TRANSCENDENTALISMO ESTÉTICO

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José Manuel López García TRANSCENDENTALISMO ESTÉTICO Expongo el contenido abreviado de mi tesis doctoral Esencia y transcendentalidad en el realismo de Zubiri agrupándola en cuatro puntos fundamentales a modo de conclusiones. Agradezco los consejos críticos del profesor Rivera de Rosales. En primer lugar veremos qué es transcendental en Zubiri. En segundo lugar me fijaré en el tema de la esencia. A continuación abordaré lo divino como fundamento de la realidad. El cuarto momento lo dedicaré a las consecuencias éticas de esta posición zubiriana. I) LA TRANSCENDENTALIDAD Y LO TRANSCENDENTAL Transcender es para Zubiri ir de la estimulidad a la realidad. Esto señala lo característico de la aprehensión humana, que no se queda en lo empírico tal como se da, ya que lo interpreta sentiente e intelectivamente. La transcendentalidad es el aspecto de lo real que es inseparable de la 1 1

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José Manuel López García

TRANSCENDENTALISMO ESTÉTICO

Expongo el contenido abreviado de mi tesis doctoral Esencia y transcendentalidad en el realismo de Zubiri agrupándola en cuatro puntos fundamentales a modo de conclusiones. Agradezco los consejos críticos del profesor Rivera de Rosales.

1º En primer lugar veremos qué es transcendental en Zubiri.

2º En segundo lugar me fijaré en el tema de la esencia.

3º A continuación abordaré lo divino como fundamento de la realidad.

4º El cuarto momento lo dedicaré a las consecuencias éticas de esta posición zubiriana.

I) LA TRANSCENDENTALIDAD Y LO TRANSCENDENTAL

Transcender es para Zubiri ir de la estimulidad ala realidad. Esto señala lo característico de laaprehensión humana, que no se queda en lo empíricotal como se da, ya que lo interpreta sentiente eintelectivamente. La transcendentalidad es elaspecto de lo real que es inseparable de la

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talidad. No es comunidad universal de lo concebidocomo ser (medievales) o como objeto (Kant), sinoun momento sentiente. Es excedencia de la realidadrespecto a su contenido, lo cual puede definirsediciendo que es modo y forma de realidad.Zubiri considera que lo transcendental es lodiáfano como claridad de las cosas, porque, a mijuicio, la verdad y la evidencia que proporcionala aprehensión de la realidad de las cosas esestar presente de un modo inmediato a laintelección. Como dice Zubiri: «Latranscendentalidad es pura y simplemente elcarácter de realidad. El momento de impresión derealidad, propio de toda sensación y de todapercepción, es transcendental,…». En efecto, laimpresión se nos impone de forma directa, lo cualse aproxima en cierto sentido limitado alempirismo de Hume, si bien sin la negación de lametafísica explicitada por el pensador británico.La infravaloración de lo empírico por elracionalismo y el idealismo debe ser superadadesde la perspectiva de un realismotranscendental.Frente al planteamiento kantiano de lo transcendental, que se centra en las formas a priori de objetos en general, Zubiri se fija en elmomento sentiente, en el momento de impresión de realidad, ya que para el filósofo español es más esencial la estructura de la realidad que las clasificaciones puramente lógicas del mundo empírico. De hecho Zubiri en sus reflexiones y análisis sobre la Crítica de la razón pura, y en general sobre la teoría del conocimiento kantiana se muestra claramente en contra de la delimitaciónjudicativa y categorial de lo que es la realidad. Puesto que la propia realidad es transcendental,

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no es necesario proponer nuevas categorizaciones artificiales que clasifiquen lógicamente el campo de lo real.En su trilogía sobre la Inteligencia sentienteZubiri dice que la transcendentalidad es «precisay formalmente apertura respectiva a la suidadmundanal». La suidad es un momento de laformalidad de realidad y expresa que el contenidode la cosa es “su” contenido. Además Zubiri serefiere a la función de suificar por la cual laformalidad de realidad no solo reifica elcontenido de cada cosa (lo hace “de suyo”) sinoque lo hace suyo. La reificación, tal como laentiendo, significa la apropiación personal decada cosa real con una significación específicamatizada por cada intelecto humano.Por cierto, lo transcendental tiene tres momentosque son: aprehensión primordial-logos-razón, quedarían lugar a nuda realidad-campo-mundo. Laaprehensión primordial es la modalidad originariade la intelección. Si bien toda intelecciónincluye ya algún momento de dualización, medianteel análisis se puede deslindar el momento unitariode aprehensión primordial de sus modalizacionesulteriores en el logos y la razón. La nudarealidad es el modo de presentación de la realidaden el tacto o también la presencia de la realidadsin eidos, gusto, etc. El campo de realidad es launidad primaria de las cosas. Es unatranscendentalidad sentida, una dimensión de laactualidad de lo real. Se entiende, por tanto, quela aprehensión primordial da lugar a la nudacaptación sensorial de la realidad o nudarealidad. El logos lleva desde un sistema desimples aprehensiones a una actitud de afirmacióny descripción interpretativa de la realidad,

