Enrique Conde Nogales

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64 - Enrique Conde Nogales - Marta Medina Gómez - Laura Navas Sánchez - Carlos Rodríguez Casares

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- Enrique Conde Nogales- Marta Medina Gómez- Laura Navas Sánchez- Carlos Rodríguez Casares

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ESQUEMA GENERAL

1.- INTRODUCCIÓN

2.- CEGUERA Y DEFICIENCIA VISUAL

3.- CLASIFICACIÓN

4.- ETIOLOGÍA

5.- EVALUACIÓN

5.1.- EXAMEN OFTALMOLÓGICO

5.2.- VISIÓN FUNCIONAL

6.- DESARROLLO EN EL NIÑO CIEGO

6.1.- DESARROLLO PERCEPTIVO-COGNITIVO

6.1.1.- Desarrollo del lenguaje6.1.2.- Desarrollo social y emocional6.1.3.- Desarrollo de la personalidad

6.2.- DESARROLLO PERCEPTIVO-MOTOR

6.2.1.- Conocimiento del propio cuerpo6.2.2.- Imagen y esquema corporal6.2.3.- Control postural y movilidad6.2.4.- Estructuración espacio-temporal6.2.5.- Coordinación dinámica general y equilibrio

6.2.6.- Adquisición de habilidades y destrezas6.2.7.- Habilidades de la vida diaria6.2.8. Juego evolutivo en el niño ciego

7.- INTERVENCIÓN EDUCATIVA

7.1.- EDUCACIÓN DEL DEFICIENTE VISUAL

8.- PARTICIPACIÓN FAMILIA

8.1.- ENTREVISTA CON UNA FAMILIA

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9.- PROPUESTA TEÓRICO-PRÁCTICA DE LA INTEGRACIÓN DEL

DEFICIENTE EN LA CLASE DE EDUCACIÓN FÍSICA

10.- BIBLIOGRAFÍA

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1. INTRODUCCIÓN

La visión representa un papel central en la autonomía y desenvolvimiento de

cualquier persona. El 80% de la información que inicialmente obtenemos del entorno, y

que necesitamos para nuestra vida cotidiana, implica el órgano de la visión. Esto supone

que la mayoría de las habilidades que poseemos, de los conocimientos que hemos

adquirido y de las actividades que desarrollamos las hemos aprendido o las ejecutamos

basándonos en esta información visual.

De forma especial, la visión juega un papel clave en el desarrollo durante la

etapa infantil. Las diferentes patologías y alteraciones oculares pueden reducir en

diversos grados, e incluso anular, la entrada de información visual. Por tal razón, es

importante determinar el nivel de pérdida de visión y sus repercusiones funcionales.

En este sentido, cuando hablamos en general de ceguera o deficiencia visual nos

estamos refiriendo a condiciones caracterizadas por una limitación total o muy seria de

la función visual. Es decir, nos estamos refiriendo a personas que o bien no ven

absolutamente nada o bien, en el mejor de los casos, incluso llevando gafas o utilizando

otras ayudas ópticas, ven mucho menos de lo normal y realizando un gran esfuerzo.

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2. CEGUERA Y DEFICIENCIA VISUAL

La ceguera es una deficiencia sensorial que se caracteriza porque las personas

que la padecen tienen total o seriamente dañado el sistema visual de recogida de

información. Más específicamente, hablamos de personas con ceguera para referirnos a

aquellas que no ven nada en absoluto o solamente tienen una ligera percepción de luz

(pueden ser capaces de distinguir entre luz y oscuridad, pero no la forma de los objetos).

Por otra parte cuando hablamos de personas con deficiencia visual queremos señalar a

aquellas personas que con la mejor corrección posible podrían ver o distinguir, aunque

con gran dificultad, algunos objetos a una distancia muy corta. En la mejor de las

condiciones, algunas de ellas pueden leer la letra impresa cuando ésta es de suficiente

tamaño y claridad, pero, generalmente, de forma más lenta, con un considerable

esfuerzo y utilizando ayudas especiales. Las personas con deficiencia visual, a

diferencia de aquellas con ceguera, conservan todavía un resto de visión útil para su

vida diaria.

En cuanto a la definición general de lo que funcionalmente puede considerarse

ceguera en España, no existe un consenso general, la Organización Nacional de Ciegos

(ONCE) considera legalmente ciegas a aquellas personas que , con la mejor corrección

posible, tienen menos de un 1/10 de visión en los dos ojos, siempre que esta

disminución visual sea de carácter permanente e incurable.

El desarrollo de los sentidos:

El daño, total o parcial, en el sistema visual de recogida de información hace

que los niños ciegos y deficientes visuales tengan que utilizar los restantes sistemas

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sensoriales para conocer el mundo que les rodea. Es la utilización del tacto y el oído, y

también, aunque en menor medida, del olfato y el gusto como sustitutos de la visión, la

que va a conferir ciertas peculiaridades en la construcción del desarrollo y el

aprendizaje de los niños ciegos.

⦁ El tacto es uno de los principales sistemas sensoriales que los niños invidentes

utilizan para conocer el mundo que les rodea, permite una recogida de la

información bastante precisa sobre los objetos próximos, pero es mucho más

lento que la vista y , por ello, la exploración de los objetos grandes es

fragmentaria y secuencial.

⦁ El oído va a tener también gran importancia para el desarrollo y el aprendizaje

de los ciegos. Además de ser utilizado para la comunicación verbal , los

invidentes lo emplean con una función telereceptora para la localización e

identificación de los objetos y personas en el espacio.

⦁ El olfato sirve a los invidentes para reconocer personas y ambientes, ayudando a

los restantes sistemas sensoriales en la compleja tarea de conocer el espacio

lejano.

⦁ El sentido kinestésico lo empleamos para percibir el movimiento muscular, el

peso, la posición de nuestros propios miembros. Este sentido es importante para

los niños ciegos porque les permite caminar con seguridad en una dirección y

orientarse en los espacios conocidos.

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3. CLASIFICACIÓN DEL DÉFICIT VISUAL

Así pues, a fin de llegar a una mejor comprensión del déficit visual, estableceremos

la siguiente clasificación:

1. Consideramos a niños ciegos congénitos a los que presentan ceguera en el

momento de su nacimiento o en un período inmediato.

2. Los niños de baja visión son aquellos cuya agudeza visual es inferior al

10-30%.Aunque a menudo se ha observado que niños de baja visión presentan

una mejor funcionalidad que otros con agudeza visual mayor. Diversos factores,

como la inteligencia general, la motivación, la estimulación visual, las

influencias del entorno y la propia individualidad del niño con su personal

capacidad, intervendrán en el mejor aprovechamiento de la visión.

3. Niños con ceguera adquirida después de los primeros 12 meses, muchos de estos

niños han visto durante las primeras etapas y aunque esta visión haya sido

borrosa e incompleta, es tanta su importancia en la organización de las diversas

estructuras mentales que intervienen en el período sensoriomotor, así como en la

interacción social, que este equipamiento influirá de forma decisiva en la

adquisición de etapas posteriores.

4. Niños ciegos o de baja visión con afectación del SNC. Estos niños presentan

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todavía una mayor heterogenidad en su desarrollo dependiendo de la afectación

que presenten y del compromiso de las distintas áreas cerebrales.

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4. ETIOLOGÍA

Existen diversas causas que pueden producir ceguera o algún tipo de deficiencia

visual.

1. Enfermedades congénitas que puede o no trasmitir la madre.

2. Enfermedades infecciosas (como la rubéola) o degenerativas: opacidad de

córnea, cataratas, glaucoma, etc.

3. Traumatismos: por golpes, por juegos, etc.

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5. EVALUACIÓN DE LA DEFICIENCIA VISUAL

La evaluación del grado de pérdida visual debe hacerse a dos niveles diferentes.

Por una parte ha de hacerse un buen examen oftalmológico, y por otra ha de evaluarse el

grado de visión funcional, esto significa que la persona cuenta con restos de visión y

que le serán importantes para un buen desarrollo y aprendizaje con el trabajo apropiado.

Solamente si se dispone de ambos tipos de información se podrá elaborar un informe

visual completo que sirva para prescribir las correcciones y ayudas técnicas necesarias y

para diseñar programas de intervención educativa adecuados.

Para poder determinar el grado de deficiencia visual se realizan dos tipos de

intervenciones: el examen oftalmológico y la evaluación de la visión funcional, que son

realizados por profesionales especializados del tema.

5.1.- EL EXAMEN OFTALMOLÓGICO

En el examen oftalmológico participan tres profesionales diferentes, con funciones

distintas pero complementarias: el oftalmólogo, el optometrista y el óptico. El

oftalmólogo es un médico con formación especializada en el diagnóstico y

tratamiento de los problemas oculares y capacitado para prescribrir lentes

correctoras. El optometrista es un especialista en el examen ocular y en la

prescripción y confección de lentes correctoras, a pesar de no ser médico y de no

estar autorizado, en la mayoría de los casos, para prescribir medicamentos. Y por

último, y una vez determinado el problema y el tipo de lentes correctoras que ha de

utilizar el pacientes, es el óptico quien se encarga de confeccionarlas.

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El examen oftalmológico ha de estar precedido por la elaboración de una

historia clínica en la que se recojan datos tanto para orientar la evaluación como para

determinar el tratamiento más adecuado. Cuestiones como la edad de adquisición del

déficit visual y su etiología, así como la evolución y el pronóstico del mismo son

elementos importantes a considerar. Una vez realizada la historia clínica, el paso

siguiente lo constituye el examen ocular, propiamente dicho. Consiste en una

evaluación sistemática y precisa de las denominadas medidas de eficiencia visual

normalizadas que son, fundamentalmente, agudeza visual y campo de visión.

