LA MÚSICA COMO TEXTO, EL INDIE COMO SUBCULTURA Un acercamiento, desde la Teoría subcultural, a...

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1 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA UNIDAD CUAJIMALPA Maestría en Ciencias Sociales y Humanidades LA MÚSICA COMO TEXTO, EL INDIE COMO SUBCULTURA Un acercamiento, desde la Teoría subcultural, a la Escena Indie en México a partir del análisis de dos revistas: Marvin e Indie Rocks! Idónea Comunicación de Resultados para obtener el título de Maestro en Ciencias Sociales y Humanidades David González Tolosa Director: Dr. Jorge Galindo Monteagudo Comité de asesores: Dra. Claudia Arroyo Quiroz Dr. André Dorcé Ramos

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA

UNIDAD CUAJIMALPA Maestría en Ciencias Sociales y Humanidades

LA MÚSICA COMO TEXTO, EL INDIE COMO SUBCULTURA Un acercamiento, desde la Teoría subcultural, a la Escena

Indie en México a partir del análisis de dos revistas: Marvin e Indie Rocks!

Idónea Comunicación de Resultados para obtener el título de Maestro en Ciencias Sociales y Humanidades

David González Tolosa Director: Dr. Jorge Galindo Monteagudo Comité de asesores: Dra. Claudia Arroyo Quiroz Dr. André Dorcé Ramos

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ÍNDICE Introducción…………………………………………………………………………3 Capítulo I. El punto de partida teórico………………………………………….7 Subcultura, escena e interaccionísmo simbólico. Teoría subcultural Escenas musicales Interaccionísmo simbólico. Capítulo II. Música como texto, música como sonido…………………….18 El periodismo musical y una breve introducción a la música Indie. ¿Qué es la música Indie? El Indie en México Capítulo III. (Des)escribiendo la sucultura…………………………………..26 Revistas, escena musical, redes de cooperación y convenciones. Descripción de las revistas Construcción de la escena Indie La escena Indie como redes de cooperación e industria cultural Convenciones de la escena Capítulo IV. El mundo social de la subcultura………………………………50 Editores, identidad, capital subcultural y espacios creativos. Editores y Coordinadores: actores clave La construcción de la subcultura: identificación y autenticidad El capital subcultural de la música Indie Espacios creativos Capítulo V. ¿Qué es el Indie?......................................................................69 Experiencia subcultural, campo e Industria cultural. Experiencia subcultural: Estilo e identidad Revistas y editores en el campo cultural de la música Indie Indie e Industria cultural Conclusiones……………………………………………………………………..88 Bibliografía y Fuentes de información…………………………….…………91

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LA MÚSICA COMO TEXTO, EL INDIE COMO SUBCULTURA Un acercamiento, desde la Teoría subcultural, a la Escena Indie en México

a partir del análisis de dos revistas: Marvin e Indie Rocks! INTRODUCCIÓN

The word “Indie” is meaningless now. It’s so over-used that people think it simply

means green hair.

-Steven Patrick Morrisey En las sociedades contemporáneas, la música resulta ser un aspecto común

para el desarrollo de la vida cotidiana y el establecimiento de ciertos aspectos

de lo social. Ésta produce contenidos culturales específicos que son decisivos

para la constitución y posterior identificación de las identidades de muchos

grupos sociales, que en esta investigación se les denomina como subculturas.

En México, el fenómeno social de la música –tal y como se le ha descrito- no

resulta ajeno, varios géneros musicales han contribuido para el establecimiento

de identidades locales bien definidas o bien, han servido como herramienta de

resistencia contra-hegemónica para grupos sociales que han surgido desde la

marginalidad. La música se ha convertido gradualmente en un recurso cultural

de suma importancia y una forma importante de expresión colectiva. El

propósito de esta investigación es determinar de qué manera uno de estos

géneros musicales instalados en el país, la música conocida como Indie,

produce contenidos culturales específicos; cómo se generan éstos y de qué

forma se validan y transmiten.

En México, cuando menos en la última década, la música Indie se ha

consolidado como una propuesta comercial y artística; y a pesar de la

existencia de una variedad de bandas y actores que se etiquetan como parte

de este género, no queda muy claro a quiénes y cómo forman parte de este

tipo de música; y quiénes son los que determinan y validan quiénes pueden

formar parte de este género musical. La cuestión será señalar de qué manera

se constituye un mundo social alrededor de este tipo de música y de qué forma

es estructurado culturalmente.

Parto de la idea de que la música Indie, y la subcultura que implica, es el

resultado de un mundo social no estructurado –con estructurado me refiero a

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cerrado, acabado y fácilmente ubicable- que es dinámico y que se construye a

partir de vínculos comunicacionales. Estos vínculos son el resultado de la

interacción entre distintos actores sociales que generan un mundo social en

común, donde los contenidos simbólicos de la música Indie se materializan en

ideas, prácticas y objetos concretos: asistencia a conciertos, discos,

publicaciones, etc. Puesto que esta concreción de los contenidos simbólicos se

puede dar de múltiples formas, esta investigación se centrará en sólo una de

éstas: las revistas musicales cuya temática central sea la música Indie,

sumándole la visión de aquellos sujetos que forman su discurso: los editores y

los coordinadores editoriales.

Creo que centrarme en las revistas musicales me permitirá observar

cómo el Indie puede, o no, proponer e interpretar formas de consumo cultural y

contenidos simbólicos específicos; asumiendo, a su vez, que las revistas

musicales tienen un papel notorio tanto en la diseminación como en la

formación del género musical. Las publicaciones que se seleccionaron para

realizar esta investigación son Marvin e Indie Rocks! 1. El criterio para

seleccionarlas se basó en que el eje editorial de las revistas se centra

principalmente en la música Indie. Se puede decir que esta investigación parte

de la premisa de que las revistas y los equipos editoriales juegan un papel

clave al interior de la subcultura asociada a la música Indie: son un vinculo

comunicacional privilegiado –y en el caso de las revistas especializado- que

interpretan el contenido simbólico de lo Indie. Por tanto, es posible ubicar

información clave acerca de la subcultura al interior de las revistas y, por tanto,

sus editores y coordinadores editoriales.

Partiendo de la idea central de que las subculturas se refieren a los

vínculos comunicacionales en donde se comparten los significados de ideas

1 El corpus de las revistas seleccionadas para la investigación corresponden a la totalidad de números que salieron en el 2011, en el caso de ambas revistas. La razón para seleccionar este año corresponde a la cuestión de los tiempos en que se realizó esta investigación. A lo largo del 2011 estuve estructurando las herramientas metodológicas y teóricas que guiarían esta investigación, al mismo tiempo que estuve recolectando los números que iban saliendo a lo largo del año, tanto de Indie Rocks! como de Marvin. Este año fue básicamente para el desarrollo de la investigación y la recolección de datos para que posteriormente, en el 2012, comenzara propiamente el análisis, la investigación y la redacción de este texto. Recolectar durante un año las revistas, desde mi punto de vista, permite observar el desarrollo de tendencias y demás eventos que rodean a la música Indie.

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específicas, objetos materiales y prácticas a través de redes sociales; haré uso

de la llamada Teoría subcultural desde la perspectiva del interaccionismo

simbólico. La investigación será principalmente descriptiva con énfasis en la

metodología cualitativa (tanto para recolección como análisis de datos) con el

fin de determinar cómo se constituyen y de qué manera son estructuradas

simbólicamente la subculturas. Para la recolección de datos será vital aplicar la

entrevista no-estructurada, tanto a los editores como coordinadores

editoriales2, con la intención de obtener información copiosa que pueda guiar a

la conceptualización de ideas, objetos materiales y prácticas de interacción. A

la par de este tipo de recolección de datos, se hará un análisis de las dos

revistas seleccionadas, en el periodo del 2011, esto con el fin de contrastar de

que manera estructuran cada una su propio discurso editorial partiendo de un

mismo tema: la música Indie.

Partiendo de esto anterior, el objetivo principal de la investigación será

determinar, a través de las revistas y su equipo editorial, de qué forma la

subcultura asociada a la música Indie estructura, genera y transmite su

contenido subcultural en el establecimiento de pautas de identificación social,

interpretativas y de comportamiento. Para lograr este objetivo principal, los

objetivos secundarios serán determinar cómo se está definiendo lo Indie,

cómo se están estructurando y transmitiendo contenidos simbólicos específicos

de a partir de esta definición. Señalar quiénes son los lectores y consumidores

a los que están dirigidos las revistas, y por tanto la música Indie.

En el primer capítulo se establecerá el marco conceptual y teórico que

se usará a lo largo de esta investigación: la Teoría Subcultural. Esta teoría será

de vital importancia para el desarrollo de mi investigación ya que me ayudará a

comprender la manera en que un espacio social genera contenidos culturales

significativos a través de un artefacto cultural especifico: la música. También

2 La visión de los editores y coordinadores editoriales se recolectó a partir de entrevista. En total se realizó una totalidad de totalidad de 4 entrevistas –correspondientes a las dos figuras que existen en ambas revistas-. La decisión para entrevistar a los editores y coordinadores editoriales está basada –como se verá posteriormente en esta investigación- en que éstos poseen una posición estratégica y clave dentro de la formación de las revistas, son puestos que tienen la función de seleccionar y dar forma al contenido de las revistas. Por tanto, si me interesa el análisis de los contenidos de las revistas, es pertinente saber la opinión de aquellos que juegan un papel decisivo en la formación de este discurso.

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se establecerán los alcances y perspectivas de esta teoría, y la manera en que

se piensan resolver estos límites a través de la incorporación de otros

conceptos que van de la mano de la teoría subcultural: la perspectiva de

escenas y el interaccionísmo simbólico principalmente.

Dado que los objetos de estudio en los que orbitará esta investigación

serán las revistas Marvin e Indie Rocks!, y su equipo editorial, en el segundo

capítulo se establecerá una pequeño esbozo histórico del periodismo musical,

con la intención de señalar cuáles han sido sus funciones históricas y

comprender de qué manera las revistas forman parte de la Industria musical.

En este mismo capítulo también se mostrará, de manera breve, el desarrollo

histórico de la música Indie y la forma en que se ha realizado en nuestro país.

A partir del tercer capítulo se empezará a desarrollar el análisis de los

objetos de estudio. En éste se realizará una descripción de las revistas y sus

contenidos para tratar de establecer la manera en que se instituye el mundo

social de la música Indie desde la perspectiva de las escenas musicales y el

concepto de mundo de arte. El objetivo del capítulo se señalara cuáles son los

elementos subculturales que permiten la existencia de la escena musical, sus

redes sociales y la subcultura que implica.

Una vez establecido la manera en que se estructura el mundo social de

la escena musical Indie y sus redes sociales, a partir del análisis y descripción

del contenido de ambas revistas; se analizará el papel que juegan los

coordinadores y editores de éstas en la trama social de la escena Indie; al

mismo tiempo que se tratará de establecer cómo circulan y establecen los

elementos subculturales ubicados en el análisis de las revistas a través de los

conceptos de identidad, capital subcultural y espacios creativos. El objetivo de

este capítulo será el de establecer cómo se genera un espacio simbólico a

través de la difusión de ideas, objetos y prácticas.

El quinto y último capítulo de este texto buscará establecer, a través del

análisis conjunto de las revistas y editores/coordinadores, de qué formas se va

transmitiendo y configurando el conocimiento subcultural, la forma en que se

experimenta y cómo este conocimiento se despliega alrededor de una Industria

Cultural. Cómo a través de los lazos sociales y de cooperación que se

establecen, determinan y sugieren formas válidas de participación subcultural y

formas de identificar a los participantes legítimos.

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I. EL PUNTO DE PARTIDA TEÓRICO Subcultura, escena e interaccionísmo simbólico

La música popular –como se entiende a lo largo de este texto- surgió a

principios del siglo pasado, tomando forma a través de los diversos medios de

producción y distribución que también iban surgiendo en ese momento;

principalmente la posibilidad tecnológica para grabar el sonido y su posible

transmisión radiofónica. Al principio este tipo de música fue dirigida a una

audiencia masiva en los Estados Unidos, pero con el tiempo su distribución se

esparció por el mundo3. Lo que distingue a la música popular es su desarrollo a

través de tecnologías que permiten su distribución a un publico masivo y que

se encuentra regulada a través de una Industria. El adjetivo de popular se

puede entender entonces como todo entretenimiento y contenido simbólico que

se produce desde una industria y que resulta accesible para un gran número

de personas4. Un aspecto crucial de esta tipo de música, desde mediados del

siglo XX, es su importancia como catalizador para las formas de identidad

social. La participación colectiva que se da desde la música provee de un

sentido de pertenencia y afiliación a un grupo en específico. En la década de

los setenta surgieron varios modelos teóricos que buscaban explicar y entender

la relación entre la música, la acción social y la identidad. Según Andy Bennett,

el paradigma teórico que marcó la aparición, y que posteriormente dominó,

este interés investigativo fue el concepto de subcultura5. Con el tiempo este

concepto fue tachado como estático y limitado, y fue sustituido por nuevas

conceptualizaciones que pretendían señalar lo cambiante de la relación entre

música, identidad y cultura.

Para mi, el concepto de subcultura es de gran utilidad para realizar mi

investigación ya que representa un punto de partida para entender cómo se

pueden desarrollar mundos culturalmente significados a través de la música y

3 Cfr. Bennet Andy, Barry Shank y Jason Toynbee, “Introduction” en Andy Bennet, Barry Shank y Jason Toynbee (ed.), The Popular Music Studies Reader. Reino Unido: Routledge, 2006. 4 Cfr.García Canclini, Nestor, Culturas populares en el capitalismo, Grijalbo, México, 2002. 5 Cfr. Bennet, Andy, “Subculture, scenes and tribes” en Andy Bennet, Barry Shank y Jason Toynbee (ed.), The Popular Music Studies Reader. Reino Unido: Routledge, 2006.

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comprender cómo se dan, a partir de ésta, relaciones de interacción,

participación y experiencia. Sin embargo, creo que sí es necesario resolver los

límites del concepto y esto lo haré con la incorporación de uno de los términos

que surgió como modelo alternativo a la concepción de subcultura: la

perspectiva de escenas. El engarce entre estos dos conceptos, se llevará a

cabo a través de la concepción de interaccionísmo simbólico –como la concibe

J. Patrick Williams- que me permitirá concebir al mundo social, sus relaciones,

comunicacionales y un mundo cultural conformado simbólicamente. En otras

palabras el interaccionísmo simbólico me ayudara a observar cómo los

contenidos subculturales se despliegan en redes de interacción social,

ayudando a generar un espacio donde se establecen lazos sociales de

identificación, acción e interpretación; cómo se comunica y/o transmite un

mundo culturalmente significado a partir del consumo de cierto tipo de música

en este caso, la música Indie.

Subcultura, escena e interaccionísmo simbólico son los tres ejes

conceptuales bajo los que se articulará esta investigación; pero no serán los

únicos conceptos teóricos en los que me apoyaré. Mundos de arte, redes de

cooperación, espacios creativos, capital subcultural, campo e industria cultural

e identidad, son nociones teóricas que aparecerán a lo largo de los apartados

de este texto y me ayudarán a complementar el marco teórico ya referido.

Algunas de estas nociones (redes de cooperación, campo cultural, identidad)

son utilizadas por la teoría subculturalista para integrar una reflexión más

amplia; el resto de las nociones las incorporé, ya que desde mi perspectiva, me

brindan una mayor marco de comprensión para mi objeto de estudio. En este

capítulo desarrollaré a profundidad los tres ejes teóricos principales, el resto de

las nociones las describiré al momento de incorporarlas a la investigación.

Teoría subcultural Patrick Williams señala que el concepto de subcultura se refiere a los mundos

sociales que afectan y son creados por ciertos sectores sociales insertos en un

mundo social más amplio6. Este concepto se afianza dentro de la teoría del

mismo nombre. Patrick J. Williams, en su libro Subcutural Theory, señala que la

6 Cfr. Williams, J. Patrick, Subcultural Theory, Polity Press, Gran Bretaña, 2011.

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teoría subcultural emerge principalmente de dos tradiciones sociológicas: la

Escuela de Chicago –durante 1920 y 1930, quienes desarrollaron el concepto

aunque no podemos identificarlo propiamente como teoría “subculturalísta”- y

el Centre for Contemporary Cultural Studies (CCCS) de la Universidad de

Birmingham –durante la década de los setenta del siglo pasado-, quienes

adoptaron y adaptaron el concepto de los de Chicago añadiéndole una visión

de la sociología cultural.

En concreto los aportes de la escuela de Chicago al campo de los

estudios subculturales –aunque en realidad influyeron en toda la disciplina

sociológica- son los siguientes: observación de primera mano, una actitud

crítica en cuanto a la obtención e interpretación de la información obtenida,

además buscar una comprensión del comportamiento humano a partir del

estudio de las instituciones sociales y de los individuos en que operan en éstas.

Williams señala que a pesar de que estos aportes teóricos y metodológicos no

son propiamente Teoría subcultural, cuando menos desde la perspectiva que

tenemos ahora, su trabajo si se puede entender desde ésta visión: What made their work subcultural was their emphasis on non-normative […] collective behaivors […] For the first generation of scholars doing subcultural research […] etic perspective was the norm as they traed to make sense of the cultural variations that existed in different […] zones of the city, as well as the social problems that arose when people from different zones interact7.

La Escuela de Chicago, con énfasis especial en el estudio empírico cualitativo,

buscaron hacer un estudio de lo marginal desde la observación participante,

desde una aproximación etnográfica y desde la perspectiva de la desviación

social. Buscaban dotar de una explicación sociológica al crimen y al

comportamiento “desviado”8.

Mientras tanto, el concepto de subcultura que surge del CCCS

representa un contraste con lo propuesto por los académicos estadounidenses

40 años antes. Los británicos desarrollan trabajos centrados en la descripción y 7 Williams, J. Patrick, Op. Cit., p. 21. (Trad.: Lo que convertía su trabajo en subcultural, era el énfasis que ponían en los comportamientos colectivos no-normativos. La primera generación de académicos que hicieron investigación subcultural la perspectiva ética era una norma que siguieron al momento de dar un sentido a la variación cultural que existía en diferentes zonas de la ciudad, así como los problemas sociales que surgían cuando personas provenientes de diferentes zonas interactuaban.) 8 Es importante aclarar que ésta no es la única perspectiva social que ofrece la Escuela de Chicago, no eran una visión homogénea.

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comprensión del surgimiento de la juventud en el Reino Unido a mediados del

S. XX, desde una aproximación neomarxista que enfatiza las clases sociales y

la ideología como conceptos dominantes de investigación. Andy Bennett

señala9 que a partir del desarrollo de este concepto y estudios surgieron una

serie de explicaciones sociológicas para la relación entre juventud, estilo y

preferencias musicales. Los estudios subculturales del CCCS, en un constante

diálogo con las propuestas teóricas de Gramsci, Althusser y Barthes; tomaron

los conceptos de hegemonía, estructuralismo y semiótica; para asentar las

bases de estudio de una variedad de formas de acción social que se estaban

dando entre los jóvenes pertenecientes a la clase trabajadora del Reino Unido.

Para los estudios británicos: “The expansion of working-class jobs to rebuild the

country after World War II, the restructuring of the urban landscape […] and the

abilities of media technologies […] to diseminate popular youth culture all came

together to create a juncture within wich […] youth subcultures emerged”10.

Para el CCCS las subculturas no son entendidas en términos

psicológicos –como la desviación y el comportamiento marginal- sino más bien

como formas de resistencia colectiva, en primer lugar debido a la realidad de su

herencia social y, después, a la imposición de una cultura hegemónica que está

determinada por una clase de vida consumista. Desde este punto de partida, el

CCCS observó que las subculturas se apropiaban e invertían ciertos

significados culturales a partir de objetos y prácticas específicas. El CCCS al

principio aplicó el término subcultural más para comprender el estilo juvenil que

para entender la apropiación colectiva y el uso de la música.

A finales de los ochenta y principios de la década siguiente, comenzaron

a surgir una serie de críticas al CCCS y su concepto; sobretodo porque éste

señalaba una relación muy específica entre aspectos específicos de la cultura

pos-guerra. La crítica, que provenía principalmente de la Manchester

Metropolitan University (encabezados por Steve Redhead, Andy Bennett, Sarah

9 Cfr. Bennett, Andy, “Subcultures or Neotribes? Rethinking the relationship between Youth, style and musical taste”, en Bennett, Barry Shank y Jason Toynbee (ed.), The Popular Music Studies Reader. Reino Unido: Routledge, 2006. 10 Ibídem, p. 28. (Trad.: La expansión de los trabajos para la clase obrera para reconstruir al país tras la II Guerra Mundial, la restructuración del paisaje urbano y las habilidades de las tecnologías de la comunicación para diseminar la cultura popular juvenil se conjuntaron para crear una coyuntura de la cual emergieron las subculturas juveniles.)

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Thornton, entre otros), vio una limitación en los estudios por parte del CCCS,

ya que sólo se enfocaban en la clase obrera en contraposición a una

hegemonía cultural; para los de Birmingham la subcultura representaba un

nicho de resistencia al interior de la clase trabajadora británica y su juventud. El

posicionamiento teórico del CCCS pone un énfasis especial en la relación que

existe entre la predilección musical, estilo y clase social de origen. Este

posicionamiento fue criticado desde un postura teórica que pone un acento

especial en los conceptos de cultura popular, música y consumo; haciendo a un

lado, o más bien, buscando romper, lo que según ellos, era una relación

cerrada y estática. Esta critica, que señalaba la poca flexibilidad del concepto

de subcultura como herramienta metodológica, se centró principalmente en dos

puntos:

1) No se puede establecer una co-relación directa entre la pertenencia a

una subcultura y la clase social a la que se pertenece.

2) El termino de subcultura, en su aplicación académica y los grupos que

describen, es un constructo étnico excluyente, sólo aplicado/centrado a

la parte “blanca” de la población.

Con respecto a estas críticas Andy Bennett señala: “[…] youth groupings

which have traditionallly been theorized as coherent subcultures are better

understood as a series of temporal gatherings characterized by fluid boundaries

and floating membership”11. Las distintas criticas que se hicieron al modelo

subcultural del CCCS derivaron en modelos alternativos para entender no sólo

a la juventud sino el significado de la música en la vida diaria.

Escenas Musicales De los modelos alternativos que surgieron como crítica a la propuesta del

CCCS y como nueva perspectiva para entender a la juventud y el significado

de la música en la vida diaria se encuentra la perspectiva de las escenas

musicales.

La piedra angular en la que se basó la perspectiva de escenas fue un

artículo publicado en 1991 por Will Straw en la revista Cultural Studies: 11 Ibídem, p. 35. (Trad.: las agrupaciones juveniles que tradicionalmente habían sido teorizadas como subculturas coherentes fueron comprendidas de una mejor manera al concebirlas como una serie de reuniones temporales caracterizadas por límites fluidos y afiliaciones fluctuantes.)

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“Systems of articulation logics of change: communities and scenes in popular

music”. Según Andy Bennett12 este artículo representó el primer intento de

presentar este concepto –que anteriormente ya había sido utilizado por otros

investigadores musicales pero con poca consistencia teórica- como un modelo

de análisis teórico.

Straw describe a las escenas como “[…] actualizing particular state of

relations between various populations and social groups, as the coalesce

around specific coalitions of musical style.” 13 Para él la escena puede ser un

fenómeno local o trans-local, un espacio cultural que se orienta desde el estilo

y/o la asociación a partir de la música; así como la interacción cara a cara en

un concierto, club o cualquier otro sitio urbano. Desde el punto de vista de

Straw, la escena constituye el establecimiento de una serie de relaciones

sociales que no necesariamente están restringidas a la clase, al género o a un

grupo étnico, pero que puede atravesar transversalmente a éstas. Para

Bennett, siguiendo la propuesta de Straw, la perspectiva de escenas musicales

ofrece la posibilidad de examinar la vida musical en sus formas de producción y

orientación de consumo. A partir del pivote teórico que ofreció Straw el trabajo

académico de la perspectiva de las escenas musicales se ha desarrollado y

diversificado en líneas de investigación que buscan señalar el surgimiento de la

producción musical y las prácticas de consumo en el acontecer cotidiano

dentro y a través de contextos locales, trans-locales y virtuales.

a) Escenas locales: Sarah Cohen fue de los primeros investigadores que

se centró en las prácticas de producción musical a pequeña escala. En

su libro Rock Culture in Liverpool Cohen señala la existencia de una red

local de relaciones sociales que construyen y mantienen una escena

musical. No sólo son los músicos y sus consumidores, sino que se le

suma de una compleja red de emprendedores y entusiastas –

promotores, diseñadores, productores, DJ’s, críticos, etc.-. En las

escenas locales, los estilos musicales globalmente establecidos son

12 Cfr. Bennett, Andy, “Consolidating the music scenes perspective” en Poetics, Vol. 32(3-4), Elsevier Science/ Griffith University, Australia, 2004. 13 Straw, Will, “Systems of articulation logics of change: communities and scenes in popular music” en Cultural Studies, Número 5, Volumen 3, 1991, Reino Unido, p. 379. (Trad.: un estado particular de las relaciones entre las poblaciones y los grupos sociales que se reúnen entorno de las condiciones específicas de un estilo musical.)

