Historiografia eclesiastica colonial-Hispanoamerica

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ASUNCION LAVRIN MISION DE LA HISTORIA E HISTORIOGRAFIA DE LA IGLESIA EN EL PERIODO COLONIAL AMERICANO Sevilla, 1989

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ASUNCION LAVRIN

MISION DE LA HISTORIA E HISTORIOGRAFIA DE LA IGLESIAEN EL PERIODO COLONIAL AMERICANO

Sevilla, 1989

SEPARATA DEL TOMO XLVI, NUM. 2DEL

«SUPLEMENTO DE ANUARIO DE ESTUDIOS AMERICANOS*

Deposito legal S E - 1 0 6 6 - 1 9 8 8

Imprenta E.E.H.A. — Alfonso XII, 16 — Sevilla

MISION DE LA HISTORIA E HISTORIOGRAFIADE LA IGLESIA

EN EL PERIODO COLONIAL AMERICANO

ASUNCION LAVRIN

El trasplante y desarrollo del cristianismo catolico romano al NuevoMundo constituye uno de los capltulos mas importantes de la historia deIberoamerica. La trascendencia de ese proceso no paso desapercibidapara sus propios protagonistas, quienes, poco despues de iniciada laobra de conquista espiritual, comienzan a fijar su memoria en cronicas,cartas y relaciones. Desde entonces, el proceso de historiar las multiplesactividades de las diversas ramas de la Iglesia ha pasado por varias etapasy se ha expresado en varias formas, reflejo del constante replanteamientode sus historiadores, tanto antiguos como contemporaneos. En este ensayome propongo examinar la percepcion de la historia eclesiastica colonialtanto en la epoca en la que tuvo lugar, como despues de la independenciade los territorios espanoles y Portugueses. No es este un estudio biblio-grafico de todas las fuentes, o del conocimiento acopiado, sino de lasorientaciones adoptadas para comprender el sentido de la historia. Duran-te el perfodo colonial se va desarrollando ese sentido siguiendo la rutaque siguio Europa en general, aunque el objeto de estudio fue unaexperiencia sui generis en la historia de la humanidad. Metodologica-mente, no existia en el siglo XVI una codificacion de los requisites esen-ciales para la escritura de la historia. Los modelos de la antigiiedad y elmedioevo Servian de ejemplo e inspiracion, pero la realidad americanaimpuso un replanteamiento que se transparenta en el conjunto de obrasque examinamos aqui.

Este ensayo se inicia con un estudio de las obras escritas sobre laIglesia por sus actores, de las cuales hay, al menos, dos variedades quetrato de discernir: las que se especializan en un estudio mas intimo y

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bir la historia de la provincia. Sin embargo, ya en el siglo XVII loscronistas redactaron sus obras en cargo de obediencia, con el objetivobien definido de rememorar los hechos ocurridos durante cierto periodode tiempo, o de poner al dia la historia de la comunidad.

No todas las ordenes tuvieron el mismo grado de preocupacionhistorica, y en algunas provincias religiosas esa tarea se descuido durantedecadas.5 A pesar de esos hiatos en el siglo XVII florece la historiografiaeclesiastica con gran vigor. Este interes se hace patente al revisar no soloel niimero de historias de provincias eclesiasticas que llegaron a publi-carse, sino tambien el de aquellas que no llegaron a ver la luz sino hastalos siglos XIX y XX. Para explicar este ultimo fenomeno hay que teneren cuenta dos factores. El uno es que existieron cronicas parciales devarias decadas que no llegaron a terminarse por muerte de su autor o porcarecerse de fondos para su publicacion. El segundo es la existencia deuna censura religiosa y oficial. La censura religiosa se llevaba a cabopor las autoridades eclesiasticas locales y de la orden misma que tratabande verificar que la obra historica servia para los fines espirituales a que es-taba destinada. Los censores civiles del Consejo de Indias leian el manus-crito antes de otorgar la licencia de impresion con el objeto de determinarerrores factuales y, sobre todo, para cuidar que no danaran los interesesde la Corona.6 Los manuscritos que permanecieron ineditos fueron uti-lizados por cronistas posteriores, y en algunos casos importantes lograronpublicarse siglos despues. Igual censura fue ejercida por la corona por-

5 Las franciscanos fray Diego Cordoba y Salinas, cronista del Peru, y fray Pablode la Purisima Concepcion Beaumont, cronista de Michoacan, se dolieron en sus obras dela falta de memoriales de la provincia franciscana. Beaumont dice que en su provinciade San Pedro y San Pablo, faltaban memoriales durante 74 anos, mientras que CordobaSalinas declara que en 100 anos de existencia no se habia escrito nada de su provinciade los Doce Apostoles. Ambos exageraron respecto a la carencia de fuentes. Beaumonttenia varias otras cronicas frente a si cuando redacto la suya. La obra de Cordoba Salinas,sin embargo, fue el primer intento de una cronica general de su provincia. Vease, Beaumont,fray Pablo de la Purisima Concepcion: Cronica de la Provincia de los Santos ApostolesS. Pedro y S. Pablo. Mexico, 1873. Beaumont murio durante la redaction de su obra.Cordoba y Salinas, fray Diego de: Cronica franciscana de las Provincias del Peru (1651-52).Washington, D. C., 1957.

6 Respecto a la politica de censura, vease el estudio de Juan Friede sobre fray PedroAguado: Recopilacion Historial. Bogota, 1956, 2 vols., pags. 80 y siguientes. Vease tambienel estudio introductorio de Velasco, S. J., Juan: Historia moderna del reyno de Quito.Quito, 1941. Moreno, 0. C. D., Dionisio Victoria: Los carmelitas descalzos y la conquistaespiritual de Mexico, 1585-1612. Mexico, 1966, XXXII, nota 17. Moreno cita el incidente queenvolvio la obra de fray Geronimo de San Jose Ezquerra, y su Historia del Carmen Des-calzo. Madrid, 1637, que fue recogida por los superiores de la orden por no haber ^eguidolas direcciones de censura para su impresion.

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tuguesa. For ejemplo, la obra de Andre Joao Antonil (1650-1716) Cul-tura e opulencia do Brasil, publicada originalmente en Lisboa en 1711,fue confiscada y quemada, quedando solo algunos ejemplares para laposteridad. La razon de la confiscacion fue la informacion contenida enel libro sobre la geografia del Brasil, su produccion minera y agricola,y detalles similares, cuya difusion fue prohibida por arriesgada dada lainteligencia que proporcionaban sobre la colonia.7

A modo de muestrario de la gran produccion historiografica de lasordenes religiosas, citare algunos ejemplos selectos. Otros titulos tendrancabida en el resto del texto. Fueron los jesuitas los que produjeron unmayor numero de obras historicas, pero los franciscanos y agustinos tu-vieron representantes muy notables. Entre los franciscanos mejor cono-cidos estan fray Geronimo de Mendieta (d. 1604), fray Alonso de LaRea, fray Juan de Torquemada (1557P-1624), fray Pablo Beaumont, frayAgustm de Vetancurt (1620-1700) y fray Antonio Tello (1596-1652),en Nueva Espana.8 En Nueva Granada, tenemos a fray Pedro Simon(n. 1565), fray Jose Torrubia (1698-1761), fray Alonso Torres y frayAntonio Caulm (n. 1719).9 En la provincia de Guatemala se senalo frayFrancisco Vazquez (1647-1714) y en el Peru fray Diego Cordoba y Sali-nas (1591-1654?).10 En Brasil se destacaron fray Antonio de Santa Maria

7 Antonil, Andre Joao [Joao Antonio Andreoni]: Cultura e opulencia do Brasil porsuas drogas e minas, editada por Andree Mansuy. Paris, 1968.

8 Rea, fray Alonso de la: Chronica de la Orden de N. Seraphico P. San Francisco,Provincia de S. Pedro y S. Pablo de Michoacdn. Mexico, 1643. Mendieta, fray Jeronimo de:Historia eclesidstica Indiana. Mexico, 1945, 4 vols. Mendieta, fray Jeronimo de; Oroz, frayPedro, y Suarez, fray Francisco: Relacion de la descripcion de la provincia del santoevongelio... Vetancurt, fray Agustin:Teatro Mexicano. Madrid, 1961, 4 vols. Torquemada,fray Juan de: Monarquia Indiana. [Sevilla, 1615]. Mexico, 1943-44. Tello, fray Antonio:Libro segundo de la cronica misceldnea de la santa provincia de Xalisco en el nuevo reinode la Galicia Nueva... Guadalajara, 1891. Tambien debe mencionarse a uno de los pocoscronistas de conventos de religiosas que fueron publicados durante el periodo colonial,Pena, fray Ignacio de la: Trono Mexicano en el convento de religiosas pobres capuchinas.Mexico, 1728.

9 Torres, fray Alonso: Cronica de la santa provincia de Granada de la regular*observancia de nuestro serdfico padre San Francisco. Madrid, 1683. Simon, fray Pedro:Noticias historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales (1626-27).Bogota, 1882-1892. Torrubia, fray Jose: Cronica de la provincia franciscana de la SantaCruz de la Espanola y Caracas. Caracas, 1973. Caulin, fray Antonio: Historia coro-grdphicanatural y evangelica de la Nueva Andalucia, Provincias de Curaand, Guayana, y vertientesdel Orinoco. Madrid, 1779,

10 Vazquez, fray Francisco: Cronica de la provincia del Santisimo nombre de Jesusde Guatemala. Guatemala, 1937-194? Recientemente se ha editado la obra del franciscanoMiguel Biedma sobre las actividades misioneras franciscanas en el Peru. Vease, Biedma,Miguel: La conquista franciscana del Alto Ucayali, ed. por fray Antonine Tibesar.Lima, 1981.

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Joabatam, fray Vicente do Salvador (1564-1636?) y fray Apollinarioda Conceigao. n

Entre los agustinos se destacaron fray Juan de Grijalva (1580-1638), fray Juan Gonzalez de la Puente (fl. 1619), fray Diego de Basa-lenque (1577-1621) y fray Matias de Escobar (1690-1748), en NuevaEspana.12 Fray Antonio de la Calancha (1548-1645) y fray BernardoTorres historiaron en el Peru.13 Para los dominicos escribieron frayFrancisco de Burgoa (1605-1681) y fray Agustin Davila Padilla (1562-1601) en Nueva Espana; fray Antonio de Remesal (d. 1619) y fray Fran-cisco de Ximenez (1666-ca. 1722) en Chiapas y Guatemala; y fray Alonsode Zamora (1635-1717) en Nueva Granada.14 La orden mercedaria enNueva Espana tuvo su mas destacado cronista en fray Francisco dePareja.15

11 Joabatam, fray Antonio de Santa Maria: Novo Orbe Serafico Brasilico on Chronicados Frades Menores da Provincia do Brasil. Lisboa, 1761; reimpresion en Rio de Janeiro,1858. Fray Vicente do Salvador: Historia do Brasil (1500-1627). Sao Paulo, 1918. Fray Apolli-nario da Conceigao: Primazia serafica na regiam da America. Lisboa, 1733. Para las acti-vidades de los capuchinos en Brasil, vease D'Abbeville, Claude: Histoire de la missiondes peres capucins de Vile de Maragnon... Paris, 1614.

12 Grijalva, fray Juan de: Cronica de la orden de N.P.S. Agustin en las provinciasde la Nueva Espana publicada en Mexico en 1624. Mexico, 1924. Gonzalez de la Puente,fray Juan: Cronica de la provincia de la Orden de N.P.S. Agustin de la provincia deMichoacdn. Mexico, 1624. Basalenque, fray Diego de: Historia de la Provincia de San\ de Tolentino de Michoacdn. [Mexico, 1673]. Mexico, 1963. Escobar, fray Matias de:

Americana Thebaida. Vitas Patrum de los religiosos ermitanos de N.P. San Agustin dela Provincia de San Nicolas Tolentino de Michoacdn. Mexico, 1924.

13 Calancha, Antonio de la: Cronica Moralizada. [l.a ed. Madrid, 1638-39]. Lima,1974-82, 6 vols. Torres, Bernardo de: Cronica Agustina. Lima, 1974, 4 vols. Despues deTorres el cronista franciscano fue fray Juan Teodoro Vazquez, cuya cronica aun inedita,abarco de 1652 a 1721.

14 Burgoa, fray Francisco de: Palestra Historial. Mexico, 1670. Davila Padilla, frayAgustin: Historia de la fundacion y discurso de la provincia de Santiago de Mexico. Mexico,1955. Remesal, fray Antonio de: Historia general de las Indias occidentals, y particular dela gobernacion de Chiapa y Guatemala... de nuestro glorioso padre Santo Domingo... Gua-temala, 1932, 2 vols. La primera edicion de Remesal se hizo en Madrid, 1619. Ximenez,fray Francisco: Historia de la Provincia de San Vicente de Chiapa y Guatemala de la Ordende Predicadores. Guatemala, 1971, 7 vols. Zamora, fray Alonso de: Historia de la ProvinciaDominicana de San Antonino. Caracas, 1936.

15 Pareja, fray Francisco de: Cronica de la provincia de la Visitacion de Ntra. Sra.de la Merced. [1688]. Mexico, 1882, 2 vols. Esta fue la primera edicion. Las cronicas de losmercedarios y carmelitas descalzos parecen haber permanecido manuscritas. La obra defray Agustin de la Madre de Dios: Tesoro escondido en el Santo Carmelo Mexicano, quese encuentra en Tulane University, Louisiana, E.U.A. se publico recientemente en Mexico.El cronista de la orden en Espana, Francisco de Santa Maria (Pulgar), incluye la funda-cion de conventos carmelitas en las Indias Occidentales. Su obra, Historia general profeticade la Orden de Nuestra Senora del Carmen, se publico en Madrid en 1655. Otras historiasde la orden permanecen en igual situation. Vease, Moreno, Dionisio Victoria, O. C. D.:Los carmelitas descalzos. Introduction, XXVII-XLVII.

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Sin lugar a dudas, la historiografia mas distinguida de los tres siglosfue obra de los miembros de la Compania de Jesus. Sus cronistas, esco-gidos entre los mas idoneos, afinaron la labor historica y produjeronobras que se han convertido en fuentes clasicas para historiadores sub-siguientes. Ironicamente, algunas de estas obras no se publicaron sinohasta el siglo XIX debido a la expulsion de la Compania de Iberoamerica.Entre los nombres mas destacados se encuentran los de Pedro Lozano(1697-1752), Jose Guevara (1719-1806), Juan de Velasco y FranciscoJavier Alegre. Sin embargo, deben reconocerse tambien los meritos deFrancois Xavier Charlevoix (1682-1761), incansable viajero e historia-dor, que entre sus varias obras se ocupo del Paraguay. 16 De especialinteres etnografico son las obras de Florian Paucke, S. J. (1719-ca. 1780),y Juan Patricio Fernandez, S. J.17

La provincia del Paraguay, sefialada por la posteridad como una delas mas notables construcciones jesuitas del periodo colonial, mereceun aparte que al mismo tiempo nos servira para subrayar la continuidaddel proceso historiografico dentro de la Iglesia en general. Inicio la tareade historiarla Nicolas del Techo, quien escribio en Latin. Posteriormente,Pedro Lozano fue comisionado para escribir una historia de la Companiaen castellano. Lozano utilizo las obras rnanuscritas de Juan Pastor, S. J.muerto en 1658 y la del padre Techo, que fue publicada en 1673. Lozanono se aparto de la tradicion historiografica de su tiempo en cuanto aperiodizacion y organizacion interna de su obra. Se centra en la tareamisionera jesuita en la amplia provincia del Paraguay, pasando de la obramisionera personal a la fundacion de colegios. La riqueza informativa

16 Charlevoix, Francois Xavier: Histoire du Paraguay. Paris, 1756, 3 vols. Esta obracubre hasta el afio 1720 y es muy rica en la narrativa del enfrentamiento de autoridadesciviles y religiosas. Debe anadirse a la historiografia jesuita en frances de este periodola obra de Jean-Baptiste Le Pers (1675-1735), quien escribio Histoire de I'isle Espagnoleou de S. Domingue. Amsterdam, 1733. Le Pers y Charlevoix asumen ya una vision diecio-chesca de la historia al presentar su narrativa dentro de un amplio marco geografico, socialy politico. Le Pers, por ejemplo, incluye datos como el reglamento de comercio, lasfortificaciones, el comercio de esclavos, y los luchas politicas de su tiempo.

17 Paucke, Florian: Hacia alia y para aca. Una estadia entre los Indios Mocobies,1749-1767. Tucuman y Buenos Aires, 1942, 3 vols. Fernandez, Juan Patricio: Relation His-torica de las Misiones de Indios Chiquitos (1726). Asuncion, 1896, 2 vols. Fernandez exaltala obra de los misioneros y concede que su historia no esta escrita «con las formalidadesque piden sus reglas, como de esta provincia la escribioj el erudito P. Nicolas del Techoen lengua latina...». Su objetivo es encender el corazon de quien lo leyera con el ejemplode los misioneros. Ambos cronistas ejemplifican un tipo de obra que ni es de interespuramente antropologico, como Sahagun en el siglo XVI y Clavigero en el siglo XVIII,ni una simple cronica de la provincia. Otro autor importante para esta area es MartinDobritzhofer (1717-1791) con varias obras, entre las cuales se destaca: Historia de Abi-4

ponibus, Resistencia, 1967, 3 vols.

