Retos y oportunidades de las Carreras de Técnico Superior Universitario frente al siglo XXI...

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RETOS Y OPORTUNIDADES DE LAS INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR PÚBLICAS DE AMÉRICA LATINA FRENTE AL SIGLO XXI: LA NECESIDAD DEL FORTALECIMIENTO DE LA EDUCACIÓN FORMAL TÉCNICA UNIVERSITARIA EN UN MUNDO CADA VEZ MÁS COMPETITIVO. Profesor Armando Martín Jiménez Rodríguez Universidad Simón Bolívar Resumen El desiderátum de este esfuerzo investigativo es analizar la importancia de la Educación Formal Técnica Universitaria (EFTU) para contribuir a la búsqueda de competitividad de los países latinoamericanos y su inserción exitosa en los mercados mundiales. Los países del subcontinente han presentado en los últimos años un crecimiento económico, empero, éste se ha basado principalmente en el desarrollo del sector primario ó manufacturas primarias; generando así un desarrollo no sostenible en el tiempo. Todos los programas educativos son importantes, pero la EFTU puede jugar un papel y un impacto positivo sobre todo en los sectores productivos y en la inclusión de la población de escasos recursos en el sector educativo. Países como Suiza, Bélgica, entre otros, están aprovechando las ventajas de este tipo de educación y se encuentran dentro del primer cincuenta por ciento de los países más competitivos del mundo, por lo que su experiencia puede ser un aporte para lograr las metas de productividad, competitividad y desarrollo económico que requiere nuestro subcontinente. Palabras claves: América Latina, Educación Tecnológica, estudios de casos, competitividad, productividad, economía.

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RETOS Y OPORTUNIDADES DE LAS INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN

SUPERIOR PÚBLICAS DE AMÉRICA LATINA FRENTE AL SIGLO XXI: LA NECESIDAD

DEL FORTALECIMIENTO DE LA EDUCACIÓN FORMAL TÉCNICA UNIVERSITARIA EN

UN MUNDO CADA VEZ MÁS COMPETITIVO.

Profesor Armando Martín Jiménez Rodríguez

Universidad Simón Bolívar

Resumen

El desiderátum de este esfuerzo investigativo es analizar la importancia de la Educación Formal Técnica

Universitaria (EFTU) para contribuir a la búsqueda de competitividad de los países latinoamericanos y

su inserción exitosa en los mercados mundiales. Los países del subcontinente han presentado en los

últimos años un crecimiento económico, empero, éste se ha basado principalmente en el desarrollo del

sector primario ó manufacturas primarias; generando así un desarrollo no sostenible en el tiempo. Todos

los programas educativos son importantes, pero la EFTU puede jugar un papel y un impacto positivo

sobre todo en los sectores productivos y en la inclusión de la población de escasos recursos en el sector

educativo. Países como Suiza, Bélgica, entre otros, están aprovechando las ventajas de este tipo de

educación y se encuentran dentro del primer cincuenta por ciento de los países más competitivos del

mundo, por lo que su experiencia puede ser un aporte para lograr las metas de productividad,

competitividad y desarrollo económico que requiere nuestro subcontinente.

Palabras claves: América Latina, Educación Tecnológica, estudios de casos, competitividad,

productividad, economía.

Introducción

América Latina y el Caribe enfrentan hoy más que nunca la necesidad de adecuar su educación

superior a los retos y oportunidades que presenta la macro unidad geográfica mundial1. La productividad

como elemento importante de la competitividad debe convertirse en un objetivo fundamental de los

países del subcontinente latinoamericano y caribeño. Hoy en día no bastan las ventajas absolutas y

comparativas para poder ser éxito en los mercados internacionales. En este sentido, conviene señalar

que si bien es cierto que los países de la región en su gran mayoría han obtenido un crecimiento de su

Producto Interno Bruto (PIB) y han buscado diversificar sus economías, los esfuerzos hasta ahora

realizados son escasos frente a los retos que presentan los mercados y la realidad internacional. Es allí

donde la Educación Superior Universitaria debe jugar un papel fundamental para convertir a los

profesionales en personas capaces de ser eficientes frente a estos retos. No basta con los conocimientos

teóricos muchas veces desvinculados de las realidades del sector productivo y social de los países. Hoy

más que nunca se hace necesario la vinculación entre las Instituciones de Educación Superior (IES) con

el sector productivo y la sociedad en su conjunto, para poder avanzar y lograr el desarrollo sustentable

que rompa con las viejas deudas de la pobreza y la desigualdad.

Es aquí, donde a nuestro parecer la Educación Formal Técnica Universitaria (EFTU) juega un

papel fundamental para el logro de un desarrollo sustentable, permitir mayor acceso a la educación,

combatir las desigualdades sociales, robustecer el aparato productivo y lograr así desplegar todo el

potencial que puede brindar América Latina y Caribe al mundo.

Es de resaltar que tal aseveración no parece ser una ilusión, sino que existen casos en los cuales

se puede fundamentar tal planteamiento. De los nueve países que a nivel mundial egresan más

profesionales de Educación Formal Técnica Universitaria como primer título (Argentina, Bélgica,

Brunei, China continental, Chipre, Corea, Eslovenia, Suiza, Mauricio) cinco de ellos (Bélgica, Brunei,

1 Término utilizado por el autor para referirse al mundo

China continental, Corea y Suiza) se encuentran dentro de los primeros cincuenta puestos de

competitividad a nivel mundial, es decir, el cincuenta y cinco por ciento de los países en cuestión, se

ubican dentro de los principales países de competitividad del mundo, quedando fuera de este rango

Chipre, Eslovenia, Mauricio y Argentina. Cabe destacar que de esos mismos nueve países, ocho de ellos

se encuentran dentro del primer cincuenta por ciento de países con mayor competitividad a nivel

mundial, quedando fuera de este rango sólo Argentina, que se ubica en el puesto noventa y cuatro. Lo

señalado precedentemente obliga a realizar un análisis de esta situación y vincularlo así, a la realidad de

nuestra América Latina y Caribe. Si bien en estas cifras también inciden elementos de otra índole que

escapan sólo al sector educativo; como pueden ser políticas macroeconómicas, entre otras, no es menos

cierto que resultan casos interesantes que se deben analizar.

La investigación de de carácter descriptivo analítico documental centrando su disertación en las

variables señaladas con especial énfasis en el vínculo entre la competitividad y la educación superior y

el aporte que puede hacer la Educación Formal Técnica Universitaria a la productividad del sector

industrial; además de la necesidad de establecer sectores estratégicos a través de la alianza Estado-sector

productivo-sociedad. Esto se considera uno de los principales retos y oportunidades de las Instituciones

de Educación Superior Públicas en América Latina

Para ello este esfuerzo se encuentra dividido en cuatro apartados. El primero de ellos describirá

y analizará las principales características de las dinámicas y tendencias de la economía mundial. Como

se señaló anteriormente, nos encontramos en un mundo cada vez más competitivo donde los países de

América Latina deben hacer un esfuerzo por adaptarse positivamente a estas características. La

productividad como soporte necesario de la competitividad debe ser un objetivo fundamental del

Estado. Es aquí donde la educación en general y la universitaria en particular juegan un papel

fundamental a los fines de poder lograr un verdadero desarrollo sustentable y sostenible para los países

de América Latina.

En el segundo, se abordarán los aspectos conceptuales y tendencias de la Educación Formal

Técnica Universitaria, la diferenciación entre educación formal, no formal e informal y se procederá

analizar los aspectos conceptuales, así como las principales características y tendencias de este tipo de

educación. Se sostiene además que las crisis como las que repercuten en los productos alimentarios, los

hidrocarburos y la situación financiera, así como los desastres naturales y tecnológicos, obligan a

replantear las concepciones del progreso y los modelos de desarrollo humano. Al hacerlo, se debe

revisar la adecuación de los modelos y planteamientos actuales de la educación y formación técnica y

profesional en un mundo cada vez más complejo, interdependiente e imprevisible.

En el tercero se analizarán los países que presentan mayor tasa bruta de graduación en

programas de Educación Formal Técnica Universitaria como primer título, a los fines de conocer sus

experiencias y características; y por último, se presentan lo que se consideran los principales retos y

oportunidades de las Instituciones de Educación Superior Públicas con respecto a la Educación Formal

Técnica Universitaria frente al siglo veintiuno.

Dinámicas y Tendencias de la Economía Mundial

Dentro de las características de la economía mundial2, el término competitividad se ha

convertido en un elemento esencial para la inserción de los agentes económicos dentro de la

macrounidad geográfica mundial. El proceso de inserción en los mercados globales se ha convertido en

un paso ineludible, por encontrarnos dentro de un mundo cada vez más competido y competitivo, con

transformaciones profundas desde finales de los años 90 del siglo XX y ab initio del siglo XXI. En este

sentido, es necesario mencionar entonces, algunos signos principales de transformación del panorama

económico mundial señalados precedentemente y que están vinculados a la competitividad e inserción

en los mercados internacionales.

2 A los fines de esta investigación se entenderá por este término a una entidad de ámbito planetario que se encuentra compuesta por economías individuales y regiones ó áreas heterogéneas, interdependientes en diversos aspectos e independiente en otros (Tinbergen, 1965). Dado el alto grado de interrelación, ya no sería posible un desenvolvimiento autárquico de algunas de sus partes o en todo caso, éste sólo sería posible en situaciones de carácter marginal por su escasa población, territorio y producción; y por el aislamiento en que pueda encontrarse.

El primero de ellos se refiere a la revolución tecnológica cuyas características principales son

las siguientes: sustitución parcial de materias primas naturales por insumos secundarios, la ingeniería

genética que puede modificar los procesos biológicos naturales, la sustitución creciente de la fuerza de

trabajo directa por servomecanismos, el desarrollo de la bioquímica y biofísica, la informática, la

telemática entre otras. Esta revolución tecnológica ha ocasionado profundos cambios en la economía

mundial, en el orden geopolítico, en las relaciones internacionales, entre otros (Maza, 1990).

En este orden de ideas, conviene resaltar entonces que: “…cada vez más el poder económico

consiste en poder tecnológico, en creación, aplicación y transmisión de conocimientos en el orden

material; el capital físico es instrumental, mientras que el capital de innovaciones es la palanca de la

acumulación” (Maza, 1990: 07). Empero, no basta con la capacidad tecnológica, es necesario

combinarla con la capacidad financiera, comercial, gerencial e institucional en general, para enfrentar el

desenvolvimiento de una economía mundial cada vez más competitiva.

En segundo lugar se debe situar la transnacionalización e integración de la economía mundial

que son canales por los cuales fluye la tecnología, comercio, finanzas, inversiones, estrategias de

seguridad y decisiones de política; cuyo movimiento obedece a las grandes Empresas Transnacionales3,

como fuerzas principales “que actúan en el escenario del planeta imponiendo cada vez más la

liberalización de las fronteras” (Maza, 1990: 07).

Producto de lo señalado en párrafos anteriores, resulta relevante que el mercado de la fuerza de

trabajo se diversifica considerablemente en busca de una mejor calificación de la masa laboral, que

permita a las empresas mantener e incrementar las ventajas comparativas y competitivas en el mercado

mundial. En este orden de ideas, se puede expresar que se han producido cambios fundamentales en los

procesos de trabajo. Así, la transformación esencial es la sustitución del esquema de trabajo manual no

3 Para Daly (2002) los conceptos de empresas transnacionales y compañías multinacionales no son lo mismo. Sin embargo a los efectos de esta investigación se considerarán sinónimos a los fines de facilitar el análisis, ya que tal diserción no forma parte del desiderátum central de este trabajo.

calificado por nuevas formas de organización que están generando efectos contradictorios en la

estructura del mercado laboral. Según el autor este aspecto ha provocado dos consecuencias

importantes: 1) la marcada generación de desempleo estructural y 2) se ha conformado un mercado

laboral dominado en gran medida por los empleadores, lo cual ha permitido el amplio desarrollo de

relaciones de trabajo informal a escala mundial. (Córdova, 1993)

En el plano de la producción real de la economía, la globalización en su dimensión económica

manifiesta un crecimiento del comercio mundial a tasas superiores que la producción, empero, ambas

variables presentan un aumento inferior al registrado en el período de la segunda postguerra. En el plano

real la globalización “incluye la internacionalización de múltiples procesos productivos en el seno de

empresas que operan a escala planetaria e importantes corrientes migratorias” (Ferrer, 1998:

161).Empero, los cambios producidos en este plano, poseen antecedentes en el proceso de globalización

anterior al de la I Guerra Mundial, donde la relación entre el comercio y el producto mundial para 1913

es semejante a la actual, aproximadamente 20%. Igual situación se presenta con la participación de las

inversiones directas privadas en la formación de capital fijo en el mundo (aproximadamente 5% en

ambos períodos) (Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo, UNCTAD, 1994).

Otro aspecto que se debe destacar sobre las tendencias actuales de los mercados

internacionales está referida: “... a la importancia de la dimensión endógena del desarrollo y al peso

relativo de los recursos y mercados internos respecto de los que se transan en el mercado mundial. La

inserción en el orden mundial es esencial para el desarrollo económico” (Ferrer, 1998:162). Analizando

lo planteado en la cita, se desprende entonces que cada vez más - como efecto de los cambios de la

economía mundial y el proceso de globalización- el ámbito internacional condiciona en mayor o menor

grado la dimensión interna de los países y plantea la necesidad de analizar y promover las vías y formas

a través de las cuales los países en desarrollo o algunos de ellos se han venido proyectando hacia el

exterior, lo cual implica la problemática de la compatibilización de la inserción externa con la

dimensión interna de los problemas económicos y sociales que exigen recursos humanos, tecnológicos y

de capital.

Dentro de este contexto, el término competitividad ha sido desarrollado desde diferentes

visiones, algunas con una óptica economicista, que explican el fenómeno como algo que garantiza el

crecimiento y desarrollo de los países.

Para poder definir la competitividad, se hace necesario distinguir entre los términos

estrategia, productividad y competitividad, ya que a menudo pueden ocasionar confusiones. En este

sentido, es importante señalar que, la estrategia se refiere a la transformación de decisiones bien

informadas en una acción oportuna. Por su parte, la productividad es la utilización de todos los

componentes de una operación – capital, mano de obra, conocimiento, etc.- para generar una producción

con mayor eficiencia. Y por último, es relevante expresar que la competitividad se refiere a la

combinación de una buena estrategia y una alta productividad. Es decir, la competitividad está basada

en la productividad y en las buenas estrategias como se puede observar en la figura número 1.

Una vez diferenciados los términos señalados precedentemente, se puede analizar con más

detalle el tema de la competitividad y su vínculo con el acceso a los mercados internacionales;

esenciales hoy en día para el desarrollo de los países.

Usualmente, existe una falsa analogía entre naciones y negocio y es por ello que existen

opiniones como: “…sí los países latinoamericanos no se sacuden para ponerse a la altura de la

competencia internacional entonces se verán enfrentados a alguna clase de catástrofe económica”

(Rivera, Hugo, 2004: 11).

Podría parecer obvio que un país que se encuentre rezagado a nivel tecnológico y gerencial

estaría en serios problemas. Así, una empresa cuya competitividad se rezague respecto al resto, perderá

mercados y se verá obligada a cerrar.

