Introducción al sionismo

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1 ÍNDICE 1. Introducción. 2. El camino hacia la emancipación: la Haskala. 3. La emancipación. 3.1 Cambios en las sociedades gentil y judía. 3.2 La integración. 3.3 La reacción racista. 4.El sionismo clásico. 4.1 Los precursores del sionismo. 4.1.1 Los rabinos Alkalai y Kalisher. 4.1.2 Moses Mendelssohn. 4.1.3 Moses Hess. 4.1.4 El renancimiento de una lengua: Eliezar Ben Yehuda. 4.2 El movimiento Jivat Tzion. 4.1.1 Pertz Smolenskin. 4.2.2 Leib Liliemblum. 4.2.3 Leon Pinsker. 5. Corrientes del sionismo clásico. 5.1Sionismo espiritual. 5.2 Sionismo político: Theodor Herzl. 5.2.1 El pensamiento de Herzl. 5.2.2 La oposición a Herzl. 5.3 El sionismo religioso. 5.4 El sionismo socialista. 5.4.1 Aaron David Gordon. 5.4.2 David Ben Gurion. 5.4.3 Nahum Goldmann. 5.5 Sionismo revisionista. 6.El sionismo después del Estado de Israel. 7. Sionismo y Post-sionismo. 7.1 Post-sionismo. 7.2 La reacción al post-sionismo. 7.3 La renovación del pensamiento sionista. 8.Conclusión.

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ÍNDICE

1. Introducción. 2. El camino hacia la emancipación: la Haskala. 3. La emancipación. 3.1 Cambios en las sociedades gentil y judía. 3.2 La integración. 3.3 La reacción racista. 4.El sionismo clásico. 4.1 Los precursores del sionismo. 4.1.1 Los rabinos Alkalai y Kalisher. 4.1.2 Moses Mendelssohn. 4.1.3 Moses Hess. 4.1.4 El renancimiento de una lengua: Eliezar Ben Yehuda. 4.2 El movimiento Jivat Tzion. 4.1.1 Pertz Smolenskin. 4.2.2 Leib Liliemblum. 4.2.3 Leon Pinsker. 5. Corrientes del sionismo clásico. 5.1Sionismo espiritual. 5.2 Sionismo político: Theodor Herzl. 5.2.1 El pensamiento de Herzl. 5.2.2 La oposición a Herzl. 5.3 El sionismo religioso. 5.4 El sionismo socialista. 5.4.1 Aaron David Gordon. 5.4.2 David Ben Gurion. 5.4.3 Nahum Goldmann. 5.5 Sionismo revisionista. 6.El sionismo después del Estado de Israel. 7. Sionismo y Post-sionismo. 7.1 Post-sionismo. 7.2 La reacción al post-sionismo. 7.3 La renovación del pensamiento sionista. 8.Conclusión.

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1.INTRODUCCIÓN. El sionismo es una ideología muy controvertida que a pocos deja indiferente pero ¿realmente conocemos lo que significa el sionismo? El sionismo es un movimiento de liberación nacional, con una peculiaridad, surgió en un pueblo que no tenía una patria, una tierra propia ya que la suya la habían perdido hacía mucho tiempo. Los judíos vivían entre otras naciones sufriendo la discriminación, el desprecio y el rechazo por su condición de judíos, porque se negaban a abandonar su religión y cultura para adoptar la de otros. Pero incluso cuando lo hicieron, fueron rechazados por las sociedades que les reprochaban su terquedad, se asimilaran o no a la sociedad gentil, los judíos fueron rechazados. La solución a su problema vino de mano de la misma sociedad que les rechazaba, el nacionalismo no surgió en el pueblo hebreo, apareció entre la sociedad europea que, por las circunstancias históricas, desarrolló el concepto de nacionalismo y lo llevó a cabo con éxito en muchos lugares. Fue ese éxito el que incitó a los judíos a crear su propio movimiento nacional y a reclamar su derecho a recuperar y mantener su cultura y su identidad nacional. Bien es cierto que dentro del sionismo hay facciones extremistas que son violentos y niegan sus derechos a otro pueblo que también reclama su derecho a la auto-determinación, al pueblo palestino, pero no por ello debemos de creer que todos los sionistas, que todos los judíos o que todos los israelíes piensan así, de la misma forma que no todos los palestinos son terroristas. Existe un sionismo moderado que está dispuesto a llegar a acuerdos al igual que existen palestinos dispuestos a lo mismo. El sionismo no es una forma de racismo, algunos sionistas son racistas y crean corrientes racistas del sionismo pero eso no quiere decir que el sionismo en si lo sea. En las siguientes páginas veremos cómo el sionismo ha evolucionado desde ser el sueño de un puñado de judíos a la realidad de millones. Veremos cómo aparecieron las diferentes corrientes del movimiento y cómo se ha ido adaptando al paso del tiempo. El sionismo no es perfecto, tiene muchos fallos, ha cometido gran cantidad de errores, pero solucionarlos, enfrentarse al futuro es el desafío de mañana. 2. EL CAMINO HACIA LA EMANCIPACIÓN: LA HASKALA La Haskala, 1está dentro del movimiento de la Ilustración europea a la cual se asemeja en que ensalza al individuo y quiere liberarlo de los moldes religiosos y sociales. Los judíos entraron tarde y lentamente en la Ilustración debido a que el ghetto promovía el conservadurismo religioso y la autoridad tradicional, aunque esto no eliminaba por completo la capacidad de raciocinio, ya que ésta estaba también presente en el estudio de la halaja2. Aún así las ideas de la Ilustración tardaron en ser difundidas entre los hebreos ya que dudaban a oponerse a las autoridades rabínicas por el temor a ser rechazados por la comunidad3. Para la sociedad cristiana, la Ilustración planteaba el papel que Dios debía de tener en una sociedad secular mientras que para la sociedad judía, la cuestión era el papel que la sociedad secular debía de tener en una cultura totalmente religiosa y tradicional. Es por esto por lo que la Haskala estuvo más próxima a la Ilustración alemana que a la francesa ya que la primera se centró en el examen y la modificación de la actitud del individuo frente a Dios, mientras que la segunda tendía a rechazarlo. 1La Ilustración judía. 2Estudio de la Ley. 3Un buen ejemplo es el caso de B. Spinoza que fue expulsado de la comunidad judía por sus ideas filosóficas.

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La Haskala significó una total revolución para la sociedad hebrea, poco a poco comenzó a aumentar el número de personas que, no sólo estaban saliendo del ghetto para integrarse en la sociedad gentil sino que además comenzaban a cuestionar la autoridad tradicional y las normas de vida hebrea. Los maskilim4, criticaban la sociedad judía a la vez que intentaban realizar reformas que eran rechazadas por los rabinos, por ello, buscaron la ayuda de la sociedad gentil acudiendo a las autoridades para que forzasen los cambios en la organización y las normas de vida judía de manera que se adaptasen a las normas de la Razón. Su meta era suprimir las barreras existentes entre las sociedades cristiana y hebrea y, al tiempo, acercarse ellos mismos al judaísmo, debido a que el rechazo de los rabinos a la Haskala había tenido como consecuencia el reforzamiento de las tradiciones y la organización interna judía que, a su vez, tuvo como resultado que muchos maskilim rompieran con el judaísmo o que, incluso, llegaran a la conversión al cristianismo. Los maskilim se vieron enfrentados al problema de la integración en la sociedad cristiana al tiempo que mantenían su identidad judía. Fueron los primeros en tratar de encontrar una solución al problema judío y, aunque no lo consiguieron, abrieron las puertas para que otros judíos trataran de encontrar otras soluciones. 3. LA EMANCIPACIÓN. 3.1 Cambios en las sociedades gentil y judía. El incremento de población que se produjo en la Europa del siglo XIX también afectó a la sociedad hebrea cuya tasa de crecimiento llegó a superar la media europea. Como fruto de ello se produjo un incremento de los movimientos migratorios judíos con la consiguiente alteración en la economía y estructura de la sociedad judía. La revolución industrial, y el consecuente desarrollo del capitalismo, hicieron que los hebreos fueran perdiendo, paulatinamente, sus medios de vida tradicionales obligándolos a buscar unos nuevos o a emigrar. Esto supuso un profundo cambio en la estructura de la sociedad judía. Hasta entonces, aún existiendo grandes diferencias entre pobres y ricos, la discriminación y el sentimiento de un destino común había mantenido la unidad del pueblo hebreo, pero esto estaba cambiando; la diferencia entre pobres y ricos fue agudizándose y los ricos fueron integrándose en la sociedad gentil. Otro cambio fundamental fue la paulatina incorporación de los hebreos a las profesiones liberales a causa de la emancipación jurídica que permitió que las ejercieran. Estos cambios se produjeron paralelamente a los de la sociedad gentil cuya actitud fue transformándose. En Europa Occidental los cambios se produjeron con relativa facilidad, al contrario de lo que sucedía en la Europa Oriental. En Alemania la dominación napoleónica condujo al rechazo de los ideales de la Ilustración y a que la cultura alemana se uniera al romanticismo y a su búsqueda de las raíces históricas. El problema judío fue intensamente debatido en la sociedad alemana, los conservadores consideraban al judaísmo como una amenaza para el Estado cristiano al suponer que su religión les impedía mantener la lealtad al Estado y que sólo podrían llegar a ser ciudadanos alemanes rechazando el judaísmo. Durante la primera mitad del siglo XIX, los Estados de Europa Central volvieron a implantar medidas anti-judías que, aunque duras al principio, a medida que avanzaba el siglo, fueron suavizándose, de forma que al llegar la década de los 40, los gobiernos ya estaban realizando reformas favorables a los hebreos. Las revoluciones del año 48 se mostraron decisivas en el proceso de emancipación, así cuando fueron reprimidas, se realizaron concesiones cuya finalidad era satisfacer a los círculos liberales que las habían respaldado y que defendían la igualdad plena, incluso para los judíos. En Europa Oriental, la situación era diferente. Durante los reinados de los zares Alejandro I y Nicolás I, se siguió la política de integrar a los judíos por medio de la conversión, para conseguirlo se realizaron concesiones a los conversos al tiempo que se endurecían las condiciones de los

