FRAY BERNARDINO DE SAHAGÚN

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FRAY BERNARDINO DE SAHAGÚN: MÉDICO DE INDÍGENAS DURANTE EL HUEY COCOLIZTLI DE 1576 Gabino Sánchez Rosales Departamento de Historia Filosofía de la Medicina. Facultad de Medicina. UNAM. El Hombre Fray Bernardino, nació al despuntar el siglo XVI, en la Villa de Sahagún, provincia de Campos, hoy León, en España. 1 De sus primeros años lamentablemente nada se sabe, y sólo se conoce que fue en 1518 cuando estuvo en la Universidad de Salamanca. 2 Con apenas 18 años de edad, Bernardino, 3 entró a 1 Jesús Bustamante García, uno de los acuciosos biógrafos de Sahagún, sitúa su fecha de nacimiento, “entre el 25 de diciembre de 1499 y el 27 de enero de 1500”. El rigor y la precisión del dato sobre la fecha exacta de nacimiento de nuestro venerable personaje, continua siendo una hipótesis. Para mayores véase, Jesús Bustamante García. Fray Bernardino de Sahagún. Una revisión crítica de los manuscritos y de su proceso de composición. México, UNAM, 1990, p. 14. 2 Miguel León Portilla. Fray Bernardino de Sahagún en Tlatelolco. México, SRE, 1999, p. 18. 3 Algunos de los biógrafos de Sahagún, consignan que el apellido anterior a su conversión era el de Ribeira. Esto fue afirmado por Jules-César Beltrami, en 1830 cuando escribió una biografía de Sahagún, indicando, además que procedía de “una familia respetable de España”. La afirmación fue aceptada por el eminente Alfredo Chavero, quien en 1877, al publicar su obra sobre el ilustre franciscano, escribió. “Nació Bernardino de Ribeira en el pueblo de Sahagún”. En el siglo XX, Román Zulaica Gárate, en su trabajo sobre los franciscanos al referirse a Sahagún expresa que:

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FRAY BERNARDINO DE SAHAGÚN: MÉDICO DE INDÍGENAS DURANTE EL

HUEY COCOLIZTLI DE 1576

Gabino Sánchez Rosales

Departamento de Historia Filosofía de la Medicina.

Facultad de Medicina. UNAM.

El Hombre

Fray Bernardino, nació al despuntar el siglo XVI, en la Villa

de Sahagún, provincia de Campos, hoy León, en España.1 De

sus primeros años lamentablemente nada se sabe, y sólo se

conoce que fue en 1518 cuando estuvo en la Universidad de

Salamanca.2 Con apenas 18 años de edad, Bernardino,3 entró a1 Jesús Bustamante García, uno de los acuciosos biógrafos de Sahagún,sitúa su fecha de nacimiento, “entre el 25 de diciembre de 1499 y el 27de enero de 1500”. El rigor y la precisión del dato sobre la fecha exactade nacimiento de nuestro venerable personaje, continua siendo unahipótesis. Para mayores véase, Jesús Bustamante García. Fray Bernardinode Sahagún. Una revisión crítica de los manuscritos y de su proceso decomposición. México, UNAM, 1990, p. 14.2 Miguel León Portilla. Fray Bernardino de Sahagún en Tlatelolco. México,SRE, 1999, p. 18. 3 Algunos de los biógrafos de Sahagún, consignan que el apellido anteriora su conversión era el de Ribeira. Esto fue afirmado por Jules-CésarBeltrami, en 1830 cuando escribió una biografía de Sahagún, indicando,además que procedía de “una familia respetable de España”. La afirmaciónfue aceptada por el eminente Alfredo Chavero, quien en 1877, al publicarsu obra sobre el ilustre franciscano, escribió. “Nació Bernardino deRibeira en el pueblo de Sahagún”. En el siglo XX, Román Zulaica Gárate,en su trabajo sobre los franciscanos al referirse a Sahagún expresa que:

estudiar en la antigua Universidad y permaneció en ella hasta

el momento que hubo de abandonarla al decidir vestir el

hábito de la orden de San Francisco. La influencia de los

franciscanos que se encontraban en el convento de “La

Peregrina”, punto de auxilio y descanso para los caminantes

que iban a Santiago de Compostela, es algo que no debe

desdeñarse en su vocación religiosa, como tampoco el

prestigio del convento benedictino de San Facundo y San

Metodio, fundado por frailes procedentes de la abadía

francesa de Cluny,4 instituciones cercanas a su lugar de

origen. Poco sabemos de los estudios que curso en la

Universidad, pero como anotó, fray Jerónimo de Mendieta, allí

“ Aunque el apellido paterno de P. Sahagún fue Ribeira, al entrar en lareligión tomó el de su pueblo de origen, y por él es universalmenteconocido”. Otro estudioso, J. O. Anderson, también señala que existeevidencia documental sobre un estudiante salmantino cuyo nombre eraBernardino Ribeira, de este dato Anderson sugiere que efectivamente elapellido paterno de Bernardino era el de Ribeira. Sobre estos detallesvéase entre otros textos: Jesús Bustamante García, op cit, p. 15-17 yRomán Zulaica Gárate. Los franciscanos y la imprenta en México. México,UNAM, Edición facsimilar 1991, p. 195. 4 Miguel León Portilla. “El mundo en que vivió fray Bernardino deSahagún”, en Estudios de Cultura Náhuatl Núm., 28, México, Instituto deInvestigaciones Históricas, UNAM, 1998, p. 321. La preponderancia de esecentro cultural era reconocida en la época y basta decir que de laimprenta de ese monasterio salió, preparada por el abad, Francisco Ruizel Index Locupletissimus, Duobus Tomis Digestus, in Aristotelis Stagiritae Opera (Indiceriquísimo, dispuesto en dos tomos, acerca de las obras de Aristóteles deEstagira), obra clásica que permitió la divulgación de la filosofíaaristotélica.

fue donde “siendo estudiante tomó el hábito de religión en el

convento de S. Francisco de aquella ciudad. Y enseñado

bastante en las letras divinas, pasó a esta Nueva España”.5

La Llegada al Nuevo Mundo

Sahagún llegó en 1529 al Nuevo Mundo como parte del grupo de

30 franciscanos que encabezó fray Alonso de Ciudad Rodrígo

con el fin de contribuir a la evangelización de los indígenas

de las tierras conquistadas. Cabe mencionar que este grupo de

viajeros, cuya parte principal salió de San Lucar de

Barrameda el 29 de agosto de 1529, venía acompañado de un

grupo de 21 indígenas, como parte de los que habían sido

llevados por Hernán Cortes a España. El dato permite inferir

que ese fue el primer contacto de fray Bernardino con los

indígenas y su mundo, y es posible aventurar que ahí fue

donde nació su interés por la cultura indígena. Cuando arribó

a estas tierras, Sahagún contaba con 29 años y al tiempo que

la orden de San Francisco era punta de lanza y se

desparramaba por los antiguos dominios del Anáhuac

5 Citado en Jesús Bustamante García, op cit, p. 16.

adquiriendo dominio y poder, fray Bernardino comenzó a ayudar

a las labores de evangelización, educación y vigilancia de la

fe cristiana. 6

Carlos Viesca Treviño, acucioso biógrafo de Sahagún, indica

que de 1530 a 1532 estuvo en Tlalmanalco. En 1535 se

encontraba en Xochimilco y de 1536 a 1540 estuvo en el Real

Colegio de la Santa Cruz, a donde regresó en 1542, después de

una breve estancia en Puebla y Huexotzingo.7 En 1558 Fray

Bernardino fue enviado a Tepepulco, lugar donde los

franciscanos habían hecho una fundación. Nicolau D´Olwer,

señala que en esa época, Tepepulco contaba con “quince a

dieciséis iglesias sujetas, más Tlanalpan, San Francisco con

otras dos iglesuelas y las dos de Tepechichilco, constituían

la visita del convento, compuesto de tres sacerdotes, dos de

6 Durante el periodo que va de 1530 a 1540, Sahagún no sólo se desempeñócomo predicador y educador, dos de sus actividades más conocidas, sinoque también fue inquisidor, habiendo participado en tres de los procesosmás importantes de este tiempo como fueron. A) el proceso abierto por lasautoridades virreinales para saber el paradero de los ídolos perdidos delTemplo Mayor, b) el proceso contra un juez indígena de Tlatelolco, MarcosAtabcatl, por dogmatizador al criticar la doctrina cristina y lasexualidad de los frailes y c) el proceso abierto contra don Carlos,cacique de Texcoco, acusado de idolatría y que concluyó, en la hoguera el30 de noviembre de 1539. En estos tres eventos fray Bernardino fueinterprete. 7 Carlos Viesca. Tíciotl. Conceptos médicos de los antiguos mexicanos.México, Facultad de Medicina, UNAM, 1998, p. 53.

