Cuetzalan. Distribución y Mercado.
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CUETZALAN
Distribución y Mercado
Cristina Callejas Celis
Edson Jael Cupa Chagoya
Ximena Andrea Castro Rivera
Roberto Arreola Torres
Abraham Zahid Arteaga Rosas
Luis Alberto Alcántara Chávez
Mayo 2015
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INDICE
Introducción…………………………………………………………………………………………………………………………4
Cantona: Una visión de la economía prehispánica……………………………………………………………8
Yohualichan: Más que una zona arqueológica…….………………………………………………………….10
Gruta “Los corales”: Un medio de subsistencia………………………………………………………….. 16
Tianguis dominical de Cuetzalan……………………………………………………………………………………..18
Conclusiones……………………………………………………………………………………………………………………..28
Fotografías del tianguis....………………………………………………………………………………………………..29
Bibliografía…………………………………………………………………………………………………………………………34
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INTRODUCCIÓN
Cuetzalan es uno de los 217 municipios del estado de Puebla (Mapa 1), ubicado en la sierra
norte, incorporado como Pueblo Mágico desde el 2002. Posee un clima semicálido con
lluvias todo el año. Como otras partes de México, Cuetzalan ha perdido los ecosistemas
nativos en una buena parte de su superficie. El bosque mesófilo ha sido sustituido por
tierras para cultivo, principalmente de maíz y café, sin embargo aún quedan algunas zonas
en la ribera del Apulco donde se encuentran especies vegetales como el liquidámbar y el
jaboncillo, y animales como el tejón.
Algunos autores definen el nombre de Cuetzalan como “el lugar donde abundan
los quetzales”, sin embargo, es importante señalar la diferencia entre cuezali y quetzalli,
pues la primera hace referencia a un pájaro de plumas rojas y el segundo plumas largas y
verdes. Así pues Cuetzalan proviene de cuezali y puede hacer referencia al lugar donde
abundan los pájaros colorados.
Bernardo García Martínez, un historiador y geógrafo mexicano, divide la región del
norte de puebla en tres subregiones, fundamentándose en las relaciones con otros grupos:
la occidental, la oriental y la septentrional. La occidental (subregión donde se encuentra
Cuetzalan) la define como mayoritariamente totonaca, surgiendo como un espacio para
los teotihuacanos y posteriormente para los toltecas y reconocida como el área de enlace
entre el Altiplano y la costa del Golfo. La región oriental tuvo presencia olmeca-xicalanca
Mapa 1: La flecha roja indica la posición de Cuetzalan.
Coordenadas: 20.101190, -97.528375
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y se extendió como una ruta de intercambio que siguió la del Alto Apulco, y la
septentrional más cercana al Tajín también es definida como una región totonaca pero
ajena a las tradiciones del centro.
Las tres subregiones han sido determinantes para conformar la identidad particular
de los pobladores de la sierra norte de puebla, una identidad consecuencia de un proceso
dinámico y cambiante, un lugar en el que las fronteras entre nahuas, totonacas, otomíes y
tepehuas es casi imperceptible.
El territorio en el que se encuentra Cuetzalan era el antiguo Totonacapan que está
ligado al señorío de Zempoala Veracruz, además de su cercanía con zonas como El Tajín,
Las Higueras, Yohualinchan entre otros. El Totonacapan era habitado principalmente por
totonacas pero debido a la ubicación en la que se encuentra y su cercanía con la zona de
Cantona, el lugar era una región de intensa movilidad para las relaciones económicas lo
que dio lugar a que sus pobladores aprendieran el náhuatl, otomie y tepehua.
A finales del siglo XV se debilito políticamente la cultura totonaca y esto fue
aprovechado por la triple alianza para instalar guarniciones militares mexicas en puntos
estratégicos haciendo que gran parte de la población totonaca se desplazase a la costa y
difundiendo la lengua náhuatl. A la llegada de los españoles, los totonacas fueron aliados
en su lucha contra la Triple Alianza.
Al finalizar la conquista del territorio por parte del imperio español, la
evangelización se hizo presente aunque no con tanta rapidez como en otras zonas, la
región de Cuetzalan sufrió la llegada de los franciscanos y para 1556 se fundó un templo
dedicado a San Francisco de Asís.
La organización de Cuetzalan funciono como encomiendas, en las que un gran
extenso territorio y habitantes se les daba a un español y era este quien recibía los tributos.
Actualmente Cuetzalan es habitado principalmente por indígenas nahuas y también
población mestiza. Tiene un gran valor antropológico ya que la localidad tiene sus
costumbres y su identidad muy marcadas y se ve la presencia de las relaciones entre sus
creencias como localidad y la religión católica.