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de su historia, «ardua empresa» en sus propias palabras, no fue superadapor su sucesor, Jose Guevara. La obra de este ultimo, ya terminada en1766, es una sintesis de los conocimientos acumulados sobre la Companiahasta su tiempo, pero no marca nuevos derroteros metodologicos.18

En la Nueva Espana se encuentran quizas los mas distinguidos his-toriadores de la Compania. Francisco Javier Alegre siguio orden de sussuperiores cuando se dedico a escribir una nueva historia de la Companiaque, en su definition, deberia reflejar la ment alidad de la epoca. Alegrecomenzo su obra en 1764, y aunque daba los toques finales a su redac-tion en 1767, la misma no llego a publicarse sino hasta 1842.19 Se dis-tinguio Alegre por su estilo fluido y directo, y su interes en la verificationde los hechos que narra. Sin embargo, su historia no se pudo apartarcompletamente del objetivo laudatorio de las cronicas. En cuanto a lanarrativa de hechos extraordinarios, cita a las fuentes, en un esfuerzopor satisfacer lo que el reconoce como «el gusto delicado de los criticos»,en su prologo, y se abstiene de establecer su apoyo incondicional a estoseventos. De este modo trato de superar la cronica del siglo XVII y adop-tar los canones de la historiografia del iluminismo. Este objetivo no fuelogrado por ningun cronista de ordenes religiosas del siglo XVIII.

La variedad y numero de las cronicas de provincias religiosas nopuede ser totalmente representada por las anteriores figuras. No siendomi objetivo, sin embargo, una catalogacion de todos los autores, creoque es mas importante hacer analisis del concepto de la historia quereflejan.

Los cronistas religiosos se inspiraron, segiin sus propias palabras,en historiadores de la antigiiedad griega y romana, y en algunos padresde la Iglesia. No podia ser de otro modo en un siglo en el cual el conoci-miento de los clasicos fue la base de la education de tocla persona culta.Quintiliano, Tacito, Polibio, Horacio, Tito Livio, San Agustin y otrosson mencionados por los cronistas como sus fuentes de metodologia his-torica. Algunos de ellos usan tecnicas utilizadas por los historiadoresde la epoca clasica, como la insertion de discursos y dialogo en los per-sonajes historicos. Por otra parte, la influencia clasica fue menos profundaen la periodizacion y organization interna de las obras producidas por los

18 Guevara, S. J., Jose: Historia de la Conquista del Paraguay. Buenos Aires, 1882.19 Alegre, Francisco Javier: Historia de la Compania de Jesus en Nueva Espana.

Roma, 1956, 2 vols. Alegre utilize la cronica de Francisco Florencia, que cubre la llegaday establecimiento de la Compania hasta 1576, y las de Andres Perez de Riva, S. J. y JuanSanchez Baquero, S. J.

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cronistas, las cuales fueron dictadas por los materiales a su disposiciony por la experiencia misma del establecimiento y desarrollo de las ordenesen America. En otras palabras, la historia de las ordenes fue un productointelectual del siglo XVII.

La Compania de Jesus, por ejemplo, creo sus propios canones his-toriograficos. En 1598 el general Claudio Acquaviva (1543-1615) ordenola redaccion de una historia general de la Compama, y para este finsolicito historias de todos los colegios y provincias jesuitas. Acquavivaestablecio las pautas que servirian de guia a los historiadores de laCompama. Las mismas debian proveer datos sobre ocho temas, entrelos cuales estaban las fundaciones de colegios y casas, sus fundadores ycrecimiento, los bienhechores dentro de la comunidad, el desarrollo his-torico de cada unidad, las virtudes de los miembros de la Compania, lasconversiones logradas a traves del ministerio de la misma, y las desgraciasocurridas a aquellos que la abandonaron o la mancillaron con sus accio-nes.20 Este orden tematico fue seguido solamente por varios de loscronistas, y ya para el siglo XVIII se observa que algunos de ellos di-senaron su propia organizacion interna. Las desviaciones de las sugeren-cias de Acquaviva fueron forzadas en algunos casos por el caracter delasentamiento, como en las cronicas de Pedro Mercado, quien escribiendosobre las misiones jesuiticas en los llanos de Venezuela y el Orinoco enla segunda mitad del siglo XVII, tuvo que detenerse mas en los neofitosy sus costumbres que en los protectores de la Compania.21 El conceptode la historia entre los cronistas de ordenes se basaba en la busqueday establecimiento de la verdad. La verdad se entiende aqui por la exac-titud de la informacion. «E1 alma de la historia es la verdad sencilla»,escribio el franciscano Jose Torrubia (1698-1761) en el siglo XVIII,y el jesuita Pedro Mercado afirmaba de su cronica que «las cosas y suce-sos que en ella escribo los he sacado fielmente (porque procure ser veri-dico historiador) de los papeles que tenia guardados el archivo del ColegioMaximo de Santa Fe».22 O sea, que el cronista tiene, ante todo, que

20 Veanse las ordenes del General Acquaviva en F. Mateos, S. J.: Historia General,pag. 83.

21 Rey, S. J., Jose del: Documentos jesuiticos relatives a la historia de la Companiade Jesus en Venezuela. Caracas, 1966.

22 Torrubia, 0. F. M., Jose: Cronica de la Provincia Franciscana de la Santa Cruz dela Espanola y Caracas. Caracas, 1973. La obra de Torrubia no se circunscribe a su orden.Enmarco la historia franciscana dentro de los acontecimientos historicos de la region delCaribe y Tierra Firme en el siglo XVI. Mercado, S. J., Pedro: Historia de la Provinciadel Nuevo Reino de Quito de la Compania de Jesus. Bogota, 1957, 4 vols.

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escribir una historia en la que las fuentes, y la verification de la informa-cion de las mismas, ocupen un lugar preeminente en la metodologia.De hecho, las relaciones de algunos conventos se notarizaban una vez queel cronista las tenia escritas como garantia de su exactitud y de su laborhistorica en los archives de la institucion.

Las fuentes utilizadas para las historias de las ordenes son variadas.Cuando comienzan a escribirse las primeras cronicas ya existian archivesen cada convento, mejor o peor preservados segun su ubicacion y elinteres de sus superiores. En ellos se guardaban las cartas de los niisio-neros y la jerarquia religiosa, copias de cedulas reales e instrunientoslegales, y biografias edificativas de los miembros de las ordenes escritaspor sus companeros. Ademas de estas fuentes escritas, se considero muyimportante la narracion personal de los religiosos y de otras personas queparticiparon en el establecimiento de la Iglesia y las ordenes en particu-lar. La tradicion oral expresada en recuentos personales, fue de granimportancia para escribir la historia de las fundaciones en el siglo XVI,y en los siglos XVII y XVIII sirvio para recoger noticias de las activi-dades de los religiosos y sus conventos.

Sobre estas bases se construyeron las primeras cronicas, que despuessirvieron de referencia a sucesivos historiadores. A medida que trans-currio el tiempo, el acervo de fuentes escritas aumento, y la labor delos cronistas se volvio mas erudita y mas metodica. A los escritos reli-giosos se anadieron las historias civiles, cuya consulta sirvio para verificardatos y poner el crecimiento y expansion de las ordenes dentro delcontexto social de su epoca. Juan Gonzalez de la Puente, cronista de laorden de San Agustin en Michoacan, Nueva Espana, cita entre sus fuen-tes a Juan de Torquemada, Pedro Martir de Angleria, Gonzalo Fernandezde Oviedo y Francisco Lopez cle Gornara, pero asimistno dice comohacia mas de veinte anos que andaba inquiriendo sobre la vida de losreligiosos, a muchos de los cuales habia tratado, y juntando papeles yrelaciones para sacar la verdad en limpio.23

Sin duda queda enraizada en el siglo XVII una metodologia his-torica en la cual se hace de cardinal importancia el concepto de verifica-cion, y hasta cierto punto el de seleccion. En la introduction de su obra,

23 Gonzalez de la Puente, Juan: Primer a Parte de la Cronica Agustiniana de Mi-choacan en Coleccion de Documentos Inediios y Raros para la Historia Eclesidstica Mexi-cana, publicados por el Ilmo. Sr. Obispo de Cuernavaca, Francisco Plancarte Navarrete.Cuernavaca, s. f.

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Por otra parte, en el piano espiritual regian otros canones. La his-toria se escribia para honrar la memoria de los religiosos y las ordenesmismas. «La alabanza hace tiros al tiempo y a la muerte», dice uno delos lectores de las Cronicas del Peru de fray Bernardo Torres, para quienla mayor virtud de la obra era la de inmortalizar a los heroes y grandesvarones para premiar sus obras.27 El predecesor de Torres, fray Antoniode la Calancha, autor de la Cronica Moralizada, establece rectamente queel proposito de su obra es «que se aprovechen las animas y no paraentretener ociosos», anadiendo aiin mas, «Mi estado no pide escribirCronicas que se queden en la esfera de la historia, sino cronica que subaa provecho de animas».2S Fray Manoel da Trindade, calificador del SantoOficio, comenta en su aprobacion de cuanto provecho y consolacionespiritual le habia servido la historia de la orden serafica en el Brasilpor Apollinario da Conceicao. El objetivo de las cronicas de presentaruna historia edificativa e inspiradora no se puede ni olvidar, ni rele-gar a un segundo piano, si pretendemos hacer una evaluacion objetivade su contribucion a la historia. Calancha encontraba una directiva divinaen la historia: Dios conocia la imperfectibilidad humana, y deseabaremediar sus cafdas poniendo ejemplos loables de hombres dignos dealabanza como modelos a quienes se debia imitar. Es en razon de estalogica que se comprende el cumulo de perfecciones religiosas y moralescon que son presentados los miembros de las ordenes. Asimismo se jus-tifican la existencia de milagros, visiones y otros acontecimientos noverificables porque iban encaminados a fortalecer la fe, no a sustentarel aspecto humano de la historia.

Esta dicotomia entre lo espiritual y lo temporal es una de las carac-teristicas mas importantes de las cronicas religiosas coloniales, que re-flejan la yuxtaposicion de dos mentalidades en la percepcion de lo his-torico: la maravillosa y la real. Ambas podfan codearse en el intelecto

27 Torres, Bernardo de: Cronicas del Peru. Vol. I: XXXIII y siguientes, opinion dePablo Recio de Castilla, canonigo de la iglesia metropolitana.

28 Calancha, Antonio de la: Cronica Moralizada. Lima, 1974, 6 vols. La primeraedicion fue impresa en 1638-39. Torres, fray Bernardo de: Cronicas del Peru. Lima, 1974,4 vols. La primera edicion es de 1656. En su aprobacion de la obra de Sdmao de Vasconcelos:Chronica da Companhia de Jesus do Estado do Brasil, Antonio de Sa, del Colegio de Bahia,elogia la obra con palabras semejantes a las de Calancha, diciendo que «no sirve su lecturasimplemente para ocupar los ojos, sino para despertar los animos. Con la leccion de otroslibros se engana o se pierde el tiempo; con la leccion de este, se aprovecha...». Por suparte, el dominico Remesal en su Historia de las Indias Occidentales, pag. 14, opino queel fin de la historia era la utilidad y el bien publico, anadiendo: «La historia [ha de ser]material ilustre, grave, abundante de ejemplos de virtud...».

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sin invalidarse la una a la otra, tal y como en la naturaleza existian hechosy procesos verificables, pero difidles o imposibles de explicar por elentendimiento humane.29 La casoalidad de la narrativa se podia esta{ ^blecer hasta cierto punto en cuanto a las actividades de hombres e insti-tuciones, pero se admitia la existencia de fuerzas inmanentes que de-pendian de la voluntad de Dios, y que al resistir todo analisis logico seaprehendian por la fe.

En el siglo XVII, sin embargo, temerosa de la heterodoxia, la Iglesiatrata de poner coto a las exaltaciones espirituales, especialmente cuandoiban impresas. En 1625 el Papa Urbano VIII firmo un decreto, ratificadoen julio de 1634, en el cual prohibio imprimir libros que contuvieransugerencias de santidad, milagros o revelaciones, sin que tuvieran laaprobacion explicita de la Iglesia. En 1631 explico Urbano que ningunelogio de santidad podria ser admitido sin la autoridad de la Congregacionde los Sagrados Ritos. Todos los autores debian hacer protesta de no darautoridad alguna a cualquier hecho sobrenatural, y de solo hacer se ecode opiniones humanas. La finalidad del decreto papal no era historica,sino de preservacion de la autoridad episcopal y sobre todo, de establecerun dique a la supercheria. La circulacion de libros es ya un hecho degran magnitud que obliga a la Iglesia a frenar la divulgacion de materiasheterodoxas. Esta regla no afecto la expresion de la mentalidad mara-villosa o hagiografica de la epoca. No hubo cronica en el siglo XVIIy en buena parte del XVIII que careciera de numerosos ejemplos depiedad, sacrificio y devocion, asi como de revelaciones y hechossobrehumanos.

Este elemento «sobrehumano» no podia dejar de existir porque erauna parte esencial de la comprension del sentido de la historia. Dentrodel concepto edificativo de las historias de las ordenes, especialmenteaquellas escritas a finales del siglo XVI y durante la primera mitaddel XVII, hay un fuerte elemento mesianico, una subordinacion de loshechos humanos a la voluntad divina, un fuerte sentido moral de lajusticia, que le son imprescindibles. Dios previo un desarrollo especificode la historia, dentro del cual cupo su lugar al descubrimiento de America,y la labor de las ordenes religiosas. La voluntad divina se percibe entodas las acciones. El castigo para los que conspiran contra la religion yel premio para quienes la defienden son conceptos centrales del fin edifi-

£9 Vease, al respecto, F. Mateos, S. J. en sus comentarios criticos sobre la CronicaAnonima de 1600, pags. 104-105.

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14 ASUNCION LAVRIN

cativo de las cronicas 'y aun de las historias generates de America escritaspor miembros de la Iglesia.30

La predestinacion de Espafia y Portugal para llevar a cabo la laborde conversion se apoya en fuentes del Antiguo Testamento, citadas yevaluadas por autores como Mendieta, Puente, Calancha o Vasconcelos.La mezcla de lo biblico y los autores clasicos con la narrativa de hechoscontemporaneos obedece a la necesidad de hallar no solo un lugar parala America dentro de la teologia y la cosmogonia del siglo XVI, sinopara validar la presencia europea en America.31 Estas nociones de la pre-determinacion del descubrimiento de America y de la conversion de losindios, del origen biblico de los habitantes americanos y hasta de laposible visita del apostol Tomas al continente, fueron populares entre loshistoriadores religiosos de los siglos XVI y XVII, pero trazas de la mismase encuentran aun en historiadores de la primera mitad del siglo XVIIIcomo Torrubia.32 Sin embargo, la urgencia de responder a las grandespreguntas filosoficas y teologicas de su tiempo, se encuentran mas fre-cuentemente entre los primeros historiadores —Sahagun, Mendieta—que entre los cronistas de los siglos subsiguientes, cuya tarea se remitioa poner su orden dentro de un contexto mas humano y racional. A medidaque avanza el siglo XVIII la historia se hace mas racionalista y menguala necesidad intelectual de ubicar el Nuevo Mundo dentro del marcode la cosmogonia biblica.

En su narrativa, las historias de ordenes siguen siempre una claralinea cronologica. La periodicidad se establece de varios modos: en re-ferenda a los superiores religiosos, o en su defecto, a los capitulos reli-giosos. Fray Alonso de Torres, cronista franciscano de Nueva Granada,apunta que «como del pintor es el primer empleo formar la cabeza dela imagen, asi el primer cuidado del Cronista es describir los superiores

30 Vazquez, pag. 371; Calancha, pag. 38; Torres, pags. 33,63. Sobre este aspecto dela mentalidad de la epoca y las fuentes historicas del mesianismo, especialmente el fran-ciscano, vease West, Delno C.: Medieval Ideas o/ Apocalyptic Mission and the Early Fran-ciscans in Mexico. «The Americas». Washington, January 1989, 45: 3, pags. 293-313.

31 Vease el estudio del milenarismo religiose en los escritos de Geronimo de Men-dieta y Juan de Torquemada en Phelan, John L.: The Millenial Kingdom of the Franciscansin the New World. Berkeley, California, 1970, 2.a ed. El cronista Calancha es comparableen muchos puntos a Mendieta en cuanto a su esfuerzo por ubicar a los indigenas dentrode la historia, proclamandolos descendientes de Jafet, tercer hijo de Noe. Vease, 1:102.Vease tambien la presentacion de Vasconcelos: Chronica..., pag. LXIII. Iguales esfuerzosse advierten en la Historia de Motolinia, asi como en fray Bernardino de Sahagun y Josephde Acosta.