La evaluación de la visión desde el punto de vista oftalmológico requiere la

utilización de dos tipos de instrumentos diferentes: aparatos tecnológicos más o menos

sofisticados y ototipos. Los aparatos sirven para evaluar tanto las medidas de eficiencia

visual normalizada como el funcionamiento y el estado de los órganos y tejidos

oculares. El segundo tipo de instrumentos que se utilizan para realizar la evaluación

oftalmológica son los ototipos. Con ellos se evalúa la agudeza visual y la visión de los

colores. Se denominan ototipos a las tablas que llevan impresas letras, números y

figuras en diferentes tamaños, previamente determinados, y se catalogan en décimas de

visión. Los ototipos se pueden presentar en pantallas retroiluminadas o en proyectores.

En la actualidad, de todos los ototipos que hay en el mercado, el más utilizado es la

carta de Snellen. Existen dos versiones de la carta. Una que utiliza letras mayúsculas y

otra que usa un símbolo parecido a una E o una U en diversas posiciones, que suele

utilizarse con adultos analfabetos y con niños que aún no conozcan la denominaciones

de las letras.

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5.2.- LA EVALUACIÓN DE LA VISIÓN FUNCIONAL

Ya que la mayor parte de la población legalmente ciega posee algún resto

visual, resulta fundamental hacer una evaluación precisa y sistemática de su visión

funcional. La información relativa a los restos visuales aprovechables de que dispone

una persona deficiente visual se convierte en un elemento esencial en todas las

edades, pero especialmente durante la infancia, para el diseño de programas de

intervención adecuados. En la actualidad, los expertos en el tema coinciden en

señalar que el grado de visión funcional que posea un sujeto deficiente visual debe

ser aprovechado y potenciado al máximo. Sin embargo, es importante señalar que la

visión funcional no solamente depende del grado de pérdida visual que padece el

sujeto, sino también de otros factores como son la motivación y la actitud que

muestra hacia su utilización, el tipo de estímulos que se la presentan y el

entrenamiento que haya recibido para potenciar al máximo su uso. Por esta razón,

pérdidas visuales similares pueden generar distintas capacidades funcionales.

En España, la evaluación de la visión funcional generalmente es realizada por

los especialistas de la ONCE llamados “técnicos en orientación y movilidad y

especialistas en rehabilitación visual básica”. Estos técnicos no sólo realizan la

evaluación sino que diseñan y desarrollan programas de entrenamiento para la mejor

utilización de los restos visuales. Sin embargo, los distintos profesionales que están

en contacto directo con los deficientes visuales, psicólogos, pedagogos, maestros y

educadores, también intervienen en la evaluación y en el tratamiento educativo. La

evaluación se suele hacer utilizando dos tipos de procedimientos: sistematizados y no

sistematizados.

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Los procedimientos no sistematizados están fundamentados en la idea de que

la eficiencia visual real no puede ser medida ni predecirse de forma objetiva

utilizando protocolos clínicos normalizados. Sin embargo, por la falta de

sistematización, los datos que proporcionan estos procedimientos deben ser tomados

con cierta precaución y adaptados al caso concreto que se está evaluando. Se trata,

generalmente, de listas de conductas fácilmente observables que sirven para evaluar

la utilización que hacen las personas de sus restos visual. Por ejemplo, probar la

reacción del sujeto ante la presencia de una luz, saber si es capaz de localizar un

estímulo visual, seguir un objetivo con la mirada, etc.

Las pruebas sistematizadas de visión funcional tienen objetivos similares:

evaluar la visión funcional de los deficientes visuales y valorar su posible utilización

en diferentes situaciones y tareas. Un ejemplo de este tipo de pruebas para niños es

“Mira y Piensa”, editado en España por la ONCE en 1986. Está diseñado para

evaluar el uso que hacen los niños de sus restos visuales y proporcionan información

de tipo cualitativo. Esta prueba se acompaña de un manual que incluye diferentes

programas y materiales útiles para el entrenamiento de la visión funcional.

6. DESARROLLO EN EL NIÑO CIEGO

6.1.- DESARROLLO PERCEPTIVO-COGNITIVO DEL NIÑO CIEGO

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Tradicionalmente se ha considerado, en términos globales, que las personas con

ceguera han estado limitadas en cuanto a su desarrollo perceptivo-cognitivo, y que su

rendimiento en este campo es inferior al de los videntes, pues el sentido de la vista

proporciona suficiente información, verificación y contrastación del entorno. Se ha

comprobado que esta inferioridad va desapareciendo con el crecimiento y la instrucción

adecuada.

Siguiendo a Barraga (1986), el desarrollo perceptivo-cognitivo evoluciona de

manera estable cuando los niños usan todos los sentidos durante los años preescolares.

El uso de todos los sistemas sensoriales a la máxima capacidad ayuda al niño a alcanzar

su más alto potencial de aprendizaje y desarrollo. Aunque el niño ciego tenga la

suficiente estimulación, su proceso cognitivo es diferente al del vidente y, por supuesto,

más lento.

Captar el mundo perceptivo estando privado de la visión es muy complejo y lento

puesto que se pretende en exclusiva de la adecuada y eficaz utilización del resto de los

sentidos. Cuando los ciegos consiguen esto, da la sensación de que los sujetos ciegos

tienen una mayor agudeza sensorial que los videntes, lo cual no es cierto. "Lo que

sucede es que utilizan la información sensorial relevante y hacen mejor uso del resto de

los sentidos cuando integran la información que normalmente es asequible por la

modalidad visual" (Arnáiz, 1994, 16).

La gran dificultad estriba en la imposibilidad de integración de las impresiones que

produce un objeto en las manos de un invidente, pues la visión unifica sensaciones y

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establece relaciones entre ellas. A medida que el niño crece, y su campo perceptivo se

amplía, adquiere experiencias sensoriales y su desfase disminuye.

Arnáiz (1994, 16) establece tres tipos de factores que retrasan el desarrollo

perceptivo del niño ciego:

a) Retraso en los movimientos de dirección y orientación hacia los objetos y

retraso para iniciar el movimiento por sí mismo.

b) Cierta preferencia por ocupar el tiempo en movimientos estimulantes, en

lugar de explorar el espacio.

c) Uso menos eficaz del resto de los sentidos, debido a la falta de integración

sensorial.

En cuanto al desarrollo cognitivo, Lowenfeld (1964), citado por Arnáiz (1994,

16), atribuye el retraso a tres causas generales:

1) El rango y la variedad de experiencias disponibles aparecen restringidas

normalmente en estos niños porque sus sentidos no pueden proporcionarles

la información y la experiencia directa de la misma manera que lo hace la

vista.

2) Las habilidades del conocimiento también son algo deficitarias y afectan a

las oportunidades para experimentar y tener contactos sociales.

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3) La escasa percepción del espacio que los rodea determina que el control que

tienen de su ambiente y se sí mismos sea inferior al del niño sin problemas

visuales.

El desarrollo cognitivo lo confirman diversos aspectos, algunos de los cuales

trataremos brevemente a continuación:

a) La adquisición de conceptos: constituyen el procedimiento mediante el cual

se interrelacionan los diferentes aspectos del ámbito cognitivo. La persona

deficiente visual grave o ciega necesita de una gran estructuración de los

conceptos para poder asimilarlos, mientras que los sujetos videntes verifican

una gran cantidad de conceptos de forma espontánea gracias a la visión.

Pero es que, además, las características y la variedad de los conceptos las

asimilan de forma restrictiva, lo que va a afectar negativamente en

situaciones reales de la vida diaria después de la correcta adquisición y

desarrollo de conceptos va a incidir directamente en el aprendizaje

académico, social y psicomotor.

b) La inteligencia: Tillman (1967, 1973) realizó estudios con un grupo de niños

ciegos y un grupo control de niños videntes, resultando el CI de los niños

ciegos 4.5 puntos por debajo del CI de los niños videntes. Los niños

videntes superaban a los ciegos en tareas de comprensión y semejanzas, sin

embargo, las diferencias no eran significativas en las escalas de información,

aritmética y vocabulario.

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En este sentido, Linares (1993) señala que en cuanto al aspecto cognitivo, las

personas con deficiencias visuales no tienen por qué tener una inteligencia disminuida,

soliendo estar el promedio alrededor de un CI=100.

c) Los objetos: el reconocimiento, manipulación y discriminación de los

objetos hacen que el niño reciba información y comprenda el mundo que le

rodea. El contacto de los niños ciegos con los objetos próximos o lejanos,

debido a la tardanza en acercarse a ellos, en moverse y en desplazarse, es

más limitado que el de los niños videntes y su conocimiento se reduce

prácticamente al tacto.

Esto hará que la comprensión del mundo de los objetos sea más limitada en el niño

ciego, pues la vista tiene una función unificadora que permite que lo visto sirva de

experiencia y pueda ser anticipado (Arnáiz, 1994).

d) La noción de sí mismo y de los demás: La comprensión que el niño ciego se

forma de sí mismo y de otras personas, se produce con mayor lentitud que el

niño vidente ya que no puede verse a sí mismo en un espejo, o percibir el

cuerpo de otras personas de un vistazo, sino solamente tocar diferentes

partes del mismo. Esto hará que tengan enorme dificultad para comprender

que todas las partes se relacionan entre sí. Pueden ignorar incluso cosas que

nosotros damos por sentado, como por ejemplo, que tenemos dos manos.

Esto es lo estudiado en la revisión que se ha llevado a efecto, pero hay otros

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aspectos de los procesos cognitivos básicos, como son la memoria, la atención, la

solución de problemas, que sería interesante y necesario investigar en el proceso

evolutivo del niño ciego.

6.1.1.- Desarrollo del lenguaje

El lenguaje constituye el principal elemento para el aprendizaje y la interiorización

de los elementos socioculturales del medio ambiente que rodea al individuo. El

lenguaje, fundamental instrumento de comunicación social, constituye el nexo por el

que aquellos elementos se integran a la personalidad para poder adaptarse así al medio.

Se puede afirmar que la realidad está mediatizada por el habla.