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reinterpretados de manera que sean culturalmente significativos para los

músicos y fans en contextos locales particulares. Bennett nos señala

que este tipo de escena se desarrolla a partir de influencias musicales y

el uso de lenguaje locales.

b) Escenas trans-locales: Este concepto surge como una respuesta a las

críticas hechas a los estudios que se enfocaban en las escenas locales

de música a partir del surgimiento del intercambio global. Estas críticas

se centran en el redireccionamiento de la relación entro lo local y lo

global a partir de la introducción del conepto de escena trans-local. Esto

describe la forma en que las personas –sobretodo el sector juvenil- se

apropia de la música y los recursos estilísticos de contextos particulares

en otras ubicaciones: “Members of a trans-local scenes embrace a

specific local style of music, but at the same time, they are also

connected with parallel expresions of musical taste with other regions of

the world”14.

Es importante señalar que lo trans-local de una escena musical

no sólo descansa en la movilidad global de estilos locales particulares, o

de la habilidad de los miembros de esa escena trans-local de

comunicarse a través del tiempo y espacio a través de las nuevas

tecnologías. También las escenas trans-locales se caracterizan por el

flujo global de personas: DJ’s, músicos, promotores y fans.

c) Escenas Virtuales: Desde mediados de la última década del siglo

pasado, el Internet ha jugado un papel significante en la vida diaria –que

con el transcurrir del tiempo se ha incrementado-. Particularmente ha

tenido un impacto significativo en el proceso de compresión tiempo-

espacio, proceso asociado al desarrollo de los sistemas de

comunicación global que desplaza los límites de la interacción social en

14Jetto, Beatrice, “Music Blogs, Music Scenes and Sub-cultural Capital: Emerging Practices in Music Blogs” en Instruments of Change: Proceedings of the International Association for the Study of Popular Music Australia-New Zealand 2010 Conference, International Association for the Study of Popular Music, Melbourne, 2011, p. 3. (Trad. : Los miembros de una escena trans-cultural adoptan un estilo local específico de musica, pero al mismo tiempo, están también conectados con expresiones paralelas de gustos musicales de otras regiones del mundo.)

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sus restricciones de tiempo y espacio.15 Para Andy Bennett, este

desarrollo del Internet ha afectado el desarrollo de las escenas

musicales: “While previously music scenes had been a local or a trans-

local pehenomena, the Internet created the possibility for the formation of

‘virtual’ scene […].16” Como su nombre indica, este tipo de escena no

están formadas en espacios físicos, sino en espacios virtuales del

Internet que no requieren de la interacción cara-a-cara de sus miembros.

Estas escenas se despliegan a partir del una red colectiva que se

establece en un sinnúmero de redes sociales intercontectadas una a la

otra.

La perspectiva de escena es una forma de entender y teorizar las variadas

formas de significación que tiene la actividad musical, tanto en la producción

como en el consumo. A través de la tricotomía local/trans-local/virtual se

pueden entender maneras muy específicas en que la música, la identidad, la

actividad económica y la producción artística se intersectan en una variedad de

contextos físicos y sociales. Como Beatrice Jetto señala: las escenas

interactúan entre sí y un estilo musical puede insertarse en varios contextos

sociales, dando pie a que la identidad fincada en el consumo musical también

transite por estos mismo contextos y flujos de comunicación. Es por eso que la

perspectiva del interaccionísmo simbólico me resulta útil para comprender la

perspectiva de escenas en conjunto con la Teoría subcultural.

Interaccionismo simbólico Para realizar la investigación, cómo ya se ha señalado con anterioridad, tendré

como marco teórico la teoría subcultural desde la postura propuesta por Patrick

Williams: la perspectiva sociológica del interaccionísmo simbólico. Para

Williams, esta perspectiva nos puede ofrecer herramientas muy útiles para

analizar el comportamiento colectivo.

15 Cfr. Yúdice, George, Nuevas tecnologías, música y experiencia, Gedisa México, 2008. 16 Bennett, Andy, “Consolidating the music scenes perspective” en Poetics, Vol. 32(3-4), Elsevier Science/ Griffith University, Australia, 2004, p. 230. (Trad.: Mientras que escenas previas habían sido fenómenos locales o trans-locales, el Internet creo la posibilidad para la formación de una escena “virtual”.)

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El interaccionísmo simbólico emergió en los primeros días de la Escuela

de Chicago a partir de la filosofía pragmática de William James y John Dewey,

la psicología social de George Herbert Mead y la sociología interpretativa de

Max Weber y George Simmel17. Parte de la idea, según lo propuesto por

Herbert Blumer, de que la sociedad es algo más que la pura interacción social,

es también lenguaje y significados compartidos de los objetos sociales. La

conjunción de estos dos últimos facilita la interacción social. Los significados

compartidos subyacen en lo simbólico, que significa y representa una parte del

mundo social. Los símbolos son esparcidos al interior y a lo largo de las

culturas a través de la interacción entre personas. Para Williams lo simbólico y

la interacción social son dos dimensiones de suma importancia para las

subculturas ya que con éstos cierta subcultura se puede diferenciar del resto

de la sociedad en dónde se inserta.

Siguiendo a Williams, el interaccionísmo simbólico enriquece la

perspectiva de la teoría subcultural propuesta por los académicos del CCCS ya

que señala cuatro grandes deficiencias en la concepción clásica subcultural de

Birmingham, que desde esta perspectiva se deben de corregir:

1) clasifica personas más que referirse a fenómenos culturales,

2) no logran definir un concepto claro de lo que es subcultura,

3) tratan a la subculturas en su interior como algo homogéneo y estático, y

4) dan prioridad al análisis de las características externas más que a las

internas.

A partir de esta perspectiva: “[…] must […] study the practices and

material culture of groups to develope a clearer understanding of how this

corpora emerge in the first place, as well as their subsequint impact”18. Desde

este aspecto sociológico, las subculturas se pueden entender como un sistema

no cerrado con redes de personas que comparten significados de ideas

específicas, objetos materiales y prácticas a través de la interacción. Con el

tiempo las interacciones se convierten en discurso y en forma, pero no

determina la activación, generación y difusión de estas ideas, objetos y

prácticas. Esto sólo es posible a través de lo que Williams denomina 17 Cfr. Williams, J. Patrick, “Theoritical and Methodological Traditions” en Op. Cit. 18 Ibídem, p. 39. (Trad.: Debe estudiar las prácticas y la cultura material de los grupos para desarrollar una compresión más clara de cómo este corpus emerge en primer lugar, así como su impacto subsecuente.)

16

engranajes de comunicación, concepto que ayuda a entender a las subculturas

como algo no restringido a grupos particulares o áreas y que se pueden

diseminar en cualquier canal de interacción social que exista.

Para Williams existen cuatro tipos de engranajes de comunicación: 1) las

ideoculturas, que son pequeños grupos al interior de una subcultura que

interactuan entre sí. La progresiva entrada y salida de estos pequeños grupos

de la subcultura hace que ésta cambie lentamente mientras nuevas ideas,

personas y prácticas se insertan en el proceso cultural durante el tiempo en

que se desarrolla la subcultura; 2) los participantes en la subculturas forman

parte de otras redes de interacción (incluyen familias, grupos de amigos,

compañeros de clase, compañeros de trabajo, vecinos, etc.). lo que lleva a que

los participantes de una subcultura tengan prácticas simbólicas y objetos

materiales externos que pueden insertarse en red social de la que son parte; 3)

la existencia de individuos que ocupan un lugar clave dentro de los roles

estructurales de la subcultura y proporcionan y diseminan información

relevante al interior y exterior de éstas; poseen un alto nivel de “capital

subcultural”19; 4) los diversos media con los que el conocimiento subcultural es

transmitido a través y fuera de los límites subculturales, ayudan a formar las

actitudes, la creencias y comportamientos de todos los involucrados y los no-

miembros.

A través de estos engranajes de comunicación, la información cultural y

las opciones de comportamiento son difundidas. Se construye un universo

común de discurso a través de las distintas redes sociales en que este

conocimiento es esparcido. La perspectiva del interaccionismo simbólico ayuda

a explicar cómo el conocimiento subcultural es transmitido más allá de una red

social de interacción (provocando que gente externa a cierta subcultura pueda

conocerla y quizá acceder a ésta) y cómo nuevos valores e ideas son

transmitidas a la red subcultural desde su exterior. Este doble movimiento dota

a la subcultura de un cambio constante, a partir de la entrada y salida de

nuevos miembros, y, por tanto garantizando su existencia. También, como ya

se había señalado, la perspectiva del interaccionismo simbólico ayuda a

implementar muchos de los señalamientos que la teoría post-subcultural había 19 Este tipo de capital se refiere al poder o estatus que posee cierto individuo al interior de cierta subcultura. Este concepto se tratará con mayor profundidad en el capítulo 4.

17

realizado, principalmente porque comprende a los miembros de la subcultura

como miembros de otros muchos grupos culturales: “A symbolic interactionist

conception of the subculture sees all subcultural phenomena as always having

been fluid and heterogeneous; affected by outside cultures just as it affects

them”.20

Como sea, y como comenta el propio Williams, es importante señalar

que las subculturas no son cosas reales, son categorías de investigación que

nos permiten comprender las actividades colectivas de un grupo social,

específicamente a través de sus vínculos comunicacionales, y cómo éstos se

pueden construir y significar simbólicamente un espacio social.

20 Williams, J. Patrick en op. Cit., p. 42. (Trad.: La concepción de las subculturas desde interacción simbólica ve a todo fenómeno subcultural como algo heterogéneo y fluído; afectado por culturas externas tanto como la subcultura afecta a éstas.)

18

II. MÚSICA COMO TEXTO, MÚSICA COMO SONIDO El periodismo musical y una breve introducción a la música Indie La música desde principios del siglo XX no es un fenómeno artístico que se

determina a partir de sus propios términos, no está aislado. Casi todo contexto

de ejecución y escucha está dentro de un marco referencial del lenguaje21.

Este marco referencial puede venir de varios lugares que se encuentran

orbitando alrededor de la industria musical. La práctica del periodismo musical

es uno de los elementos más importantes para la construcción de este lenguaje

contextual.

El periodismo musical ha aparecido de manera regular en periódicos y

revistas por 300 años. De acuerdo a David Laing22, la crítica periodística fue

una creación del siglo XVIII; pero fue hasta finales del siglo XIX que

aparecieron publicaciones avocadas exclusivamente a la música. El momento

más significativo de este periodo fue la fundación de la revista Billboard en el

año de 1894. Esta es considerada la primera publicación musical del mundo23.

Con el tiempo comenzó a incluir una listado musical de lo que se consideraba

popular. De acuerdo a Enrique Blanc, con la aparición de esta revista y con la

posterior incorporación de su lista de popularidad, se manifiesta un interés

explícito por clasificar las canciones de acuerdo al impacto que tienen en los

consumidores de cierto mercado24.

En la segunda década del siglo XX aparecieron las primeras revistas

abocadas a géneros musicales específicos, sobre todo al género del Jazz, en

Estados Unidos e Inglaterra. La popularización del Rock & Roll a mediados de

la década de los cincuenta provocó la aparición de numerosas revistas

orientadas a la juventud y este tipo de música. En ese contexto la New Musical

Express (NME), fundada en el año de 1952 en Inglaterra, se convirtió en una

revista dedicada al Rock. NME inició como un semanario para después

convertirse, en la década de los ochenta, en una revista de publicación 21 Cfr. Taylor, T., “When we think about music and politics” en Perspective of the New Music, Numero 33, Reino Unido, 1995. 22 Cfr. Laing, David, “Anglo-American Music Journalism. Texts and contexts” en Andy Bennet, Barry Shank y Jason Toynbee (ed.), The Popular Music Studies Reader. Reino Unido, Routledge, 2006. 23 Información tomada del sitio oficial de la revista: www.billboard.com 24 Cfr. Blanc, Enrique, “Radiografía del periodismo musical” en Tierra Adentro, Agosto-Septiembre 2012, Número 117, México.

19

mensual; copiándole el modelo editorial a la revista Billboard, comenzó como

una publicación que se centraba en las listas de popularidad para poco

después insertar una innovación: incorporar los géneros periodísticos de la

crónica, reportaje y crítica. Se interesó “[…] más por los aspectos cualitativos

de la música y su industria que por los meramente cuantitativos”25. En la

década de los ochenta y noventa la popularidad de la música dance y Hip-Hop

llevó a la fundación de revistas The Source y Vibe, en Estados Unidos y Mix

Mixmag y Muzik en Inglaterra. En el año de 1995 el lanzamiento de la revista

digital Pitchfork marcaría la entrada del periodismo musical al espacio del

Internet. Esta revista se centra en la crítica, reseñas y entrevistas enfocadas al

Indie; sin embargo cubre un rango de géneros musicales que se extiende a la

música electrónica, pop, hip hop, folk, jazz, metal y música experimental.

En México existe también una tradición de periodismo musical, aunque

no tan arraigada como la anglosajona, que responde a la aparición de los

géneros, sobretodo del rock y pop. Por ejemplo, el periodismo musical

enfocado a la música rock surgió a la par que este género fue desarrollándose

en el país. Como investigación periodística, está la publicación de Federico

Arana Guaraches de Ante Azul, que hace un recuento de los primeros años del

rock desde los años cincuenta, pasando por los de represión de los setenta,

hasta llegar a finales de última década del siglo XX. Es también importante

señalar las aportaciones periodísticas –principalmente en el género de la

crónica- que la literatura de “la onda” realizó, sobre todo José Agustín y

Parménides García Saldaña.

Ya en el aspecto de las publicaciones periódicas: la revista Conecte,

iniciada a finales de los setenta, marcó un parte aguas en la prensa escrita en

el rock, ya que fue la primera publicación que se centró exclusivamente en este

género26. Le siguieron La Banda Rockera que se centraba exclusivamente en

lo producido en el país, Sonido, que se publicó en los ochenta y daba a

conocer la escena musical post-punk mexicana. La regla rota y La Pus

Moderna, revistas centradas en los movimientos contraculturales mexicanos,

también colaboraron a forjar el periodismo de música rock; en sus interiores se

25 Blanc, Enrique, Op. Cit., p. 47 26 Cfr. Entrevista a Antonio Rotunno en “Rock en papel. La historia del periodismo del rock mexicano” en Marvin, Abril 2012, Número 100, México.

20

podían ver reseñas, reportajes y entrevistas a músicos de Rock. Ambas

publicaciones apoyaron a bandas que surgieron a mediados de los ochenta y

principios de los noventa (Café Tacvba, Maldita Vecindad y algunas otras que

por cuestiones estilísticas nunca accedieron al llamado Rock en tu idioma)27.

La década de los noventa estuvo marcada por La Mosca en la pared,

mostrando propuestas musicales fuera de los estándares comerciales, incluso

del Rock mismo. La década del 2000 se caracterizó por la constante aparición

y desaparición de publicaciones musicales dedicadas al Rock28: R&R, Switch,

Sonika sólo por mencionar algunas. Es también en esta década cuando

aparecen Marvin e Indie Rocks!, la primera en el 2002 y la segunda en el 2006.

La primera surge como un proyecto editorial entre amigos que buscaban dar

cuenta de lo que ocurría de novedad en el mundo de la música29 . Mientras que

la segunda, es el resultado de un interés personal de Fernando Fonseca –

actual Director General de la revista- por difundir proyectos artísticos

independientes –sobre todo musicales- que no tenían la oportunidad de

aparecer en los medios masivos30. Ambas publicaciones surgieron de personas

que no conocían el medio editorial pero contaban con los medios necesarios –

sobretodo en recursos sociales- para poder realizar las revistas, ambas

surgieron en un periodo que la música Indie empezaba a cobrar auge en el

contexto internacional y diversas bandas de este género llamaban la atención

de muchos medios, sobretodo del mundo anglosajón.

Se puede observar que el periodismo musical está en el centro de la

relación que existe entre la audiencia, los músicos, productores y la industria

musical. Surge y va a la par del desarrollo y consolidación de las diversas

propuestas que tienen su punto de origen en la Industria musical; este tipo de

periodismo es coyuntural; es decir la información que presentan se da a partir

de la combinación de factores y circunstancias históricas y sociales. Por esto

27 Cfr. Entrevista a Rogelio Villareal en “Rock en papel. La historia del periodismo del rock mexicano” en Marvin, Abril 2012, Número 100, México. 28 Desde mí punto de vista esta aparición y desaparición de las publicaciones dedicadas a la música Rock está condicionada por dos factores: 1) la popularidad del género a la que están enfocadas y 2) el interés de patrocinadores por aparecer en ese tipo de revistas a partir de la popularidad misma del género. 29 Cfr. Velasco, Cecilia, “Marvin, recordar el ayer para celebrar el presente. 10 años en tres tiempos” en Marvin, Mayo 2011, Número 90, México. 30 Según lo referido por Sergio Pastrana D’Abaddie en la entrevista que se le hizo para realizar la presente investigación.

21

anterior, es de suma importancia tratar de establecer un breve desarrollo

histórico del Indie como género musical para comprender en qué contexto se

insertan las publicaciones que sirven como objeto de estudio para esta

investigación.

¿Qué es la música Indie?

La música Indie, desde el ámbito periodístico ha sido definida como una

corriente musical no-mainstream31 que existe gracias a la presencia de sellos

pequeños, artistas minoritarios y nuevas corrientes que se apartan de las

formulas comunes y comercialmente masivas. Según los periodistas y críticos

musicales Javier Blánquez y Juan Manuel Freire el adjetivo Indie, ha sido una

etiqueta discutida (pero útil) en el contexto de la música popular moderna, “[…]

indica alguna de las características que cualquier clase de arte debería

perseguir a toda costa: la autonomía [con respecto a los intereses

comerciales], el rechazo al canon establecido, la libertad para construir nuevos

marcos en los que desarrollar formas de expresión todavía desconocidas

[...]”32. Para ellos, como para la mayoría de los críticos, la música se asume

como la alternativa a una corriente musical que es tachada como inauténtica,

deshonesta y con falta de inventiva constante; además de estar asociada al

tradicional círculo mercantil de la industria del ocio y la cultura.

El Indie es considerado en sus inicios como un fenómeno musical

británico33, en la década de los ochenta acuñó y adoptó su nombre a partir de

una abreviación de la palabra independiente. David Hesmondalgh señala que

el adoptar este término fue altamente significativo: “[…] no music genre had

ever before taken its name from the form of industrial organization behind it”34.

El Indie desde sus comienzos no sólo se autoconcibió como un género musical

relevante y auténtico para la juventud que consumía y producía, sino como una

31 El mainstream es la industria musical basado en el star system y música pop, qué es un repertorio de temas fácilmente comerciables (y por tanto consumibles). 32 Blanquéz Javier y Juan Manuel Freire, “Introducción. Huele a espíritu joven” en Blánquez, Javier y Juan Manuel Freire, Teen Spirit. De viaje por el pop independiente, Mondadori, 2004, España, p. 11 33 Cfr. Hesmondhalgh, David, “Indie: The Institutional Politics and Aesthetics of a Popular Music Genre”, en Cultural Studies, Volumen 13, número 1, Routledge, 1999, Reino Unido. 34 Hesmondhalgh, David, Op. Cit., p. 35 (Trad.: ningún género musical anterior había tomado su nombre de la forma de organización industrial que lo precede.)

22

nueva forma establecer relaciones entre la creatividad y salidas comerciales.

Ya desde los sesenta se venía gestando con el movimiento contracultural que

estaba surgiendo en el rock y el soul, en esa época empezaron a surgir

pequeñas compañías discográficas que no estaban integradas a

corporaciones, se suponía que implicaban menos burocracia y un mayor

contacto con los cambios de estilos y sonidos que se producían

constantemente; además que ofrecían una autonomía en el aspecto creativo

que no estaba atenida a las restricciones comerciales de la música pop. El

Indie como género emergió a partir de una red de compañías discográficas

post-punk35 que vieron una oportunidad de reconciliar la naturaleza comercial

de la industria musical con la autonomía creativa de los músicos.

A principio de la década del noventa el Indie tuvo un crecimiento en su

base de escuchas; en el año de 1992 Nevermind de Nirvana –de la disquera

independiente Subpop36- desbancó del #1 en las listas de ventas al álbum

Dangerous de Michael Jackson. A partir de ese momento lo que era una

corriente musical localizada en circuitos y escenas locales –compuesto, sobre

todo, por estudiantes universitarios- comenzó a diseminarse y darse a conocer

en un público un poco más amplio.

En nuestros días, podemos hablar de una proliferación del Indie gracias

la multiplicación de herramientas tecnológicas y de comunicación; por una

parte permite que lo minoritario llegue a una gran mayoría –se da la sensación

que deja de haber un centro rector- y por otra parte, existen nuevos medios de

composición musical –tecnologías de fácil acceso- que multiplican las

posibilidades de creación y aminoramiento en los costos de producción. Esta

proliferación, gracias al impulso comunicativo y tecnológico, da pie a un nuevo

mainstream –localizado en varios centros- que genera sus propios flujos de

mercado, sus grupos genéricos, y un tipo de estética predominante; al mismo

tiempo que determina formas de socialización, generación de contenidos

35 Después del surgimiento del punk, en 1977, numerosas bandas se inspiraron en la independencia creativa que proyectaba este género musical. Sin embargo, estas bandas no copiaron el sonido simple del punk (basado en melodías sencillo y una instrumentación elemental) y se movieron hacia territorios más experimentales y complejos. 36 Disquera fundada en el año de 1986 en la Ciudad de Seattle, Estados Unidos; cobró fama por impulsar la escena local de bandas que posteriormente se les conoció como escena “Grunge”.

23

culturales específicos alrededor de este género musical, y nuevas formas de

ocio y entretenimiento.

El Indie en México En México se empezó a popularizar el término de Indie a finales de los noventa

y principios de la siguiente década. Como práctica musical, Alejandro Mancilla

señala37, que el Rock en el país desde sus orígenes surgió como un

movimiento musical independiente; bandas como Three Souls in my Mind –

referentes del Rock mexicano- no tenían el apoyo de un sello discográfico

grande, las bandas de este tipo sacaban sus discos en disqueras pequeñas

(Discos Cisne-Raff, Denver).

Tras el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro en 1971 el rock

mexicano sufrió la censura sistemática del gobierno y una constante

desacreditación por gran parte de la prensa de ese momento, provocando que

el género se sumiera en la marginalidad y los hoyos fonqui (conciertos

clandestinos realizados en casas, fábricas, teatros y cines); de los grupos de

esta época casi no se conservan grabaciones ya que las casas disqueras que

los habían apoyado dejaron de producir sus discos, o bien, desparecieron38.

Fue hasta la década del ochenta, ante el surgimiento de nuevas propuestas,

que se fundó el sello discográfico de Comrock, editando bandas que se

encontraban estilísticamente muy cercanas a lo generado por el post-punk

inglés (Casino Shangai, Dangerous Rythms, Kenny and the Electrics, etc.). La

aparición de esta disquera, y un disco homónimo, marcaron una nueva etapa

para el Rock en México y su posterior incorporación a la industria musical más

comercial y tradicional, pero también sentaron las bases para que nuevos

sellos independientes salieran en el país39.