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hebreos. El reinado de Alejandro II significó un breve alivio de la presión a la que se veían sometidos. Se abrió un periodo de reformas, se realizaron algunas concesiones a un reducido sector que no resolvieron los problemas a los que se enfrentaban los judíos que vivían en la Zona de Asentamiento5; por ello, los hebreos que estaban en mejor situación solicitaron al gobierno una mejora de las condiciones en que vivía su pueblo. El asesinato de Alejandro II terminó con la apertura que se había iniciado dando paso a un nuevo periodo de fuerte antisemitismo que daría lugar a los pogroms que se sucedieron a partir de la década de los 70. 3.2 La integración. La integración significó, no sólo un gran cambio interno en la comunidad judía, sino también un gran desafío ya que los asimilados tenían que enfrentarse a la vez a su propio pueblo y a la sociedad en la que trataban de integrarse. Su actitud iba desde el mantenimiento de las tradiciones judías al rechazo del judaísmo y la asimilación total, aunque la mayoría optó por un camino intermedio entre estas dos posiciones. La conversión, que en el siglo XVIII y comienzos del XIX, había sido el método preferido de integración pasó a ser minoritaria ya que no significaba la aceptación plena por parte de los gentiles, al contrario, en la mayor parte de los casos, los conversos se vieron entre dos sociedades ninguna de las cuales los aceptaba por completo. A mediados del siglo XIX, la conversión fue sustituida por la asimilación y la identificación con el Estado. Se produjo la adopción de las diferentes lenguas europeas en detrimento del hebreo como lengua cultural. La integración hizo que los lazos que habían mantenido unido al pueblo hebreo fueran debilitándose al tiempo que se fortalecía la unión con el Estado al que pertenecían. Paralelamente también se estaba reforzando la conciencia nacional judía y la solidaridad entre los grupos judíos de los diferentes países europeos. 3.3 La reacción racista. El proceso de integración y asimilación en la sociedad europea provocó el rechazo de una parte de la misma. La reacción racista tuvo un carácter más complejo del que había tenido el antisemitismo tradicional. Las clases media y alta se sintieron amenazadas por la aparición de judíos en ámbitos que les habían sido vedados hasta ese momento. Al mismo tiempo los hebreos estaban participando en los diferentes movimientos socialistas que estaban apareciendo en Europa. Todo ello provocó el odio y recelo de amplios sectores de la burguesía y la alta sociedad al igual que entre la clase obrera que veía a los judíos ricos como explotadores. Otro factor, también significativo en la formación del moderno antisemitismo, fue la aparición de los diferentes movimientos nacionalistas que llegaron a ver a los hebreos como elementos extraños y hostiles a los Estados en que vivían. Igualmente hay que destacar el desarrollo de las ciencias naturales que proporcionaron la “base científica” para llegar a afirmar la inferioridad y maldad naturales de la raza semita. Todos estos factores conformaron un nuevo antisemitismo que veía a los judíos como un pueblo inferior biológicamente, con una maldad innata que conspiraba contra el mundo cristiano para aplastarlo y dominarlo. Este antisemitismo fue un factor muy importante, como ya veremos, en el desarrollo y evolución del pensamiento sionista. 4. EL SIONISMO CLÁSICO. Para la mayor parte de los judíos de la Europa del siglo XIX, la idea de una nación judía era un absurdo, bien porque se consideraban perfectamente integrados dentro de la sociedad, bien

5Zona de Rusia en la que estaban confinados los judíos.

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porque seguían dentro de la ortodoxia religiosa. Pero algunos judíos empezaban a buscar la solución a la cuestión judía dentro del nacionalismo. La aparición del nacionalismo hebreo se debía a varias causas: en primer lugar el fracaso de la Ilustración y la emancipación que decepcionó a muchos hebreos que habían abandonado sus tradiciones y cultura para adoptar las de unas sociedades que no los aceptaban plenamente. ; en segundo lugar el triunfo del nacionalismo, que en algunos casos había conseguido sus objetivos dando un ejemplo positivo. También había influido el aumento del antisemitismo. En un principio el pensamiento nacionalista fue rechazado por la mayoría de los judíos y no fue hasta después de los pogroms rusos de la década de los 80, cuando comenzó a adquirir impulso. 4.1 Los precursores del sionismo. 4.1.1 Los rabinos Alkalai y Kalisher. En 1862, Hirsh Kalisher (1795-1874), rabino de Thorn, Alemania, publicó un folleto titulado Drishat Tzion, Anhelando Sión, en el que, apoyándose en la Biblia, la Mishna y el Talmud, defendía la opinión de que la liberación de Israel no se produciría por la llegada del Mesías, sino que sería el resultado de los esfuerzos de los propios judíos. El rabino Alkalai (1798-1878) paralelamente al rabino Kalisher, opinaba que la salvación del pueblo hebreo vendría por medio de ellos mismos que tenían que unirse y organizarse para abandonar el exilio. El pensamiento de estos rabinos difiere de la tradicional nostalgia por Eretz Israel6 en que ellos proponen la búsqueda de una solución activa al pueblo judío. No quieren que los hebreos se limiten a esperar al Mesías redentor, quieren que el pueblo se organice, busque a sus líderes, abandonen la gola7 y se establezcan en su propia patria. No miran a Sión con nostalgia y anhelo esperando la salvación divina sino que proponen un futuro en el que el pueblo participe activamente, recobren el hebreo como lengua nacional y controlen sus propias vidas. Los rabinos Alkalai y Kalisher, demostraron que era posible sostener una visión moderna dentro del tradicionalismo religioso judío; fueron la prueba de que religión y modernidad no eran incompatibles y mostraron que la tradición podía adaptarse al pensamiento moderno sin que fuese necesario traicionarla o abandonarla. 4.1.2 Moses Mendenssohn. Moses Mendelssohn (1729-1786) fue el iniciador de la Haskala. En su obra Jerusalén o sobre el poder religioso y el judaísmo (1783), afirmaba que el judaísmo es una ley religiosa por la cual Dios obliga más a cumplir los mandamientos que a tener por ciertas unas verdades de fe. Igualmente afirma que la normativa sociopolítica de la Torah está condicionada por el tiempo y que la ley ceremonial no es un problema ni para el Estado ni la Iglesia contemporánea. De esta forma Mendelssohn sostiene una fe racional y sin dogmas, abierta a la modernidad a la vez que mantiene la observancia de las obligaciones y ritos judíos. El objetivo de Mendelssohn fue la integración total en la vida cultural y social de la sociedad gentil pero sin renunciar a su cultura y tradiciones, ser moderno y judío a la vez. 4.1.3 Moses Hess. Hess (1812-1875), nació en Bonn en una familia que había optado permanecer fiel a su religión por lo que recibió una sólida educación en la religión y cultura judía. Hess fue, en palabras de Martin Buber, el fundador del moderno sistema de pensamiento sionista. Hess tuvo un papel decisivo, tanto en la historia del socialismo como del sionismo. Antes de que inventase el sionismo, Hess desarrolló una importante actividad en el socialismo. Según Engels, Hess fue el primer

6Tierra de Israel 7Exilio

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intelectual alemán en hacerse comunista. Su influencia fue decisiva tanto en Bakunin como en Engels y también en Marx, aunque éste nunca llegó a reconocerlo. Su primer libro fue The Sacred History of Mankind- by a disciple of Spinoza (1837) en el que narra la historia de la humanidad uniendo ética, política y teología. Siguiendo el pensamiento de Spinoza de la unidad y coordinación de la materia y el espíritu, Hess ve la historia como un proceso en el que las causas materiales y las ideas morales se unen para conducirse hacia un propósito común: el continuo esfuerzo de la humanidad para conseguir la unidad en todos los ámbitos. Hess demuestra un gran aprecio a la fe de sus padres y a su contribución a la civilización, describe el judaísmo como The fundamental principle of the historic development of mandkind; aunque todavía ignora el aspecto nacional del judaísmo así como su relevancia histórica. Durante las dos décadas siguientes, Hess establece su pensamiento socialista y su aplicación y tomó parte en las controversias de la izquierda hegeliana. Su trabajo como periodista y propagandista hizo que sus compañeros le llamaran el “rabino comunista”. Su colaboración con Marx duró poco ya que a Marx le disgustaba el entusiasta idealismo de Hess así como su aproximación ética a los problemas sociales. Después de la revolución del 48, en la que tomó parte, Hess se apartó de Hegel y Marx retomando el pensamiento de Spinoza al tiempo que atravesaba un proceso de retorno a sus orígenes en parte provocado por el asunto de Damasco8 que aumentó su sentimiento de frustración causado por el fracaso de la lucha revolucionaria; por ello Hess vio el problema judío como uno de los dilemas cruciales de la humanidad y volvió al seno de su pueblo: After an extrangement of twenty years I am back with my people. I have come to be one of them again, to participate in the celebration of the Holy days; to share the memories and hopes of the nation to take part in the spiritual and intelectual warfare going on whithin the house of Israel, and between our people and the surrounding civilised nations. A thought which I believed to be for ever buried in my heart has been awakened in me anew. It is the thought of my nationality which is inseparably connected with the ancestral heritage and the memories of the Holy Land and the Eternal City- the birthplace of the belief in the divine unity of life and the hope in the future brotherhood of man... Las ideas centrales de su visión del sionismo las expuso en su obra Roma y Jerusalén (1862). Según él, los judíos forman una nación negada ya que carecen de tierra por lo que la regeneración del pueblo judío pasa por la recuperación de su tierra. A su vez la reconstrucción nacional requiere el retorno a la vida comunitaria basada en el trabajo productivo. A estas dos ideas Hess añadió una tercera, la realización del ideal histórico del pueblo hebreo, el reino de Dios es en la tierra para lo que necesitan una tierra en la cual desarrollar una vida independiente. El objetivo de los asentamientos en Palestina no sería sólo convertirse en un centro espiritual del judaísmo y reconstruir la identidad nacional, sería también La renovación de las grandes ideas sociales de Israel a través de las instituciones de la vida comunitaria. Para conseguir estos objetivos deben de fundarse colonias en Eretz Israel adquiriendo tierras en posesión común para después establecer el marco legal en el que desarrollar el trabajo; por último se deben fundar sociedades judías para la agricultura y el comercio de acuerdo con los principios mosaicos, es decir, socialistas. Para conseguir esto Hess confía en la ayuda de Francia, patria de los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, para establecer estas colonias y los colonos deben de ser los judíos de la

8En 1840 se propagó por Europa el rumor de un asesinato ritual sucedido en Damasco. Había desaparecido un capuchino que había sido visto por última vez en el barrio judío. Los frailes de su convento divulgaron el bulo de que había sido asesinado, con fines rituales, por los judíos. Fueron acusados 7 ancianos que fueron torturados al igual que 63 niños que fueron encerrados para obligar a los padres a confesar. En Europa el asunto se convirtió en un escándalo, los judíos se movilizaron y consiguieron que Gran Bretaña, Austria y Estados Unidos presentaran una protesta por las crueldades cometidas contra los acusados. Finalmente el 6 de noviembre de 1840 el sultán, presionado firmó una declaración reconociendo que la inculpación era una calumnia y garantizaba la libertad religiosa y la protección de las vidas de los judíos.