La palabra y el lenguaje proporciona al niño ciego:

a) Relaciones con otras personas.

b) Medios de control remoto sobre objetos que, al no verlos, quedan fuera de su

alcance.

La sociedad demanda que los individuos ciegos aprecien las cosas como los

videntes, ofreciendo en consecuencia un concepto irreal e idealizado. Para evitarlo es

imprescindible que el sujeto tenga una experiencia sensorial lo más completa posible, al

tiempo que es acompañada por explicaciones claras y concretas que ayuden a una mejor

comprensión. Por ello, como apuntan Gutiérrez M. Y otros (1994), al niño ciego,

independientemente de la exploración del entorno, circunstancia que debemos facilitarle

en todo momento, y de la integración de la información sensorial recibida por otros

canales, es preciso que se faciliten todas las informaciones verbales posibles; dado que

el lenguaje constituye su forma preferente para representarse el mundo, como elemento

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integrador de las percepciones táctiles, auditivas, olfativas, gustativas...., a la vez que es

un medio excelente para el entrenamiento de la memoria auditiva, y que le permite un

desarrollo progresivo de la codificación semántica de la información.

6.1.2.- Desarrollo social y emocional

La sociedad demanda del ciego una apreciación de las cosas y un comportamiento

similar al del sujeto vidente. Por ello, ésta debe asumir que en el desarrollo cognitivo de

cualquier niño se tenga en cuenta la socialización, su madurez social y la ayuda que de

ella misma pueda recibir. Los ciegos pueden desarrollar iguales o parecidas habilidades

sociales a la de sus pares videntes, aunque con frecuencia, se puede apreciar un retraso

en su aparición de dos o tres años respecto estos.

El hecho de que el ciego viva en un mundo de videntes, hace que tenga que

procurarse ayudas e informaciones visuales. Ya sean espontáneas o solicitadas,

representan una reducción de su propia expresión que se registran emocionalmente. Por

su educación social, el ciego tiene que aceptar exteriormente las actividades de sus

amigos videntes.

Los ciegos son una minoría tan exigua dentro de su medio social, que se ven

obligados a asimilar los ideales y las pautas de los videntes que les rodean. Captan las

relaciones sociales entre los videntes y saben que exigen respeto y consideración

mutuas. El ciego tiene que adoptar la misma actitud y los mismos usos sociales para con

los videntes, peor las relaciones nunca llegan a ser recíprocas, porque la actitud y el

respeto que el ciego muestra hacia el vidente nunca se ven correspondidos

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incondicionalmente. La relación social, entonces, se convierte en un proceso irreversible

que deja al ciego sin el mecanismo de compensación para beneficio propio.

Los niños ciegos han de aprender que existe una realidad social, que exige, que

premia los triunfos y que rechaza a aquellos cuyas normas de conductas no sean

aceptables. Padres y maestros tienen que cuestionarse y replantearse este estado en cada

momento, procurando siempre ajustarse en función de la capacidad individual. Todo

esto evitará falsos perjuicios en el niño ciego, que los llevarían, con el tiempo, a

autoaislarse de la sociedad en la que le ha tocado vivir.

Añadir que, cuando el niño nota que el adulto (maestros o familiares) cree

firmemente en lo que él hace, da como resultado un reforzamiento de su actividad y,

más aún, será capaz de realizarla bien. El estímulo continuado y el elogio al trabajo bien

hecho ayudan al niño a ser constante en la persecución de una meta. Por el contrario, la

permisibilidad por parte de los adultos acaba siendo un grave error que, como hemos

visto, a la larga se paga.

En lo referente al desarrollo emocional del niño ciego, creemos importante partir de

lo que conoce el nombre de estado de angustia familiar, algo que condiciona en gran

medida el desarrollo emocional.

Del "equilibrio psicológico" de la familia dependerá la aceptación o la no

aceptación del hijo ciego. Todo padre maduro psicológicamente acepta al niño tal cual

es, aunque no responda a las ilusiones que de él se habría creado.

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Se hace necesario proporcionar a los padres una serie de pautas educativas de su

que estimulen y afiancen los procesos de maduración del niño. Unos padres preparados,

dispuestos a comprender, a asumir y actuar en el proceso de desarrollo de su hijo,

estarán prestos para aceptarlo totalmente, sin miedos, sin angustias, sabiendo en cada

momento en qué fase está su hijo y qué es lo que necesita.

Un bebé, que desde el momento de su nacimiento crece en un ambiente sano de

cuidado y cariño, aprende acerca de sí mismo de manera muy diferente a aquel que es

rechazado o dejado a un lado. El niño aprende pronto cómo se siente la gente en

relación a él, a su cuerpo, a su físico, a sus habilidades en general. Estas actitudes hacia

él influyen en su conducta y, como consecuencia, en el desarrollo de su personalidad.

Para muchos ciegos la más pesada carga puede no ser la ceguera, sino la actitud del

vidente para con ellos. Para un ciego la mayor parte de los obstáculos derivan de su

trato con la gente vidente, que le hace sentirse como seres inútiles y aislados de la

sociedad. El ciego, consciente de que es percibido por los demás como un ser inútil,

acaba situándose como tal, mucho más cuando quienes le consideran así son

componentes significativos para él: padres, hermanos, amigos , maestros, etc.

6.1.3.- Desarrollo de la personalidad

No encontramos elementos que nos permitan hablar de que exista una personalidad

del ciego. Se pueden observar algunos rasgos, algunas tendencias, pero no siempre y no

en todos los individuos carentes de visión.

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Linares P (1993) señala respecto a la personalidad del ciego, que ésta vendrá

influenciada por el grado de aceptación/rechazo de familiares, amigos, profesores, etc.

Por lo que ésta, más que por su problema de visión, va a desarrollarse según la aptitud

social que se adopte con él.

Entre las variables a las recientemente se concede mayor importancia por la

influencia que pueden ejercer en el desarrollo de la personalidad del ciego podemos

señalar:

a) La ansiedad, que constituye un fenómeno de la personalidad altamente

representativo por su complejidad y por la cantidad y variedad de elementos

con componentes de naturaleza neurofisiológica, emotiva, motivacional y

comportamental. La ansiedad funciona como el impulso o la causa

determinante de la acción de comportamiento.

b) Las atribuciones y las expectativas del sujeto en relación con el control que

ejerce sobre el entorno, con la eficacia de sus actos y, en definitiva, con la

medida en que se controla los acontecimientos que le afectan. Las personas

ciegas, en algún momento de su vida, sientes la experiencia de hallarse

indefensos.

Nos referimos ahora a dos conceptos de gran relevancia en el adecuado desarrollo de

la personalidad: autoconcepto y autoestima.

El concepto se sí mismo, autoconcepto, comporta juicios descriptivos sobre uno

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mismo y también juicios evaluativos de autovaloración, que nacen de la comparación

con otros seres semejantes, y conforman la autoestima, parte del autoconcepto, noción

con la que se confunde. Autoconcepto y autoestima pueden referirse a la propia persona

como un "todo", a las aptitudes, o a las características particulares de esa persona.

En muchos casos, las personas que tienen su visión disminuida, suelen tener una

pobre autoimagen, no se sienten cómodos con ellos mismos ni con los otros, y como

consecuencia, suelen manejar muchos mecanismos de defensa para poder sobrevivir en

un mundo de videntes.

Una persona ciega o con baja visión no está lista para asumir una vida social

adecuada hasta que no ha superado traumas psicológicos consecuencia de su ceguera.

El desarrollo del autoconcepto. Cada persona con problemas o no de visión, desde el

momento de su nacimiento interactúa en su entorno. La interacción lleva a la idea que

uno tiene de sí mismo, diferente de la que tienen los demás. Ambas podrán diferir de

cómo se es en realidad.

Es lógico que en un desarrollo armónico de la personalidad el individuo sienta la

necesidad de ser competente y apto.

En cuanto al desarrollo del autoconcepto, existe mayor dificultad en los niños

parcialmente videntes que en los ciegos.

La autoestima. Una elevada autoestima requiere, para cualquier niño, un desarrollo

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emocional, social y escolar equilibrado. Es importante que estos niños tengan un bagaje

amplio de experiencias, para tener una autoestima más elevada.

Elevar la autoestima del niño ciego exige a los adultos que reconozcan y elogien los

procesos que observen, siempre que sea posible. La retroalimentación verbal y física

son elementos vitales para mantener la motivación y la constancia.

El niño experimenta un sentimiento de autovalía al saber que su conducta agrada a

los mayores.

6.2.- DESARROLLO PERCEPTIVO MOTOR DEL NIÑO CIEGO

Parece demostrado suficientemente que la disminución visual y el desarrollo motor

interaccionan recíprocamente en forma muy intensa (Hyvärinen 1998).

El niño sin problemas de visión responde a estímulos medioambientales,

consiguiendo con ello un desarrollo motor espontáneo. El niño ciego, o con graves

problemas de visión, percibe el medio de un modo incompleto y, así, su desarrollo

perceptivo motor evoluciona a un ritmo significativamente diferente al de un niño

vidente, si bien el progreso de aquel dependerá en gran medida de la atención y

estimulación temprana que reciba.

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Las diferencias evolutivas suelen provocar en los niños deficientes visuales un

retraso entre dos y cuatro años respecto a los videntes. El retraso evidentemente en el

desarrollo motor de los niños ciegos es un problema que ha preocupado siempre a

padres y educadores ya que incide directamente en el resto de los aprendizajes. Las

teorías del aprendizaje afirman la importancia que tienen experiencias y la interacción

con el medio, y la presencia de la visión contribuye de manera significativa a ello.

Los niños videntes integran sus diferentes experiencias a una edad más temprana

que los niños ciegos, y esto les proporciona una gran ventaja. En la adquisición de

determinadas habilidades o destrezas, los niños ciegos pueden alcanzar niveles de

desarrollo comparables a los niños videntes; sin embargo no ocurre así en otros aspectos

del desarrollo como la percepción espacial o los desplazamientos.

