\"De Exeter a Wroclaw, 40 años de Coloquios calderonianos. Mesa Redonda.\" 523-30.

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I . I Calderon y su escuela: .. . . , variactones e mnovacion de un modelo teatral xv Coloquio Anglogermano sobre Calderon Wroclaw, 14-18 de julio de 2008 Aetas editadas por Manfred Tietz y Gero Arnscheidt en colaboracion con Beata Baczynska Franz Steiner Verlag 2011

Transcript of \"De Exeter a Wroclaw, 40 años de Coloquios calderonianos. Mesa Redonda.\" 523-30.

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Calderon y su escuela:.. . .,variactones e mnovacionde un modelo teatral

xvColoquio Anglogermano sobre CalderonWroclaw, 14-18 de julio de 2008

Aetas editadaspor Manfred Tietz y Gero Arnscheidten colaboracion con Beata Baczynska

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Gedruekt mitfreundlieherUnterstiitzungderSpanisehen Botsehaft in Polen.

Se agradeee a laEmbajada de Espana enPolonia su aportacioti economicc alapublicacion de lasAetas.

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Bibliografische Information der DeutschenNationalbibliothek:Die Deutsche Nationalbibliothek verzeichnet diesePublikation in der Deutschen Nationalbibliografie;detaillierte bibliografische Daten sind im Internet iiber<http://dnb.d-nb.de> abrufbar.

ISBN 978-3-515-09661-4

Jede Verwertung des Werkes aulserhalb derGrenzen des Urheberrechtsgesetzes ist unzulassigund strafbar. Dies gilt insbesondere fiir Ubersetzung,Nachdruck, Mikroverfilmung oder vergleichbareVerfahren sowie fur die Speicherung in Datenver­arbeitungsanlagen.© 2011 Franz Steiner Verlag StuttgartGedruckt auf saurefreiem, alterungsbestandigem PapierDruck: Hubert & Co, GottingenPrinted in Germany

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De Exeter a Wroclaw. 40 afios de Coloquios calderonianos.Mesa Redonda

Dietrich Briesemeister, A. Robert Lauer, Alan K. G. Paterson,Maria Grazia Profeti, Florian L. Srnieja.Manfred Tietz

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M. Tietz: -Queremos conmemorar los cuarenta afios de existencia de este Colo­quio por 10 que os propongo trasladamos un poco al pasado para ver como nacie­ron y como se desarrollaron estos encuentros. Se hicieron realidad por primeravez en 1969 por la labor de dos personas, Hans Flasche y Alexander Parker, quehumanamente coincidfan, que tenian un sistema de valores muy determinado, uninteres rnuy particular por el Siglo de Oro. Querlan reunir, como decfan ellos, dosescuelas sobre el calderonismo, la escuela alemana y la britanica, En aquel enton­ees era poca eosa a nivel internaeional, pero el calderonismo intemacional salidode estos Coloquios que hemos vivido, ha desarrollado y ha alcanzado a 10 largo deestos cuarenta anos un nivel bastante respetable. Tenemos aquf a dos personas queestuvieron en el primer Coloquio a las que quisiera dar la palabra, primero a Die­trich Briesemeister y despues a Florian L. Smieja, para que nos hablen un poco dela percepci6n de ese acontecimiento. Luego escucharemos a los demas miembrossentados a esta mesa, Alan K. G. Paterson, Maria Grazia Profeti y Robert Lauer.

D. Briesemeister: -Quisiera poner de relieve algunas circunstancias y motivosque impulsaron la iniciativa de Hans Flasche y Alexander A. Parker en la posgue­ITa alemana. En 10 que se refiere a los alemanes, y en particular a H. Flasche, si­guen la romantizaci6n de la figura y de la obra de Calder6n que se habfa estable­cido a 10 largo del siglo XIX en las polemicas, en las traducciones y en los prime­ros ensayos cientfficos de investigaci6n sobre su obra. Calderon en Alemaniasiempre habfa sido desde el siglo XIX una especie de remedio espiritual, sobretodo para el sector conservador e intelectual, naturalmente dentro de ese contextocultural (es el caso, por ejemplo, de las posturas de Joseph von Eichendorff 0 deFranz Lorinser, aquf en Wroclaw; 0 en las circunstancias de la lucha de Prusiacontra la Iglesia a finales. del siglo XIX). Un segundo momento serfa la primeraposguerra mundial.. con Hugo von Hofmannsthal, con la derrota de Alemania ycon la amenaza de las dictaduras tanto en la Uni6n Sovietica como en algunospafses europeos. Las obras Der Turm 0 Das GrofJe Welttheater de Hofmannsthaleran una respuesta inmediata basada en Calderon a buena parte a estos aconteci­mientos. Sigui6 la dictadura nacionalsocialista, durante la que.ipor ejemplo, el