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La población ha logrado el desarrollo de la radio indigenista que transmite en la
zona del municipio y a través de internet llegando a cubrir cobertura mundial, en la radio
se transmite música y mensajes para la localidad, además de que se comunica en náhuatl,
español y totonaco.
Al caminar por las calles que a veces suben y a veces bajan, Cuetzalan está lleno de
rincones maravillosos, desde su panteón que nos lleva a conocer su tradición con la
muerte, su iglesia neogótica, su parroquia, su palacio municipal, su museo casa de la
cultura. Su tradición se puede ver en el palo de la danza de los voladores que se encuentra
frente a la Parroquia de San Francisco de Asís en la plaza central (Mapa 2).
Mapa 2: Visión aérea de Cuetzalan. Google Maps.
Los domingos por la mañana la plaza de Cuetzalan, desierta entre semana se llena
de puestos y ruido. Bajo la torre del reloj, a la sombra de las palmeras, en las anchas
escalinatas, se sientas las mujeres nahuas, que vienen al mercado a vender sus productos.
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Las mujeres llevan una blusa de escote cuadrado, con bordados al pasado rojos,
azules o negros alrededor del cuello y de las mangas. Usan un quexquémetl de encaje,
adornado con una cucarda de listón azul o morado igual al listón que bordea el escote.
El hombre usa un cotón de lana negra, visten camisa suelta de manta blanca, sobre
un calzón de la misma tela fajado a las caderas y amarrado debajo de las rodillas, lo
sostiene un ceñidor blanco terminado en fleco. Bajo el ceñidor lleva una bolsa de tela para
el dinero, usan sombreros de alas anchas y planas con copa semiesférica más pequeña
que la cabeza lo que lo mantiene horizontal, detenido con una cinta de lana negra,
huaraches llamados de pico de gallo en los que una sola correa se enreda alrededor del
pie y del tobillo y se amarra con un nudo.
El tianguis o mercado dominical de Cuetzalan fue hace años un lugar para el truque
y sirvió como analogía de un mercado prehispánico en la época actual, sin embargo la
tradición de truque ya se ha perdido y solo se venden los productos.
El presente trabajo, producto de un viaje de tres días al estado de Puebla, contiene
notas sobre lugares como las zonas arqueológicas de Cantona y Yohualichan, las grutas
que podemos encontrar en la periferia del pueblo de Cuetzalan y el trabajo etnográfico
central es un análisis de la distribución en el mercado dominical de Cuetzalan.
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CANTONA
Una visión de la economía prehispánica.
Zona arqueológica la cual se encuentra en Puebla, esta zona es única en Mesoamérica ya
que es una ciudad amurallada convirtiéndose en una fortaleza. Comprende un área de
12.6 km cuadrados pero solo se ha explorado el 2 % de esta. Fue una ciudad de paso
obligatorio entre la cuenca y el golfo así que existía mucho comercio, las zonas
habitacionales van desde la gente con bajos recursos hasta la gente de nobleza, su mayor
auge pertenece a la época del Epiclásico donde convivio con otras culturas como
Teotihuacán. En esta ciudad –estado se da la distinción de clases sociales ya que en la
estructura de esta se ve como de pequeños montículos se van convirtiendo a gran
basamentos o pirámides también se observan los juegos de pelota y talleres.
Vista aérea de la zona arqueológica de Cantona.
Su economía estaba basada en la extracción y trabajo de la obsidiana tenían el
yacimiento llamado Oyameles-Zaragoza a 10 km, esto es porque se encontraban
asentados en una meseta volcánica, la obsidiana que se encontraba en ese sitio es de
color negra esto quiere decir que era de una buena calidad.
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Esta economía se basa en el intercambio de la obsidiana por bienes que la ciudad
no podía obtener, cuando Teotihuacan comienza a decaer y Cantona empieza a
convertirse en una pujante ciudad durante el Epiclásico, tras los beneficios de ubicarse en
un punto estratégico del corredor teotihuacano (Stephen, Castillo 2013: 152), “junto con
Cacaxtla, Xochicalco y Teotenango, sitios contemporáneos e importantes en ese
momento, controló y filtró los bienes y productos procedentes de diversas regiones con
dirección a Teotihuacan, y logró con ello la caída de esta gran urbe” [García Cook,
1994:89]. Cantona sin lugar a dudas, fue “la ciudad más grande e importante en el
Altiplano Central durante el Epiclásico, del 700 al 950 de nuestra era” (García Cook, 1994:
91).