Algunos estudios realizados han aportado una serie de consideraciones acerca de

los aspectos en los que se produce retraso en el desarrollo motor de los niños deficientes

visuales. Defontaine (1981) apunta los siguientes:

- En la construcción del esquema corporal, que incide directamente en el

conocimiento del propio cuerpo, facilitado por el sentido de la vista.

- En la coordinación general (adquisición y desarrollo de las habilidades

básicas).

- Desajustes en el tono postural.

- En el plano perceptivo-motor, donde se pone de manifiesto la

descoordinación entre las informaciones perceptivas y su ajuste con la

realidad exterior.

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- En la orientación espacial y, en consecuencia, en la estructuración

espacio-tiempo.

Considerada, pues, la visión como un elemento importantísimo en la confrontación

del desarrollo motor, y no pudiendo renunciar a éste a causa de una deficiencia

sensorial, se hace necesario recurrir al empleo de estímulos kinestésicos y táctiles que

suplan, en la medida de lo posible, la ausencia de estímulos visuales. Ello implicaría la

utilización de otros sentidos potenciando las percepciones que por ellos puedan

recibirse. Siguiendo a Linares (1993), éstos serían:

- El oído (sentido de la comunicación interpersonal que permite al niño ciego

comunicarse por la vía del lenguaje).

- El tacto (conocimiento de la realidad a través del modelado).

- El desarrollo de la orientación (a través de la actividad motriz).

6.2.1.- Conocimiento del propio cuerpo

El conocimiento y la organización de sí mismo son pasos previos y necesarios para

conseguir el conocimiento y la organización del mundo que nos rodea. Sin ese

conocimiento previo el mundo puede no tener sentido para nosotros, por lo que se hace

necesario posibilitar su adquisición desde edades tempranas.

Los niños videntes parten con ventaja, pues gozan de muchas oportunidades para

observar y experimentar las relaciones existentes entre las diferentes partes del propio

cuerpo, llegando pronto al autocontrol, y también para compararlo con relación al

cuerpo de los otros. Sin embargo, el niño ciego no puede integrar todas sus experiencias

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táctiles, auditivas y kinestésicas de igual forma que el vidente.

6.2.2.- Imagen y esquema corporal

Para que un niño ciego consiga una buena motricidad, es necesario que tenga una

imagen exacta de su cuerpo (Linares, 1993). En los primeros años de nuestra vida, la

visión permite que percibamos la identidad propia, separada de los demás y del medio

que nos rodea.

Si el niño ciego solo puede percibir por medio del tacto, podemos comprender que

este proceso se desarrollará muy lentamente, caso de lograrlo. La imagen corporal se

construye a través del descubrimiento de las partes y de la progresiva organización de

las mismas y, para ello, la visión ofrece una ventaja única, como ningún otro de los

sentidos, pues cuando no se ve una imagen no hace falta reconstruirla uniendo sus

partes.

El niño ciego se ve obligado a construir su propia imagen a partir de experiencias

no visuales que le van a imposibilitar percibir la totalidad corporal a través de la suma

de las partes. La autoimagen es un doble, una réplica, la imagen en un espejo de la

propia persona, la imagen de sí mismo, por muy desfigurada que esté (Zazzo 1984).

En la edad escolar hay muchos niños que no han incorporado a su vocabulario el

"yo" ni ningún otro pronombre que se refiera a sí mismo. Algunos niños ciegos no

llegan a incorporarlo nunca.

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La construcción del esquema corporal, que se elabora por medio de la maduración

nerviosa, la evolución sensoriomotriz y en relación con el mundo que nos rodea

integrado por los objetos, los otros y el espacio, juega un papel muy importante en el

desarrollo el niño, ya que significa el punto de partida para su desenvolvimiento en la

vida de adulto. Las actividades de movimiento y de manipulación son el mejor medio

para construir y desarrollar el esquema corporal.

Loudes (1984) propone que, en los niños ciegos, la educación psicomotriz debe

dirigirse a la educación del esquema corporal, afirmación de la lateralidad, desarrollo de

la capacidad de inhibición motriz voluntaria, organización y estructuración

espacio-temporal, coordinación dinámica general, etc., para lo que son muy adecuadas

las actividades de caminar, correr, gatear, trepar, esquivar, etc.

Toro y Zarco (1995) proponen que en el conocimiento y desarrollo del esquema

corporal se ha de seguir una progresión, incidiendo en aquellas experiencias que por la

deprivación personal son más difíciles de adquirir, y para ello se deberán realizar

ejercitaciones encaminadas a:

- Nombrar y reconocer las diferentes partes y segmentos corporales.

- Conocimiento de los planos corporales.

- Situación y localización de objetos respecto a sí mismo.

- Toma de conciencia de las diferentes posiciones en el espacio.

- Conocimiento e interiorización de las diferentes posturas corporales.

- Conocimiento de las capacidades de movilización corporal.

64

6.2.3.-. Control postural y movilidad

Las experiencias de un niño ciego son distintas a las de un niño con vista. En

ausencia de estímulos visuales no hay incentivos que impulsen a desplazarse gateando o

andando y, en consecuencia, se producen retrasos en conductas como voltearse ,

apoyarse en los brazos para levantarse, ponerse de pie o caminar. Sin duda los

movimientos iniciados parece que surgen de la curiosidad visual, como son todos

aquellos que se realizan para dirigirse hacia algo situado a cierta distancia. La visión,

pues, posibilita la movilidad autoiniciada y los niños ciegos están privados de ella. Sin

embargo parece que no se presentan muchos problemas cuando otra persona los coge de

las manos para sentarse, ponerse de pie o andar.

No es raro encontrarnos movimientos extraños en los sujetos ciegos, como los

balanceos del cuerpo con apoyos sucesivos de los pies; también se da con frecuencia

con resistencia al movimiento, lo que provoca en ellos un sedentarismo bastante

frecuente, de ahí las dificultades que con frecuencia se suelen presentar en los niños

ciegos para el control postural La postura es el resultado de la interacción de los

movimientos de la cabeza, el cuerpo y los miembros que permiten un ajuste adecuado y

que se mantenga el equilibrio. En ello incide la propia construcción del cuerpo, el

movimiento y las características del espacio en que se desenvuelve el sujeto.

Si queremos conseguir que un niño sin visión aprenda a andar de una forma

correcta y coordinada es preciso que le enseñemos todas y cada una de las posturas,

haciendo que las "tacte" en nosotros mismos, utilizándonos como modelo. De lo

64

contrario las posturas adquiridas, y no corregidas desde el inicio, permanecerán en la

vida adulta.

6.2.4.- La estructuración espacio-temporal

El niño vidente adquiere de una forma natural, espontánea y automática, la idea del

espacio y pronto es capaz de desplazarse en él sin ayuda. El niño ciego debe organizar

su espacio para orientarse, y para ello, se le han de ofrecer oportunidades por medio de

la estimulación precoz.

Para potenciar en el niño ciego el desarrollo de la capacidad de organizar su

espacio, es necesario realizar un programa de actividades motoras en el que se incluyan

ejercicios para el desarrollo del concepto espacial desde antes del momento de su

escolarización. Esto se puede conseguir reemplazando los estímulos visuales por otros

como la audición, que le da la noción de distancia, el tacto que le permite conocer los

objetos, y la propioceptividad, que le informa sobre la posición y los movimientos de su

cuerpo.

Se ha demostrado (Benitachuli, 1963), citado por Linares (1993), que los ciegos son

capaces de orientarse en el espacio sobre impresiones acústicas y laberínticas, y que su

orientación es mucho mejor que la de los niños normales con los ojos vendados.

64

En relación con la estructuración corporal hemos de distinguir entre percepción

temporal y ajuste de movimiento a esa percepción. Dado que las estructuras de espacio

y tiempo van estrechamente ligadas, el niño ciego deberá utilizar al máximo el sentido

auditivo y el táctil-kinestésico para su desarrollo.

6.2.5.- La coordinación dinámica general y el equilibrio

El desarrollo de la coordinación y del equilibrio van estrechamente unidas, y la

falta de retroalimentación visual afecta al equilibrio y a la coordinación motora, ya que

existen menos posibilidades de imitación. La posición del cuerpo se percibe, se controla

y perfecciona, especialmente a través de los mecanismos kinestésicos, en los que la

visión juega un papel muy importante, para lograr un tono y actitud postural adecuado.

El niño ciego, como el niño pequeño vidente suele separar mucho sus pies dando

pasos pequeños, adoptando una actitud postural incorrecta. Lo hace para poseer una

base de sustentación amplia que le evite la caída, caso de perder el equilibrio. Para

lograr una adecuada coordinación motriz en los niños invidentes se deben eludir las

situaciones de angustia, inseguridad y miedo a lo desconocido, para lo que se les

proporcionarán las ayudas precisas en los desplazamientos, juegos, etc.

El niño ciego tiene miedo de invadir cualquier espacio desconocido, lo que

conducirá a permanecer inactivo ante una situación de inseguridad. Se deber desarrollar

actividades en busca de una correcta coordinación y adecuación de los desplazamientos

64

que incidan en la mejora de los reflejos de equilibración. Se debe propiciar un

aprendizaje progresivo pasando de la equilibración a la pérdida de equilibrio y a la

caída, sucesivamente; y todo ello mediante una metodología lúdica y motivadora.

Según Perreira (1990), en los niños ciegos el desarrollo psicomotor y el equilibrio

están directamente relacionados con la capacidad de orientación espacial y con el

conocimiento del propio cuerpo. Los sistemas vestibulares visuales y táctiles tienen una

gran incidencia en el retraso del desarrollo del equilibrio ni bien desarrollada la noción

de verticalidad, y por esto la alineación segmentaria que presenta su cuerpo no es la

adecuada.

