TRABAJO SOBRE LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA EN VENEZUELA Genesis Ailed Prado Aranguren

35
UNIVERSIDAD FERMIN TORO VICE-RECTORADO ACADÉMICO FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS ESCUELA DE DERECHO PARTICIPACION CIUDADANA Y GESTION LOCAL TRABAJO SOBRE LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA EN VENEZUELA

Transcript of TRABAJO SOBRE LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA EN VENEZUELA Genesis Ailed Prado Aranguren

UNIVERSIDAD FERMIN TORO VICE-RECTORADO ACADÉMICO

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICASESCUELA DE DERECHO

PARTICIPACION CIUDADANA Y GESTION LOCALTRABAJO SOBRE LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA EN VENEZUELA

BARQUISIMETO, 26 DE NOVIEMBRE DE 2013UNIVERSIDAD FERMIN TORO VICE-RECTORADO ACADÉMICO

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICASESCUELA DE DERECHO

PARTICIPACION CIUDADANA Y GESTION LOCALTRABAJO SOBRE LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA EN VENEZUELA

Autor:Genesis Ailed Prado

Aranguren

BARQUISIMETO, 26 DE NOVIEMBRE DE 2013

INTRODUCCION

En la actualidad, se conoce que democracia es una forma

de organización de grupos de personas, cuya

característica predominante es que la titularidad del

poder reside en la totalidad de sus miembros, haciendo

que la toma de decisiones responda a la voluntad

colectiva de los miembros del grupo.

En sentido estricto, la democracia es una forma de

gobierno, de organización del Estado, en la cual las

decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo

mediante mecanismos de participación directa o indirecta

que le confieren legitimidad a los representantes. En

sentido amplio, democracia es una forma de convivencia

social en la que los miembros son libres e iguales y las

relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos

contractuales de cada país que la ejerce.

En la sociedad venezolana a vivido diferentes cambios,

ya que en la actualidad el gobierno de turno está

implementando el socialismo del siglo XXI, considerando

que el socialismo es una ideología de economía política

que defiende principalmente un sistema social, económico

y político basado en la socialización de los medios de

producción, o control administrativo colectivista, que

puede ser no-estatal (propiedad comunitaria) o estatal

(nacionalización), donde predomina la democracia

participativa y protagónica en Venezuela.

De lo anterior se desprende la presente investigación,

la cual estará basada en la democracia participativa y

protagónica en Venezuela, soberanía, participación y

protagonismo de los ciudadanos en el país, y por último

la visión de la participación popular desde el punto de

vista del desarrollo social.

TRABAJO SOBRE LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA EN VENEZUELA

DEMOCRACIA

La democracia, es un concepto excitante y el incremento

del número de Estados adscritos a prácticas democráticas

en la actualidad ha significado una vida diferente para

aquellos que ahora viven libres de cualquier opresión

política o de un régimen autoritario.

Para Anza (2000), la democracia no consiste de un

conjunto individual y único de instituciones que sean

universalmente aplicables. La forma específica que

adquiere la democracia en un país está determinada en

gran medida por las circunstancias políticas, sociales y

económicas prevalecientes, así como por factores

históricos, tradicionales y culturales.

Por tanto, la democracia, es el aquel sistema de

gobierno, en el cual la soberanía del poder reside y está

sustentada, en pueblo. Es éste, por medio de elecciones

directas o indirectas, quien elige las principales

autoridades del país. Asimismo, es el pueblo, quien puede

cambiar o ratificar a estas mismas autoridades, en las

siguientes elecciones populares. Por este motivo los

griegos hablaban de la democracia, como el gobierno del

pueblo; de hecho este es su significado literal.

Es así, como se puede conformar una democracia directa,

donde el pueblo es quien toma todas las decisiones

ejecutivas y legislativas, o la democracia

representativa, donde le pueblo por medio de votación

popular escoge las autoridades que representarán a la

ciudadanía, en la toma de decisiones.

Hoy en día, la gran mayoría de los sistemas

democráticos, funcionan por medio de la representación;

podemos imaginar lo complicado que sería de otra manera,

con la población actual de los países.

De allí, que la democracia existe para otorgarle a la

gente una forma de vivir en comunidad de manera que

resulte beneficiosa para todos.

Democracia Participativa y Protagónica en Venezuela

DEMOCRACIA PARTICIPATIVA

La democracia participativa o semidirecta es una

expresión amplia, que se suele referir a formas de

democracia en las que los ciudadanos tienen una mayor

participación en la toma de decisiones políticas que la

que les otorga tradicionalmente la democracia

representativa.

