previo,sino que consiste en una gradual modificación delos presupuestos culturales establecidos que regíananteriormente […] Del mismo modo en que elromanticismo no inventa la existencia de lanaturaleza […], la modernidad tampoco las descarta,sino que ofrece de ellas nuevas interpretacionesacordes a su orientación dominante.3
Si aceptamos que en nuestro poeta se da la
reunión de la herencia y la innovación veremos
cómo el poema I funciona en forma catafórica
dentro del plan de escritura del autor4. Ese
particularmente en la caracterización del artista que desbordasubjetivamente (“se me salieron los versos del corazón”).3 Rama, Ángel. Op cit, supra, nota 2, p. 1854 Vale una aclaración: plan de escritura será utilizado en sentido ampliopara referirse al la estructuración de Versos sencillos que parece dadadesde el poema inicial hasta el final, pero lo cierto es que estepoemario no es producto de una “planificación” en su estricto sentido.Dice Arce de Vázquez al respecto: “Los Versos sencillos son cuarenta yseis poemas muy breves, cada uno con su propia autonomía o razóninterior, aunque ligado al resto por una relación psicológico-moral.
3
desarrollo posterior de lo que se presenta en esta
pieza inicial será el territorio en el cual se
desarmen y rearmen las herencias románticas que
estamos apuntando.
La siguiente redondilla, no en vano,
constituye una diametral oposición a la anterior:He visto vivir a un hombreCon el puñal al costado,Sin decir jamás el nombreDe aquella que lo ha matado
La acción del hombre al ocultar la identidad
de una mujer –aún cuando esta representa
claramente un peligro- configura una cierta imagen
de nobleza, propia de un código moral rígido que
concuerda con la sentencia del yo lírico en la
primera estrofa (“Yo soy un hombre sincero”). La
mujer que es apañada ha sido capaz de matarlo, ya
sea física o metafóricamente, por lo cual denota
una amenaza que nos retrotraería -extendiendo la
lectura de las reminiscencias románticas- al tipo
de la mujer demonio5.
Registran el fluir de la conciencia de Martí en aquel momento de agudacrisis”. Arce de Vázquez, Margot. “La niña de Guatemala”, en: Revista deEstudios Hispánicos, Año 1, n. 3-4, jul-dic. 1971, p. 55 La oposición mujer ángel – mujer demonio era más común en lanarrativa romántica que en la poesía pero estuvo muy presente en elromanticismo hispánico. En Amalia de José Mármol se da una claraoposición de dos personajes que responden a estos tópicos: Amalia yDoña Josefa Ezcurra respectivamente.
4
Estas dos imágenes habrán de cargarse de
matices y nuevas dimensiones dando por resultados
tres tipos de representación distintas: la mujer
inalcanzable, la mujer ambigua o ambivalente y la mujer
negativa.
La mujer inalcanzable
Para comprender a cabalidad (o al menos un
poco más, dada la falsa sencillez de los versos
martianos) el rol que juegan las figuras femeninas
en Versos sencillos hay que dar cabida a la concepción
que el poeta tiene sobre la relación del hombre
con la naturaleza. “El hombre alcanzará el
equilibrio mediante la tarea de transformación del
universo, que es eso lo bello y lo grandioso que
avizora Martí y no el bullicio de una prosperidad
material ampliamente repartida: tal misión sólo
será posible por una reintegración en la
naturaleza”6. Resuenan en el pensamiento martiano
ciertas concepciones filosóficas de Emerson, en
particular la del hombre natural pero además, Martí
ve en el entorno natural aquello con lo cual
siente más afinidad, aquello con lo cual quiere
que se de la fusión última. Cuando Cintio Vitier6 Rama, Ángel. Op. cit, supra, nota 2, p. 193.
5
caracteriza la naturaleza americana señala que
esta es para el escritor “el templo donde le
hombre ha de consumar la plenitud de su
conciencia.”7
La injerencia de estos presupuestos queda
manifiesta en la asociación de la mujer con lo
femenino expresado en elementos de la Madre
Naturaleza que se dan cita en la poética de Versos
sencillos: las flores, la mar, las nubes, todos ellos
respondido a una aguda atención al el género
gramatical de las palabras que las identifican.
Desde un punto de vista semiótico, la mujer
funciona repetidamente, en el marco del poemario,
como un signo y como tal está en reemplazo de otra
cosa. Y esa cosa reemplazada por la figura
femenina es la naturaleza, aquello que de acuerdo
a las influencias emersonianas se quiere alcanzar.
