Persiguiendo fantasmas: consideraciones sobre la fragmentación dialectal del latín en el caso de...

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LATIN VULGAIRE, LATIN TARDIF 11 OVIEDO, 1-5 SEPTEMBER 2014

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LATIN VULGAIRE, LATIN TARDIF 11

OVIEDO, 1-5 SEPTEMBER 2014

Persiguiendo fantasmas: mitología e ideología en torno al “latín

hispánico”

Emilio Nieto BallesterUniversidad Autónoma de Madrid

Departamento de Filología Clá[email protected]

https://uam.academia.edu/EmilioNietoBallester

•Diversificación regional•Fragmentación lingüística de la Romania

•Singularidad de un hecho sin paralelos

•El caso de otras lenguas modernas extendidas por el mundo (español, inglés)

Causas

•Existencia de sustratos diferentes según las zonas

•Existencias de superestratos diferentes según las zonas

•Época de romanización•Procedencia social de los llegados a ese territorio con la lengua latina

Diversificación regional ya en época latina

Causas

J. R. Adams, The Regional Diversification of Latin

Desde el año 200 a.C. hasta el 600 d.C. Es un estudio sobre la diferenciación regional del latín y no sobre su fragmentación en las lenguas romances, pero, naturalmente, aunque no se quiera, es imposible hacer esto sin recurrir a los datos que nos proporcionan éstas, continuadoras del latín del año 600, aunque sea 400 ó 500 años después, por lo que Adams se adentra casi siempre en datos posteriores al año 600, muy posteriores.

Nos circunscribiremos a sus afirmaciones concernientes al latín de “Spain”.

•Se pasa revista minuciosa a los distintos testimonia de la antigüedad acerca de ese latín de Hispania (Columela, Plinio, Isidoro, etc.) y se estudia con detalle las teorías tradicionales sobre el latín de Hispania: su supuesto carácter conservador o arcaizante, las pretendidas influencias osco-umbras en Hispania, etc.

Se descarta el material epigráfico y se recurre casi exclusivamente a testimonia y, en menor medida, a las formas de las lenguas romances (así, por ejemplo cuyo). Con todo, se omite un estudio detallado de términos presentes en la documentación latina a nuestra disposición si no hay indicación expresa del origen hispánico (así, por ejemplo, lat. apoperis).

Las conclusiones referentes a Hispania son un tanto decepcionantes, a la manera de los estudios basados en la epigrafía (W. Entwistle 1962, 51, “But they have proved surprisingly uninstructive”).

Debió de haber diferencias regionales en Hispania, como en la totalidad de la Romania, ya desde fecha antigua, pero el material a nuestra disposición apenas si permite señalar unos cuantos hispanismos.

Las pocas diferencias regionales que subsisten apenas suponen ligerísimas diferencias de detalle (sólo léxicas) en un conjunto que se manifiesta uniforme.

Es poco probable que hasta el año 600 las diferencias regionales fueran tan pocas, pero de alguna manera se reconoce que carecemos del material preciso para vislumbrar más en el latín real, el latín vulgar de verdad, que se hablaría en este o aquel territorio y que ya habría presentado sus primeras manifestaciones de diversificación mucho antes del año 600.

amārellus > esp. amarillo, port. amarelo, etc. Cf. Isid. Etym. 16,7,1 Smaragdus a nimia uiriditate uocatus; omne enim satis uiride amarum dicitur. 1ª doc. b. lat. amarellus (919). Detalles, DCECH 1, 233-235

apŏpĕris > esp. abobra (gall.), port. abobora (formas mozárabes bobra, abobriella, abobrella, bobrilla, bobrella referidas a Córdoba y la zona oriental en diversas fuentes de los s. X-XIII). Fuera de glosarios el término aparece sólo en Isid. Etym. 17,10,16. Aparece en una parte de la obra muy incompleta, en donde se enumeran fitónimos, cucurbites, apoperes….brassica. Como señala R. Maltby “…Isidore is here using a native Iberian word”.

