UNA JUSTICIA MÁS EFICIENTE PARA LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY

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UNA JUSTICIA MÁS EFICIENTE PARA LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY Dr. Edgardo Ettlin 1

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UNA JUSTICIA MÁSEFICIENTE PARA LAREPÚBLICA ORIENTAL

DEL URUGUAY

Dr. Edgardo Ettlin

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UNA JUSTICIA MÁS EFICIENTE PARA LA REPÚBLICAORIENTAL DEL URUGUAY

A MORE EFFICIENT JUSTICE FOR URUGUAY

UMA JUSTIÇA MAIS EFICIENTE PARA O URUGUAI

EDGARDO ETTLINJuez Letrado de Primera Instancia en lo Civil de 5º Turno-Poder Judicial-

República Oriental del [email protected]

RESUMEN:Los procesos judiciales eficientes y de calidad

consolidan un modelo verdaderamente democrático de paísponiéndose al servicio de los intereses de los ciudadanos,garantizando la satisfacción de los derechos ycontribuyendo al desarrollo de los negocios e inversiones.La Justicia debería constituirse en el Uruguay como un temaestratégico y de Política de Estado. Lograr que losprocesos sean eficientes debería ser un objetivo aperseguir mediante Programas alentados por voluntadeslegislativas y gubernamentales.

PALABRAS CLAVE:Justicia, Proceso, Eficiencia, Eficacia, Desarrollo ABSTRACT:

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Judicial efficient and quality proceedings consolidate areally democratic model of country putting them to theservice of the interests of the citizens, guaranteeing thesatisfaction of rights and contributing to business andinvestments development. Justice should be constituted inUruguay as a strategic topic and a State policy. To ensurethat the processes are efficient should be an objective tobe achieved through Programs encouraged by legislative andgovernmental wills.

KEY WORDS:Justice, Proceeding, Efficiency, Efficacy, DevelopmentRESUMO:Os processos judiciais eficientes e de qualidade

consolidam um modelo de país verdadeiramente democrático,servindo aos interesses dos cidadãos, garantindo asatisfação dos direitos e contribuindo ao desenvolvimentodos negócios e investimentos. A Justiça deve-se constituirno Uruguai como uma questão estratégica e política doEstado. Assegurar que os processos sejam eficientes deveser um objetivo a ser alcançado através de programasincentivados pela legislação e os desejos do governo.

PALAVRAS-CHAVE:Justiça, Processo, Eficiência, Eficácia, Desenvolvimento

I. GENERALIDADESAdministrar Justicia es uno de los cometidos esenciales

o primarios del Estado porque en principio no se concibe sino es ejercida por el Estado mismo (1). En un Estado de

1 BARBAGELATA Aníbal L., “Teoría del Estado”; Montevideo, 1976, Fundaciónde Cultura Universitaria, ps. 131-132.

SAYAGUÉS LASO Enrique, “Tratado de Derecho Administrativo”, 4ª Ediciónpuesta al día 1974 por el Dr. Daniel H. Martins; Montevideo, 1974,

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Derecho que propenda a la obtención de la Felicidad y deseegarantir a sus habitantes Bienestar y Seguridad (en elUruguay, principio orientado por el art. 7º de laConstitución) es necesario proveer mecanismos y condicionesque a todo nivel resuelvan y minimicen las situaciones deinsatisfacción de los diversos intereses, porque estainsatisfacción significa Inseguridad, valor contrario a laidea de “orden institucional”. Una Administración deJusticia que funciona apuntala a todo Estado como proyectoindependiente, soberano e íntegro.

La Administración de Justicia se realiza en su fazpráctica a través de la tramitación de los diferentesProcesos Judiciales o Jurisdiccionales en los diversostribunales del Poder Judicial. En el Uruguay existenalgunos órganos que desempeñan también actividadjurisdiccional, como el Tribunal de lo ContenciosoAdministrativo, la Corte Electoral (estos dos por fuera delsistema de Separación de Poderes), la Justicia Militar (enel Ministerio de Defensa Nacional, en estos momentos enproceso de incorporación al Poder Judicial por los arts. 27a 31 de la Ley No. 18.650) y la Justicia administrativaaduanera (a nivel de la Dirección Nacional de Aduanas).

Los Procesos judiciales intentan satisfacer variadosconflictos de intereses que involucran bienes y valores tanpreciados para los individuos como la Propiedad, laLibertad, la Vida y la Seguridad. En su dilucidación seencuentra comprometido entretanto el bienestar y latranquilidad de las personas. En estos Procesos (llamadoscomúnmente “juicios” o “litigios”) la Justicia se pone en

Acción (en hebreo la palabra “טטטט” -“Mishpat”- traduce estaidea dinámica de la “Justicia en Acción”) con el fin de

Fundación de Cultura Universitaria, ps. 55-56. JELLINEK Georg, “Teoría General del Estado”; Buenos Aires, 1973,

Editorial Albatros, ps. 175, 190-192. Experiencias de Justicia privada en sustitución de la

institucional, como la Santa Vehme principalmente entre los siglosXIII a XV en el Sacro Imperio Romano Germánico, evidenció justamentela debilidad política de ese Imperio como organización.

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obtener una Solución a través de la investigación yobtención de la Verdad. No entraremos en las discusionesepistemológicas sobre el tema de si el Proceso buscasimplemente resolver un conflicto o si procura hacer laJusticia a través de la determinación de la Verdad. Locierto es que la Historia ha demostrado el carácter útil yproductivo del “litigio” o el “juicio”, que surge a la vidasocial como un mecanismo pacífico rituálico y ordenado desolución de conflictos o de controversias.

El ritual o tracto del litigio se presenta bajo unasucesión de etapas o pasos predeterminados que fueronconsolidando la experiencia, la práctica, y que fueronpautando o influyendo en la adopción de reglas fijas o“normas procesales y de procedimiento”, que en su devenirse traducen y desarrollan en el Tiempo. Pero mientras estasetapas o pasos se van verificando pueden pasar no días,sino meses y hasta años; se advierte así que el Tiempo pasaa constituir una preocupación y una tensión independienteporque impone una dimensión de distancia entre lainsatisfacción y la decisión, que puede eventualmenteacoger la pretensión pero que no siempre querrá ampararlaen forma favorable (sea total o parcialmente), y puede quehasta la deniegue luego de todo un transcurso de dispendiosy esfuerzos.

Las demoras de este mecanismo pueden comprometer laeficacia de la satisfacción de los intereses. En el ínterinde los procesos o de los juicios puede desaparecer lapersona o las personas mismas que se demandan (porfallecimiento, viaje u ocultamiento), o puede desaparecerel patrimonio de los demandados o sus fuentes de ingresos(por insolvencia, fraude, simulación o las razones quefuere) con el riesgo que después no hayan bienes comogarantía de los acreedores (artículo 2372 del Código Civil)para cobrar. Si el valor comprometido que se quieresatisfacer o está en juego es la Libertad (caso típico delos procesos penales), el tiempo puede agravar el horror olos padecimientos del procesado en las cárceles y no hayforma de recuperar o de indemnizar el tiempo que se perdió

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durante el juicio, especialmente si el imputado o acusadoes absuelto o se le clausura el proceso por sobreseimiento(falta de pruebas). Cuando lo reclamado son los créditosalimentarios (para un hijo, un concubino o un cónyuge, olos laborales), la privación de los mismos se hace másgravosa para el reclamante mientras el tiempo pasa, siemprecon el riesgo de que entretanto desaparezcan los bienes delos demandados o de que éstos se insolventen o dejen suempleo según su caso aun con una sentencia favorable. Dellado de quienes son demandantes, demandados o llevados ajuicio, todo proceso y el tiempo que demora imponen estrésy ansiedad, por esa sensación de inseguridad que mientrastanto toda situación irresuelta ocasiona.

El desideratum de los procesos y de los litigios seríalograr en el menor tiempo posible satisfacer o resolver losderechos en conflicto, y que las decisiones puedan en sucaso y de corresponder, ejecutarse con efectividad. ElTiempo hace siempre a la eficacia de la Justicia, pero nose trata solamente del Tiempo. Para lograr la eficacia, losmecanismos procesales deben ser eficientes.

Los procesos eficientes y de calidad hacen al prestigiode un modelo verdaderamente democrático de país poniéndoseal servicio de los intereses de los ciudadanos, alentandola satisfacción de los derechos y contribuyendo aldesarrollo de los negocios e inversiones. Tomando comoNorte estas ideas la Justicia debería constituirse en laRepública Oriental del Uruguay como un tema estratégico yde Política de Estado; la preocupación por los procesoseficientes debería ser un Objetivo a desarrollarse medianteconsecuentes Programas y Voluntades legislativas ygubernamentales.

¿Cómo inciden los procesos judiciales, tal cual sevienen desarrollando, en la seguridad y bienestarnacionales? ¿Cómo repercute esta situación en laciudadanía? Se trata de confrontar las impresiones de losciudadanos (vinculados o no al Derecho) con los datos de larealidad, entender qué está sucediendo en los procesosjudiciales de nuestro país, averiguar con qué

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infraestructura y medios cuenta el Sistema de Justicia, ysi éste en la forma que funciona actualmente brindabienestar y seguridad a sus habitantes. Debemos observar sien las circunstancias y con los medios que se dispone puedeel sistema de Justicia contribuir al bienestar y aldesarrollo nacional. En su caso, sería necesario abordarcómo podría contribuir a la solución de esa cuestión unaconcepción de un “proceso eficiente”, sobre qué bases oprincipios podría constituirse un lineamiento o modelo de“Justicia eficaz” que pueda contribuir eficazmente aofrecer mayores garantías de satisfacción a los ciudadanos.De corresponder, podríamos inquirir bajo qué principiospodríamos operar, qué alternativas o estrategias puedenadoptarse o desarrollarse para solucionar los problemas dedemora y deficiencia de la Justicia, qué políticas debendeterminarse o qué debe adaptarse para realizar talobjetivo, que pueda ser aplicable y viable dentro de lasespeciales problemáticas y características de la JusticiaPenal y de Menores, de la Justicia la Civil, Comercial,Aduanera, Laboral o de Familia, todo con el propósito delograr colmar las expectativas y derechos que debegarantizar el sistema Judicial.. En su caso, podemosrecomendar y formular ciertas propuestas.

Este trabajo pretende ser un aporte a un debate todavíaabierto (quizá aún no tratado como se debería) y másamplio, sobre el problema del funcionamiento de la Justiciaen el Uruguay y sobre cómo podrían mejorarse en nuestropaís los procesos judiciales.

II. LA CUESTIÓN SOBRE LA JUSTICIA EFICIENTE EN ELURUGUAY

Es común y forma parte de las conversaciones cotidianasde los ciudadanos, la afirmación de que el Sistema deJusticia funciona en forma deficiente o que es lento en laRepública Oriental del Uruguay. Así, suele escucharse odecirse que nuestro Poder Judicial y sus tribunales soninoperantes, que dejan que desear o que no colman lasexpectativas de la gente.

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Esto nos impone tener presente la realidad bajo la cualse está discutiendo la temática en el Uruguay. Se percibeun cierto sentimiento social de descreimiento en laJusticia, en cuanto no se confía en que ésta resolverá asatisfacción los problemas y conflictos sometidos a suconsideración. Asimismo se pone en tela de entredicho suaptitud para solucionar los problemas que ocasiona ladelincuencia. Debemos preguntarnos si los justiciables(como usuarios o sufrientes del sistema) confían en susoperadores y Magistrados, si estas inquietudes seencuentran motivadas y en su caso cuáles son las razonesque fundamentan estos pareceres. Asimismo, sería de interésconfrontar estas opiniones con la versión de los operadoresjurídicos (Abogados, Escribanos, Procuradores, Peritos,Rematadores, Contadores), y de las autoridades judiciales yadministrativas al respecto.

¿Si hay demoras en los procesos judiciales, qué factoresinciden? ¿Son ellas plausibles? Cómo funcionan los procesosjudiciales civiles y penales y cuánto duran esos procesospromedialmente hace menester determinar por qué razones seproducen demoras, y si éstas son o no razonables. Se diceque la solución a los problemas de Justicia en el Uruguayse lograría con la modificación de sus Leyes y Códigos,pero una vez que se consigue la voluntad política parasancionar e implementar esas reformas (cuando se logra) ypara ponerlas en práctica, la realidad posterior podríamostrar resultados decepcionantes o frustrantes. Laduración de los procesos judiciales puede deberse a lapropia índole de los mecanismos legales, pero también puededepender de los elementos materiales y humanos con quecuenta el Poder Judicial y de su propia burocracia. Esnecesario analizar qué infraestructura, qué recursos(materiales y humanos) y qué presupuesto posee el PoderJudicial en nuestro país para atender los asuntos a suconocimiento, si son estos medios suficientes, quémecanismos de control y de gestión de calidad los orientan,cómo influye el andamiaje burocrático en los tiempos de laJusticia.

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Señala GUDIÑO que los conceptos de “Justicia” y“Eficiencia” se asociaron convirtiéndose en los ejesconductores de la Economía del Bienestar, que motivaron acrear un proceso de reasociación entre la Justicia y laEficiencia, adquiriéndose el concepto como un aspecto de laIgualdad como Justicia distributiva. Es por ello que unsector de la teoría jurídica abrió sus puertas a laconsideración del concepto de Eficiencia. Algunosseguidores están de acuerdo en postular que la produccióndel Derecho, tanto legislativa como jurisdiccionalmente,deben orientar sus decisiones hacia la consecución de laeficiencia (2).

Si bien los guarismos no son altos para nuestrocriterio, Uruguay es en Latinoamérica el país cuyoshabitantes poseen el más alto índice de confianza en susAutoridades, con el Índice de Confianza Institucional másalto y el segundo lugar en el Índice de menor Percepción deCorrupción luego de Chile. Uruguay también tiene el segundomayor Índice de Efectividad Legal-Judicial después de Chile(3). En el Índice de Percepción de Transparencia del año2009, el Uruguay se encuentra entre los “más transparentes, conel número 25 a nivel mundial y ocupando junto a Chile el primer puesto enLatinoamérica” (4). Globalmente un 53 % de los uruguayosconfía en su Poder Judicial, de acuerdo a una mediación alaño 2006 (existe una baja respecto a un 59 % de apoyogeneral que había 1996), aunque es bajo el porcentaje de“mucha confiabilidad” en el Poder Judicial (decrece de un19 % en 1996 a un 16% en 2006) (5).

2 GUDIÑO Juan Pablo, “La seguridad jurídica. Un componente de la sustentabilidad”,en “http://huespedes.cica.es/aliens/gimadus/11/seguridad.htm”(consultado el 11.6.2010).

3 AGUIAR César A., “Cambios Sociales y Culturales. Hacia el 2020”; 2009, Cámarade Industrias (presentación en Power Point), en“www.ciu.com.uy/downloads/Presentacion_Soc_Cesar-Aguiar.ppt”(Consultado el 22.4.2010).

4 “http://www.uruguaytransparente.org.uy/pdf/informe_percepcion_corrupcion_2009.pdf” (Consultado el 27.4.2010). En el Índice de“Transparencia Internacional” de 2010, Uruguay figura en el puesto No.24, en tanto Chile se posiciona en el No. 21.

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Un reciente estudio dirigido en el año 2006 por SantiagoPEREIRA CAMPOS sobre los Procesos Civiles en el Uruguayluego de la reforma de los mismos en 1989 por el CódigoGeneral del Proceso (6) ha concluido que “Los operadores jurídicosson contestes en destacar la eficacia del nuevo régimen procesal [se refiereal sistema del Código General del Proceso, en vigencia ennuestro país desde fines de 1989], que ha significado una notablemejora del servicio de justicia…”. Ha resultado un avance sin dudaimportante respecto al anterior sistema del Código deProcedimiento Civil (7).

Sin embargo el panorama no parece tan optimista. Unestudio encomendado por el Colegio de Abogados del Uruguayde 2009 recoge la preocupación general de los Abogados deque seguimos poseyendo “…un sistema judicial burocrático, excesivamentelento e ineficaz en muchos aspectos…”; y la mayoría cree que“funciona mal o regular y que los casos llevan mucho tiempo” (8). Comodijera la Dra. María Elena MARTÍNEZ, la Justicia en nuestropaís sigue siendo lenta para las expectativas de losciudadanos (9). GALINDO, estudiando la percepción ciudadanade la Justicia en Latinoamérica y ofreciendo datos de“Latinobarómetro”, menciona que en el Uruguay ha decrecidoel porcentaje de confianza en su Poder Judicial, que para

5 El autor agradece al Sociólogo Ignacio Zuasnabar, Director Generaldel Servicios de Equipos Mori, por el aporte de la presentación enPower Point del “Estudio Mundial en Valores en Uruguay: 1996-2006. Informe Final”.

6 PEREIRA CAMPOS Santiago, “El Proceso Civil Ordinario por Audiencias. Laexperiencia uruguaya en la reforma procesal civil”; Montevideo, 2007, CEJA-JSCA,RUEDA, ABADI & PEREIRA, Editorial y Librería Jurídica Amalio M.Fernández, p. 117.

7 INSTITUTO DE CIENCIAS SOCIALES-INSTITUTO DE DERECHO PROCESAL,“Diagnóstico de la Justicia en el Uruguay (Informe Preliminar de Investigación)”;Montevideo, 1990, Facultad de Derecho y Ciencia Sociales, SegundaSerie No. 12, ps. 41-54 y 140.

8 INTER CONSULT Grupo Consultor, “Estudio sobre situación socio económica yprofesional de los Abogados. Informe Resumen”; Montevideo, Octubre de 2009,Colegio de Abogados del Uruguay, ps. 7-8.

9 Diario “El País”, 3.10.2009, “Esa Justicia cansada”. Tomamos la versiónelectrónica de“http://www.elpais.com.uy/suple/quepasa/09/10/03/quepasa_445411.asp”(consultado el 8.6.2010).

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nuestro país ubica en un 43 % aunque es el segundo más altode la región luego de Costa Rica (10). MOREIRA entiendesiguiendo a Henry TRUJILLO que la opinión pública essensible a la Justicia cuando el tema de la Seguridadaumenta en los medios masivos de comunicación, y que cuandoaparecen señales de deterioro en la imagen del PoderJudicial, éstas parecen acotadas al desempeño de los Juecesen el control de la criminalidad (11). Todo el panoramadescrito mostraría que existe una “sensación térmica” depérdida de crédito de los ciudadanos respecto a la Justiciay al Poder Judicial en general.

Precisaremos desde ya que en el Uruguay no sólo el PoderJudicial tramita cuestiones de litigios jurisdiccionales.Existen otros órganos en nuestro ordenamientoconstitucional competentes para impartir Justicia enciertas materias, como por ejemplo el Tribunal de loContencioso Administrativo (que dirime sobre la adecuacióna Derecho de los actos administrativos) y la CorteElectoral (en materia de contencioso electoral y delitoselectorales), estos dos órganos de carácter autónomo porfuera del sistema de Separación de Poderes (arts. 307 a 328de la Constitución, más normas concordantes ycomplementarias), la llamada “justicia aduanera” (asuntosque se dirimen administrativamente por la DirecciónNacional de Aduana en infracciones menores a 350 UnidadesReajustables - art. 257 Ley No. 13.318 en la redacción delart. 156 de la Ley No. 16.320-). Pero como referencia a los

10 GALINDO Pedro, “Percepción pública sobre los sistemas de Justicia para lasAméricas”, en “http://www.derechoecuador.com/index.php?option.com_content&task=view&id=2214&Itemid=426” (consultado el9.6.2010).

También PEREIRA CAMPOS, “El proceso…” cit., p. 60. Datos recogidos muestran un decrecimiento de la confianza en el

Poder Judicial de un 52 % en 1995 a un 37 % en el año 2003; alrespecto v. “Vinculación del Poder Judicial con la Sociedad”, en PODER JUDICIAL-SUPREMA CORTE DE JUSTICIA, “Centenario de la Suprema Corte de Justicia 1907-2007”;2007, Montevideo, CEJU-SCJ, ps. 349-350.

11 MOREIRA Constanza, “Pensando en la Justicia”, en “La República”,12.4.2010, p. 24.

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efectos de nuestro trabajo, tomaremos básicamente al PoderJudicial y a los procesos que se tramitan en su ámbito.

Vemos que en el Uruguay los procesos judiciales“civiles” (en sentido amplio, incluyendo en esta acepciónamplia no sólo los civiles en sentido estricto sino loscomerciales, familia, aduaneros, laborales, contenciosoadministrativos y de niños y adolescentes) y penales son ysiguen siendo considerados largos y tortuosos. Lasdificultades para acceder al sistema judicial, la hoyconsiderada ineficiente y burocrática administración dejusticia uruguaya, ocasionan malestar e insatisfacción alos ciudadanos por la falta de confianza y de certidumbreque ello genera, cuestionando cómo podrán lograr en eltiempo la resolución de bienes tan preciados de su vida.

En el ámbito de la Justicia Penal, en la década 1990-2000 fue manida la frase “Los Jueces no ponen presos a losdelincuentes” hasta que la opinión pública se apercibió enlos comienzos del siglo XXI de que las cárceles uruguayasse encuentran sobresaturadas de reclusos, pero en sumomento aquello generó la sensación de que la JusticiaPenal era inoperante y que “los delincuentes estaban afueray los buenos tenían que vivir encerrados en las rejas desus hogares”, sensación de desprotección que creemos noobstante lo expuesto, todavía se mantiene en nuestrapoblación. Esta problemática también se advierte en cuantoa los Niños y Adolescentes en conflicto con la Ley; lagente cree que el sistema judicial “deja que los menoresinfractores anden en la calle y no hace nada contra ellos”.Se ha dicho que la ineficiencia judicial en lo penal y enla “delincuencia juvenil” ha hecho preferir arriesgarse alos ciudadanos a ejercer la justicia por propia mano bajoel slogan de “que quede uno menos”, sabiendo por otra parteque después de todo las cárceles no asegurarán la a losdelincuentes (12).

Ante todas estas inquietudes suelen los ciudadanos nosentirse protegidos por el sistema judicial. Algunos

12 “Legítima Defensa” (Editorial), en Diario “El País” del 26.6.2010;Montevideo, p. A5.

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directamente prefieren no litigar y “aguantarse”, porque latramitación de los litigios con el tiempo y dinero queimplica desestimula el ejercicio de ese derecho ciudadano.Otros prefieren no denunciar los delitos (especialmentecuando son robados o asaltados) dando por descontado quenada harán las Autoridades. Por tanto esta situación sume ala población en la Inseguridad, totalmente incompatible conlos Fines estatales de Seguridad y Bienestar.

Señala Alicia CASTRO que en el Uruguay de nuestros díasparece advertirse un cierto desajuste entre lasaspiraciones que la sociedad en su conjunto tiene acerca desu sistema judicial y las que éste puede satisfacer enrealidad; cuando se advierte esta tensión, el desencanto yla crítica ameritan buscar respuestas tendientes areacomodar la relación del sistema judicial con su conjunto(13).

