La Dinámica Figuracional entre Estadounidenses e Inmigrantes Latinos: Identidad, recursos de poder...

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Resumen Este artículo defiende una tesis ligada al acceso de los recursos de poder y del nivel organizativo que alcanzan los grupos sociales, la cual explica las dinámicas y relaciones existentes entre una sociedad estandarizada, compuesta por los estadounidenses de estirpe angloprotestante y, de otra parte, lo que se ha pretendido conjugar como la comunidad inmigrante latina que reside en los Estados Unidos de América. Efectivamente, se reconoce un fenómeno migratorio claro que ha suscitado diversas manifestaciones discriminatorias a lo largo de dicho territorio norteamericano. No obstante, este trabajo alude a un caso atípico, como es el de Miami, el cual corrobora la posición teórica que apela a la importancia de los recursos de poder dentro de un espacio socio-cultural complejo. Palabras clave Inmigrantes latinos, estadounidenses, conflicto, identidad, recursos de poder. Abstract This article defends a bound thesis to the access to the resources of power and the organizational level that reach the social groups, explains the dynamics and existent relationships among a standar- dized society, composed by the anglo-Protestant Americans and of another part what has been sought to conjugate as the Latin immigrant community that resides in the United States of America. Indeed, a migratory phenomenon is recognized undoubtedly it has raised diverse discriminatory manifestations along this North American territory. However, this work recreates an atypical case, that of Miami that corroborates the theoretical position that appeals to the importance of the resources of power inside a complex socio-cultural space. Key words Latin immigrants, North Americans, conflict, identity, resources of power. Recibido: 22/03/2007 Aprobado evaluador interno: 01/06/ 2007 La dinÆmica figuracional entre estadounidenses e inmigrantes latinos: identidad, recursos de poder y organización política que los sostiene Diego Fernando Tarapués Sandino*. [email protected] Sergio Ernesto García Rendón* * [email protected] * Diego Fernando TarapuØs Sandino es docente e investigador de la Universidad Santiago de Cali. Abogado de esa misma institución y estudiante de dØcimo semestre de Estudios Políticos y Resolución de Conflictos de la Universidad del Valle. ** Estudiante de dØcimo semestre de Estudios Políticos y Resolución de Conflictos de la Universidad del Valle. PERSPECTIVAS INTERNACIONALES, CALI , COLOMBIA, VOL 3 NO 1, ENERO-JUNIO, 2007, PP.25-41, ISSN 1900-4257

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ResumenEste artículo defiende una tesis ligada al acceso de los recursos de poder y del nivel organizativo

que alcanzan los grupos sociales, la cual explica las dinámicas y relaciones existentes entre unasociedad estandarizada, compuesta por los estadounidenses de estirpe angloprotestante y, de otraparte, lo que se ha pretendido conjugar como la comunidad inmigrante latina que reside en los EstadosUnidos de América. Efectivamente, se reconoce un fenómeno migratorio claro que ha suscitadodiversas manifestaciones discriminatorias a lo largo de dicho territorio norteamericano. No obstante,este trabajo alude a un caso atípico, como es el de Miami, el cual corrobora la posición teórica queapela a la importancia de los recursos de poder dentro de un espacio socio-cultural complejo.

Palabras claveInmigrantes latinos, estadounidenses, conflicto, identidad, recursos de poder.

AbstractThis article defends a bound thesis to the access to the resources of power and the organizational

level that reach the social groups, explains the dynamics and existent relationships among a standar-dized society, composed by the anglo-Protestant Americans and of another part what has beensought to conjugate as the Latin immigrant community that resides in the United States of America.Indeed, a migratory phenomenon is recognized undoubtedly it has raised diverse discriminatorymanifestations along this North American territory. However, this work recreates an atypical case,that of Miami that corroborates the theoretical position that appeals to the importance of theresources of power inside a complex socio-cultural space.

Key wordsLatin immigrants, North Americans, conflict, identity, resources of power.

Recibido: 22/03/2007 Aprobado evaluador interno: 01/06/ 2007

La dinámica figuracional entreestadounidenses e inmigrantes

latinos: identidad, recursos de poder yorganización política que los sostiene

Diego Fernando Tarapués Sandino* [email protected]

Sergio Ernesto García Rendón**[email protected]

* Diego Fernando Tarapués Sandino es docente e investigador de la Universidad Santiago de Cali.Abogado de esa misma institución y estudiante de décimo semestre de Estudios Políticos y Resoluciónde Conflictos de la Universidad del Valle.

* * Estudiante de décimo semestre de Estudios Políticos y Resolución de Conflictos de la Universidad delValle.

PERSPECTIVAS INTERNACIONALES, CALI, COLOMBIA, VOL 3 NO 1, ENERO-JUNIO, 2007, PP.25-41, ISSN 1900-4257

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IntroducciónEl presente artículo no se ocupa de

un conflicto claro y definido, sino de unfenómeno consistente en una serie deinterdependencias, tensiones y conflic-tos presentes en la relación entre la so-ciedad estadounidense y los inmigran-tes latinoamericanos residentes en ella.Esta relación es amplia y prolija en loque respecta a niveles distintos y com-plejos de asimilación o choque entre laspartes, razón por la cual es difícil ha-blar de un conflicto único y generaliza-do. No obstante, sí se caracteriza porepisodios de trato diferencial y de es-tigmatización. La Encuesta Nacional deLatinos del 2002 (2002 National Sur-vey of Latinos) realizada por The PewHispanic Center1 establece que el 45%de los latinos entrevistados se han sen-tido tratados con menos respeto queotros, el 41% han sentido recibir un ser-vicio más pobremente que otros, y el30% han sido insultados o llamados porsobrenombres. El artículo sostendrá quesi bien pueden identificarse tensiones de

diferente índole, la explicación de estosepisodios y regularidades de trato dife-rencial (estigmatizaciones: étnicas, cul-turales, económicas, políticas, etc.) pue-de concentrarse en el acceso a los re-cursos de poder y a la organización po-lítica de cada una de las partes, puestoque aquellos dos aspectos permitencomprender de una forma más precisael fenómeno presente en esta relación.

