Municipium Augusta Bilbilis: un nuevo ejemplo de adopción de esquemas preconcebidos en la...

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José Luis Jiménez Manuel Martín-Bueno Municipium Augusta Bilbilis: un nuevo ejemplo de adopción de esquemas preconcebidos en la arquitectura romana altoimperial In: Mélanges de la Casa de Velázquez. Tome 19, 1983. pp. 69-78. Citer ce document / Cite this document : Jiménez José Luis, Martín-Bueno Manuel. Municipium Augusta Bilbilis: un nuevo ejemplo de adopción de esquemas preconcebidos en la arquitectura romana altoimperial. In: Mélanges de la Casa de Velázquez. Tome 19, 1983. pp. 69-78. doi : 10.3406/casa.1983.2387 http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/casa_0076-230X_1983_num_19_1_2387

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José Luis JiménezManuel Martín-Bueno

Municipium Augusta Bilbilis: un nuevo ejemplo de adopción deesquemas preconcebidos en la arquitectura romana altoimperialIn: Mélanges de la Casa de Velázquez. Tome 19, 1983. pp. 69-78.

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Jiménez José Luis, Martín-Bueno Manuel. Municipium Augusta Bilbilis: un nuevo ejemplo de adopción de esquemaspreconcebidos en la arquitectura romana altoimperial. In: Mélanges de la Casa de Velázquez. Tome 19, 1983. pp. 69-78.

doi : 10.3406/casa.1983.2387

http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/casa_0076-230X_1983_num_19_1_2387

MVNICIPWM AUGUSTA BILBILIS: UN NUEVO EJEMPLO DE ADOPCION DE ESQUEMAS PRECONCEBIDOS EN LA

ARQUITECTURA ROMANA ALTOIMPERIAL

Por Manuel MARTIN-BUENO y José Luis JIMENEZ

El yacimiento iberorromano de Bilbilis, de nombre y raigambre indigena de sobra conocido, constituye sin lugar a dudas, una de las estampas mas tradicionales de la Celtiberia.

Sus ruinas han sido objeto de diversos estudios esporâdicos, unos con mayor fortuna que otros, pero todos ellos importantes, ya que recogen datos que actualmente desconoceriamos1. Las investigaciones modernas del solar bilbilitano, a cargo de Martin-Bueno, se inician en 1965, con la recogida de todos los materiales dispersos, y a partir de 1 97 1 y hasta el momento présente que continûan, se han efectuado excavaciones sistemâticas, cuyos resultados,

Estudios recogidos en Manuel Martin-Bueno, Bilbilis. Estudio Histôrico-Arqueolôgico, Zaragoza, 1975.

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aûn no definitivos, constituyen una valiosa aportaciôn de conocimientos concretos sobre aspectos de la romanidad hispânica2.

En cuanto a su historia, Bilbilis describe una trayectoria muy particular con respecto a los acontecimientos de la Celtiberia en su resistencia frente al dispositivo imperialista romano; andadura que cobra un notorio significado si se tiene en cuenta que Bilbilis, por las especiales caracteristicas de su emplazamiento — dentro de las cuales, el factor estratégico supone la nota dominante— se halla en la zona mas conflictiva, desde el punto de vista bélico, durante la fase correspondiente a la pugna por el dominio de la Celtiberia. Su temprana fidelidad a Roma, practicamente a partir de la la Guerra Celtibérica représenta, sin duda alguna, la caracteristica mâs peculiar y destacada, dentro de los avatares encuadrados en la conquista de la Celtiberia, actitud que debiô de concretarse en la libertad de paso a los ejércitos romanos y posiblemente en el suministro de viveres, junto con otro tipo de ayudas que por el momento se nos escapan pues, el silencio de las fuentes antiguas es absoluto en este sentido; pero, ni que decir tiene, que debieron de constituir los signos externos de una postura que desde un principio, tuvo que ser justamente valorada por Roma, tremendamente sensible ante esta clase de gestos.