ellos predicadores y confesores de indios y el otro sólo

confesor”.8

Allí fue donde Sahagún comenzó el trabajo que pacientemente

llevaría a cabo durante los siguientes 30 años, no exento de

penas y fatigas. En Tepepulco pues, fue donde Sahagún, por

primera vez reunió a nobles y ancianos, hombres conocedores

de la cultura que contribuía a sepultar con su labor

evangelizadora, y conforme a su cuestionario, les pidió

información sobre su antigua forma de vida. Las respuestas

referidas a “los principales aspectos del saber”, 9 fueron

consignadas en lengua local. Así metódicamente mediante

cuestionario, interrogatorio, registro en náhuatl y español,

y luego puesto en limpio lo registrado, Sahagún forjó una

obra, que a decir de Alfredo López Austin, “puede reputarse

como el mayor monumento historiográfico del siglo XVI

novohispano”.10

El Hueycocoliztli de 1576 y 1577

8 Luis Nicolau D´Olwer. Fray Bernardino de Sahagún. México. Departamentodel Distrito Federal, 1990, p. 52.9Alfredo López Austin. Textos de Medicina Náhuatl, México, Instituto deInvestigaciones Históricas, UNAM, 1975, p. 39. 10 Ibid.

Carlos Viesca y Elsa Malvido en un memorable trabajo se han

referido a la epidemia de cocoliztli de 1576 que sufrieron

los habitantes de la Nueva España. Ambos autores, utilizando

una amplia bibliografía intentaron “analizar sus

características y esclarecer su posible identidad”.11 El

resultado del mencionado trabajo fue el establecimiento una

cuidadosa hipótesis de trabajo, señalándose que “debió

haberse tratado de una epidemia de peste”.

En este sentido, la aparición de la peste de 1576, debe

enmarcarse como parte de las nuevas patologías que hicieron

estragos en la población local produciendo una gran

mortalidad y particularmente contribuyendo a barrer los

restos de las antiguas estructuras de la sociedad indígena.

El inicio del brutal drama, ha sido hermosamente relatado por

Alfred W. Crosby, en su imprescindible trabajo: El

Intercambio Transoceánico. Consecuencias biológicas y

culturales a partir de 1492. “Cuando Colón unió las dos

mitades del planeta, los indios americanos por primera vez

enfrentaron al enemigo más espantoso: ni el hombre blanco, ni

11 Ibid., p. 31.

sus sirvientes negros, sino los asesinos invisibles que esos

hombres traían en su sangre y en su aliento”.12 En la Nueva

España, la viruela, el sarampión, el tifo, el hambre, la

desnutrición, la esclavitud, la explotación física y moral y

el alcoholismo se sucedieron a partir de la conquista a

través de un proceso mortal que corrió durante todo el siglo

XVI y que concluyó según las cifras intermedias de Cook y

Simpson en un descenso de la población indígena calculada en

11 millones de habitantes al inicio del siglo a 2 500 000 al

término del mismo.13 De esas epidemias, las más graves fueron

la de viruelas de 1521, el cocoliztli de 1545 y el

Hueycocoliztli de 1576 y 1577. En esa época la situación

social en la Nueva España estaba plagada de dificultades. En

particular los franciscanos tenían serias dudas, respecto al

proceso de evangelización. Ese escepticismo era debido a los

problemas enfrentados, pero de las dificultades de ese año,

12William Crosby. El Intercambio Transoceánico. Consecuencias biológicas yculturales a partir de 1492. México, UNAM, 1991, p.38. 13 Las cifras parecen citadas en Carlos Viesca. “Las enfermedades”, en Gonzalo Aguirre Beltrán y Roberto Moreno de los Arcos. Medicina Novohispana Siglo XVI. Historia General de la Medicina en México, tomo II, México, UNAM-ANM, 1990, p. 92.

sobresalía una, que no siendo responsabilidad de los

religiosos, influía trágicamente en la marcha de los sucesos

para dar cima a la empresa evangelizadora. Esta era el

problema ocasionado por la peste de 1576. Paradójicamente,

gracias a esa preocupación, conocemos una de las crónicas más

precisas sobre los estragos de la epidemia entre los

pobladores indígenas.