Si embargo, la competencia internacional no cierra países como si fueran negocios ya que

“Existen fuerzas de equilibrio que aseguran que cualquier país pueda seguir vendiendo una gama de

productos en los mercados mundiales y que puede en promedio equilibrar su comercio en el largo plazo,

aún si su productividad, tecnología y la calidad de productos son inferiores a los de otros países. Aún los

países que son claramente inferiores a sus socios comerciales normalmente se benefician en vez de

perjudicarse gracias al comercio internacional.” (Rivera, Hugo, 2004: 12).

Es fundamental expresar que un país que sea menos competitivo que sus socios comerciales, se

verá forzado a competir sobre la base de salarios bajos en vez de una mayor productividad, ya que,

normalmente se beneficiará del comercio internacional, porque éste, a diferencia de la competencia

entre negocios por un mercado limitado, no es un juego de suma cero, en el que las ganancias de un

país son las pérdidas de otro. El comercio y en general las relaciones económicas internacionales son

un juego de suma variable.

Un factor crítico importante para analizar en el intercambio de bienes y servicios es lo relativo a

la distribución de ingresos. Las modificaciones en los patrones de comercio tienen con frecuencia

fuertes efectos en la distribución del ingreso dentro de los países, de tal manera que incluso un cambio

benéfico produce tanto perdedores como ganadores (sobre todo a corto plazo). Buena parte del

comercio internacional es impulsado por las ventajas absolutas y comparativas, Brasil es un exportador

de café, debido a su suelo y clima, Arabia Saudita es un exportador de petróleo debido a su geología,

Canadá es un exportador de trigo debido a su abundancia de tierra respecto a la mano de obra, y así

sucesivamente.

El comercio en productos manufacturados entre países industriales avanzados consiste en

comercio “ intra - industrial”, es decir, intercambio de productos que parecen haber sido producidos

utilizando razones similares entre capital y mano de obra y entre trabajadores calificados y no

calificados. Es por ello, que se hace difícil explicar el patrón de ventaja competitiva entre países

industrializados por las diferencias entre sus mezclas de recursos que en cualquier caso, son bastantes

similares.

Frente a esta realidad del comercio intra industrial de los países desarrollados, las industrias

parecen que crearan su propia ventaja comparativa por medio de un proceso de retroalimentación

positiva.

Es en este aspecto relevante, donde se hace necesario mostrar como la competitividad es una

condición necesaria para el crecimiento de los países, y por ello se traen a colación algunos datos

importantes. Se puede expresar entonces que el crecimiento económico de América Latina no ha sido

suficiente para el potencial que esta macrounidad geográfica latinoamericana4 puede brindar al globus.

Un aspecto para poder competir en los mercados mundiales es la calidad y pertinencia de la

educación superior universitaria. En la medida que ésta sea cada vez más calificada los países de

América Latina y el Caribe podrán insertarse más exitosamente en los mercados internacionales.

A nuestro parecer, América Latina y el Caribe no ha aprovechado en su totalidad las ventajas de

su educación superior. Es decir, existen carreras universitarias que se dictan en los países

latinoamericanos y caribeños que pueden contribuir aún más en los esfuerzos por la búsqueda de una

mayor competitividad internacional. Un ejemplo de lo planteado puede ser entre otros casos, Venezuela.

Este país posee carreras largas (cuatro o más años de estudios) y carreras cortas (de tres años de estudios

universitarios) en mecánica, mecánica automotriz, mantenimiento mecánico, entre otras carreras

relacionadas, y no existe una industria nacional que produzca automóviles, siendo el sector automotriz

de Venezuela uno de los más rentables del mundo, entre otras razones por lo barato de sus combustibles

y lubricantes, además, Venezuela es el séptimo país de América Latina y el Caribe en consumo de autos

per cápita y el número sesenta y ocho a nivel mundial, de un total de ciento treinta y ocho países

analizados (http://www.nationmaster.com/country-info/stats/Transport/Motor-vehicles: fecha de

consulta el 07/03/2014).

Para este mismo país ocurre un hecho muy interesante, en el caso del petróleo y sus derivados.

Venezuela posee carreras como Ingeniería Química, Ingeniería de Petróleo, Técnico Superiores

Universitarios en química entre otros, y dada su correcta orientación, el sector petrolero y sus derivados

4 Término utilizado por el autor para referirse a América Latina y el Caribe.

representan más del noventa y cinco por ciento del total de las exportaciones venezolanas al mundo.

Siendo un país muy competitivo en este sector, que implica un alto componente tecnológico para el

procesamiento de este tipo de productos. Allí si hay una coherencia entre la educación superior y las

ventajas comparativas y competitivas del país con su sector productivo. Debe resaltarse además que

Venezuela posee las reservas de crudo pesado más grandes del mundo, lo cual permite la sostenibilidad

del sector y de las carreras.

En otro orden de ideas, y como se podrá apreciar en el cuadro número 1, el Producto Interno

Bruto (PIB) de los países de América Latina y el Caribe creció en el período 2005-2012 en un 29,77%.

América Latina creció un 30,11% mientras que los países del Caribe lo hicieron en 10,69% para un

promedio general de 29,77%, lo cual puede considerarse como positivo.

Sin embargo, cuando analizamos la variación anual del Producto Interno Bruto y la composición

de los sectores, podemos encontrar apenas un crecimiento muy precario de la industria manufacturera

(0,9% para el 2012), si lo comparamos con las tasas de variación de los sectores que incluyen la

producción de bienes primarios (explotación de minas y canteras 1,3%).(Ver cuadro número 02). Si bien

todos los sectores productivos son importantes para el desarrollo económico e integral de los países,

también es cierto que la industria manufacturera y los sectores que emplean mayores componentes

tecnológicos y científicos, son los mayores impulsores del desarrollo integral y sostenible de los países.

Continuando con este análisis, en lo relativo a la representación de la industria manufacturera

dentro del Producto Interno Bruto de América Latina y el Caribe esta representa el 14,40% del Total.

Siendo los sectores de mayor representatividad la intermediación financiera, actividades inmobiliarias,

la administración pública, defensa, seguridad social, enseñanza, comercio al mayor y por menor,

representando éstos el 48,52% del total del PIB para el año 2012, es decir casi la mitad del total del PIB

de la Región.( Ver cuadro número 03).

Consideramos que estos resultados arrojan la necesidad de fortalecer aún más los sectores

manufactureros, de transporte, comunicaciones y generar cada vez más mayor valor agregado a los

productos exportados, ya que así se podrá mantener verdaderamente un crecimiento económico

sostenible en el tiempo, es decir, que permita un crecimiento real de la economía.

Se puede expresar entonces, que el crecimiento económico de América Latina no ha sido

suficiente para el potencial que esta macro unidad geográfica latinoamericana5 puede brindar al globus.

Durante la última década del siglo veinte el crecimiento latinoamericano fue apenas 3,3% anual,

a pesar de la coyuntura económica mundial relativamente benigna y de las posibilidades de recuperación

que tenían la mayoría de los países, cuyas economías habían estado estancadas o en recesión durante la

década anterior; en la década de los años noventa del siglo veinte el ingreso de la subregión

latinoamericana solamente tuvo un incremento del 1,5% anual, muy distante con las cifras de los países

desarrollados donde la cifra rodea el 2% y mucho menor que en los países asiáticos donde se crece a un

ritmo del 3,5% anual. También se hace necesario acotar que en los ocho países más ricos del mundo, el

ingreso per cápita tuvo un incremento del 2% anual en los años noventa, en los ocho más pobres la tasa

de crecimiento fue del 0,7%. Otra cifra es aun más aterradora, es que en la actualidad, más de 250

millones de latinoamericanos –uno de cada tres- viven con menos de tres dólares diarios. (BID, 2012).

Es allí, donde las Instituciones de Educación Superior (IES) juegan un papel importantísimo en

el cambio de comportamiento, orientación y cultura que deben tomar los países del subcontinente

latinoamericano y caribeño y, donde a nuestro juicio, la Educación Formal Técnica Universitaria 6 debe

asumir el rol calificado que le corresponde.

5 Termino referido por el autor para referirse a los países del subcontinente latinoamericano6 No existe un solo término con el cual se define este tipo de educación a nivel internacional. De hecho uno de los factores que limita a menudo una profundización del análisis sobre este tipo de programas, es precisamente que no existe un consenso mundial. Algunos países como Canadá no tiene homologado a nivel interno una denominación perfectamente definida. Existen diferencias entre la Provincia de Ontario (formación técnica secundaria no universitaria) y Quebéc (Formación Técnica Universitaria que se dictan en Colegios de enseñanza general y Técnica y su duración es de dos años).

Aspectos Conceptuales y Tendencias de la Educación Formal Técnica Universitaria

Antes de iniciar con una definición acerca de la Educación Formal Técnica Universitaria,

conviene señalar a los fines de esta investigación, que en el ámbito educativo se debe distinguir, entre

los términos educación formal, informal y no formal.

Así, a finales de los años sesenta del siglo veinte se empezó a hablar en el ámbito mundial de

una crisis en lo relativo a las políticas educativas, impulsada por problemas económicos y políticos en el

cual se encontraban muchos países de la macro unidad geográfica mundial a los fines ampliar y mejorar

sus sistemas de enseñanza tradicionales (la educación formal).

Bajo esta coyuntura, existía la opinión de que esos sistemas tradicionales no estaban logrando adaptarse

a los rápidos cambios sociales, económicos y tecnológicos que se estaban produciendo en la mayoría de

las regiones del mundo. De esta manera, a principios de los años setenta del siglo veinte diversas

organizaciones internacionales de desarrollo empezaron a distinguir entre formal, non-formal e informal

education; una nueva clasificación que venía a añadirse a otras ya existentes en el ámbito educativo.

Según las definiciones clásicas, la educación formal es la impartida en escuelas, colegios e

instituciones de formación; la no formal se encuentra asociada a grupos y organizaciones comunitarias y

de la sociedad civil (siendo la que en aquel momento se consideró que podía realizar una especial

contribución a la formación en los países en vías de desarrollo), mientras que la informal cubre todo lo

demás (interacción con amigos, familiares y compañeros de trabajo).

En la práctica, y debido a la naturaleza misma del fenómeno educativo, las fronteras entre esta

clasificación se difuminan fácilmente, sobre todo entre la educación no formal y la informal. Esta

distinción tripartita pasó a asociarse además a un nuevo concepto que surgió también en el ámbito de la

política educativa: el del aprendizaje permanente o a lo largo de toda la vida.

El concepto de aprendizaje permanente ha pasado a ocupar hoy más que nunca un lugar destacado

en el ámbito de la educación, y la Unión Europea le está prestando una muy especial atención. En su

comunicación «Hacer realidad un espacio europeo del aprendizaje permanente», la Comisión Europea

subrayó recientemente la complementariedad de los aprendizajes formal, no formal e informal.

La educación formal consiste en un aprendizaje ofrecido normalmente por un centro de

educación o formación, con carácter estructurado de acuerdo a objetivos didácticos, duración o soporte

y que concluye con una certificación. El aprendizaje formal es intencional desde la perspectiva del

alumno y consiste en la presentación sistemática de ideas, hechos y técnicas a los estudiantes. Una

persona ejerce una influencia ordenada y voluntaria sobre otra, con la intención de formarle. Así, el

sistema escolar es la forma en que una sociedad transmite y conserva su existencia colectiva entre las

nuevas generaciones. Se imparte en establecimientos educativos aprobados, en una secuencia regular de

ciclos lectivos, con sujeción a pautas curriculares progresivas, y conducente a grados y títulos

Ahora bien, una vez aclarado los términos anteriores, resulta pertinente para este esfuerzo

investigativo, señalar que dentro del contexto latinoamericano el término de la Educación Formal

Técnica Universitaria (EFTU), se refiere “,,, a dos realidades institucionales diferentes, que han

evolucionado de distinta manera en los diversos países de la región. Se trata, por un lado, de una

escolaridad profesional técnica cuyos orígenes en los países de América Latina se pueden rastrear a los

finales del siglo diecinueve, a través de la escolarización de ciertas formaciones de artes y oficios, pero

también, como en el caso de México por la influencia de los colegios de Ingenieros, y que en fechas

posteriores se fue imbricando cada vez más dentro de la estructura de los sistemas escolares. El proceso

implicó una paulatina elevación de los niveles del sistema escolar en los que se integra, a medida que la

formación técnica y las ocupaciones que sustenta se han vuelto más complejas. En distintos momentos

alrededor de mediados del siglo pasado, según los países entre la década de los 40 y la de los 70, la

educación formal técnica se estableció con naturalidad en el nivel medio del sistema escolar y no fue

sino hasta finales de ese siglo cuando se promocionó a nivel superior: en realidad el denominado quinto

nivel. (De Ibarrola, 2010: 09).

Conviene entonces señalar que a los fines de este esfuerzo investigativo se adoptará la

definición otorgada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la

Cultura (UNESCO) sobre Educación Formal Técnica Universitaria (EFTU), quién la define como:

”,,,educación formal conducente a títulos profesionales y/o técnicos de al menos dos años de duración

en sus planes de estudio. Esto excluye la llamada educación no formal orientada al trabajo (capacitación

laboral)” (UNESCO, 2013: 131).

Una vez definida la Educación Formal Técnica Universitaria se hace necesario a los fines de

este estudio, vincular este tipo de educación con los factores productivos, como elemento importante

para la búsqueda de la competitividad en los mercados internacionales.

En torno a ello conviene señalar lo planteado en el Tercer Congreso Internacional sobre

Educación y Formación Técnica y Profesional el cual señala que:”La aceleración de los procesos de

cambio en el plano mundial está poniendo en entredicho nuestras concepciones de la educación en

general, y de la educación y formación técnica y profesional en particular. De hecho, las

transformaciones socio-demográficas, el creciente desempleo de los jóvenes, las desigualdades

persistentes y crecientes en cada país y entre unos países y otros, la interdependencia cada vez mayor de

todos los países en un contexto de intensificación de la integración económica, las presiones sobre los

recursos naturales y el cambio climático a ellas asociado, así como el ritmo de desarrollo de las nuevas

tecnologías de la información y la comunicación, la producción y la circulación de conocimientos que

de ello se deriva, plantean importantes retos a la educación y formación técnica profesional. Además,

crisis como las que afectan a los productos alimentarios, los hidrocarburos y la situación financiera, así

como los desastres naturales y tecnológicos, nos obligan a reexaminar nuestras concepciones del

progreso y los modelos dominantes de desarrollo humano. Al hacerlo, debemos necesariamente revisar

la adecuación de los modelos y planteamientos actuales de la educación y formación técnica y

profesional en un mundo cada vez más complejo, interdependiente e imprevisible” (Tercer Congreso

Internacional sobre Educación y Formación Técnica y Profesional, Unesco, 2014: 01).