Estas relaciones de amistad y cooperaciôn entre ambas partes — nûcleo de poblaciôn indigena y potencia conquistadora — prosiguieron a lo largo de los anos, superando épocas dificiles y conflictivas, como el periodo de las Guerras

Con posterioridad se ha publicado: M. Martin-Bueno, "Notas sobre la urbanistica de Bilbilis", Estudios I, Zaragoza, 1972; "Circulation monetaria de Bilbilis. Motivaciones econômicas", Numisma, 120-131. Madrid, 1973-75; "Bilbilis. Enterramientos indigenas en torres de muralla". XIII. Can. Zaragoza, 1975; "Elementos de cultos orientalizantes en Bilbilis", Caesaraugusta, 39-40. Zaragoza, 1975-76; "Aportaciones al estudio de la Terra Sigilatade Bilbilis", Principe de Viana, 142-143. Pamplona, 1976; "Bilbilis. El significado de lo augusteo". / Symposium de Ciudades Augusteas, t. II. Zaragoza, 1976; "El abastecimiento de aguas al Municipium Augusta Bilbilis", Hispania antigua, V. Valladolid, 1975; "Preliminares sobre el teatro de Bilbilis", XV, Can. Zaragoza, 1979; "El teatro romano de Bilbilis", Symposium Teatro Romano en Hispania, Mérida, 1980 (en prensa); "la inscripciôn a Tiberio y el centro religioso de Bilbilis", Madrider Mitteilungen, 22. Heidelberg, 1982; "Nuevos datos de los enterramientos rituales en Bilbilis", Bajo Aragon Prehistoria, 4. Zaragoza, 1982; "Bilbilis. Noticia de las excavacionesen 1980-81". Papeles Bilbililenos, 1981. Zaragoza, 1981; "Bilbilis Municipio de la Celtiberia", Rev. de Arqueologia, 14. Madrid, 1982. M.L. Cancela Ramirez de Arellano, "Fontana en el foro de Bilbilis". Caesaraugusta, 49-50. Zaragoza, 1981; "Pequenos objetos de bronce de Bilbilis", Papeles Bilbilitanos, 1980. Calatayud. J. Liz Guiral, "Cabeza de Medusa en cerâmica vidriada procedente de Bilbilis". Papeles Bilbilitanos, 1981. Calatayud. M. Beltrân Lloris, M. Martin-Bueno, "Bilbilis y Celsa, dos ejemplos de ciudades romanas en el Aragon antiguo", Caesaraugusta, 55-56. Zaragoza, 1983. M. Martin-Bueno, "Aspectos arqueolôgicos de la funciôn religiosa de Caesaraugusta". Boletin del Museo de Zaragoza, 1. Zaragoza, 1983.

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Sertorianas, alcanzando su punto culminante con la obtention del estatuto municipal en tiempos de Augusto y con el consentimiento y quizâs el apoyo econômico, de una ubicaciôn en altura para una ciudad indigena3. En la voluntad del princeps debiô de influir, ademâs de la privilegiada situation estrategica del emplazamiento, el acendrado sentido de romanidad, adquirido con el paso del tiempo por unas gentes que posiblemente se encontraban ya muy acostumbradas a lo que suponia la romanizaciôn en todos los aspectos, pero singularmente en aquellos que reflejaban la opresiôn administrativa.

La concesiôn del estatuto municipal a Bilbilis se enmarca dentro de la politica de fundaciôn de coloniae ex novo y concesiôn del rango municipal a diversos nûcleos de poblaciôn, emprendida por Augusto, consciente de que la Repûblica habia fenecido principalmente por haber visto crecer desmesura- damente su territorio, llegando a alcanzar las dimensiones de un auténtico y énorme Imperio y estar desprovista de una administraciôn centralizada, eficaz y controlada. El especialmente sangriento episodio de las Guerras Civiles, en el que Augusto desempefiô una labor de primer orden en los anos finales de la contienda, no habia sido mas que la radicalizaciôn de estos problemas, inhérentes al proceso de expansion romana, con el agravante de que tal expansion no habia sido culminada en su totalidad, tanto en Oriente como en Occidente, donde existian zonas no pacificadas y mucho menos romanizadas. Por taies motivos, uno de los empenos primordiales de la politica augûstea consistiô en la pacificaciôn y el ordenamiento de nûcleos no dominados4. En la Peninsula Ibérica, las Guerras Cântabras, entre el 29 y 19 a.C, se inscriben dentro de este proceso pacificador, emprendido de forma decidida por Augusto que pretendia por una parte, consolidar la paz en todo el Imperio y por otra, articular una administraciôn controlada y efectiva.