germanista Max Kommerell se dedic6 desde Marburgo (donde precisamente seformarfa a partir de 1953 Hans Flasche) al estudio de La gran Cenobia. Inclusodurante los bombardeos lleg6 a representarse en Berlfn, en 1944, La vida es sue­no. Fue entonces cuando surgi6 Calder6n como un modelo intelectual, cultural,espiritual. Pienso, por ejemplo, en Reinhold Schneider y su reelaboracion de Lacena de Baltasar en los afios 40, que se representarfa despues, a partir del 46, enAlemania. Coincide esa fase de la segunda posguerra con un exito notable de lasobras de Calder6n en Alemania y en este contexto surge tambien el gran proyectode Hans Flasche de estudiar la obra calderoniana y, en particular, en preparar unaedici6n crfticade todos los autos sacramentales.

Su intento de organizar un grupo de investigaci6n colectiva en Hamburgo, na­ci6 ya en Marburgo; probablemente siendo alumno del famoso romanista HansRobert Curtius. Flasche intent6 reintroducir 0 recuperar la obra de Calder6n de­ntro del naciente hispanismo aleman de la posguerra. Hans Flasche ocup6 desde1963 la unica catedra especializada en Filologfa Iberorromanica, como se llamabaentonces, de estudios luso-hispanicos, y eso le permiti6 naturalmente reunir ungrupode j6venes que colaboraban con sus tesis doctorales, en esta sfntesis entreciencia, Filologfa y el arraigo de la tradici6n calderoniana a traves del siglo XIX.Su proyecto sufri6 una ruptura profunda a rafz de la revoluci6n estudiantil de losafios 68 y 69, que provoc6 la dispersi6n y descomposici6n total de su grupo. In­fluy6 en esto tambien una polemica acercade su persona dentro del mismo cfrculode sus alumnos (yo no pertenezco a ese grupo de alumnos de Hans Flasche) que lereprochaba cierta connivencia can el fascismo italiano. Pero estos acontecimientosde la guerra y de sus implicaciones en la ideologfa vigente durante la dictaduratambien han sido un motivo para su dedicaci6n a los estudios calderonianos (eraademas un hombre religioso y muy meticuloso en su trabajo).

Hans Flasche me invit6 al primer encuentro en Exeter sin conocerme perso­nalmente. Yo en aquel entonces no formaba parte de la Universidad sino del cuer­po facultativo de bibliotecarios de Munich. Me acerque con mucha vacilaci6n aesta reunion tan importante en Exeter. Recuerdo en particular el encuentro conAlexander A. Parker, que vino a la estaci6n para buscarme. Era un hombre yamayor y yo muy joven. Fue emocionante el encuentro con Alexander A. Parker,con Robert Pring-Mill y can John E. Varey en particular, quien en un momentome canto que habia sido piloto de guerra durante los bombardeos de Alemania,siendo muy joven. Fueentonces cuando descubrf tambien la carga pesada quetenfan estos senores, tanto del lado aleman como del lado britanico a rafz delaguerra.

Quiza sean suficientes estas palabras para fa retrospectiva. Creo que es impor­tante tomar en cuenta este ambiente intelectual y, sobre todo, su fracaso al final, 10que no impidi6 que continuaran los simposios, pero ya dando una idea de la nuevaorientaci6n que se inicia en Alemania, creo, a raiz del trabajo de Sebastian Neu­meister sobre el teatro mitol6gico. Recuerdo tambien en este sentido cierto des-

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acuerdo entre Parker y Neumeister, pues, por aquel entonces, empieza una nuevalinea de investigaciones tanto en Gran Bretana como en Alemania.