Considerando que estamos inmerso en una coyuntura mundial cada vez más compleja y donde

el empleo productivo y la competitividad son elementos necesarios para la inserción exitosa de los

países en el globus, nos debemos referir al aspecto relativo a una formación para el empleo o una

formación integral para el aprendizaje a lo largo de la vida, el trabajo y la ciudadanía . En este sentido,

se debe mencionar que la tendencia de las escuelas de Educación Formal Técnica Universitaria (EFTU)

de finales de los años noventa del siglo veinte y principios del siglo veintiuno había sido “…integrarse

a las estructuras escolares de formación general y propedéutica y ampliar la formación ofrecida al logro

de tres grandes objetivos, a los que deberían también alinearse las escuelas medias orientadas a preparar

a los jóvenes para el ingreso a la educación superior. Una nueva definición de la educación media,

propuesta desde la década de los noventa, orientaba una formación propedéutica que debería entenderse

como una preparación para -aprender a aprender a lo largo de la vida-, más que como una preparación

para la continuación de estudios de nivel superior; una formación integral para el trabajo, que debería

superar el aprendizaje de habilidades técnicas puntuales; y una formación para la ciudadanía, en el

entendido de que tal vez el mayor desafío que está enfrentando ya la población, tanto jóvenes como

adultos, se refiere a la necesidad de tomar decisiones para la vida colectiva, las que conllevan cada vez

mayor complejidad técnica y política” (De Ibarrola, 2010: 12)

Empero, en los últimos años de la década de los noventa del siglo veinte, se puede observar en

varios países latinoamericanos (como por ejemplo Brasil y Argentina) un regreso a la especificidad de la

educación técnico profesional pero con algunas transformaciones interesantes en su gestión, contenido,

y organización. En Argentina, por ejemplo se promulgó la Ley de Educación Técnica de 2005 y en el

Caso Brasileño se da la reorganización de la Educación Técnica Profesional Universitaria. Todos estos

cambios buscaron reforzar la Educación Formal Técnica Universitaria (EFTU) a los fines de hacer más

competitivos los bienes y servicios estos países, por varias razones. Una de ellas es el peso de la deuda

externa y la necesidad de fortalecer al sector exportador para el ingreso de divisas y así poder cumplir

con los compromisos adquiridos en el ámbito financiero mundial.

Cabe mencionar que se debe insistir en que las escuelas de enseñanza de Educación Formal

Técnica Universitaria (EFTU) “…conservan una cierta especificidad, a la vez que se ven impregnadas

por la lógica general del nivel educativo en el que están. En efecto, dentro de las reglas básicas

tradicionales del sistema escolar, la Educación Formal Técnica Universitaria (EFTU) ha introducido

algunas especificidades y claras innovaciones: a) se define por referencia directa de los sectores

económicos y las ramas ocupacionales y de preferencia ocupaciones puntuales; b) predomina la

intención de formar directamente para el desempeño laboral; c) privilegia la formación práctica,

centrada en el ejercicio del trabajo mismo o, particularmente, en la manipulación de los equipos y

tecnología que lo constituyen; d) modifica por lo mismo el uso del tiempo y genera espacios de

enseñanza diferentes al aula, en particular los talleres y los procesos productivos directos” ( De Ibarrola,

2010: 12).

Se debe distinguir entonces que “… la lógica del sistema escolar rebasa los límites de una

educación estrictamente ocupacional e impone a la Educación Formal Técnica Universitaria algunas de

los principios y reglas de la escolaridad: por ejemplo, la noción de que es importante tener una

formación teórica como requisito previo para el aprendizaje de la práctica o la ampliación de los

contenidos teóricos hacia aquellos necesarios desde el punto de vista de una posterior educación

universitaria. Y también la dosificación de la enseñanza y de la misma producción en función de los

horarios y calendarios burocráticos de la institución escolar” (De Ibarrola, 2010: 13).

De esta misma manera, las grandes finalidades de la educación escolar inciden en la

Educación Formal Técnica Universitaria con objetivos que rebasan la capacitación y el entrenamiento,

aunque no siempre se alcancen: una formación básica, amplia y diversificada, de altísima calidad, que

considere la ecología, el medio ambiente, con orientación fundamental a la producción de bienes y

servicios para beneficio de las clases más populares. Así, las escuelas técnicas van a crear espacios de

innovación en la formación frente a la precariedad de la mayor parte de los centros de trabajo de los

países, contribuyendo a codificar el conocimiento necesario para desempeñar el trabajo en las mejores

condiciones, poniendo ese conocimiento a disposición gratuito y público, anticipando la generalización

de algunas transformaciones laborales, democratizando el acceso a una formación laboral, orientando a

los jóvenes hacia nuevas vocaciones.(De Ibarrola, 2010).

Otro aspecto fundamental que las Escuelas Técnicas han venido introduciendo importantes

innovaciones, dentro de las cuales resulta importante señalar: la relevancia del aspecto práctico y

operativo, y el principio educativo de aprender a trabajar haciendo. A este referente, es de destacar que

“Durante varias décadas los esfuerzos se orientaron a hacer de las escuelas réplicas de centros de

trabajo, equipadas en su momento con los mayores avances tecnológicos, según la disponibilidad

presupuestal de los países o su acceso a los préstamos del Banco Mundial, principal impulsor de este

tipo de escuelas. Una razón nada despreciable para el diseño de estas instituciones ha sido precisamente

el subdesarrollo de las economías latinoamericanas, evidente en muchas regiones de los países, en

donde las escuelas técnicas más o menos bien logradas pretendieron ser no sólo lugares para la

educación técnica de los jóvenes, sino verdaderos modelos de introducción de tecnología y procesos de

trabajo de avanzada en las regiones. Hasta la fecha, las universidades tecnológicas de reciente creación,

que han promovido la educación técnico profesional al quinto nivel, se sitúan en ocasiones en zonas de

muy escaso desarrollo económico con la finalidad de impulsarlo. En México, por ejemplo, se

denominan “Universidades Tecnológicas del Desarrollo”,…” en Venezuela Universidades Nacionales

Experimentales Politécnicas, entre otros.( De Ibarrola, 2010: 13)

Por la gran disparidad entre el desarrollo local y regional no ha sido fácil para las

Universidades y Escuela Técnicas Profesionales Universitarias enfrentar contextos de escaso desarrollo

local tratar de impulsar la industrialización en las localidades o regiones. Esto ha generado serias

distorsiones entre la teoría y la práctica y la enseñanza y el aprendizaje.

En este sentido cabe resaltar que “La escasa investigación cualitativa al respecto identifica la

compleja problemática que afecta seriamente a las escuelas técnicas y las tensiones continuas que las

atraviesan entre la lógica de la enseñanza propedéutica y la lógica de la enseñanza para el trabajo, y

entre la enseñanza que ofrece la escuela y el mundo del trabajo en el que viven cotidianamente los

jóvenes y sus familias. También ha logrado identificar tanto éxitos como fracasos en la formación

escolar de los técnicos, pero en realidad los resultados y el impacto de estas escuelas han tendido a

analizarse y medirse solamente por la vía formal y cuantitativa del seguimiento de sus egresados y el

grado en el que consiguen un empleo, se insertan en un mercado de trabajo formal, la relación que existe

entre los estudios cursados y el contenido del trabajo desempeñado y el nivel de ingresos que logran”

( De Ibarrola, 2010: 14).

Es por ello que se deben realizar mayores esfuerzos por que el trabajo de las Escuelas de

Formación Técnica Universitaria tengan mayor incidencia en el desarrollo local y regional de los países,

aunque en la actualidad esta tarea se ha venido abordando más profundamente, entre países como

México, Colombia, entre otros.

También se hace ineludible destacar que la Educación Técnico Profesional Universitaria ha

tenido un papel fundamental “… en la anticipación de figuras laborales importantes, como fue la del

técnico medio, y en la introducción de conocimientos teóricos y científicos a la producción y en los

procesos laborales. A través de sus planes y programas de estudios, manuales y libros de texto ha

contribuido fuertemente a codificar el conocimiento necesario para la producción moderna y a

difundirlo en los países de la región, aunque en muchas ocasiones se haya tratado de copias más o

menos fieles o más o menos adaptadas de los programas de países avanzados y de la importación en

ocasiones indiscriminada de equipos y materiales. Parece ahora necesario que las escuelas técnico

profesionales se interesen por encontrar y construir los contenidos y elementos curriculares que

permitan la enseñanza y el aprendizaje de una cultura tecnológica. Se trataría en este sentido de otorgar

una cultura tecnológica”. (De Ibarrola, 2010: 14).

Ahora bien cuando nos referimos a cultura tecnológica deseamos hacer referencia a la ciencia

del trabajo productivo y la innovación. Sólo a través de la innovación se podrá construir países cada vez

más productivos y competitivos que puedan mantener en el tiempo un desarrollo económico, social, y

en general sustentable y sostenible en el tiempo.

Se trata entonces de que el trabajo esté orientado en términos de iniciativa, creatividad,

razonamiento, diagnóstico, capacidad de comunicación, administración de los recursos, gestión de lo

aleatorio, flexibilidad, capacidad de innovación. Se trata no sólo de saber, sino de saber hacer y ser

consciente de los alcances y las responsabilidades que ello entraña: es decir, nos referimos a las

denominadas competencias laborales.

Es de resaltar que el desarrollo de las competencias ha dado origen a una distorsión y

simplificación de los comportamientos que se producen en el ámbito educativo ya que sólo los más

elementales son fáciles de determinar y por tanto de evaluar. Por otra parte, la decisión curricular

acerca de lo que se requiere conocer para saber hacer y cómo se debe enseñar y aprender está todavía

lejos de conocerse y tratarse totalmente en profundidad. Por lo pronto, las competencias laborales tal y

como se han podido operacionalizar constituyen más bien un marco rígido para la planeación de la

Educación Técnica Profesional Universitaria. Las experiencias en varios países demuestran que no ha

sido tan fácil transformar los diferentes criterios que se han generalizado en diferentes países para

reconocer las habilidades de los trabajadores contra los que pelean los criterios para certificar

competencias: en algunos las certificaciones escolares, en otros las certificaciones de los gremios, entre

otros”. ( De Ibarrola, 2010).Así, lo planteado anteriormente nos lleva a revisar algunos datos

estadísticos de gran relevancia para el análisis y propuestas que pretendemos realizar en este trabajo.

Análisis de los Países con Tasa Bruta De Graduación de Programas de Educación y Formación

Técnica Profesional de Primer Título (5b), Superior a las carreras o programas universitarios de

cinco años (5A).

Como se puede apreciar en el gráfico número 01, los países o territorios que poseen una Tasa

Bruta De Graduación Por Programas de Educación y Formación Técnica Profesional de Primer Título,

(identificados con color gris) y superior a las carreras o programas universitarios de cuatro y más años,

son en orden alfabético: Andorra7, Argentina, Aruba8, Bélgica, Brunei, China (continental), Chipre,

República de Corea, Eslovenia, Laos9, Mauricio y Suiza. Puede apreciarse en la tabla número 01 que

para el último año, en el caso de Brunei la industria representa más del 60% del Producto Interno Bruto.

Destacando también que en el caso de China continental, este indicador representa más del 45%. En

7 No es un país independiente, constituye el Principado de Andorra, por lo que, a los fines de este esfuerzo investigativo su análisis no se incorporará al resto de los países por poseer un estatus especial.8 Constituye un Territorio autónomo del Reino de los Países Bajos, por lo que poseer un estatus especial, no se incorporará en el análisis de esta investigación.9 Por no poseer datos estadísticos no se incorporará al análisis

todos los demás países representa más del 20% y destaca Argentina con un 31%. Si bien en términos

generales esta variable disminuye con respecto al año inicial de la serie (2004), también es cierto, que en

el caso de Corea aumentó en 2,63%, Lao 52,38% y China continental en 2,17%. Todo ello para el

período 2004-2010. No en vano este último país, ha tenido una tasa de crecimiento económico de las

mayores a nivel mundial.

Es el crecimiento de la industria un factor esencial para el desarrollo económico de los países, y

si bien, éste no es el único factor a considerar para una inserción exitosa en la economía mundial, puede

expresarse que sí es un elemento de envergadura para la competitividad de los países en la macro unidad

geográfica mundial.

Como podrá apreciarse en la tabla Número 02, que se refiere a la formación bruta de capital fijo como

porcentaje del Producto Interno Bruto, los países como Argentina (15,79%), Brunei (23,08%), China

(11,63%) han venido aumentado la participación de la formación bruta de capital fijo como porcentaje

del PIB. Se nota una disminución en los casos de Chipre (10%), Eslovenia (14,81%), Suiza (4,76%). En

los demás casos se puede apreciar que no hubo variación (Bélgica, Lao y Mauricio).

Este indicador es sumamente relevante ya que LA FORMACIÓN BRUTA DE CAPITAL

(ANTERIORMENTE, INVERSIÓN INTERNA BRUTA) COMPRENDE LOS DESEMBOLSOS

EN CONCEPTO DE ADICIONES A LOS ACTIVOS FIJOS DE LA ECONOMÍA MÁS LAS

VARIACIONES NETAS EN EL NIVEL DE LOS INVENTARIOS. ES DE SEÑALAR QUE LOS

ACTIVOS FIJOS INCLUYEN LOS MEJORAMIENTOS DE TERRENOS (CERCAS, ZANJAS,

DRENAJES, ETC.); LAS ADQUISICIONES DE PLANTA, MAQUINARIA Y EQUIPO, Y LA

CONSTRUCCIÓN DE CARRETERAS, FERROCARRILES Y OBRAS AFINES, INCLUIDAS

LAS ESCUELAS, OFICINAS, HOSPITALES, VIVIENDAS RESIDENCIALES PRIVADAS, Y

LOS EDIFICIOS COMERCIALES E INDUSTRIALES. LOS INVENTARIOS SON LAS

EXISTENCIAS DE BIENES QUE LAS EMPRESAS MANTIENEN PARA HACER FRENTE A

FLUCTUACIONES TEMPORALES O INESPERADAS DE LA PRODUCCIÓN O LAS

VENTAS, Y LOS “PRODUCTOS EN ELABORACIÓN”. POR OTRA PARTE, CUANDO

ANALIZAMOS EL GASTO EN INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO COMO PORCENTAJE

DEL PIB PODEMOS ENCONTRAR QUE LOS SIGUIENTES PAÍSES HAN TENIDO UN

INCREMENTO: ARGENTINA (40,90%), BÉLGICA (7,52%), CHINA (43,08%), CHIPRE

(32,43%), ESLOVENIA (51,79%), CON UNA DISMINUCIÓN DEL 81,71% PARA EL CASO

DE COREA Y NO EXISTIENDO DATOS PARA EL RESTO EN EL PERÍODO ANALIZADO.

ESTE INDICADOR TAMBIÉN ES IMPORTANTE YA QUE SE REFIERE A LOS

GASTOS CORRIENTES Y DE CAPITAL (PÚBLICO Y PRIVADO) EN TRABAJO

CREATIVO REALIZADO SISTEMÁTICAMENTE PARA INCREMENTAR LOS

CONOCIMIENTOS, INCLUSO LOS CONOCIMIENTOS SOBRE LA HUMANIDAD, LA

CULTURA Y LA SOCIEDAD, Y EL USO DE LOS CONOCIMIENTOS PARA NUEVAS

APLICACIONES. EL ÁREA DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO ABARCA LA

INVESTIGACIÓN BÁSICA, LA INVESTIGACIÓN APLICADA Y EL DESARROLLO

EXPERIMENTAL.

Como se puede apreciar en la tabla número 04 relativa a los Términos de Intercambio del

Comercio Exterior (IRNI) para el período 2004-2010 de todos los países analizados (12), el 50% de

ellos poseen estadísticas favorables excepto 05 de ellos, a saber: China (77,1), Corea (68), Eslovenia

(89,2), Mauricio (73,2) y Suiza (81).

