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X Congreso Argentino de Antropología Social
Buenos Aires, 29 de Noviembre al 02 de Diciembre del 2011
Grupo de Trabajo:
GT 34-De ecologías, riesgos y conservaciones: la relación
naturaleza-cultura en la antropología del siglo XXI.
Título del Trabajo:
Interacción cultura-ambiente de los primeros colonos inmigrantes judíos
de la prov. de Santa Fe.
Armando Mudrik.
Facultad de Matemática, Astronomía y Física.
Universidad Nacional de Cordoba.
X Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Filosofía y Letras – UBA – Buenos Aires, Argentina 1
Introducción
En este trabajo abordamos el estudio del impacto del cambio de ambiente en
la vida litúrgica y prácticas cotidianas del primer grupo de colonos inmigrantes
judíos oriundos de Europa del este, asentados en el norte de Santa Fe a fines del
siglo XIX.
Esta comunicación forma parte del primer estudio dedicado exclusivamente a
la interacción cultura-ambiente entre los inmigrantes judíos europeos en el Chaco
argentino. Como tal, se inscribe en el marco de un emprendimiento de diversos
investigadores para abordar globalmente los vínculos entre ambiente y cultura en el
Chaco argentino.
Las conclusiones son el resultado de trabajo de campo etnográfico en Moises
Ville, un análisis de las apreciaciones del nuevo entorno, presentes en cartas de
algunos de los mencionados colonos enviadas a Europa (hoy pertenecientes al
archivo del IWO Argentina), y notas de observaciones de contemporaneos al grupo
abordado.
Inmigración y colonización en Argentina
En nuestro contexto el término colonización se refiere a un proceso social
promovido por el estado nacional que vincula el ingreso de inmigrantes europeos al
país para ser ubicados en zonas poco pobladas y practicar la agricultura y
ganadería. Fue un fenómeno que tuvo lugar desde mediados del siglo XIX hasta
mediados de siglo XX. Particularmente el objetivo del estado era que los
inmigrantes europeos actuaran como “fuerza civilizadora”.
El gobierno nacional, y los gobiernos provinciales fomentaron la llegada de
estos inmigrantes por medio de contratos con empresas colonizadoras o
particulares, que se encargaron de traer a los colonos europeos.
Ya en 1876, en la provincia de Santa Fe se contaban sesenta y una colonias
agrícolas en plena producción, entre estas Esperanza, la primera que prosperó en
Argentina. Diversos problemas en suelo europeo impulsaron a los colonos a
lanzarse rumbo a la Argentina. Cada uno de estos problemas, dio origen a un tipo
particular de inmigrantes.
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La masiva llegada de colonos tanto de Europa central y del este, como de
España e Italia, tendría un profundo impacto en la sociedad argentina. Desde lo
económico, desplazaría el énfasis en la ganadería extensiva introduciendo la
agricultura a gran escala. Generaría una nueva clase de pequeños productores que
se agregaría a los grandes propietarios latifundistas ya existentes. Daría lugar
también al origen de una masa de trabajadores rurales cuyos hábitos y conciencia
de grupo tendría gran impacto en los movimientos sociales del campo argentino de
allí en adelante. Desde el punto de vista cultural, la gran diversidad de los colonos
inmigrantes, que trasladaron y en parte adaptaron sus hábitos de origen, generó
importantes cambios en los usos y costumbres del campo argentino.
Los inmigrantes que eran ubicados en colonias tenían una vida organizada
con ciertas características dependiendo de la empresa colonizadora y de las
colectividades presentes en cada colonia.
Podemos darnos una idea de la forma de vida de los colonos analizando las
estadísticas producto de los censos realizados en el siglo XIX en las colonias
agrícolas de la provincia de Santa Fe. Algunos de estos datos nos dejan en claro
que las condiciones de vida al comienzo eran paupérrimas. En principio,
aproximadamente el 30 % de los inmigrantes ingresados a Santa Fe en el periodo
de 1880 a 1888, eran analfabetos. Durante casi la segunda mitad del siglo XIX, el
80% de los “colonizados” vivía en ranchos. Por otra parte, un indicador de la calidad
de vida de determinada comunidad es el índice de mortalidad y en 1882, en las
colonias más desarrolladas de Santa Fe, la mortalidad infantil era aproximadamente
150% superior a la de adultos (Gori, 1958). Para finalizar, hay que tener en cuenta
que mujeres y niños trabajaban junto a los hombres en las chacras.