dūrēta (Suet. Aug. 82), aut quotiens neruorum causa marinis albulisque calidis utendum esset, contentus hoc erat ut insidens ligneo solio, quod ipse Hispanico uerbo duretam uocabat, manus ac pedes alternis iactaret. “Cuve de bois pour le bain” (Gaffiot),  

fīlum, con el significado de “fiel de la balanza”, Isid. Etym.16, 25 examen est filum medium quo trutinae statera regitur, et lances aequantur, esp. fil, hil, quando las balanzas están en el fil (1596), port. fiel da balança, val. pes al fi (DCECH 889)

laurīces (Plin. Nat. 8,81.2), Leporum generis sunt et quos Hispania cuniculos appellat, fecunditatis innumerae famemque baliarum insulis populatis messibus adferentis. - (fetus ventri exectos vel uberibus ablatos, non repurgatis interaneis, gratissimo in cibatu habent; laurices vocant) cat. llorigó, arag. lorca, “nido en donde crían los conejos” , port. lorga, “toca de coelho”, leon. llorga, “agujero de los ratones”, etc. DCELC 5, 268-270. “petits laperaux pris sous la mère” (Gaffiot, que escribe, laurĭces)

cŭscŭlium o cŭscŏlium (Plin. Nat. 16, 8. 12) Granum hoc primoque ceu scabies fruticis, paruae aquifoliae ilicis, cusculium uocant… esp. coscojo, “agalla producida por el quermes en la encina coscoja”, cat, coscoll, “especie de encina chaparra”. Detalles en DCECH 2, 219-220, DECLC 2, 984-989, “graine de kermès” (Gaffiot)

sarna Palabra peculiar de las tres lenguas hispano-románicas (presencia insegura en sardo; Isid. Orig. 4,8,6, impetigo est sicca scabies, prominens a corpore, cum asperitate et rotunditate formae: hanc uulgus sarnam appellant

Deja de lado los casos, muy frecuentes, en que la diferenciación regional se basa en que una palabra dada, existente en dos dominios cualesquiera, no tiene el mismo significado o lo tiene muy distinto.

Una caracterización de esta diversificación por regiones (“Spain”, “Gaul”, “Africa”, etc.) puede incurrir en contradicción, pues es evidente que al menos en el caso de “Spain” resulta poco creíble que hubiera un solo rasgo que abarcara todo ese territorio y sólo ese territorio.

El proceso diglósico del latín, que es en última instancia el responsable mayor del nacimiento de las lenguas romances, no es tenido en cuenta en el proceso de dialectalización.

Omite términos, sin duda prerromanos en la mayor parte de los casos, aunque no en todos, que no están presentes en la documentación latina, pero que, con toda probabilidad, existieron en época latina al estar presentes en las lenguas romances derivadas. El que no aparezcan en los textos abunda precisamente en la diglosia ya patente desde época temprana. Así, se estudia paramus porque está documentada en latín y también la voz brisa, “orujo de la uva” (sólo aragonesa y murciana) por el mismo motivo, pero se omite decenas de términos importantes, que a nuestro parecer estuvieron en uso en época plenamente romana por el hecho de que no están documentados en latín: barranco, boñiga (cat. bony, port. bonico), brezo, becerro, berrueco (<lat. *petroccum), calabozo, calabaza, carballo-carbajo, carrasca, caspa, corral (<lat. *currale), dicha (<lat. dicta, con el significado “buena suerte” cf. fatum), garric-garriga, huero-gorar, nava, cayado, serna, barda, barro, buega, braña, bálago, baranda, galápago, embarazar-barazo, manteca, laja, matar, muñeca, vega, varga, por citar tan sólo algunos ejemplos de voces muy importantes y con amplia derivación.