Con respecto al caso Chino se debe expresar que el porcentaje de productos de alta tecnología

como porcentaje de exportaciones de productos manufacturados cayó en 2 puntos porcentuales, pasando

de 28 a 26%, lo cual puede explicar este comportamiento en el patrón de comercio (exportaciones)

chinas al mundo. Para el caso Coreano no se reportan estadísticas. En el caso de Eslovenia, el porcentaje

de productos de alta tecnología como porcentaje de exportaciones de productos manufacturados se

mantuvo igual (6%) por lo que pudiese explicarse que se encuentre por debajo de 100 su IRNI, ya que

no han existido aumentos por parte de otros países como Luxemburgo, Noruega, entre otros y la

competencia internacional es cada vez mayor. En el caso de Mauricio también los productos de alta

tecnología como porcentaje de exportaciones de productos manufacturados cayó de 2 a 1 punto

porcentual, es decir una reducción del 50%.

Por otra parte, en el caso Suizo el porcentaje de productos de alta tecnología como porcentaje de

exportaciones de productos manufacturados cayó de 26 a 24%.

Lo señalado anteriormente a la relación entre el porcentaje de productos de alta tecnología como

porcentaje de exportaciones de bienes manufacturados pudiese explicar el patrón de comercio a nivel de

intercambio de estos países, ya que LAS EXPORTACIONES DE PRODUCTOS DE ALTA

TECNOLOGÍA SON PRODUCTOS ALTAMENTE INTENSIVOS EN INVESTIGACIÓN Y

DESARROLLO, COMO SON LOS PRODUCTOS DE LAS INDUSTRIAS AEROESPACIAL,

INFORMÁTICA, FARMACÉUTICA, DE INSTRUMENTOS CIENTÍFICOS Y DE

MAQUINARIA ELÉCTRICA Y GENERAN EN EL COMERCIO INTERNACIONAL DE

BIENES Y SERVICIOS UN VALOR AGREGADO IMPORTANTE PARA EL COMERCIO

EXTERIOR, QUE SE TRADUCE EN MEJORA O DETRIMENTO DE LOS TÉRMINOS DE

INTERCAMBIO.

SI BIEN ES CIERTO QUE UN ÍNDICE DE RELACIÓN NETA DE INTERCAMBIO

FAVORABLE ES IMPORTANTE PARA PODER DETERMINAR SI LA RELACIÓN DE

EXPORTACIONES TIENE UN MAYOR VALOR AGREGADO QUE LAS IMPORTACIONES

TAMBIÉN ES CIERTO QUE EXISTEN CASO EN LOS CUALES PAÍSES DE AMÉRICA

LATINA Y EL CARIBE PUEDEN TENER RESULTADOS POSITIVOS SIN QUE ÉSTOS

REFLEJEN NECESARIAMENTE UNA INDUSTRIALIZACIÓN SIGNIFICATIVA QUE

REPRESENTEN UNA VERDADERA INDUSTRIALIZACIÓN.

ESPECIAL ANÁLISIS MERECE LA SITUACIÓN ARGENTINA POR VARIAS

RAZONES. LA PRIMERA DE ELLAS ES QUE DE ACUERDO A LA UNESCO ESTE PAÍS

LATINOAMERICANO EGRESA MÁS ESTUDIANTES EN LO RELATIVO A LA

EDUCACIÓN TERCIARIA DEL CICLO 5B COMO PRIMER TÍTULO, QUE LOS

PROGRAMAS DE 5A. LA SEGUNDA ES QUE ARGENTINA SIEMPRE HA

REPRESENTADO TÉRMINOS DE INTERCAMBIO FAVORABLES DURANTE TODA LA

SERIE (2004-2010). AHORA BIEN, SURGEN DOS INTERROGANTES IMPORTANTES. LA

PRIMERA DE ELLAS ES CÓMO EXPLICAR TÉRMINOS DE INTERCAMBIO

FAVORABLES SI LAS EXPORTACIONES DE BIENES Y SERVICIOS MANUFACTURADOS

CON ALTO COMPONENTE TECNOLÓGICO COMO PORCENTAJE DEL TOTAL DE LAS

EXPORTACIONES HAN BAJADO DE 9% A 8%.

LA RESPUESTA ES QUE EXISTEN PAÍSES DENTRO DEL SUBCONTINENTE

LATINOAMERICANO QUE SON PRODUCTORES IMPORTANTES DE MATERIA PRIMA

A NIVEL MUNDIAL Y AL POSEER ESTE TIPO DE PRODUCTOS PRECIOS ALTOS EN

LOS MERCADOS INTERNACIONALES, LOS TÉRMINOS DE INTERCAMBIO SON MUY

FAVORABLES. CASO DE CHILE CON EL COBRE, VENEZUELA CON EL

PETRÓLEO, ENTRE OTROS. LA SEGUNDA INTERROGANTE SE REFIERE A SI ESTE

MODELO DE DESARROLLO ES SOSTENIBLE CON EL TIEMPO. LA RESPUESTA A

NUESTRO PARECER ES NO. LOS PRECIOS DE LAS MATERIAS PRIMAS Y LAS

MANUFACTURAS PRIMARIAS (CON ESCASO VALOR AGREGADO) son muy volátiles en

los mercados internacionales y existen múltiples estudios que han determinado que este tipo de

crecimiento no es sostenible en el tiempo. Es necesario desarrollar una industria robusta que permita

cada vez más el desarrollo e incorporación en los mercados internacionales de productos y servicios con

alto componente tecnológico.

Se considera entonces que allí pueden jugar un papel fundamental las carreras de Educación

Formal Técnica Universitaria. .

De esta manera “Diversos resultados que actualmente aparecen en la superficie de la compleja

problemática de las relaciones entre la educación técnica y el empleo seguramente avalan esa prioridad

otorgada: las disfuncionalidades en cantidad y calidad entre lo que requieren los mercados de trabajo

existentes en la región y la formación que ofrecen los sistemas de formación profesional técnica de la

misma; la obsolescencia de muchas de las formaciones propuestas; el interés persistente de los jóvenes

por carreras tradicionales; los problemas crecientes de su incorporación a un empleo formal,

manifestado o bien en un franco desempleo o bien en su incorporación en ocupaciones precarias que

contribuyen al crecimiento de los sectores informales de trabajo; la ausencia de recursos humanos

debidamente calificados para la nuevas competencias laborales que exigen los cambios que ha venido

sufriendo la economía del conocimiento, y varios más” ( De Ibarrola, 2010: 02).

Existen otros elementos que justifican esta prioridad. Por un lado, la demanda laboral que

exigen las países latinoamericanos y por el otro que la formación técnica profesional universitaria debe

responder a las demandas del sector productivo, debiendo generar competencias operativas esenciales

para competir en los mercados internacionales y coadyuvar de esta manera a un desarrollo integral de

los países latinoamericanos.

En este orden de ideas, Ibarrolla (2010: 04) señala: “Sin negar la importancia de otorgarle a la

EFTU una relevancia que había perdido …, y reconociendo el papel tan distintivo que ha jugado y debe

jugar en el desarrollo de los países, una reflexión sobre los conceptos con los que tiende a formularse

esa prioridad: empleo, demandas laborales, inserción laboral en el sector formal de los jóvenes

egresados, propicia la identificación de dilemas que desde hace tiempo afectan a la educación técnico

profesional en América Latina y que deberán encararse y resolverse para lograr el sentido profundo que

se espera de esa meta en cuanto a la superación de los problemas de pobreza y desigualdad que afectan a

la región”.

De lo señalado anteriormente surgen las siguientes disyuntivas. La primera de ellas es la relativa

a la formación para el trabajo y la formación para el empleo. En este sentido, Jeremi Rifkin (1996)

señala que el mayor problema de la sociedad contemporánea es que el desarrollo tecnológico

desarrollado desde finales de la Segunda Guerra Mundial condujera irremediablemente al “fin del

trabajo” por la sustitución de la menta humana por “maquinas pensantes”. Bajo este contexto De

Ibarrola (2010: 06-09) señala que “Estudios mucho más profundos sobre la revolución tecnológica, en

particular la generada por los medios electrónicos de comunicación y la informática (Castells, 1996),

permitieron precisar que lo que en realidad estaba claramente en juego era el empleo formal tal y como

se había llegado a concebir en los países desarrollados.” Así, Podemos decir entonces que : “el empleo

se refiere a una forma de trabajo cuyas relaciones sociales y contenido han llegado a ser regulados por

una legislación laboral muy compleja, fruto a su vez de las luchas y negociaciones de más de dos siglos

entre los trabajadores sindicalizados y los empresarios organizados, que con la mediación de los

gobiernos nacionales lograron asegurar la formalidad en todos los momentos de la trayectoria laboral:

contratos de trabajo precisos, con contenidos ocupacionales, funciones, desempeños y responsabilidades

claramente delimitados; condiciones laborales propicias en términos de horarios y calendarios de

trabajo, espacios físicos y equipamiento; ingresos y prestaciones múltiples, seguridad de los

trabajadores y estabilidad laboral a lo largo de su vida. Formalizaron también la posibilidad de

movilidad ocupacional, promociones y escalafones, entre las múltiples líneas y jerarquías laborales

(directivos, técnicos superiores, técnicos medios, administrativos, supervisores, trabajadores manuales)

agudamente piramidales abiertas por la amplia y compleja división del trabajo en la organización de la

empresa. Este tipo de formalidad llega al extremo de incluir el seguro de desempleo” De Ibarrola

(2010: 06-07). Son estos empleos y el contenido ocupacional que los delimita, los que constituyeron un

marco de referencia para el diseño de las escuelas de educación profesional técnicas. De esta manera, al

principio el objetivo fue responder a las demandas previstas por los sectores laborales, pero también,

anticipar la carestía de cierto tipo de recursos humanos, tal y como se desprendía del desarrollo que se

había venido dando en los países más desarrollados del mundo. Bajo la coyuntura señalada “…la noción

del “técnico medio” y las carreras ofrecidas para su formación en las escuelas técnicas de nivel medio,

al igual que ahora la noción del “técnico superior universitario” y las carreras ofrecidas por las

Universidades Tecnológicas, expresan con claridad esta doble concepción de los recursos que

necesitaría el desarrollo de los países de la región. (De Ibarrola, 2010: 06).

Las distintas transformaciones del trabajo en tanto empleo formal “se relacionan con los

impresionantes desarrollos tecnológicos, en particular los referidos a las tecnologías de información y

comunicación que permiten la simultaneidad de la información y la posibilidad de pensar en el

desarrollo del trabajo con una amplitud geográfica no prevista anteriormente, la globalización, y

también la localización, la posibilidad de que las relaciones se establezcan entre muy distintas regiones

geográficas en el primer caso con base en las negociaciones entre países y en el segundo entre

localidades o regiones puntuales” ( De Ibarrola, 2010: 06).

En esta forma, la coyuntura descrita de finales del siglo XX y ab initio del siglo XXI contribuyó

“…a la transformación del empleo por su influencia en las empresas, a través de tres grandes procesos

identificados desde antes de los años noventa (Dertouzos, Lester y Solow, 1989): la descentralización de

las empresas (outsourcing), la reingeniería de las organizaciones y la búsqueda del tamaño óptimo de la

fuerza de trabajo necesaria en cada una de ellas (rightsizing). La primera tendencia modifica

radicalmente los alcances y el tamaño de cada una de las organizaciones que anteriormente habían

abarcado y controlado todos los procesos productivos que intervenían en la proveeduría, producción y

comercialización del producto buscado, bajo una misma lógica de crecimiento y de autoridad laboral y

responsabilidad por los trabajadores, para dividir ahora claramente todos esos procesos entre diferentes

empresas, relativamente autónomas en cuanto a la jerarquía y el alcance de las ocupaciones que

organizan y ciertamente independientes en cuanto al manejo de las responsabilidades laborales, que se

harán cargo de la proveeduría de bienes y servicios que requiere el producto final unidas entre sí por

nuevos tipos de relaciones (los clusters, por ejemplo). La segunda, modifica las responsabilidades y

funciones de los trabajadores a través de nociones como flexibilidad laboral, innovación, creatividad,

trabajo en equipo, sistemas de trabajo como el toyotismo, el inventario cero, la calidad total, que

propician la tercera tendencia, la búsqueda del número óptimo de trabajadores que se requieren para

lograr mayor eficacia en la producción y calidad en los productos. El conocimiento, se sostiene, ahora

como uno de los principales ingredientes (intangible) de la producción y del trabajo. Surgen las

concepciones de la economía del conocimiento e incluso de la sociedad del conocimiento” (De Ibarrola,

2010: 06).

Los países de América Latina y Caribe deben reconocer primero y aceptar después, el gran reto

de contribuir a impulsar el fortalecimiento de la Educación Técnica y Tecnológica Profesional

Universitaria y con ello la competitividad y la productividad de los países de la región, lo cual requiere

conocer el contexto en el que se formulan e implementan las políticas nacionales en el sector educativo.

Por qué se decide impulsar este nivel educativo, cuál es la situación actual de la demanda, qué acciones

han emprendido los distintos organismos de Educación Nacional, qué se espera de las instituciones de

educación, del sector productivo, de los gobiernos locales y regionales, y de los centros de investigación

e innovación.

En el apartado anterior pudimos analizar algunos indicadores estadísticos que reflejaban un

panorama relevante sobre los países que egresan más estudiantes de carreras de Educación Técnica

Profesional Universitaria como primer título que carreras profesionales universitarias de cuatro ó más

años.

En este sentido conviene analizar estos países con el índice de competitividad a nivel mundial

publicado por el World Economic Forum (2013).

Como podrá observarse, en la tabla Número 05, de los doce (12)10 países que de acuerdo a la

Clasificación Internacional Normalizada de Educación (CINE) de la Organización de las Naciones

Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO-en sus siglas en inglés-) egresan más

estudiantes como primer título en programas 5B, es decir, en programas de educación superior técnica,

ocho (08) de ellos ( es decir, el 66,66% del total de los analizados) se encuentran dentro de los primeros

sesenta (60) puestos de competitividad en el mundo, quedando fuera de este rango, la República de

Argentina que se ubica en el puesto noventa y cuatro (94), dentro de los primeros cien (100) países más

competitivos a nivel mundial, de un total de ciento cuarenta y cuatro (144) países analizados por el

World Economic Forum para el análisis de este índice. Estas estadísticas serían aún mayores sino se

contabilizaran dentro del total de los doce (12) países a Andorra, Aruba y Lao.

Continuando con el análisis, destaca entonces, que Suiza ocupa el primer lugar en el índice de

competitividad a nivel mundial para el período 2012-2013 manteniéndose en la primera posición con

10 Debemos recordar que no se incorporan en el análisis Andorra, Aruba, y Lao por no poseer datos estadísticos y por su condición político administrativo especial.

respecto al período anterior 2012-2011. Es por ello, que resulta relevante analizar el modelo suizo de

educación y su vinculación con la Educación Formal Técnica Universitaria.

De acuerdo al Departamento Federal de Asuntos Exteriores la organización del sistema de

enseñanza pública en Suiza es una tarea estatal, tanto a nivel federal como a nivel cantonal o comunal.

La Federación, los Cantones y las Comunas se comparten el ejercicio de la competencia sobre la

enseñanza pública aunque los cantones siguen siendo la principal autoridad educacional.

