El conciliabulum de Egara. De espacio político a espacio sagrado

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SANTUARIOS SUBURBANOS Y DEL TERRITORIO EN LAS CIUDADES ROMANAS Juuo h1A.NGAS h1A.NJARRJÉS Y htúGUJEl ÁNGlEl NovnLo LOJPJEZ

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SANTUARIOS SUBURBANOS Y DEL TERRITORIO

EN LAS CIUDADES ROMANAS Juuo h1A.NGAS h1A.NJARRJÉS Y htúGUJEl ÁNGlEl NovnLo LOJPJEZ

Monografía del ICCA

Santuarios suburbanos y del territorio de

las ciudades romanas

Julio Mangas Manjarrés y Miguel Ángel Novillo López (eds.)

Instituto universitario de investigación en Ciencias de la Antigüedad de la

Universidad Autónoma de Madrid

Portada: Templo romano del Puente de Alcántara.

Cortesía del Deutsches Archäologisches Institut (Madrid)

Diseño de portada: Miguel Ángel Maroto de Lis

TÍTULO: SANTUARIOS SUBURBANOS Y DEL TERRITORIO DE LAS

CIUDADES ROMANAS.

Edita: Jose Pascual González – ICCA

I.S.B.N.: 978-84-616-9864-6

Depósito Legal: M-14902-2014

Imprime: VIRO Servicios Gráficos, S.L.

c/Rosal, 3-5, P.I. Los Nuevos Calahorros

28970 Humanes de Madrid

3

Santuarios suburbanos y del territorio de las ciudades romanas

Sumario

Artículos Páginas

Presentación Julio MANGAS – Miguel Ángel NOVILLO LÓPEZ 5-7

Los santuarios suburbanos y la religión de las matronas. El templo de Fortuna Muliebris 9-29

en la Roma Republicana Rosa María CID LÓPEZ

Memoria, espacio y religión en la República romana 31-52

Ana RODRÍGUEZ MAYORGAS Santuarios en canteras y romanización religiosa en Hispania y Gallia 53-86

Silvia ALFAYÉ – Francisco MARCO Sociedad municipal y sacra publica. A propósito de un relieve del territorio de 87-122

Lugdunum (Lyon) Juan Francisco RODRÍGUEZ NEILA

Espacios sagrados y campamentos militares romanos en Hispania 123-162

Angel MORILLO Santuario y escritura en la Galicia romana 163-183

Marco GARCÍA QUINTELA – Pedro LÓPEZ BARJA DE QUIROGA

Santuarios suburbanos en la Asturias romana: Los espacios sagrados dedicados a Júpiter 185-203

Narciso SANTOS YANGUAS Los santuarios del territorio en las ciuitates de la Asturia augustana: el ejemplo del 205-223

deus Vagus Donnaegus Mª Cruz GONZÁLEZ RODRÍGUEZ Metalla, ciuitates y loca sacra (Maragatería, Teleno y Alto Bierzo) 225-276

Almudena OREJAS SACO DEL VALLE – Fernando ALONSO BURGOS Flaviobriga y el santuario de Salus Umeritana 277-294

José Manuel IGLESIAS GIL – Alicia RUIZ GUTIÉRREZ

Nuevo santuario rural en territorio turmogo 295-309

Bruno P. CARCEDO DE ANDRÉS – David PRADALES CIPRÉS

Vurovius y la cristianización de los espacios rurales en la península Ibérica 311-338

Rosa SANZ SERRANO – Ignacio RUIZ VÉLEZ

Sumario

4

Bonus Eventus en Puente Talcano (Sepúlveda, Segovia). Un santuario rural en el territorio 339-382

del municipium de Duratón (Hispania Citerior) Santiago MARTÍNEZ CABALLERO

Hércules en la Meseta. Testimonios, carácter y conexiones 383-411

María del Rosario HERNANDO SOBRINO La epigrafía latina de la provincia de Salamanca como fuente para el estudio 413-440

de los santuarios rurales Manuel SALINAS DE FRÍAS – Juan José PALAO VICENTE El conciliabulum de Égara. De espacio político a espacio sagrado 441-456

Alberto PRIETO ARCINIEGA – Joan OLLER GUZMÁN

El castrum Octavianum (St. Cugat del Vallés): de santuario rural a fortaleza defensiva 457-488

Oriol OLESTI VILA Dioses y santuarios rurales en el territorio Caperensis 489-510

Julio GÓMEZ SANTA CRUZ – Julio ESTEBAN ORTEGA

El culto a las Ninfas y el aprovechamiento de las aguas termales en Tagili: 511-533

un posible santuario en Cela María Juana LÓPEZ MEDINA

El santuario de Tajo Montero en estepa, Sevilla 535-547

Miguel ALONSO RODRÍGUEZ – José María LUZÓN NOGUÉ – Irene MAÑAS ROMERO Santuarios en la provincia romana de Arabia 549-560

Carmen BLÁNQUEZ PÉREZ Las cuentas del santuario de Júpiter Capitolino en Arsínoe (Egipto) en época de Caracalla 561-596

(papiro de Fayum BGU 362): el templo, motor económico de una villa agrícola Sabino PEREA YÉBENES

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El conciliabulum de Égara. De espacio político a

espacio sagrado

Alberto PRIETO ARCINIEGA1

Joan OLLER GUZMÁN2

Universidad Autónoma de Barcelona

RESUMEN En este artículo trataremos sobre la evolución del núcleo romano de Égara. Partiendo de las

evidencias arqueológicas, epigráficas y documentales reseguiremos la evolución de este

asentamiento desde su formación hasta época tardo-romana. Plantearemos, a la vez, una

hipótesis sobre la tipología jurídica que recibiría antes de su conversión en municipium.

Centrándonos en el caso de los conciliabula, analizaremos las características de estos y

propondremos posibles paralelos con otros ejemplos que pudiesen respaldar dicha teoría. Palabras clave: Égara, civitas sine urbe, municipio, conciliabula.