La misma se debe a la pluma de fray Bernardino de Sahagún,

quien durante la epidemia se encontraba de nuevo en

Tlatelolco. Los comentarios de Sahagún sobre el cocoliztli de

1576, de nuevo nos revelan al espíritu sensible, tolerante,

critico e indagador que siempre mantuvo, aún a pesar de su

avanzada edad. Por ello descontado el efecto brutal de la

epidemia en los habitantes de la Nueva España, la crónica nos

revela al magnifico historiador de las epidemias, pero

particularmente al estupendo cronista, que va dando cuenta de

los horrores y desgracias que trajo consigo la calamidad

denominada por las fuentes indígenas Hueycocoliztli.

La muerte, el desconsuelo, la fatiga de los individuos, así

como las medidas de socorro médico y auxilio espiritual

tomadas por las autoridades civiles y eclesiásticas, e

incluso la siempre permanente voracidad de los comerciantes

que sacando provecho de las circunstancias a costa de la

desesperanza y escasez de los alimentos, fueron parte de las

pinceladas históricas que hábilmente quedaron dibujados en el

bien trazado cuadro que dejo Sahagún para la posteridad, al

referirse cronológicamente a la serie de sucesos epidémicos

que acontecieron después de la llagada de los españoles, pero

en particular del cocoliztli de 1576, donde se hicieron

evidentes las desgracias de los recién convertidos

Para Sahagún el origen de las desgracias se encontraba en la

resistencia de los indígenas a aceptar la fe católica. Así la

voluntad divina se había hecho presente mandando un

castigo,14 que a pesar de ser duro, tampoco era un peligro

para la sobre vivencia de indígenas y españoles. Sahagún con

convicción predecía: “No es de creer, empero que esta gente

se acabe tan en breve tiempo... porque si así fuese, la

14 Es interesante mencionar que la causa de la peste para Sahagún era la voluntad de Dios, el cual de este modo castigaba la reticencia de los indígenas a aceptar la fe católica, esto porque según Sahagún, “habiendo visto por experiencia la dureza desta gente y los poco que en ellos aprovechan los grandes trabajos, y con ellos se tienen y han tenido”, losevangelizadores. Sahagún op cit., p. 815.

tierra quedaría yerua porque hay pocos españoles en ella, y

aún ellos se vendrían a acabar... Lo que más me asienta de

este negocio es que con brevedad esta pestilencia presente

pasará, ya que todavía quedara mucha gente, hasta que los

españoles se va, y aun más multiplicando y poblando, de

manera que faltando la de una generación quede poblada esta

tierra de la otra generación, que es la española. Y aun tengo

para mí que siempre habrá cantidad de estos indios en estas

tierras”. 15

Exactamente como lo previó nuestro venerable franciscano,

indígenas y españoles continuaron existiendo. Más fue el

horror de la muerte, fue el que obligó a echar mano de los

recursos existentes, y en esa especial circunstancia, la

medicina indígena consolidó su carácter de elemento

integrador de la nueva cultura que se empezó a consolidar

hacia el final del siglo XVI.

El Cocoliztli

15 Ibid., p. 816.

Existen varias descripciones de la enfermedad que atacó a la

población de la Nueva España a partir de “junio de 1576”.16

Francisco Hernández, quien había sido enviado por Felipe II,

en calidad de Protomédico de las Indias Occidentales y del

Nuevo Mundo, dejó constancia de sus observaciones médicas

efectuadas en enero de 1577, en el Hospital Real de

Naturales. Dice Hernández:

“Las fiebres eran contagiosas, abrasadoras y continuas, más

todas pestilentes y, en gran parte letales. La lengua seca y

negra. Sed intensa, orinas de color verde marino, verde y

negro, más de cuneado en cuando pasando de la coloración

verdosa a la pálida. Pulsos frecuentes y rápidos, más

pequeños y débiles; de vez en cuando hasta nulos. Los oídos y

todo el cuerpo, amarillos. Seguía delirio y convulsión,

postemas detrás o en ambas orejas, y tumor duro y dolorosos

de corazón, pecho y vientre, temblor y gran angustia y

disenterías; la sangre que salía al cortar una vena, era de

color verde o muy pálido, seca y sin ninguna serosidad. A

algunos gangrenas y esfácelos invadían los labios, las partes

16 Francisco Hernández. Obras completas, tomo VI, Escritos varios. México,UNAM, 1984, p. 481.

pudendas y otras regiones del cuerpo con miembros

putrefactos, y les manaba sangre de los oídos; a muchos en

verdad flúyales la sangre de las narices. De los que recaían

casi ninguno se salvaba. Con el flujo de la sangre de las

narices muchos se salvaban, lo demás perecían. Los atacados

de disentería en su mayor parte ordinariamente se salvaban,

ni los abscesos detrás de las orejas eran mortales, si en

modo alguno retrocediesen, sino que espontáneamente

maduraran, o dada la salida con cauterios por los agujeros,

aun de los abscesos inmaduros fluyese la parte líquida de la

sangre, o se eliminara el pus, tras de lo cual quedaría

también eliminada la causa de la enfermedad”.17 Efectuadas las

autopsias, que se practicaron en el Hospital Real de

Naturales por “ser el hospital real el más acomodado y donde

hay mayor refrigerio”,18 sirvieron para que los cadáveres

revelaran los signos interiores de la enfermedad. “...

Además, quienes orinaban con micción abundante y pálida,

partidos mostraban el hígado muy hinchado, el corazón negro,

manando un líquido pálido y después sangre negra, el bazo y

17 Ibid.18 Ibid.

el pulmón, negros y semiputrefactos; la atrabilis podía ser

contemplada en su vasija, el vientre seco y el resto del

cuerpo, por cualquier parte que fuese cortado, palidísimo”. 19

El cocoliztli, afectó particularmente a la población

indígena, en particular “a los jóvenes y rara vez a los

viejos”, sin embargo, poco después de su inició, también

atacó a poblaciones compuestas por “indios y españoles” y más

tarde a las poblaciones de “etíopes”para finalmente atacar

las poblaciones “de españoles”. 20

Alonso López de Hinojosos un testigo presencial, “que vivió y

actuó intensamente durante la epidemia”,21 “por ser médico-

cirujano, enfermero y mayordomo del hospital” de San José,

dejó también una excelente crónica sobre la epidemia, de la

cual entresacamos la información relativa a las acciones de

las autoridades novo hispanas para enfrentar la peste. Dice

Hinojosos: “Sabido por el muy excelente virrey de esta Nueva

19 Ibid.20 Ibid., p. 482.21Germán Somolinos D´Ardois. “ Vida y obra de Alonso López de Hinojosos”, en Alonso López de Hinojosos. Suma y recopilación de cirugía, con una arte para sangrar muy útil y provechosa. Compuesta por Maestre Alonso López, natural de Inojosos. Cirujano y enfermero del Hospital de San Joséde los Indios, de la muy Insigne ciudad de México. En México, Por AntonioRicardo, 1578, (facsímil) Academia Nacional de Medicina), 1977, p. 29.

España Don Martín Enríquez lo que pasaba acerca de esta

enfermedad, y para satisfacerse de la verdad, envió al

Gobernador y Alcaldes de los naturales y a un interprete o

naguatlato, de su casa y a mí me llevaron consigo. En el

barrio de Santa María vistamos en un día a más de cien

enfermos, y de que su Excelencia esto supo, hizo llamar a

todos los médicos que en esto tenían parecer, para

certificarse que enfermedad era, porque morían muchos

naturales de ella, los cuales naturales llamaban esta

enfermedad cocoliztli.” En esta reunión médica convocada por

el Virrey, después de tomar en cuenta una serie de elementos,

se hicieron dos conclusiones: “los astrólogos dijeron que la

causa era conjunción de ciertas estrellas. Los médicos

decían que era pestilencia”.22

La idea de los médicos fue aceptada, ya que esto “cuadró por

ser tiempo de estío y no haber llovido en muchos años y por

hacer excesivo frió y excesiva calor en poca distancia de

tiempo, y anublar y no llover. Con estas causas y razones que22 Alonso López de Iinojosos. Suma y recopilación de cirugía, con una artepara sangrar muy útil y provechosa. Compuesta por Maestre Alonso López, natural de Inojosos. Cirujano y enfermero del Hospital de San José de losIndios, de la muy Insigne ciudad de México. En México, Por Antonio Ricardo, 1578, (facsímil) Academia Nacional de Medicina), 1977, p. 207.