Lewis (2002), menciona que puede definirse con mayor

precisión como un modelo político que facilita a los

ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal

modo que puedan ejercer una influencia directa en las

decisiones públicas.

En la actualidad se manifiesta usualmente por medio de

referendos o plebiscitos que los representantes elaboran

para consultar de iniciativas de consulta que los

ciudadanos presentan a los representantes. En una etapa

más avanzada, el proyecto fundamental de la democracia

participativa es la creación de un mecanismo de

deliberaciones mediante el cual el pueblo, con su propia

participación, esté habilitado para manifestarse por

igual con puntos de vista tanto mayoritarios como

minoritarios. Sin negar que todo sistema democrático

eventualmente ha de descansar en decisiones mayoritarias,

los mecanismos o instituciones de participación tienen el

propósito de hacer hincapié en el pleno respeto a las

minorías, sus opiniones y su amplia manifestación a

través de un mecanismo participativo e

institucionalizado.

La democracia participativa no es una participación

desordenada, caótica ni inorgánica, sino una disciplinada

forma de participación, respetuosa de los intereses,

ideas y principios de los demás.

Por su parte, la democracia protagónica es un principio

entendido como derecho y deber sociopolítico, que

establece una interrelación entre seres humanos para

favorecer su desarrollo integral, mediante una actividad

y capacidad para intervenir en los asuntos públicos, los

cuales están establecidos en la Constitución de la

República Bolivariana de Venezuela. Este derecho deber

exige que la ciudadanía se involucre permanentemente de

manera profunda, amplia y organizada, alrededor de todo

lo que por hecho y derecho les pertenece en los órdenes:

social, político, cultural, territorial, ético, económico

y productivo.

La participación protagónica está orientada a ocupar y

consolidar espacios legítimos y formales de intercambio,

comunicación y expresión de la ciudadanía con los órganos

del Poder Público, para gobernar y compartir

responsabilidades, en la gestión pública local. De esta

manera “se plantea una redistribución del poder como

propiedad colectiva, que pertenece a todas y todos, y que

se ejerce a través de las diferentes instancias y

mecanismos institucionales y comunitarios”. (Cañas,

2002).

Venezuela: de la Democracia Representativa a la Democracia

Participativa

En la actualidad, la democracia ha sido definida

tradicionalmente como gobierno del pueblo. Sin embargo,

la mayoría de los países del mundo han entendido por

democracia, lo que se conoce como democracia

representativa. En este modelo, la ciudadanía

transfieren, a través del voto, su soberanía a unas o

unos representantes.

En Venezuela desde 1945, con la excepción del periodo

correspondiente a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez,

se impuso el modelo representativo. Este modelo se

consolida a partir de 1958 y adquiere su expresión formal

con la Constitución de la República de Venezuela

sancionada en 1961.

El modelo representativo ha sido una bandera de los

Estados Unidos de Norteamérica para imponer su hegemonía.

En el caso de América Latina, este modelo es respaldado

por la Carta Democrática Interamericana de la

Organización de Estados Americanos (OEA). La Carta

Democrática Interamericana, ha sido utilizada para

amedrentar a aquellos pueblos que intentan desarrollar

autodeterminada y soberanamente, un nuevo modelo político

y económico que atente contra el control que detentan la

oligarquía y las transnacionales, tal como sucede hoy en

Venezuela.

En consecuencia, se define democracia participativa y

protagónica como una nueva forma de democracia marcada

por la participación libre y activa de la ciudadanía en

la formulación, ejecución y control de la gestión pública

como mecanismo necesario para lograr el protagonismo que

garantice el completo desarrollo, individual y colectivo.

De allí, que el proceso constituyente, desarrollado en

Venezuela desde 1998, ha replanteado en el mundo un

debate sobre otro modelo de democracia: la democracia

participativa y protagónica. Este modelo es el eje

fundamental de la Constitución de la República

Bolivariana de Venezuela promulgada en 1999.

Esta Constitución puede entenderse como una plataforma

programática para la construcción de la Venezuela

bolivariana. Propone así, la refundación de la República

en el marco de una democracia participativa y protagónica

que reivindique el carácter multiétnico y pluricultural

de nuestra sociedad. También incorpora la economía social

como aporte al nuevo modelo económico. Además, reivindica

el principio de no intervención y autodeterminación de

los pueblos, y finalmente establece que la soberanía

reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce

de manera directa, como ciudadanas y ciudadanos activos y

protagónicos, e indirectamente, mediante el sufragio.