ABSTRACT This paper deals with the evolution of Egara, a Roman site, from its formation to the Late

Antiquity, thanks in particular to the archaeological, epigraphic and literary evidence.

Equally, we will try to stress a hypothesis on Egara’s juridical typology before its transfor-

mation into a municipium. Furthermore, the general trend on Roman conciliabula will be

thoroughly discussed, searching for similar examples elsewhere in order to support our study case. Key words: Egara, civitas sine urbe, municipium, conciliabula.

Este trabajo se centrará en recordar cómo el sistema romano, a través del dere-

cho, había creado una cadena de subordinaciones tanto de personas como de indivi-

duos. Ello lo podemos ver claramente en el terreno de la organización territorial y,

por ende, de los espacios donde estas diferencias se perciben claramente. El modelo ideal de ciudad romana estaba constituido por un territorium delimi-

tado por unos termini, con un centro político, urbs, desde cuyo centro, foro, irradia-

_____________

1 Para la elaboración de este trabajo ha sido básica la ayuda del proyecto de investiga-

ción HUM2007-64250/HIST titulado: ‘Vencedores y vencidos: imperialismo, control social

y paisajes antiguos’. 2 Con la ayuda de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Alberto Prieto Arciniega – Joan Oller Guzmán El concialiabulum de Égara…

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ban los ejes de la centuriatio, destinada a organizar los agri de la civitas. Para los

romanos la civitas sería el nombre jurídico en el que estaba englobado todo este conjunto, pero este modelo no siempre existió en la práctica de una forma semejan-

te con lo que, en el aspecto que nos interesa destacar aquí, es posible que no existie-

ra físicamente una urbs, aunque en su ámbito territorial se eligiera un lugar concreto

como centro político. Este fue posiblemente el caso de nuestro objeto de estudio: la civitas de Égara.

3

El caso de la Égara romana constituye uno de los ejemplos más interesantes.

Situada en la actual Terrassa (Vallès Occidental, Cataluña), la documentación epigráfica alto-imperial hallada en la iglesia de Santa María permite saber que Égara

en época flavia obtuvo el estatuto municipal4 y contó con un ordo decurionum y un

colegio de duouiri.5 La problemática que presenta este municipio romano es que no se

ha conseguido situarlo físicamente en el territorio; es decir, la arqueología no ha encontrado evidencias suficientes para poder hablar de una urbe con un espacio

habitado dentro de la actual Terrassa. De este modo, y teniendo en cuenta el

importante número de intervenciones arqueológicas realizadas en este término municipal, se han de buscar alternativas explicativas coherentes con la evidencia que

ofrece el registro arqueológico.

URBANISMO

Como ya hemos dicho, a pesar de los diversos estudios realizados aún siguen sin

aparecer en el casco urbano de la actual Terrassa vestigios suficientes para determinar la ubicación de la urbs de la antigua civitas. En un trabajo anterior

6 ya se expuso

cómo existen argumentos para pensar que ésta nunca existió.

Por lo que respecta a la existencia de un asentamiento ibérico previo de cierta im-portancia en Égara, de nuevo las evidencias arqueológicas no permiten apoyar dicha

hipótesis. Así, aunque el topónimo Egara se considera de procedencia no romano, la

escasez de restos prerromanos en Terrassa no permite pensar que hubiera podido existir un importante asentamiento ibérico. Esta teoría ha sido un lugar común

_____________

3 No es este el lugar para exponer las diversas situaciones existentes dentro de las dife-

rentes civitates romanas en el nordeste peninsular. Recientemente ya se expusieron algunos

de los problemas de las civitates sin urbes en la actual Cataluña. Cf. I. Arrayás et alii, 2001,

pp. 311-317. 4 G. Fabré – M. Mayer – I. Rodá, 1984, epígrafe nº 66. 5 Idem nº 69. 6 A. Prieto, 1997, pp. 209-215.

Alberto Prieto Arciniega – Joan Oller Guzmán El conciliabulum de Égara…

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dentro de la historiografía sobre Égara7 y, básicamente, sus defensores se apoyaron

en una polémica cita de Ptolomeo sobre un núcleo de Egosa, tradicionalmente identificado con Égara.

8 En general, dicha atribución se hace en base al parecido

fonético entre los dos topónimos. En realidad, los problemas que presenta un autor

como Ptolomeo, junto a la dificultad que entraña tal tipo de identificación, hace que

sea difícil poder defender esta teoría.9

A nivel arqueológico, se han identificado diversos restos de cronología ibérica

en la zona de Terrassa, tanto dentro del núcleo urbano como en el entorno rural. Los

principales vestigios se centran en la zona de Sant Pere, un pequeño espolón de tierra donde se sitúan las iglesias que se relacionan con el municipio romano, a

partir básicamente del conjunto epigráfico recuperado. Las excavaciones realizadas

en este punto a partir de los años 90 permitieron constatar de forma definitiva la

presencia ibérica, cuando se excavaron diversos silos y se encontraron materiales interesantes como grafitos ibéricos, que parecen mostrar una ocupación entre el 400

y el 200 a.C.10

Todo ello vendrá reforzado por las últimas excavaciones realizadas

en Sant Pere, que confirman la presencia de un pequeño asentamiento ibérico a partir de la documentación de una habitación pavimentada, muros aislados, varios

hogares y agujeros de palo y cuatro hornos de enriquecimiento de hierro.11

Con

todo, estos hallazgos no permiten hablar de un verdadero oppidum ibérico en la zona sino que de un asentamiento rural de segundo o, incluso, tercer orden. En ese

sentido, no se puede obviar el contexto de la región en la que nos encontramos, la

Layetania ibérica, que en este período se caracterizaba por una densa ocupación del

territorio y una jerarquización entre núcleos. Si seguimos las diversas propuestas sobre esta estructuración entre los asentamientos, los indicios encontrados en Sant