M. Tietz: -Muchas gracias Dietrich. Pasamos entonces al senor Srnieja. l,EstuvoUd. tarnbien en Exeter?

F. L. Smieja: -No solamente estuve en Exeter, sino que tambien conocf al senorBriesemeister en el tren de vuelta de Exeter a Londres. Como el era el editor deuna revista en Alemania, me animo a escribir un articulo y 10 escribi, pero tardecuarenta anos: 10 entregue ayer (risas). Puedo decir, como decimos en polaco, queme encontre en Exeter como Pilatos en el credo cristiano, por pura casualidad.Despues de la guerra fui a Gran Bretafia. Empece mis estudios en Irlanda, despuesde tres aDOS me traslade a Londres y alii al Colegio Real, King's College, dondeconocf al profesor Edward M. Wilson y luego a Alexander A. Parker. Para Parkerescribi la tesis doctoral. Revisada luego, entre otros, POf Pring-Mill. Ellos eran losespfritus que me animaron. Aun conserve una separata can el titulo «Tirada apartede Hacia Calderon: Coloquio Anglogermano, Exeter, 1969» y con el autografo«Con un cordial abrazo, Roberto Pring-Mill». EI articulo es «La victoria del hadeen La vida es sueiio». Si recuerdo bien creo que Dietrich Briesemeister nos habl6del teatro calderoniano en conjuncion can los jesuitas.

D. Briesemeister: -Eso es. Mi idea era introducir el tema de la recepci6n calde­roniana en Alemania sobre todo, en la primera mitad del siglo XX, porque no meatrevfa a entrar en cuestiones de edici6n y comentario crftico.

F. L. Smieja: -Pues en 1969 yo era un joven profesor ayudante en la Universi­dad de Nottingham, donde se organizaban reuniones anuales, muy buenas, queduraban dos 0 tres dfas. Se juntaban todos los profesores, todos los hispanistas,celebraban fiestas, perc tambien empezaban a reunirse en grupos de dos 0 trespersonas para elaborar algun proyecto. Esto me gust6 mucho; de ahf la gran canti­dad de publicaciones hispanicas en Gran Bretafia. Como decfa el profesor Briese­meister habia esas dos escuelas. Se decfa inicialmente que los alemanes se pre­ocupaban mas de la palabra y los britanicos del espfritu de Calderon. Hacfan unostomos enormes sabre los autos sacramentales, que nos parecla una labor tremen­da, grande. Claro que nosotros trabajabamos sin ordenadores, sin fotocopias. Eraun tiempo diferente, muy diffcil. Trabajar en grupo, trabajar con amigos, con co­legas era maravilloso. Yo no era britanico y me encontraba en un pais extrafio.Tenia que ganarme la vida, tenia otros problemas, por eso estos cuarenta afiospara completar un pequefio articulo. Despues de la conferencia en Exeter me tras­lade al nuevo mundo donde vivo todavia. La familia, los hijos y otras cosas sobre­vinieron, y el pobre Calderon tuvo que esperar hasta ahora.

Es un gran dfa para Wroclaw, Breslau, que Calderon este presente hoy aquf,Ojala Parker, Pring-Mill, Wilson y los otros estuvieran aquf pam celebrar la veni-

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da de Calderon a otro .:pais, a un pais fuera de Espana. Adelante, porque nos que­dan muchas cosas por descubrir, por experimentar, como hemos visto can JerzyGrotowski. Y can esto paso la palabra a otros que tengan mas que decir sobreCalderon.

M. Tietz: -Muchas gracias. Creo que nos falta una voz britanica, bueno no pre­cisamente britanica, mas bien escocesa.

A. K. G. Paterson: -Mejor no te metas en eso (risas).

M. Tietz: -Con Alan Paterson coincidf en St. Andrews cuando me hice cargopor primera vez, despues de la muerte de Hans Flasche en 1994, de los Coloquiosanglogermanos. Antes habfa organizado uno cerca de Bochum, en Schwerte, enuna Academia cat6lica. l,Estuviste ttl en Schwerte?

A. K. G. Paterson: -No, creo que no.

M. Tietz: -Pero sf estuvieron Pring-Mill, Parker,... En fin, Alan, te paso la pala­bra.

A. K. G. Paterson: -Bueno, yo no vengo annado de ninguna agenda, s610 melimito a repasar algunos recuerdos que tengo del Coloquio anglogermano. Cuandome pregunto que papel ha tenido para mf el Coloquio, se me abre una perspectivasobre mi carrera profesional y personal, se me abren una seriede recuerdos, algu­nos inexactos en el detalle, pero exactos en el espfritu, que me han ayudado a lle­gar a la conclusion de que el Coloquio ha sido un factor, hay que decirlo, ornni­presente en mis cuarenta afios de hispanista y calderonista. Voy a hacer algunasobservaciones al respecto dirigidas a todos, pero que pueden servir de interes a losparticipantes j6venes porque et in Arcadia ego.