32 Vease, Cronica, pag. 347.

24 Suplemento de A.E.A., tomo XLVl

MISION DE LA HISTORIA E HISTORIOGRAFIA DE LA IGLESIA 15

y cabeza de aquel cuerpo que pretende historiar».33 Este concepto aris-totelico de la jerarquia social se repite dentro de la Iglesia, y los cronis-tas la asumen para dar una organizacion clara y definida en el ordena-miento al material historico. El tiempo se marca con respecto a la vidainterior de la orden, conectandose despues la misma con los sucesos delmundo exterior. El universo espiritual es el convento o la provincia, ydentro de ese ambito se ubican las actividades de los miembros desta-cados de la comunidad. La vida humana, como expresion de la voluntadde Dios, es el ultimo reducto de la realidad, la celula dentro del cuerporeligioso y la experiencia de la Iglesia, y en ultimo extremo, la realidadcosmica del universo presidido por Dios. Las biografias de los miembrosde las ordenes se presentan como testimonios no solo de ejemplaridadpersonal, sino como expresiones del ideal apostolico de su tiempo ysus comunidades.34

LOS CRONISTAS RELIGIOSOS DE LA REALIDAD AMERICANA

Cupo a otro importante grupo de miembros de la Iglesia escribirobras que fueron mas alia de los confines de las cronicas de ordenesreligiosas y que comprendieron otros aspectos de la realidad social desu tiempo. La obra de estos escritores es una aspiracion a ampliar lahistoria de la conquista como hazafia militar y superar los confines poli-ticos de las historias civiles de las colonias. Asi, buscaron la incorporacionde la naturaleza americana, la historia de los grupos indigenas, y losacontecimientos relacionados con la obra evangelizadora de sus comu-nidades, todos asuntos importantes para la comprension de la expansionde la religion catolica.

Entre los que combinaron la historia civil y la religiosa se encuentranfray Toribio de Benavente (Motolinia) (1499P-1569), fray Juan deTorquemada, Alonso de Ovalle, S. J.? y fray Agustin de Vetancurt.35

Entre los que escribieron historia de caracter mas general, pero no

33 Torrubia, 0. F., Jose: Cronica de la Provincia Franciscana de la Santa Cruz dela Espanola y Caracas. Caracas, 1973, pag. 629.

34 Vease la importancia que le senala a la biografia fray Diego de Cordova ySalinas, 0. F. M. en su Cronica franciscana. Las biografias de monjas se encuentran bienrepresentadas en Cordoba, y en Ignacio de la Pena: Trono Mexicano. Otra obra de interespara las biografias de religiosas es la de Carlos Sigiienza y Gongora: Par also Occidental.Mexico, 1684, que es la historia del convento de Jesus Maria en Mexico.

35 Ovalle, S. J., Alonso de: Historica Relation del Reyno de Chile. Santiago deChile, 1969. Vetancurt, fray Agustin de: Teatro Mexicano. Mexico, 1870, 4 vols. Torquemada,fray Juan de: Monarquia Indiana. Mexico, 1943.

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(3)

16 ASUNCION LAVRIN

exclusivamente religiosa, se pueden citar a fray Bartolome de las Casas(1474-1566), fray Bernardino de Sahagun (1500P-1590), fray PedroAguado (1513-90?), fray Diego de Lancia (U24P-1579), Bernabe Cobo,S. J. (1582-1657), Joseph de Acosta, S. J. (1540-1600), Diego Resales,S. J. (1603-1651), fray Diego Duran (1537-1582), Pedro Lozano, S. J.,Juan de Velasco, S. J. y Francisco Javier Clavigero, S. J . 3 6

Todos estos cronistas utilizan un sistema deductivo de ubicacionhistorica que requiere prirnero el tratamiento previo de una realidad ge-neral seguida del estudio de las realidades particulares de las ordenes,la region, o de las comunidades indlgenas a las cuales dedicaron susesfuerzos especiales. Para algunos historiadores el topico mas importantefue la historia de su comunidad religiosa, a la que llegan tras el plantea-miento general. En este caso se encuentran Motolinia, Vetancurt y Tor-quemada. Otros se ubican dentro de un rnarco mas amplio como el mundofisico americano, o aun el de la experiencia intelectual y fisica del asen-tamiento de Espana en el Nuevo Mundo, Vetancurt, por ejemplo, dedicagran parte de su obra a describir la historia natural de Mexico, la his-toria de los reinos indigenas antes del descubrimiento y los sucesosmilitares de la conquista antes de entrar en materia. En este gran esce-nario se desarrolla la cronica de la Provincia Franciscana del Santo Evan-gelic y la vida o Menologio de religiosos y religiosas, tan extensos comolas tres partes que le preceden. La necesidad de una historia ampliadentro de la cual se coloca la religiosa, fue el resultado no solo del tiempoy la erudicion acumulada —y de la cual hace gala este autor— sino delpoco gusto que dijo notar en la lectura de cronicas religiosas. Vetancurtse obligo a aderezar «lo que desea el curioso con especies de cosas espiri-tuales que apetece el virtuoso, y con esto leer an los unos lo que apetecenlos otros, y quizas llamara lo uno a que se lea lo principal del asunto».31

Lo principal era, desde luego, la cronica de su provincia, pero usandode una especie de requiebro intelectual, el autor va atrayendose la volun-

36 Sahagun, fray Bernardino de: Historia general de las cosas de Nueva Espana.Mexico, 1956, 4 vote. Landa, fray Diego de: Relacion de las Cosas de Yucatan. Mexico, 1959.Casas, fray Bartolome de las: Historia de las Indias editada por Agustin Millares Carlo.Mexico, 1965, 3 vols., 2.a ed. Cobo, S. J., Bernabe: Historia del Nuevo Mundo. Sevilla, 1890.Acosta, S. J., Joseph de: Historia natural y moral de las Indias... Mexico, 1962. Rosales,S. J., Diego: Historia general de Chile, Fiandes Indiana. Santiago, 1969. Lozano, S. J.,Pedro: Historia de la Conquista del Paraguay, Rio de la Plata y Tucumdn. Buenos Aires,1873, 4 vols. Velasco, Juan de: Historia Moderna del reyno de Quito y cronica de la provinciade la Compania de Jesus del mismo reyno. Quito, 1977, 6 vols. Clavigero, Francisco Javier:Historia antigua de Mexico. Mexico, 1964. Duran, fray Diego: Historia de las Indias deNueva Espana y Islas de Tierra Firme. Mexico, 1867, 1880.

'67 Vetancurt, fray Agustin: Tealro Mexicano, I:XVIII.

O/C Suplemento de A.E.A., tamo XLV1

MISION DE LA HISTORIA E HISTORIOGRAFIA DE LA IGLESIA 17

tad del lector ofreciendole golosinas de narrativa heroica-civil que sirvande aperitivo para la historia espiritual. For otra parte, Pedro Lozanoescribe una historia de la conquista del Paraguay que debia preceder ala historia de la Compama, siendo su intencion «adelantar la noticia deestos paises, que fueron el palenque donde aquellos campeones consi-guieron de la idolatria y los vicios las ilustres victorias que inmortalizaronsu nombre, o como el teatro donde han de representarse los triunfos dela fe y la virtud, contra la milicia del abismo...».38 En ultimo extremo,Lozano tambien deseaba seguir la ruta de lo general para llegar a loparticular de su comunidad.

En realidad, cualquier categorizacion entre los escritores religiososresulta imprecisa, pero persigue el fin de establecer la diferencia entreeste grupo de escritores que se ocuparon de una historia amplia, y loscronistas mas apegados a sus ordenes. Se pueden establecer otras simili-tudes. Por ejemplo, Motolinia, Sahagun, Duran y Clavigero tienen encomun su interes absorbente por las culturas prehispanicas. Pero elinteres tambien existe en Acosta, Mendieta y Cobo. Importa pues, desta-car algunas peculiaridades de la percepcion historica o metodologla de al-gunos de estos cronistas e historiadores que llevaremos a cabo utilizandovarios ejemplos en ascendencia cronologica a traves del perfodo colonial.

Motolinia, llegado a Nueva Espana en 1524, pertenece a la primerageneracion de misioneros. Su memoria viva de los hechos, y su perspicazobservacion de las culturas indlgenas fueron vertidas en dos obras, losMemoriales y la Historia de los indios de Nueva Espana.39 En la primeraobra recogio la historia indigena, sirviendose de fuentes orales, librosy pinturas de los aztecas. La Historia, redactada mucho despues, utilizeparte de ese material, y quedo inedita hasta el siglo XX, aunque se apro-vecharon de ella otros cronistas, como Mendieta y Torquemada, siguien-do el uso de una epoca en la que aun no se conocia el plagio como tal.Por demas, en los casos de Motolinia, Mendieta, y Torquemada, solose trataba de la vida y obra de companeros de la orden.40

38 Lozano, Pedro: Historia de la Conquista del Paraguay, Libro II, Prologo. Lozanodice Haber seguido el estilo que observe en cronistas como Cordova Salinas, fray Antoniode la Calancha, fray Alonso Zamora y otros, demostrando su erudicion historica.

39 Benavente, fray Toribio: Memoriales. Paris, 1903 e Historia de los Indios deNueva Espana. Mexico, 1941.

40 Por su parte, Motolinia posiblemente utilizo el trabajo de otro franciscano, frayAndres de Olmos. Las biografias de los doce primeros franciscanos escritas por Mendietafueron enviadas a Roma, donde le fueron facilitadas a fray Juan Bautista de Moles, quienlas transcribio en su Memorial de la Provincia de San Gabriel. Madrid, 1572. Vease prologode Juan B. Iguiniz en Jeronimo de Mendieta.* Vidas Franciscanas. Mexico, 1945.

Hisforiografia y Bibliografia, n-" 2, 19S9 27

18 ASUNCION LAVRIN

Fray Bernardino de Sahagun fue el iniciador de una tecnica «moderna» de acogimiento de datos historicos sobre los indigenas mexicanos.Se asume que se inspire en el plan de la Historia Natural de Plinio. Desdela decada de 1540 en adelante, Sahagun ordeno el acopio cuidadoso dedatos historicos a traves de cuestionarios y entrevistas con los ancianos.La informacion recibida era cotejada entre sus distintas fuentes, corri-giendose los errores y traduciendose al castellano en un trabajo de equipoque utilize discipulos indigenas. Quedaron varias versiones de su obraen forma manuscrita que no vieron la luz sino hasta varios siglos despues.Su Historia General es un resumen del conocimiento allegado.41 FrayDiego Duran tambien recogio textos nahuas en forma escrita y oral, escri-biendo una historia de los aztecas desde sus origenes hasta la conquista.Esta obra tambien permanecio inedita.42 Estos cronistas inventaron me-todos de acopiar datos que despues servirian a un sintetizador y criticode gran altura, Francisco Javier Clavigero, para realizar una obra derevalorizacion historica de las culturas indigenas. Con ambos se iniciala metodologia del acopio oral que hoy se denomina etnografia antropo-logica. En una categoria muy especial se situa el jesuita Alonso de San-doval, quien dedico su obra al estudio de una raza —la negra— y unainstitucion —la esclavitud— pero no ya del modo apasionado de unBartolome de las Casas, sino con la precision y mesura de los historia-dores etnograficos y con la vision amplia de los que trataron de ubicarla experiencia religiosa y social de America dentro de la experienciauniversal.43

En un polo diferente se situan hombres cuyo interes fue mas bienla sintesis historica, como Acosta, Cobo y Torquemada, quienes estuvieronmuy envueltos en la historia que se proponian escribir pero que no usaronla metodologia «de investigacion de campo». Estos cronistas escribieronantes de la segunda mitad del siglo XVII y los suyos fueron esfuerzos dever la conquista, colonizacion y evangelizacion desde una distancia de

41 Sahagun, fray Bernardino de: Historia General de las Cosas de Nueva Espana.Mexico, 1956, 4 vols. Editada por Angel Maria Garibay.

42 Duran, fray Diego: Historia de las Indias de Nueva Espana y Islas de TierrajFirme. Mexico, 1867, 1880. Esta historia fue usada por fray Diego Tovar para escribir unaRelacion del origen de los indios, cronica historica de los nahuas con la cual quiso reponerla perdida de otro manuscrito sobre el mismo tema per dido durante su transito a Espana.Una copia parcial de la Relacion de Tovar fue publicada por primera vez en 1860. VeaseMiguel Leon Portilla, estudio introductorio a Monarquia Indiana. Mexico, 1964, VII-XLIII.

43 Sandoval, Alonso de: Un tratado sobre la esclavitud. Ed. por Enriqueta Vila Vilar.Madrid, 1987. La editora establece la historia de este tratado en sus varias ediciones yamplia la bibliografia del tema.

28 Suplemento de A.E.A., tomo XLV1

MISION DE LA HISTORIA E HISTORIOGRAFIA DE LA IGLESIA 19

apenas tres generaciones. Aunque la perspectiva era corta, existfan yanumerosos debates politicos entre Estado e Iglesia, y entre secularesy regulates de los cuales los religiosos eran participes, a veces de niododirecto. Es pues natural que en sus obras se transparenten los fines poli-ticos ya sea para apoyar a las ordenes contra la iglesia secular, o contralos Intereses de colonizadores, o aun para definir posiciones en las riva-lidades que sostenian las ordenes entre si.

Otro elemento de importancia en los cronistas religiosos es el entre-lazamiento de varias preocupaciones intelectuales. El deseo de esclareci-miento de los hechos historicos y la comprension del significado del en-cuentro de Europa y America se incorporan al objetivo de recoger lainemoria de la labor misionera. De su obra decia Acosta que: «E1 intentode esta historia no es solo dar noticia de lo que en Indias pasa, sinoenderezar esa noticia al fruto que se puede sacar del conocimiento detales cosas, que es ayudar aquellas gentes [los indigenas] para su salva-cion, y glorificar al Creador y Redentor, que los saco de las tinieblasoscurisimas de su infidelidad, y les comunico la admirable lumbre de suEvangelic...». Por su parte Torquemada subraya su interes en presentaruna historia verdadera que permita la comparacion de las culturas mexi-canas con otros pueblos de la antigiiedad clasica. Finalmente, Cobo de-seaba intensamente aclarar las desvirtuadas noticias que se daban delNuevo Mundo, lo que su residencia de 57 anos en las Indias le permitianhacer con «comodidad y aparejo». Le apasionaron el mundo laboral y elestablecimiento del orden politico de Espana en el continente, mas quelas culturas indigenas. En las maravillas del Nuevo Mundo creyo semanifestaba el poder y la sabiduria de Dios; en la historia de la hege-monia espanola, Dios hacia de esa nacion instrumento de su voluntad.44

En estos historiadores se hace patente la tension entre metodo y fin quecaracterizan las obras de la primera mitad del siglo XVII. El sentidoteleologico con que se enfoca la historia no mengua la constante preocu-pacion por la verificacion de la narrativa, y la aspiracion de la rigurosidadmetodologica y la amplitud del marco de referencia las diferencia de lascronicas de ordenes religiosas.

Ninguno de estos elementos desaparece en la segunda mitad delsiglo XVII, pero el deseo de ver la voluntad de Dios en la historia seateniia a medida que se fortalece el racionalismo durante el siglo XVIII.

44 Torquemada, Juan de: Monarquia Indiana. Mexico, 1943, II, 85. Cobo: Historiadel Nuevo Mundo. Sevilla, 1890, I, 1-10.

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20 ASUNCION LAVRIN

A esta transformacion intelectual se debe atribuir, al menos en parte,el hecho de que con el transcurrir del tiempo cesa el interes en escribiruna smtesis historica de la conquista espiritual en el continente. Lahistoria se vuelve a hacer particular o regional, refinandose sobre todola historia misionera que cubrio las actividades de la conversion y elenraizamiento del cristianismo en zonas «marginales» como Californiay Nueva Andalucfa.

Los jesuitas continuaron desplegando gran actividad misionera ehistorica al llevar el liderazgo de conversion en muchas de las nuevasareas de exploracion espiritual. For ejemplo, los frustrados intentos deestablecer misiones en los llanos del Orinoco en el siglo XVII produjeronlas cronicas del jesuita frances Pierre Pelleprat y la inclusion del areaen la obra de Pedro Mercado. Despues del afianzamiento de la Companiaen la zona en las primeras decadas del siglo XVIII, surgen varias cronicas,entre las que se destacan las de Juan de Ribero, Joseph Cassani, y JoseGumilla.45 Los franciscanos tambien dejaron su huella en esta region.Fray Alonso Caulin recibe su nombramiento de cronista de la ordenen 1750 y llega a publicar su Historia Coro-graphica, natural y evangelicade la Nueva Andalucia en Granada en 1779.46 En el norte de NuevaEspana, la expansion hacia California da pie a la obra de Eusebio Fran-cisco Kino (1644-1711), quien abrio el campo de la historia de esasregiones.47

La historiografia misionera del siglo XVIII refuerza la injerenciade la naturaleza y del indigena americano dentro de la historia. No haynovedad en el uso de estos elementos pero en el siglo XVIII lo ecologicoy lo antropologico crecieron hasta convertirse en objetos centrales de lanarrativa aunque sin desplazarla de la actividad evangelica. Caulin, porejemplo, nos dice como la orden de sus prelados fue la de escribir una

45 Pelleprat, Pierre (16067-1667): Relation des missions des peres de la Compagniede Jesus dans les iles et dans la Terre Ferme de I'Amerique meridionale. Paris, 1655.Martinez Rubio, J.: Relatio de stall praesenti missionum qua planorum Orinoci vacant...(1693). Bogota, 1940. Ribero, Juan de: Historia de las misiones de los llanos del Casanarey los rios Orinoco y Meta (1729). Cassani, Joseph: Historia de la Provincia de la Companiade Jesus del Nuevo Reino de Granada en la America. Madrid, 1741. Gumilla, Jose: ElOrinoco Ilustrado. Madrid, 1741.