Pere permiten hablar sólo de un hábitat disperso, caracterizado por la inexistencia

de estructuras complejas, un hábitat reducido y una zona de almacenamiento mar-

_____________

7 La primera referencia a esta relación entre la cita de Ptolomeo y Égara la encontramos

en el historiador local J. Soler i Palet, el cual será seguido por un buen número de estudio-

sos. Vid. J. Soler i Palet, 1928, pp. 17-25. 8 “Después de ellos vienen los castellani; sus ciudades en el interior se llaman: Sebendu-

num, Bassi, Egosa, Beseda”. Ptol. Geografia. II, 6, 71. Traducción propia al castellano a

partir de la edición alemana de A. Stückelberger y G. Grasshoff de 2006. 9 A pesar de ello, sí que hay algunos aspectos interesantes a tener en cuenta en referencia

a esta cita de Ptolomeo como la cita del núcleo de Rubricata (tradicionalmente identificado

con Rubí, ciudad muy próxima a Terrassa) o la inclusión de Egosa dentro de la región de los

castellani. Para más detalles vid. J. Oller, 2009, pp. 189-208. 10

A. Moro y F. Tuset, 1997, p. 12. 11 G. Garcia – A. Moro – F. Tuset, 2009, pp. 33-34.

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cada por la presencia de diversos silos.12

Una tipología que se encuentra documen-

tada también para este período en diversos puntos del término municipal de Terras-sa. Este hecho es importante puesto que, seguramente, el asentamiento de Sant Pere

tendría una cierta preeminencia sobre estos pequeños núcleos cercanos debido a su

situación ligeramente privilegiada; hecho que ciertamente afectaría a su posterior

papel central en este territorio.13

De este modo, el asentamiento de Sant Pere no se puede considerar como un

centro ibérico de primer orden y, de hecho, seguramente estaba subordinado a otros

poblados layetanos occidentales de mayor entidad como Can Fatjó (Rubí) o Turó de Ca n’Oliver (Cerdanyola del Vallès). Esta situación no parece que sufra variaciones

durante el periodo republicano/ibérico final (s. II - I a.C.). El registro arqueológico

para este momento resulta, si cabe, más pobre y muestra una continuidad dentro del

hábitat rural documentado para época ibérica plena. Los hallazgos más destacados serían un conjunto de trece silos, cinco agujeros de dolium, muros y piedras de

molino, con una cronología desde el siglo II a.C. y amortizados hacia el cambio de

era.14

La escasez de vestigios, pues, mostraría esta continuidad dentro de la función del asentamiento pero con una progresiva introducción de elementos técnicos y

constructivos de tipología romana, tales como los dolia. Con ello comprobamos

cómo la influencia de la conquista romana se dejó notar rápidamente en la zona de Terrassa. Aunque en este primer momento tuviera una influencia leve, no podemos

obviar que nos encontramos en la actual región del Vallès, que se encuentra en un

corredor natural que comunica la zona ampuritana (primer foco de conquista roma-

no) con el llano de Tarragona. Por tanto, una zona estratégicamente crucial, que desde un momento muy temprano experimentaría la presencia de población itálica.

En el caso del asentamiento de Sant Pere, ciertamente no podemos hablar de una

presencia de itálicos tan temprana, pero sí de una serie de cambios impulsados a partir de la conquista que permitirían que un pequeño asentamiento de importancia

muy local pasara a convertirse en una civitas romana de categoría municipal. Y si

bien las primeras transformaciones se darán durante el período republicano/ibérico final, el gran momento de cambio sería la segunda mitad del siglo I a.C.

_____________

12 Este modelo sobre la jerarquización de núcleos en época ibérica plena en la zona cata-

lana central se plantea en el trabajo de D. Asensio et alii, 1998, pp. 373-386, y es seguido,

con mínimas variaciones, por buena parte de los autores que han tratado posteriormente

acerca de esta cuestión. 13 El yacimiento de las iglesias de Sant Pere se encuentra en un pequeño espolón de tie-

rra situado entre dos torrentes, en una posición fácilmente defendible y central dentro del

territorio. 14 I. Arrayás et alii, op. cit., p. 18.

Alberto Prieto Arciniega – Joan Oller Guzmán El conciliabulum de Égara…

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El período de finales del siglo I a.C. se trata de una primera fase que parece ge-

neralizable a otros centros de la actual Cataluña.15

En este período, en Égara apare-cen, por primera vez, unas estructuras destacables que no conocemos bien pero que

por algunos elementos constructivos podrían mostrar la existencia de algún tipo de

espacio público en el antiguo asentamiento ibérico. Serían las transformaciones

augusteas las que generarían este cambio en la jerarquía del antiguo asentamiento ibérico y especialmente sería importante la creación de la colonia de Barcino, nuevo

eje organizador de la zona catalana central y estrechamente vinculada a la evolución

de Égara, como veremos más adelante. Estos cambios harían que se entrase en lo que algunos autores han considerado como una etapa “premunicipal”,

16 en la que

Égara empezó a asumir un rol de creciente importancia dentro de la administración

del territorio circundante.17

A nivel arqueológico, con todo, las evidencias siguen siendo pobres. Así, los si-los y dolia encontrados en Sant Pere se amortizan en este momento, a la vez que se

da un aterrazamiento de la zona, lo cual indicaría un cambio en la estructura del

asentamiento. Por lo que respecta a las últimas intervenciones realizadas han sacado a la luz un conjunto de estructuras industriales tales como un importante conjunto

de silos, tres pequeños depósitos, pozos y diversos dolia, junto a un pequeño com-

plejo detrás del ábside de la iglesia de Sant Pere. A la vez, se ha documentado una posible domus romana al sur del conjunto.