37 En una entrevista que le realicé con el objeto de establecer un breve cronología del Indie en México. 38 Cfr. Arana, Federico, Guaraches de ante azul. Historia del roc mexicano, Editorial María Enea, México, 2002. 39 Creo que el surgimiento de varias disqueras y bandas locales puede ser leído a la luz de lo que José Luis Barrios denomina el descentramiento cultural en México. A partir de la segunda mitad de la década del ochenta “[…] la sociedad civil adquirirá una relevancia significativa en el desarrollo de la nueva discursividad artística y […] configuración […] del arte en México” (“Los descentramientos del arte contemporáneo: de los espacios alternativos a las nuevas capitales” en Benítez Dueñas, Issa Ma. (coord.), Hacia otra historia del arte en México. Disolvencias (1960-2000), Tomo IV,

24

Durante la década siguiente, los noventa, salieron a la luz varios sellos

locales que impulsaron la producción musical independiente de los lugares

donde se asentaban40, por mencionar a algunas: Happy Fi Records

(Monterrey), Nimboestatic (Tijuana), Genital Production (Ciudad Victoria). A

pesar de la existencia de estos sellos independientes el término de Indie aun

no se usaba, y ninguna escena musical era identificada bajo ese término.

A final de los años noventa y principios de la década siguiente el término

comenzó a popularizarse. En el norte del país, algunas de las disqueras locales

que habían surgido en la década de los noventa, comenzaron a identificar a su

catálogo musical, que no es tan tradicional como el pop tradicional, y las

bandas que lo producían, bajo esta etiqueta. Alejandro Mancilla señala que

algunas de estas bandas y disqueras estaban familiarizadas con el término, ya

que muchos de ellos eran escuchas de otras escenas de música Indie –sobre

todo la española, la inglesa y la estadounidense- y resultaba natural, al

momento en que estas escenas cobraban relevancia, que al encontrar

similitudes con su sonido comenzaran a identificarse y denominarse como

éstas41. Algunas bandas y disqueras independientes en México comenzaron a

ubicarse dentro del género Indie, dando pie –con el pasar del tiempo- al

surgimiento de una escena. De los primeros ejemplos de esta nueva tendencia

es la compilación Emergente de Suave Records: colección de dos discos que

mostraba algunas de estas nuevas propuestas –sobretodo de Rock y

electrónico-. El interés por parte de gente involucrada en los medios, (Rulo, El

Cha!, Walter Schmidt, Olallo Rubio, sólo por mencionar a algunos) ayudaron a

difundir estas nuevas propuestas más allá de sus lugares de origen; por

supuesto el Internet también complementó esta labor de difusión sobretodo

través de las redes sociales como MySpace. CONACULTA, 2004, México, Pág. 158). Surgieron nuevos espacios que propusieron un discurso alternativo a lo ofrecido por el Estado mexicano a partir de un sociedad civil que promueve el desarrollo y el fortalecimiento de estos espacios. De la misma manera, en la música, salieron propuestas que proponían alternativas al discurso institucional (en este casa representado por el mainstream) y comercial a través de la implementación de disqueras independientes. 40 También a través de los fanzines, conciertos locales de pequeña escala, ayudaban a promover las escenas locales. 41 Algunas de estás escenas fueron captadas por las grandes disqueras nacionales. Como ejemplo están algunos miembros de la escena local regiomontana (Zurdok, Plastilina Mosh, Jumbo, algunos miembros de la disquera Happy-Fi que posteriormente fueron comercializados como “La avanzada regia”.

25

La proliferación de las nuevas tecnologías, tanto para la grabación

como para la difusión, ha permitido el surgimiento de nuevos sellos

discográficos enfocados al Indie (Arts & Crafts México, Abolipop, Terrícolas

Imbéciles, Nuevos Ricos) y nuevas bandas, que no sólo publican en estos

sellos sino también han sido firmados, algunos, por disqueras transnacionales.

También existen medios especializados o enfocados a este tipo de

música en la radio (Ibero 90.9 y Reactor, dedican mucho de su rotación musical

a esta escena), medios impresos (como lo son Indie Rocks!, Marvin) y medios

electrónicos, sobretodo blogs; además del aumento de conciertos, festivales y

nuevos espacios que permiten la exposición de esta escena al momento que

se crean circuitos de circulación y distribución abocados exclusivamente a esta

escena. Marcas y patrocinadores buscan nichos de mercado en estas redes de

difusión y consumo permitiendo que la escena Indie se capitalice

económicamente y asegure la posibilidad de seguir manteniendo su producción

musical. Todo esto anterior ha permitido que, en los últimos diez años, esta

corriente musical se haya consolidado como una propuesta comercial y

artística en nuestro país.

26

III. (DES)ESCRIBIENDO LA SUBCULTURA Revistas, escena musical, redes de cooperación y convenciones. Como ya se ha señalado anteriormente, para Andy Bennett42 las escenas

musicales se pueden definir como un grupo de músicos, promotores, fans, etc.,

que comparten un interés común y colectivo por un género de música en

particular relacionado a un escenario local.

Dentro de este esquema, las revistas juegan un papel importante –junto con

otros medios- ya que funcionan como un enlace de comunicación

especializado entre los creadores y los consumidores/público. Es por eso que

no resulta extraño que la gran mayoría de las revistas musicales –cuando

menos en la Ciudad de México- estén dirigidas a una escena musical en

específico43. Otras, que podemos denominar como de interés general44,

contienen un repertorio variable de estilos y géneros musicales asociados más

a las tendencias o la historia de la música popular que, sin embargo, dentro del

collage de información que presentan no dejan de hacer referencia a la

existencia de las escenas musicales tanto las reconocidas históricamente como

las emergentes.

David Laing45, concibe a las revistas dentro del periodismo musical y sirven

como una especie de transmisor entre los productores y los consumidores.

Ésta función de transmisor es definida como intermediario cultural. ¿Qué

significa esto? Este concepto se refiere a las interpretaciones periodísticas de

cierto producto cultural para una audiencia específica. Es una práctica de

mediación que concibe a los escuchas de cierto tipo de música como

consumidores potenciales, las podemos entender comos guías de consumo:

“[las revistas] are often considered as taste-makers because of their ability of

discerning […] music in the face of an overwhelming music choice […]”46.

42 Cfr. Bennett, Andy, “Consolidating the music scenes perspective” en Poetics, Vol. 32(3-4), Elsevier Science/ Griffith University, Australia, 2004. 43 DJ Concept (Consumidores de música electrónica); Metal Hammer, Heavy Rock, Grita Fuerte (Metaleros); Rock Estatal (Punks); Hip Hop Nation (Hipoperos) y Gótica (Góticos). 44 Rolling Stone, Expediente Rock y This is Rock. 45 Cfr. Laing, David, “Anglo-American Music Journalism. Texts and contexts” en Andy Bennet, Barry Shank y Jason Toynbee (ed.), The Popular Music Studies Reader. Reino Unido, Routledge, 2006. 46 Jetto, Beatrice, “Music Blogs, Music Scenes and Sub-cultural Capital: Emerging Practices in Music Blogs” en Instruments of Change: Proceedings of the International

27

También, asegura Laing, la labor del periodismo musical como intermediario

cultural, es la de cumplir el proceso de ir “historizando” una escena musical;

esta historización genera condiciones de legitimación que posteriormente

servirán para aquellos que busquen acceder a cierta escena musical. Beatrice

Jetto señala47 que, al momento de hablar de los blogs y su relación con la

escena independiente musical en Australia, las revistas forman parte de una

infraestructura –al mismo tiempo que la constituyen- y de una red de medios

que apoyan el desarrollo y continuación de las escenas musicales. Operan

como puerta de acceso de la industria musical para los consumidores de cierto

tipo música y su escena; es decir, también son engranajes comunicacionales

especializados que interpretan el contenido simbólico de la escena musical y el

capital subcultural que implica.

Juntando estas dos perspectivas –las revistas como intermediarios

culturales y como engranaje comunicacional- se puede comprender cómo los

contenidos simbólicos de las escenas musicales, que se materializan en

prácticas y objetos concretos, son interpretados por las revistas para ser

consumidos y, en su consumo, se de nuevo reinterpretados por una audiencia

que apoya y colabora con cierta escena musical. Las revistas tienen un papel

primordial dentro de la estructuración de las escenas musicales ya que como

medio de comunicación especializado ayudan a diseminar a los miembros y

no-miembros de cierta escena el capital subcultural que ésta genera, ayudando

a moldear las actitudes, comportamientos y creencias del contexto donde se

circunscriben: la subcultura. Es importante señalar que la escena musical no

depende de las publicaciones para su completa existencia, pero si para la

difusión de las estructuras sociales, contenido simbólico y todo lo que implica la

subcultura.

Las revistas Marvin e Indie Rocks!, por el tipo de contenido musical que

manejan, se les puede considerar como intermediarios culturales y engranajes

comunicacionales de la escena musical Indie y, por tanto, como portadores de

Association for the Study of Popular Music Australia-New Zealand 2010 Conference. Melbourne, International Association for the Study of Popular Music, 2011, pp. 5-6. (Trad.: [las revistas] a menudo son consideradas como desarrolladoras de gusto debido a su habilidad para discernir música frente a la existencia de una abrumadora elección.) 47 Cfr. Jetto, Beatrice, Op. Cit.

28

algunos elementos de un capital subcultural específico que ayuda a definir una

subcultura, sus límites, formas de comportamiento, identificación de los

participantes y formas válidas de participación. El objetivo de este capitulo será

determinar, a partir de los contenidos propios de las dos revistas, cuáles son

los elementos que estructuran el capital subcultural y que permiten la

existencia de la escena musical y la subcultura que implica. Pero antes de

realizar esto considero necesario describir los elementos formales que

componen el discurso periodístico de las dos revistas.

Descripción de las revistas

Tanto Marvin como Indie Rocks! son revistas cuyo contenido editorial se centra,

en su gran mayoría, en el rubro del periodismo musical. Gran parte de sus

páginas están dedicadas a informar, reseñar y criticar música producida tanto

en nuestro país como fuera de éste. Ambas revistas basan principalmente su

discurso en la nota informativa, la crónica e infografía, entrevistas, reportajes y

de opinión (columna, artículo de fondo); buscan informar, criticar y persuadir.

Recorriendo ambas revistas podemos encontrar contenidos en común –con sus

particularidades48- que se pueden dividir en los siguientes núcleos temáticos:

a) Noticias de actualidad en los mundos de la música, cine y arte.

b) Noticias y reseñas sobre bandas emergentes.

c) Tendencias actuales en tecnología y moda.

d) Entrevistas, artículos y reportajes centrados en el mundo musical Indie y

de la industria relacionada a este género.

e) Entrevistas y reportajes acerca del mundo del cine.

f) Entrevistas y reportajes acerca del mundo del arte.

48 Discursivamente ambas revistas son muy similares. Indie Rocks! tiene un contenido mucho más enfocado a la música que Marvin pero el tratamiento discursivo que le dan a éstos es muy similar. Es importante recalcar que Indie Rocks! sufrió una transformación editorial a lo largo del 2011, no sólo cambió la presentación, sino en cuanto al contenido: pasó de ser una publicación cuyos contenidos estaban casi estrictamente centrados en el ámbito musical a darle más espacio a los contenidos y temas no-musicales, sobretodo arte y cine. Al mismo tiempo los patrocinadores aumentaron y algunos cambiaron: anuncios de la cartelera cultural del Gobierno Federal dejaron de ser tan frecuentes para darle más paso a anuncios relacionados con la industria del ocio y moda. Es importante señalar que Indie Rocks! fue becaria del FONCA en el Programa “Edmundo Valadés” de Apoyo para las Ediciones Independientes; el fin de la beca coincide con el cambio de patrocinadores y el re-diseño editorial.

29

g) Reseñas de música, cine, libros, videojuegos y páginas de Internet.

Como ya se señaló, la música como objeto periodístico tiene un papel

primordial dentro del discurso de las dos revistas. Tanto así, que las portadas

de ambas –de cada uno de los números analizados- llevan como imagen algún

grupo musical o músico. Estos grupos y músicos no están necesariamente

relacionados, la mayoría del tiempo, con la escena Indie; sin embargo si son

relevantes para la Industria musical con la que se relacionan la escena Indie y,

además, que comercialmente tienen un mayor impacto o relevancia musical

(Imagen 1 y 2).

Imagen 1 y 2. Portadas de Marvin (No. 95) e Indie Rocks! (No. 50), correspondientes a los meses de octubre y septiembre de 2011. Ambas revistas están dedicadas en su portada a

Björk y Portishead respectivamente, bandas que no forman parte de la escena Indie, pero que tienen una relevancia en esta escena –muchas bandas y músicos consideran a estos una

infuencia-, a parte de que comercialmente tienen un impacto que trasciende a la misma escena Indie.

En el contenido de las publicaciones, el núcleo temático dedicado a la

música es el más grande en cuanto a extensión y número de secciones.

Aproximadamente, en ambas revistas, el contenido musical ocupa en promedio

el 40% de su páginas –que en ambas revistas rondan entre 80 y 90,

dependiendo de la edición-. En Marvin existe la tendencia –cuando menos en

los números analizados- de mostrar la información en secciones específicas y

bien delimitadas a partir de los núcleos temáticos ya señalados (Novedades de

música, arte y cine; secciones dedicadas a la música, cine, literatura y arte;

columnas de opinión; y secciones centradas en la moda; y reseñas de música,

juegos y libros); por supuesto los núcleos temáticos que están relacionados con

la música son los más abundantes –el artículo central de la revista, que

30

siempre está relacionada con la imagen de la portada y que está dedicado

siempre a alguna banda, es el mas grande en cuanto extensión y número de

páginas-: artículos, notas informativas, reseñas son las formas más recurrentes

que aparecen a lo largo de Marvin; éstos por lo general no son extensas (dos

páginas que incluyen texto e imágenes) y siempre vienen acompañados por

fotografías y elementos editoriales visualmente llamativos (tipografías,

ilustraciones, etc.).

Indie Rocks! no está muy distante de Marvin en cuanto al manejo de

información y su presentación visual, el cambio se da en la forma de organizar

la información: ésta no está ordenada en secciones bien delimitadas a partir de

los núcleos temáticos ya señalados, sino ésta se organiza en secciones propias

donde se insertan estos núcleos temáticos (Novedades, Miscelánea,

Reportajes especiales, artículos de opinión); de igual forma fotografías,

ilustraciones y demás elementos visuales llamativos son parte constitutiva de la

presentación del contenido (Imagen 3 y 4).

Imagen 3 y 4. Notas informativas, correspondientes a Indie Rocks! y Marvin. La superior,

corresponde a una nota dedicada al grupo emergente alemán Indie Illbilly Hitec; mientras que la imagen cuatro corresponde a una nota del grupo estadounidense The Rapture, banda icónica de la escena Indie neoyorkina. Nótese el uso de imágenes, juegos tipográficos y

recursos visuales llamativos que forman parte del contenido de las notas.

31

El discurso periodístico de ambas revistas se basa principalmente en

informar, analizar y opinar acerca de la música denominada comúnmente como

Indie, aunque también llega a basarse en temas relacionados tanto con la

historia de la música como de la industria musical en general. No está de más

decir que la mayoría de las bandas, discos y temas seleccionados están

conectados con la escena musical Indie y con temas basados en la importancia

o relevancia dentro de la historia de la música Rock. Cada uno de los

contenidos relacionadas con el mundo de la música implica, por parte del

lector, un bagaje de la historia, términos y estilos de la industria musical y en

particular de la escena Indie. No son revistas hechas para especialistas, pero

tampoco para lectores no involucrados e inmersos en el tema.

El resto de los contenidos no-musicales sobre los que versa la

información presentada en las dos revistas también involucran un bagaje

amplio de conocimientos –aunque menos que el musical- e implica un tipo de

lector que tiene que poseer un interés en este tipo de manifestaciones. Se

puede observar que los temas no-musicales son seleccionados e interpretados

a partir de los valores asociados a la música Indie y que son trasladados para

el tratamiento periodístico de los temas. Los valores que imperan en los

criterios de selección para generar el contenido editorial no musical son justo

los valores que más se aprecian al interior de la escena Indie: contraposición al

mainstream, es decir al tradicional círculo de mercantil de la industria del ocio y

cultura donde existen géneros y artistas consagrados; y por otra parte la idea

de innovación como condición inventiva.

Por tanto para hablar sobre arte y cine, dos expresiones artísticas que

sobresalen sobre las manifestaciones no-musicales que aparecen en ambas

revistas, se hace a partir de expresiones que se relacionan con tendencias

emergentes y no asociadas a una mercantilización masiva y tradicional. Los

temas de arte, por ejemplo, centran su atención en géneros no asociados al

mundo de arte tradicional, o que apenas están siendo reconocidas por la

institución consagrada del arte: el diseño gráfico, la ilustración y moda son

géneros artísticos que se recurre para formar el discurso editorial49; los medios

49 El arte contemporáneo es el resultado de la reconfiguración del campo artístico, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX, y trajo consigo “[…] nuevas

32

tradicionales de expresión artística (sobretodo pintura y fotografía) son

referidos siempre y cuando exista un elemento de innovación ya sea

composicional o temática; la innovación en este caso se percibe a través de las

posibles rupturas y trastocamientos que se hacen con el arte tradicional. Con el

cine si bien los criterios de selección tienen que ver más con qué película está

en cartelera, desde esta condición se opta por reseñar o escribir de películas

que no estén asociadas –la mayoría de las veces- al sistema de

comercialización hollywoodense y estén mas cercanas a festivales de cine,

universitarios, etc. (Imagen 5 y 6).

Imagen 5 y 6. Artículos dedicados a la película Melancholia del cineasta danés Lars Von Trier.

La imagen de la izquierda corresponde a Indie Rocks!, el artículo se centra en la carrera del danés para abordar la película. Mientras el artículo de Marvin, la imagen de la derecha, el

enfoque es a partir del mismo filme, abordando sus principales elementos y características, dejando a un lado –o segundo plano- la carrera de su director. En ambos artículos Lars Von

Trier es reconocido como uno de los cineastas que proponen narrativas visuales y cinematográficas distintas a las de Hollywood.

Es importante señalar que a pesar de que se puede percibir una clara

oposición a la comercialización que implica el mainstream también en estas

revistas se necesitan comercializar productos y eventos. Para Indie Rocks! y

Marvin es necesario contar con patrocinadores que les doten de recursos para

poder llevar a cabo sus publicaciones; destinan, en promedio, el 15% de sus

páginas. Los patrocinadores en ambas revistas son muy similares y en algunos

casos, los mismos(Imagen 7 y 8). Los que son similares son los relacionados

con el mundo de la música, anuncios de ropa, tecnología –sobretodo celulares gramáticas visuales y convenciones iconográficas [que] desbordan las fronteras institucionalizadas de los géneros artísticos heredados de la tradición –sobre todo, pintura y escultura- e incluso […] se cuestiona el estatuto existencial de la obra como objeto.” (Marchan, Simon, Del arte objetual al arte de concepto, Madrid, Alberto Corazón, 1974, p. 7). Es debido a esta reconceptualización que las fronteras institucionales del arte se expandieron, acogiendo otro tipo de expresiones “no-artísticas” (entendido de la manera tradicional).

33

y elementos relacionados con la comunicación-, y espacios como bares y

teatros. Los patrocinadores compartidos son eventos, sobretodo conciertos,

bebidas alcohólicas, anuncios de la estación de radio Reactor 105.7 (a veces

otra estación de Radio Ibero 90.9); espacios culturales y sus eventos, así como

festivales de cine que se estén promocionándose en ese momento.

Arte y cine –e incluso alguno de los patrocinadores de la revista,

sobretodo moda y espacios- no son, per se, parte de la escena, son

producciones artísticas paralelas que en el discurso editorial de las revistas se

pueden relacionar con la subcultura Indie gracias a que son vistas a través de

valores asociados a la escena musical. Estos valores son esquemas de

selección y son el resultado de la circulación de contenidos simbólicos a través

de las redes de interacción que se generan al interior de la escena Indie. Estas

redes de interacción social al interior de la escena permiten la existencia de la

subcultura, eso que Williams denomina como un sistema no cerrado con redes

de personas que comparten significados de ideas específicas, objetos

materiales y prácticas. De esto anterior, ¿qué es lo que se puede percibir en las

revistas?

Imagen 7 y 8. Patrocinadores compartidos en ambas revistas. El de la izquierda –anuncio de Jack Daniel’s- aparece en la cuarta de forros (contraportada) tanto de

Marvin como de Indie Rocks!, mientras que el de la derecha –que promueve el Centro de Documentación de la Cineteca Nacional- aparece al interior de ambas

publicaciones.

34

Construcción de la escena Indie.

El concepto de escenas musicales, tal y como ha sido definido en el primer

capítulo de esta investigación, ha sido usado de manera habitual entre músicos

y periodistas musicales para ubicar y describir a los grupos de músicos,

promotores musicales, fanáticos, etc., que comparten intereses particulares por

un género musical en específico.

Tanto Marvin como Indie Rocks!, si bien no todo el tiempo están

haciendo uso de éste término, está claro que con su discurso periodístico

existe una intención de localizar quiénes están produciendo bajo los valores de

la música Indie –los ya mencionado contraposición al mainstream e

independencia creativa- tanto al interior como el exterior del país. Reseñas,

entrevistas, artículos son los formatos periodísticos más recurrentes para

hablar acerca de bandas, conciertos, etc. Ambas revistas, desde su discurso

editorial, van montando diferentes elementos, tanto en su contenido informativo

como sus anunciantes, que se pueden identificar como participantes de la

escena Indie.

En esta identificación que se percibe en ambas revistas se pueden

distinguir dos tipos de escenas, según la concepción de Andy Bennett50,: una

local y otra trans-local. El primer tipo de escena es aquella que se desarrolla

en un lugar, en un espacio delimitado y en un lapso de tiempo específico. Las

características de esta escena local, cuando menos lo que se puede percibir

desde Marvin e Indie Rocks!, es que está constituida por bandas que no pasan

en promedio de 5 años (aunque por supuesto existen bandas que llevan de

existencia casi toda la primera década del 2000), están localizadas en varias

centros urbanos del país pero se concentran en su gran mayoría en la Ciudad

de México y su zona metropolitana, Monterrey, y Guadalajara. La gran parte de

los sellos discográficos que distribuyen la música de estas bandas (Terrícolas

Imbéciles, Intolerancia, NoiseLab, Discos Termita, Fractal, Arts & Crafts

México, Happy Fi), algunos de estos con 10 años de existencia, están ubicados

en su mayoría en la Ciudad de México. Quizá porque ambas revistas sean

editadas en el Distrito Federal, los espacios que son utilizados para realizar los 50 Cfr. Bennett, Andy, “Consolidating the music scenes perspective” en Poetics, Vol. 32(3-4), Elsevier Science/ Griffith University, Australia, 2004.

35

conciertos y actividades de la escena Indie, y que posteriormente son

reseñados, anunciados y comentados en los revistas, son de la Ciudad de

México (Pasagüero, El Imperial, Salón Cuervo, Circo Volador, Auditorio

Blackberry, El Multiforo Alicia, Lunario del Auditorio) estos sitios van desde una

capacidad de aforo pequeña (200-300 espectadores) hasta una mediana

capacidad (1000-2000 espectadores); la gran mayoría de estos espacios son

de reciente creación, algunos de éstos apenas rebasan el lustro de existencia.

El otro tipo de escena que se percibe en las revistas es la denominada

trans-local. Ésta se puede describir como la conexión de escenas locales, que

geográficamente están separadas pero tienen un contacto a través del

intercambio cultural de música y bandas: “Members of a trans-local scenes

embrace a specific local sytle of music but, at the same time, they also connect

with parallel expresión of musical tastes in other region of the world.51”.La

manera en que se compone esta escena en el discurso editorial de Marvin e

Indie! es a partir de localizar con quienes, fuera de la escena local, se comparte

una misma concepción creativa. A partir de este criterio se conecta a una

variedad de comunidades locales de música, sobretodo anglosajonas (Estados

Unidos, Inglaterra, Australia) que están organizadas en torno a las

características de la música Indie, dando la sensación de que las distintas

escenas asociadas a la música Indie son una sola, situación que se acentúa

dado que algunas de esas bandas foráneas, igualmente muchas de éstas

anglosajonas, llegan a tocar aquí en México en los lugares ya mencionados, o

bien en Festivales de música que unen tanto a la escena local y trans-local.

Muchas de las mismas disqueras que editan los discos de las bandas de la

escena local son los que editan y/o distribuyen en México los discos de las

bandas foráneas.