Los nuevos centros de poblaciôn, colonia o municipia, debian de contar con todos y cada uno de los componentes que se consideraban estrechamente vinculados a su rango, ya que el concepto — ciudadano romano — significaba el hecho de poder disfrutar de aquello que constituia la esencia de la romanidad, como: infraestructura urbana, con sus edificios religiosos, civiles, de espectâculos, etc., a la vez que debia reunir el aparato administrative en el grado adecuado para cada nûcleo, segûn su relevancia y condiciôn juridica. Pero sobre todo, las nuevas ciudades debian representar el fiel reflejo de la

Sobre este particular cf. M. Martin-Bueno, "Bilbilis. El significado de lo augûsteo", Symposium de Ciudades Augûsteas, II, Zaragoza, 1976, p. 145 ss. Sobre la situaciôn del Imperio tras la toma del poder por Augusto, cf. S. Mazzarino, "La fine délia "Potestas" eccesionale e lo stato dell "auctoritas", en Polere e consense nella Roma di Augusto, Roma, 1976, p. 136 s.

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pujanza del regimen politico instaurado por Augusto, asentado sobre una sôlida base ideolôgica y de la paz restablecida, gracias a ese nuevo sisfema politico.

Las lineas maestras de la nueva ideologia augûstea se encontraban plasmadas en el Forum que Augusto hizo construir en Roma, con el templo de Mars Vltor presidiéndolo5. Como ha senalado Gros6, con Augusto los templos se convierten en signos patentes de la pietas restaurada y de la presencia majestuosa de los dioses tutelares de Roma, pero sobre todo, son vâlidos exponentes de la pujanza del Principado.

Estas caracteristicas aparecen evidenciadas en el Forum Augustum, conjunto religioso de excepcional importancia, ya que en él confluyen aspectos de gran trascendencia para la comprensiôn de la idiosincrasia del nuevo Imperio. Inaugurado el 2 a.C, todavia inacabado, unos meses después de la atribucion a Augusto del titulo de Pater Patriae, el mas alto elemento de la titulatura imperial a juicio del propio emperador7; el conjunto del programa iconogrâfico aparece estrechamente relacionado con acontecimientos histôricos, presentando a los ojos de los ciudadanos gloriosas conquistas y Sobre todo, como ha indicado Zanker8, habia sido concebido para exaltar tan relevante elemento de la titulatura imperial. De este modo, en el santuario augûsteo se patentiza un postulado que iba a verificarse durante todo el Principado: el hecho arquitectônico y el hecho politico eran inseparables en su espiritu9.

Otra de las aportaciones esenciales del Forum Augustum en los aspectos religioso e ideolôgico consistiô en la implantaciôn del culto familiar e imperial en el centro principal de la vida polîtica, hasta el extremo de que este genuino santuario familiar desplazô al tradicional Capitolium en las ceremonias triunfales10. Este detalle confirma la idea ya apuntada por nosotros", del extraordinario vigor adquirido por la religion oficial del Principado, dificilmente conciliable a nivel global con las viejas creencias y costumbres

5. P. Zanker, Forum Augustum. Das Bildprogramm. Tiibingen, 1968. 6. Pierre Gros, Aurea Roma. Recherches sur l'architecture religieuse de Rome à l'époque

■ d'Auguste, BEFAR, 231, Roma, 1976, p.41. 7. P. Gros, op. cit., n. 6, p.36. 8. P. Zanker, op. cit., n. 5, p.24 ss. 9. P. Gros, op. cit., n. 6, p.51. 10. Paul Petit, Histoire générale de l'Empire romain, I. Paris, 1974, p.64; Joël Le Gall, La

Religion romaine. De l'époque de Caton l'Ancien au règne de l'empereur Commode, Paris, 1975, p. 162.