Por tanto, se debe reconocer que este gobierno ha

jugado un papel fundamental en la transformación de este

país. Pero igualmente, debemos reivindicar los históricos

aportes que las iniciativas del pueblo venezolano le han

dado a esta revolución, y que se expresan en los

movimientos populares, estudiantiles, obreros,

campesinos, intelectuales progresistas, indígenas,

afroamericanos, de mujeres, militares revolucionarios,

religiosos y de otros, que sin foto ni firma han escrito

esta historia.

Por tanto, con el proceso constituyente realizado

durante el año 1999, las características del sistema

político venezolano cambiaron en forma radical: de un

modelo democrático-representativo se pasó a otro modelo

pero democrático-participativo. Con este nuevo modelo

democrático-participativo en Venezuela, se intenta una

redefinición de las relaciones del Estado y la sociedad,

en términos de lograr una mayor redistribución,

desconcentración y descentralización del poder y la toma

de decisiones. Esta situación no ha surgido de la nada o

por un acto de magia.

De allí que, para una mejor comprensión del proceso

político venezolano, sea importante reconocer que la

participación ciudadana fue un tema considerado por

anteriores administraciones gubernamentales.

El “esquema operativo” del sistema político inaugurado

en 1958, reglamentado con la Constitución de 1961, y

fundamentado en la “democracia liberal clásica” fue

evolucionando hacia formas de inclusión ciudadana en los

asuntos públicos; mediante el desarrollo de distintas

leyes buscando una mayor profundización de la democracia

venezolana. Ese proceso evolutivo fue el resultado de

tres factores socio-políticos muy importantes:

1. La creciente demanda de participación en la toma de

decisiones públicas de los actores alternativos a los

protagonistas formales, que estableció el denominado

Pacto de Punto Fijo como fueron los partidos políticos,

la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV),

FEDECÁMARAS y en menor grado la Iglesia Católica.

2. El desgaste y la baja calidad del rendimiento del

modelo de gestión pública centralista y concentrado en la

atención de los asuntos de interés colectivo y.

3. El notable desarrollo y evolución de la percepción y

la preparación técnica de sectores avanzados de la

burocracia pública venezolana, que se posicionaron en

sintonía con las demandas de modernidad que exigía el

sistema político democrático-representativo venezolano; a

partir de la década de los años ochenta.

En tal sentido, se destaca que en la Carta Magna de

1961 consagró el derecho a la participación ciudadana en

los campos político, económico, social y legislativo;

mediante el establecimiento de una serie de derechos

constitucionales.

El artículo 67 establecía el derecho de la ciudadanía a

presentar o dirigir peticiones ante funcionarios y

agencias gubernamentales; así como a obtener respuesta

oportuna.

El artículo 68 consagró el derecho de los ciudadanos a

utilizar los órganos de la administración de justicia

para la defensa de sus derechos e intereses, en los

términos y condiciones establecidas por la ley;

estableciendo de igual manera, la fijación de normas que

aseguraran el ejercicio de este derecho a quienes no

dispusieran de medios suficientes.

En el campo económico, la participación social fue

instituida mediante la protección de la iniciativa

privada en su artículo 98 con el propósito de impulsar

conjuntamente con el Estado, la generación de riqueza e

impulsar el desarrollo económico.

El artículo 109 disponía la integración, organización y

atribuciones de cuerpos consultivos para recibir

opiniones en materia de política económica de distintos

sectores sociales del país; tales como: el empresariado,

la población consumidora, los sindicatos de trabajadores,

los gremios profesionales y las universidades.

En cuanto a los Derechos Políticos, se contemplaba el

derecho y el deber al sufragio; a través del artículo

110. Los artículos 111 y 112 determinaban las condiciones

de participación y elegibilidad de los ciudadanos.

Los artículos 114 y 115 decretaban el derecho de todos

los venezolanos aptos para el voto de asociarse en

partidos políticos para manifestar y participar, por

métodos democráticos, en la dinámica de la política

nacional.

El artículo 165 determinaba la participación de los

ciudadanos en la formación de leyes.

La participación social también fue incluida en las

posibilidades de reformar la Constitución Nacional;

mediante referendum en el artículo 246.

Por último, en su artículo 250, la Constitución de

1961, requería de la participación de la población en su

defensa; en caso de que dejare de observarse por actos de

fuerza o intentara ser derogada por cualquier otro medio

distinto del que ella misma disponía.

