Mitos y realidades sobre la municipalización flavia en "Lusitania"

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LUSITÂNIA ROMANA – ENTRE O MITO E A REALIDADE Centro Cultural de Cascais Museu Nacional de Arqueologia Museu Arqueológico de S. Miguel de Odrinhas 4 a 6 de Novembro de 2004

Transcript of Mitos y realidades sobre la municipalización flavia en "Lusitania"

LUSITÂNIA ROMANA –ENTRE O MITO E A REALIDADE

Centro Cultural de Cascais Museu Nacional de Arqueologia

Museu Arqueológico de S. Miguel de Odrinhas4 a 6 de Novembro de 2004

FICHA TÉCNICA

TítuloLUSITÂNIA ROMANA – ENTRE O MITO E A REALIDADEActas da VI Mesa-Redonda Internacional sobre a Lusitânia Romana

Imagem da CapaAutor: Alexandre de Laborde (o desenho). Gravou Tilliard.Obra: Voyage pittoresque et historique de l’Espagne, Paris, 1807-1818(IV Volumes). A data certa do desenho recairá nos primeiros anos do século XIX, quando De Laborde esteve em Madrid, ao serviço de Napoleão. O título da gravura (em três línguas: Castelhano, Francês e Inglês): Vue de la Naumachia et de l’Ancien Théâtre à MÉRIDA.

EdiçãoCâmara Municipal de Cascais

CoordenaçãoJean-Gérard GorgesJosé d’EncarnaçãoTrinidad Nogales BasarrateAntónio Carvalho

Local e dataCascais, 2009

ImpressãoFacsimile, Lda.

Tiragem1050 ex.

ISBN978-972-637-207-3

Depósito Legal298801/09

LUSITÂNIA ROMANA – ENTRE O MITO E A REALIDADE

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MITOS Y REALIDADES SOBRE LAMUNICIPALIZACIÓN FLAVIA EN LVSITANIA

JAVIER ANDREU PINTADOUniversidad Nacional de Educación a Distancia – UNED

Resumen:

Pocos acontecimientos en la historia de Hispania contribuyeron tanto a cambiar la fisonomía

de sus tres prouinciae romanas y tuvieron tanta importancia para la explicación del desarrollo futu-

ro de éstas como la donación del Latium uniuersae Hispaniae llevada a cabo por Vespasiano y cuya

única noticia literaria nos la aporta un pasaje de Plinio (Nat., III, 30). La implicación en dicho

acontecimiento de conceptos tan complejos como el del ius Latti como privilegio y ficción jurídi-

ca romana, o el de municipium como categoría básica de ordenamiento cívico romano ha genera-

do una amplísima especulación historiográfica que, a nuestro juicio, ha forjado una serie de mitos

y de tópicos historiográficos que sólo el análisis detallado de la documentación – fundamental-

mente epigráfica – permite desmontar. El presente trabajo pretende ser sólo una relación de dichos

mitos y el apunte de las soluciones que se desprenden del análisis documental y que nos brindan

un mejor conocimiento de las consecuencias de dicho acontecimiento.

Palabras clave:

Lusitania, Mito, Município, Lex, In Latii, Flávios (dinastia).

Abstract:

There were not too much events in Hispania’s history that had contributed in changing the

three Hispanic roman provinces aspect and in explaining their future development in the way ius

Latii granted by Vespasian did. This is an important and unique fact that we have been noticed

only by a short reference in Pliny (Nat., III, 30). Is in the relationship between this event and two

of the most complicated problems in Roman law (the ius Latii as legal privilege and the municipi-

um as anusual form in the urban Roman system) that this question has been surrounded by a lot

of myths that had fulfilled the question with doubts and obscurities. The following paper pretends

only to study some of those myths in order to a better knowledge of ius Latii’s grant’s conse-

quences.

Keywords:

Lusitania, Myth, Municipium, Iu, Latii, Lex, Flavians.

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JAVIER ANDREU PINTADO

Pocas veces la investigación en Historia Antigua ha puesto al descubierto tantasincógnitas, generado tantas hipótesis interpretativas y causado tan complejos debateshistoriográficos como en torno de una brevísima – pero cargada de contenido – noticiapliniana1 que nos informa de la extensión del Latium uniuersae Hispaniae por Vespasianus.Sólo a partir de ella y tomando como base una abundante documentación epigráfica alrespecto,2 somos hoy capaces de reconstruir3 el verdadero alcance de una bifronte refor-ma administrativa que está en la base del auténtico saeculum aureum que vivirá Hispaniaen el siglo II d. C.4, con Trajano y Adriano: la latinización y la municipalización de lascomunidades no privilegiadas de las tres Hispanias.

El tema – incoado en la investigación por un antiguo trabajo de R. K. McElderry,5 alque seguiría un nuevo análisis y revisión de la problemática desde la perspectiva hispá-nica obra de A. Montenegro,6 ambos todavía válidos – ha sido abordado por muchosautores tanto en obras globales sobre el tema7 como en un amplio elenco de estudios par-ticulares sobre el problema del ius Latii y de los municipia Flauia y Latina,8 contagiandotambién a toda la historiografía sobre el proceso de urbanización de las distintas prouin-ciae hispánicas, sin que Lusitania haya sido una excepción al respecto.

Efectivamente, estudios pormenorizados sobre las ciudades de Lusitania romana9 asícomo algunos estudios globales sobre la incidencia de la municipalización flavia en laPenínsula Ibérica10 han venido contribuyendo a establecer la nómina de municipia Flauiade la prouincia Lusitania, nómina que, como no podía ser de otro modo, ha estado con-tagiada de los que son – a nuestro juicio – algunos de los mitos que nublan la realidaddel alcance del proceso latinizador y municipalizador de Hispania derivado de la dacióndel Latium uniuersae Hispaniae por Vespasiano.

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1 PLIN., Nat., III, 30: Vniuersae Hispaniae Vespasianus Imperator Augustus iactatum procellis rei publicaeLatium tribuit.

2 Las piezas clave de dicha documentación epigráfica fueron anotadas inicialmente por STYLOW,1986 y más tarde insertadas en el discurso histórico sobre la extensión del Latium a Hispania en STYLOW,1999. La documentación, sin embargo, es muchísimo más amplia. Un repertorio completo y actualizado dela misma puede verse en: ANDREU, 2002.

3 Una síntesis de la problemática, organizada a partir de un comentario pormenorizado del referidopasaje pliniano, puede verse en ANDREU, 2003(a).