Cuando la mujer no funciona de esta forma habrá un
vaciamiento semántico que el yo lírico advertirá
(véase los apartados La mujer ambigua y La mujer
negativa)
Comencemos por estudiar la configuración de la
mujer inalcanzable para ver mejor esta cuestión.
7 Vitier, Cintio. “Los versos sencillos”, en: García Marruz y CitioVitier. Temas martianos, La Habana, Biblioteca Nacional, 1969, p. 171.
6
Culminada la presentación de la voz lírica de los
tres primeros poemas, IV8 para a introducir y
desarrollar la primera imagen femenina relevante.
Arce de Vázquez elige caracterizar este poema como
uno de aquellos que hablan sobre el amor9 pero yo
prefiero enrolarlo más específicamente dentro del
territorio del erotismo martiano –aún cuando el
conjunto reconocido como serie erótica se de más
adelante-. El poema desarrolla el juego erótico
del sujeto lírico y su amante, una mujer que en la
tercera redondilla aparece asociada a un elemento
natural:
Y ella clavando los ojos,En la pareja ligera,Deshizo los lirios rojosQue le dio la jardinera.
La asociación de esta estrofa puede
interpretarse de dos maneras: los lirios (que
siendo blancos son asociados con la pureza
espiritual y castidad en martí10) son aquí rojos,
color que tradicionalmente apunta a lo erótico, lo
8 Martí, José. . Op. cit, supra, nota 1, p. 240.9 Arce de Vázquez, Margot. “Algunas notas sobre la estructura de Versos sencillos”, en: En torno de José Martí, Bordeaux, Coloquio Internacional Bulletin Hispanique, v. 75 bis, 1973, p. 507.10 Simboilismo y color
7
carnal, por lo cual el “deshacer los lirios”
podría actuar metafóricamente significando que los
labios de la mujer (los lirios rojos) se deshacen
en un beso apasionado11. En esta primera
interpretación, la jardinera que dio las flores es
la madre de la amante que le heredó los labios al
engendrarla. En una segunda lectura, los lirios
son las flores que efectivamente fueron tomadas
del ambiente en que se encuentran (“un ámbito
pleno de flores, casi angélico, la pareja de
enamorados confluye con la naturaleza”12) como las
que toma la mujer en la siguiente redondilla. En
cualquiera de las dos lecturas, la mujer aparece
ser la portadora de una flor a la que está unida.
Es con dicha mujer que el sujeto lírico visita ese
lugar que resulta ser la expresión de la
quintaesencia natural, ella es quien por su
ligazón a la naturaleza abre la asociación de la
pareja humana a la pareja de aves que aparece en
la segunda redondilla.
11 Y si prolongamos esta lectura de la mujer-flor veremos que másadelante, en el mismo poema, la mujer expresa sus deseos deexperimentar el contacto con el sol (como lo necesitan las plantas)cuando el hombre ofrece abrirle la sombrilla.12 Zanetti, Susana. “Es pequeño – es mi vida. La tensión autobiográficaen Versos sencillos de José Martí” en: Actas del congreso José Martí, LaPlata, Universidad, 1994, p. 119.
8
Pero aunque el beso quede consumado en la
penúltima estrofa, el hablante poético culmina su
“relato” transmitiendo frustración, resignación e
insatisfacción, teniendo que volver “al lago mudo
y helado” para clavar “la quilla triste” y posar
“el remo callado”. Si el poema tiene significación
erótica, el deseo subyacente es el de la unión
sexual, anticipada por las aves que “vimos/Meterse
en la gruta umbría”, simbolización del sexo
femenino y del coito. Tal hecho no se concreta,
teniendo lugar solamente uno o más besos antes de
la despedida de ese lugar solitario e ideal para
el encuentro entre los amantes. Es por eso que la
quilla es triste y el remo callado, son imágenes que
remiten a lo fálico que ha tenido que ser
aquietado. La frustración sexual se reviste, por
la analogía de la mujer con la flor, de la
frustración por no poder llegar a congraciarse con
la naturaleza que el signo-mujer reviste sino
sólo alcanzar una parte superficial en el beso
cuando el objetivo va más allá del mismo por estar
en la unión sexual. Como en el poema XLII
“aparece la tensión contrapuntística entre el
discurso del deseo y su fracaso, y la amistad”13 en13 Zanetti, Susana. . Op. cit, supra, nota 12, p. 116.