La importancia de esta materia prima para los cantoneses era esencial pues era su
recurso que les proveía de lo que no podía tener por estar en una zona árida, por obvias
razones también la usaban ellos como herramientas para caza y para rituales en
ceremonias, fue una ciudad con gran poder ya que al tener control con todas esas
herramientas líticas y distribuirlas las convertía en una gran potencia porque no solo
fabricaban herramientas para conseguir cualquier otro tipo de materia prima si no como
todos fabricaban las herramientas para la guerra, eso los convirtió en ser una gran potencia
en la industria del comercio.
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YOUALICHAN
Más que una zona arqueológica
Las diversas poblaciones que se encuentran en la región conocida como la sierra norte de
Puebla, comparten características que hacen posible reconocerse dentro de un cuadro
cultural en común. Además del Pueblo Mágico de Cuetzalan, de la cual ya se ha tratado
anteriormente, Yohualichan representa un complejo importante en este marco geográfico
y cultural. En este breve esbozo se mostraran algunos rasgos culturales particulares de
esta comunidad.
Yohualichan se encuentra inserto en el amplio marco histórico de la tradición
mesoamericana, además de que sus pobladores mantienen elementos sincréticos y una
cosmovisión particular donde se observan principios de esta índole, en esta zona se
encuentra un asentamiento arqueológico prehispánico del mismo nombre. La relación que
guarda los pobladores con el sitio arqueológico es de vital importancia para la
comprensión del funcionamiento de diversas estructuras e instituciones sociales.
Perteneciente a la municipalidad de Cuetzalan, Yohualichan forma parte de una de
sus ocho localidades, ubicándose a 178 km de la ciudad de Puebla. (Reyes García, 2010:37)
Ocupa una extensión territorial de 20 km y una altitud aproximada de 700m s.n.m.32; se
encuentra situada a 8km de distancia de su cabecera municipal. Limita al norte con la
localidad de Tepetitán y Reyes de Hidalgo, al sur con Cuetzalán y Acaxiloco, al oeste con
Xiloxochico, al noreste con Santiago Yancuitlalpan y al oeste con Pinahuistan. (Suarez
Ayala, 2003:50)
Es importante señalar que según con pobladores del lugar, Cuetzalan es vista como
un lugar al que se le da más prioridad por ser parte del programa turístico del gobierno
federal, ya que esta población es la única región del estado de Puebla en considerarse un
“Pueblo Mágico” sin embargo, los miembros pertenecientes a la comunidad de
Yohualichan han buscado su permanencia y su reconocimiento político y social a nivel
estatal. Esto, más que considerarse una problemática aislada, forma parte de la identidad
vista desde comunidades periféricas que no comparten una idea de homogeneidad.
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Vista aérea de la zona arqueológica de Youalichan
Según con datos del 2010, a partir de censos realizados por servidores públicos
pertenecientes al sector educativo, la población de Yohualichan está conformada por
3,528 habitantes Con alrededor de 500 familias, el 95% vive en el campo. La mayoría de
la población se identifica como nahua, grupo relativamente reciente en la zona. Su
actividad principal de sustento es la agricultura del maíz donde perciben dos periodos de
lluvia constantes. (Reyes García, 2010:59)
Una parte importante en las relaciones sociales entre pobladores de la comunidad,
se encuentra en la solidaria y sustentable actividad conocida como “mano de vuelta”
esta se basa en ayudar al poblador que en su momento trabaja la tierra para su beneficio,
con el compromiso de que este ayudara posteriormente a los demás. Gracias a los factores
geomorfológicos y ambientales de la región, se da la oportunidad de sembrar
principalmente para el autoconsumo: maíz y café, alimentos básicos en la dieta de la
sociedad. (2010:56)
A pesar de que el café es una importación externa, el maíz es la planta por
naturaleza símbolo de lo mesoamericano, de la religión, de la cosmovisión en general y la
unión entre identidades. Mientras que para la venta, parte vital de la vida en Yohualichan
se producen: Café, pimienta, naranja, mamey, maracuyá y otra frutas .Otro sector de la
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población se dedica a la venta de artesanías, alimentos preparados para su venta al
turismo, complementando esos ingresos con la venta de productos de su propio solar,
pinole, pimienta gorda y molida, canela, frutas como mamey, maracuyá, naranjas y
plátano. El turismo, aunque es constante, no representa un parte primordial de la
economía.
La zona arqueológica de Yohualichan fue excavada en varias temporadas de campo
durante 1978 y 1979, por el arqueólogo Daniel Molina Feal, del Centro Regional Puebla del
Instituto Nacional de Antropología e Historia. Desde esa fecha quedo a cargo un custodio.