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puesto que el logos es intelección de una cosadesde otras en un campo de realidad. El mundo esel sistema de principios tópicos que posibilitalas intelecciones del logos. Y la razón con susprincipios y clasificaciones mundifica y estranscendental porque se basa en la realidadaprehendida y elabora sus constructos a partir deella.Que lo transcendental está dado en todaactualización intelectiva, como asevera PintorRamos, no supone que en efecto no pueda serdiscutible la estructura sistemática de lostranscendentales concretos, ya que son unaclasificación artificiosa y que no sirve para lacomprensión de la realidad de un modo profundocomo pretende Zubiri y su realismo radical ytranscendental, porque su concreción esinnecesaria desde la perspectiva de laformalidad de realidad. Además la clasificación delos transcendentales medievales aunque interesantey útil para un mejor conocimiento de lasdiscusiones escolásticas y también de la tradiciónfilosófica, no aportan una clarificaciónsustancial de lo que es la realidad humana ymundana. Además es definible una significacióntranscendental de las afecciones que impresionan ala inteligencia, lo cual pone en entredicho lavalidez epistémica de las meras clasificacionesescolásticas de los transcendentales, porque esnecesaria una fundamentación en el momento de laimpresión, ya que, como dice Zubiri: «Si algo senos presenta como siendo “de suyo” no puedeafectarnos, y, por el contrario, si está presente“de suyo” nos afecta ya sea ello un número, unaalucinación o una ficción». Porque estos entes son

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artificiales y han sido creados por los hombres y,por tanto, no son entidades naturales que son larealidad en su sentido más propio y original.La transcendentalidad de la formalidad de realidades similar a la expresión del núcleo real de loaprehendido sentientemente. Porque cada cosa reales una forma de ser real y cada nota es una formade realidad. Esto plantea, a mi juicio, unacomunidad de realidad o una formalidad universalde lo real que está presencialmente presente entodo lo observado por los sentidos, aunque loscontenidos queden en la aprehensión como algoautónomo respecto al sujeto aprehensor.La apertura de la formalidad de realidad es lo queda la dimensión auténtica de la transcendentalidadporque es el primer momento de latranscendentalidad, ya que la formalidad derealidad es abierta a nuevas formas de lo real quepueden surgir por causa de la estructura dinámicade la realidad.Como dice Manuel Suances Marcos, los antiguosgriegos veían: «en las cosas visibles, unadimensión que los transcendía, que iba más allá delo dado inmediatamente y que fundamentaba esosmodos cambiantes de aparecer. Es la dimensión queZubiri llama trascendental y que es el ámbito dela filosofía». Incluso lo irreal y la denominadarealidad virtual así como la realidad aumentadason expresión de los cambios de la realidad y delsurgimiento de nuevos modos de aparecer. Una de las posibles preguntas es precisamente sila base generadora o el fundamento de lasvariaciones del aparecer es algo divino osuprasensible, o es simplemente una causalidadmaterial enormemente compleja que podría serdescrita o caracterizada como transcendental.

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Frente a este planteamiento la filosofíatradicional se ha basado en la inteligenciaconcipiente para conceptuar la transcendentalidad,como recuerda Zubiri. Pero es indispensable evitarla logificación de la inteligencia, o lo que es lomismo, la identificación de la intelección con ellogos predicativo, que fue el error de lafilosofía antigua. Y el primer paso sería laaprehensión, a la que se aplica el logos. Lo másapropiado, y lo que proporciona evidencia y rigor,es inteligir o comprender las cosas a través dellogos en un campo de realidad.Como dice Jesús Ramírez Voss: «¿Qué es lotranscendental? Sencillamente aquello queconstituye el término formal de la inteligencia, asaber, la realidad. Lo trans no nos saca de loaprehendido, sino que nos sumerge en su realidadmisma: es el carácter del en propio o de suyo». Loverdaderamente problemático, en mi opinión, esprecisamente la descripción e interpretación de loen propio como un modo de quedar en laintelección, ya que los contenidos que seactualizan varían con el paso del tiempo. El desuyo de lo aprehendido de un futuro lejano quizásno será el mismo en todos los casos. Esto pone demanifiesto la dinamicidad de lo real y suconsiguiente repercusión en la intelección de laactualidad de las cosas reales.Por tanto, todo lo expuesto anteriormente refuerzaque lo transcendental es la impresión de realidad.Lo que supone una extraordinaria transformación enla forma de elaboración de la filosofíacontemporánea. Las reflexiones, argumentaciones yanálisis deben fundamentarse esencialmente en loaprehendido impresivamene por la intelecciónsentiente. En este sentido la metafísica zubiriana

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se contrapone al idealismo absoluto hegeliano queparte de la razón o idea en vez de lo real y de laimpresión. La especulación de Hegel aunqueidentifica lo racional con lo real no superacompletamente el dualismo entre inteligencia ysentir tan criticado por Zubiri. Porque, a mijuicio, en la filosofía hegeliana se evidencia uncierto conceptualismo dialéctico que Zubiricritica de modo explícito en alguno de sus cursos.La noología trata también lo transcendental,puesto que el estudio y el análisis transcendentalde la inteligencia es a lo que se dedica laactitud noológica como es bien sabido Jesús Conillescribe: «La publicación de este estudio noológicorepresenta para Zubiri la mostración de que elestudio del saber no es anterior al estudio de larealidad». Y la intelección no debe caer en lalogomaquia, como ya decía el mismo Kant criticandola mera especulación vacía de contenido real yconvertida en puro juego verbal. El saber se basaen la realidad de un modo muy claro e inequívoco,porque si no es así el conocimiento se desvía desu verdadera función que es conocer cada vez máslo real en la infinidad de sus sentidos.En relación con Inteligencia sentiente dice DiegoGracia que Zubiri: «más que abandonar lafenomenología lo que intenta es superarla» ,sibien, a mi juicio, con una nueva formafenomenológica que va directamente a las cosas yno busca, como Husserl, evidencias apodícticas. Laactualización de lo real por parte de Zubirisupera claramente el conciencialismo husserliano yse vincula a la propia realidad aprehendidatranscendentalmente, ya que lo transcedentalafirmado por Husserl es de tipo lógicoy no está