Suiza posee un sistema de educación descentralizado. Con la organización descentralizada se

tiene en cuenta la diversidad cultural y lingüística del país. La edad de escolarización, el comienzo y la

duración del año escolar son iguales en todo el país. Por lo demás son los cantones que promulgan sus

propias leyes escolares. También las comunas disponen de una autonomía relativamente amplia, lo cual

favorece la realización de soluciones adaptadas a una concreta situación local. Cada cantón tiene su

propio director de enseñanza. El conjunto de todos los directores cantonales incorporan la Conferencia

Suiza de Directores Cantonales de Enseñanza Pública (CDEP). La CDEP juega un papel importante en

la armonización de las directivas del sistema de enseñanza, si bien los cantones siguen siendo

perfectamente autónomos para decidir en asuntos de educación pública. Suiza ofrece varias opciones

atractivas en el nivel de la enseñanza superior o terciaria. Según el diploma de enseñanza general o

profesional de grado medio obtenido, los futuros estudiantes pueden acceder a las escuelas superiores

(universidades, escuelas técnicas superiores, escuelas de magisterio) o a otros centros de educación

terciaria (institutos de enseñanza técnica superior: pruebas de formación profesional específica o de

formación técnica superior). En Suiza existen más de cien institutos de formación técnica reconocidos a

nivel nacional. La mayoría de esas escuelas superiores, que llevan el nombre de Institutos de Ciencias

Aplicadas (ICA), se dedica a la Formación Técnica Profesional Universitaria. Las cualificaciones que se

adquieren en estos centros de enseñanza superior son en muchos puntos equiparables a las adquiridas a

nivel universitario en otros países. Las Pruebas de Formación Profesional Específica y las Pruebas

Técnicas de Grado Superior son competencia de las asociaciones profesionales que las elaboran y

organizan. Las asociaciones de profesionales están bajo supervisión estatal. Actualmente hay más de

150 pruebas profesionales y más de 150 pruebas técnicas reconocidas en todo el país.

Es importante a los fines de esta investigación analizar también las características de la

educación en Brunei Darussalam. En este sentido conviene destacar que de acuerdo al Ministerio de

Educación del país, la formación en Brunei Darussalam está supervisada y dirigida por el Ministro de

Educación. La escuela es gratuita en todos los niveles y es obligatoria en la primaria (desde los 6 a los

14 años). El modelo actual de escolarización es el implantado por los británicos, de los cuales fueron

colonia hasta 1984. La estructura educativa está escalonada en siete años de primaria, tres de educación

secundaria básica, dos de secundaria avanzada, formación profesional o técnica y otros dos años de

educación preuniversitaria. En la educación primaria y en la secundaria básica los estudiantes reciben

primero instrucción en lectura, escritura y cálculo para después continuar con un plan de estudios que

incluye matemáticas, ciencias, lengua y literatura malaya, historia, geografía, arte y educación física. En

la educación secundaria avanzada o superior los estudiantes deben hacer el “Penilaian Menengah Bowa”

(PMB) o Examen de Evaluación de Secundaria Básica en el que son evaluados y a raíz de sus

calificaciones los estudiantes eligen entre una de las ramas a su disposición: ciencias, arte o educación

técnica. Esto tiene una duración de dos años a cuya conclusión deben presentarse al Certificado General

de Educación, también conocido como Examen de Nivel. Los estudiantes que superan el Examen de

Nivel acceden a la educación preuniversitaria o terciaria, dos años en los que los alumnos se preparan

para su ingreso en la Universidad. Quienes no consiguen superarlo pueden optar entonces entre salir al

mercado laboral o seguir con su formación a través de cursos impartidos en diversos centros del país.

Existen algunos colegios técnicos y de ingeniería en Brunei, que capacitan a los estudiantes en

habilidades técnicas y los ayudan a obtener puestos laborales en los diversos sectores industriales de la

región. El estudiante recibe programas de capacitación de tiempo completo incluyendo periodos de

prácticas y oportunidades de trabajo en áreas importantes vinculadas a la educación técnica.

En el Caso de Corea del Sur, este país tiene uno de los sistemas educacionales más avanzados

en materia tecnológica del mundo, sorprendiendo además con los excelentes resultados obtenidos en las

pruebas internacionales. En efecto, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y Desarrollo

Económico (OCDE), hace 50 años el nivel de vida de ese país era comparable al de Afganistán , hoy,

además de contar con una de las economías emergentes mejor posicionadas a nivel mundial, ha

logrado situar su sistema educativo entre los más eficientes. La inversión en el área educativa ha sido

considerable, porque es comprendida como la base del futuro económico, aunque las proporciones con

otros modelos no dan lugar a comparación: el gobierno de Corea del Sur gasta casi la mitad que el de

Estados Unidos en los alumnos de la educación primaria, pero ha logrado resultados muchísimo más

altos. Al buscar los comienzos de este sistema educacional nos encontramos con una larga trayectoria de

políticas públicas, destinadas a mejorar constantemente la educación, uno de los bienes más preciados

por la sociedad coreana. Analizando un poco la historia de este país, podemos encontrar que luego de la

Segunda Guerra Mundial, cuando las fuerzas militares estadounidenses ocuparon la parte sureña de la

península de Corea, fueron asentadas las bases de este sistema, inspirado en el modelo estadounidense.

Desde entonces el gobierno se preocupó de llevar adelante un sistema educacional basado en las

diferentes etapas de desarrollo que vivió el país.Una serie de planes económicos impulsados por el

gobierno hasta mediados de los años 70 del siglo XX ponían el énfasis en el crecimiento de la industria

exportadora, por lo que en esa época las políticas educaciones estuvieron enfocadas a proveer mano de

obra educada a la economía, reforzando el currículo escolar con el ramo de tecnología y el área

científica. El descubrimiento y la investigación se transformaban así en los principales métodos de

enseñanza. Así entonces, desde 1975 y durante los años 80 del siglo XX, el gobierno fijó sus prioridades

educativas en  problemas sociales, como la alta competencia existente para entrar a las universidades, y

se esforzó en reducir a los tutores privados, que por su gran demanda significaban una carga económica

para los padres, lo que fue complementado con la integración de los ramos y el desarrollo personal

integral. Sin embargo, fue a partir de los años 90 del Siglo XX, (período en el que la economía coreana

se diversificó considerablemente) que la calidad, relevancia y excelencia de la educación se convirtieron

en las prioridades del gobierno: el currículo se focalizó en el aprendizaje, respetando la diversidad

individual y buscando poner en marcha variadas políticas públicas, que fueron modificando el sistema

educativo, siempre con énfasis en el aprendizaje técnico universitario.

En la actualidad, el sistema educativo coreano consta de seis años de primaria, otros

seis de secundaria y de dos a cinco años de educación superior (que pueden realizarse en institutos

técnicos y universidades). La educación secundaria se divide en la académica y la profesional y la

educación superior está clasificada en cuatro categorías: universidad, universidad de profesores,

universidades teológicas, seminarios y educación por correspondencia o a distancia. La administración

se ha centralizado y el Ministerio de Educación (MOE) se encarga de las políticas y la administración de

la educación general, profesional y técnica, regulando tanto la operación de las escuelas como las

inscripciones, tarifas, el currículo, la contratación de profesores y el estado de las instalaciones.

A nivel de provincias y municipalidades existen las Autoridades de Educación Local (Local

Education Autorities, LEAs) que cuentan con una relativa autonomía respecto al gobierno central, y son

autónomas en asegurar los recursos financieros y de personal para las escuelas. En cuanto al gasto

público, Corea del Sur es uno de los países de la OCDE que gasta menos en educación, de hecho está

muy por debajo del promedio. De todas formas su presupuesto ha crecido de un 14,3% del presupuesto

total del gobierno en 1963 a más 20,4% en 2012.

Ese año el 78,5% del gasto del MOE se dividió en el impuesto interno a los salarios de los

profesores, inversión constante en educación primaria y secundaria. Durante el mismo periodo el sector

privado poseía el 55% de las escuelas secundarias y el 78% de los institutos y universidades. Este alto

nivel de privatización fue llevado a cabo mediante una serie de medidas, como el subsidio público y la

exención de impuestos. Así, gracias a esta estrategia de igualación, en la actualidad no existen

diferencias perceptibles entre la educación privada y pública.

A partir de 1995, un comité presidencial lanzó una reforma fundamentada por un lado en la

eliminación de prácticas sociales no deseadas, y por otro en darle sentido a la educación. En

consecuencia, se buscó disminuir la demanda de tutores privados y se privilegió la capacitación de

alumnos y adultos para la sociedad de la información. La enseñanza debía dejar de ser un ejercicio

destinado solamente a aprobar exámenes.

Tres grandes políticas fueron planeadas. La primera consistió en la modificación del alto nivel

de regulación del sistema, que estaba produciendo problemas de falta de flexibilidad, espontaneidad y

creatividad en los educadores y las instituciones. Algunas medidas fueron el financiamiento en base al

desempeño, y la abolición de la inspección directa del ministerio. Esta última fue reemplazada por

evaluaciones de un panel profesional. Además se invitó a los padres y la comunidad en general, a

participar de actividades extra-programáticas y de la implementación del currículo. Fue, justamente en

base al mismo currículo que se tomó una segunda y fundamental medida, destinada a permitir mayor

diversificación del aprendizaje y la enseñanza. Los alumnos recibieron mayores opciones de ramos y

materias, reduciendo cargas de aprendizaje innecesario. Se promovió de esta manera que los alumnos

aprendieran de acuerdo a sus aptitudes, talentos y habilidades. Todo ello fue reforzado con un plan

común que se limitaba a equipar a los alumnos con las llamadas “3 R”: lengua extranjera, habilidades

interpersonales y alfabetización en tecnologías de información. Además, en las escuelas de enseñanza

profesional se promovió una mayor experiencia práctica y se introdujo una mayor vinculación entre las

escuelas secundarias profesionales y los institutos técnicos, con el convencimiento de que la

especialización a ese nivel es un requisito fundamental de nuestro tiempo.

Sobre el caso Argentino, conviene destacar que de acuerdo al Ministerio de Educación, la

educación técnico profesional atiende un amplio abanico de calificaciones relativo a diversas

actividades y profesiones de los distintos sectores y ramas de la producción de bienes y servicios; tales

como: agricultura, ganadería, caza y silvicultura; pesca; minas y canteras; industrias manufactureras;

electricidad, gas y agua; construcción; transporte y comunicaciones; energía; informática y

telecomunicaciones; salud y ambiente, economía y administración, seguridad e higiene; turismo,

gastronomía y hotelería; especialidades artísticas vinculadas con el aspecto técnico/tecnológico. Las

trayectorias formativas encaminadas al otorgamiento de títulos y certificaciones técnico profesionales se

distinguen por brindar, entre otros aspectos, las que se describen a continuación:

a) Formación orientada a la apropiación por parte de los estudiantes de los conocimientos, habilidades,

actitudes, valores culturales y éticos correspondientes a un perfil profesional, cuya trayectoria formativa

integra los campos de la formación general, científico-tecnológica, técnica específica, así como el

desarrollo de prácticas profesionales y el dominio de técnicas apropiadas que permitan la inserción en

un sector profesional específico.

b) Un saber técnico y tecnológico, con sustento teórico científico de base, que permita intervenciones

técnicas específicas en procesos productivos con cierto nivel de autonomía y responsabilidad en la

solución de problemas tecnológicos en diversos sectores de la producción de bienes y servicios.

c) Preparación para el desempeño en áreas ocupacionales determinadas que exigen un conjunto de

capacidades y habilidades técnicas específicas, así como el conocimiento relativo a los ambientes

institucionales laborales en los que se enmarca dicho desempeño.

La Educación Técnico Profesional en Argentina abarca a las siguientes instituciones

educativas: a) Instituciones de educación técnico profesional de nivel secundario

Escuelas técnicas, industriales, agropecuarias o de servicios que, con criterios de unidad institucional y

pedagógica contemplan diferentes formas de integración y/o articulación entre los ciclos inicial y de

especialización, forman técnicos y emiten título de técnico u otros títulos, con denominación diferente,

pero de carácter equivalente. b) Instituciones de educación técnico profesional de nivel superior:

Institutos superiores técnicos, institutos tecnológicos, institutos de educación superior que forman

técnicos superiores y emiten título de técnico u otros títulos, con denominación diferente, pero de

carácter equivalente. c) Instituciones de formación profesional: Centros de formación profesional,

escuelas de capacitación laboral, centros de educación agraria, escuelas de artes y oficios, escuelas

secundarias o de nivel polimodal que brindan formación profesional y/o itinerarios completos, escuelas

de adultos con formación profesional, o equivalentes, que emitan certificaciones de formación

profesional. Además de las instituciones específicas de la modalidad de educación técnico

profesional, existen instituciones que pertenecen a otras modalidades del Sistema Educativo Nacional y

que eventualmente desarrollan programas de educación técnico profesional como parte del conjunto de

su oferta formativa específica; tales son los casos: Educación Artística, Educación Especial, Educación

Permanente de Jóvenes y Adultos, Educación Rural, Educación Intercultural Bilingüe, Educación en

Contextos de Privación de Libertad.

En el caso de Bélgica, de acuerdo a los Informes de la Comisión Europea la escolaridad es

obligatoria durante 12 años, de los 6 a los 18 años de edad. Los niños deben asistir a la escuela a tiempo

completo hasta la edad de 15 años y terminar, como mínimo, la escuela primaria y los dos primeros

años de la enseñanza secundaria. Los alumnos que no hayan terminado los dos primeros años de la

enseñanza secundaria deben seguir una enseñanza a tiempo completo hasta la edad de 16 años. Los que

no deseen seguir una enseñanza a tiempo completo hasta la edad de 18 años pueden seguir una

enseñanza a tiempo parcial, obligatoria hasta los 18 años. La enseñanza primaria (Primarschulwesen,

lager onderwijs) se imparte a los niños de 6 a 12 años de edad; dura seis años e incluye tres ciclos de

dos años. Al final de los seis años de la enseñanza primaria, los alumnos obtienen un certificado de

enseñanza primaria (certificat d'études de base-CEB, Abschlu1szeugnis der Grundschule, Getuigschrift

van het Basisonderwijs). En el caso de la enseñanza secundaria (Sekundarschulwesen, secundair

onderwijs), al igual que la enseñanza primaria, está incluida en el período de escolaridad obligatoria y se

imparte a los adolescentes de 12 a 18 años. Es conveniente señalar que para ingresar a la escuela

secundaria los alumnos deben contar con el certificado de enseñanza primaria (certificat d'études de

base-CEB, Abschlu1serzeugnis der Grundschule, Getuigsschrift van het Basisonderwijs) para poder

tener acceso a la enseñanza secundaria. En la comunidad francófona (es decir, de habla

francesa), la enseñanza secundaria se divide en dos categorías principales. La enseñanza de tipo I, que

incluye tres ciclos de dos años (denominada enseñanza renovada); la enseñanza de tipo II, que incluye

dos ciclos de tres años (denominada enseñanza tradicional). En lo relativo a la enseñanza de tipo I, en la

actualidad la que realizan la mayoría de los alumnos, y es la única que se ofrece en la Comunidad de

habla alemana. Incluye, en las dos comunidades, tres ciclos de dos años, a saber: 1er ciclo: grado de

observación (generalmente para los alumnos de 12 a 14 años); 2º ciclo: grado de transición

(generalmente para los alumnos de 14 a 16 años); 3er ciclo: grado de determinación (generalmente para

los alumnos con edades comprendidas entre los 16 a 18 años). Existen cuatro formas de enseñanza

secundaria: general, técnica, artística y profesional, divididas en dos secciones: sección de transición,

que prepara a los alumnos para la enseñanza superior, y sección de cualificación, que los prepara para

un oficio.