En consecuencia, en el año 1999 se propone la

formulación y cambio de la Constitución Nacional con la

finalidad de cambiar el modelo democrático representativo

a participativo y protagónico.

Finalmente se puede mencionar, que el proceso

constituyente no ha culminado. Continúa llevándose a

cabo, tal como lo expresan el Presidente y el pueblo

organizado, en la propuesta del salto adelante. La

Constitución Bolivariana es un instrumento para esta

transformación. El salto adelante obliga a realizar

cambios profundos, los cuales pasan por la creación o

adecuación de una nueva institucionalidad. Estos cambios

exigen la postura de un nuevo ejercicio de ciudadanía,

enmarcada en la participación protagónica.

Una de las premisas más interesantes que deben

estudiarse en el periodo democrático venezolano a partir

de 1998 es el término Revolución, el cual es usado con

holgura por el actual presidente de la República,

entendida esta como un cambio en el orden político,

económico y social, por cuanto es sabido que en la etapa

de 1958 hasta Diciembre de 1999, se presenta la crisis

terminal del Estado centralizado de partidos, en donde

los partidos políticos y sus cogollos tomaron el poder

absoluto de todos los espacios societales, dejando a los

ciudadanos sin el poder de participar activamente dentro

de la política, lo cual a su vez, trajo como consecuencia

que los partidos políticos perdieran el carácter de

intermediarios entre el Estado y los ciudadanos. No se

debe dejar de mencionar que el proyecto político de la

democracia naciente en 1958 ideado por el liderazgo

político de la época se desarrollo y el país

indudablemente se democratizó, pero ese mismo liderazgo y

sus partidos políticos que contribuyeron al mantenimiento

y consolidación de la democracia, no entendieron los

cambios avisados que solicitó la sociedad venezolana, es

decir, ideológicamente la sociedad democrática progresó

al pedir cambios, pero los partidos políticos no

respondieron a este síntoma de madurez política y de

modernidad social que los tiempos requerían.

Por tanto, el fin de la democracia en Venezuela según

la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,

el país se constituye en un Estado democrático y social

de Derecho y de Justicia, que propugna como valores

superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación,

la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la

solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y,

en general, la preeminencia de los derechos humanos, la

ética y el pluralismo político.

El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el

desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el

ejercicio democrático de la voluntad popular, la

construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la

promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la

garantía del cumplimiento de los principios, derechos y

deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución.

La democracia, en Venezuela se basa en los principios

de un sistema de gobierno caracterizado por el respeto a

los derechos humanos, al Estado de Derecho, con

celebración periódica de elecciones, pluralidad política

y separación de poderes públicos. Sus fundamentos son la

transparencia gubernamental, la probidad, la

responsabilidad en la gestión pública, el respeto a los

derechos sociales, la libertad de expresión y el respeto

a las minorías.

Soberanía, Participación y Protagonismo en Venezuela

La soberanía es el ejercicio de la autoridad suprema

que reside en el pueblo y que se ejerce a través de los

poderes.

La Soberanía es uno de los elementos más

representativos del Poder del Estado, y es el pueblo, tan

mencionado en los ordenamientos jurídicos quien lo

detenta y ejerce por medio de los órganos destinados para

tal fin. El estudio de la Soberanía implica el

conocimiento de una serie de elementos que permitan su

fácil comprensión, así que se debe comenzar por saber de

dónde se origina (Álvarez, 2008).

Es importante mencionar, que el concepto de soberanía

surgió cuando los europeos de los siglos XVI y XVII

empezaron a buscar fundamentos laicos sobre los que basar

la autoridad de los incipientes estados nacionales. El

término soberanía proviene de la palabra soberano que

implica ausencia de control; pero soberano también es el

jefe de un Estado monárquico, es decir, de un ente

político, y por esta razón la soberanía ha surgido en el

campo político.

En los sistemas donde el mando está en manos de una

sola persona, conocidos como sistemas monárquicos o

dictatoriales, la soberanía es ejercida por el soberano,

dictador, emperador o rey; y en los sistemas

democráticos, que se basan en el estado de derecho, la

soberanía está en manos del pueblo.

Así que, en primer lugar, es el pueblo, o el factor

humano del Estado quien detenta la soberanía. No

obstante, es imposible que la soberanía en los Estados

democráticos sea ejercida directamente por el pueblo, y

por esta razón la misma es delegada en los órganos que

conforman el Estado. De esta manera el concepto de

soberanía surge en lo político, posteriormente debió

transformarse con la intención de garantizar un fondo

jurídico al poder del Estado.