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unido a la realidad de modo transcendental a lamanera como lo interpreta Zubiri.Ciertamente es muy significativo que un pensadorcomo Carlos Gurméndez señale que: «El pensamientose convierte en una función necesaria que surge dela impresión». Porque lo que se deduce de estaafirmación es que el inteligir está profundamenteintegrado en la impresión de realidad tal comoafirma la obra zubiriana. Además es laconfirmación de la transcendentalidad del pensarque tiene su origen en la realidad como materia dereflexión. La pura reflexividad abstracta no debeser para Zubiri el fundamento absoluto de laintelección sentiente, que es transcendental porser real.La metafísica zubiriana parte de la realidad delas cosas que nos salen al encuentro, porque somostambién esencialmente seres empíricos. Y estoreafirma la significación de la transcendentalidadcomo base de la propia vida de la especie humana. Afirmo un transcendentalismo estético comocontemplación reflexiva y actitud creativa en larealidad. De esta forma se logrará una elaboraciónfilosófica muy diversa y enriquecedora porque sefundamenta en la búsqueda de nuevas soluciones alos problemas de la realidad. Además eltranscendentalismo estético no es simplecontemplación de la belleza o aisthesis sinoacción y pensamiento transformador y dinámicoabierto plenamente al diálogo y al debateconstructivo. Una sensiblidad artística másrefinada probablemente llevaría hacia esatransformación. En relación con esto convieneponer de relieve la necesidad de incorporarplanteamientos más objetivistas y acordes con losconocimientos de la bioética, las neurociencias,

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sociología, antropología, etc., que contribuyan almejoramiento del existir humano. Lo quecomplementa la actitud estética.La confirmación de que el procedimientofenomenológico es un método productivo abre uncampo inmenso al filosofar. En lo relativo alcarácter fenomenológico de los procedimientosindagatorios y descriptivos de Zubiri se observaclaramente la existencia de una técnicafenomenológica descriptiva original que se separade la husserliana, puesto que Zubiri no quiere serindependiente de la realidad en el ámbito delconocer para no caer en un platonismo de laconciencia.Zubiri niega la justificación del psicologismo ydel realismo ingenuo de Lipps, lo que plantea laposibilidad de una vía realista en el desarrollode la filosofía, ya que como se sabe en elrealismo ingenuo en su forma extrema se piensa quelas cosas percibidas por los sentidos son en rigorlo que parecen ser, y el psicologismo pretende lareducción de todo a consideraciones y análisispsicológicos lo que es, a mi juicio, excesivo. Yadesde el inicio de su producción filosófica Zubiriquiso construir un realismo sólido basado en laaprehensión negando la validez en filosofía de losplanteamientos psicologistas e ingenuos acerca delos que es la realidad puesto que es precisodeslindar claramente los contenidos específicos decada disciplina.En relación con la función del logos y lotranscendental es necesario destacar la granimportancia que tiene el situar el juicio comoexpresión de la plenitud de lo real. Ya que paraZubiri la función del juzgar se expresa en laintelección de lo real en su parecer. Y es que el

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logos también es la expresión de un juicio ointerpretación valorativa y afirmativa de larealidad No está de acuerdo con unainterpretación concipiente o puramente ideacionaldel juicio como es el caso, en mi opinión, de losplanteamientos de la fenomenología husserliana quees claramente idealista. Aunque es cierto que enla última etapa fenomenológica del fundador de lafenomenología existe una apertura mayor al mundode la vida y a la situación de la realidadoccidental.El mundo y la realidad humana conforman una nuevay original estructura transcendental que haceposibles metafísicas intramundanas de distintaíndole. Porque como es evidente la filosofía comodecía Zubiri no debe ser conservadora y lossistemas filosóficos aunque posean una permanenciaen el tiempo se suceden a lo largo del tiempo.Surgirán nuevas formas de entender la realidad queestarán vinculadas a cambios en el contextocultural, social, antropológico, etc.

II)LA ESENCIA

Ciertamente, la transcendentalidad es lo físico dela formalidad y, por tanto, como es el carácter derealidad, es conveniente explicitar a través de unanálisis de la esencia qué es la realidad.La esencia es para Zubiri “la realidad misma”.Supera la distinción aristotélica entre sustanciaprimera y segunda porque la sustantividad englobala caracterización de lo sustancial, tal como es