En otro aspecto y por lo contrario, resolver en la formamás rápida posible los conflictos sin mengua de la calidadde las decisiones o garantías es fijar Seguridad. UnaAdministración de Justicia más rápida y eficienteproporciona, desde el punto de vista estratégico-político,confianza a sus ciudadanos en cuanto les brinda estabilidady protección, asegura tranquilidad a los inversores ysolidifica el desarrollo económico.

Se impone en este estado definir qué debe considerarseun “Proceso Eficiente”.

Podríamos en una aproximación personal definir como“Proceso Eficiente” a un “Mecanismo accesible y transparente para lasolución de controversias y de conflictos de intereses que en el menor tiempo,con la mayor economía de esfuerzos y celeridad razonable, pueda definir unaDecisión o Solución que sea ejecutable con total eficacia, para hacer realidad losderechos sustanciales”. En esta proposición, “Eficiencia” y“eficacia” son conceptos de difícil distinción y no seentiende uno sin el otro.

13 CASTRO Alicia, “Los Jueces en la mira”, en “Revista Judicatura” No. 44;Montevideo, Mayo 2006, p. 70.

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La idea de “Proceso Eficiente” nos ubica en el conceptode “Eficiencia”, esto es el poder obtener el mejorresultado en la consecución del objetivo con el mínimoposible de recursos (14). También debemos ligar la idea de“Proceso Eficiente” al concepto de “un Proceso al servicio de lagente”.

El proceso será “Eficaz” cuando logre otorgar el bien dela vida o el castigo adecuado conforme a los objetivosperseguidos y esperados. Veremos en el Capítulo VIIISección “E” que la “eficacia” del proceso está relacionadacon su “Ejecutabilidad”.

Se dice que los bienes involucrados en los litigiosjudiciales (procesos civiles no penales) comportan el 25 %del PBI uruguayo (15), por lo que debería ser prioritariauna preocupación por que el Sistema de Justicia funcionecorrectamente. En cuanto al Estado republicano, la Justiciaes el baluarte de la institucionalidad democrática y porende debe dar la idea de que “el sistema funciona”. ElEstado Social de Derecho exige que se definan mecanismoseficaces de acceso a la Justicia, de manera tal quecualquier persona que sienta lesionado un bien o un derechojurídicamente tutelado, pueda acudir al Estado para evitarel daño, obtener una reparación y sancionar a losresponsables sin que se produzca demora. Es necesario, sipercibimos que existe en la gente cierta “sensacióntérmica” de falencias en la Administración de Justiciauruguaya, ver qué está sucediendo y eventualmente plantearsoluciones idóneas.

En el Uruguay los procesos judiciales civiles (ensentido amplio, comprendiendo además de los asuntos civiles“sensu stricto” -demandas por cobro de pesos, problemascontractuales y litigios por daños y perjuicios-, los

14 ARANGO DURÁN Arturo (s/f), “Eficacia y eficiencia del sistema de seguridadpública”; México D.F., s/f, ICESI (Instituto Ciudadano de Estudios sobrela Inseguridad a.c.)”, s/e, p. 2.

15 SALABERRY Elena-ETTLIN Edgardo-RODRÍGUEZ DA SILVEIRA Ricardo,“Gestión de Calidad en los tribunales”, en “Tribuna del Abogado” No. 163;Montevideo, junio/julio 2009, p. 10.

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conflictos comerciales, laborales, de familia, contenciosoadministrativos y aduaneros) y penales suelen ser tachadoso criticados como largos y tortuosos. También se criticaque los procesos judiciales son disfuncionales,ineficientes, “que no sirven”. Las dificultades paraacceder a un tribunal y para comprender cómo funciona elsistema judicial, la ineficiente y burocráticaadministración de justicia, las demoras no razonables,ocasionan malestar e insatisfacción a los ciudadanos por lafalta de confianza y de certidumbre que ello genera, lo queles motiva a cuestionar cómo podrá lograrse en el tiempo laresolución de bienes tan preciados de la Existencia (vida,libertad, economía, satisfacción moral) sometidos a ladecisión de la Justicia. Ante esta inquietud suelen losciudadanos no sentirse protegidos por el Sistema deJusticia y frecuentemente albergan (no exentos de ciertofundamento de razón) dudas sobre su eficiencia yefectividad. Por tanto esta situación sume a la población ya los agentes de la vida nacional en la incertidumbre einseguridad, al no poder percibir a la Justicia uruguayacomo un factor que brinde tranquilidad y bienestar.

La preocupación por lograr la mayor celeridad yeficiencia en los procesos judiciales es una preocupaciónde larga data en nuestro país. A los efectos de esteestudio y a modo de ejemplo destacaremos algunos episodioso hitos.

El Informe de la Comisión Revisora del Proyecto deCódigo de Procedimiento Civil (1878) ya daba en su momentocuenta de la necesidad de la “aceleración” o “abreviaciónde los pleitos”. Se intentó dentro de la mentalidad de suépoca simplificar mecanismos y abreviar etapas procesales,aunque se optó por un sistema principalmente escrito. Laoralidad en aquellos tiempos no era bien vista y eraconsiderada más bien como enlentecedora de los trámites, alpunto que para la declaración de testigos se tomó comopositivo instaurar un sistema de recepción “mixto”, “aunquesin emplear el moroso procedimiento de los comparendos y audiencias verbalesde las partes y sus testigos mientras éstos se van examinando separada y

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sucesivamente por el Juez de la causa, al que se impide atender otros asuntos”.También había preocupación por “los inconvenientes que causa laparalización de los procesos por el deficiente personal de la Magistratura”.

Las urgencias de la vida real en los procesos enseñarony fueron más rápidas que la llegada de las reformaslegislativas. Desde 1883 se hicieron variados ajustesparciales al Código de Procedimiento Civil de 1878,destacando la llamada “Primera Ley de Abreviación deJuicios” No. 9.594 de 1936 y recordando al Decreto-Ley No.10.344 y a la Ley No. 10.418 que intentaron reemplazar lalegislación procesal civil existente. Así llegamos hasta1945 en que se formula el “Proyecto Couture” de 1945 (16)que nunca fue aprobado pero que sirvió de base para elfuturo Código General del Proceso. El numen regulador detodas esas iniciativas era la necesidad de superar lalentitud, las dilaciones, la ineficiencia y la ineficaciade la Justicia. Se suceden otros Proyectos y Anteproyectos(son hitos en el ínterin la sanción de la “Segunda Ley deAbreviación de Juicios” No. 13.355 en 1965, y la Ley No.15.750 -“Ley Orgánica de la Judicatura y Organización delos Tribunales”-, que derogó al Decreto-Ley No. 15.464 de1983 quien a su vez había derogado al Código deOrganización de los Tribunales de 1933) hasta la redacción,siguiendo al “Proyecto Couture” y al Anteproyecto de CódigoProcesal Civil Modelo para Iberoamérica, de lo que fue elCódigo General del Proceso, aprobado y vigente desde el20.11.1989 para la República Oriental del Uruguay (LeyesNos. 15.982 y 16.053). La reforma procesal civil orientalapuntó básicamente a: 1) Consagrar un modelo de procesoglobalizado y simplificado, a través de un sistema deaudiencias como eje central y principal apuesta; 2)Establecer la perentoriedad de los plazos para planteardistintos actos procesales; 3) Minimizar el caráctersuspensivo de los recursos y de los problemas conexos(incidentes), proclamando como principio su carácter nosuspensivo (y para algunos recursos, el llamado “efecto

16 COUTURE, Eduardo J., “Proyecto de Código de Procedimiento Civil”;Montevideo, s/e, 1945.

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diferido” que posterga hasta la apelación de la sentenciala interposición de los agravios); 4) Ampliar el elenco defacultades y poderes de los Jueces para dirigir losprocesos; 5) establecer como principio la publicidad delproceso (17).

La consagración de un “proceso global” motivó críticasde algunos sectores, como los abogados laboralistas ysindicatos quienes criticaron que ese procedimiento delC.G.P. perjudicaba los intereses y enlentecía lasatisfacción de los reclamos de los trabajadores,lográndose en el 2009 la aprobación de una Ley especialpara los procesos laborales No. 18.572.

Paralelamente a las críticas que desde las Cátedras yespecialistas, operadores y usuarios de Derecho arreciabancontra las falencias del sistema procesal nacional. Durantelos primeros tiempos del Código General del Proceso apareceen 1990 el primer estudio científico serio sobre elfuncionamiento del sistema judicial del Uruguay, el“Diagnóstico de la Justicia en el Uruguay (Informe Preliminar deInvestigación)”, donde se trata la situación de una Justicianacional que necesitaría grandes cambios. En 2007 apareceel estudio dirigido y coordinado por el Prof. Dr. SantiagoPEREIRA CAMPOS “El Proceso Civil Ordinario por Audiencias. La experienciauruguaya en la reforma procesal civil”, que ofrece un auspicioso yoptimista panorama judicial en cuanto resultados en la bajade los tiempos de duración de los procesos. No obstante, laSuprema Corte de Justicia tomó preocupación en 2009 por ladilación que vienen sufriendo los litigios civilesespecialmente en las primeras instancias (etapa desde lademanda hasta la sentencia), lo que mostraría que losefectos positivos de la reforma procesal en cuanto atiempos y eficiencia fueron decayendo con el tiempo.

En materia penal, el Proceso Penal fue reformado en 1980a través del Decreto-Ley No. 15.032, pero diferentesfalencias y disfunciones de este sistema, principalmente

17 Al respecto v. CÁMARA DE SENADORES, “Código General del Proceso.Antecedentes y discusión en la Comisión de Constitución y Legislación del Senado y en laCámara de Senadores”; Montevideo, 1988, ps. 7-37.

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relacionadas con la demora de los juicios penales, el altonúmero de procesados y reclusos que en ocasiones pasanaños sin sentencia y la necesidad de sustituir un sistemainquisitivo por otro acusatorio, consecuenciaron en laaprobación de la Ley No. 16.893 (el llamado “Proyecto PeriValdez”) que fue postergado en su entrada en vigencia “sinedie”. Actualmente se encuentra pendiente como necesidad lareforma procesal penal, a pesar de que existen variadosproyectos a estudio.

Un antiguo proverbio persa decía que “Más vale una Justiciamala temprana que una buena Justicia tardía”. Una justicia celerahace no sólo a los tiempos sino a la calidad del sistemajudicial o de resolución de conflictos. Una Administraciónde Justicia más rápida y eficiente proporciona, desde elpunto de vista estratégico y del cumplimiento de los Fines,Objetivos y Políticas de Estado, Bienes positivos a susciudadanos en cuanto les brinda estabilidad y Seguridad,ofrece Tranquilidad a los inversores y solidifica elDesarrollo económico. Resolver y en su caso analizar yencontrar procedimientos para solucionar en la forma másrápida posible los conflictos y combatir las infraccionessin mengua de la calidad de las decisiones o garantías esfijar Seguridad a los ciudadanos y a las empresas. LaEficiencia de la Justicia es entonces un importante bienestratégico a cuidar porque concierne a los objetivos ypolíticas de seguridad, bienestar y desarrollo nacional, ydebería así priorizarse en las acciones de Estado. Encuanto al Estado Republicano, la Justicia es el baluarte dela institucionalidad democrática y por ende debe dar laidea de que “El Sistema funciona”. Es necesario, en caso deconstatarse falencias y disfunciones en la Administraciónde Justicia uruguaya, ver y delinear qué modelos,principios, objetivos y políticas podrían trazarse ydesarrollarse para lograr colmar las expectativas debienestar y seguridad y facilitar una mejor respuesta delsistema judicial a los ciudadanos.

Por tanto, esta investigación podría contribuir nosolamente a destacar el papel y la importancia de disponer

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de procesos eficientes como elementos de desarrollo y debienestar nacional. Permitiría también comprender qué estásucediendo y cuál es el panorama del funcionamiento de laJusticia en el Uruguay, analizar si ésta está funcionandoen forma eficiente o si colma las expectativas de losciudadanos y de los agentes motores de la Economíanacional, y en su eventualidad podría servir para delinearo proponer alternativas para optimizar el trámite de losprocedimientos existentes o en su caso mejorar elfuncionamiento de la Administración de Justicia, a efectosde que éstos sean no sólo eficientes sino eficaces.

Cómo funcionan los procesos judiciales civiles y penalesy cuánto duran esos procesos promedialmente imponedeterminar si están funcionando en forma eficiente, quéimportancia tendría en casos de deficiencia las dilacionesde los trámites judiciales, y si éstas se encuentran o nojustificadas. La duración de los procesos judiciales puededeberse a la propia índole de los mecanismos legales, de lacomplejidad de cada asunto y de los diversos intereses enjuego, pero también puede depender de los elementosmateriales y humanos con que cuenta el Poder Judicial o dela propia burocracia. Es necesario analizar en ese últimoparticular qué infraestructura, qué recursos (materiales yhumanos) y qué presupuesto posee el Poder Judicial paraatender los asuntos a su conocimiento, si son estos mediossuficientes, qué mecanismos de control y de gestión decalidad los orientan, cómo influye el andamiaje burocráticoen los tiempos de la Justicia. No debe descartarse estudiarsi en su caso sería aconsejable un “Plan B” a través demedios alternativos más rápidos y efectivos a losjudiciales para resolver los conflictos, y si éste seríatambién aplicable a la Justicia Penal y de Menores, no sóloa la Civil, Comercial, Laboral o de Familia.

III. DE LOS PRINCIPALES FACTORES QUE COMPROMETEN LAEFICIENCIA DE LOS PROCESOS JUDICIALES EN EL URUGUAY

1. Los llamados “Tiempos Procesales”

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Hemos referido en los Capítulos anteriores que lostiempos y el Tiempo importan mucho en la eficiencia y enla eficacia de la Justicia, a tal punto que un antiguoproverbio persa decía que “Más vale una Justicia mala tempranaque una buena Justicia tardía”. Se dice que el Tiempo es antetodo, Justicia (18), porque corresponde abreviar laincertidumbre asegurando así el resultado de hacer ladecisión ejecutable.

Los procesos judiciales están sujetos a un mecanismopreordenado por la Ley (principio establecido en el art.18 de la Constitución) por etapas, que establecen lospasos y ritualidades necesarios para la dilucidación detodo asunto a conocimiento de la Justicia.

La duración de los procesos es una suma de dos clasesde tiempos.

El transcurso de las etapas predeterminadas por la Leypara cada tipo de asunto constituye lo que podríamosllamar “el Tiempo Puro del proceso”, que coincide con las queestablecen las normas de los Códigos (por ejemplo, 30días para contestar la demanda, 120 días para realizar elsumario en el proceso penal). Este “Tiempo Puro” es lasuma de todos los tiempos legalmente previstos para cadaetapa. Pero no todas estas etapas tienen un tiempoasignado expresamente, caso de las Audiencias oComparendos que por lo general no tienen un tiempoespecífico para su convocatoria ni para su duración,salvo que el Legislador lo determine como en el Amparo,en que la Audiencia debe realizarse dentro de los tresdías de presentada la demanda (art. 6º Ley No. 16.011),en el proceso laboral (art. 9º Ley No. 18.572) o laaudiencia inicial del detenido que debe verificarsedentro de las veinticuatro horas (arts. 16 de laConstitución y 118 del Código de Procedimiento Penal).La tramitación de recursos y de incidentes con sus etapasincrementa estos “Tiempos Puros”.

18 V. Nota 106.20

Pero entre cada una de esas etapas existen una seriede actos procesales y administrativos que amplían lademora del litigio pero que son necesarios para elcumplimiento y desarrollo del mismo, que son dados enllamarse “los Tiempos Muertos o indeterminados del proceso”. Enestos “Tiempos Muertos” es donde se producen las mayoresdemoras y podemos mencionar como ejemplos de ellos:

a) Tiempos de comunicación (notificaciones);b) Tiempos entre convocatoria y fecha de audiencias;c) tiempos de diligenciamiento probatorio. Las notificaciones a domicilio suelen demorarse unos

quince días promedio en Montevideo, y de una a dossemanas en el Interior dependiendo de los casos y de lasefectividades de cada Oficina judicial. El Programa deFortalecimiento del Sistema Judicial Uruguayo(PRO.FO.S.J.U.) estima que estas dilaciones importan unatercera parte del tiempo total de duración de un proceso.Se espera que las notificaciones electrónicas a undomicilio por casilla de Email denominado “domicilioelectrónico” (Ley No. 18.237 y Acordadas Nos. 7637, 7644y 7648 de la Suprema Corte de Justicia) disminuyan laduración de los litigios por lo menos en ese tercio (19),pero sólo el futuro dirá cuán efectivas serán lasnotificaciones electrónicas, y cómo y cuánto incidirán enla disminución tanto de las demoras de las comunicacionescomo de las duraciones de los procesos. Si se trata decomunicaciones al extranjero, la prolongación en lostiempos de las mismas dependen de factores más complejos,como si existen o no Tratados entre nuestro país y elpaís donde se hará la diligencia, qué requerimientos seprecisan para esas comunicaciones, cómo son lasdistancias y qué acceso o qué receptividad a lacooperación hay en el sistema judicial del paísrequerido.

19 Datos de manejo usual en los ámbitos judiciales, no confirmadosestadísticamente.

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Los tiempos de dilación entre la fecha de convocatoriay la efectiva realización de las audiencias dependen delos distintos tribunales. Las citaciones penales o en losprocesos de Violencia Doméstica por lo general tienen lasdilaciones mínimas conforme a circunstancias y a lanaturaleza de los diferentes asuntos porque la urgenciade esas instrucciones así lo amerita. Las dilaciones másacentuadas en las comunicaciones se ven en los Juzgadosen materia de Familia, Civil y Contencioso Administrativode Montevideo, y en algunos Juzgados del Interior concompetencia variada no especializada o parcialmenteespecializada. En algunos Departamentos adyacentes aMontevideo y en Montevideo mismo, el suscrito en su laborjudicial conoció tribunales que convocaban a audienciaspara dentro de seis u ocho meses, e inclusive para dentrode más de un año. Esta tendencia ha decrecido en formanotoria a raíz de intervenciones administrativas de laSuprema Corte de Justicia sobre algunos tribunales.

Otro tiempo de dilación en los litigios se observa enel diligenciamiento de la prueba, particularmente en lospedidos de informes a empresas u organismos públicos oprivados, y en la elaboración de peritajes. En estasdiligencias existe buena parte de las demoras. Un Tallerde Intercambio sobre Duración de los Procesos Civiles(año 2009) recomendó a los Jueces: a) establecer yordenar plazos para responder las comunicaciones; b)imponer cargas a las partes para colaborar con losdiligenciamientos o trámite de esas pruebas; c) procurarel cumplimiento de los informes y peritajes para antes depróximas audiencias.

También existen “tiempos muertos” debidos a lainactividad de los Juzgados durante los llamados “DíasInhábiles” como las Ferias judiciales, los días feriados(Carnaval, Semana de Turismo, fechas patrias), y los díasinhábiles de fines de semana (sábados y domingos). Debetenerse en cuenta que en los procesos cuyos términos oplazos son menores a quince (15) días no se computan losdías inhábiles, y en los mayores a quince días no se

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computan las Ferias judiciales y Semana de Turismo (arts.92 a 96 del Código General del Proceso, arts. 86 y 87 delCódigo del Proceso Penal). En las Ferias judiciales (art.86 de la Ley No. 15.750 en su actual redacción) Mayor(del 24 de diciembre al 31 de enero del año siguiente) yMenor (del 1º al 15 de Julio) se pierden 53 días dondelos procesos no tienen casi actividad; a pesar de que unavieja Acordada de 1896 establece que las FeriasJudiciales son tiempo para la ordenación y preparaciónadministrativa del resto del año, en la práctica seutilizan para gozar Licencias y la actividad de loslitigios en ellas es casi nula (salvo casos de urgenciaque aprecia discrecionalmente el Juez o cuando haydetenidos). Si a estas Ferias judiciales les sumamos losdías feriados (Carnaval, Semana de Turismo, fechaspatrias dependiendo según los años si algunos caen o noen sábados o domingos) más los restantes sábados ydomingos del año, tenemos que entre 155 a 158 días del año losprocesos judiciales no tienen movimiento en el Uruguay, lo que representa un42,47 % a 43,29 % de los 365 días del año. Si a estos días ociosostodavía le agregamos lo que se pierde por paralizacionesen paros y huelgas judiciales, los días o tiempos deinactividad pasan a ser aún mayores.

En fin, un juicio o caso judicial dura tanto como lasuma de sus “tiempos puros” y sus “tiempos muertos”. Nopodemos dar ni atrever los tiempos de duración probablesde los litigios entre estos tiempos “puros” y “muertos”,porque dependen de las complejidades o problemas de cadacaso concreto y de cada tipo de procedimiento. Puedendurar lo que necesiten durar, o tener dilatoriasimprevistas. Lo cierto es que las duraciones de loslitigios no coinciden con la paciencia de las personas, yeso provoca situaciones de descontento y desconfianza.

La Muerte de las personas físicas o la desaparición oextinción de las sociedades o personas jurídicas queocurre durante el tracto procesal ocasiona trastornos ala prosecución de los procesos. En algunos casos deberáemplazarse a los sucesores (familiares o herederos), o

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habrá que ver cómo podrá seguirse los trámites contra lasempresas o los sucesores empresariales, si es queexisten. Si no pueden encontrarse continuadores de laspersonas físicas o jurídicas extintas o desaparecidasdurante el proceso, éste podrá eventualmente seguirse através de representaciones por Defensores de Ausentespero sin posibilidades de eficacia; en los restantescasos los trámites carecerán virtualmente de sentido uobjeto.

A su vez, las demoras de un proceso pueden depender deotros factores, como:

a) la complejidad de la materia;b) la actividad procesal de las partes interesadas;c) el comportamiento y diligencia de las autoridades

judiciales.Cada tipo de proceso de acuerdo a su fuero (materia) y

particularidades tiene sus respectivos tiempos deduración y sus respectivos grados de eficiencia. Como sonmúltiples los tipos de juicios y en algunos casos existensistemas especiales procesales (o sea de mecánica de losjuicios), el panorama se presenta muy heterogéneo.

No todas las demoras e ineficiencias son imputables alos tribunales. Se ha relevado el papel de los Abogadosen la dilación de los procesos quienes según su interésobstaculizan mediante recursos o subterfugios legales lasactuaciones, solicitan prórrogas o no colaboran con eldiligenciamiento de medios probatorios, artes llamadosvulgarmente “chicanas” (20). Los Jueces no siempre seponen firmes para aplicar cuando lo amerite las sancionesque correspondan (arts. 148 a 150 de la Ley No. 15.750).