4 ALFÖLDY, 1998: p. 15.5 McELDERRY, 1918, después revisado en McELDERRY, 1919.6 MONTENEGRO, 1977.7 Quizás como las puestas al día más globales sobre el problema pueden citarse: ALFÖLDY, 2000;

CABALLOS, 2001; CANTO, 1996; GARCÍA FERNÁNDEZ, 2001; GONZÁLEZ, 2001; MUÑIZ, 1984-85;ORTIZ DE URBINA, 2000; y STYLOW, 1999. La más reciente, que toma en consideración los pareceresvertidos por toda la historiografía precedente, puede seguirse en ANDREU, 2004(a).

8 El lector versado sobre el tema ya conoce sobradamente algunos de estos trabajos. En cualquier caso,una pequeña guía de lectura de los mismos puede seguirse en MENTXAKA, 1993: pp. 51-53 y enANDREU, 2004(b): pp. 189-210.

9 Así, el tema está presente en ALARCÃO, 1990; FRANCISCO, 1993; GARCÍA IGLESIAS, 1979;LE ROUX, 1990 y 1996; MANTAS, 1990; SALINAS DE FRÍAS, 1990; y TRANOY, 1990.

10McELDERRY, 1918; BONNEVILLE, ÉTIENNE, ROUILLARD, SILLIÈRES, y TRANOY, 1982;

ABASCAL y ESPINOSA, 1989: p. 75; y ORTIZ DE URBINA, 2000, p. 205.

MUNICIPALIZACIÓN FLAVIA EN LVSITANIA

No pretende este trabajo, sin embargo – a pesar de que se ofrece al final del mismouna tabla de síntesis sobre la incidencia de la municipalización Flavia en Lusitania –,estudiar pormenorizadamente cada presunto municipium Flauium de la prouincia quecentra los debates de este volumen,11 sino simplemente, a partir del recurso a la docu-mentación con que contamos – básicamente arqueológica y epigráfica –, contribuir adesenmascarar algunos de esos mitos y alumbrar, en definitiva, una imagen más real decuál fue la incidencia de la municipalización Flavia en Lusitania.

1.El primer tópico – y quizás el más grave mito de cuántos se ha forjado en torno del

problema que nos ocupa tanto que ha contribuido a distorsionar su realidad – es el delalcance del proceso municipalizador, asunto que está referido, literalmente, en el citadopasaje pliniano, en el que, de modo claro, el Naturalista indica que la extensión delLatium fue uniuersae Hispaniae.

Mucho se ha analizado esa expresión y no han faltado quienes han sostenido que trasella, Plinio – por otra parte, no lo olvidemos, privilegiado conocedor de las circunstan-cias de la Hispania Flavia pues es en esa época que desempeña su cargo de procuratorAsturiae et Callaeciae12 – está haciendo referencia sólo a la Baetica, tomando el todo porla parte.13 Sin embargo, precisamente ese excepcional conocimiento y competencia téc-nica que siempre se ha atribuido al Naturalista son las que nos hacen concluir que, trasla referencia uniuersa Hispania, éste está entendiendo toda la Península. Creemos quepensar lo contrario y defender una incidencia selectiva del Latium es sólo consecuenciadel prejuicio que trata de disociar – asunto en el que luego entraremos, pues constituye,quizás el segundo mito – Latium de municipium y que intenta hacer de la romanizaciónplena de una comunidad la causa de su latinización o municipalización, y no la conse-cuencia, como nosotros mismos – con parte de la investigación14 – consideramos.

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11 Para ello puede verse ANDREU, 2005.12 CANTO, 1996, p. 241.13 FEAR, 1996, p. 138. La idea parece bien justificada desde la perspectiva filológico-literaria, de

hecho, este autor señala que mientras que en algunos otros pasajes de la Naturalis Historia – incluso inme-diatamente anteriores en la estructura de su obra como aquél en que describe la riqueza aurífera deHispania – al hablar de las distintas prouinciae hispanas se refería a ellas de forma individualizada comoBaetica, Citerior y Lusitania, en otros casos se refería a las tres prouinciae bajo el término Hispaniae, en plu-ral (PLIN., Nat., IV, 110, práctica también atestiguada en otros autores latinos: TAC., Hist., III, 53; yMELA, III, 10). Por el hecho de que en el pasaje que nos ocupa estuviera utilizando el singular uniuersaHispania, debía estar refiriéndose a una sola de las tres prouinciae. Así, como, según este investigador, nodebió existir ninguna prouincia Hispaniensis per se y, al contrario de lo que sucedía en la Baetica, en Lusitaniay en las zonas del Noroeste de la Citerior no encontraba abundantes transformaciones resultado de laextensión del Latium, le parecía que Plinio debía estar refiriéndose sólo a la Baetica tras la alusión uniuer-sae Hispaniae.

14 Esta opinión ha sido mantenida por ALFÖLDY, 1987, p. 89; STYLOW, 1999; GARCÍAFERNÁNDEZ, 2001, p. 121; y BELTRÁN LLORIS, 1999(a), p. 252. Nuestro punto de vista, coincidentecon el de estos autores, puede seguirse en ANDREU, 2004(a), pp. 69-73.

JAVIER ANDREU PINTADO

2.Efectivamente, el segundo tópico que ha afectado a la percepción que se tiene del pro-

ceso de municipalización y latinización de Hispania iniciado por Vespasiano afecta al cora-zón mismo de los dos conceptos que intervienen en la cuestión: el Latium – como ficciónjurídica de privilegio romana – y el municipium – como estatuto jurídico privilegiado, deri-vado, además, del Latium y concretado entonces en la figura del municipium Latinum –.

Aunque el problema de la historia del Latium y de su formación como privilegio jurí-dico para las comunidades de Latini con las que Roma entró en contacto en la conquistade Italia excedería los propósitos de este trabajo – apenas con pretensión de síntesis – síqueremos detenernos en la que, creemos, es la concepción acertada sobre su validez o, almenos, resulta una de las posibles. Así, el Latium es un privilegio que, a nuestro juicio,Roma diseña para permitir la asimilación a los modelos romanos del sistema jurídico y elordenamiento constitucional de una comunidad no-privilegiada (una comunidad stipen-diaria, por utilizar la terminología pliniana). Por tanto, es sólo un resorte por el que Romareconoce como ajustados a Derecho Romano los iura e instituta locales de una comuni-dad. No es, en absoluto – como a veces se ha pensado – un privilegio que Roma concedea aquellas comunidades que manifiestan ya un alto grado de romanidad y que ha llevadoa quienes así piensan a considerar por ello que el Latium sólo operaría en la Baetica y elárea de Levante de la Citerior, dejando fuera de su radio de acción a la prouincia Lusitania,o, al menos a los conuentus Emeritensis y Scallabitanus o, en cualquier caso, a algunas de suscomunidades más septentrionales.