18 A pesar de que la cronología de estas

estructuras presenta algunos problemas de precisión, en general parece que pode-

mos hablar de una continuidad de la vinculación con la producción rural, juntamen-

te a un crecimiento de la importancia de este núcleo. A ello le hemos de añadir el hecho que las villae documentadas para el territorio de Égara aparecen a partir de

este momento, indicando un cambio en la ordenación y explotación del espacio

circundante. Finalmente, no podemos olvidar que la documentación medieval nos habla de una estrecha vinculación entre Égara y Barcino, de tal modo que sería

lógico que la fundación de la colonia augustea implicara una variación importante

en el estatus de Égara. Sin embargo, nada permite indicar que esto supusiera la creación de una verdadera ciudad en el sentido urbanístico del término. _____________

15 Cf. I. Arrayás et alii, op. cit. 16 O. Olesti y G. Garcia, 1999, p. 6. 17 Creemos que, a partir de este momento augusteo, se puede empezar a hablar de Égara

como tal, puesto que el núcleo empieza a asumir unas funciones diversas de las que tenía el

asentamiento ibérico. El emplazamiento de Égara en este punto lo defendemos no tanto por

las evidencias arqueológicas (que son escasas, como veremos) sino que por la acumulación

de epigrafía honorífica en la zona de las iglesias y por la existencia de documentación

medieval que vincula directamente el antiguo municipio con la sede episcopal. Respecto a

este último aspecto vid. J. Soler, 2003, p. 62. 18 G. Garcia – A. Moro – F. Tuset, op. cit., pp. 35-40.

Alberto Prieto Arciniega – Joan Oller Guzmán El concialiabulum de Égara…

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Todo este proceso por el cual Égara va adquiriendo un papel de mayor impor-

tancia culminaría durante el gobierno de los flavios, cuando fue promovida a muni-cipio romano. Este proceso nos viene atestiguado de forma segura gracias a la

existencia de unas fuentes epigráficas notables, en las cuales no centraremos nuestra

atención con detalle puesto que ya han sido bien estudiadas.19

Tan sólo hay que

destacar que en ellas se documenta la existencia del municipium flavium Egara con su ordo decurionum y algunas magistraturas.

20 Por tanto, vemos que las reformas

impulsadas por el emperador Vespasiano en Hispania con la implantación del ius

latii, afectarían de forma directa el núcleo situado en la zona de Sant Pere, promo-viéndolo a la categoría municipal. Seguramente este hecho estaría relacionado con

las motivaciones que movieron al primero de los flavios a llevar a cabo estas refor-

mas.21

Así, por un lado, tenemos la necesidad de integrar definitivamente un territo-

rio clave a diferentes niveles como Hispania dentro de la estructura imperial. Para ello Vespasiano precisaba de un instrumento que le permitiese, más que romanizar,

uniformar todo este territorio tan heterogéneo, y este instrumento sería el ius latii.

Esta situación enlaza perfectamente con el caso egarense, una zona básicamente rural que no había recibido un impulso romanizador intenso hasta hacía pocas

décadas. Por lo que respecta al aspecto financiero, uno de los motivos básicos de la

concesión del ius latii fue el de incrementar los ingresos fiscales, ya que un aumen-to de la ciudadanía suponía un aumento de la tasación, a la vez que la promoción de

las comunidades obligaba a las elites a mantener un cierto evergetismo para el que

debían obtener ingresos importantes, integrándose en los circuitos económicos y

fiscales. En el caso de Égara este punto resulta claro, ya que hemos de recordar su relación con la próxima colonia de Barcino, una colonia, cabe recordarlo, inmune.

Por lo tanto, la existencia de un núcleo de categoría jurídica romana cercano a esta

colonia permitiría establecer un punto central de recaudación tributaria sobre un territorio que se podía haber extendido por toda la región vallesana occidental e,

incluso, llegar al llano de Barcelona.

De este modo, las inscripciones encontradas en los muros de la iglesia de Santa María, en la zona de las iglesias de Sant Pere, permiten saber que en Égara se

encontraba un asentamiento de tipología jurídica romana y, por tanto, con cierta

importancia dentro del territorio circundante, como postularemos más adelante. La

_____________

19 Especialmente en los trabajos de Mayer, Rodà y Fabré. Vid. G. Fabré – M. Mayer – I.

Rodà, 1981; M. Mayer y I. Rodà, 1984; G. Fabré – M. Mayer – I. Rodà, op.cit. 20 Básicamente a través de dos epígrafes: una dedicación al emperador Antonino Pío

(IRC, I, 66) y otra a Quinto Granio Optato (IRC, I, 69), duoviro y tribuno militar del muni-

cipio, respectivamente. 21

Un buen estado de la cuestión acerca las motivaciones que llevaron a Vespasiano a

iniciar este proceso de reformas se encuentra en J. Andreu, 2004.

Alberto Prieto Arciniega – Joan Oller Guzmán El conciliabulum de Égara…

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cuestión, de nuevo, es que la arqueología no ha conseguido encontrar vestigios

suficientemente importantes para demostrar la existencia de un núcleo urbano real en esta zona. Por tanto, incluso ahora que ya sabemos que Égara existía como tal,

no se puede hablar en ningún caso de una civitas con una parte urbanística consoli-

dada. De hecho, las últimas aportaciones de la arqueología siguen incidiendo en un

hábitat decantado hacia una producción de tipo rural junto a la documentación de esta domus romana sin una atribución funcional clara. Durante los siguientes siglos

la situación no variaría excesivamente y seguimos con los mismos escasos indicios

arqueológicos sobre una posible ciudad urbanísticamente definida. Finalmente, sobre esta misma zona, la documentación medieval muestra como en el siglo V d.C.

se constituyó la sede episcopal de Égara, con la progresiva construcción de las

iglesias de Sant Pere, Santa Maria y Sant Miquel, sustituyendo el municipio egaren-

se que seguramente a partir ya del siglo IV dejó de existir como tal.