Principales inconvenientes

Principales inconvenientes

Y es que la pregunta es ésta, “si todos estos términos, prerromanos en su mayor parte o formaciones latinas peculiares a Hispania en algunos, están en los romances hispánicos, ¿no es razonable considerar que estuvieron presentes en latín aunque no se documenten hasta fecha tardía (algunos casos a partir del 800 ó 900 tan sólo)? ¿Podemos renunciar a la hora de explicar la diversificación regional a estos casos y limitarnos sólo a los que están documentados en latín? Es una opción legítima, pero a nuestro juicio supone imposibilitar totalmente esta misma caracterización de la diversificación regional. Naturalmente las formas “latinas” de estos vocablos son “de asterisco”, pero en latín vulgar y tardío creo que todos operamos con formas “de asterisco”, sin que nadie plantee la necesidad de no hacerlo.

Wright, “it has become customary, on at least a subconscious level, for modern Romanists to see diatopic divisions of that age, if there were such, in terms of subsequent political constructs” ……..“since Afro-Romance was destined not to survive, and has this never been studied by patriotic local Romanist in the same way as French, Italian and Hispanic scholars have investigated the early…..anachronistic nationalisms have not been imported into the field”.

No tiene sentido la búsqueda de un “latín aragonés” o un “latín asturiano” o un “latín catalán”, ¿por qué iba a tener sentido la búsqueda de un “latín hispánico”?

El “latín de Hispania”, una construcción teórica anacrónica.

(1)El primero, probablemente el más importante, es que el latín de la Hispania visigótica, el latín del siglo VIII pongamos por caso, desapareció.

Heu proh dolor! Linguam suam nesciunt Christiani, et linguam propriam non advertunt Latini, ita ut ex omni Christi collegio vix inveniatur unus in milleno hominum genere qui salutatorias fratri possit rationabiliter dirigere literas. Et reperitur absque numero multiplex turba qui erudite caldaicas verborum explicet pompas (Alvaro de Paulo, Córdoba, 800?-861, apud Flórez, España Sagrada, XI, 274).

(2) El segundo de los hechos es la pluralidad lingüística de la Península. Obviamente una de ellas, el castellano o español tiene una importancia y peso mucho mayor que las otras dos. Ello ha hecho que a menudo se omitan o se dejen en segundo plano los datos de las otras dos lenguas. Y así, de entre ese 10-20% a que hacíamos referencia en el apartado anterior se prima consciente o inconscientemente el territorio que en origen no era más que el 4-5% del territorio lingüístico total.

El caso de España es algo distinto del de otros estados nacionales de Europa Occidental en esto. Las diferencias estriban en dos puntos fundamentales, bien conocidos, pero en la práctica no tenidos en cuenta:

Heu proh dolor! Linguam suam nesciunt Christiani, et linguam propriam non advertunt Latini, ita ut ex omni Christi collegio vix inveniatur unus in milleno hominum genere qui salutatorias fratri possit rationabiliter dirigere literas. Et reperitur absque numero multiplex turba qui erudite caldaicas verborum explicet pompas (Alvaro de Córdoba, Córdoba, 800?-861, apud Flórez, España Sagrada, XI, 274).

M. Díaz y Díaz, 1960a caracterizando al supuesto latín de la Península Ibérica pone como pervivencias de ese latín 42 ejemplos castellanos, 8 portugueses y ninguno catalán. En más de una ocasión el rasgo atribuido está en total contradicción con los datos de la lengua catalana, pero aún así se señala. Por ejemplo, “el latín español no aceptó la tendencia de los siglos III-IV a reducir a la moción –us, -a, -um los adjetivos en –is, -e, cfr. App. Pr. 56 tristus, it. “povèra” <paupera (loc. cit. 174). Los datos catalanes muestran desde los orígenes del idioma siempre una forma femenina pobra.

Algunos ejemplos

Así, Tovar 1968ª, tratando del supuesto carácter arcaico del latín de Hispania apuntaba “se han señalado como arcaísmos de los dialectos románicos de Hispania: oír, hermoso, mesa, comer, feo, heder, enfermo, ir, malo, madera, mujer, preguntar, querer (en los dos sentidos de amo y uolo), trigo, barrer, pedir, ciego, cojo, casos bien conocidos en que el esp. y el port. no siempre acompañados por el cat., mantienen un latín más antiguo que los otros dialectos románicos”.