Históricamente el gran problema con la soberanía ha

sido determinar en quién recae la misma. Muchos

estudiosos del derecho constitucional, entre ellos

Sánchez Viamonte, han explicado con más claridad este

hecho, conviniendo que en las repúblicas democráticas, no

puede haber más soberanía interna o externa que la

popular, es decir, que desde el punto de vista político,

la soberanía no es otra cosa que la voluntad de la

mayoría. Coincidiendo con el Dr. Humberto La Roche, la

Soberanía se encuentra entonces íntimamente ligada al

concepto mismo de Estado, de manera que el Poder Soberano

viene a ser uno de los elementos que contribuye a

estructurarlo. Por esto, se dice que la Soberanía

Nacional es lo más importante dentro del Estado. Es la

suprema autoridad.

En Venezuela la Soberanía está expresamente establecida

y también los sujetos que pueden detentarla, o ejercerla,

es así como la Constitución de la República en su Titulo

I, referido a los Principios Fundamentales, en su

artículo 5 establece que la Soberanía esta en manos del

pueblo venezolano quien la delega en los órganos del

Estado, consagrada de la siguiente manera:

La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo,

quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta

Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el

sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público.

De lo anterior se destaca que, intransferible, es

decir, no puede ser ejercida por otra persona que no sea

la señalada expresamente por la Constitución. Es ejercida

o su titularidad está en manos del pueblo. Asimismo, la

Constitución y las leyes establecen las formas para

ejercerla. Es ella quien concede la legalidad al Poder

del Estado, por medio del reconocimiento o aceptación del

mismo.

En cuanto a la participación y protagonismo se refiere

que, constitucionalmente en Venezuela son medios de

participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de

su soberanía, en lo político: la elección de cargos

públicos, el referendo, la consulta popular, la

revocación del mandato, las iniciativas legislativa,

constitucional y constituyente, el cabildo abierto y la

asamblea de ciudadanos y ciudadanas cuyas decisiones

serán de carácter vinculante, entre otros; y en lo social

y económico: las instancias de atención ciudadana, la

autogestión, la cogestión, las cooperativas en todas sus

formas incluyendo las de carácter financiero, las cajas

de ahorro, la empresa comunitaria y demás formas

asociativas guiadas por los valores de la mutua

cooperación y la solidaridad (Artículo 70 C.R.B.V.).

Asimismo, la Carta Magna de Venezuela, en su Artículo

132, establece lo siguiente:

Toda persona tiene el deber de cumplir sus

responsabilidades sociales y participar solidariamente en

la vida política, civil y comunitaria del país,

promoviendo y defendiendo los derechos humanos como

fundamento de la convivencia democrática y de la paz

social.

De allí, la importancia que tiene para el país el

ejercicio de la participación y protagonismo de los

venezolanos y venezolanas en el país, considerando el

ejercicio de la soberanía popular y la participación en

la decisión, la cual implica que la sociedad cuente con

herramientas para participar en las decisiones que se

tomen respecto de asuntos públicos y que su opinión pueda

definir el sentido de las medidas tomadas. Es en este

nivel donde se pueden implementar las figuras de

democracia directa como el plebiscito y el referéndum. La

participación en el control, este nivel se refiere a la

posibilidad de los ciudadanos de llevar a cabo algún tipo

de fiscalización y evaluación del trabajo gubernamental.

Esto con el fin de verificar que lo decidido de manera

conjunta por el gobierno y la sociedad se haya llevado a

cabo. En este caso, mecanismos como la revocación de

mandato y la rendición de cuentas pueden ser de gran

utilidad. Asimismo, la participación en la ejecución, en

este nivel se puede decir que se da el esplendor de la

participación, pues implica la combinación de los

anteriores niveles, además de un alto nivel de

coordinación y corresponsabilidad entre el gobierno y la

ciudadanía.

Visión de la Participación Popular

En base a los planteamientos citados anteriormente, se

puede decir que participar es tomar parte en algo en que

hay diferentes partes (administración/administrados) la

relación dependerá del poder que tenga cada parte;

tomando en consideración que el objetivo que persigue la

participación de los ciudadanos en los asuntos públicos

no es otro, por tanto, que darle contenido y ampliar la

democracia; ya que democracia significa “gobierno del

pueblo”, avanzando en lo que se conoce como “democracia

participativa”.