Como ambas partes no son gruposaislados y definibles exactamente, esdecir, con conformaciones o comporta-mientos uniformes, sino que interactúancontinuamente en una dinámica figura-cional propia2 de asimilaciones, choqueso conflictos abiertos según la distribu-ción de los recursos de poder entre laspartes, este artículo no se propone pre-sentar dos actores inertes con papelesestablecidos y con un guión acartona-do. Por el contrario, busca brindar unpanorama de esa misma dinámica figu-racional y de sus conflictos, enfocadoen el problema de los diferenciales depoder entre las dos partes.

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1 La Encuesta Nacional de los Latinos del 2002 fue un sondeo estadístico realizado por The PewHispanic Center con la intención de explorar las actitudes y experiencias de la población latina deEstados Unidos en una amplia variedad de temas. Fue construida sobre una muestra diversa delatinos en lo concerniente a sus naciones de origen y tiempo de estadía en los Estados Unidos. Estainformación está disponible en la introducción a los resultados del sondeo, el cual se encuentradisponible, y en su conjunto, en la página de Internet: http//www.pewhispanic.org.

2 Para referirnos a este fenómeno utilizaremos el concepto de una dinámica figuracional. Es decir, unarelación de interdependencia cambiante que define las acciones de ambas partes. Norbert Elías, ensu �Ensayo teórico sobre las relaciones entre establecidos y marginados� dice lo siguiente de larelación entre las partes del conflicto: �No se puede hallar la clave para el problema que comúnmentese discute bajo el título de �prejuicio social� si se la busca exclusivamente en la estructura de lapersonalidad de unos individuos. Se la puede encontrar solamente teniendo en cuenta la figuraciónconformada por los dos (o más) grupos implicados, es decir, conociendo el carácter de suinterdependencia�.Elías, N. (1998). La civilización de los padres y otros ensayos: �Ensayo teórico sobre las relacionesentre establecidos y marginados�, Bogotá D. C., Editorial Norma, p.89.

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El artículo se divide en cuatro par-tes principales. La primera de ellas esla conceptualización de las dos partesinvolucradas en esta dinámica figura-cional: la sociedad estadounidense y lapoblación inmigrante de origen latino,que reside o se encuentra dentro de laprimera. Como se advirtió previamen-te, no es posible hablar en este caso dedos actores del conflicto claramentedefinidos. Ambas partes están altamentediferenciadas en sí mismas y se trans-forman mutuamente. Sin embargo, sí esposible hablar de sus orígenes y com-posiciones, además de ciertas regulari-dades que las distinguen como colecti-vos.

En la segunda parte se hará una re-construcción histórica de la relaciónentre la sociedad estadounidense y losinmigrantes en general. Asimismo, sehablará de los antecedentes y del ac-tual estado de la relación entre la so-ciedad estadounidense y la poblaciónlatina en esa nación, en dos estados decircunstancias diferentes.

En tercer lugar, se realizará un pa-réntesis que explique teóricamente lasposiciones contrarias que, respecto delproblema, sostienen dos autores distin-tos: Samuel Huntington, politólogo de laUniversidad de Harvard, autor del libro“Quiénes somos: desafíos a la identi-

dad nacional estadounidense”; y Nor-bert Elías, filósofo y sociólogo formadoen Heidelberg y Frankfurt, autor del“Ensayo teórico sobre establecidos ymarginados”.

Finalmente, el artículo cierra conunas conclusiones que analizan políti-camente dicha relación productora detensiones y conflictos en un caso parti-cular, la Florida, que, en su carácter atí-pico, aporta a la comprensión de la di-námica figuracional. En este acápite seestablece una tesis en donde los con-flictos y tensiones posibles en la rela-ción entre la sociedad estadounidensey la población latina inmigrante, se ex-plican acorde con la divergencia exis-tente entre ambas partes, en lo que res-pecta a los recursos de poder y la orga-nización política que los mantiene.

1. Conceptualización de losactores

1.1. La sociedad estadouniden-se3

Estados Unidos es hoy una naciónde más de 300 millones de habitantes.En su principio, fundada y conformadapor colonos protestantes de origen bri-tánico que comenzaron a ocuparla enlos finales del siglo XVII y comienzosdel XVIII 4. Lo que la definió en princi-

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3 Con base en la reconstrucción histórica hecha por Alexis de Tocqueville en �La Democracia enAmérica�, y Samuel Huntington en �Quiénes somos: Los desafíos a la identidad nacionalestadounidense�. En especial, los capítulos segundo �Componentes de la identidad estadounidense�y tercero �Cultura angloprotestante�.

4 Dice Tocqueville: �Los emigrantes que fueron a establecerse en las orillas de la Nueva Inglaterrapertenecían todos a las clases acomodadas de la madre patria. Su reunión en suelo norteamericano

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pio por cuatro aspectos principales: 1.La raza (blanca); 2. La etnia (angloa-mericana); 3. La cultura (angloprotes-tante); y 4. La ideología política (unadesviación política del credo anglopro-testante). Cada uno de estos aspectosha sufrido variaciones a lo largo de losmás de tres siglos de existencia de lanación, pero inicialmente constituyeronel núcleo identitario de la misma.

Respecto de la raza blanca, los pri-meros inmigrantes europeos, posterio-res a la inicial oleada colonizadora, fue-ron igualmente blancos. Ya fueran ale-manes, irlandeses o escandinavos, és-tos no representaron alguna contrarie-dad a la identificación de los estadouni-denses como blancos. Las tribus nati-vas y los negros fueron consideradosinferiores, lo cual sólo cambió hasta lasdos décadas posteriores a la SegundaGuerra Mundial, cuando asiáticos y la-tinos comenzaron a llegar en masa ylas tendencias multiculturalistas comen-zaron su auge, de esta forma comenza-ron a reivindicarse derechos de igual-dad racial (posteriormente desarrolla-dos en acciones afirmativas que bus-caban contrarrestar la preponderanciade la raza blanca en espacios socialesclaves). Así pues, el elemento racial

desapareció, al menos ideal y legalmen-te, de los factores determinantes deidentificación estadounidense. Aunquepersistan indicadores sociales que con-firmen las consecuencias de mejorescondiciones de la raza blanca sobre lanegra y la latina.5

El elemento étnico, relacionado conla nacionalidad de origen de los colonosy sus aspectos derivados, también su-frió transformaciones. En un principioexistieron conflictos entre los descen-dientes angloamericanos de los colonosy los inmigrantes germanos e irlande-ses, pero no fueron consistentes en eltiempo. Bien pueden haber estereotipos,pero el elemento étnico como factor deidentidad estadounidense se vino per-diendo desde los primeros flujos migra-torios importantes.