Tanto la escena local como la escena trans-local están atravesadas y

condicionados por un proceso mucho más amplio donde la producción cultural,

se volvió de suma importancia para la reproducción y expansión capitalista: la

globalización. Con el proceso de globalización, señala García Canclini al

referirse a cómo se insertan las culturas locales en el capitalismo

51 Jetto, Beatrice, Op. Cit., p. 3. (Trad.: Los miembros de escenas trans-locales, adoptan un estilo local y específico de música, pero están también conectados con expresiones paralelas de gustos musicales en otras regiones del mundo.)

36

contemporáneo, “[…] el desarrollo tecnológico, la globalización de los

intercambios y su utilización […] modificaron la articulación entre capital,

trabajo y procesos simbólicos”52. Es un proceso multidimensional donde se

aproximan procesos económicos/financieros y comunicacionales que permiten

que las producciones diversas de lo local sean mercantilizadas en una red de

intercambio transnacionales y sean reinsertadas en nuevos contextos. Las

producciones simbólicas locales, con el proceso de globalización, dejan de

tener una relación estricta con el territorio de donde son originarias. De este

proceso se pueden concluir dos cosas –siguiendo a García Canclini-: 1) el

desarrollo capitalista contemporáneo opera en las producciones culturales a

través de la “[…] apropiación, resemantización y exclusión de diversos

aspectos de las culturas […] en nuevos contextos y circuitos [de consumo]”53.

2) Existe una reutilización de lo local en circuitos de intercambio globalizados,

estos circuitos a su vez condicionan la producción y consumo de lo local: “La

reutilización [en] circuitos globalizados se aprecia claramente […] desde la

producción hasta los modos de consumo, pasando por las temáticas y

narrativas [de los productos culturales]”54.

La producción local del Indie y su escena es consecuencia de los flujos

de intercambio con la producción cultural de otras escenas locales de música

Indie localizadas en otros espacios y partes del mundo. Cómo ya se señaló, en

las bandas extranjeras que se mencionan al interior de ambas revistas son

originarias sobretodo de contextos anglosajones (Australia, Reino Unido,

Estados Unidos), aunque también se pueden encontrar bandas españolas,

francesas y argentinas principalmente.

Según Alejandro Mancilla, la gran influencia musical para la escena Indie

mexicana –que surgió a finales de la última década del siglo XX- fue la escena

post-punk inglesa de finales de los ochenta, autodenominada Indie, y que

sobrevivió –bajo diferentes denominaciones y estéticas- hasta la primera mitad

52 García Canclini, Nestor, Culturas populares en el capitalismo, Grijalbo, 2002, México, p. 14. 53 Ibídem, p. 36. 54 Ídem.

37

de los noventa55. Algunas bandas retomaron la estética de esta escena tanto

musicalmente –basada en una instrumentación básica56- como visualmente.

En la actualidad se puede percibir que esta tendencia persiste: muchas

de las bandas locales que aparecen en las páginas de Indie Rocks! y Marvin

son leídas, reseñadas o entrevistadas a la luz de otras bandas de otras

escenas (sobre todo anglosajonas) que se piensa están marcando tendencia –

incluso algunas de estas agrupaciones que son entrevistadas, reseñadas, etc.,

en ambas publicaciones realizan este ejercicio de comparación-. Pero no sólo

es la estética la que se traslada a nuestro contexto, también de cierta forma se

trasplantan sus redes de distribución y promoción, permitiendo que bandas

foráneas asociadas al Indie se logren presentar en el país, sobre todo en la

Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Esta fluctuación de estilos –sobre

todo en la recepción- provocan que la producción musical de la escena local se

homogenice a las escenas dominantes del Indie, adaptando ciertas

características locales –idioma, algunos temas, etc.- que permiten una mayor

cercanía a sus contextos de producción. La escena Indie es local en medida

que producida en un contexto geográfico especifico, pero trans-local al

momento que confluye con otras escenas locales y establecen vínculos de

cooperación y consumo entre éstas.

Mención aparte merece el intercambio de contenido subcultural a través

del Internet y el papel que juega en la construcción de la escena Indie. Con el

Internet la escena Indie –en su forma local como trans-local- se puede entender

también como una escena virtual, es decir como un espacio virtual donde “[…]

networked collectivism of fans spreading their practices among a number of

sites and social media all networked with one another57.” Es por eso, quizá, que

en ambas revistas está presente lo que se denomina la Web 2.0 es decir, las

55 Esto no resulta extraño cuando se observa que el post-punk cobró un lugar central en la Industria musical británica a partir de 1995, cuando se lograron popularizar bandas como Blur, Oasis, Radiohead, Pulp –herederas de la estética post-punk- y salieron a un mercado mundial bajo la denominación, por parte de medios e industria mainstream, como britpop. (Cfr. Hesmondhalgh, David, “Indie: The Institutional Politics and Aesthetics of a Popular Music Genre”, en Cultural Studies, Volumen 13, número 1, Routledge, 1999, Reino Unido.) 56 Guitarra, batería, bajo y voz. 57 Jetto, Beatrice, Op. Cit., p. 3. (Trad.: red de colectivismo de los fans que diseminan sus prácticas entre un número de sitios y redes sociales, conectadas unas con las otras.)

38

nuevas tecnologías de comunicación que facilitan el intercambio de información

y que permiten a sus usuarios interactuar y colaborar entre sí a través de las

comunidades virtuales58.

Ambas revistas poseen estas comunidades virtuales (Facebook y Twitter

) facilitando la participación activa entre la audiencia, las mismas revistas y las

bandas que se desenvuelven en la escena: “Social networking sites […] provide

opportunities for establishing direct contacts with independent bands, realising

information about the events and receiveing feedback from the audience after

the event”59. Tanto Marvin como Indie Rocks! complementan su actividad

editorial impresa con la de las redes sociales y su página electrónica (Imagen 9

y 10); además es común que se mencione que varias de las bandas que

participan tanto en la escena local como en la trans-local hayan utilizado estos

medios como primera plataforma para dar a conocer su música, plataforma que

sigue siendo importante y vital para seguir dando a conocer su obra además de

los canales más tradicionales de distribución y difusión (medios impresos,

radio, televisión), condicionados y vinculados a un ejercicio periodístico de

selección previo, como lo son las propias revistas.

58 Cfr. Mäe, Rene y Airi-Alina Allaste, “Making Distinctions on Autonomus Cultural Field: the Case of Small-scale Alternative Music Festival Organisers in Estonia” en Studies of Transition States and Societes, Volumen 3, Número 2, Estonia, 2011. 59 Ibídem, p. 73 (Trad.: Las redes sociales proveen de oportunidades para establecer contacto directo con bandas independientes, dando a conocer información de los eventos y recibiendo retroalimentación de la audiencia después del evento.)

39

Imagen 9 y 10. Portales electrónicos de Indie Rocks! y Marvin, respectivamente. Ambos

portales poseen las mismas características y secciones de la versión impresa de las revistas. Generalmente actualizadas a diario, dependiendo de las noticias que existan y que interesen a las publicaciones. Las paginas traen enlaces directos con las redes sociales en las que ambas

revistas se encuentran (Twitter, Facebook)

En resumen, la noción de escena musical hace referencia a un mundo

social y sus relaciones sobre todo comunicacionales. Esta nación se ve

complementada por el concepto de subcultura. Los contenidos subculturales

que se despliegan en las redes de interacción social de la escena ayudan a

configurar un espacio en común donde se establecen lazos sociales de

identificación y acción. Si bien las revistas no generan por sí mismas los

contenidos subculturales se ven atravesados por estos y gracias a ello se logra

identificar e interpretar ciertos comportamientos y creaciones artísticas dentro

de un marco de acción social específico que es la escena musical Indie. En

otras palabras, las revistas sí portan capital subcultural y sí lo transmiten, pero

lo que se puede percibir en su discurso al momento de identificar a los

participantes de la escena Indie es la existencia de un campo social donde se

mueven los valores subculturales es decir, la forma en que circulan tanto estos

valores como su principal referente: la música.

La escena Indie como redes de cooperación e industria cultural. La creación musical es la actividad social central al interior de la escena Indie.

Como actividad social es una actividad conjunta que involucra a más personas

que los puros creadores artísticos60 o músicos. El ejercicio editorial y

60 Howard Becker señala que la actividad creativa o artística requiere de alguien que haya sido socialmente autorizado y reconocido como un sujeto que puede realizar ese

40

periodístico que despliegan Marvin e Indie Rocks! forma parte de estas

actividades de cooperación que inciden en la creación musical para su

producción, difusión y consumo61. Como ya se ha señalado, son engranajes de

comunicación especializado que interpretan y difunden los producido en la

escena Indie y el contenido subcultural que implica. Desde este punto de vista

–el tipo de relación que se observa entre las revistas y la creación musical- se

puede decir que la escena musical Indie es lo que Howard Becker denomina

como un mundo de arte. Para este sociólogo estadounidense, los mundos de

arte son redes de cooperación que permiten que la obra de arte sea justamente

lo que es. Desde esta perspectiva de Becker, el arte se comprende como una

actividad social que sólo es posible a través de la cooperación y de la actividad

colectiva: “All artistic work, like all human activity, involves the joint activity of a

number […] of people. Through their cooperation, the art work we eventually

see or hear comes to be and continues to be”62.

La idea de mundo de arte en la escena musical Indie ayuda a

comprender que en ésta existen una serie de actividades que se deben de

llevar a cabo para que la creación musical y posterior ejecución, sucedan. Se

crean actividades especializadas o se apoyan de las ya existentes, dentro de la

industria musical y de entretenimiento, para que la música pueda darse a

conocer. ¿Cuáles son estas actividades de cooperación que se pueden percibir

en ambas revistas? De manera explícita están quienes conciben, producen y

llevan a cabo una idea; es decir, los músicos y sus productos artísticos.

También se hacen presente aquellos que se encargan de la distribución de la

música; en esta actividad se pueden distinguir dos rubros: 1) quienes

distribuyen propiamente el objeto artístico (la música): las disqueras y 2)

espacios que se encargan de organizar los conciertos, promotoras. También se

puede ubicar lo que se puede denominar como “actividades de apoyo”, en este

caso son los patrocinios, difusión, etc.

tipo de actividad (Cfr. Becker, Howard, “Art Worlds and Collective Activity” en Art Worlds, University of California Press, Estados Unidos, 2008.). 61 Cfr. Becker, Howard, “Art Worlds and Collective Activity” en Art Worlds, University of California Press, Estados Unidos, 2008. 62 Ibídem, p. 1. (Trad.: Todo el trabajo artístico, como actividad humana, involucra la actividad conjunta de un número de personas. A través de la cooperación, la obra de arte que eventualmente escucharemos o veremos se convierte en lo que es).

41

Un claro ejemplo de como se articulan estas redes de cooperación al

interior de la escena Indie, y en la que ambas revistas están involucradas, es

una inserción publicitaria que se encuentra en la Indie Rocks! # 45

(correspondiente al mes de febrero de 2011) que difunde el concierto de Ra Ra

Riot, banda asociada a la escena local estadounidense de Indie, en el Lunario

del Auditorio en la Ciudad de México (Imagen 11). En este anuncio se

encuentran insertos los logos de quienes podemos intuir son los organizadores

y patrocinadores del concierto. En la inserción publicitaria del concierto se

ponen de manifiesto algunas de las redes de cooperación que se pueden

requerir en la escena independiente. Las redes de cooperación que se

establecen para que Ra Ra Riot pueda llevar a cabo la ejecución de su música

–a través de un concierto- son posibles gracias a las actividades coordinadas

que se dan entre los distribuidores y promotores de la banda (la disquera Arts &

Crafts México), los promotores y organizadores del evento (OCESA); los

medios de comunicación (Indie Rocks!, Marvin y la estación de radio de Ibero

90.9) que juegan una doble función: primero como distribuidores de la música,

pero más importante aún, como aquellos que realizan una labor de

interpretación y critica de la actividad artística, y por último, aquellos que

distribuyen los boletos (Ticketmaster, Fábricas de Francia, Liverpool, Mixup)

que en este caso se pueden considerar como actividades de apoyo.

El introducir el concepto de mundo de arte a la idea de escena musical

hace evidente que aquellos que conforman el grupo de músicos, promotores,

fans, etc., que comparten un interés común por el género local y trans-local de

la música Indie, tienen un rol específico que permite que su interés artístico sea

producido y distribuído. La escena musical existe no sólo porque en ésta

conviven gente con un interés en específico, sino porque esta gente encarna

un rol específico que garantiza que la música que los une como grupo sea

producida, distribuida y consumida.

42

Imagen 11. Anuncio del concierto de Ra Ra Riot en el Lunario del Auditorio Nacional. Se puede

observar la cantidad de participantes y patrocinadores que intervienen para que el evento se pueda llevar a cabo.

El ver sujetos llevando a cabo un rol específico y especializado para que

un producto cultural, como la música, pueda ser producido, distribuido y

consumido nos deja ver la existencia de una industria cultural. Las industrias

culturales pueden ser descritas básicamente como “[…] those organizations

that desing, produce, and distribute products that appeal to aesthetic or

expressive tastes more than to the utilitarian aspects of costumer needs such

as Films, books, building desings, fashion and music.63 Con esta definición se

puede afirmar que, en esencia, las redes de cooperación de la escena Indie

descansan en la Industria cultural de la música, además de generar vinculación

con otras Industrials culturales.

La escena Indie al momento de basarse en una industria cultural define

sus propios métodos de reproducción, al mismo tiempo que asegura su

continuidad como escena, a partir del establecimiento de roles bien delimitados

–en mucho casos profesionalizados- que ayudan al ciclo

manufacturación/comercialización de sus propios productos. A pesar de que la

música Indie se posiciona claramente en contra de la industria convencional de

la música, el mainstream, es claro que reproduce en una escala menor, en

cuanto a proporción e impacto, los esquemas de la industria musical

63 Jones, Candance y Patricia H. Thornton, “Transformation in Cultural Industries” en Candance Jones y Patricia H. Thornton (ed.) Transformation in Cultural Industries, Research in the Sociology of Organizations, Volumen 23, Elsevier, 2005, Ámsterdam, p. XI. (Trad.: aquellas organizaciones que diseñan, producen y distribuyen productos que apelan más a los gustos estéticos y expresivos que a los aspectos utilitarios que implican las necesidades de un consumidor; pueden ser filmes, libros, diseño de edificios, moda y música.)

43

adaptándolos a sus propias necesidades y condiciones; traducen la industria

musical a sus propios términos, generando mercados alternativos y públicos

que están dispuestos a entrar en éstos. El retomar el modelo industrializado de

la música no es un hecho que resulte extraño, la música popular que se originó

en el siglo XX –de donde de una u otra forma deriva el Indie- se desarrolló de la

mano de la Industria musical; como Simon Frith señala: The development of a large-scale record industry marked a profound transformation in musical experience, the rise of a sort of musical consumption and use. Records and radio made possible new […] musical tastes […] The 1920s and 1930s marked the appearance of new musical professionals […]64 En otras palabras la música popular como la conocemos hoy en día es

un producto que está hecho para ser consumido. La escena Indie –local y

trans-local- pretende alejarse del modelo tradicional de circulación y

consumo65, y reelabora desde sus posibilidades modelos alternativos. David

Hesmondhalgh señala que las escenas independientes se originaron a partir de

músicos y compañías discográficas que se sentían inconformes con el negocio

de la música –ya sea por que no los dejaban acceder o bien por un sentimiento

de rebeldía- y decidieron retar a la estructura de la industria de la música

generando modos de producción y distribución marginales que los llevaron, en

tiempos de crisis económica en el Reino Unido, a casi a su desaparición. Las

agrupaciones y compañías que sobrevivieron a las crisis decidieron encontrar

formas de cooperación alternas con los sellos discográficos más grandes y con

las redes de comercialización de otras industrias culturales con el fin de

asegurar su supervivencia.

Lo mismo podemos observar en la escena Indie que se puede percibir

en las publicaciones de Indie Rocks! y Marvin y, más en concreto, el anuncio

del concierto de Ra Ra Riot ya mecionado en párrafos anteriores. Arts & Crafts

México, oficina de una disquera independiente con base en Canadá que lleva 64 Frith, Simon, “Industrialization of music” en Andy Bennet, Barry Shank y Jason Toynbee (ed.), The Popular Music Studies Reader. Reino Unido, Routledge, 2006. (Trad.: El desarrollo de una industria cultural de gran escala, marcó una profunda transformación de la experiencia musical, el surgimiento de consumo musical y sus usos. Las grabaciones y la radio hicieron posible nuevos gustos musicales. Las década de los 20 y los 30 marcaron la aparición de nuevas profesiones musicales.) 65 Este modelo tradicional está basado en la mercantilización y producción industrial de la música. La existencia de un modelo industrializado y profesionalizado –con roles bien específicos- que busca llegar a una audiencia masiva a través de medios de comunicación.

44

el mismo nombre (de nuevo se aprecia un fenómeno de escena trans-local), no

tiene la capacidad suficiente para emprender la logística que se requiere para

llevar a cabo el evento –generalmente este tipo de disqueras cuentan con un

personal muy reducido- por tanto para asegurar que el concierto pueda llevarse

a cabo tiene que establecer redes de cooperación al interior de la escena, para

asegurarse que el público potencial de este grupo se entere del concierto, y al

exterior de la escena para asegurar que su evento puede ser llevado a cabo en

espacios adecuados y que éstos se puedan vender.

Es curioso ver como una escena que se contrapone a las prácticas de

mercantilización masiva, recurra a una de las mayores promotoras de

conciertos en México y Latinoamérica para realizar un evento. Por supuesto

esto se debe, en gran parte, a que OCESA –subsidiaria del grupo CIE- opera el

67% de los escenarios en México66 y la totalidad de los escenarios con gran

capacidad en el país. Por tanto, si la escena Indie local busca garantizar el

consumo de producción cultural tiene que adecuar su estructura de

comercialización a las de las Industrias culturales de mayor impacto y tamaño.

Para que la música como producto cultural pueda ser ideado, producido,

distribuido y consumido necesita de una red social de cooperación que existe

en forma de Industria Cultural67. En ésta se inscriben distintos roles que se

articulan entre sí para dar a conocer la música Indie. En resumen, la

convivencia entre gente con un interés musical en específico no es lo único que

garantiza la existencia de la escena Indie; se le tiene que sumar las actividades

sociales que garanticen las condiciones para que la escena siga

desarrollándose como tal a través del aseguramiento de los canales necesarios

para la salida del producto cultural que generan, y que toman forma de

Industria Cultural.

Convenciones de la escena.

66 Cifra tomada del portal electrónico del Centro Interamericano de Entretenimiento (CIE): www.cie-mexico.com.mx/. 67 La revistas son una de las formas de que el producto cultural de la escena Indie se dé a conocer y, por tanto, sea consumido. Forman parte de la escena, pero al mismo tiempo están estrechamente relacionados con cadenas de comercialización externas. Es por tanto que otras Industrias culturales buscan aparecer en su revista –sobretodo en forma de publicidad- para poder acceder al público potencial de la escena.

45

Como ya quedó establecido, la música Indie es una actividad social que se

encuentra en el centro de una red de personas concentradas alrededor de una

Industria Cultural del Entretenimiento, que colaboran directa o indirectamente y

cuyo trabajo es esencial para que esta creación artística se de a conocer. Esta

Industria, y la red social que implica, requiere de elaboradas formas de

cooperación.68 La cuestión es determinar de qué manera se llega a un acuerdo

para que la cooperación entre estas personas sea posible y por qué se pueden

establecer estándares que permitan crear y etiquetar dentro de un género a la

obra artística y a quien la está produciendo. El concepto de convenciones

artísticas desde la idea de mundo de arte, propuesto por Howard Becker me

ayudará a resolver esto anterior.

Las convenciones artísticas, según Becker, cubren todas la decisiones

que se deben de tomar en las actividades que circundan la creación artística

cómo se deben de ejecutar y de qué van a producir; también regulan las

relaciones entre artistas y sus consumidores, especificando los derechos y

obligaciones de ambas partes permitiendo la existencia de un cuerpo de

acuerdos entre los artistas y audiencia que posibiliten la experiencia artística.

También es importante señalar que las convenciones hacen al arte posible en

otro sentido: proveen de una fácil y eficiente coordinación de la actividad entre

artistas y personal de apoyo: “[…] norm, rule, shared understanding customs, or

folkway, all referring to the ideas and understandings people hold in common

and through which they effect cooperative activity.”69 Las convenciones

proporcionan las bases con las cuales los participantes de los mundos de arte

pueden actuar de manera eficiente; el conocimiento de éstas definen el

perímetro de la red social en donde se circunscribe cierta expresión artística,

señalando a potenciales audiencias en donde insertarse, desenvolverse e

interpretar cierto producto artístico. En el caso de Marvin e Indie Rocks! las

convenciones que están más presentes no son tanto las divisiones laborales y

de cooperación que se puede percibir en estas revistas, sino los elementos

materiales que circulan al rededor de la música Indie. Como ya se había

señalado al principio de este capítulo, aparte de la música hay otros elementos 68 Cfr. Becker, Howard, Op. Cit., p. 28. 69 Ibídem, p. 30. (Trad.: La norma, la regla, el entendimiento compartido, todo lo referido a las ideas y los acuerdos que las personas poseen en común y con los que se efectúa la actividad de cooperación.)

46

que se complementan con expresiones artísticas paralelas, me refiero al arte y

al cine, sin estar clara la razón exacta del por qué estas expresiones

predominan después de la música en el discurso editorial, es claro que en

ambas publicaciones se consideran temas necesarios para complementar su

discurso periodístico. El tratamiento y selección de estos temas, como también

se señaló, se hace a partir de los valores que circulan gracias a los contenidos

subculturales propios de la escena Indie.

Las bandas, reseñas de discos, el arte y demás tópicos que se

encuentran en el contenido de ambas revistas nos dejan percibir dos tipos de

audiencias, aquellas que Becker denomina como audiencias serias y

audiencias especializadas70. El primer tipo de estas audiencias son los lectores

de las revistas; es importante señalar que no existe una alusión directa a algún

tipo de destinatario, sin embargo a partir de los anunciantes, recomendaciones

y eventos: se asume que los lectores a quien va dirigido estas publicaciones

tienen una amplio acceso a Internet y un cierto tipo de solvencia económica

que les permita, cuando menos, comprar música y asistir a los conciertos, y

demás espacios donde existan prácticas de interacción de los contenidos

subculturales. Además, las constante referencias a expresiones y artísticas no-

musicales alude a un tipo de lector con un capital cultural amplio y

escolarizado. Por tanto no es fuera de lo común que se hagan referencias

constantes (y sin ninguna explicación previa) para completar y darle una

consistencia y legitimidad al discurso, a ciertas figuras canónicas tanto del

mundo de la música, como de la literatura y del arte; sobre todo aquellas que

significaron un parteaguas dentro de su campo de acción tanto disciplinar como

social.

Como ya se había señalado, por el tipo de lenguaje y términos que se

utilizan, además de las referencias históricas que se hacen de la escena

musical, se puede intuir que los lectores de las revistas son una audiencia

asidua de la escena, que asisten de manera regular a conciertos :“[…] serious

audience members, however, do not know all the things that other more

professionalized participants […] They know no more than they need to know to

play their part in the cooperative activity, wich is to understand, appreciate, and

70 Cfr. Becker, Howard, “Conventions”, en Op. Cit.

47

support the activities of those called artist in that world […]”71. Esto se puede

determinar a partir del tipo de lenguaje que utilizan; si bien no es un lenguaje

que implica una conocimiento técnico y teórico específico, sí se relaciona con el

conocimiento de términos muy concretos que implican un cierto

posicionamiento (p.e. mainstream) o bien conocimiento de la historia e industria

de la música. El segundo tipo de audiencia no es a aquella para la que están

dirigidas las revista, más bien son los que escriben en éstas y conforman su

discurso. Si bien Becker define a este tipo de audiencia como una audiencia

entrenada de manera formal, que no son creadores pero que poseen un amplio

conocimiento en cuanto a los elementos formales, técnicos y que son

necesarios para crear una obra artística. A pesar de qué no podemos

determinar la formación profesional que poseen aquellos que colaboran en las

revistas ya que en ninguna parte se alude a su trayectoria profesional,

sabemos que son una audiencia especializada debido a la posición privilegiada

que poseen al interior de la escena Indie y la red de comunicación que implica;

ésta los van dotando de los conocimientos necesarios para discernir de una

manera más “profesional” aquello que se produce dentro de la escena: “[…]

they can respond to the work with a fuller understanding of what been attemped

and how even a failure might be interesting”72.

