Hacia una reforma del concepto de graduación de acuerdo a la evolución de la arquitectura del...

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Versión borrador, no citar 20.11.12 Hacia una reforma del concepto de graduación de acuerdo a la evolución de la arquitectura del financiamiento para el desarrollo en países de renta media en América Latina y el Caribe Preparado por Fernando Prada Investigador principal de FORO Nacional Internacional Preparado para el Seminario Internacional “Graduación en el nuevo contexto de la cooperación internacional para el desarrollo global” 27, 28 y 29 de Noviembre de 2012 Lima, Noviembre 2012

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Hacia una reforma del concepto de graduación de acuerdo a la evolución de la arquitectura del

financiamiento para el desarrollo en países de renta media en América Latina y el Caribe

Preparado por Fernando Prada Investigador principal de FORO Nacional Internacional

Preparado para el Seminario Internacional “Graduación en el nuevo contexto de la

cooperación internacional para el desarrollo global” 27, 28 y 29 de Noviembre de 2012

Lima, Noviembre 2012

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Tabla de contenidos

Resumen'Ejecutivo'....................................................................................................................................................'i'1.' Introducción'......................................................................................................................................................'1'2.' Contextualizando'el'concepto'de'graduación'......................................................................................'2'3.' Implicancias'prácticas'de'la'aplicación'del'concepto'de'graduación'en'los'países'de'

renta'media'de'la'región'...............................................................................................................................'9'4.' Más'allá'del'concepto'de'graduación'en'el'contexto'de'los'países'de'renta'media'en'

la'región'.............................................................................................................................................................'12'3.1. Ampliación de instrumentos para canalizar cooperación internacional'............................'13'3.2. Capacidad de movilización de recursos y gradación de instrumentos financieros'........'15'3.3. Una visión sistémica para interpretar el papel de AOD en los países de renta media de la región'...........................................................................................................................................................'18'

5.' Conclusiones'....................................................................................................................................................'21'

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ABBREVIATIONS+'AIF Asociación Internacional de Fomento AOD Ayuda Oficial para el Desarrollo BIRF Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento BM Banco Mundial BPR Bienes públicos regionales BRD – BSRD Bancos Regionales y Subregionales de Desarrollo CAD Comité de Ayuda al Desarrollo IED Inversión Extranjera Directa IMR Índice de movilización de recursos MYPEs Micro y pequeñas empresas OCDE Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico PRM Países de renta media PMD Países menos desarrollados (LCD en inglés) ' '' +' '' '' '' '' '' '' '' '' '' '' '' '

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Hacia una reforma del concepto de graduación de acuerdo a la evolución de la arquitectura del financiamiento para el desarrollo

en países de renta media en América Latina y el Caribe

Fernando Prada 'Resumen Ejecutivo El objetivo de este documento es sistematizar y sintetizar los elementos centrales del debate sobre el proceso de graduación de los países de renta media de la ayuda oficial para el desarrollo (AOD), con énfasis en el análisis del contexto de desarrollo de estos países y los cambios de la arquitectura internacional para el financiamiento del desarrollo. El proceso de graduación tiene raíces en ideas y motivaciones sobre la cooperación internacional surgidas hace más de medio siglo. Entre ellas, la idea del desarrollo como progreso incremental constante, una diferencia muy marcada entre países en proceso de desarrollo y desarrollados, la preeminencia de las relaciones estado-estado en las relaciones internacionales, y el énfasis en la cooperación financiera e inversión pública para acelerar el proceso de desarrollo. Alrededor de las discusiones para la apertura de la ventana concesional del Banco Mundial en 1960, la Asociación Internacional de Fomento (AIF), la comunidad internacional estableció que un indicador como el ingreso nacional por habitante —aunque no exclusivamente— podría señalar un punto referencial en el cual los mismos países serían capaces de financiar su propio proceso de desarrollo y acceder a fuentes privadas de capital. La evidencia sobre cómo se adecúa el concepto de graduación en el presente contexto señala la necesidad de reflexionar sobre una nueva relación de los países de renta media de la región de América Latina y el Caribe con los diversos actores de la cooperación internacional: • El 90 por ciento de los países de la región son de ingreso medio, pero la desigualdad,

pobreza y otras condiciones sociales estructurales persisten a pesar del crecimiento económico.

• El crecimiento económico y los cambios en niveles de ingreso e indicadores sociales han diferenciado a los países, y esta diversidad no se puede capturar con un solo indicador.

• Varios países ahora acceden a más fuentes de financiamiento para el desarrollo, tales como mercados domésticos e internacionales de capital. Además, un mejor manejo de sus recursos fiscales les ha permitido aumentar el presupuesto público.

• La arquitectura de la cooperación ha experimentado la entrada de nuevos actores con diversas motivaciones, mandatos, trabajo en sectores, instrumentos financieros y arreglos institucionales.

Están nuevas condiciones hacen que el concepto de graduación haya cumplido su ciclo para caracterizar las relaciones de cooperación con los países de renta media en el presente contexto. Si bien la graduación sólo se aplica a un grupo reducido de flujos de financiamiento para el desarrollo a los que estos países acceden —tales como la ayuda oficial y de organizaciones internacionales— ya se observa varias implicancias en otros ámbitos:

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• Primero, la cooperación oficial se ha venido reduciendo, y se refuerza la tendencia de convertirse en un componente más pequeño en las finanzas de los países de renta media.

• Segundo, si bien algunos países han sistematizado y replican proyectos de cooperación con recursos propios, se teme que una parte del conocimiento de la cooperación se pueda perder.

• Tercero, el énfasis en la cooperación internacional se está desplazando, si bien con lentitud, hacia intercambiar conocimiento, asistencia técnica y proveer bienes públicos regionales.

• Cuarto, varios países de la región están avanzando hacia nuevas formas de relacionarse con las agencias de cooperación bilateral y multilateral, y algunos han implementando sus propios programas de cooperación internacional. Esta reflexión se está dando también por el lado de los donantes, quienes se encuentran adecuando sus mecanismos de cooperación.

La suma de todos estos elementos abre una ventana de oportunidad para establecer las bases para relaciones de cooperación más efectivas con los países de renta media. La experiencia de los países de la región que han avanzado en su proceso de desarrollo —notablemente México y Chile que han accedido a la OECD o Brasil que participa en este foro bajo un acuerdo específico— indica que el futuro de la cooperación en la región tendrá menor énfasis menor en los montos de financiamiento que en la búsqueda de una relación más horizontal. En ella, los países aplican conocimiento, movilizan recursos asumiendo mutua responsabilidad por los resultados de la cooperación, y conjuntamente producen bienes públicos regionales. Sin embargo, persisten varios riesgos para avanzar hacia tal escenario. Algunos países podrían sufrir la “trampa del ingreso medio”, en la cual no les será posible sostener las tasas de crecimiento económico que aún exhiben. Además, las crisis internacionales recientes muestran que alcanzar altos niveles de desarrollo no garantiza convertirse en un país donde los niveles de bienestar están asegurados. Finalmente, la actual arquitectura para la cooperación internacional no está aún generando los instrumentos o facilidades para la variedad de riesgos, contextos, necesidades y motivaciones para cooperar que existen en los países de renta media. La ‘graduación’ de la cooperación oficial internacional no es un objetivo explícito de política en los países de renta media, tal como lo es crecer económicamente y mejorar el bienestar de sus habitantes. Pero a medida que se avanza en estos dos objetivos, los países obtienen más grados de libertad para cooperar con otros países, generar conocimiento y asumir responsabilidades en la provisión de bienes públicos regionales. Entonces, la comunidad internacional requiere apoyar el esfuerzo de estos países para avanzar en su desarrollo, pero a través de un enfoque más flexible al que se propone con el concepto de graduación. Por otro lado, los países de renta media buscan acceder progresivamente a una gama diversa de instrumentos y conocimiento para avanzar en su proceso de desarrollo, que les permita aplicarlos de acuerdo a su contexto particular, así como sus propios objetivos y aspiraciones. Entonces, en contraste con el concepto de ‘graduación’, los países de renta media buscan una adecuada ‘gradación’ de instrumentos, fuentes financieras, esquemas de cooperación, y conocimiento para avanzar en su proceso de desarrollo y participar en la provisión de bienes públicos regionales de acuerdo a su capacidad de movilizar recursos financieros y su situación socio-económica.

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Los países de renta media están aportando también diversas soluciones para completar la gama de instrumentos disponibles, tales como en el caso de la cooperación horizontal sur-sur, cooperación triangular, esquemas para la provisión conjunta de bienes públicos regionales, y programas de cooperación de una mayor diversidad de actores. El presente documento presenta algunas áreas y mecanismos para mejorar las opciones de ‘gradación’ de los países de renta media en la región, tales como: • Plataformas de información y redes de cooperación para el desarrollo con la participación

de diversidad de actores que participan en la cooperación internacional (bilateral, horizontal, regional, triangular, entre otros);

• Mecanismos complementarios para avanzar en la cooperación bilateral regional, tales como capital semilla de los bancos públicos nacionales de desarrollo; cobertura de costos incrementales de las actividades de cooperación que funcionen como cooperación triangular pero con una diversidad mayor de donantes; y mecanismos para ampliar el acceso a mercados de capital doméstico e internacional y mitigar los riesgos para la inversión privada doméstica e internacional; y

• Creación de fondos con bienes públicos domésticos para escalar y ampliar la experiencia de la cooperación no reembolsable, que a la vez puedan servir de contrapartida para aplicar ideas nuevas para el desarrollo.

En conclusión, la transición de los países de la región hacia países de renta alta en el futuro tiene efectos prácticos en términos de cómo se relacionan con los otros actores en el sistema de cooperación internacional para el desarrollo —aunque no de una manera tan intensa como en el caso de la transición de países de renta baja a renta media, que ha sido mejor estudiado por la literatura. Sin embargo, cuando se aprecia en conjunto la experiencia de los países de la región y de aquellos que han podido dar un salto cualitativo en términos de su desarrollo, se verifica que el concepto de graduación ha cumplido su ciclo en el actual contexto de la arquitectura financiera para el desarrollo. Por tanto, la discusión sobre el proceso de graduación debe ser asumido por los países de la región como una oportunidad para construir nuevas ideas y consensos para desarrollar propuestas concretas de reforma y enfoques para aprovechar los beneficios de la nueva arquitectura de la cooperación internacional para el desarrollo que está emergiendo.

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Hacia una reforma del concepto de graduación de acuerdo a la evolución de la arquitectura del financiamiento para el desarrollo

en países de renta media en América Latina y el Caribe

1. Introducción Este documento de contexto se presenta en el marco de la iniciativa del Gobierno del Perú, a través de la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI), para organizar el Seminario Internacional “Graduación en el nuevo contexto de la Cooperación Internacional para el Desarrollo Global” (Lima, 27-29 de Noviembre 2012). Las ideas expresadas en este documento pertenecen al autor y no reflejan necesariamente las ideas del Gobierno del Perú. El proceso de graduación de los países en desarrollo tiene raíces en ideas y motivaciones sobre la cooperación internacional surgidas hace más de medio siglo. En el marco de las discusiones para la apertura de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) —la ventana concesional del Banco Mundial— la comunidad internacional estableció que, siguiendo la evolución del ingreso nacional por habitante, se podía señalar un punto referencial (“graduación”) a partir del cual los propios países podrían financiar su desarrollo y acceder a fuentes privadas de capital. La realidad del siglo 21 sobrepasó varias de estas ideas. Cincuenta años después, varios debates se concentran alrededor del tema de la graduación de los países de renta media (PRM) de la ayuda oficial para el desarrollo (AOD). Primero, se debate si los PRM deben seguir recibiendo AOD y bajo qué mecanismos. Segundo, se busca analizar la contribución de la AOD en el proceso de desarrollo y si sus resultados son sostenibles. Tercero, hasta qué punto los PRM podrán sostener las mejoras en bienestar del último decenio en un contexto internacional incierto. Cuarto, cuál será el papel de los PRM en la provisión de bienes públicos globales y su papel en el futuro de la cooperación internacional. Finalmente, se debate intensamente si el mismo concepto de graduación es adecuado en la nueva arquitectura de financiamiento para el desarrollo que está emergiendo. El objetivo de este documento es contribuir a analizar las implicancias del tema de graduación desde la perspectiva de los países de la región. Con este fin, buscará integrar los resultados y argumentos centrales en los debates arriba señalados dentro de un marco que refleje los cambios en la arquitectura de financiamiento para el desarrollo y la transformación que los PRM de la región han venido experimentado durante el último decenio. La figura 1 muestra por qué la discusión sobre graduación de los PRM ha ganado momento en la región en los últimos años, particularmente para un grupo de países que han exhibido altas tasas de crecimiento desde principios de los años 2000. Si bien alcanzar un umbral de clasificación por ingreso por habitante no implica una graduación automática, varios países van a alcanzar niveles de ingreso alto en los siguientes 20 años —mayores a US$12,475 calculados según el método Atlas del Banco Mundial— si pueden sostener las tasas de crecimiento del ingreso de los 2000s.1 Así como el tema de la graduación de la AOD, varios aspectos de la cooperación internacional para el desarrollo han entrado bajo intenso escrutinio en los últimos años. Esto ''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''1 Venezuela, Chile, Brasil, Argentina, México, Panamá, Costa Rica, Colombia y Perú, se unirían a Trinidad y Tobago, Bahamas y Barbados en el grupo de países de alto ingreso para el Banco Mundial en el transcurso de los próximos 20 años.