De otro lado, la cultura angloprotes-tante está conformada por la lengua in-glesa, la convicción religiosa, los con-ceptos ingleses del imperio de la ley, losderechos individuales, el individualismo,la ética del trabajo y la creencia en lacapacidad y obligación de crear un pa-raíso en la Tierra6. Dicha cultura, quees una ligazón de profundas creenciasreligiosas con valores culturales e insti-tuciones políticas, es seguramente la

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presentó, desde el origen, el singular fenómeno de una sociedad en donde no se encontraban nigrandes señores ni pueblo y, por decirlo así, ni pobres ni ricos�.Toqueville, A. (1963). La Democracia en América, México D. F., Editorial Fondo de Cultura Económica,p.56.

5 El porcentaje de blancos, negros y latinos con ingresos superiores a $50.000 dólares anuales es,respectivamente, del 42%, 22%, y 17%. The Pew Hispanic Center/ Kaiser Family Foundation (2002)�Encuesta Nacional de los Latinos 2002�. [En Línea]. Disponible en: http//www.pewhispanic.org[Recuperado en marzo de 2006].

6 Huntington, S.P. (2004). Quiénes somos: Los desafíos a la identidad nacional estadounidense,Barcelona, Editorial Paidós, p.20.

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explicación de muchas posiciones inter-nas y externas de la política estadouni-dense. En esta sociedad la influenciade los colonos angloprotestantes impri-mió la concepción de ser parte de unanueva tierra prometida que debía ex-tender los valores y convicciones divi-nas de las cuales eran portadores. Igual-mente, aunque el ideal sólo fue alcan-zado con los movimientos orientados alreconocimiento de los derechos civilesdel sesenta, el individuo es igual y librede alcanzar el sueño de ser lo que quie-ra. Para Huntington tal cultura se en-cuentra amenazada por una gama defactores, afirmando lo siguiente: “A fi-nales del siglo XX (…) tanto la promi-nencia como la sustancia de la culturay del Credo americanos se enfrentaronal desafío planteado por una nueva olea-da de inmigrantes procedentes de Amé-rica Latina y Asia, por la popularidadque en los círculos intelectuales y polí-ticos han adquirido las doctrinas del mul-ticulturalismo y la diversidad, por la di-fusión del español como segunda len-gua estadounidense y las tendencias ala hispanización en la sociedad estado-unidense, por la afirmación de identida-des de grupo basadas en la raza, la et-nia y el género, por el impacto de lasdiásporas y de los gobiernos de los paí-ses de origen de las mismas y por elcreciente compromiso de las élites con

las identidades cosmopolitas y transna-cionales”7.

La sociedad estadounidense de hoyes una sociedad altamente diferencia-da que, pese a sus distinciones, ha sidoconformada estructuralmente con cri-terios definidos, reproducidos a travésde formas sociales que son sólo expre-siones de poder. Por tal razón, esos cri-terios han venido transformándose hastaser tan sólo prominentes, en algún gra-do, en la cultura angloprotestante y enlos ideales políticos desprendidos de lamisma.

1.2. La población inmigrante la-tina8

Desde la década de 1960, cierta con-junción de factores contribuyó a quecada vez en mayor número llegasen in-migrantes de origen latinoamericano alos Estados Unidos. Entre estos facto-res se encontró la acentuación de lasdiferencias económicas entre los paí-ses de origen de los inmigrantes y losEstados Unidos, el relativo bajo costo ycreciente desarrollo de los medios detransporte, y el establecimiento de al-gunas colonias latinas que actuaroncomo impulso para poblaciones en suspaíses de origen.

El censo realizado en Estados Uni-dos en el 2000 contó más de 35 millo-nes de personas que se identificaron a

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7 Ibíd, p.20.8 En este artículo se utiliza el término �latino� donde otros usarían �hispano�, para referirse a la

población residente en los Estados Unidos que nació en países suramericanos y centroamericanos dehabla española, o que, pese a haber nacido en Estados Unidos, tienen padres naturales de la regiónhemisférica de América Central y/o del Sur.

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sí mismas como latinas, lo cual signifi-có en su momento cerca del 13% de latotalidad de la población. Teniendo encuenta las proyecciones demográficasse estima que para el 2020 habrá másde 46 millones de latinos en los EstadosUnidos9, esto sin tener en cuenta lamasa de ilegales no relacionada en ta-les cifras. De acuerdo con esto, la po-blación de origen latino en los EstadosUnidos sobrepasa a la comunidad ne-gra estadounidense, caracterizada comola minoría más numerosa de aquel país.

El sondeo hecho por la EncuestaNacional de Latinos del 200210, revelaque aproximadamente el 64% de loslatinos son de origen mexicano, el 9%son de origen puertorriqueño, el 5%cubanos, el 5% dominicanos, el 4% sal-vadoreños, y el 3% colombianos. Entotal, los centroamericanos son sólo el7% y los suramericanos apenas el 5%(El Salvador y Colombia acaparan sig-nificativamente el porcentaje de estasregiones). Sin embargo, pese al predo-minio mexicano, explicable entre otrasmuchas razones por la proximidad geo-gráfica, es necesario reconocer que estapoblación latina en los Estados Unidosestá compuesta por grupos de un buennúmero de países.

En el campo de su composición so-cial se pueden encontrar situaciones tan

contradictorias como las de los mexi-canos de bajos ingresos que ocupan lossectores marginales del sudoeste esta-dounidense, los cuales contrastan conla élite empresarial cubana que en prin-cipio se asentó en la Florida.

En general, muchos de los inmigran-tes han llegado a los Estados Unidos enbusca de mejores condiciones socioeco-nómicas que las que tienen en sus paí-ses de origen, pero otros simplementese instalaron allí sin las razones de su-pervivencia francas de éstos. Aunquela gran mayoría presenta niveles edu-cativos y de ingresos menores a la me-dia estadounidense, hay un sector queha alcanzado niveles sociales, econó-micos y políticos sobresalientes dentrode esta sociedad.