LA RELACIÓN CON BARCINO Un aspecto clave dentro de toda esta evolución de Égara sería la relación con

Barcino. Así, la epigrafía y las fuentes altomedievales permiten observar que la civitas

de Égara, mantuvo un especial vínculo con Barcino, siendo realmente significativo el hecho de que el primer obispo de Egara fuera nombrado desde la antigua colonia

romana22

. Estos testimonios parecen confirmar que la ciuitas egarense se mantuvo bajo

la zona de influencia barcinonense.

Hemos visto anteriormente como la fundación de la colonia augustea tuvo im-portantes repercusiones para el territorio egarense. De hecho, la reforma augustal de

esta zona tendría como pilar primordial la fundación de Barcino. También hemos

visto ya que la reforma flavia que supuso el ascenso a categoría municipal de Égara podría estar relacionada con el hecho que la nueva colonia era de tipo inmune. Todo

ello viene confirmado a nivel epigráfico a partir del hecho que el único personaje

conocido de Égara pertenecía a la tribu Galeria y no a la Quirina, como debía corresponder a un individuo englobado en un municipio flavio como fue Égara. Los

intentos de explicación aducidos ante esta situación hasta el momento no han sido

plenamente satisfactorios.23

C. Castillo24

planteó la hipótesis que se podría tratar de

un ejemplo de ciudades que, aún estando adscritas a la tribu Quirina, admitían ciudadanos de la Galeria, pero con ella no solucionaba ni mucho menos la pro-

blemática. En su lugar la respuesta inicial la tenemos en Plinio (NH., III, 18), quien

expuso que en la provincia Tarraconensis existían numerosas civitates que eran

_____________

22 M. Mayer, 1991, p. 259. 23

G. Fabré – M. Mayer – I. Rodà, op. cit., p. 27. 24 C. Castillo, 1988, p. 239.

Alberto Prieto Arciniega – Joan Oller Guzmán El concialiabulum de Égara…

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dependientes de otras bajo la condición jurídica de localidad contributa. En este

caso se podría pensar que el territorio de Égara inicialmente formó parte de la colonia de Barcino, que además era colonia inmune como también lo fueron las

colonias de Ucubi25

e Ilici, de las que si sabemos que tuvieron bajo su jurisdicción a

otros centros de categorías inferiores. Posteriormente, con las reformas flavias,

Égara pasaría a ser municipio independiente a nivel jurídico de Barcino, segura-mente con una intención de aumentar la recaudación tributaria en la zona. A pesar

de ello, Égara mantuvo diversas huellas de su anterior situación como sería su

pertenencia a la tribu Galeria o que su primer obispo fuera nombrado desde la sede episcopal de Barcino.

EL CONCILIO DE ÉGARA La creación de la sede episcopal supone un paso importante para conocer la his-

toria de Égara.26

De hecho, permite obtener un conjunto de datos interesantes para

comprender la evolución del antiguo municipio. En primer lugar, la documentación medieval referente a la sede episcopal da unos datos básicos para situar el munici-

pio en la zona de Sant Pere, puesto que nos hace referencia directa al municipium en

relación al conjunto eclesiástico (ecclesia illius municipi).27

Esto reafirma nuestra hipótesis de que el núcleo egarense se encontraba en este lugar y, por tanto, sin un

centro urbano real.

Por otro lado, ya hemos visto que sobre las estructuras altoimperiales se cons-

truyó, en el siglo V d.C., este conjunto episcopal, el cual, significativamente, con-servó la misma orientación de las estructuras preexistentes, lo cual podría indicar que

estas habían formado parte de un centro monumental28

. De este modo, el actual posi-

cionamiento de las iglesias podría encajar perfectamente con el centro político de la civitas de Égara, que habría sido un área pública y religiosa, un papel que mantuvo

desde el periodo romano y que se vio potenciado en época tardía al ser designada sede

episcopal aunque, realmente, no tuviese una entidad urbana. Otro aspecto a tener en cuenta estaría relacionado con la celebración del concilio de

Égara el año 615 d.C. Un evento de este tipo muestra claramente la importancia que

había adquirido la sede egarense, convirtiéndose en un centro religioso y administrati-

vo de primer orden a nivel regional, aunque siempre manteniendo una cierta depen-

_____________

25 J.F. Rodríguez Neila, 1978, pp. 55-62. 26 Sobre la evolución de las iglesias a partir de la arqueología vid. G. Garcia – A. Moro –

F. Tuset, op.cit. Por lo que respecta a la evolución histórica del obispado a partir de la

documentación medieval, vid. A.M. Mundó, 1992, pp. 41-49. 27

J. Soler, op. cit., p. 62. 28 O.Olesti y G.Garcia, op. cit., pp. 13-23.

Alberto Prieto Arciniega – Joan Oller Guzmán El conciliabulum de Égara…

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dencia de la sede de Barcino. En la documentación que nos menciona este hecho, se

apoyaría la hipótesis de que no nos encontramos delante de una ciudad en el sentido clásico del término sino de una civitas sine urbe. Esto vendría testimoniado por la

mención de locus que se otorga a Égara en dicho concilio (convenientes in unum

episcopi provinciae Tarraconensis in locum Egara),29

en vez de utilizar una nomencla-

tura más propia de los grandes núcleos urbanos como sería urbs. Finalmente, vale la pena de recordar que la zona llamada habitualmente de “las

iglesias” sería el lugar que la tradición tendió a denominar Égara,30

mientras que el

nombre futuro de la localidad (Terrassa) tendió a relacionarse con otro lugar cuyos orígenes habría que relacionarlos con lo que se llamó el “castell de Terrassa”.