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Europa Oriental quienes, al no estar emancipados ni asimilados, todavía conservan una conciencia nacional basada en la religión. 4.1.4 El renacimiento de una lengua: Eliezer Ben Yehuda. Eliezer Ben Yehuda (1858-1922) nació en Luzhky (Lituania) y tuvo una educación religiosa pero, al igual que muchos otros judíos, fue atraído por el mundo gentil y abandonó la yeshiva9 para terminar sus estudios en una escuela rusa. La recuperación de la independencia por parte de los búlgaros, así como de otras naciones europeas, influyó notablemente en Ben Yehuda quien llegó a la conclusión de que ese mismo principio debía de ser aplicado al pueblo judío, que los hebreos debían de retornar a Eretz Israel y recuperar el hebreo como lengua nacional. Él mismo llevó a la práctica sus ideas emigrando a Palestina, llegó allí en 1881 y se asentó en Jerusalén. Allí puso en marcha la aplicación de sus ideas adoptando varios planes de acción que se pueden resumir como: “Hebreo en el hogar”, “Hebreo en la escuela” y “Palabras, palabras, palabras”. Su meta era revivir el hebreo, que tan sólo se usaba como lengua religiosa de forma que todos los judíos la usaran con lengua diaria. Para ello se propuso hablar tan sólo en hebreo con sus amigos y, después del nacimiento de su hijo, se propuso que en su casa solamente se usara el hebreo, prohibiendo a sus amigos y a su esposa hablar, delante del niño, en otra lengua que no fuera el hebreo. De esta forma su hijo fue el primer niño de la era moderna que habló hebreo como lengua materna. En la introducción a su diccionario escribió: Si una lengua que dejó de ser hablada, sin que quede nada de ella salvo lo que queda de la nuestra, puede volver a ser la lengua hablada de un individuo en todas las necesidades de su vida, ya no cabe poner en tela de juicio que puede convertirse en la lengua hablada de la comunidad. El paso más importante para la recuperación del hebreo fue su implantación en las escuelas como lengua de enseñanza, cuestión que tuvo que solventar problemas como la falta de maestros, de textos y de material. Pero poco a poco se consiguió que existiera una generación que tenía el hebreo como lengua materna. Aparte de esto Ben Yehuda utilizó la prensa como medio de difusión del hebreo entre los adultos. Creía que de este modo la gente se convencería de que era posible expresar cualquier pensamiento en hebreo, lo que aumentaría su inclinación para usarla. Asimismo usó el periódico como medio para introducir palabras nuevas que de otra forma podrían perderse. Igualmente comenzó a preparar un diccionario en hebreo, el Diccionario Completo de Hebreo Antiguo y Moderno en 17 volúmenes que fue completado después de su muerte por su hijo Itamar y su segunda esposa Jemda. Para ayudarle en esta tarea fundó, en 1890, el Consejo de la Lengua Hebrea, precursor de la Academia de la Lengua. Naturalmente Ben Yehuda no fue el único artífice de la revitalización del hebreo, sin el apoyo de la sociedad su labor habría sido inútil. Los emigrantes judíos que realizaban las sucesivas oleadas emigratorias a Palestina estaban decididos a usar el hebreo y, por ello, se esforzaron en aprenderlo o mejorarlo e hicieron que sus hijos lo hablaran. El 29 de noviembre de 1922, las autoridades del Mandato Británico reconocieron el hebreo como lengua oficial de los judíos. 4.2 El movimiento Jivat Tzion. El movimiento Jivat Tzion10, que basaba su ideología en el retorno a Sión y en la vuelta a una vida nacional en Palestina, surgió en la Europa Oriental, especialmente en Rumania, Polonia y Rusia. Los pogroms de 1881 hicieron que muchos judíos comprobaran que la asimilación no había resuelto sus problemas y que el antisemitismo seguía vivo. En consecuencia comenzaron a formarse grupos en Rusia y Rumania, que pensaban que la solución era el retorno a Eretz Israel y la redención 9Escuela religiosa. 10Amantes de Sión.

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de la tierra11. La ideología del movimiento fue, fundamentalmente, obra de León Pinsker quien reclamaba la auto-emancipación y un estado judío. Los primeros miembros de Jivat Tzion, jovevei Tzion, llegaron a Palestina en la década de los 80. En 1890, los jovevei Tzion consiguieron del gobierno ruso el permiso para fundar una sociedad de apoyo a los granjeros y artesanos judíos en Siria y Palestina, la Comisión Odessa, gracias a la cual pudieron realizar legalmente colectas en toda Rusia que sirvieron para establecer los moshavim12 de Rehovot y Hadera y a rehabilitar Mishmar HaYarden. Después de la fundación de la Organización Sionista Mundial en 1897, se unieron a ella casi todas las asociaciones de los jovevei Tzion. 4.2.1 Peretz Smolenskin. Peretz Smolenskin (1842-1885) fue el inspirador del movimiento, consideraba que el pueblo hebreo era una nación basada en una idea espiritual, la lengua hebrea y el mesianismo y afirmaba que quienes negaban el espíritu nacional del judaísmo negaban a su propio pueblo. Desde su revista Hadasar, La Aurora, combatía por igual contra los conservadores como contra los maskilim que rechazaban las tradiciones judías. En una serie de artículos publicados en la década de los 60, atacaba la asimilación cultural y la Haskala defendiendo que los judíos constituían una nación espiritual basada en la Torah; para él el origen del antisemitismo era la falta de respeto de los israelitas por sí mismos y tan sólo un renacimiento espiritual en la diáspora podría combatirlo eficazmente. Asimismo proponía la aliya13 a Eretz Israel y la fundación allí de colonias. 4.2.2 Leib Liliemblum. Moshe Leib Liliemblum (1843-1910) fue inicialmente un maskilim que formaba parte de un grupo de jóvenes que influidos por escritores rusos radicales como Chernisherski y Pisarev, reaccionaron contra la literatura de la Haskala a la cual reprochaban que no se enfrentase a los problemas de la vida. Para ellos la obligación de la literatura era mostrar el pensamiento materialista y explicar la importancia del conocimiento de las ciencias no dando valor alguno a los estudios tradicionales judíos. Liliemblum modificó su pensamiento después de los pogroms de 1881 uniéndose al movimiento Jivat Tzion. Se convirtió en un gran activista al tiempo que colaboraba en formar las bases ideológicas del movimiento. A su juicio sólo era posible una solución al antisemitismo y la cuestión judía: la creación de un Estado en la patria histórica de los hebreos; exclusivamente en ella podrían los judíos conseguir el resurgimiento nacional. 4.2.3 León Pinsker. El principal ideólogo de Jivat Tzion fue L. Pinsker, (1821-1891), un médico que inicialmente había sido un defensor de la asimilación en la sociedad rusa y que era miembro de la Jebrat Marbei haHaskala be-Eres Rusia14. Del mismo modo que Liliemblum y muchos otros, Pinsker, después de los pogroms de 1881, comenzó a dudar de la eficacia de la asimilación. En 1882 publicó un panfleto titulado Auto-emancipación en el que afirmaba que el principal problema de los judíos era su apatricidad, consideraba que los judíos eran como muertos vivientes entre otros pueblos, fantasmas que provocaban rechazo y miedo: It is this fear of ghosts, the mother of judeophobia, that has evoked this abstract, I might say platonic hatred, thanks to which the whole

11La redención de la tierra es la adquisición, reclamación y asentamiento en la tierra de Eretz Israel. 12El moshav, plural, moshavim, es una comunidad colectiva en la que cda familia mantiene su propia granja y su economía doméstica, mientras que la adquisición y el mercadeo se realizan de forma cooperativa y todos los miembros se comprometen a prestarse ayuda mutua. 13Palabra hebrea que significa ascensión, es la emigración a Eretz Israel, también se refiere a las diferentes oleadas inmigratorias sionistas a Palestina; hay cinco aliya, la primera, 1892-1904, la segunda, 1904-1914, la tercera, 1919-1923, la cuarta, 1924-1928 y la quinta, 1933-1945. 14Asociación para la difusión de la Ilustracion judía en Rusia.

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Jewish nation is wanted to be held responsible for the real or supposed misdeeds of its individual members, and to be libelled in so many ways, to be buffeted about so shamefully15.

El problema no se resolvería con la asimilación, como había evidenciado el fracaso de la emancipación, la formación de una nueva patria en la que los judíos puedan vivir dueños de su tierra y de su destino The Jews are not a living nation; they are everywhere aliens; therefore they are despised. The civil and political emancipation of the Jews is not sufficient to raise them in the estimation of the peoples. The proper, the only solution, is in the creation of a Jewish nationality, of a people living up its own soil, the auto-emancipation of the Jews; their return to the ranks of nations by the acquisition of a Jewish homeland...16 Este propósito sólo sería posible mediante la modificación de la conciencia judía. La emancipación había sido el resultado de concesiones por parte de los gentiles, la auto-emancipación debía de obtenerse mediante el esfuerzo del pueblo hebreo. El problema era suyo y sólo ellos podrían resolverlo. Auto-emancipación fue escrito en alemán con la esperanza de persuadir a los judíos de Europa Occidental. Pero éstos, cuyas condiciones de vida eran considerablemente mejores que las de los judíos rusos, rechazaron en su gran mayoría sus ideas y el sueño de Pinsker de realizar su labor en un Estado que no le obstaculizara fracasó. Pinsker se unió a los jovevei Tzion en 1883, fundando, junto a Liliemblum, la sociedad Zorobabel, el centro de contacto con otras asociaciones. Un tema importante para todas las ideologías sionistas es el problema de la gola17. La cuestión que se planteaban era si sería posible la normalización de la vida judía mientras la diáspora permaneciera. Para Pinsker esto no era posible. La gola era responsable de que los judíos no sintieran el orgullo de pertenecer a la nación judía y también de la pérdida de su lengua; en consecuencia, tan sólo la eliminación de la diáspora podría permitir la total normalización de la vida judía. Sólo la pertenencia su propio Estado podría devolver a los hebreos el orgullo nacional, su idioma y tradiciones.

15Pinsker, L. Autoemancipación, 1882. 16L. Pinsker, op. cit. 17Diáspora.