46 Caulin, fray Antonio: Historia Coro-graphica, natural y evangelica de la NuevaAndalucia... Granada, 1779, 2.a ed. Caracas, 1966.

47 Kino, Eusebio Francisco: Favores celestiales y Relacion diaria de la entrada alNoroeste. Mexico, 1913-22. Veanse tambien, Mange, Juan Mateo (1670-1727?): Luz detierra incognita en la America Septentrional y Diario de las exploraciones en Sonora [1720].Hermosillo, Mexico, 1985.

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MISION DE LA HISTORIA E HISTOPJOGRAFIA DE LA IGLESIA 21

descripcion de la conquista espiritual, pero despues de tres afios de resca-tar materiales le fue iniposible escribir una simple historia de las misiones.Tuvo que hablar de la historia de toda la provincia «para guardar en loposible, la conformidad de las partes con el todo...». O sea, que Caulincomprendio que la accion misional era solo parte de una realidad masampUa, la de la naturaleza, la de las comunidades que se asentaban enella, y la del encuentro de ambas con el conquistador espanol y su reli-gion. Es a esa realidad total a la que entendio debia referirse «para laamenidad de la Historia, y plena inteligencia de su narracion».48 Dentrode esa corriente intelectual en la que se ubica la historia dentro de unmarco geografico se deben tambien situar al padre Pedro Lozano y alabate Juan Molina.49

Como culminacion de las corrientes historiogtaficas dieciochescas sepueden tomar como ejemplos a Juan de Velasco, S. J. (1721-1819) yFrancisco Javier Clavigero, S. J. (1731-1787). Ambos escribieron susobras en el exilio y con el espirilu de defensa de «la verdad» sobre lasculturas indigenas y la realidad fisica americana, entonces objeto de co-mentarios poco favorables y faltos de fundamento de De Paw, Conda-mine y otros «estudiosos» europeos. En la defensa acendrada del valorde lo americano frente a lo europeo que hacen estos escritores (asi comootros jesuitas exilados) se ha visto un proto-nacionalismo historico queinspire a los intelectuales e historiadores del siglo XIX, una vez logradala independencia. Ambos conocieron la antiguedad de Quito y NuevaEspafia a cabalidad tras afios de estudio de las lenguas indigenas y de lagran variedad de obras historicas a su disposicion. Sin embargo, la obrade Velasco y la de Clavigero son diferentes. Velasco es mas amplio ensu concepcion, en cuanto a que parte del origen de las culturas indigenasy llega hasta la expulsion de los jesuitas, dando una variedad de noticias

48 Caulin, fray Antonio: Historia..., pag. 24. Vease Moron, Guillermo: Los cronistasy la historia. Caracas, 1957, y los excelentes estudios preliminares de las obras de Gumillay Pedro Simon y Caulin por Pablo Ojer, S. J. y Demetrio Ramos. Igualmente juiciosos sonlos comentarios de Moron, Jose Rey, S. J. y Buenaventura de Carrocera sobre las obrasde fray Pedro de Aguado, Joseph Cassani, Pierre Pelleprat y los misioneros capuchinos,Vease Carrocera, Buenaventura de: Mision de los capuchinos en los llanos de Caracas.Caracas, 1972, 2 vols.

49 Molina, Juan: Compendium sulla storia geografica, naturale e civile del reynode Chile. Bologna, 1776, Lozano, Pedro: Descripcion chorographica del terrenes, rios, arbolesy animales de las dilatadisimas provincias del Gran Chaco, Gualamba... Cordoba, 1733.Lozano uso como fuentes parciales a Juan Pastor, S. J., cuyos manuscritos permanecieronineditos y a Nicholas del Techo. La obra de Florian Pauckne, S. J. tambien contiene muyimportantes elementos ecologicos y antropologicos.

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sobre toda clase de temas, incluso las actividades de su orden. Clavigerose dedica a la antigiiedad nahualt principalmente, aunque escribio unahistoria misionera de la Baja California.50 Ambos evaluaron criticamentelas fuentes que usaron, lo que si no los dejo exentos de cometer errores,los situo a la vanguardia de la historiografia de su siglo, como dignosherederos de una tradicion bien enraizada en los cronistas coloniales.Mas importante, sin embargo, es el concepto que ambos tuvieron de lahistoria. Clavigero deseo escribir una historia de Mexico como un mexi-cano, pero sin apasionamientos y tratando de incluir tan to lo buenocomo lo malo: «He tenido siempre delante de los ojos aquellas dos santasleyes de la Historia: no atreverse a decir mentira ni temer decir la ver-dad... ».51 Velasco, por su parte, es mas ambiguo en su nacionalismo.Dice sentirse verdadero espafiol y catolico, pero declara escribir su obrapara servir «a la Nacion y a la Patria...». Velasco pone su enfasis endemostrar como por falta de conocimiento y perspectiva —hoy se diriaetnocentrismo— muchos autores consideran defectos en otros los queno lo son, y subraya la necesidad de conocer bien el «genio y partido»de cada escritor para no alucinarse con el y lograr establecer el valor desu informacion y de sus opiniones. «Un historiador debe ser filosofo ycritico verdadero para conocer las causas, y los efectos naturales de losobjetos... y para discernir en el confuso caos de las remotas antigiie-dades, lo fabuloso, lo cierto, lo dudoso, y lo probable...».52

Una mirada retrospectiva a la historiografia emanada de la plumade los miembros de ordenes religiosas nos muestra un amplio espectrode estilos, y una solidez informativa respetable por el afan de verdad quela sostiene. Si bien es cierto que la historia producida peca en muchoscasos de errores factuales, hay en cada generacion y en cada individuoel deseo de corregir defectos, de lograr una narrativa clara y precisa,apoyada por la erudicion resultante del manejo de todas las fuentes po-sibles. No hay duda tampoco que estamos f rente a una historiografia que

50 Clavigero, Francisco Javier: Historia de la antigua o Baja California. Mexico,1970. Velasco, Juan de: Historia del Reino de Quito en la America Meridional (1789). Quito,1977, 3 vols.

51 Clavigero: Historia antigua, XXII. Clavigero no deseo ni calumniar ni adular, yasi trata de ser tan objetivo como puede respecto a la conquista. «Dejo los hechos en aquelgrado de certeza o verosimilitud en que los encuentro: en donde no puedo acertar conalgun suceso por razon de la discordancia de los autores... expongo sinceramente losdiversos pareceres...» «...la verdad es tanto mas hermosa cuanto esta mas desnuda». Estasdeclaraciones lo situan dentro del rigorismo historico que se desarrollo plenamente en elsiglo XIX.

52 Velasco: Historia..., pags. 22-23.

32 Suplemento de A.E.A., tomo XLVl

MISION DE LA HISTORIA E HiSTORIOGRAFIA DE LA IGLESIA 23

no duda nunca de si. La historia se escribe desde arriba por el cronistaerudito, criollo o espanol, y desde adentro, el claustro, con una supremaconfianza en la premisa de que en esos pianos reside el centro de todoconocimiento porque se asienta en el estudio de las fuentes orales yescritas sujeto a los canones de la epoca. La conquista de territories, elestablecimiento de costumbres y conceptos europeos sobre los pueblosindigenas, la validez de la nueva fe y de la labor misionera, son hechosque no se cuestionan. Lo que pueda encontrarse de criticable en estaforma de escribir y entender la historia es obvio. Pero al mismo tiempoesas flaquezas nos permiten explorar la mentalidad de una epoca en suforma mas Candida y abierta.

Aunque los miembros de las ordenes religiosas fueron los mas acti-vos cronistas de la epoca colonial, no se debe dejar de mencionar a dosobispos notables: Lucas Fernandez de Piedrahita (1624-1688), autor deuna historia de Nueva Granada, y Jose Joaquim da Cunha de AzeredoCoutinho (1742-1818), historiador economico.53 Gil Gonzalez Davila(1578-1658) se ocupo de la historia de la iglesia secular, en una de laspocas obras dedicadas a ese tema.54 Las tareas episcopales no permitierona los obispos preocuparse de la historia, aunque el ejemplo de Piedrahitase repite en Chile en el siglo XIX con la insigne figura del obispo Cle-mente Errazuriz. Piedrahita pudo dedicarse a la historia por hallarse du-rante seis anos en Madrid defendiendose de cargos alzados contra el yde los que salio airoso. Su obra se valio en parte de obras escritas, peroineditas, entre las cuales la del adelantado Jimenez de Quesada era una.Piedrahita escribio una historia de la conquista y establecimiento de losespanoles en la Nueva Granada hasta 1573, y en esto se asemeja aAguado, Lozano y otros, para quienes la historia civil primo sobre lareligiosa. Azeredo Coutinho no es historiador propiamente, pero suEnsayo Economico tiene un sentido historico profundo, en cuanto a quese basa en la experiencia historica del Brasil, y fue escrito para tratarde cambiar y asegurar su futuro. Igualmente fuera de toda posible cate-gorizacion quedan obras eruditas de religiosos que se preocuparon poraspectos geograficos y economicos como la del jesuita Andre Joao Antonil—pseudonimo de Joao Antonio Andreoni— (1649-1716), que ha dejado

53 Fernandez de Piedrahita, Lucas: Noticia Historial de las Conquistas del NuevoReino de Granada. [Amberes, 1668]. Bogota, 1973, 2 vols. Cunha de Azeredo Coutinho, JoseJoaquim da: Essaio economico sobre o comer do de Portugal e suas colonias. Lisboa, 1828.

54 Gonzalez Davila, Gil: Teatro eclesidstico de la primitiva iglesia de las Indiasoccidentals. Madrid, 1645-55, 2 vols.

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24 ASUNCION LAVRIN

la mas completa description de la economia brasilena a principles delsiglo XVIII, y la Description geografica de Michoacdn de fray Franciscode Burgoa.55

HlSTORIOGRAFIA DE LA INQUISICION

La historiografia de la Inquisicion no comienza sino hasta raediadosdel siglo XIX. Esta debatida rama de la Iglesia realizo sus labores bajoel man to de la confidencialidad y aun el secreto. El amplio campo de susactividades creo gruesos legajos con una riquisima informacion social yreligiosa. Sin embargo, sus archives permanecieron siempre celosamenteguardados durante el periodo colonial y, por ende, cerrados al quehacerhistorico.

A pesar de algun que otro intento de acercarse a la historia delSanto Oficio, el mismo no se convierte en objeto de investigaciones sinohasta fines del siglo XIX (1887), cuando el erudito bibliografo chilenoJose Toribio Medina descubrio una rica documentacion sobre la Inquisi-cion en el archivo de Simancas, Espana. Medina publico una serie devolumenes sobre las actividades de todas las sedes del Santo Oficio enla America hispana —Lima, Chile, Mexico, Nueva Granada y provinciasdel Rio de la Plata. Tambien publico un volumen sobre el periodo in-quisitorial desde el descubrimiento de America, hasta 1569, iecha enque se introdujo la Inquisicion en America.56

Medina se enfrento a la tarea de recoger las actividades de la Inquisi-cion en un periodo de intensa preocupacion historica en Iberoamerica.La documentacion de los archives nacionales comenzaba a explorarse enserio, y se escribian por primera vez detallados volumenes de historiasnacionales. Medina abordo la publicacion de sus obras sobre la Inquisi-cion bajo una contradiccion interior que se refleja en el prefacio de suprimer trabajo sobre Lima. El positivismo historico le obliga a tratarde ofrecer una metodologia objetiva. Deseaba —conio Von Ranke-—

55 Antonil, Andre Joao: Cultura e opulencia do Brasil por suas drogas e minas,citada en la nota 7. Burgoa, fray Francisco de: Geografica description. Mexico, Publica-ciones del Archivo General de la Nacion, 1934, 2 vols.

56 Medina, J. T.: Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisicion de Lima(1569-1820). Santiago, 1887, 2 vols.; Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisicionen Chile. Santiago, 1890, 2 vols.; EZ Tribunal del Santo Oficio de la Inquisition en las Pro-vincias del Plata. Santiago de Chile, 1890.

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MISION DE LA HISTORIA E HISTORIOGRAFIA DE LA IGLESIA 25

que los documentos hablaran por si mismos, «negandome yo mismo elderecho de decir con palabras mias lo que los contemporaneos o actoresde los sucesos que narro... pensaban o decian conforme a sus ideas...».El lector no hallarfa doctrinas, «sino solo hechos que apreciara conformea su criterio, a su educacion o a las tendencias de su espiritu». Pero susorientaciones anticlericales le inclinaban, a su despecho, a pasar un juiciocondenatorio sobre la Inquisicion que no se le escapa a ningun lector.Creia Medina que en sus paginas se hallarian pruebas fehacientes delos errores humanos, que dejarian en el alma una penosa inipresion. Cri-tico tanto el caracter de esas acciones, como el de la institucion llamadaa controlarlas y corregirlas. «La Inquisicion es una institucion condenadadesde hace tiempo por la opinion unanime de todos los pueblos civili-zados», especialmente en su tarea de restringir la libertad de pensamiento.Medina trato de abstenerse de pasar dictamenes de forma directa, perolos hizo de forma oblicua, a traves de metaforas, como cuando comparasu tarea a la de un cirujano en busca de conocer el organismo humano,aun cuando esta en estado de descomposicion. Tras su ataque a las pa-siones y vicios en general, condena a la Inquisicion por creerla respon-sable del atraso de los pueblos hispanoamericanos.51

En todas sus obras Medina sigue una narrativa cronologica de loshechos, absteniendose de usar adjetivos valorativos. Narra las denuncias,los variados procesos llevados a cabo durante cada periodo y las decisionestomadas por los jueces inquisitoriales. El prurito de la documentacionle llevo a incluir largas citas, en parte porque vio su obra, y las fuentesinquisitoriales, como cantera para otros historiadores. La eleccion decitas para el texto se centra en los aspectos mas controvertidos de laInquisicion como los autos de fe y los procesos por hechiceria, bigamia,y solicitacion. Por otra parte, en aquellos volumenes con apendices docu-mentales, como el de las provincias de la Plata, tambien incluye me-moriales y cartas. Medina no se intereso por los aspectos administrativoso economicos de la Inquisicion. Persiguio exponer sus flaquezas y susobsesiones para demostrar de modo testimonial el origen de algunosrasgos del caracter de las naciones hispanoamericanas, y la necesidad dealejarse de las tradiciones culturales heredadas de la colonia.

Una vez abierta la vasta documentacion inquisitorial era de esperarseque se desarrollara la labor de sintesis historica que Medina no realizo.

57 Introduccion a Historia del Tribunal del Santo Oficio... Lima. Tambien vease laIntroduction a La Primitwa Inquisicion.

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26 ASUNCION LAVRIN

La misma fue asumida por Henry Charles Lea, quien en 1908 publicouna obra sobre la Inquisicion en todas las dependencias espanolas.58

En America, Lea solo se detiene en Mexico, Peru y Nueva Granada, uti-lizando a Medina como su fuente, aunque consulto algunos legajos enSimancas. Su desafecto a la Inquisicion es transparente, considerandolacomo una institucion siniestra en busca de oscuros rincones de la mente.59

Su narrativa, turgida en adjetivos, se recrea en relatos de beatas charla-tanas y solicit antes sin remedio, contribuyendo a fortalecer la leyendanegra que ya existia sobre la institucion. De hecho, Lea le atribuyo a laInquisicion influencias mas alia de la esfera religiosa o intelectual, tras-cendiendo en su interpretacion las fronteras establecidas por Medina.Caracterizo a la Inquisicion como la fuente del fracaso colonial espanolen America, y la vio como un elemento negative que origino desafectosa la Corona. En su opinion la Inquisicion retardo el desarrollo politicoe industrial de las colonias emancipadas ya que su «maligna» influenciapeso sobre las siguientes generaciones.

Este enfasis en el rol politico de la Inquisicion y la negatividad desu influencia sobre la vida moral e intelectual de Hispanoamerica fuerenovado por Boleslao Lewin, en un estudio global de la Inquisicion enHispanoamerica publicado en 1962. Lewin inyecta nuevos elementosinterpretativos, derivados ambos de experiencias historicas del siglo XX:racismo y totalitarismo. Lewin vio a la Inquisicion como la personifica-tion de la intolerancia religiosa utilizando procedimientos represivos quese centraron sobre una minoria judia, cuya contribution racial al origenetnico de la poblacion blanca americana ha sido ignorada en parte debidoa esta persecucion.60 Al subrayar las persecuciones de judaizantes enHispanoamerica, Lewin expreso la creciente preocupacion de la nuevahistoria social con las minorfas etnicas y su subordination. Bajo su escru-tinio, la Inquisicion aparece como un epitome de hipocresia y opresion.El tema de la persecucion de los judaizantes y los grupos judios quelograron pasar a America fue tambien abordado por Seymour B. Lieb-mann en varies de sus trabajos, del cual el mejor conocido es The Jewsin New Spain. 61 En Brasil, la obra de Anita Novinski sobre los cristianos

58 Lea, Henry Charles: The Inquisition in the Spanish Dependencies. New York, 1908.59 Lea: The Inquisition, pag. 474.60 Lewin, Boleslao: La Inquisicion en Hispanoamerica. (Judios, protestantes y pa-

triotas). Buenos Aires, 1962. Lewin procure profundizar el tema de las funciones adminis-trativas en la Inquisicion, que creyo habian sido soslayadas por Medina.