11. M. Martin-Bueno, "Aspectos arqueolôgicos de la funciôn religiosa de Casearaugusta", Boletin del Museo Provincial de Zaragoza, 1 (en prensa).

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religiosas de un régimen politico periclitado, antiguas tradiciones que tenian su mâximo exponente en los Capitolia. A raiz de la suplantacion en Roma del Capitolium, en favor del santuario familiar, efectuada por Augusto, podria pues deducirse una progresiva pérdida de importancia de los capitolia que, aunque siguieron construyéndose, tuvieron que convivir con los mucho mas numerosos templos de culto imperial, dentro de la nueva ordenaciôn jerârquica de edificios religiosos llevada a cabo por el princeps. En la Peninsula Ibérica poseemos ejemplos que confirman el cambio experimen- tado por la religion oficial romana. En Clunia, un edificio identificado con un capitolium se halla inserto en uno de los lados mayores delforwn de la ciudad, mientras que el templo de culto imperial ocupa una posiciôn privilegiada, en el eje central de la plaza12; en Baelo, los très altares correspondientes a los très templos que han sido identificados con un Capitolium, en un momento todavia sin precisar, se reducen a uno solo13. De todos modos, habrâ que determinar de forma mâs amplia el trasfondo arquitectônico de este periodo, pero inicialmente puede apuntarse hacia un estrecho vinculo entre las transformaciones générales que se originan entonces con la desapariciôn del sistema politico republicano y puesta en marcha de la nueva administraciôn, con la lôgica repercusiôn en la arquitectura ciudadana.

De lo que no cabe la menor duda es de la extraordinaria importancia que llegô a poseer el conjunto religioso augûsteo construido en la metrôpoli, al que el emperador dotô de una trascendental carga ideolôgica, reflejada en un completo programa iconogrâfico en el que no faltaba detalle alguno (representaciôn de Augusto en el eje central del Forum en su gloria de triunfador, rodeado de los générales vencedores de los tiempos de la Repûblica; introducciôn oficial en el arte monumental de la iconografia de Jûpiter-Ammon, como simbolo del poder del emperador, etc.), todo ello relacionado con el culto imperial recientemente incorporado.

Tan esencial exponente de las bases politico-ideolôgicas del nuevo régimen, no podia quedar relegado solamente a la metrôpoli, ya que todo sistema politico necesita una adecuada promociôn y Augusto era plenamente consciente de ello. De la difusiôn que confiriese a su nuevo proyecto politico

12. Pedro Palol, "Perduraciôn de las ciudades augûsteas. La zona Norte y la Meseta", Symposium de Ciudades Augûsteas, I. Zaragoza, 1976, p.279.

13. La construction de la fuente monumental delante de los très templos supuso una merma del espacio correspondiente a los très altares. La reduction a un ûnico altar parece obedecer a estos motivos, cf. Michel Ponsich, "La fontaine publique de Belo", Mélanges de la Casa de Velâzquez, X, 1974, p.21 ss. A nivel de hipôtesis, esta transformation pudo estar relacionada también con la implantation del culto imperial en el municipium.

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dependia en gran medida el éxito y la continuidad del mismo; de ahi que con Augusto, el factor propagandistico — utilizado en épocas anteriores, aunque siempre en menor escala — cobrase una importancia decisiva. Esto explica que los elementos arquitectônicos y los motivos iconogrâficos del Forum Augustum se convirtiesen en un esquema a imitar, precisamente en los puntos geogrâficos del Imperio en los que las circunstancias requiriesen una presencia de la administration romana de forma mas patente y efectiva, es decir, las zonas recientemente pacificadas y otras que por sus considerables dimensîones exigian una estructura administrativa adecuada.