Esta peculiar zona arqueológica vista como patrimonio cultural, a los nahuas de
Yohualichan no les representa un espacio simbólico ceremonial, como es el caso de otros
sitios que son considerados espacios sagrados involucrados con la identidad de la
población del lugar por medio de un complejo entramado histórico. (2010: 58-59)
Esta situación se intensifica debido a que tienen muy claro que es un espacio cultural
producido por los totonacos, es decir, al ser la población nahua de Yohualichan
relativamente nueva en la zona, el sitio es visto como ajeno desde sus raíces, circunstancia
que ha propiciado que la zona arqueológica no tenga un valor simbólico para los
pobladores. Al parecer el único valor por el que existe un interés comunitario se manifiesta
exclusivamente por su valor turístico y mercantil, situación que le permite desarrollarse sin
obstáculos al modelo neoliberal turístico cultural que se aplica en la región.
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El modelo que el Estado pretende implantar en estas zonas arqueológicas y
culturales consideradas turísticas, radica en el hecho de entender a la comunidad como
una entidad paralela a su pasado, observando a la producción material prehispánica como
un objeto de consumo el cual se le pretende exprimir el sólido valor monetario obtenido
por la promoción y oferta económica del sitio.
Un fenómeno similar ocurre con el programa de los denominados “Pueblos
Mágicos” concepto que mantiene una rígida normativa en cuanto al uso del suelo,
comercio, política y religión de la comunidad, que en cierta manera limita las posibilidades
de crecimiento social de la población, convirtiéndolas en una mercancía ante los ojos del
turismo interior y exterior, además de que permite el libre flujo indiscriminado de
ideologías y usanzas ajenas.
Otro asunto importante en el sitio arqueológico de Yohualichan, es el hecho de que
parte de la población se ha insertado en él como guías de turistas, actividad al parecer
más frecuente entre los menores de edad que buscan un ingreso extra fomentado por las
propinas de los turistas, ya que las condiciones económicas en las que viven sus familias
se consideran muy limitadas.
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Independientemente de la veracidad de la información que se manifiesta en las
explicaciones de estos improvisados guías, la importancia del discurso y la implementación
de una identidad con el pasado de la zona arqueológica es un tema de importante
reflexión. La disertación de una mitología de carácter mexica posclásica, a la explicación
de la posible religión y cosmología del sitio es posiblemente un resultante de la
interpretación personal de los guías ante la instrucción de los arqueólogos o historiadores
que han estudiado el sitio.
En cuanto al marco histórico prehispánico de la Sierra y del sitio de Yohualichan ha
sido tan poco estudiada que apenas nos podemos conducir por ella a base de conjeturas
razonables pero no del todo seguras, y ello gracias a las referencias de áreas vecinas. En
pocas ocasiones se hace mención exclusivamente de la Sierra Norte de Puebla, casi
siempre está ligada a otras localidades alternas, se obtienen datos a partir de sus vínculos
con otras zonas, sobre todo con el centro del país y su abundante cantidad de fuentes
documentales coloniales. (Suarez Ayala, 2003:46)
La existencia de Teotihuacán temporal y espacialmente es importante, puesto que
en la literatura tradicional se ha explicado la importancia de este importante centro del
altiplano Central con las diversas culturas del Golfo, que es en donde se encuentra
Yohualichan, además, permite analizar un área determinada de la Sierra, la más cercana y
ligada a la metrópolis, que adquirió identidad étnica y lingüística y, en ese caso, fue o el
núcleo del llamado Totonacapan un área cultural que con el tiempo fue cambiando en
extensión y límites. Resulta difícil, sin embargo, concebir a la Sierra como asiento de una o
varias regiones nítidamente diferenciadas por la lengua y la filiación étnica de sus
habitantes, pues un territorio tan expuesto a diversas influencias culturales debió ser
relativamente cosmopolita y al menos bilingüe.(2003:46-47)
Yohualichan forma parte de las comunidades del Totonacapan, tradicionalmente se
ha manejado el año 400 d.C., aproximadamente, como su inicio, sin embargo, los
materiales hasta ahora obtenidos, parecen indicar un esplendor hacia el 600-900 d.C., lo
cual consolida su importancia junto con el Tajín y Xiotetelco, entre otros. Yohualichan,
debió de ser una ciudad satélite de El Tajín, gran urbe y paradigma cultural del Golfo,
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debido a que es una réplica donde son visibles los yugos, palmas, nichos una compleja
iconografía y técnicas constructivas similares. (Molina Feal, 1986:8:56)
Desde la última intervención del arqueólogo de sitio, Daniel Molina, el sitio ha sido
restaurado en su mayor parte para conservarlo en el sentido de patrimonio cultural, así
como verse interesante para los visitantes. Sin embargo, Yohualichan, sea de carne y
hueso, sea de piedra, sea del pasado o del presente, enfrenta serio retos ante un sistema
que busca la homogenización de la cultura. Si ya es existente una separación y falta de
apego por el patrimonio arqueológico en esta población, la llegada de agentes externos
acelera esta problemática de la cual, se debería de realizar un mayor análisis que pudiera
crear vías de comprensión
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GRUTA “LOS CORALES”
Un medio de subsistencia
La gruta “Los corales”, la cual se encuentra ubicada en el km. 6 de la carretera
Cuetzalan-Zacapuaztla (aproximadamente a 15 min. de Cuetzalan), fue descubierta en el
año de 1976, e inicialmente fue utilizada como una destilería clandestina de licor,
posteriormente, a raíz del interés que causaba, fue explorada por espeleólogos de diversos
países (lo cual se sigue haciendo actualmente).