Aproximadamente el 50% de los la-tinos presentan ingresos menores a los$30.000 dólares anuales, mientras un17% tiene ingresos sobre los $50.000(entre los americanos blancos la cifraes de 29% y 42% respectivamente)11.Sin que sea un hecho absoluto, esta di-ferencia establece en parte las inclina-ciones políticas de la población inmi-grante latina. Pues bien, los latinos coningresos mayores a los $50.000 dólaresanuales son más propensos a ser mili-tantes o partidarios republicanos quedemócratas (un 44% republicano sobre

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9 Introducción de la Encuesta Nacional de Latinos 2002 al Censo del 2000. Op. cit.10 La pregunta hecha a los encuestados era en qué país habían nacido. En caso de haber nacido en

Estados Unidos, en cuál habían nacido sus padres. Si los padres habían nacido en lugares diferentes,se le pedía al encuestado que dijera con cuál de los países de origen de sus padres se identificabamás.

11 Fuente: Encuesta Nacional de Latinos 2002. Op. cit.

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un 34% demócrata), mientras que aque-llos que ostentan ingresos menores a$30.000 dólares, tienden a ser más de-mócratas que seguidores del partidorepublicano (19% republicano contra un33% demócrata)12.

Todas estas condiciones diversas(país de origen, nivel socioeconómico,inclinación política, y otras más) impi-den definir una clara identidad del inmi-grante latinoamericano. Por esa razón,el intelectual cubano Ramón de la Cam-pa decía que debía hablarse, no de unmundo latino en los Estados Unidos,sino de “los mundos latinos de Nortea-mérica”13.

Un aspecto de suma importancia esel alto porcentaje de latinos que consi-deran que el trato diferencial es tam-bién un problema entre ellos mismos(83%)14, lo cual puede evidenciar rup-turas y subgrupos entre lo que errónea-mente pueda verse como una poblaciónuniforme y homogénea. No obstante,pese a la compleja definición de unacolectividad clara que precise a los lati-nos, existe un componente fundamen-tal que denota identidad cultural en elinmigrante latinoamericano, esto es, lalengua española. En este sentido, espreciso señalar lo afirmado por Miguel

de Unamuno: “Mi lengua es la sangrede mi espíritu”15, lo cual se convierteen un punto de convergencia de casitodos los 40 millones de latinos que hoyviven en los Estados Unidos.

En efecto, en el primer sondeo ela-borado por Pew Hispanic Center, másdel 65% de la población latinoamerica-na conserva el español como su lenguadominante16. Pareciera en principio quela no asimilación del inglés en una so-ciedad como la estadounidense expli-caría el trato diferencial y las distincio-nes socioeconómicas entre los dos ac-tores. Sin embargo, tal como la raza yla etnia, el idioma es una diferencia quese convierte en factor de exclusión oestigmatización sólo en función de losdiferenciales de poder, como se verámás adelante.

2. Contexto histórico, antece-dentes y circunstancias actua-les

Se suele afirmar que Estados Uni-dos es una nación de inmigrantes, lo cuales una afirmación cierta pero poseemuchos matices. Al comienzo, la socie-dad estadounidense sí fue conformadapor un grupo de puritanos protestantes

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12 Fuente: Encuesta Nacional de Latinos 2004: Política y participación cívica (The National Survey ofLatinos: Politics and Civic Participation). Sondeo estadístico hecho por el mismo centro, de similarescaracterísticas al realizado en el 2002, pero enfocado en el aspecto político. Se encuentra también enla página del Pew Hispanic Center: http//www.pewhispanic.org, op. cit.

13 Referencia a él y su cita en el artículo �Imaginando a los latinos en Los Estados Unidos�, que seencuentra en la página Web http//www.chile-hoy.de/internacional/310501_latinos.htm

14 Fuente: Encuesta Nacional de Latinos 2002. Op. cit.15 Citado por Carlos Alberto Montaner en �Habla Inglés �Tú estás en los Estados Unidos�, citado, a su

vez, por James Crawford en �Language Loyalties�, en Huntington. Op. cit. p.192.16 Fuente: Encuesta Nacional de Latinos 2002. Op. cit.

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ingleses, pero el comportamiento inicialde éstos fue como colonos. Es decir,como constructores de una sociedad enformación, no simplemente como comu-nidad transportada de una sociedad aotra. Fueron ellos los que establecieronlos principios culturales y políticos quela nación reprodujo y ha defendido.

Hacia finales del siglo XVIII, unavez consolidada la independencia, co-menzaron a llegar oleadas migratoriasprovenientes de Europa occidental y delnorte. Al ser dispersadas por todo elterritorio (política que los llamados Pa-dres de la Patria consideraron pertinen-te para no permitir la conformación deenclaves nacionales), estas oleadas seasimilaron sin perturbaciones a estasociedad en formación. Con la excep-ción de ciertos enclaves germanos quequisieron conservar el alemán como len-gua, y tuvieron que terminar cediendodebido a la fuerza de la naciente socie-dad.

Posteriormente, a principios del si-glo pasado, se revitalizó el flujo de in-migrantes ahora provenientes tambiénde Europa oriental y algunas regionesasiáticas. Hasta antes de la PrimeraGuerra Mundial, Estados Unidos vivióuna de las más grandes oleadas de in-migrantes tras la búsqueda del llamado“sueño americano”. Para la misma épo-ca se había consolidado una serie deprocesos diseñados con el propósito deque los nuevos inmigrantes adoptasen

los usos y costumbres propias de losamericanos. A través de escuelas y lu-gares de trabajo se lanzó una ofensivacon una concepción positivista y rígidade la identidad estadounidense, que for-zó a los recién llegados a abandonar suscostumbres y lenguas en pro de enca-jar en la sociedad. Will Kymlicka mani-fiesta: “se esperaba que se despojaran(los inmigrantes) de su herencia carac-terística y se asimilaran por completo alas normas culturales existentes”17. Esteproceso, llamado de americanización,fue de carácter nativista y anti-inmigran-te para muchos analistas posteriores delfenómeno. La imposición de los valo-res y costumbres de la cultura originalestadounidense a la de los inmigrantes,provocó críticas como la de Harold Cru-se, citado por Huntington como contra-dictor, donde se decía que los “EstadosUnidos es una nación de inmigrantes quese miente a sí misma acerca de quién yqué es. Es una nación de minorías go-bernada por una de ellas, pero piensa yactúa como si fuese una nación de pro-testantes anglosajones blancos”18.