Los dos tipos de audiencia que se pueden identificar en Marvin e Indie

Rocks! toman parte de la escena Indie básicamente como consumidores/

asistentes y aquellos que colaboran en el contenido de las revistas. Desde

estas posiciones se apoya a la escena: la audiencia seria provee, a partir de su

consumo, parte del dinero que ayuda a mantener económicamente a la escena;

mientras que la audiencia especializada provee de un marco de compresión e

interpretación para el resto de los consumidores, permitiendo que lo producido

al interior de la escena sea difundido y asimilado. Es en la conjunción de

ambos tipo de audiencia que se genera, lo que García Canclini denomina, una

comunidad interpretativa de consumidores; es en ésta donde se da un sentido 71 Ibídem, p. 50. (Trad.: Los miembros que son audiencia seria, sin embargo, no saben más cosas que otra audiencia más profesionalizada. No necesitan saber más de lo que saben para jugar la parte que les corresponde en la actividad cooperativa, que es la de entender, apreciar y apoyar las actividades de aquellos que se les llama artistas en ese mundo.) 72 Ibídem, p. 54. (Trad.: Pueden responder al trabajo con una comprensión más amplia de lo que se ha desplegado y cómo incluso la falla puede resultar interesante.)

48

de pertenencia a partir de los hábitos de consumo específicos –en este caso la

música Indie- que lleva a la audiencia “[…] a relacionarse de un modo peculiar

con los objetos y la información circulante […]”73.

En la comunidad interpretativa se comparten los conocimientos de las

convenciones ya señaladas que les permita compartir valorizaciones que se

expresan en términos de “independencia”, “marginalidad”, “vanguardia”,

“innovación”, “rebelión”, “no-comercial”; además de establecer un marco de

legitimación de lo que es valido y no a partir de una actitud crítica ante ciertas

expresiones artísticas que califican de esteriotipadas e industrializadas. Este

conocimiento compartido es la base para las acciones coordinadas de quienes

participan en la escena Indie, estas acciones dan pie a una red social que hace

posible la existencia y las características que distinguen a la escena musical.

Estas mismas características, desde el enfoque de las revistas, no se

desdibujan o no entran en conflicto cuando la escena Indie se acerca al sector

de la Industria más mainstream para hacer circular sus productos.

Este conocimiento compartido no sólo genera convenciones de

colaboración; valorizaciones y conocimientos, también se genera un canon de

lo que debería de ser Indie. En las revistas se puede percibir una construcción

de la escena a partir de referencias musicales históricas basadas en el Rock

Anglosajón a partir de la década de los ochenta y algunas referencias

nacionales de esa misma década –descartando toda la producción nacional de

Rock de las dos décadas anteriores-, referencias a otras músicas locales sirven

sólo como elementos para recontextualizar y reconceptualizar desde los

propios valores estéticos y de sonidos de la escena. Lo visual es preeminente

–se observa desde el diseño de las revistas, hasta las portadas de los discos-

no sólo por el tipo de imágenes bien elaboradas sino por la inclinación hacia el

cine y el arte centrado en el diseño, fotografía o ilustración. En cuanto al

aspecto social que rodea la escena, existe una preeminencia por causas

sociales, ecológicas y de resistencia (Imagen 12) –esto se observa sobre todo

en los artículos de opinión-.

Los cánones se construyen en oposición franca a los géneros más

comerciales de la Industria musical tendiendo barreras alrededor de la escena 73 García Canclini, Consumidores y ciudadanos, Debolsillo, México, 2009, p. 66.

49

y que están basadas en estos cánones que exigen un amplio bagaje histórico-

musical.

Imagen 12. Nota de Indie Rocks! dedicada al movimiento de autodefensa ecológico de la comunidad indígena michoacana de Cherán. Destaca como esta comunidad se ha organizado para defender su patrimonio ecológico frente a la tala indiscriminada tanto

de las autoridades como de la delincuencia organizada. El tono de la nota es informativa, aunque sí ejerce juicios de valor al calificar lo ocurrido como una

emergencia ecológica y social.

50

IV. EL MUNDO SOCIAL DE LA SUBCULTURA Editores, identidad, capital subcultural y espacios creativos Como ya quedó establecido la escena musical Indie es una trama de redes

sociales en donde circula contenido simbólico –que lo podemos denominar

capital subcultural- y que da pie a la existencia de la subcultura: sistema no

cerrado con redes de personas que comparten significados de ideas

específicas, objetos materiales y prácticas. También, como ya se señaló, para

aquellos que producen, difunden y consumen música Indie encuentran en las

revistas un vínculo comunicacional privilegiado y especializado. En otras

palabras, las revistas tienen un papel clave: diseminar, interpretar y generar

información esencial para consumidores y no-consumidores de la música Indie.

La difusión de esta información es el resultado de una organización y

jerarquización previa que da como resultado la construcción de un discurso

editorial para una red social específica.

Quienes participan en la formación de este discurso editorial se pueden

describir como individuos que juegan un rol estructural clave dentro de la

escena: poseen información clave gracias a la posición privilegiada que tienen

al interior de la escena musical y que, al mismo tiempo, les dota de un capital

subcultural mayor que el promedio de los participantes de la escena de música

Indie.

Siguiendo los señalamientos tanto de Howard Becker como de Pierre

Bourdieu con respecto al trabajo artístico; se puede decir que la escena

musical Indie es una trama de relaciones sociales. Aquellos que organizan y

jerarquizan la información de ésta, juegan un papel muy importante dentro de

estas relaciones sociales; son un engranaje comunicacional que permite la

diseminación de estas tramas sociales que componen el Indie, al mismo tiempo

que ayudan a moldearlas y estructurarlas. Retomando a Howard Becker al

referirse a cómo se construye el repertorio musical del Jazz74; el repertorio

musical Indie75 y sus contenidos subculturales no existen en realidad como una

entidad acabada y totalmente definida; existe en la medida en que un cierto

grupo de actores (las revistas y quienes las forman, son parte de estos) se 74 Cfr. Faulkner, Robert y Howard Becker, El jazz en acción, Siglo XXI, Argentina, 2011. 75 Por repertorio me estoy refiriendo a los artistas y discos que son asociados a la escena.

51

ponen de acuerdo en su contenido; es un proceso continuo y en constante

construcción. Las revista musicales, siguiendo lo ya establecido en el capítulo 3

de esta investigación, pueden definir el repertorio desde dos perspectivas: 1)

como una mediación que concibe a los escuchas como consumidores

potenciales; las podemos entender comos guías de consumo. 2) Como

proceso de ir “historizando” la música; de cierta forma ir generando las propias

condiciones que posteriormente le van a poder legitimar a aquellos que quieran

acceder a la producción musical de cierto tipo.

Editores y Coordinadores: actores clave

En el caso de Marvin e Indie Rocks!, quienes se encargan de la formación del

discurso editorial de cada una, o más bien, quienes encabezan este proceso

son las figuras del Editor y del Coordinador Editorial. Cabe señalar que éstos

no son figuras autocráticas que determina unilateralmente cada uno de los

contenidos de la revista. La selección y formación de los contenidos se elabora

en conjunto con los miembros del cuerpo editorial que posee cada revista.

Estos cuerpos editoriales son pequeños –comprenden entre 4 y 5 individuos

que se encargan desde el diseño visual de la publicación hasta el manejo de

redes sociales y páginas Web; conviven en un mismo espacio lo cual permite

un flujo e intercambio de ideas constantes- a los que se les suman una plantilla

de colaboradores externos quienes aportan la mayoría de los escritos.

A pesar del trabajo en equipo que existe, sí es importante señalar que

las figuras de Editor y Coordinador son quienes se encargan de guiar la

conceptualización editorial de las ideas, objetos materiales (Discos, arte,

fanzines, libros, bootlegs, etc. y prácticas de interacción (Conciertos, eventos,

lugares de socialización) que giran en torno a la música Indie. Son aquellos

que se encargan de ordenar, gestionar y coordinar la información que va a

articular el discurso editorial. Además de ser los encargados de hacer la

corrección de estilo, la edición de textos y coordinar a cada uno de los

colaboradores que van a participar en cierto número; al mismo tiempo de

supervisar que la parte digital de la revista –sitio Web y redes sociales- sea una

parte integral de los contenidos en papel. Es importante hacer la diferencia

entre coordinador y editor, si bien los dos gestionan es el segundo quien

decide al final qué va o no va como contenido. Esta decisión ya está mediada –

52

como se puede observar en el capítulo anterior- por valorizaciones y

conocimientos compartidos que generan un canon de lo que debería de ser

Indie. El canon, establecido a partir de las redes de cooperación y sus

convenciones, facilitan la selección y segmentación de la labor editorial.

Si bien, lo anteriormente señalado hace referencia a las funciones

formales que convierte a los editores y coordinadores editorial en piezas clave

al interior de la escena Indie, es su conocimiento de la escena, junto con el

espacio privilegiado que ocupan en ésta lo que los convierte en un elemento

esencial del discurso editorial. Claro ejemplo de esto son Sergio Pastrana,

editor en jefe de Indie Rocks! y Daniel Patlán, editor Web de Marvin76. Mientras

que el primero tiene un conocimiento de la escena de la música Indie a partir

de la noción histórica de la misma, que le permite concebir su desarrollo en

nuestro país al mismo tiempo que ubica a sus actores principales; el segundo

lo obtiene gracias a su trayectoria profesional que inició como fotógrafo de

conciertos a la edad de 15 años, para después dedicarse a hacer reseñas y

producir programas de radio para Ibero 90.9, estación universitaria que

contiene en su programación música Indie.

A este punto se le suma un otro aspecto que debe poseer tanto el editor

como el coordinador editorial: el conocimiento de las redes de cooperación y

relación que implican la producción de la música Indie. Como señala Howard

Becker, en el libro Art Worlds, una vez producido un trabajo artístico, éste

necesita ser distribuido; de tal forma que se articula una red de productores,

personal de apoyo, distribuidores y público que varían de acuerdo a las

características de una producción artística en particular. Tanto el editor como el

coordinador editorial deben conocer la red de producción y distribución de la

música Indie, así como sus convenciones, movilización de recursos y la forma

de colaboración entre los diferentes actores que participan en la música Indie.

Como ya se había establecido, la música Indie es un producto cultural que

debe de ser ideado, producido, distribuido y consumido. Las revistas forman

parte de esta cadena de distribución/producción y por eso que los que arman el

discurso editorial deben de conocer la red social de cooperación que existe en

76 La labor del Editor en jefe y editor Web es básicamente la misma: coordinar, gestionar contenidos. La diferencia recae en que el primero se encarga de la parte impresa/física, el segundo lo hace en la página Web.

53

forma de Industria Cultural. Jimena Gómez, co-editora y coordinadora Web de

Marvin, hace explícita la necesidad de obtener este conocimiento:

Aquí es muy importante […] conocer a las productoras, conocer a las agencias de medios, conocer a las bandas, conocer a las disqueras…. Es muy importante como establecer una relación con ellos… también porque es un medio muy chiquito, ¿no?… entonces… necesitas como… o sea sí, sí necesitas hacer un poco de relaciones públicas y cosas así.

Ubicar de qué forma están constituidas las redes de cooperación en la

música Indie no es sólo útil para desempeñar la labor editorial sino que incluso

puede ayudar a obtener ese trabajo, como le sucedió a Daniel Patlán:

Yo soy fotógrafo de concierto, empecé a tomar fotos a los quince años y entré a Lifeboxset a hacer fotos de conciertos y reseñas de discos… Y pues iba a… a muchos conciertos, fiestas fue donde empecé a conocer gente del medio […] yo ubicaba a Cecilia, que es la Directora de Marvin, perfectamente… por la fiestas que Marvin hacia mensualmente, que se llamaban “Esencia Marvin”… y yo iba a todas, a cubrir y así […] hubo un punto en el que yo quería cambiar del trabajo donde estaba […] en una fiesta me acerqué a Cecilia y “no tienes una vacante, o algo así… […] y por eso estoy aquí desde hace ocho meses. Es importante señalar que no necesariamente se debe de poseer el

conocimiento de estas redes de cooperación antes de desempeñar algún cargo

editorial aquí mencionado. Esto no exime que, una vez desempeñando la labor

editorial, se deba de adquirir las nociones acerca del campo de la música Indie

así como de sus redes de cooperación. La coordinadora editorial de Indie

Rocks!, María José Flores, comenta que antes de desempeñar ese cargo era

recién egresada de la carrera de comunicación, no poseía algún tipo de

experiencia en el mundo editorial musical; por tanto desconocía las redes

sociales que intervenían dentro la música Indie, cosa que dificultó por

momentos su labor. Con el tiempo, María José señala, obtuvo de a poco estas

nociones gracias a la experiencia laboral, lo que le permitió comprender no sólo

la manera en que se desenvuelve la escena musical Indie –quiénes participan,

de qué manera, qué actores son legítimos o no- sino el papel mismo de la

revista dentro de la música Indie: difusión, promoción, crítica, etc.

En fin, la comprensión y experiencia personal de la estructura de

producción y cooperación de la música Indie permite a los Editores y

Coordinadores editoriales –al igual que todo el quipo editorial- encaminar los

contenidos de cada revista a un sistema de significados específicos, es decir

54

una dimensión de interpretación, valoración y legitimación, que asocian a la

música Indie con un determinado estilo que crea ciertos significados culturales

y prácticas. Las revistas son el resultado del establecimiento de estos patrones

de cooperación y cánones que son incorporados y ejecutados por aquellos que

se hacen partícipes de la escena, y en mayor medida por aquellos que forman

el discurso editorial de las revistas.

Los cánones y las convenciones generan un estilo asociado a la música

Indie. El estilo es aquello que permite la definición de la identidad subcultural y

por tanto la existencia de la misma subcultura. J. Patrick Williams define el

estilo77 como algo performativo, constituido desde la actividad diaria de los

sujetos. Representa la autoconciencia de aquellos que lo viven y crean –en un

sentido tanto colectivo como individual-. Es una forma deliberada de

comunicación, que parte de la relación existente entre imagen y prácticas.

En el caso de las dos revistas, al estilo es posible rastrearlo a partir de la

manera en que se auto-conciben partiendo de los contenidos que manejan y la

manera en que éstos quedan organizados. Es decir, cómo se ubican al interior

de las convenciones y la manera en que incorporan los cánones a su práctica

editorial. Al preguntarles tanto a los Editores como Coordinadores de las

revistas, coincidieron en señalar que lo que hace únicas a las revistas para las

que laboran es la manera en que ofrecen y generan el contenido editorial.

Mientras que los miembros de Indie Rocks! señalan que ésta se distingue por

ofrecer un contenido equitativo entre la vanguardia, lo comercial y la calidad

musical, como Pastrana asegura: “Yo sí percibo un verdadero equilibrio entre lo

que puede ser muy trendie, sin ser mamón ni nada pretencioso, lo que puede

ser mainstream y lo que también puede ser una gran propuesta musical, […]”.

Por su parte, los que coordinan la formación del contenido editorial en Marvin

ven como gran cualidad de esta revista el desplegar un tema centrado en dos

puntos de partida: 1) encontrar y proponer contenido novedoso, 2) considerar

lo clásico dentro del mundo de la música, el cine y el arte.

Sin embargo, no importa de qué manera encaminen los contenidos

editoriales los miembros de cada revista; ni qué sistema de significados

específicos asocien a la música Indie; ambas revistas generan e interpretan los 77 Cfr. Williams, J. Patrick, Subcultural Theory, Polity Press, Gran Bretaña, 2011.

55

valores subculturales convencionados que giran alrededor de la música Indie

desde dos puntos de partida: Identificación subcultural e identificación del

campo cultural de la música Indie.

La construcción de la subcultura: identificación y autenticidad De nuevo retomando a Williams, la identificación subcultural es la asignación

de un sujeto a una posición específica dentro de una subcultura; ésta sólo

existe en la medida en que los individuos se ven como miembros de un grupo.

La identificación subcultural tiene que ser entendida como un proceso en

donde está implicada la construcción del otro a partir de las experiencias de los

que participan dentro de una subcultura en específico. Esto se puede entender

desde dos categorías de identificación:

1) La identidad a partir de la dicotomía outsider/insider

2) La identidad subcultural como una jerarquía interna de estatus78.

Es importante señalar que las identificaciones subculturales son relativamente

trans-situacionales y duraderas: éstas perduran mientras ciertas personas se

identifiquen a sí mismos y otros dentro de una posición específica al interior de

cierta subcultura. Ésta identificación es posible gracias a que estos individuos

se asuman como parte de un grupo o se sientan afines a ciertas prácticas. Es

un proceso dialéctico que implica la construcción y reconstrucción del otro; y

como señala Williams “[…] they last as long as people identify themselves and

others with specific categories or groups of people”79.

La primera de estas categorías de identificación cultural, como ya se

señaló, se basa en la dicotomía Insider/Outsider; es decir, existe alguien que

participa en el mundo social desde el interior de la subcultura y existen otros –

que son el resto- que están fuera. Para los que participan dentro una

subcultura, las etiquetas significan una serie de afinidades compartidas,

intereses, creencias, valores y comportamientos. Se adquieren a través de

negociaciones simbólicas relacionadas a momentos y situaciones específicas.

78 Cfr. Williams, J. Patrick, Subcultural Theory, Polity Press, Gran Bretaña, 2011. 79 Williams, J. Patrick, Op. Cit., p. 129. (Trad.: Duran mientras las personas se identifiquen a sí mismas y a otros con categoryas específica o grupos de personas.)

56

La construcción de la identidad al interior de la subcultura se hace siempre en

oposición o en contraste al otro, aunque este otro varía a través del tiempo y el

espacio. En ambas revistas la dicotomía está dada a partir de la relación

Indie/mainstream80; que de cierta manera ambas lo traducen como procesos

creativos versus productos genéricos. María José de Indie Rocks! tiene ubicada

esta dimensión al momento de tratar de ejemplificar la diferencia entre música

mainstream e Indie; esto lo hace a partir de la comparación de dos artistas:

The Rapture es una banda mucho más mainstream pero que conserva, en su esencia, eh… toda la cuestión independiente… [A diferencia de] Anahí que es un producto plástico que […] no tuvo una cuestión creativa en sus inicios donde ella decidiera cómo iba a ser su proceso sino que se lo impusieron [….] The Rapture […] empezaron de cierta forma y que por “angas o mangas” [….]pues ahora [en todo mundo] los conocen […]; pero tienen esa base: de haber empezado de esa manera [bajo sus propios procesos creativos]. Sin identificar bien a bien qué es lo mainstream, se intuye a priori que lo

Indie se construye en contraposición a éste –para Sergio Pastrana el término

de Indie no recae tanto en esta dicotomía sino en la capacidad de mediar entre

compromisos comerciales y posibilidad de creación- y de tal forma se debe

hablar en la revista; Jimena coeditora de Marvin lo expresa en los siguientes

términos al hablar de la línea editorial de la revista: “O sea, es muy raro que

hablemos de blockbusters o que te hablemos de cosas así… y del mismo modo

que no tocamos el mainstream en la música, no tocamos el mainstream en el

cine y no tocamos el mainstream en el arte […]”

En la segunda de las categorías de identificación subcultural, la identidad

como jerarquía interna, está referida a la significación de la identidad al interior

de las subculturas. Esta significación se da a partir de la estratificación con la

que los participantes en cierta subcultura son organizados o clasificados. La

identidad está relacionada con el status, que sólo es posible a través de la

interacción de los participantes subculturales a través del tiempo y en muchas

situaciones. Estos generan una especie de acuerdo de cuáles deben de ser los

ideales subculturales y se señala quién es el que hace un mejor o peor trabajo

en la incorporación de esos ideales; quien mejor exprese estos es quien posee

mejor estatus. En la identificación, al interior de una subcultura, y la ubicación

80 Corriente musical que está asociada al tradicional círculo mercantil de la industria del ocio y la cultura. Falta referencia.

57

de individuos y participantes es donde empiezan las diferencias entre Marvin e

Indie Rocks!81 Para la primera se puede identificar a los participantes en la

medida de su alejamiento de la estructura comercial más fuerte y masiva, y su

acercamiento a una pequeña estructura comercial y más local, como señala

Jimena:

[…] no sé… grupos como, como Vicente Gayo, como… [Juan] Cicerol, como Descartes [a Kant], como que ellos sí, sí son [….] como parte más de la escena. Y pues… no sé… en general hay mucho apoyo […] Por ejemplo, la gente… los promotores, eh… que no son […] Que hacen eventos y hacen estos eventos fuera de la estructura monstruosa que es OCESA […] ellos sí como que luchan por encontrar eso, así que los apoyamos. Y del mismo modo ellos nos apoyan… y las bandas igual […] eh… que no tiene como acceso a los medios masivos y cosas así para ellos. Y ellos también nutren nuestro contenido, como que coexistimos muy de cerca… Para Indie Rocks! está claro que la escena Indie tiene que sortear

compromisos comerciales, es muy difícil lidiar con lógicas de mercado

externas, ser independientes a éstas. A pesar de lo que señala Jimena, es

interesante e importante señalar que la mercantilización que llevan a cabo no

entra en conflicto con los valores subculturales promovidos por las revistas y

enunciados por muchos de sus colaboradores, cuando menos desde lo que se

lee en éstas y lo dicho por los entrevistados, ¿por qué? La pertenencia a la

escena se valida, en primer lugar, a partir de la existencia de un proceso

creativo independiente como resultado de recursos propios, no importando si

se comercializa o no; en segundo lugar, la capacidad técnica que posee el

creador independiente. Para la primera forma de validación y adquisición de

estatus, Pastrana utiliza el ejemplo del grupo Molotov:

[…] para sobrevivir de repente necesitas vender ciertas cosas y necesitas pasar ciertos contenidos que a la gente le están gustando, ¿no? Eh… por eso lo importante es mantener el espíritu y la esencia… Si no… es el ejemplo que te estoy dando con el mismo Molotov… […] firmó un contrato de no sé cuantos años con Universal, incluso no se han podido salir. […] Sin embargo, remítete a los orígenes de la banda, ese es el espíritu que buscamos.

81 Una de las desavenencias más clara e ilustradora es con respecto a la posición que tienen con la revista Warp. Mientras que para Jimena y Daniel esta revista es una publicación similar a Marvin en cuanto a manejo de contenidos e independiente, para Pastrana esta revista no se puede relacionar con Indie y Marvin: “Que Warp mira […] Eso güeyes, bueno él, Alejandro [Franco] ya se fue a otro lado, tiene un imperio. Ya ni siquiera podemos hablar… por la forma que se conduce ya ni siquiera podemos hablar de un medio independiente. Estamos hablando de los Cuarenta principales, las Sesiones [con Alejandro Franco y Sesiones Off Season], la revista…”

58

Para la segunda forma de validación, se hace visible un tipo de engranaje

de comunicación existente al interior de las subculturas en donde los sujetos

que pertenecen a cierta subcultura no están anclados únicamente a ésta; se

insertan también en otras redes de interacción, lo que permite que prácticas

simbólicas y objetos materiales externos pueden insertarse en la subcultura

que están participando. En este caso Pastrana, valiéndose no sólo de su

posición privilegiada en el campo de la música Indie sino también haciendo

gala de su participación en otras redes de interacción relacionadas con otro

campo de la música82, en este caso el jazz, señala que también dentro de la

escena de la música Indie está relacionado no sólo con llevar proyectos

autónomos sino también realizarlos bien –cosa que no contempla la

mancuerna editorial de Marvin, cuando menos desde lo que se pudo percibir en

las entrevistas-, criterio que al final acepta está sujeto y limitado a lógicas de

mercado:

con el pretexto de “no tengo varo”, pues hay gente que agarra una guitarra y dice pues “a huevo, como que medio la hago, ¿no? Y pues medio me sale chido y me consigo un medio vocalista, medio baterista y un medio no sé qué. Y pues ya tengo una banda.” Y hay muchas bandas que llegan a tener una exposición enorme […] Y entonces te enfrentas a de repente… a que tiene que publicar algo que no es necesariamente bueno para mi […] porque no tocan bien, porque no llegan a los tonos, porque su ejecución en las guitarras es… es… nefasta o por que no pasan de tres acordes su música, ¿sabes? Todas las cuestiones técnicas que yo he aprendido en el jazz […] yo trato, la verdad es que podría decirte que el ochenta por ciento de la revista tanto musical como artístico, de la cuestión plástica y demás y fotográfica está basado en la técnica; en las técnicas que yo conozco que son buenas, en las referencias que se pueden hacer con otros, otros fotógrafos, con otros artistas y en las críticas que es verdaderamente especializada, […] Es muy complicado ser totalmente independiente y tener contenidos totalmente independiente y raros ¿sabes? [...] Y al final del día pues tenemos que comer, entonces hay que ver el equilibrio entre lo que está en la portada, lo que está en la reseña y, y también lo que queremos apoyar Al final lo que intentan hacer, tanto Marvin como Indie Rocks! al tratar de

establecer categorías de identificación al interior de la escena de la música

Indie, es establecer pautas de autenticidad, de legitimidad. Esta autenticidad

hay que entenderla más como un discurso que un hecho social y que sólo es

posible a través de la interacción. Puede estar basado en distintos tipos de

reclamos que derivan de negociaciones con las identidades individuales y la

82 Cfr. Williams, J. Patrick, Subcultural Theory, Polity Press, Gran Bretaña, 2011.

59

interacción con objetos sociales que han sido significados subculturalmente; la

autenticidad se basa en el apego o falta de éste a esas significaciones en el

momento de ejercer una acción social. Curiosamente dentro de este rubro de la

autentificación es que los puntos de vista de ambas publicaciones se vuelven a

encontrar al momento de descalificar a un sector social denominado como

hipster; sector que se le asocia como uno de los principales consumidores de

la música Indie. Tanto para Indie Rocks! como para Marvin esta etiqueta social

designa a aquellos sujetos que utilizan objetos subculturalmente significados

sólo por la moda. A esto se debe que Daniel Patlán, de Marvin, y María José,

coordinadora editorial de Indie Rocks!, hagan uso del término para referirse a

aquellos que ejercen un uso instrumental de los valores subculturales como

mera mercancía: ”[…] van al antro de moda, compran bicicletas de 10 mil

pesos para pasearlas en la colonia Condesa, […] eso güeyes son una moda

que también consumen música independiente pero nada más.”