6.2.6. La adquisición de habilidades y destrezas

Los deficientes visuales graves y los ciegos, presentan una evolución más lenta en

la adquisición y desarrollo de las habilidades y destrezas motrices. Sus movimientos y

gestos son más lentos y necesitan reincidir en la práctica más que los sujetos con visión

para llegar a desarrollar una determinada habilidad. Esta lentitud se observa

especialmente en aspectos relacionados con la postura, la marcha, la fuerza del tronco y

extremidades, flexibilidad, rotación del cuerpo y movimientos coordinados del tronco y

las extremidades.

Los niños ciegos necesitan modelos concretos y tangibles para reproducir y

aprender determinados patrones de movimiento. Siguen en su proceso una progresión

diferente a la del niño vidente, yendo la secuencia de aprendizaje de lo específico a lo

64

general antes de lo general a lo específico.

Hill, Rosen, Correa y Langley (1987), citados por Toro y Zarco (1995), atribuyen el

retraso del niño ciego, en la adquisición de habilidades motoras, a una variedad de

factores causantes:

- Imposibilidad de utilizar la vista como estímulo para el movimiento.

- Menor cantidad y calidad e oportunidades para experimentar el

movimiento. Esto es una causa frecuente de que los niños ciegos

desconozcan sus propias capacidades motrices.

En este sentido hay que decir el niño ciego que no es motivado y estimulado para

que explore su entorno, y llegue a los objetos o al estímulo auditivo, se refugia en

actividades pasivas o prefiere ser guiado para la realización de actividades motrices que

le conecten con el espacio. La sobreprotección de padres y educadores a estos niños

suele limitar sus experiencias físicas en aspectos tales como:

- Incapacidad para poder imitar las habilidades motrices de los demás y que

al niño vidente le llegan de manera espontánea.

- Menor confianza en sus capacidades, sobre todo en ambientes

desconocidos.

- Falta de actividades motivantes adecuadas.

Según Herranz y Rodríguez (1987), la adquisición de habilidades y destrezas que se

realizan a través de la ejecución de tareas grupales, se llevan a cabo en buena medida

64

por imitación de lo que el profesor ejecuta, y el invidente carece de la posibilidad de

imitar. En las actividades individuales estos alumnos suelen encontrar menos problemas

aunque el nivel de ejecución no suele ser elevado.

6.2.7. Las habilidades de la vida diaria

Las habilidades de la vida diaria son aquellas que se necesitan para la realización

de tareas de autocuidado, actividades de hogar, sociales, etc. Previa la adquisición de

estas habilidades, es necesario desarrollar una serie de prerrequisitos consistentes en un

conjunto de adquisiciones básicas que el niño debe tener incorporadas a su repertorio

conductual. Entre ellas se encuentran las habilidades motoras finas y gruesas, el

desarrollo conductual, el adiestramiento de sistemas perceptivos, habilidades de

orientación y movilidad (Rivero y Ruíz, 1994).

El aprendizaje de estas habilidades y la consecución de los correspondientes hábitos

es, en sus inicios, muy lento, pero poco a poco llegará a ser una rutina hasta lograr la

autonomía y la independencia. Esto ha de lograrse de forma agradable, como si fuera un

juego, de forma que al niño le resulte atractivo y no monótono.

6.2.8. El juego como desarrollo evolutivo del niño ciego

Seguramente hay muy pocas actividades tan profundas, y desde el punto de vista

psicológico no exista alguna, que sea más útil y formativa que el juego. A través de él,

64

el niño capta el mundo y su propio cuerpo y, mientras juega, adquiere conocimientos y

técnicas que tendrán más valor en su actividad escolar y más tarde en la vida y en el

trabajo.

Al jugar el niño ejercita sus facultades recientemente adquiridas, tanto motoras como

cognitivas: jugándose y moviéndose se apropia del mundo, presta la vida a los objetos

inanimados (juego simbólico), se relaciona con otros niños (juego social) etc., por lo

que el juego se convierte en la repetición de la vida siendo una actividad natural para él.

Mediante el juego, el niño realiza el aprendizaje de su cuerpo, del mundo de los objetos

y, finalmente, el de las personas.

En el juego, el niño ciego sigue la misma evolución que el niño vidente, tienen el

mismo contenido. Sin embargo, mientras que los niños videntes imitan lo que ven, los

ciegos no reciben estímulos para jugar y no pueden imitar por la vista, lo que hace

necesario motivar y enseñar a éstos a jugar ya que ello les llevará a un desarrollo

óptimo. Para ello; los padres deben comprender la importancia de las experiencias a

partir del juego. Es importante que el niño ciego a través de diversas y variadas

experiencias llegue a interesarse por los juguetes y a descubrir y explorar tanto éstos

tanto las otras de su entorno para lograr, en definitiva, una buena capacidad

exploratoria, ya que la esencia de toda actividad exploratoria es la curiosidad por

descubrir algo nuevo.

Una característica muy importante que se observa en el niño en el niño es la

repetición incesante de un juego que le ese valor de "aprendizaje". Conviene que las

personas que convivan con el niño ciego tengan en cuenta una serie de consideraciones

64

generales para conseguir que los juegos se utilicen de manera adecuada y en el

momento oportuno, ya que, como se ha dicho, el juego es toda la actividad del niño.

Al niño ciego le gustarán los mismos juguetes que al niño que ve. Por ejemplo, se le

dará el sonajero a la misma edad que se la da al niño vidente, lo mismo los juguetes de

goma para morder, etc., es decir, hay que seguir su ritmo de desarrollo de la misma

manera que se sigue al niño vidente.

Deberán escogerse juguetes sin peligro, al principio sencillos. Mas adelante se le

podrán dar juguetes más complicados, pero sólo cuando esté preparado para

comprender su utilización. Cuando se le de un juguete nuevo se le debe describir con

detalle y enseñarle literalmente cómo funciona. Cuando se le diga al niño cómo

utilizarlo y lo haya comprendido bien, el nuevo juguete le resultará divertido y su

interés en el juego será mayor.

Al principio se le dejará que lo utilice a intervalos cortos y frecuentes, lo usará solo

cuando tenga ganas, cometerá errores intentado hacerlo funcionar, pero éstos les serán

más útiles que los repetidos consejos. Jugando con él es cuando se le ayudará a

comprender la concepción de las cosas, tales como las diferencias de formas, de

dimensiones, texturas, etc. Es conveniente colocar alrededor del niño muchos objetos o

juguetes para estimular en él con éxito la conducta exploratoria, sin embargo, más

adelante, si tiene demasiados juguetes a la vez y no puede realmente divertirse con

ellos, los manejará, los utilizará incorrectamente y perderá el interés por ellos: esto

puede ocurrir también cuando el juguete es demasiado complicado para su edad.

64

Cuando el niño sea capaz de desplazarse se le dirá cómo están ordenados los juguetes

y dónde. Aprenderá a ir y escoger los que desee, y al mismo tiempo que aprende a elegir

el juguete debe aprender a cuidarlo y cuando ha terminado de jugar deberá enseñársele a

guardarlos. En este sentido el juego exploratorio tiene una especial relevancia. Los

niños no nacen con la capacidad necesaria para explorar su mundo, por ello los padres y

educadores han de estimular el desarrollo de esta capacidad. Sin embargo, no aprenderá

mucho si se pasa el día tumbado en la cuna y pasivo.

Hay que hacerle entender al niño que su mundo merece ser explorado. Decíamos

antes que era muy importante la variedad de sus experiencias, por lo tanto,

estimularemos el juego exploratorio llenando su mundo de objetos y acontecimientos

diferentes que él pueda tocar, escuchar, oler y sentir; de ese modo estimularemos su

curiosidad y deseo de hacer más descubrimientos por sí mismo.

En el caso del niño ciego es importante que aprenda a relacionar los ruidos que oye

con las cosas reales, para ello se le explicarán los ruidos y sonidos de la casa

(familiares) que normalmente se repiten; el chapoteo del agua, los ruidos de los

utensilios de la cocina, para que aprenda a conocerlos y a diferenciarlos más adelante.

El juego vigoroso ayuda al niño a hacerse explorador activo de su entorno, ya que si

el niño no puede desplazarse depende de los adultos para la adquisición de nuevas

experiencias. Sin embargo, tampoco como comienza a moverse, ya sea gateando,

arrastrándose o andando, su independencia aumenta. Es importante que el niño

desarrolle la capacidad de movimiento, que a su vez activa el aprendizaje del mundo

que le rodea.

64

Este tipo de juegos ayudan al niño a ir adquiriendo control sobre su cuerpo, es decir,

mover en la dirección deseada brazos y piernas, manos y pies. Es evidente que al

principio puede tropezar y caerse, pero ese temor no debe importarle al adulto, ya que

con la práctica es como comienza a desarrollar este control de su cuerpo. Le ayudan

también a aprender a coordinar las diferentes partes de su cuerpo, así conseguirá que

estas funcionen armónicamente.

Son además muy útiles otro tipo de juegos como los juegos funcionales o de

ejecución, los juegos con instrumentos musicales y sonidos, los juegos simbólicos, los

juegos sociales, etc.

7.- INTERVENCIÓN EDUCATIVA

64

El diseño de las intervenciones educativas que han de realizarse con los niños

ciegos y deficientes visuales han de basarse en sus necesidades específicas que se

derivan , fundamentalmente, de la falta o deterioro del canal visual de recogida de

información. Por ello, las personas encargadas de la educación de los niños ciegos han

de conocer las características más importantes que tiene el desarrollo y el aprendizaje de

los niños con deficiencias visuales severas, porque solo de esta forma podrán adaptar

sus acciones educativas a las peculiaridades del niño.

Las importantes diferencias que existen entre los distintos niños considerados

ciegos y deficientes visuales no permiten proporcionar “recetas” generales para su

educación. El tipo y grado de deficiencia visual que posean, así como su propia historia

familiar y educativa, van a condicionar el tratamiento educativo que deban recibir.

Muchos de los programas existentes de educación especial se pueden adaptar a

ciegos, excepto las partes que requieren intervención de la vista, que en ese caso debe

suplirse por el tacto y a veces el oído.

