“La concepción borgeana del símbolo”

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ALBA DE AMERICA Revista Literaria Dedicada a intensificar el estudio y la crítica de la literatura hispánica, dar a conocer los nuevos valores literarios'como así también los trabajos inéditos de los escritores ya reconocidos. Yol.2 INDICE Julio - Diciembre 1984 No.2y3 LA CONCEPCION BORGEANA DEL SIMBOLO* Por MARIA ROSA LOJO DE BEUTER _ Borges es escritor que abunda en reflexiones teóricas sobre la literatura y el arte en general, dispersas a través O, ,u,,nrujá, y aun de sus cuentos, y de las numeiosas entrevistas, reportajós y conferencias donde, con más o menos ironía, ha de¡aclo interésan- tes observaciones que permiten al lector formarse un panorama de sus puntos de vista sobre la labor literaria. Dichos puntos de vista no conforman, desde luego, un corpus sistemáticó; aquí tratarc- mos, no ya de sistemat2arlos, sino d-e mostrar las ideas iundamen_ tales que se han mantenido y enriquecido a través de la comple;a producción borgeana. Nos basaremós para ello, fundamentaheí- te,. en los etsayos que se recogen en sus Obras Completas.l Las opiniones teóricas vertidas en los cuentos, creeemos, no son siem- pre confiables, pues, como él mismo lo ha repetido muchas veces, Borges no utilizá sus ficciones p*. .rpon.i teorías en las que cree, sino que, por el contrario, emplea a su antojo las teorías según convenga para el mejor logro .riético. Como el título del presente trabajo lo indica, nos propone- mos deslindar el concepto de símbolo ioético en el pensamiento borgeano. Para lograrlo, nos será n...s.io situar la ¿áfinlción del símbolo en el marco de la poética general de Borges, confrontán- dolo luego con los elementos del lenguaje literariJ que, dentro de 1. Este t¡abajo ¡¿ sid6 ¡saliz¿do du¡a¡te la tenencia de una beca otorgada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas v fécnicas,'e¡- gentina. Utilizamos la edición de Emecé (Buenos Aires, 1974) de las Obras Completas. De ellas hemos emplead" f", ,ieuüt.í lií¡or, "uya ,igta -por la cual los citamos en e.l.gueryo ¿el tribajo_ cofácamos ¿ ta¿o, :l* j,*3l"si:, E! Akl!^!41¡ Qy,, njiliiL""i'iótt, Discusión (ut;; Et otro, et.mismo teOfM)ral oro de los tigres pTj: El inforie de.Brodie (IB). Fuen de las bb¡as ¿;;;;;í;il;os también: I;Íl-"": tll*..I1 I.'. Ie"".,9,_ ?,.n o, ei,"-,, r e t e ; i' I )o * p, o f, n a o (ñr) , Lmece Euenos Aires. 197 5 ; Siete nocl¡es, (SN), Fondo de óultu- ra Económica, Buenos Ai¡es, rrá0, norg"r, J.i.;#b";, E. Diátogos (DBS), Bs. A*, 1976. 109

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ALBA DE AMERICARevista Literaria

Dedicada a intensificar el estudio y la crítica de la literaturahispánica, dar a conocer los nuevos valores literarios'como asítambién los trabajos inéditos de los escritores ya reconocidos.

Yol.2

INDICE

Julio - Diciembre 1984 No.2y3

LA CONCEPCION BORGEANA DEL SIMBOLO*

Por MARIA ROSA LOJO DE BEUTER

_ Borges es escritor que abunda en reflexiones teóricas sobrela literatura y el arte en general, dispersas a través O, ,u,,nrujá,y aun de sus cuentos, y de las numeiosas entrevistas, reportajós yconferencias donde, con más o menos ironía, ha de¡aclo interésan-tes observaciones que permiten al lector formarse un panorama desus puntos de vista sobre la labor literaria. Dichos puntos de vistano conforman, desde luego, un corpus sistemáticó; aquí tratarc-mos, no ya de sistemat2arlos, sino d-e mostrar las ideas iundamen_tales que se han mantenido y enriquecido a través de la comple;aproducción borgeana. Nos basaremós para ello, fundamentaheí-te,. en los etsayos que se recogen en sus Obras Completas.l Lasopiniones teóricas vertidas en los cuentos, creeemos, no son siem-pre confiables, pues, como él mismo lo ha repetido muchas veces,Borges no utilizá sus ficciones p*. .rpon.i teorías en las quecree, sino que, por el contrario, emplea a su antojo las teoríassegún convenga para el mejor logro .riético.