Las formas de identificación subcultural, ya sea por oposición a una

exterioridad (en este caso el mainstream) o bien, por el establecimiento de una

jerarquía al interior de la subcultura; son de uso estratégico y relacional; es

decir se posicionan frente a una industria musical que consideran, desde un

punto de vista consensuado, altamente comercial y carente de procesos

creativos singulares, al mismo tiempo que se asumen en contraposición a esta

industria; también se van fijando patrones de comportamiento y

posicionamiento que permite la relación social al interior de la escena Indie

bajo el siguiente esquema: mientras más cercano se esté a los cánones

“puros” mejor es su posición en el espacio social; adquieren un valor de

autenticidad al interior de la escena. Por tanto, los productos, críticas y demás

productos, con los que se materializa el contenido subcultural, que tengan su

origen en aquellos sujetos que incorporan o ejemplifican eso valores

auténticos; tendrán mayor visibilidad al interior de la escena.

Se observa que las formas de identificación no son formas estables, sin

embargo los entrevistados sí las piensan como una manera de “unicidad” o

pertenencia a la escena musical en específico, donde muchos sujetos se

insertan en un cerco musical y de estilo bien establecido. Es posible observar,

a partir de estas formas de identificación subcultural –desde las mismas

entrevistas- que la identidad Indie no es algo unificado, existen identidades

60

fragmentadas, que nunca son singulares, “[…] sino construidas de múltiples

maneras a través de discursos, prácticas y posiciones diferentes, a menudo

cruzados y antagónicos. Están sujetas a una historización […], y en un

constante proceso de cambio y transformación.”83 Los editores y coordinadores

editoriales perciben la existencia de valores y construcciones sociales que para

ellos son bien definidos y no entran en conflicto con aquello con lo que se

oponen al momento de tender redes de cooperación con el mainstream. La

identidad se relaciona con aspectos creativos y de posicionamiento con

respecto a una Industria musical masiva.

Es importante señalar que la construcción de la identidad en la escena

Indie se relaciona con cuestiones referidas al uso de la historia, del lenguaje y

de la posición que ocupas en ésta: el reconocimiento de actores y momentos

clave que ayudaron e influenciaron la construcción de la escena, términos que

permiten la identificación y el establecimiento de etiquetas sociales, y la

posición que se posee al interior de la escena –si eres productor, creador y

consumidor, a quiénes conoces o te relacionas, etc.-; el conjunto de estos

factores permite señalar y establecer qué acciones son válidas o no, al interior

de la escena al mismo tiempo que dan legitimidad a las acciones y productos

culturales que se generan en éstas.

En resumen, las formas de identificación subcultural dan pie a la

construcción de una identidad subcultural. Por tanto, la identidad está basada

en un relación externo/interno y tiene que suceder en un espacio no sólo físico

sino también simbólico que permita la identificación de los valores

subculturales y de los sujetos, que no sólo los portan, sino que también los

producen. Esta relación y posterior identificación es posible gracias a la

existencia del capital subcultural.

El capital subcultural de la música Indie Sarah Thornton desarrolla la idea de capital subcultural como una extensión a

las diferentes formas de capital que Pierre Bourdieu había desarrollado84.

83 Hall, Stuart, “¿Quién necesita ‘identidad’?” en Stuart Hall y Paul du Gay, Cuestiones de identidad cultural. Buenos Aires: Amorrortu, 2003, p. 17. 84 El concepto de capital, desde el marco teórico desarrollado por Pierre Bourdieu, se se entiende como “[…] una fuerza inherente a las estructuras objetivas y subjetivas; pero es al mismo tiempo […] un principio fundamental de las regularidades internas

61

Thornton define al capital subcultural como un proveedor de estatus para los

individuos en el mundo social que se desenvuelve85. Este capital puede ser

objetivado y encarnado: “[…] objectified in the form of fashionable haircuts and

well-assembled record collections […] is embodied in the form of being ‘in the

know’, using […] current slang and looking if you were born to perform the latest

dance sytle […]”86. El capital subcultural es una cuestión de estilo y de modo de

vida desde la perspectiva de Thornton y no se puede convertir fácilmente en

capital económico, como sucede con el capital cultural. Sin embargo existe una

variedad de ocupaciones e ingresos que son posibles gracias a la posesión del

capital: profesionales de la industria musical, organizadores de eventos,

bookers, managers, periodistas musicales, etc. Estas ocupaciones, según la

socióloga canadiense, gozan de respeto no solamente porque poseen un gran

volumen de capital subcultural, sino también porque son roles que lo definen y

lo crean. La posesión de este capital permite saber quién es quien al interior de

la escena, identificar a sus actores principales y ser identificado como partícipe

de ésta escena.

El capital subcultural de la música Indie se halla en las dinámicas de

mercado propias, en los agentes que producen y difunden la música, en los

objetos subculturalmente significados. Quiénes se mueven entre esos recursos

son identificados como actores privilegiados y clave para la constitución de la

escena y por tanto poseen mayor capital subcultural. Pero también es

importante señalar que mientras más cercanos a los valores subculturales –

que en las revistas se hacen explícitos-: valorizaciones que se expresan en

términos de “independencia”, “marginalidad”, “vanguardia”, “innovación”,

del mundo social.” (Bourdieu, Pierre, “Las formas del capital. Capital económico, capital cultural y capital social”, en Poder, derecho y clases sociales, Bilbao, Désdée, 2000, p. 131). Es decir, es cualquier tipo de recurso capaz de producir efectos en el espacio social. El capital puede presentarse de distintas formas: capital económico (bienes materiales y financieros), cultural (bienes, habilidades y títulos), social (recursos acumulados en función de la pertenencia a un grupo) y simbólico (es aquel que designa los efectos de las otras formas de capital). 85 Cfr. Thornton, Sarah, “Understanding Hipness. ‘Subcultural capital’ as a feminist tool” en Andy Bennet, Barry Shank y Jason Toynbee (ed.), The Popular Music Studies Reader. Reino Unido: Routledge, 2006 86 Ibídem, p. 100. (Trad. objetivado en la forma de cortes de cabello a la moda y una colección bien armada de discos, es encarnado en la forma de estar “en la onda, usando el caló y viéndote como si hubieras nacido para ejecutar el más reciente estilo de baile).

62

“rebelión”, “no-comercial” tu posición dentro de la escena –cuando menos

como creador y crítico- está bien asegurada.

Para Daniel, Jimena, Sergio y María José la obtención del capital

subcultural no sólo les permite desempeñar su trabajo, también les dota una

consciencia histórica de la escena y de los actores clave que ayudaron a

forjarla. Sergio nos da un ejemplo de la constitución histórica de la música

independiente en México y de quiénes participaron en ese:

[…] Radiactivo fue una estación que puso mucha música. Allí hay personajes, muy específicos, que han impulsado el mundo de la música independiente. […] Rulo puede ser de esas personas, el mismo Olallo Rubio […] Grupos como Molotov por ejemplo, estamos hablando, pues del 96, creo… [….] Siempre ha habido músicos que han hecho las cosas como pueden, […] Este… entonces, modos de hacer las cosas independientes y con propios recursos ha habido desde el principio de los tiempos…[…] También eso implica foros, no sólo medios… Y que también había revistas como la Mosca… Eh… foros como el Alicia, eh…. Incluso foros de los cincuentas, sesentas… los Hoyos Funkie… Entonces, todo ese tipo de cuestiones pues también han apoyado… Entonces, no hablemos de los últimos tiempos, hablemos desde el inicio, que llevan años, ¿no? Ahora, si nos trasladamos de este lado, el mercado a cambiado mucho, ¿no? Eh… ahí está Marvin por ejemplo… […] Está el Fanzine que también ha hecho un gran esfuerzo, está la misma Ibero [su estación de radio Ibero 90.9]

Esta visión histórica da sentido de pertenencia a una escena, al mismo tiempo

que se le ubica temporalmente. La pertenencia a una escena implica la

comprensión de la manera en que está distribuida y esta comprensión se hace

desde de dos puntos de partida. Primero quiénes son los que participan en la

creación, distribución de la música y sus contendidos, y quiénes son los que la

consumen. Cómo ya se había dicho al principio de este capítulo existen actores

sociales que interactúan entre sí para llevar a acabo la producción y

distribución de la música Indie; entre estos generan convenciones, movilización

de recursos y formas de colaboración: “[…] tenemos contacto directo con

disqueras. O sea, Universal, la EMI, la Sony, la BMG… O sea, hay una relación

lógica y natural con la cual, por supuesto, no estamos peleados […]”, afirma

Daniel Patlán.

A partir de las entrevistas se puede decir que la música Indie desde la

perspectiva de los editores y coordinadores editoriales de las revistas –visión

privilegiada y bien posicionada-, es el resultado de una red de cooperación y

circulación de recursos de todo tipo y sólo es posible en la medida en que

63

cierto grupo de actores se ponen de acuerdo en su contenido. Sí bien aquellos

que consumen, el público, no son los que proponen directamente, colaboran en

la validación y continuidad del contenido a partir del consumo, como señala

Sergio Pastrana: “Al final del día, para sobrevivir de repente necesitas vender

ciertas cosas y necesitas pasar ciertos contenidos que a la gente le están

gustando”87.

Espacios Creativos La manera en que se da el cruce entre los productores y consumidores –e

incluso entre los mismos productores para el intercambio de ideas,

colaboraciones y redes de cooperación- es, en parte, posible gracias a la

existencia de un espacio físico. Las subculturas no sólo son experimentadas a

partir de las construcciones mentales, la adherencia a las normas y/o

estándares de un grupo o a través del contacto de agentes externos. También

pueden ser comprendidas a través de la circulación de sus contenidos

simbólicos en niveles geográficos y económicos a través de lo que

denominamos espacios creativos.

Las espacios creativos son espacios urbanos donde sujetos crean,

difunden y mercantilizan productos simbólicos88. Los sujetos encargados de

esto están concentrados en puntos específicos dentro de la aglomeración

urbana, a través de distintos espacios, oficios y productos, tienen la capacidad

de crear un flujo constante de conocimientos y habilidades al mismo tiempo

que sirven como su repositorio. Desde este punto de vista los espacios

creativos –en conjunto con las redes de cooperación, la industria cultural, etc.-

sirven para mantener a una subcultura convencional89. Williams afirma que las

87 A pesar de cómo se auto-concibe la escena musical Indie se puede percibir en las entrevistas, que aquellos que forman el discurso editorial de las revistas tienen muy claro que la existencia de la escena Indie es posible a que esta se materializa como Industria Cultural y que se relaciona con otras Industrias del ocio y entretenimiento. Como se señaló en el capítulo anterior, el desarrollo de la escena como una Industria Cultural se da a través de una serie de roles y funciones muy específicas que se articulan entre sí para dar a conocer la música Indie a través del aseguramiento de los canales necesarios para la salida del producto cultural que generan. 88 Cfr. Scott, Allen J, “Capitalism, cities, and the production of symbolic forms” en Transactions of the Institute of British Geographers Volumen 26, Num. 1, Marzo 2001. 89 Estos espacios creativos están en estrecha relación con las formas de Industria Cultural, lo curioso es que la comercialización y mercantilización que implican los

64

subculturas se mantiene a través de la existencia de una serie de eventos,

clubes, ferias y eventos similares donde sus miembros convergen, se

comunican y refuerzan un sentido de pertenencia alrededor de la subcultura.

En ésta también participan objetos subculturales tales como la música, las

bandas, fanzines y otros materiales impresos, mercancías que sirven para

producir lazos comunicacionales afectivos más allá de la interacción cara-a-

cara. Claro está que Marvin e Indie Rocks! pertenecen a esta última

clasificación de objetos culturales.

Como ya se ha señalado, la escena Indie en México es una escena

esencialmente urbana y trans-local; tiene sus nichos principales en las escenas

locales de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Sin embargo todos

los entrevistados coincidieron que la Ciudad de México es la escena local con

mayor cantidad de bandas, instalaciones y zonas de socialización relacionados

con la música Indie, donde incluso las bandas de otras partes del país buscan

establecerse para tener mayor exposición; convirtiendo a la Ciudad de México

en el corazón de la escena trans-local nacional. Allen J. Scott explica que los

espacios creativos en los centros urbanos más grandes invariablemente actúan

como magneto “[…] for individuals […] who recognize that personal and

professional fulfillment in their chosen line of work can best be attained by

migration to a centre where that sort of work is developed and highly valued90.

El espacio creativo de la música Indie lo podemos localizar en la Zona

Centro-Condesa-Roma91: “[…] es donde pasan todos los conciertos y es donde

vienen las bandas y es donde se hospedan las bandas, y es donde tú sabes

qué va a haber… de miércoles a sábado, por lo menos, tú te puedes ir a un bar

de la Roma-Condesa y sabes que hay música, ¿no? O…Centro […]”, señala

Daniel Patlán. La existencia de esta zona como nicho de exposición se puede productos culturales no entran en conflicto con los valores subculturales y el capital subcultural que estos promueven. 90 Scott, Allen J, Op. Cit., p. 13. (Trad.: para individuos que reconocen que el cumplimiento personal y profesional de su línea de trabajo puede ser alcanzada de una mejor manera a través de la migración al centro donde ese tipo de trabajo es desarrollado y altamente valuado.) 91 La zona Centro-Condesa-Roma no existe per se. Es un término que decidí establecer a partir de que la constante mención que se hacían de las Colonias Condesa, Roma y Centro, por separado, como zonas predilectas para llevar a cabo los eventos de la música Indie en la Ciudad de México. Por tanto, para identificar a esas áreas de la ciudad dentro de un solo término, es que Zona Centro-Condesa-Roma se estableció.

65

explicar de una manera funcional: existe porque es en ésta donde hay

instalaciones adecuadas para que las bandas puedan tocar: foros pequeños

para una escena que no es masiva y que tiene un público más bien pequeño –

a comparación de otro tipo de música que se produce en el país- y la facilidad

de acceso que tiene la zona (Metro, Metrobús, Colectivos y demás vías

primarias de la Ciudad de México la atraviesan). Además la misma naturaleza

comercial de la zona ha promovido que salgan nuevos locales con el interés

particular en exponer y promover la escena.

Esta zona no sólo sirve como exposición de la escena, sino que también

se ha convertido en una zona donde los creadores, productores y distribuidores

mismos de ésta han encontrado espacio para las redes de cooperación y

creatividad. Muchos sujetos especializados, pero también complementarios,

están en un constante intercambio desarrollando un espacio de actividades

interrelacionadas. Sergio Pastrana señala esto al momento en que se le

pregunta por qué cree que la música Indie se ubique en esta zona:

El foro más importante de hoy a tres meses atrás es el Auditorio Blackberry… también está aquí… El Plaza está aquí, el Caradura esta aquí… todos, todos están aquí… y sino está el Pepsi Center y si no, nos vamos a cuestiones masivas… Pero para la escena aquí está todo… digamos si un músico busca quien le diseñe la portada, probablemente sea su vecino y si busca un foro probablemente el dueño viva a dos cuadras… entonces… todo se va relacionando y todo se moviendo para llegar a un mismo lugar: mostrar su arte.

Se han concentrado redes sociales creativas de distintas disciplinas con

las que la música Indie se relaciona. Como ya se había dicho, la naturaleza

comercial de la zona que impregna al impulso de la escena independiente,

también induce a otras actividades creativas: existen galerías, tiendas de

diseño y moda, Workshops, etc., que conviven con los creadores, productores

del Indie por su cercanía geográfica; y también compartiendo a sus

consumidores. Esta concentración de las distintas redes sociales creativas

dentro de la zona Centro-Condesa-Roma no es gratuita; es el resultado del

crecimiento territorial y demográfico de la Ciudad de México, sumado a un

desigualdad económica, que limitan el acceso, consumo y producción cultural a

la gran mayoría de la sociedad. Cómo señala García Canclini: […] el irregular y complejo desarrollo urbano, así como la distribución inequitativa de los equipamientos [provoca que] la casi totalidad de la oferta cultural […] se

66

hall[e] concentrada en el centro y sur de la ciudad, por lo cual la segregación residencial [y cultural] refuerza la desigualdad de ingresos y educación.92

El desarrollo de la escena Indie en la Ciudad de México, y el espacio

creativo que implica, está asentado en una repartición desigual de acceso

cultural que se dio durante el desarrollo urbano. En cierta medida reproduce las

segmentaciones y segregaciones de una ciudad generada desde la

desigualdad de ingresos, educación y distribución habitacional. La zona

Centro-Condesa-Roma es una zona que posee un equipamiento adecuado

para llevar a cabo espectáculos culturales, además de ser una zona –como ya

se mencionó- con alta densidad comercial y artística. Por tanto, el

asentamiento del espacio creativo de la escena Indie en esa zona se ve

coaccionado por dos razones: 1) es una zona con los espacios adecuados para

desarrollar sus propios eventos (conciertos) y 2) garantiza, o bien posibilita, el

consumo de sus productos dado que es una zona comercial, que además está

poblada –o visitada- por habitantes de ingresos medios o altos.

Los editores y coordinadores editoriales de ambas revistas ubican un

público cautivo en esta zona y que poseen un interés especial en la música

Indie; sin embargo esto también se debe en gran parte a la posición comercial

que posee el espacio urbano de Centro-Condesa-Roma que posibilita un nicho

de ventas, y por tanto de visibilidad, que obligan a las bandas a moverse a esta

zona para garantizar su acceso a la escena. Como Daniel Patlán señala al

referirse a una entrevista que realizó al grupo Soledad y su percepción de la

escena Indie en México: “me decían [Soledad] ‘nosotros nunca hemos ido a

Ecatepec ha tocar, nunca hemos ido a Neza y no porque no queramos, nunca

nos han invitado… porque allá hay muy pocas bandas’ y esas bandas, al igual

que sus fans, tienen que venir al centro; y ya después llevárselo para allá… es

una chambotototota […]”.

A partir de lo descrito en los párrafos anteriores es posible observar que

la escena Indie se desarrolla en un zona geográfica localizada dentro de un

espacio urbano donde se establece un circuito cultural y comercial que

posibilita el desarrollo de la escena. Este circuito es el resultado de la

concentración y desarrollo de espacios culturales basados en una lógica de

92 García Canclini, Nestor, Consumidores y ciudadanos, Debolsillo, 2009, México, pp. 70-79.

67

consumo cultural “tradicional”, es decir –y como señala García Canclini- en una

actividad social, correlativa y activa, “[…] subordinad[a] a un cierto control de

[ciertos] sectores […]”93 que seleccionan y determinan –entre otras cosas-

cuáles son los lugares privilegiados, y por tanto autorizados, para ser un nicho

de exposición y producción de objetos y eventos culturales. El reconocimiento

de un espacio, en este caso la Zona Centro-Condesa-Roma, como

“autorizado”, lo convierte en un imán para aquellos que aspiran a producir,

mercantilizar y/o consumir objetos culturalmente significados, y asociados a

ese espacio privilegiado. En otras palabras, ese espacio privilegiado permite la

existencia del espacio creativo de la escena Indie, que sirve para producir lazos

comunicacionales que refuerzan un sentido de pertenencia a esta escena y su

subcultura.

Como “espacio” para la existencia y desarrollo de la escena de la música

Indie –tanto a nivel local como translocal- el Internet merece una mención

aparte. Georg Yúdice nos señala que el Internet incide en la experiencia tanto

colectiva como individual. Esta tecnología ha incidido en la experiencia de

todos los participantes, tanto productores como consumidores, y ha ampliado el

alcance de la música y la configuración constante de la escena: “Y ahora es

muy fácil, ahora tienes Internet y sí te interesa lo buscas y… ¡pom! Tienes el

video, no tienes que estar en MTV en la madrugada viendo […] “120 minutos”

[…] o “El Bloque” o cosas así… porque puedes ver el video cuando quieras, en

dónde sea y como puedas…”. Pero no sólo ha facilitado el acceso y circulación

de los contenidos musicales y capital subcultural; sino también ayudan a

reforzar las identificaciones internas y la cercanía entre productores –en este

caso las revistas- y su público consumidor. No resulta gratuito, entonces, que

ambas revistas centren una gran parte de su atención a las redes sociales.

Esto nos habla de la presencia del Internet como un elemento de suma

importancia para la comunicación trans-local y la posibilidad de la creación de

escenas virtuales94 –como ya se señaló en el segundo capítulo- que fortalecen

el intercambio de información y consolidación tanto de las escenas locales

como trans-locales.

93 Ibídem, p. 65. 94 Cfr. Bennett, Andy, “Consolidating the music scenes perspective” en Poetics, Vol. 32(3-4), Elsevier Science/ Griffith University, Australia, 2004.

68

Se puede decir entonces que, desde los participantes en la creación

editorial de las revistas, es posible observar que escena de la música Indie es

el resultado de un mundo social que no es ni cerrado, ni acabado; que es

dinámico y que se construyen a partir de vínculos comunicacionales y

comerciales. Esto se debe a la interacción entre distintos actores sociales que

generan en un espacio simbólico en común activación y difusión de ideas,

objetos y prácticas.

69

V. ¿QUÉ ES EL INDIE? Experiencia subcultural, campo e industria cultural. En los dos capítulos anteriores quedó establecido la manera en que los

contenidos subculturales se despliegan en redes de interacción social que

ayudan a configurar un espacio en común donde se establecen lazos sociales

de identificación y acción: la escena musical Indie. Se analizó, por separado,

dos elementos que juegan un papel clave para el establecimiento de estos

lazos sociales de interacción: las revistas musicales, y los editores y

coordinadores editorial de estas revistas.

Se observó que las revistas en su contenido editorial no generan por sí

mismas los contenidos subculturales; sin embargo se ven atravesados por

éstos y, por ello, se logran identificar e interpretar ciertos comportamientos y

creaciones artísticas dentro de un marco socio-interpretativo específico que es

la escena musical Indie. Mientras que para los coordinadores editoriales y

editores de estas revistas se señaló no sólo cómo portan el capital subcultural y

lo transmiten, sino también de qué manera identifican a los participantes

legítimos de la escena Indie y validan las producciones al interior de esta

escena. También se observó la forma en que conocen las redes sociales de

cooperación, que posibilitan la producción, difusión, comercialización y

consumo de la música, al mismo tiempo que reconocen la forma en que se

mueven los valores subculturales a través de la práctica y la elaboración de

identificaciones y distinciones a partir de éstos.