31

EL CONCILIABULUM DE ÉGARA Resumiendo, pues, toda la información expuesta, a día de hoy parece que lo más

apropiado para el caso del núcleo romano de Égara sería hablar de una civitas sine

urbe. Ahora bien, el problema más destacable vendría a la hora de aportar un nombre jurídico a este asentamiento antes de su conversión en municipio. Por lo que hemos

visto existía un espacio territorial dentro del cual un determinado lugar (la zona de

Sant Pere) tuvo cierta relevancia al menos desde finales del siglo I a. d. C. Este asentamiento pudo haber sido el centro político de una comunidad de hábitat dis-

perso que más tarde se transformó en municipio y mantuvo el mismo escenario

como punto político central. Las funciones de ese centro eran primordialmente

políticas pero también podría haber tenido otras como centro de mercado o pura-mente de reunión de la comunidad, de tal modo que ello daría por resultado que allí

se celebrara el concilio de Égara y que, con el tiempo, se transformara completa-

mente en un lugar sagrado. A partir de estas hipótesis sigue resultando complicado concretar ante qué tipo

de núcleo jurídico nos hallamos. Dentro del mundo romano, existían un conjunto de

entidades de segundo orden que las fuentes nos detallan y que tuvieron su impor-tancia dentro de la ordenación territorial en Italia. Esta organización del territorio y

sus problemas pasaron posteriormente al mundo provincial y algunas de estas

entidades se adoptaron también al reordenar las regiones conquistadas. Así, encon-

tramos centros o aglomeraciones de población tales como los fora, conciliabula, vici y castella. Cabe decir que existen amplias discusiones sobre la definición

concreta de la tipología y función de todos estos núcleos. Con todo, para el caso de

Égara resultan especialmente interesantes los llamados conciliabula. En general, los

_____________

29 J. Vives, 1963, p. 162. 30

P. Puig i Ustrell, 1988, pp. 45-46. 31 A. Borfo y P. Roca, 1988, pp. 29-45.

Alberto Prieto Arciniega – Joan Oller Guzmán El concialiabulum de Égara…

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autores que han tratado sobre ellos remarcan que serían una especie de centros de

reunión de diversas comunidades rurales dispersas. De este modo los define E. Sereni, añadiendo el hecho que normalmente eran centros que eran dependientes de

otros asentamientos jerárquicamente superiores como podían ser las colonias o los

municipios.32

Para F. Jacques33

y J. Peyrás34

se trataba de una localidad que permitía

a la comunidad reunirse para las diversas actividades políticas, a la que se añadían otras funciones como las propiamente religiosas o las de intercambio de productos.

Según Jacques, era un lugar donde se rendía justicia, por lo que debía existir una

basílica y un foro35

. A la vez, sería un espacio administrativo de las entidades peregrinas itálicas e, incluso, insinúa una posible dependencia de las colonias

36.

Finalmente, L. Capogrossi los define sencillamente como cualquier tipo de punto de

asamblea o reunión en territorio romano o áreas de población rural, destacando que

esta definición podía aplicarse tanto a las estructuras introducidas ex novo por los romanos para organizar y proteger un área rural determinada, como para realidades

autóctonas preexistentes que se mantienen en época romana.37

Esta última afirma-

ción resulta interesante en tanto que incide en la cuestión de si podemos utilizar este término claramente de origen romano para las realidades provinciales. De hecho, el

término conciliabulum es citado diversas veces en las fuentes clásicas, normalmente

en una enumeración de diversos tipos de núcleos en que acostumbra a estar en última posición, pero normalmente siempre refiriéndose a contextos itálicos.

38 Con

todo, encontramos una referencia en la Lex de Gallia Cisalpina (XXI, 1, 1-2) donde

dentro de otra larga enumeración se hace referencia a los conciliabula, mostrando

pues que es un término que se puede encontrar en contextos provinciales. En este sentido, resulta muy interesante la aportación de M.G. Picard, el cual defiende la

existencia de conciliabula de forma abundante dentro de la zona gala y con unas

características propias bien definidas.39

Serían centros cívicos rurales con la función de organizar aquellas comunidades que no habían tenido un proceso de urbaniza-

ción en su zona. De este modo, alrededor de la capital surgirían dos tipos de aglo-

meraciones: los vici y los conciliabula. Estos últimos se caracterizarían por estar formados por diversos edificios monumentales como foros, termas o edificios de _____________

32 E. Sereni, 1971, pp. 453-456. 33 F. Jacques, 1991, p. 58. 34 J. Peyras, 1995, p. 51. 35 Idem, p. 60. 36 Ibidem, p. 61. 37 L. Capogrossi, 2002, p. 76. 38 Sobre la utilización del término conciliabulum en las fuentes antiguas, Tarpin ofrece

un largo listado con todas las referencias existentes. Vid. M. Tarpin, 2002, pp. 73-78. 39

Sobre los conciliabula galos de Picard, básicamente M.G. Picard, 1976, pp. 47-49;

1982, pp. 532-559; 1983, pp. 415-423.

Alberto Prieto Arciniega – Joan Oller Guzmán El conciliabulum de Égara…

451

espectáculos, agrupados en un conjunto arquitectónico coherente pero con una zona

de hábitat muy reducida y desproporcionada respecto al conjunto. Se trataría, según Picard, de la adaptación del evergetismo típico de las zonas costeras mediterráneas

a la sociedad galo-romana. A pesar del interés que despierta este atractivo modelo

para la aplicación del término en zona provincial, las últimas investigaciones tien-

den a desacreditar la teoría de Picard y se considera que ejemplos paradigmáticos de sus conciliabula como Sanxay o Tours Mirandes se deberían denominar más bien

santuarios galo-romanos. Así, se remarca que no hay evidencias de que fuera utili-

zado como concepto administrativo en esta zona, a la vez que se incide en que recientes investigaciones arqueológicas y de fotografía aérea están demostrando que

en algunos de estos asentamientos existían considerables zonas de hábitat asocia-

das.40

Por consiguiente podemos ver cómo estos autores ofrecen una visión del conci-labulum con unas características que pueden encajar bastante bien con lo que en-