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explicitado por el Estagirita. La esencia es elsistema de notas necesarias y suficientes para queuna realidad sustantiva exista. La esencia es loque caracteriza a la cosa como real, y no es algoextrínseco a la misma. En contra de cualquierclase de artificio Zubiri acertadamente prefierecentrarse en la descripción rigurosa y sistemáticade la realidad para conocerla más profunda yverdaderamente. Zubiri considera la esencia comomomento real de la sustancia. Afirma de este modode manera contundente que lo esencial estáabsolutamente unido a la impresión de realidad, olo que es lo mismo a lo transcendental superandola influencia del aristotelismo y del tomismo.Como indica Ferraz Fayos: «La esencia, asíentendida, abre una vía de investigación segura entanto que penetración en lo real». Efectivamente,hasta Zubiri considero que la filosofía se dedicóa la construcción de grandiosos sistemasmetafísicos como los propios del idealismo alemán,pero no desarrolló una metafísica intramundana enuna línea parecida a la zubiriana. De todosmodos, es indudable, en mi opinión, que elcontexto filosófico del siglo XX es claramentediferente del propio de finales del siglo XVIII yprincipios del XIX y, existe también la filosofíade la naturaleza de Schelling, etc. Como dice Ferraz Fayos: «Para Zubiri el conceptoradical de esencia es el de esencia física, es elsistema de notas físicas…» ,lo que posibilita unametafísica del conocimiento más fiable, y sobretodo más vinculada a los avances de la ciencia. Deeste modo se consigue una producción filosóficaque busca explicaciones de lo real teniendo enconsideración el progreso científico. Aunque esindudable que el conocimiento metafísico acerca de

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la esencia posee una especificidad incuestionabley no es identificable con el propio de la ciencia.Conviene hacer explícito que, si bien paraAristóteles la esencia especifica la sustancia,para el filósofo español no es así, puesto queZubiri no aplica las categorías predicativas yconceptuales que utiliza el gran filósofo griego.En contraposición a la metafísica aristotélicaZubiri entiende la esencia no en un sentidoconceptivo, sino como un sistema físico y real depropiedades. La actitud concipiente de lafilosofía de Platón y Aristóteles no convencen aZubiri, ya que se alejan de la detalladaobservación de lo real en su mismidadtranscendental. Aunque el realismo aristotélicoestá más cerca de los planteamientos zubirianos,posee un conceptualismo respecto a la esencia y aotros elementos que debe ser superado.Es natural, por tanto, que Zubiri se separe de lalogificación y entificación tanto de Aristótelescomo de Tomás de Aquino, y afirme una concepciónde la esencia unida a lo real. Tomás de Aquinodestaca el valor ontológico de la existencia comobase sustentadora de la esencia de modo parecido aZubiri, porque el Aquinate parte del realismoaristotélico en su metafísica, y el filósofoespañol está claramente influido también sobretodo en el comienzo de su filosofar por la actitudempirista del maestro de los que saben:Aristóteles. Como escribe Copleston acerca de laesencia en Santo Tomás: «La existencia creada y laesencia se dan juntas, y aunque los dos principiosconstitutivos son objetivamente distintos, laexistencia es el más fundamental». Esto concuerdacon lo afirmado en la metafísica intramundana

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zubiriana, con la consideración de la esencia comoalgo físico y, por tanto, existencial.El de suyo es la esencia en todo su desarrollotranscendental, porque el de suyo es la realidaden su sentido más propio y original. Y esdefinible la existencia desde una estructuracióntranscendental de la realidad, puesto que el estarcomo “de suyo” cada cosa en la aprehensión es loque abre el ámbito transcendental que engloba ocomprende las notas de las cosas reales.Que Nicolai Hartmann afirme en su obra la realidadpresencial de los objetos como algo real decarácter previo muestra un cierto parecido con elplanteamiento zubiriano acerca del de suyo. Dehecho el realismo afirmado por el pensador alemánparte de unos intereses filosóficos que puedencalificarse de fenomenológicos como es el casotambién de Zubiri. De todas formas el escuchar laslecciones de Hartmann en Berlín le sirvió a Zubiripara delimitar de modo más preciso su metafísica,que está fundamentada en la aprehensión primordialy presencial de la realidad de las cosas. Comotambién afirma Arteaga Lorena, el propio Hartmannestá convencido de que lo real es anterior alproceso reflexivo. El concepto de real que elaboraHartmann es similar en ciertos sentidos al propiode Zubiri, ya que escribe el pensador germano: «Esun error creer que sólo lo espacio-temporal esreal...». Pero la Noología de Zubiri es claramentediferente de la Noetología de Gustavo Bueno: «Lanoetología pretende ofrecer un esquema general dela conexión entre la verdad y el error...».Lanoología zubiriana se ocupa del análisistranscendental de la inteligencia humana en cambioel planteamiento de Bueno se centra más en lasoperaciones intelectivas sobre lo observado y no

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tanto en las funciones del intelecto. De hecho elfallecido catedrático de la UNED don QuintínRacionero Carmona escribe respecto a la filosofíade Bueno: «Visto a la luz de las demarcaciones, elde G. Bueno constituye en suma, un proyecto que,desde un punto de vista, pretende recuperar laconcepción tradicional de la ontología comoreflexión sobre el estatuto de las realidades entanto que transcendentes al lenguaje. Ello lo haceen el marco de una perspectiva transcendental-crítica, que recusa tanto cualquier sustantivismo(y, entre ellos, también el sustantivismomaterialista) como igualmente toda forma deesencialismo». A diferencia de Zubiri elmaterialismo de Bueno crea una terminología quepretende estar más próxima a una ciertaobjetividad en sus clasificaciones que está en unalínea parecida a la de las ciencias duras.Como la esencia es el sistema constitutivo denotas de cada cosa real se comprende que loesencial y lo transcendental están completamenteintegrados en la metafísica y noología de Zubiri.Porque el elemento clave unificador de todo es larealidad y la aprehensión de la misma a través dela inteligencia sentiente. Lo esencial es larealidad física de las cosas del mundo existiendotambién las esencias abiertas que son los sereshumanos. Las notas o características de lo realson aprehendidas por la aprehensión impresiva quecomo tal es transcendental por ser formalidad derealidad. Por tanto, es definible la integracióncompleta entre lo esencial y lo transcendentalporque ambos son realidad.Lo óntico es lo primario, a mi juicio, ya que lapregunta por la realidad de las cosas es másesencial que la ontológica por el sentido del ser.