Así Lapesa 19808, 104 en el capítulo “neologismos del latín hispánico” señala “..así la tendencia a eliminar la conjugación –ĕre en beneficio de las en –ēre o en –īre, reduciendo a tres los cuatro paradigmas verbales (facēre > hacer, scribīre > escribir), pero el cat., como es sabido, tiene viure (<lat. vivĕre), escriure (<scribĕre), etc. e incluso tindre (<lat. *tenĕre), con lo que el latín hispánico no tenía esa tendencia, sino parte del latín hispánico

Adams muestra una enorme confusión entre “Spain”, “Spanish Latin”, “Hispanic”, “Ibero-romance” and “Iberian Peninsula”, y ello aunque el término “Ibero-Romance” ha sido definido como “Spanish [i.e. Castilian], Portuguese and Catalan”. Así, “it is posible to list words currents in Latin from the time when the language is first attested which survived in Ibero-Romance but nowhere else….auis, comedo, metus, securis. Does this list tell that Spanish Latin was conservative or archaic? It is just as easy to list Spanish innovations (usages which were not part of the stock of classical Latin), some of them shared with other Romance languages, others peculiars to Ibero-Romance. A glance at the maps at the end of Rohlfs (1954) turns up mattiana, thius, ficatum, nata, maneana, plicare, quaerere, afflare, cordarius, capitia (op. cit. 430).

The alleged conservatism or archaism of Spain cannot explain why (e.g.) comedo survived there but auunculus did not (ibid.).

(Tratando sobre demagis) “A Spanish archaism might seem to be identifiable in the compound adverb demagis…(p. 374)…..there are various ways of explaining the coincidence between the usage of Lucilius and that of Ibero-Romance”.

“Nor need I labour the point that the other early and conservative province, Spain,did not preserve cras” (p. 396). Y ello aunque cras es vocablo muy frecuente en castellano hasta el siglo XVI, aunque hay ejemplos en catalán y aunque los hay en portugués.

(Tratando sobre tabula-mensa)….but that takeover must have been later, and due to the failure of an innovation (tabula) to spread everywhere in Romance; similarly id did not catch in Spain, Portugal or Rumania (400)

(Tratando sobre cama-lectus) “Evidence to do with Spanish Latin….this word (sc. cama), of unknow origin but possibly Celtiberian, survives only in Catalan, Spanish and Portuguese (REW 1537)” (427). El error, de importancia, está presente en REW.

Paramus….was to produce Spanish, Portuguese páramo” (426), pero “A Spanish inscription of the second century A. D. has the term paramus (´plain´, which was to survive only in Ibero-Romance” (700),

La confusión de /b/ y /v/ en posición inicial, que habría sido una característica bien identificada del latín de África (Isid. birtus,boluntas bita uel his similia quae Afri scribendo uitiant omnino rejicenda sunt…) habría estado sólo en germen como una isoglosa incipiente en algunas partes de la Península.

El segundo de los hechos fonéticos hace referencia a la ausencia de diptongación en ejemplos castellanos del tipo pechos <lat. pĕctus, tengo <lat. tĕneo, espejo <lat.spĕculum, sea <lat. sĕdeat, madera <lat. matĕriam, reja < lat. rĕgulam, teja <lat. tĕgulam, ocho <lat. ŏcto, ojo <lat. ŏculum, hoy <lat. hŏdie, conde <lat. cŏmitem, monte <lat. mŏntem, omne <lat. hŏmĭnem, etc.

El tercer y cuarto hechos son de orden semántico y léxico. El lat. rostrum puede haber extendido su significado de “pico” a “rostro” en África. Se señala que la extensión del hecho, desconocido por S. Isidoro, habría coincidido con la presencia de una amplia población de habla romance y origen africano en partes de la Península. El cuarto de los hechos quiere vincular el término latino centenarium, documentado sólo en África, con tres topónimos españoles (Centenero, Pardina Centenero, ambos en Huesca y Aldea Centenera, Cáceres).