9
base a lo cual se construye una imagen de la
mujer.
Esta asociación de lo femenino humano (mujer)
y lo femenino natural (flor) alcanza la cima de su
desarrollo en el poema IX14, también conocido como
“La niña de Guatemala”.
Quiero a la sombra de un ala,Contar este cuento en flor:La niña de Guatemala,La que se murió de amor.
La mujer que será epicentro de este poema se
configura en torno a la flor nuevamente. El primer
verso introduce el ala, símbolo de espíritu en
Martí15, y el segunda la flor que da forma al
cuento. El hablante quiere “Contar este cuento en
flor” porque la flor es una cosa delicada que
puede deshacerse a causa de su fragilidad, como la
muchacha que protagoniza esta pieza, quien se
deshace por amor hasta encontrar la muerte.
Entre las pompas fúnebres de la niña
guatemalteca se destaca la presencia del lirio
blanco (y por lo tanto con su significado típico
14 Martí, José. . Op. cit, supra, nota 1, p. 245.15 Arce de Vázquez, Margot. “La niña de Guatemala”, en: Revista de Estudios Hispánicos, Año 1, n. 3-4, jul-dic. 1971, p. 8.
10
en la poética del autor)16 y del jazmín, elementos
que remiten a la belleza, pasión y bondad de la
muchacha17. El sujeto despersonalizado por la
tercera persona en las cinco primeras redondillas
se lamenta a partir de la sexta en primera persona
por haber ignorado a su amada. Ahora ella es parte
del recuerdo tras haberse suicidado como y por los
mismos motivos que la Ofelia shakesperiana.
Los zapatos blancos que para Arce de Vázquez
esconden connotaciones nupciales18 forman un
sistema de interpretación con los lirios blancos
que adornaron el servicio funerario de la niña:
remiten a la pureza que este personaje hereda del
tipo romántico mujer ángel sólo que le agrega, en la
particular visión de Martí, el carácter
inalcanzable y ya no terrenal.
El próximo ejemplo de representación de la
feminidad inalcanzable se encuentra en la clausura
de la llamada serie erótica, en el poema XXI19.
Tras un pasaje poético dedicado a explorar el
engaño y el placer, estas cuatro estrofas llegan
al clímax de la representación femenina puesto que
16 Schulman, Iván. Símbolo y color en la obra de de José Martí, nota 10, p. 224.17 Arce de Vázquez, Margot. Op. cit, supra, nota 15, p. 8.18 Idem, p. 1019 Martí, José. Op. cit, supra, nota 1, p. 258.
11
la mujer representada es la más inalcanzable de
todas por ser una pintura y además, presuntamente,
una pintura de la Virgen María20. La tensión lírica
llega a su punto culminante al final, cuando se
declara que esa es la mujer que le robó el corazón
al sujeto lírico.
Ambas féminas son inalcanzables en tanto y en
cuanto viven y se esconden en los resquicios de la
mente, como un recuerdo en el primer caso, como
la impresión que deja un cuadro en el segundo. La
segunda no está asociada a la naturaleza
explícitamente; deberíamos, en todo caso, extender
esa asociación faltante nosotros. Este poema debe
entenderse a la luz de una función
contrapuntística desarrollada en la serie erótica,
la cual analizaremos más adelante. La mujer del
poema erótico IV es también inalcanzable pero en
forma parcial, he optado por clasificarla en esta
categoría dado que comparte ese carácter
inaccesible con las otras dos y la asociación
floral con la niña guatemalteca.
La mujer ambigua20 La segunda redondilla menciona a un esposo dormido y un bebé desnudo y la tercera elementos como la paja que remitirían a la escena bíblica del pesebre en el cual nació Jesucristo.
12
La serie erótica que va desde el poema XVI
hasta el XX tiene una protagonista única y
significativa: Eva.
El personaje evocado por el poeta en XVI21
actúa como la interfase de las herencias
románticas martianas, uniendo características de
la mujer ángel y la mujer demonio en toda la serie, y
anticipando a la mujer negativa que pisará la
escena (lírica) en la última parte de Versos sencillos.
Eva es presentada de la siguiente forma:
Pálida, en su canapéDe seda tórtola y roja.Eva, callada, deshojaUna violeta en el té
Su vestimenta presenta el rojo erótico de los
lirios de IV, abriendo las puertas a una de las
claves de la atracción que siente el amante por
ella. Eva aparece deshojando una violeta, es decir
una flor que representa los atributos ideales de
la mujer (modestia, humildad). Al hacer esto se va
despojando de la pureza de los ejemplos de la mujer
inalcanzable anteriormente analizada.