Como el título del presente trabajo lo indica, nos propone-mos deslindar el concepto de símbolo ioético en el pensamientoborgeano. Para lograrlo, nos será n...s.io situar la ¿áfinlción delsímbolo en el marco de la poética general de Borges, confrontán-dolo luego con los elementos del lenguaje literariJ que, dentro de

1.

Este t¡abajo ¡¿ sid6 ¡saliz¿do du¡a¡te la tenencia de una beca otorgadapor el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas v fécnicas,'e¡-gentina.

Utilizamos la edición de Emecé (Buenos Aires, 1974) de las ObrasCompletas. De ellas hemos emplead" f", ,ieuüt.í lií¡or, "uya

,igta-por la cual los citamos en e.l.gueryo ¿el tribajo_ cofácamos ¿ ta¿o,:l* j,*3l"si:, E! Akl!^!41¡ Qy,, njiliiL""i'iótt, Discusión(ut;; Et otro, et.mismo teOfM)ral oro de los tigres pTj: El inforiede.Brodie (IB). Fuen de las bb¡as ¿;;;;;í;il;os también:

I;Íl-"": tll*..I1 I.'. Ie"".,9,_ ?,.n o, ei,"-,, r e t e ; i' I )o * p, o f, n a o(ñr) , Lmece Euenos Aires. 197 5 ; Siete nocl¡es, (SN), Fondo de óultu-ra Económica, Buenos Ai¡es, rrá0, norg"r, J.i.;#b";, E. Diátogos(DBS), Bs. A*, 1976.

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ella, le son afines. Nos detendremos asimismo brevemente en losconceptos del mundo como.libro_ simbólico, áef personaj;:rñ;;-Io y de la obra como símbolo áu *.rrtJi; fJirrpro, que consti-tuyen además, puede decirse, claues pariicur.i., a, la ficción bor-geana.

1. LA DEFINICION BORGEANA DEL SMBOLO:

La noción de ..símbolo,, se mezcla, en Borges, con las demetáfora,

{"c9rfa, arquetipo. I"rr¡i¿r, ., ".iá¿, utiliza la pala-bra para referirse meramente aI lenguajá "rrUui

u nuestros ..alfa-betos de símbolos,, (cfr. A,, páe. eíq:",ifoáJingu.¡, es un alfa_beto de símbolos cuuo eiercióio pr.ruponJ u-n puruOo que losinterlocutores.o*p.rt., .-. .',¡, p.io-io qr;;; interesa es otraconcepción del símbolo que to sitúu .n ju-rr*.iu

misma de lopoético y que Borges desairolla ."" .lrii" ¿.i¿ir.n varias opor-tunidades. Dicha conceoción destaca .i;;;il;;"lisémico y am_bigrro del símbolo, qr. no se subordina ^ ii'ruón lógica; suíndole imaginativa e

-irtritiru, ,r, p..*trr*'Jon to, sueños, sucarácter secreto, misterioso; ,u pturti.i-áJ, ,ir rü"rfuriOn con lasexperiencias fundamentales, laj más profuráur-y básicas, de lavida humana, su inagotabiliáad en #;;;;;;,usceptible de serreducido a conceptos puros, su esencialidad y su carácter signifi_cativamente reiterativo. Veamos las citas.

-- J --Dice Borges hablando d-e la grieta del foro romano queaparece en el Marble Faun, de Hawfllorne:

"La grieta que se abrió en la mitad del foro es demasiadascosas. En el carso de un

-solo párrafo ,i io sÍ¡rto de quehabtan tos historiadores tattnoi y il*lí¿i es ta boca delinfterno 'con »agos mo.n!

_uos y con caras atroces, y tom-b!én es el horror esencial ae to í¡¿a nuiilo'y también es elTiempo, que devora esta_tuas I ijairr;;;,"; tumbién es taE 1 ernidad, qu e enc ierra_ t os tiámiir.- ii

-i¡í símbolo múIti.

flf: T.::Tl:lrcapaz de mu"r'oi ;á;;ücaso incompati_ures. rara E ruzón, para el entendimiento lógico, esta canti-dad de valores oude constiruir;;;;;,;"

"iliiillos sueños, que rienen * álj;b,u-ilñ;] secreta, y encuyo ambftuo territorio una.cosa puú" .", .o"t "r;;.iOi,683 - el subrayado es nuestro).