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constituye una oportunidad para los países de la región para reflexionar sobre cuál será su papel en impulsar la cooperación internacional en el futuro. El presente documento espera aportar en este debate y propiciar la búsqueda de consensos con los países de la región.

FIGURA 1. Ingreso nacional por habitante1 en países de la región 1962-20292 de acuerdo a la clasificación de países por ingreso3

Elaboración propia con datos del Banco Mundial (DATABANK) Notas. 1 En US$ calculados según el método Atlas del Banco Mundial. 2 De la base de datos DATABANK entre 1962 y 2011 y los datos a partir de 2012 se obtienen mediante una proyección simple de la tendencia de los últimos diez años (o los últimos disponibles); 3 Los límites señalados en el gráfico corresponden a las cotas del Banco Mundial para el año 2012-2014. La sección 2 presenta las ideas centrales detrás del concepto que surgió en los años 50s para hacer operativa la AOD, explicando las razones por las cuales este concepto ya ha cumplido un ciclo. La sección 3 presenta cuáles son las consecuencias prácticas de aplicar criterios de graduación en diversos contextos e instituciones, así como los principales argumentos en la literatura sobre cómo repensar la AOD, y en general la cooperación internacional, con los PRM. La sección 4, propone ideas sobre cómo avanzar en el debate sobre la graduación y proponer los principales elementos de una nueva forma de relacionamiento de los PRM de la región en el contexto de la cooperación internacional. La última sección de conclusiones presenta recomendaciones de política para avanzar hacia mecanismos que posibiliten relaciones de cooperación entre países que superen el concepto de graduación y avancen hacia esquemas horizontales y basadas en el interés mutuo. 2. Contextualizando el concepto de graduación El concepto de graduación ha cumplido un ciclo para caracterizar de manera adecuada algunos aspectos de las relaciones de cooperación entre países, pues los supuestos que le

0"500"

1,000"1,500"2,000"2,500"3,000"3,500"4,000"4,500"5,000"5,500"6,000"6,500"7,000"7,500"8,000"8,500"9,000"9,500"10,000"10,500"11,000"11,500"12,000"12,500"

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Argentina Bolivia Brazil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Haiti Honduras Jamaica Mexico Nicaragua Panama Paraguay Peru Venezuela, RB Uruguay Trinidad and Tobago

Ingreso medio-alto (<12,475)

Ingreso medio-bajo (<4,035)

Ingreso bajo (<1,025)

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sirven de sustento ya no corresponden al presente contexto internacional. En el caso de la región de América Latina y el Caribe, donde más del 90 por ciento de los países ha alcanzado la categoría de ingreso medio y sus principales economías se encuentran en el grupo de países emergentes, aplicar un concepto como la graduación de la AOD genera bastante controversia. En términos generales, graduarse de la AOD para un país implica haber alcanzado una serie de condiciones asociadas a un mayor nivel de desarrollo y, a partir de tal punto, el país ya no es elegible para recibir AOD. Si bien no existe un punto preciso en el cual se empezó a discutir políticas de graduación para los países en desarrollo, fueron centrales las discusiones alrededor de la apertura de la ventana concesional del Banco Mundial en 1960 (la Asociación Internacional de Fomento, AIF) y la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en 1965. Tal como las instituciones de Bretton Woods —el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional—, la AIF y PNUD fueron creados con cláusulas de elegibilidad, las cuales regulan las condiciones de acceso a los instrumentos que ofrecen.2 Las cláusulas de elegibilidad han estado frecuentemente asociadas a los niveles de ingreso por habitante —aunque los criterios varían según cada institución. Es hacia principios de los años 1970s que se comenzó a hablar de políticas de graduación asociadas al ingreso por habitante. Por ejemplo, en el caso del Banco de Reconstrucción y Fomento (BIRF), varias economías habían dejado de acceder a préstamos de esta institución a principios de los 1970s, pero no fue sino hasta el siguiente decenio que se formalizó el proceso de graduación.3 El proceso de graduación tiene raíces en ideas sobre cooperación internacional surgidas hace más de medio siglo, las cuales empezaron a hacerse operativas mediante criterios de elegibilidad antes de convertirse en procesos de graduación formales. Tres aspectos implícitos en el concepto de graduación surgido durante tal contexto están siendo superados por el presente contexto internacional, pues: (i) prevalecía la idea del desarrollo como progreso incremental, al cual era posible llegar

en el transcurso de pocas generaciones con ayuda de la cooperación financiera internacional enfocada en la inversión pública;

(ii) se observaba una diferencia marcada entre países en desarrollo y desarrollados en aspectos sociales, económicos y políticos;

(iii) había una preeminencia de relaciones Estado-Estado en la cooperación internacional, y esto se traducía en las opciones de financiamiento del desarrollo disponibles: fuentes públicas domésticas y bilaterales básicamente, mientras que otros flujos financieros tales como inversión extranjera y flujos privados se limitaba a pocas economías.

En primer lugar, los enfoques de desarrollo han evolucionado de manera significativa desde los años sesenta, cuando desarrollo era casi sinónimo de crecimiento económico y la manera

''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''2 Si bien no se puede hablar de políticas de graduación, los criterios de elegibilidad que las instituciones proponen para ofrecer sus servicios constituyen una política implícita de graduación. Por ejemplo, la categoría de Países menos Desarrollado (PMD) o LCD en su acrónimo en inglés, surge luego de varias discusiones y se concreta en la Resolución 2768 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (1971) que define la primera lista de los PMDs. En el caso de los préstamos no concesionales del Banco Mundial a través del Banco de Reconstrucción y Fomento (BIRF), el Articulo III, Sección 4 de su constitución indica que el BIRF otorga préstamos o garantías sólo si el prestamista no pueden obtener tal financiamiento en las condiciones de mercado prevalentes —lo cual refuerza el Artículo I, que precisa el carácter complementario del financiamiento del BIRF en condiciones en las que el acceso al capital privado no está disponible a tasas razonables. 3 Formalmente, países como Grecia, España, Finlandia, Islandia, Israel, Singapur, Irlanda, y Venezuela, entre otros, se habían graduado de los préstamos del BIRF del Banco Mundial a finales de los años setentas —Venezuela se “desgraduó” en 1988, cuando volvió a recibir préstamos. Heckelman, Knack y Halsey (2011) aclara que recién en 1982 los Directores Ejecutivos plantearon una política completa sobre el tema de graduación, la cual fue ligeramente modificada en 1984.

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de alcanzar mayores niveles de desarrollo se relacionaba principalmente con la inversión de capital. El modelo ‘big push’ para inducir a un mayor nivel de desarrollo era el prevalente, el cual sugería una inyección temporal de capital a gran escala para financiar inversión pública para reducir las brechas entre los sectores productivos de la economía y modernizarlos.4 Sin embargo, esta idea fue superada por modelos económicos más complejos que incorporan otros factores, tales como productividad, geografía, innovación, cambio tecnológico, capital humano, instituciones, entre otros (Abramovitz 1956; Solow 1957; Denison 1964). El análisis empírico apoya que la productividad total de factores de producción, entre ellos el aporte del capital, explica sólo la mitad del crecimiento económico (Baier, Dwyer y Tamura 2002). La creación de instituciones para apoyar el desarrollo internacional luego de la Segunda Guerra Mundial se inspiró fuertemente en la provisión de financiamiento internacional para la inversión pública. Construida sobre la experiencia de la reconstrucción de Europa con el plan Marshall, la ‘era del desarrollo internacional’ motivó que un grupo de países occidentales iniciara una campaña a escala global para apoyar a países de menor desarrollo relativo y poner a su disposición “los beneficios de los avances científicos y el progreso industrial occidental para la mejora y crecimiento de las áreas menos desarrolladas”.5 Sin embargo, la misión de la cooperación internacional se refleja en mandatos complejos, y las instituciones de cooperación internacional presentan una gama muy diversa de motivaciones para cooperar (anexo 1), lo cual se refleja en una variedad de mandatos, instrumentos y mecanismos, instituciones y enfoques que van más allá de la provisión de financiamiento. En segundo lugar, la brecha con los países desarrollados de Europa Occidental y los Estados Unidos con las economías en desarrollo se ha venido reduciendo. Desde 1950, cada vez más países se han sumado a la categoría de ingreso-medio, y un grupo además ha logrado avanzar hacia mayores ingresos, mientras que el número de países pobres se ha reducido (figura 2a). A futuro, hay perspectivas de una mayor convergencia, pues la tasa de crecimiento del ingreso por habitante ha venido creciendo a tasas mayores en los países emergentes y en desarrollo desde el 2000 (figura 2b). El Informe de Desarrollo Humano (UNDP 2010) presentó una visión de largo plazo de la evolución del Índice de Desarrollo Humano (IDH) desde 1970: el IDH mundial promedio avanzó desde 0,48 en 1970, hasta 0,57 en 1990 y 0,68 en 2010. Además, este avance refleja mejoras de 25 por ciento en los indicadores de salud y educación, y la duplicación del ingreso por habitante. Las brechas entre las regiones son aún importantes, aunque América Latina y el Caribe se encuentra en una situación expectante: menor distancia a los niveles de IDH de países desarrollados, y las brechas entre los países de la región se han reducido (figura 2c).6 Igualmente, cada vez más países se consideran regímenes democráticos independientemente de su nivel de ingreso, en promedio el 60 por ciento de países del mundo (figura 2d). El crecimiento en ingresos y bienestar está generando que un grupo de países emergentes adquieran una mayor importancia relativa en el mundo (figura 2e). Estas economías ya representan un porcentaje mayor de la población, la inversión extranjera directa, el consumo de minerales, las suscripciones a teléfonos móviles, las reservas internacionales, y, desde finales de los años 2000, del producto mundial a precios de paridad de compra (figura 2e). ''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''4 Ver Sagasti (2005) y Sagasti y Bezanson (2005) para una revisión de las principales ideas sobre desarrollo internacional que han influido en el diseño de las instituciones de cooperación internacional y sus instrumentos de ayuda. 5 Esto constituye el cuarto punto del Point IV Program del Presidente de Estados Unidos Harry S. Truman (Truman 1946), durante su discurso inaugural. La cita exacta es: “Fourth, we must embark on a bold new program for making the benefits of our scientific advances and industrial progress available for the improvement and growth of underdeveloped areas.” 6 El coeficiente de variación se redujo de 32 a 12 por ciento comparando 1970-2010 vs. 1990-2010 (figura 2c).

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FIGURA 2. Tendencias de largo plazo de economías desarrolladas y en desarrollo (a) Número de economías por ingreso (b) Crecimiento del ingreso por habitante1,2

(c) Evolución del Índice de

Desarrollo humano (d) Porcentaje de países que son democráticos de

acuerdo a su nivel de ingreso

(e) Importancia de las economías emergentes2 (como

porcentaje del total mundial) (f) Ingreso por habitante al 2060

(como porcentaje de Estados Unidos)

Notas. 1 Las series representan la tendencia obtenida mediante la aplicación de un filtro Hodrick–Prescott; 2 Las economías emergentes, según la definición de The Economist contiene: Brasil, Chile, China, Colombia, República Checa, Egipto, Hong Kong, Hungría, India, Indonesia, Malaysia, México, Marruecos, Perú, Filipinas, Polonia, Rusia, Arabia Saudita, Singapur, Sudáfrica, Corea del Sur, Taiwán. Fuentes. (a) Felipe (2012), p. 26; (b) Dervis (2012), p. 2; (c) UNDP (2010), p. 30; (d) UNDP (2010), p. 56; (e) The Economist (Agosto 4, 2011); (f) The Economist (Noviembre 10, 2012).

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Figure 1 Distribution by income class

Source: Authors’  calculations

Figure 1 indicates that the number of countries in the low-income group has decreased

over time, from 82 in 1950 to 40 in 2010. 15 By decade, the 1950s witnessed the largest decline

in the number of low-income countries, when 13 made it into the lower-middle-income group.