Pero lo más interesante y reveladorno es el ataque a la americanizaciónhecho por algunos autores, sino la res-puesta de Huntington a ellos: “Estoscríticos tienen razón. A lo largo de lahistoria estadounidense, las personasque no eran blancas, anglosajonas yprotestantes, se hacían norteamerica-nas adoptando la cultura angloprotes-

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17 Kymlicka, W. (1996). Ciudadanía multicultural: Una teoría liberal de los derechos de las minorías,Barcelona, Editorial Paidós. p. 14.

18 Huntington, op. cit., p.87.

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tante y los valores políticos del país.Pero esto las benefició y benefició alpaís. La identidad nacional y la unidadnorteamericana (…) derivaron de lacapacidad y la disposición de la éliteanglosajona para imprimir su propiaimagen en los otros pueblos que llega-ban a este país. Los principios religio-sos y políticos de esa élite, sus costum-bres y sus relaciones sociales, sus cri-terios en lo referente al gusto y a lamoralidad, fueron, durante trescientosaños, los de Estados Unidos y, a un ni-vel más básico, todavía lo son, a pesarde nuestro actual elogio de la ‘diversi-dad’. Si este país se ha mantenido almargen de los conflictos étnicos y na-cionalistas (algo que, en realidad, no halogrado con la frecuencia con que nues-tra mitología nacional nos pudiera ha-cer creer), ha sido gracias a un predo-minio cultural y étnico que no tolerabael conflicto ni la confusión con respec-to a la identidad nacional. Millones deinmigrantes y sus hijos obtuvieron rique-za, poder y estatus en la sociedad esta-dounidense, precisamente, porque seasimilaron a la cultura norteamericanaimperante”19.

Huntington deja claro que para ha-cerse “alguien” en la sociedad estado-unidense, debía asimilarse y aceptar lapreeminencia de la cultura angloprotes-tante. Para él esto fue así durante másde tres siglos, y así ha funcionado co-rrectamente, ignorando procesos ante-riores como el de la americanización o

la misma persecución y exclusión de lastribus nativas. En suma, la asimilaciónde la cultura angloprotestante significaacceso a los recursos sociales y de po-der.

Un nuevo punto de inflexión es ladécada de 1960, cuando el auge multi-culturalista y de la acción afirmativadefendieron las reivindicaciones de gru-po y el fortalecimiento de las identida-des grupales. Pero este proceso, unidoa las nuevas características que traíaconsigo una de las poblaciones inmigran-tes, la latinoamericana, dio origen a unfenómeno singular en la historia de larelación entre la sociedad estadouniden-se y los inmigrantes.

Entre los factores que permitieronla mayor asimilación de las poblacionesinmigrantes previas a la década del se-senta, estaba el proceso de americani-zación que tras la Segunda GuerraMundial decayó y se convirtió en unapolítica aberrante de cara a las reivin-dicaciones multiculturalistas. La lejaníade las naciones de origen de las pobla-ciones inmigrantes primarias las aisla-ba frente a la cultura dominante, peroen el caso de las latinoamericanas, porla cercanía territorial, se podía sostenerun contacto continuo con el país de ori-gen, lo que permite proteger algunosrasgos culturales de estos inmigrantes.

La dispersión de las poblaciones in-migrantes que evitó la formación deenclaves que sostuvieran la cultura ori-ginal en anteriores oleadas migratorias,

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19 Ibíd, pp.87-88.

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no fue posible en el caso de los latinospuesto que aquéllos se ubicaron en zo-nas específicas: California, la Florida,Arizona, Colorado, la ciudad de NewYork, etc., donde precisamente la au-sencia de algunos factores, y la con-junción de otros, dio origen a fenóme-nos inmigrantes como la de los latinosen el suroeste norteamericano y la Flo-rida.

De ahí que los mexicanos constitu-yan el componente mayoritario de lo queentendemos como población inmigran-te latinoamericana. Pues bien, este com-ponente se ha ubicado geográficamen-te en Estados del suroeste norteameri-cano que en algún momento pertene-cieron a México, pero que luego fueronobtenidos por los Estados Unidos me-diante guerras. La proximidad geográ-fica con su nación, trajo la conforma-ción de enclaves cada vez mayores enpoblación, dando como resultado queamplias zonas urbanas cercanas a lafrontera sean hoy las zonas de mayorconcentración de población inmigrantelatina.

En el año 2000, por ejemplo, el46.5% de las personas residentes en laciudad de Los Ángeles eran latinas20.Según una proyección hecha por TheEconomist21 se estima que en el 2010los latinos serán más del 60% de esa

ciudad. Huntington aporta otras cifrasque nos ayudan a establecer la zona dela frontera como enclave y lugar de con-centración latina. Dice: “En el año 2000,las poblaciones de seis de doce de lasciudades más importantes de la fronte-ra eran hispanas en más del 90%, otrastres lo eran en más del 80%, una lo eraentre el 70 y 79%, y sólo dos (…) eranhispanas en menos de un 50%. ‘En estevalle todos somos mexicanos’, declaróun ex comisionado del condado de ElPaso (…)”22.

En esta población se reconocen ín-dices educativos y socioeconómicos quese encuentran muy por debajo de lamedia estadounidense. La deserciónescolar es alta, y los ingresos anualesque esta población detenta correspon-den a los propios de trabajos como con-serjería, limpieza, y otros compara-bles23. El español se habla con regula-ridad –mejor aún, la mezcla del mismocon el inglés apodado “spanglish”– perono incide con importancia en los espa-cios sociales. A pesar de la crecientepoblación, lo concerniente a ingresos,educación y niveles de inclusión políti-ca, representan niveles inferiores a losde la población latina de otro Estadomás al este (La Florida).