Cuando se refiere a las obras fantásticas de Wells, declara la

110 111

incesante ambigüedad simbólica de la obra verdaderamente perdu'

rable, su nexo con las más profundas experiencias humanas y su

naturalidad:

"No sólo es ingenioso lo que refiere¡2,'es también simbólicode procesos que de algún modo son inherentes a todos los

destinos humanos. El acosado hombre invisible que tieneque dormir con los oios abiertos porque sus párpados no

éxctuyen la htz es nuestra soledad y nuestro terror; el con'

ventículo de monstruos sentados que gangosean en su no'che un credo servil es el Vaticáno y es Lhasa La obra que

perdura es siempre capaz de una infinita y plástica ambigüe

dad; es todo para todos, como el Apóstol; es un espejo que

declara los rasgos del lector y es también un maPa del mun-

do. Ello debe ocurrir, además, de un modo evanescente ymodesto, casi a despecho del autor; éste debe aparecer igno-rante de todo simbolismo"' (OI, pág. 698 - el subrayado es

nuestro).

En realidad, confuma Borges, toda literatura (toda auténtica literatura)

". . . es simbólica; hay una pocas experiencia fundamenta'les y es indiferente clte un escritor, para transmitirlas, recu'rra a to 'fanttistico' o a lo 'real' . . ." (?r.,pág.27).

Característica de los símbolos es la imposibilidad de agotar-los en una interpretación de tipo conceptual:

"Todos propendemos a creer que la interpretación agota los

símbolos. Nada más falso. Busco un eiemplo elemental: el

de una adivinanza" Nadie ignora que Edipo le interragó laEsfinge tebana: '¿Cuál es el animal que tiene cuatro pies en

el alba, dos al mediodía y tre§ en la tarde? '. Nadie tampocoignora que Edipo le respondíó que era el hombre. ¿Quiénde nósotros no percibe inmediatamente que el desnudo con'cepto de hombre es inferior al mágico animal que deia en'trever la pregunta y a la asimilación del hombre común a

ese monstruo variable y de setenta años a un día y delbastón de los ancianos a un tercer pie? Esanaturaleza plu-ral es propia de todos los símbolos (...) me atrevo a inferirque es absurdo reducir una historia a su moraleja, una paú-bola a su mera intención, rma 'forma' a su 'fondo'." (D,pág.275 OC; el subrayado es nuestro).

r:,..üifÉ:Íi"l:.r",1*.:,r':.,,T1yJ1";,fi ,rT,,ili:ff :r:;perpetra cuando se

inai iti",, ñ i,i-;,i:,fiil'Í,:},i,,L il[:';,' * th "á, or i,,",,

a justificacion* .;;;;;,,;"r;""liP^','1111i: v con su brillo propio,eránrasp,;r;;il;'i'iiii,ii;f Sili[,ij?;r*¿.tipoiáíi,ü;;

,,Hawthorne era un hombre de continuc!9n; pero nrr*iiii,," liZilí:"::f",v cuiosa imagina-

fr;ii;i;'",ix,*;,{i;í;:i:x*i;-'prl;l:í;fff iy::lt',u,'vii;'í'e'#,'i?íff ;l!15iáí#r:;

ri;rfrwY;r'#'tr'f :::x:í:,i*!:,J;;i[{:x;

,*r, .'frlf.,'r'rltff |;"^li*ió:. de lo simbólico no sóro puede pres-

ffi r*1,#"d,Ti{i1'Ji}i*if Brlfiilff.t.x*ii*tu.r¿ni ¿¡..}ii;r:i: fl;il::

su erecto e§tético, A. ,;;;;,ñ;;:"En Alemania , *^r: !, Alemania se han esbozado inter-pretaciones tuológicas ¿e su otra.-ñi-soi arO¡tra¡as _sabe-

;:; ?:;f#i,!!o d*ere ¿ip"íá"í de K.ierkegaard-

*;::#:':{#l^#,:;,}$::.,&:i}t"jfltril;fi,,;;;;J",il?il"o'o'e de enas"' tp'.' p¿e.-, d;;

,.,,"",oJlr,lt;ri.::,Trr* .parece ser también su carácter reire.

ilxg*'lr";:",n.+;*,:,+**lJ{{;{J: j?,.,.,s#;i:, "

símbolo o espejo de chesteitoi; ;#; a continuación

';'i:':'r::;';::':: !!-Í:3"*' o *avés de tos años v de tos

"il, nl í"'ü"fifr,nlrmar que se fiata de v2a.t t,í" "*í-y.ao ru.rirl'¡.