Si los niños no deficientes visuales la lectoescritura requiere una preparación

previa o adaptaciones base a las que se llega de forma intencional (ejercicios de

prelectura y preescritura ), y de forma no programada (evolución y desarrollo del niño a

través de experiencias no planificadas), el niño ciego para la lectoescritura necesita unas

bases que se deben diseñar y aplicar según sus características.

Necesita conocer y dominar lo que otros niños, su cuerpo o esquema corporal,

orientarse en el espacio, discriminación de formas (en sí mismas, y su situación en el

64

espacio) adquisición de movimientos finos de la mano hasta llegar a Braille. Además de

los objetos de tres o dos dimensiones, lo que realice debe tener un relieve para que lo

pueda percibir por el tacto. Utilizan planchas agujereadas, plantillas para seguir

contornos, punzones para hacer ejercicios de picado y marcado de trazos.

Técnicas que puede utilizar el maestro para algunos aprendizajes:

Para aprendizajes espaciales, podemos utilizar una lámina perforada en forma

constante, colocando en los huecos una especie de clavijas o taquitos; una variante

consiste en unirlos por gomas, lo que puede dar lugar a figuras geométricas, o

simplemente rellenar con las clavijas espacios creando formas.

Para desarrollar el tacto, la coordinación manual, el desarrollo de movimientos

finos, etc, se puede utilizar una lámina de madera sobre la que se acopla otra de goma,

sujeto todo por un reborde metálico. Se superpone papel sobre el que se coloca una

plantilla y se traza su contorno, o se realizan ejercicios de picado.

Éstos son algunos métodos que han sido utilizados por maestros, que contaban

con alumnos ciegos, en sus clases de régimen ordinario. Pero no debemos olvidar que

en España la ONCE cuenta con un servicio de apoyo a la educación integrada en centros

ordinarios. Su labor consiste en el momento en que un niño ciego es escolarizado,

asesora al centro y al profesor del aula para que pueda llevar a cabo las adaptaciones

necesarias en el currículo escolar (materiales, metodologías, etc).

64

7.1.- EDUCACIÓN DEL DEFICIENTE VISUAL

Para este apartado hemos tomado como referencia a la Organización Nacional

de Ciegos Españoles (O.N.C.E), que sin duda es la que mayor y mejor aportación y

medios disponen para que las personas, no solamente con déficit visual, sino con más

tipo de deficiencias, puedan obtener unos resultados lo mejor posible para su

integración total en la vida cotidiana y que las dificultades que tengan a lo largo de su

vida sean lo menos significativas.

Por este motivo la O.N.C.E agrupa en distintos niveles o núcleos la ayuda que

presta para impartir sus clases dependiendo de factores tales como: edad infantil,

primaria, secundaria, universitaria, formación de adultos, niños con deficiencia de

sordoceguera, formación profesional, ayudas y adaptaciones técnicas de

materiales....etc.

A continuación se presentan algunos de estos factores que se han mencionado

anteriormente:

- Apoyo a la educación integrada de niños y jóvenes. El Servicio de Apoyo a la

educación Integrada en los centros ordinarios se orienta al doble objetivo de

asegurar, por un lado, el seguimiento por parte del alumno con ceguera o deficiencia

visual del currículum escolar oficial aplicado al resto de estudiantes.

Por otro, de dotarle de una serie de aprendizajes específicos y necesarios para

su desarrollo personal y social.

Para este fin se utilizan cuatro estrategias básicas:

64

1. Asesoramiento al Centro y al profesor de aula para que pueda llevar a cabo

las adaptaciones necesarias en el currículo escolar (materiales, metodología,

procedimientos de evaluación, entorno físico del aula, priorización y

refuerzo de determinados objetivos, etc...)

2. Facilitación al alumno de experiencias directas de aprendizaje en ámbitos

específicos relativos a:

⦁ estimulación y entrenamiento visual.

⦁ orientación y movilidad.

⦁ habilidades para la vida cotidiana.

⦁ braille.

⦁ tiflotecnología.

⦁ habilidades sociales.

⦁ ocio y tiempo libre.

⦁ orientación profesional.

3. Asesoramiento y orientación familiar. Las familias reciben apoyo y

orientación técnica, además de recursos y materiales adaptados. La tutoría

para familias constituye una pieza esencial de los servicios de apoyo

educativo que la O.N.C.E presta.

4. Provisión de recursos adaptados (transcripciones al braille y adptaciones de

libros de texto, material didáctico en relieve, adaptación del puesto de

estudio, etc...)

En el primer ciclo de la Educación Infantil (0-3 años) la intervención se refuerza

64

el ámbito familiar y se centra en las diferentes facetas (sensorial, cognitiva, motriz,

afectiva y social) del desarrollo madurativo del niño.

Los servicios de apoyo educativo en centros ordinarios se prestan en

colaboración con la Administración Central o Autonómica correspondiente, a través

de treinta y tres equipos de atención educativa distribuidos por todo el territorio del

Estado, compuestos por diferentes profesionales: maestros de apoyo, técnicos de

rehabilitación, instructores tiflotécnicos y braille, psicólogos, trabajadores sociales,

etc..

- Apoyo a la formación universitaria y de adultos. Para las personas adultas, la

atención educativa está enfocada a proporcionar orientación, conocimientos y

habilidades que le permitan, posteriormente, seguir sus estudios y utilizar

autónomamente los recursos que faciliten su aprovechamiento educativo

(transcripciones, adaptación de exámenes, etc...).

También comporta, si así lo requiere el alumno, la adaptación de su puesto de

estudio mediante dispositivos técnicos especializados.

Por ejemplo, la O.N.C.E cuenta con una Escuela Universitaria de Fisioterapia,

adscrita a la Universidad Autónoma de Madrid. Es una profesión que por su

especial particularidad es idónea para personas invidentes y esto es un hecho

puesto que son muchos los hombres y mujeres ciegos que trabajan tanto en

centros públicos como privados, lo que les supone una salida laboral excelente

para su vida.

64

- Atención educativa de niños y jóvenes en centros específico. La O.N.C.E

dispone de tres centros específicos, que imparten la escolaridad obligatoria

(enseñanza Primaria y Secundaria Obligatoria)y, en algunos casos

Programas de Garantía Social y enseñanzas de Formación Profesional no

reglada.

Como sucede con los alumnos integrados en los centros específicos, los alumnos

reciben, complementariamente a los contenidos académicos, aquellos otros que

les aseguran un desarrollo personal y social adecuado (estimulación-optimización

del funcionamiento visual, orientación y movilidad, habilidades para la vida

diaria, habilidades sociales, etc...). Igualmente se benefician del resto de servicios

de atención educativa integral (asesoramiento familiar, materiales adaptados,

adaptación del puesto de estudio, etc...).

- Atención educativa específica a niños y jóvenes con sordoceguera. La

sordoceguera es una deficiencia sensorial que resulta de la combinación de

otras dos: la visual y la auditiva.

Genera en las personas que la padecen problemas de comunicación,

dificultad para percibir de manera global, conocer y, por tanto, desenvolverse en

su entorno, porque plantean necesidades educativas especiales.

Requieren, en consecuencia, de servicios altamente especializados,

64

personal específicamente formado para su atención y métodos especiales de

comunicación.

Estos servicios educativos pueden presentarse, dependiendo de las

necesidades de la persona y los recursos disponibles, tanto desde el apoyo

educativo a la educación integrada en centros ordinarios, como desde los Centros

Específicos de la O.N.C.E.

La O.N.C.E cuenta para la coordinación de la atención general a este

colectivo en sus diferentes etapas evolutivas (niños, jóvenes y adultos) con una

Unidad Técnica de Sordoceguera donde le podrán informar más detalladamente

de este servicio.

- Ayudas técnicas y adaptación de materiales para la educación. Los servicios

de atención directa proporcionados por profesionales especializados, se

complementan con una serie de ayudas técnicas y materiales adaptados que

facilitan su proceso educativo tales como:

Dispositivos y ayudas técnicas: equipos y dispositivos específicos proporcionados

gratuitamente por la O.N.C.E. para la accesibilidad y adaptación del puesto de estudio,

con el fin de asegurar el aprendizaje del alumno y mejorar su proceso educativo.

Entre tales ayudas destacan:

- adaptaciones en braille y sonido para pantallas y teclados para ordenadores.

64

- calculadora braille y parlantes.

- programas adaptados para navegación por entornos Windows.

- telelupas

- ayudas ópticas y electrónicas para la baja visión

- perro guía.

- etc.

BRAILLE

Es el sistema de lectoescritura que utilizan las personas ciegas y las que tienen

deficiencias visuales muy graves. Se trata de un sistema diseñado para ser explorado de

forma táctil. Su unidad básica es la celdilla, que está formada por combinaciones de

puntos en relieve, en una matriz de 3x2. A pesar de ser el mejor sistema disponible,

tiene una serie de problemas. Son dificultades inherentes tanto al sistema con el que se

recoge la información, el tacto, como al propio código braille.

Existen dos métodos diferentes para escribir mediante este sistema:

- la utilización de la llamada “pauta”

- y el uso de la “máquina Pérquins”.

La pauta es una superficie rectangular, de plástico o metal, dividida en varias filas

de celdillas braille cóncavas. Sobre ella se coloca un papel grueso que queda fijado

mediante un marco. El niño ha de presionar sobre el papel con un punzón para marcar

en relieve los puntos correspondientes a cada una de las letras, comenzando por la

64

celdilla de la derecha. Esto supone que hay que escribir las letras en espejos para que al

darle la vuelta al papel se pueda leer correctamente, lo que plantea un problema

importante para los escolares invidentes.

La máquina Pérquins es el medio más fácil para enseñar a escribir a los ciegos.