contramos en Égara o que, como mínimo, encajan mucho mejor que con otras

tipologías como los vici, fora o castella. Resumiendo, se tratarían de centros de reunión de una comunidad rural dispersa, que podían tener sus orígenes en un

asentamiento indígena preexistente que en época romana pasa a depender de un

núcleo superior. Sin una estructura urbana de hábitat como tal pero con un pequeño centro monumental que ejercería funciones administrativas, de reunión, mercado o

incluso sagradas. Así pues, tenemos un perfil que en líneas generales encontramos

en Égara. Ahora bien, para poder apoyar esta teoría haría falta algún paralelo con-

creto dentro del mundo romano. En este sentido, Frontino (17, 13 – 17, Th) hace referencia a la comunidad de los Interamnates Pretucianos, situados en el Piceno

italiano. El caso resulta interesante porque una parte de la ciudad de Interamnia

estaba circundada por la linde de la de los asculanos y se decía que esta ciudad había sido conciliabulum y después fue elevada a la categoría de municipio:

“Huius soli ius quamvis habita oratione divus Augustus de statu municipiorum trac-

taverit, in proximas urbes peruenire dicitur, quarum ex voluntate conditoris maxima

pars finium coloniae est adtributa, aliqua portio moenium extremae perticae adsig-

natione inclusa. Sicut in Piceno fertur Interamniatium Praetuttianorum quandam oppidi partem Asculanorum fine circumdari Quod si ad haec revertamur hoc conci-

liabulum fuisse fertur et postea in municipii ius relatum”.41

_____________

40 P.J. Goodman, 2007, p. 171. 41 Sobre el Corpus Agrimensorum Romanorum se han realizado diversas ediciones sien-

do la mas clásica la realizada por F. Blume – K. Lachman – Th. Mommsen – A. Rudorff,

1948-52 (reedición 1967). Para algunos agrimensores como Frontino es mejor la edición

realizada por C. Thulin, 1917. Con posterioridad se ha publicado una sola edición en espa-

ñol: Frontino. De agri mensura. P. Resina (ed.), Granada, 1983, pp. 204-208. Más reciente

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452

Por tanto, en el caso que considerásemos Égara como un conciliabulum, Interam-

nia Praettutianorum podría ser un paralelo interesante al pasar también a un estatuto municipal con posterioridad. Interamnia era una comunidad de hábitat disperso en

donde, tras la conquista romana hacia el 290 a.C., pasó a constituirse un conciliabu-

lum; es decir, un centro de reunión de los romanos cives optimo iure asignatarios de

lotes individuales sobre las tierras confiscadas a los pretucianos.42

La población autóc-tona recibió a cambio la civitas sine suffragio y no será hasta su inclusión en la tribu

Velina el 241 cuando se les otorgaría la categoría de civitas optimo iure. Posteriormen-

te pasó a ser el centro de la praefectura iure dicundo, lo cual supuso el ejercicio de la actividad jurisdiccional sobre todo el territorio pretuciano. Finalmente, tras los enfren-

tamientos de la Guerra Social, a inicios del siglo I a.C., Interamnia obtuvo el estatuto

municipal, fundando su constitución sobre un colegio octoviral. Curiosamente, en

época silana, se dedujo una colonia en la misma Interamnia, de tal modo que la epi-grafía nos documenta uno de los raros casos de comunidades con un estatuto jurídico

doble.43

La referencia de Frontino a la relación con Asculum data de la deducción

como colonia de ésta entre el segundo triunvirato y el principado de Augusto, momen-to en que dicha deducción colonial provocó que una parte considerable de la vecina

Interamnia pasase a ser incorporada en la pértica asculana, seguramente debido a una

falta de suficientes tierras para los veteranos asentados.44

Así pues, Interamnia ofrece un ejemplo claro de conciliabulum en el sentido de ser

un centro de reunión de una población básicamente rural con diversas funciones

administrativas y políticas. Un hecho interesante es que algunos autores han conside-

rado la posibilidad de que inicialmente el conciliabulum tuviese la función de punto de reunión y de cooperación entre los nuevos habitantes romanos cives optimo iure y los

pretucianos autóctonos cives sine suffragio dentro de una estructura común.45

Esta

posibilidad aporta otra posible función para el conciliabulum como es la de ser punto de encuentro entre conquistadores y la población autóctona, que por ejemplo podría

haberse dado en el caso de Égara en un momento republicano final en el que la pobla-

ción indígena empieza a entrar en relación con los primeros itálicos asentados en aquella zona. En general, ambos casos ofrecen paralelos interesantes. De este modo,

nos encontramos con centros de adscripción indígena que ya antes de la conquista _____________

es la edición en francés, que hasta el momento es la más completa que se ha realizado y es

de la que hemos cogido el texto latino: Frontin, L´ouvre gromatique. Corpus Agrimensorum

Romanorum IV. Iulius Frontinus. Luxembourg, 1998, p. 24. 42 M. P. Guidobaldi, 1995, p. 219. 43 M. P. Guidobaldi, op. cit., p. 220. Para más información sobre la evolución de Inte-

ramnia Praetuttianorum, a parte de la obra básica citada de Guidobaldi, vid. D. Niccola

Palma, 1832 - 1836; C. Capelli y R. Faranda, 1980; M. Buonocore, 2002, pp. 875-921. 44

U. Laffi, “Storia di Ascoli Piceno nell’età antica”, 1975, pp. XIII-LXII. 45 M.P. Guidobaldi, op. cit., p. 183. También E. Hermon, 2001, pp. 222-223 y n. 83.