En Flandes, los dos tipos diferentes de enseñanza secundaria: I y II, fueron sustituidos por una

nueva estructura general que incluye tres ciclos de dos años y que sigue dividida en cuatro tipos:

general, técnica, artística y profesional. De esta manera, al finalizar la educación secundaria, la escuela

en cuestión expide los respectivos certificados. El certificado de enseñanza secundaria superior (CESS,

Abschlu1szeugnis der Oberstufe des Sekundarunterrichts, Diploma van secundair onderwijs) se entrega

a los alumnos que terminan la enseñanza secundaria.

En lo relativo a la enseñanza universitaria y no universitaria , en las comunidades francesa y

flamenca: existen tres tipos de enseñanza superior: enseñanza superior de tipo corto, enseñanza superior

de tipo largo y enseñanza universitaria. La enseñanza universitaria está organizada por las

instituciones universitarias o de estatuto equivalente y comprende un mínimo de cuatro años de

estudios, distribuidos en dos ciclos. Cada período o ciclo finaliza con la expedición de un certificado

que condiciona el acceso al siguiente ciclo de estudios. Cada uno de los dos ciclos puede durar de dos a

tres años. En lo referente a la enseñanza superior no universitaria cubre un número extremadamente

amplio de ámbitos y se organiza de dos formas diferentes. Por un lado la enseñanza superior de tipo

corto, que es un único ciclo de estudios de 3 a 4 años de duración; y por el otro lado, existe la enseñanza

superior de tipo largo, con la misma naturaleza y nivel que la enseñanza universitaria y que comprende

dos ciclos de estudios; tiene un mínimo de 4 años de duración. Con respecto a la comunidad de habla

alemana: solamente existe un tipo de enseñanza superior (enseñanza superior no universitaria de tipo

corto). Los estudiantes que desean proseguir estudios superiores de tipo largo o estudios universitarios

deben matricularse en un establecimiento de una de las otras dos comunidades. Para poder aspirar a la

educación superior es necesario que los aspirantes cuenten con un certificado de enseñanza secundaria

superior (CESS, Abschlu1szeugnis der Oberstufe des Sekundarunterrichts o Abitur, Diploma van

secondair onderwijs). Los ciudadanos europeos que hayan obtenido un certificado extranjero de

enseñanza secundaria deben pedir el reconocimiento oficial del mismo para tener acceso a la enseñanza

superior. En lo relativo a los grados académicos que se otorgan en Bélgica, debemos distinguir entre las

comunidades. Por un lado la comunidad francesa otorga los siguientes títulos universitarios concedidos:

- título de candidato, entregado tras los dos o tres primeros años de estudios; título de licenciado,

entregado tras dos o tres años de estudios suplementarios; título de doctor. Con la enseñanza superior de

tipo corto se obtiene el título de graduado. En la comunidad de habla alemana, la misma otorga el título

deel título de Graduierte (graduado). La comunidad flamenca otorga para el primer ciclo de la

enseñanza universitaria el certificado intermedio de candidato (kandidaat). El segundo ciclo permite

obtener el título de licenciado (licentiaat). El tercer ciclo consiste en un doctorado. Enseñanza superior

de tipo corto, que se refieres a un único ciclo de estudios de tres a cuatro años de duración.

Por su parte, el sistema educativo chino es muy competitivo y existen numerosas pruebas a lo

largo de las diferentes etapas del sistema. A pesar de ello los niveles de fracaso escolar son muy bajos y

la tasa de alfabetización supera el 94 por ciento, según datos del Banco Mundial (2012). A continuación

explicamos la estructura en torno a varios niveles básicos. En primer lugar la educación primaria

comienza generalmente a los seis años de edad y es obligatoria. Su duración suele ser de seis años.

Durante el periodo de enseñanza obligatorio, las directrices de contemplan atención tanto a las

cuestiones meramente académicas como a las morales y laborales. En lo relativo a la educación

secundaria, se encuentra dividida en educación secundaria de primer ciclo y educación secundaria de

segundo ciclo. El primer ciclo suele tener una duración de 3 años y es obligatorio (las autoridades

chinas han establecido un total de nueve años de enseñanza obligatoria). Para entrar en el segundo ciclo

de educación secundaria, hay que superar los exámenes pertinentes de capacitación. El segundo ciclo de

educación secundaria también tiene una duración, por lo general, de tres años. En lo relativo a la

educación profesional: desde 1996, en que se promulgó la Ley de Educación Profesional, se han

establecido las bases para una educación profesional bien estructurada. Dentro de ella se diferencian

varios niveles. Así, la educación superior se imparte en universidades, institutos y centros de formación

profesional. Por lo que tenemos que distinguir entre la formación profesional, la educación universitaria

y los cursos o programas de postgrado (máster y doctorado).

El curso académico se estructura en torno a dos semestres de unas veinte (20) semanas cada uno. El

primero comienza en septiembre y el segundo, en febrero. La asistencia a clase es obligatoria.

Continuando con el sistema universitario chino es relevante señalar que es similar al de la mayoría de

los países occidentales. El primer nivel de estudios universitarios, al que acceden los estudiantes tras

concluir la enseñanza secundaria, es el undergraduate, similar al grado europeo, que tiene una duración

de cuatro años. Inmediatamente después se encuentran el título máster, que se cursa durante tres años.

Por último, el doctorado es el nivel universitario más elevado y su duración comprende los tres años. La

enseñanza en los niveles de pregrado (undergraduate) se imparte en chino, aunque las instituciones cada

vez más realizan un esfuerzo mayor por internacionalizarse. No en vano, en el nivel universitario, los

estudiantes chinos deben elegir al menos cuatro asignaturas cuatrimestrales en idioma  inglés. Por otro

lado, en las universidades con más porcentaje de estudiantes internacionales, los  profesores

extranjeros imparten sus cátedras en inglés, sobre todo las relacionadas con el ámbito empresarial y

financiero. En el caso de cursar estudios en mandarín, los estudiantes internacionales tienen que realizar

uno o dos cursos académicos. Es de señalar que en lo referente a la financiación, China posee

una política de coste compartido en la cual los estudiantes aportan un porcentaje variable y dependiente

de su nivel de renta. En este sentido se debe diferenciar entre los alumnos que se  autofinancian sus

estudios y los que estudian gracias a una beca del gobierno. Esta fórmula facilita el acceso a la

educación superior becados por el gobierno. Se pretende el acceso generalizado a la educación superior.

En este sentido, en los últimos años se han puesto en marcha planes específicos orientados a personas

con dificultades económicas. Estos planes incluyen becas, exenciones o reducciones de matrícula,

trabajos a tiempo parcialo préstamos estatales. Los títulos básicos que se pueden obtener en la

educación superior china son: Licenciado (Undergraduate degree), Master (Master Degree), y Doctor

(PhD o doctoral degree). En la enseñanza superior China se han establecido tres niveles principales:

profesional, regular y posgraduado. Generalmente, el período de estudios común en los Institutos

Profesionales Superiores y en los cursos especializados de los Centros de Docencia Superior duran 2 ó 3

años; los estudios regulares en los Centros de Docencia Superior duran 4 ó 5 años; los estudios de

maestría duran 2 ó 3 años; y de doctorado, duran 2 ó 3 años más.

Es de acotar que los graduados de estos tres niveles juegan un papel importante en el desarrollo

económico, tecnológico y social del país. Para satisfacer las demandas del personal especializado de

distintas categorías, y la estructura de los niveles de la enseñanza superior China se encamina hacia la

orientación diversificada. Empiezan a prestar mayor atención a la enseñanza profesional superior. En

1986, de los 1054 centros de docencia superior, había 342 Institutos Profesionales Superiores, ocupando

32,4% del número total, y los matriculados de dichos institutos ascendían a 675.300, ocupando 35,8%

del total del estudiantado. Desde 1981, el porcentaje de los estudiantes del curso profesional aumenta

cada año más. La enseñanza del postgrado se desarrolla rápidamente. Los graduados del postgrado en el

período 1978 - 1986 aumentaron numéricamente en 317% en comparación con el período 1948 - 1977.

En 1986 los estudiantes de postgrado matriculados (incluidos los que están en las Instituciones

Académicas) ascendían a 115.000, entre ellos 7.000 están en el curso para el doctorado.

Además, los centros de docencia superior se esfuerzan para establecer y fortalecer los contactos

con las instituciones de investigaciones y los centros de producción (empresas, fábricas, etc.). Muchos

centros de docencia superior han firmado con las empresas acuerdos de cooperación técnica, han

establecido diversos cursos de capacitación para las empresas y han ofrecido servicios de consultoría

muy relevantes para el aparato productivo para el país.

De esta manera se puede expresar que la combinación de la enseñanza con la producción y la

investigación científica favorece la elevación del nivel de la enseñanza superior y contribuye a la

capacitación de los estudiantes.

En el caso de Chipre, la educación es obligatoria durante 10 años y cuatro meses, desde los 4

años y ocho meses hasta los 15 años de edad, o hasta que termine la secundaria inferior. Forma parte de

la educación básica El 87,1 % del alumnado de enseñanza primaria y de secundaria asiste a centros

públicos (2009/10), los cuales dependen del Ministerio de Educación y Cultura. También es de señalar

que el curriculum se establece a nivel nacional. Al finalizar se obtiene un certificado de educación

primaria necesario para acceder a la secundaria inferior. En este sentido conviene señalar que la

educación secundaria se encuentra dividida en cuatro tipos. La secundaria inferior, de 11 años y ocho

meses a 15 años, se imparte en el Gymnasium. Al finalizar se otorga un certificado que se basa en los

resultados de la evaluación continua y del examen interno final obligatorio para todo el alumnado. La

secundaria superior, de 15 a 18 años, que se imparte en los Liceos, y puede ser secundaria superior

general y la secundaria superior técnica y profesional. Estas dos últimas ofrecen la posibilidad de clases

por la tarde. La primera para alumnos entre 15-19 años y la segunda para estudiantes de más de 20

años. También es relevante señalar que se ofrece formación teórica y práctica para alumnado entre los

14 a18 años que no han completado la educación obligatoria. Las prácticas se realizan tres días por

semana y se encuentran remuneradas. Reciben un certificado profesional. La evaluación es continua y se

pasa de clase automáticamente. Al finalizar la secundaria superior general deben realizar un examen,

organizado por el Ministerio, que se realiza en centros de exámenes específicos. La Educación Superior

puede ser universitaria y no universitaria y se ofrece en Universidades públicas e instituciones privadas.

La educación superior no universitaria pública ofrece programas profesionales. Puede tener una

duración de entre uno a tres años y obtienen un certificado o un diploma. No proporcionan acceso al

segundo ciclo. La educación superior no universitaria privada ofrece programas académicos y

profesionales y se puede obtener un certificado o un diploma. También ofrece programas de

licenciaturas de cuatro años y el máster, de uno a dos años. La educación superior universitaria

pública ofrece programas de tres ciclos: Licenciatura, 4 años (240 ECTS)11, Máster, de uno a dos años

(90-120 ECTS) y Doctorado con un período comprendido entre los tres a ocho años. En lo relativo a la

educación superior universitaria privada, ésta ofrece programas de licenciatura de cuatro años, máster,

entre uno y dos años y doctorados de tres a cuatro años. Es relevante

señalar que Chipre es el único país de la Unión Europea en el que la mayoría de los estudiantes se

matriculan en centros totalmente privados en todos los estudios considerados conjuntamente y

especialmente en los del nivel CINE 5B, donde cerca de nueve de cada diez estudiantes están

11 Sistema Europeo de Transferencia y Acumulación de Créditos (European Credit Transfer and Accumulation System).

matriculados en centros privados. La educación tiene una orientación muy importante hacia la industria

y el sector productivo,

En el caso de Eslovenia, la educación puede ser académica y profesional. La educación infantil

se extiende desde el primer año hasta el sexto año. No es obligatoria. Desde los 6 años hasta los 15

años; constituye la educación básica, la cual se divide en tres ciclos. La primera corresponde a las

edades comprendidas entre los seis a nueve años. La segunda desde los nueve hasta los doce años, y la

tercera desde los doce hasta los quince años. La evaluación es continua y al finalizar este tercer ciclo se

realiza una evaluación externa en lengua, matemáticas y otra materia seleccionada por el Ministerio del

país. Los resultados no afectan a la progresión del alumnado. Es relevante señalar que entre el segundo

y tercer ciclo se puede repetir un año. Por ley pueden permanecer dos años más en esta etapa. En lo

relativo a la Educación Secundaria Superior se accede con el certificado de educación básica y tiene una

duración de cuatro años, desde los quince hasta los diecinueve años. Puede ser de varios tipos:

General, Técnica, Formación Profesional de corta y media duración y Formación Profesional Superior

Técnica. La primera y la segunda corresponden a edades comprendidas entre los quince y diecinueve

años, la Formación Profesional de corta y media duración corresponde al período de quince a dieciocho

años, y la Formación Profesional Superior Técnica a los dieciocho a veinte años.

Los estudios relativos a la formación Post-Secundaria no superior se inicia a partir de los

diecinueve años. La constituyen cursos para el estudiantado que no ha terminado la formación Superior

General o la Formación Profesional y quieren entrar en la Universidad u obtener una cualificación

profesional. Tiene una duración de un año. Se considera una segunda oportunidad para la educación. La

educación superior puede ser académica y profesional. La profesional de ciclo corto son dos años de

duración (120 ECTS) y se obtiene un diploma. Las Universidades ofrecen tres ciclos y tres titulaciones:

a saber: Licenciaturas, con 180 o 240 ECTS. Puede ser también académica o profesional. Existen

también programas de licenciatura unido a postgrado de maestría que corresponde a 300 ECTS y el

doctorado. Algunas carreras necesitan de cinco a seis, como son: medicina, odontología, farmacia,

profesor de matemáticas. Al finalizar la Secundaria Superior realizan un examen externo (matura) y

obtienen un certificado que les permite acceder a la Educación Superior general o profesional, en unos

casos, o al mercado de trabajo en otros. A nivel de Educación Superior se accede con el certificado

general o profesional (matura). Al ciclo corto se accede con 4 años de Secundaria Superior o con tres de

trabajo y un examen.

En el caso de Mauricio, conocido oficialmente como la República de Mauricio, es un país

insular en la porción suroeste del Océano Índico, situado junto a la costa sudeste del continente africano

y aproximadamente a 540 millas al este de Madagascar. Además de la isla más grande y principal, la

República de Mauricio también está conformada por las islas de Cargados Carajos, Rodrigues, Tromelin

y las Islas Agalega. La Isla Mauricio forma parte de las Islas Mascareñas, además de La Reunión, una

isla francesa, situada a sólo 110 millas al suroeste, y Rodrigues situada a 350 millas al este. La

superficie geográfica total de la República de Mauricio es de apenas 787 millas cuadradas. La capital

del país y su ciudad más grande es Port Louis.