Tiempo después, el dueño de la propiedad donde se encuentra la gruta, decidió
abrirla al público (hace 6 años), por lo cual, realizo algunas modificaciones (construcción
de escaleras e instalación de barandales y cuerdas) para facilitar el acceso.
El recorrido consiste en una caminata de 700 m hasta una profundidad de 150 m;
cabe mencionar que después del punto más bajo de la gruta (la parte abierta al público),
hay aún más terreno (un pantano), pero no es accesible debido a la poca exploración que
se ha hecho de esa zona.
Durante el trayecto, se pueden observar estalactitas, estalagmitas y columnas en
proceso de formación, de las cuales, algunas parecen estar formadas por hielo, y otras,
debido a la forma y coloración que poseen (similar al coral), dan su nombre a la gruta.
También merecen mención, las diversas formaciones rocosas que atraen la atención, por
su parecido con figuras humanas y animales, sin omitir, que también algunas otras,
proyectan sombras con formas de este tipo (por ejemplo, un águila y un monje).
Actualmente las grutas son administradas por la misma familia, y el costo del
recorrido es de 50 pesos (más la propina para el guía), y para el ingreso, se proporcionan
cascos y lámparas.
A pesar de que este es solo un pequeño caso, de los tantos que existen en las
diversas actividades económicas de Cuetzalan, es evidente, que el turismo ocupa una parte
muy significativa de los ingresos que tiene el pueblo, y esto se puede observar, en el hecho
de que esta no es la única atracción eco turística de la zona; aprovechando que el pueblo
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se encuentra sobre un sinnúmero de grutas subterráneas (algunas exploradas y hasta
accesibles), también se “explotan” turísticamente la caverna “Atepolihui”, la grutas
“Chapultepec”, “Chivostoc”, “Aventura”, “Paraiso”, “Cohuatichan”, “Nido de
murciélagos”, “Alpasajt” y muchas otras ,que se encuentran dentro del llamado,
“Sistema Cuetzalan”.
Estalactitas similares al coral que dan nombre a la gruta.
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TIANGUIS DOMINICAL DE CUETZALAN
Análisis de un sistema de distribución
Se conoce al mercado-tianguis como una institución económica y social en la que se
encuentran distintos modos de intercambio de bienes que dan origen a un sistema híbrido,
predominantemente monetario.
El sistema de mercados no está formado simplemente por lugares, sino que
constituye una red de acción mutua entre compradores y vendedores conectados, al igual
que las mercancías, dentro de un sistema de decisiones sobre precios y producción (Diskin
y Cook, 1975: 293-294), por lo que distinguen entre mercado, plaza y área de mercado. El
primero se refiere a las transacciones, la segunda, al lugar donde se realizan éstas, y el
área de mercado, a las rutas de distribución de productos que ingresan a través de la plaza
con destino a la casa del consumidor (1975: 170).
Aun cuando lo que más permea es un sistema de intercambio mercantil, este no
suprime por completo procesos a través de los cuáles se abaratan los productos, se
construyen relaciones sociales de ayuda mutua y se intercambian bienes por bienes
(trueque), los cuáles a su vez sirven como procesos económicos de subsistencia y en
muchos casos como gestadores de nuevas alianzas o relaciones sociales. Estos son rasgos
identitarios de las sociedades indígenas y campesinas que las caracterizan en un contexto
de economía nacional transgiversada por los procesos de globalización económica y
cultural.
Para Lourdes Arizpe, el mercado, en referencia al tianguis de Zacuapan, Morelos,
no es únicamente un sitio de compra y venta de mercancías, sino un microcosmos de las
sociedades de la región del oriente de Morelos: "Sí, es cierto que se compran y venden
cosas que tienen precio y que llenan diversas necesidades, pero se intercambia mucho
más" (2009: 103), y refiriéndose al trueque, afirma:
Algunas personas, por lo regular las más pobres, ven en el trueque la posibilidad
de cambiar los productos de la recolección; van a cambiar lo que les sobra por lo
que les falta. Pero muchas otras, especialmente las mujeres, acuden para
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encontrarse con los demás, para enterarse de la última noticia, para platicar, para
reírse, para ejercer control social y, en suma, para darle forma a su participación en
la sociedad. Van para "reconocer" a los demás y ser "reconocidas". Para ser parte
del todo. Para acallar angustias y recoger bondades. Para constatar relaciones ya
existentes y establecer nuevas. Para llevar algo y regresar a casa con lo nuevo que
se recibió. (2009)
El objetivo de este apartado es analizar el proceso de distribución dentro del sistema
económico del tianguis dominical de Cuetzalan, el cual se presenta como una institución
económico-sociocultural.