El problema, que tiene además raíces e implicaciones metodológicas15, es, a nuestrojuicio, más una cuestión de perspectiva que una cuestión conceptual y sólo una profun-da reflexión sobre la finalidad con la que Vespasiano concedió el Latium uniuersaeHispaniae – reflexión que hemos llevado a cabo en otro lugar16 – permite suponer que,precisamente, éste servía como vehículo de dinamización de la vida política de las comu-nidades y no como confirmación de su vida municipal.17

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15 Quienes defienden esta opción stricto sensu acaban por reconocer que son sólo municipia Flauia aque-llos cuya condición jurídica aparece confirmada por una lex municipalis lo que reduciría a apenas mediadocena la nómina de municipios flavios hispanos, algunos de ellos, incluso, ignoti pues pese al hallazgo desus tablas legales, la arqueología no nos ha aportado documentación sobre su realidad urbanística y monu-mental.

16 ANDREU, 2004(a), pp. 18-69 y, adaptado a la órbita de Lusitania, puede verse: ANDREU, 2005.17 Ha sido en este contexto que ha surgido el término de “municipio virtual” (ORTIZ DE URBINA,

1999, p. 136, y últimamente también en 2000, pp. 30-56) y el constructo oppidum Latinum (LE ROUX,1990, p. 46) surgidos ambos para justificar una fase de interinidad o de vorstufe zum munizipalstatus resul-tado de la extensión del Latium pero que no siempre acababa por concluir en la configuración del munici-pium, configuración final que, según estos autores, depende de la forma como se acomodaba cada comuni-dad a los requerimientos de Roma. Como hemos apuntado, y veremos en seguida, la, a nuestro juicio,imposible disociación (ANDREU, 2004(a), pp. 115-117 y GARCÍA FERNÁNDEZ, 2001, p. 129) entreLatium y municipium invalidaría este argumento. Además, no parece probable que algo tan complicadocomo se antoja el reglamento municipal pudiera funcionar de forma virtual casi desde el 70 d. C. – momen-to de la extensión del Latium por Vespasiano – hasta el 80 d. C., que es la fecha de los fragmentos de lexmunicipalis conocidos.

MUNICIPALIZACIÓN FLAVIA EN LVSITANIA

El propio sentido y significado del municipium – como matriz en la que se incluyela variante del municipium Latinum y del municipium Flauium – ha influido en lapercepción que los historiadores tienen sobre la real incidencia en Hispania delacontecimiento que venimos estudiando. Si recurrimos a las definiciones clásicasde municipium18 llama la atención que éstas inciden en la dualidad entre una seriedeterminada de munera o “cargos políticos” y una serie de individuos capaces deasumirlos (municipes). En consecuencia, debieron existir municipia en el momentoen que estos dos elementos ya tuvieran predicamento y presencia en las antiguasciuitates stipendiariae. Si, en ese sentido, se entiende que el Latium – por tratarse delLatium minus19 y, por tanto, del ius adipiscendae ciuitatem Romanam per magistratum –generaba ciues Latini y, entre quienes desempeñaran una magistratura, tambiénciues Romani, existían ya las condiciones necesarias para el funcionamiento munici-pal. La presencia o ausencia epigráfica del título municipium Flauium será un elemen-to secundario cuyo valor como argumento, además, el estudio de la documentaciónepigráfica ha venido matizando.20

3.De la resolución de los dos anteriores prejuicios nace una conclusión que ya expusi-

mos en su momento en el poster que da lugar al presente trabajo y que se presentó enla reunión de la que hace memoria el presente volumen (una versión de él puede verseal final de estas páginas): debe evitarse la confusión entre la donación del Latium y lasconsecuencias de dicha donación. A nuestro parecer, el Latium es sólo el motor deldesarrollo de una comunidad, no la certificación del mismo pues, por esencia, además,

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18 Especialmente GELL., 16, 13 y FEST.., 177 L y 262 L.19 Sobre el sentido del Latium minus, puede verse: Gaius, Inst., I, 95. 20 Efectivamente, en Hispania, de ciento veintidós epígrafes con referencia al término municipium/

municeps/municipium Flauium procedentes de comunidades no privilegiadas antes de los Flavios, sólotreinta y tres pueden ser adscritos con seguridad a la época Flavia. Además, la mención literal municipiumFlauium se generaliza a partir del periodo Flavio, quizás en un momento en que las comunidades ven másnecesario – por menos frecuente – hacer referencia a su antiguo privilegio. En Lusitania, por ejemplo, dis-ponemos de las inscripciones AE, 1986, 307 de Capera e IRCP, 150 de Mirobriga como testimonio de laexistencia de municipia Flauia ([pro sa]lute municipi(i) Flau(i) Ca[perens(is)] y IIuiro [—-] m(unicipii)F(lauii) M[irobrig(ensis)?] respectivamente) y de las inscripciones CIL, II, 895 de Caesarobriga, CIL, II,863 de Vrunia, CIL, II, 760 de los municipia prouinciae Lusitaniae del Puente de Alcántara, IRCP, 616 deAmmaia, IRCP, 183 de Salacia, CIL, II, 401 de Bobadela, MANTAS, 1998, p. 371 de CiuitasIgaeditanorum, AE, 1993, 891 de Sellium y HEp5, 1032 con alusión a varios m(unicipii) uicini del entornode Santiago da Guarda, todas con referencia a municipia que, a nuestro juicio, por otros indicadores quedespués comentaremos, son prueba de un estatuto privilegiado de este tipo y generado en esta época.

JAVIER ANDREU PINTADO

este privilegio había sido concebido siempre en Roma21 como un elemento de integra-ción de comunidades y de personas22 basado en el reconocimiento del ordenamientopre-municipal de una comunidad como ajustado – en mayor o menor medida – a losrequerimientos del Derecho Romano.