Buscando una imagen que cuadre con la finalidad del prop6sito del Coloquio,prop6sito quiza nunea declarado, porque carecemos de una declaraci6n de princi­pios, de una constituci6n (es un Coloquio bastante desnudo para la parafernalianormal de estos encuentros), se me ocurri6 para esta imagen la idea del laborato­rio. Llevaba como joven ealderonista al Coloquio una muestra de mi trabajo, quefue sometida a un tipo de experimento (0 de experiencia en los dos sentidos de lapalabra que utiliza Calder6n). Un experimento al que asistieron varios sabios cien­tfficos que comentaban, que evaluaban, que criticaban, que estimaban el valor de-Ia obra y luego, como en los buenos cfrculos cientfficos, daban a veces su aproba­ci6n, otras veces recomendaban la publicaci6n con los retoques pertinentes. Creoque el Coloquio ha cumplido esta funcion oblicua, nunca mencionada como tal,pero valiosa. En uno de los primeros intente exponer algunas ideassobre el con­cepto del tribunal, del procedimiento forense en El medico de su honra, y no cabeduda de que el contacto con la intensa atenci6n filologica que caracterizaba enton-

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ces los experimentos alemanes me animo a enfocar mucho mejor el campo seman­tico como factor de analisis para comprender fa dramaturgia de Calderon. En eldecimo Coloquio anglogcrmano, en Passau, presente con cierta excitaci6n la ideadel marco seglar que rodea a cada momenta del auto sacramental, su fundamentalseglaridad, junto con la idea de la presencia constante de la ciudad, la profundavinculacion entre el autor y el media ambiente madrilefio, Y un breve comentarioque me hizo Hans Flasche, al que recuerdo muy, muy bien, me anim6 a seguireste hilo para adentrarme en el laberinto. Par e_so debo mucho a ese hombre tancortes, tan arnable, por la serial de aprobaci6n que me dio. Y efectivamente en elmismo Passau ese afio, al lado del rfo, lleg6 la noticia, como a otros tantos Garci­lasos que esperaban al mensajero al orillas del Danubio, de que en Navarra sehabfa concebido y puesto en marcha un proyecto editorial, para el que buscabanayuda editorial, colaboradores, y allf comenz6 precisamente otra experiencia queiba a centrarse, en mi caso, en una edicion de El nuevo palacio del Retiro. Asi lanoci6n de la seglaridad esencial del auto, que Hans Flasche habia tornado en serio,tomo forma y sustancia. Y en aquel instante el Coloquio se convirtio en un centrode comunicaci6n muy importante. Tarnbien es y sigue siendo la oportunidad deprestar atencion exclusivamente a Calderon, de recibir las noticias sobre estudioscalderonistas, de todas partes del mundo.

Pero, i,por que «anglogermano»? Yo creo que es cuesti6n de vidas paralelas.En primer lugar entre nosotros, los britanicos, y los alernanes, habia un terrenocorruin profesional. Avanzabamos en una profesion educativa. La ensefianza uni­versitaria, que a pesar de unas circunstancias hist6ricas muy distintas, nos unfa atodos. Siempre me ha interesado el aspecto docente de fa universidad, como atodos nosotros debe interesarnos, y el Coloquio era un lugar estimulante paraaprender como avanzaban los otros en esta tarea universitaria. En segundo lugar,creo que el Coloquio forma parte de una gran alianza academica entre en GranBretafia y Alemania, que remonta mucho mas alla de la Segunda Guerra Mundial.Afiado una nota personal. Cuando buscaba un lugar que publicara un articulo difi­cit, problematico, sobre la alquimia (el matrimonio alqufmico en El medico de suhonra) me dirigf a una publieaci6n alemana consciente de su preeminencia en losestudios romanicos de literatura. Hemos ofdo un eeo de esta preeminencia en lasobservaciones de Dietrich Briesemeister cuando nos record6 que Hans Flasche fuealumno de Ernst Robert Curtius. Ha sido para mf un detalle muy interesante, no 10sabfa, Vuelvo a 10 que estaba diciendo sabre el abolengo academico del Coloquio.Esta orientaci6n hacia Alemania, se la debo sobre todo a mis tempranos eontaetoscon el mundo academico aleman. Este Coloquio me ha deparado un contacto muyformativo. Espero que pueda seguir siendolo para los participantes presentes.