En el presente capítulo se busca establecer, a través del análisis

conjunto de las revistas y editores y coordinadores, de qué forma el

conocimiento subcultural es transmitido. Al mismo tiempo, se tratará de analizar

cómo es que en la transmisión de este conocimiento subcultural se va

configurando, por una parte, en la experiencia subcultural y, por otra, en un

campo de producción cultural. Por último, se tratará de establecer qué manera

a través de este campo cultural se puede percibir la configuración de una

Industria Cultural –de la que ya se han señalado algunas características en

capítulos anteriores-.

70

Revistas y Editores como engranajes de comunicación Cómo ya se había establecido en el primer capítulo, las subculturas poseen

límites culturales bien establecidos, no cerrados, de redes de personas que

conllevan una serie de ideas compartidas, objetos materiales y prácticas a

través de la interacción. Con el tiempo estas interacciones se desarrollan en un

discurso y sistema simbólico (cultural) que moldea, pero no determina, la

activación y difusión de esas ideas, objetos y prácticas. Como señala J. Patrick

Williams: First, people share meanings about ideas, objects, and practices […] Second, interaction develops into discursive structures that affect how participants create, use, and spread aspects of the subculture […] In order to understand a subculture, we must consider each part in connection with the others95.

Como ya se había señalado también en ese mismo capítulo, las ideas, objetos

y prácticas –las partes esenciales de la subcultura- son transmitidas a partir de

engranajes comunicacionales, que son vínculos sociales que están dentro y al

rededor de los participantes de cierta subcultura, y le permiten a ésta

esparcirse en cualquier canal que implique una interacción social. Tanto las

revistas como su equipo editorial (en el caso específico de esta investigación:

editores y coordinadores editoriales) sirven como estos vínculos

comunicacionales ya señalados; ya que interiorizan un corpus de valores,

creencias y normas. Desde el punto de vista de Williams –quien se basa en

Gary Alan Fine- existen varios tipos de engranajes comunicacionales y que se

pueden agrupar en cuatro tipos: 1) las idioculturas, 2) los miembros de una

subcultura adscritos a otras redes de interacción social/comunicacional, 3) roles

clave en la estructura de las subculturas, y 4) los medios de comunicación

(media)96.

Es importante resaltar que los individuos pueden ser comprendidos en

varios de estos engranajes comunicacionales; no están restringidos a un sólo

tipo. Claro ejemplo de esto son los editores y coordinadores editoriales, éstos

pueden ser comprendidos –cuando menos- como participantes de otras redes 95 Williams, J. Patrick, Op. Cit., p. 39-40. (Trad.: Primero, las personas comparten ideas objetos y prácticas. Después, la interacción de desarrolla en estructuras discursivas que afectan la manera en que los participantes crean, usan y difunden los aspectos de la subcultura. Con el objeto de entender a una subcultura, debemos considerar cada parte en conexión con los otros.) 96 Cada uno de estos engranajes comunicacionales están ya explicados en el capítulo teórico (primero) de este trabajo de investigación.

71

de interacción, y como aquellos que portan y diseminan información subcultural

relevante al interior de la escena musical Indie local al mismo tiempo que

interpretan el contenido subcultural tanto para los outsiders e insiders de la

escena Indie.

El primero de los engranajes comunicacionales con el que se puede

entender a los editores/coordinadores se puede observar al momento en que

se establecen redes de cooperación y relación que no necesariamente están

relacionadas con la escena de la música Indie97, pero que son necesarias para

su producción y difusión, cómo señala Daniel Patlán, editor web de Marvin:

“tenemos contacto directo con disqueras. O sea, Universal, la EMI, la Sony, la

BMG… O sea, hay una relación lógica y natural con la cual, por supuesto, no

estamos peleados. O sea, nosotros lo que queremos es difundir música y

difundir lo que está pasando…”. Otro ejemplo que nos permite observar de qué

manera los editores/coordinadores son participantes de otras redes de

interacción fuera de la música Indie lo proporciona Jimena Gómez, co-editora

de Marvin: Yo vengo de un background mucho más, ¿literario? Estudie letras inglesas, estudie en SOGEM, en la escuela de escritores muy chiquita… [sic] entré a los 16… ya a los 18 acabé la prepa y me fui a trabajar a Playboy como becaria y… mmmh… de ahí subí, eh… estaba como redactora, [después] me fui a Open, ahí fui redactora como un año, dos años… [cuando entre a] Marvin [fue] como la fusión de las dos cosas que más me gustan: la música y, como que escribir… el oficio…

Tanto la aseveración de Daniel Patlán como la de Jimena Gómez pone en

evidencia cómo aquellos que participan en una subcultura no sólo interactúan

exclusivamente entre ellos; interactúan con otros elementos y personas de

muchas otras redes de interacción que modifican y condicionan las redes de

comunicación de la subcultura. Esta relación externa no se da con puros

elementos extramusicales, la escena Indie y sus participantes se relacionan

con otras escenas musicales, los entrevistados hicieron explícita esa relación al

puntualizar como se relacionan con escenas de Punk, Metal, etc. En esta

relación se toman y prestan elementos que también ayudan tanto a editores

97 Un ejemplo de esto se puede observar en el capítulo anterior a éste , donde se muestra como Sergio Pastrana es alguien que estaba más relacionado con la escena local de jazz en la Ciudad de México que con la escena Indie, pero al momento de insertarse en ésta última traslada sus conocimientos adquiridos en la primera y los aplica para interpretar y ejercer una valoración de los producido en la escena Indie.

72

como coordinadores para nutrir el contenido editorial tanto de Marvin como de

Indie Rocks!. Desde mi punto de vista el engranaje comunicacional adscrito a

otras redes de comunicación fuera de la subcultura, está relacionado

directamente con los mundos de arte expuestos por Howard Becker.

Cómo ya se había señalado en el tercer capítulo, los mundos de arte de

la escena Indie y sus redes de cooperación se revelan en una serie de

actividades que llevan a cabo para que la creación musical, y su posterior

ejecución, suceda. Existen una serie de labores especializadas, muchas veces

fuera de la escena Indie, en las que se apoyan para que la música pueda darse

a conocer. Estas actividades de cooperación, que se revelan tanto en el

análisis de las revistas como de las entrevistas, se pueden identificar a

aquellos que de manera explícita conciben, producen y llevan a cabo una idea;

es decir, los músicos y sus productos artísticos –que son los que están al

interior de la escena- pero también se hace presente la relación con la

exterioridad: espacios que se encargan de organizar los conciertos,

promotoras, patrocinios, difusión, etc. Este tipos de lazos exteriores, vistos

desde la perspectiva de engranajes comunicacionales –y por tanto del

interaccionismo simbólico-, son denominados como lazos débiles98, ya que los

individuos al interior de la escena Indie se relacionan con la exterioridad de

manera instrumental: este tipo de lazos posibilita el flujo de información y

productos que se generan en los límites de la subcultura, con la exterioridad.

El otro engranaje comunicacional con el que se puede comprender a los

implicados en la formación de las revistas, como ya se mencionó, es

concebirlos como aquéllos que poseen un rol estructural clave en el interior de

la subcultura. Como parte de los principales participantes en la estructuración

de aquello que sirve como intermediario cultural entre los productores y los

consumidores –es decir como el producto que ofrece interpretaciones de cierto

producto cultural para una audiencia específica-, las revistas ofrecen

información relevante de la subcultura tanto para los participantes como

aquellos que están fuera de ésta, al mismo tiempo que descifran el contenido

subcultural. Tienen una posición estratégica y, por tanto, relevante gracias al

capital subcultural que poseen. Este capital subcultural en la escena Indie,

98 Cfr. Williams, J. Patrick, “Theoretical and Methodological Traditions” en Op. Cit.

73

cómo ya se había señalado en el 3º y 4º capítulo, descansa en las dinámicas

de mercado propias, en los agentes que producen y difunden la música, en los

objetos subculturalmente significados. Quiénes se mueven entre estos

recursos poseen un mayor capital al interior de la subcultura y, por ende, son

identificados como actores privilegiados y clave para la constitución de la

escena. Jimena, de Marvin, es capaz identificar lo necesario que se vuelve la

adquisición de esta movilidad entre estos recursos para desempeñar su

trabajo: Aquí es muy importante cómo conocer: conocer a las productoras, conocer a las agencias de medios, conocer a las bandas, conocer a las disqueras…. Es muy importante cómo establecer una relación con ellos… también porque es un medio muy chiquito, ¿no?… entonces… necesitas como… o sea sí, sí necesitas hacer un poco de relaciones públicas y cosas así […].

Una vez adquirido esta movilidad y conocimiento de los recursos, se reconoce

que se posee una posición privilegiada con respecto al resto de los

participantes en la escena, sobre todo los consumidores, Jimena misma lo

señala: Porque el público en realidad […], no sabe de la escena, no sabe qué es Once, no conoce de estas productoras, no ubica… Y no tienen por qué ubicarlo, porque de cierto modo son como el esqueleto , no, no es algo que esté como afuera que se vea. Entonces, […] lo qué tu hagas va a un público mucho más grande que no le interesa, o no quiere o no puede entender de dónde sacas tantas cosas…

Este conocimiento de los recursos de la escena Indie y su subcultura permiten

ejercer una identificación de los actores y producciones válidas al interior de la

escena. Esta validación, como ya se había señalado, toma forma de valores –

que en las revistas y en los entrevistados se hacen explícitos-: en términos de

“independencia”, “marginalidad”, “vanguardia”, “innovación”, “rebelión”, “no-

comercial”. El enunciar e identificar desde estos valores, poseyendo una

posición clave al interior de la escena, se convierte en información válida; es

decir: lo que se produce al interior de la subcultura cuando es interpretado por

estos sujetos con alto capital subcultural –desde lo valores ya señalados- se

toma como información referencial, cómo señala Patlán: “Creo que Marvin […],

lo que está buscando es ser un referente… ya no de cosas como antiguas…

antiguo, por llamarle […] Si no al contrario, ahorita Marvin tenemos como en la

cabeza esta idea de… ‘vamos a…[convertirnos en referente]’ […]”.

74

Ahora, tanto Marvin como Indie Rocks! también se pueden ubicar dentro

del cuarto engranaje comunicacional: el de los media que se encargan de que

todo el conocimiento subcultural de la escena Indie sea trasmitido a través de

los límites subculturales. Ambas revistas son un tipo de media que es usada o

generado, por los participantes al interior de la subcultura, como se ha podido

observar en lo señalado por los entrevistados, por lo tanto es posible ver cómo

se reproducen y transmiten tanto los valores relacionados con el capital

subcultural así como varios redes comunicacionales que se dan en el campo

social de la escena, lo que ya se ha denominado anteriormente como las

convenciones: regulan –a través de la crítica, interpretación y la función de las

revistas como guías de consumo- las relaciones entre artistas y sus

consumidores, además de los elementos materiales que circulan alrededor de

la música Indie. El tratamiento de éstos y su selección, como también se

señaló, se hace a partir de los valores que circulan gracias a los contenidos

subculturales propios de la escena Indie99.

A través de estos engranajes de comunicación –lazos débiles, roles

estructurales clave y media- la información subcultural y las opciones de

comportamiento son difundidas, y tienen como resultado la construcción de un

universo en común a través de las redes sociales de interacción en que son

diseminadas: “This social network serves as the referent of the subculture”100.

Este referente es el que ayuda a que el conocimiento subcultural de la escena

sea transmitido y puede ser llevado acabo, a nivel individual y grupal, en la

experiencia subcultural.

Experiencia subcultural: Estilo e Identidad La experiencia subcultural está referida, desde la perspectiva de Williams, a las

prácticas de consumo y ocio, y cómo la conjunción de éstas desarrollan formas

99 La misma escena Indie es un tipo de engranaje comunicacional, el del primer tipo: ideocultura. Este tipo de engranaje comunicacional está basado en la idea de que las subculturas están formadas por grupos más pequeños que a través de las redes de interacción provistas por los otros engranajes comunicacionales encuentran a otros grupos con los que comparten gustos. Como ya se ha dicho, en estos engranajes comunicacionales se despliegan los contenidos subculturales que a través de las interacciones sociales ayudan a configurar un espacio en común donde se establecen lazos sociales de identificación y acción: la escena musical. 100 Williams, J. Patrick, Op. Cit., p. 42.

75

de identificación subcultural. Cómo ya se había dicho en capítulos anteriores

las formas de identificación subcultural en la escena Indie se establecen de dos

maneras: 1) por oposición a una exterioridad (en este caso el mainstream) y 2)

por el establecimiento de una jerarquía al interior de la subcultura. Estas formas

de identificación se pueden incorporar y ser llevadas a la práctica en dos

formas: estilo y identidad101.

El estilo representa la dimensión más visible de la subcultura, un punto

de contacto entre la interioridad de la subcultura –y la práctica individual que

conlleva- y el mundo “externo”102. El estilo es una forma intencional de

comunicación, que trata de expresar diferencia a partir de la transformación y

creación de objetos en nuevos tipos de símbolos y nuevos significados. Desde

la perspectiva de Dick Hebdige el estilo y la subcultura son dos conceptos que

van de la mano103; por tanto la subculturas –sobretodo la subculturas juveniles-

deben de ser entendidas de manera primaria en términos estilísticos. Para

Hebdige el estilo se puede comprender en tres categorías: argot (cómo

hablan), comportamiento e imagen (cómo se ven). Para J. Patrick Williams

estas tres categorías son un buen punto de partida pero, para él, el estilo

debería ser pensado en términos de objetos y prácticas culturales, ya que el

estilo es algo que implica necesariamente una carga simbólica: el lucir de cierta

forma y el comportarse de una manera en específico son formas de decir algo

acerca de cómo nos concebimos como individuos y como miembros de

categorías sociales: “It’s more than just buying; it’s also about the

embeddedness of consumptions within an articulated lifesytle”104.

Williams argumenta que el estilo está íntimamente ligado al consumo,

sobretodo en los estratos juveniles. La idea de juventud, como un fenómeno

basado en un estilo de vida es un producto de las industrias destinadas al

101 Claro que existen otras variables para analizar la experiencia subcultural, sobretodo la raza, género y clase socioeconómica de origen, pero dado a que el material que se ha analizado para realizar esta investigación (revistas y entrevistas) estos tres elementos no han surgido de una manera tan evidente, no hay mucho material que analizar desde esta perspectiva. En todo caso podemos decir que la subcultura asociada a la escena Indie invisibiliza estos elementos. 102 Cfr. Williams, J. Patrick, “Style” en Op. Cit. 103 Cfr. Hebdige, Dick, Subculture: The Meaning of Style, Londres, Methuen, 1979. 104 Williams, J. Patrick, Op. Cit., p. 70. (Trad. Es más que sólo comprar; se trata también la manera en que se arraiga la forma de consumir dentro de un estilo de vida articulado.)

76

consumo durante la década de los 40 y 50 en las sociedades occidentales.

Rossana Reguillo señala que las sociedades europeas y estadounidense

comenzaron a alcanzar altas esperanzas de vida con respecto a las

generaciones anteriores. La sociedad, “[…] reivindicó la existencia de los niños

y jóvenes como sujetos de derechos y, especialmente en el caso de los

jóvenes, como sujetos de consumo”105. Por tanto, surgió una industria cultural

que ofertaba bienes para uso “exclusivo” de los jóvenes.

El surgimiento de esta industria cultural dedicada a los jóvenes generó

nuevos modos de comportamiento, costumbres, disposición de ocio y,

sobretodo, socialización e identificación. Estos factores en conjunto con el

surgimiento y expansión de nuevas tecnologías, tales como la televisión y la

tecnología del vinilo, permitieron el surgimiento de industrias culturales

exclusivamente dedicada, a la juventud, además de una serie de subculturas

juveniles que las consumían o bien que impulsaban su creación. Sin embargo,

mucho de los que se producía en estas industrias culturales no podía ser

consumido por todo el sector juvenil al que iban dirigidos106. El CCCS,

argumentaba que el estilo subcultural surgía del desfase entre esas industrias

culturales y sus consumidores en una clara conciencia de clase, y una obvia

resistencia a la imposición hegemónica que éstas industrias generaban; la

cultura material y los objetos que producían al interior de subcultura se

convertían en elementos simbólicos de una guerra cultural –invisible- entre

clases.

Los investigadores posteriores al CCCS, entre los que se incluye

Williams, si bien aceptan que el origen de las subculturas se encuentra en el

surgimiento de las industrias culturales juveniles en la postguerra, no creen que

el estilo que éstas implican sean una “consciencia de clase” sino, más bien, 105 Reguillo, Rossana, “Jóvenes y estudios culturales” en José Manuel Valenzuela Arce (coord.), Los estudios culturales en México, Fondo de Cultura Económica México, 2003, p. 362. 106 “While those from more affluent families had time to experiment with commodities and their associated emergent cultures, youngsters from working classes participated in the ‘young culture’ for a relatively short of time, after wich they were more likely to enter the labor force and disappear into the adult world”. (Williams, J. Patrick, “Style” en Op. Cit., p. 70). (Trad. Mientras que aquellos que provenían de familias acaudaladas tenían el tiempo para experimentar con las culturas emergentes y sus productos asociados; la juventud proveniente de las clases trabajadoras participaba n en la “cultura juvenil” por un tiempo relativamente corto, después del cual entraban a la fuerza laboral y se desaparecían en el mundo adulto.)

77

una conciencia propia de cómo se constituyen como subcultura en un sentido

de relaciones tanto a nivel individual como colectivo. En las entrevistas es

posible observar, al momento de preguntarles a los coordinadores editoriales

cuáles son los posibles participantes y consumidores de la escena Indie, que

éstos participantes no se les puede identificar con un origen de clase en

específico pero sí con un grupo social bien definido los jóvenes: Hoy hay un… una brecha enorme en nuestro target; desde la edad que va desde 18 hasta 35 años, que tu sabes que eso es complicado y pues… A, B, C… está cabrón… es demasiado amplio. Y sin embargo ese es nuestro público, que hay que encontrarlo, sí… Cómo se le va hacer… hay varias estrategias que se van a hacer en breve… pero nuestro público es muy diverso… aunque sí tu haces un análisis de lo mas inmediato como las redes sociales, pues es gente joven que no tiene un chamba, que sigue estudiando, que gusta del rock mayoritariamente, eh… y que es un público que no es de escasos recursos. Tienen acceso al Internet, no sé si lo tengan restringido o no… pero de alguna forma lo tienen… Pero sobretodo me iría más al lado de la edad, es gente joven, que no tiene… que sigue estudiando… [Sergio Pastrana, Editor en Jefe de Indie Rocks!]

A partir del análisis de las revistas y las entrevistas realizadas, se puede

determinar –aunque no de manera definitoria- que la experiencia subcultural

del estilo encuentra se encuentra anclada en la juventud pero no de una clase

en específico107. Lo que determina esta experiencia subcultural desde el estilo,

no es cómo se re-significan ciertos objetos a partir de una consciencia de clase

sino como se asumen su experiencia singular hacia el consumo de cierto tipo

de música –en este caso la Indie- y cómo esta selección los puede volver

participes de otras prácticas sociales y culturales108: Pero yo creo que sí ahorita esa gente entre 16-19 años es la que… está más atenta y más pendiente y más… pues como viva. Este… Creo que gente menor de 26-27 años ahorita está como despertando… no sólo por este movimiento [#Yosoy]132… sino desde antes. O sea, yo siempre creí que mi generación era la más apática del mundo porque nunca hacía nada… ni cuando estudiaba, ni después veía que despuntaran en algo… y de repente creo que la música es un buen vínculo y un buen canal… [Daniel Patlán, Coordinador Web de Marvin].

107El poseer cierto poder adquisitivo, ayuda a tener una experiencia subcultural más completa; ya que este garantiza el acceso a ciertas actividades y productos de la escena. Esto anterior se explorará con un poco más de detenimiento más adelante en este mismo capítulo. 108 Esto no quiere decir que procesos de segmentación económica y de consumo determinados por el poder adquisitivo queden excluidos de la experiencia subcultural de estilo. Atraviesan transversalmente esta experiencia , no son condicionantes como “consciencia de clase”, pero sí influyen para lograr acceder a la producción material de la subcultural de la escena Indie.

78

El estilo en la escena Indie por tanto debe de ser comprendido no como una

forma de relación entre la música y la imagen; sino más bien la relación que

existe entre la música y el sistema de significados que se le asocian (valores,

creencias y otros productos culturales) y que permiten que las personas que

consumen la música Indie también relacionen otras prácticas sociales como

parte de la escena Indie. Si bien, es difícil determinar el origen de las

convenciones artísticas que insertaron de otras prácticas culturales –en este

caso como el cine y el arte- a la escena musical Indie, se puede determinar que

en la práctica social de la escena son relacionadas e interpretadas a partir del

sistema de significación que trae consigo la música Indie. ¿Entonces cuál es el

estilo de la subcultura de la escena Indie?

La experiencia subcultural desde el estilo –como ya se había señalado, se

establece a partir de cánones convencionados- se construye en oposición

franca a los géneros más comerciales de la Industria musical: identificado a

todo este conglomerado como mainstream. Existe una inclinación hacia el cine

y el arte centrado en el diseño, fotografía o ilustración; además de una

preeminencia por causas sociales, ecológicas y de resistencia/crítica social. Es

importante señalar también, que la adhesión al estilo no es única y acabada,

cómo ya se había dicho en este mismo capítulo, los participantes de la

subcultura también son participes de otras redes interacción social por tanto,

llevan consigo varias visiones de mundo que coexiste con su afiliación a la

escena Indie. Como señala Williams: “[…] one member of a single subculture

may engage in many different types of subcultures in their everyday lives, each

with its own (set of) consequences […]”109.

El estilo, entendido como un sistema de relaciones tanto individuales

como colectivas, dan pie a formas de relación con los otros. Esta relación e

interacción con los otros es también parte de la experiencia subcultural,

enmarca la participación y experiencia en la subcultura, y permite desarrollar

una identidad social. Como ya se había señalado, la construcción de la

identidad en subcultura se desde dos puntos de partida: 1) en oposición o en

contraste al otro (Indie vs. Mainstream); y 2) al interior de la subcultura, es decir

109 Williams, J. Patrick, Op. Cit., p. 106. (Trad.: Un miembro de una sola subcultura puede comprometerse con varios tipos de subculturas en su vida diaria, cada una con sus propias (conjuntos) de consecuencias.)

79

a partir de la estratificación con la que los participantes en cierta subcultura son

organizados o clasificados110.

La identidad Indie no es algo acabado por completo, existen identidades

fragmentadas, que nunca son singulares, están sujetas a una historización, y

en un constante proceso de cambio y negociación.”111 La identidad como

experiencia subcultural en la escena Indie se relaciona con aspectos y con

cuestiones referidas al uso de la historia, del lenguaje y de la posición que

ocupas en ésta: el reconocimiento de actores y momentos clave que ayudaron

e influenciaron en la construcción de la escena, términos que permiten la

identificación y el establecimiento de etiquetas sociales, y la posición que se

posee al interior de la escena –si eres productor, creador y consumidor, a

quiénes conoces o con quien te relacionas, etc.-; el conjunto de estos factores

permite señalar y establecer qué acciones son válidas o no, al interior de la

escena al mismo tiempo que dan legitimidad a las acciones y productos

culturales que se generan en éstas.

Revistas y editores en el campo cultural de la música Indie La subcultura de la escena Indie crea límites simbólicos a través de un estilo

distintivo, y prácticas materiales y culturales. A través de estos se generan y

difunden tanto los valores subculturales como los objetos materiales –

subculturalmente significados- que permiten la participación y la legitimación

subcultural. El concepto de campo cultural ayuda a señalar como este estilo,

los objetos y prácticas de la escena Indie implican una red de relaciones

sociales – la escena musical- que envuelven a promotores, músicos, críticos,

audiencia; y observar cómo participan e interactúan entre sí. Este concepto

“bourdiano” me ayudará a interpretar como el capital subcultural está inserto en

la subcultura de la escena Indie y como se desenvuelve entre sus participantes

(que al parecer están funcionando de manera armónica dentro de un red de

cooperación pero, sin embargo, existe un deseo, por parte de ellos, por poseer

110 La identidad está relacionada con el estatus, que sólo es posible a través de la interacción de los participantes subculturales a través del tiempo y en muchas situaciones. 111 Hall, Stuart, “¿Quién necesita ‘identidad’?” en Stuart Hall y Paul du Gay, Cuestiones de identidad cultural. Buenos Aires: Amorrortu, 2003, p. 17.