En las siguientes piezas de la serie, Eva
aparece asociada también a elementos naturales21 Martí, José. Op. cit, supra, nota 1, p. 253.
13
como el sol (por el rubio de sus cabellos que da
luz22) del cual el yo lírico manifiesta venir y
hacia el cual pretende ir. Aquí hay que aclarar
que el poema XX evidenciará un trabajo de
construcción mítica en la figura de Eva. La
elección en el nombre de la mujer no es ingenua
pues remite a la mujer prístina, la madre de la
especie humana.
Aparece nuevamente, entonces, la asociación
natural, ahora casi edénica. En XVIII23 se repetirá
la trama del intertexto bíblico cuando el pájaro
tentador (ambiguo disfraz de la serpiente de Las
Escrituras) tiente a la muchacha con su
alfiler/manzana. Eva traicionará al sujeto lírico
adánico al elegir el prendedor “embustero” y dejar
de lado el alfiler de oro puro que “le sacó un
hombre puro/ Del corazón de una roca”, hombre que
presumiblemente es una objetivación del sujeto
poético que se transporta a la tercera persona
gramatical.
Tras la aversión que esta fémina despierta al
poeta, el poema XX llega a la síntesis dialéctica.Mi amor del aire se azora;Eva es rubia, falsa es Eva:
22 Idem, p. 25423 Idem, p. 255.
14
Viene una nube, y se llevaMi amor que gime y que llora.
Si el sintagma mi amor se refiere a la amada es
altamente significativo que se azore a causa del
aire24, uno de los elementos con los cuales la
mujer bien debería poder estar relacionada. La
explicación es la siguiente: tras el conflicto de
desengaño, perfidia y pasión de la serie erótica,
el sujeto se ha desencantado de la mujer que creía
ser su vehículo para el regreso emersoniano a la
naturaleza y esta ha perdido tales atributos. Tal
es así que lo femenino humano de Eva ya no puede
soportar la unión con lo femenino natural que
representa la nube25 que se lleva los restos de ese
mi amor que Eva fue. Ahora ese “mi amor que gime y
que llora” no es más que el recuerdo, el
sentimiento que el yo vertió sobre la mujer y que
sólo queda como una memoria doliente. Eva ha
traicionado al sujeto adánico y también a toda la
especie de que es madre, dando paso así a la mujer
24 Idem, p. 25725 “Si Eva es la mujer, todas las mujeres que se sustituyen bajo el nombre del sexo ¿quién es Nube? Es también un rótulo de lo general, node lo particular, pero a diferencia de Eva, está situada en la Naturaleza”. Rama, Ángel. “Indagación de la ideología en la poesía”, en Revista Iberoamericana, nº 112-113, dic 1980, p. 381.
15
negativa que dominará la última parte de Versos
sencillos.
Que el último verso sentencie “¡Eva me
consolará!” no cancela la interpretación
anteriormente mencionada. Lo que queda de ella,
despojado de sus atributos naturales será todo el
consuelo terrenal posible para este Adán, ya que
no puede acceder físicamente a la mujer
inaccesible de los poemas IV, IX y XXI por la
unión erótica, por culpa de la muerte o por la
irrealidad física de la misma respectivamente.
La mujer negativa
La última parte de este tríptico de
representaciones femeninas se nutre de las
características adscriptas a la mujer demonio, las
cuales se decantan definitivamente tras el puente
que supone la serie erótica.
Ya en el poema XXIII26 podemos considerar la
instauración de este prototipo femenino. El
hablante manifiesta en primera persona su deseo
por encontrar una mujer bella pero de repente, en
la tercera redondilla, la voz lírica parece
cambiar, parece hablar la voz de la conciencia o26 Martí, José. Op. cit, supra, nota 1, p. 260.
16
de la sabiduría interior que, tras el desencanto
sufrido en la serie erótica, interpela al yo para
que mire a la mujer en cuestión con otros ojos.
Si la segunda estrofa construye la imagen
femenina que representa lo ideal ahora (con
cabello negro, por oposición al rubio de Eva), la
tercera ofrece la mirada opuesta sobre la misma
representación:
¿Aquella?... Pues pon la hielDel mundo entero en un haz,Y tállala en cuerpo, y hazUn alma entera de hiel!