En este caso, vamos a cenirnos a los ejemplos de aplicaciôn del esquema monumental y motivos iconogrâficos del Forum Augustum, conocidos en la Peninsula Ibérica. La totalidad de los ejemplares atestiguados en el Occidente romano han sido recogidos por Verzar14.

En Hispania parece ya fuera de todo interrogante que Tarraco, colonia, capital de la Provincia Tarraconensis, dispuso de un conjunto monumental estrechamente relacionado con el Forum Augustum en Roma15. Dicho conjunto constaba de un templo situado en el eje central y apoyado contra la parte posterior de una plaza y rodeado por un portico con clipei representando a Jûpiter-Ammon. El vinculo con el prototipo de la metrôpoli se comprende fâcilmente, maxime cuando esta confirmada la estancia de Augusto en Tarraco durante algûn tiempo. El plan de conjunto se remonta efectivamente, en su concepciôn a época augûstea, independientemente de que el templo no fuese consagrado hasta el 15 d.C. por Tiberio16.

En Emerita Augusta, capital de la Provincia Lusitania se conocen fragmentos de clipei que, en opinion de Hauschild pertenecian a la decoraciôn de un portico que probablemente rodeaba a un templo de culto imperial17.

14. Mercedes Verzar, Aventkum, II. Un temple du culte impérial, Avenches, 1977, p.36 ss. 15. M. Vezar, cit. supra n. 14, p.37. Théodor Hauschild, "Rômische Konstruktionen auf der

oberen Stadtterrasse des antiken Tarraco", A Esp A, 45, 1972, p. 34 ss.; Idem, "Tarraco en la época augûstea", Symposium de Ciudades Augûsteas, I, Zaragoza, 1976, p.213 ss.; Ibidem, "La terraza superior de Tarragona, una planificaciôn axial del siglo I", Segovia y la Arqueologia romana, Segovia, 1977, p.209 ss.

16. No entramos en la discusiôn cronolôgica planteada porlafechadelosr///wycapitelesdel conjunto religioso tarraconense. El problema estriba en que taies fechas reposan sobre bases estilisticas no muy sôlidas y por lo tanto nada definitivas. Solo la conjunciôn de indicios de tipo histôrico y arqueolôgico, junto con los estilisticos puede aportar algo de luzaesta dificil cuestiôn. Por otra parte, la fecha del 15d.C(Tâcito, Annales, 1,78) para la inauguraciôn del templo, ofrece poca discusiôn.

17. Th. Hauschild, cit. supra n. 15, p.38; M. F. Squarciapino, "Ipotesi di lavoro sul gruppo di sculture da Pan Caliente", Symposium Bimilenario de Mérida, Madrid, 1976, p.55 ss.

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Recientes hallazgos en los aledanos del templo de Diana, actualmente en estudio por Alvarez Martinez18, parecen confirmar esta hipôtesis.

La existencia en Tarraco y Emerita Augusta de send os centros religiosos directamente relacionados con el Forum Augustum, cobraba especial valor, ya que significaba la instalaciôn de las lineas maestras del contenido ideolôgico del sistema politico augûsteo, en las dos capitales de las dos provincias de Hispania que por sus especiales circunstancias, dependian directamente del emperador. En ambos casos era conveniente que la ideologia imperial y el poderio del nuevo sistema politico, quedasen reflejados de la forma mas notoria posible, con un claro matiz ejemplificador y nada mâs apropiado para tal fin que la adoption del esquema monumental y el programa iconogrâfico del Forum Augustum, genuina base ideolôgica del nuevo Imperio.

Cabe preguntarse si en Corduba, capital de la Provincia Baetica existiô o no un conjunto similar a los evidenciados en las otras dos capitales de provincia de Hispania. En este caso, la situaciôn es distinta, el rango senatorial que poseia la Baetica y el mayor grado de romanizaciôn de la misma no precisaba de una labor ejemplificadora tan intensa como en las otras dos provincias hispanas, en las que su total pacificaciôn se habia conseguido mâs tarde. Por consiguiente, tanto en Tarraco como en Emerita Augusta nos encontramos ante dos auténticos pianos ideolôgicos, directamente vinculados con el Forum Augustum, elaborados al servicio politico y religioso del culto imperial, con la salvedad apuntada por Verzar19 de que si en Roma en el santuario de Augusto, los clipei con la cabeza de Jûpiter-Ammon estaban directamente relacionados con acontecimientos histôricos, en Tarraco y Emerita Augusta el contenido iconogrâfico no podia poseer exactamente el mismo significado; en los dos casos hispanos, dichos simbolos constituian la representaciôn abstracta del poder del Imperio.