Consta de seis teclas que corresponden a la posición espacial que ocupa cada uno de los

puntos en la celdilla braille. Por ejeplo, para escribir la letra “A” tienen que apretar sólo

la tecla correspondiente al punto 1; para la “B” el 1 y el 2; y para la “C” el 1 y el 4. La

máquina tienen también un espaciador de signos, un espaciador lineal y una tecla de

retroceso. El principal objetivo de la utilización de esta máquina es superar la falta de

motivación de los niños para aprender a leer Braille y los problemas derivados de la

inversión espacial entre lectura y escritura que se produce con este código.

- Educación. Una educación que se ajuste a las necesidades de cada individuo

supone un elemento decisivo para la integración de esa persona en al sociedad.

Lo que comenzó siendo un grupo de cinco colegios que se impartía la enseñanza

básica, ha ido evolucionando hasta desembocar, a mediados de los años ochenta, en una

estructura más ambiciosa y acorde con los nuevos tiempos, que en la actualidad sigue

perfeccionándose y adaptándose.

En este proceso de cambio han resultado fundamentales los desafíos y mejoras

incorporados por las políticas de integración educativa, primero, los alumnos con

64

necesidades educativas especiales se incorporan y escolarizan, con los apoyos

necesarios, en centros ordinarios, y de inclusión después, la escuela y la práctica

docente se perfeccionan y enriquecen con la atención a esos alumnos.

8.- PARTICIPACIÓN FAMILIAR

No sólo la legislación actual recoge y regula la participación de la familia, sino

que en todos los centros se plantea necesaria en distintos aspectos.

La L.O.G.S.E., en el artículo 37.4, recoge la participación de los padres en la

escolarización de sus hijos. Dice textualmente:: “ las Administraciones educativas

regularán la participación de los padres o tutores en las decisiones que afecten a la

escolarización de los alumnos con necesidades educativas especiales”.

El Informe Warnock (1978), sobre niños con necesidades educativas especiales,

hace claramente explícita la consideración de los padres como copartícipes en el

proceso educativo de sus hijos, proponiendo que el maestro-tutor sea el interlocutor y

punto de contacto entre los padres.

La familia juega un papel muy importante en el proceso de socialización de sus

hijos, sobre todo durante los primeros años de vida. En el caso de hijos con algún

déficit, hacemos referencia en este caso al déficit visual, se ha detectado la importancia

de ésta, debido a la forma en que la familia asume el déficit de uno de sus miembros,

64

sobre todo cuando se trata de un hijo.

El nacimiento de un niño que los padres esperaban “normal” plantea casi con

seguridad una crisis en la familia, produciéndose un fuerte impacto. La aceptación del

hijo con una limitación visual es una tarea difícil.

A partir de aquí, comienza la incertidumbre de qué va a pasar con su hijo, cómo

van a tratar a su hijo, cómo comunicarse con él, cómo hacer que su hijo se desarrolle de

la forma más rápidamente posible...

Ante la difícil situación de la familia, se habla de distintas etapas:

⦁ Etapa de negación y aislamiento: en los primeros momentos, los

padres parecen no dar importancia al problema visual de sus hijos,

negando tal situación; actúan como si a su hijo no le pasara nada. Es

una etapa de confusión, en la que suelen aparecer sentimientos de

culpa y de desesperación.

⦁ Etapa de “enojo”: es una etapa frecuente en la que los padres

mantienen actitud de culpa hacia los profesionales que trataron al

bebé en los primeros momentos.

Se niegan a recibir ayuda por parte de los profesionales, no aceptando los

diagnósticos médicos:

64

⦁ Etapa de búsqueda: al no aceptar el diagnóstico inicial, intentar

buscar una solución a través de visitas a otros médicos y

especialistas. Buscan la ocupación y ayuda de varios profesionales,

para asegurarse de que no hay ninguna duda del diagnóstico inicial.

⦁ Etapa de depresión: suelen mostrar una situación de desánimo ante la

situación de su hijo. Creen que no están preparados para afrontar la

educación de su hijo y que no es posible que tenga una vida normal.

⦁ Etapa de aceptación: los padres aceptan la discapacidad de su hijo,

pero no saben como relacionarse adecuadamente con su hijo.

Todo esto produce cambios en la vida y acontecimientos diarios de la familia,

como: alteraciones en los ritmos de sueño, reajustes económicos, cambios en las

relaciones entre los padres y los otros hijos, cambios en las relaciones de la pareja y en

las relaciones sociales, etc.

Pero, en general, se habla de dos conductas: sobredotación o rechazo.

Si nos centramos en la sobreprotección: los padres están excesivamente

pendientes del niño, solucionándole todos los problemas, sin permitir que el niño se

haga independiente, lo cual provoca la pérdida de autonomía y de autoestima del niño.

En cuanto al rechazo, se suele manifestar en olvido, exigencia ( exigiendo al niño más

de lo que puede hacer), negación ( actúan más a quejarse del problema que a educar a su

hijo)...

64

Por otro lado, el estado de ansiedad y depresión que se crea en la familia cuando

se conoce la noticia de que tiene un déficit, es algo muy importante pues puede influir

de forma negativa en el desarrollo del niño.

La relación afectiva, juega un papel fundamental en la adquisición de un

desarrollo integral y equilibrado por parte del niño. El niño aprende pronto cómo se

siente la gente, y en especial, su familia en relación a él. Estas actitudes hacia él y a

todos los factores que van a influir en el desarrollo de su autonomía y autoconcepto, y

en general en el desarrollo de su personalidad.

Una positiva relación con los demás permite al niño satisfacer sus necesidades y

lograr un control interior que le lleva a enfrentarse con sus propios sentimientos y a

aceptar los de los demás.

Para finalizar, decir que con las O.N.C.E. y otras asociaciones, las familias

encuentran respuestas a sus necesidades, tanto respecto al equilibrio personal y

emocional de la pareja, como respecto a la dinámica familiar.

Ante todo, pretenden preparar a los padres para que conozcan el déficit de su

hijo, y para que sepan cómo actuar y qué hacer en cada momento.

8.1.- ENTREVISTA CON UNA FAMILIA

Una madre cuenta que ante todo el trauma, ella misma se tuvo que dar cuenta

64

que su hija necesitaba un cuidado especial y si ella se venía abajo, ¿ cómo iba a

educarla?. Se afilió a la O.N.C.E., contactó con profesionales tanto a nivel organizativo

como educativo, y su hija asiste a un colegio de integración y está insertada en su grupo

clase, es una más...

Es un trabajo duro de día a día, pero siempre hay que ver el lado bueno, tenemos

que fijarnos en la risa del alumnos, de sus progresos, y tener la esperanza que ellos

pueden conseguir metas que se propongan, sin dejar de lado nuestro trabajo como

docente, y atendiendo a las relaciones de la familia con la escuela, que han de ser

aliados para conseguir, objetivos comunes: el desarrollo integral de la persona y mejorar

así la calidad de vida de éste, para obtener un puesto en la sociedad en la que le ha

tocado vivir.

9.- PROPUESTA TEÓRICO-PRÁCTICA DE LA INTEGRACIÓN DEL

DEFICIENTE EN LA CLASE DE EDUCACIÓN FÍSICA

64

El objetivo principal es realizar una propuesta teórico práctica para lograr por un

lado, la integración de un niño deficiente visual en la clase de Educación Física y, por

otro, la concienciación de la comunidad educativa para que se muestre partícipe de

dicha participación. Para conseguir esto lo haremos a partir de cuatro objetivos:

- Adaptar al alumno en el grupo de clase.

- Utilizar convenientemente los recursos didácticos de Educación

Física en el desarrollo de las sesiones.

- Fomentar y afianzar la autoestima.

- Lograr la participación en un deporte para deficiencia visual.

La justificación de esta propuesta es la importancia de la Educación Física para

el deficiente visual. Según ARRÁEZ la actividad física “es también importante para los

niños ciegos porque ellos también necesitan tener motivaciones e incentivos en su vida,

oportunidad de ser independientes, libres, disponer de variabilidad en sus gestos y

movimientos ( ARRÁEZ, J.M. 1.998, pp. 88).

Pensamos que una educación Física adecuada puede proporcionar al individuo

los hábitos y destrezas motrices necesarias par optimizar su desarrollo e integración en

la sociedad.

DESARROLLO DE LA PROPUESTA

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El principal problema que se nos plantea es que no podemos prestar una

dedicación especial a estos niños, ya que debemos considerar al grupo en su integridad,

para conseguir los correspondientes objetivos de la clase de Educación Física. Para ello,

al no disponer, generalmente, de un profesor de apoyo, nos planteamos que para la

integración fuesen los propios compañeros del deficiente visual los que aporten el

refuerzo que éste necesita.

Veamos a continuación uno a uno los objetivos propuestos por nosotros y las

aportaciones metodológicas oportunas.

1.- ADAPTAR AL ALUMNO AL GRUPO-CLASE

Lo que pretendemos con este objetivo es adaptar las actividades propuestas para

toda la clase a las peculiaridades de este alumno, pero evitando que sea el grupo-clase el

que se adapte a él. Evitando en todo caso, que el resto de alumnos se vean

“perjudicados”.

Además de adaptar las actividades, deberíamos conseguir que el alumnos

deficiente se sintiera como uno más de la clase, teniendo sus compañeros conciencia de

ello. Para conseguir este objetivo proponemos las siguientes actividades:

“ Crear juegos de orientación espacial con los ojos tapados par que comprueben la

inseguridad que provoca la falta del sentido de la vista”.

2.- UTILIZAR CONVENIENTEMENTE LOS RECURSOS

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DIDÁCTICOS DE EDUCACIÓN FÍSICA EN EL DESARROLLO DE LAS

SESIONES

Con este objetivo queremos resaltar la importancia de la participación activa del

deficiente visual en el mayor número de actividades posibles, estableciendo una serie de

reglas y tácticas.