This was followed by another 11 countries during the 1960s, and 11 more countries during the

1970s. Between 1980 and the early 2000s, however, very few low-income countries did

graduate. The number of low-income countries was still 48 (39 percent of the total) in 2001,

almost the same as in 1980 (47 countries, or 38 percent of the total). This gradually fell after

2001 when 8 countries (Cambodia, Rep. of Congo, Honduras, India, Mozambique, Myanmar,

Pakistan, and Vietnam) attained lower-middle-income status. In total, 42 out of the 82 low-

income countries in 1950 had escaped from the low-income category by 2010. By region, 14 out

of the 42 countries were in Asia (both East and South Asia), 10 in Latin America, 9 in the

Middle East and North Africa, 5 in Europe, and 4 in Sub-Saharan Africa. There were also 3

countries that moved out of low-income sometime during 1950-2010 but fell back into this

15 Note  that  many  of  these  “countries”  were  in  fact  colonies  during  the  1950s  and  1960s.

High Income

Upper-middle Income

Lower-middle Income

Low Income

025

5075

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124

No.

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1950

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1960

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1990

1992

1994

1996

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2000

2002

2004

2006

2008

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Finance & Development September 2012 11

Three fundamental trendsThe first trend is a new convergence. In his 1979 Nobel Prize lecture, the late development economist Sir Arthur Lewis said, “For the past hundred years the rate of growth of output in the developing world has depended on the rate of growth of output in the developed world. When the devel-oped world grows fast, the developing world grows fast, when the developed slow down, the developing slow down. Is this linkage inevitable?”

Recent data suggest that while there remains linkage, it is now important to distinguish between long-term trends and cyclical movements. Since roughly 1990 the pace of per cap-ita income growth in emerging and developing economies has accelerated in a sustainable manner and is substantially above that in advanced economies. This represents a major structural shift in the dynamics of the world economy.

A second fundamental feature in the world economy is cyclical interdependence. Although emerging and develop-ing economies’ long-term trend growth rates have delinked—or “decoupled”—from those of advanced economies over the past 20 years, this has not led cyclical movements around the trend to delink.

New convergence and strengthened interdependence coin-cide with a third trend, relating to income distribution. In many countries the distribution of income has become more unequal, and the top earners’ share of income in particular has risen dramatically. In the United States the share of the top 1 percent has close to tripled over the past three decades, now accounting for about 20 percent of total U.S. income (Alvaredo and others, 2012). At the same time, while the new convergence mentioned above has reduced the distance between advanced and developing economies when they are taken as two aggregates, there are still millions of people in some of the poorest countries whose incomes have remained

almost stagnant for more than a century (see “More or Less,” F&D, September 2011). These two facts have resulted in increased divergence between the richest people in the world and the very poorest, despite the broad convergence of average incomes.

New convergenceThe world economy entered a new age of convergence around 1990, when average per capita incomes in emerging market and developing economies taken as a whole began to grow much faster than in advanced economies. The sharp divi-sion between rich and poor countries that characterized the world since the industrial revolution in the early part of the 19th century is now weakening. A key question is whether this new convergence is likely to continue and lead to a fun-damental restructuring of the world economy over the next decade or so.

The industrial revolution and colonialism brought about great divergence (Maddison, 2007). Between the beginning of the 19th century and the middle of the 20th, the average per capita income gap between the richer, more industrial “North” and the less developed “South” rose from a factor of 3 or 4 to a factor of 20 or more (Milanovic, 2012). This diver-gence slowed after World War II, with the end of colonial-ism, but the relative income gap remained stable on average between 1950 and 1990.

For the past two decades, however, per capita income in emerging and developing economies taken as a whole has grown almost three times as fast as in advanced economies, despite the 1997–98 Asian crisis. Growth in emerging markets sped up in the 1990s, followed by an acceleration in the less developed countries around the turn of the century (see Chart 1).

Chart 2 shows the underlying trend growth rates calcu-lated using a statistical technique, the Hodrick-Prescott filter,

Dervis, 7/31/2012

Source: Author’s calculations based on data from the IMF’s April 2012 World Economic Outlook.

1981 83 85 87 89 91 93 95 97 99 2001 03 05 07 09 11 13 15

Emerging

Advanced

Developing

–2

–1

0

1

2

3

4

5

6 Proj.

Chart 2

Sustained differenceEmerging and developing economies are enjoying much faster long-run trend growth than advanced economies, especially since the turn of the century.(per capita trend growth rate, percent)

Dervis, 7/11/12

1981 83 85 87 89 91 93 95 97 99 2001 03 05 07 09 11 13 15

Chart 1

Growth and cyclesAdvanced, emerging, and developing economies have experienced signi!cant growth but also strong cyclical movements over the past three decades.(per capita GDP growth rate, percent)

Source: IMF, World Economic Outlook, April 2012.

Emerging Proj.

Advanced

Developing

–6

–4

–2

0

2

4

6

8

and Divergence

30 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2010

ilustra el método: se selecciona a aquellas nacio-nes que avanzaron mucho más o mucho menos de lo esperado, según su nivel de desarrollo ini-cial. Esta medida se sustenta en investigaciones previas realizadas por Gustav Ranis y Frances Stewart, quienes evaluaron la evolución de un país en relación con el grupo de IDH al que pertenecen12.

Los países que más han avanzado incluyen a varias naciones de Asia Oriental y Meridional y los Estados Árabes (tanto de África Septentrio-nal como de la región rica en petróleo del Golfo). Omán —país favorecido por la explotación de crudo a principios del período— encabeza la

lista, seguido por China, Nepal e Indonesia. Ya que el método utilizado para evaluar los ade-lantos compara a países con IDH similares al comienzo, la lista incluye algunos países que han progresado rápidamente desde niveles ini-ciales bajos, como Nepal y la República Demo-crática Popular Lao. En los recuadros 2.2 y 3.3 (capítulo 3) se analizan con mayor detalle algu-nos de estos casos, al igual que otros con resul-tados menos alentadores.

Llama la atención que el listado contenga varias naciones que normalmente no son con-sideradas como prósperas. El motivo es que han logrado posicionarse en la lista de los 10

CUAD

RO 2.1 Progreso generalizado del Índice de Desarrollo Humano desde 1970

Tendencias del IDH híbrido y sus componentes por grupos regionales y del IDH, 135 países, 1970-2010

IDH híbrido Esperanza de vida Alfabetización Matriculación bruta IngresosValor % de variación Valor % de variación Valor % de variación Valor % de variación Valor % de variación

2010 1970 – 2010 1990– 2010 2010 1970 – 2010 1990– 2010 2010 1970 – 2010 1990– 2010 2010 1970 – 2010 1990– 2010 2010 1970 – 2010 1990– 2010

Grupos regionales

Países en desarrollo 0,64 57 23 68 21 8 81 61 21 66 28 24 5.873 184 89

Estados Árabes 0,66 65 20 70 37 10 74 149 41 64 89 22 8.603 66 44

Asia Oriental y el Pacífico 0,71 96 35 73 23 9 94 76 18 69 7 31 6.504 1.183 352

Europa y Asia Central 0,75 13 4 69 3 2 97 7 2 82 17 7 11.866 120 20

América Latina y el Caribe 0,77 32 12 74 24 9 92 27 10 83 59 16 11.092 88 42

Asia Meridional 0,57 72 31 65 33 12 66 113 46 59 64 29 3.398 162 119

África Subsahariana 0,43 53 21 52 19 7 65 183 43 54 109 42 1.466 20 28

Países desarrollados 0,89 18 7 80 13 6 99 2 1 92 33 14 37.185 126 38

OCDE 0,89 18 7 80 13 6 99 2 1 93 33 14 37.105 125 38

No miembros de la OCDE 0,86 24 9 80 14 7 96 13 6 79 29 10 40.043 263 58

Grupos del IDH

Bajo 0,44 61 27 55 27 11 63 180 48 52 98 43 1.434 33 44

Medio 0,65 83 31 69 25 9 82 79 24 65 21 28 5.010 606 237

Alto 0,77 24 9 73 15 7 93 20 8 82 38 13 12.610 94 35

Muy alto 0,89 18 7 80 13 6 99 2 1 92 33 14 37.185 126 38

Cuartiles del IDH híbrido de 1970

1 (inferior) 0,60 82 32 66 22 8 76 96 29 61 23 33 4.323 560 250

2 0,69 51 16 71 34 11 88 53 15 74 55 16 7.334 110 53

3 0,79 24 9 75 15 6 96 11 4 85 36 16 14.486 152 54

4 (superior) 0,88 16 6 79 11 5 99 1 0 91 29 11 34.585 122 36

Promedio mundial 0,68 41 18 70 18 7 83 39 15 70 26 20 10.645 107 47

Nota: todos los valores están ponderados según la población. La esperanza de vida se expresa en años, la alfabetización y la matriculación bruta, en porcentajes y los ingresos, en dólares de 2008,

ajustados por la PPA. Vea descripciones más detalladas en las Definición de términos estadísticos. La muestra abarca 135 países por lo cual los valores agregados del grupo pueden diferir de aquellos que

se muestran en los cuadros estadísticos 1-17. El IDH híbrido difiere del IDH 2010 presentado en los cuadros estadísticos 1 y 2: utiliza la misma forma funcional pero un conjunto diferente de indicadores

disponibles durante un período más largo (recuadro 2.1). Los grupos del IDH se basan en el IDH 2010.

Fuente: cálculos de la HDRO a partir de su propia base de datos.

76 INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2010

uso de estas tecnologías es altísimo en los paí-ses desarrollados (en 2008, 70% de las personas hacía uso de Internet y el número de suscripcio-nes telefónicas llegó a 1,5 per cápita) y mucho menor en los países con IDH bajo (!gura 4.2). No obstante, durante la década pasada el creci-miento ha sido extraordinario: en los países de IDH bajo el uso de Internet aumentó más de 4.000% y el número de personas suscritas a un servicio telefónico, cerca de 3.500%8. Las nue-vas tecnologías permiten que los marginados se expresen, aunque algunos critican que estas innovaciones consolidan el poder de aquellos que ya cuentan con ciertos recursos9.

El notable incremento en la cobertura de Internet y en el uso de teléfonos móviles ha tenido lugar a pesar de las restricciones estruc-turales. Por ejemplo, la tasa promedio de elec-tri!cación en países en desarrollo en 2008 era de sólo 70%, apenas llegaba a 59% en las zonas rurales y era incluso menor en los países con IDH bajo, donde no superaba el 21%10.

Gracias a la globalización, hoy los asuntos locales se proyectan en la arena internacional. Prueba de esta tendencia es el surgimiento de una sociedad civil transnacional: entre 1970 y 2010, el número de organizaciones internacio-nales aumentó más de cinco veces y hoy se cuen-tan en torno a las 25.00011. Las manifestaciones

de protesta a menudo cobran una dimensión internacional, como atestiguan los boicots al apartheid en Sudáfrica, las movilizaciones que buscaban el !n del con"icto en Darfur y el apoyo, a menudo de los países occidentales, a las demostraciones a favor de la democracia en Irán y Myanmar.

Democracia y libertad de elegir

En este escenario ha tenido lugar un proceso de democratización de largo alcance y un aumento en la libertad para elegir percibida por los indi-viduos12. En el nivel nacional, se observa la expansión de la democracia procedimental y en el subnacional, el incremento de distintas formas de procesos participativos locales, que favorecen la rendición de cuentas. También ha habido algunas mejoras y reveses en cuanto a la protección de los derechos humanos. Grupos basados en la identidad, históricamente some-tidos a exclusión y privación de sus derechos, se han vuelto más visiblemente involucrados en acciones políticas y sociales, a pesar de la persis-tencia en la desigualdad que los afecta.

Las encuestas indican que, a nivel mundial, gran parte de los individuos se sienten libres de tomar decisiones y están satisfechos con esta libertad13. El nivel de satisfacción actual varía según la geografía: la población de los países desarrollados en su mayoría está satis-fecha (80%), seguida por la de Asia Oriental y el Pací!co (77%). Por el contrario, los nive-les más bajos de satisfacción con la libertad de elegir se encuentran en la región de Europa y Asia Central (50%). Esto puede responder a las convulsiones propias de la transición o a diferencias fundamentales de opinión. Las ten-dencias registradas en 66 países en materia de libertad de elección sugieren un avance general y progresivo.

En 1970 unos 30 países eliminaron el voto universal y negaron el derecho a postular a car-gos políticos. Estas discriminaciones fueron dirigidas principalmente a la mujer, con la nota-ble excepción de Sudáfrica, donde la mayoría de los habitantes —la población negra e india— fue despojada del derecho a voto. Casi la totali-dad de estas restricciones han sido eliminadas14.