61 Liebmann, Seymour: The Jews in New Spain. Coral Gables, Florida, 1970.

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MISION DE LA HISTORIA E HISTORIOGRAFIA DE LA IGLESIA 27

nuevos en Bahia durante el siglo XVII fija su atencion sobre este grupode emigrados. La autora trata de analizar los motivos de la persecucionde los cristianos nuevos, su cohesion interna como grupo, y su integra-cion a la sociedad de Bahia, siguiendo asi las orientaciones de la nuevahistoria social.62 Igual atencion a este grupo social presta Antonio JoseSaraiva, quien exploro la coyuntura economica y la definicion del con-cepto mismo de cristiano nuevo usada por las autoridades inquisitoriales.63

Nuevo horizontes interpretativos se perfilan en la decada de los 70.Yendo mas alia de la tematica de opresion etnica o religiosa, varios his-toriadores han creado nuevos caminos de aproximacion a la Inquisicioncomo una institucion polifacetica en la cual se pueden leer mensajes so-ciales, economicos e intelectuales. Uno de los mas distinguidos es RichardGreenleaf, quien ha dedicado mas de un cuarto de siglo al estudio de laInquisicion en Mexico. Sus estudios sobre fray Juan de Zumarraga, evan-gelizador y primer inquisidor episcopal de Nueva Espafia, y su panoramahistorico de la Inquisicion en ese virreinato durante el siglo XVI cons-tituyen modelos de investigacion minuciosa y objetividad sin estriden-cias.64 Otra obra que ilustra esta nueva corriente es la de Ernesto Chin-chilla sobre Guatemala.65 Chinchilla afiade a la historia cronologica ma-terias que giran sobre temas intelectuales, sociales y administrativos,aproximandose a un modelo mas objetivo y mas amplio de indagacionhistorica.

Otros escritores han utilizado la documentacion inquisitorial parainvestigar las preocupaciones intelectuales del Santo Oficio, las practicasde hechiceria, la frecuencia de transgresiones sociales, y las formas derechazo a la sociedad colonial por grupos marginados. Esta nueva corrien-to historiografica refleja las inquietudes contemporaneas por desentranarel significado de la religion en un sentido personal y tiene su fuente, enmuchos casos, en los estudios de mentalidades.66

62 Novinski, Anita: Cristdos novos da Bahia. Sao Paulo, 1972.63 Saraiva, Antonio Jose: Inquisicdo e cristdos novos. Porto, 1969.64 Greenleaf, Richard: The Mexican Inquisition of the Sixteenth Century. Albur-

querque, 1969. Por el mismo autor: Inquisicion y Sociedad en el Mexico Colonial. Madrid,1985. Esta ultima recoge traducciones de varias de sus numerosas monografias sobre laInquisicion.

65 Chinchilla Aguilar, Ernesto: La Inquisicion en Guatemala. Guatemala, 1953.66 Aguirre Beltran, Gonzalo: Medicina y magia: el proceso de aculturacion en la

estructura colonial. Mexico, 1980, 2.a ed. Quezada, Noemi: Amor y Magia Amorosa entrelos Aztecas. Mexico, 1975. Alberro, Solange, ed.: La Actividad del Santo Oficio de la Inqui-sicion en Nueva Espana, 1571-1700. Mexico, 1981. Behar, Ruth: Sex and Sin. Witchcraft andthe Devil in Late Colonial Mexico. «American Ethnologist^ 1987, vol. 14, pags. 35-55. TheVisions of a Guachichil Witch in 1599: A Window on the Subjugation of Mexico's Hunter s-

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28 ASUNCION LAVRIN

Estos trabajos han replanteado el analisis de la Inquisicion en am-bitos geograficos nacionales, abandonando la aspiracion de sintesis con-tinentales. Tambien se han dejado atras los fines politicos en la investiga-cion de esta institucion. En la segunda mitad del siglo XX comienza unanueva linea historiografica en la cual la Inquisicion deja de ser unainstitucion enigmatica y lugubre, para convertirse en un medio de apro-ximacion a la realidad social de aquellos que estuvieron sometidos a suescrutinio. Faltan aun estudios de los inquisidores mismos como partede los mecanismos de control social y espiritual que indudablementeestan implicitos en la actuacion forense de las autoridades inquisitoriales.

HlSTORIOGRAFIA CONTEMPORANEA SOBRE EL PERIODO COLONIAL

Las primeras decadas despues de la independencia de las nacionesamericanas no fueron fructiferas para la historia de la Iglesia. La preemi-nente posicion de la Iglesia en la vida espiritual, social y economica dela colonia se debilito con la creciente secularizacion experimentada enel siglo XIX y con la ascendencia de las ideologias liberal y positivistaque preconizaban una nueva relacion entre el Estado y la Iglesia. Losespinosos problemas de delimitacion del patronato espiritual y el deseode algunos gobernantes de establecer iglesias nacionales, tuvieron queser resueltos antes de que la tarea historica pudiera ser reanudada. Comoresultado del enfrentarniento de la Iglesia y el Estado en algunas naciones,surgio una politizacion de la historia eclesiastica, que perduro por muchosanos y afecto a la objetividad de muchas obras.

A pesar de ello, la historiografia del periodo colonial comenzo arecuperarse a traves de la adopcion de los canones de la historiografia«cientifica» del positivismo europeo, adoptados en Iberoamerica en elultimo cuarto del siglo XIX. La busqueda y rescate de fuentes fidedignassustentados por bibliografos e historiadores distinguidos como Jose To-

Gatheres, «Ethnohistory». Spring, 1987, 34:2, pags. 115-38; Sexual Witchcraft, Colonialism,and Women's Powers: Views from the Mexican Inquisition, en Lavrin, Asuncion, ed.:Sexuality and Marriage in Colonial Latin America. Lincoln, Nebraska, 1989, pags. 167-178.Manarelli, Emma Maria: Inquisicion y mujeres: Las hechiceras en el Peru durante elsiglo XVII, «Revista Andina». Primer Semestre 1985, 3, num. 1, pags. 141-54. Varios de lostrabajos contenidos en las siguientes obras se basan en fuentes inquisitoriales. Familia ysexualidad en Nueva Espana. Mexico, Fondo de Cultura Economica, 1982. Ortega, Sergio, ed.:De la santidad a la perversion. Mexico, Editorial Grijalbo, 1985. Vainfas, Ronaldo, comp.:Historia e sexualidade no Brasil. Rio de Janeiro: Edigoes Graal, 1986. Vale mencionar laimpresion de algunas fuentes inquisitoriales, como, por ejemplo, las visitas inquisitorialesal Brasil. Vease la de 1591 en «Anais do Museu Paulista». Sao Paulo, 1963, num. 17.

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MIS1ON DE LA HISTORIA E IIISTORIOGRAFIA DE LA IGLESIA 29

ribio Medina, Joaquin Garcia Icazbalceta y Genaro Garcia, dio comoresultado el descubrimiento de manuscritos historicos que habian per-nianecido ineditos a veces durante cientos de afios y que permitirian laorganization y publicacion de series documentales para el estudio de lashistorias nacionales. Esas nuevas fuentes promoverian tambien la revi-sion de la historia eclesiastica colonial durante el siglo XX 6?

En algunos paises con estabilidad civil-religiosa fue posible paraalgunos historiadores intentar una sintesis historica del periodo colonialbasada principalmente en la documentacion y las cronicas recientementedescubiertas. Asi, en Chile surge la figura del padre Crescente Errazuriz,cuya historia sobre la primer a epoca de la Iglesia en Chile trata de re-conciliar el positivisrno con la interpretacion cristiana de la historia.Errazuriz mantuvo una interesante polemica con el historiador MiguelLuis Amunategui sobre la importancia de la Iglesia y la religion en laformacion colonial y que lo llevo a escribir lo que el vio como una paginamuy importante de la historia i.e., la fundacion y desarrollo de la Iglesiaen Chile en el siglo XVI. Su filosofia era la de respetar las fuentes,obedecer los limites que las mismas imponian, y no utilizar la historiapara apoyar teorias que falsearan el sentido de la misma. For otra parte,como catolico ferviente, Errazuriz adopto una interpretacion cuasi-teleo-logica, al ver la victoria de Dios y el cristianismo reflejados en la historiade Chile. A pesar de su posicion ideologica, la obra de Errazuriz fue degran valor en su tiempo, por su esfuerzo en relacionar la historia civily la eclesiastica y por la utilizacion de una amplia documentacion noutilizada previamente.68

67 Quizas uno de los modelos mas importantes para la labor de publicacion de docu-mentos es la de Joaquin Pacheco, F. de Cardenas y L. Torres de Mendoza, editores delos 42 volumenes de la Coleccion de documentos ineditos relatives al descubrimiento, con-quista y organization de las antiguas posesiones espanolas de America y Oceania... Madrid,1864-84. Un modesto comienzo en la labor documental se nota ya en Chile desde mediadosdel siglo XIX. Vease, como ejemplo: Sinodos Diocesanos del Arzobispado de Santiago*(1680). Nueva York, 1858. Los esfuerzos de documentacion constituyen en si uno de losaspectos mas fructiferos de la bibliografia del siglo XX. Carreno, Alberto Maria: Cedulariode los siglos XVI y XVII: El Obispo don Juan de Palafox y Mendoza y el conflicto conla Compania de Jesus. Mexico, 1947.

68 Errazuriz, Crescente: Los orijenes de la iglesia chilena, 1544-1603. Santiago, 1873.Errazuriz fue muy critico de los conquistadores e interpreto el rol de los miembros de laIglesia como defensores de los indigenas frente a los abuses de conquistadores y encomen-deros. Vease tambien, como representativa de este periodo de la historiografia chilena LaProvincia eclesidslica chilena. Friburgo, 1895. No todos los esfuerzos por desarrollar unahistoria nacional de la Iglesia pudieron alcanzar la altura de la obra de Errazuriz. Huboobras mas modestas que continuaron la tradicion narrativa de las cronicas. Vease comoejemplo, Compte, Francisco Maria: Varones ilustres de la or den serdfica en el Ecuador.Quito, 1886, 2 vols.

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30 ASUNCION LAVRIN

Tambien muy destacada fue la figura de Jose Manuel Groot, cuyaHistoria eclesidstica y civil de Nueva Granada se ha convertido en unaobra clasica de consulta, a pesar de su postura abiertamente catolica yconservadora.69 Groot aporto a la historiografia colombiana una investi-gacion extensa en archivos y cronicas que enriquecio el conocimiento dela historia del pais. No se dedico exclusivamente a la historia eclesiastica,sino que siguiendo las huellas de eminentes predecesores, combine locivil con lo religiose, intentando crear una historia total. Sus ideas per-sonales le crearon problemas interpretativos que hacen de la suya unahistoria partidista. Se le ha criticado de conservador, hispanista y elitista.Sin embargo, su historia es la que pudo escribir un hombre de vidaacomodada y muy de una epoca en la que se discutian las ideas apasiona-damente. Pocosv fueron los historiadores del siglo XIX que no tomarondeterminadas posturas ideologicas, pero a pesar de cierta comprensiondel contexto dentro del cual se desarrollo este historiador, la critica hasido mas favorable a su seccion de historia colonial que a la del siglo XIX.

Ya sentadas las premisas de la historiografia cientifica tras laboriosoindagar en los archivos nacionales y extranjeros, comienzan a aparecerno solo obras de documentacion, sino tambien reediciones de clasicoscoloniales largo tiempo olvidados o ignorados. En la rama de la docu-mentacion surgen figuras como las de Genaro Garcia y Nicolas Leon, enMexico, quienes consolidaron la tradicion de publicacion de fuentesen el siglo XX.70 De esta rama de la historiografia han brotado obrasde impresionante erudicion. Quizas las colecciones documentales masnotables son las pertenecientes a la Compania de Jesus. La impresionanteobra de Pablo Pas tells, S. J. sobre la antigua provincia del Paraguayrevelo la enorme cantidad de documentos aun sin examinar y la posibili-dad de explorar mas profundamente una historia que se daba por bienconocida.71 Los herederos de la tarea de documentacion tan noblementeejercida por Pastells han sido los investigadores de la gigantesca obra

69 Groot, Jose Manuel (1800-1878): Historia eclesidstica y civil de Nueva Granada.Bogota, 1869-70, 3 vols.

70 Veanse, por ejemplo, Garcia, Genaro: La Inquisition en Mexico (vol. 5 de lacoleccion Documentos ineditos o Muy Raros para la Historia de Mexico). Mexico, 1906;El clero de Mexico durante la domination espanola segun el archivo inedito archiepiscopalmetropolitan. Mexico, 1906. Hernaez, Francisco Javier: Coleccion de Bulas, Breves, y otrosdocumentos relativos a la Iglesia de America y Filipinas. Bruselas, 1879, 2 vols.

71 Pastells, Pablo, S. J.: Historia de la Compania de Jesus en la Provincia delParaguay (Argentina, Uruguay, Peru, Bolivia y Brasil) segun los documentos originates delArchivo General de Indias. Madrid, 1912-1948, 7 vols.

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MISION DE LA HISTORIA E HISTORIOGRAFIA DE LA IGLESIA 31

historiografica conocida como Monumenta y que cuenta con las Monu-menta Antiquae Florida, Monumenta Mexicana, Monumenta Peruana yMonumenta Brasiliae.72 Estos volumenes recogen materiales jesuiticosrastreados en un vasto numero de archives. Cada volumen contiene nosolo documentos, sino evaluaciones bibliograficas de las obras escritassobre el periodo bajo estudio, informacion sobre documentos conserva-dos y perdidos y un aparato bibliografico de anotacion editorial de granprofundidad. Sin duda, las Monumenta no tienen rival en su genero. Sinembargo otras ordenes religiosas y otros historiadores han tratado deenriquecer la bibliografia con colecciones de documentos escogidos.73

Entre ellos se destaca la labor llevada a cabo sobre los franciscanos envarias partes de America colonial.74

La tarea de recuperacion documental hizo tambien posible la re-novacion de la historiografia de las ordenes religiosas.7^ Entre los prime-ros en abordar la revision de su historia han estado los historiadores de laCompania de Jesus. Las obras mas recientes son de mejor calidad historicaque las emprendidas a finales del siglo XIX o principios del XX. La sin-tesis de la historia de la Compania en varias regiones de America ha sido

72 Zubillaga, Felix: Monumenta Antigua Floridae (1566-1572). Roma, 1946. MonumentaMexicana. Roma, 1956-1976, 5 vols. Egana, Antonio de: Monumenta Peruana. Roma, 1954-74,6 vols. Leite, Serafim: Monumenta Brasiliae. Roma, 1956-68, 5 vols.

73 Soares, Jose Carlos de Macedo: Fontes da historia da igreja catolica no Brasil.Sao Paulo, 1954. La obra de Macedo Soares es minuciosa y de solidez metodologica. Palacio,Eudoxio de Jesus, y Brunet, Jose, comp.: Los mercedarios en Bolivia; documentos para suhistoria, 1535-1575. La Paz, 1977. Una modalidad bibliografica que merece mencionarse esla de ediciones de documentos para la historia de la Iglesia que ponen al alcance de estu-diosos contemporaneos una muestra de la riqueza de los archivos regionales. A modo deejemplo, veanse: Coleccion de documentos sobre el obispado. Quito, 1946, 2 vols. La iglesiade Espana en el feru. Coleccion de documentos para la historia de la iglesia en el Peril.Sevilla, 1943-1944, 2 vols. Maldonado, monsefior Francisco Armando: Documentos para lahistoria de los seis primeros obispos de la iglesia venezolana en la epoca hispdnica.Caracas, 1963. Figuera, Guillermo: Documentos para la historia de la iglesia colonial enVenezuela. Caracas, 1965, 2 vols. Otro tipo de recuperacion historica es la impresion de obrasque no se llegaron a publicar en su dia. Vease, Leite, Serafim, S. J., ed.: Dialogo sobrea conversdo do gentio pelo P. Manuel de Nobrega. Lisbon, 1954.

74 Lodares, Baltasar de, 0. F. M.: Los franciscanos capuchinos en Venezuela. Ca-racas, 1929-31, 3 vols. Carrocera, Buenaventura de: Mision de los capuchinos en los llanosde Caracas. Caracas, 1972, 2 vols. Gomez Canedo, Lino: La provincia franciscana de SantaCruz de Caracas. Caracas, 1974, 3 vols. Tovar Astorga, Romeo, 0. F. M.: Documentos parala historia de la Orden Franciscana en America Central. Guatemala, C.A., 1986.

75 Recientemente se han publicado las primeras sintesis de la historia colonial dealgunas ordenes o la revision de otras. Veanse, como ejemplos, Moreno, Dionisio Victoria,0. C. D.: Los carmelitas descalzos y la conquista espiritual de Mexico, 1585-1612. Mexico,1966. Ulloa, Daniel: Los predicadores divididos. Los dominicos en Nueva Espana, siglo XV.Mexico, 1977. Navarrete, Nicolas P., 0. S. A.: Historia de la Provincia Agustiniana de SanNicolas Tolentino de Michoacdn. Mexico, 1978, 2 vols.