En contraposición, en algunas ocasiones se presentan

barreras a la participación, entre las cuales se pueden

mencionar:

1. Escepticismo y apatía

2. Vencer la cultura clientelar y de otorgamiento de

favores

3. Burocratismo

4. Verticalismo y autoritarismo

5. Escasez de tiempo: Muchas veces se suele poner metas

cuyos plazos son muy cortos e impiden la maduración de

los procesos participativos; por lo que es importante

tener claro que la participación necesita tiempo para

hilar una idea, tiempo para expresarse, tiempo para

reafirmar las ideas de los otros, tiempo para conceder,

para concretar una ideas en actividades prácticas, tiempo

para resaltar las ideas correctas y esclarecerlas con

argumentos.

6. Incapacidad de escuchar: Todos los ciudadanos y

ciudadanas debe estar presentes en reuniones poco

productivas en las que se imponen un diálogo de sordos.

En tales espacios, los argumentos de unos pretenden ser

impuestos a los demás sin que las partes logren ponerse

de acuerdo

7. Intolerancia: Es necesario ser tolerante, es

necesario adquirir una cultura de diálogo y de debate.

De allí, que la participación popular en Venezuela,

está transitado desde una forma de ejerció democrático de

carácter elitario (de minorías) donde las mayoría

delegaban en aquellas su representación, y así la toma de

decisiones, a una forma de ejercicio democrático donde

las mayorías quieren hacerse presentes también en la toma

de decisiones.

Sin embargo, la participación popular cuenta con

diferentes bondades, las cuales permiten que las

comunidades crezcan y desarrollen valores y nuevas

sensibilidades, tales como:

1. Eleva la autoestima popular: A medida que las

personas van participando en los asuntos que le son

propios y logran, con su organización y lucha, resolver

sus propios problemas, se produce un cambio cualitativo

con respecto a lo que antes existía, las personas

comienzan a recuperar la confianza y se ven a sí mismas

como sujetos que aprenden, transforman y propician el

cambio positivo. Constatan, al mismo tiempo, el poder de

las comunidades organizadas.

De allí, el énfasis en cuidar cada una de las dinámicas

que se llevan adelante en el proceso participativo, que

van transformando a las personas de actores pasivos en

actores o sujetos capaces de construir su propio destino.

2. Respeto a las diferencias y superación de las

divisiones: En la medida que una comunidad organizada de

base trabaja por alcanzar las metas consensuadas, se

genera un proceso de reconocimiento de los “otros” como

ciudadanos con iguales derechos. Ese proceso hace visible

temas y agendas subterráneas como la del género, la

diversidad sexual, las minorías étnicas o el respeto a la

biodiversidad, enriqueciendo las prácticas comunitarias

de base.

Por otra parte, un trabajo participativo popular en

proyectos comunitarios facilita enormemente la

articulación de todos los sectores progresistas y de la

izquierda, tanto de los militantes de partidos como de

los militantes sociales, como de gente sin partido porque

permite hacer un tipo de convocatoria diferente. Para

trabajar por un proyecto de esta índole no hay que

adherir necesariamente a un partido, a un frente, a un

movimiento.

3) Politización: La participación popular protagónica

en las distintas instancias de gobierno hace que las

personas involucradas en ella crezcan en conciencia

política.

Hay que entender que la política no es propiedad de los

partidos políticos. Tiene que ver con la preocupación y

actuación sobre la sociedad. Viene del griego ‘polis’,

que significa ciudad. Ya el filósofo griego, Aristóteles,

decía que el hombre era un animal político.

La politización, por lo tanto, no es lo mismo que

partidización. Una persona se politiza o adquiere

conciencia política en la medida en que deja de centrar

toda la atención en sus problemas individuales o de su

pequeño grupo y empieza a ver los problemas en un

contexto más global; una persona que es capaz de

sobrepasar los estrechos límites de su localidad, sector,

partido, gremio, grupo de opinión, tendencia, y asume

como suyos los intereses globales de la sociedad de la

cual forman parte.

En este sentido es que la participación popular de los

ciudadanos en los asuntos públicos se constituye en uno

de los caminos para su politización de los ciudadanos y

para dar viabilidad a un proyecto de emancipación común.

Es el proceso de toma de conciencia de la población

sobre su condición ciudadana, es decir, con derechos y

deberes que se concretan en espacios sociales comunes.