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5. CORRIENTES DEL SIONISMO CLÁSICO. 5.1 Sionismo Espiritual. El sionismo espiritual fue una corriente liderada por el periodista Asher Guinsberg (1856-1927) quien era conocido por el seudónimo de Ahad Jaam, Uno del pueblo. Guinsberg procedía de una familia de hasidim18. Ingresó en el sionismo por medio del movimiento Jivat Tzion aunque llegó un momento en que estuvo en desacuerdo con sus métodos. Después de sus visitas a Palestina en 1891 y 1893, escribió una serie de artículos, Verdades del país de Israel, en los que criticaba los métodos de redención de la tierra y de afianzamiento de las colonias ya existentes, etc., según él debían de centrarse en crear entre los judíos una conciencia nacional que diera como fruto el renacimiento cultural judío y de su lengua nacional, el hebreo. En 1889 colaboró en la fundación de la organización Bene Mose19 cuyo objetivo era promover el resurgimiento de la cultura hebrea. Ajad Haam tuvo una influencia decisiva en la renovación de la cultura judía, favoreció la fundación de la editorial Ajiasaf, la revista Hasiloaj y la primera escuela hebrea en Jaffa. De igual manera es importante su influencia en algunos de los escritores judíos más destacados del momento como Bialik, Berdichevski y Klausner. Guinsberg no llegó a participar en la creación de un movimiento activo y político debido a su ideología pero su pensamiento fue muy influyente en jóvenes que llegaron a ser importantes líderes del sionismo como Haim Weizmann y Martin Buber. En lo referente a la gola, Ajad Haam también la negó aunque comprendió que no todos los judíos iban a abandonar su vida para trasladarse e iniciar una nueva vida en un Estado judío. Por ello insistía en la necesidad de la educación de los jóvenes en la cultura hebrea: Por supuesto que no todos los judíos serán capaces de levantar alas e ir a su Estado, pero la sola existencia de éste elevará el prestigio de aquellos que continúen en el exilio, y sus conciudadanos ya no los despreciarán ni los mantendrán apartados como si fueran esclavos indignos, dependientes enteramente de la hospitalidad ajena. 5.2 Sionismo político: Theodor Herzl. El impulso definitivo al movimiento sionista fue dado por Theodor Herzl quien consiguió que dejara de ser minoritario para convertirse en un movimiento de difusión mundial. Herzl (1860-1904) nació en Budapest aunque después su familia se trasladó a Viena. Fue educado en la asimilación de la que se convirtió en un ardiente defensor. Después de estudiar en la Universidad de Viena, empezó a trabajar en la redacción de la “Neue Freire Presse” donde obtuvo el cargo de corresponsal en París donde fue testigo del “asunto Dreyfus”20. Habitualmente se afirma que Herzl desarrolló su pensamiento sionista a causa del “affaire Dreyfus” pero la lectura de sus diarios y correspondencia demuestra que la causa de su cambio de judío asimilado a sionista es más compleja. En los diarios de Herzl entre 1895 y 1904 apenas hay un par de menciones a Dreyfus, sin embargo revelan la gran influencia que tuvo en él el desarrollo de la política y la cultura de Austria. Cuando era estudiante en la Universidad de Viena se vio rechazado

18El movimiento hasidico fue creado en Polonia en la primera mitad del siglo XVIII por Israel ben Eliezer, conocido como Ba’al shem Tob, el del buen nombre. En este movimiento lo importante no es la sabiduría ni el estudio constante, si no la piedad viva, la fe salida del corazón. El hasidismo al dar importancia a la fe, al corazón, al alma, al modo de proceder se encerró espiritualmente en sí mismo para protegerse y apartarse de la injusticia del mundo que les rodeaba. 19Los hijos de Moisés. 20El “asunto Dreyfus” fue un gran escándalo en la Francia del siglo XIX que puso en peligro la estabilidad de la república además de enfrentar a la sociedad francesa. En 1894, el capitán Alfred Dreyfus, que trabajaba en el Estado Mayor, fue detenido bajo la acusación de haber espiado a favor de Alemania. Dreyfus era judío lo que fue aprovechado por los antisemitas como prueba de la traición judía. Fue condenado, utilizando pruebas falsificadas y la presión política, al exilio de por vida en la isla del Diablo. La campaña propagandística desarrollada en la prensa y el Parlamento provocó una oleada de antisemitismo por toda Francia. No fue hasta 1900 cuando Dreyfus fue amnistiado y su rehabilitación se hizo esperar otros seis años más.

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de todas las hermandades estudiantiles por su condición de judío ya que éstas estaban bajo la influencia de los movimientos antisemitas; también fue testigo del ascenso que tuvieron los partidos políticos y movimientos racistas y antisemitas. Se puede afirmar que fue en Austria y no en París donde Herzl comenzó a observar el fracaso de la asimilación: I will fight anti-semitism in the place it originated, in Germany and in Austria, afirmó en una de sus cartas. En sus diarios habla repetidamente de cómo el liberal imperio Austro-Húngaro iba camino de la ruptura a causa de los movimientos nacionalistas y racistas y se muestra consciente de cómo esta situación iba a afectar negativamente a los judíos que iban a encontrarse en el centro de los conflictos étnicos sin ningún lugar a donde poder huir. 5.2.1 El pensamiento de Herzl. Herzl expuso los puntos claves de su pensamiento en su obra El Estado Judío publicada en 1896. En ella no sólo explica cuál es su solución al problema judío sino que también habla de su visión de cómo debe de ser el Estado de los judíos. Herzl era un hombre del siglo XIX, vivió en un momento en que los progresos de la técnica y la ciencia hacían creer que en ellas estaba la clave para el progreso y la mejora en la calidad de vida de las personas; y esa creencia es fundamental en su visión de cómo debía de estructurarse el Estado judío. Herzl creía en un Estado utópico que tiene en cuenta los errores cometidos en el pasado y aprovecha las mejoras tecnológicas y científicas además de aplicar mejoras sociales. Según él la construcción del Estado debía de ser el resultado de un proceso gradual. Los primeros en instalarse debían de ser los judíos pobres quienes proporcionarían la mano de obra necesaria para cultivar la tierra y crear las infraestructuras necesarias: carreteras, puentes, ferrocarril, etc., y una vez hecho esto llegarían los demás. La estructura social y política del Estado soñado por Herzl muestra aspectos contradictorios, por un lado plantea un Estado con revolucionarias innovaciones sociales como la jornada laboral de 7 horas, la exención del trabajo para las mujeres embarazadas, educación para todos los niños, empleo pleno y destierro del hambre y la pobreza; pero por otro lado demuestra un fuerte conservadurismo al considerar que el gobierno debía de ser ejercido por la élite ya que no creía que el pueblo pudiera estar capacitado para tomar decisiones ... The masses are also more prone even than Parliaments to be led away by heterodox opinions, and to be swayed by vigorous rantin. It is impossible to formulate a wise internal or external policy in a popular assembly21. En su novela Altneuland22 publicada en 1902, Herzl describe cómo quiere que sea el Estado judío 20 años después de su creación. En esta obra se puede comprobar el claro carácter utópico de su pensamiento. Él ve un Estado basado en una sociedad justa, en la que la educación es gratuita para todos y a todos los niveles, la mujer ha conseguido la igualdad de derechos que también tienen las minorías no judías, no hay un servicio militar obligatorio, el ejército es profesional aunque todos los jóvenes deben de realizar dos años de servicios a la comunidad. La tierra es de propiedad pública y la economía se basa en el cooperativismo. Herzl sueña con un Estado perfecto, que, como él decía en el Estado Judío, había aprendido de los errores de las demás naciones e incorporaba todos los avances sociales, científicos y económicos de los que todos disfrutaban. Para Herzl la mejor forma de conseguir sus objetivos era utilizando la vía política exclusivamente, por ello se oponía a los esfuerzos colonizadores de los jovevei Tzion. Por otro lado, la obsesión de Herzl por la vía política hacía que diera de lado cuestiones que para muchos sionistas eran importantes como la cultura y la lengua hebrea. 5.2.2 La oposición a Herzl. Uno de los principales opositores a Herzl fue Ajad Haam quien le reprochaba su ignorancia de la cultura y lengua hebrea. Como ya vimos anteriormente, Herzl era un judío educado en la

21Herzl, T. The Jewish State. 22Vieja-Nueva Tierra.

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cultura alemana, el laicismo y el asimilacionismo mientras que Ajad Haam fue educado en la profunda religiosidad del hasidismo que abandonó para convertirse en un maskilim. Ajad Haam consideraba que Herzl estaba equivocado al plantear un Estado judío sin tomar en cuenta la cultura e idioma hebreo. Haam creía que lo primer que debía de hacerse era recuperar la identidad nacional judía, recuperar el idioma y la cultura para todos los judíos y después conseguir la solución política, no podía existir un verdadero Estado judío sin que antes existiera una identidad judía, Igualmente Haam criticaba el hecho de que Herzl centrase el problema judío en el antisemitismo y que al plantear Eretz Israel como el lugar donde debía de asentarse el Estado judío ignorase, al igual que hicieron la mayoría de sus sucesores, el problema de la población árabe que vivía allí. No fue Ajad Haam el único que criticó a Herzl, al ver que su actividad diplomática fracasaba, aumentaron las críticas, las cuales se centraban fundamentalmente en tres aspectos: su inclinación hacia la actividad diplomática, lo que para él significaba su acción diplomática, dando de lado a sus colaboradores. Se le reprochaba que buscara la independencia judía como resultado de una acción externa y no de los esfuerzos de los propios judíos. Además había pedido a Turquía y otros países garantías políticas para desarrollar su plan y como no las había conseguido, pidió a los sionistas de estos países que no interfirieran en su política interna con el fin de no irritarlos, con ello obligaba a los sionistas a una inactividad en muchos asuntos importantes para la vida judía y, por ello, muchos sionistas fueron apartándose del movimiento. Finalmente el que Herzl considerase la recuperación de la cultura y lengua hebrea como algo secundario también fue muy criticado, no sólo por Ajad Haam, sino por gran cantidad de sionistas. Todo esto dio lugar a la formación de un nuevo grupo de oposición a Herzl que se presentó en el Quinto Congreso Sionista (Basilea, 1901) con el nombre de Facción Democrática. Este grupo exigía que se enfatizaran las características nacionales del judaísmo, que existiera democracia interna en la composición de los congresos y en las instituciones sionistas y que se ahondara en la actividad cultural. Los opositores ortodoxos a la Facción Democrática fundaron el grupo Hamizraji23 cuyo objetivo era apoyar el sionismo político y contrarrestar la actividad cultural de la Organización Sionista Mundial. El Hazmiraji se convertiría poco tiempo después en la principal corriente del sionismo religioso. 5.3 El sionismo religioso. El sionismo religioso fue una corriente basada en el pensamiento de los rabinos Alkalai y Kalisher y tenía fuertes conexiones con el movimiento Jivat Tzion. Sus primeros ideólogos fueron los rabinos Shmuel Mohiliver (1824-1898), Itzak Iacov Reines (1839- 1915) e Iejel Mijal Pines (1843-1912). El rabino Reines fue el fundador del Hamizraji que, como ya vimos, defendía el sionismo político de Herzl. Reines, al igual que antes habían hecho los rabinos Alkalai y Kalisher, diferenció entre la Redención por la llegada del Mesías y la necesaria redención del pueblo judío. Reines consideraba que los judíos debían de liberarse de la persecución por sí mismos y emigrar a Eretz Israel. Su divisa fue: La Tierra de Israel para el pueblo de Israel según la Torah de Israel. El principal pensador de esta corriente fue el rabino Abraham Itzak Kook (1865-1965) quien consideraba que el centro de la identidad nacional judía era Eretz Israel. Para él la emigración a la Tierra de Israel no era simplemente la solución al rechazo de la sociedad gentil para con los judíos; Eretz Israel era el único lugar donde los judíos podían desarrollar plenamente su identidad nacional y religiosa. Hemos olvidado que tenemos una carne sagrada, no menos que un espíritu sagrado. La regeneración de Israel debe ser también corporal24.