Con respecto al contacto con pueblos originarios y criollos, generalmente las
familias “colonizadas” contrataban a criollos como obreros rurales. Hay testimonios
de contactos tanto pacíficos como violentos con grupos aborígenes que se
acercaban a las colonias, pero por lo general los aborígenes también eran
contratados como obreros rurales por los colonos.
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“Los podoliers” y el origen de Moises Ville
A partir de 1881, con el ascenso al poder de Alejandro III, se encrudece la
política antisemita en el imperio ruso. Pogroms (ataques organizados a poblados
judíos), restricción oficial de derechos y confinación de vida en la Zona de
Residencia (aproximadamente la frontera suroeste del imperio ruso). Las
comunidades judías en los pueblos, vivían culturalmente aisladas del resto de la
sociedad y sus relaciones con no judíos eran puramente comerciales. Al tener
restringido el acceso a la tierra, los judíos practicaban los más variados oficios,
siendo profesionales, mercaderes y en algunos casos “sofers” o escribas de textos
sagrados de la Torá.
Estos problemas impulsan, en 1889, a un grupo organizado de
aproximadamente 120 familias de la zona de Kamenetz, Podolia (parte de la “Rusia
zarista”, hoy Ucrania), a emigrar. La idea original del grupo era “ser colonizados” 1 en
Palestina. Pero luego de trámites frustrados para concretar este fin, el delegado del
grupo en París, se contacta con el agente promotor de las tierras de Rafael
Hernández (hermano del autor del Martín Fierro) en Europa, con quien cierra un
trato, comprando lotes de tierras en la provincia de Buenos Aires.
Este grupo de colonos fuertemente nucleados en torno a su fe religiosa, traía
consigo todos los elementos necesarios para desarrollar su vida litúrgica
Ashkenazim y cotidiana como lo venia haciendo hasta antes de su emigración, entre
ellos: utensilios y calderos kasher, un shofar (ver fig. 1 en Anexo), dos rollos de La
Ley y libros sagrados de oraciones. Los migrantes viajaban junto a su líder
espiritual, el rabino Aaron Halevi Goldman. Otra característica distintiva del grupo
era su lengua, el idish, hablado por los judíos del bloque Ashkenazim.
Así el 16 de agosto de 1889 ingresaron a la Argentina, siendo reconocidos
formalmente como "colonos". Por distintos motivos económicos el contrato contraído
en Europa no se concreta en Argentina. Por ello, el grupo entra en contacto con la
1 Término propio del castellano regional de Santa Fe, que hace referencia al proceso de asentar un
grupo de personas en tierras para practicar agricultura y gandería. Surge a partir del gran proceso
de colonización durante fines de siglo XIX y principios de siglo XX en la provincia de Santa Fe y
es hasta hoy utlizado por descendientes de colonos inmigrantes.
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pequeña comunidad judía de Buenos Aires, quienes facilitan un contrato de
colonización con el Dr. Pedro Palacios, terrateniente del norte de la provincia de
Santa Fe. De este modo, las aproximadamente 827 personas del grupo, parten de
Buenos Aires a los terrenos donde serían “colonizados”, llegando a destino el 7 de
Septiembre de 1889.
Luego de varias calamidades sufridas a la espera de la concreción del
contrato, aproximadamente 50 familias logran asentarse en lo que luego los colonos
denominarían “Moises Ville”, a fines de Octubre o principios de Noviembre de 1889,
luego de la “Fiesta de las Cabañas” (Sucot)2. El resto de las familias se cree que se
dispersó en la zona.
A partir de la fundación de la Jewish Colonization Association (JCA) en 1891,
las tierras correspondientes a la colonia Moises Ville y ciento de miles de hectareas
en la zona pasan a ser parte de la citada empresa colonizadora, “colonizandose” en
ellas, hasta mitad del siglo XX, miles de familias judías provenientes de Europa del
este y Alemania.
Es así que los colonos llegados después del primer grupo y contemporaneos
a ellos, denominaban a estos pioneros como “los podoliers”.