Por tanto, para que la participación sea sostenible, se

dé a lo largo del tiempo, se deben de cumplir tres

requisitos: poder, saber y querer (Claves, 1994).

Condiciones para la participación:

- Poder. Crear cauces que la permitan, normas,

mecanismos, estructuras, organización. Es el primer paso

imprescindible para poner en marcha cualquier proceso de

fomento de la participación.

- Saber. Capacidad, conocer cómo, habilidades,

destrezas,... lo cual exige aprendizaje, saber unas

técnicas.

- Querer. Incentivar la participación, mostrar que

participar es algo satisfactorio, creativo. Explicar las

razones, los motivos para participar, qué es algo útil

para la sociedad y para nosotros mismos. Crear

motivación, interés, deseo... es tal vez lo más difícil o

lo que más fácil se nos olvida de explicar a los que

estamos acostumbrados a participar en los asuntos

públicos.

De allí, que para que los ciudadanos quieran la

participación, debe de ser eficaz, que la ciudadanía la

vea como algo que les es útil, que sirve en lo concreto y

que se tienen en cuenta sus opiniones y los compromisos

acordados, que hay resultados públicos verificables y

evaluables.

En cuanto al ámbito de participación popular en

Venezuela, en el artículo 62 de la Carta Magna, se

establece:

Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de

participar libremente en los asuntos públicos,

directamente o por medio de sus representantes elegidos o

elegidas. La participación del pueblo en la formación,

ejecución y control de la gestión pública es el medio

necesario para lograr el protagonismo que garantice su

completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es

obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la

generación de las condiciones más favorables para su

práctica.

En cuanto a la participación ciudadana en los asuntos

públicos, la Constitución establece áreas de suma

importancia para el propósito de la inclusión social, al

establecer el deber y corresponsabilidad de los

ciudadanos y la sociedad organizada de participar en

programas de seguridad ciudadana, las políticas públicas

dirigidas a sectores vulnerables de la población tales

como niños/as y adolescentes, jóvenes, ancianos y

discapacitados, y la reivindicación de los pueblos

indígenas. Asimismo, se amplía la corresponsabilidad en

la salud, la educación y el ambiente.

El ejercicio de la gestión pública ya no es una

práctica burocrática como responsabilidad exclusiva del

funcionario, sino que debe involucrar elementos de

Participación ciudadana en la toma de decisiones y en la

construcción de todos los elementos que permiten el

desarrollo de la gestión (formulación, ejecución, control

y evaluación de las políticas públicas). Es relevante a

los efectos del ejercicio de la gobernabilidad la

concreción de una gestión pública centrada en la gente;

es decir, que tome en cuenta necesidades, aspiraciones,

propuestas, proyectos y actividades de carácter

administrativo o financiero que involucre y tenga

presente los intereses de la ciudadanía.

La relación de la gestión pública con la

corresponsabilidad social se expresa en los elementos de

la nueva institucionalidad ya descrita, y representa la

concreción de un deber establecido en la Constitución de

la República Bolivariana de Venezuela, en el cual la

ciudadanía y las organizaciones sociales se relacionan

directamente con las obligaciones del Estado orientadas

al bienestar social y al mejoramiento de los servicios

públicos.

Desde la perspectiva de la organización social y de

propuestas orientadas a lograr la reforma del Estado, la

democratización, reforma administrativa o elementos del

gobierno participativo, la relación entre gestión pública

y corresponsabilidad social se enmarca como una

concreción de la participación que orienta la capacidad

de decisión y respuesta de los organismos públicos.

La corresponsabilidad social orienta la formulación de

propuestas como las contenidas en el Artículo 184 de la

Constitución de la República, que permiten la

descentralización participativa. De este modo, se

orientan adecuadamente las modalidades de

descentralización de servicios, programas sociales o de

atención a las comunidades.

Dentro de esta perspectiva, la relación descrita

propiciaría experiencias de construcción de alianzas

sociales orientadas a la lucha contra la pobreza y otros

compromisos asumidos por los Estados en sus relaciones

multilaterales, o en declaraciones vinculadas al tema de

los derechos humanos.