El área de observación etnográfica abarco la plaza principal del centro de Cuetzalan,
así como las calles periféricas en las que es colocado el tianguis y las que tienen mayor
afluencia de tránsito, esto nos dio un panorama del proceso de distribución, siendo así,
las principales, la Calzada Zaragoza y las calles: Gómez Farías, Miguel Alvarado y Carlos
García.
Karl Polanyi afirma que la economía está inserta tanto en las instituciones
económicas como en las no económicas, y que el lugar que ocupa lo económico en las
estructuras sociales definirá el tipo de sociedad (1974: 161). Es decir, un proceso económico
siempre estará unido a las manifestaciones culturales. Por ejemplo, en el tianguis de
Cuetzalan se encuentran productos que claramente tienen una relación con aspectos
culturales de la vida diaria, un ejemplo de esto, es la venta de sombreros, pimienta, café,
veladoras, vestimenta bordada, resorteras y petates. La venta de este tipo de productos
primeramente está impulsados por razones culturales como la religión, la vestimenta y la
alimentación, y posteriormente por razones económicas. Insertados en un mercado
diferente, por ejemplo en la ciudad de México, tendrían un impacto menor o simplemente
en la mayoría de los casos serían adquiridos con fines “recreativos” no precisamente
utilitarios o de uso como lo es para los pobladores de Cuetzalan.
Los domingos es colocado el tianguis en donde se intercambian productos para
abastecer necesidades de los pobladores. Es un día de gran importancia, por el gran
número de personas involucradas como vendedores, productores, intermediarios,
compradores y prestadores de servicios que constituyen el espacio económico de venta
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y consumo; los mercados de México "constituyen el principal mecanismo económico de
distribución; revelan la forma en que la gente dispone de sus productos y adquiere
artículos para su consumo; compendia, en suma, la organización económica de cada
distrito y localidad. Desde cada hogar, desde cada poblado y área tribal se concurre al
lugar del mercado en el día de plaza" (Malinowski y De la Fuente, 2005: 37).
El tianguis dominical de Cuetzalan se coloca en la plaza principal del pueblo y calles
adyacentes. Venden por igual hombres, mujeres y niños. Se venden productos de
recolección y cultivados, productos manufacturados (huipiles, rebozos, blusas, y artesanías
nahuas y totonacas variadas), vainilla, café, cocoyoles, tequelites, flores, collares y
pulseras de semillas nativas.
Las artesanas vienen de pueblos cercanos a Cuetzalan, porque predomina el
turismo, lo que es un beneficio para sus ventas. Casi todas "pelean" o mejor dicho
compiten por la venta de sus artesanías, ya sea en insistir a los turistas o rebajando sus
precios. Los nuevos artesanos, los que están instalados en puestos fijos (mercado de
artesanías), son los que tienen problemas con las artesanas "independientes"
A continuación, se muestra una tabla con los datos etnográficos obtenidos, y
posteriormente se hará un breve análisis sobre el proceso de distribución.
Producto Distribución
Rebozos
Origen: Hechos en Telar de cintura
Formas de distribución: Venta independiente en la plaza central por parte de
las mujeres indígenas artesanas.
Transporte: A pie, la mayoría de las artesanas de rebozos provienen del pueblo
de San Andrés.
Costos: $180
Participantes: Artesanas y Compradores, en su mayoría Turistas.
Existen dos tipos de rebozos a la venta:
Maquila: que es más barato, hecho de Tela traída de Oaxaca.
Telar. Que se hace notar por su costura más fina.
Algunas artesanas lo venden por igual, aunque otras son sinceras y no estafan
a los compradores.
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Aretes y
tortilleros
Origen: Hechos por mujeres indígenas artesanas, que en su mayoría provienen
del pueblo de San Miguel Tizanacapan.
Formas de distribución: Venta independiente en la plaza central por parte de
las mujeres indígenas artesanas
Transporte: A pie.
Costos: $20
Participantes: Artesanas y Compradores, en su mayoría Turistas.
Resorteras
Origen: Cuetzalan
Materia prima: Madera
Participantes: Familia Méndez Barajas.