“ Los jasidim”
El gupo de colonos abordados era una comunidad perteneciente a la
corriente judaica del jasidismo; movimiento religioso ortodoxo y místico, nacido en
Europa del este alrededor de la segunda mitad del siglo XVI.
Las principales características de los grupos pertenecientes a esta corriente
son la influencia de la Cábala, la vida en comunidades insulares y tradicionales, la
observación estricta de los preceptos halájicos y el seguimiento de los dictámenes y
recomendaciones, en todas las áreas de la vida, del líder espiritual.
2 Sucot, es una de las tres festividades más importantes del judaísmo. Llamada también “Fiesta de
las Cabañas” o “de los Tabernáculos”, es celebrada en Israel del 15 al 22 del mes hebreo de
Tishrei, y un día más en la diáspora judía. Es una fiesta de origen bíblico que recuerda las
vicisitudes del pueblo judío al deambular por el desierto, después de la salida de la esclavitud en
Egipto.
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A un jasidim se lo distingue en su apariencia por vestir saco largo oscuro,
sombrero negro, usar pelo corto y barba; mientras que a una mujer, por cubrir los
cabellos con un pañuelo (ver fig. 2 en Anexo).
Los preceptos Halájicos : Las Mitzvot
La Torá3, en hebreo significa “enseñanaza, ley”. En la Torá están presentes
las leyes de los libros de Moisés, que son pensadas por los jasidim como las reglas
fundamentales para guiar la conducta de un judío.
Generaciones sucesivas fueron interpretando, analizando, actualizando la ley
mosaica, dando origen al Talmud en el siglo VI, en el cual la ley se llama halajá.
El total de leyes o preceptos halájicos (Mitzvot) fué contabilizado en 613. De
ellos 365 enseñan lo que no hay que hacer. Los otros 248 son preceptos
afirmativos, que precisan lo que hay que hacer.
Shuljan Aruj (Mesa servida) es el nombre por el que se conoce a la más
importante recopilación sistemática y organizada de todo el material halájico
existente, realizada por Josef Caro. Esta obra resulta la enciclopedia del quehacer
cotidiano del judío.
El libro se divide en cuatro tomos:
1) Las leyes de la existencia cotidiana, sábado, fiestas.
2) Leyes relativas a la pureza, kashrut.
3) La vida del hogar, la familia.
4) Delitos civiles y penales.
En el siglo XVII el libro de Caro se impuso como el compendio de máxima
autoridad en materia de legislación rabínica.
3 La Torá es el conjunto de los textos que a partir del siglo II D.C. pasaron a ser conocidos
especialmente en el mundo cristiano como Pentateuco y reúne los primeros cinco libros de la
Biblia.
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Características del nuevo entorno natural de los colonos
Moises Ville se encuentra en el centro-norte de la provincia de Santa Fe, al
sur del departamento San Cristóbal. En 1889 la densidad poblacional no aborigen
en la zona era muy baja, existiendo un número reducido de poblados, entre ellos
Sunchales, algunas familias piamontesas colonizadas en estancias y criollos
obreros rurales dedicados a tareas pastoriles en estancias.
La región abordada forma parte del bioma denominado Espinal o Chaco
empobrecido. Presenta un clima calido-templado subtropical, de lluvias abundantes,
con un período húmedo de marzo a abril y período seco de junio a septiembre. El
período de heladas se extiende de mayo a septiembre.
Los vientos estacionales provenientes del norte y noreste son calidos-secos y
calidos-húmedos, respectivamente. El viento local es del sudoeste o pampero,
siendo fresco y seco.
Hidrógraficamente la zona al momento de la llegada de los colonos era
pobre, no existiendo canales o cursos de agua.
El relieve resulta una llanura con zona de cañadas o áreas inundables y
suelos de pradera aptos para la agricultura.
La flora del lugar está caracterizada por la presencia de bosques xerófilos y
abiertos, de plantas leñosas y espinosas de talla baja y mediana, que alternan con
sabanas y estepas herbáceas y arbustivas. Las especies vegetales más
representativas son: algarrobo, chañar, espartillo, espinillo, tala, caranday, entre
otros.
Las especies animales más comunes presentes resultan ser: vizcacha,
murciélago, comadreja, zorrino, y aves como biguá, patos, gallineta, perdiz,
lechuzas, carancho, martineta, entre otras.