23Abreviatura del hebreo que significa Centro Espiritual. 24Citado en Aranzadi, J. El escudo de Arquíloco, p 349.

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Las ideas del rabino Kook fueron la base del Mafdal25 cuya política se basaba en la cooperación con el gobierno, preservación del statu quo entre religiosos y laicos, subvenciones para las yeshivot26 y un mínimo de enseñanza judía en los programas escolares. Con esta ideología los sionistas religiosos se enfrentaron a la postura mantenida por la ortodoxia religiosa: rechazo del movimiento sionista. En 1912, rabinos ortodoxos de diferentes países fundaron Agudat Israel que mantenía que todo judío religioso tenía el deber de establecerse en la Tierra de Israel pero que rechazaba como pecaminosos los esfuerzos del sionismo de establecer un Estado judío, privilegio que era exclusivo del Mesías. Pero cuando el Estado de Israel fue un hecho y a la vista de sus logros, la postura del Agudat Israel fue, muy lentamente, haciéndose más tolerante hacia el sionismo aunque sin aceptarlo y fueron acercándose a la actitud del Mafdal, lo cual hizo que adoptaran una colaboración de facto con los sionistas presionándoles para que actuaran de acuerdo con los principios religiosos. Por contra, un sector ultra-ortodoxo del Agudat, Naturei Carta27 ha mantenido su postura contraria a los sionistas y a Medinat Israel28 considerándolo como apóstata y no reconociéndolo llegando incluso al extremo de luchar contra él con todos los medios a su alcance, incluso dando su apoyo a la OLP. 5.4 El sionismo socialista. El sionismo socialista se basaba en el pensamiento de Moses Hess y su finalidad era la emigración y colonización de Eretz Israel con el fin de construir un Estado basado en los principios del socialismo. Najman Syrkin (1868-1924) fue quien desarrolló el sionismo socialista del que es considerado padre. En su artículo publicado en 1898, La cuestión judía y el Estado judío socialista defendía que sólo el establecimiento de un Estado socialista en Palestina solucionaría el problema judío. A comienzos del siglo XX comenzaron a formarse en Rusia gran cantidad de grupos con el nombre de Poale Sion29, algunos de ideología socialista aunque otros no. Algunos de estos grupos renunciaron a la idea de conseguir un Estado independiente, influidos por el historiador Simón Dubnow y sólo un restringido número de Poale Sion mantendrían contactos con la Organización Sionista. Durante los años 1904-1906 se formaron tres partidos social-nacionalistas: a) Partido Obrero Sionista Socialista. Nació en 1904 por la influencia de Syrkin. Consideraban que los hebreos no podían desarrollarse económicamente en Rusia y que la burguesía judía tampoco se desarrollaba económicamente sino que, al contrario, evolucionaba hacia el empobrecimiento. La solución no era la emigración hacia Occidente, ya que allí tampoco podían progresar económicamente, por ello la única solución posible era la creación de una estructura económica desde sus cimientos y esto sólo podría realizarse en un territorio propio. b) Partido Obrero Judío Socialista. Este partido no era de orientación marxista y simpatizaba con el Partido Social-Revolucionario Ruso. Estimaban necesario un territorio propio pero suponían que eso era algo irrealizable en ese momento; por ello, su propósito era conseguir una amplia autonomía dentro de Rusia que debería de convertirse en un Estado federal. c) Partido Obrero Socialdemócrata, Poale Sion. Fue fundado por Ber Borochov (1881-1917) quien había comenzado su actividad política luchando contra las tendencias territorialistas. Borochov, que simpatizaba con la socialdemocracia rusa, desarrolló una ideología inspirada en la de Bogdanov, miembro del PSD ruso. En su ensayo Nuestra Plataforma afirmaba que Palestina era el territorio en el cual se podía crear una zona de trabajo para los obreros judíos y para mantener una organización dentro de la cual se podría realizar la lucha de clases.

25Partido Nacional Religioso. 26Plural de yeshiva, escuela talmúdica.. 27Guardianes de la ciudad. 28Estado de Israel. 29Obreros de Sión.

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En Palestina el sionismo socialista fue de gran importancia, en él se situaban pensadores de la segunda y tercera aliya. Destacando Aaron David Gordon (1856-1922) y David Ben Gurion (1886-1973). 5.4.1 Aaron David Gordon. A.D. Gordon fue una de las personalidades más destacadas de la segunda aliya. Gordon sostenía que el trabajo manual y el retorno a la naturaleza eran el motor de la regeneración del pueblo judío. El partido Hapoel Hatzair30 fue fundado a finales de 1905 bajo la inspiración de Gordon y su finalidad era cimentar la agricultura judía y conseguir la penetración de productores judíos en todos los sectores de la economía del país. También defendía el renacimiento espiritual basándose en la recuperación del hebreo como lengua nacional y de creación literaria. En lo que se refiere a la existencia de la diáspora, A. DE. Gordon consideraba que no era suficiente la emigración, había que cambiar las pautas mentales, es decir, que la diáspora no era tan sólo un hecho físico sino también psicológico. Gordon consideraba la gola como una situación degradante que impedía el total desarrollo, por ello no bastaba la emigración para abandonarla, era necesario realizar un cambio de mentalidad y actitud, una transformación a través del trabajo y de la vida cercana a la naturaleza. 5.4.2 David Ben Gurion. David Ben Gurion nació en Polonia y emigró a Palestina en 1906. Pronto se convirtió en uno de los dirigentes del movimiento de los trabajadores judíos, expulsado por los turcos, fue a USA a organizar la Legión Judía. Regresó a Palestina en 1918 y se convirtió en cofundador y secretario general del sindicato Histradut (1920) y en 1930 fundó el partido laborista Mapai. En 1948 se convirtió en el primer Primer Ministro del Estado de Israel. Según Ben Gurion el establecimiento del Estado de Israel era un hito en la historia judía que cambiaría por completo al pueblo judío, tanto en su cultura como en su forma de vida: The rise of Israel opened up a new chapter not only in the history of this country but in the history of Jewry as a whole. It straightened the back of every Jew wherever he lived; in the course of a few years it redeemed hundreds of thousands of Jews from poverty and degeraration in exile, and transformed them into proud, creative Jews, the builders and defenders of their country.31 Para Ben Gurion el estado judío era el resultado de la fuerza de todo el pueblo hebreo y debía de ser construido y afianzado por el pueblo judío. Este Estado debía de ser una nación modelo que fuera a la vez fuente de orgullo y de fuerza para los judíos: Only by being a model nation of which every jew, wherever he is, can be proud, shall we preserve the love of the Jewish people and its loyalty to Israel. Our status in the world, too, will not be determined by our material wealth or by our military heroism, but by the radiance of our achievements, our culture and our society and only by virtue of these will we acquire the friendship of nations.32 La meta de Ben Gurion era un Estado en el que todos sus habitantes tuvieran igualdad de derechos con independencia de su religión, raza o sexo, pero en el cual los judíos tuvieran el derecho de asentarse por el hecho de serlo. Por otro lado, también consideraba prioritaria la labor educadora que convertiría al Estado en un modelo de sociedad libre, igual, tolerante, sin la explotación del hombre por el hombre y que desarrollaría en Israel una cultura construida sobre los valores del judaísmo y los logros de la ciencia. Esta labor educadora no sólo debe de desarrollarse en Israel sino en todos los judíos del mundo. En lo que a la diáspora se refiere, Ben Gurion tenía una postura ambivalente, por un lado la negaba afirmando la necesidad de la aliya como forma de realización y normalización de la vida

30El obrero joven. 31Ben Gurion, D. Vision and redeption, 1959. 32Ben Gurion, D. Op. cit.