La Florida era principalmente un Es-tado un tanto aletargado, que se soste-

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20 The New York Times (2000, 1 de febrero). New York, p.A12.21 The Economist (1996, Mayo). �Where Salsa Meets Burger�.22 Huntington, citado de la edición de julio del 2001 de The Economist. Op. cit. p. 287.23 Esto según un estudio realizado por The Russell Sage Foundation, citado por Huntington, que ubicó

a los mexicanos y vietnamitas como el mayor porcentaje de inmigrantes con estatus socioeconómicobajo, en el sur de la Florida y California. The New Second Generation, Nueva York, 1996, Ibíd. p. 48.

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nía principalmente de un modesto turis-mo y un importante número de jubila-dos que decidían pasar el resto de susvidas allí. Hasta que en los años sesen-ta comenzaron a llegar élites empresa-riales, industriales y sectores de clasemedia. Eran los cubanos que huían delrégimen de Fidel Castro. Desde enton-ces y hasta ahora, decenas de miles decubanos –que en las décadas posterio-res ya no fueron la élite o la clase me-dia cubana, sino sectores pobres y másjóvenes– poblaron aquel Estado y enespecial su capital, Miami.

La incapacidad de enviar dinero asu país hizo que la élite cubana invirtie-ra en la zona y terminara impulsandoeconómicamente el Estado. Variascompañías industriales, de comunicacio-nes y de consumo, optaron por trasla-dar sus sedes centrales para el sur delpaís, en Miami, lo cual expandió el co-mercio y consolidó el turismo. En cues-tión de años Miami se convirtió en unaciudad dinámica e internacional, lo queresultó ser un poderoso imán para lasélites de otros países latinoamericanos.La inversión, el entretenimiento, la in-dustria turística y hasta el comercio dedrogas, encontraron en Miami un lugardonde desarrollarse. Las élites latinoa-

mericanas llevaron sus dineros allí24,establecieron lugares de veraneo o dedomicilio definitivo y Miami súbitamen-te se convirtió, con sus dos terceraspartes de origen latino, en lo que mu-chos llaman “la capital de Latinoamé-rica”25.

El idioma principal en la ciudad essin duda el español. Según datos delCenso realizado en el 2000 en los Esta-dos Unidos, el 89.3% de los residentesde Miami hablan el español. Por el con-trario, sólo el 31.1% de los adultos ma-nifestaban hablar bien el inglés26. Losnegocios, la vida social, el entretenimien-to y la política se hablan principalmenteen español. Esto incluso ha significadola exclusión práctica de quiénes nomanejan este idioma. El caso de la Flo-rida es un caso atípico de trato diferen-cial en un sentido distinto al del resto dela nación, o del suroeste mismo. En es-pacio territorial específico, son los blan-cos nativos los que declaran sentirse enminoría27. Dichas circunstancias resul-tan valiosas para comprender cómo losrecursos de poder inciden en el tratodiferencial y la exclusión.

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24 Hacia 1993 había más de 25.000 millones de dólares en los bancos de Miami procedentes de paísesextranjeros. En su mayoría de origen latino �Bancos y dólares�. La fuente de Huntington aquí esCathy Booth �The Capital of Latin America: Miami�, Ibíd, p.82.

25 En la reconstrucción del poblamiento cubano y latino de la Florida y Miami, véase a Huntington, op. cit.,pp.287-295.

26 Fuente: Oficina del Censo de Estados Unidos, 2000 Census of Population and Housing (Censo dePoblación y Viviendas del año 2000), pp.27-29.

27 Huntington referencia a un blanco nativo diciendo de su vida en Miami: �Dios mío, ahora sé lo quese siente estando en minoría�. Op. cit., p.291.

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3. Discusión teórica: Hunting-ton y Elías28

En la discusión que aborda esta par-te del artículo, hay dos conceptos cla-ves concernientes al problema de la di-námica figuracional, que entre los dosactores genera conflictos, tensiones yepisodios de trato diferencial. Los dosconceptos ocupan un lugar importanteen el análisis y en la consiguiente posi-ción teórica de cada autor, aunque ensentidos o formas diferentes. Los dosconceptos son: identidad y poder.

La identidad para Huntington es “elsentimiento de ‘yo’ de un individuo o deun grupo”29. Para Norbert Elías, loconstituye la autoimagen de un grupoque ha modelado la misma con relacióna su parte más cercana a las normas,normas éstas que históricamente le hanconformado30. Aquí se entenderá iden-tidad en el sentido de Elías, ya que ennuestro criterio explica mejor el proble-ma enunciado. El poder, por otro lado,podría definirse en Elías como la capa-cidad de un grupo de imponer de partesuya, por el grado de control social yorganizativo que actúa reproduciendolas formas del grupo, las decisiones po-líticas, económicas y culturales –en sí,

las normas que ya mencionamos que leconformaron–31. Por su parte, segúnHuntington, el poder brilla por su ausen-cia a la hora de discutir el problema, perose sobreentiende como la posibilidad deacceder a recursos sociales, económi-cos y políticos en una sociedad –por lalucha individual y los méritos–. En esteartículo, se entenderá como el uso derecursos que permiten la imposición delas normas convenientes al grupo.

Huntington analiza pues el proble-ma que los inmigrantes latinos han ve-nido creando a la identidad nacional es-tadounidense. Su cultura, el auge multi-culturalista, la formación de enclavesgeográficos de esta población y otrosfactores más que propician la no asimi-lación de la identidad estadounidensepor parte de los latinos, constituyen unaverdadera amenaza al mantenimiento yconservación de los valores anglopro-testantes, que el autor defiende comoelemento básico de la sociedad estado-unidense. La población inmigrante deorigen latinoamericano es un desafío ala ética protestante del trabajo, a su idio-ma, a sus valores individuales y a suscreencias en los méritos como razón demedida social.

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28 Es importante aclarar que las posiciones teóricas de ambos son interpretadas desde sus ya mencionadostextos. En Huntington �Quiénes somos: Los desafíos a la identidad nacional estadounidense�, y enElías �Ensayo teórico sobre la relaciones entre establecidos y marginados�. Este último discute elproblema de estigmatización y trato diferencial recibido por un sector nuevo del barrio londinense deWinston Parva de parte de un sector más antiguo de similares condiciones sociales.