Primeras experiencias en el nuevo entorno
Como mencionamos, para los podoliers, Argentina no fue un destino tenido
en cuenta al momento de emigrar. Según el relato de uno de los podoliers, Salomon
Alexenicer (Cociovitch, 2005), el grado de desconocimiento del nuevo destino era
tal que su principal duda era si al llegar serian esclavizados o convertidos a la
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fuerza. Estas dudas fueron aclaradas por consejeros en París, quienes pintaron un
panorama a los colonos con la frase: “Es un país donde fluye la leche y la miel, un
país libre” (Bizberg, 1941).
El primer contacto de los colonos con el que seria su nuevo entorno, ocurrió
cuando parte del grupo desciende de su viaje en tren en lo que es hoy estación
Palacios, 17 Km al oeste del lugar donde posteriormente se asentarían
definitivamente, y otra parte en Monigotes, la próxima estación 24 Km al norte de
Palacios. En estos lugares los colonos habitan “a cielo descubierto” desde el 7 de
septiembre hasta fines de octubre-principios de noviembre de 1889, en viviendas
improvisadas con material vegetal de la zona, estacas y tirantes donados por el
terrateniente colonizador. Fotografías de esta etapa del asentamiento de los
colonos, fueron tomadas por Ernesto Schlie en 1889, siendo el material documental
(Schlie, 2000) de más peso con en el que se constatan los relatos de los pioneros
(ver fig. 3 en Anexo).
Las primeras apreciaciones encontradas en cartas enviadas por algunos
colonos a Europa (Cociovitch, 2005; Bizberg, 1941), son referentes al clima de la
zona. Entre ellas se pueden encontrar: “todo aquí es al revés de lo acostumbrado”,
haciendo referencia en el hecho que “el calor viene del norte y frío del sur”. Además
comparando con el invierno del sur de Ucrania, “el invierno no existe
prácticamente”, “no hay nieve ni para remedio” y “ni se encienden los hogares”.
Sobre el paisaje, la imagen generada era de una “estepa desierta”,
refiriéndose a la ausencia de hitos del paisaje que marcan la presencia de personas
en el entorno de origen de los colonos, como lo son construcciones o aglomerado
de viviendas al estilo europeo. Más especifico en esta apreciación, es el colono Noe
Cociovitch, quien arriba a Moises Ville en 1894 y convive con los podoliers,
compartiendo la misma sensación generada por el entorno: “...recorrí viajando los
alrededores de Moises Ville...Mis ojos, empero, no detectaron el menor rastro de
una población, sino sólo tierra cubierta de pasto y plantas silvestres” (Cociovitch,
2005).
Además, Cociovitch caracteriza al Moises Ville de los podoliers en aquel
momento, con la frase: “De lejos, la nueva población de Moises Ville parecía un
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viejo cementerio con lápidas sepulcrales cubiertas de polvo” (Cociovitch, 2005).
Estas apreciaciones nos ayudan a comprender el concepto de poblado y desierto al
que se refieren los colonos inmigrantes.
Una vez colonizados o asentados en sus chacras en Moises Ville, los
podoliers opinan, según testimonios recogidos por colonos contemporáneos a ellos,
acerca de la “poca fertilidad de la tierra para hortalizas”.
Conseguir agua fue un tema importante, en un lugar donde no había cursos
de agua. Una vez asentados, los colonos aprendieron de obreros rurales a practicar
pozos para obtener agua, motivo por el cual se generó al principio cierta
“desconfianza” sobre la calidad de este elemento vital.
El asentamiento en un lugar totalmente desconocido, genera nuevas
experiencias desde el momento de la exploración del mismo, como la perdida de
orientación, que no es factible hasta que se reconozcan hitos del paisaje que nos
sirvan de referencia. Respecto a esto los podoliers testimoniaron: “Si alguien salía
del campamento, solía errar entre los pastos altos y no encontraba tan fácilmente el
camino de regreso. A menudo debía buscarse al extraviado; cierta vez se encontró
a un niño perdido después de ocho días de búsqueda”.
En algunos casos, la forma de responder al problema de “pastores
extraviados”, fué generar “señales de fuego en los tejados, de noche”.
Esto nos habla de la necesidad del grupo de caracterizar y memorizar el
nuevo paisaje, para moverse sin problemas en el nuevo entorno.