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judía y, por otro lado, el reconocimiento de que la diáspora era el único aliado totalmente fiel del Estado de Israel. Ben Gurion distinguía entre dos diásporas: 1) aquella que vive en países libres con igualdad de derechos y que decide no emigrar a Israel. 2) la que vive en países donde son oprimidos y que debe emigrar para huir de las persecuciones y de una vida desgraciada y pobre. De esta forma Israel tenía la doble función de ser el refugio de los judíos perseguidos y de fomentar y reforzar los lazos con las comunidades judías libres con el propósito final de la aliya ya que tan sólo en Israel consideraba posible la completa realización social y cultural de los hebreos; para Ben Gurion el sionismo legitimiza la permanencia en la diáspora no es sionismo. 5.4.3 Nahum Goldmann. Nahum Goldmann (1895-1982) era doctor en Filosofía y participó en la edición de la Enciclopaedia Judaica, fue representante de la Agencia Judía ante la Liga de las Naciones e ingresó en el Ejecutivo Sionista en el año 1934. Después de la II Guerra Mundial, intervino en las negociaciones para constituir un Estado judío en Palestina y también en las negociaciones con la RFA para el acuerdo de reparaciones de víctimas de la Shoa; además presidió el Congreso Judío Mundial entre 1953-1977 y desde el año 1956 fue presidente de la Organización Sionista Mundial y de la Agencia Judía. Después del establecimiento de Medinat Israel planteó la pregunta de si el sionismo continuaría siendo un movimiento de unos pocos o se adaptaría a la mayoría que, aún avalando al Estado de Israel, no se identificaba ideológicamente con el sionismo. Para Goldmann no era posible conformarse con la compenetración con Israel ya que se corría el peligro de convertirse en un movimiento de “amigos de Israel”. Goldmann consideraba que la Jalutziut33 era esencial para el sionismo así como la divulgación del hebreo. Goldmann tuvo grandes confrontamientos con Ben Gurión respecto a la aliya. Al contrario que Ben Gurion, Goldmann opinaba que la aliya no debía de ser el centro de la función sionista, aún viéndola como un tema importante, Goldmann retoma el pensamiento de Ajad Haam al acentuar la trascendencia de la educación y preparación en la cultura judía como medio de lucha contra la asimilación. Los jóvenes judíos debían de ser captados mediante su educación, la aliya debía de ser el producto de una elección libre y voluntaria resultado de la certeza de su necesidad. Es por esto por lo que para Goldmann son tan significativos la jalutizut y la propagación del hebreo y la cultura hebrea. La confrontación más importante entre Ben Gurion y Goldmann tuvo lugar en el Congreso ideológico de 1957. En él Goldmann dejó claro su pensamiento: el mayor peligro del pueblo judío es la asimilación y el olvido de las raíces culturales, por ello hay que contrarrestar este peligro mediante la educación aunque sin olvidar reforzar los lazos con Israel y argumentando que la aliya es la meta la que se debe de aspirar. Pero hay que tener en cuenta que ésta es una evolución que no puede ser forzada, debe seguir su propio camino que, necesariamente, es lento. Ben Gurion culpaba a Goldmann de afirmar la gola frente a la aliya. Opinaba que ensalzaba la diáspora. Mientras que Ben Gurion miraba a Israel como el centro de la vida judía, Goldmann buscaba una armonía entre las necesidades de Israel y la diáspora. Esta rivalidad no era más que la continuación de la que se había producido entre Herzl y Ajad Haam; el dilema se centraba en considerar la hashama34 como un proceso revolucionario en el que hay que realizar una rápida metamorfosis del pueblo judío o bien considerarla como el resultado de un lento proceso en el que hay que primar el elemento cultural y educativo. El fin de la gola sólo sería posible a través de un trabajo educativo que alterara la actitud de la diáspora.

33Pionerismo revolucionario. 34Realización sionista.

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5.5 Sionismo revisionista. El sionismo revisionista apareció en la década de los 20 del siglo pasado y su líder era Vladimir Jabotinsky (1880-1940) Jabotinsky, nacido en Odessa, era un periodista asimilado, admirador de Herzl aunque se opuso a la propuesta del plan de Uganda35 realizada por Herzl. Sus diferencias con Weizmann y Ben Gurion le llevaron a separarse y crear su propio movimiento, la Alianza de los Sionistas Revisionistas y un movimiento juvenil, Betar. El motivo de la separación estaba en la definición de los objetivos del movimiento. Mientras que la meta de Weizmann y Ben Gurion era el logro de un Estado judío sin especificar sus fronteras, Jabotinsky definía claramente su propósito: El programa no es complicado. El objetivo del sionismo es un Estado judío. El territorio: ambas riberas del Jordán. El sistema: colonización masiva. La solución del problema financiero: un préstamo nacional. Estos cuatro principios no se pueden realizar sin la sanción internacional. Por lo tanto el mandato es: una campaña política nueva y la militarización de la juventud judía en Eretz Israel y en la diáspora.36 Al contrario que la línea principal del sionismo de orientación socialista, Jabotinsky se situó hacia la derecha. Consideraba que sionismo y socialismo eran ideologías incompatibles; para él la lucha de clases sólo podía causar graves daños a un Estado judío en formación. En 1948 los revisionistas fundaron el partido Herut al que se unió en 1965 el Partido Liberal formando el Gahal que pasaría a llamarse Likud en 1975. El sionismo de Jabotinsky no se asentaba en una reacción al antisemitismo, el pueblo hebreo no era una nación como resultado de la unión por el rechazo y el sufrimiento, sino como consecuencia de una conciencia nacional propia el sionismo era el medio para recuperar la esencia judía aunque también la forma de salvar a los judíos perseguidos. En lo que concierne a la diáspora, su posición era la negación, al igual que otros pensadores sionistas, estimaba que la vida en minoría y el odio a lo extranjero sólo podía conducir al desastre. Por ello el sino de la gola era la desaparición, ya fuera forzada por el odio gentil, ya por el progreso del sionismo. 6. EL SIONISMO DESPUÉS DEL ESTADO DE ISRAEL. A partir de los años 70 del siglo pasado, se produce un punto de inflexión en el pensamiento sionista. La sociedad israelí tuvo que hacer frente a la fuerte oleada inmigratoria procedente de la URSS al tiempo que entraba en una profunda crisis provocada por la guerra del Yom Kippur (1973) que trajo consigo un descenso de la aliya y un aumento de la ierida37. Como resultado de esta situación diferentes pensadores empezaron a estudiar el sionismo desde una perspectiva crítica analizándolo no sólo como un movimiento revolucionario y renovador del pueblo hebreo sino también estudiando su influencia sobre la sociedad israelí y su capacidad para resolver los problemas que le plantea. Entre estos autores podemos destacar a Igal Eilan y Shlomo Avineri. I. Eilan parte de la idea del pensador americano A. Hertzberg de que el sionismo convirtió el mesianismo religioso en un mesianismo laico en el que prima la libertad personal, la liberación nacional y la idea de justicia económica y social para dar lugar a una nueva identidad judía. Basándose en esto Eilan definió al sionismo como un movimiento que trata de dar una respuesta a los problemas de la existencia judía en el mundo moderno, es decir, el sionismo fue la respuesta a los problemas que la creciente secularización y decaída de la fe religiosa en la Europa gentil provocó en

35Plan propuesto por Herzl en el VI Congreso Sionista (Basilea, 1903) en el que se planteaba la colonización del este de África, de Uganda. El plan desencadenó una gran controversia, al fin el plan fue rehusado y Herzl apoyó la opción de Eretz Israel. 36Citado en Aranzadi, J. Op. Cit. Principio 352-353. 37Emigración de los judíos israelíes a otros países.

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la sociedad judía. El sionismo es importante en la vida judía y continúa siendo notable puesto que es la garantía de la continuación de la vida judía. S. Avineri también afirma que el sionismo sigue siendo importante para el judaísmo. Opina que el sionismo debe de ser una revolución permanente que consiga mantener la especifidad judía de Israel de forma que permanezca siendo un centro vital del judaísmo ya que, si esto se pierde, Israel puede transformase en un país con una realidad socioeconómica que no lo diferencie de otros estados occidentales. Podemos afirmar que la crisis de la sociedad israelí de los años 70 significó una revitalización de la ideología sionista cuyo carácter revolucionario fue rescatado para dar solución a los problemas que se planteaban en esos años. A partir de ese momento el pensamiento sionista evolucionó basándose en dos premisas, la búsqueda de su importancia para la sociedad y la confrontación que comenzó a producirse entre los investigadores que seguían una línea tradicional y los que seguían una línea crítica. A mediados de los 70 se produjo la condena del sionismo como una forma de racismo y a finales de esa década se inició el proceso de paz con Egipto que culminó con la firma de los tratados de Camp David en 1977. El sionismo tuvo que enfrentase a esos hechos. Para ello A.B. Ieoshua hizo una redefinición del sionismo afirmando que, después del año 48, el sionismo se había convertido en la ideología que establece que Israel pertenece al pueblo judío y no sólo a sus ciudadanos aunque definiendo tan sólo las relaciones pueblo judío-Israel y no abarcando todos los aspectos. Con esta definición Ieoshua trataba de evitar que el sionismo se convirtiera en un obstáculo para el proceso de paz. Esta defensa del proceso de paz fue compartida por A. Rubinstein quien, reivindicando el sionismo de Herzl, atacó el sionismo mesiánico de Gush Emunin.38 Para Rubinstein la naturaleza del sionismo es la creación de un nuevo judío que reclame su identidad nacional, sin esta base el sionismo pierde su razón de ser; por ello se opone a Gush Emunin que enfatiza los aspectos tradicionales y mesiánicos de la ortodoxia tradicional. Este debate sobre los aspectos modernos o tradicionales del sionismo no se limitaron a Israel, en Estados Unidos, A. Hertberg le dio un giro distinto al dar una visión del sionismo no centrada en los problemas de la sociedad israelí sino insistiendo en el problema de la asimilación; afirmando que los hebreos de la diáspora no pueden mantener su identidad a largo plazo y que la única solución es el sionismo y la aliya para poder mantener la identidad judía. Con esta afirmación Hertberg señalaba la trascendencia de la realidad de la diáspora occidental. En lo que a la relación Israel-diáspora se refiere, después de la creación de Israel apareció un grupo que defendía la separación completa entre Israel y la gola, esta ideología era conocida como Cnaanita o Centro de los Jóvenes Hebreos y estaba liderada por Ionatan Ratosh. La ideología de este grupo se basaba en la separación Iglesia-Estado por lo que sostenían que Medinat Israel debía ser un estado no definido por la religión, rechazaban los principios sionistas de Israel y abogaban por una total normalización del Estado. Por supuesto, esta corriente no fue muy popular y desapareció en los años 60. Una corriente similar a la de los cnaananitas fue la que hunde sus raíces en el sionismo revisionista y que fue desarrollada por Hillel Kook y Ari Jabotinsky, hijo de V. Jabotinsky. Según Kook, después del nacimiento de Israel hay que separar la religión del Estado de forma que no tiene que ser un Estado judío por definición si no que lo será en la misma medida que España puede ser considerado un país católico o Alemania un país luterano. El judaísmo debe ser considerado como una religión más sin ninguna influencia en la política del Israel. De esta forma la diáspora está formada tan sólo por personas de fe judía sin obligación alguna de emigrar a Israel ni tampoco con

38Grupo sionista aparecido después de la guerra de los Seis Dias que reivindicaba la unidad territorial de Eretz Israel y la obligatoriedad de su colonización como parte del proceso mesiánico de redención.