Es más, la secuencia23 que en ocasiones se ha propuesto para el proceso que va desdela donación del Latium por un supuesto edictum – que aparece referido en la legislaciónmunicipal24 – hasta la promulgación de una lex municipalis, nos ha llevado a suponer – conrefrendo, creemos, en documentos y menciones epigráficas de diversa naturaleza25 – que

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21 Episodios históricos de difusión del Latium en ese sentido así lo demostrarían. Ya desde sus orígenes,éste habría sido difundido por Roma para la satisfacción de las demandas de integración política de losLatini (en el 493 a. C., al abrigo del foedus Cassianum) o de los socii (en el 90 a. C., tras el Bellum Sociale),para después ser utilizado continuamente como vehículo para la asimilación política a Roma de los pue-blos conquistados (donación de Pompeyo Estrabón a la Gallia Transpadana en el 89 a. C.) o como instru-mento para la forja de clientelae en prouinciae estratégicas o de considerada importancia económica (dona-ciones del ius Latii a la Gallia Narbonensis, Sicilia e Hispania por César). Incluso las fuentes – especialmen-te SEN., Apocol., 3, 3 y TAC., Hist., III, 55, 2 – nos permiten suponer que al menos Galba y Vitelio mane-jaron el Latium como vehículo para estimular adhesiones en los tiempos de la guerra civil previa a la pro-clamación de Vespasiano. Esto ha llevado a LE ROUX, 1995, p. 84 a traducir el pasaje pliniano que docu-menta la donación del Latium por Vespasiano (véase nota 1) como “Vespasiano concedió a toda Hispaniael derecho latino prometido a la ligera en el período de inestabilidad del Estado”.

22 Mucho se ha discutido sobre el carácter personal (Personalrecht) o comunitario (Gemeinderecht)del privilegio del Latium, sin embargo, además de que dicho debate tampoco ha alterado mucho el estudiosobre la incidencia real del privilegio vespasiáneo en la Península, nosotros hemos defendido un caráctermixto del mismo, al beneficiar a un tiempo a los individuos y en consecuencia – por la dinámica relaciónLatium-municipium que ya hemos explicado – también a sus comunidades (al respecto del debate, consíntesis de las posturas y argumentos propios, véase: ANDREU, 2004(a), pp. 77 y 78 – notas 96 y 97 –y 9-14 respectivamente).

23 Desde GALSTERER, 1996, p. 219 y STYLOW, 1999, p. 232 se viene planteando la posibilidad de queal edictum de Vespasiano que concedía el Latium a Hispania y que regularía una amplísima.casuística relacio-nada con la concesión de la ciuitas Romana y la adscripción a la Quirina tribus de quienes la recibían fuera acom-pañado de una lex en la que estuvieran ya presentes las prerrogativas básicas derivadas del Latium (tesis plan-teada especialmente por LEBEK, 1993), es decir, una lex Latii, que se iría difundiendo entre los municipia yadaptándose a las realidades de éstos hasta que (BELTRÁN LLORIS, 1999(b), p. 35 y ANDREU, 2004(a),p. 232) en época domiciánea y en un deseo de Domiciano de poner fin a numerosas irregularidades derivadasde esa amplísima casuística (La epistula Titi ad Muniguenses de AE, 1992, 298 sería un ejemplo en este senti-do), la lex se gravaría por escrito en placas de bronce ut d(e) p(lano) r(ecte) l(egi) p(ossint), como reza el propiotexto de la Lex Irnitana (cap. 95). Pensando así, los ejemplares de lex municipalis que se conservan en Hispania– y mayoritariamente, como es sabido (véase nota 53) en la Baetica – obedecerían a una disposición domiciá-nea orientada sólo a dar propaganda a la lex, no a certificar las consecuencias del Latium. Por tanto, la lex iríaunida al Latium en el momento de su donación y sólo luego Domiciano decidiría darle una mayor publicidad.

24 Lex Irnitana, caps. 19-22.25 Efectivamente, la epigrafía nos ha obsequiado con las figuras de un tal Q. Vibius Crispus, legatus Augusti pro

praetore in censibus accipiendis Hispaniae Citerioris y de su adiutor Sextus Attius Suburanus Aemilianus (AE, 1939, 60),operando entre el 71 y el 73 d. C.; de Titus Plautus Siluanus Aelianus, legatus pro praetore prouinciae HispaniaeCiterioris haciéndolo entre el 70 y el 73 d. C.; y aun la de un anónimo censitor [conue]ntus Cae[saraugustan]i (CIL,VIII, 7070). La vinculación de estos personajes a las tareas censorias y de inspección técnica que debieron suce-der a la promulgación del edictum y que tendrían como objeto conocer el ritmo de la asimilación cívica de sus dis-posiciones, ha encontrado un excelente argumento en la denominada “ley modelo” que se conserva en el Museode Sevilla (HEp4, 837). En ella, el texto de la lex municipalis aparece con una serie de huecos en blanco destina-dos a incluir en ellos la información específica, propia y distinta de cada comunidad. Ya su editor, FERNÁNDEZGÓMEZ, 1991, apuntó la idea de que tablas como esa debieron circular por las comunidades hispanas al ritmode su incorporación a los cauces políticos del municipium. La propia actividad diplomática a la que la documen-tación epigráfica de época Flavia nos remite (epistula Vespasiani ad Saborenses en AE, 1992, 298 y Titi adMuniguenses en CIL, II2/5, 871) debería incluirse en este proceso me er que na opinado tambiên STYLOW, 1999.

MUNICIPALIZACIÓN FLAVIA EN LVSITANIA

debieron existir una serie de comisiones itinerantes que, al hilo de la censura del 73 d. C.fueron visitando las comunidades hispanas y verificando el modo cómo éstas estaban –efectivamente – conformando sus instituciones con los modelos romanos municipalesque, desde la recepción del Latium, habían asumido como propios.26

4.En ocasiones – éste constituiría el cuarto gran mito sobre el asunto – el estudio de la

más espléndida dación del privilegio de la Latinitas que haya conocido la Historia deRoma, se ha enfocado de una forma parcial, buscando sólo resolver los problemas queplanteaban los tres tópicos hasta ahora estudiados (naturaleza del Latium y del munici-pium y alcance geográfico de la donación) y el de la autoría y cronología del aconteci-miento, por otra parte los tres centrales del texto pliniano. Sin embargo, ha faltado unanálisis de las motivaciones que pudieron subyacer a la disposición vespasiánea deLatium tribuere y que, por otra parte, se han querido intuir en las procellae rei publicae alas que alude Plinio en el pasaje que venimos comentando.

Creemos que la explicación a tan generosa dádiva debe buscarse no sólo en la pro-pia naturaleza, utilidad y practicidad del privilegio histórico del Latium sino también enuna serie de razones estructurales y coyunturales de Hispania que no deben pasarse poralto y que, sin embargo, sólo de modo tangencial han sido tratadas en la investigación,27

más entretenida, como dijimos, en cuestiones conceptuales y de fondo sobre el sentidojurídico del Latium.

Al primer grupo de argumentos pertenecería el recordar – como ya hicimos ante-riormente – que el Latium fue siempre, en la Historia de Roma, un privilegio donadocomo medio para facilitar – en absoluto para reconocer – la integración de territorios alos que Roma reconocía un valor estratégico, político, diplomático o económico clave.Del mismo modo, como hemos dicho, está bien documentada su utilización como herra-mienta para la forja de clientelas y, especialmente, al final de conflictos bélicos.