Existen en el Uruguay unos 220 (doscientos veinte)diferentes tipos de procesos judiciales. Imposible seríay causaría un tedio apreciable ver qué pasa en qué pasaen cada uno de esos procesos. Trataremos de repasar los

20 INTERCONSULT, “Estudio…” cit., p. 7.24

más significativos y representativos a los efectos denuestro trabajo.

A) Juicios Civiles y ComercialesComprende todos los conflictos de carácter

patrimonial derivados de la actividad privada de laspersonas físicas o jurídicas sobre los cuales sepretende una condena a dar, hacer o no hacer (daños yperjuicios, problemas contractuales, cobro de pesos engeneral), que no corresponda específicamente a otrofuero o materia. Incluimos en esta categoría por susimilitud los procesos de indemnización patrimonialcontra el Estado (llamados “contencioso de reparaciónpatrimonial”) que se tramitan ante Juzgadosespecializados No Civiles (llamados “de lo ContenciosoAdministrativo”). Básicamente se rigen por el CódigoGeneral del Proceso (Ley No. 15.982, modificada por laLey No. 16.699 y otras normas concordantes, en vigenciadesde el 20.11.1989 conforme a la Ley No. 16.053), conlas especialidades de la Ley No. 15.881 para losJuzgados de lo Contencioso Administrativo. Entre esasetapas pueden existir múltiples actos intermedios(excepciones o defensas, citaciones de terceros,recursos) y hay procesos preparatorios (intimaciones,reconocimientos de firmas) que no siempre desembocan enjuicios.

El modelo tipo de estos litigios es el llamado“juicio ordinario” que en resumen está estructurado enbase a los siguientes actos: a) demanda; b)contestación (eventualmente también “excepciones” –planteamiento de problemas formales que obstan alproceso-, contrademanda o reconvención, citaciones “engarantía” o llamados de terceros al proceso); c)audiencia preliminar (ratificación de escritos,eventual conciliación, ordenación formal del debate);d) audiencia complementaria (para diligenciamiento deprueba); e) sentencia. En el entremedio o durantecualquiera de estas etapas pueden interponerse recursoso suscitarse “incidentes” (cuestiones conexas a ir

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resolviendo durante el litigio) que sin perjuicio deque en principio no tienen efecto suspensivo o nosuspenden el proceso salvo que pongan final al pleito(arts. 251, 252, 320 y 322 del Código General delProceso), pueden complicarlo, causar dilaciones yobstar a la decisión final.

Existe otro tipo de trámites de ejecuciones endinero o cobros “ejecutivos”, que se inician con unaresolución de despacho de condena (monitorios) y luegose sigue todo un mecanismo de ejecución; admitenposibilidad de excepción o defensa (arts. 354 ysiguientes, más 377 y siguientes del C.G.P.). En losJuzgados Civiles son aproximadamente el 52 % de losasuntos entrados (21), que no siempre terminan en unasentencia salvo el decreto inicial que queda Firme (enese particular, quedan “con fuerza de sentenciadefinitiva”), pero las Ejecuciones de esos procesos (osea, para lograr el cobro efectivo) pueden demorarseentre uno a cinco años promedialmente. En eltranscurso, los bienes pueden depreciarse, degradarse osufrir un aumento o acumulación de sus cargas fiscales,lo que disminuye las posibilidades de obtener un buencobro con la ejecución.

Para computar el tiempo estimativo de duración delos procesos no tomaremos en cuenta cuestiones o etapasllamadas “preparatorias” (intimaciones, obtención deprueba previa, medidas cautelares). Éstas ocasionan unaadición extra de tiempo. Tendremos en consideración lostiempos de los litigios desde la presentación de la demanda.

PEREIRA CAMPOS señala que podría estimarse unaduración promedio de 14,3 meses para los juiciosordinarios y unos 3,3 meses para los juicios monitoriosen la primera instancia (desde la demanda hasta lasentencia o resolución según el caso) (22). Empero, los

21 Al respecto, v.“http://www.poderjudicial.gub.uy/pls/portal30/docs/FOLDER/PJUDICIAL/ES/ESOJ/DS02/INFORME.PDF”, p. 8 (consultado el 15.6.2010).

22 PEREIRA CAMPOS, “El proceso…” cit., ps. 63-65.26

datos oficiales del Poder Judicial arrojan otrosresultados. Una información del Departamento deEstadísticas del Poder Judicial revela que los procesosde 1° instancia concluidos por sentencia definitiva enel año 2007 registraron una duración promedio de 26,3meses y una duración mediana de 22 meses; en el año2008 la duración promedio fue de unos 24,9 meses,mientras que la duración mediana desciende a 18,9meses. Se registra un mínimo de 3 días (correspondiente a una acción deamparo), y un máximo de 172,4 meses”, y a su vez vemos queexisten diferencias apreciables de duración de losprocesos entre los diferentes Juzgados Civiles (23).Acorde a una información periodística, los procesoscomunes revelan demoras de 24,9 meses “en promedio…,según datos oficiales” (24). En segunda instancia o ante losTribunales de Apelaciones, las demoras están estimadasentre unos 4,7 y 7,5 meses en segunda instancia,registrándose una baja a 2007 entre 2,3 a 5,8 meses yen 2008 entre 3,8 a 6,3 meses promedio (25); debetenerse presente que en estas etapas por lo general nose instruye prueba y que los expedientes cada vez másse deciden en estudio simultáneo y mediante decisiónanticipada por los Ministros de los Tribunales (arts.200 y 204 del Código General del Proceso), tendenciaque también se advierte en los Tribunales de

23 Puede observarse al respecto la información disponible enInternet, en“http://www.poderjudicial.gub.uy/pls/portal30/docs/FOLDER/PJUDICIAL/ES/ESOJ/DS02/INFORME.PDF” (consultado el 12.6.2010).

24 Este dato periodístico es preocupante, porque mostraría que veinteaños después de la reforma procesal civil (1989-2009) el promedio deduración de los litigios en primera instancia no es muy diferente aldel antiguo Código de Procedimiento Civil que se consideró obsoleto eineficiente. Al respecto, v. VARIOS AUTORES, “Diagnóstico…”, cit., p.45.

25 PEREIRA CAMPOS , “El proceso…” cit., p. 63-65. “El País”, “EsaJusticia…” cit.. En otro informe, este promedio habría bajado a uno 5,2 a6,6 meses para los Tribunales Civiles(“http://www.poderjudicial.gub.uy/pls/portal30/docs/FOLDER/PJUDICIAL/ES/ESOJ/DS02/INFORME+TRIBUNALES+2007_0.PDF” (consultado el 12.6.2010).V Nota 23.

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Apelaciones de otros fueros o materias. No contamos eltiempo de las etapas previas que pueden según los casosencontrarse antes de una demanda (conciliación,intimaciones, diligencias previas) que también llevansu trámite y dilación en su cumplimiento; si lasadicionáramos, tenemos que el juicio dura más aún. Encuanto a la casación (etapa eventual del proceso antela Suprema Corte de Justicia contra decisiones de losTribunales de Apelaciones que modifican la decisión deprimera instancia en todo o parte o que la confirmancon discordias de los Ministros de los Tribunales),PEREIRA entiende que se ha reducido su duración a“aproximadamente un año, con una clara tendencia a labaja” (26). En realidad, el número promedio que semaneja para las demoras en Casación es de diez a quincemeses, de acuerdo a una compulsa hecha en el año 2008por este autor en forma randomizada sobre unos 53expedientes judiciales civiles que tuvieron Casación.Advertimos que posteriormente a 2008 hubo una tendenciaa la disminución de los plazos para dictar sentencia deCasación entre ocho meses a catorce meses, que puedebajar para casos de problemáticas relativamente simpleso ya tratadas por la Suprema Corte de Justicia.

Pero hay procesos que por su complejidad puedendemorar años y hasta décadas, generando voluminososexpedientes de lectura tediosa; existen actualmente enel Poder Judicial un 10 % de procesos que poseen más decinco años (27).

En materia civil y comercial, la situacióndescripta preocupa porque la actividad judicial estáregulada de tal manera que el incumplimiento de losplazos marcados para cada hito del proceso puedesuponer que las entidades vean esfumarse susposibilidades de recuperar siquiera parte de la deuda,lo que hace necesario no perder de vista este requisito

26 PEREIRA CAMPOS, “El proceso…” cit., p. 118.27 “El País”, “Esa Justicia…” cit..

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fundamental para que los expedientes puedan seguir sucurso (28).

Es de destacar que en el Uruguay se ha reformado elProceso Concursal en el año 2008 por las Leyes Nos.18.387 y 18.411, relativas a ejecuciones colectivas dedeudores. El tiempo dirá si esta transformación hahecho a estos procesos más rápidos y eficientes; porahora la evaluación es prematura. Pueden estos trámitesdurar mucho más tiempo que los tiempos señalados paralos procesos ordinarios, y pueden importar escasoresultado económico para los acreedores que quienesquizá no lleguen a cobrar su crédito.

B) Procesos LaboralesLa Justicia Laboral resuelve en el Uruguay los

conflictos individuales de trabajo entre operarios ypatronos (los conflictos colectivos y sindicales aconocimiento de la Justicia se dirimen por la JusticiaCivil, no la Laboral, en base a la interpretación delos arts. 106 de la Ley No. 12.803 y 68 de la Ley No.15.750). Hasta no hace mucho se regían los litigios detrabajo por el Código General del Proceso (que habíaderogado el procedimiento especial laboral del Decreto-Ley No. 14.188), y se reformaron por un procedimientomás breve en el 2009 a través de la Ley No. 18.572 (quebásicamente reduce en buena parte los plazos para losactos procesales y limita las defensas o recursos enciertos casos, estableciendo procesos más abreviados yuno diferencial para casos de menor cuantía). En losprocesos laborales, que tratan asuntos relativos apersonas vulnerables cuyos créditos son consideradosalimentarios como los trabajadores, una duraciónpromedio de dichos litigios importa unos 16,2 meses en

28 CRUZ-ESTADAO Ricardo, “Código de Banca. Gestión eficiente de los procesosjudiciales”, en “CincoDías.com”, 25.10.2010, en“http://www.cincodias.com/articulo/empresas/Gestion-eficiente-procesos-judiciales/20100524cdscdiemp_26/cdsemp/” (consultado el11.6.2010).

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primera instancia (29) y unos 4,7 en los Tribunales deApelaciones (30). Precedido de un nutrido debate en labúsqueda de soluciones más celeras y eficientes paralos juicios laborales (31), la Ley No. 18.572 haintentado sensibilizarse estableciendo un proceso másabreviado para lograr eliminar las actitudes procesalesdilatorias y de atender la eficacia y cumplimiento delas sentencias judiciales (32), si bien ha sido muycriticado porque algunas normas establecen clarasdesigualdades a los demandados, lo que ha motivadodemandas y defensas de inconstitucionalidad ante la

29 “El País”, “Esa Justicia…”, cit.. También coincide la informaciónoficial, en“http://www.poderjudicial.gub.uy/pls/portal30/docs/FOLDER/PJUDICIAL/ES/ESOJ/DS02/DURACI%D3N+DE+PROCESOS+LETRADOS+LABORAL+MVD+2008_0.PDF”(consultado el 12.6.2010).

30 V.“http://www.poderjudicial.gub.uy/pls/portal30/docs/FOLDER/PJUDICIAL/ES/ESOJ/DS02/DURACION+DE+PROCESOS+CONCLUIDOS+POR+SENTENCIATRIBUNALES+AP.+2008_0.PDF” (consultado el 12.6.2010).

31 V. ETTLIN Edgardo, “Apuntes por una justicia laboral más celera en la RepúblicaOriental del Uruguay”, en“http://www.rau.edu.uy/universidad/inst_derecho_del_trabajo/etlinmonitorio.htm” (consultado el 10.6.2010) , y “Una propuesta para agilitar lostiempos procesales en los litigios de trabajo: El proceso laboral como un proceso urgente, deestructura monitoria”, en “Derecho Laboral” Tomo XLVIII No. 220;Montevideo, Octubre-Diciembre 2005; ps. 801-816.

32 V. “República Oriental del Uruguay. Cámara de Representantes. Secretaría Comisiónde Legislación y Trabajo, Anexo I al Repartido No. 1608”; Montevideo, setiembre de2009, p. 2.

Increíblemente y contra lo que se plantea en los Antecedentesde la Ley No. 18.572 que tachaba al proceso del C.G.P. como un procesoineficiente para el fuero laboral, un artículo en el extranjero hablóloas del proceso judicial laboral uruguayo con el sistema del C.G.P.anterior a la reforma y llegó a esta aseveración: “Una opinión es unánimeentre los expertos: la Justicia del Trabajo del Uruguay es eficiente”. V. NOGUEIRA Bárbara(2007), “Uruguay. Búsqueda del perfeccionamiento en el área laboral”,en “Revista ALJT (Asociación Latinoamericana de Jueces del Trabajo)”,Año 1, número 2, 2007, ps. 17 a 23.

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Suprema Corte de Justicia, que en la práctica hantrasuntado en la paralización de esos procesos (33).

C) Procesos de Familia y de AdolescentesLos procesos de Familia conciernen a todos aquellos

procesos vinculados a la institución familiar legitimao de hecho, como también en cuestiones sucesorias yasuntos relativos al estado capacidad y adopción oausencia, sin perjuicio de lo que les asignan otrasleyes especiales (art. 69 Ley No. 15.750, Leyes Nos.17.514, 17.823, 18.590, 18.620). Básicamente estánprevistos en el Código General del Proceso y en elCódigo de la Niñez y Adolescencia (éste Ley No.17.823), más normas complementarias. Tienen unaduración promedio acorde a su complejidad. En los“Juzgados de Familia Especializados” (Montevideo) setratan asuntos de Violencia Doméstica y de protección aderechos vulnerados de niños y adolescentes concarácter de urgencia (Ley No. 17.514 y Código de laNiñez y Adolescencia).

Un caso de tenencia y pensiones sin oposicionessuele en nuestro país durar entre tres a cinco meses.Un proceso sucesorio estaría en el mismo entorno.Complicaciones debidas a oposiciones y problemasespeciales prolongan el tiempo de dilucidación.Particiones (o repartos, en sentido vulgar) deherencias pueden durar años según la complejidad, yhemos visto particiones sucesorias de hasta décadas. Enellos se ventilan procesos alimentarios, de situación

33 La sentencia No. 137/2010 de la Suprema Corte de Justicia de fecha21.6.2010, constituyendo un “leading case” en la materia, declaró laInconstitucionalidad de los arts. 14 inc. 1º (que determinaconsecuencias diferentes en caso de inasistencia a la audiencia segúnel ausente fuera actor o demandado) y 17 inc. 2º (que obliga aldemandado a depositar la mitad del monto de la condena como requisitoprevio para apelar) de la Ley No. 18.572. Asimismo la sentencia No.221/2010 de la S.C.J. declaró inconstitucional el trámite depresentación de demanda hasta el llamado a audiencia y los efectos dela incomparencia a la audiencia, en el proceso laboral de menorcuantía (arts. 21 y 22 inc. 2º de la Ley No. 18.572).

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de niños y adolescentes, cuya problemática no puedeesperar. En los procesos contra la ViolenciaDoméstica (Ley No. 17.514), la duración varía conformea los requerimientos y complejidad de cada caso. Puedenarchivarse en unos tres a cinco meses, o durar mástiempo si la situación requiere audiencias evaluatoriaso revisiones (34). Los Tribunales de Apelaciones demoranentre 5,5 a 5,8 meses (35).

Los procesos de Adolescentes en infracción oconflicto con la Ley se tramitan ante JusticiaEspecializada de Adolescentes. Teóricamente no deberíansobrepasar los sesenta días (art. 76 Ley No. 17.823).

D) Procesos AduanerosSe tramitan por los arts. 245 y siguientes de la

Ley No. 13.318, en casos de defraudación y diferenciaaduaneras, y contrabando.

En materia aduanera se estima que estos procesos(datos disponibles entre 1998 a 2003) duran aproximaday promedialmente entre 1 a 4 (uno a cuatro) años (36).Reencontrarse con la mercadería por el denunciado encaso de ser absuelto o clausurarse los procesos en su

34 No hay datos estadísticos sobre la duración promedial de estosprocesos de Familia Violencia Doméstica. Al respecto v.“http://www.poderjudicial.gub.uy/servlet/page?_pageid=56&_dad=portal30&_schema=PORTAL30&_type=site&_fsiteid=34&_fid=17323&_fnavbarid=1&_fnavbarsiteid=34&_fedit=0&_fmode=2&_fdisplaymode=1&_fcalledfrom=1&_fdisplayurl”, y“http://www.poderjudicial.gub.uy/pls/portal30/docs/FOLDER/PJUDICIAL/ES/ESOJ/DS02/INFORME+VIOLENCIA+DOM%C9STICA+A%D1O+2008.PDF” (consultadoel 12.6.2010).

35 V. sobre el particular,“http://www.poderjudicial.gub.uy/pls/portal30/docs/FOLDER/PJUDICIAL/ES/ESOJ/DS02/DURACION+DE+PROCESOS+CONCLUIDOS+POR+SENTENCIATRIBUNALES+AP.+2008_0.PDF” (consultado el 12.6.2010.

36 A propósito,“http://www.poderjudicial.gub.uy/pls/portal30/docs/FOLDER/PJUDICIAL/ES/ESOJ/DS02/DURACION+DE+LOS+PROCESOS+CONCLUIDOS+CON+SENTENCIA+DEFINITI%85.PDF”(consultado el 12.6.2010).

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contra, o que los denunciantes puedan cobrar sobre elproducto de la venta o remate las mercaderías eninfracción cual es su derecho, puede ser un trámitelargo y tortuoso. El trámite de las apelaciones antelos Tribunales de Alzada es el mismo que para laJusticia Civil, porque los Tribunales de Apelaciones enlo Civil atienden las segundas instancias aduaneras.

E) Procesos PenalesEn los procesos penales (materia encargada de

determinar responsabilidades personas indiciadas oacusadas de haber cometido delitos o faltas, reguladosbásicamente por el Código del Proceso Penal, Decreto-Ley No. 15.032) podemos ver que los procesos duran ensu mayoría, por tratarse de cuestiones relativamentesimples (delitos contra la propiedad), unos 13 a 14meses (37). En el año 2007 el 33% de los procesos tuvouna duración inferior a los 7 meses, un 38% de losprocesos más de 7 meses y menos de 13 y el restante 29%más de 13 meses y menos de 21,9 meses (38). Las mayoresdemoras se advierten en las etapas de investigación einstructorias (presumario y sumario). Saber si uno seráo no procesado (presumario) puede tener un promedio desiete meses (39). La Suprema Corte de Justicia intentólimitar el tiempo de duración de los presumarios (etapaprevia al procesamiento, destinada a la obtención delos elementos probatorios de convicción suficientes) aun año (40), porque el sumario está limitado a 120 díassi bien pueden pedirse tantas prórrogas como autorice

37 “El País”, “Esa Justicia…” cit.. V. nota siguiente.38 Puede consultarse al respecto

“http://www.poderjudicial.gub.uy/pls/portal30/docs/FOLDER/PJUDICIAL/ES/ESOJ/DS02/DURACI%D3N+DE+PROCESOS+PENALES+EN+TODO+EL+PAIS+EN+2007.PDF” (consultado el12.6.2010).

39 V. el “Reporte de Uruguay” para el Centro de Justicia de lasAméricas, en “http://www.cejamericas.org/reporte/pdf3/Uruguay.pdf”, p.14 (consultado el 12.6.2010).

40 Acordada 7543 y Circular 58/2005 de la Dirección General de losServicios Administrativos de la Suprema Corte de Justicia.

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la Suprema Corte de Justicia (art. 136 del Código delProceso Penal). Uruguay es el país con un importanteporcentaje de procesados esperando sentencia de condena(41), habiéndose constatado a 2008 un 63,35 % dereclusos sin sentencia. Los trámites en los Tribunalesde Apelaciones penales duran unos 5 a 5,6 meses (42). Elnúmero de Reclusos ha aumentado de 2.244 en 1989 a7.214 en el 2007 (o sea, un 321,44%) y estaríamos segúnel Inspector Mayor DE LOS SANTOS en el entorno de 9.000para el año 2010 (43), ubicando al Uruguay como el paísde mayor tasa de prisionalización de la región. Elcolapso virtual del sistema carcelario uruguayo es demanejo público; los políticos no se han puesto deacuerdo todavía si más cárceles, o si la liberación ouna amnistía de presos (en ese supuesto habrá quedeterminar para quiénes), serían soluciones. Hasta elmomento el Uruguay no ha podido lograr una reforma enserio de su Código de Proceso Penal luego del fracasadointento de la Ley No. 16.893, que se había impulsadojustamente bajo la necesidad de corregir estasinequidades (44). Es materia pendiente en nuestro país y

41 Datos del Ministerio del Interior de Uruguay. Al respecto v.“http://cejamericas.org/reporte/muetra_pais3.php?idioma=espanol&pais=URUGUAY&tireport=REPORTE4&seccion=PPENAL07”(consultado el 10.6.2010).

42 No se instruye ni tramita instrucción de prueba por lo general enla segunda instancia penal. V.“http://www.poderjudicial.gub.uy/pls/portal30/docs/FOLDER/PJUDICIAL/ES/ESOJ/DS02/DURACION+DE+PROCESOS+CONCLUIDOS+POR+SENTENCIATRIBUNALES+AP.+2008_0.PDF” (consultado el 12.6.2010).

43 DE LOS SANTOS Roberto, “Situación Carcelaria y Criminalidad”; Montevideo,Centro de Altos Estudios Nacionales (C.AL.E.N), 28.4.2010(presentación en Power Point).

Para la situación de superpoblación de las cárceles se haintentado acudir también a la Justicia; al respecto v. GUERRA PÉREZWalter, “Amparo para tutelar derechos fundamentales violados en cárceles del Uruguay”,en “Revista Uruguaya de Derecho Procesal” No. 2/2008, ps. 219-235.

44 PREZA RESTUCCIA Dardo, “Comentarios al nuevo Código del Proceso Penaluruguayo. Ley No. 16.893”; Montevideo, 1998, Ingrasuni Ltda.., ps. 12-14,137-139.