Forma de distribución: Artesanos únicos en manufactura de figuras de animales,
manos, pies y sirenas que además llevan a vender a Yucatán.
Costos: Varían desde $50 hasta $400
Guayaberas
Origen: No mencionaron la procedencia. Hechas de Telar. Algunas poseen
arreglos hechos con Telar de cintura. Manufactura de Cuetzalan
Formas de distribución: En locales fijos o puestos en mercado.
Transporte: En camiones o carros. Nos mencionaron que en San Andres se
encuentra su taller primordial.
Costos: $170-$200 aprox.
Participantes: Para su manufactura se necesitan 3 personas: 1) La persona que
hace cortes; 2) Maquila de Redondear; 3) Maquila Recta.
Canastos
Origen: San Miguel de Tzinacapan.
Materia prima: Pitahaya
Participantes: Artesanas indígenas.
Vainilla,
Canela y
pimienta
Origen: Cultivados en Cuetzalan
Formas de distribución: Venta en mercado, venta mínima personal.
Transporte: A pie.
Costos: $15 el ramito o vara
Participantes: Los mismos pobladores la cultivan, la cortan y la venden.
Tabaco Origen: Proveniente de Veracruz.
Miel
Origen: Cultivo personal en Cuetzalan.
Formas de distribución: Venta personal en el mercado.
Transporte: A pie.
Costos: $50 el botecito.
Participantes: Los pobladores que se dedican a la apicultura.
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Flores
Origen: Cuetzalan
Productos: Alcatraz, Manzanilla, Margaritas, Jazmillas, Rosas, Yoco.
Participantes: Su venta, cuidado y hacer los ramos es encargo de las mujeres.
Costo: $10 el rollito o ramo.
Piel Origen: San Carlos
Materia prima: Piel de Res.
Petates
Origen: Zacapoaxtla
Materia prima: Palma
Participantes: Una persona realiza un petate, la mano experta tarda 3 horas.
Costo: $120 de palma fina y $80 de palma ancha.
Café
Origen: Cuetzalan
Participantes: Pobladores siembran, lo cosechan y lo tuestan en un tostador de
leña.
Costo: $40 la bolsa con ½ kilogramo.
Fósiles y
Meteoritos
Origen: Cuetzalan
Participantes: Niños
Forma de distribución: Venden fósiles de amonitas y lo que llaman "piedras de
rayo" o "meteoritos", que son formaciones rocosas con pirita en su interior, las
recogen del suelo y las venden a los turistas.
Costo: $15.
La siguiente tabla muestra los productos más vendidos que son foráneos a la zona de
Cuetzalan.
Lugar de
procedencia Producto y distribución
Central de abastos de
Puebla
Mangos, Jitomates, Cebollas, Calabazas, Ejotes, Pepinos, Papa,
Melon, Chile, Ollas, Topers, Fibras, Zacates.
Zacapoaxtla Berros, Nopales, Epazote criollo, Granda china.
DF Pulseras, Imágenes religiosas, Collares, Aretes, llaveros, Peliculas
pirata, Medicina naturista.
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Y finalmente se presenta la tabla de las principales rutas de distribución de productos hacia
Cuetzalan.
MAPA. RUTA. Productos.
Zacapoaxtla-Cuetzalan
Berros, Nopales, Epasote Criollo,
Granada China, petates, etc.
Central de Abastos de
Puebla- Cuetzalan.
Mangos, Jitomates,
cebollas, calabazas, ejotes,
pepino, papa, melón, chile,
etc.
También Ollas, topers,
fibras, zacates, etc.
Carnes, Pollos, camarones,
etc.
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Yohualichan- Cuetzalan
Artesanías, canela, café, pimienta,
fósiles, etc.
Se transportan caminando,
debido a la pobreza.
Veracruz- Cuetzalan
Tabaco, Guajes, camarones, etc.
San Andrés-Cuetzalan
De este pueblo y de San Miguel
Tzinacapan, proviene la mayoría
de Artesanas de canastos de
pitahaya, rebozos, aretes,
tortilleros y collares.
Se transportan caminando.
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Oaxaca- Puebla
Guajes, camisa de manta, telares,
sombreros, etc.
En Cuetzalan, las mujeres visten principalmente blusas blancas con bordados
zoomorfos multicolores en la parte superior, falda y huipiles, cabe resaltar que el uso del
tocado de la cabellera en la vida diaria está casi en extinción. Por otra parte, la mayoría
de los hombres nahuas y totonacos que viven en Cuetzalan, visten totalmente de blanco,
usando una camisa de manta sombrero y huaraches. Es importante hacer una observación
en cuanto a la vestimenta de los hombres, la mayor parte de ellos, van acompañados de
una bolsa o morral con ornamentación a rayas o puntos rosas y verdes, esto resalta, ya
que en entrevista con un habitante, nos informó que ese morral es parte de la
indumentaria que se les proporciona a los trabajadores en las fincas cafetaleras.