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Porque el concepto de ser ha sido superado por lametafísica zubiriana de modo acertado ya quedesviaba la atención de la reflexión filosóficaque debe centrarse fundamentalmente en la lógicade la realidad, y también en las caraterísticas oatributos de la realidad para ser considerada comotal. La ontología del ser está más influida por latradición metafísica como sucede en el caso deHeidegger que le concede la primacía respecto a laconsideración óntica de lo real, a mi juicio, demodo rebatible.

III) DIOS

Ciertamente, como lo divino es el fundamento de larealidad de las cosas y de sus notas y, por tanto,de la esencia puesto que es sistema de notasnecesarias y suficientes para que una realidadsustantiva tenga sus demás notas constitucionalese incluso las adventicias, se entiende lanecesidad de tratar el tema de Dios, que está enprofunda relación con lo real, y consecuentementecon las esencias cerradas y con las abiertas ohumanas.Zubiri estima que la voz de la conciencia,presente en todas las personas, supone una especiede “garantía” del acceso del hombre a ladivinidad. Voz que no solamente dice lo que encada caso se debe hacer, sino que representa undictado de avenimiento absoluto a la realidad.Porque considero que los seres humanos adquieren a

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lo largo de su trayectoria vital desde elnacimiento un repertorio de contenidos semánticosde tipo prudencial unido a las normas sociales queson introyectadas consciente e inconscientemente.De hecho, Zubiri muy hábilmente refuerza elsentido positivo de la opción posible de no tenerreligión, ya que es cierto que existen formas deateísmo que parecen participar de característicaspropias de las religiones, porque la opción denegar la fe es una actitud positiva de unión a larealidad, en lo que tiene de religación como fondoúltimo divino. Porque el ateísmo o el agnosticismode alguna forma divinizan la propia realidad alconsiderar que es lo único existente.Es verdad, que como dice Zubiri: «Cuando la vidase asienta más sobre sí misma, es entonces cuandoformalmente está siendo más en Dios y con Dios»,ya que la separación entre lo real y lo divinoempobrece la vida humana. Porque es la plasmaciónde una especie de platonismo aplicado a laexistencia que limita siguiendo la línea depensamiento de Nietzsche la riqueza de lo vital ode lo dionisíaco frente a lo apolíneo. Además siDios es la expresión máxima de bondad y sabiduría,debe ser una fuerza o energía potenciadora de laplenitud vital, porque la realidad absoluta que esla divinidad es la base sustentadora de larealidad relativa que es el hombre. De hecho todaslas formas de realidad lo son a través de lainteligencia humana en el sentido de que el serhumano aprehende la realidad, y los animalescaptan estímulos pero no realidad. Por tanto laintelección es quizás lo que más nos une a laperfección divina. Dios considero que no es unainteligencia sentiente porque supera lascapacidades intelectivas de los hombres. Pienso

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que la inteligencia divina quizás sea intuitiva ysupratemporal en el sentido de que trasciende osupera el tiempo lineal y está en otra dimensiónincognoscible para la especie humana.El origen divino de la realidad es inefable einalcanzable quizá por la mente humana, que noposee una potencia infinita. En efecto, losgrandes misterios respecto al surgimiento delUniverso, aunque pueden ser explicados por laCosmología, siguen siendo objeto de numerosasespeculaciones en muchos aspectos esenciales. Larealidad del Universo aunque haya sido generadapor una especie de fuerza o potencia que se puedaconsiderar divina nos deja abundantesinterrogantes irresueltos, entre ellos la mismanaturaleza de la divinidad.Zubiri establece que a través de la religación delhombre a la realidad se alcanza a Dios.Ciertamente es un hecho constatable que existe unaunión al poder de lo real. La religación conllevaestar apoderado por el poder de lo real. Y este seidentifica con Dios en cierto sentido. Por tanto,la perseverancia en los valores éticos es desde mipunto de vista una de las mejores maneras dedeificación del ser humano en el mundo real.Porque al buscar vivir en la realidad de modopleno y satisfactorio la persona se religa dealguna manera a lo divino.Deiformación de las personas en busca de suplenitud. Frente a planteamientos como el deFeuerbach que decía Dios era una simple proyección inventada de los hombres y laconsideración de la religión como opio del pueblopor Marx, Zubiri se decanta claramente por unainterpretación integradora de la autorrealizaciónhumana tomando como modelo paradigmático de