Estas tres situaciones – que los acontecimientos históricos establecen como contex-tos apropiados para la difusión del Latium – no parecen ajenas a la Hispania de los Flavios

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26 Algunos conocidos epígrafes béticos – en los que determinados ciues Romani agradecen a la DomusFlauia la concesión del derecho de ciudadanía en época muy temprana e inmediata a la extensión del Latiumy en los que figura la condición ya municipal de sus comunidades – pueden aducirse como pruebas quedemuestran la realidad de esta afirmación. Nos referimos en concreto a CIL, II2/5, 291 y 292, con referen-cia al m(unicipium) F(lauium) C(isimbrense) y al m(unicipium) [F(lauium)?=] C(isimbrense) respectivamentey a CIL, II2/5, 308, de Igabrum, con referencia al munic(ipii) Igabrensis fechadas en torno del 75 d. C.

27 Pese a que desde el pionero trabajo antes citado de McELDERRY, 1918, se venía acuñando el tópi-co de la “reconstrucción flavia de Hispania”, la historiografía se ha detenido poco en el tema de las moti-vaciones que llevaron a Vespasiano a protagonizar tan generosa donación, apenas insistiendo, si acaso, enlas económicas y las militares. Al respecto pueden verse los trabajos de MONTENEGRO, 1976, p. 11– con especial incidencia en la dimensión económica –; HUMBERT, 1981, p. 222 – con atención a la fina-lidad de reorganización territorial –; LE ROUX, 1993, p. 190 – refiriéndose a la intención integradora – yFACHETTI, 1981, p. 403 – insertando lo sucedido en Hispania con el deseo romanizador del Imperio quesiempre manifestó Vespasiano –.

JAVIER ANDREU PINTADO

ni a la propia idea de Imperio que aporta la nueva dinastía Flavia. Por un lado, Hispaniaacaba de ser (68-69 d. C.) escenario de una guerra civil28 – y escenario activo, dada laextracción o, al menos, vinculación hispánica de algunos de los personajes implicadosen alla29 – y su proverbial riqueza parece convertirle en la caja de recursos adecuada paraun nuevo Princeps que hereda de Nerón un aerarium en tremenda bancarrota. Por otraparte, Vespasiano – que ha sido proclamado por las legiones en Oriente – parece quenecesita de una cierta occidentalización de su poder,30 para, de ese modo, lograr congra-ciarse con aquellas prouinciae que no sólo no le han apoyado sino que – como en el casohispano – incluso se han puesto del lado de quienes han sido sus rivales en la referidaguerra civil.

Estos planteamientos entendemos que encuentran su refrendo en tres accionesreformistas que Vespasiano plantea en Hispania y que, según nuestro criterio, siguen a laextensión del Latium: la reestructuración de los sectores económicos más productivos(básicamente annonario y, especialmente, minero31); la reforma de los cauces promocio-nales derivados de la generalización de la ciuitas Romana y de la apertura del camino pro-mocional que supone el ordo equester como antesala del senatorius;32 y, por último, la con-solidación de un proceso de municipalización-colonización que había tenido ya enHispania numerosos episodios y cuya finalidad – dar cabida en la administración a loshomines noui e municipiis et coloniis atque in prouinciis – ha glosado muy bien Tácito.33

5.Superados los mitos y prejuicios de naturaleza conceptual que han venido difumi-

nando la imagen real del alcance del Latium donado uniuersae Hispaniae, y su verdade-ro sentido, habría que detenerse ahora en una serie de cuestiones de carácter metodo-lógico y que hacen referencia a los que deben ser manejados como criterios para la con-firmación de la municipalidad flavia de una comunidad, sin duda la mejor y más inme-

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28 Sobre la guerra, desatada a la muerte de Nerón, puede verse: LEVICK, 1999, pp. 43-70.29 Otón era praetor prouinciae Lusitaniae (TAC., Ann., XIII, 46 e Hist., I, 13; SVET., Otho, 3 y PLVT.,

Galba, 20); Galba era praetor prouinciae Hispaniae Citerioris (TAC., Hist., I, 49 y PLVT., Galba, 3); y paraVitelio, TAC., Hist., III, 55 cita unas presuntas concesiones del Latium por él llevadas a cabo y que tuvie-ron Hispania como escenario.

30 Sobre la “occidentalización” como deseo vespasiáneo de reconciliarse con Occidente tras su procla-mación militar en Oriente, y especialmente manifiesto en su política senatorial puede verse: DEVREKER,1980, p. 262.

31 Para las reformas del sector oleario puede verse: CHIC, 1995. Para las reformas del sector extracti-vo y minero – más profundas y con dimensión también administrativa – puede verse ANDREU, 2004(a),pp. 21-25.

32 Aunque lo hemos tratado con detalle tanto para el caso hispano (ANDREU, 2004(a), pp. 49-69)como para el de Lusitania (ANDREU, 2005, pp. 95-98) – donde tenemos ejemplos de un senador promo-cionado desde esta prouincia (L. Baebius Auitus de CIL, VI, 1359, que habría sido adlectus inter praetoriospor Vespasiano entre el 73 y 3l 74 d. C., después de su cargo de procurator en Lusitania) y de un antiguomagistratus promocionado al ordo equester (M. Fidius Macer de AE, 1987, 616j de Capera) –, puede verse,mejor, para una inserción de la política de promociones en su propio ritmo cronológico, CABALLOS,1991, recientemente GONZÁLEZ HERRERO, 2006, y para el conjunto de Hispania NAVARRO, 2006.

33 TAC., Dial., 8, 1-3.

MUNICIPALIZACIÓN FLAVIA EN LVSITANIA

diata manifestación del espectacular alcance y repercusión que alcanzaron las reformasflavias. También en ellos, desde nuestro punto de vista, ha faltado cierta uniformidad decriterio y coherencia interna a la historiografía sobre la cuestión.

En ese sentido, aunque ya hemos expuesto aquí – y en otros lugares34 – nuestra idea– compartida por parte de la investigación35 – de que toda comunidad que – como losoppida stipendiaria de Plinio – no disfrutara antes del 70 d. C. de un estatuto colonial omunicipal – por tanto privilegiado – y siguiera existiendo en época post-flavia – comolas comunidades referidas en los listados ptolemaicos – debió haberse transformado enmunicipium Latinum o, cuando menos, en comunidad adtributa o contributa de un muni-cipio flavio mayor, ello no es óbice para que tengamos que ser prudentes a la hora de cer-tificar cuáles son las pruebas que confirman el, según nuestro criterio, indiscutible carác-ter flavio de las comunidades que cumplen este condicionante.

