El problema del lenguaje en el Zohar: un acercamiento poético
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El problema del lenguaje en el Zohar: un acercamiento poético
Valeria Del Barco
El Zohar, libro de exégesis religiosa escrito en el siglo XIII
por Moshé de León (según las teorías más plausibles) es según
Gershom Scholem “una de las obras más extraordinarias de la
literatura judía y de la literatura mística en general” (Scholem
1996, 170). Por este motivo, el hermético texto ha sido
ampliamente estudiado por varios autores, entre ellos cabe
destacar a Isaías Tishby, Arthur Green y al mismo Gershom
Scholem. Estos autores han leído al Zohar desde la perspectiva
mística. Pese a la innegable riqueza poética y lingüística que
presenta el Zohar, los estudios que tratan de dicha poética son
escasos y difíciles de encontrar.
En este sentido, leer el Zohar es como entrar a la biblioteca de
Babel del cuento de Borges, no nos hallamos frente a un libro,
sino a una colección de libros: una literatura.
Un acercamiento poético a este libro de libros nos revela una
relación con el lenguaje que podríamos calificar de problemática,
primero porque a través de la experiencia de este texto
experimentamos lo indecible, llegamos a los límites del lenguaje
donde se vuelve un vacío y finalmente, al lenguaje que se une a
la sexualidad formando uno de los nudos más importantes en el
texto. Veamos.
En uno de los primeros pasajes del texto nos encontramos con la
narración de la creación del mundo, cada una de las letras del
alfabeto se presentan ante Dios para pedirle que construya el
mundo con ellas. Leyendo detenidamente este pasaje se despliegan
los conflictos antes señalados en relación con el lenguaje.
Primero, vemos que en la mente de Dios estaban ocultas las letras
del alfabeto en orden inverso.
Rav Hamnuna Sava said, “We find the letters backward:
Bet first, followed by bet: Bereshit, In the beginning,
followed by bara, created. Then Alef first, followed by
alef: Elohim followed by et.
“The reason is: Whe the blessed Holy One wished to
fashion the World, all the letters were hidden away.
For two thousand years before creating the world, all
the letters presented themselves before Him, from last
to first. (Zohar 1:2 b)
Antes de ser pronunciadas o escritas las letras ya existían en el
llamado Ein Sof, el no-lugar de la creación, de donde todas las
otras emanaciones (o Sefirot) salen. Como la raíz del árbol, es
el principio generador o como se dice en otro lugar del Zohar “a
spark of impenetrable darkness”. (Zohar 1:15 a)
Entonces, ¿cómo funciona este no-lugar en la escritura del Zohar?
Un no-lugar que es un no-lenguaje, profundamente arraigado en la
divinidad y que a la vez crea mundos y realidades. Una entidad
que excede el lenguaje pero que a la vez es designada por él. Es,
de hecho, un concepto difícil de definir y que ha sido objeto de
mucho debate.
Retomando las ideas de Charles Mospik, vemos que el Ein-Sof está
localizado antes y afuera del lenguaje.
En-Sof se tient ailleurs que dans le discours et chaque
élément du discours le désigne. (Mospik citado por
Anidjar, 71)
Para Mospik el Ein-Sof es llamado le principre ineffable, o sea el
principio inefable, apuntando de nuevo a la dimensión creadora.
De la misma manera en que no podemos comprender al Ein-Sof,
tampoco lo podemos nombrar, está en el límite del lenguaje, es lo
inefable, lo que no se puede decir.
Claramente, al hablar del Ein-Sof no estamos hablando del
lenguaje comunicativo, no es algo de lo que se habla normalmente,
la insistencia del Zohar en cuanto a sus cualidades de secreto y
ocultamiento no dejan lugar a dudas. Podría ser, por lo tanto,
que nos encontremos en el campo del lenguaje poético: el que
construye mundos y realidades.
Anidjar, por su parte, contrasta estas ideas con las suyas y
escribe que el hecho de que nosotros no podamos decir el nombre
divino no implica necesariamente que sea indecible dado que cabe
la posibilidad de que otros sí puedan decirlo: ángeles u otras
entidades e incluso el mismo Ein-Sof pueda nombrarse a sí mismo.
Entramos, entonces, en el territorio de los nombres divinos. El
Ein-Sof funciona, para este autor, como un límite del lenguaje.
Un lenguaje puro, que deja de estar unido a su referente y por
eso, se refiere ya solamente a sí mismo.