qru¡clo retórico"' (OI, pág. og+, ó11; *ü",ui

A esos esquemas que se repiten de manera tan insistente

112tt3

*r3.f'.ffi|

que da pie para suponer su importancia significativa, su esenciali'

dad, loíconsldera óomo símbolos, reflejos o espejos (palabras que

usa con frecuencia notoria como sinónimo de "símbolo") del

alma de Chesterton. Y hablando de los poemas de Roberto Godel,

señala la poderosa antigüedad de sus símbolos:

"Leones, estrellas, sangre daramado" metales -todo lo arnrti-

guo, lo concreto y lo espléndido- forman el natural voc*tulor¡o de esta poesía; qte se sabe tan rara y tanverdadera

como los símbolos poderosos que invoca". (h, pá'g' 76;

subrayado nuestro).

Y con el tema de la antigüedad o reiteración histórica de los

símbolos entremos en otra cuestión estrechamente relacionada

con 1o simbólico, de la que Borges se ha ocupado muy a menudo:

la de la metáfora. Es sabido que el Borges ultraísta creía, o quería

creer, en la posibilidad de inventar metáforas totalmente oueva§,

audaóes, y de deslumbrar poéticamente con ellas,2 pero pasan los

años, y Borges, el poeta ya maduro, que ha cometido no todos los

errorri, pero sí los más graves, según él mismo admitió en alguna

oportunidad; el escritor que piensa que' parl estar libre de un

,rror, a, necesario haberlo padecido y cometido,3 se vuelve sobre

sus pasos y declara, una y otra vez, Ia eternidad esencial de las

verdáderas'metáforas. Así es cómo confiesa la inutilidad de las

" kenningar", rebuscadas metáforas escandinavas:

", . , en tas perífrais recogidas por Snorri veo algo aí como

la reductio ad abiurdum de cualquier propósito de elaborar

rne táforas nttevas". S[, vae. 382, OC).

"El primer ntonumento de las literaturas occidmtales, LoItíada, fue compuesto hará tres mil años; es verosímil can'

¡eturar que en ese enorrne plazo todas las afinidades ínti-mas, necesarias (ensueñovida, suefiomuerte, rios y vidaque tianscunen, etcétera) fueron advertidas y escritas algu-

navez". (ff¡rfu.384, OC)

Cfr. Guíllermo Suue, Borges el poeta, Monte Avila, Ca¡acas, 1967,

Cap. II.

Cfr. "La busca de Averroes" en El Aleph, pág' 586, OC" "para estar

libre de un error, conviene haberlo profesado". (Borges ha repetidoeste pehsamiento fuera de su ficción).

:*::']iffi ::i: H'",ff T ff :ll1"p|!1 !, 11 invals¡sn ¿seternas: ¡s ¡¡¡iurera ce declarar lu, urttu"rl

;t:;:;u,r;ry#,#iffitr!íw#:iir,,í;secretas simpatmitadot Su vitpág 384, OC)

-" " ¡tu<¡ucZa estu en las palabras . . .;'ffL

rr^_ Borge-s no establece una distinción ev.

li#.fl JS",? il ?o:r n,',.,?,,iiil:' fffl,Í;i: :1.; J,X,::;

pt;{xHfi{trmffi'mffi#ilí3F.;,"ItF¿X***nlr-Ékr='rl*l;

¡gju;¡ffiü11ii,xtrfi ,{*l,i#ir$ffiJl

|¡{:;;:iií;f,{rÍ:#,?.:;;:i.r;t;:;:,:;:;;;#;:iiY comentando la naturaleza plural de todos los símbolos:

;H*ff :',4r,'i",liifl ,*.r:r_*enarrectorunadobreo

191bres il-rútu;r:f::Yl1'.que se pueden .*¡"* poia^dvierre

. rr;;;;;:u§tracto§''Los caracterer ¿rdáii.5j,

ji#!,r,1'T;-1ri;*rrffi Jl.,1l,,li,rf #ff iíl.,T:.ff

,Ht";"fitftT"*r:nf*:r:dj#Hht",#

114115

m¡ o letra de la avaricia: e§ un¿ loba y es también la avari'

cia, como en los sueños. No desconfiemos demaiado de esa

duplicidad; para los místicos el mundo concreto no es más

qol o, sistéma de símbolos..." (D, pág' 275, OC) (El

subrayado es nuestro).