En el último censo realizado en julio de 2011, la población estimada de Mauricio era un poco

menor a 1.3 millones de habitantes, la mayoría de ellos (98 por ciento) viven en la isla principal.

Rodrigues es la segunda isla más poblada, habitada por alrededor de 38,000 personas. La población de

Mauricio es étnicamente muy diversa e incluye a los residentes que son descendientes de la India (indo-

mauricios), África Continental (criollo-mauricios), Francia (franco-mauricios) y China, (conocido como

el chino-mauricios).

Aunque la constitución de Mauricio no menciona específicamente una lengua oficial o nacional

para el país, la mayoría de la población, por lo menos de manera habitual y en situaciones informales,

habla un tipo de francés criollo llamado criollo mauriciano. El francés e inglés también se hablan, y de

los tres, el inglés es lo más parecido a una lengua oficial, ya que es el idioma utilizado en el Parlamento

(aunque este órgano puede dirigirse a la presidencia también en francés), la administración del gobierno,

los tribunales y los negocios. Tanto el francés como el inglés se utilizan en el sector de la educación.

Mauricio es también muy diverso en materia religiosa, conformada por los que practican el hinduismo

(52%), el catolicismo romano (28%), los musulmanes (17%) y otras religiones cristianas y no cristianas,

que en conjunto representan el 11 por ciento. La educación en Mauricio está supervisada por el gobierno

nacional, y como el país fue alguna vez una colonia inglesa, su sistema educativo está basado en gran

medida en el modelo británico. La educación es gratuita a partir de la enseñanza preescolar hasta el

nivel terciario, y desde el año 2005, el transporte desde y hacia las escuelas públicas también es gratuito.

El sistema educativo se divide en cinco niveles: educación preescolar, una combinación de

preescolar y jardín de infantes que se ofrece durante tres años a partir de los tres años de edad, la

educación primaria, el único nivel obligatorio de acuerdo con el sistema educativo de Mauricio, que

abarca seis años y que culmina con la obtención del Certificado de Educación Primaria; la educación

Secundaria, un programa de cinco años de formación académica o profesional, que finalmente conduce

a la obtención del Certificado de Educación Secundaria; la educación secundaria superior, un programa

de dos años que conduce al Certificado de Escuela Superior y; la educación post-secundaria y terciaria,

que puede incluir la formación profesional/técnica o universitaria, donde los estudiantes pueden obtener

títulos de licenciatura y posgrado en un número limitado de campos académicos.

Después de la Escuela Secundaria Superior, los estudiantes que tengan la intención de perseguir

oportunidades de educación superior deben presentar la evaluación de nivel secundaria y bachillerato -

exámenes de aptitud que son aplicados por la Universidad de Cambridge a través de su Programa de

Exámenes Internacionales. Como se puede apreciar en todos los casos

estudiados la Formación Técnico Profesional juega un papel muy importante en el sistema educativo y

productivo de los países. Es por ello que consideramos de suma relevancia que América Latina y el

Caribe realice un esfuerzo por impulsar los estudios relativos a la Educación Formal Técnica

Universitaria con una orientación fundamental al sector productivo como eje fundamental del desarrollo

económico sostenible y para el impulso hacia la competitividad, aspecto esencial para poder tener una

inserción exitosa en la economía mundial.

Retos y Oportunidades Educación Formal Técnica Universitaria Frente al Siglo XXI

Dado lo señalado en párrafos y apartados anteriores de este trabajo de investigación, conviene

presentar algunos argumentos y aportes que consideramos muy importantes sobre las razones que

justifican de manera general los retos y oportunidades de la Educación Formal Técnica Universitaria.

Destacando además, que todos los programas de educación superior son importantes para el

desarrollo sostenible de los países, empero, realizamos énfasis en este tipo de educación por ser el

desiderátum fundamental de esta trabajo investigativo.

En primer lugar porque ofrece a los países del subcontinente latinoamericano y caribeño la

posibilidad de mejorar los niveles de vida de su población y avanzar en un desarrollo creativo y

sostenible que le permita interactuar con los países vecinos y con el mundo. Aún cuando existen

múltiples esquemas de integración en el subcontinente, en la mayoría de los casos, los principales socios

comerciales de la región se encuentran fuera de esos esquemas de integración.12

En segundo lugar, este tipo de formación aproxima a los estudiantes al mundo laboral, facilita a

las instituciones de educación superior la interacción continua con el sector productivo y ofrece a éste la

posibilidad de acceder a un talento humano con las competencias que el sector requiere para ser cada

vez más competitivo en los mercados nacionales y mundiales.

Como tercera razón podemos señalar que permite ampliar su demanda y contrarrestar la cultura

negativa existente alrededor de estos niveles de formación, producto, entre otros factores, del gran

desconocimiento que se tiene en gran parte del mundo sobre sus características, ventajas, pertinencia

para el desarrollo y efectividad en términos de retorno de la inversión para las personas y sus familias.

La Educación Formal Técnica Universitaria puede impulsar y consolidar los avances en el

fortalecimiento de los vínculos entre el sector educativo y el sector productivo, en la formación por

competencias laborales realmente ajustadas a las necesidades de la industria y las empresas, además de

coadyuvar en el desarrollo de herramientas de flexibilidad de currículos y programas que permitan el 12 En la mayoría de los países de América Latina y el Caribe la mayor parte del comercio internacional de bienes y servicios se produce con el resto del mundo, es decir, fuera del subcontinente latinoamericano y caribeño. Tal aseveración se desprende del Cuadro Número 05, donde para el año 2013 sólo un poco más del 15% de los productos de exportación de América Latina y el Caribe corresponden al exportaciones intrarregionales, siendo más del 80% lo que se exporta al resto de los países del mundo. Esto demuestra que a pesar de existir diversos esquemas de integración en el subcontinente, la mayor parte del comercio se da con el resto del mundo.

mejoramiento continuo de la calidad, aspectos fundamentales para garantizar una oferta de educación

técnica y tecnológica universitaria pertinente y competitiva.

Como quinta razón se puede señalar que la promoción de la educación técnica profesional y

tecnológica, con el propósito de crear o reformular programas para hacerlos más acordes con los

requerimientos de los sectores productivos regionales y nacionales puede conllevar a una mejorar

productividad del sector industrial y empresarial, haciendo posible la adecuación de las economías

nacionales a la realidades y exigencias del cambio tecnológico y las dinámicas y tendencias de la

economía mundial del siglo XXI.

Con la Educación Formal Técnica Universitaria se pueden establecer estrategias para conseguir

los objetivos propuestos, como el fomento de la creación de alianzas que vinculen sector productivo,

sector educativo, gobiernos locales y regionales, centros de innovación y desarrollo e instancias

nacionales relacionadas con la formación para el trabajo, para que mancomunadamente trabajen en

beneficio de la competitividad y la productividad de los países del subcontinente latinoamericano y

caribeño, garantizando una oferta de productos y servicios pertinentes y de calidad mundial. Aquí se

destacaría el trabajo en conjunto que se debe hacer con las regiones o localidades a los fines de ir

generando polos de crecimiento que en la sumatoria general generen aspectos positivos de desarrollo.

Desde el punto de vista económico y financiero la Educación Formal Técnica Universitaria

representa menor gasto de financiamiento y su repercusión en el aparato productivo de los países

latinoamericanos y caribeños se vería más rápido, dado la duración corta de estos programas en

comparación con los programas universitarios de cuatro o más años.

Para el desarrollo y adecuación de la Educación Formal Técnica Universitaria frente a los retos

mundiales del siglo XXI se hace necesario una verdadera determinación de involucrar a las

Instituciones de Educación Superior en alianzas estratégicas que desarrollan su trabajo para

contribuir a fortalecer la Educación Técnica Profesional y Tecnológica y exige además, una

ruptura con la cultura tradicional del sector de la educación superior, aparte de impulsar una visión

de apertura frente a las transformaciones estructurales que devienen del proceso; e implica cambios

sustanciales en la gestión académico-administrativa y en los modelos pedagógico y los métodos

formativos. Es necesario tomar decisiones de carácter político, académico y administrativo para

transformar nuestros países en lo relativo a la productividad y competitividad. (Ministerio de Educación

Nacional, República de Colombia, 2013).

Uno de los aspectos fundamentales de esta propuesta consiste en la ejecución de la misma. En

este sentido, consideramos que de acuerdo a lo señalado anteriormente, los aspectos más importantes

para operativizar esta iniciativa son los siguientes:

1) Identificar los sectores productivos y estratégicos: En lo relativo a este punto conviene

señalar que: la formación de talento humano es esencial en la creación de condiciones idóneas que

permitan alcanzar los estándares de productividad y competitividad que requiere cualquier país con el

fin de lograr altos niveles de desarrollo y espacios privilegiados en el contexto económico mundial.

Así, los países deben establecer visiones y planes macros que proporcionan material valioso

para identificar sectores productivos estratégicos con potencial para establecer una articulación

pertinente con el sector educativo (Ministerio de Educación Nacional, República de Colombia, 2013).

Para ello se hace necesario seis factores fundamentales. El primero de ellos, es el relativo a la

construcción de “agendas, planes y visiones regionales y locales. Gobernaciones y municipios conocen

sus necesidades y oportunidades…. En esa medida, pueden ejercer un liderazgo en materia de

productividad y competitividad al convocar la participación de las instituciones de educación superior

señalando los sectores estratégicos que requieren procesos específicos de formación (Ministerio de

Educación Nacional, República de Colombia, 2013: 22). Un segundo factor esencial es el relativo a los

Perfiles y líneas de acción de las instituciones de educación superior. Los planes de desarrollo y los

proyectos educativos institucionales deben definir áreas y sectores prioritarios, regiones y comunidades

objeto de desarrollo de proyectos y programas académicos, de investigación y de extensión, que tienen

potencial de articulación con sectores productivos estratégicos nacionales y/o regionales (Ministerio de

Educación Nacional, República de Colombia, 2013. También se debe considerar que debe existir un

fortalecimiento de relaciones con los agentes y actores nacionales ya que “…las instituciones de

educación superior, el Estado y el sector productivo desarrollan proyectos conjuntos que constituyen un

saber acumulado con potencial de volcarse en la construcción de programas de educación técnica

profesional y tecnológica articulados con sectores estratégicos. Las experiencias adelantadas en las

líneas de Universidad Empresa-Estado, Universidad-Estado y Universidad-Empresa proporcionan

lecciones aprendidas y oportunidades para su avance y fortalecimiento” (Ministerio de Educación

Nacional, República de Colombia, 2013: 22). Otro elemento necesario es monitorear frecuentemente los

cambios en el macro entorno ya que: “Es necesario mantenerse en estado de alerta para reconocer e

interpretar tendencias, problemas, fortalezas, oportunidades y demás factores que se presentan en el

mercado, para identificar sectores productivos innovadores que puedan encerrar un alto potencial de

desarrollo” (Ministerio de Educación Nacional, República de Colombia, 2013: 23).

2) Una vez determinados los sectores productivos y estratégicos se considera que los aportes que pueden

realizar las Instituciones de Educación Superior consisten en:

“La consolidación de líneas de acción al articularlas con estrategias de desarrollo local, regional

y nacional en aras del mutuo beneficio.

Vinculación con el sector productivo.

Pertinencia de la oferta educativa.

Conocimiento legítimo y oportuno del comportamiento de los mercados y las necesidades de los

sectores productivos.

Acercamiento a las dinámicas cambiantes del mercado laboral”. (Ministerio de Educación

Nacional, República de Colombia, 2013: 24).

3) Preparar a la institución de educación superior para fortalecer la educación técnica profesional y

tecnológica:

En este aspecto se hace necesario considerar que si la Institución de Educación Superior decide

establecer una alianza para el fortalecimiento de la formación técnica profesional y tecnológica, la

misma debe asumir un compromiso activo con el desarrollo y la competitividad local, regional y

nacional, orientadas a mejorar la calidad, cobertura, pertinencia y efectividad de la Educación Técnica

Profesional y Tecnológica. Para ello se hace necesario y fundamental que la alta y media gerencia de la

Institución de Educación Superior (Consejo Directivo, Rectorado, Vicerrectores, Decanos) reconozca la

pertinencia de trabajar en una alianza de la que también hacen parte el sector industrial y productivo,

Instituciones de Educación Media y gobiernos locales y regionales, así como la necesidad de

transformar prácticas académicas y administrativas en el horizonte de la formación basada en

competencias. De la misma manera, se debe garantizar el compromiso de órganos como los consejos

directivos, consejos superiores y académicos. En sí, la participación debe tener una articulación muy

clara con los planes institucionales, capacidad de ajuste flexible, aceptación por parte de la comunidad

universitaria, planificación de recursos financieros, la asignación de responsabilidades de

implementación, verificación y monitoreo del cumplimiento de cronogramas y objetivos.

También es fundamental abordar en este punto, que se debe tener muy claro el objetivo de los

programas diseñados en la medida en que su creación o transformación no responda a pedidos

tradicionales del mercado sino a la necesidad de promover una oferta con poca tradición y estructurada

en función de los beneficios que generará para la comunidad y a los países.

Es ineludible una determinación sólida por parte de la dirección de la Institución de Educación

Superior, ya que esto facilita la toma de decisiones y permite celeridad en el desarrollo de los

programas, considerando que el proceso exige la implementación de cambios en sus diferentes niveles

de gestión y planificación.

. Resulta imperante revisar las normas sobre la administración de estudios, como por ejemplo el

reglamento estudiantil y el sistema de matrículas, para hacer posible una flexibilidad curricular y los

cambios administrativos y académicos que requiere la implementación de programas basados en

competencias, para así poder adecuarlos a la realidad de la Educación Formal Técnica Universitaria.

Otro aspecto desde el punto de vista de la cultura organizacional es el referente al

establecimiento de mecanismos apropiados y efectivos de información al interior de las instituciones lo

cual coadyuva a superar las resistencias en relación con la educación técnica profesional y tecnológica,

específicamente entre los docentes y los consejos académicos y directivos. La resistencia cultural

organizacional desaparece en la medida en que hay información, se conoce y profundiza en el tema y

además se comparten las experiencias que se desarrollan en el ámbito internacional.

Como otro aspecto relativo a este factor, se puede mencionar que se hace necesario a los fines

de garantizar la coherencia del proceso de construcción de los programas, que todo el equipo que sea

designado para trabajar en su ejecución reciba instrucción sobre la formación basada en competencias.

Se debe trabajar para sustituir los programas basados en contenidos a programas basados en

competencias, lo cual imprime otro ritmo a la enseñanza, en la medida en que las exigencias de

actualización permanente son mayores. De ahí el compromiso necesario de los docentes con su propio

proceso de formación en beneficio del estudiantado.

Como último, pero no menos importante, es de señalar que se hace imperioso designar un

coordinador o representante de la institución con poder de decisión y capaz de apropiarse tanto de los

objetivos como de las expectativas de la institución en relación con la propia alianza estado-institución-

sector productivo.