We will see that Wospik’s own descriptions, yet prior
to his translation into ineffability, already suggest
that ein-sof functions as a limit “at which language
ceases to signify the res, without, however, becoming a
thing among the others, because as pure name and pure
voice, it now simply indicates itself.” (Anidjar 73)
En ambos autores, el concepto del Ein-Sof como lenguaje se mueve
pendularmente entre dos ideas complementarias: lo inefable y los
límites del lenguaje. Aunque ambos concuerdan en su capacidad
creadora tanto como en su no-localización, está oculto para
nosotros y no podemos saber dónde está.
Este no-lugar se puede ver en el texto del Zohar simbolizado por
el viaje, los rabinos se están desplazando de un lugar a otro por
distintos caminos mientras discuten y cuentan historias; no se
les puede atribuir un lugar fijo.
Neither the place nor the act of walking, the Zohar
tells us, can be stabilized or reduced to an absolute
locus. (Anidjar 173)
De hecho, los lugares por los que pasan pueden ser incluso
atribuidos a una geografía imaginaria, que estaba más en la
cabeza del autor que en ningún lugar real; como apunta Gershom
Scholem1 un lugar que pretendía ser la Palestina de tiempos de
Cristo pero que se asemeja más a la Castilla del siglo XIII, o
sea un lugar intermedio, inexistente.
Este lugar inventado tiene mucho que ver con el lenguaje también
inventado que utiliza el Zohar. Según la exposición de Scholem al
respecto, se trata de un arameo extraído de libros a los que el
autor tuvo acceso y, en cierta medida, españolizado. En algunos
casos, incluso, llega a dar nuevas definiciones para ciertas
palabras, crear conjugaciones que no existieron y, en suma,
distanciarse del arameo que se habló en la época del Rabí Simón
bar Yohay sustancialmente2. Al igual que el paisaje que no se
puede ubicar definitivamente, tampoco el lenguaje puede ser
localizado en un tiempo específico.
En una de estas travesías se encuentran con un personaje muy
singular: el anciano que cuida unos burros, que en la
conversación resulta ser un sabio. Este anciano usa un lenguaje
aún más cercano a la poesía, al inicio de su gran discurso,
empleando oxímorones:
1 Ver Scholem 1996, p. 135.2 Este es uno de los argumentos más contundentes para localizar la autoría del Zohar en el siglo XIII y en Castilla.
¿Cuál es la serpiente que vuela por el aire, camina
sola y, con una hormiga que se encuentra entre sus
dientes, siente el placer de comenzar en grupo y acabar
en soledad? ¿Cuál es el águila cuyo nido se halla en un
árbol que no existe? ¿Cuáles son sus pichones que
crecen, pero no entre las demás criaturas, que fueron
creadas en el lugar en el que no fueron creadas? (Zohar
citado por Scholem 1996, 142)
Esta lógica oximorónica de lo que es y no es, un recurso
frecuentemente usado en poesía, apunta a la creación de algo que
es difícil de ubicar, algo que no existe. Se escribe también como
un acertijo cuyo significado está oculto. Aunque también apunta a
una retórica vacía de significado. Nada contiene a Dios, ni la
palabra, salvo que se trate de una palabra vacía de significado,
un artificio retórico que encierre un vacío en su interior.
Meaning and concealment give way to acknowledged
emptiness. There is little place for transcendental
semantics where the unavailble and irretrivable truth
of their speech is asserted, and where language is seen
as playing tricks. (Anidjar 169)
Uno de los problemas fundamentales del Zohar3 es el encontrara
el lenguaje para describir la misteriosa vida interna de la
divinidad, entonces recurre a distintas aproximaciones: la
reverencia al silencio, los recursos poéticos (como el uso del
oxímoron por parte del anciano de los burros) que estrechan el
lenguaje hasta sus límites. Todo esto para poder dar cuenta de lo
inexpresable, o la dificultad de acceder a lo divino, pero no son
actitudes encontradas, son las dos caras de la misma moneda, las
dos soluciones que se dan en el libro a un mismo problema, no son
dos actitudes excluyentes sino complementarias.
El lenguaje también sirve como conexión a un lugar, a un pasado.
En el movimiento de los rabinos se ve prefigurado el movimiento
del pueblo judío, sus éxodos y exilios. Se relaciona también con
la metáfora que trabajaremos a continuación: la Shekhinah que
camina acompañando al pueblo de Israel.