El impacto en las prácticas culturales
El traslado hacia el hemisferio sur, a un ambiente totalmente distinto y
desconocido para los colonos, trajo aparejado una serie de dudas y nuevos
planteos referentes tanto a la vida litúrgica como a la regulación de la vida cotidiana
por los preseptos halájicos. Todas estas dudas y problemas eran planteadas al
rabino Goldman, quien a su vez en ciertos casos, generaba toda una serie de
discusiones rabínicas entre los más importantes rabinos del hemisferio norte.
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Kashrut
Dentro de los preceptos halájicos se encuentran los que regulan o
reglamentan la alimentación humana, señalando lo que es Kasher (propio, puro,
adecuado) y lo que está prohibido comer. Estas leyes han sido interpretadas por
los entrevistados en el trabajo de campo, en algunos casos como “medidas de
higiene” y en otros como prácticas que “forman parte de la tradición”.
Algunas de las leyes poseen una fuente clara en la Biblia, como la
prohibición de mezclar alimentos lácteos con carne. Esta prohibición genera que
existan utensilios y vajilla Kasher, o sea, utensilios y vajilla que no están en contacto
con leche y carne al mismo tiempo, entonces en un hogar kasher existen dos grupos
de elementos, que se guardan en lugares separados, uno para el contacto con la
carne y el otro para el contacto con leche.
Ahora bien, los dos grupos de elementos durante el año, pueden estar en
contacto con levaduras pasando a ser Jometz además de Kasher.
En la festividad de Pesaj, donde se conmemora la salida del pueblo hebreo,
encabezado por Moisés, de la esclavitud egipcia; no está permitido comer levaduras
y esto es en recuerdo al pan sin levadura que comió el pueblo judío durante el
éxodo (pan ácimo, Matzá). Por lo tanto es necesario utilizar utensilios o vajilla que
no sean Jometz o que no estuvieron en contacto con levaduras. Es así que algunas
familias de podoliers (familias abordadas), poseían doble juego de vajilla y
utensilios, los dos Kasher pero uno era utilizado en Pesaj (el no Jometz). Pero
existió el caso de familias de podoliers que solo poseían un solo juego de utensilios
y vajilla kasher, o casos en los que poseían doble juego de vajilla kasher y no de
utensilios.
A este problema, algunas familias lo resolvían con métodos en los que
intervienen el entorno natural. Hemos encontrado en los testimonios de
entrevistados, asociados a los podoliers, dos casos interesantes al respecto, en el
primero “...cambiaban la vajilla pero no tenían cubiertos dobles entonces hacían dos
pozos en la tierra uno para los cubiertos que se utilizaba para la carne y otro para
los que se utilizaba para la leche. Luego se le echaba una pava con agua hervida
para descontaminarlos del jometz”.
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En el otro caso la familia solo poseía un juego de vajilla y utensilios kasher
para todo el año, entonces para “kasherizar o purificar la vajilla, primero se enciende
el horno y se pone a calentar un ladrillo. También se busca un balde grande con
agua donde se tira el ladrillo al rojo vivo y ahí se ponían los platos, cucharas y
cucharitas a purificar...los cuchillos, lo de corte, se plantaban en la tierra a la vuelta
de un árbol, durante la noche...el árbol era un algarrobo o chañar”.
La Biblia clasifica a los animales en puros e impuros. Los puros reúnen dos
condiciones primordiales: ser rumiantes y tener pezuña partida en dos. Si no juntan
ambas condiciones, y solo tienen una de ellas, están prohibidos. Por ejemplo, el
cerdo.
Los animales puros deben ser sacrificados por un shojet (matarife) y en un
acto especial que se denomina shejitá. El animal, aunque sea puro, si no pasa por
este proceso, no es kasher. A la vez existen partes permitidas del animal que son
kasher, por ejemplo en el ganado vacuno estas partes se encuentran en la parte
delantera del mismo.
Por lo tanto los podoliers no aceptaban ningún otro animal que no haya sido
anteriormente clasificado como puro, ni mucho menos cortes de carne de algún
animal que siendo puro no haya sido sacrificado y faenado por su shojet, el rabino
Goldman. Esto generaba opiniones por parte de colonos piamonteses y criollos en
contacto con los podoliers, que recogimos en el trabajo de campo, como: “...tiraban
casi todo el animal que se les daba para carnear” y en algunos casos “los restos de
carne no kasher, se los daban a los criollos”.