En Clunia, capital del Conventus Cluniensis se conservan los restos de un conjunto religioso monumental que guarda notables semejanzas con el de Tarraco20. Tal circunstancia no;debe producir extraneza, ya que sabemos que en principio fue una ciudad indigena importante y fortificada que al romanizarse obtuvo primero el rango municipal y mâs tarde el de colonia, transformaciones juridicas que se explican perfectamente por la misiôn trascendental que debia realizar. Situada en el finis Celtiberiae, Clunia debia

18. Al que agradecemos su gentileza por habernos facilitado tan recientes datos. 19. M. Verzar, op. cit. n. 14, p.38. 20. P. Palol, op. cit. n. 12, p.73.

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irradiar el espiritu de romanidad a las recientemente incorporadas y siempre dificiles gentes del Norte y Noroeste de la Peninsula Ibérica. Dentro de la nueva ordenaciôn administrativa, llevada a cabo por los Julio-Claudios, Clunia desempenaba el papel de enlace entre Tarraco, capital provincial y las tierras mâs alejadas de la misma; de ahi que el forum de Clunia estuviera investido de una importancia especial, que debiô hacer aconsejable la concepciôn de un esquema arquitectônico directamente vinculado con el de Tarraco.

Los ejemplos de Tarraco y Clunia y el cada vez mâs probable de Emerita Augusta suponen la absoluta evidencia por una parte, de la importancia de los esquemas preconcebidos en la arquitectura romana y por otra, de la aplicaciôn de un esquema arquitectônico — el del Forum Augustum en Roma — , al servicio de la nueva ideologia del Principado, auténtico motor del recién creado aparato administrative imperial. Es interesante, ademâs, resaltar que en los très casos, la circunstancia de capitalidad, en sus grados, ha contribuido decisivamente en la adopciôn de un arquetipo tan determinado, a la vez que représenta el mâs claro exponente de la idiosincrasia de la nueva administraciôn romana, en la que sobre todo las capitales de provincia adquirian el rango de genuinas delegaciones de la metrôpoli romana.

Si ha podido evidenciarse la aplicaciôn de un esquema arquitectônico para los centros politico-religiosos de los nucleos de poblacion mâs importantes de Hispania, puede deducirse la existencia de un modelo arquetipico de centro religioso, tanto para las coloniae como para los municipia recientemente incorporados al aparato administrative imperial. Este esquema debiô significar a partir del Alto Imperio una especializaciôn del factor poder politico-religion.

Han quedado senaladas anteriormente las causas por las que también el Municipium Augusta Bilbilis, antiguo nûcleo de poblacion indigena, adquiere la condiciôn de Municipium, pasando, de este modo a constituir una pieza clave mâs dentro de la estructura administrativa perfectamente centralizada y controlada. No obstante es de todos conocido que no bastaba la mera obtenciôn del estatuto municipal, sino que el nuevo rango adquirido conllevaba seguramente la remodelaciôn urbana de la ciudad, circunstancia totalmente lôgica e inexorable, a la vez que representaba la posibilidad de que los recién ciudadanos romanos disfrutasen de esa nueva condiciôn por medio de la nueva infraestructura urbana en la que los edificios religiosos, civiles, de espectâculos, etc., no debian faltar.

El aspecto urbano que las excavaciones en curso van desvelando

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lentamente, nos muestra una inusitada actividad constructiva para la época. augustea21 e inmediatamente posterior.

Ese momento es el que ve sobre todo, una adecuaciôn urbana de la que probablemente se habia carecido antes, en la que la racionalidad, sustituye el viejo esquema urbano que queda casi totalmente enmascarado por la potente remodelacion.