Puesto a elegir entre Croce, enemigo terraz del género alegó'

rico, y Chesterton, apasionado vindicador de é1, Borges parece

preferir la postura de Chesterton. Como paliativo para la tremen'

ia insuficiencia del lenguaje verbal le queda al poeta, señala el

avlor de La Saga del Padre Brown, el recurso de ese otro lenguaje,

más efectivo que el verbal:

"En otras palabras, Beatriz no es un emblemn de la fe, un

trabaioso y arbitrario sinónimo de la palabra fe;la verdad es

que en el'rrun¿o hay una cosa -un sentimiento peculiar, un

)rorrto íntimo, una serie de estados análogos- que,cab-e

indicar por dos símbolos: uno, asaz pobre, el sonido fe;ofio, Báatriz, la glorbsa Beatriz, que baió del cielo y deió

sus'huellas en el inJierno, pora salvar a Dante"' (filOae'672, N;cfr. también, OÍ, 7 44'7 46, OC).

La d,egoría, pues, cuando es simbólica, es plural, es irreduc-

tible a un cóncepto o conjunto de conceptos puros; tiene, en fin'una irradiación, una fuer2a estética propia que no es la de las

meias palabras conceptualmente utilizadas y config-ura otro len'

gua¡e plástico y ambiguo; y cuanto más ambiguo, diríamos, más

simbóIico.Otra noción que aparece con cierta frecuencia en las refle'

xiones de Borges, .i ta de arquetipo. Arquetipo como forma esté-

tica que ," *"It"*, con simiiares características, a la manera de

unu fbr.nu platónica, a través de los tiempos y las culturas; uno de

estos arquetiPos es el ruiseñor:

"Kiats, en el iardín xtburbano, oyó el eterno ruiseñor de

Ovidb y de Shakespeare y sintió su propiq mortalidad y lacontrasió con la tenue voz imperecedera del invisible páia'

ro", (Ol,Pág,717,OC).

En un singular ensayo: "El §ueño de Coleridge", Borges

lleva 1o arquetípico a dimensiones conjeturales-fantásticas' Así, el

pou*u tobn. ei palacio de Kubla Khan, que.le fuera revelado a'Coleridge

en un sueño, sería la manifestación de un arquetipo que

*ffi7: -:-:-r---4ffi8:, '..--ii:,ry-"-- --t--rr - - r-":TT!?.]w

se presentó por vez D .

:Tr.,,J;1#;.;;,tffi ll,:i:,:ilfl r:",".J,xTf,:3üT:#luomo explicación de esta peregiiira;;;íi;;ir", sugiere Borges:

"Acaso un arouetipo no .revelado aún a los hombres, un"#í:;,Í:f ;:rt;l:"'té.k;';;;;;-p*tqunamenrc'iiá

el poema " ior, #r.Wfuión fuá et Pator,*^l;;r;;;;

2, EL SIMBOLO YLA ESENCIA DE LO POETICO:

ft;;"g#f iij,jíi;t'-,*:Hi.rü,F::,::;,H'ilTar*ilif ffiir l,,,,l,l1d.iü!i,: iflH,ff

" tt""J:í'rii;tr1*t'#i*J'"'J;ili:i::','**;]::Í'*q.#,ril;receptor: rones emocionales, y uun ifri.rr,'.I'Jl

"La palabra habría sido en el principio un síY,',Ji,:ff#('^;::::*'*;;;;;ifu|,''i"ilh1il':#Hi#fl,:,;f :l';::tx"htt*lrij"ff Ita cercant oJ ffi{ (i§:il-1,3:iff;,rísicamenre, como

"Pater escribió ,u, ,o,!:.,y artes propenden a la condición

A:,##::xt;;#,:;i::;*it:ixf ítrt;^

,'í#Hi:iH#fl:,fl?il}l-H

r: i* # ;;r:i ¡,'t ¡¡r iiryli':il:,r;,:r li;',,,x*li:;*W,#iru#íf :;;:!:{Í*:ji

116 tt7

(Para la primitiva magia de la palabra, cfr. también: DBS,príg. 8d; nmp, pág. 45;OT, pág. l08l, OC;PR, páe.12).