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plenificación la perfección divina. El desarrolloal máximo de la potencialidad de cada persona estátambién auspiciado por la filosofía zubiriana, ytambién por los derechos humanos. Además laactitud deiformadora posee la gran ventaja de quepuede ser adoptada también desde planteamientosagnósticos y ateos. Puesto que la pretensión desestos es precisamente potenciar al máximo laautorrealización personal que es lo mismo queplantea Zubiri desde una perspectiva cristiana,pero el fondo del asunto es el mismo.El que Dios sea el fundamento de toda la realidades justo con la radical religación del hombre a lodivino, lo que proporciona un fundamento a surealismo filosófico, que por otra parte sesustenta claramente en la aprehensión de larealidad y en el carácter trnscendental de larealidad, en la realidad de la esencia.Ciertamente, la religación entendida como actitudradical y de carácter religioso se manifiesta, porejemplo, en que para Zubiri el Dios deAristóteles, descrito como pensamiento delpensamiento, no posee significación religiosaninguna, ya que como primer motor inmóvilpermanece indiferente a los deseos humanos. Zubiritambién procura ir más allá de la analíticaexistencial heideggeriana, también nos dice EnzoSolari, y afirma que el hombre es una existenciaradicalmente religada al fundamento de la realidadque es Dios. La propia realidad es algo divino para Zubiri y,por tanto, las distinciones entre fe y razónpierden su sentido excluyente. Porque Dios es elfundamento transcendente que sostiene la realidadaunque la inteligencia humana no es capaz deconocer el modo en que esto es así. Ya que Zubiri

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no entiende la realidad absoluta que es Dios perono como una entidad personal o teísta en elsentido escolástico y tradicional. Se puede creeren la realidad que es divina y dar razón de loreal, por tanto, la dualidad fe y razón pierde sufunción clarificadora, al menos en lasignificación clásica, porque el realismotranscendental supera este esquematismo. Lanaturaleza de la divinidad no es necesariamentepersonal sino que abarca el todo de la realidad, ypermanece como un misterio para la mente humana.En el planteamiento zubiriano se insisteacertadamente, a mi juicio, en que en todos losactos reales humanos está presente la religacióncomo poder de la realidad o de la deidad, lo quesupone la estructuración y consolidación de unnuevo y profundo sentido de religiosidad, que estáprofundamente unido a la propia realidad, y a sutranscendentalidad religada. La religación une la realidad humana y la naturalcon el fundamento divino último que sustenta launión al poder de lo real. Es verdad que ladeidad, que está en la realidad de las cosas, seexpresa en el Yo que se mueve en la realidad, y estambién su propia realidad activa, dinámica que seproyecta en el futuro. Que Dios como realidad seael “de suyo” plenario es perfectamente asumible,si se tiene presente la infinitud de lascualidades o potencias divinas. Ciertamente,aunque parezca paradójico como también argumentaSáez Cruz: «La transcendencia de Dios puedeconceptuarse sin salir del mundo, como unatranscendencia “en” el mundo». No es un Diospersonal, al estilo cristiano, sino quizás cercanoal panenteísmo de los krausistas que no llegan a

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desarrollar cómo lo finito, al estar en Dios,puede distinguirse esencialmente.La actitud cristiana encuentra una de susexpresiones en esta idea zubiriana de la comunióninterpersonal. Algo que coincide en buena medidacon la interpretación kantiana de la religióndentro de los límites de la mera razón, ya quesegún el gran pensador alemán la constitución deuna comunidad ética que con toda razón puede serllamada pueblo de Dios o Iglesia, es lo único quepuede liberar del mal al hombre. Lo que libera delmal es una decisión ética, una revolucióninterior, que cada uno ha de llevar a cabo y, laiglesia inteligible lo que hace es ayudar apermanecer ahí, en ese buen estado. Además esindudable que para Zubiri a Dios se le encuentra através de la experiencia, y no por medio de larazón y la actividad judicativa. Frente ainterpretaciones más espiritualistas, Zubiri esplenamente consciente de los desafíos que tieneante sí el cristianismo. Por tanto, es lógico quese plantee la necesidad de una reflexión sobre lostérminos del diálogo entre el hombre actual, y losprincipios y doctrina del pensamiento cristiano.

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IV) ÉTICA

La impresión de realidad sirve de punto de partidatambién para la moralidad. Que el bien se entiendadesde la perspectiva zubiriana como formalidad delsentir de la apropiación supone la afirmación dela bondad en el devenir humano. Que la moral seentienda como inscrita en la realidad como afirmaZubiri se contrapone en cierto sentido alformalismo ético kantiano. Lo impresivo y laaprehensión de lo real es lo fundamental porque elhombre está unido a la felicidad en sus actos yconductas, porque el bienestar supone aprehendermás realidad en nuestras conductas y tambiénsegún Zubiri en la búsqueda de una figura moralviable. La resolución de situaciones prácticas enla realidad posibilita la afirmación de una éticarealista y transcendental que se basa entre otrascosas en la aprehensión de lo real desde unaactitud responsable con uno mismo y los demás.Como escribe Corominas: «En definitiva el problemamoral para Zubiri no es ya, a la altura de 1954,ni un problema especulativo, ni de valores,objetividades, intenciones o ideas. No es tampocoun problema existencial o de sentido, sino unproblema de realidad moral, de “verdad moral”,de la verdad física de la moral». Las obligaciones éticas no se pueden fijar de unmodo estricto independientemente de la evoluciónhistórica, social y cultural, porque las condiciones sociales son históricas y, portanto, cambiantes y dinámicas y consecuentementeno se deben fijar códigos éticos excesivamenterígidos. Considero que la aprehensión y el logos y