Pero el vínculo generado con personas no judías no solo estaba dado por la
carne kasher. Dado que todas las verduras, son kasher, los colonos piamonteses
establecidos en la zona al momento de la llegada de los podoliers, proveían a estos
de hortalizas, “les daban alimentos de las huertas, porque los fanáticos, cierto tipo
de comida no comían”.
Las aves kasher son identificadas por una tradición transmitida de generación
en generación y universalmente aceptada. La Torá no describe características
físicas específicas para clasificar kasher a un ave sino que, al parecer, son impuras
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las aves de rapiña. El texto bíblico se limita a enumerar los casos positivos y los
negativos.
El problema para nuestros colonos fue clasificar ciertas aves de la región
como kasher, pues distan de las conocidas y clasificadas en Rusia.
No conocemos una lista o clasificación explícita de las aves del nuevo
entorno, pero sabemos por testimonios de colonos que convivieron con los
podoliers, que el matarife del grupo, fué llevado a Monigotes por colonos judíos de
ese lugar para sacrificar aves, en cierto Hoshaná Rabá o ultimo día de la fiesta de
Sucot (Cociovitch, 2005). No tenemos certeza de cuales eran esas aves, pero
realizando un análisis de las aves de la zona, la única que es rapaz es el carancho,
por lo que en principio todas las otras aves de la zona podrían haber sido aptas
para consumo.
Ayunos
Preceptos sobre ayunos hay muy pocos, limitados, y con causalidad muy
clara. Los ayunos sobre los que hemos encontrado observaciones por parte de los
colonos, relacionadas con la experiencia de ser vividos por primera vez en el
hemisferio sur, son los ayunos de los días: 10 del mes hebreo de Tévet, día en el
que se conmemora el sitiado de Jerusalén por los babilonios, y 17 del mes hebreo
de Tamuz, en recuerdo a las rupturas de las murallas de Jerusalén. Los ayunos
deben ser practicados del alba al anochecer.
Es sabido que la cantidad de horas de sol al día, depende de la época del
año y de la posición respecto al ecuador del observador. Por ejemplo un día de
diciembre en Argentina, el sol permanece más horas sobre el horizonte que en
Rusia.
Es por esta razón que por primera vez los colonos deben ayunar el 10 de
Tévet, “todo un largo dia de verano” (aproximadamente principios de enero del
calendario gregoriano); y el 17 de Tamuz “resulta ser un corto dia de invierno”,
aproximadamente principios de julio (Cociovitch, 2005; Bizberg, 1941).
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Es por lo tanto el cambio en la duración del ayuno, respecto a lo
acostumbrado, lo que causa el impacto en lo colonos, producto del cambio de
hemisferio.
Festividades y oraciones
Las fiestas judías de Pésaj y Shavuot, tienen su origen en festejos vinculados
a ciclos de la naturaleza en Israel o el hemisferio norte. Pésaj, coincide con el
comienzo de la primavera en Israel o en el hemisferio norte; y Shavuot está
vinculado al período de cosechas en Israel, que ocurre en el mes hebreo de Siván o
entre mayo y junio del calendario gregoriano.
Algunas oraciones vinculadas a la naturaleza se practican en estas
festividades y en Sucot (la fiesta de las cabañas), como lo son las oraciones del
rocío que se practican en el período de Pésaj a Sucot, o sea durante la temporada
de primavera-verano en Israel o en el hemisferio norte.
Teniendo en cuenta este fuerte vinculo de las fiestas judías con los ciclos
naturales en el hemisferio norte, otras de las consecuencias del ingreso de los
colonos al hemisferio sur, resultó el impacto de celebrar por primera vez Pésaj en
otoño y vivir la época de sus cosechas durante los meses de Kislev-Tévet, del
calendario hebreo, o entre diciembre y enero del calendario gregoriano (Cociovitch,
2005).
También hemos encontrado repercusiones en el grupo, al orar para pedir por
rocío durante la temporada de otoño-invierno en Moises Ville (Cociovitch, 2005).
“Todo aquí es al reves de lo acostumbrado...” , escribió un podolier en carta a un
“rabí” de Europa (Bizberg, 1941); caracterización que nos deja claro el impacto del
nuevo entorno natural.