Por ejemplo, en las actividades en las que exista un desplazamiento,

procuraremos que sea el deficiente el que marque el ritmo colocándolo a la cabeza de

sus compañeros con ayuda de un compañero guía ( fomentando así la cooperación,

integración ... etc.). O también con ayuda de una cuerda marcando los límites del

terreno, de esta última manera el deficiente se sentirá más autónomo y libre de

movimientos.

Debemos procurar que el espacio donde realicemos la actividad sea siempre el

mismo, que no haya objetos desordenados con el fin de no tropezar. El profesor se

colocará siempre en el mismo sitio, de forma que el deficiente se ubique en todo

momento.

3.- FOMENTAR Y AFIANZAR LA AUTOESTIMA

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“ Los alumnos ciegos y deficientes visuales presentan una mayor dificultad en

participar en situaciones sociales, autoestima y control interno inferior, además de verse

así mismos como más incompetentes e infravalorados”. ( Vallés Arándiga, A. Y Miñana

Estruch, J.J. 1997, 60).

Para conseguir este objetivo deberemos tratar al deficiente visual exactamente

igual que al resto de sus compañeros, de tal manera que cuando pretendamos elevar la

autoestima en los deficientes visuales, emplearemos las mismas técnicas que con niños

videntes. Es importante que tanto profesores como padres reconozcan en sus alumnos e

hijos, los progresos que este consiga, el reconocimiento por la conducta esperada

aumentará la frecuencia de dicha conducta y elevará su amor propio. No debemos

olvidarnos de crear un clima de confianza y seguridad en el que los alumnos puedan

desarrollarse plenamente.

4.- LOGRAR LA PARTICIPACIÓN EN UN DEPORTE PARA DEFICIENTES

VISUALES

Con este objetivo, además de perseguir la participación del alumno en un

deporte colectivo, tanto como dentro como fuera de la escuela ( como hábito deportivo),

puede ayudar a conseguir los objetivos anteriormente citados.

Al platear un juego o deporte de este tipo ( por ejemplo el fútbol sala) en la

escuela a toda la clase, se puede conseguir la sensibilización de los alumnos ante el

problema de su compañero deficiente visual (primer objetivo), la utilización de recursos

y material didáctico, por ejemplo el uso del balón con cascabeles ( segundo objetivo) y

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hacer partícipe al deficiente visual de forma más activa y en a que él se puede sentir

como parte fundamental, más útil, aumentando así su autoestima ( tercer objetivo).

10 .- CONCLUSIÓN

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La visión juega un papel importante en el desarrollo de los niños ciegos aunque

éstos tienen total o seriamente dañado el sistema visual de recogida de información, se

valen de los demás sistemas sensoriales para conocer el mundo que les rodea. Estos

niños tienen una vida casi normalizada auque tienen problemas en orientación y

movilidad, entre otras cosas pero las suplen con ayudas como la utilización del bastón,

del perro guía, etc.

En su desarrollo hemos observado que es fundamental la existencia de un buen

clima familiar. La escuela también juega un papel importante porque permite al niño

invidente mantener contacto con niños de su edad sin esta deficiencia y favorecer el

desarrollo integral.

En definitiva, los niños invidentes si son comprendidos, ayudados, y orientados

correctamente podrán disfrutar de la vida tanto o más que los niños videntes.

11.- PRÁCTICA PARA CIEGOS

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Esta práctica la vamos a realizar con alumnos videntes con el fin de que

experimenten las sensaciones que una persona invidente puede tener en un aula a diario.

1ª ACTIVIDAD

MATERIAL Pañuelos, cartones, folios, lápiz o bolígrafo.

DESARROLL

O

Todos los alumnos deben estar previstos de pañuelos para vendarse los ojos. Estos

se dividirán en 4 grupos, quedando cada grupo compuesto entre 8 ó 10 personas. A

cada grupo se le pasarán unos cartones, tamaño cuartilla, que previamente han sido

troquelados con palabras de objetos habituales, como por ejemplo: casa, coche,

perro, luna, etc. Los alumnos deben pasar los dedos por el cartón e intentar

identificar la palabra escrita en relieve. Una vez identificada deberán dibujar en un

folio lo que hayan leído.

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2ª ACTIVIDAD

MATERIAL Video

DESARROLL

O

En esta actividad se les pedirá que se quiten los pañuelos puesto que se les va a

hacer ver un video de 15 minutos de duración que trata sobre la incorporación de

un niño deficiente visual a un colegio nuevo en el cual es el primer niño con este

tipo de características que es matriculado. Este video ha sido realizado por la

Fundación O.N.C.E. y preparado para ser visto en los colegios. Es un video de

dibujos animados donde el personaje principal se llama Nicolás y el subtítulo es :

“Cierra tus ojos y verás de otro manera”. Con este video la O.N.C.E. pretende que

los niños en edad escolar tomen conciencia de que ser invidente no significa ser

diferente, y que perfectamente puede compartir con ellos las aulas

.

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3ª ACTIVIDAD

MATERIAL Picas, pañuelos, yogures, pastillas de jabón, hojas de árbol, vendas,

nueces, gominolas.

DESARROLL

O

En esta actividad todos los alumnos deben estar con los ojos

vendados. Es una actividad que se realizará fuera del aula.

Agruparemos a los alumnos en parejas cogidos de la mano, las

parejas se pondrán en fila y cada alumno agarrará con su mano

derecha el hombro del compañero de delante, siendo la primera

pareja los guías de la fila, los cuales dispondrán de una pica a modo

de bastón para guiarse en el camino. Una vez llegado al sitio

correspondiente para realizar la actividad se dividirá la clase en 4

grupos. Cada grupo será llevado en frente de una serie de picas que

harán la labor de estaciones, donde deberán pasar por cada una de

ellas reconociendo el objeto que se encuentre en cada estación. Una

vez identificado el objeto se pasará a la siguiente pica, y la pareja

siguiente empezará a realizar el mismo recorrido. No se comentará en

ningún momento el objeto identificado hasta que todo el grupo haya

concluido el recorrido. El grupo que antes finalice e identifique

correctamente los objetos será el ganador de la actividad.

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CONCLUSIÓN

La mayor parte de la información es visual. No obstante hemos querido dejar

claro, que no hay una sola forma de producirse el desarrollo de los niños, sino varias. En

el caso de los niños ciegos o con limitaciones visuales, al quedar restringida la

información visual, el desarrollo sigue por otras vías, como la vía auditivo, la táctil....

Para que se produzca un buen desarrollo del niño invidente o con limitacionesvisuales, es fundamental la influencia de los padres, sobre todo durante los primerosaños de vida. Es en le seno familiar donde se can a satisfacer todas las necesidades delniño.

En definitiva, las personas con ausencia o limitaciones visuales, tienennecesidades igual que cualquier otra. Y queda claro que no todas las personas,indistintamente que presenten déficit alguno o no, se desarrollan de la misma forma. Eneste caso, el desarrollo del niño con problemas visuales se produce de otra manera, puesal carecer de la visión recurre a las demás vías sensoriales.

12.- BIBLIOGRAFÍA

- ARRÁEZ MARTÍNEZ J.M. “ Motricidad, autoconcepto de integración de niñosciegos” , 1988, Madrid.

- CÓRDOBA PÉREZ , MARGARITA. “ Interdisciplinaridad y deficiencia visual”,2000, Huelva. Hergué Editorial.

- LEONHARDT MERCÈ. “El bebé ciego. Primera atención .Un enfoque

psicopedagógico.” 1992, Barcelona,. Masson, S.A.

- SAN JUAN, M.A. y otros. “Las minusvalías”. 1987, Madrid, U.N.E.D.

- TORO BUENO, S. y ZARCO RESA, J.A. “Educación Física para niños con

necesidades educativas especiales” 1995, Madrid, Ediciones Aljibe.

- OTROS DOCUMENTOS CONSULTADOS -

- www.once.es 7-4-2003.

- Departamento de Psicología de la Universidad de Castilla la Mancha.

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ÍNDICE

1.- INTRODUCCIÓN ……………………………………………..... 4

2.- CEGUERA Y DEFICIENCIA VISUAL …………………………….5

3.- CLASIFICACIÓN ……………………………………………..……7

4.- ETIOLOGÍA …………………………………………………..…….9

5.- EVALUACIÓN ……………………………………………….....…10

5.1.- EXAMEN OFTALMOLÓGICO……………………...…...10

5.2.- VISIÓN FUNCINAL……………………………….……..12

6.- DESARROLLO EN EL NIÑO CIEGO ……………………………14

6.1.- DESARROLLO PERCEPTIVO-COGNITIVO…………..14

6.1.1.- Desarrollo del lenguaje………….,….……….……..18

6.1.2.- Desarrollo social y emocional………………………19

6.1.3.- Desarrollo de la personalidad……………………...22

6.2.- DESARROLLO PERCEPTIVO-MOTOR…….………….25

6.2.1.- Conocimiento del propio cuerpo…………………..27

6.2.2.- Imagen y esquema corporal………………..……..27

6.2.3.- Control postural y movilidad……………..……....29

6.2.4.- Estructuración espacio-temporal………………….31

6.2.5.- Coordinación dinámica general y equilibrio…....32

6.2.6.- Adquisición de habilidades y destrezas………..…33

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6.2.7.- Habilidades de la vida diaria…………………..…35

6.2.8. Juego evolutivo en el niño ciego……………….….35

7.- INTERVENCIÓN EDUCATIVA……………………..…………...40

7.1.- EDUCACIÓN DEL DEFICIENTE VISUAL…..………...39

8.- PARTICIPACIÓN FAMILIAR.........................................................48

8.1.- ENTREVISTA CON UNA FAMILIA..................................52

9.- PROPUESTA TEÓRICO-PRÁCTICA DE LA INTEGRACIÓN DEL

DEFICIENTE EN LA CLASE DE EDUCACIÓN FÍSICA.........53

10.- CONCLUSIÓN..................................................................................59

11.- SESIÓN PRÁCTICA.........................................................................60

12.- BIBLIOGRAFÍA ……………………………………...............….63

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