5. 1. Como se ha dicho, y como argumento de fácil seguimiento en las fuentes literariasy en los datos arqueológicos, debió promocionar a municipium Flauium – o quedar adtributaa alguno de ellos – toda comunidad que aparece citada en Plinio como no privilegiada ysigue vigente en los listados ptolemaicos o tenemos documentada su existencia durante elsiglo II d. C. El primer caso es en Lusitania el de comunidades como Augustobriga, Capera,Caurium, Ocelum Duri, Aeminium, Arabriga, la comunidad de los Colarni, de losConcordienses, de los Elbocori, Talabriga y Balsa,36 mientras el segundo está manifestado, porejemplo, en Colippo, Conimbriga, Caesarobriga, o Mirobriga – de las que nos consta sumención pliniana y para las que disponemos además de niveles arqueológicos post-flavios –y Sellium, Ammaia, Ossonoba y quizás el municipium ignotum de Bobadela, si se acepta unasugerente hipótesis al respecto37 – de los que sólo tenemos mención ptolemaica y nivelesarqueológicos post-flavios pero también pre-flavios lo que compensa su ausencia en laGeografía pliniana –. A partir de este axioma – y como se ha indicado al principio – todasellas serían municipia Flauia variando únicamente – y ello puede verificarse en el rango “segu-ro”/”probable”/”dudoso” de la tabla que ofecemos al final del trabajo – la cantidad de argu-mentos que nos han confirmado esa inicial percepción.

5. 2. Es municipium Flauium cualquier comunidad para la que tengamos documentadaepigráficamente su condición de municipium y dicha mención no sea anterior a la épocaflavia, independientemente de que la misma lleve el epíteto flavia – como sucede, porejemplo, en Conimbriga,38 único caso en Lusitania en el que se nos permite intuir este fenó-

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34 Con cierto detalle, el tema puede seguirse – aunque aplicado a otro territorio de Hispania – en:ANDREU, 2003(b).

35 ALFÖLDY, 1987, p. 89; STYLOW, 1999; GARCÍA FERNÁNDEZ, 2001, p. 121; y BELTRÁNLLORIS, 1999(a), p. 254.

36 PLIN., Nat., IV, 117 para Augustobriga y IV, 113 y 118 para las restantes comunidades citadas.37 PTOL., II, 5, 6 para Sellium y Ammaia y II, 5, 2 para Ossonoba. ALARCÃO, 1988, p. 25 ha querido

relacionar Bobadela con la Oueladis citada por Ptolomeo en II, 5, 6, hipótesis, como decíamos, sugerentepero que se antoja indemostrable.

38 Título de Fl(auia) Conimbrica en AE, 1969-70, 245.

JAVIER ANDREU PINTADO

meno que sí abunda en la Citerior en comunidades como Aquae Flauiae, BergidumFlauium, Interamnium Flauium, Flauia Augusta… – y aparezca referida como municipiumFlauium en alguna inscripción39 o no – como en Caesarobriga – seguramente por el carác-ter redundante de dicha indicación en esa época, como se ha comentado anteriormente.

5. 3. Es municipium Flauium aquella comunidad en la que la Quirina tribus es la pre-valente – no necesariamente la exclusiva40 – en las adscripciones tribales de sus ciuesRomani Así, conforme a este criterio estaría documentada la municipalidad flavia deAugustobriga,41 Caesarobriga,42 Capera,43 Caurium,44 Ocelum Duri,45 Tapori,46 Balsa,47

Mirobriga,48 Ossonoba,49 Ciuitas Igaeditanorum,50 Colippo,51 y Conimbriga.52

5. 4. Es indiscutible la condición municipal flavia de una determinada comunidad– aunque el argumento no ha encontrado por el momento refrendo en Lusitania, almenos hasta la fecha53 – con testimonio de lex municipalis pero en el uso de este criteriono debe llevarse demasiado lejos – como de hecho ha sucedido – el argumento ex silen-tio. En primer lugar porque, en las Ciencias de la Antigüedad, fenómeno no atestiguadono equivale a fenómeno inexistente. Además, porque el municipium, como vimos, es lacara inseparable y consecuente del Latium y, por último, porque las circunstancias de ladifusión y propaganda pública de la lex – seguramente de factura vespasiánea – pareceque fueron lo suficientemente peculiares como para justificar que éstas prácticamentesólo se hayan documentado en la Baetica, como se ha demostrado en otro lugar.54 En rea-

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39 Casos del municipium Flauium Caperense y del municipium Flauium Mirobrigense, arriba referidos(véase nota 20).

40 STYLOW, 1995, p. 112.41 L. Vibius Reburrus y C. Anton(ius) Apo[l]a[us] de CPILC, 482 y 473.42 L. Annius Placidus y C. Licinius Fuscinus, de CIL, II, 896 y 913 respectivamente.43 El ya citado M. Fidius [Macer] de AE, 1987, 616j.44 L. Valerius Seuerinus y Val(erius) Saturninus Aquilo, de CIL, II, 789 y CPILC, 268.45 M. Atitlius Silo, de CIL, II, 2628.46 L. Iulius Longinus, de CIL, II, 519.47 T. Manlius Faustinus, de IRCP, 79.48 Q. Scribonius Paternus, de IRCP, 158.49 L. Annius Nouatus y [C. Iuli]us [F]elici[or], de IRCP, 6 y 8.50 C. Curius Firmanus (CIL, II, 442), M. Iulius Modestus (HAE, 1137), L. Iulius Modestus (HAE, 1138),

C. Valerius Fronto (HAE, 1178), C. Curius Clementinus (HAE, 1123), L. Iulius Modestinus (HAE, 1136),L. Iulius Fraternus (HAE, 1134), y P. Valeri[us] Clemens (AE, 1967, 182).

51 Q. Laerius Scipio (ILER, 4361), Q. Naeuidi(us) Rufin[us] (CIL, II, 340), [V]aleri[us] M[a]ximus (EE,IX, 28), M. Gurti[us] Cassian[us] (BRDO, III), y Q. Talotius Allius Silonianus (CIL, II, 5232).