El shabat
El séptimo día de cada semana del calendario hebreo, es denominado
shabat. Día sagrado y de descanso. Consta en la Torá: “No harás en él ningún
trabajo. Tú y tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, tus animales, y el extranjero que
vive en tu ciudad”. Para los podoliers, “profanar el shabat les resultaba penoso”,
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pero a la vez al transformarse en colonos sus tareas agropecuarias, ganadera y
agrícolas, requerían intervenciones en momentos imprevistos, ya que por ejemplo,
trabajaban con ganado al cual debían asistir todos los días.
Por lo tanto, en respuesta, una vez establecido el trazado de la colonia y su
emplazamiento, los colonos se asentaron en lotes contiguos (ver fig. 4 en Anexo) y
se tendió “alambres alrededor del poblado para considerarlo como propiedad
privada dentro de la cual estaba permitido acarrear objetos en shabat”, ”había una
amalgama de corredores” de forma de no incidir en la profanación del shabat
(Cociovitch, 2005).
Los podoliers, vivieron en ranchos o “barracas” (palabra utilizada por el
colono Noe Cociovitch en su descripción de donde habitaban los pioneros de
Moises Ville) durante 10 años, una vez asentados en Moises Ville. El piso de las
“barracas” era de tierra, las paredes de adobe y el techo a dos aguas de paja y
caña, con tirantes de madera.
Al respecto, hemos llegado a conocer testimonios recogidos en el trabajo de
campo, una práctica de los podoliers que vincula el shabat y la “limpieza” de las
“barracas”. Al parecer esta práctica solo afectaba a mujeres. “...el viernes para
limpiar la casa para el sábado (shabat) se enceraba el piso, que era de tierra
apisonada...Se enceraba con una mezcla de barro, paja, bosta y ceniza. Se dejaba
secar unas horas y se lustraba con un trapo”.
Es interesante mencionar que esta práctica llamaba la atención de los
colonos judíos lituanos que fueron “colonizados” posteriormente en Moises Ville
(Cociovitch, 2005).
La importancia de la orientación
En la religión judía como en muchas otras, resulta relevante la orientación de
los templos hacia alguna dirección. En el caso de los templos judíos o sinagogas, es
un criterio muy extendido la orientación hacia Jerusalén (Barylko, 1977).
Sabemos que las primeras construcciones precarias ubicadas en el centro de
la colonia Moises Ville (ver fig. 4 en Anexo), fueron: una sinagoga, la casa del
rabino y los baños públicos (Cociovitch, 2005). Por lo tanto resulta lógico que los
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colonos tuvieron que orientarse en su nuevo asentamiento al momento de la
construcción del templo, resultando la orientación en dirección “este-oeste”, según
testimonios recogidos en el trabajo de campo.
Además tengamos en cuenta que dentro de la liturgia sinagogal u oficio,
existen rezos en los cuales es preciso identificar la dirección de la puesta del sol,
como en los rezos que se practican para recibir el shabat, por ejemplo: el Leja Dodi,
que en la mitad del mismo, se mira hacia el oeste; y una canción llamada Shalom
Aleijem, en la cual, la última estrofa se la canta mirando hacia el oeste, o hacia “la
puesta del sol”.
La cultura modifica el paisaje
Algunas de las prácticas litúrgicas de los podoliers, dieron origen a pequeñas
modificaciones de su nuevo entorno.
El vino es utilizado para la santificación del shabat y fiestas judías. Consta en
la Torá la prohibición de comer, beber o sacar algún provecho de algo que fue
usado para idolatría. Por este motivo se prohíbe beber vino que haya sido
elaborado o tocado por un no-judío, como también que haya estado cerca un no-
judío en el momento de su preparación.
Hemos podido atestiguar mediante el trabajo de campo propio en la zona
abordada, que los colonos cultivaron vid con el fin de preparar vino kasher. Pero por
otro lado también recogimos, que el vino kasher preparado por algunos colonos era
elaborado por uvas no cosechadas por ellos, sino “compradas”.
Las ramas de palmera son utilizadas en parte de la liturgia de la fiesta de las
cabañas o Sucot. Ramas de palmera se llevan a la sinagoga, donde se agitan y
bendicen conjuntamente con la sidra, entre otras prácticas dentro de esta fiesta
donde es utilizada una rama de palmera datilera.