los médicos decían se creyó que era pestilencia y satisfecho

de ello su excelencia mandó enviar a todos los religiosos,

sacerdotes y seglares a que saliesen a confesar”.23

Las autoridades eclesiásticas con Pedro Moya de Contreras,

Arzobispo de México a la cabeza, hicieron, dice Hinojosos:

“tres cosas muy importantes para las almas y cuerpos de los

naturales”. Primero hicieron bendición para todos los

clérigos que ayudaban los indígenas. Segundo, el Arzobispo

plantó un ejercito de clérigos en la comunidad de la parte de

Santiago de esta ciudad para ayudar a la gente y que estuvo a

cargo del Padre Concha, de la orden de los Jesuitas. Y

tercero, mandó se dijese misa en todas las iglesias y

monasterios por la salud del genero humano, incluyendo el

traer en peregrinación a la Virgen de los Remedios, “que es

una imagen de mucha veneración y devoción que está a dos

leguas de esté ciudad”.24

Por su parte el Virrey, “mandó que se hiciesen anatomías”. El

resultado de las autopsias hechas por Hinojosos con sus

“propias manos [y] estando presente el doctor Francisco

23 Ibid., p. 208.24 Ibid.,

Hernández”, ya ha sido mencionado, líneas arriba. Alonso

López, afirma que en la noticia que dio el Protomédico al

Virrey, esté dijo que “era veneno, para lo cual convenía que

se trajesen y usasen de cosas de contraveneno”1. Francisco

Hernández, como causas de la enfermedad indicó que en la

época en que apareció la epidemia, está era seca con aire

impuro, que era un semillero de putrefacción. Además que “los

indios eran aficionadísimos al vino, e ingerían

indistintamente ají y maíz generadores de abundante bilis y

sangre y otras sustancias, no solo de jugo malo y craso, sino

también de sordidísimo alimento”.25

Allí con ayuda de Alonso López de Hinojosos, realizó algunas

autopsias que permitieron describir los signos y las formas

clínicas de la enfermedad.

La Fusión indoeuropea de la medicina

Una vez concluida la conquista militar en las antiguas

tierras del Anahuac, comenzó a consolidarse el proceso de

25 Francisco Hernández. “ De la enfermedad de la Nueva España del año de 1576, llamada por los indios de Cocoliztli. En Obras completas Vol. 6. UNAM. 1984, 482.

fusión de las dos culturas que se enfrentaron. A diferencia

del enfrentamiento militar, el choque las amalgamo, las

fusionó. Esto fue evidente en muchos ámbitos, y en la

medicina lo mismo aconteció. En 1542, el médico indígena,

Martín de la Cruz, elaboró el Libellus Medicinabulus Indorun

Herbis. La obra es significativa ya que a demás de mostrar la

riqueza de la medicina y materia médica indígena, para

sorpresa de muchos, el Medicinabulus, contiene varios

elementos de la medicina de origen europeo, 26 como las

enfermedades, como la llamada de Abdera, el uso de elementos

terapéuticas como el agua, la ceniza y el diente de cadáver,

etc, que se usaban ampliamente en Europa y que revelan esta

temprana fusión entre las dos medicinas. En sentido contrario

un texto de 1567, como lo fue el del Dr. Pedro Arias de

Benavides, Secretos de Cirugía, en lo que atañe al

reconocimiento de las plantas medicinales indígenas y su

apropiación por parte de los médicos españoles, nos permite

conocer lo siguiente: “ ... Yo la ví vender en los mercados

26 Andrés Aranda et al. La materia medica en el Libellus Medicinabulus Indorum Herbis. Revista de la facultad de Medicina, No. 1, Vol. 46, p. 12-17.

que ellos hacen, no la conocía... Andando el tiempo... hube

de venirla a conocer. Toman tanta raíz como cinco dedos de

largura y molían la y echábanle tres onzas de agua, y a aquel

zumo echabanle un poco de harina de maíz y hacían una masica,

y echabanle un poco de miel de maguey y dabánlos a comer para

las enfermedades que aquí diré: como purga y purgaban a

hidrópicos y posarcas... y yo cure después algunos en las

Indias de esta suerte y se hallaron bien con la cura.”. La

riqueza de los intercambios, entre ambas medicinas, en

particular las referidas a las plantas medicinales que fueron

de América a España, ésta ya bastante documentada. Piénsese

sólo en el ejemplo que nos ofrece el Dr. Francisco Hernández,

quien durante los estragos del cocoliztli de 1576, a los

enfermos indígenas recetó una combinación de medicamentos de

ambas medicinas. Dice Hernández: “ Más suave medicamento era

apropiado, el cual obtenido de la casia fistulari, llamado

diaprunis simple y daicatolicon y en caso de penuria de estos

elementos totoycxitl y cacamotic, y raíz de coanenepilli...