A continuación en el fragmento, la creación de Dios se percibe
como una escritura, como se dice en el Sefer Yetzirah “Idea,
3 Ver el prólogo de Green 2004.
palabra y escritura son para Dios una y la misma cosa” (Sefer
Yetzirah p. 60)
Las letras van entrando en orden inverso y una por una Dios las
recibe y les explica porque no es apropiado comenzar el mundo con
ninguna de ellas. Cuando entra la letra tsadi, Dios le dice que
debe permanecer oculta.
The letter tsadi entered. She said to him, ‘Master of
the world, may it please You to create the world by me
for tsaddiqim, the righteous, are sealed by me, and You,
who are called Tsaddiq, Righteous, are signified by me,
as is written: For YHVH is tsaddiq –living righteousness (Psalms
11:7). It is fitting to create the world by me!’
“He replied, Tsadi, you are tsaddiq, but you should
remain hidden –not so revealed- so as not to provide
the world a pretext’ (Zohar 1:2 b)
Pero, ¿por qué? Precisamente porque en ella se guarda un secreto,
el de la sagrada alianza, unión, entre lo femenino, la Shekhinah
representada por la letra Nun y lo masculino, Yesod representado
por la letra Yod.
How so? She is nun. Yod from the name of the holy
covenant4 comes and rides on her, is united with her.
(Zohar 1:2 b)
A continuación, se dice también que creó a Adán con dos caras,
pero las caras no se miraban, lo que señala una unión incompleta
o imperfecta.
Entonces, Dios dice “Turn back, for I intend to split you and
transfigure you face-to-face, but you will arise elsewhere”
(Zohar 1:2b), lo que quiere decir que se convertirá en la letra
tet, que cumplirá un rol importante en el mundo por venir.
En la letra tsadi, vemos como la materialidad del lenguaje se une
con la sexualidad, la unión de la divinidad femenina y masculina
que debe mantenerse como secreto para que el mundo no tenga
pretexto para impugnar esta unión.
Por otro lado, este Adán con dos caras nos remite al mito del
andrógino, el primer ser creado que era hombre y mujer juntos.
En esta discusión nos encontramos con la materialidad de las
letras, a la par que con su significado. El dibujo de las letras
es intrínseco a su sentido, y también se puede ver que cada letra4 Esta sagrada alianza representada por la letra Yod sería la circuncisión, según el comentario de Daniel Matt.
es como un personaje de la historia, con sus propios atributos y
debilidades. Como por ejemplo, la letra shin que en sí es una
letra de verdad pero que al dejarse llevar por la qof y la resh se
vuelve quesher o sea, mentira.
The letter shin came before Him. She said, ‘Master of
the worlds, may it please You to create the world by
me, for by me You are named Shaddai, and it is fitting
to create the world by a holy name’
He replied, ‘You are seemly, you are good, and you are
trae, but since letters of deceit take you as their
accomplice, I do not wish to create the world by you.
For a lie cannot exist Nules qof-resh take you. So
whoever wants to tell a lie will first lay a foundation
of truth and then construct the lie. (Zohar 1:2 b)
La forma de la letra shin, con los tres brazos representa a los
tres patriarcas, por lo que el dibujo de la letra tiene en sí
misma un significado; así como los significados de las distintas
palabras que se pueden formar con ella.
En cuanto al poder creador de las letras, uno de los textos más
importantes al respecto es el Sefer Yetzirah o Libro de la
Formación, en donde se explica como las letras crearon todo lo
que existe a partir de las llamadas letras madres: shin, aleph y
mem; que dieron lugar a los tres elementos fundamentales: fuego,
éter o aire y agua; de los cuales todo lo demás proviene. En este
libro, al igual que en el Zohar, las letras crean mundos y sirven
como caminos hacia la divinidad.
Conforme va avanzando el relato, cada una de las letras entra a
la presencia divina y esta fuerte relación entre forma y
significado se va haciendo cada vez más evidente. Recordemos que
dicha relación es a la que apunta idealmente la poesía: que fondo
y forma sean la misma cosa. Por lo que volvemos a las similitudes
que se pueden encontrar entre el lenguaje en el Zohar y en otros
textos poéticos.
Hacia el final del relato entra la letra bet y Dios le dice que
sí, ella será el inicio de la creación, por esto el Génesis
empieza con bet en la palabra Bereshit.