Es por eso que la palmera datilera (phoenix dactylifera), ha sido incorporada
al paisaje de la zona por los podoliers en primera instancia y por los colonos
subsiguientes colonizados por la Jewish Colonization Association (ver fig. 5 en
Anexo).
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Conclusión
Hemos presentado resultados preliminares que comprenden un trabajo de
investigación que estamos desarrollando sobre la percepción de la naturaleza por
parte de inmigrantes europeos asentados en el norte santafesino durante el período
del mencionado proceso de colonización.
Desde el primer momento de su asentamiento en el chaco santafesino, las
apreciaciones y problemas del grupo, evidencian la gran importancia de una
apropiación cultural del ambiente.
De estas apreciaciones se puede destacar que han tenido gran influencia las
categorías bíblicas con las que la nueva tierra les fue descripta, como “ un país
donde fluye la leche y la miel, un país libre” que es una descripcíon bíbica de la
tierra prometida. Pero simultaneamente aparece la idea de la “poca fertilidad de la
tierra para hortalizas”, y el “extrañamiento” ante los fenómenos inusuales respecto a
la experiencia previa.
Las experiencias en el nuevo entorno eran vividas por los colonos que llegaron
ya adultos de Europa y tenian allí una experiencia previa, con sorpresa, como en el
caso de la apreciación de que en el nuevo entorno todo ”es al revés de lo
acostumbrado”, y con pena al momento de vivir el shabat, una vez tranformados en
colonos.
Siendo las reglas de la vida jasídica muy precisas sobre las relaciones con el
entorno, el caso de los primeros colonos judíos en Santa Fe, nos muestra como
estos conceptualizaron ese entorno para poder entenderlo en su sistema de reglas
y simultáneamente como esas reglas fueron resignificadas para poder funcionar en
ese entorno.
Por otro lado, la forma en que en casos de cambio son vistas las reglas, nos
dice mucho sobre el sentido con el que son pensadas las reglas mismas. Por lo
tanto este trabajo aspira no solo a contribuir al estudio de la forma en que estos
colonos se adaptaron al medio sino también a una mejor comprensión de las ideas
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del judaísmo jasídico de fines de siglo XIX y principios de siglo XX sobre el entorno
y la naturaleza.
El presente trabajo, resulta además una contribución a las discuciones
existentes sobre la construcción de la imagen de “desierto” o de “deshabitado” para
toda la región chaqueña.
Para los colonos, el nuevo entorno natural también fomentó un nexo con
personas no judías ya presentes en la zona, generandose nuevas situaciones de
interacción diferentes a las acostumbradas en Europa y la necesidad de interactuar
en función de las características del entorno ambiental.
Por último hemos observado cómo las prácticas culturales de los colonos,
generaron una pequeña modificación en el paisaje del nuevo ambiente.
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Anexo:
Figura 1: Shofar traido por los colonos de Kamenetz, Podolia. Hoy expuesto
en el Museo Historico Comunal y de la Colonización Judía “Aarón Halevi
Goldman”, Moises Ville, Santa fe.
Figura 2: Fotografía de una pareja de podoliers, fundadores de Moises Ville.
Patrimonio del Museo Historico Comunal y de la Colonización Judía “Aarón Halevi
Goldman”, Moises Ville, Santa fe. En ella podemos observar la apariencia
característica de una pareja jasidim.
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Figura 3: Fotografías tomadas en 1889 por E. Schlie, de los podoliers, en sus
primeras viviendas. Fuente: Schlie, E. & Priamo, L. (2000). Vistas de la provincia
de Santa Fe, 1888-1892 : fotografias de Ernesto H. Schlie. Santa Fe, Argentina:́
Diario El Litoral.
Figura 4: Trazado de la colonia Moises Ville. Se aprecia la distribución de las
chacras y viviendas por familia y los primeros edificios en el centro de la colonia.
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Figura 5: Fotografías obtenidas en el trabajo de campo de distintos sitios del
poblado de Moises Ville, donde se aprecian palmeras datileras, plantadas por los
colonos. En el caso de la fotogrfía inferior, frente a la sinagoga “Baron Hirsch”.
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