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para muchos casos el juzgamiento penal en un plazorazonable (art. 7º inc. 1º num. 5º del Pacto de SanJosé de Costa Rica –ratificado por el art. 15 de la LeyNo. 15.737-), lo que quedó en evidenciainternacionalmente cuando el Comité Interamericano deDerechos Humanos observó severamente al Uruguay conmotivo de un caso concreto (45). El co

F) Procesos Contencioso Administrativos(contencioso de anulación)

La impugnación de los actos administrativos se havuelto un Calvario para los justiciables. Sólo la víaadministrativa puede demorar de acuerdo a diferentessituaciones entre 150 a 250 días como mínimo (46), ydespués si la Administración no revisa su acto (lo queno suele ocurrir), recién ahí debe promoverse unaDemanda de Nulidad ante un único y sobrecargadoTribunal de lo Contencioso Administrativo regulado porel un ya obsoleto procedimiento (47). Así, la decisiónfinal sobre la controversia de cualquier ActoAdministrativo (desde una multa de tránsito hasta unadestitución o una Licitación por millones de Dólares)puede demorar entre dos a cinco años. Si luego de esetiempo el acto se anula, no siempre sabemos cómo podrácomponerse la situación porque ya el daño está hecho.Quedará el derecho de pedir una indemnización endinero, pero eso no arregla las cosas. En la reformaconstitucional de 1996-1997 se intentó a través de unamodificación del art. 312 de la Constitución dar a lapersona la posibilidad de reclamar a la Justicia común

BERMÚDEZ Víctor Hugo, “La oralidad y el proceso penal”, en “RevistaUruguaya de Derecho Procesal” No. 3/95, ps. 277-286.

45 V. “INFORME No. 86/09, CASO 12.553 FONDO JORGE, JOSÉ Y DANTE PEIRANO BASSOREPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY 6 de agosto de 2009”, en“http://www.cidh.org/annualrep/2009sp/uruguay12553.sp.htm” (consultadoel 10.6.2010).

46 “Tiempos puros” de los arts. 5º y 6º de la Ley No. 15.869, en laredacción del art. 41 de la Ley No. 17.292.

47 Arts. 309 y siguientes de la Constitución, Decreto-Ley No. 15.524,Ley No. 15.869 más normas concordantes y modificativas.

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por los daños y perjuicios directamente sin esperar ladeclaración de nulidad del acto administrativo, perofue peor el remedio de la enfermedad porque no quedóclaro si había que esperar que la Administración dierala última palabra sobre el acto (eso es, que quedaradefinitivo) o si puede uno reclamar directamente sinpedir a la Administración la revisión (48), y esadiscusión entorpece el trámite. Y ni se hablará si laJusticia ordinaria otorga una indemnización por dañocomo si el acto hubiera sido ilícito o desviado ydespués el Tribunal de lo Contencioso Administrativoconfirma al acto o sea, lo declara indirectamentelícito.2. Mayores presiones de trabajo en los Juzgados por

más cantidades de asuntos y nuevos procedimientosLa constatación de mayor número de asuntos a

conocimiento de los Juzgados puede deberse: a) A cuestiones coyunturales (tiempos de crisis

económicas, por ejemplo); b) A la superposición de asuntos antiguos y nuevos; c) A la asignación de nuevas competencias y

responsabilidades a los tribunales.A nivel global de los Juzgados se ha observado, luego

del “pico” de elevación de los volúmenes de asuntosiniciados en niveles previos al año 2002, un incremento apartir del ejercicio 2006 en los asuntos entrados alPoder Judicial donde el salto más grande últimoregistrado se observa en el año 2008. Entre 2000 y 2008los Juicios aumentaron aproximadamente casi un 24 %; peroentre 2008 y 2009, el volumen de asuntos disminuyó en un2,4 %, registrándose un -5,4 % de descenso en Montevideoy manteniéndose la cantidad relativamente estable en elInterior (aunque no hubo descensos en todos los casosregistrándose aumentos de trabajo en materia laboral,48 Por estar fuera del objeto de nuestro trabajo no reproduciremos ni

reproduciremos bibliográficamente la frondosa polémica jurisprudencialy doctrinaria al respecto.

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concursal, contencioso administrativo y adolescentes paraMontevideo, y en materia civil en sentido amplio en elInterior) (49).

En la Suprema Corte de Justicia las acciones deInconstitucionalidad de las Leyes (arts. 253 y ss. de laConstitución más 508 y ss. del C.G.P.), antes ínfimaminoría, proliferaron en los últimos años. Constituyen enel 2008 el 59,6% del trabajo actual que ingresó a laCorte (50).

Un factor que incide negativamente en la eficienciadel Poder Judicial es cada vez mayor “judicialización” delas problemáticas sociales de la ciudadanía. En losprimeros años del siglo XXI el sistema político y lasociedad civil han cargado al Poder Judicial con laresponsabilidad de dilucidar conflictos de marcadocarácter social y de base cultural que más bienrequerirían prontas y preventivas soluciones políticoadministrativas, como la Violencia Doméstica y laminoridad infractora (que ya hemos visto), las crisis delos bancos y del sistema económico, las cuestiones decorrupción y hasta los conflictos y acusaciones entre lospolíticos (51).

Nuevos procesos instaurados por el Legislador sumanmás trabajo, complicaciones y tensiones a los tribunales.Normalmente no se estudia si éstos están capacitados, sitienen recursos o si tienen el personal con el perfilsuficiente para atenderlos o absorberlos. En este sentidose observa en el Uruguay más voluntarismo e improvisaciónque planificación. Tampoco se estudia cómo cada procesonuevo cargará y en qué grado a los diferentes Juzgadosdel país (generalmente toda reforma o asignación denuevas competencias perjudica más al Interior que aMontevideo). El Poder Judicial se ha visto así como el

49 PODER JUDICIAL-SUPREMA CORTE DE JUSTICIA (2009), “Anuario Estadístico2008”; Montevideo, Agosto de 2009, ps. 15-16; “Anuario Estadístico 2009”, p.6.

50 PODER JUDICIAL…, “Anuario…” cit., p. 20. 51 CASTRO, “Los Jueces…” cit., p. 71. “El País”, “Esa Justicia…” cit..

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recurso “bueno, bonito y barato” de siempre al cualecharle mano cada vez que el sistema político necesitahacer ver a la población que se está preocupando poralgún problema social: el mecanismo más sencillo y“económico” es “que resuelvan esas cuestiones losJueces”; por supuesto sin asignaciones presupuestales nirecursos correspondientes (a contrapelo del art. 86 inc.2º de la Constitución), todo por lo general con lasobrecarga de trabajo del caso y sin justa retribución(contra el art. 54 de la Constitución). Así ha sucedidopor ejemplo con la Ley de Violencia Doméstica (No.17.514), con los problemas de la Niñez y Adolescencia(Ley No. 17.823, Código de la Niñez y de laAdolescencia), con la aceleración de los procesoslaborales (Leyes Nos. 17.940 y 18.572), y los conflictossobre Relaciones de Consumo (Ley No. 18.507). Estopresiona a muchas Sedes Judiciales al límite o excediendosus capacidades de trabajo, principalmente a aquellas delInterior que deben atender variados fueros (Juzgadosllamados vulgarmente “de demás materias” o“multimateria”), generando atrasos y colapsos enocasiones, lo que atenta contra la eficiencia y eficaciade la Justicia especialmente fuera de Montevideo.

Cada conflicto en masa o social que se asignasolucionar al Poder Judicial debería plantear dudas sobresi la solución debería solo pasar por el abordajejudicial, si aquel Poder está capacitado o si tiene losrecursos necesarios para absorberlo, o si la solución esidónea para todo el país y no sólo para Montevideo,aunque advertimos que esos temas no suelen preocupar alLegislador. Agregar vinos nuevos a odres viejos ycansados se traduce a mediano plazo en procesos máslentos e ineficientes. La burocracia y la lentitud, porotra aparte, siempre vuelven por sus fueros porque nosiempre la primera está adaptada o capacitada, o convoluntad suficiente, para admitir y asumir los nuevosdesafíos que se le imponen, en ocasiones en forma pococonsulta.

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ALVARADO VELLOSO nos informa que ha crecidodesmesuradamente el índice de litigiosidad civil y penal,motivado por la “justiciabilidad” de casos “claramente nojusticiables” (52), a lo que le agregaríamos la políticalegislativa nacional de cargar cada vez más al abordajejudicial con cuestiones que deberían en realidad serpreviamente objeto de políticas administrativas y deconcientización social, como la violencia doméstica, lascuestiones sobre relaciones de consumo, la minoridad enriesgo, el medio ambiente.

Una sobrecarga en la maquinaria de los tribunales connuevos juicios, nuevas audiencias y procedimientoscolaterales da por resultado un sistema poco práctico eincapaz de funcionar; es según FLEMING, como un avestruzque tiene alas pero no puede volar o como un hermosomodelo a escala que nunca pudo despegar (53).

3. Factores Económicos, Humanos y TecnológicosEl factor tecnológico y humano incide en la demora y

eficiencia o deficiencia de los procesos porque es elmotor intelectual y operativo de estos últimos. Por suimportancia lo analizaremos en un Capítulo siguiente yaparte.

IV. EL PAPEL DE LOS RECURSOS ECONÓMICOS, DE LATECNOLOGÍA Y DEL FUNCIONARIADO EN LA CONFORMACIÓN DE LOSPROCESOS JUDICIALES EFICIENTES

El Poder Judicial recibe o ha recibido según las épocasentre el 1,3 y 1,5 por ciento del Presupuesto Nacional (54),de lo cual un 81 % es destinado a sueldos, el 13 % a gastosy el 6 % a inversiones (55). O sea, se trata de un

52 ALVARADO VELLOSO Adolfo, “El garantismo judicial”, en “Revista deDerecho y Tribunales” No. 13; Montevideo, junio 2010, Editorial yLibrería Jurídica Amalio M. Fernández-RCE, p. 29.

53 FLEMING Macklin, “El precio de la Justicia Perfecta”; México D.F., 1983,EDAMEX, p. 15.

54 MOREIRA Constanza, “Pensando en la Justicia”, en “La República”;Montevideo, 12.4.2010.

55 “El País”, “Esa Justicia…” cit..39

presupuesto relativamente bajo en comparación con el restode América Latina, quizá el más bajo (56), y que incide enla eficiencia de la Justicia porque el presupuesto judiciales mucho más que la determinación de la retribución deMagistrados (Jueces), técnicos y funcionarios; unaasignación presupuestaria magra afecta la organización delos tribunales y los medios con que éstos cuentan parajuzgar y hacer ejecutar lo juzgado (57).

De acuerdo a información obtenida por nosotrosdirectamente de la División Recursos Humanos del PoderJudicial, contaba el Uruguay al 3.6.2010 con 487 Jueces(más 2 miembros Jueces militares), 2.599 FuncionariosAdministrativos, 271 Defensores de oficio, 375 Auxiliares yunos 734 funcionarios calificados entre ProfesionalesAuxiliares, Técnicos y Directores. En una poblaciónprevista para 2010 de 3.356.584 habitantes (58), tenemos queexiste un Juez por cada 6.893 habitantes que se encuentraadecuado, pero no es un dato positivo porque la asignaciónde Jueces por competencia y por materia o fuero no estáuniformemente distribuida en los diferentes Departamentosde nuestro país. En 2004 Montevideo tenía más JuecesLetrados por habitante frente a los restantesDepartamentos, y Canelones era el que tenía menos JuecesLetrados por habitante (59); no ha mejorado mayormente hastaahora (60). Esto permitirá ver que según el lugar yasignación de competencia que corresponda, un Juez puede

56 Podemos establecer esta comparación con los porcentajes dados paraotros Poderes Judiciales de Latinoamérica en CORREA SUTIL Jorge,“Acceso a la Justicia y Reformas Judiciales en América Latina. ¿Alguna esperanza de qué mayorigualdad?”, en “http://islandia.law.yale.edu/sela/jcorrs.pdf”, p. 5(consultado el 12.6.2010).

57 CASTRO Alicia, “Los Jueces…” cit., p. 71, Nota 7.58 “http://es.wikipedia.org/wiki/Uruguay - 437k” (consultado el

18.6.2010).59 ETTLIN, “Apuntes…” cit..60 En el año 2009 Canelones fue el Departamento con menor número de

Jueces por habitante (0,9 cada 10.000), y los que tienen más Juecespor habitante son Flores y Río Negro (2 cada 10.000). Montevideo tuvoen 2009 1,06 Jueces cada 10.000 habitantes (Fuente, PODER JUDICIAL-SUPREMA CORTE DE JUSTICIA, “Anuario Estadístico 2009”, p. 14).

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tener mayor presión de trabajo que un par suyo de otroDepartamento.

El funcionariado también se encuentra desigualmenterepartido en el territorio nacional de acuerdo arequerimientos de Juzgados (conforme a las necesidades desus respectivas competencias) y de coyunturas de ingresos,aunque podemos decir que los criterios para determinar cuáles el número de funcionarios necesarios deseable para cadatribunal no siempre están claros; el número de funcionariospara cada tribunal se establece empíricamente y enocasiones, deben proveerse funcionarios para cubrirdeficiencias o malos rendimientos de funcionarios yaexistentes.

Es cierto que una mayor presión de trabajo sobre laJusticia puede demandar más funcionarios y Jueces, aunqueestos incrementos suelen ser coyunturales y no existenelementos serios que indiquen que por el momento seprecisaría más personal, salvo en el caso de reformasprocesales estructurales como podría ser en el supuesto deque se aprobara una reforma del Código del Proceso Penal.

Recientes datos difundidos por el Diario “El País” deoctubre de 2009 revelan cifras y datos preocupantes: elpromedio etario de los funcionarios judiciales es de 45años, son de los funcionarios peor pagados del PresupuestoNacional (lo que opinamos contribuye al desestímulo, a lafalta de incentivo y a la pérdida de la mística que antestenía el funcionario judicial), y unos 800 de ellosestarían con problemas psiquiátricos (o sea, un 22,86 %del funcionariado total en números relativos) (61), aunquedebemos decir que no existen elementos serios que muestrenque ese elevado porcentaje de enfermedad esté provocado porexceso o “stress” de trabajo. Todavía hoy percibimos que nose premia el rendimiento, salvo una “prima por asistencia”que en realidad no es sino un aumento de sueldo “perlado”.Sin duda, este perfil funcionarial ocasiona un severo“handicap” a la eficiencia de los procesos judiciales. Los

61 “El País, “Esa Justicia…”, cit.. Los comentarios entre paréntesis sonnuestros.

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sistemas de Calificaciones (cuyo último Antecedentenormativo es la Acordada No. 7525) de los funcionariosadministrativos a nuestro criterio son escasamenteobjetivos y carecen de rigor técnico, por lo que no siemprese sabe si los que ascienden en la carrera administrativafuncional del Poder Judicial son los mejores o si realmentelo merecen.

No sabemos qué eficiencia ni qué garantía de eficienciay de eficacia puede dar un Poder Judicial en estascondiciones.

Mentalidades burocratistas e incapacidades en la funciónconspiran para las demoras, los trámites indebidos einnecesarios, e incluso cierta negligencia ocasionatraspapelamientos. Los usuarios del Poder Judicial suelenquejarse del maltrato recibido por los funcionarios ymandos medios (actuarios, secretarios) (62).

El equipamiento tecnológico actual del Poder Judicial esactualmente digno e idóneo, y se está implementando unSistema de Gestión Judicial informático de últimageneración para todo el país a través del Programa deFortalecimiento del Sistema de Justicia Uruguayo(PRO.FO.S.J.U.). En cuanto a logística e implementos, nohay reservas a apuntar.

No obstante estar distribuidos equitativamente losrecursos materiales (presupuesto, tecnología e insumos),las Estadísticas en cuanto a las duraciones de los procesosofrecen resultados totalmente asimétricos y disímiles entrelos diversos tribunales (63). El autor planteó en el Tallerde Intercambio sobre Duración de los Procesos Civiles(2009) que las disimilitudes en las duraciones de losprocesos, que se revela diferente para cada Juzgado y cadaOficina, es explicable por el heterogéneo rendimiento del

62 Un Buzón de Quejas dispuesto por el suscrito hace años en unJuzgado del país (no diremos lugar ni clase de Juzgado) recogió elprimer día de instalado… ¡15 quejas! La experiencia tuvo quediscontinuarse dado la resistencia y la falta de costumbre que teníala Oficina con ese tipo de gestiones.

63 V. Nota 23.42

personal judicial en cada repartición, por lo que en elUruguay la celeridad y la eficiencia de los procesos no estaría dependiendo delequipamiento o del factor tecnológico o presupuestal, sino del rendimientohumano. Porque lo cierto es que no todos los Jueces nitodos los funcionarios tienen el mismo rendimiento en eltrabajo.

El Poder Judicial intenta mejorar el nivel y rendimientode los Jueces, para lo cual ha dispuesto un rigurosoproceso de selección a través de la Escuela Judicial en laórbita del Centro de Estudios Judiciales, y se haestablecido un sistema de monitoreo para calificación yrecomendación de ascensos cuyo último régimen está diseñadopor la Acordada No. 7542. Esto no estaría bastando paraevitar críticas a la labor judicial, que algunos usuariosconsideran cada vez más pobre y menos técnica, aparte derecordar que los justiciables y profesionales se hanquejado de que suelen ser maltratados por los Jueces (64).

Principalmente, entendemos que los problemas derendimiento, de las excesivas duraciones de los procesos yde las ineficiencias radicarían en que no se estáprocediendo al Pleno Empleo de los Factores (Tecnología,Recursos Económicos, Recursos Humanos) que dispone el PoderJudicial. Estas ideas son recogidas en un trabajo elaboradopor nosotros en coautoría con SALABERRY y RODRÍGUEZ DASILVEIRA (65). Creemos que a pesar de las carenciaseconómicas y tecnológicas (recursos que en el Uruguaysuelen ser escasos y no siempre son operados óptimamente),el Factor Humano puede hacer la diferencia para llegar ylograr una actividad judicial eficiente. Sobre el temavolveremos más adelante (66).

V. ESFUERZOS REALIZADOS PARA QUE EL URUGUAY DISPONGA DEPROCESOS EFICIENTES

64 INTERCONSULT, “Estudio…” cit., p. 7.65 SALABERRY-ETTLIN-RODRÍGUEZ DA SILVEIRA, “Gestión de calidad…” cit.,

p. 11.66 V. Capítulos VII y VIII.

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En la necesidad de lograr procesos eficientes lasreformas o modificaciones legislativas se hacenimportantes. En el Uruguay, el comienzo de la reformaprocesal comienza desde que hubo consenso en que el modelovigente hasta el momento se encontraba exhaustivamenteobsoleto y defectuoso, y de que se había “…llegado a un grado deineficiencia jamás conocido” (67). La política de Reforma procesalen el Uruguay impulsada en la segunda mitad del siglo XX,que comenzó por los procesos civiles, en una búsqueda demayores resultados apuntó a simplificar etapas, abreviarlos términos o plazos de aquéllas y disminuir los recursosadmisibles. Sin embargo, la problemática y la situaciónplanteada en el Uruguay nos demuestra que todavía no hemosdado en los distintos procesos judiciales con un mecanismocon vocación de eficiencia. Por supuesto, las solucionesdependen de las especialidades y particularidades de cadatipo de procesos dentro de las realidades en que seaplican, y como todo producto humano que día a día seprueba con la evolución y los cambios de la sociedad,siempre precisaría periódicamente revisiones y ajustes.

Recordando a ANDRIGHI en lo que es trasladable paranuestra realidad, nos consta que en el Uruguay todos losMagistrados están preocupados con los rumores sobre elPoder Judicial como institución y sobre la calidad delservicio que presta a la comunidad, y que las mejorastecnológicas y la modernización no son suficientes paraevitar la morosidad de los procesos, lo que tampoco ha sidoajeno a los Abogados del Foro nacional porque también ellosson responsables de la Administración de Justicia (68).

67 CÁMARA DE SENADORES, “Código General del Proceso. Antecedentes y discusión en laComisión de Constitución y Legislación del Senado y en la Cámara de Senadores”;Montevideo, 1988, p. 9.

VESCOVI señaló que la desconfianza en la Justicia es un elementofundamental del deterioro judicial y de peligro para el sistemademocrático, de ahí la necesidad de una reforma procesal. Al respectov. VESCOVI Enrique, “La reforma de la Justicia en Uruguay”, en “RevistaUruguaya de Derecho Procesal” No. 1/90; Montevideo, Fundación deCultura Universitaria, p. 23 nota 15. Ello sigue vigente.

68 ANDRIGHI Fátima Nancy, “A Democratizaçao da Justiça”, en “RevistaUruguaya de Derecho Procesal” No. 3/98; Montevideo, Fundación de

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Lograr la eficiencia procesal es un desafío cotidianoque requiere estrategias, políticas y monitoreos alertas ysincrónicos, pero por supuesto también necesita voluntadeshumanas, políticas y judiciales dispuestas porque sin ellasno existirán propuestas ni soluciones. BARBOSA MOREIRAmuestra la contracara del reformismo procesal. Según él lamayoría de los países no están conformes con sus sistemasde Justicia y encaran esfuerzos destinados a abreviar losprocesos principalmente, pero en la práctica es difícilsaber si se logra el objetivo, lo que puede llevar adecepciones y malestares porque no siempre se constataestas posibles mejorías (69). Ya no es posible concebir unmodelo procesal que quiera ser eficiente con vocación deperennidad, sin una crítica y observación de cómo realmentefunciona.

FLEMING nos previene que “el ideal de laperfectibilidad” tiene aspectos de difícil solución y queel noble ideal constantemente ha generado resultados quepodrían describirse como un “pandemonium”. Puede correrse elriesgo de intentar más de lo que se debe y terminarhaciendo menos de lo que se debería (70). Por tanto, todocambio que se desee en la Administración de Justicia debeser planificado y realista, adecuado a las diferentesproblemáticas y ajustado a los medios materiales y humanosde que se dispone.

Todo proyecto o modelo de Justicia y de procesoseficientes debe pensarse para el país en forma global. A suvez, todo plan de mejora a tales efectos debe tomar encuenta las realidades y las necesidades de las distintasregiones de nuestra República. Lo decimos porque sueledesde la Capital (desde donde suelen partir todas lasiniciativas y programas para el resto del territorio

Cultura Universitaria, ps. 224-225. INTERCONSULT, “Estudio…” cit., ps. 6-8. 69 BARBOSA MOREIRA José Carlos, “La significación social de las reformas

procesales”, en “Revista Uruguaya de Derecho Procesal” No. 4/2004;Montevideo, Fundación de Cultura Universitaria, ps. 343-346.

70 FLEMING, “El precio…” cit., ps. 11-14.45

nacional) encararse en el Uruguay ambiciosas ideas quizáaplicables para Montevideo, pero que no contemplanusualmente las situaciones especiales de los diferentesDepartamentos. Lo que trasunta en resultados disímiles,observándose que los medios e implementos para el Interiorllegan después que a Montevideo.

En los países emergentes como los latinoamericanos y porsupuesto en el Uruguay, la idea de implementar sistemasjudiciales eficientes suele tropezar con el problema de laasignación de recursos o de inversiones presupuestalesacordes. Generalmente el tema de “recursos” suele en estoscasos verse como un “gasto” y no como una “inversión”.Pero también suele no ser percibido por la opinión públicay política la importancia de una asignación presupuestalidónea para que la Justicia funcione, lo que quizá expliquecómo el Legislador “judicializa” o comete cargando al PoderJudicial el abordaje de cada vez más problemáticas sinpreocuparse de la implementación de recursos acordes.