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algún deber respecto a Israel; asimismo, Israel es un Estado que solamente se debe a sus propios ciudadanos y en el que, al igual que en el resto de las democracias, hay separación Iglesia-Estado. La diferencia fundamental entre esta corriente y los cnaananitas es que no son antisionistas, Kook afirmaba que el propósito del sionismo era la absoluta normalización de la vida en consonancia con las demás naciones y sostenía que la Ley de Retorno39 debía de ser reformada para que sólo amparase a los judíos en peligro. Esta ideología no fue compartida por el líder del Herut Menajen Beguin y fue olvidada durante un tiempo, pero a finales de los 70 y principios de los 80fue retomada por el filósofo Iosef Agasi y el escritor Ioran Kaniuk. La idea básica de Agasi, quien sigue el pensamiento de A. Kook, es que nación y nacionalidad deben de fundamentarse en el territorio y que debe existir la separación Iglesia -Estado; sólo esto podrá conseguir que las relaciones entre israelíes judíos y no judíos puedan realizarse en plano desigualdad y respeto mutuo al igual que las elaciones entre judíos israelíes y judíos de otras naciones. A diferencia de Kook, Agasi no rechaza la continuidad de la diáspora, al contrario, estima que se debe de mantener los lazos con ella mediante la transformación de Israel en un centro religioso-cultural, similar al que reclamaba Ajad Haam, que tan sólo se podría conseguir mediante la separación entre religión-Estado. Frente a estas ideologías que no consideraban la gola como tema a sopesar en relación al sionismo y al Estado de Israel a finales de los 70 y comienzos de los 80, vuelven a surgir voces que retoman la negación de la gola como parte del pensamiento sionista. En esta línea de pensamiento hay que destacar a A.B. Iehoshua y Eliezer Schweid. En su ensayo el exilio-la solución neurótica Iehoshua retoma la negación de la diáspora considera la polémica de la gola como el centro de muchos problemas. Un hecho fundamental es que cree que la diáspora no fue forzada sino que es auto-impuesta y, por tato, no debe de ser vista como una catástrofe sino como Una deformación nacional muy profunda con lo que la solución debe de ser distinta a la habitualmente señalada. El sionismo surgió según Iehoshua a fines del siglo pasado no por el despertar de nuevos anhelos de Sión ni por un repentino odio a la gola, sino por el miedo a la gola. De pronto, los judíos advirtieron hasta qué punto la diáspora podía resultar peligrosa. El sionismo nació como un movimiento de unas pocas personas, la gran mayoría de los judíos rechazaron el sionismo y optaron por la permanencia o la emigración a otros países. Por otro lado, se da la paradoja de que la religión judía rechaza la gola como la forma de vida del judaísmo. Como vemos la gola genera una relación amor-odio en el seno del judaísmo, es decir, genera una conducta neurótica; el pueblo judío odia el exilio pero hace todo lo posible para mantenerse en él hasta que se produzca la redención y, al mismo tiempo, la aleja. Se siente culpable por no retornar a Eretz Israel y, por ello mismo, lo idealiza. La diáspora es la solución que el judaísmo da para evitar conflictos internos como el enfrentamiento entre el poder religioso y el civil o el dilema de ser un pueblo elegido. Pero esta no es más que una “solución neurótica” el verdadero remedio está en enfrentarse a esos problemas profundizar en el pensamiento, ampliar la intervención y, sobre todo, osar, para poder descender a las raíces mismas del virus de la diáspora que nos aqueja. La resolución del problema está en el sionismo que es la “terapia” para liberarse de los temores y para recuperar la conciencia nacional. La diáspora supone una existencia patológica que sólo puede ser remediada por la aliya. Eliezer Schweid, profesor de Filosofía judía en la Universidad Hebrea de Jerusalén, también publicó, a finales de los 70 y principios de los 80, una serie de artículos en los que analiza el pensamiento sionista. El problema de la diáspora y la normalización. En ellos Schweid afirma, al igual que Iehoshua, que la diáspora es la solución fácil ya que en ella los judíos pueden vivir su vida sin tener que satisfacer las exigencias que una vida judía plena en Israel demandaría. Para Schweid la finalidad del sionismo es diseñar una moral judía diferente, moral de un pueblo que sobrelleva por si mismo la responsabilidad de satisfacer todas sus necesidades vitales, moral de un pueblo que

39Ley aprobada en 1959 mediante la cual todo judío tiene derecho a asentarse en Israel y a obtener la nacionalidad israelí.

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vive dentro de sus propios marcos y para si mismo; es decir, el sionismo implica la necesidad de negar la diáspora ya que su propósito es la creación de un nuevo pueblo judío que controle su propio destino y que viva plenamente su propia identidad. La vida en la diáspora es incompatible con esa ideología ya que, aunque por un lado soporte al Estado de Israel, por otro, vive inmerso y asimilado en un entorno no judío en el que no puede evolucionar totalmente su identidad nacional. Por ello hay que rescatar la condición negadora de la diáspora que se había ido perdiendo después de la creación de Israel. El sionismo implica la independencia de los judíos lo que no es posible en la diáspora: Es posible decir que aún en la diáspora de nuestros días la existencia judía como pueblo es parasitaria... La negación de la diáspora es aún válida y cometimos un enorme error al abandonar esta crítica en la conformación de nuestras relaciones con el pueblo judío en la diáspora y en la educación sionista en la diáspora y en Israel al mismo tiempo. 7. SIONISMO Y POST-SIONISMO. 7.1 Post-sionismo. El concepto de post-sionismo no tiene una definición clara, según E. .Schweid hay tres aproximaciones del post-sionismo: 1- El sionismo alcanzó su objetivo con el establecimiento del Estado de Israel. A partir de entonces comienza una nueva etapa de normalización. Cuando algunos autores llegaron a la conclusión de que al Estado ya no le quedaba ninguna tarea por realizar y que, por tanto, debía de convertirse en un estado “normal”, nació el post-sionismo. 2- El sionismo es un movimiento nacional anacrónico en todos los aspectos que ya no es capaz de responder a las necesidades del mundo moderno. La menta del sionismo es resolver un problema que ya no existe o que es totalmente distinto a lo que era en el momento en que apareció el sionismo por lo que se imponen soluciones diferentes. 3- El sionismo fue un movimiento colonialista que no sólo no resolvía el problema que pretendía solucionar sino que además fue causante de numerosas injusticias en contra de judíos y palestinos. Por consiguiente, ha llegado el momento de superarlo, reparar sus injusticias e integrarse mediante el individualismo y el post-modernismo. La primera aproximación se podría considerar como la evolución del sionismo ya que éste no intenta ser un movimiento eterno, al contrario, tiene un claro objetivo: la normalización de la vida judía; el post-sionismo sería así el mantenimiento de los logros alcanzados por el sionismo. Sin embargo el post-sionismo actual va desde una postura crítica al sionismo a un abierto antisionismo. Su posición no es que el sionismo haya alcanzado su meta, ya que es totalmente consciente de que todavía tiene que lograr su objetivo, sino que es que hay que abandonar la ideología sionista y tomar el camino opuesto. Por consiguiente el post-sionismo sería la unificación de los dos últimos planteamientos, tomando elementos de una u otra posición. El post-sionismo sería de esta forma la manifestación del post-modernismo que se desarrolló después de la II Guerra Mundial a causa del fracaso de las ideologías de masas aunque con una característica especial: su tardía aparición. Después de la II Guerra Mundial el sionismo no fracasó, al contrario, pasó de ser la utopía de una minoría del pueblo judío a ser la realidad de la mayoría. Este proceso de realización conllevaba grandes sacrificios y renuncias del individuo en bien de la colectividad. Ahora bien, esta conciencia del sacrificio por el bien común entró en crisis con la guerra del Yom Kippur. Ya hemos visto cómo este hecho provocó una grave crisis en la conciencia e identidad nacional israelí. Muchos jóvenes llegaron a la conclusión de que el sacrificio que se les exigía no era compensado por el beneficio de la comunidad. De esta manera se llegó a la valoración del “yo” por encima de la comunidad, la familia o la nación y, a través de ello, a la crítica del sionismo que se basa en la obligación del individuo hacia su comunidad. Así el sionismo fue el objetivo de críticas similares a las que recibieron las ideologías fracasadas durante después de la II Guerra Mundial. Se afirmaba que la hashama había traído más

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mal que bien por lo que era necesario abandonarlo y tomar un camino distinto, aún cuando esto implicase la destrucción de sus logros. Esta visión crítica tuvo su reflejo en el mundo académico con la aparición de una nueva escuela de historiadores que ofrecían una visión crítica de la historia oficial promoviendo un debate que trascendió el mundo académico y se trasladó a toda la sociedad israelí. En principio el debate se centraba en torno a la construcción del Estado y el conflicto palestino-israelí, pero se fue ampliando con temas como la actitud del sionismo frente al Holocausto, a las comunidades judías bajo el dominio nazi o los métodos de absorción de los inmigrantes durante la primera década del Estado. Uno de los autores más relevantes de esta corriente es Benny Morris, profesor de la Universidad Ben Gurion del Neguev, quien negó las acusaciones de ser antisionista y también el ser post-sionista. Según él, su obra es sionista ya que presenta al sionismo como un movimiento de liberación nacional capaz de reconocer sus errores al tiempo que afirma que Israel ha entrado en una fase post-modernista en la que los intereses individuales priman sobre los colectivos, y es en este sentido en el que podemos clasificar a B. Morris como post-sionista. Morris fue el primero en usar el término “nuevos historiadores” para referirse a aquellos investigadores que exploran el pasado revisando las tesis historiográficas tradicionales y se enfrentan a los hechos aún cuando éstos puedan desacreditar la imagen tradicional del sionismo y del Estado de Israel. Al contrario que los “viejos historiadores” que supeditan su trabajo a la ideología y que ignoran, a sabiendas o no, los aspectos más oscuros de la historia reciente. En conclusión, el post-sionismo es una mezcla de ideología y pensamiento académico que no es homogéneo y que, para ser entendido, hay que encuadrarlo dentro de la profunda crisis de identidad sufrida por la sociedad israelí de los años 70 y 80. 7.2 La reacción al Post-sionismo. El post-sionismo fue duramente atacado por los pensadores traicionalistas y se desencadenó un debate muy productivo que aportó fuerza a la renovación del pensamiento sionista. El historiador Shlomo Aaronson considera que los post-sionistas no sólo son ignorantes en lo que al judaísmo se refiere sino que además lo atacan premeditadamente. Según él, no comprenden la política del pasado y, por tanto, no pueden ni revivirlo no explicarlo y sus juicios están fuera de contexto. Aaronson afirma que el pensamiento post-sionista tiene raíces antisemitas sean o no conscientes de ello estos autores. Ioab Guelber, profesor de la universidad de Haifa, realizó un estudio sobre la historiografía del sionismo en el que asegura que esta nueva orientación de la investigación es una moda iniciada en universidades occidentales y publicaciones de jóvenes investigadores israelíes que se enmarca en la era de la desideologización. Rechaza el nombre de Nuevos Historiadores poniendo en duda que busquen la objetividad libre de influencias ideológicas o que analicen las fuentes de forma sistemática, al contrario, afirma que realizan una selección parcial de las mismas. Igualmente rechaza la responsabilidad israelí en el problema palestino sosteniendo que éstos fueron víctimas de sus propios errores. Por otro lado, admite que la polémica en torno al post-sionismo ha abierto la puerta a nuevos debates e interrogantes así como a nuevos materiales. Otra de las voces que se alzaron contra los post-sionistas fue la de Amnon Rubinstein, profesor de derecho constitucional, miembro del partido Meretz y ministro de educación en el gobierno de Rabin. Según Rubinstein el post-sionismo forma parte de una corriente ideológica antisionista cuyo fin es atacar el sionismo y cuya consecuencia es la fragilidad del sionismo moderado; es decir, el post-sionismo no es una escuela académica legitima sino que está inmerso en la lucha por deslegitimizar el sionismo. Los post-sionistas no escribirían una nueva historia sino que proseguirían la propaganda anti-sionista tomando como ejemplo a Ilan Pappe, historiador y profesor de la Universidad de Haifa quien afirmó públicamente que su intención era deslegitimar el sionismo y difundir las ideas anti-sionistas que es lo que proclama el Partido Comunista de Israel. Un tema que Rubinstein rechaza categóricamente es el de aprovechamiento, por parte de los sionistas palestinos, de la Shoa y de sus víctimas, la “sionización del Holocausto”, término que