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32 ASUNCION LAVRIN

abordada con una buena medida de exito investigador por Ruben VargasUgarte, Juan Pacheco y Serafim Leite.76 Pero la mayoria de los estudiossobre la Compafiia son de caracter especializado, profundizando algunosde los topicos preferidos por los historiadores de este sigio, tales comola expulsion de America, su obra didactica en las ciudades coloniales, latarea de conversion en las misiones marginales y tardias, sus problemascon las autoridades civiles y eclesiasticas, especialmente en cuanto a lostemas de sujecion papal, regalismo y pago de diezmos.77 Como ejemplocimero de la historiografia de la Compafiia en el siglo XX y digno suce-sor de la escuela historica de la misma se destacan las obras de SerafimLeite, S. J., y Pablo Pastells, quienes ilustran un tipo de obra enciclope-dica que ya tiene pocos cultivadores, a excepcion de su compafiero decomunidad, Guiilermo furlong. m Las activiciades economicas de la So-ciedad, que apenas lograron unos estudios pioneros antes de los anos 70,han despertado el interes de la historiografia desde entonces, como re-

76 Leite, Serafim, S. J.: Historia da Companhia de Jesus no Brasil. Lisboa-Rio deJaneiro, 1938-1950, 10 vois. Vargas Ugarte, Ruben: Hisiona de la Compafiia de Jesus enel Peru. Burgos, 1963-65, 4 vois. Pacheco, Juan M.: Los jesuiias en Colombia (1567-1654).Bogota, 1959-62, 2 vois. Azevedo, Joao Lucio de: Os jesuitas no Grao Para: suas missoese a coiomzacao. Coimora, 19dO. Una tie las primeras de este sigio iue ia de Astrain, Anionio,S. J.: Histona de la Compafiia de Jesus en la asistencia de Espana. Madrid, 1902-25, 7 vois.Astrain, como otros pioneros de la smtesis hlzo un esfuerzo extraordinario por presentarei conocimiento que se tenia hasta prmcipios tiei sigio XX, aunque esiuvo consciente de susdeficiencias. Uso aigunas fuentes documentaies primarias, pero estuvo iejos de ahadirnuevos rumbos a la historia de su comunidad. Entre otros ejempios de una temprana obrade sintesis es la de Enrich, Francisco, S. J.: Histona de la Compafiia de Jesus en Chile.Barcelona, 1891, 2 vois. Borda, Jose Joaquin: Histona cie la Compania de Jesus en NueoaGranada. Poissy, 1872. Torres Saimadano, Enrique: Los antiguos jesuitas del Peru. Bio-grajias y apunies para su historia. Lima, 188̂ .

77 Aparte de las obras de historia de la Compafiia mencionadas anterior mente, yen vista de la imposibilidad de citar siquiera las obras mas distinguidas sobre la misma,queden los siguientes tituios como muestra muy pobre de la historiografia jesuitica. Furlong,Guiilermo: Cartograjia jesuitica del Rio de la Plata. Buenos Aires: Talleres, s. a., 1936;Misiones y sus pueblos de guaranies. Buenos Aires, 1962; Historia del Colegio de la Inmacu-lada de la ciudad de Santa Fe, 1610-1962. Buenos Aires, 1962-63, 6 vois. Furlong ha ineor-porado mucha information sobre los jesuitas en su monumental, Historia Social y Culturaldel Rio de la Plata, 1536-1810. Buenos Aires, 1969, 2 vois. Morner, Magnus: The Politicaland Economic Activities o/ the Jesuits in the La Plata Region: The Hapsburg Era.Stockholm, 1953. La edicion preparada por el prol'esor Morner sobre la expulsion de losjesuitas de la America Latina contiene una bibliografia exceiente sobre el tema y remitoa ella al lector para otras obras sobre el asunto. Vease Morner, Magnus, ed.: The Expulsionoj the Jesuits jrom Latin America. New York, 1965. Grenon, Pedro: La Compania de Jesusen Cordoba. Documentacion de su establecimiento. Cordoba (Argentina), 1930. Madureira,Jose Manuel: A liberdade dos indios, a Companhia de Jesus. Sua pedagogia e seus resul-tados. Rio de Janeiro, 1927-1929, 2 vois.

78 Leite, Serafim, S. J.: Historia da Companhia de Jesus no Brasil. Rio de Janeiro,1938-1950, 10 vois.; Pablo Pastells, citado en la nota 76.

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MISION DE LA HISTORIA E HISTORIOGRAFIA DE LA IGLESIA 33

sultado del auge de los estudios de propiedad territorial y administracionque se inicio entonces.79

El esfuerzo por divulgar fuentes para el estudio de la Iglesia tambiense lleva a cabo con la impresion de sinodos, colecciones epistolares, re-portes sobre la situacion economica, social y espiritual de parroquias yobispados. Estas publicaciones ban servido para ofrecer al estudiosomoderno la oportunidad de reinterpretar fuentes coloniales de acuerdocon el cuestionamiento contemporaneo.80

79 Lullio, Orestes de: La estancia jesuitica de San Ignacio. Santiago del Estero, 1954.Colmenares, German: Haciendas de los Jesuitas en el Nuevo Reino de Granada. Siglo XVIII.Bogota, 1969. Cushner, Nicholas: Lords o/ the Land; Sugar, Wine and Jesuit Estates o/Coastal Peru, 1600-1767. Albany, 1980; Farm and Factory: The Jesuits and the Developmentof Agrarian Capitalism in Colonial Quito, 1600-1767. New York, 1982; Jesuit Ranches andthe Agrarian Development of Colonial Argentina, 1650-1767. Albany, 1983. Ewald, Ursula:Das Poblaner Jesuitenkollegium San Francisco Javier Und Sein Landwirtshaflicher Grund-besitz. «Jahrbuch Fur Geschichte von Staat, Wirtschaft und Geseisschaft Latinamerikas»,tomo VIII, Koln, 1971, pags. 39-73. Macera, Pablo, ed.: Instrucciones para el manejo de lashaciendas jesuitas del Peru (Ss. XVI1-XV11I). Lima, 1966. Tovar Pinzon, Hermes: Elementosconstitutivos de la empresa agraria jesuita en la segunda mitad del siglo XVIII en Mexico,en Haciendas, latijundios y plantaciones en America Latina. Mexico, 1975, pags. 132-222.Riley, James D.: Hacendaaos jesuitas en Mexico: El Colegio Maximo de San Pedro y SanPablo, 1685-1767. Mexico, 1976. Alden, Dauril: Aspectos economicos da expulsdo dos jesuitasdo Brasil, en H. H. Keith y S. F. Edwards, eds.: Conjiito e continuiaade na sociedaaebrasileira. Rio de Janeiro, 1970, pags. 37-78; Sugar Planters by Necessity, Not Choice: TheRole o/ the Jesuits in the Cane Sugar Industry oj Colonial Brazil, 1601-1759, en JeffreyA. Cole, ed.: The Church and Society in Latin America. New Orleans, 1984, pags. 139-172.El profesor Alden prepara en este momenlo una obra en dos volumenes sobre ios jesuitas entodo el imperio portugues. Joao Lucio de Azevedo publico una biografia de Anionio Vieiraen Lisooa en 1918-̂ 0, y edito sus cartas en 1925-1928. Asimismo debe citarse su Os jesuitasno Grao Para: suas missoes e a colonizagdo. Coimbra, 19,50. Fernandes, Antonio P. C.:Missionaries jesuitas no Brasil no tempo de Pombal. Porto Alegre, 1941. El padre FranciscoMateos ha editado numerosas obras de los jesuitas en Hispanoamerica y Peru. Decorme,Gerard: La obra de los jesuitas mexicanos durante la epoca colonial, 1572-1767. Mexico,1941, 2 vols. Rey Fajardo, Jose del: Bio-bibliografia de los jesuitas en la Venezuela colonial.Caracas, 1974. Herbert Bolton publico varias obras sobre los jesuitas en la frontera nortemexicana, y fue editor de los trabajos de Eusebio Kino,S. J. Vease The Rim o/ Christendom;a Biography o/ Eusebio Francisco Kino, Pacific Coast Pioneer. New York, 1936.

80 Cuestionario de Don Antonio Bergoza Jordan, Obispo de Antequera, a los senorescuras de las diocesis. Oaxaca, 1984, 2 vols. Lopez Lara, Ramon, ed.: El obispado de Michoa-cdn en el Siglo XVII. Morelia, 1973. Gonzalez Sanchez, Isabel, ed.: El obispado de Michoacdnen 1765. Michoaean, 1985. Martinez Reyes, Gabriel: Cartas de los obispos de Cartagena deIndias durante el periodo hispdnico, 1534-1820. Medellin, 1986. Vargas Ugarte, Ruben, S. J.:Concilios Limenses (1551-1772). Lima, 1951-54, 3 vols. Bafios y Sotomayor, Diego de, ed.:Sinodo de Santiago de Leon de Caracas de 1607. Madrid y Salamanca, 1987. Respecto a esteultimo vease tambien Gutierrez de Arce, Manuel: El Sinodo Diocesano de Santiago de Leonde Caracas de 1687, Caracas, 1975, 2 vols. Azua e Iturgoyen, Pedro Felipe de: Sinodo deConcepcion (Chile), 1744. Madrid y Salamanca, 1984. Recientemente se han publicado lostextos de otros sinodos chilenos. Vease Centre Intercultural de Documentacion (CIDOC),Fuentes, Sinodos Diocesanos Chilenos, que transcribe documentacion referente a los sinodosdesde 1582 hasta 1626, y los de 1688 y 1763. Una edicion critica de los sinodos deTucuman, 1597, 1606 y 1706 ha sido publicada recientemente por Arancibia, Jose M., yDellaferrera, Nelson C., eds.: Los sinodos de Tucuman... Buenos Aires, 1979.

Historiograjia y B/Wografia, n-o 2, 1989

34 ASUNCION LAVRIN

La sintesis historica de la historia de la Iglesia en el periodo colonialha encontrado formidables obstaculos intelectuales. Este tipo de obra seenfrenta a dificiles escollos metodologicos, de los cuales el trabajo deinvestigacion y acopio de fuentes de las numerosas facetas de la historiaeclesiastica es uno de los mas importantes. Son relativamente pocos loshistoriadores que puedan mane jar la bibliografia y los recur sos necesariospara emprender una historia global y bien documentada. De entrada, lametodologia presenta un cuestionario importante: <[se deben utilizar lasfronteras geograficas establecidas con el nacimiento de diversas nacionesen el siglo XIX, o las de las antiguas arquidiocesis? La dificultad de unavision continental de la historia de la Iglesia se aprecia en la parquedadde la produccion cualitativamente respetable. Un solo esfuerzo merecela pena citarse por su seriedad, el llevado a cabo por los historiadoresAntonio de Egana, S. J., Jose Lopetegui y Felix Zubillaga, J. S.81 Estosautores se circunscriben a la sintesis del periodo colonial, que cubrencon riqueza de detalle y competencia metodologica, esforzandose enpresentar una historia que, aunque centrada en la experiencia de laIglesia como institucion, establece sus relaciones con la vida civil y poli-tica de las colonias.

La mayoria de los historiadores han sido prudentes en la delimita-cion geografica de sus obras, que se circunscriben a la experiencia nacio-nal, dentro de las fronteras creadas por la independencia. Un esfuerzonotable del siglo XIX fue el del arzobispo de Quito Federico GonzalezSuarez.82 Entre las primeras sintesis escritas en este siglo, se destacanlas de Carlos Nouel y Romulo de Carbia.83 Entre los ejemplos mas re-cientes y solidos estan las de Juan Manuel Pacheco, S. J. y Ruben VargasUgarte, S. J. sobre Colombia y Peru, respectivamente.84

81 Egafia, Antonio de: Historia de la iglesia en la America espafiola, Madrid, 1965-66,2 vols. Zubillaga se ocupa de las Antillas y Mesoamerica y Lopetegui de la America del Sur.

82 Gonzalez Suarez, Federico (1844-1917): Historia del Ecuador desde los tiempos dela conquista hasta nuestros dias. Quito, 1881.

83 Nouel, Carlos: Historia eclesiastica de la arquidiocesis de Santo Domingo. Roma,1913-14, 2 vols. En el primer volumen se ocupa de la arquidiocesis hasta finales del si-glo XVII. Carbia, Romulo: Historia eclesiastica del Rio de la Plata. Buenos Aires, 1914,2 vols.

-84 Pacheco, Juan Manuel, S. J.: Historia eclesiastica. 2 tomos, vol. XIII de Historiaextensa de Colombia. Bogota, 1971-75. Vargas Ugarte, Ruben: Historia de la iglesia en elPeru. Lima, Burgos, 1953-62, 5 vols. Campo Lacasa, Cristina: Historia de la iglesia enPuerto Rico (1511-1802). San Juan, 1977. Zuretto, Juan Carlos: Nueva historia eclesiasticaargentina. Buenos Aires, 1972- Gutierrez Casilla, Jose: Historia de la iglesia en Mexico.Mexico, 1974. Camargo, monsenor Paulo Florencia da Silveira: A igreja na historia de SaoPaulo (1530-1624). Sao Paulo, 1952, 2 vols. Blanco Segura, Ricardo: Historia eclesiastica de

44 Suplemento de A.E.A., tomo XLVl

34 ASUNCION LAVRIN

La sintesis historica de la historia de la Iglesia en el periodo colonialha encontrado formidables obstaculos intelectuales. Este tipo de obra seenfrenta a dificiles escollos metodologicos, de los cuales el trabajo deinvestigacion y acopio de fuentes de las numerosas facetas de la historiaeclesiastica es uno de los mas importantes. Son relativamente pocos loshistoriadores que puedan mane jar la bibliografia y los recursos necesariospara emprender una historia global y bien documentada. De entrada, lametodologia presenta un cuestionario importante: ^se deben utilizar lasfronteras geograficas establecidas con el nacimiento de diversas nacionesen el siglo XIX, o las de las antiguas arquidiocesis? La dificultad de unavision continental de la historia de la Iglesia se aprecia en la parquedadde la produccion cualitativamente respetable. Un solo esfuerzo merecela pena citarse por su seriedad, el llevado a cabo por los historiadoresAntonio de Egana, S. J., Jose Lopetegui y Felix Zubillaga, J. S.81 Estosautores se circunscriben a la sintesis del periodo colonial, que cubrencon riqueza de detalle y competencia metodologica, esforzandose enpresentar una historia que, aunque centrada en la experiencia de laIglesia como institucion, establece sus relaciones con la vida civil y poli-tica de las colonias.

La mayoria de los historiadores han sido prudentes en la delimita-cion geografica de sus obras, que se circunscriben a la experiencia nacio-nal, dentro de las fronteras creadas por la independencia. Un esfuerzonotable del siglo XIX fue el del arzobispo de Quito Federico GonzalezSuarez.82 Entre las primeras smtesis escritas en este siglo, se destacanlas de Carlos Nouel y Romulo de Carbia.83 Entre los ejemplos mas re-cientes y solidos estan las de Juan Manuel Pacheco, S. J. y Ruben VargasUgarte, S. J. sobre Colombia y Peru, respectivamente.84

81 Egafia, Antonio de: Historia de la iglesia en la America espaiiola, Madrid, 1965-66,2 vols. Zubillaga se ocupa de las Antillas y Mesoamerica y Lopetegui de la America del Sur.

82 Gonzalez Suarez, Federico (1844-1917): Historia del Ecuador desde los tiempos dela conquista hasta nuestros dias. Quito, 1881.

83 Nouel, Carlos: Historia eclesiastica de la arquidiocesis de Santo Domingo. Roma,1913-14, 2 vols. En el primer volumen se ocupa de la arquidiocesis hasta finales del si-glo XVII. Carbia, Romulo: Historia eclesiastica del Rio de la Plata. Buenos Aires, 1914,2 vols.

84 Pacheco, Juan Manuel, S. J.: Historia eclesiastica. 2 tomos, vol. XIII de Historiaextensa de Colombia. Bogota, 1971-75. Vargas Ugarte, Ruben: Historia de la iglesia en elPeru. Lima, Burgos, 1953-62, 5 vols. Campo Lacasa, Cristina: Historia de la iglesia enPuerto Rico (1511-1802). San Juan, 1977. Zuretto, Juan Carlos: Nueva historia eclesiasticaargentina. Buenos Aires, 197,2. Gutierrez Casilla, Jose: Historia de la iglesia en Mexico.Mexico, 1974. Camargo, monsenor Paulo Florencia da Silveira: A igreja na historia de SaoPaulo (1530-1624). Sao Paulo, 1952, 2 vols. Bianco Segura, Ricardo: Historia eclesiastica de

44 Suplemento de A.E.A., tomo XLVI

MISION DE LA HISTORIA E HISTORIOGRAFIA DE LA IGLESIA 35

A la categoria diferente pertenecen las obras de Mariano Cuevas,S. J. y Cayetano Bruno, S. J. Ambas son intentos heroicos de escribiruna sintesis detallada y rica de la historia de la Iglesia en sus respectivospaises, desde su establecimiento hasta el siglo XX. Mariano Cuevas nolleno el cometido de objetividad por haber escrito durante un periodode persecucion politica de la Iglesia en Mexico y por haber incurridoen apasionadas invectivas contra el regimen imperante y sus predecesores,asi como contra figuras que no simpatizaron con la comunidad religiosaa que pertenecio. Cuevas ofrece, sin embargo, abundante material delectura sacado de fuentes fidedignas y una vision de la continuidad dela historia eclesiastica en Mexico que ha sido dificil de igualar, aunquesu interpretacion politica de los hechos no ha encontrado seguidores enla historiografia mexicana contemporanea y ha disminuido su confiabili-dad como fuente de estudio.85 Por su parte Bruno logro mas objetividady su obra probablemente permanecera vigente por varias decadas.86

Bruno consulto numerosas fuentes documentales, algunas de las cualesban desaparecido desde entonces, hecho que otorga especial valor a estagigantesca produccion que se apoya en varias docenas de archives y unaextensa base de obras impresas. La obra de Bruno sobrepasa en detalley extension todas las historias eclesiasticas nacionales escritas hasta hoy.