FIG

UR

A

4.3 Más países adoptan la democracia

Tendencias en la democracia según nivel de IDH y en general, 1971-2008

Porcentaje de democracias (%)

100

70

90

80

50

30

60

40

20

10

1971

1976

1981

1986

1991

1996

2001

2006

2007

2008

0

Países con IDH alto

Países con IDH medio

Países con IDH bajo

Promedio

Países con IDH muy alto

Nota: las cifras corresponden al número de países democráticos con alternancia de partidos gobernantes como

proporción del número de gobiernos no democráticos más las democracias sin alternancia.

Fuente: cálculos de la HDRO, basados en Cheibub, Ghandi y Vreeland (2009).

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Una proyección hacia el 2060 señala que las economías emergentes, concretamente China, India, Brasil y México, van a reducir la brecha de ingreso con los países desarrollados, pero aún así serán una fracción del ingreso estimado de Estados Unidos en 2060 (figura 2f). En tercer lugar, el concepto de graduación surgió en un contexto donde las relaciones bilaterales Estado-Estado tenían preeminencia en las relaciones internacionales. Durante los primeros años de la ‘era del desarrollo internacional’ la preeminencia de las relaciones bilaterales se reflejaba igualmente en la estructura de financiamiento internacional para el desarrollo —donde la AOD formaba parte central de una gama limitada de fuentes financieras disponibles. Sin embargo, la evolución de los flujos financieros hacia estos países muestra cuánto cambió el financiamiento para el desarrollo (figura 3).

FIGURA 3. Flujos privados1 y oficiales2 netos3 hacia países en desarrollo (1950-2011)

Notas. 1 Los flujos privados netos se componen de las transferencias del sector privado, tanto bancario o comercial, como de inversión extranjera directa y de capital financiero; 2Los flujos oficiales incluyen las transferencias por AOD, y además incluye las transferencias por préstamos de las instituciones multilaterales como el Banco Mundial, FMI y bancos regionales de desarrollo; 3 Los flujos netos se refiere a las transferencias de los acreedores, menos los pagos de los receptores de crédito; (*) Promedio 1950-1969 estimado por el autor. Fuente. Elaboración propia con datos del DATABANK del Banco Mundial. Desde inicios de los años 1950s, los capitales externos hacia los países en desarrollo han experimentado importantes transformaciones de tamaño, composición y distribución. Sagasti, Bezanson y Prada (2005) distinguen cuatro períodos distintos: (i) entre 1950-1970, los flujos oficiales como AOD y préstamos de las instituciones multilaterales representaban el 40 por ciento de los flujos financieros hacia países en desarrollo, mientras que la inversión extranjera directa (IED) y los flujos de capital financiero producto del comercio internacional tenían un patrón estable (30 por ciento cada uno); (ii) entre 1970 y 1981 el financiamiento de la banca privada crece aceleradamente mientras se reciclan los superávit de las naciones exportadoras de petróleo; (iii) entre 1982 y 1991 la crisis de la deuda llevó a la expansión de los préstamos oficiales, tanto a nivel bilateral como multilateral; y (iv) desde 1992 una expansión sin precedentes del capital privado en la forma de inversión y portafolio. Más aún, el impacto de la crisis financiera del 2008 sobre los flujos privados y el crecimiento de los flujos oficiales para mitigar esta caída, no cambió esta proporción significativamente. Al enfocar la discusión sólo a las instituciones que canalizan AOD, la arquitectura que las soporta es mucho más compleja de cómo se inició. Al grupo de actores que iniciaron la ‘era del desarrollo internacional’, tales como los países industrializados y sus agencias de desarrollo bilateral, las instituciones de Bretton Woods y las Naciones Unidas, se han sumado más de 20 bancos regionales y subregionales de desarrollo, así como fondos fiduciarios con propósito definido como el Fondo para el Medio Ambiente Mundial. A este grupo de

!20$!10$0$

10$20$30$40$50$60$70$80$90$

100$110$120$

1950!69$(*)$

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1980$

1981$

1982$

1983$

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1999$

2000$

2001$

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2004$

2005$

2006$

2007$

2008$

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2010$

2011$

Flujos$privados$netos$ Flujos$oficiales$netos$

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instituciones se suma además los donantes bilaterales emergentes, fundaciones privadas y de responsabilidad social, así como un gran número de organizaciones no gubernamentales.7 Un ejercicio en el marco de la evaluación de la Declaración de París estimó que los nuevos actores de cooperación internacional que proveen ayuda tipo AOD, canalizan alrededor de un 30 por ciento adicional a AOD hacia los países en desarrollo.8 Las transformaciones que han experimentado los países en desarrollo y los cambios en el contexto internacional descritos relativizan el concepto de graduación de la AOD cuando se aplica a los países de ingreso medio y emergentes. Primero, se enfoca básicamente en la cooperación financiera, cuando las motivaciones para cooperar se han hecho más complejas a lo largo de los años; y segundo, dentro de todas las opciones posibles de cooperación financiera, se centra básicamente en la AOD —que constituye un elemento cada vez más reducido en los flujos de financiamiento para el desarrollo para los PRM.9 La provisión de financiamiento es sólo una de las funciones generales de la cooperación internacional para el desarrollo, pero ha sido tradicionalmente la más visible y a la cual hace referencia el concepto de graduación. Las discusiones sobre cooperación están poniendo mayor énfasis en otras dos funciones centrales: la creación y diseminación de conocimiento sobre temas de desarrollo y mejores prácticas; y la creación de capacidades domésticas para facilitar la provisión de bienes públicos internacionales (Sagasti, Bezanson y Prada 2005). A medida que los PRM en la región alcanzan mayores niveles de desarrollo —si bien a diferentes velocidades10— aumentan también sus capacidades para contribuir en cada una de estas tres funciones de cooperación. Estas mayores capacidades incluyen también haber asumido un papel “dual”, tanto de donantes como de receptores de cooperación internacional tipo AOD. Por tanto, el balance entre estas tres funciones está cambiando. En la región, se observa un creciente interés por reducir el énfasis en el aspecto financiero de la cooperación internacional y mejorar sus capacidades relacionadas con los otros dos aspectos. Al mejorar su acceso a recursos para financiar su desarrollo —tanto recursos domésticos como mayor ahorro interno y recaudación tributaria, como recursos externos de inversión directa extranjera y portafolio— la AOD hacia la región tiende a representar una menor proporción en términos de flujos financieros para el desarrollo. Sin embargo, estos son promedios que esconden las profundas diferencias entre los países de la región. Por ejemplo, si bien la AOD representa una porción decreciente de los gastos del gobierno central en la región, esto no es cierto para un grupo de países de menores ingresos, algunos de ellos catalogados como países de ingreso medio bajo.11 ''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''7 Las ONGs ya canalizan un 15 por ciento de la AOD en 2010, desde un dos por ciento en 1990. 8 Prada, Casabonne y Bezanson (2010), aplicaron la definición de ayuda oficial (cooperación para fines de desarrollo y provisto a tasas concesionales) a nuevos donantes tales como bancos subregionales de desarrollo, fundaciones privadas y aquellos países que no pertenecen a la OCDE con el fin de calcular una versión extendida de ayuda a más donantes. 9 En contraste, está el caso de los estados frágiles, en conflicto, y en general, los más dependientes de ayuda oficial. 10 En general, casi todos los países de la región han experimentado mayores niveles de bienestar comparados con el decenio anterior. El libro “Una región, dos velocidades” (Izquierdo y Talvi 2011), se distinguen dos grupos de países de acuerdo a su velocidad de crecimiento tras el impacto que han tenido tras la crisis financiera: A grandes rasgos, una división entre los países de América del Sur (el clúster brasileño) y de América Central y el Caribe (el clúster mexicano). Con datos más recientes, Cornwell (2012) argumenta que el desempeño dependerá de cuán fuerte sea el impacto de tres aspectos externos: la potencial reducción de velocidad de crecimiento en China, la resolución de la crisis europea, y la resolución de la crisis en Estados Unidos y su política fiscal y monetaria. Igualmente, el autor sugiere que estos efectos podrían también ser diferenciados de acuerdo a los clústeres descritos anteriormente, pues el clúster mexicano estaría creciendo más el 2013. 11 En el caso de los gastos de gobierno central, la AOD se ha mantenido en niveles mayores al cinco por ciento durante el período 2000-2010 en el caso de Bolivia, Nicaragua, Honduras, Paraguay, Haití y el Salvador.

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Por otro lado, varios países de la región cuentan con programas de cooperación internacional financiado con recursos domésticos, algunos de los cuales tan activos como los donantes tradicionales de la OCDE en la región y fuera de ella. La cooperación Sur-Sur (CSS) y su dinamismo en la región es la prueba más clara que la región está comenzando a invertir en generación de conocimiento para el desarrollo: la CSS regional pone énfasis en los proyectos de asistencia técnica, intercambio de funcionarios y colaboraciones científico-tecnológicas en varios sectores, particularmente en sectores sociales y productivos (SEGIB 2012). En la nueva arquitectura para la cooperación, la distinción entre el papel de “donantes” y “receptores” se vuelve difusa. El concepto de graduación lleva implícita una relación definida entre donantes y receptores, que pierde vigencia en el caso de la región. Esta situación es más clara en el caso de las economías emergentes de la región con programas de cooperación a magnitud regional como Brasil, Chile, México y Venezuela, pero será puesta de manifiesto a medida que otros donantes emergentes mejoren el perfil de su cooperación. El cuadro 1 presenta la diversidad de motivaciones que tienen los países para cooperar, basado en la sistematización del anexo 1. Cuando las motivaciones para cooperar tienen una orientación más altruista o de interés estratégico, se puede apreciar un papel más definido entre donantes y receptores. Sin embargo, en el caso de los intereses compartidos o mixtos, estos papeles se vuelven difusos. El surgimiento de esta dimensión global en las relaciones internacionales producto del proceso de globalización, hace difícil aplicar un concepto como el de graduación de la AOD que supone cierta verticalidad en las relaciones de cooperación.

CUADRO 1. Motivaciones generales para cooperar Orientación general de las motivaciones

Tienden más al altruismo (preocupación por intereses y

objetivos del receptor)

Intereses compartidos o mixtos (en la dimensión bilateral,

regional o global)

Tienden más al egoísmo (intereses y objetivos

estratégicos del donante)

Motivaciones específicas para cooperar

• Atención a los objetivos de desarrollo del receptor (planes subnacionales, nacionales o internacionales)

• Premiar desempeño institucional, político, social o económico

• Proporcionar ayuda humanitaria y atención a emergencias

• Fortalecer interdependencia económica

• Promover procesos de integración (económica, comercial, política)

• Atención / conocimiento de problemas de carácter global

• Promover estabilidad de los sistemas internacionales

• Promover intereses estratégicos y de seguridad

• Conseguir apoyo a agendas políticas

• Promover intereses económicos y comerciales del donante

• Realizar proselitismo religioso

Fuente. Adaptado de Sagasti y Prada (2011) El concepto de graduación busca establecer criterios para vincular a los países con determinados instrumentos de acuerdo a su nivel de desarrollo, incluyendo criterios sobre cuándo el apoyo a través de estos instrumentos deja de ser necesario—tras lo cual el país se considera graduado. La presente sección realizó un análisis de los principales supuestos detrás del concepto de graduación de la AOD que se empezó a construir en los primeros años de la ‘era del desarrollo internacional.’ Estos supuestos han sido largamente superados por las condiciones actuales del contexto internacional y permite afirmar que el concepto de graduación ha cumplido su ciclo para caracterizar este aspecto central de las relaciones de cooperación internacional de los países. Sin embargo, sigue siendo un referente común en las relaciones internacionales y como tal, tiene implicancias prácticas para la región.