En síntesis se puede expresar que el acercamiento de las Instituciones de Educación Superior de

Educación Formal Técnica Universitaria a las políticas y estratégicas de desarrollo local, regional y

estatal deben estimular la conformación de alianzas entre ellas y el estado, además del sector productivo

a los fines de que se garantice y apoye un proceso de generación de oferta académica pertinente con la

calidad, efectividad de talla mundial en los programas de Educación Formal Técnica Universitaria. Para

el logro de esto se deben fomentar el desarrollo de programas curriculares por competencias y éstos

deben ser revisados periódicamente, dado los cambios del contexto local, regional, estatal y mundial.

Desde el punto de vista de la gestión académico- administrativa se deben abordar programas

técnicos profesionales en los que se involucre un componente científico que exige hacer

transformaciones en el modelo pedagógico, en las estrategias y los métodos formativos. Es necesario

tener presente que los cambios que exige el desarrollo de estos programas van desde la aplicación de

métodos de evaluación diferentes, hasta el manejo de calendarios académicos específicos para este tipo

de estudio.

Este tipo de transformaciones académico-administrativas presentarían, entre otras, las siguientes

ventajas:

1) En primer lugar, un enriquecimiento y coherencia de la oferta académica, además de la diversificación

del perfil de los estudiantes y egresados en contribución a la competitividad de la localidad, la región y

del país frente a las características actuales de la macro unidad geográfica mundial.

2) También se generaría una actualización no estática y permanente de las instituciones en lo referente a

las tendencias de la Formación Técnica Profesional y Tecnológica, y en conocimiento de las dinámicas

de los sectores productivos estratégicos y de sus metas de productividad y competitividad frente al resto

del mundo.

3) Por otra parte, coadyuvarían al fortalecimiento de la responsabilidad social de las instituciones de

educación superior al brindar una oferta educativa de calidad con opciones para estudiantes que

pertenecen a comunidades sensibles. Así, se invierte en el mejoramiento de sus condiciones de vida y se

asegura la capacitación de jóvenes para trabajar en sectores productivos que impulsan el desarrollo de la

localidad, región y país al cual pertenecen.

4) Como cuarta ventaja se podría indicar que se proyectaría y mantendría la sostenibilidad a las relaciones

Universidad-Empresa-Estado. Combinación sine qua non para un verdadero crecimiento integral de los

países y el objetivo de la competitividad.

5) Se hace fundamental la generación de entendimientos mutuos en torno a la educación técnica

profesional y tecnológica por ciclos y basada en competencias para la unificación de criterios13.

13 Como se señaló anteriormente en el caso canadiense y en muchos otros casos, no existe un entendimiento mutuo sobre este tipo de educación.

6) Otra ventaja es que la interrelación entre instituciones de educación superior e instituciones de

educación media permitiría la promoción de este tipo de programas entre los alumnos de educación

media y se rompería el falso concepto que este tipo de educación superior (Educación Formal Técnica

Universitaria) es de menos nivel que las carreras largas o licenciaturas (cuatro o más años).

7) Un “redimensionamiento de los intereses colectivos en la medida en que los equipos de trabajo

constituidos a partir de las alianzas adquieren protagonismo en las instituciones” (Ministerio de

Educación Nacional, República de Colombia, 2013: 37).

El cuarto factor es el referido a los modelos pedagógicos y formativos, aquí uno de los

aspectos más importantes para el desarrollo de los curriculas por competencia es la no desvinculación

del mundo académico del laboral y el sector productivo. Es muy relevante señalar que es necesaria una

claridad en el tipo de competencias.

Por competencias vamos a entender a las habilidades, conocimientos y actitudes que debe tener

un egresado o persona en general, para aplicar y desempeñar situaciones laborales.

Las Instituciones de Educación Superior deben tener la capacidad de establecer características y

diferencias entre lo técnico y lo tecnológico, además de diferenciar en qué nivel están las competencias

y hacer las nivelaciones requeridas. En la mayoría de la literatura académica sobre competencias existen

al menos dos grandes grupos: las competencias básicas o genéricas y las competencias específicas, y

una adicional que generalmente recibe el nombre de competencias transversales pues están presentes en

casi todas las profesiones y ocupaciones.

Es por ello que existen al menos tres diferentes niveles de competencias. La primera de ellas

incorpora las denominadas competencias sociales, como pueden ser conducir discusiones y

conversaciones, persuadir, cooperar, trabajar en equipo, entre otras. (Tait y Godfrey, 1999).

Las segundas son las competencias específicas, relativas al desempeño de una ocupación en

concreto y van a aportar actitudes, habilidades, conocimientos y valores propios de cada profesión y

actividad laboral.

Por su parte, las terceras, son las denominadas competencias transversales o genéricas, es decir,

aquellas que necesita un trabajador profesional para analizar los problemas, evaluar las estrategias a

utilizar y aportar soluciones pertinentes en situaciones nuevas. Aparecen, por lo general, en la mayoría

de las labores que se le presentan a un sujeto en los distintos campos profesionales.

Como se señaló anteriormente, “las competencias responden a tres tipos básicos de contenidos

que se trabajan de forma integral, no independiente: conceptos, procedimientos y actitudes. Allí radica

una de las ventajas de la educación basada en competencias frente a lo disciplinario cuando se

desarrollan procesos de formación para el trabajo” (Ministerio de Educación Nacional, República de

Colombia, 2013: 60).

Las actitudes generan la flexibilidad para el cambio, mientras que en la educación por

contenidos se corre el riesgo de dejar al profesional sin herramientas en el momento en que los

contenidos se desactualializan y sin el aspecto actitudinal que lo impulse al aprendizaje autónomo o al

campo laboral.

Para lograr lo señalado anteriormente, se hace imperante una buena estrategia para poder

diseñar el currículo, y así poder conformar desde los de la alianza sector educativo, sector empresarial y

Estado, un equipo académico que cuente con coordinadores que se encarguen de brindar lineamientos y

pautas de lo que se requiere con amplios conocimientos en los temas de pedagogía, diseño de

curriculum y representantes de las instituciones de educación media con el fin de garantizar que desde

la educación en los colegios se empiece a dar la transferencia de información necesaria.

Es muy relevante que los equipos de trabajo cuenten con profesionales que tengan esos perfiles,

es decir, pedagogos y expertos en el sector productivo.

Es muy importante señalar que los currículos que se estructuran diseñados bajo la modalidad de

asignaturas no se consideran adecuados, cuando se trabaja con base en competencias. Es por ello que

una alternativa debe ser estructurar los contenidos en torno a problemas como eje fundamental del

currículo. En torno a ello e cabe acotar que se debe establecer la construcción de marcos conceptuales

para dar soporte al enfoque pedagógico cognitivo, frente a la construcción y proyección social del

conocimiento.

Es muy importante comprender y valorar los avances y los retrocesos en el desarrollo de los

diseños. Su marcha debe acompañarse con procesos paralelos de comunicación, evaluación y

seguimiento. La definición del enfoque es prioritaria y las probabilidades son múltiples. Desde enfoques

sistémicos hasta enfoques funcionales. Hacerlo desde el inicio significa agilidad y cumplimiento

oportuno de los objetivos establecidos. Vale la pena consultar los modelos suizos, eslovenos, entre

otros.

Como punto central de todo este proceso es haber definido, por parte de todos los involucrados

y con rigor, el perfil ocupacional, teniendo en cuenta las características del sector y las líneas requeridas.

Cuando se construye un currículo basado en competencias el levantamiento de los perfiles permite

evidenciar la correspondencia entre éste y los planes de estudio con las necesidades del sector

productivo y del mundo de la ciencia, la tecnología y la participación ciudadana. Como otro paso

importante se debe señalar que una vez definidas las competencias básicas, específicas y transversales

requeridas para cada perfil, se recomienda precisar lo fundamental y común para todas las instituciones

y variaciones posibles que estén en sintonía con el perfil estratégico de cada institución.

El diseño curricular debe incluir propuestas para la evaluación de los aprendizajes, entiendo que

el conjunto de juicios sobre el avance logrado por el alumno en la apropiación de habilidades de

pensamiento, conocimientos motrices y actitudinales. Se considera pertinente que la evaluación del

aprendizaje del alumno sea integral, cualitativa y cuantitativa y que se exprese en informes descriptivos

que respondan a estas características.

Dada la velocidad con la que se deben actualizar los programas, es muy importante contar con

flexibilidad en los cambios, debido, principalmente a la evolución de las necesidades de los sectores

productivos con sus correspondientes cambios de perfiles y competencias requeridos..

De acuerdo a lo señalado precedentemente al Ministerio de Educación Nacional, República de

Colombia (2013: 46-47) los aspectos y factores señalados anteriormente traerían como consecuencia

una serie de oportunidades para los sectores educativo, productivo y gubernamental.

Con respecto al sector educativo:

1) Iniciar, afianzar y/o proyectar relaciones con sectores productivos estratégicos.

2) Diversificar, flexibilizar y dar pertinencia a la oferta al desarrollar programas académicos basados en

competencias.

3) Posibilitar el trabajo articulado entre las instituciones de educación superior oficiales y privadas y el

sector gubernamental.

4) Reducir la deserción escolar, que en muchos casos está relacionada con la necesidad que tienen los

estudiantes de ingresar en el mercado laboral para contribuir con el sustento de sus familias.

5) Los programas de formación técnica y tecnológica aparecen de ese modo como una alternativa para que

los jóvenes no deban ausentarse de las aulas y adquieran capacidades que les permitan un mejor

desempeño en el sector productivo.

En lo referente al sector productivo

1) Encontrar respuestas oportunas y pertinentes a sus necesidades de formación de talento humano.

2) Iniciar, afianzar y/o proyectar relaciones con las instituciones de educación superior y con el Estado.

3) Aumentar la competitividad y productividad del sector.

4) Reorientar la inversión de recursos destinada actualmente en el desarrollo de procesos propios de

capacitación de los nuevos empleados.

5) Cualificar prácticas que se realizan de modo artesanal con el fin de promover la constitución de

empresas más competitivas que contribuyan al desarrollo del sector productivo que atiende el programa.

6) Estandarizar procesos de producción y de prestación del servicio, y darlos a conocer al sector educativo.

Con respecto al sector gubernamental:

1) Iniciar, afianzar y/o proyectar relaciones y vínculos articulados con los sectores productivos estratégicos

y las instituciones de educación superior, en beneficio del desarrollo del país.

2) Disponer de una oferta pertinente que facilite a los jóvenes quedarse en sus regiones de origen y a

participar en su desarrollo.

3) Impulsar niveles más altos de competitividad y productividad para las regiones y los sectores

estratégicos.

4) Ampliar la cobertura de la formación técnica profesional y tecnológica.

Consideraciones Finales

La mayoría de los países de América Latina y el Caribe deben asumir un papel central en el

planeamiento de la educación. Deben participar activamente en la modernización e integración social.

La universidad, como un todo, está ligada al desarrollo de la sociedad ante la necesidad de formar

recursos humanos que respondieran a las necesidades de la economía (Krotsch, 2001).

En un mundo globalizado y globalizante, la Instituciones de Educación Superior en general y

muy especialmente las instituciones públicas deben asumir el rol que les corresponde con la sociedad, y

uno de ellos es fundamentalmente, preparar el recurso humano necesario para que sus respectivos países

puedan competir en los mercados mundiales. Esa competencia debe estar basada en la productividad

como eje fundamental de la competitividad.

Como se pudo apreciar en el desarrollo de este esfuerzo investigativo existen países que egresan

más profesionales de las carreras de Educación Formal Técnica Universitaria como primer título, que la

correspondiente a la educación formal universitaria de cuatro años o más. De estos países, más del

cincuenta por ciento (50%) de ellos se encuentran dentro de los sesenta países más competitivos del

mundo de acuerdo al índice de competitividad elaborado y publicado por el World Economic Forum,

Es por ello que se considera que la Educación Formal Técnica Universitaria puede generar

valiosas oportunidades para los países de América Latina y Caribe por varias razones. La primera de

ellas es que todavía los países latinoamericanos y caribeños siguen dependiendo de las exportaciones de

productos primarios ó manufacturas primarias que poseen poco valor tecnológico agregado, lo cual,

genera que el modelo de desarrollo pueda generar altibajos en el tiempo y que el progreso no sea

sostenible en el tiempo. El segundo factor, es que la Educación Formal Técnica Universitaria reconoce

competencias profesionales; que permite ajustar los tiempos de estudio y trabajo a las necesidades del

estudiante; con las competencias adquiridas y la titulación obtenida se le abren otras puertas laborales al

egresado y se le posibilita seguir creciendo en su proyecto de vida académico, recuperando en un tiempo

muy corto la inversión realizada en los estudios. Como tercer factor, es importante señalar que se deben

resaltar las ventajas de estudiar una carrera Técnica Profesional o Tecnológica:

- Estudio en corto tiempo; formación altamente especializada y práctica.

- Posibilidad de acceder al mercado laboral a corto plazo,

-Formación de competencias, habilidades y destrezas para trabajar en un área específica de los

sectores productivos y de servicios

- Capacidad de solucionar tópicos específicos con soluciones prácticas y rápidas en su área de trabajo y

en la vida misma

- La mayoría de instituciones tienen el sistema de créditos, lo que permite la homologación de varias

materias para continuar con la carrera profesional, si así lo desea el estudiante.

- Hay una tendencia en la que las empresas buscan cada vez más a egresados técnicos y tecnólogos,

pues solicitan a alguien que se desempeñe directamente en lo operativo,

-Muchos bachilleres pierden la oportunidad de realizar estudios superiores debido a que no cuentan con

los suficientes ingresos económicos. Sin embargo, las carreras técnicas o tecnológicas, al ser de ciclos

más cortos, ofrecen la posibilidad de que los costos de los semestres o trimestres, sean mucho

más económicos en comparación con la formación profesional de cuatro o más años,

- Diferentes universidades de prestigio se han dado cuenta de la importancia de la formación técnica y

tecnológica, por lo que con el paso del tiempo se han abierto programas de este orden, con la

posibilidad de continuar con los estudios de cuatro o más años,

- El egresado en cualquier carrera técnica profesional o tecnológica está habilitado para compartir

responsabilidades de programación y coordinación,

- La formación técnica comprende el cómo hacer, mientras que la tecnológica incluye también el por

qué, el para qué, el dónde y el cuándo se produce un determinado bien o servicio

- Este tipo de formación permite ajustar los tiempos de estudio y trabajo a las necesidades de los

estudiantes,

- A este tipo de egresados se le abren otras puertas laborales, ofreciéndole la posibilidad de seguir

creciendo en su proyecto de vida académica, así como la recuperación - en un tiempo muy corto- de la

inversión realizada en sus estudios,

Por otro parte, se debe romper el mito mediante el cual los egresados de carreras de Educación

Formal Técnica Universitaria no se encuentran capacitados para laborar en cargos de responsabilidad ó

peor aún que son profesionales poco capacitados.

En muchos países de América Latina, como por ejemplo Venezuela, existe una concepción

errónea de este tipo de profesional que permea en la escogencia de los Bachilleres para su proyecto de

vida educativo, por considerar a las carreras Técnicas Universitarias de menor nivel, Cada tipo de

educación tiene su característica y todas son importantes para poder contribuir en la productividad de

los países.

La formación Técnica Profesional y Tecnológica responde de manera mucho más rápida y

eficiente a las necesidades de la sociedad, no solamente en el sector productivo, sino también en los

jóvenes egresados de la educación básica y media, ya que esta educación le permite a los egresados

vincularse de una manera mucho más rápida al mercado laboral.

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