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la razón tal como son definidos por Zubiri son labase de una fundamentación moral realista quepuede ser objeto de transformación en función delcambio social a lo largo del tiempo. Como bienindica Corominas: «La gran diferencia de Zubiricon Scheler y otros intentos de fundamentaciónfenomenológica es que no trataría de construirninguna ética material de valores, sino una éticaformal real. Formal porque carecería de contenidosprescriptivos concretos, a diferencia de todafundamentación naturalista de la ética, y realporque habría que contar siempre con una realidadactualizada que nos ofrece o nos niega unasdeterminadas posibilidades, a diferencia de todaética idealista o decisionista que desliga el biende la realidad».La apertura vital como expresión de latranscendentalidad de la realidad es algo que dealguna forma eterniza el presente humano. Laoptimización de las posibilidades vitales quepropone Zubiri se parece a la exigencianietzscheana de autosuperación para llegar a serel que eres. Lo fruitivo es en cierta maneratranscendental porque es un disfrute de larealidad que aumenta el bienestar del sujeto. Sibien conviene destacar que la optimización deposibilidades que ofrece la realidad es una tareaque requiere un esfuerzo humano, que no siempre escompensado con la apropiación de lo queintensifica, mejora y amplía la vida de cadapersona en una temporalidad eternizada al menos enla memoria. La valoración por Zubiri de lasignificación de los hechos como elementosprotomorales me parece esencial, puesto que ponede relieve, que frente a morales formales omateriales, lo más adecuado es analizar lo fáctico

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y también las normas y códigos morales desde unpunto de vista que califico de antropológico.Pasando de lo individual a lo político ellbienestar y la dignidad de las personas no debensubordinarse a criterios de eficiencia económica.Porque la calidad de vida es un principioirrenunciable, a mi juicio, que debe dirigir lagestión de los políticos y la naturaleza de lasrelaciones sociales respecto a todas las personasdesde una actitud cosmopolita como ciudadanos delmundo en un sentido similar al propuesto por Kanten su obra la Paz perpetua. La aplicación deprincipios elementales de derecho natural o degentes debe promover la satisfacción por parte delEstado de las necesidades básicas de sushabitantes. Es muy natural que una filósofa comoAdela Cortina escriba en su libro Para qué sirvela Ética: «Para eso entre otras cosas, sirve laética, para cambiar las tornas y tratar depotenciar las actitudes que hagan posible un mundodistinto». O lo que viene a ser lo mismo desde unaperspectiva fraterna inspirada en el cristianismoredoblar los esfuerzos para que todos losindividuos accedan a los bienes indispensablespara autorrealizarse de modo pleno contando conlas limitaciones ineludibles de la finitud humana.Esto plantea la necesidad de reafirmar una éticaque se puede llamar cordial siguiendo lo propuestopor Adela Cortina, o bien una ética justa ysolidaria que promueva de modo profundo y firme elbienestar para todos. Ciertamente lo máscaracterístico de la conducta ética es la libertada la que Zubiri da una decisiva importancia enSobre sentimiento y la volición. Esto coincide conel enfoque leibniziano, que hace posible el ajustede la presciencia divina con la capacidad de

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elegir del ser humano, ya que, como escribe JuanAntonio Nicolás: «La libertad es situada porLeibniz en el ámbito de la contingencia, dondequeda suprimida la necesidad absoluta, y reina laespontaneidad propia de la inteligencia humana queconfiere la capacidad de autodeterminación alindividuo racional». Tanto Leibniz como Zubiri nocreen en el ocasionalismo o en el destino de losestoicos, que no deja margen de auténtica libertada los individuos. Y es que la realidad está llenade contingencias y de azar. Los desarrollos éticosque se pueden derivar de la perspectiva éticazubiriana son variados. Uno de los más relevanteses la ética praxeológica de Antonio González, queestá sustentada en una gnoseología del acto mismoy que, como también escribe Pintor Ramos, es unanálisis denominado praxeología transcendentalpara evitar cualquier sospecha de intelectualismo.Pues como dice Antonio González: «Tan primeros sonlos actos intelectuales como aquellos otros queintegran su acción». Ciertamente la praxeologíapretende definir el ámbito de la verdad primera yradical: los actos humanos. Porque es necesariodar mayor protagonismo a todo lo relativo a losactos, y a su análisis desde una perspectivafenomenológica o descriptiva lo que englobatambién los modos de presentación de las diversasacciones y hechos que conforman la realidad. Estohace posible la aplicación de una actitud realistaracional a los enormes problemas del mundo actual.Y es que la acción empírica está inevitablementeintegrada en los actos más puramente intelectivosdesde una perspectiva razonadora.De hecho, pienso que es factible la elaboración deun realismo transcendental estético unido a laexperiencia y a lo vital. De este modo, se logra