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3. Implicancias prácticas de la aplicación del concepto de graduación en los países de renta media de la región

La aplicación del criterio de graduación de la AOD tiene implicancias sobre varios aspectos de la cooperación internacional y se extiende más allá del ámbito de la AOD. Esta situación se refleja en algunos debates académicos y de tomadores de decisiones sobre la nueva arquitectura de la cooperación internacional y el futuro papel de los PRM: (i) ¿Cómo se justifica la ayuda hacia los PRM? ¿Cómo se justifica cuándo algunos de

estos países son a su vez donantes de ayuda internacional? (ii) ¿Cómo clasificar a los PRM de manera operativa para reflejar su diversidad (y que

pueda servir para asignar estratégicamente la AOD)? (iii) ¿Qué estrategias podrían utilizar los PRM para mitigar los efectos de una plausible

reducción de AOD? Esta sección busca resumir brevemente los principales argumentos del debate, sin buscar ser una revisión de la literatura existente. Como contexto, los principales argumentos sobre el papel de AOD hacia países de renta media se han venido discutiendo por varios decenios por Francisco Sagasti y Keith Bezanson en su trayectoria académica y de funcionarios de instituciones multilaterales para el desarrollo. Coincidieron en una serie de estudios en el Instituto de Estudios de Desarrollo (IDS) de la Universidad de Sussex, sobre el futuro del sistema internacional para el financiamiento para el desarrollo y la provisión de bienes públicos globales, en los que el autor pudo participar. En estos estudios se proponía una visión sistémica que mire más allá de las clasificaciones por nivel de ingreso para asignar financiamiento, y propone una estructura que tome en cuenta la diversidad de los países en desarrollo, sus necesidades, pero sobre todo, porque los países están en capacidad de contribuir más activamente en la cooperación y la provisión de bienes públicos globales a medida que su capacidad de movilizar recursos aumenta. Por tanto, para el caso de los países de renta media, entendido como aquellos países que están en capacidad de movilizar más recursos para el desarrollo, existe la necesidad de avanzar el debate desde ODA y el financiamiento, hacia enfoques de cooperación horizontal. Es en este marco que analizamos los principales argumentos de las tres preguntas antes descritas. En el caso de la primera pregunta, el debate se centra en una aparente paradoja. La paradoja se compone de hechos aparentemente contradictorios: países que asumen un papel ‘dual’ al seguir recibiendo AOD, pero iniciando sus propios programas de cooperación; y la evidencia empírica que indica que la AOD se dirige en un porcentaje muy alto hacia países de renta media, a pesar que los esfuerzos de ayuda internacional deben dirigirse a reducir la pobreza. El debate en la literatura ha sido intenso alrededor de los siguientes puntos. Los países de renta media deben seguir recibiendo AOD, por varias razones. Existen razones morales, pues se argumenta que existe la obligación moral de ayudar a los pobres independientemente de dónde se encuentren, y que además el objetivo primordial de la AOD es la reducción de la pobreza. Los argumentos en contra explican que en la práctica gran parte de la ayuda se dirige a hacia PRM, además que cubre una múltiple gama de proyectos y programas que no tienen necesariamente un vínculo directo con la pobreza. Según estos argumentos, el argumento moral se desdice de la práctica de los donantes.

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La evidencia empírica sobre la geografía de la pobreza ha recibido mucha atención en años recientes para apoyar la AOD para los PRM. En general, el número de pobres se ha venido reduciendo, particularmente en PRM, por lo que a futuro se concentrarán en países frágiles (Figura 4a). Estos datos dependen mucho de lo que ha pasado y pasará con la reducción de la pobreza en India y China, pero igualmente depende de las clasificaciones de pobreza. Por otro lado, depende también de la capacidad de los PRM para mismos movilizar suficientes recursos para implementar políticas de reducción de pobreza o redes de protección social. La figura 4b presenta cuál sería la tasa marginal de impuestos necesaria para aplicar políticas de reducción de pobreza en PRM: sólo un grupo podría afrontar esa responsabilidad con recursos provenientes de impuestos. Los argumentos para reducir o suspender la AOD se relacionan con una interpretación diferente de, en términos generales, la misma evidencia empírica. Por ejemplo, el hecho que haya habido una reducción importante de la pobreza en los PRM indica que tienen los medios para avanzar en un objetivo nacional.

FIGURA 4. ¿Se debe proveer AOD a países de renta media? (a) Número de pobres en países frágiles (b) Tasa marginal de impuestos para superar pobreza

' Fuente. (a) ODI (2012); (b) Ravallion (2012) En general, la AOD hacia PRM se justifica alrededor de tres puntos. Primero, dónde se encuentran los pobres y que en los PRM existe un nicho de pobres donde el apoyo de la AOD puede servir efectivamente para el objetivo general de contribuir a la reducción de la pobreza. Segundo, que a medida que se ayuda a los PRM se están mejorando las capacidades que pueden tener un alto potencial de replicación y escalamiento. Tercero, que esta evidencia y experiencia acumulada en un entorno propicio sirve para el objetivo general de reducir la pobreza, pero además genera evidencia empírica para ayudar a otros países de menor desarrollo relativo. En el caso de la segunda pregunta, los principales esfuerzos se han dirigido hacia encontrar una forma de capturar la diversidad de PRM, con el fin de resaltar ciertos aspectos que sirvan como criterios de distribución de la AOD. Por tanto, el argumento central es que la clasificación de países por su ingreso no captura la diversidad de los países y sus necesidades; por tanto, los indicadores deben mejorar para mostrar la múltiples dimensiones del proceso de desarrollo o se debe desvincular las decisiones de distribución de indicadores establecidos de manera arbitraria. Este tipo de dilemas se encuentra al centro del proceso de graduación. El tema central de controversia sucede cuando el indicador tiene implicancias concretas sobre las condiciones, montos, o responsabilidades que los países deben asumir. Existen varios ejemplos de estas situaciones: (i) a nivel de instrumentos, tales como las categorías analíticas

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11/14/12 3:05 PMShould we care equally about poor people wherever they may live?

Page 3 of 5http://blogs.worldbank.org/developmenttalk/print/824

Several arguments support this characterization of the capacity for redistribution. Popularjudgments about “inequality” appear to give greater weight to redistributions from the rich to thepoor than redistributions amongst the middle class or from the middle class to the poor. Thereare also instrumental arguments that point to the expected role of the middle class as agents ofprogress and also the likely incentive effects on those near the poverty line. One can alsoquestion the political feasibility within a given developing country of asking middle-incomegroups to shoulder the burden of poverty relief. Redistribution from the “rich” to the “poor,”without involving middle-incomes, can also emerge as a public choice equilibrium. This wouldrequire the usual conditions for the median voter theorem—namely that the issue to be voted onis one dimensional and the utility function is single-peaked in that dimension—plus theassumption that the decisive voters care sufficiently about poverty and are concentrated aroundthe median, which is (invariably) below the mean.

Following this idea, the “capacity for redistribution” of any developing country can be measuredby the marginal tax rate (MTR) on those who are not poor by rich-country standards that isneeded to cover the domestic poverty gap—the aggregate deficit of poor people relative to thepoverty line. I have proposed such a measure, in “Do Poorer Countries Have Less Capacity forRedistribution? [10].” The “non-poor” by Western standards are identified as those living abovethe US poverty line of $13 a day in 2005. And the poverty gap is judged by the $1.25 a daystandard. So an MTR of (say) 25% means that a tax of $1 for each $4 of extra income above$13 a day would generate sufficient revenue to cover the poverty gap relative to $1.25 a day.Figure 1 shows how my calculated value of this marginal tax rate varies across countries,according to their mean consumption. (Whether one uses mean consumption or mean income isunlikely to make much difference for this purpose.)

This suggests that there is a positive correlation between domestic capacity for redistribution (asindicated by a low required MTR) and average income. I find that for most (but not all) countrieswith annual consumption per capita under $2,000 the required tax burdens are prohibitive—often calling for marginal tax rates of 100 percent or more. By contrast, the required tax ratesare very low (1% on average) among all countries with consumption per capita over $4,000, aswell as some poorer countries.

Figure 1: Marginal tax rates on the non-poor by US standards needed to cover the poverty gap by poorcountry standards across developing countries

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de los bancos multilaterales para definir quién recibe préstamos concesionales, alivio de deuda, o apoyo a sus empresas del sector privado; (ii) a nivel de países, con el fin de definir grupos de países que deben recibir un nivel predeterminado de recursos, tales como las provisiones para países en situación de fragilidad, o países con un estatus especial dentro de una región; y (iii) nivel de responsabilidades, como en el caso de recursos en fondos comunes (por ejemplo, en la reposición de fondos en bancos multilaterales) o de acuerdos de cooperación regional (como en el caso de las responsabilidades frente al cambio climático. En general, vincular clasificaciones de países con decisiones de distribución de recursos o responsabilidades tiene un problema central: las implicancias prácticas de aplicar tales condiciones podría originar problemas a los países que se encuentra alrededor de las cotas predeterminadas. Esto implica pensar qué hacer con los países en situación de transición de una categoría a otra, y las instituciones han avanzado en este tema. Por ejemplo, la transición de países de ingreso bajo hacia ingreso medio cuenta con varios mecanismos para facilitar la transición (ver siguiente pregunta). Sin embargo, se observa una tendencia hacia dejar las clasificaciones automáticas, y avanzar hacia un análisis más personalizado de las condiciones de cada país—observado tanto en instituciones bilaterales como multilaterales. La tercera pregunta se refiere a cómo los países están trabajando con miras a un proceso de graduación. En general, este proceso se ha estudiado en el caso de la “graduación” de renta baja a PRM —y la razón detrás es que las implicancias de hacer esta transición se encuentran mejor definidas en protocolos e instrumentos disponibles para trabajar en tal transición. En el caso de los países de renta baja haciendo la transición a PRM, las principales preocupaciones se refieren a: (i) perder el apoyo que su situación les garantizaba; (ii) no contar con una estrategia de desarrollo que les permita avanzar en su desarrollo de manera autónoma; (iii) no tener reemplazo para los beneficios perdidos; y (iv) quién asume el liderazgo de la transición. Muchas de estas preocupaciones no son las centrales en el caso de los PRM. Sin embargo, algunas de estas preocupaciones no son compartidas por los PRM mientras avanzan a mayores niveles de desarrollo. Primero, “graduarse” no es un objetivo explícito de política en los PRM (varios países de renta baja lo han declarado como meta nacional) como sí lo es crecer económicamente y aumentar el ingreso de sus habitantes. Segundo, el impacto en términos financieros de aplicar la graduación es bajo, por lo que la preocupación se centra en otros aspectos aparte del tema financiero. Tercero, un país de renta media tiene acceso a otras fuentes de financiamiento y varias opciones que puede utilizar, incluyendo sus propios recursos. Cuarto, los PRM cuentan con marcos institucionales, en la mayoría de casos, más solidos que en el caso de los países de renta baja. Por estas razones, varios aspectos del debate académico sobre graduación no se ha centrado en la situación de los PRM, pero se refleja en otros debates como el de la “geografía de los pobres” o la “trampa de la renta media” por la cual los PRM necesitan mucho apoyo para sostener tasas de crecimiento económico. En general, el debate sobre graduación se ha centrado en la transición de los países de renta baja a países de renta media, y el análisis de las implicancias. Asimismo, gran parte de la discusión sobre graduación se centra en la ayuda oficial y el acceso a mecanismos e instrumentos específicos, que no afectan de manera central a los PRM de la región en conjunto. Por tanto, esta situación hace importante empezar a discutir y llegar a consensos sobre como abordar el tema de la graduación de manera que sea adecuada y relevante para los intereses de PRM. '

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4. Más allá del concepto de graduación en el contexto de los países de renta media en la región

Las secciones anteriores han descrito varios problemas por los cuales la aplicación de un concepto como la graduación de la AOD podría ser contraproducente para avanzar hacia una reforma integral del sistema de cooperación internacional. En primer lugar, los supuestos sobre las relaciones de los países y sus motivaciones para cooperar son más complejas actualmente de lo que presupone el concepto de graduación. En segundo lugar, los debates sobre el papel de los PRM en el nuevo contexto de la cooperación internacional, no reflejan adecuadamente la situación de los países de la región. En tercer lugar, la aplicación mecánica del concepto de graduación —altamente centrada en la cooperación financiera y en el papel de la AOD— está contribuyendo a alejar el foco hacia una discusión amplia e integral sobre cómo reformar el sistema internacional de cooperación entre los países y demás actores de la comunidad internacional, asignar responsabilidades y operativizar la acción colectiva a través de instituciones, mecanismos e instrumentos adecuados para una diversa gama de situaciones y desafíos en términos de desarrollo. Este documento propone avanzar hacia un enfoque alternativo que incorpore de manera balanceada las tres funciones de la cooperación y solamente centrada en cooperación financiera y ayuda; que refleje las nuevas capacidades, motivaciones y conocimiento de la región para movilizar recursos para su propio desarrollo y el de otras regiones; y que supere la aplicación mecánica de normas pensadas para ser aplicadas en un entorno internacional radicalmente distinto. Idealmente, este enfoque alternativo puede contribuir al debate sobre un marco conceptual de las relaciones internacionales de cooperación desde la perspectiva de los países de renta media de la región. El proceso de graduación implica establecer parámetros bajo los cuales los países son elegibles para acceder a diversos mecanismos bajo condiciones predeterminadas. El enfoque alternativo se denomina gradación, y hace referencia al hecho que los propios países y actores de la cooperación internacional acceden a una gama de combinaciones de instrumentos y mecanismos para cooperación y financiamiento del desarrollo, de acuerdo a sus capacidades, intereses, acceso y mandatos en el caso de responsabilidades definidas por la comunidad internacional. Por tanto, los criterios de elegibilidad de los instrumentos se adecúan progresivamente (fine-tuning) para atender una serie de situaciones y desafíos del proceso de desarrollo de cada país. A la vez, se avanza hacia una estructura donde el objetivo es ampliar las capacidades de cooperación de países mediante el acceso a combinaciones de instrumentos de cooperación cada vez más sofisticadas (Sagasti, Bezanson y Prada 2005). La gradación, que implica el uso estratégico de instrumentos y mecanismos para cooperar, contribuye a describir algunos aspectos de las relaciones de cooperación internacional y financiamiento para el desarrollo que están ocurriendo en el presente contexto internacional, por varias razones: (i) la gradación de instrumentos para los países en desarrollo se ha ampliado con la entrada de nuevos actores y enfoques; (ii) los países en desarrollo se diferencian de acuerdo a su capacidad para movilizar recursos domésticos y externos para su desarrollo, y esta capacidad se relaciona con la intensidad de uso y provisión de determinados instrumentos; y (iii) la noción de gradación provee una visión sistémica de cómo interactúan los diferentes instrumentos de cooperación y permite apreciar cuál puede ser el papel de cada uno de ellos en el conjunto de las interacciones de la cooperación internacional.