29 Ibíd, p.45.30 Esa definición de Elías se puede inferir del ensayo ya referido por dos ideas principales que contiene.

La primera es que la formación o grupo social genera, por su cohesión e interdependencia, unasnormas de grupo. Op. cit. p.85. La segunda es que la autoimagen �identidad� del grupo se modeladesde la parte de él más cercana a esas normas, p.88.

31 Ibíd., p.86.

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Frente a esto Huntington ve cuatroopciones posibles de desarrollo identi-tario estadounidense: la primera, queEstados Unidos se convierta en unasociedad multicultural que se una ex-clusivamente en unos principios políti-cos y un contrato entre individuos queno poseen características en común.Para él, no obstante, “…no es probableque tal contrato sea suficiente para sos-tener una nación durante mucho tiem-po”32; en segundo lugar, desarrollarsecomo una sociedad bicultural (anglosajo-nes y latinos) que permita que regionesenteras se vuelvan principalmente lati-nas. Ambas culturas coexistirían en lanación, a semejanza de Canadá o Bél-gica; la tercera opción sería una regre-sión a la preeminencia de elementosraciales y étnicos originales (blanco yprotestante) como definición de la iden-tidad. Con todas las consecuencias in-tolerantes y represivas que implica; Lacuarta opción, defendida por él, es quetodos los estadounidenses revitalicen sucultura angloprotestante dominante, yfortalezcan los valores que por los últi-mos tres siglos los han conformado. Estoimplicaría el predominio del inglés comoidioma de la nación, y del resurgimientodel credo americano. Por lo tanto, Hun-tington explica los bajos niveles socia-les de los inmigrantes latinos y sus dife-rencias –no trato diferencial– en la pocacapacidad de asimilación de la culturaangloprotestante dominante. En él, la

identidad es la que permite conseguirpoder.

En Norbert Elías, que trabaja dos co-munidades de niveles sociales similarespero que difieren del tiempo de esta-blecimiento en el barrio, el problema esla exclusión, la relación marginal, el tratodiferencial y la estigmatización que losmiembros del grupo más nuevo recibende parte de los integrantes del grupomás viejo. Aquí no hay diferencias cla-ras en términos raciales, étnicos, so-cioeconómicos o lingüísticos. La dife-rencia importante entre ambos gruposes el más elevado nivel de organizaciónsocial que la antigüedad otorgó al gru-po establecido, lo que le permitió reser-var las posiciones de poder para losmiembros de su propio grupo. Quienespertenecían a él lo hacían por el acata-miento de las normas comunes y delmodo de vida que su antigüedad lespermitió establecer. Una vez llegadoslos nuevos habitantes, representaronuna amenaza al modo de vida habitual.Al respecto, Elías dice: “Para el grupoprincipal de la parte antigua de WinstonParva la idea de su propio estatus so-cial y de su pertenencia estaba estre-chamente ligada con su vida comunita-ria y con su tradición. Con miras a pre-servar lo que para ellos representabaun valor elevado, cerraron filas contralos migrantes, y así lograron protegersu identidad de grupo y asegurar su su-perioridad”33.

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32 Huntington. Op. cit., p.42.33 Elías. Op. cit., p.92.

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El grupo establecido desarrolló en-tonces un concepto inferior del grupomarginado, por su supuesta incapacidadpara adoptar las normas que ellos seatribuían y cumplían para afirmar sucarisma de grupo superior. Pero a dife-rencia de lo expuesto por Huntington,esta actitud no defendía tan solo losvalores y las normas de grupo, defen-día su identidad y superioridad por elderecho a preservar para sí las posicio-nes de poder. Dice de ello Elías: “Elestigma de un ‘valor humano inferior’es un arma que grupos superiores em-plean contra otros grupos en una luchade poder, como medio de conservaciónde su superioridad social”34.

Luego, las consideraciones étnicas,raciales y de otra índole, en las figura-ciones de establecidos y marginados,pueden apartar de lo que en Elías es larazón principal del trato diferencial. Ladefensa de la identidad, o los argumen-tos esgrimidos en razón de este tipo deconsideraciones raciales o lingüísticas,no son más que intentos por mantener-se y conservarse como grupo superiorcon derecho a los recursos de poder.“El hecho de que los miembros de am-bos grupos se distingan en cuanto a suapariencia física o de que los miembrosde un grupo hablen el idioma en que secomunican con un acento y fluidez di-ferentes, sirve meramente de contra-seña explícita que permite identificarmás fácilmente a los miembros del gru-

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po marginado como tales” y “lo decisivopara su relación es que están atados eluno al otro de un modo tal que se le asig-na a uno de ellos medios de poder mu-cho mayores y lo pone en condición deexcluir a los miembros del otro grupo”35.

Por lo que Elías explicaría el tratodiferencial al que son sometidos los in-migrantes latinos en los Estados Uni-dos, como la defensa del derecho a re-servar los recursos de poder para losque se consideran verdaderos estado-unidenses –quienes sí poseen los valo-res, el idioma, y la cultura de la identi-dad estadounidense–. Para Elías, es elpoder el que define y usa a la identidadpara preservarse por medio de ella. Larelación de ambas partes no es defini-da por las características distintivas, sinopor la figuración que otorga poder a unoy no al otro. Huntington y su libro ope-rarían entonces como elementos quepretenden conservar los valores cultu-rales propios de la estructura del poderen la sociedad estadounidense. Y conello, a quienes por medio de tales valo-res conservan esa misma estructura depoder que les beneficia.

El caso de la Florida, que ya men-cionamos someramente, es un buenejemplo de cómo un cambio en el ac-ceso, apropiación, detención y uso delos recursos de poder, significa un cam-bio en la identidad. Este caso será eltomado para concluir con la tesis de esteartículo en el siguiente acápite.