Alberto Prieto Arciniega – Joan Oller Guzmán El conciliabulum de Égara…

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romana ejercían una cierta función central dentro de un territorio no excesivamente

amplio. Después de la conquista romana y a partir del momento básico de la reor-denación de su territorio (a partir del 290 a.C. para Interamnia y de Augusto para

Égara), pasaron a ser puntos de tipología básicamente romana, centros cívicos y

ejes vertebradores del territorio circundante, especialmente de los posesores de

tierra romanos o romanizados. Este papel se vería reforzado unos años más tarde, cuando por circunstancias diversas (la Guerra Social en el caso de Interamnia y las

reformas flavias en el caso de Égara) se incrementó este papel predominante del

territorio circundante y fueron reafirmadas en su rol mediante el ascenso a rango municipal. Finalmente, en ambos casos estarían estrechamente relacionadas con una

colonia cercana a su territorio como son Asculum y Barcino respectivamente. Ob-

viamente, existen problemas para la comparación y el más evidente es que hay una

clara diferencia a nivel cronológico y geográfico, lo cual indica situaciones clara-mente diversas. Por otro lado, se ha de tener en cuenta un aspecto importante como

es que Interamnia, a partir de la constitución del municipio, pasó a tener un entra-

mado urbano regular con el establecimiento de diversas zonas de hábitat y la cons-trucción de edificios monumentales.

46 Por tanto, estos datos marcan una diferencia

básica entre un núcleo y el otro, ya que Égara nunca tendrá esta categoría de ciudad

urbanísticamente constituida. A pesar de ello, este ejemplo permite comprobar la existencia de centros con ca-

racterísticas y evoluciones similares a la de Égara que son definidos por las fuentes

como conciliabula. Con ello, no queremos afirmar sin ningún tipo de duda que

Égara fuese un conciliabulum, ni que es un caso igual al de Interamnia Praetuttio-rum. Pero sí que creemos que se puede plantear esta hipótesis como algo viable para

explicar la tipología jurídica que afectó a este núcleo egarense antes de su conver-

sión en municipio en época flavia; de tal modo que, sin poder confirmar tal teoría por la falta de fuentes al respecto, no se puede considerar como algo improbable.

CONCLUSIONES

Como conclusión de toda la información aportada, hemos visto como el núcleo

de Égara partió de un primer establecimiento indígena de hábitat disperso en la zona

de las actuales iglesias en Terrassa. Sería la llegada de Roma y básicamente las reordenaciones territoriales augusteas, las que marcarían un cambio de su estatus,

pasando a constituirse en un centro vertebrador de su territorio circundante en clara

relación con la nueva colonia de Barcino, de la que dependería quizá en calidad de civitas contributa. Posteriormente esta situación se vería confirmada por las refor-

mas flavias, gracias a las cuales obtendrá la categoría municipal, que viene atesti-

_____________

46 Sobre la evolución urbanística de Interamnia vid. L. Migliorati, 1978, pp. 242-256.

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guada por la epigrafía documentada. Un municipio que tendría una vida relativa-

mente corta pero que no desaparecería sino que se transformaría y sería sustituido en sus funciones en el siglo V con la creación de la sede episcopal egarense.

Por lo tanto, tenemos una evolución bastante clara en la que el núcleo egarense

se mantendría como punto de referencia y eje vertebrador de un territorio circun-

dante más o menos amplio pero con la característica de la falta de una ciudad con entramado urbano como tal. Entraría, por tanto, en la categoría de civitas sine urbe,

por otro lado bastante conocida en esta zona del Imperio. El principal problema que

hemos planteado a lo largo de este trabajo es cómo se da el paso de este hábitat disperso ibérico al municipio romano. Ante esta cuestión hemos apuntado la posibi-

lidad que en época romana se estableciese en esta zona un conciliabulum; es decir,

un centro de reunión de la comunidad dispersa rural con funciones inicialmente de

tipo político y administrativo. Un caso que se encuentra en otras zonas del mundo romano y que se puede ejemplificar con la comunidad de Interamnia Praetuttiano-

rum, en el Piceno, que guarda, a pesar de las diferencias obvias, ciertos paralelismos

con el caso egarense. Sea como sea, la posibilidad de que en Égara se creara un conciliabulum concuerda con las características básicas de este tipo de núcleo y

encajaría con la evolución de la propia Égara, inicialmente centro de funciones

políticas y administrativas que, con el tiempo y debido a las circunstancias históri-cas, mantendría estas funciones pero a la vez adoptaría una entidad básicamente de

tipo religioso dentro de la sede episcopal de Égara y, ya en época visigótica, pasaría

a convertirse definitivamente en espacio sagrado.

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Presentación Julio MANGAS- Miguel Ángel NOVILLO LÓPEZ

Los santuarios suburbanos y la religión de ... en la Roma Republicana Rosa Malla CID LÓPEZ

Memoria, espacio y religión en la República romana Ana RODRÍGUEZ MAYORGAS

Santuarios en canteras y romanización religiosa en Hispania y Gallia SilviaALFAYÉ- Francisco MARCO

Sociedad municipal y sacra publica. A propósito ... Lugdunum (Lyon) Juan Francisco RODRÍGUEZ NEILA

Espacios sagrados y campamentos militares romanos en Hispania Angel MORILLO

Santuario y escritura en la Galicia romana Marco GARCÍA QDrnTELA- Pedro LÓPEZ BARJA DE QUIROGA

Santuarios suburbanos en la Asturias romana: Los .. espacios ... a Júpiter Narciso SANTOS YANGUAS

Los santuarios del tenitorio en las ciuitates de ... deus Vagus Donnaegus M" Cmz GONZÁLEZ RODRÍGUEZ

Metalla, ciuitates y loca sacra (Maragatería, Teleno y Alto Bierzo) Almudena OREJAS SACO DEL VALLE- Femando ALONSO BURGOS

Flaviobriga y el santuruio de Salus Umeritana José Manuel IGLESIAS GIL- Alicia RUIZ GUTIÉRREZ

Nuevo santua1io mral en tenitorio twmogo Bmno P. CARCEDO DE ANDRÉS- David PRADALES CIPRÉS

Vurovius y la c1istianización de los espacios mrales en la perunsula Ibé1ica Rosa SANZ SERRANO- Ignacio RUIZ VÉLEZ

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