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3.1. Ampliación de instrumentos para canalizar cooperación internacional Los mecanismos financieros y modalidades de cooperación le dan forma concreta a las iniciativas de cooperación. Cada uno de estos instrumentos tiene reglas explícitas o implícitas de aplicación, tales como criterios de elegibilidad y acceso, condicionalidad, modalidades de desembolso, mecanismos de gobernanza, áreas temáticas, disponibilidad de recursos, capacidad de movilizar fondos adicionales (apalancamiento), y complejidad y requerimientos de capacidades administrativas. La tabla 2 presenta la lista de estos instrumentos agrupados de acuerdo al tipo de instrumento y la categoría de actor.12

Cuadro 3. Tipos de instrumentos financieros para la cooperación internacional1

Tipo

Actores Bilateral Multilateral Sector Privado

Mercados de capital Global CAD Otros

donantes Naciones

Unidas

Banco Mundial,

BRDs

FMI / regional BSRDs Con fines

de lucro

Sin fines de lucro /

individuos Préstamos X X X X X X X X Donaciones X X X X X X X X Bonos X X X X X X Inversión extranjera directa X

Remesas X Creación / soporte de mercados X X X X X X X X

Fondos / facilidades de uso específico X X X X X X X X

Impuestos y tasas X X Pagos por servicios X X X Instrumentos de valor combinado X X X

Mitigación / gestión de riesgos X X X X X X

Manejo / reducción de deuda X X X X X

Provisión de liquidez internacional X X X

Fuente: Sagasti y Prada (2011) Nota: 1 Los donantes bilaterales del CAD representan a los donantes tradicionales de ayuda oficial, en contraste con los donantes emergentes agrupados en la categoría “otros donantes”, la cual incluye también las actividades de cooperación bilateral Sur-Sur. En el caso de los actores multilaterales, se hace la división entre los BMD (Banco Mundial y bancos regionales de desarrollo – BRD) y los BSRD (bancos subregionales de desarrollo), pues estos últimos son ejemplos de cooperación Sur-Sur. Finalmente, la categoría global implica un conjunto amplio de actores de varias categorías, como el caso de programas multi-donantes en el caso de fondos de propósito específico o facilidades; y consumidores en el mercado global en el caso de los impuestos internacionales. Esta diversidad de instrumentos involucra a un gran número de actores que establecen relaciones de cooperación en el plano financiero, para la asistencia técnica y creación de conocimiento, y en la provisión de bienes públicos. Entre esta variedad de mecanismos, podemos distinguir algunos patrones centrales a manera de hipótesis del marco en que opera la gradación de instrumentos para los países en desarrollo. Primero, a mayor gradación de mecanismos para financiamiento y cooperación, mayor capacidad del sistema para replicar y expandir el uso de estos mecanismos por un número mayor de actores. El caso de los instrumentos a través de los cuales se hace efectiva la AOD muestra este patrón. Tradicionalmente, la AOD se ha hecho efectiva a través de donaciones, asistencia técnica, préstamos a tasas concesionales y aporte a instituciones multilaterales por parte de los actores bilaterales miembros del Comité de Ayuda para el Desarrollo (CAD). Los ''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''12 Una lista más extensa de instrumentos se encuentra en el anexo 2.

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otros donantes bilaterales, conocidos también como no-CAD, hacen efectiva su cooperación a través de instrumentos similares. Prada, Casabonne y Bezanson (2010) calcularon que hacia 2009, los actores emergentes como fundaciones privadas, programas de responsabilidad social y donantes no-CAD aportan financiamiento tipo AOD equivalente al 30 por ciento del monto total de AOD; y será creciente en la medida que estos donantes emergentes escalen su cooperación —entre ellos los principales donantes de CSS como Brasil, México y Chile. Más allá de AOD, la cooperación bilateral utiliza mecanismos adicionales como la compra de deuda a través de bonos soberanos, contribuciones a Naciones Unidas, establecimiento de programas en organismos multilaterales y ampliación de preferencias comerciales. Inclusive, mecanismos de inversión para canalizar capital privado a través de mercados de capitales se replican rápidamente en otras regiones: con el fin de mitigar los riesgos de la inversión extranjera directa (IED), los países en desarrollo están haciendo uso cada vez más frecuente de garantías, compras de acciones, préstamos sindicados y apoyo de pre-inversión y capital semilla para facilitar la inversión regional, o créditos de exportación. Esto se ha venido conociendo como mecanismos para promover la IED Sur-Sur, que fueron inicialmente desarrollados para promover la inversión privada en países en desarrollo. Segundo, a mayor gradación de mecanismos para financiamiento y cooperación, se estimula la capacidad de los actores para crear nuevos mecanismos y atender un mayor rango de necesidades de los países cooperantes mediante estas innovaciones. El mejor ejemplo ocurre en el caso del sistema de bancos multilaterales para el desarrollo, particularmente cómo los bancos subregionales de desarrollo (BSRD) están ampliando sus capacidades para apoyar a los países en desarrollo creando una gama muy variada de mecanismos de cooperación. Prada (2012) identifica al grupo de bancos multilaterales de desarrollo (BMDs) que opera en la región como el más sólido en términos financieros; con alta capacidad de movilizar recursos de distintos actores como los mercados de capital, países y otras instituciones del sector privado (papel catalítico y de promoción de asociaciones); y la provisión de conocimiento, sistematización de buenas prácticas y diseminación de resultados para el desarrollo. Existen varios nichos de innovación de mecanismos de cooperación, que surgen tanto por procesos de competencia como de colaboración entre instituciones. El caso de los BMDs es interesante porque su capacidad de promover asociaciones entre diferentes actores como países miembros de los BMDs, instituciones del sector privado, y mercados de capital. Esto ha sido crucial para movilizar recursos de los mercados de capitales hacia proyectos de infraestructura (vía asociaciones público privadas y toda una gama de mecanismos financieros para mitigar riesgos), provisión de bienes públicos globales (a través de fondos fiduciarios desde temas de prevención de desastres y ayuda humanitaria, como apoyo para catalizar financiamiento para mitigación y adaptación al cambio climático). Otros nichos de innovación en instrumentos se encuentra en el caso de la movilización de recursos de las personas y las empresas para fines de desarrollo, como el caso de los mecanismos de estructuración de donaciones en línea, el apoyo de causas específicas y la promoción de la inclusión financiera en los países de la región a través de diversos mecanismos para mejorar el perfil de inversión del sector privado, tales como fondos incrementales para cubrir costos de pre-inversión y adopción de tecnologías, apoyo a emprendimientos y MYPEs, y fortalecimiento de cadenas productivas. Entre ellas, podemos destacar los instrumentos de valor combinado, que vinculan decisiones de inversión con una tasa de rentabilidad en mente, pero que se vincula a consideraciones

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altruistas: es el caso de las iniciativas de responsabilidad social que buscan fortalecer el consumo de las poblaciones más pobres a través de productos que se adecúen a sus necesidades y vulnerabilidades, tales como instrumentos de inclusión financiera (microfinanzas y micro-seguros), prácticas para acceder a la “base de la pirámide” y provisión de servicios sociales movilizando el trabajo voluntario de la población. Tercero, existe un tipo de instrumentos especiales que están adquiriendo visibilidad por su función de habilitar el acceso a otras fuentes de financiamiento y cooperación —es decir, sirven para mejorar las perspectivas de gradación. El ejemplo más notable tiene que ver con el desarrollo de los mercados de capital doméstico para apoyar las iniciativas de inversión. Por ejemplo, el apoyo del PNUD ha sido crucial para que un grupo de países de África puedan financiar la obtención de la calificación de riesgo por agencias privadas de calificación. Aunque no garantiza el acceso a mercado de capitales, manda una señal importante a los inversionistas que puede catalizar reformas en el sector financiero y las reformas necesarias de transparencia y manejo macroeconómico para realizar emisiones. Similares intervenciones han surgido en el caso del apoyo del Banco Islámico de Desarrollo para la canalización del financiamiento en mercados de capital a través de instrumentos compatibles con la ley Sharia. Asimismo, este apoyo es similar a los instrumentos para mitigar los riesgos de inversión privada, y que buscan ampliar la participación del sector privado en el financiamiento del desarrollo. Asimismo, la UNCTAD tiene un programa de asesoría a países de ingreso bajo que hace la transición a país de renta media y graduarse de los préstamos concesionales: este programa les permite avanzar en las reformas necesarias para empezar a movilizar recursos de otras fuentes y fortalecer las capacidades internas. Otro tipo de intervenciones que amplían las posibilidades de gradación son aquellas que involucran la transmisión de conocimiento para mejorar el perfil de la cooperación y contribuir a crear capacidades y mejores prácticas. La cooperación triangular, un mecanismo que combina los esfuerzos de varios actores según su contribución en financiamiento, conocimiento y capacidad de implementación. En términos prácticos, muchas de estas iniciativas tienen como objetivo, en el caso de los donantes emergentes, aprender de las mejores prácticas de los donantes tradicionales. Un ejemplo adicional puede describir mejor este punto: el Gobierno de Canadá ha lanzado recientemente la Iniciativa Regional Andina13 que busca movilizar un aporte de 40 centavos de las empresas a través de su programa de responsabilidad social por cada dólar invertido, y además exige que una organización de la sociedad civil sea la ejecutora. Así, se espera transferir capacidades de cooperación a un grupo emergente de donantes del sector privado. 3.2. Capacidad de movilización de recursos y gradación de instrumentos financieros Existe una relación muy estrecha entre las capacidades de movilización de recursos domésticos y externos de los países y los patrones de uso de instrumentos. Por tanto, disponibilidad de la gradación de instrumentos no implica un uso homogéneo por tipo de países. El Índice de movilización de recursos domésticos y externos (IMR),14 desarrollado por los investigadores de FORO Nacional Internacional, sirve para describir los patrones de

''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''13 Ver http://www.uascc.bo/FondoLocalCSR.aspx 14 Este indicador, a diferencia del ingreso por habitante, no tiene ninguna implicancia sobre la asignación de recursos, sino que se calcula a partir de la observación de la asignación de estos recursos a nivel de país. Por otro lado, los indicadores utilizados reflejan mejor los cambios en las condiciones de financiamiento que el ingreso por habitante.

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uso de los instrumentos de acuerdo al tipo de países, de manera más precisa que utilizando las clasificaciones de países por nivel de ingreso. La figura 5a describe el IRM y su relación con la gradación de instrumentos financieros. El IRM está compuestos de dos sub-índices (IRM doméstico e IRM externos), cuyo cálculo utiliza una serie de indicadores de movilización de recursos: (i) formación bruta de capital fijo, crédito doméstico al sector privado y ahorro interno (como proporción del PBI) para el IRM doméstico; y (2) niveles de inversión directa extranjera, volumen de exportaciones de bienes y servicios, y reservas internacionales netas, todos expresadas en logaritmos para reducir su dispersión, para el IRM externo. Las cifras empleadas para cada indicador corresponden al promedio de los años 2006-2008. En el caso de los países de la región, presenta algunos patrones que sugiere cómo una clasificación basada en indicadores de movilización de recursos sirve de aproximación para describir las capacidades de cooperación. La figura 4a presenta la combinación del IRM doméstico y externo de una muestra de países en desarrollo y resalta en rojo aquellos de la región de América Latina y el Caribe. Estos patrones son: • En una región de renta media, los países se diferencias por sus capacidades de

movilización de recursos. Países como Brasil, México y Chile, por un lado, y de la mayoría de Centroamérica y algunos de Sudamérica, por otro lado, se diferencia significativamente a pesar de contar con un estatus similar de ingreso.

• A mayor capacidad de movilización de recursos, mayor es la probabilidad de asumir un papel ‘dual’ en la cooperación internacional, los cuales se concentran entre los países de alto IRM doméstico y externo. Los investigadores de FORO Nacional Internacional están buscando hallar evidencia entre un mayor IRM doméstico y externo, y el mayor involucramiento en actividades de CSS —medido como el número de actividades de CSS realizadas durante el año según la SEGIB. Igualmente, esta mayor capacidad de movilización de recursos, convierte a estos países en potenciales contribuyentes a BPRs.