M. Tietz: -Muchas gracias, Alan. Quisiera subrayar brevemente 10 que has di­cho: no hay ningun manifiesto para los Coloquios anglogermanos. Incluso el pri­mer torno, las aetas de Exeter, se public6 sin pr61ogo ni -manifiesto-. En general, .los tomos de las Aetas se abren con unas rituales palabras de-bienvenida y de pre-

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sentaci6n que no permiten reconstruir con algun detalle el historial de los Colo­quios. Tan s610 en una ocasi6n Hans Flasche se refiere un poco mas detenidamen­te a su admiraci6n por Alexander A. Parker, subrayando su amistad y su coinci­dencia en unos valores cristianos y europeos. Menciona tambien que llevaban unfructffero intercambio epistolar con mas de doscientas cartas que creo que conti­nuaban incluso mas alia de la ceguera de Alexander A. Parker. No se d6nde sequedaron estas cartas. He visto la biblioteca de Hans Flasche despues de su muer­te, pero no he encontrado nada. A 10mejor, Dietrich, sabes algo.

D. Briesemeister: -No, creo que las guarda aun su viuda.

M. Tietz: -Ya han hablado hasta ahara cuatro senores. Necesitamos una vozfemenina. Maria Grazia, estarfas dispuesta.

M. G. Profeti: -Si vosotros quereis. La verdad es que no se par que tengo elhonor de estar sentada en esta mesa tan impresionante. A 10 mejor porque los or­ganizadores no querian que faltara una senora por no resultar politicamente inco­rrectos (risas); 0 bien porque en un momento me ofrecf a organizar el Coloquio enFlorencia, del cual recuerdo el calor que hacfa, los fallos de la organizacion, failosmuy florentinos (no funcionaba un micr6fono), aunque quiero afiadir que 10 pa­samos muX bien, porque pusimos en escena al Calderon c6rnico, contando canmis alumnos, de la manera que una servidora podia hacerlo; 0 bien puedo estaraquf para confesar tal como erarnos en 1969 en Italia, que pasaba por aquel enton­ces, que hacia yo en esa epoca. Era profesora en Verona. En Italia celebrabamosuno de los centenarios de Maquiavelo. Yo daba a luz mi primer hijo, que par esose llama Niccolo.

l,Que haciamos los hispanistas, los calderonistas italianos? Se habia publicadoya un libro muy interesante, Calderon en ltalia, en el que participaron Guido.Mancini, Ermanno Caldera, Inoria Pepe, Carrnelo Zamora. Ya veis que tipo decalderonismo teniamos en Italia. Acababa de salir un libro de Vittorio Bodini[Segni e simboli nella «Vida es sueno». Dialettica elementare deL drama caldero­niano, Bari 1968]. Era en cualquier caso un calderonismo laico, un calderonismoque se abria y que utilizaba los medias que venian, sabre todo, de Francia, a sea,el estructuralismo, etc., pero nos divertiamos can estas disputas. Este es el recuer­do que tengo de mi acercamiento a Calderon y, sobre todo, de 10 que significabapor aquel entonces Calderon en Italia. Creo que hemos mantenido hasta ahara estetipo de lectura, que es una lectura que tiene instrumentos de analisis textuales, que

.son instrumentos literarios. No creo que las lecturas italianas, oi de Calder6n ni deotros autores, por 10 menos las mas recientes, tengan un caracter previa: 10 quebuscamos es ver como funciona el texto. Puede ser una limitaci6n fuerte, perocreo que para el futuro del calderonismo, del hispanismo es 10 que tenemos quehacer, porque con estos instrumentos vamos aver c6mo funciona y sigue funcio­nando el texto, y 10 que puede decimos hoy. Se puede leer El medico de su honra

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como una teorta del concepto del honor (perspectiva que no puede faltar a las ge­neraciones actuales ni futuras), pero tambien como un texto que pone en tela dejuicio varios problemas, can la misma validez, porque nos hace reflexionar, unatarea importante de la literatura, la de proponernos textos que gusten, que siguengustando porque nos estimulan en algo, porque nos hacen pensar. Por ejemplo, vien Almagro la puesta en escena de Adolfo Marsillach de El medico de su honra yhable can el, Me dijo que esas dos personas que no representan la opini6n, quizasUds. hayan visto esa representaci6n, debian tener una funci6n de distanciamiento(estaban vestidos de una forma mas 0 menos modema). Esta es nuestra funcion.La funcion de la critica actual tiene que ser fa de renovar el texto a traves de unojo que es nuestra perspectiva. Pero esto ya me llevaria demasiado lejos; ya heconfesado 10 suficiente, asf que puedo pasar la palabra.