52 C. Turranius Rufus (AE, 1971, 162) y M. Antistius Agrippinus (CIL, II, 395).53 Como es sabido, sólo se conocen fragmentos de leges municipales en la Baetica y en la Citerior. La

nómina de hallazgos la integraría una supuesta lex Carrucensis del Cortijo de Los Cosmes de Écija (CIL,II2/5, 1145); un fragmento hallado en el Cerro de las Balas, también de Écija (CIL, II2/5, 1120); la supues-ta lex Iliturgicolensis del Cerro de las Cabezas de Fuente Tójar, en Córdoba (CIL, II2/5, 252); la lexOstipponensis de la localidad sevillana de Herrera (CIL, II2/5, 959); la lex Malacitana (CIL, II, 1964); la lexIrnitana (CILA, 2, 1201); la discutidísima lex Corticatensis de Italica-Cortegana (CILA, 1, 340); la lexSalpensana (CIL, II, 1963); la lex Villonensis (CILA, 2, 1207); una amplísima colección de fragmentos con-servados en el Museo de Sevilla y de incierta procedencia (HEp4, 826 a-i y 831u); la importantísima y yatratada “ley modelo” (véase nota 25) también custodiada en el Museo de Sevilla (HEp4, 837), todas ellasen la Baetica; y el fragmento de Duratón (AE, 1995, 862) en la Citerior.

54 ANDREU, 2004(a), pp. 229-235.

MUNICIPALIZACIÓN FLAVIA EN LVSITANIA

lidad, creemos que este argumento no es más poderoso que el de la mención epigráficaal rango municipal, por ejemplo.

5. 5. Se confirma la municipalidad flavia de aquella comunidad que vive modifica-ciones urbanísticas en torno al cambio del siglo I al II d. C. o modificaciones urbanísti-cas de distinta naturaleza fechadas indiscutiblemente en época Flavia.

Un primer tipo de esas modificaciones urbanísticas lo documenta el auge de la cons-trucción pública, testimoniado en nuestra prouincia en el arcus quadrifrons de Capera55;en el foro de Ammaia;56 en el templo al culto imperial de Ossonoba;57 en la reforma de lastermas y la construcción de templos en Ciuitas Igaeditanorum;58 y en el programa cons-tructivo y decorativo del monumental foro de Conimbriga.59

En paralelo a dicha monumentalización, la activa implicación de las élites urbanas ymunicipales en los procesos edilicios a través del fenómeno de la munificencia puede sertomada en consideración como criterio para probar la municipalidad. El tema – que hasido estudiado sobradamente en otro lugar60 – está bien documentado en Lusitania, sobretodo en el área de la construcción pública (caso de C. Cantius Modestinus en épocadomiciánea en ciuitas Igaeditanorum y en el municipium ignotum de Bobadela61), aunqueno exclusivamente, como documenta el epulum que, también en época flavia, ManliaFaustina realiza en la comunidad privilegiada de Balsa.62

Una de las caras más evidentes de la nueva monumentalización – al margen de lasalteraciones de los territoria municipales y la disposición topográfica de las comunidades,aspectos que están bien documentados para la capital de Lusitania63 – es la incorpora-

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55 No sólo el referido arco llevaría esa fecha (NÜNNERICH-ASMUS, 1996, p. 66) sino que tambiénparece que se construyen en este momento algunos templos de la ciudad (CERRILLO y otros, 1994,pp. 100-101) y algunos edificios fruto de la iniciativa privada como el Aqua Augusta que STYLOW, 1984,pp. 304-305 ha supuesto a partir de la relectura de los bloques de HEp1, 158.

56 El paralelo que ha dado la estructura arquitectónica del foro de Ammaia con el del foro de Conimbrigaha llevado a MANTAS, 2000, pp. 414-415 a plantear una posible fecha flavia para la promoción de Ammaia.

57 Además del citado templo al culto imperial, ofrendado por dos seuiri (IRCP, 11), existen testimoniosepigráficos de la construcción de otras dos obras monumentales indeterminadas, una por posible iniciativaprivada (IRCP, 13) y la otra por presunta gestión municipal (IRCP, 13).

58 Sobre las termas, puede verse: ALMEIDA, 1966, p. 115 y sobre el papel de C. Cantius Modestinus eltrabajo de MANTAS, 1993.

59 PFANNER, 1989. En el centro de dicho espacio forense se desarrollarían las nuevas ceremonias del cultoimperial que debieron rodear el busto de Tito ex auri pondo V de CIL, II, 5264, estudiadas por FISHWICK, 1981.

60 ANDREU, 2004(c).61 Veneris templum, Marti templum y templo Genio Municipii en HAE, 1074 e ILER, 2078 y CIL, II, 401

repectivamente. A estas donaciones, protagonizadas por C. Cantius Modestinus habría unir – en materia deconstrucción pública y fechables en época flavia – las del Aqua Augusta construido ex testamento por un tal[—-] Albinus en Capera (HEp1, 158), las del referido arco de dicha comunidad, por M. Fidius [Macer], conabundante aparato escultórico (AE, 1987, 616j) y la fuente que un tal Severus Vituli f(ilius) mandó cons-truir en algún uicus del territorium de Bobadela-ciuitas Igaeditanorum (AE, 1987, 478c).

62 IRCP, 79.63 Efectivamente, CIL, II2/7, 871, de Augusta Emerita, nos informa – junto con CIL, II2/7, 870 – de cier-

tas alteraciones del territorium de Augusta Emerita en el trifinium con las comunidades de Lacinimurga y deVcubi, reestructuración que parece fue llevada a cabo por Vespasiano en torno del 73 d. C. – fecha de lasegunda de las inscripciones citadas – y que quizás precisó de una revisión en época domiciánea comodocumentaría el primero de los testimonios citados, fechable en dicho momento.

JAVIER ANDREU PINTADO

ción de la Domus Flauia al paisaje epigráfico y escultórico ciudadano. Aunque el ritmode esa incorporación se conoce mejor por ciudades de la Baetica, como, por ejemplo,Munigua,64 lo cierto es que también en Lusitania las comunidades de Augusta Emerita,65

Metellinum,66 Vrunia,67 el municipium ignotum de Bobadela68 y Olisipo69 testimonian la rele-vancia que la imagen pública de los Principes Flavios pasaría a tener en las comunidadesque habían promocionado bajo su mandato.

5. 6. En último término, puede apoyar nuestra sospecha de una condición privile-giada de tipo municipal – sobre todo si confluye como evidencia con alguna otra de lasarriba descritas – la referencia epigráfica a instituciones propias del ordenamiento muni-cipal (IIuiri, magistratus, ordo, res publica...), siempre que no sean anteriores a épocaFlavia así como – tomada con prudencia – la raigambre latina de la onomástica de sushabitantes o, al menos, la rápida evolución y transformación de la misma hacia los patro-nes romanos.