VARGAS VIANCOS señala al respecto que la búsqueda de laeficiencia (que está en la base de la noción de políticaspúblicas) está íntimamente relacionada con la idea de laescasez. Dado que los recursos de que disponemos no sonsuficientes para satisfacer todas nuestras necesidadesdebemos por una parte priorizar aquellas necesidades opreferencias (lo que importa decir que algunas simplementeno podrán ser satisfechas), y por la otra tenemos queutilizar de la mejor manera posible los recursosdisponibles para poder cubrir el máximo de necesidades,evitando su desperdicio. La idea de eficiencia apelaentonces inmediatamente a la toma de decisiones, a lanecesidad de optar entre cursos de acción distintos apartir de ciertas premisas. Lo anterior, que hoy nos parecetan natural y obvio, choca frontalmente con la concepciónque tradicionalmente se ha tenido sobre la Justicia porquegeneralmente la concebimos como un tema de principios, devalores de carácter trascendente, que deben ser cumplidossin ningún tipo de consideración externa ni transacción,con prescindencia de los sacrificios y costos. No cabría

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entonces, en este caso, hacer cálculos de oportunidad ni decostos; lo único que debería hacerse es cumplir con ellacomo un imperativo (71).

MARTÍNEZ PARDO indica, lo que es aplicable para elUruguay, que hay que distinguir entre normas procesales yreglas de gestión, lo que son las normas procesales y loque son las pautas de tramitación de esas normasprocesales. Las normas de gestión de la tramitación sonnormas instrumentales, útiles o herramientas que hacenposible cumplir las disposiciones legales procesales. Enocasiones por una inadecuada gestión de las normasprocesales se producen vulneraciones de los principiosprocesales y por ende de las garantías de los ciudadanos.Por ende, la gestión procesal ha de ser un instrumentoimprescindible para que las oficinas judiciales puedanllevar a cabo en plazo el cumplimiento de los trámitesprocesales, ya que es un principio constitucional elprincipio de celeridad. Las normas de gestión de losprocedimientos deben cumplir escrupulosamente las normasprocesales establecidas en las leyes procesales. Elcorrecto cumplimiento de una norma procesal pero el malcumplimiento de una norma de gestión puede ocasionardemoras injustificadas. El autor citado recuerda que laoficina judicial reclama cuanto antes un funcionamiento másracional y moderno. Aspectos que están regularizados encualquier administración pública, como el horario, laatención al público, el registro, el archivo de documentos,siguen siendo en la Administración de Justicia una fuenteinagotable de conflictos. Hay que reformar la Justicia paraconseguir que sirva al público con estándares de calidadaceptables. Debe considerarse la Justicia como un serviciopúblico, lo que lleva consigo la necesaria evaluación de sufuncionamiento, del grado de eficacia y eficiencia de sugestión. Se entenderá por “Eficacia” la adecuación de losresultados a los objetivos perseguidos y esperados por los

71 VARGAS VIANCOS Juan Enrique, “Eficiencia en la Justicia”, en“http://www.cejamericas.org/sistemas-judiciales/tema_central.php?revista=6&idioma=espanol&secc=77&TemaNiv2=77” (consultado el11.6.2010).

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ciudadanos; y por “Eficiencia” la proporcionalidad entrelos recursos de toda índole que el sistema judicial consumey los resultados que produce. Hay que saber lo que cuestala Administración de Justicia para, a la vista de losresultados y percepciones que genera, valorar si la gestiónque se realiza es la más adecuada. Respecto a laeficiencia, es evidente que el aumento y modernización delos medios materiales y el incremento de recursos humanosen la administración de justicia en los últimos años no hadado los resultados pretendidos. Más Jueces, más órganosjudiciales, más personal y mejores medios materiales no hanservido para hacer disminuir de forma sensible el número deasuntos pendientes. En esos términos se puede hablar de unadisminución en la eficiencia de la Justicia. Para valorarla eficacia tenemos que tener en cuenta además la rapidezen obtener los resultados del sistema judicial y si estosresultados coinciden con la pretensión deducida ante losJuzgados. En cuanto a las dilaciones podríamos tener másasuntos sin resolver y sin embargo podríamos encontrar unajustificación eficiente en términos de productividad ocostes porque los retrasos provienen del “desproporcionadonúmero de asuntos” que llegan a los Tribunales. Y por elcontrario podríamos tener un sistema sin dilaciones en latramitación de los asuntos, que sin embargo resulte caro ydespilfarrador por el mal uso que hace de los recursosasignados (72).

En nuestro país se ha encarado ingentes esfuerzos paralograr este ideal del Pleno Empleo de los Factores citandopor ejemplo (v. también Cap. VII):

1) Perfeccionamiento de instrumentos legales yprocesales. Un hito ha sido la sanción del Código Generaldel Proceso (recordando antecedentes en las “Leyes deAbreviación de Juicios” Nos. 9.496 y 13.355), y deberíaserlo actualmente la modificación de los Procesos Laborales(Ley No. 18.572) aunque deberán establecerse ciertos

72 MARTÍNEZ PARDO Vicente José, “La nueva Oficina Judicial”, en “RevistaInternauta de Práctica Jurídica”, num. 25, año 2010, ps. 4-6(consultado el 11.6.2010).

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ajustes, y el futuro diseño de los Procesos Penales(actualmente a estudio). Esto obviamente requiere elconcurso de voluntades entre políticos y Legisladores, perotambién precisa del compromiso de la Suprema Corte deJusticia y de los Magistrados Judiciales más los RecursosPresupuestales y logísticos idóneos para instrumentar ymantener con éxito toda reforma;

2) Implementación de reformas administrativas y en lossistemas de gestión. Ya hemos mencionado al Programa deFortalecimiento del Sistema Judicial Uruguayo(PRO.FO.S.J.U.), pero también tenemos a los Servicios deJurisprudencia y de Informática. También se implementaronavances en el acceso a la publicidad de la Justicia como laBase de de Fallos judiciales Jaime Zudáñez y el sistema deconsultas de expedientes por Internet;

3) Reformas en la tramitación de los Expedientes,estando actualmente abocado el Poder Judicial a laimplementación del Expediente y de las Notificacionestelemáticos;

4) Selección y capacitación permanente de los cuadros deMagistrados, de profesionales y de administrativos delPoder Judicial (a través del Centro de Estudios Judicialesy de la División de Coordinación, Capacitación y ApoyoActuarial) (73).

El “Plan Estratégico 2005-2009” del Poder Judicialcomplementado con Planes Operativos Anuales (74) incluyócomo compromisos de gestión centrales acordados entre la

73 SALABERRY-ETTLIN-RODRÍGUEZ DA SILVEIRA, “Gestión de calidad…” cit., p.11.

PODER JUDICIAL-SUPREMA CORTE DE JUSTICIA, “El Poder Judicial del Presente”, y“El Poder Judicial del Siglo XXI”, en “Centenario de la Suprema Corte deJusticia 1907-2007”; Montevideo, 2007, CEJU-SCJ, ps. 124-144 y 415-420.

74 Este “Plan Estratégico 2005-2009” puede apreciarse en“http://www.cejamericas.org/doc/documentos/Documento%20sobre%20ponencia%20Poder%20Judicial%20del%20Uruguay.pdf” (consultado el10.6.2010).

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Suprema Corte de Justicia y las Asociaciones Gremiales deFuncionarios Judiciales los siguientes principios:

a) Abreviación de los Procesos;b) Adecuación de los Recursos Humanos a las

necesidades del Servicio;c) Mejora de gestión en oficinas.

En la implementación de este plan ha sido capital el usoy mejoramiento de las herramientas informáticas,paralelamente a la capacitación de los funcionarios en losnuevos sistemas.

Actualmente están todos los tribunales del país desdela Suprema Corte de Justicia hasta la Justicia de PazDepartamental integrados a la RENAJU (Red NacionalJudicial) con la nueva tecnología informática diseñada enel Proyecto. Se encuentran además en la Red las DefensoríasPúblicas que hasta no hace mucho, no poseían ningunaherramienta informática para su trabajo.

A partir del uso de Internet se hizo posible eldesarrollo en el año 2006 del sistema de consultas deexpedientes jurisdiccionales “on line” por parte de cualquierusuario desde cualquier Ordenador y desde cualquier parte,evitando la concurrencia de los interesados a la oficinajudicial, que permite averiguar el estado de un expedientede cualquier tribunal que posea sistema de gestión. Yahemos hablado de la Notificación Electrónica, puesta enfuncionamiento en el año 2009 que se espera permitiráreducir “tiempos muertos” en los procesos. La puesta enInternet prevista a partir del mes de setiembre de 2009 dela Base de Jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia yde los Tribunales de Apelaciones se encuentra a disposiciónde los Magistrados y usuarios habilitados (por ahora no esde consulta pública). La conectividad que requiere el nuevoSistema de Gestión de Tribunales está siendo desarrollada anivel del el Programa de Fortalecimiento del SistemaJudicial Uruguayo (PRO.FO.S.J.U.), orientado a llegar alexpediente electrónico (75).

75 V. nota anterior.50

CHEDIAK destaca importantes esfuerzos que ha realizadoel Poder Judicial en consolidar proyectos de Centros deJusticia, algunos concretados y otros en construcción, comoel “Palacio de los Tribunales”, el “Centro de Justicia deFamilia”, el “Centro de Justicia Penal” y el Proyecto“Nueva Morgue Judicial y Laboratorio de Toxicología” parael Departamento de Montevideo (76). También se ha propuestola Suprema Corte de Justicia encarar en serio unadisminución en los tiempos de los procesos y en exigiresfuerzos y responsabilidades a los Magistrados, ya que seentiende que es uno de los aspectos que impactan con másfuerza en la visión de la opinión pública sobre el PoderJudicial (77).

En el ámbito legislativo, desde el Código General delProceso (1989) y salvo retoques normativos parciales, noha llegado hasta ahora una reforma procesal integral en elsistema procesal civil y de familia (salvo en este últimocaso las Leyes sobre Violencia Doméstica y las normasprocesales sobre procesos de minoridad y adolescencia,concubinato y opción de sexo; Leyes Nos. 17.823, 18.246,18.590 y 18.620). Ya dijimos que la Ley No. 18.572 reformael sistema laboral creando procedimientos más abreviados yautónomos si bien con normas de dudosa constitucionalidad.La Ley No. 17.940 sobre “fuero sindical” también organizaun proceso semejante al Amparo (Ley No. 16.011) para laprotección de las libertades sindicales. En cuanto a accesoa la información de datos personales, los arts. 37 a 45 dela Ley No. 18.331 estableció una “acción de habeas data”con características especiales.

En el momento de la reforma civil en sentido amplio quese intentó como Global (con el Código General del Procesopara litigios civiles propiamente dichos, comerciales,familia y laborales) se apostó a que la Conciliación en

76 CHEDIAK Jorge, “Estado y Justicia”, en “Espacio Abierto. Revista delCIEJ-AFJU. Justicia y Estado” No. 12; Montevideo, Mayo de 2010, ps.16-18.

77 BENECH Javier, “Preocupada por la duración de los procesos no penales, la SupremaCorte de Justicia resolvió iniciar un sumario a dos magistrados”, en “SemanarioBúsqueda, 1º.7.2010, p. 16.

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Audiencia podría acelerar los procesos o minimizar laduración de la mayoría. En Montevideo se crearon inclusiveJuzgados de Paz especializados en Conciliaciones, y Centrosde Mediación para pequeños problemas vecinales. El tiempoha mostrado cierta efectividad de este tipo deprocedimientos, ya que ha ayudado a resolver el 30 % de losconflictos (78).

Para lograr un acceso mejor y una más rápidadilucidación de procesos de menor cuantía y por cuestionesde consumo, la Ley No. 18.507 instaura un proceso brevísimoante la Justicia de Paz que es inapelable. No conocemoslos supuestos éxitos de estos nuevos procedimientos.

La tendencia de las últimas legislaturas, rompiendo elsistema hegemónico y globalizado del Código General delProceso, tienden actualmente a la diversificación y a laautonomía de los diferentes procesos, heterogeneidad queentendemos no contribuye a la optimización del sistemajudicial ni a procesos eficientes. No dudamos empero, queel Legislador de acuerdo a sus criterios de política debeentender si la eficiencia de los procesos debe basarse enla contemplación de las características especiales que cadatipo de intereses que se busca tutelar, o si estaeficiencia pasaría a través de la adaptación de losdiferentes procesos a un modelo único.

Otra solución que se ha intentado en diversas épocas ymientras las reformas legislativas no llegan, ha sidoaumentar el número de Juzgados y de Tribunales. Este tipode “reformas”, que COUTURE ha criticado como “empírica”porque entiende no apunta a los métodos ni a la manera decómo se hace la Justicia (79), suelen ser positivas para un

78 PODER JUDICIAL…, “Anuario…” cit., p. 73.V. “Equipo de trabajo país Uruguay. Plan de Acción para mejorar la transparencia y

rendición de cuentas en el sector judicial-Uruguay”; Montevideo, julio de 2010,Programa del Instituto del Banco Mundial para los poderes judicialesde Brasil, Chile, Costa Rica, Paraguay y Uruguay”, ps. 7-8.

79 COUTURE Eduardo J., “Las Garantías Constitucionales del Proceso Civil”, en“Estudios de Derecho Procesal Civil (Volumen 1)”, en “Obras” T. II;Montevideo, 2010, La Ley Uruguay, p. 67.

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corto plazo, pero del mismo modo que el fluir del agua vallenando las celdas de las cubetas de hielo, con el tiempolos asuntos van sobrecargando los “nuevos” y los “viejos”tribunales y a mediano o mediato término otra vez comienzanlos problemas.

Uruguay no ha avanzado mayormente en el ideal deespecializar los tribunales, salvo en Montevideo y en lasáreas más urbanizadas del Interior (especializacionesparciales). Es necesaria la especialización total de lostribunales por fueros o materias (principio del art. 22.4del C.G:P.) como también la de Jueces “que sepan de losuyo” y no “que tengan que saber de todo”. Debería abolirsela política de Juzgados “multimateria”.

En los últimos tiempos se ha priorizado el ingreso deMagistrados a través de los Cursos en nivel de Postgradodel Centro de Estudios Judiciales (art. 79 inc. 2º de laLey No. 15.750 más normas concordantes) y de funcionarios através de Concursos Abiertos (arts. 413 y 425 de la Ley No.18.362).

Se ha cuestionado si ante los problemas de ineficienciade los procesos judiciales y ante la ineficacia de laJusticia estatal, debería estudiarse en su caso y si nosería aconsejable un “Plan B” que no pase por el Estado ysu burocracia, a través de medios alternativos privados másrápidos y efectivos a los judiciales para resolver losconflictos. Las crisis del Poder Judicial, especialmente enépocas de conflictos gremiales o paros prolongados queparalizan el sistema en ocasiones hasta por meses, reflotacada tanto la idea de impulsar, caso de Colegiosprofesionales como el Colegio de Abogados de Rocha,procesos extrajudiciales de conciliación, de arbitraje o decomposición de controversias por privados. El CódigoGeneral del Proceso con el interés de alentar a losinversores y operadores económicos ha destinado unimportante número de normas a regular los Procesos

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Arbitrales; nada menos que el 6,20 % de la normativa delC.G.P. está dedicada a ello (80).

Diremos que salvo para los asuntos comerciales ymercantiles en que se pacte expresamente el Arbitraje oTribunales Conciliatorios, en los demás casos de conflictosprivados la ciudadanía, los usuarios y los profesionalessiguen apostando al sistema judicial estatal. Obviamente nopueden existir procesos penales privados.

Replantear los procesos para que funcionen en formaeficiente debería ser parte de una gran Política de Estado.FESSLER nos recuerda que debe existir una necesaria Unidadentre la Reforma del Estado y Reforma Judicial, conectandocon las propuestas de transformación democrática y degestión del Estado. En los proyectos de reforma de losPoderes Judiciales se define una visión de la función y delfuncionamiento del aparato estatal (81).

A criterio del autor, el Poder Judicial debería en labúsqueda de la eficiencia de sus procesos judicialesdesarrollar Programas y Sistemas de Control de Calidaddebidamente certificados, cual ya viene siendoexperimentado en Poderes Judiciales y tribunales delextranjero (82).

Consideramos que no es necesario que la actividadadministrativa del Poder Judicial sea confiada a un“Ministerio de Justicia” (a nivel del Poder Ejecutivo). LaSuprema Corte de Justicia ha desconcentrado con éxito lastareas administrativas en su Secretaría Letrada (con susProsecretarías Letrada y Administrativa), en la Dirección

80 AMARANTE Andrea-JENSEN Mónica-ETTLIN Edgardo, “Incidencia de laGlobalización y del Neoliberalismo en el Derecho Laboral Latinoamericano (con especialreferencia a los países del Río de la Plata)”, en “XXVIIas. Jornadas de DerechoLaboral”; Buenos Aires, 26, 26 y 27 de octubre de 2001, La Ley, p.242.

81 FESSLER Daniel, “La necesaria Unidad entre Reforma del Estado y ReformaJudicial”, en “Espacio Abierto…” cit., ps. 25-27.

82 ETTLIN-SALABERRY-RODRÍGUEZ DA SILVEIRA, “Gestión de calidad…” cit.,ps. 9 y ss..

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General de los Servicios Administrativos y en una Oficinade Planeamiento y Presupuesto.

VI. DISCUSIÓNDe la información del Capítulo IV y balanceando los

números, podríamos estimar como “números optimistas” que unproceso que demanda una primera instancia y segundainstancia (apelación) “civil” (procesos civiles propiamentedichos, comerciales, de Familia y asuntos laborales) podríademorar entre dos a tres años o tres años y medio, y unproceso penal podría demorarse aproximadamente un año ymedio a dos años, en promedio. Un proceso aduanero podríallevar estimativamente entre un año y medio a tres años.Esto, si hablamos de procesos sin complicaciones (dependede la temática, los problemas procesales u operativos, losconflictos, o los recursos que puedan plantearse). Si letenemos que agregar la Casación Civil y Penal, habría queagregarle al proceso un año más. Entonces podemosestablecer (siempre con promedios estimativos) que unproceso demora de un año y medio a dos años en primerainstancia. Si se apela la sentencia, un total de tres añosa tres años y medio. Si llega a Casación, una sumatoria decuatro años a cuatro años y medio. Estos tiempos puedenacrecentarse de acuerdo al caso. Esto no coincide con lostiempos de las personas o de las empresas.

Si contraponemos lo que sucede en cuanto a los problemasde demoras y de eficiencia de los procesos judicialesuruguayos con lo que ocurre en otros países del orbe,podremos concluir en un balance superficial y provisionalque nuestro país no está tan mal parado. No hay fuentes dedatos completas ni confiables que estudien a nivelcomparado cuánto duran promedialmente los distintosprocesos en los diferentes países del orbe (83); en

83 A nivel del sistema penal latinoamericano puede consultarse el muyinteresante trabajo MARCHISIO ADRIÁN, “La duración del proceso penal en laRepública Argentina”, en“http://www.mpf.gov.ar/Institucional/CoordinacionI/Documentos/Plazos%20de%20duracion%20del%20proceso%20penal.pdf” (consultado el27.6.2010). En los procesos laborales de Centroamérica, véase el

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ocasiones estos datos surgen informalmente de los coloquiosentre Jueces, Fiscales y Abogados de distintas partes delmundo en encuentros internacionales. Pero los datosparciales disponibles nos afirman en el concepto de quehemos logrado en el Uruguay algunos avances, y que a nivelde América Latina no estamos “tan mal”.

Sin embargo, como en muchos otros fenómenos de la vida,todas las comparaciones son odiosas. La idea no es mirarnosni medirnos en función de lo que pasa en otros Estados paradeterminar si estamos mejor o peor que ellos, o si nuestroslitigios duran más o menos que en otros países, sinoanalizar cómo podemos competir contra nuestros propiosdefectos y establecer qué podemos hacer para mejorarnuestro sistema judicial.

El gran busilis de todas estas cuestiones es que nadieha podido dar con un modelo de Sistema y de Administraciónde Justicia eficiente y perfecta. Sea cual sea el que sediseñe, todo lo que se intente, siempre se tendrá lasensación de que no estaremos contemplando las expectativasde la gente.

Como hemos visto, se ha visto una casi directa relaciónentre la duración de los procesos y la eficiencia de losmismos. Por tanto se ha intentado solucionar la situaciónintentando abreviarlos.

Hemos visto que las principales reformas procesales enUruguay han intentado (las normas que se citan sonejemplificativas y no pretenden la enumeración exhaustiva):

a) Consagrar la perentoriedad de los plazos o términospara realizar los diferentes actos procesales. Una vez quefinalizan dichos plazos, no hay posibilidad de volveratrás; es lo que se conoce como principio de preclusión. Es una delas principales reformas del Código de Proceso Penal y del

informe del Observatorio de Justicia Laboral(“http://www.observatoriojusticialaboral.org/modules.php?name=Categorias&cat_id=9”, consultado el 27.6.23010), en comparacióncon los datos dados para los procesos laborales en nuestro país en elCapítulo IV Sección “A” Apartado 2. de nuestro trabajo.

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Código General del Proceso, dentro de lo que se hamantenido toda reforma posterior;

b) Determinar el tiempo máximo en el cual se debeconvocar y realizar las audiencias. Característico de losprocesos abreviadísimos como el Amparo (art. 6º de la LeyNo. 16.011), en los procesos contra adolescentes enconflicto con la Ley (art. 76 num. 2. de la Ley No.17.823), la Ley No. 17.940 sobre fuero sindical y la Ley deProcedimientos de Consumo, y art. 9º Ley No. 18.572 sobreProceso Laboral No. 18.572;

c) Establecer determinados términos para la realizaciónde diversas etapas procesales, como en el caso delPresumario y Sumario del proceso penal (v. art. 76 de laLey No. 17.823; v. Cap. IV Sec. “A” Ap. 5);

d) Preceptuar que las instancias de los procesos nopueden insumir más de cierto tiempo determinado;

e) Limitar las oportunidades para deducir los recursos(en los procesos sumarios como el ejecutivo y de ejecución,es muy claro -arts. 373.3 y 393 del C.G.P.-);

f) Consagrar como principio el carácter no suspensivo(efecto devolutivo) o diferido (se anuncia la apelación,pero la fundamentación se difiere para después de lasentencia) para los recursos, siendo la suspensión dellitigio la excepción (arts. 251, 252 y 315 del C.G.P.,arts. 132 y 254 del C.P.P.);

g) Habilitar mayores facultades a la Justicia a imponercondenaciones procesales (a pagar los gastos del litigio enforma parcial –“costas” y “costos”), y a poder imponersanciones a los que obstaculicen la Justicia o tengan unproceder dilatorio (arts. 5º, 21, 24 nums. 10 y 11., 56 a61, 393 del C.G.P.; arts. 148 a 150 y 152 de la Ley No.15.750).