La africitas del latín de España: la tesis de R. Wright.

“that it, if the Muslims had not arrived, the inhabitants of the Western part of the North African coast would now be speaking a kind of Spanish” (p. 42). ¿Por qué los hablantes de latín en el norte de África, de haber subsistido sin solución de continuidad éste, iban hablar una “especie de español”?(1) Se trata de una cuestión ciertamente muy debatida y compleja, pero hay motivos serios para afirmar que al menos en posición inicial de palabra la confusión de /b/ y /v/ latinas en castellano en un mismo sonido no puede ser en modo alguno un hecho tan antiguo. Por añadidura, hay un importante hecho, a menudo omitido: la confusión total de /b/ y /v/ inicial no se ha producido totalmente, incluso en la actualidad, en los dialectos sureños de las tres grandes lenguas españolas. El portugués del sur, el valenciano y algunos dialectos españoles de Andalucía y Extremadura aún hoy distinguen /b/ y /v/ en posición inicial al menos. Ello es también un importante inconveniente a la hipótesis. Uno esperaría que la influencia del romance africano venido fuera mayor precisamente en donde esta confusión no se ha producido.(2) Se trata del hecho fonético conocido en la tradición de estudio de la fonética histórica española como “metafonía” y que se extiende mucho más allá de esta falta de diptongación.

Inconvenientes

(2) pechos (<lat. pectus ) es igual en todo a lecho (<lat. lectus); espejo (<lat. speculum), reja (<lat. regulam), teja (<lat. tegulam) forman un todo coherente absolutamente y viejo (<lat. veclus) debe de ser forma de tipo leonés o aragonés; tengo (<lat. teneo) es en todo igual a engeño (<lat. ingenium); la conjugación vienes, tienes muestra la regularidad extrema de la norma; sea (<lat. sedeat) es en todo igual a meyo, meo (mod. medio) <lat. medius o poleo (<lat. pulegium); ocho es igual a noche (<lat. noctem).

Cf.. cuña (<lat. cunea), puño (<lat. pugnus), vidrio (<lat. vitreum), hice < lat. feci, etc.

La metafonía no se limita al castellano, sino que está presente en otros idiomas romances, como el portugués, el catalán, el provenzal, algunos dialectos italianos (así lat. fēcī> port. fiz, cat. ant. fiu, milan. ant. fise, etc.). En asturiano encontramos consecuencias extremas de la metafonía: pelu, palos, tuntu tontos, llubu llobos, suiñi (<lat. lŏnge), (valle del Pas, Cant., zorru, zorros).

Estos fenómenos de cierre causados por metafonía están muy extendidos. (D. Alonso 1962, 105-124): “Tal extensión geográfica exige suponerle enorme antigüedad con raíces en el latín vulgar” (p. 105).

Mozárabe: Buñuel (Navarra), Teruel, Almochuel (Belchite, Zaragoza), Huelva, Huércal (Almería), Albuñuelas (Órgiva, Granada), Casiellas (Rep. de Murcia 19,52, etc.), etc. Fuera de la toponimia, buebra , voz mozárabe citada por Ben Joljol (s. X) <lat. apoperis, “calabaza”, cf. port. abôbora; Fuero de Madrid, anterior a 1202, conserva abundantes elementos románicos no castellanos, como geitar “echar”, tras le palacio o in lo portiello. La diptongación mozárabe, así pues, no hubo de ser general, pero estuvo sin duda muy extendida.

(3) Una búsqueda no exhaustiva en NGBE proporciona al menos 2 ejemplos de Centenero, 2 de Centeneros, 1 de Centenerón, decenas de Centenales, decenas de Centenares, etc. Todo apunta a que todos ellos son distintos derivados románicos de centeno, como los muchos Trigales lo son de trigo., etc. ¿Por qué vamos a pensar que alguno o algunos de ellos son vestigio de un extraño vocablo testimoniado en unos pocos ejemplos de latín africano con un significado de “puesto militar” pero que hipotéticamente habría significado “lugar donde se guarda el centeno”?