En ese sentido, contamos con referencias a ordines en CIL, II, 339 y 5232 (ordoCollipponensium), CIL, II, 810 (ordo splendidis[simus] Ca[perensium]), CIL, II, 5346 (sena-tus populusque Augustobrigensis) e IRCP, 144 (splendidissimus ordo, de Ossonoba); a IIuirien CIL, II, 5232 de Colippo, AE, 1987, 616j de Capera, IRCP, 79 de Balsa e IRCP, 150de Mirobriga; a honores genéricos o diversos en BRDO, III de Colippo (ho[n]ores), aedilisen CIL, II, 896 de Caesarobriga e IRCP, 150 de Ossonoba, flamen en CIL, II, 5624 deConimbriga, CIRPS, 31 de Vrunia? y CIL, II, 895 de Caesarobriga, seuir en IRCP, 73 deBalsa y quaestor en CIL, II, 896 de Caesarobriga; y a res publica en CIL, II, 5232 deColippo, IRCP, 75 (r(es) p(ublica) Bals[sensium]) y CIL, II, 408, 519 y 521 de Tapori (res-publica Taporum)

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64 Quizás sea Munigua – el municipium Flauium Muniguense que documentan algunas inscripciones(CILA, 2, 266, 1508, 1509, 1072, 1073, 1074 y 1075) – uno de los ejemplos estándar del modo como ladomus Flauia se tornaba presente en los municipios originados por un proceso promocional de esta época.Así, en dicha comunidad de la Baetica contamos con una inscripción dedicada a Vespasiano (CILA, 2,1064), otra dedicada a Tito (CILA, 2, 1065) y otra dedicada a Domiciano (CILA, 2, 1066). La presencia– fuera del campo epigráfico – de la referencia Diuo en la de Tito mientras que la de Vespasiano ya incor-poraba dicho adjetivo en el lugar apropiado permite suponer que la sucesión de inscripciones obedecía aun programa iconográfico intencionado: primero, en época de Tito, y ya una vez muerto Vespasiano, sehabría grabado la inscripción a éste (Diuo Caesari Aug(usto) Vespasiano), después la de Tito, y luego, enépoca domiciánea, al erigirse la última, se habría incorporado a la anterior el adjetivo diuus (Diuo T(ito)diui f(ilio) Caesari Aug(usto)). Algo semejante, entendemos, debió suponer en otros municipia Flauia hispa-nos. Para la presencia de la domus Flauia en el paisaje epigráfico-escultórico de las comunidades hispanasde privilegio de Latinidad flavio, véase: ANDREU, 2004(a), p. 46.

65 Pedestal dedicado a Tito por la prouincia Lusitania y que sustentaría un pequeño busto dorado delemperador (CIL, II, 5264) y pequeña ara dedicada a Domiciano (CIL, II, 477), hallada en el contexto deotras inscripciones referidas al culto imperial.

66 Pedestal de estatua en honor a Domitia Augusta, erigido en el 81 d. C. por los IIuiri Q. LiciniusSaturninus y L. Mummius Pomponianus (CIL, II, 610).

67 Pedestal en honor de Domiciano, levantado d(ecreto) d(ecurionum) (CIL, II, 862).68 Monumental cabeza de Domiciano (SOUZA, 1990, p. 24).69 Cipo votivo hoy perdido levantado a Vespasiano en el 73 d. C. (EO, 80) y muy probablemente, vin-

culado también a un espacio relacionado con el culto imperial pues en él se hallaron también dedicacio-nes a la hija de Trajano (CIL, II, 177) y a una flaminica (CIL, II, 5218).

MUNICIPALIZACIÓN FLAVIA EN LVSITANIA

Hemos esbozado pues, en las páginas anteriores, una serie de tópicos que, desdenuestro punto de vista, han venido condicionando la investigación y reflexión históricasobre el problema de la extensión del Latium uniuersae Hispaniae que nos documentaPlinio para la época de Vespasiano. Se trata sólo del somero apunte de una serie de cues-tiones que – dentro y fuera del problema que nos ocupa – han marcado notablementeen los últimos años la producción historiográfica sobre la Hispania Romana. Ojalá quesu estudio y detallada reflexión permita arrojar más luces sobre uno de los aconteci-mientos más decisivos en la configuración histórica de estos territorios y que, por supues-to, tuvo también su calado en el de la antigua prouincia Lusitania.

Tudela de Navarra, Mayo de 2005

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C O N V E N T V S E M E R I T E N S I S

JAVIER ANDREU PINTADO

TABLA: LA MUNICIPALIZACIÓN FLAVIA EN LVSITANIA70

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C O N V E N T V S P A C E N S I S

C O N V E N T V S S C A L L A B I T A N V S

70 CLAVES DE LECTURA DE LA TABLA: TÍTULO: Fl. (cognomen Flauium), m. (municipium), rp. (res publica);FUENTES: Plin. (Plinio), Ptol. (Ptolomeo); TRIBVS: Quir. (Quirina tribus), Gal. (Galeria tribus); INSTITUCIONES:ord. (ordo decurionum, decuriones), mg. (magistraturas: aediles, IIuiri, quattuoruiri, omnes honores...), scd. (sacerdocios: flami-nes, VIuiri); URBANISMO: ap. (traslado ad planum), op. (obra pública-crecimiento o reforma urbana), ev. (evergetismo).

CIUDADTÍTULO FUENTES TRIBVS INSTITUCIONES LEX URBANISMO GRADO

Fl.. m. rp. Plin. Ptol. Quir. Gal. ord. mg. scd. ap. op. ev.

Augustobriga * * * * Seguro

Caesarobriga * * * * * Seguro

Capera * * * * * * * * * Seguro

Caurium * * * Seguro

Ocelum Duri * * * Seguro

Salmantica * * Probable

Tapori * * * Seguro

Vrunia? * * Seguro

Ammaia * * * Seguro

Balsa * * * * * * * * Seguro

Mirobriga * * * * * * Seguro

Ossonoba * * * * * Seguro

Aeminium * * Probable

Arabriga * * Probable

Aranditani * Probable

Araui Dudoso

Banienses Dudoso

? (Bobadela) * ¿*? * Seguro

Ciuitas * * * * SeguroIgaeditanorum

Cibilitani * Probable

Colarni * * Probable

Colippo * * * * Seguro

Concordienses * * Probable

Conimbriga * * * * Seguro

Elbocori * * Probable

Eburobrittium * ¿*? Probable

Meidubriga * Probable

Sellium * * Seguro

Talabriga * * Probable

Trutobriga Dudoso

MUNICIPALIZACIÓN FLAVIA EN LVSITANIA

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Poster “La Municipalización Flavia en Lusitania: mitos y realidades” expuesto en el contexto de la VI MesaRedonda sobre Lusitânia Romana (Cascais, 2004)

JAVIER ANDREU PINTADO

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