Estas propuestas son importantes, pero no bastan.Establecer términos máximos para lograr la culminación

de etapas procesales o de las instancias no planteaproblemas cuando se trata de casos simples. Cuando la

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complejidad o naturaleza del asunto lo amerita, cuando elvolumen de litigios atosiga y abarrota los tribunales,condicionar el tiempo de duración de un proceso a un límitede tiempo puede traer riesgos de incumplimientos (y deresignarse a convivir con ellos), de mala calidad deltrabajo, de constreñir y reducir derechos y garantías, conlos consiguientes importantes problemas de indefensión y deinjusticias porque la limitación del tiempo incide en laprofundidad de la instrucción probatoria; la sentencia debeser un producto de la Verdad que surja de toda la prueba,cuya obtención no siempre se puede conseguir en un términolimitado. Por eso se suele permitir por la Legislación laposibilidad de prórrogas previo pedido a la Suprema Cortede Justicia (caso de plazos para dictar sentencia o paralos sumarios o presumarios; art. 206 C.G.P.) aunque esopuede ocasionar un efecto secundario: apadrinar con ellouna no querida rutina de permisividad burocrática queincida en extensiones de duración no siempre justificables.

¿Cuánto debe ser el tiempo de duración “razonable” o“plausible” de un proceso? Las normas nos hablan de que laduración de un proceso debe ser “razonable” (art 8.1 delPacto de San José, art. 9.3 del Pacto Internacional deDerechos Civiles y Políticos, art. 11.4 C.G.P., etc.), perono nos dan una idea de qué tiempos deben ser considerados“los razonables”. Obviamente que este “tiempo derazonabilidad” no puede determinarse porque depende de lascaracterísticas y de la complejidad de cada caso concreto.El Tiempo es un Valor en un proceso eficiente, pero no esun valor absoluto porque por sí solo no garantiza labondad, ni la eficiencia ni la eficacia de una decisión. Enel Uruguay hemos visto en los primeros tiempos de puesta envigencia del Código General del Proceso procesos tramitadosy decididos en tiempo récord; recordamos un caso deDivorcio que en Tacuarembó se sentenció en menos de treshoras (entre la presentación de la demanda y la decisiónjudicial definitiva), pero estamos hablando de casos deescasa complejidad donde ya hay un previo acuerdo de laspartes en divorciarse. No obstante, no sabemos qué tan bienni con qué eficacia se cumplieron luego ciertas decisiones

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que se resolvieron conexas a ese divorcio, como el tema delas pensiones y las visitas de los hijos. En otro orden, nose puede forzar los tiempos procesales; el apresuramientopuede no hacer apreciar correctamente las aristas y lacomplejidad particular de cada situación litigiosa, dondelas posiciones pueden estar muy encontradas y en donde enun mismo asunto hay varias cuestiones que resolver, lo queincidirá en una decisión infeliz o incorrecta. Ciertasdecisiones que se toman en estados de emergencia o ensituaciones de urgencia, como embargos u otras medidascautelares, pueden ocasionar grandes males, de ahí que elpropio Legislador suele exigir a quien las pide en estossupuestos la prestación de garantía o contracautela (art.311.3, 313 num. 5º y 314.2 num. 3º del C.G.P.), o puedeameritar la condena en daños y perjuicios más los gastosprocesales (arts. 56 a 61 y 198 C.G.P., art. 688 delCódigo Civil).

Sabemos que la mora judicial o las dilaciones judicialesconspiran contra la eficiencia de los procesos y contra laeficacia de sus decisiones, pero solucionar la situaciónpor la abreviación de los tiempos nos puede hacer caer enotros conflictos. Por ejemplo, la celeridad no siempre esamiga de la calidad. ¿Cuál debe ser el precio de una másrápida Justicia? ¿Debemos restringir y sacrificar tiemposde contradicción y de garantías para lograr esta celeridad?¿Debemos afectar la calidad de las sentencias yresoluciones judiciales? ¿El Tiempo debe sobrepujar a laBúsqueda de la Verdad Material? ¿Debemos exigir que loselementos humanos se sobrecarguen hasta el cansancio,aumentándoles su responsabilidad y exponiéndolos a un mayorriesgo de que cometan errores? Toda solución de políticajudicial que se adopte en esta materia tiene sus peligroscolaterales.

TRUJILLO enseña que la velocidad de los cambios hacedifícil encontrar un modelo claro que explique cómo y porqué se dan las transformaciones y hacia donde van. Esposible describir ciertos desafíos que enfrenta o vaenfrentar seguramente, el sistema jurídico. Es fácil

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observar problemas concretos que causan dolores de cabeza alos operadores del sistema judicial: hacinamientocarcelario, teoría de la imprevisión en crisis financiera,regulación de contratos ubicados bajo jurisdiccionesextranjeras, estimación del daño ambiental, el trabajo y lainversión. Los desafíos del sistema jurídico y judicial seresumen según este autor en dos principales: laHeterogeneidad y la Opacidad. La Heterogeneidad se da enuna sociedad atravesada por las diferencias y la Opacidadocurre a través de procesos de escape de la jurisdicciónoficial, que escapan a la regulación jurídica pública. Estaopacidad es una amenaza a la calidad democrática. Comorespuesta para ello sólo puede especularse, pero larespuesta estaría en mantener la autonomía del Derecho,conservando la capacidad de decidir sobre conflictos dederechos de forma pública y con argumentos racionales; lafuerza del Derecho deberá basarse en la fuerza de losargumentos, más que en la capacidad coactiva de un Estadodebilitado. Un sistema jurídico potente y democratizadopuede servir para promover intereses colectivos con bajopoder inicial, a lo cual podría ayudar también el propiosistema jurídico internacional (84).

Debemos introducir en este estado otro elemento que hacea la eficiencia del proceso: su Ejecutabilidad, o sea quela decisión sea obedecida y acatada con eficacia y quepueda asegurar material y tácticamente el derecho conbienes de la vida. La eficiencia de un Proceso combina elTiempo con la Ejecutabilidad, y este último factor hace asu eficacia.

Un elemento que no suele tomarse en consideración es queno a todos les sirve una Justicia eficiente y ágil. Esto seexplica porque los litigios son conflictos de intereses yno necesariamente de valores. Según la conveniencia y porcuestiones de estrategia, algunas partes no desean que sesolucione sino que se mantenga la situación de conflicto

84 TRUJILLO Henry, “Derecho y Sociedad: Desafíos en el contexto de la SegundaModernidad”, en “Espacio Abierto, Revista del CIEJ-AFJU. Justicia yEstado”, No. 12; Montevideo, mayo 2010, ps. 11, 13-14.

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para mantener un “status quo” o para ubicarse en una posiciónfavorable. No falta quienes especulen con los tiemposprocesales para entretanto ir acumulando reservaseconómicas por si llega a sobrevenir lo peor“financiándose” a través del litigio. La dilación suele serprovocada para desestimular a la contraparte, paraobligarle a agotar sus recursos económicos o espirituales,o para forzarle a una transacción favorable. En materiapenal, toda dilatación que se pueda hacer a lainvestigación posterga la posibilidad de una eventualprisión o sometimiento a un procesamiento, complica lainstrucción y dificulta al Estado una resolución preventivao punitiva.

Pese a que disponemos de instrumentos y herramientas deinformación, no hemos podido informar a los ciudadanossobre cómo poder ejercitar ni cómo se ventilan sus derechosante la Administración de Justicia. Les resulta algo tancomplejo, tan incomprensible, como la escucha de una Misaen Latín donde saben que algo está pasando pero no saben dequé se trata ni qué es lo que está sucediendo, necesitandouna “traducción” y explicación permanente que no siempreles conforma ni la comprenden. Los Abogados, acostumbradosa que “así funciona el sistema”, se las ven “en figurillas”para intentar explicar o hacer entender a sus clientes loque está aconteciendo en el juicio. La gente no quiere nive bien los tecnicismos ni los formalismos, no comprendepor qué un artilugio jurídico les deniega o posterga susderechos, ni entiende sus por qués ni su supuestarazonabilidad.

Se plantea como propuesta para lograr más eficientesprocesos y una mejor Justicia, la necesidad y el derecho deque los ciudadanos participen en medir y evaluar losresultados e impactos del sistema, mediante el seguimiento,evaluación y control (85). Se ha dicho así también que esnecesario incorporar a la política judicial la elaboración

85 “Carta Iberoamericana de Participación Ciudadana en la Gestión Pública”, en“http://www.clad.org/documentos/declaraciones/carta-iberoamericana-de-participacion-ciudadana” (consultado el 27.6.2010).

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y desarrollo de programas encaminados a difundir entreciudadanos e instituciones el conocimiento básico de laorganización y funcionamiento del sistema judicial. Unaposibilidad sería usar la Enseñanza para lograr esadifusión. También se ha blandido el derecho de la poblacióna recibir información, a conocer y a ejercer control sobrela forma en que ejercen sus funciones sus jueces, a conocerlas razones que fundamentan las decisiones (86). Una formade hacer más comprensible el proceso a las personas seríaque las sentencias no fueran tan técnicas sino mássencillas (claras), concisas y concretas sin desmedro deque sean completas (como para los procedimientos deAdolescentes en conflicto con la Ley, art. 76 num. 11 inc.2º del Código de la Niñez y Adolescencia, Ley No. 17.823, ycomo recomendaba Francisco GAMARRA) (87), pero se plantea encontrario que eso empobrece y disminuye la calidad de lospronunciamientos judiciales. Deberíamos en ese casopreguntarnos si los Jueces hacen las sentencias para laPosteridad en vez de para las personas.

COUTURE observaba que “Lo que no anda bien en la justicia civil deestos países es, ante todo, la manera de hacerla”; achacaba lascarencias del Derecho Procesal al “problema de sus leyes” para“acercar el problema de la justicia hacia su solución”, por lo que lasreformas debían comprender no sólo las leyes procesalessino las orgánicas de la Judicatura que determina lacondición política, moral, social y económica de loshombres “que tienen en sus manos esa cosa casi sagrada que es la justicia”(88).

¿Más Magistrados Judiciales y Fiscales, másfuncionarios, más recursos económicos y más tecnologíarealmente ayudan a que los procesos y litigios judiciales

86 PODER JUDICIAL-SUPREMA CORTE DE JUSTICIA (2007), “Vinculación del PoderJudicial con la Sociedad” y “El Poder Judicial del Siglo XII”, en “Centenario de laSuprema Corte de Justicia 1907-2007”, ps. 331-338 y 420.

87 GAMARRA Francisco, “La Vocación Judicial”; Montevideo, 1987, Ediciónespecial dispuesta por la Suprema Corte de Justicia en homenaje al Dr.Francisco Gamarra, Maestro de Jueces, en el año de su fallecimiento,p. 23.

88 COUTURE, “Las Garantías…” cit., p. 73.62

sean más eficientes? La respuesta superficial y en unaetapa inmediata puede ser afirmativa, pero la realidadmuestra que a mediano y largo plazo el sistema vuelve aenlentecerse. En los procesos civiles uruguayos implantadosluego de la entrada en vigencia del Código General delProceso esto es palmario al punto que motivó las quejas delos usuarios y operadores, tema que actualmente el PoderJudicial se ha abocado a tratar. ¿Es que la Burocraciasiempre está volviendo por sus fueros? En estas condicionesno habrá reformas que funcionen ni eficiencia. No sedemostrará que más personal, mayores recursos y mejoresretribuciones salariales sean necesarios para una Justiciamás eficiente si no los trasuntamos en una contrapartida deofrecer mejores resultados a los usuarios y a losjusticiables.

Al respecto, bien se ha dicho que: “J

ueces, actuarios y funcionarios han olvidado lo que el tiempo supone para lossufridos clientes de los estrados. Aunque sabemos que estos compañeros estánmuy mal pagados. Será justicia que se les oiga. Pero atención: esas mejorasesperan la debida correspondencia, y serán poco estimulados a brindarlas anteun mal servicio, Y ya sabe que nadie paga más de lo que entiende que valen lascosas…. Y los servicios. Aun es tiempo de entenderlo” (89).

Creemos que no puede plantearse un sano debate nielaborarse propuestas sobre cómo lograr procesos máseficientes si no tenemos un concepto claro: El Horizonte de unamás eficiente Justicia es la ciudadanía, su bienestar y su seguridad. Nopodemos olvidarnos que la Justicia está para su servicio.El Sistema de Justicia está para las personas (comprendemospor tal a los individuos, a las empresas, a lasorganizaciones que componen la sociedad civil), no puedefuncionar desconectado de sus intereses o inquietudes. Noes el mundo privado de los Jueces, funcionarios o Abogados.

VANDERBILT decía que:

89 “Ahora que es tiempo”, Editorial de Revista “Anales del Foro”, 1984Nos. 63 y 64, p. 322.

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“Creo que losretrasos injustificados pueden eliminarse de la justicia, si nos esforzamos entener continuamente presente que los tribunales existen para servir al Estado y alos litigantes, y no a los jueces y los abogados." (90).

La capacitación permanente y obligatoria, tanto deJueces como de funcionarios, se ha evidenciado como uninstrumento apto para lograr mejores resultados en laAdministración de Justicia. Pero como bien se destaca, nogarantiza un 100 % de efectividad “porque no se puedesoslayar el factor humano” (91).

Obviamente, el tema de lograr procesos eficientes no vade la mano solamente con la reforma del sistema judicial.Confiar la eficiencia y la mejoría de los litigiossolamente a reformas o ajustes legislativos, presupuestalesy tecnológicos sería una ingenuidad si no atendemos a lacalidad, a la capacidad de trabajo y al compromiso de susoperadores, porque ellos son los que hacen funcionar a lossistemas procesales. Para que la Eficiencia y la Eficaciasean Bienes o Valores de los procesos, sus operadores yarticuladores también deben estar imbuidos y ser vigilantesde estos mismos bienes o valores. Las ideas en tal sentidoquizá no escasean, aunque sí los resultados que las puedenvolver operativas. La reforma procesal es un continente quedebe rellenarse por sus operadores con un contenido deValores y de Principios. No hay sistema ni cambio estructuralque funcionen si no existe un compromiso personal.

Nos atrevemos a decir que para que un proceso seaeficiente no son necesarias reformas o mejoras legislativasni disciplinamiento administrativo. Los mecanismos de solución deconflictos pueden funcionar bien y en forma eficiente como están, cuando existeun compromiso y una voluntad humana (no exentos de esfuerzo,dedicación y sacrificio) para hacerlos funcionar en forma celera yefectiva.

Un documento del Banco Mundial revela que las reformaslegislativas por sí solas no terminan con el problema de

90 Citado por VARGAS VIANCOS, “Eficiencia…” cit..91 “Equipo….” cit., p. 27.

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las demoras ni logran la eficiencia. Pocas leyes deabreviación lograron cumplir su objetivo, salvo cuando losJueces se empeñaron en reducir los retrasos y tomariniciativas en este sentido. El compromiso humano, es puesesencial. Cuando los operadores y los Abogados se oponen ono se adaptan a los cambios, toda reforma fracasa. Portanto, todo programa de cambio debe involucrar a todos losdirectamente interesados en la Justicia (92).

Todo cambio debe vincular en primer término a los Juecesque deben entender y comprometer su contribución al Orden ya la Seguridad del Estado, pero debemos reconocer que otrosprotagonistas deben involucrarse, como los funcionariosjudiciales, los profesionales de Derecho y los propiosjusticiables o administrados.

En países como el nuestro en donde los recursos no sonsuficientes, lo que suele conspirar con el ideal de que losfactores económico, tecnológico y humano puedan emplearseplenamente, los ideales de eficacia y eficiencia para elsistema judicial se consiguen con un espíritu humano que noescatime esfuerzos ni voluntades para lograr, día a día,una Justicia a la medida de las necesidades del Hombre. Talfatiga exige compromiso, vocación y espíritu de sacrificiode los Jueces que se obligan a “dar de sí sin pensar en sí”en vigilia y atención constante, porque se les ha confiadopara todo momento la Seguridad y el Bienestar de las personas-justiciables (art. 23 de la Constitución), y la Justicia esen principio una tarea para el beneficio de los más y delos demás. Quienes componen la Justicia no deben perder devista que deben ser eficientes siempre, en la prosperidad oante las crisis, cuando arrecie el trabajo o cuando seimpongan por el Legislador o las circunstancias nuevosdesafíos. Si ellos como individuos son eficientes yeficaces, el sistema judicial será eficiente y eficaz.Citando a PICÓ I JUNOY, el Magistrado que se precisa enestas circunstancias para garantizar un proceso eficiente92 BANCO MUNDIAL Notas PREM Sector Público; DICIEMBRE DE 1999, NÚMERO34, “Reducir las demoras judiciales: cinco enseñanzas de los Estados Unidos”, en“http://www1.worldbank.org/prem/premnotes/es/notes34es.pdf”(consultado el 27.6.2010).

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es alguien que vela en la tutela de los interesesdiscutidos; el sistema judicial más eficaz es el de un Juezcomprometido con la obtención de la solución más justaposible de los conflictos, por eso el Estado debe poner asu servicio todos los medios necesarios para que puedaalcanzar su fin de eficiencia y eficacia (93).

En cuanto al Poder Judicial, el esfuerzo por mejorar laAdministración de Justicia involucra el esfuerzo, vocacióny dedicación de todos sus miembros, sea Jueces ofuncionarios. Creemos entonces que, con o sin apoyopolítico, presupuestario o logístico, los FuncionariosJudiciales (Magistrados, administrativos o técnico-profesionales) se siguen debiendo como Servidores Públicosa la ciudadanía, porque ejercen un verdadero ministerio y sedeben a la función dignificándola con un desempeñomilitante y con alto sentido de la responsabilidad, nosiendo lícito supeditar el rendimiento o su vocación alincentivo económico (art. 59 de la Constitución). Paraque un proceso funcione en forma eficiente, los Magistradosy Funcionarios Judiciales deben ser eficientes; se trata deuna cuestión ética y de principios, sin supeditación acontrapartidas retribucionales lo que no significa que nodeba reconocerse a los Jueces y Funcionarios el derecho auna Justa Remuneración (art. 54 de la Constitución) por suelevada tarea.

En las Oficinas Judiciales los Magistrados, Actuarios,Secretarios y Funcionarios deben funcionar armónicamente,con espíritu de colaboración, de equipo y de cuerpo.Actualmente tenemos los recursos materiales mal que bienpara desarrollar el trabajo judicial, pero si falla elánimo humano, si no hay voluntad para que las cosasfuncionen y los problemas se solucionen, si se carece decompromiso de servicio, imperarán el burocratismo, lalentitud y la insatisfacción de los derechos.

93 PICÓ I JUNOY Joan, “El derecho procesal entre el garantismo y la eficacia: undebate mal planteado”, en “Revista Uruguaya de Derecho Procesal” No.3/2003, ps. 399 y 408.

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Y el interés por un proceso eficiente también debecomprometer a todos los usuarios del servicio de justicia,profesionales o no. La Ley procesal insiste en imponer alos Jueces la responsabilidad por la pronta y eficienteadministración de Justicia (arts. 1º a 11, 24 y 25.2 delCódigo General del Proceso más normas concordantes), perosi ese poder-deber no es acompañado ni es colaborado porlos intereses de los Abogados y de sus justiciables, nadase conseguirá. Una Justicia más eficiente no deja deinvolucrar a los Abogados, que son operadores y componentesfundamentales en los litigios. Ellos tienen su cuota partede responsabilidad y de lealtad (arts. 5º, 24 nums. 10 y11, 25.2 más 26 del C.G.P.) para con ello. Quizá a fuerzade soportar y saber que los litigios son lentos, losProfesionales Letrados se han acostumbrado a ello. Enocasiones los Abogados se sorprenden cuando los procesos seencaminan en forma ágil y no siempre pueden absorberlo, locual no deja de ser contradictorio cuando por otro lado, sequejan de la lentitud y de las demoras judiciales. En otraperspectiva, no olvidemos que en los litigios se manejanintereses, por lo que la eficiencia y la eficacia de unproceso no son siempre valores a cuidar como fines en símismos por los Abogados o sus clientes; a algunos, laineficiencia y las demoras de los Sistemas de Justicia lesconvendrá, principalmente para sustraerse a sus consecuenciaso a eventuales condenas.

En resumen: para que el proceso sea eficiente y cumplacon su objeto de desarrollo nacional y de felicidad de loshabitantes se necesita Trabajo y Ética por sobreestructuras, reformas y presupuestos. No significa lo dichoque un andamiaje normativo institucional o mejoras enrecursos no sean necesarios, sino que no debe apostarsetodo el éxito del sistema de justicia a éstos. El Uruguayposee poderosos instrumentos jurídicos y una tecnologíasuficiente como para que los procesos se tramiten en formaágil y correcta; no siempre se encuentran disponiblespersonas con capacidad, entrega y visión para hacerlosfuncionar.

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VII. HACIA UN MODELO DE JUSTICIA Y DE PROCESOSEFICIENTES. UNA ESCALA DE PRINCIPIOS

El panorama expuesto en los Capítulos anterioresdemuestra que el propio sistema, los usuarios (o los quepadecen, profesionales o no) del mismo y los ciudadanostodos, continúan demandando aún hoy una Administración deJusticia más eficiente, que sólo se puede lograr a través deprocesos eficientes. Estos “procesos eficientes” debenreunir el concurso de tres Factores: Normas Procesales,infraestructura humana y logística, más recursossuficientes. En los Capítulos anteriores hemos ligado laidea de “eficiencia” en los procesos con el pleno empleo delos recursos existentes (normativos, económicos,tecnológicos, humanos) para lograr en el menor tiempoposible, el máximo resultado de “eficacia” en laejecutabilidad de las decisiones judiciales y la mejorsatisfacción de los derechos. Y también hemos puesto enconsideración la importancia del Espíritu Humano en eléxito del funcionamiento de la Justicia. Hemos afirmado queel ingrediente fundamental del éxito de un proceso, más quereformas legislativas, presupuestales y logísticas, es elfactor humano que lo hace funcionar.

¿Cómo puede conseguirse que los procesos seaneficientes? Al respecto no existen recetas, ni bastanreformas y recursos. Para lograrlo, el éxito se consiguemediante un Compromiso de Trabajo con un procesoconsustanciado con ciertos Valores.