The letter bet entered. She said to Him, ‘Master of the
world, may it please You to create the world by me, for
by me You are blessed above and below’.
The blessed Holy One replied. ‘Indeed, by you I will
create the world. You will be the beginning of
Creation.’ (Zohar 1:3 b)
Tenemos que se crea al mundo a través de la letra Bet cuya
asignación numérica es el dos; entonces en el principio de la
creación tenemos a dos, que aparece de nuevo como la pareja
cósmica cuya sexualidad es celebrada por el Zohar en varios
niveles (Anidjar 75), precisamente el libro abre con una
reflexión sobre el Cantar de los Cantares bíblico.
Los amantes del Cantar de los Cantares son mostrados como la
pareja divina: las Sefirot Tif eret y Shekhinah.
En el extremo de esta relación con el lenguaje, éste se toca con
la materialidad y la sexualidad. En otras palabras, existe un
eros en la escritura del Zohar, como una doncella que al estar
cubierta con un velo es más atractiva y sugerente para su
amante5. Pese a que existen muchos niveles de interpretación en
5 Esta es una metáfora sugerida por Woolfson.
el Zohar, no es necesario buscar en los niveles más profundos y
misteriosos, el texto se debate en su misma escritura: a piel de
texto.
In zoharic literature engraving letters, or more
generally the process of inscription, is a decidedly
erotic activity. (Woolfson 80)
La dualidad de la letra Bet con la que se crea el universo se ve
a su vez reflejada en la unión del Rey con la Shekhinah, Moisés
con la Matronita así como la misteriosa dualidad María madre y
esposa de Jesús.
Esta comparación entre la imagen de la Shekhinah y María no es
forzada. Ambas imágenes femeninas están prefiguradas poéticamente
en la cita del Cantar de los Cantares con la que inicia el Zohar
“Como una rosa entre las espinas, así es mi amada entre las
doncellas” (Cantar de los Cantares 2:2). La rosa, en este caso,
representa tanto a la Shekhinah como a la asamblea de Israel, a
la vez que es un símbolo también atribuido a la Virgen María.
Por otro lado, esta creación doble dada por la letra bet ha sido
leída por Gershom Sholem como la creación de dos mundos
paralelos, uno superior: el mundo de las emanaciones divinas o
Sefirot y un mundo inferior que es el de la creación visible.
El proceso de creación también ha tenido lugar en dos
planos –uno superior y otro inferior- y por ello la
Torá comienza con la letra bet, cuyo valor numérico es
dos. El acontecimiento inferior corresponde al
superior; uno produjo el mundo superior (el de las
sefirot), y el otro el mundo inferior (el de la
creación visible) (Scholem 1996, 184)
El mundo superior representa la unidad dinámica de Dios, mientras
que el inferior es el mundo de la separación, donde cada cosa
está separada entre si y los hombres separados de Dios.
Esto nos lleva a pensar en la poesía mística, que a través de la
palabra busca retomar la conexión con la divinidad. Parafraseando
a Agamben, la luz brillante, el resplandor del Zohar lleva a
pensar en el lenguaje como una experiencia de amor e iluminación.
El conocimiento y el amor divino van de la mano en el texto.
Así planteadas las cosas, el lenguaje material y erótico se
corresponde con el lenguaje místico, en donde se elabora una
unión espiritual con la divinidad que linda en muchos casos con
lo carnal. En este tipo de poesía existe una imagen del alma en
el exilio de Dios que se condice muy de cerca con la imagen del
exilio del pueblo judío y más específicamente en el Zohar con el
exilio de la Shekhinah. Mientras el pueblo judío esté exiliado la
Sheknhinah lo acompaña en su exilio y ambos se corresponden
metafóricamente en el Zohar. Aquí cobra importancia la lectura
canónica del Cantar de los Cantares como el amor que tiene Dios
por su pueblo, o sea el amor que la divinidad siente por la
Shekhinah.
Dentro del contexto del alma exiliada de Dios, tanto la Shekhinah
como la Virgen María cumplen roles análogos, ambas sirven como un
vinculo entre el mundo inferior y el mundo superior. La Virgen
intercede por los pecadores ante su hijo, y la Shekhinah es la
puerta por donde se puede acceder a las emanaciones superiores
siendo ésta la emanación más cercana a la tierra.
Shekhinah, Sabbath among the seven lower sefirot or
“supernatural days”, is both pure passivity, receiving
her Light or strenght only form the “male” forces above
her, and the unique font of blessing (in Christian
terms: “grace”) upon whom all the worlds depend.