que además de que suavemente evacuan los humores biliosos y

atrabiliosos, provocan la orina hace frente al tóxico y

después en verdad theriaca magna con cuya bebida innumerables

personas se salvaron”. 27 Como se observa la síntesis entre

ambas medicinas estaba bastante adelantada para el último

tercio el siglo XVI. Convine tener presente lo dicho hasta

este momento para comprender la actitud de Fray Bernardino de

Sahagún frente a los enfermos de la epidemia.

Los religiosos médicos del alma.

Durante la época, los religiosos, en los hospitales a su

cargo, prestaban auxilio espiritual a los enfermos, sin

embargo, también a su modo ejercían cierta actividad médica.

Por ejemplo, los religiosos eran: “Médicos y curadores... de

las llagas corporales y enfermedades”. Decía el padre Juárez

de Escobar, con relación a las actividades desplegadas por

los frailes. Por su parte fray Bernardino de Sahagún,

reflexionando sobre el papel del religioso frente a las

enfermedades del alma, aplicaba un bello ejemplo de cómo

debía de procederse en la materia, poniendo como modelo la

27 Francisco Hernández. “ De la enfermedad de la Nueva España del año de 1576, llamada por los indios de Cocoliztli. En Obras completas Vol. 6. UNAM. 1984, 482.

actividad de los médicos. “El médico no puede acertadamente

aplicar las medicinas al enfermo [sin] que primero, conozca

de qué humor, o de qué causa procede la enfermedad; de manera

que el buen médico conviene sea docto en el conocimiento de

las medicinas y en el de las enfermedades, para aplicar

convenientemente a cada enfermedad la medicina contraria y

porque los predicadores y enfermos médicos son de las animas,

para curar las enfermedades espirituales conviene que tengan

experiencia de la medicina y de las enfermedades

espirituales”.28 Esta actitud incorporada plenamente, como

forma de vida, permite colegir que frente a las desgracias

consecuencias del periodo tan difícil como lo fue el año de

1576, fray Bernardino de Sahagún, hubo de auxiliar a los

indígenas como médico del cuerpo y del alma; Como una

síntesis de hombre que ha quedado atrapado entre los dos

mundos que tan ampliamente conoció.

28 Fray Bernardino de Sahagún. Historia general de las cosas de la NuevaEspaña. Primera versión integra del texto castellano del manuscritoconocido como Códice Florentino. Introducción, paleografía, glosario ynotas de Alfredo López Austin y Guadalupe Quintana. México, CNCA- AlianzaEditorial Mexicana, 1996, Vol. I, p. 24,

El médico Sahagún.

Uno de los eminentes biógrafos de Sahagún, Luis Nicolau D

´Olwer, ya en 1952 apuntaba pruebas sobre la asimilación de

la cultura indiana por fray Bernardino. Refiriéndose a la

impresión que causó en Sahagún la epidemia de 1576, afirma

que “Sahagún prodigó personalmente sus cuidados a los

enfermos, aplicándoles la piedra eztetl piedra de sangre,

que según lo sanadores indígenas posee la virtud de cortar

las hemorragias”.29 Es correcto el referir que la mencionada

piedra era parte de los minerales que utilizaban los

indígenas como materia médica. Esto lo conocemos gracias a

los recetarios médicos que los informantes de Sahagún

mencionaron como parte de los conocimientos médicos

indígenas.