El símbolo, tal como el mismo Borges ha dejado entrever,

también funde en una unidad inseparable todo significado y refe'rente en su imagen que mantiene siempre un misterio residual yuna emoción irreductible. Como hemos visto en los textos arriba

citados, no es posible escindir, por un lado la noción "fe", y por

otro, la imagen de Beatriz, en la simbólica alegoría dantesca, nitampoco lo es separar la loba de la avaricia, o el monstruoso

anirnal invocado por la esfinge tebana de la noción "hombre"; ytambién es cierto que estos significados implícitos en la imagen

no la agotan, ni pueden explicar su poderoso efecto estético,

efecto comparable al primitivo impacto mágico e irracional del

lenguaje, y que es tanto mayor, sin duda, cuanto más ambiguo yabarcador es el símbolo.

En segundo término, cabe destacar que Borges adjudica alaoomposición setética lograda una fuerte impronta irracional -pr'ovonionte, segrin suele decir, del Espfritu, de la Musa, o como la

"trl¡tc mltológfa" de nuestro tiempo se empeña en afirmar, del

Subconsclonto-; lmpronta que trasciende la metódica labor racio'

nal dol oscritor -quo Borges, por supuesto, no niega, y de la cual

él mt¡mo os un egregio ejemplo-, y que hace un poco inútiles

todas las intenciones, propósitos y teorías estéticas previas. (cfr'

OI, pág. 681, OC; BMD, pág. 46;s, PR, págsr 93, 94,95,98,137,13.a, fis; DBS, pág.27;lB,pág.1021, oc). La obra realmente

simbólica es la que cQn más justicia puede invocar e§e oscuro

privilegio de la irracionalidad o transrracionalidad, de la inspir¿'

óión, ¿1 los insospechados alcances que §uperan la primitiva visión

del autor -instrumento o amanuen§e de la Musa, como Borges,

no sin su ironía, se complace en decir-. Borges ha insistido (cfr'supra), en la inocencia real o aparente qu9 qqe poseer esa obra

i¿i¿'¿e "infinita y plástica ambigüedad". Tal requisito difícil'mente pod¡ía lograrse si la obra no tuviera en potencia nrás com'

plejos significados que los que la limitada y- única conciencia del

ir.iito, i. propuso quaá deiu. Así escribe, hablando de Rudyard

liipting, "ómptendió ¿ fiá de su carrera que a r¡n autor puede

esiadJpermitiia la invención de una fábula, pero no la íntimacomprensión de su momleja". (Pr' pág. 137; el subrayado es nues'

tro).

Otra característica del texto poético es su insaciable apertu-

ra a la interpretación. No hay texto definitivo, cerrado:

:;,#;f ;";;i ji;*,{:y,;íí,r,::tr:,;íx,";T;frIruede aseverarse de un @t;,-.;;;;,,culabtes de to verbat,,. (D, pág. ,r;, $7q"r*siones

incat-

,,El.c.oncepto de texto definitivo no r

'í:r::Li^fl:ií*';¡;;l;;:;;'";";:r;;:w:,;'#r:^f",,. .. un librcseie de

"r;^': .y^ que-una estructuro verbar o que una

trüIf #ilffi 'ffi Éí+5:xfr:"t'tri,*Jffidi¿íIogo es infi

suficiente y sittbro no e§ unr;í,;;;,#;f;,i,,,w::"iir,í;,irrero.cisi,;;;;;;

)e:^teíd!"r",,::;!;i'ifi;{i'""jíi'#7rl|{i;';if ,,íií;1urr. además, BMID, pp. nliC v I35; SN, Una y Seis).y justamente.

siva de las generaciorll "!* más abierta a la interpretación suce-nable, p-ai-a "rirrrij"i"t, a una interpretación ¿l"l,r*l'i"i."ru-

ru:,i:#,:#,,É¿:r:;i':?i'o:[i.T:,ff]i";',.**T':l!^*..es aquel.libro que una nación o tne¡ )t et rorgo tu*iil,i';":i;:.y: l un sruoo de nacioyárinas-*"*:',fffr É:;!:,W::il,lnii,i:y;ütt

, *u* de interpretacaai,ri-rir.,ríríino,,. (or,pás. t73

E*1ffir,#,#+[*,*f*fi*g*N--.-.---4

*¡isqffHtrip$i:Hp,1;?j:,üií,l:x

r18il9

-ffi-":;--j-i:i:nqET ¡

tltuye, para Borges, el hecho estético. A nuestro juicio, en ese

entrevisio misterio radica uno de los efectos -si no el efecto más

notable- de lo simbólico:

". . . podríamos inferir que todaslas formas tienen su virtuden si mismas y no en un 'contenido' conietural' Esto con-

cordmt'a con ia tesis de Benedetto Croce; ya Pater, en 1877,

aftrmó que todas las attes aspiran a la condición de la músi'

ia, que no es otra cosa que forma La música, los estados de

fel¡áidad, la mitologta, las caras trabaiadas pr el tiempo,"ciertos

drep-usculoi y ciertos htgares, quieren decirnos algo,

o algo dijóron que no hubiéramos debido pe¡der, o están

por áeciralgo; esta inminencia de una revelación, que no ryproducr, es, quizá, el hecho estético". (OI, págs' 635'636;

ál subrayado e§ nuestro, salvo todas).

Y aun como otro nexo profundo entre la esencia de lo

poético y el hecho simbólico habría que mencionar que' como se

ira dicho ya (cfr. supra, def. de símbolo), los símbolos obedecen

para Borges,'a las Gyes del sueño, "en cuyo ambiguo territorio

,nu ,ot.-putde ser muchas mientras que considera a la creación

cstética cómo "un sueño voluntario" (D., pág. 274 OC) y a la

lltoratura (en una hipótesis asertiva)'1rn sueño, u¡ sueño dirigido

y dollborado, pero fundamentalmente un sueño" (OI, pág' 670,

oc),Br quo el arte, en fin -dice Borges- "opera necesariamente

con ¡lmboloc".(D, Pá& 261oÉ')

3. EL CARACTER SIMBOLICO DEL MLINDO (EL MIINDO

coMo LIBRO):

L¡ idoa dol Cosmos y de la historia como un infinito libro

rrgrrdo c4,ol quo Algplon o Algo inescrutable nos escribe, y que

trít¡mo¡ ¡h mucho fruto de entender, §e lePite con frecuencia en

lor onrayor do Borgoe, y puede consideíarsela hasta cierto punto

como ui "modolo-egtético" utilizado en §u producción estricta'

monto flctiva,Ecta teorfa de origen cabalístico se desarrolla en

Swedonborg, en Carlyle, en León Bloy, sobre todo. Postula al

mundo como un slmbolo especular y o§curo' e indescifrable para

el hombre, que no conoce su nombre verdadero, ni es capaz, de

advertir la importancia relativa de los signos escritos en ese libro

cósmico. Esa con«ras misteriosar, .;3:':i 9:l mundo v del hombre como escritu.d. ;;r-n"j;i;:T^"- espejos nubtados de un rnundo superior vi¿.u, .n'nn]"#'f"ol que se ocultan a la intelüiá, á,í..üdtiene enorme -r,li-9:sh"-

secreto que fmos ver a

^nauul,li" ', m 1".á,HJ#'#ü'*:'JlTrJ:::j:

;:ll*i',1¿,',1;';;;;;:;'T;[]:á;.¿§i:'#S:itiff nA¡otamos esr

?^"r:1;;lü:;il{lji_.,**ü15¿rT[:f :ü::'JJ,H;

,,",g*'i*;}fi*'*1'x,l#,H;,[=supremo ,cuto, o.ul;llrreal)'

al asimilar Io real a l. "ú*'i.lri

4. ELESCRITON.oó si*nlrói3oJ[? i:ti?il#:.srMBolo ; LA oBRA

**fftr*$,-ffi#ffffi;3;:";;;.,+;l;:'#Tl'ff :T,,i;J,trJ:.;J.,1iffi :T,triHtrpg{l*1,*+11:*N¡l-!.1,.,**ti.fi**ird.,áñ".,#i;ü;i,üitdj?1;.:riih[íffi

##;f#T#x:;'il jii,jpürlffffi }.*##*;'t rt * ffi ;T"fi".'rii1l.'i##i:,,tlH:*l a*:l:5. Cf¡. Ana María Ba¡ren,aehrgeht-Éo"r;;;"^ffiii:#:f

i1!,l"nll,Kyrentaobra

687, OC). Borges mismo, quizás, ha renovado el tipo del poeta

quo-prgícon lá cegu.ra y la solitaria vejez el precio quele impo-

¡ion [oidtoees por la elaboración de una obra preciosa'

En ooguñdo lugar, está la obra como símbolo del escritor'