Mary too is nourisher and sustainer of humanity. “The
lactating virgin is, of course, one of the most common
iconographic themes in all of Christian art.” (Green
2002, 50 – 51)
Dicho de otro modo, la poesía mística es una poesía exiliar, que
resalta la dimensión de separación entre el alma y Dios. A la vez
que busca una unión casi (por no decir totalmente) erótica con la
divinidad.
La Shekhinah se constituye entonces en un nudo de significados,
una metáfora abarcadora dentro de la escritura del Zohar. Ya
hemos visto su dimensión erótica, su identificación con la
asamblea de Israel y su rol compartido con la Virgen María en
cuanto al exilio de los hombres. Pero falta ahondar un poco en su
rol como creadora, la Shekhinah es descrita en el Zohar como
creadora del mundo, y dado que el mundo ha sido creado por el
lenguaje, podemos inferir que la Shekhinah es asimismo una
metáfora para el lenguaje.
El lenguaje que para el poeta místico constituye su ligazón con
la divinidad a la vez que la patria intangible a la que quiere
regresar. Este es un lenguaje que une también a los dispersos, de
la misma manera que el ladino o judeoespañol se ha mantenido en
los hogares de miles de Sephardim por todo el mundo. La Shekhinah
representa esa unidad en medio de la separación.
Se cuenta que los judíos han guardado las llaves de sus hogares
ancestrales en España y Portugal. Es el recuerdo tangible de su
glorioso pasado.
There are said to be Moroccan Jews who have kept the
keys to their ancestral homes in fifteen century Spain
and Portugal. When , in the 1950s, the exiles dispersed
yet again –to France, Québec, Israel- these metal
relics from Seville and Granada. Lisbon and Barcelona,
became perhaps their most tangible link to their great
Sephardic past. Such keys may not in fact exist; but
even so they intrigue as metaphors. (Roskies citado por
Anidjar 4)
Estas llaves metafóricas intrigan todavía, pero ¿metáforas de
qué?, dado que se trata de una ligazón con el pasado, la vuelta a
un lugar, la patria de un pueblo disperso; se puede pensar que
esta es también una metáfora del lenguaje. El arameo imaginado
que escribió el autor del Zohar como una vuelta al lugar
primigenio, o el juedo español que es como volver a Sepharad para
los que lo hablan, incluso como el hebreo que sirve en la iglesia
para volver también a la patria. En una historia que implica
sucesivos y dolorosos exilios y éxodos el lenguaje es la única
patria posible. Tal vez una metáfora más para superponer al
rostro múltiple de la Shekhinah.
El lenguaje se constituye en una ligazón con un lugar, con el
pasado. El vínculo al origen y la solución a la separación.
Por otro lado, la imagen poética de la Shekhinah es fundamental
para entender al texto fragmentario del Zohar que a través de
esta imagen encuentra su unidad, de la misma manera que el pueblo
judío encuentra en ella su unidad en la diáspora y la puerta
hacia la divinidad.
Hemos visto como el lenguaje transcurre desde lo inefable, crea
un vacío para expresar al Ein-Sof, hasta la dualidad en la que se
une con lo material y con la sexualidad. El lenguaje crea un
mundo inferior y otro superior y finalemente acompaña en el
exilio a su pueblo, todas estas imagenes aliadas en mayor o menor
medida con esta gran metáfora que resulta ser la Shekhinah.
Bibliografía
- Anidjar, Gil. "Our Place in Al-Andalus": Kabbalah, Philosophy,
Literature in Arab Jewish Letters. Stanford, Calif: Stanford
University Press, 2002.
- Green, Arthur. A Guide to the Zohar. Stanford, Calif: Stanford
University Press, 2004.
- Green Arthur. “The Shekhinah, The Virgin Mary, and the Song of
Songs: Reflections on a Kabbalistic Symbol in its Historical
Context” AJS Review 26.1 (2002): 2 – 52.
- Scholem, Gershom Gerhard. Kabbalah. New York: Merdian, 1978.
- Scholem, Gershom Gerhard. Las grandes tendencias de la mística
judía. México: Fondo de Cultura Económica, 1996.
- The Zohar = [Sefer ha-Zohar]. Ed. And Trans. By Matt, Daniel
Chanan. Stanford, Calif: Stanford University Press, 2004.