En consecuencia, todos los ciudadanos y ciudadanas

tienen derecho a participar en los asuntos públicos del

país, en la toma de decisiones mediante los diferentes

sistemas de participación popular establecidos en la

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en

conjunto con el Ministerio de Participación Popular y

Desarrollo Social del Ciudadano, el cual nace

oficialmente el 27 de junio de 2005, mediante Decreto

Nro. 3.753 de la Presidencia de la República, publicado

en Gaceta Oficial Nro. 38.262 del 31 de Agosto de 2005;

bajo la misión de formular, coordinar y ejecutar

políticas, planes y proyectos estratégicos que permitan

desarrollar e incorporar a la población en general y en

especial a los grupos sociales excluidos, a la vida

productiva de la República, a partir de la participación

activa y protagónica, en los espacios político, social,

cultural y económica; orientado a construir el nuevo

modelo de sociedad corresponsable establecido en la

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Asimismo, el Ministerio de Participación Popular y

Desarrollo Social del Ciudadano, tiene su justificación

tomando en consideración los siguientes aspectos:

1. Necesidad de alinear las acciones del Ministerio con

los cinco ejes de equilibrio y los diez objetivos

estratégicos de la Nación (Salto Adelante).

2. Desarticulación intra e interinstitucional.

3. Poca claridad en la misión de los organismos

adscritos a los antiguos ministerios.

4. Burocracia

5. Corrupción

6. Necesidad de avanzar a un Desarrollo Social Integral

que incorpore activamente la participación popular.

De acuerdo al Artículo 28 del Decreto sobre

Organización y Funcionamiento de la Administración

Pública Central, son competencias del Ministerio de

Participación Popular y Desarrollo Social:

1. La regulación, formulación y seguimiento de

políticas y la planificación estratégica y realización de

las actividades del Ejecutivo Nacional en materia de

promoción, asistencia y desarrollo social integral y

participación. Dichas políticas estarán dirigidas al

fomento del desarrollo humano, especialmente en los

grupos sociales más sensibles, así como también a la

familia y a la juventud.

Finalmente se puede decir que la visión del Ministerio

de Participación Popular y Desarrollo Social del

Ciudadano: es “Ser el organismo rector de referencia

nacional e internacional en el diseño y ejecución de

políticas de promoción y desarrollo social integral y

participativo, dirigidas al fomento de las garantías y el

desarrollo humano, dentro de la concepción del Estado

Democrático, Social de Derecho y de Justicia”.

CONCLUSION

En base a los planteamientos anteriores se puede decir

que, la participación popular y la democracia

participativa y protagónica en Venezuela, en la

actualidad la Constitución de la República está

impregnada del elemento participativo: tanto en el

Preámbulo, cuando se enuncia una sociedad democrática,

participativa y protagónica, como en el Artículo 62,

donde mejor se destaca el derecho de los ciudadanos a

participar libremente en los asuntos públicos. Más allá

de los mecanismos formales del sufragio, también se

incluye el derecho a la asociación con fines políticos y

el derecho de los ciudadanos a la rendición de cuentas

públicas por parte de la Administración Pública.

En Venezuela, la democracia se construye día a día. No

es un formalismo ni un simple término jurídico, es decir,

se requieren mecanismos que permitan la ampliación de las

posibilidades de interlocución entre las instituciones

del Estado y la diversidad de actores sociales. Conforme

se consolidan los espacios de participación y se amplían,

la ciudadanía organizada reconoce el rol protagónico que

le corresponde asumir en el ámbito nacional.

Por lo que es importante destacar, que la participación

es el proceso mediante el cual se integra al ciudadano en

la toma de decisiones, fiscalización, control y ejecución

de las acciones en los asuntos públicos y privados, para

permitirle su pleno desarrollo como ser humano y el de la

comunidad en la cual se desenvuelve; logrando de esta

manera desarrollar la capacidad de participación

responsable y amplia de la ciudadanía y permitir que los

ciudadanos hagan aportes en los procesos de planificación

y ejecución sobre la base del conocimiento detallado de

las condiciones y necesidades locales.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Álvarez, I. (2008). El sistema representativo y la

democracia semidirecta. Editorial McGraw-Hill.

Interamericana.

Anza, J. (2000). La participación ciudadana en la

democracia. Cuadernos de divulgación de la cultura

democrática, IFE, México.

Cañas, D. (2002). Herramientas para una democracia

participativa, protagónica y soberana. Documento en

línea.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

(1999). Gaceta Oficial de la República Bolivariana de

Venezuela, 36.860. (Extraordinaria), Diciembre 30,

1999.

Claves, T. (1994). Participación ciudadana, género y

participación de la mujer. Primer seminario

conceptual sobre participación ciudadana y evaluación

de políticas públicas. FLACS

Lewis, W. (2002). Democracia en América Latina: Hacia una

democracia de ciudadanas y ciudadanos.