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una actividad filosófica más unida si cabe a larealidad del mundo. Lo que hará posible un enfoquede la vida humana más interactivo y comunicativoen un sentido positivo que posibilite un mayor ymás profundo progreso individual y colectivo.Actualmente las nuevas tecnologías de lainformación contribuyen a un diálogo universal delos seres humanos que debe ser regulado conlibertad y con un planteamiento racional yequilibrado.La temporalidad es indudable que es la condiciónpara la apropiación de posibilidades lo quepotencia y contribuye a la deiformación yautorrealización humana. Ya que actualmente y conmayor rapidez e intensidad que en vida de Zubiriel mundo occidental está asistiendo a un cambio demodos de vida que no tiene parangón, a mi juicio,lo que posee vertientes positivas y negativas. Laspositivas son las que impulsan una ética dialógicaracional y realista, y las negativas propician laaparición de consecuencias indeseables para elplaneta y sus habitantes. También me parece explorable la vía de ladenominada hermenéutica crítica en laconstrucción de una interlocución dialógica yfilosófica abierta a la problematicidad de larealidad y a la búsqueda de soluciones en losámbitos ontológico, linguístico, interpretativo,social, ético, antropológico, político, etc. Lacolaboración y el intercambio de planteamientosentre el realismo transcendental y otrascorrientes filosóficas me parece absolutamentenecesario por múltiples razones. Lo que nosignifica que cada escuela o movimiento filosóficohaya de adoptar un cierto sincretismo o perder suidentidad. La descripción fenomenológica moderna

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aunque en un sentido especial también es una formade interpretación si bien de otra índole que lapropia, por ejemplo, de la hermenéutica críticadel grupo de investigación Onlenher. Desde un enfoque ético-político las formas deconvivencia que según Zubiri configuran el haber ola realidad social deben plasmar prácticas másjustas en el campo social. Desde la filosofíazubiriana y, por tanto, desde su realismotranscendental considero que se pueden fundamentarargumentativamente nuevas formas de hacerpolítica. En este sentido estimo que debenpotenciarse las formas de participación cívica ysocial, de tal manera que la fuerza democrática dela población de cada país, con la colaboración delos políticos, diseñe un presente y un futuro másjusto y equitativo para todos. Aunque como escribeFernando Danel Janet: «Si bien es cierto que“Zubiri como pensador no se ocupó del temapolítico, si por tal se entiende la elaboración deuna teoría del poder institucionalizado quellamamos estado”, hay en su filosofía a lo largode sus canónicas tres etapas, distintasconsideraciones básicas de lo social y suordenación, lo que desde su última etapa podremosconceptuar como interacción social y como el logrode una actividad racional». A mi juicio, loesencial es una redistribución de la riqueza queelimine el hambre, la explotación, la injusticia,etc.Justicia y solidaridad son valores irrenunciablesporque promueven el bienestar de todos los queconviven en sociedad y la finitud humana debeimpulsar la voluntad humana para la búsqueda desoluciones de las grandes injusticias del mundo. Yesto precisamente es lo que puede aumentar el

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nivel de solidaridad de las personas y de lasinstituciones para que sean superados los enormesproblemas de hambre, guerras, etc que asolan a lahumanidad. Lo divino puede servir de orientaciónpara la conducta humana, ya que en el fondo elpensamiento de Jesús de Nazaret es también laplasmación ética de unos principios espiritualesque fundamentan el bienestar de todos yespecialmente de los débiles, lo cual secorresponde perfectamente con uno de los valoresfundamentales de toda ética que merezca talnombre, como es la compasión y la empatía.Por tanto, a mi juicio, es pensable la existenciade una política teológica en la filosofíazubiriana. En este sentido existe, a mi juicio,una aproximación a un entendimiento de lapolítica como una especie de comunión universal detipo religioso alrededor de la fraternidad ohermandad universal de todos los seres humanos.Esto último es perfectamente conjugable con laafirmación de una ética realista y transcendentalque se basa entre otras cosas en la aprehensión derealidad desde una actitud responsable con unomismo y los demás, puesto que quizás una de lascuestiones cruciales es precisamente la modulaciónadecuada, sensata y coherente de la dirección delos asuntos públicos en beneficio sobre todo delos más desfavorecidos.Está claro desde mi reflexión que incluso en lapolítica del siglo XXI la actitud general de lasociedad civil y de la acción política ycomunitaria debe orientarse por la creatividad máspotente a través del análisis y el debate quepropicia además la invención de la propia vidacomo expresión de la libertad humana, puesto quela realidad social es enteramente modificable de

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modo positivo aplicando procedimentos éticosadecuados. Existe una metafísica de la socialidadpresente en las argumentaciones zubirianas. Elrealismo transcendental zubiriano fundamenta larazonabilidad de las intervenciones políticas paralograr una sociedad como la que merecen todos losciudadanos. Ciertamente, la consideración de latranscendentalidad y lo transcendental con lainterpretación zubiriana de la inteligencia y larealidad inician nuevas formas de elaboraciónfilosófica ampliando y profundizando el campo dela reflexión filosófica. Porque es posibledesarrollar una ética y política transcendentales,así como también otras disciplinas similares comola estética que estén enfocadas a la aprehensión eintelección de lo real desde esta nuevaperspectiva.Por último, estimo que el carácter problemático dela fundamentalidad de la metafísica transcendentaly de la esencia abre también nuevas vías a lafilosofía contemporánea y futura. Porque elproblematismo de la metafísica es consustancial a su propiametodología indagatoria y especulativa lo queenriquece la reflexión filosófica. Ya que lamutiplicidad de vías de la primera filosofía, comola denominó Aristóteles, es tremendamenteabundante. Puesto que las grandes preguntasmetafísicas son contestadas de modo más preciso yprofundo desde el realismo transcendentalestético. Si bien sabiendo que es una tareainacabable la propia de la filosofía, porquesiempre surgen nuevas interrogaciones, y nuevosintentos de resolución de las grandes cuestionesque ocupan a los seres humanos.

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