80

una posición central con respecto a uno de los participantes de la escena: la

audiencia/consumidores).

Para Pierre Bourdieu el concepto de campo está referido a un espacio

relativamente autónomo, con objetivos propios a ser logrados, donde agentes

sociales compiten entre sí. Es decir, “[…] es un conjunto de relaciones de

fuerza entre agentes o instituciones, en la lucha por formas específicas de

dominio y monopolio de un tipo de capital eficiente en él […]”112 Un campo

como espacio social, se entiende como “[…] una esfera de la vida social que se

ha ido autonomizando progresivamente a través de la historia en torno a cierto

tipo de relaciones sociales, de intereses y de recursos propios […]”113; este

proceso siempre va acompañado de una revalorización simbólica de aquellos

que encabezan este esfera social –los especialistas-. Es una configuración

objetivada a través de relaciones sociales, de grupos y sujetos, que son

definidas y jerarquizadas; y que buscan imponer como legitimo cierto orden

social. Existe por tanto una confrontación de grupos y de sujetos en busca de

mejorar una posición dentro de cierto espacio social a partir de la obtención de

ciertos recursos sociales. El concepto aplica a grupos de especialistas de la

producción simbólica –producción artística y cultural, principalmente- que han

conseguido un relativa autonomía en lo que se refiere en la elaboración de sus

producciones, como en la determinación de criterios de valor con las que se

juzgan a éstas. De acuerdo a Martín Criado, el campo ha de ser analizado

como: a) espacios estructurados y jerarquizados de posiciones, b) donde se

producen luchas continuas que redefinen esas posiciones; c) donde funcionan

capitales específicos, y d) se donde se genera un tipo de creencia

específica114.

En el campo cultural de la música Indie se ponen en juego estas cuatro

características, y es donde el capital subcultural adquiere una relevancia

112 Sánchez Dromundo, R. A., “La teoría de los campos de Bourdieu, como esquema teórico de análisis del proceso de graduación en posgrado”, Revista Electrónica de Investigación Educativa, 9, 2007. Consultado el 7 de abril de 2011, en: http://redie.uabc.mx/vol9no1/contenido/dromundo.html 113 Jiménez, Gilberto, La sociología de Pierre Bourdieu, 1999, p. 13. Consultado el 3 de abril de 2011 en: www.paginasprodigy.com/peimber/BOURDIEU.pdf, p. 14. 114 Cfr. Martín Criado, Enrique, “El concepto de campo como herramienta metodológica· en Revista Española de investigaciones sociológicas (REIS), Nº 123, 2008.

81

central. Como ya se había señalado, Sarah Thornton desarrolla la idea de

capital subcultural como una extensión a las diferentes formas de capital que

Pierre Bourdieu había conceptualizado, definiéndolo como un proveedor de

estatus para los individuos en el mundo social en que se desenvuelven

ayudando a los que participan en ese grupo social a diferenciarce de otros

grupos. Es una cuestión de estilo y de modo de vida, por tanto se desarrollan

una variedad de ocupaciones e ingresos que son posibles gracias a la

posesión de este capital y que, según la socióloga canadiense, gozan de

respeto no solamente porque poseen un gran volumen de capital subcultural,

sino también porque son roles que lo definen y lo crean. Para Thornton el

capital subcultural opera a partir de los valores que promueven aquellos que

ejercen estos roles clave en la subcultura y la clara oposición al mainstream115.

En esta investigación, como ya se ha dicho, los entrevistados y las

revistas que producen se pueden entender –tras el análisis de los impresos así

como lo detectado en las entrevistas- como parte de estos roles clave a través

de los cuales puede operar o circular el capital subcultural. Los entrevistados

conciben la creación de las revistas como un proceso creativo, ya que

involucran su propio gusto musical, invierten gran parte de su tiempo en hacer

contactos con otros actores clave de la escena musical, (y externos) al mismo

tiempo que hacen decisiones de organización, conceptuales y artísticas en el

proceso editorial. En su opinión, el editar una revista les da la oportunidad de

enriquecer la escena con nuevas propuestas musicales, al mismo tiempo que

le ofrecen a las personas que están insertas en la escena contenidos nuevos y

diferentes. Esto anterior se ve muy claro en lo que expresa Jimena, la co-

editora de Marvin, al preguntársele cómo seleccionan sus propuestas

musicales, respuesta que ejemplifica con una sección de la revista que se

encuentra dentro de los núcleos temáticos de Noticias y reseñas de bandas

emergentes: “Coordenadas” y esa la cura Alejandro Mancilla116 con, con nosotros. Y esa sección está hecha para las bandas desconocidísimas que no tienen nada… […]

115 Cfr. Thornton, Sarah, Op. Cit. 116 Alejandro Mancilla, Jefe de redacción de la revista Circulo Mixup, me comentó en una entrevista, que la selección de bandas para esta sección lo hace a partir del elemento de independencia bajo el esquema de DIY (Do-It-Yourself), de autoproducción, autopromoción, etc. No piensa a esas bandas como Indie, si no como independientes. Esto nos deja ver dos cosas: 1) El término Indie aplica más como un

82

creamos como esta sección que, que a nosotros nos da como una oportunidad muy, muy chida de dar una plataformita a bandas que de verdad no tienen nada de difusión, que no los conocen ni en su casa, pero están bien chidas. [Mancilla] invierte muchísimo tiempo en, en llegar a estos grupos. Entonces, él nos manda los grupos, nosotros los oímos… este… y decimos “no pues, este sí está chido, este no está tan chido.”Vamos haciendo un filtro a partir de lo que el va encontrando en el mundo.

No sólo se encuentra ésta sección de nuevas propuestas musicales en Marvin,

en la primera parte de la revista en la sección de noticias del mundo musical,

traen por lo general noticias, pequeñas entrevistas y reportajes a cerca bandas

emergentes. Este mismo esquema de noticias se encuentra en Indie Rocks!

donde dedican algunas de sus primeras páginas a este mismo tipo de bandas.

En este ejercicio periodístico se ejerce una juicio de exclusión –a partir de los

valores subculturales ya mencionados- que sitúa a personas como

producciones culturales al interior, y por tanto, al exterior de una subcultura. A

pesar de que los cuatro entrevistados no identifican de manera clara una

subcultura Indie, se puede percibir en ellos –a partir de las valorizaciones que

le dan a la producción musical que insertan en las revistas- lo que marca los

límites de pertenencia a esta subcultura: la creatividad y la novedad, y aquellos

estilos musicales que no caen dentro de la lógica de mercado y producción del

mainstream. La creatividad redefine constantemente el acervo musical y por

tanto los límites de la producción subcultural. La novedad, es decir la

actualización y la búsqueda constante de nuevos contenidos para el acervo

musical Indie, es un elemento constitutivo de las revistas y para quienes las

forman.

La posición que tienen al interior de campo de la escena Indie se ve

garantizada a través de las conexiones que desarrollan en interior de la escena

(capital social), éstas conexiones no sólo le garantizan una auténtica

experiencia subcultural, ya que se encuentra con otros roles importantes al

interior de la escena, si no que también le garantiza el acceso a información

privilegiada que sólo a través de ellos puede ser conocida y que la pueden

transmitir en las revistas:

género musical –con una estética determinada- que tiene algunas de las características de la música Independiente; y 2) Las revistas en su discurso editorial, sin proponérselo al momento de identificarlas como portadoras de capital subcultural de la escena Indie, hace que los lectores identifiquen o subsuman varias producciones artísticas bajo esta etiqueta.

83

Vivo con músicos, vivo con un manager, con un músico… entonces pues todo el tiempo la plática es de… equis o tal artista, ahorita hay un movimiento que empezó Chato, el manager de Vicente Gayo, que se llama “Musicos con #132”, por ejemplo; que eso a mi me tocó ver toda la gestación del proyecto y que ahorita… salió ayer y en un día tener a Camilo Lara, a Natalia Lafourcade, Molotov, Hello Seahorse!, Zoé y Calle 13 es que me parece brutal… ¿no? Entonces, todo ese tipo de cosas como que sí, a mi funciona mucho el contacto y el estar afuera… O sea, el ir a un concierto y encontrarte a zutanito y que te diga “Oye, voy a editar mi disco” “Ah, pues pásame tu sencillo, lo escuchamos…” Así salio el de Descartes y el de Vicente Gayo en la compilación, por ejemplo, y el Juan Cicerol, que son amigos, y entonces era como de “Oye, tengo este cover y no lo puedo vender porque es de Joan Sebastian…” “Ah, pues pásamelo”… Pues es gratis, no te pueden hacer nada… Y… entonces… una parte como de mi, de lo que yo sé, pues es así de la calle, de los conciertos, de la escena, de la gente que conozco… [Daniel Patlán, Coordinador Web de Marvin]

Esta posición se ve reforzada gracias a que se asume con los valores que se

promueven en la revista, por tanto el conocimiento específico que han juntado

a lo largo de su trayectoria y el capital subcultural que encarnan los ubican por

arriba de las audiencias potenciales a las que buscan llegar con las

publicaciones. Con esta posición crean una relación entre audiencia y los

productores y sus productos, son creadores de un espacio comunicacional y

social. El establecimiento de esta relación los dota de una puesto estratégico, y

legítimo al interior del campo, que les permite establecer distinciones entre

aquellos que promueven y acceden de manera legítima al campo de la escena

Indie, de quienes no. Esta distinción la establecen a partir de señalar quiénes

realmente tiene una actitud Indie y quiénes están interesados en una cuestión

de intereses comerciales y el consumo sólo por el consumo de la estética Indie.

Un ejemplo de esto es lo denominado hipster: Eso está mal cabrón, lo hipster es una moda, eso, eso es a lo que voy… sí tú defines independencia como un modo de hacer las cosas no una forma de ver ni de vestir ni de sentir, ni de… ¿no? Sólo como el fin que justifica un medio […] eso güeyes son una moda que también consumen música independiente pero nada más. [Sergio Pastrana, Editor en Jefe de Indie Rocks!]

Las revistas sirven como una herramienta de identificación y autentificación

para sus lectores y, por tanto, las audiencias de la música Indie: establecen

como deben de ser los consumidores de la subcultura y escena, músicos y

gente relacionada con el medio. Lo que se halla al interior de las revistas está

considerado dentro del campo subcultural o bien es legítimo consumirlo. Tanto

los editores como las revistas poseen un capital simbólico que les permite

definir el valor artístico y cultural de los que se produce. Estos productos y sus

84

productores al momento de aparecer en los impresos son dotados de una

identidad positiva al interior del campo. El capital simbólico en la escena Indie

está conectado con la forma en que la tensión existente entre la lógica

“heterónoma” y el principio de “autonomía”. En vez de una compensación

financiera, la producción autónoma provee a los actores del campo cultural de

la música Indie con capital simbólico.

En el campo de la escena Indie, el reconocimiento y el prestigio son los

elementos constitutivos de este capital117. Es también la forma que toman los

distintos tipos de capital en tanto que son percibidos y reconocidos como

legítimos dentro de la escena Indie. Es decir, es cualquier forma de capital vista

como algo natural del campo de producción cultural118; es por eso que ciertas

dinámicas comerciales –que en un principio pueden resultar contradictorias

para la escena Indie- son aceptadas como naturales a la escena ya que son

dinámicas que tienen una legitimidad para aquellos que ostentan el capital

subcultural.

Indie e Industria Cultural A pesar de que en la escena Indie se prioriza la creatividad, a lo no-

mainstream, de cualquier forma se necesitan recursos para poder realizar su

producto cultural –en el caso específico de las revistas, su publicación-. Ya

habíamos establecido qué para que la música, como producto cultural, pueda

ser ideado, producido, distribuido y consumido necesita de una red social de

cooperación que existe en forma de Industria Cultural. Ésta garantiza las

condiciones para que la escena siga desarrollándose cómo tal, a través del

aseguramiento de los canales necesarios para la salida del producto cultural

que generan; al mismo tiempo que garantizan su subsistencia económica. Por

tanto, se puede señalar que la música Indie es parte de una tendencia que

mercantiliza la producción cultural, la masifica, y la ofrece como bienes

culturales a través de varios soportes a la vez, a través de una integración

117 Cfr. Bourdieu, Pierre, “Field of Power, Literary Field and Habitus” en Simon During (Ed.), The Cultural Studies Reader, Routledge, Estados Unidos/Reino Unido, 2007. 118 Cfr. Martínez, García, José Saturnino, “Capital y clase social. Una crítica analítica”, en Noya, Javier (ed.), Cultura, desigualdad y reflexividad. La sociología de Pierre Bourdieu, Catarata, Madrid, 2003.

85

multimedia y criterios de rentabilidad comercial119. Esto último Sergio Pastrana

lo señala, al momento de describir el proceso de selección para los contenidos

en Indie Rocks!: […] la selección también obedece a que tenemos un público, y el público quiere leer de ciertas cosas… Es muy complicado ser totalmente independiente y tener contenidos totalmente independiente y raros ¿sabes? Imagínate si yo pongo en la portada el proyecto experimental de Daniel Zlotnik […] Güey, imagínate eso nunca va a vender una pinche revista, nunca.

La búsqueda de la rentabilidad comercial no sólo se percibe en las revistas a

partir de sus contenidos –como ya se había mencionado, se ponen bandas y

otros temas que no necesariamente son parte de la escena Indie pero que un

mayor número de gente (y por tanto de posibles lectores) las conocen- sino

también en quienes se interesan anunciar en éstas.

Cómo se señaló en el tercer capítulo, el 15% de sus páginas están

destinadas a patrocinadores que se desarrollan sobretodo en 1) otras industrias

culturales externas a la industria musical: cine, arte, moda y teatro, sólo por

mencionar las mas recurrentes; 2) industrias culturales que pueden ejercer una

actividad paralelas a la escena Indie (conciertos, espacios para realizar éstos,

festivales de música, Estaciones de Radio, etc.); y 3) productos relacionados a

Industrias más “tradicionales”, sobretodo de tecnología y comunicación. Indie

Rocks! y Marvin son uno de los varios soportes que se integran para

mercantilizar el producto cultural de la escena Indie; en éstas publicaciones no

sólo se puede percibir el interés de ciertas marcar por comercializar sus

productos entre los consumidores de la escena Indie, lo que habla de viabilidad

del mercado (al mismo tiempo que garantiza la salida y producción de las

revistas); sino la tendencia que poseen las subculturas –tal y como lo señala

Dick Hedbige120- con la implementación de las industrias culturales, los

vínculos simbólicos comunes que son internalizados por ciertos sujetos, al

momento de encontrarse y desarrollarse en un sistema qué no sólo se encarga

de comercializar sino también de establecer, a través del consumo de los

productos culturales, formas de identificación y participación activa en un grupo

social. Por supuesto, la participación está limitada o más bien condicionada de

119 Cfr. García Canclini, Nestor, “¿Campos culturales o mercados?” en Lectores, espectadores e internautas, Gedisa, Barcelona, 2007. 120 Cfr. Hebdige, Dick, “Subculture and Style” en Op. Cit.

86

acuerdo al acceso que se pueda tener al consumo de los productos que se

están produciendo en la escena y su subcultura; Sergio Pastrana lo señala

cuando se le pregunta acerca de cómo concibe al público que consumo música

Indie y señala que es gente que gusta del rock y que posee ciertas condiciones

de solvencia económica. El asistir a conciertos, el comprar la música y

productos relacionados a la escena e incluso las formas para conocer la

música; es decir los modos de apropiación de los objetos culturales –y como ya

se señaló en el cuarto capítulo, el acceder a la zona donde se ubica la escena-

se encuentran delimitadas por la posibilidad económica de adquirir o no lo que

se produce en la lógica de mercado de la escena.

Como Industria Cultural, la música Indie está atravesada por procesos

económicos, comunicacionales y simbólicos que no sólo están determinados

por dinámicas locales sino también globales. La escena de Indie local, y su

industria cultural, son el producto de esos procesos de globalización y

desarrollo de nuevas tecnologías de comunicación donde existe un “[…]

aumento vertiginoso del comercio inter y transnacional [que incide en] la

experiencia de los local [y de la] producción, la distribución, el consumo de

bienes y servicios […]”121.

El término Indie, como ya se vio, es un término que surge de un

fenómeno musical británico que en la década de los ochenta acuñó y adoptó

este término; a finales de esa misma década y principios de la siguiente este

género musical fue exportado por las grandes disqueras transnacionales dando

pie a un mercado más allá de las fronteras británicas. Las escenas locales que

se desarrollaron en México son el resultado de esta “internacionalización” del

sonido local británico –que fue comercializado bajo el mote de “brit-pop”- que

en conjunto con el desarrollo de las nuevas tecnologías de comunicación e

intercambio de información –sobretodo el Internet- dotaron de parámetros de

producción artística, identificación y creatividad. Que una escena local se

transforme en trans-local, gracias a la implementación de redes de

comercialización internacionales nos está hablando de la “[…]

transnacionalización de las tecnologías y de la comercialización de bienes

culturales [a través de] redes globalizadas de producción y circulación 121 Biron, Rebecca E., “Globalización” en Szurmuk, Mónica y Robert McKee Irwin, Op. Cit., pp. 119-120.

87

simbólica [que] establecen las tendencias y los estilos de las artes, las líneas

editoriales, la publicidad y la moda”122. La influencia de este mercado

internacional puede percibirse en el contenido tanto de Marvin como de Indie

Rocks! –sobretodo en las tendencias de las bandas que proponen, reseñan y

critican- donde expresiones locales, vinculadas sólo por la música, intersectan

en el discurso de ambas revistas y, al mismo tiempo, son reinterpretadas y

adaptadas a nuestro contexto local y a sus propias formas de mercantilización

y comercialización –redes que ya se describieron anteriormente-. Es posible

también observar la presencia de este mercado internacional, que marca

tendencia, en los coordinadores y editores de ambas revistas. Éstos también

son consumidores –desde una posición privilegiada, claro está- de la misma

escena que promueven, producen y difunden; muchas veces son consumidores

de los propios productos locales, pero en la mayoría también tienden a

consumir la información de medios de comunicación privilegiados de la escena

trans-local Indie, sobretodo revistas y portales de Internet (fueron mencionadas

sobretodo el portal de New Musical Express, las revistas Pitchfork y Spin, y el

blog Stereogum).

Tanto editores como coordinadores sirven como filtro interpretativo y de

selección de esa información que proviene del exterior de la escena local

proveyendo de convenciones, valorizaciones y conocimientos; al mismo tiempo

que se establece un canon de lo que debería de ser Indie. Éste se construye –

como se ha señalado exhaustivamente- en oposición a los géneros más

comerciales de la Industria musical tendiendo barreras bien delimitadas

alrededor de la escena; estás barreras sirven como punto de referencia para

que los consumidores de la escena ingresen –o no- a la experiencia subcultural

que ésta implica.

122 García Canclini, Néstor, Consumidores y ciudadanos, Debolsillo, 2009, México, p. 124.

88

CONCLUSIONES ¿Cómo comprender al Indie? A lo largo de la presente investigación se ha tratado de identificar y describir el

mundo social que se constituye a partir de la escena de música Indie y la

subcultura que implica. Se partió de la idea de que este mundo social está en

constante transformación, que es dinámico y que se construye a partir de

vínculos comunicacionales. A partir de esta premisa se trató de señalar cómo la

escena Indie es el resultado de la interacción entre distintos actores sociales –

que ejercen actividades bien definidas- y cómo, a partir de la cooperación entre

estos, se genera un mundo social en común: la subcultura, espacio simbólico y

cultural donde se despliegan contenidos simbólicos que se materializan en

ideas, prácticas y objetos concretos: asistencia a conciertos, discos,

publicaciones, etc.

Utilizando el concepto de subcultura –en conjunto con la perspectiva de

escenas, interaccionísmo simbólico, mundos de arte, capital subcultural, campo

e Industria cultural- como elemento teórico central a lo largo de la investigación,

se trató de establecer la manera en que se desarrolla un mundo social que se

encuentra culturalmente significado a través de la música, desde relaciones de

interacción social, participación y experiencia. El concepto de subcultura, a

partir del análisis de dos revistas cuyo eje editorial central es la escena Indie en

México –en conjunto con una serie de entrevistas realizadas a los que

encabezan los equipos editoriales de ambas publicaciones-, me permitió

identificar un mundo social, establecido desde sus relaciones, sobretodo,

comunicacionales, y un mundo cultural conformado simbólicamente. También

ayudó a identificar los contenidos subculturales que se despliegan en redes de

interacción social y que permiten generar un espacio donde se establecen

lazos sociales de identificación, acción e interpretación; cómo se comunica y/o

transmite un mundo culturalmente significado a partir del consumo de cierto

tipo de música, en este caso, la música Indie.

El estudio de la escena musical Indie a través del análisis de Marvin e

Indie Rocks!, y las entrevistas realizadas a su equipo editorial (Coordinadores

Editoriales y Editores) me permitió observar cómo el Indie puede proponer e

interpretar formas de consumo cultural y contenidos simbólicos específicos; al

89

mismo tiempo que se puedo observar cómo las revistas y los editores juegan

un papel clave al interior de la subcultura asociada a la escena Indie: son un

vinculo comunicacional privilegiado que interpretan el contenido subcultural.

Dejando a un lado la cuestión del público, la recepción y la apropiación

simbólica de lo producido en al escena Indie y centrando el enfoque de la

investigación en el contenido de ambas publicaciones y la percepción que

tienen aquellos que encabezan la formación de las publicaciones con respecto

a éstas, su labor y la escena musical; se observó que la música Indie se

encuentra atravesada por procesos económicos, comunicacionales y

simbólicos que no sólo están determinados por dinámicas locales sino también

globales. La escena de Indie local de México, y su industria cultural, son el

producto de esos procesos de globalización y desarrollo de nuevas tecnologías

de comunicación. Las escena translocal que se desarrolla en México es el

resultado de la “internacionalización” del sonido local británico –que fue

comercializado bajo el mote de “brit-pop”- y que en conjunto con el desarrollo

de las nuevas tecnologías de comunicación e intercambio de información

dotaron de parámetros de producción artística, identificación y creatividad,

proveyendo de convenciones y valorizaciones que generan un conocimiento

compartido de lo que debería de ser el Indie. Este conocimiento compartido de

lo que debería de ser la música Indie da pie a acciones coordinadas de quienes

participan en la escena Indie; las acciones dan paso a una red social que hace

posible la existencia de la escena musical, que se construye en oposición

franca a los géneros más comerciales de la Industria musical.

Dentro del conocimiento compartido, las revistas y sus editores son un

vínculo comunicacional privilegiado: diseminan, interpretan y generan

información esencial para consumidores y no-consumidores de la música Indie.

Es decir, poseen información clave gracias a la posición privilegiada que tienen

al interior de la escena musical, otorgándoles una posición necesaria en la

redes de cooperación, que llevan a cabo las acciones coordinadas, y de las

relaciones de producción que implica la música Indie.

La escena musical del Indie no sólo es viable por las construcciones

sociales, redes de cooperación y establecimiento de convenciones artísticas e

identidades. Es posible también gracias a la circulación de sus contenidos

simbólicos en niveles geográficos y económicos a través de lo que se puede

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denominar como espacios creativos: espacios urbanos donde sujetos crean,

difunden y mercantilizan productos simbólicos. En el caso del espacio creativo

de la escena Indie en México este se puede definir como un espacio

esencialmente urbano y trans-local; tiene sus nichos principales en las escenas

locales de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. De estas tres, la

Ciudad de México es la escena local con mayor cantidad de bandas,

instalaciones y zonas de socialización relacionados con la música Indie –

incluso bandas de otras partes del país buscan establecerse para tener mayor

exposición-; convirtiendo a la Ciudad de México en el corazón de la escena

nacional; teniendo su epicentro en la zona que denominé como Centro-

Condesa-Roma.

La música Indie no es meramente un entretenimiento u objeto del ocio,

también produce contenidos culturales específicos que son decisivos para la

constitución y la posterior tipificación de las identidades. Se convierte en la

base donde se constituirá un espacio social, que es la escena musical, que al

mismo tiempo garantiza su supervivencia como producto cultural. El Indie,

como género musical se constituye –desde los percibido en las revistas y las

entrevistas- a partir de la oposición a los géneros más comerciales de la

Industria musical tendiendo barreras bien delimitadas alrededor de la escena y

que sirven como punto de referencia para que los consumidores de la escena

ingresen, o no, a la experiencia subcultural que ésta implica.

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