La figura 5b muestra de manera esquemática cómo los patrones de financiamiento y uso de instrumentos se encuentra relacionado a esta capacidad de movilización de recursos. Primero, los clústeres de mecanismos mostrados en las áreas del gráfico no son excluyentes, por lo que las áreas de intersección muestra la idea de gradación. Segundo, estos patrones representan tendencias agregadas, puesto que en términos prácticos cada país accede a una combinación de instrumentos de acuerdo a las opciones disponibles. Tercero, la gradación de instrumentos muestra cómo se habilitan los grupo de instrumentos a medida que las capacidades de movilización de recursos aumentan. En un extremo, los países con alto IRM acceden frecuentemente a instrumentos en mercados internacionales y domésticos de capital, el primer clúster señalado en la figura 4b. Pero con adecuadas intervenciones y un entorno internacional favorable, Bolivia pudo recientemente emitir bonos por US$500 millones (setiembre 2012) luego de varios años de ausencia en los mercados de capital y contó con una alta demanda. Países como Perú y Colombia regresaron con éxito a los mercados de capital en los 2000s, pero han dado el salto hacia integrar sus bolsas con la de Chile, con el fin de expandir el acceso a recursos de ahorro que se genera en estos países para direccionarlos a inversión privada y pública. Otro clúster de instrumentos busca movilizar más recursos a través de la promoción de la inversión privada y manejo de finanzas públicas. En este caso, los BMDs han sido pioneros

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FIGURA 5a. Índice de movilización de recursos domésticos y externos

FIGURA 5b. El IRM y su relación con el uso de instrumentos

Fuente. Adaptado de Sagasti y Prada (2011).

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Categoría B Externo: Alto Doméstico: Bajo

Categoría A Externo: Alto Doméstico: Alto

Categoría C Externo: Bajo Doméstico: Alto

Categoría D Externo: Bajo Doméstico: Bajo

China

Tonga Islas Salomón

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Laos Moldavia Sudan

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Sierra Leona Camboya Costa

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Brasil Chile

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Dominica Venezuela Honduras

Argentina Perú

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Guatemala El Salvador

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China

Tonga Islas Salomón

Índice de movilización de recursos domésticos

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Kazajstán

India Santa Lucía

Granada Letonia

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Marruecos Brasil Cabo Verde

República del Congo

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Mauricio Sudáfrica Botsuana Federación

Rusa!Bielorrusia Armenia Bulgaria Panamá Tailandia Vietnam Yibuti México Nicaragua Ucrania Dominica

Túnez Malasia Indonesia Venezuela Mongolia Honduras

Argentina Ghana Perú

Kenia

Angola Colombia

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Senegal Zambia Polonia Islas Seychelles

Sri Lanka Belice Egipto Albania

Ecuador Georgia Haití Jordania Mali Bolivia Pakistán

Laos Moldavia Sudan Uruguay Paraguay

Camerún Guatemala Mozambique Líbano Macedonia Uganda Bosnia-Herzegovina Filipinas

Suazilandia Tanzania El Salvador Sierra Leona Camboya

Costa de Marfil

Vanuatu Lesotho Tayikistán Burundi Samoa

Kirgizstan

Instrumentos de mercados internacionales de capital Préstamos y asistencia

técnica de fuentes oficiales

Cooperación técnica para fortalecer sistemas nacionales y mercados locales de capital

Promoción de inversión (mitigación de riesgos,

manejo de deuda)

Créditos concesionales, donaciones, alivio de

deuda, cooperación técnica

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en mejorar el perfil de la IED, principalmente a través de mecanismos para mitigar riesgos y mejorar la rentabilidad y sostenibilidad de los proyectos. Igualmente aportan las agencias bilaterales con sus créditos de exportación, pero recientemente se debate el papel de los Bancos Nacionales de Desarrollo en promover estos instrumentos. A medida que los países presentan menores capacidades de movilización de recursos, empieza a cambiar el balance entre instrumentos que involucran la participación del sector privado y aquellos que utilizan con mayor intensidad los recursos públicos. Este es el caso de los otros tres clúster de instrumentos y mecanismos. Países con mayor IRM doméstico que IRM externo tienden a favorecer aquellos instrumentos que les permitan movilizar más recursos externos como IED y comercio, a través del uso de la cooperación técnica para fortalecer sistemas nacional y mercados domésticos de capital. Aquellos con mayor IRM externo que IRM doméstico, tienden a buscar socios oficiales a través de préstamos y asistencia técnica. Acá se presenta el caso particular de los países del Caribe, que pueden movilizar recursos externos en términos de comercio, turismo e inversión, pero que aún necesitan apoyo para mejorar las condiciones sociales y fortalecer su sector público para proveer todo tipo de servicios sociales. Finalmente, aquellos países con baja capacidad, generalmente los de menor ingreso en la región, los cuales tienen dificultades para acceder a mercados a través del comercio o inversión y que dependen en gran medida de los recursos oficiales, tanto la AOD como el apoyo de los BMDs. Este apoyo ha sido central a través de créditos concesionales, reducción de deuda, donaciones, y sobre todo, cooperación técnica con un grupo variado de países. 3.3. Una visión sistémica para interpretar el papel de AOD en los países de renta media de la región Las capacidad de movilización de recursos y la gradación de instrumentos busca mostrar una visión sistémica de cómo interactúan los diversos actores de la cooperación internacional y cómo hacen uso de determinados instrumentos para canalizar su cooperación. Por tanto, busca quitar el énfasis en AOD y la cooperación financiera, y ampliar la visión hacia el conjunto de actores que contribuyen en la cooperación para el desarrollo y su financiamiento. Por tanto, ¿cómo se entiende el aporte de ODA para los países de la región, la mayoría de ingreso medio, en un marco de gradación de los instrumentos? La figura 1 muestra cómo los flujos de financiamiento externo están cada vez más sesgados hacia la inversión privada, las cuales incluyen financiamiento de largo plazo (como la IED), así como inversiones de corto plazo como las inversiones de portafolio. La figura 6 indica que en los últimos 20 años los flujos privados han sido positivos (y más positivo aún si incluyera las remesas). Sin embargo, la IED e inversión de portafolio se concentra en un grupo pequeño de países de la región, que a la vez tienen acceso a varios tipos de instrumentos y fuentes de financiamiento. Por tanto, un grupo de países de menores capacidades de movilización de recursos aún depende de las fuentes oficiales de financiamiento para financiar las decisiones de inversión de largo plazo, entre ellas los préstamos de las instituciones multilaterales y la AOD. La figura 5b presenta esta situación desde el punto de vista del Perú, describiendo una evolución que se puede observar en varios países emergentes de la región —aunque en diferente escala. Entre 1990 y 2010, la IED se multiplicó 140 veces, mientras que el volumen negociado en la Bolsa creció 50 veces. En términos del IRM, el Perú pudo aumentar su

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capacidad de movilizar recursos privados y acceder a mecanismos de mercado de capitales. Además, las capacidades de movilización recursos públicos aumentaron, principalmente por una mayor recaudación: entre 1990 y 2010, los ingresos fiscales se multiplicaron ocho veces. En contraste, la cooperación internacional oficial neta se volvió negativa, pues si bien la AOD se mantuvo en tendencia ligeramente decreciente, el cambio más importante consiste en los flujos netos negativos a estas fuentes bilaterales y multilaterales: el Perú, con el objetivo de mejorar su perfil de deuda, está pre-pagando los préstamos, y en muchos casos, utilizando emisiones en mercados internacionales aprovechando su grado de inversión.

FIGURA 6. Flujos financieros hacia la región (a) Flujos netos privados hacia América Latina

y el Caribe 1990-2011 (b) Flujos netos oficiales1, fiscales1, y privados2 hacia el Perú (1990=100)

''Notas. 1 Eje izquierdo. Los flujos oficiales netos se refieren a los recursos provenientes de los donantes bilaterales y multilaterales, tanto donaciones como préstamos. Los recursos fiscales corresponden a la recaudación del gobierno central; 2 Eje derecho. Fuentes. (a) CEPAL (2012), p40; (b) Elaboración propia con datos de DATABANK. Como a varios países de la región que han experimentado similares patrones de acceso a instrumentos de cooperación y financiamiento, se les sugiere graduarse de la AOD. Pero en la realidad se observa una serie de acciones que son inconsistentes con la ‘graduación’, pero que sugieren un fine-tuning en el uso de estos instrumentos. Por ejemplo, el Perú hace un uso estratégico de su posición de transición hacia un país con altas capacidades de movilización de recursos y autodenominado ‘dual’. Como parte de su política nacional, está buscando un balance en el uso de estos instrumentos que le permita mejorar el bienestar de su población, reducir la pobreza y mejorar las condiciones de inclusión social: • A lo largo de 15 años, ha estado reemplazando la deuda contraída con el Club de Paris

con emisiones de bonos soberanos (a mayor plazo y menor costo). Como señalamos, el siguiente paso, intensificado en los años posteriores a la crisis financiera del 2008, consiste en pre-pagar la deuda de la banca multilateral.

• Está avanzando hacia esquemas de concesiones para la inversión en infraestructura, diseñando mecanismos que permitan, por un lado, coordinar con otros países la provisión de infraestructura regional (como en el caso del IIRSA y el reciente plan de integración regional del UNASUR); y por otro lado, asegurar la capacidad técnica de los organismos multilaterales y sus instrumentos de mitigación de riesgo. Con tales garantías, está movilizando recursos del sector privado a través de asociaciones público-privadas, programas regionales de integración, y aportes de los usuarios.

• En Octubre de 2012 firmó un convenio de cooperación con Japón para obtener US$400 millones para financiar la provisión de saneamiento en zonas rurales de la Selva y la Sierra, préstamos que se han otorgado a tasas concesionales.

• Varias ciudades del interior del Perú se encuentran negociando su acceso a mercados de capital y a convertirse en receptores de financiamiento por parte de los BMDs —en un

40 PERSPECTIVAS ECONÓMICAS DE AMÉRICA LATINA 2013 © OCDE/CEPAL 2012

1. PANORAMA MACROECONÓMICO

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A. Flujos de capital (miles de millones de USD de 1990)

B. Tipo de cambio real (mayo 2012 comparado con promedio 2003-08)

Nota: a) En el gráfico B. del tipo de cambio real, niveles por debajo del 100 señalan una apreciación, mientras que niveles por encima del 100, señalan una depreciación. Fuente: Con base en datos de IFS del FMI y fuentes nacionales, datos obtenidos en agosto de 2012.

12 http://dx.doi.org/10.1787/888932718972

Venezuela (Rep. Bol. de)

Brasil

Uruguay

Colombia

Trinidad y Tabago

Paraguay

Costa Rica

Barbados

Honduras

Bolivia (Est. Plur. de)

Guatemala

Perú

Jamaica

Chile

Panamá

Rep. Dominicana

Ecuador

El Salvador

Nicaragua

México

Inversión Extranjera Directa Portafolio Préstamos bancarios

Gráfico 1.4. Flujos de capitales hacia América Latina y el Caribe y tipo de cambio real efectivo

!(10,000)!!(8,000)!!(6,000)!!(4,000)!!(2,000)!!+!!!!!2,000!!!4,000!!!6,000!!!8,000!!!10,000!!!12,000!!!14,000!!!16,000!!!18,000!!!20,000!!

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Cooperación$internacional$oficial$ Ingresos$fiscales$Inversión$directa$extranjera$ Volumen$negociado$en$Bolsa$

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futuro podría significar financiamiento sin necesidad de garantía soberana. Actualmente la ciudad de Lima cuenta con grado de inversión, por lo que puede emitir deuda en los mercados de capital. Arequipa podría ser la siguiente ciudad en acceder a préstamos sindicados con garantía soberana para financiar su sistema de transporte público.

• Está avanzando en establecer alianzas para cooperación horizontal en una diversidad de temas, con particular énfasis en ciencia y tecnología, y sectores productivos. Igualmente, está ampliando los mecanismos de cooperación con donantes emergentes, como en el caso de los países árabes, con quienes organizó III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América del Sur y Países Árabes (ASPA) a mediados de 2012.

• Está promoviendo la gestión por resultados, para mejorar la efectividad de las políticas públicas. La cooperación bilateral y de ODA ha sido crucial para mejorar la gestión pública en el país, particularmente en el caso de políticas que han habilitado el acceso a otras fuentes. Por ejemplo, el Perú y varios países de la región se han convertido en los mejores ecosistemas para las microfinanzas. Pero ha habido una larga evolución desde el apoyo de los préstamos comunitarios impulsados por AOD y fundaciones privadas, la creación de ONGs para replicar las experiencias financiada parcialmente con ingresos de las operaciones, la transformación en instituciones financieras con apoyo de la banca de segundo piso con recursos públicos y de instituciones multilaterales, hasta la transformación en instituciones de mercado rentables. Muchas de ellas, inclusive están contribuyendo a generar mecanismos para ampliar la inclusión financiera como parte de sus aportes de responsabilidad social.