“Hay también unas piedras que se llaman éztetl, que quiere

decir “piedra de sangre”. Es piedra parda y sembrada de

muchas gutitas de colorado, como de sangre, y otras

vertecitas entre coloradas. Esta piedra tiene la virtud de

29 Nicolau D´Olwer, Luis. Fray Bernardino de Sahagún. México. Departamentodel Distrito Federal, 1990, p. 94.

restañar la sangre que sale de las narices.”. Y más

concretamente afirmaba Fray Bernardino: “Yo tengo experiencia

de la virtud de esta piedra, porque tengo una tan grande como

un puño, o poco menos, tosca, como la quebraron de la roca,

lo cual en este año de 1576, en esta pestilencia, ha dado la

vida a muchos que se les salía sangre y la vida por las

narices Y tomándola en la mano, y teniéndola algún rato

apoñada (apuñada), cesaba de salir la sangre, y sanaba de

esta enfermedad de que han muerto y mueren muchos de esta

Nueva España. Desto hay muchos destigos en este pueblo de

Tlatilulco de Sanctiago”.30

Sahagún utilizó materia médica indígena y curó con ellas a

los indios durante la epidemia de cocoliztli de 1576. El

afecto y la creencia en los efecto curativos de las piedras

era algo que Sahagún asimiló perfectamente, ya que no sólo

reconocía las propiedades del eztetl, sino también las

propiedades medicinales de otras piedras, como las

denominadas iztacchalchuíhuitl, mixyecátetl o texoxoctli,

30 Fray Bernardino de Sahagún. Historia General de las Cosas de la Nueva España. Versión del Códice Florentino. Traducción, paleografía y notas deAlfredo López Austin y Josefina Quintana, CNCA, 1988, Vol. II p. 792.

ítztetl, itztli, toltecaitztli, matlalitztli,

xiuhmatlalitztli y a las cuales reconocía sus propiedades con

frases como las siguientes: “Todas estas piedras tienen

virtud contra las enfermedades”...” Esto lo sé por

experiencia de muchos días”, “Yo tengo experiencia de la

virtud y hermosura de esta piedra”, “... Es piedra de poco

valor; pero también tiene virtud contra algún enfermedad.

Tomándola en la mano y teniéndola un rato se siente su

virtud”.31 Refiriéndose a la piedra denominada ítztetl, que

era negra, y de la cual creía que eran “esmeraldas negras por

la virtud que dellas he experimentado: Molidas como harina y

echadas en llagas o heridas recientes, las sanan muy en

breve, y no las dejan criar materia. Molidas como se dijo,

mezcladas con carne de membrillo o con cualquiera otra

conserva, muy amasadas de manera que la conserva tome la

arena o harina en cantidad, comida tanto como una píldora, o

dos o tres, son muy provechosas contra las reumas y dan gran

31 Es interesante el señalar que Sahagún a pesar de que reconocía el valormedicinal de las piedras, Estas debía de pasar por la prueba de la experiencia, ya que algunas de ellas a pesar de ser medicinales para los indígenas, no suficiente, esto para él, ya que, como sucedía en el caso de la piedra “téutetl... No carece de mucha virtud, aunque yo no tengo experiencia de ella”. Ibid., p. 791-792.

sonoridad a la vez. Mitigan cualquier color interior. Esto sé

por experiencia de muchos días”.32

También Sahagún utilizó, el chapopote y el ulli, ya que dice:

“... pareció me que sería bien poner aquí las propiedades de

las gomas que en esta tierra hay, de que los naturales usan

mucho para su salud. Y yo tengo muchas experiencias de las

virtudes dellas”, 33. Asimismo Sahún como Hernández, combinó

materia médica Europea e Indígena: “He también hallado por

experiencia que molida la piedra de navajas arriba dicha

hicimos mención, diciendo que es esmeralda negra, y con una

clara de huevo mezclada la arena, y hecho todo lodo,

poniéndola sobre unas estopas y atado con un paño sobre la

gota, la quita. Y todas las veces que volviere, poniéndola la

quita. Y este emplasto aprovecha muchos días, y aún años,

teniéndole guardado, aunque no se renueve más”. Ya que

debemos de recordar que la clara de huevo, así como la

enjundia de puerco, que también utilizó, eran elementos que

se usaba en la medicina europea.”.

32 Ibid.33 Ibid.

Conclusiones

Para finalizar, conviene señalar que la experiencia de la

epidemia, así como los resultados terapéuticos, pero

particularmente las circunstancias, fueron el motivo que

impulsaron a Fray Bernardino de Sahagún a experimentar con

algunas de las piedras medicinales. Basta mencionar lo ya

dicho, para indicar que Sahagún fue un hombre de su tiempo,

sacerdote, inquisidor, evangelizador y médico, así como gran

etnógrafo y gran escritor, y sin duda fue un hombre de gran

espíritu renacentista, por ello conviene recordar sus

actividades como médico de indígenas, ya que esto es algo,

que aún no le ha sido suficientemente reconocido por sus

biógrafos.

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