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considera enfermizo en forma especial y abominable, afirmando que es una teoría falsa y que se fundamenta en un razonamiento antisemita. En otras palabras, Rubinstein admite que el sionismo ha cometido errores y que es legítima la investigación a la luz de los nuevos documentos pero afirma que no es esto lo que efectúan los post-sionistas que no buscan la verdad histórica sino que utilizan la historia por motivos ideológicos. Pero no todos los autores rechazan de plano a la escuela de los nuevos historiadores. Por ejemplo, la profesora de la Universidad de Tel-Aviv, Anita Shapira no considera a los post-sionistas como la evolución del pensamiento antisionista. Los evalúa como una generación nacida y educada después de 1948, que no se formaron en la lucha por la consecución del Estado de Israel ni vivieron directamente el trauma del Holocausto, al contrario, son producto de la normalización de la sociedad israelí y de la crisis de la misma después del Yom Kippur, y que aparecieron en el mundo académico en los años 80 con interés en nuevos temas aparte de la lucha por la independencia y del problema palestino. A. Shapira valora que la obra de B. Morris es el producto de investigaciones seria y fundamentadas y que en ellas se nota la inversión de un gran esfuerzo para logra una precisión factual y una evaluación equilibrada del significado de los hechos40. De igual forma estima beneficioso que la obra de Morris haya contribuido a aumentar la sensibilidad de los israelíes hacia el problema de los refugiados palestinos y a la formación de una nueva visión de la guerra de Independencia, no como una lucha de buenos contra malos, sino considerando también las injusticias cometidas contra el bando opuesto. Por otro lado Shapira considera que las acusaciones de los post-sionistas a los sionistas palestinos referentes al abandono de los judíos victimas del Holocausto por dar preferencia a la construcción del Estado o su actitud negativa hacia el judío de la diáspora, son exageradas y que interpretan los hechos históricos no en función de la objetividad sino como parte del debate moral y de la búsqueda de una nueva identidad nacional. Esta actitud sería resultado del post-modernismo y constituiría un retroceso hacia la politización de la investigación. Lo que propone Shapira es realizar la diferenciación de la revisión de los procesos históricos y la utilización de los mismos para defender ideológicamente la postura palestina o el antisionismo. 7.3 La renovación del pensamiento sionista. Hemos visto como la aparición del post-sionismo y de los nuevos historiadores provocó un fuerte debate tanto en el mundo académico como en el seno de la sociedad israelí. Este debate no tuvo solamente efectos negativos, también fue el responsable de la renovación del pensamiento sionista. Esta tendencia comenzó en los años 80 con los profesores Shlomo Avineri y Josef Gorni que reclamaban que el sionismo mantuviera su carácter revolucionario. En su obra La búsqueda de la identidad nacional (1980), Gorni considera el sionismo como una rebelión que debe de transforma la existencia judía en base a un modelo ideal. Ni la vida de la diáspora implica el fracaso del sionismo ni la existencia de Israel implica el declive del sionismo como ideología. El sionismo debe luchar por la unidad cultural y espiritual del judaísmo mundial y debe de crear una armonía entre la diáspora e Israel mediante el equilibrio de la dependencia e independencia mutuas. Gorni sostiene que este nuevo movimiento sionista post-estatal ha de ser un Jivat Tzion renovado. El sionismo del pasado fue un movimiento de liberación nacional y en el futuro debe de fortalecer la voluntad rebelde de los miembros de nuestro pueblo que aspiran a ser judíos. Gorni también tomó parte activa en el debate sobre el post-sionismo. Diferencia entre un post-sionismo positivo y otro negativo estimando éste como una continuación del odio antisionista de un pequeño grupo de intelectuales que añadieron a los antiguos argumentos las posturas extremistas del post-modernismo y las ideas ultra-ortodoxas cercanas a Agudat Israel, mientras que el primero, considera el carácter liberador del sionismo y destaca los logros obtenidos aunque

40Citado en Goldstein, Y. Corrientes y dilemas del pensamiento sionista contemporáneo.

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considera que su papel ha terminado. A este respecto Gorni alega la necesidad del sionismo hoy día, un sionismo renovado que sirva de orientación al judaísmo mundial; se debe de mantener la unidad del pueblo judío y tan sólo un Estado judío puede lograrlo. E. Schweid propone el desarrollo de un pensamiento crítico constructivo en torna al sionismo de forma que de respuesta a los desafíos que se le plantean al judaísmo hoy día. El sionismo atraviesa una crisis pero eso no significa que tenga que desaparece, ya que una crisis puede tener efectos positivos al fomentar la renovación. El problema no es la ideología en si misma, sino la identificación social con ella, por ello el problema no es enfrentarse al post-sionismo, sino la afirmación del sionismo de forma que se refuerce su identidad con el pueblo hebreo. El centro del dilema está en que la mayor parte de los judíos que se consideran sionistas no tienen un compromiso que se refleje en la acción. Su conclusión es que la única forma de superar la crisis del sionismo es evitar que se desligue del judaísmo: El sionismo es el proceso de realización creativa de la identidad judía cultural. Por lo tanto debe elevar con metas sionistas principales los siguientes puntos: la renovación de la educación judía en el Estado de Israel y en las diásporas, el desarrollo de una cultura judeo-israelí moderna que conserva los lazos con las fuentes judías. En esta misma línea de renovación del pensamiento sionista se sitúa el profesor Iejzkel Dror de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Al igual que Gorni, Schweid o Rubinstein, Dror considera al sionismo y a Israel como el eje central del judaísmo y que el sionismo debe de innovar sus valores, preocuparse por las características judías de Israel y los problemas de la diáspora. Los judíos necesitan un nuevo sistema de valores que mantenga su existencia y la naturaleza judía de Medinat Israel. Según él, deben de desparecer conceptos como la negación de la diáspora o la priorización del trabajo manual y agrícola para dar paso a nuevos valores más acordes con el mundo actual. 8. CONCLUSIÓN. El sionismo comenzó siendo el sueño de un puñado de personas y evolucionó para convertirse en la realidad de millones de judíos en el mundo; aún así todavía le queda mucho camino por recorrer y muchos desafíos a los que enfrentarse. Vivimos en un mundo en el que las ideologías y los sueños han perdido importancia, ya pocos creen en las utopías y menos luchan por ellas; el mundo es cada vez más materialista y hedonista, el “yo” gana terreno al “nosotros”, el dinero tiene más importancia que los valores éticos, se prima la belleza física frente a los valores humanos, las ganancias económicas lo son todo aún a costa de matar seres humanos o de acabar con la ecología del planeta. Nuestro mundo se está convirtiendo en un sitio donde no hay lugar para los sueños, la bondad o la belleza de la naturaleza; tan sólo hay lugar para la ambición, la destrucción y la indiferencia. Este es el mayor desafío de las ideologías que aún perviven y de aquellos soñadores que las mantienen con vida y es con esto contra lo que se tiene que enfrentar el sionismo como ideología. Vivimos en un mundo en el que las diferencias son cada vez menores, la “cultura de la Coca-Cola y el burguer” está unificando el mundo y a todo ello tiene que dar una respuesta el sionismo. Su objetivo ya no es la creación de un Estado para los judíos, su objetivo debe de ser luchar contra la realidad que se está implantando para mantener la cultura e identidad judías; Israel no debe de ser sólo un refugio para los judíos que puedan estar en peligro o que sean perseguidos por el hecho de serlo, debe además convertirse en un centro espiritual que fortalezca al judaísmo, debe de crear fuertes lazos espirituales con la diáspora al tiempo que mantienen su independencia. Pero también tiene otro reto, llevar a cabo el ideal de los padres del sionismo de constituirse como un Estado modelo para el resto de naciones y, al tiempo, normalizar la vida de sus ciudadanos. Esto no será posible mientras exista un estado de guerra perpetuo con sus vecinos. Es necesario llegar a una paz total y completa con los árabes, sólo así se podrá desarrollar la normalización. Herzl no soñó con un Estado judío que fuera una copia de Esparta, no es posible un pleno desarrollo, ni de las personas ni de las sociedades cuando se vive inmerso en un clima de guerra, odio y sangre. Israel, y por extensión, todo Oriente Medio, sólo podrá desarrollarse, social y económicamente, en un ambiente de paz y armonía.

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El sionismo tiene que hacer frente a sus errores, sólo reconociendo sus fallos, sólo reconociendo las injusticias que ha cometido y comete podrá dar un paso adelante en su proceso evolutivo para renovarse realmente y conseguir dar respuesta a los desafíos que se le plantean y a las necesidades del pueblo judío. El sionismo, como afirma S. Avineri, debe de ser una revolución permanente.