Es notorio el fenômeno de adaptacién al terreno, pero es mas decisiva aûn, la existencia de una coordination en un esquema general, de todos y cada uno de los elementos importantes que se construyen o inician entonces, coincidiendo con la transformacion administrativa.

Es patente también, y estos aspectos verân su comprobaciôn exacta en las memorias de excavaciones en curso, que en ese orden se insertan, tanto los edificios civiles administratives, como los religiosos o simplemente lûdicos. Es extraordinario comprobar como con las dificultades mas extremas se adopta un esquema arquitectônico no improvisado sino traido y adaptado alli. Esquema que probablemente dentro de su rigidez en cuanto a los conjuntos o unidades que debia contener, podia permitir cierto liberalismo en su distribuciôn mientras que no alterase la armonia del modelo original. Ello nos lleva a la comprobaciôn y posible disociaciôn de diversas unidades urbanas dentro del piano general, unidades que ademâs forman un todo mas amplio que es el esquema general.

En ese panorama es en donde se clarificarâ el papel ejercido por el conjunto religioso de culto imperial y su relaciôn con el probable forum que las excavaciones en curso estân desvelando y nos permitirâ con certeza ver el grado de asociaciôn entre esos dos elementos tan trascendentes desde el punto de vista de servir de catalizadores del cambio administrative y su reflejo en la arquitectura. Ese centro religioso con sus porticos y plaza, presidido por el templo que debe suponer no solamente un simbolo religioso sino también el reflejo pétreo de la presencia de la dinastia que ha provocado el cambio y el salto a una nueva forma de entender la administraciôn romana. Los datos disponibles por el momento para el conjunto bilbilitano, tanto los referidos al conjunto religioso, con reflejos de lo que ocurre en la capital provincial, no son totales por lo que habrâ que esperar al anâlisis definitivo de lo obtenido recientemente, no obstante si permiten apreciar estratigrâficamente la traza inicial y la posterior remodelaciôn de los primeros decenios del siglo II d.C. con lo que tendrîamos también una transformacion parcial de algûn edificio

21.- M. Martin-Bueno, op. cil. n. 3, p. 145 ss.

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importante del conjunto en un momento en que el renacimiento administrative y econômico es patente con los Antoninos.

Finalmente otro ejemplo peninsular, el de Conimbriga, debe ser tenido en cuenta a la hora de valorar justamente los problemas que pretendemos esbozar aqui de adopciôn de esquemas arquitectônicos. Conimbriga, cuenta en la actualidad con uno de los mejores estudios para la arquitectura romana peninsular de forma global. Los problemas de arrasamiento de muchas zonas del yacimiento con la imposibilidad de apreciar una estratigrafia concreta que aclarase algunos puntos oscuros, no empana para nada el resultado final que es elocuente y hoy por hoy necesaria piedra de toque para el resto de la Peninsula. El trabajo de Alarçao y Etienne22 viene a mostrar la presencia de un esquema constructive augusteo que posteriormente es modificado ampliândolo considerablemente. De todo ello nos interesa sobre todo la concurrencia en el conjunto religioso, eje central del yacimiento, de unas premisas que permiten pensar una vez mas en la adopciôn de algo que se aporta de fuera. Ese esquema no es genuino de alli, como tampoco lo es de otros ejemplos antes mencionados. Ese esquema respondeaunas necesidades y a unas funciones especificas que son las que surgen con el advenimiento del principado y se van a perpetuar luego. Esa nueva modalidad que en lo religioso denominamos culto imperial y que en realidad es mucho mâs que la simple reducciôn de elementos religiosos y divinidades a la figura del emperador deificado, es simplemente el reflejo del periclitar de una época y del nacimiento de otra, el Imperio, que es algo mâs que un simple cambio en la cabeza del Estado, es el cambio de muchas ideas y sobre todo del sistema administrative con distintas formas y exigencias.

22. Jorge Alarçao, Robert Etienne, Fouilles de Conimbriga. I. L'architecture. Paris, 1977.