Por ende, no presentaremos en este trabajo un diseñodeterminado de proceso civil o penal como modelo deeficiencia, sino un entramado de Principios que debenfundamentar y que simplemente observándolos garantizarán eléxito de cualquier sistema o reforma de Justicia. Enrealidad, no hay fórmulas que digan qué mecanismo deproceso es el mejor ni el que garantizará el máximoresultado. Todo modelo procesal que pueda diseñarse o sequiera proyectar no funcionará si no tiene un clarobasamento de Valores y de Personas imbuidas de sólidosprincipios. Son éstos los que hacen a la eficiencia y

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eficacia del proceso, y no la estructura del proceso en sí.Este factor humano logrará su objetivo de eficiencia y deeficacia en los procesos judiciales si tiene muy claro bajoqué Principios y Valores trabajará.

En el “Plan Estratégico 2005-2009” (94) el Poder Judicialuruguayo marcó como Visión un compromiso con la necesidadde lograr un trabajo eficiente indicando Pautas y Valoresmuy importantes a tener en cuenta, porque constituyen labase de lo que debe ser un proceso de calidad. La misióndel Poder Judicial debe confundir sus orientaciones yprincipios con un modelo de actuación procedimental acorde.Tomando entonces como inspiración el documento citado“mutatis mutandi” podríamos considerar que un ProcesoEficiente debe ser: 1) Accesible a toda la población enforma igualitaria; 2) Orientado a mejorar la eficiencia ycalidad de su gestión, con procesos en tiempo razonable; 3)Orientado a la excelencia de sus servicios; 4) Fortalecidomediante la búsqueda permanente de la excelencia de susrecursos humanos; 5) Asistido en forma con servicios deapoyo, la aplicación de tecnología a su gestión, y conindependencia presupuestal; 6) Manteniendo una comunicaciónfluida con la sociedad, generando y difundiendo una imagencompatible con los valores Institucionales”. Susprincipales Valores serán: a) Honestidad; b) Independencia;c) Imparcialidad; d) Transparencia; e) Respeto; f)Excelencia.

En nuestro concepto, la Administración de Justicia através de Procesos Eficientes debe tener como referenteslos siguientes Principios:

i) Accesibilidad (a la jurisdicción);i) Transparencia;ii) Autoridad;

94 V. PODER JUDICIAL DE LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY, “Documentopara la Ponencia sobre Proyecto Jurisdiccional”, en“http://www.cejamericas.org/doc/documentos/Documento%20sobre%20ponencia%20Poder%20Judicial%20del%20Uruguay.pdf” (consultado el10.6.2010).

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iii) Celeridad;iv) Ejecutabilidad (Eficacia).

Cualquier sistema procesal que se comprometa con estosPrincipios o Valores tendrá garantida su eficiencia, suseguridad y su eficacia sin necesidad de grandes reformas.

Si los repasamos, veremos que son también PrincipiosFundamentales de rango constitucional de todo proceso queaspire a ser protector y realizador de los individuos (95).

1. Accesibilidad (Accesibilidad a la Jurisdicción)Los arts. 8º y 25 del Pacto de San José de Costa Rica

(ratificado por el art. 15 de la Ley No. 15.737) y elart. 9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles yPolíticos (ratificado por Ley No. 13.751) establecen quetoda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápidoo a cualquier otro recurso efectivo, dentro de un plazorazonable. A su vez, el art. 11.1 del Código General delProceso expresa que “Cualquier persona tiene derecho a acudir antelos tribunales, a plantear un problema jurídico concreto u oponerse a lasolución reclamada y a ejercer todos los actos procesales concernientes a ladefensa de una u otra posición procesal y el tribunal tiene el deber de proveersobre sus peticiones”. Se trata nada menos que el derecho aldebido proceso o a la Acción. Desde los tiempos clásicos laJusticia, que se materializa a través de la posibilidadde la Acción, ha sido la garantía de protección a laPropiedad, la Libertad y al funcionamiento de losmecanismos del Mercado (96).

La Acción, el derecho a pedir lo que es nuestro o senos debe (“Acción es el medio legal de pedir judicialmente lo que esnuestro o se nos debe”, antiguo art. 240 del Código deProcedimiento Civil), es una especie del derecho generalde Petición para ante cualesquiera organismos de la

95 Recomendamos “mutatis mutandi” las ideas de VESCOVI Enrique,“Principios constitucionales del proceso”, en “Revista Uruguaya de DerechoProcesal” No. 3/89; Montevideo, Fundación de Cultura Universitaria,ps. 298-308.

96 MARINONI Luiz Guilherme, “El Derecho Fundamental de Acción en la ConstituciónBrasileña”, en “Revista Uruguaya de Derecho Procesal” No. 1/2007, p. 11.

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República (art. 30 de la Constitución). Normasconcordantes de este derecho son el art. 14 del PactoInternacional de Derechos Civiles y Políticos (ratificadopor Ley No. 13.751), y el art. 10 de la DeclaraciónInternacional de Derechos Humanos. El poder de accionardebe ser un derecho y no algo accesible solo a quienestengan recursos económicos. En lo posible el accesonecesita ser del más bajo costo posible; debe propendersea la gratuidad masiva de todos los litigios, o en sucaso, a que las cargas tributarias sean mínimas o seconcedan beneficios de exoneración o de auxiliatoriaamplios. Esto implica que todo ciudadano tiene derecho aun Acceso ágil y con la menor cantidad de interferenciasa un proceso Judicial, garantías que deben reforzarseespecialmente a aquellas personas estructural ysocialmente más vulnerables y de menores recursos. A suvez, todos deben tener su Defensor personal (particular ode oficio -proporcionado gratuitamente por el Estado siel justiciable no puede costearse uno-). Estos principiosestán asentados en documentos modernos de gran prestigiosi bien no constituyen derecho positivo aunque puedentomarse como recomendaciones, como la “Carta de Derechosde las personas ante la justicia en el espacio judicialiberoamericano” (Cancún 2002), la “Declaración sobre losprincipios fundamentales de Justicia para las Víctimas deDelitos y de Abuso de Poder” (97) y las “Reglas deBrasilia sobre Acceso a la Justicia de las personas encondiciones de vulnerabilidad” (acogidas estas últimaspor la Acordada de la Suprema Corte de Justicia No.7647). El Acceso a la Justicia es un bien de primeramagnitud al reconocerse que cualquier causa derestricción (por razones económicas, limitando recursossin justificación) sería una violación del principio deigualdad de las personas ante la Ley (98).

97 Organización de las Naciones Unidas, 29.11.1985.98 VESCOVI Enrique (Director) & als., “Código General del Proceso.

Concordado, anotado y concordado”, Tomo 1; Montevideo, 1992, EditorialÁbaco, ps. 222-223. La Acordada No. 7414 de la Suprema Corte deJusticia estable un criterio económicamente flexible para el acceso a

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Otra forma de hacer accesible la Justicia a laciudadanía es acercarle los tribunales, evitando loscentralismos burocráticos. El Código General del Procesorecomienda la división de la Justicia en formaterritorial y por zonas o regiones, preconizando lamovilidad de la actuación de los tribunales (arts. 22.1 y22.2 del C.G.P.).

Pero no basta tener la posibilidad de acceder a unproceso judicial para plantear las pretensiones. Losorganismos judiciales competentes tienen el deber y laobligación de dar una respuesta al interés o pretensión,sea positiva o negativa, o parcialmente contemplativa. Elciudadano tiene el derecho de recibir esa respuesta, seafavorable o desfavorable, y debe estar garantido demedios o de recursos para que la reciba.

El Derecho a Acceder a la Justicia o a la Acciónsupone la prohibición a los Jueces de denegar unarespuesta a las pretensiones (art. 15 del C.G.P.), laprohibición al legislador de excluir de la apreciacióndel Poder Judicial cualquier amenaza o lesión a cualquierderecho, y la imposibilidad de vedar el ejercicio de unaacción y la viabilidad de obtener una efectiva tutela deun derecho material (99).

2. TransparenciaEl principio de Transparencia que debe regir a los

procesos eficientes hace más que a la mera Publicidad delos procesos, y engloba a nuestro entender los Principiosde Igualdad, Contradicción, Publicidad, de Buena Fe y deLealtad Procesal.

El principio de Igualdad de las partes en los Procesoses una especie del género “igualdad de las personas antela Ley” (arts. 8º, 72 y 332 de la Constitución Nacional).Ello significa que estructuralmente todos tenemos ante elproceso las mismas oportunidades, cargas y obligaciones.En su caso y a favor de quienes se encuentran más

la Defensa gratuita, que garantiza también el Poder Judicial.99 MARINONI, “El derecho…” cit., ps. 12 y 15.

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vulnerables y desprotegidos en la conceptuación social,la Ley y la Justicia deben nivelar mediante un refuerzosu derecho de acuerdo al criterio de distribuciónaristotélica de equiparar promoviendo a los desiguales.El Juez es el garante y baluarte de la Igualdad de todoslos individuos ante el proceso (arts. 4º, 350.2 a 350. 5del Código General del Proceso y art. 23 de laConstitución Nacional). El Ministerio Público tambiénpuede desempeñar un control y rol importante coadyuvante(art. 3º del Decreto-Ley No. 15.365).

El derecho de Contradicción (o de debidacontradicción) importa la posibilidad de tenerconocimiento y de poder contrarrestar los actos odecisiones perjudiciales al interés o derecho de la parteinvolucrada. Es un refuerzo del derecho de igualdad delas partes, expresado en el latinazgo “audiatur altera pars”(“sea oída la otra parte”). Este derecho de Contradicciónimporta previo a decidir, que sea oído el justiciableaunque sea por un acto de comunicación, traslado o vistaprevios. En algunos casos esta posibilidad decontradicción puede ser postergada o diferida (caso delas decisiones de trámite o despacho urgente), peroasegurando siempre la comunicación al interesado para quepueda luego contradecir o impugnar lo que se decida.

La Publicidad hace al debido conocimiento de todos losactos procesales, al poder “saber de qué se trata” en ellitigio, a conocer quién son el Juez y las partes(inmediación, arts. 8º y 18 del C.G.P.); en fin, a que laJusticia tenga un rostro más humano. COUTURE entendió quela Publicidad es de la esencia del orden democrático degobierno (100). En los procesos civiles, comerciales, defamilia y laborales, esto es indiscutible salvo casosjustificados en protección de la dignidad y honor de losinvolucrados (art. 7º del C.G.P.). En el proceso penaldebería ser el principio sin perjuicio de la debidareserva a efectos de la efectividad de la instrucción

100 COUTURE, Eduardo J., “Fundamentos del Derecho Procesal Civil”, 3ª Edición;Buenos Aires, 1990, Depalma, p. 192.

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(caso del presumario (arts. 113 del C.P.P. y Ley No.17.773), contrarrestado con la posibilidad de que elindiciado o imputado tome posterior y rápido conocimientopara una idónea defensa. La Publicidad importa la debidaNotificación o Comunicación de las resultancias dellitigio a los involucrados para que sepan cómo articularsu posición en las diferentes etapas procesales y paraque puedan tener el tiempo útil de contradecir, lainstrucción de la prueba de forma tal que pueda serexaminada y debatida por las partes ante una AudienciaOral y Pública de debate y juzgamiento, y elpronunciamiento de una decisión o sentencia de modo queesta pueda ser conocida. A su vez, la Publicidad hace alLitigio como un Educador ciudadano, permitiendo alpúblico asistir y presenciar el debate, la instrucción yel juzgamiento.

La Lealtad y la Buena Fe (art. 5º del Código Generaldel Proceso) hacen a la Honestidad entre las partes, deéstos para con el Juez y del Magistrado para con laspartes. La Ética, la Probidad y la Moral (101) soningredientes de un Juicio Eficiente en cuanto permitenque la Verdad, orientadora de la mejor y más “justa”decisión judicial, pueda salir sin ocultamientos nivelos, pero que a su vez pueda surgir en el menor tiempoposible sin artilugios, ni trapisondas ni chicanasutilizando abusivamente los mecanismos procesales. Estamoralidad debe reforzarse proveyendo al Juez defacultades claras y contundentes de castigar los fraudesy las conductas dilatorias, como también la promociónindebida de recursos innecesarios.

En materia de litigios mercantiles KATZ señala que unode los elementos que entran en consideración en losprocesos judiciales cuando una de las partes viola uncontrato es que la decisión que se tome sea imparcial es

101 Véase al respecto el magnífico trabajo de NICASTRO Gustavo, “Laregla moral, la buena fe y algunas consideraciones sobre el abuso del proceso”, en“Revista Uruguaya de Derecho Procesal” No. 3/2007; Montevideo,Fundación de Cultura Universitaria, ps. 551-572.

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decir, el juez debe actuar como un árbitro que no tieneningún interés personal en el litigio. Por lo mismo, escrucial para dar la garantía de imparcialidad en lasdecisiones, que todo el proceso sea llevado a cabo demanera transparente. Esto incluye la recepción en elJuzgado de la demanda por parte de la parte afectada, lanotificación a la parte demandada, la conformación de laspruebas presentadas por ambas partes en el expediente, elcual deberá ser abierto tal que cualquiera puedaconsultarlo, que ninguna de las partes involucradas en ellitigio tenga acceso directo o indirecto al Juez y,finalmente, saber cuál fue la decisión que tomó el juez ycuáles fueron los criterios objetivos, basados únicamenteen las pruebas documentales aportadas por ambas partes,que lo llevaron a tomar determinada decisión. Cualquierviso de falta de transparencia en el proceso obviamenteintroduce la sospecha de corrupción y parcialidad porparte del Juez y de que no existe la seguridad de que losderechos de propiedad de la parte afectada están siendogarantizados (102).

La Ley No. 18.381 sobre Acceso a la InformaciónPública, procura la transparencia de la funciónadministrativa de todo organismo público y garantizar elderecho fundamental de las personas a acceder a lainformación existente en el organismo, lo que obviamenteabarca al Poder Judicial.

Un informe realizado por la “Asociación de DerechosCiviles” del 2.5.2010 demuestra que el Sistema Judicialuruguayo se destaca por su transparencia e información,aunque sería necesario mejorar la comunicación con losusuarios y con la población (103).

3. Autoridad (o Principio de Autoridad) (104)

102 KATZ Isaac, “Eficiencia judicial y desarrollo económico: el caso de los juiciosmercantiles”, en “The Latin American and Caribbean Journal of LegalEstudies”, Volume 3 Issue 1, 2008, Article 6, p. 7.

103 “Equipo de trabajo…” cit., ps. 19- 24.104 GARCÍA OTERO Nelson, “Relacionamiento entre Magistrados y Abogados”, en

“Revista Judicatura” No. 38; Montevideo, Asociación de Magistrados del75

La Dirección y la Conducción del Proceso es unaactividad de control y orden que es inherente e involucratotalmente al Magistrado Judicial en virtud de laautoridad jerárquica constitucional y legal que inviste.Es un “Poder-Deber” que implica obligaciones y facultadesdel Juez, y a su vez responsabilidades legales para elcaso que no esté a la altura de esa dirección cuando noimponga su “imperium” para encauzar las actuaciones ocuando él mismo contribuya al desorden y a la confusióncon su impericia o negligencia. Un proceso eficiente descansa enun Juez eficiente y que lo dirija de modo eficiente, que se imponga por suAutoridad (intelectual y de personalidad) y no por la coacción,sin perjuicio de las sanciones que le habilita la Leyaplicar contra quienes procedan con mala fe y deslealtad,o con irrespeto a la Justicia (arts. 5º, 24 nums. 10 y 11C.G.P.; arts. 148 a 150 Ley No. 15.750). Toda personapública o privada debe acatar a la Justicia sin perjuiciode las facultades de recurrir o impugnar las decisionesconforme al ordenamiento jurídico.

A su vez, el Juez debe cuidarse de no tiranizar alproceso so pretexto de dirección, porque la eficienciatambién hace al debido respeto de defensa de loslitigantes. Por el contrario, el Juez eficiente involucraa las partes y a sus Abogados en el litigio, haciendocomo dijera BARCELONA, que el proceso todo sea obra nosólo del Magistrado sino asimismo de las partes, queéstas lo sientan suyo, colaborando conjuntamente paralograr la solución justa del caso concreto; la efectivacolaboración de todos en la práctica del proceso tanto enel procedimiento como en la solución, al poner mejor de

Uruguay, ps. 252-254. ALVARADO VELLOSO, “El Juez, sus deberes y facultades”; Buenos Aires,

1982, Depalma, ps. 116, 117 y 118. GARICOÏTS Léonie-ALVES DE SIMAS Martha, “Aproximación a los deberes y

facultades del Juez en el Código General del Proceso”, en “VII Jornadas Nacionalesde Derecho Procesal”; Minas, 1993, Editorial Universidad, p. 190.

PIAGGIO SOTO Eduardo, “Proyecto de Código del Proceso Penal. PrincipiosBásicos”, en “Revista de la Asociación de Magistrados del MinisterioPúblico y Fiscal del Uruguay” No. 2; Montevideo, 1996, p. 25.

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manifiesto el modo de funcionar de la justicia bajo elcontralor de la opinión pública, obtiene el mejorfuncionamiento del orden jurídico (105).

La Ley es muy clara en este sentido (arts. 2º a 11,18, 21, 24 y 25 del C.G.P.; arts. 4º y 6º de la Ley No.15.750, art. 23 de la Constitución).

La Autoridad es una garantía de la eficiencia de laJusticia, junto a la Independencia, la Imparcialidad yResponsabilidad del Magistrado Judicial (106). Por esoimplica un alto sentido de la Ética y de laResponsabilidad en el Juez.

4. CeleridadLa Celeridad y la agilidad de la tramitación en un

proceso judicial son las perlas o la médula de un procesoeficiente. Sobre este tema ya abundamos en los Capítulosanteriores, pero sobre ello nunca se insistirá losuficiente. COUTURE recordaba que “…en el procedimiento, eltiempo es algo más que oro: es justicia” (107). Este autor denunciabaque “Sentencias ejemplares de nuestra jurisprudencia carecenfrecuentemente de rápido valor práctico, porque el estado de cosas del día dela demanda ya ha desaparecido al día de la cosa juzgada. No es posible

105 BARCELONA Graciela T., “Los Jueces y el Código General del Proceso”, en“Revista Judicatura”, junio 1989, Nos. 25-26; Montevideo, Asociaciónde Magistrados del Uruguay, p. 17.

GELSI BIDART Adolfo, “Status social y organización de Jueces y Abogados”,en “Revista Judicatura”, Diciembre 1990 No. 31; Montevideo, Asociaciónde Magistrados del Uruguay, ps. 17.

106 VESCOVI Enrique, “La Administración de Justicia en el Uruguay”, en“http://www.bibliojuridica.org/libros/1/474/10.pdf”; ps. 224-227(consultado el 12.6.2010).

PODER JUDICIAL-SUPREMA CORTE DE JUSTICIA, “El Poder Judicial delpresente”, en “Centenario de la Suprema Corte de Justicia 1907-2007”,ps. 117-123.

En el Uruguay, la Acordada No. 7688 de la Suprema Corte deJusticia aprobó haciendo suyos los “Principios de la Ética JudicialIberoamericana” contenidos en el Código Modelo Iberoamericano de ÉticaJudicial.

107 COUTURE Eduardo J., “Proyecto de Código de Procedimiento Civil”;Montevideo, 1945, s/e, p. 37.

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desconocer que un proceso que dura tanto tiempo constituye una tentaciónpara el litigante malicioso, Siendo notorio que es posible vencer por fatiga,cuando no se puede vencer en derecho… El problema de la duración delproceso deriva así, naturalmente, en el problema de la inmoralidad, de lafalta de probidad y de lealtad en la lucha jurídica” (108). Estas ideasson contundentes para mostrar cómo “Tiempo” y “Justicia”deben verse como uno solo a la hora de definir Valorespara un proceso eficiente. El conflicto o la carrera“Tiempo contra Justicia” debe involucrar la tensión y lavocación de los Magistrados; la Justicia es un barco amerced del Mar del Tiempo pero el Juez, Director delProceso (arts. 2º a 9º más 24 y 25 del C.G.P.), debeutilizar todo su conocimiento, experiencia y pericia paralograr que esa nave llegue a puerto seguro y en paz conla mayor prontitud posible.

Los procesos pues deben ser celeros lo que nosignifica que deban ser “acelerados” ni apresurados.Sabemos que decisiones intempestivas o no meditadas bajoel tamiz del tiempo, sin la ponderación de lascircunstancias, pueden ocasionar grandes males. En laJusticia penal existe un aforismo: “Siempre hay tiempo paraprocesar”, que no es adaptable a los procesos “civiles” ensentido amplio. Pero no debemos pasarnos al otro extremo,dilatando tanto las actuaciones y decisiones so pretextode ponderación que parezca lo contrario: una malavoluntad en no decidir. En otros casos las complejidadesde los juicios conspiran contra la celeridad, lo que noes excusa para resignarse. El “justo medio” es que loslitigios se tramiten en tiempo razonable (arts. 8.1 delPacto de San José, 9.3 del Pacto Internacional deDerechos Civiles y Políticos y 11.4 del C.G.P.); esarazonabilidad es la medida para que aflore la Verdad queoriente la mejor decisión. Ante esto, la idea clave de“Celeridad” en un proceso que desea ser eficiente es laAgilidad de tramitación.

La Celeridad viene de la mano con la economía, elimpulso y la ordenación procesal, y con lo que se llama

108 COUTURE Eduardo J. “Proyecto…” cit., p. 41.78

procesalmente la “pronta y eficiente administración dejusticia” (arts. 2º, 3º, 6º, 9º y 10 del Código Generaldel Proceso). El Juez tiene legalmente el Poder-Deber de sereficiente y por ende, de ser ágil, por lo que ese aspecto ya noqueda librado a su discrecionalidad o a sus luces ya queel no serlo compromete su Responsabilidad (art. 23 de laConstitución; 9º, 24 y 25.2 del C.G.P.), al ser estepoder-deber de dirección reglado y no libre (109). En estaCeleridad y Agilidad no podemos descuidar a la Oralidadque se realiza principalmente en las Audiencias comocentro de los procesos civiles (en sentido amplio) ypenales, que cumplen un papel fundamental porqueresultan un factor de eficiencia indispensable ysustancial, ya que si todas las actividades que seejecutan en la audiencia se llevasen a cabo medianteescritos y órdenes, se requeriría un gran volumen detiempo. Un debate oral es más rápido, menos caro y muchomás simple que una preparación por escrito, por lo quedebería considerarse más eficiente; también puede seruna forma eficiente para la práctica de las pruebascuando se cumplen dos condiciones principales (además delcontacto directo del juez de los hechos con las fuentesde prueba): la concentración y (digamos, en lo posible)la resolución inmediata (110).