En con junto, las obras de sintesis historica producidas despues dela independencia siguen un orden estrictamente cronologico tomandolos gobiernos de los obispos o arzobispos como ejes del desarrollo narra-tive. Dentro de ese marco se asientan las actividades misioneras y deevangelizacion, el patronato indiano, las relaciones entre autoridadesciviles y religiosas, y otros temas a veces muy similares a los presentadosy estudiados por los cronistas coloniales. O sea, que existe poca innova-cion en la periodizacion, concepcion tematica y metodologia, excepto elrefinamiento en el uso de las fuentes document ales. Excepcionalmente,las grandes obras de sintesis como las de Egana y Bruno, amplian lasfronteras de definicion historica, remitiendose al estudio de la accioncultural de la Iglesia, dentro de la cual se incluyen las artes y las letras.Un deseo de romper con el ordenamiento cronologico y de referencia

Costa Rica, del descubrimiento a la erection de la diocesis (1502-1850). San Jose, 1967. En unmarco geograftco mas reducido, pero orientado hacia el mismo proposito de sintesis, estaCanterla y Martin de Tovar, Francisco: La iglesia de Oaxaca en el siglo XVIII. Sevilla, 1982.

85 Cuevas, Mariano, S. L: Historia de la iglesia en Mexico. El Paso, Texas, 1928,5 vols.

86 Bruno, Cayetano, S. J.: Historia de la Iglesia en la Argentina. Buenovs Aires,1968-1981, 12 vols.

Historiografia y Bibliografia, n-o 2, 1989 A^

36 ASUNCION LAVRIN

episcopal se nota en algunos historiadores como Jose Maria Vargas, O. P.,que divide su historia de la Iglesia en el Ecuador en tres periodos admi-tiendo que aunque carecen de base real facilitan, en su opinion, la apre-ciacion de los hechos.87 Igual intento se advierte en la obra de Egafia,en la que se trata de armonizar una nueva cronologfa con los problemasque plantea la consideracion del perfodo colonial como predecesor delas nacionalidades formadas despues de la independencia. El tradiciona-lismo metodologico imperante en la historiografia escrita en lengua es-pafiola ha resultado en que son pocos los autores que se hayan aventuradoa hacer un analisis economico de la Iglesia, por ejemplo, o de su articula-cion con las clases propietarias coloniales. Estos topicos han sido desarro-llados por historiadores educados en la aproximacion mas pragmaticade las escuelas norteamericanas o europeas. Por otra parte se observa quelos historiadores de todas las nacionalidades dejan el estudio cultural yliterario de los textos a cargo de especialistas literarios, centrando sulabor en la historia institucional, social, economica o biografica.88

El mas reciente esfuerzo por lograr una nueva aproximacion a lahistoria de la Iglesia basado en una perspectiva de base sociologica, loconstituye el proyecto CEHILA de una historia general de la Iglesia enla America Latina en varios volumenes que enfocan sobre paises o sobreareas geograficas, precedidos de un volumen de caracter general.89 Eneste proyecto se intentan innovaciones en la periodizacion y en el trata-miento de nuevos temas, como la inclusion del estudio de las religionesprehispanicas, y la definicion de la relacion entre la percepcion y la prac-tica de la religion en la vida cotidiana. De los volumenes ya publicados,el referente al Brasil se apoya fuertemente en una interpretacion de lahistoria de la Iglesia «desde abajo», con especial interes en destacar elpapel de los sectores populares dentro de ella y la atencion de esta ultimaa los primeros.90

87 Vargas, Jose Maria, 0. P.: Historia de la iglesia en el Ecuador durante el Patro-nato espanol. Quito, 1962. Vargas reconoce que la ordenacion historica en torno a la sucesionobispal no permite destacar la accion de la Iglesia en los diversos ordenes de la vidapublica. En su historia de la Compania de Jesus en Brasil, Leite incluye algunos temasoriginates como la consideracion de la influencia del ambiente brasilefio sobre el desarrollode la Iglesia.

88 Aunque no centrado en la cronica religiosa, vease como ejemplo, Pupo-Walker,Enrique: La vocation literaria del pensamiento historico en America. Madrid, 1982.

89 Dussel, Enrique D., et al.: Historia general de la iglesia en America Latina.Varios volumenes en proceso; otros ya publicados en Salamanca; Introduction general a lahistoria de la Iglesia en America Latina. 1981. Vease vol I. Del mismo autor consulteseHistoria de la iglesia en America Latina. Barcelona, 1972, 2.a ed.

A/L Suplemento de A.E.A., tomo XLVl

MISION DE LA HISTORIA E HISTORIOGRAFIA DE LA IGLESIA 37

La riqueza historiografica de la iglesia colonial no se detiene en eltipo de obras hasta ahora mencionado, Existen una variedad de escritossobre temas especiales, en forma de articulos o de libros, que hacen untratamiento tematico, geografico o individual, completamente imposibledentro de los limites establecidos para este ensayo. Sin embargo men-cionare algunas como muestras de las nuevas orientaciones de la historio-grafia de la Iglesia.91

La historia episcopal, en contraste con la historia de las ordenes, hasido cultivada muy magramente a pesar de que la cronologfa de las obrasde sintesis esta marcada por el devenir de la autoridad episcopal. De en-trada merece destacarse el esfuerzo de Enrique Dussell por escribir unahistoria general del episcopado hispanoamericano.92 En algunas de lasobras de sintesis mencionadas anteriormente se encuentran datos genera-les sobre los gobiernos arzobispales y los esbozos de biografias de miem-bros de la iglesia secular. Sin embargo, este tratamiento resulta inade-cuado. La necesidad de un ahondamiento investigative en las figurasepiscopales se hace evidente cuando aparecen obras sobre el tema, comola reciente biografia del arzobispo Pedro Moya de Contreras por StaffordPoole, C. M. o la mas antigua sobre Francisco Marroqum por el eminentehistoriador Carmelo Saenz de Santamaria.93 Varias obras de historia

90 Hoornaert, Edu.ardo; Azzi, Riolando; Van Der Gripj, Klaus, y Brod, Benrio:Historia da igreja no Brasil. Petropolis, 1977. Historia general de la Iglesia en AmericaLatina, vol. VII, Colombia y Venezuela. Salamanca, 1981. Este volumen contiene una seriede monografias cuya unidad tematica y orientacion ideologica es menos homogenea que lasdel volumen anterior.

91 Entre los temas que no mencionare esta el de la historiografia de las figurascanom'zadas o las biografias y autobiografias de beatos y beatas. Igualmente me fue imposi-ble mencionar algunas historias de instituciones religiosas escritas durante el periodocolonial.

92 Dussell, Enrique D.: El episcopado hispanoamericano. Cuernavaca. Mexico, 1969-1970, 4 vols.

93 Poole C. M.. Stafford: Pedro Moya de Contreras: Catholic Reform and RoyalPower in New Spain, 1571-1591. Berkeley, 1987, Saenz de Santamaria, Carmelo: El Licen-ciado Don Francisco Marroqum, primer Obispo de Guatemala (1555-1563). Madrid, 1944.Vease tambien, Vila, Pablo: El obispo Marti: interpretacion humana y geogrdfica de lalarga marcha pastoral del Obispo Mariano Marti en la diocesis de Caracas. Caracas, 1980.O'viedo Cavado, Carlos: El arzobispo Pedro Felipe de Azila: estudio biogrdfico del «Defensorde los Indios>y. «Atenea», 1983, pags. 161-204. Rubio Merino, Pedro: Don Diego Camacho yAvila, Arzobispo de Manila y de Guadalajara de Mexico (1695-1712). Sevilla, 1958. Banden,M.: El obispo de Quito, don Alonso de la Pena Montenegri (1596-1687). Madrid, 1951. Tibesar,Antonine, 0. F. M.: The Lima Pastors, 1750-1820: Their Origins and Studies as Taken fromTheir Autobiographies. «The Americas», July 1971, 28:1, pags. 39-51. Sobre el obispo Juan dePalafox y Mendoza, famoso por su controversia con los jesuitas de Nueva Espana, loshistoriadores laicos del siglo XIX le fueron favorables. Veanse Eguren, Jose Maria: Palafoxy los jesuitas. Madrid, 1878. Garcia, Genaro: Don Juan de Palafox y Mendoza. Mexico,

Historiografia y Bibliograjiu, ;i-t> 2, 1989 ,.\'~j

38 ASUNCION LAVRIN

episcopal de reciente hechura logran mantener viva la presencia de figu-ras eclesiasticas de la iglesia secular, pero es obvio que este campo ne-cesita nuevas aportaciones que revelen la accion viva de los obispos ensus diocesis.94 Una innovacion que merece cita aparte es la de estudiarla parroquia como unidad dentro de la cual se desarrollan y entrelazanorganicamente las instituciones eclesiasticas, la feligresia y la jerarquiacivil. La obra de Adrian C. van Oss, prematuramente perdido, es unejemplo notable de las posibilidades de inyectar al estudio de la Iglesiauna aproximacion metodologica arnplia dentro del marco diocesano.95

Otra obra de reciente cosecha en los Estados Unidos establece la posibili-dad de observar el clero secular en sus multiples actividades sociales yeconomicas a traves de la prosopografia.96

Uno de los grandes temas de la historiografia colonial que ha apasionadoa todas las generaciones de historiadores del siglo XX ha sido el delproceso de evangelizacion correspondiente al contacto inicial entre losmiembros de la Iglesia, especialmente las 6rden.es regulares, y los indi-

1918. Simmons, Charles P.: Palafox and His Critics: reappraising a Controversy. «HispanicAmerican Historical Review». Durham, November 1966, 46:4, pags. 394-408. Las obras delsiglo diecinueve se caracterizan muchas veces por su caracter pietista. Vease a modo deejemplo, las biografias contenidas en Perez, Eutimio: Recuerdos historicos del episcopadooaxaqueno. Oaxaca, 1888. Otras biografias episcopates comienzan a mostrar el paso de losanos y la necesidad de revision historica. Tal es el caso de Fisher, Lillian E.: Championof Reform: Manuel Abad y Queipo. Nueva York, 1955.

94 A modo de ejemplo, veanse Maldonado, Francisco Armando: Seis primer-os obisposde la iglesia venezolana en la epoca hispdnica, 1532-1600. Caracas, 1973; Poole, Stafford:The Third Mexican Provincial Council of 1585 and the Reform of the Diocesan Clergy, enCole, Jeffrey A., ed.: The Church and Society in Latin America. New Orleans, 1984; EstradaMonroy, Agustin, comp.: Datos para la historia de la iglesia en Guatemala. Guatemala,Sociedad de Geografia e Historia, 1973. Carlos E. Mesa ha publicado varies articulos sobrelos obispos neogranadinos en «Missionalia Hispanica», vols. 33 y 34. Madrid, enero-diciembre1976 y enero-diciembre 1977. De interes para la historia de la iglesia secular, son Burrus,Ernest J.: The Third Mexican Council (1585) in the Light of the Vatican Archives. «TheAmericas». Julio 1963, vol. 20, pags. 3-36; Schwaller, John Frederick: The CathedralChapter of Mexico in the Sixteenth Century. «Hispanic American Historical Review». No:

viembre 1931, vol. 81, pags. 651-674; Scholes, France V.: Church and State in New Mexico.Alburquerque, 1937-42, 2 vols. Como ejemplos de estudios de las actividades obispales,veanse Vila, Pablo: El obispo Marti: Interpretacion humana y geogrdfica de la largamarcha pastoral del obispo Mariano Marti en la diocesis de Caracas. Caracas, 1980 y laobra escrita del obispo Mariano Marti: Documentos relativos a su visita pastoral de ladiocesis de Caracas, 1771-1784. Caracas, 1980, 7 vols. Queiroz, Joao de Sao: Visitas Pas-torals: Memorias (1761-e 1762). Rio de Janeiro, 1961. Torres Londofio, Fernando: El concubi-nato y la iglesia en el Brasil colonial Sao Paulo, 1988, basado en datos sobre visitas pas-torales brasilenas.

95 Van Oss, Adrian C.: Catholic Colonialism. A Parish History of Guatemala, 1524-1821. Cambridge, 1986.

96 Schwaller, John Frederick: The Church and Clergy in Sixteeenth-Century Mexico.Alburquerque, 1987.

48 Suplemento de A.E.A., tomo XLVl

MISION DE LA HISTORIA E HISTORIOGRAFIA DE LA IGLESIA 39

genas americanos. La evangelizacion ha sido estudiada desde el puntode vista personal, local, regional y continental. Ademas ha sido analizadacomo obra de cada orden religiosa, como tarea educativa, filosofica, yteologica. Cronologicamente se puede extender a todo el periodo colonial,en cuanto el proceso no se detuvo en los grandes centres de conquista enel siglo XVI, sino que se extendio hasta finales del siglo XVIII con elestablecimiento- de misiones en nuevas areas como el Nuevo Santander(Venezuela), el norte de Mexico, correspondientes hoy a Texas, NuevoMexico, California y Arizona. Dada la imposibilidad de citar la vastahistoriografia de este tema, citare como ejemplo de interpret acion, eltrabajo de Robert Ricard —uno de los pioneros en la historiografia fran-cesa—, la extensa obra de Ernest Burrus, S. J., como modelo de dedica-cion historiografica a un area misional, y la igualmente erudita de LinoGomez Canedo, O. F. M., todas solidamente investigadas y que induda-blernente quedaran como modelos para el futuro.9?

La frondosidad de la obra historiografica de los misioneros-historia-dores del periodo colonial explica que, a su lado, el papel del clero secu-lar en la evangelizacion se quedo muy relegado en el escenario de lamemoria y haya sido poco frecuentado por los historiadores. La tensionque existio entre regulares y seculares durante el periodo colonial y laa veces poco edificante conducta del clero secular, ha creado una resis-tencia intelectual a percibir al sacerdote, rural o urbano, como un ele-mento de conversion y a pesar de dos esfuerzos importantes en esa direc-cion, la cosecha sigue siendo parca. La obra fundamental de ConstantinoBayle retiene su valor informativo, pero es obvio que se hace necesariauna revitalizacion en los cuestionamientos y la investigacion, que es

97 Ricard, Robert: La «Conquete Spirituelle» du Mexique. Paris, 1933. Ricard popu-larize el termino «conquista espirituab. Gomez Canedo, Lino, 0. F. M.: Evangelizacion yconquista; experiencia franciscana en Hispanoamerica. Mexico, 1977. Castro, Manuel de:Bibliografia de bibliografias franciscanas espanolas e hispanoamericanas. Madrid, 1982.Burrus, Ernest J., S. J.: The Writings of Alonso de la Vera Cruz. Saint Louis, 1968-76, 5 vols.El padre Burrus ha escrito ampliamente sobre la conquista espiritual del noroeste mexicano,editando la correspondencia del padre Eusebio Francisco Kino y la historia de la Companiade Jesus escrita por Francisco Javier Alegre. Vease, a modo de ejemplo: Misiones nortenasmexicanas de la Compania de Jesus, 1751-1757. Mexico, 1963. Una bibliografia de sus obrasse ha publicado recientemente en «The Hispanic American Historical Review». Noviembre1985, 65:4, en una interviu llevada a cabo por Richard Greenleaf. Vease pags. 633-655.Burrus ha publicado 50 libros y 120 articulos. Tibesar, Antonine, 0. F. M.: FranciscanBeginnings in Colonial Peru. Washington, D. C., 1953. Un novedoso aporte ha sido el estudiodel origen social de los franciscanos llevado a cabo por Morales, Francisco, 0. F. M.:Ethnic and Social Background of the Franciscan Friars in Seventeenth Century Mexico.Washington, D. C., 1973.