En mayor o menor medida, el tipo de dinámicas descritas para el caso peruano se están dando en todos los países de renta media de la región. Que se den en paralelo podría parecer inconsistente desde un punto de vista del proceso de graduación. Como se revisó en la sección 3, se señala que el papel ‘dual’ de algunos PRM es controversial y que es difícil justificar la AOD cuando los países son capaces de movilizar vastas cantidades de financiamiento del mercado financiero. Sin embargo, la AOD tiene lógica en estos países por los tres argumentos que la literatura ha utilizado para apoyar este tipo de cooperación entre los países: (i) cooperar para reducir la pobreza donde se encuentre localizada, inclusive en países de renta media; (ii) efectos positivos en la provisión de bienes públicos y sinergias; y (iii) transferencia de conocimiento sobre soluciones para desafíos del desarrollo. Avanzar hacia un enfoque de gradación, busca describir mejor este tipo de dinámicas que suceden de manera pragmática entre los países. Este enfoque también sirve para enfatizar algunas áreas hacia donde la AOD está avanzando en los PRM hacia relaciones de cooperación más horizontales, particularmente aquellas intervenciones que permiten: (i) facilitar el acceso a otras opciones de financiamiento, (ii) generar conocimientos sobre soluciones a desafíos comunes para el desarrollo; y (iii) ayudar a expandir las capacidades para que los PRM puedan contribuir a la provisión de bienes públicos regionales. Estas áreas para la AOD, y en general para otros mecanismos similares a ODA, se sugiere: • Plataformas de información y redes de cooperación para el desarrollo. Progresivamente,

la ODA para los PRM contribuirá a mejorar las capacidades de cooperación de estos países, fortaleciendo su condición ‘dual’. El énfasis en cooperación triangular es una señal clara en esta dirección. Asimismo, se expandirá los mecanismos que vinculen a la AOD con los programas de responsabilidad de las empresas y de fundaciones privadas.

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• Financiamiento para cubrir costos incrementales de la cooperación internacional. Los PRM han expresado en diversos foros su intención de contribuir en la medida de sus posibilidades a la provisión de BPR. Sin embargo, muchos de ellos no cuentan con los recursos para hacer válida su posición en reuniones internacionales. La AOD puede contribuir a reducir esta brecha con el fin de impulsar la generación de consensos.

• Innovación en mecanismos para fomentar la sistematización y replicación de las experiencias de cooperación en el marco de AOD. Mediante financiamiento-puente o de escalamiento, la AOD puede movilizar recursos adicionales para replicar experiencias exitosas en otros países, así como la sistematización de las mismas para garantizar una exitosa implementación, incluyendo el monitoreo y evaluación de impacto.

• Movilización de recursos de los bancos de desarrollo nacional. Estas instituciones financieras cuentan con recursos y capacidades, pero la AOD podría contribuir a financiar proyectos conjuntos o escalar iniciativas de gran impacto. El ejemplo de las microfinanzas, micro-seguros y financiamiento de cadenas productivas señalan cómo algunas intervenciones pueden dar el salto y convertirse en sostenibles al movilizar recursos provenientes de sus propias operaciones.

• Financiamiento para mejorar las condiciones de préstamos, con foco en reducir los riesgos de implementación. La AOD puede contribuir a mitigar riesgos de algunos instrumentos financieros, con el fin de ampliar su uso. Esto ha sido utilizado para mejorar las condiciones de acceso al crédito de poblaciones vulnerables, mediante la provisión de recursos para mejorar el manejo de las instituciones y propiciar políticas pro-pobre.

5. Conclusiones La principal conclusión del documento es que el concepto de graduación ha cumplido su ciclo para caracterizar algún aspecto de las relaciones de cooperación en el contexto internacional que está emergiendo. La principal razón es que varios de los supuestos en los que se basa han perdido vigencia en el presente contexto internacional y el estado de desarrollo de la mayoría de países de la región. Sin embargo, tiene implicancias concretas en las relaciones internacionales y de cooperación de los países, particularmente para el caso de la ayuda oficial para el desarrollo. Los debates alrededor del proceso de graduación van a continuar mientras se perciba como inconsistente la forma cómo se está organizando la cooperación internacional y el financiamiento para el desarrollo a través de la gradación de instrumentos que están puestos a disposición de los países en desarrollo de acuerdo a sus necesidades, oportunidades de acceso, motivaciones, e intereses. Estos debates van a continuar en la medida que se centren básicamente en la función financiera de la cooperación internacional y en la AOD. Los países de América Latina cuentan con años de experiencia en el manejo del financiamiento para su desarrollo, de la cual se puede extraer lecciones que superen el concepto de graduación. El documento concluye con una propuesta de enfoque, gradación, que sugiere una mayor flexibilidad para describir cómo los países hacen elecciones y toman decisiones sobre el uso de instrumentos para cooperar. En ella, una visión sistémica basada en las capacidades de movilización de recursos domésticos y externos, permite identificar áreas específicas donde la AOD puede contribuir a mejorar las capacidades de cooperación de los PRM de la región.

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Anexo I. Motivaciones para la asistencia para el desarrollo

International solidarity and religious motivations

Altruism, ethical and humanitarian concerns, which highlight the moral obligation of donor countries to assist the poor in developing countries:

• Alleviate human suffering and express solidarity with fellow human beings

• Help to cope with natural and man-made disasters through humanitarian and emergency relief.

• Build local capacities to undertake initiatives for improving living standards.

Religious proselytism:

• Desire to win converts to a particular faith and to spread the word with a missionary zeal.

Narrow and enlightened self interest

Strategic and security interests, which respond to geopolitical and military considerations of donor countries:

• At the national level, which justify aid to developing countries of specific geopolitical importance to the donor country

• At regional level, which considers the interests of regional alliances or treaties.

Political interests, which focus on obtaining political support for foreign and domestic policies:

• With foreign constituencies (through support to former colonial territories and other areas with special historic and cultural ties to the donor country, aid to obtain international political recognition and support)

• Centred on domestic constituencies (obtaining the support of immigrants and ethnic groups of foreign origin in the donor country).

Economic and commercial interests, which emphasise direct commercial and financial benefits to the donor country:

• Benefits may include export expansion, employment generation, support of domestic producers (e.g. food aid); greater security for investments in developing countries, securing access to resources (oil, strategic minerals); obtaining access to a pool of highly qualified potential migrants (e.g. graduate fellowships), and creating demand for exports (e.g. export credit, technology transfers).

Provision of international public goods

Emergence of regional and global problems, which concern both donor and recipient nations and require the provision of public goods:

• Confronting global and regional environmental threats (global warming, destruction of the ozone layer, loss of biodiversity, tropical deforestation) which affect developed countries directly

• Addressing global population growth and imbalances and health threats (AIDS, epidemics), that create negative spillovers across borders

• Supporting international cooperation initiatives to avoid regional and global ‘public bads’ (e.g. crime, drug traffic, money laundering, terrorism)

Maintaining stability of the international system, which aims at securing a stable world order to foster the long-term interests of donor countries:

• Maintaining political stability by preventing and containing local and regional conflicts (e.g. peace-making and peace-keeping initiatives), and by promoting the spread of democracy (monitoring and supervising elections, strengthening democratic practices and institutions)

• Ensuring world economic stability through policy reforms in developing countries, and through measures to avoid major disruptions of international finance and trade (e.g. provide funds to defuse debt crisis and sudden reversals of financial flows, funds to stabilise commodity prices)

• Maintaining social stability in the developing regions to prevent international migrations (programmes to reduce population growth, combat poverty, promote human rights, improve the situation of women)

• Helping developing countries to improve their participation in the economy (e.g. capacity building in knowledge, innovation and production), and in international agreements to make them more equitable, stable and effective (technical assistance, training negotiators).

Source: adapted from Sagasti and Alcalde (1999, p. 145)

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Anexo II. Lista de instrumentos financieros de acuerdo a categorías funcionales y actores que los ofrecen

Instrumentos financieros Actores

Tipo Sub-tipo Instrumentos específicos (ejemplos)

Bilateral Multilateral Sector Privado Mercados de capital Global CAD Otros Naciones

Unidas BM, BRDs FMI / Regional BsRDs Con fines

de lucro Sin fines de

lucro Préstamos

Proyectos / Programas X X X X X X X Mixtos con donación para reducir intereses

IBRD-IDA: préstamo blend

X X X X X X

Microfinanzas Facilidad: apex fund X X X X X X Líneas de crédito contingente

Desastre: CAT DDO Catastrophe deferred drawdown option

X

Liquidez: FMI ESF, FLAR

X

General: DDO contra-cíclico

X X X

Crédito soberano X X X X Préstamos concesionales X X X X X Financiamiento del comercio / Créditos de exportación

US OPIC, UK Export Credit Department

X X X

Multidonantes: programas de rescate X X X X X Donaciones Basadas en los resultados Cash on delivery,

Output-based aid, result-based aid

X X X

Millenium Challenge Corporation

X

Transferencias condicionadas X X X X Apoyo presupuestario

EU MDG Contrato X Global Fund, IDA Performance-based

X X X X

Donaciones privadas Filantropía, RSC, individuos, pro-bono

X X

Proyecto / Programas / Pre-Inversiones X X X X X X X X Cooperación técnica X X X X X X X

Bonos Soberanos, MDBs, corporativo X X X X

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Instrumentos financieros Actores

Tipo Sub-tipo Instrumentos específicos (ejemplos)

Bilateral Multilateral Sector Privado Mercados de capital Global CAD Otros Naciones

Unidas BM, BRDs FMI / Regional BsRDs Con fines

de lucro Sin fines de

lucro Bonos indexados por

diversos riesgos

A carbono, PIB, precio materias primas, inflación

X X

Para catástrofes X X X Otros tipos Bonos Diáspora X Criterio social Bonos Verdes X

Inversión extranjera directa (IED)

Incluye incentivos, así como modalidades (adquisiciones, inversión adicional, inversión en valores de empresas)

X

Remesas Para consumo, inversión social X Creación / soporte de mercados

Acuerdos de compra por contrato

AccessRH, PG4Health X X Combate de malaria X X

Buy-out Compra de patentes X X Subasta / Venta de permiso emisiones

CERs, límites para emisión carbono

X X X X

Bonos para mercado doméstico de capital X X X X Fondos de propósito específico / Facilidades

Vía 2% de ventas de CERs Fondo de adaptación X Vía 1% de ventas de empresas

Impuesto solidario digital

X

Aportes diversos Fondo de carbono X X X Securitización de flujos de ayuda

FFI global, FFI para inmunización-FFIm

Fondos / programas / Inversión X X X Fondos contra-cíclicos X X

Impuestos y tasas

Impuestos globales Armas, tickets aéreos, transacciones

X

Pagos por servicios

Tasas a usuarios, contribuciones

Servicios ambiental X X X REDD X X X

Instrumentos de valor combinado

Con criterio social Inversión sostenible X X Vía consumo (PRODUCT)RED, Visa

green card X

Responsabilidad Social Corporativa (RSC) X X Loterías globales para caridad X

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Instrumentos financieros Actores

Tipo Sub-tipo Instrumentos específicos (ejemplos)

Bilateral Multilateral Sector Privado Mercados de capital Global CAD Otros Naciones

Unidas BM, BRDs FMI / Regional BsRDs Con fines

de lucro Sin fines de

lucro Donación persona – persona / créditos

Kiva.org,MyC4, Babyloan, Wokai

X

Securitización Bonos microfinanza fondos de inversión

X X X

Mitigación / gestión del riesgo

Provisión de seguros Desastres: Index-based insurance

X X X X X

Micro-seguros X X X X X Derivados CAT swap X X X

Cool Bonds X Préstamos En moneda local X X X Securitización De flujos de ayuda X X X X Garantías (parciales, crédito, basadas en políticas, política, regulatoria, entre otros)

X X X X

Inversión de riesgo Venture-funds X X X X Para default CACs X

Condonación de la deuda

Recompra de deuda Debt Reduction Facility - IDA

X X

Multilateral Debt Relief Facility

X X X

Canje de deuda Debt-for-nature, Debt2Health

X X X X

Iniciativa HIPC X X X X Cancelación unilateral de deuda X X X X Grupos Consultivos Brady, Club Paris X

Liquidez internacional

Líneas de crédito FED - Bancos Centrales X Derechos especiales de giro (DEGs) X Fondos Monetarios (Asian Monetary Fund) X X

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!