A partir de esto y dada la importancia económica que tiene el grano de café en la
zona, podemos inferir que gran parte de los habitantes se dedican o dedicaron a la
recolección de café.
La tradición termina por adaptarse a lo moderno, no es raro encontrarse a madre
e hija de compras ataviadas de manera distinta. La madre viste de manera tradicional y la
hija una versión “moderna” del vestido de domingo. A un costado de la iglesia de San
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Francisco, pudimos ubicar un puesto donde se vende ropa de paca, ahí aunque pequeño
e improvisado, la gente acude de manera continua.
La mayoría de los pobladores de Cuetzalan visten de blanco el domingo, puesto
que siendo estos mayoritariamente católicos, el domingo es el día en que acuden a la
iglesia.
En cuanto a la distribución de los productos, la mayor parte de los venderores acuden de
San Miguel Tzinacapan, Yohalinchan, Jonotla,, Tuzamapan de Galeana, Tlatlauquitepec,
Ayotoxco, Zoquiapan, Zacapoaxtla y Nauzontla.
Ubicamos tres principales medios de transporte que utilizan los vendedores para llegar
al tianguis dominical, estos son: “
“Ruta 1-Yohualinchan”, esta ruta da servicio desde la 6:30 a.m y uno de los
principales puntos por los que pasa es Acaxiloco.
“Ruta- San Antonio Rayón” igual que la anterior sus servicios comienzan desde
las 6:30 a.m y uno de sus principales puntos por los que atraviesa es la Ranchería
Morelos.
“Rutas mixtas o de derroteros” estas rutas, son de gran uso e importancia para
los habitantes de Cuetzalan, son camionetas con redilas en las que caben alrededor
de quince personas, muchas veces estas rutas transitan por territorios más alejados
y difíciles.
Hay que agregar, que aunque estas son las principales rutas de transporte, existen
otras. Algo importante de mencionar es que muchos vendedores llegan a pie ya sea por
la falta de recursos para poder pagar el transporte, o porque argumentan que los
domingos el transporte tarda mucho en pasar además de ir muy lleno o sin lugar, lo cual
les hace perder tiempo, por lo cual prefieren llegar caminando.
Encontramos a productores y revendedores. Los revendedores adquieren sus
productos en las afueras de Cuetzalan para posteriormente llevarlos al lugar de venta.
Dependiendo de la mercancía es el lugar de su procedencia; los revendedores de frutas y
vegetales, los traen de la central de abastos, los rebozos de Oaxaca, los de sombreros y
guayaberas de Veracruz, por mencionar algunos. Por otra parte, los productores utilizan
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su espacio de vivienda como lugar de trabajo para producir sus mercancias; por ejemplo
café, mamey, plátano, pimienta, canela, vainilla, rebozos, blusas, resorteras, etc.
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CONCLUSIONES
El tianguis dominical de Cuetzalan se forja como una institución mercantil compleja, cada
transacción se encuentra permeada por características socioculturales de los sujetos, los
productos regionales y las relaciones sociales que se crean entre ellos.
Por ejemplo, es común ver a las vendedoras de rebozos, tortilleros, llaveros y aretes,
aprovechar alguna sombra y sentarse en el atrio de la iglesia a conversar mientras
degustan un vaso de tepache frio. Se puede notar que existe un lazo entre ellas al escuchar
cómo se comunican en su lengua materna mientras salen a relucir risas.
El tianguis de Cuetzalan es una institución económica, que funciona como punto
central y articulador de la economía del municipio y parte de la sierra norte de puebla
teniendo como principales factores a grupos indígenas nahuas y totonacos, es un sitio al
que se asiste semanalmente, por lo que es un sistema regular extraordinario dentro del
sistema de intercambio hibrido, cuya función social es complementar las tácticas
económicas de subsistencia de sectores empobrecidos, ya que eso es, una práctica de
subsistencia y no de mercado (Casaverde, 1981: 142) que coexiste en este.
Sin embargo, a pesar de que la razón que tiene más peso para acudir
semanalmente al tianguis es la económica, no se pueden dejar de lado las razones
socioculturales, teniendo un peso importante la formación de las relaciones sociales.
Así el mercado-tianguis funciona fundamentalmente como mecanismo económico
(Malinowski y de la Fuente, 2005: 174) que entremezcla diferentes sistemas de intercambio
que primordialmente son impulsados por los rasgos socioculturales de los habitantes de
la Sierra Norte de Puebla, y es una institución económico-social.
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