M. Tietz: -Muchas gracias. Pues pasamos entonces la palabra a Robert Lauer,que tuvo un encuentro muy especial con Hans Flasche.

A. R. Lauer: -Es un honor y un placer estar aquf con todos Ustedes. Sf, tuve fagran fortuna dehaber sido alumna, primero de E. C. Riley en la Universidad deMichigan, donde asistf a un curso sobre Don Quijote, y despues al afio siguientecon Hans Flasehe, quien dio un curso sobre el teatro religioso. Durante medio afioestudiamos exactamente doscientos veinte versos del auto sacramental La vida essueiio: nunea 10 terminamos (risas). Fue la experiencia mas profunda que tuvedurante mi educaci6n universitaria. Fue un acto de amor, un acto de pasion, HansFlasche era un hombre de gran calor humano, con profundos conocimientos filo­16gicos y con una eortesfa exquisita. Era una bellfsima persona, con una gran pa­sion en la enseiianza. Recuerdo una vez que despues de leernos un texto nos dijo:«aquf hay un terremoto», Su manera nos ensefi6 mucho y me inspir6 simplemente ,a seguir adelante con la carrera. Debo mucho a Hans Flasche, mi primer libro sa­li6 precisamente como el ruimero cuatro de la serie del Archivo Calderoniano.Tambien mi primer articulo sobre El medico de su honra sali6 en Alemania, en elRomanistisches lahrbuch. Tambien en Alemania, en Bochum asisti a mi primerColoquio anglogermano, al que he vuelto constantemente salvo en una ocasi6n, enHeidelberg. Es un encuentro maravilloso, es mi Coloquio favorito. Aquf he notadosiempre el alto rigor academico, la gran disciplina cientffica y tambien es'a extra­ordinaria cortesfa personal, que yo asocio con Europa y muy especfficamente conHans Flasche, por 10 que siempre seguire viniendo a estos congresos. Pensaba queibamos a hablar un poco del futuro, por eso me atreverfa a mencionar algunas co­sas que quizas deberfamos plantear en un futuro proximo. En primer lugar algoque ya se ha iniciado, 10 iniciaron Manfred Tietz, Gero Arnscheidt y tambien Se­bastian Neumeister. Se empez6 a indicar los indices de losColoquios, despues sepuso esa informaci6n en CD-ROM y creo que se seguira adelante con una digita­lizaci6n de textos. Creo que esto es el futuro.

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Algo que ha existido siempre, y se seguira viendo, es plantear perspectivasinnovadoras. Este es un Coloquio tradicional con una perspectiva filol6gica, peroque a la vez plantea nuevas aproximaciones. Algo que estamos viendo tambien essu creciente intemacionalismo. En Bochum recuerdo que casi todos los colegaseran practicamente de Alemania y de Gran Bretafia; habfa ademas dos espafioles,y estaba yo, que venia de Ios Estados Unidos. Obviamente ahora hay muchos co­legas de Espana y de otros sitios del mundo. Esto seguira adelante, por supuesto.Me atrevo a decir que quizas en algun momenta se pueda considerar un posiblecambio de nombre. Que se siga manteniendo el nombre, pero al que se le afiadaalgo como «Coloquio anglogermano internacional».

M. Tietz: -Gracias, Roberto, por estas observaciones. El asunto al que acabas dealudir se ha discutido en varias ocasiones y siempre la mayorfa de los participan­tes de los diferentes Coloquios vot6 por mantener el nombre original, consideran­dolo como una especie de marca registrada y un homenaje a sus fundadores. Sinembargo, siendo, como es, un Coloquio intemacional, convendrfa quiza completarel titulo en el sentido propuesto.Estimados colegas, se nos ha agotado muy rapidamente el tiempo que se ha pre­visto para recordar, en este ambiente amistoso, algunos aspectos de la ya bastantelarga historia de los Coloquios anglogermanos sobre Calderon. Muchasgracias atodos por su participaci6n.

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