L¡ ¡olodad*de Aliciá, por ejemplo, refleja la soledad de Lewis

Ccnoll, oco profesor de-maternáticas, "que no se atrevió nunca al

imár"'(PR,'pág. 109); Bouvud y Pécuchet son el símbolo de la

lnmonsa pitite¡iOaa de Flaubert ante el universo, y de su no

mcnos inireriso desprecio por los vanidosos intentos humanos de

abucarlo (cfr. D. pág' 259 y ss.); las ficciones de Chesterton son

lo¡ "¡fmbolos y espeJos" de un hombre que yivió en la o'precaria

¡utoción de uná ,oiunt.d demoníaca" (OI, pág' 695, OC)' Quizá

¡clfa fructtfero -piensa el lector de estas reflexiones- ensayar la

cxploración del simbolismo personal en las ficciones d9 Borges

ml¡mo.6

5, CONCLU§TONE§:

tntontrrcmo¡ aquf un brove diagama definidor de los cua-

tro slJmsntol dcl lcnluaJo poético que han merecido la atención

dc Eorgcu

METAFORA SIMBOLO ALEGORIA .ARQUETIPO

Relrcl6n ont¡o Relación entre Rslación ent¡e Forma estética

dor-áolrq dos una imagen (el una i.magen que se repite a

ñd;ñ;: ñ tl*toío tt (usualmente través de los

imhoirc¡, plástico) y un una, personifi- tiempos v las

iii áottva¿a y ispectro de sig' cación) y uno lite¡aturas'

urló¡lc¿ nificaciones di' o mas concep'

versas. " tos'

El,l suoño = Es unarelación Cuando la ale-

riucrtc, motivada pero go.rra :s,v:,9mano necesarir a Io slmbouco,

mente analógi' la imagen no es

ca- Puede ser, reducüble alosI Por ejemPlo, c-onceptos a

áe cont¡adic- ella vinculados;

ción. no es su simPle

No se dice que Fusión tle la sustituto plásti'

h ay a fusión imagen Y las co'

lnoscindible. significacionesBo¡ges habla vilculadas en Ambigüedad y

6, Cfr., no obstante, las prudentes observaciones de Borges acerca de la

conexión ente literatura y vida en: Jean de Mille¡et, Entrevistds con

Jorge Luis Borges, Monte Avila, Caracas, l97l,pp. t2'13,

120121

SIMBOL! A\LEGORIAmisterio fosi- una un-idad;i;.- ' inescindible'Intuición múl- Identidaürlrf.. *-¿" Ej. grieta del

linda con el Foro Romario

.?*U"1". : Eternida("Éi.'[.rui, : Infierno, Ho-

É; ;;t; = ¡161 ¡t6 l¿ vida,

irri"i".-- TiemPo' Ambigüeda4 Misteriq Inagotabili-dad'

ARQUETIPOMETAFORA

de la simPatíaque las generaciones de loshombres descu-bren siemPreentre dos con-ceptos o dos

realidades. HaY

una concienciadel sentido fi'gurado

V in cu I acióncon exPeden-cias Profundasy básicas de lavida humma.

Idem,

Como observaciones finales qui§iéramo§ apuntar dos cosas;

primero, que Borges no con§idera a la metáfora como elemento

esencial de la Poesía:

"No sé pot qué se rne había oannido ("') que la metáfora es

e:l ebmZnto' esencial de la poesía ( " ' ) Como elemento esen'

iA á, U poesía es algo Ete se da perdidamente y en litera-

fiiras cultas' Ciett"m"iie, f" poesía no empieza con la metá'

fora y hasta so§pech; qo" "ntt gente primitiva no §e ve la

dii;¿"d" entre el sentido recto y el sentido figurado. fo-

escribí alguna vez que cuando si pensaba Oue Tholerl 3li¡os del i*rno, la idea es ya bastánte complícada.Posible-

mente Thor era e§truend; y divinidad' y no distinguieran

biem urw cosr. de la otra- Iiwgno que la gente primitiva es.

como los niños y posiblemeite no diferencia bien entre el

*á, i trr¡silií';(sluD; el subrayado es nuestro)'

En segundo lugar, nótese, en, cambio' que todas las notas

adiudicadas al símbolo, Ai.ctu á indirectamenie' definen también

;ilr;t"ñ; ...r.i.'¿. 1o poético: carácte¡ irracional v mágico'

'lnugotu¡ñi¿"¿, misterio, sometimiento a la ley de los sueños "en-arv"o

Átiguo territoriouna cosa puede §et muchas"'

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