La mujer es una escultura hecha de la
sumatoria de las amarguras (hiel), es un ser
maldito por esa voz que interfiere en el
pensamiento lírico del yo al punto de dejarlo
confundido en el desenlace27.
La mujer negativa es una mujer puramente
carnal, puramente material que ya no reviste ese
lazo con la Madre Naturaleza. “de carne se puede/
Hacer una flor” peroDe carne se hace tambiénEl alacrán: y también El gusano de la rosa,Y la lechuza espantosa.
27 Idem.
17
Del mismo material que la mujer de esta zona
de Versos sencillos está formada se pueden crear
criaturas repulsivas (el gusano y la lechuza) o
incluso peligrosas (el alacrán). Esta fémina es el
diametral opuesto a esa mujer virginal y
espiritual (rasgo que acentúa su relación con el
arte, que para los románticos era un medio de
ascensión espiritual): no se puede hacer que la
naturaleza encarne y permanezcan en ese cuerpo
carnal todos los atributos de aquella. En resumen,
lo femenino humano y lo femenino natural no pueden
ser compatibles, o al menos no por mucho tiempo
como ocurre con la niña guatemalteca que se
suicida.
Esta desunión de ambas esencias femeninas
queda sellada en el penúltimo poema de esta
colección. Agar viene a representar la perfidia de
la mujer humana que juega con los sentimientos de
su amante. La perla con la cual ella parece no
estar del todo conforme representa el amor del
sujeto lírico por ella, Agar por saber que posee
esa perla (es decir, que tiene al hombre a sus
pies) termina detestándola y en un arranque de ira
la arroja al mar.
18
Esa Agar “venenosa”28 termina pidiendo a su
contrapartida femenina, la mar (nótese la
selección del artículo femenino en lugar de la
posible conmutación por el masculino el) aquello
que desechó vilmente.
«¿Qué hiciste, torpe, qué hicisteDe la perla que tuviste?La majaste, me la diste:Yo guardo la perla triste.»
La naturaleza femenina contenida en las aguas
contrasta fuertemente con la debilidad carnal de
Agar que no logra apreciar lo que posee. La mar
atesorará la perla del amor infeliz que se le ha
perdido tanto a la joven como al muchacho que la
amaba. El XLII es el último poema que habla de las
representaciones de la mujer con respecto a su
vínculo con lo ambiental, pues el poema siguiente
sólo aborda el juego erótico con la mujer
desligada de ese lazo29. Martí, para culminar la
representación de la feminidad a que aspira su yo,
ha decidido dar voz a la naturaleza misma para
marcar el cierre de una idea.
28 Martí, José. Op. cit, supra, nota 1, p. 279.29 Por estas razones dejo de lado el poema XLIII en el que el poeta abordaría, con una nueva mujer pelirroja), el juego erótico sin el fintrascendente de IV.
19
Conclusiones
Hemos analizado la ligazón que une y desune
las representaciones femeninas en Versos sencillos a la
naturaleza y al ideal que en Martí representa
alcanzar la misma. La mujer en su estado ideal
pero inalcanzable garantizaría llegar a ese templo
que el autor ve como objetivo primero y último,
pero las otras representaciones femeninas del
poemario nos remiten a la frustración y la
imposibilidad de dicho objetivo, resaltado, pro
contraste, la idealización de la naturaleza y la
mujer.
Bibliografía
Arce de Vázquez, Margot. “Algunas notas sobre la
estructura de Versos sencillos”, en: En torno de José
Martí, Bordeaux, Coloquio Internacional Bulletin
Hispanique, v. 75 bis, 1973, p. 507.
Arce de Vázquez, Margot. “La niña de Guatemala”,
en: Revista de Estudios Hispánicos, Año 1, n. 3-4, jul-
dic. 1971, p. 5
20
Martí, José. Poesía Completa, La Habana, Ed. Letras
Cubanas, 1985
Rama, Ángel. “Indagación de la ideología en la
poesía”, en Revista Iberoamericana, nº 112-113, dic
1980, p. 381.
Rama, Ángel. “La dialéctica de la modernidad en
José Martí”, en: Estudios martianos. Seminario José Martí,
Puerto Rico, Ed. UniversitariaSchulman, Iván. Símbolo y color en la obra de de José Martí, Madrid,
Gredos, 1959.
Vitier, Cintio. “Los versos sencillos”, en: García
Marruz y Citio Vitier. Temas martianos, La Habana,
Biblioteca Nacional, 1969, p. 171.
21