No hay reglas prefijadas ni recetas para lograr laceleridad. Estratégicamente el proceso debe planificarsey cada acto debe pensarse de manera que permita el avancemás rápido posible del litigio. Es menester tambiénestudiar y calcular previamente las posiblesconsecuencias, recursos, dilatorias, riesgos y daños quecada decreto judicial y cada paso que se dé en el trámiteprocesal puedan generar a inmediato, a mediano y a largoplazo. El Juez que ordena el proceso con eficiencia debe109 TARIGO, Enrique E., “Lecciones de Derecho Procesal Civil” T. I; Montevideo,

1994, Fundación de Cultura Universitaria, ps. 66-67.110 TARUFFO Michele, “Oralidad y escritura como factores de eficiencia en el proceso

civil (versión abreviada)”, en“http://www.uv.es/coloquio/coloquio/ponencias/8oratar2.pdf”(consultado el 11.6.2010).

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manejarlo con Estrategia, anticipando y generando el Futurodel caso en forma proactiva, sin tener por qué esperar asufrir las complicaciones.

En la gestión del proceso, las audiencias de debate yjuzgamiento (preliminares y complementarias) deben serconvocadas con la menor dilación posible (permitiendo lanotificación debida a los litigantes y en lo posible alos testigos) y sobre todo, no deben admitir prórrogas yrealizarse en el día efectivamente previsto. La puntualidaden todas las audiencias debe tenerse como Norte:CALAMANDREI recuerda que “Puntualidad es probidad” (111).

5. Ejecutabilidad (Eficacia)La “Ejecutabilidad” no suele enumerarse como un

principio explícito del proceso, salvo en forma indirectao dentro del contenido de otros principios. Sin embargo,la Accesibilidad, la Transparencia, la Autoridad y laCeleridad no tienen éxito por sí mismas sinEjecutabilidad. La Justicia Eficiente debe asegurar queel satisfecho por Su sentencia pueda gozar del bien de lavida que se le debe: que pueda “juntarse” o disfrutar deldinero, de la cosa o de los hijos que reclama, aun en elcaso de que los condenados no quieran cumplirlasvoluntariamente mediante procedimientos compulsivos oconminatorios; que pueda no ser molestado en el futuropor lo mismo si es rechazada la demanda en su contra (sinperjuicio de algunos casos en que si varían lascircunstancias pueda replantearse la cuestión, caso dealimentos, guardas, tenencias, visitas, o de ciertasacciones declarativas “voluntarias”). En el Derecho Penalla Sentencia asegurará al condenado el justo castigodentro de un sistema de reinserción y reprogramación desus comportamientos (art. 26 inc. 2º de la Constitución;arts. 245 y siguientes del Código del Proceso Penal), o aque disfrute su Libertad y en su caso reciba una debidaindemnización por los padecimientos sufridos, si fuesobreseído o absuelto (arts. 24 de la Constitución y Ley111 CALAMANDREI Piero, “Elogio de los Jueces escrito por un Abogado”; Buenos

Aires, Ediciones Jurídicas Europa-América, 1956, p. 44.80

No. 15.859, art. 4º). Se trata siempre de que laSentencia sea obedecida o respetada.

De nada vale que se intenten reformas procesales o sehagan esfuerzos loables para aumentar la celeridad o laabreviación de los procesos, si no se consiguenresultados en el sentido que las sentencias puedanejecutarse eficazmente, y si éstas no logran serejecutables. Un hermoso y enjundioso pronunciamientojudicial es sólo un papel o un archivo informático si nologra cumplirse. Al proceso eficiente no le basta puesuna sentencia, sino que se haga efectiva y que seaplique, satisfaciendo el interés primigenio y originaldel justiciable, de la sociedad, según la forma en quefuere laudado por la Justicia.

En definitiva, la Ejecutabilidad significa que siemprese pueda cumplir la orden o el mandato judicial, para queel beneficiado por la decisión reciba “lo que le es suyoy se le debe” haciendo realidad el ideal de Justicia de“dar a cada uno lo suyo” (“suum cuique tribuere”).

La eficiencia de un proceso implica la eficacia en elcumplimiento de la sentencia o de cualquier decisiónjudicial. La ejecutabilidad de las decisiones judicialeses la máxima garantía que el proceso puede dar paraproteger los intereses sustanciales. Un proceso podrá seracelerado y rápido, pero no cumplirá sus objetivos deeficiencia y efectividad si la condena no logra serejecutable.

La realidad muestra que la ejecutabilidad no siemprees posible. Cuando el deudor no posee bienes o supatrimonio ha desaparecido, aquélla es virtualmenteimposible. Durante los tiempos de los procesos puedeocurrir que las partes se vayan insolventando odistrayendo sus bienes, o sufran avatares económicos, loque hace necesario que ínterin se deban instrumentar otomar medidas para resguardarlos o cautelarlos.

En algunos casos, la dilación natural que puedentener los procesos amerita anticipar decisiones cautelando

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personas o cosas, o anticipar condenas si se dan lospresupuestos con apariencia de verosimilitud (arts. 260,311 a 317 del C.G.P.; arts. 27 de la Constitución, 127 y159 a 162 del C.P.P.) que siempre podrán ser revisablessi es necesario. En Brasil se habla al respecto de“Anticipación de la tutela jurisdiccional” y en Argentinade “procesos urgentes”.

También pueden los tiempos de duración de los litigiosservir a un contendiente a prevenir las consecuenciaseconómicas que puede implicar una eventual condena,acopiando dinero o bienes o aprovechar el proceso para“financiar” un capital o propiciar un acuerdo económico.

Cuando la Sentencia tiene Autoridad de Cosa Juzgada osea que ya no podrá ser más discutible (arts. 214, 215 y222 Código General del Proceso), el procedimiento deEjecución debe lograr que el demandado pague, que haga oque no haga algo según ordenó el fallo. Se apela a que secumpla voluntariamente sin necesidad de ejercicio decoacción o autoridad, pero en caso que así no se haga, laJusticia eficiente amerita mecanismos de ejecución y deconminación compulsiva que logren cumplir el mandatojudicial efectiva, eficazmente y cual fuere dictado (arts. 372 a 399del C.G.P.). En la ejecución de las Sentencias contra elEstado (arts. 400 y 401 del C.G.P.), debe asegurarse parala eficiencia y eficacia de la sentencia, que estaejecución no quede al arbitrio del organismo estatalcondenado o agente de pago, o de sus titulares oencargados (112).

KATZ indica que un elemento adicional a latransparencia y rapidez de los procesos judiciales, es lagarantía que debe tener la parte cuyos derechos fueronviolados de que, una vez dictada la sentencia, ésta seaexpeditamente ejecutada ya que es de poca utilidad parala parte afectada que el juez haya dictado una sentencia

112 Para los problemas y dificultades en que el Estado cumpla con susobligaciones a pagar dinero, v. ETTLIN Edgardo, “Procesos de Ejecución desentencias de condena a pagar sumas de dinero contra el Estado”; Montevideo, 2008,Editorial y Librería Jurídica Amalio M. Fernández, 208 páginas.

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a su favor y ésta no pueda ser llevada a cabo es decir,obligar a la parte que violó el contrato a cumplir consus obligaciones. Al respecto, uno de los puntosesenciales es encontrar la forma más eficiente para quelas sentencias sean ejecutadas sin dilación (113).

VIII. CONTRIBUCIONES POSIBLES DE LOS PROCESOS JUDICIALESEFICIENTES AL DESARROLLO NACIONAL

Los procesos eficientes no solo colman las expectativasde los ciudadanos y prestigian al ordenamiento democrático,sino que son capitales para el orden y desarrollo de unpaís. En un Estado donde la Justicia es pronta, efectiva yeficaz, los ciudadanos sienten realizados sus valores ybienes jurídicos de Seguridad y Bienestar.

Esta afirmación en nuestro criterio no precisaría mayordemostración, bastando un simple razonamiento paracomprenderlo. Todo conflicto, toda sensación deinseguridad, el verse ante la posibilidad o ante laspuertas de un proceso judicial, genera una sensación deincertidumbre y de inseguridad ante el presente y el futuromientras no se dilucide qué sucederá. Si los procesosencargados de resolver esas cuestiones funcionan en formaágil y eficiente (binomio inseparable), los ciudadanospueden sentirse seguros y a salvo contra la delincuencia,los negocios pueden tener la tranquilidad de que susintereses y actividades pueden desenvolverse sin problemas,y en el peor de los casos las personas y las empresaspueden reperfilar su destino para mal o para bien luego dela realidad que impone la decisión de un proceso. Porquetodos necesitamos construir a partir de certezas,necesitamos que la decisión judicial llegue y se ejecute lomás pronto y mejor posible. Si ello se demora, se prolongaen el tiempo esa sensación de incertidumbre que no permiteproyectar y elaborar el futuro.

Los procesos eficientes dan garantías de Certidumbre, deSeguridad y de Seriedad a cualquier sistema institucional,que no pasa necesariamente porque éstos resuelvan

113 KATZ Isaac, “Eficiencia…” cit., p. 7.83

situaciones o conflictos con “Justicia” (otro Valor quepersigue el Derecho) en un sentido axiológico, sino porquela Certeza y Seguridad permiten afirmar y dan un Orden alos acontecimientos y bienes de la Vida. La sensación decerteza y de seguridad es capital en el desarrollo de todasociedad, porque a partir de la Seguridad se elabora en Pazy con seriedad el Desarrollo hacia el Bienestar. El Hombrenecesita planificar y construir su existencia a partir decertidumbres y de verosimilitudes para elevarse evolutiva yexistencialmente, del mismo modo que una casa debedescansar en cimientos firmes y no arenosos o movedizos. LaJusticia debe en un ordenamiento democrático ofrecergarantías de que respaldará o que dará soluciones decertezas ante los conflictos o asuntos de la Vida queesperan de ella.

Por tanto, para la construcción de una Paz social y paraminimizar el recurso a la violencia, en la certeza que danciertas reglas y principios previamente establecidos ypúblicamente conocidos, la Eficiencia es central en el modode funcionamiento de cualquier sistema o proceso judicial.

En los tiempos que corren, por otro lado, lo quenecesitamos son menos mitos y más eficiencia. Entre lasnumerosas razones que lo justifican, existe unaespecialmente importante que va a incrementar su relevanciaa corto plazo: en un mundo globalizado y globalizante, contoda una serie de fenómenos económicos, financieros yjurídicos de extrema complejidad que están creando una redtransnacional o supranacional de relaciones, la eficienciaes quizás el valor más importante. Más concretamente, laeficiencia de los sistemas jurídicos, y en especial laeficiencia de las resoluciones judiciales, está adquiriendouna importancia cardinal en el mercado y en la competenciaentre jurisdicciones (114).

Recuerda PARIS que por muchos años creímos enLatinoamérica que para el desarrollo de nuestros paísesbastaba con mejorar la producción, la economía y latecnología, pero ahora nos damos cuenta que también

114 TARUFFO, “Oralidad y escritura…” cit..84

necesitamos sistemas jurídicos modernos y eficientes paraque verdaderamente exista el Desarrollo y se consolide laDemocracia que requerimos para ingresar por la puertagrande al tercer milenio de la era cristiana, encontrandoeste autor a los términos “Justicia” y “Derecho” formandoel glosario de la temática del Desarrollo. Y remata PARISsu idea afirmando que sin un sistema judicial eficiente quepermita el actuar de los operadores económicos yfinancieros en un clima de confianza, no puede haberdesarrollo (115). KATZ citando a NORTH, nos recuerda que lainhabilidad de las sociedades para desarrollar un sistemaeficiente y de bajo costo para garantizar el cumplimientode los contratos, es la fuente más importante tanto delestancamiento que históricamente ha afectado a los paísesdel Tercer Mundo así como del actual subdesarrollo de estospaíses (116).

En cuanto al orden económico, los procesos judicialeseficientes ayudan a solucionar los problemas negociales, adesenvolver la circulación de bienes y servicios y afomentar las transacciones y actividades comerciales, conla tranquilidad de que los conflictos e interferenciasrecibirán una solución. Que esa solución se pueda dar en elmenor tiempo posible y que además pueda ser cumplidalogrando en su caso el doblegamiento de quienes no quierencumplirla voluntariamente, da confianza al sistema. Losinversores se sienten atraídos por aquellos Estados dondelos sistemas Judiciales funcionan y dan garantía de quefuncionan en forma ordenada, pronta y eficaz. Por tanto,para que cualquier economía experimente un procesosostenido de desarrollo económico, una de las condicionesesenciales es contar con un marco institucional eficiente.

KATZ indica que las instituciones, que comprenden almarco legal y las normas informales que constituyen lasreglas del juego, así como las organizaciones económicas,

115 PARIS RODRÍGUEZ Hernando, “Una nueva Administración de Justicia”, en“Revista Uruguaya de Derecho Procesal” No. 2-3/1994; Montevideo,Fundación de Cultura Universitaria, ps. 125-126.

116 KATZ, “Eficiencia…” cit., ps. 4-5. 85

juegan un papel muy importante para proveer un ámbitoadecuado en el cual las transacciones entre los diferentesagentes económicos se llevan a cabo y es crucial en elproceso de desarrollo económico, al reducir los costos detransacción y promover la especialización en el trabajo deacuerdo a las ventajas comparativas que posea cada agenteeconómico. Uno de los elementos claves dentro del marcoinstitucional lo constituye una eficiente definición de losderechos de propiedad sobre los recursos que poseen losagentes económicos de un país. El otro elemento clave es lacertidumbre de que estos derechos estarán, además,eficientemente protegidos y garantizados por un PoderJudicial que será independiente, imparcial, eficiente yexpedito, el cual tendrá como función primordial garantizarque los contratos entre las partes se cumplan. Otra de lascondiciones esenciales para que los recursos sean asignadoseficientemente a su uso más productivo tal que ello deriveen un proceso sostenido de desarrollo económico es laprotección judicial de estos derechos tanto respecto a losparticulares como entre éstos y el Gobierno. El agenteeconómico que sacrificó consumo presente y ahorró parainvertir en la acumulación del acervo de Capital de laEconomía y en consecuencia ampliar la capacidad deproducción, requiere contar con la garantía de que se podráapropiar del ingreso que se derive de la utilización de losrecursos de su propiedad. Si ésta no se otorga a losinversionistas por parte del Poder Judicial, el rendimientoexigido para llevar a cabo los proyectos de inversión serámayor, lo que se traducirá en una menor inversión en laeconomía y en menor crecimiento económico. Esto es de sumarelevancia en un entorno global cada vez más competitivo,en donde cada uno de los países busca atraer mayores flujosde inversión extranjera directa o inclusive incrementar losflujos de comercio exterior. Coincidimos con KATZ en quelos inversionistas extranjeros y los participantes en uncontrato que implique operaciones de comercio exterior,preferirán hacerlo en aquellos países en los cuales losderechos privados de propiedad estén eficientementedefinidos y protegidos, y donde sea relativamente fácil y

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barato el proceso para hacer cumplir los contratos y hacervaler los derechos. Adicionalmente a la garantía que debeexistir de que todo proceso judicial será llevado a cabo demanera imparcial, también es importante que los mismosprocesos sean eficientes en el sentido de que la decisiónque tome el juez sea expedita. Esto es importante ya quemientras dura el juicio, la empresa afectada en susderechos deja de recibir el flujo de ingresos imputado a lautilización de sus activos, lo que obviamente representa unmenor flujo de recursos hacia la empresa y,consecuentemente, una menor rentabilidad. Si los juiciosson de larga duración debido a imperfecciones eineficiencias del propio Juzgado o a la interposición de uncontinuo número de recursos (y que el Juez acepta) porparte de la empresa acusada de violar el contrato,nuevamente se cae en el estado en el cual no existe laseguridad de que los derechos de propiedad serángarantizados, pudiendo llevar inclusive a la quiebra de laempresa cuyos derechos fueron violados. Si los Bancos noposeen la garantía de imparcialidad en las decisionesjudiciales y de que los procesos van a ser celeros, paracubrirse de la probabilidad de que algunos deudores no lepaguen tenderán a cobrar a todos los deudores tasas deinterés activas mayores sobre el crédito otorgado. Elencarecimiento del crédito reduce la cantidad demandada derecursos financieros por parte de las empresas y disminuyela tasa de rentabilidad sobre la inversión, lo que serefleja en una menor tasa de inversión en la economía y enel crecimiento económico. Como es obvio que una Economía nopuede crecer de manera sostenida sin un flujo continuo decrédito que financie la operación y la inversión de lasempresas, que los bancos tengan la seguridad de que podránrecuperar, y rápidamente, el crédito o las garantías que loavalan se convierte en un elemento crucial para eldesarrollo económico (117). No es de extrañar por eso que laReforma de la Justicia, especialmente la civil y comercial,haya estado ligada a requerir un Poder Judicialindependiente para limitar los regímenes excesivamente

117 KATZ, “Eficiencia…” cit. ,ps. 1-5.87

estatistas y para que los Jueces desempeñen un papelprotagónico en la construcción de una Economía de Mercado(118).

En la Justicia penal y contra la minoridad infractora,un proceso eficiente y que funciona da tranquilidad a laciudadanía de que se verá a salvo contra la delincuencia,de que podrá salir a la calle tranquila. Para losinfractores, la eficiencia del sistema penal estriba en quepuedan conocer su sentencia (absolutoria o condenatoria, oel previo sobreseimiento o clausura por falta de pruebasantes de la acusación) a la brevedad posible porque de esepronunciamiento depende el futuro de su Vida y de suLibertad. ARTILES GIL expresa que la seguridad ciudadana esconsiderada en la actualidad como una condición clave parapropiciar el clima de confianza necesario aldesenvolvimiento de las actividades sociales y económicasque posibilitan el desarrollo económico y social sostenido.Si una sociedad permite que la violencia, la criminalidad yla corrupción de los poderes públicos llamados a garantizarel orden social avancen hasta lo que parecería ser un puntosin retorno, se perjudica irremediablemente  el potencialde desarrollo económico y social de dicha sociedad, puesademás de los costos en pérdidas de vidas humanas, lesionesa la integridad física de las personas y daños a lapropiedad privada y pública, también se destruye el capitalsocial que garantiza la acción en común orientada al logrode una vida mejor. Por ello una Estrategia Nacional deDesarrollo contempla objetivos y líneas de accióndeterminadas que garanticen el clima de seguridad ciudadananecesario para el desarrollo (119).

118 FESSLER Daniel, “La necesaria…” cit., p. 28. PASARA LUIS, “Justicia y ciudadanía realmente existentes”, en

“www.politicaygobierno.cide.edu/num_anteriores/Vol_IX_N2_2002/Pasara.pdf” (Consultado el 12.7.2010)

119 ARTILES GIL Leopoldo, “El significado de Seguridad Ciudadana”, en “HoyDigital Negocios”, en“http://www.hoy.com.do/negocios/2010/5/8/324883/El-significado-de-seguridad-ciudadana” (consultado el 11.6.2010).

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Los Trabajadores con un proceso laboral ágil y eficientepueden sentir que sus irrenunciables derechos se encuentrana salvo contra el Capitalismo salvaje y contra laExplotación del Ser Humano por el propio Ser Humano.

La minoridad desamparada o en riesgo, las víctimas deViolencia Doméstica, todos los necesitados, las personasmás vulnerables de la sociedad por su condición estructuralo por sus perjuicios sociales (razas o etnias minoritarias,géneros naturales o de opción, disidentes políticos) y enfin, todos los ciudadanos, necesitan una Justicia eficienteque los contemple para poder vivir conforme a su derecho, ypara sentir que alguien vela por sus derechos. Sentirseprotegidos a todo nivel y principalmente por quien estáencargado de la tutela última de las personas, el PoderJudicial (en el Uruguay, art. 23 de la Constitución), es labase para emprender todos juntos el camino de construccióndel Estado.

En fin, una Justicia con un orden procesal eficiente seconstituye en la salvaguardia y el consuelo de todos(personas físicas o jurídicas, empresas) los que sufren osienten insatisfacción en sus intereses no importa sucondición económica, política, o social, porque es la únicaque brinda Seguridad y Certeza “en serio y como Diosmanda”. Prestigia al orden gubernamental que la diseña, yen todo régimen democrático tiene las condiciones paracumplir su función con eficacia, como escudo contra elabuso de poder y contra las inequidades. En ella seconstruye todo porque sin Justicia no hay ni bienestar, nidesarrollo ni paz. La experiencia cotidiana es la prueba deello. No sería necesario abundar más en estas ideas alrespecto.

IX. CONCLUSIONESHemos intentando esbozar y presentar en este trabajo

algunos planteos, quizá deshilvanados, sobre la necesidadde una Justicia Eficiente como contribución del Estado deDerecho al Desarrollo y al Bienestar social. De estas ideaspodríamos extraer algunas conclusiones:

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1) Los ciudadanos en su sensación de inseguridad y enlos conflictos a que los somete la existencia, tienen comoúltimo remedio a la Justicia para encontrar lacontemplación, la certeza y la protección a sus intereses.

2) Es un hecho constatable que en el Uruguay, Estado deDerecho comprometido con la búsqueda de la Paz, de laSeguridad y de la Felicidad de sus habitantes, se da laperplejidad de que los individuos no confían en la Justiciay poseen la idea, quizá fundada, de que la Justicia esinoperante, que no es idónea ni eficiente, y que no colmarásus expectativas. La Justicia se percibe como un aparatoburocrático insensible y no como un servicio a laciudadanía.

3) Es necesario y de importancia estratégica para laconsecución de los Fines, Objetivos y Políticas de Estadoque los procesos judiciales sean eficientes y que funcionencorrectamente, habida cuenta de la seguridad y armonía quegarantiza toda Justicia.

4) Un proceso eficiente combina el empleo pleno yóptimo de los recursos económicos, materiales yespirituales.

5) En nuestro país se ha intentado reformas procesales ydentro de los implementos asignados disponibles se haencarado y se está implementando mecanismos de gestión decalidad en la Administración de Justicia. Sin embargotodavía queda mucho por hacer y los resultados de lo que seestá realizando están todavía supeditados al tiempo. Elactual estado de situación implica adoptar reformas ymejoras en el sistema de administración judicial, tanto anivel presupuestal, como a nivel logístico y humano.

6) No existe un modelo, ni recetas, de procesoeficiente. Para que los procesos sean eficientes, susoperadores deben ser responsables, proactivos, y compartirsólidos Valores. La Eficiencia en los procesos se logra(con prescindencia de estructuras, modelos y dotaciones)solamente cuando sus operadores trabajan con vocación y con

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actitud ético-militante para ponerse al servicio de lagente.

7) Es necesario el compromiso político, como también latensión de los Jueces con sus funcionarios y lacolaboración de los usuarios (justiciables, Abogados), paradiseñar, colaborar y hacer realidad todos juntos un sistemade cara al pueblo que funcione con Eficiencia (y Eficacia)dentro de principios de Accesibilidad, Transparencia,Autoridad, Celeridad y Ejecutabilidad.

8) Una Justicia eficiente, que implica también seaeficaz, da seguridad y certeza a los habitantes, favorecelos negocios y las inversiones, y contribuye al Desarrolloy al Bienestar de toda Nación. En esta orientación elUruguay podría beneficiarse.

Las Piedras, 29 de agosto de 2010

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