34 Ibíd, pp.89-90.35 Ibíd., p.105.

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4. Consideraciones finales res-pecto de la dinámica figura-cional

El objeto del artículo ha sido presen-tar un panorama de la relación presen-tada entre la sociedad estadounidensey la población inmigrante latina, la cualpresenta a través de todo el escenariode la sociedad estadounidense una se-rie de tensiones, conflictos y episodiosde trato diferencial. La discusión teóri-ca presentada en el espacio anteriormostró cómo se podían explicar talestensiones y conflictos. Por su parte, es-tas consideraciones terminarán el tra-bajo con el desarrollo de la idea, segúnla cual esta dinámica figuracional sepuede comprender desde el detenta-miento y uso del poder para afirmar unaidentidad y superioridad que, a su vez,preserve el mismo para el grupo domi-nante.

El caso de la Florida difiere en va-rios aspectos de lo que sucede en elsuroeste norteamericano, como lugar deconcentración geográfica de inmigran-tes latinos. No obstante, es en el carác-ter propio de los primeros inmigrantesllegados a cada región donde se puedeencontrar un valioso elemento conclu-sivo. Mientras en Miami los negocios yla política se hacen en español y ser la-tino no es una cualidad negativa, en elsuroeste americano ser latino implicaatenerse a los mismos niveles de tratodiferencial que en la gran mayoría de lasociedad estadounidense.

¿Por qué existe dicha variación enel trato recibido por la comunidad latinaen dos sitios de un mismo país? La ra-zón principal estriba en el carácter so-cial y económico de quienes se esta-blecieron en cada lugar. Los cubanosque huían del régimen de Castro seincorporaron como élite de una regiónque ayudaron a desarrollar económi-camente, mientras los latinos llegadosa Los Ángeles se ocuparon de lavarplatos o podar jardines, lo cual consti-tuye la labor usual de un inmigrante.La participación latinoamericana, cu-bana en principio, en la conformaciónde la estructura de poder propia de laFlorida, permitió que las característi-cas identitarias, que en otros lugarespudieron ser razón de trato diferencial,aquí se convirtieran en los elementosdecisivos a la hora de desempeñarsesocialmente en la Florida y en espe-cial en Miami.

En palabras de Huntington: “En elaño 2000, el español no sólo era el idio-ma hablado en la mayoría de hogares,sino que también era la lengua principaldel comercio, los negocios y la políti-ca”36. La incidencia de la población in-migrante latina en la estructura de po-der permitió conservar sus rasgos cul-turales sin temor a ser discriminados.Por el contrario, es el blanco nativoquien comienza a sentir, como ya vimos,que debe asimilar ciertos aspectos dela cultura del grupo dominante para po-der desarrollarse socialmente. En Mia-

36 Huntington. Op. cit., p.289.

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mi tienen más ingresos los bilingües quelos que sólo hablan inglés37.

Comprender entonces el porqué delas tensiones, conflictos y episodios detrato diferencial entre la sociedad esta-dounidense y la población inmigrantelatina es, a su vez, entender que la po-sesión de un grupo de una organizaciónsocial y política de peso le significa lacapacidad de afirmar su identidad degrupo frente al resto de la sociedad. Sihay trato diferencial hacia los latinos enla mayor parte de la sociedad estado-unidense, es porque se pretende afir-mar la cultura angloprotestante y su su-perioridad, como justificación de su po-sesión de los recursos de poder. Esto,en ausencia de una comunidad inmigran-te latina que pueda acceder y pesar enla estructura de poder. La asimilaciónes entonces el resultado del mayor pesoen la estructura de poder de la culturaangloprotestante estadounidense.

Tan decisivo es para una élite justi-ficar su superioridad y logros en lo con-cerniente a la distribución del poder, quese pueden leer textos sumamente re-accionarios a la inclusión en la distribu-ción del mismo de grupos distintos aldominante. Samuel Huntington, politó-logo de Harvard y miembro de la élitepolítica y académica estadounidense,dice del intento latino de alcanzar elsueño americano: “No existe tal sueñoamericano (American dream). Sólo hayun único sueño americano, creado por

una sociedad angloprotestante. Losmexicano-americanos compartirán esesueño y esa sociedad sólo si sueñan eninglés”38.

Lo que Huntington no considera ade-cuadamente es que los componentes dela identidad estadounidense que enun-ció como originales (raza, etnia, cultu-ra, ideología política) han venido trans-formándose junto con las reivindicacio-nes históricas y los cambios en la es-tructura de poder de su nación. Nadapuede decir que no nos encontramosfrente al comienzo de un proceso quesignifique un nuevo punto de inflexiónen la definición de ser estadounidense.Seguramente la cultura angloprotestan-te y el sector blanco nativo que repre-senta, disputará contra cualquier trans-formación, pero la historia es fruto deacciones intentadas que generan hechosno intencionados y superiores a las vo-luntades. Entramados en los cuales con-tinuamente se instituyen nuevas opcio-nes y alternativas históricas, que defi-nen y conforman grupos y sujetos indi-viduales. Esa es la definición que Cas-toriadis y Elías podrían hacer de histo-ria.

Norbert Elías, filósofo y sociólogo deorigen judío, exiliado de Alemania an-tes de comenzar la Segunda GuerraMundial, nos recuerda: “En consecuen-cia, el poder de estigmatizar a otros dis-minuye, o incluso cambia de dirección,cuando un grupo pierde la capacidad de

37 Ibíd, p.369, cuya fuente es el Washington Post del 6 de febrero de 1999.38 Ibíd, p.297.

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39 Elías. Op. cit. pp.90-91.

conservar su monopolio sobre los prin-cipales recursos de poder disponibles enuna sociedad, así como la de excluir aotros grupos interdependientes –losmarginados de antes– de la participa-ción de estos recursos. En la medidaen que disminuyen las disparidades depoder o, dicho en otras palabras, cuan-do el desnivel en la balanza de poder sereduce, los grupos anteriormente mar-ginados, por su parte, tienden a la reta-liación. El problema por explorar noconsistía en cuál de las partes tenía larazón y cuál estaba equivocada; el pro-blema era más bien qué característicasestructurales de la comunidad (…) ata-ban recíprocamente a los dos grupos deun modo tal que los miembros de unode ellos se sintieran impulsados y quetuviesen los suficientes recursos de po-der para tratar a los del otro colectiva-mente con mucho desprecio, es decir,como gente más burda y de menor va-lor humano, en comparación con ellosmismos”.39

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