Historiografia y Bibliografia, n-( 49

40 ASUNCION LAVRIN

posible comience a esbozarse con la reciente obra de Guillermo PorrasMuiioz.9S

Dentro del proceso de evangelizacion, ciertas figuras como la delcontrovertido obispo de Chiapas, fray Bartolome de las Casas, tambienhan dado pie a una copiosa literatura historica de cientos cle titulos tantode detractores como defensores, que comienza, quizas, con la obra deFabie en el siglo XIX y que ha implicado a un respetable numero dedistinguidos historiadores de nuestro siglo, generando fecundos debatessobre el significado de su pensamiento social y teologico, "

La atraccion fascinante de la tematica de la evangelizacion y per-sonajes como Las Casas han creado un desequilibrio historiografico aunno corregido. Hasta ahora han aparecido pocas biografias sobre otrasfiguras religiosas basadas en solida investigacion historica subrayando elhecho de que la biografia no ha sido uno de los generos favorites en lahistoriograffa de la Iglesia. La mayor parte de la produccion se encuentravertida en articulos que estudian facetas de la personalidad del biogra-fiado. 10° Tambien entre lo producido se nota la predileccion por las figu-

98 Bayle, Constantino: El clero secular y la evangelizacion de America. Madrid, 1950.Porras Mufioz, Guillermo: El clero secular y la evangelizacion en Nueva Espana. Mexico,1987. Innovadora tambien es la obra de Duran, Juan Guillermo: El catecismo del III Con-cilio Provincial de Lima y sus complements pastorales: 1584-1685. Buenos Aires, 1982.El reciente inicio de una publicacion dedicada al estudio de la evangelizacion en AmericaLatina debe destacarse en esta nota. Se trata de Cuadernos para la Hisioria de la Evange-lizacion en America Latina. 1986, a cargo del Institute Historico O.P. en America Latina yeditados por el centre de Estudios Rurales Andinos «Bartolome de las Casas», en Cuzco,Peru.

99 Fabie, Antonio M.: Vida y escritos de Don Fray Bartolome de las Casas, Madrid,1879, 2 vols. Gimenez Fernandez, Manuel: Bartolome de las Casas. Sevilla, 1935-60, £ vols.Menendez Pidal, Ramon: El Padre Las Casas. Su doble personalidad. Madrid, 1963. Perezde Tudela. Juan: Las Casas desde nuestra epoca. Santander, 1966. Lewis Hanke ha producidouna copiosa bibliografia sobre Las Casas destacando su labor como humanista intelectualy social que seria imposible citar aqul. Veanse, por ejemplo, The Struggle lor Justice inthe Conquest of America. Boston, 1965. Estudios sobre Fray Bartolome de las Casas ysobre la lucha por la justicia en la conquista espanola, Caracas, 1968. All Mankind is One(De Kalb, Illinois, 1974). Muy importantes tambien son, Bataillon, Marcel: Etudes surBortolome de las Casas. Paris, 1965. Estudios Lascasianos. Sevilla, 1967. Juan Friedeha escrito varies estudios, y debe citarse en su obra con Benjamin Keen: Bartolome de lasCasas in History. De Kalb, Illinois, 1971.

100 Azevedo, Joao Lucio de: Historia de Antonio Vieira. Lisboa, 1918, 2 vols., 1921,2 vols. Dominian, Helen G.: Apostle of Brazil. The Biography of Padre Jose de Anchieta,S. J. (1534-1597). New York, 1958. Carreno, Alberto Maria: Fray Domingo de Betanzos,fundador en la Nueva Espana de la venerable orden dominica. Mexico, 1924, 1934. Boxer,Charles R.: A great Luso-Brazilian Figure: Padre Antonio Vieira, S. J., 1608-1697. Londres,1957. Ennis, Arthur, O. S. A.: Fray Alonso de la Vera Cruz, 0. S. A. (1507-1584). A Studyof his Life and his Contributions to the Religious and Intellectual Affairs of Early Mexico.Louvain, 1957. Benedict Warren, F.: Vasco de Quiroga and his Pueblo Hospitals of Santa Fe.Washington, D. C., 1963.

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MISION DE LA HISTORIA E IIISTORIOGRAFIA DE LA IGLESIA 41

ras misioneras como Sahagun.101 La poetisa y monja jeronima mexicanaSor Juana Ines de la Cruz ha recibido constante atencion tanto de histo-riadores como de criticos literarios. Cabe a Sor Juana ser, junto con elpadre Las Casas, una de las dos personalidades religiosas coloniales masdiscutidas y estudiadas hoy en dia. m

La relacion de la Corona con la Iglesia en la tarea de gobernar lacolonia civil y espiritualmente y que produjo tantas fricciones politicascomenzo a interesar durante el siglo XIX a raiz de los numerosos con-frontamientos politicos en algunas naciones sobre los limites de la autori-dad de la Iglesia sobre asuntos civiles. Sin embargo, a pesar de algunasobras claves ha decaido el interes sobre el tema. El patronato real, fuentede acuerdos y desacuerdos, y como corolario, el tema de las relacionesde la Santa Sede con Hispanoamerica han quedado como los topicos mejorestudiados. Quizas cuando comiencen a verse los angulos de la relacionIglesia-Corona como aspectos de lo politico durante el periodo colonialse podra esperar un nuevo examen de este tema.103

Una nueva modalidad historiografica de la Iglesia especialmentedesarrollada en Norteamerica, aunque con cultivadores en Europa, seesta interesando por temas socioeconomicos, como el manejo de las pro-piedades de la Iglesia o de las ordenes y otras corporaciones eclesiasticas

101 Privilegio la figura de Sahagun, por haber sido el que ha recibido mas atencionhistoriografica. Los textos de Sahagun han sido editados, estudiados y discutidos en variasde sus diversas formas manuscritas por varios expertos en la obra de este influyentefranciscano. A modo de ejemplo, veanse Ramirez Cabanas, Joaquin, ed.: Historia generalde las cosas de Nueva Espafia. Mexico, 1938, 5 vols. Edicion de Miguel Acosta Saignes.Mexico, 1946, 3 vols. Anderson, Arthur J. 0. y Dibble, Charles E.: Florentine Codex.General History of the Things of New Spain. Santa Fe, 1950-69, 12 vols. Angel MariaGaribay tambien edito la Historia General en 4 vols. Mexico, 1956. Imposible seria citarel numero de monografias sobre la metodologia y el contenido de la obra de Sahagun,dispersa en una multitud de revistas en Espafia y America. El lector interesado debeconsultar el Handbook of Latin American Studies, publicado por la Division Hispanica dela biblioteca del Congreso de los Estados Unidos u obras de referencia similares. En inglesse puede consultar la bibliografia sugerida en Edmonds, Munro S., ed.: Sixteenth-CenturyMexico: The Work of Sahagun. Alburquerque, 1974, muy completa hasta esa epoca.

102 Sobre Sor Juana Ines de la Cruz se han escrito cientos de articulos y docenasde libros. Veanse, a modo de ejemplo, Arroyo, Anita: Razon y pasion de Sor Juana. Mexico,1952. Paz, Octavio: Sor Juana Ines de la Cruz o las trampas de la fe. Mexico, 1982. Benassy-Berling, Marie-Cecile: Humanisme et Religion Chez Sor Juana Ines de la Cruz. La Femmeet la Culture au XVIIe Siecle. Paris, 1982.

103 Velez Sarsfield, Dalmacio: Relaciones del estado con la iglesia en la antiguaAmerica espanola. Buenos Aires, 1889. Egafia, Antonio: La teoria del regio vicariato espanol.Roma, 1958. Sheils, W. Eugene, S. J.: King and Church: The Rise and Fall of the PatronatoReal. Chicago, 1961. Vease tambien, Farriss, Nancy M.: Crown and Clergy in ColonialMexico, 1759-1821. Londres, 1968. Leturia, Pedro de: Relaciones entre la Santa Sede eHispanoamerica. Roma, 1959-60, 3 vols.

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42 ASUNCION LAVK1N

y sus intereses economicos dentro del contexto colonial. En estos estudiosla Iglesia se proyecta como una institucion vital en el desarrollo del cre-dito y el sistenia de propiedad territorial. Como tal, se sobreentiende lapluralidad de intereses de las diversas instituciones religiosas como co-fradias, conventos de regulares, y fondos de capellanias, por ejemplo, ensu fntima relacion con otros elementos seculares de la econornia, cle lacual la Iglesia refleja el pulso de crecimiento, expansion o depresion.Hasta ahora la mayoria de los estudios sobre este aspecto historico dela Iglesia se circunscribe a ciertos perfodos o ciertas areas geograficas yno se han logrado estudios comparatives ni entre los diferentes entes dela Iglesia ni entre las regiones coloniales. m

Otra ruta investigativa comienza a definirse con el estudio de lascofradias y su papel en el afianzamiento de la religion entre la feligresia,Aunque se observa cierta preponderancia del estudio de las cofradiasindigenas, la presencia de cofradias y hermandades de otros grupos etni-cos en los medios rural y urbano se va apuntando en obras recientes. Elgiro que van tomando estos estudios subraya la importancia de estasinstituciones como mecanismos de control espiritual y social dentro dela comunidad laica, pero al mismo tiempo como focos de integrationsocial y etnica, y de aculturacion y sincretismo religiosos. 105

104 Borah, Woodrow W.: The Collection of Tithes in the Bishopric of Oaxaca Duringthe Sixteenth Century. «The Hispanic American Historical Review». August, 1941, 31:3,pags. 386-409, y Tithe Collection in the Bishopric of Oaxaca, 1601-1867. «Hispanic AmericanHistorical Review». November 1949, XXIX:4, pags. 498-517. Costeloe, Michael P.: ChurchWealth in Mexico: A Study of the «Juzgado de Capellanias» in the Archbishopric of Mexico,1800-1856. Cambridge, 1967. Hamnett, Bryan: Church Wealth in Peru: Estates and Loansin the Archidiocese of Lima in the Seventeenth Century. «Jahrbuch Fur Geschichte vonStaat, Wirtschaft und Gesselschaft Latinamerikas», 1973, tomo 10, pags. 113-132. Schwaller,John Frederick: Origins of Church Wealth in Mexico: Ecclesiastical Revenues and ChurchFinances, 1523-1600. Alburquerque, 1985. Santamaria, Daniel J.: Iglesia y economia cam-pesina en el Alto Peru. Siglo XVIII. Miami, 1983. Lavrin, Asuncion: El capital eclesidstico ylas elites sociales en Nueva Espana a fines del siglo XVIII. «Mexican Studies/Estudios Me-xicanos», Winter, 1985, 1:1, pags. 1-28. Una seleccion de articuios importantes sobre estetema con una bibliografia mas completa ha sido recientemente publicada por Bauer,Arnold A., ed.: La iglesia en la economia de America Latina: Siglos XVI al XIX. Me-xico, 1986.

105 Russell-Wood, A. J. R.: Fidalgos and Philanthropists: The Santa Casa da Mise-ricordia of Bahia, 1550-1755. Berkeley, 1968. Black and Mulatto Brotherhoods in ColonialBrazil: A Study in Collective Behavior. «Hispanic American Historical Review», November1974, 54:4, pags. 568-602. La mas reciente cosecha de trabajos sobre las cofradias en His-panoamerica se encuentra en Meyers, Albert, and Hopkins, Diane E., eds.: Manipulatingthe Saints: Religious Brotherhoods and Social Integration in Postconquest Latin America.Hamburg, 1988. Esta edicion contiene materiales coloniales y eclesiasticos y reune trabajosde historiadores y antropologos europeos y estadounidenses y latinoamericanos. Veanseen ella Celestino, Olinda, and Meyers, Albert: The Socio-Economic Dynamic of the Confra-ternal Endowment in Colonial Peru. Mulverry. Patricia A., and Crouch, Berry A.: Black

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MI SIGN DE LA HISTORIA E HISTORIOGRAFIA DE LA IGLESIA 43

Tambien cabe dentro de las nuevas modalidades de estudio el delas comunidades religiosas femeninas que ha comenzado a despertarinteres, despues de largos anos de abandono academico, y a pesar deexistir fuentes numerosas para su estudio. La biografia femenina religiosa,sea individual o prosopografica, espera su vindication y, sobre todo, su-perar el monopolio de estudios sobre Sor Juana Ines de la Cruz.106

La historiograffa moderna y contemporanea no busca ya una justi-fication de la Iglesia en la historia ni una definition de la disciplina his-torica. Tampoco existe la necesidad de insertar la experiencia americanadentro del mundo europeo. Cabe aun, sin embargo, el sesgo politico,en particular cuando se trata de corporaciones que inspiran debate, comola Inquisition, o cuando la Iglesia es tomada como cliivo expiatorio de

Solidarity: A Comparative Perspective on Slave Sodalities in Latin America. Celestino,Olinda: Offerings to the Saints in Colonial Peru: Economic Aspects of an Andean RitualSystem in the Eighteenth Century. Vease tambien, Lavrin, Asuncion: Rural Confraternitiesin the Local Economies of New Spain: The Bishopric of Oaxaca in the Context of ColonialMexico, de pronta aparicion en, Ouweneel, Arij, ed.: Studying the Indian Community inNew Spain. Amsterdam, 1989. MacLeod, Murdo J.: The Social and Economic Roles of IndianCofradias in Colonial Chiapas, en Cole, Jeffrey, ed.: The Church and Society, citado ante-riormente, pags. 73-98. Un estudio inedito que establece la relacion entre cofradias y lafeligresia parroquial es el de Brooks, Frances J.: Parish and Cofradia in EighteenthCentury Mexico, disertacion doctoral, Princeton University, 1976. Otros trabajos importantessobre cofradias son, Celestino, Olinda, y Meyers, Albert: Las cofradias en el Peru: Regioncentral. Frankfurt, 1981, y La dindmica socio-economica del patrimonio cof radial en elPeru colonial: Jauja en el siglo XVIII. «Revista Espafiola de Antropologia Americana»,vol. XI, pags. 183-206; Cardozo, Manoel: The Lay Brotherhoods of Colonial Bahia. «TheCatholic Historical Review», Abril 1947, 33, pags. 12-30. Una colaboracion historico-antropo-logica se encuentra en Chance, John K., y Taylor, William B.: Cofradias y cargos: An,Historical Perspective on the Mesoamerican Civil-Religious Hierarchy. «American Ethno-logits». Febrero 1985, 12:1, pags. 1-26.

106 Veanse Vargas Ugarte, Ruben, S. J.: El monasterio de La Concepcion de laciudad de los Reyes. Lima, 1942. Muriel, Josefina: Conventos de monjas en la Nueva Espafia.Mexico, 1946. Las indias caciques de Corpus Crhisti. Mexico, 1963. Foz y Foz, Pilar: La revo-lucion pedagogica en Nueva Espana: 1754-1820. Madrid, 1981, ,2 vols. Esta ultima es una histo-ria de la Or den de La Ensenanza en Mexico. Como ejemplos de obras escritas por monjasmismas, veanse, Castillo, Josef a de la Concepcion de: Obras Completas. Bogota, 1968, 2 vols.Ferreccio Podesta, Mario, y Ramon, Armando de, eds.: Relacion autobiogrdfica de Sor UrsulaSudrez. Santiago, 1984. Otras obras escritas por manos religiosas femeninas se senalan enLavrin, Asuncion: Unlike Sor Juana? The Model Nun in the Religious Literature of ColonialMexico. «University of Dayton Review». Spring, 1983, 16:2, pags. 75-92; Soerio, Susan: TheFeminine Orders in Colonial Brazil: Economic, Social, and Demographic Implications, 1677-1800, en Lavrin, Asuncion, ed.: Latin American Women: Historical Perspectives. Westport,Connecticut, 1978, pags. 173-197; Lavrin, Asuncion: Los conventos de monjas en Nueva-Espana. «Cahiers des Ameriques Latines». Paris, 1973, pags. 91-122; Women in Convents:Their Economic and Social Role in Colonial Mexico, en Carroll, Berenice A., ed.: LiberatingWomen's History: Theoretical and Critical Essays. Urbana, 1976, pags. 256-77. Women andReligion in Spanish America, en Ruether, Rosemary R., y Skinner, Rosemary, eds.: Womenand Religion in America. San Francisco, 1983, pags. 42-78. Hay informacion sobre monjasperuanas en Martin, Luis: Daughters of the Conquistador es: Women of theof Peru. Alburquerque, 1983.

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problemas economicos o sociales. Pero quizas la diferencia mas impor-tante entre la historiografia contemporanea sobre la iglesia colonial y laproducida durante la colonia se encuentra entre los cultivadores mismos.La division entre laicos y religiosos es mas importante que nunca. La me-moria de la experiencia religiosa estuvo a cargo de la propia Iglesia du-rante tres siglos pero la brecha que abrieron la independencia y el desarro-llo del metodo «cientifico» en la investigacion historica, ha determinadoimportantes cambios en la practica y el enfoque. Los historiadores reli-giosos siguen cultivando una historia tradicional —con algunos excep-ciones— en cuanto al tema y la metodologia. Los laicos se han aven-turado mas frecuentemente en la busqueda de respuestas sociales, econo-micas, culturales y hasta politicas en las fuentes eclesiasticas que expli-quen no solo a la Iglesia, sino a la sociedad misma. Claro que esta es unaregla con sus excepciones, pero creo que es generalmente valida. Anali-zada con una nueva optica, la historia de la iglesia colonial nos habla delespiritu de una epoca en la que su hegemonia cultural le permitio unflorecimiento excepcional. Tanto en su con junto, como individualmente,las modalidades de esta mentalidad aun no han sido exploradas del todo.Es precisamente tras estos nuevos rumbos de indagacion que es deseablese oriente la investigacion contemporanea para lograr una revitalizacionen el cultivo de la historia eclesiastica. Solo queda anadir que si bienno toda la nueva ni la antigua tematica de estudio e investigacion ha sidorevisada en este ensayo, no hay duda de que la historia eclesiasticaofrece y seguira ofreciendo una rica cantera para los historiadoresdel futuro.

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