Preparación de Galpones – Pre-Ingreso de los Pollitos Galpón Completo
Colecta y preparación de inclusiones en resinas fósiles
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Laboratorios de Paleontología se ha editado durante el Año de la Ciencia 2007 con el apoyo
de la FECYT y del Ministerio de Educación y Ciencia (Proyecto "Dos libros mejor que uno",
CCT-005-07 -00629). Recoge principalmente las contribuciones presentadas con motivo del
IV Seminario sobre Paleontología y Desarrollo de la Universidad de Verano de Teruel
(Universidad de Zaragoza).
Esta publicación forma parte de los proyectos de investigación en Paleontología
subvencionados por: Departamento de Educación , Cultura y Deporte, Departamento de
Presidencia y Relaciones Institucionales (Gobierno de Aragón) , Ministerio de Educación
y Ciencia (Proyecto CGL2006-13903) , INAEM , Dirección General de Investigación ,
Innovación y Desarrollo del Gobierno de Aragón (Grupo de Investigación E-62, FOCONTUR)
y Dinópolis .
EDICIÓN: © FUNDACIÓN CONJUNTO PALEONTOLÓGICO DE TERUEL- DINÓPOLIS
COORDINACIÓN: Luis Alcalá y Alberto Cobos
DISEÑO Y MAQUETA: © EKIX Soluciones Gráficas
DEPÓSITO LEGAL: TE-185-2007
ISBN-13: 978-84-934800-5-9
Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los autores, bajo las sanciones establecidas en la ley, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático. Todos los derechos reservados.
Introducción
Las resinas fósiles son compuestos orgánicos, resultado de un
largo periodo de maduración de sus homólogas actuales. Su
transformación desde una sustancia viscosa a un polímero
plástico se produce por la pérdida de sustancias volátiles y por
la maduración durante la diagénesis. A partir del Cretácico
Inferior, su presencia en el registro fósil , comienza a ser
significativa.
La resina , endurecida al contacto con el aire, es incorporada
al ciclo sedimentario, transportada por corrientes tractivas
subacuosas y depositada en áreas de sedimentación (en
ambientes continentales y litorales de baja energía, asociadas
a lignitos o en ambientes marinos como depósitos secundarios).
Las resinas fósiles pese a la corteza de alteración que puedan
presentar se identifican fácilmente por sus características
físicas , entre las que destacan el color, brillo, tipo de fractura
y peso específico (tabla 1) . Por otra parte, poseen un tacto
cálido, propiedad debida a la pobre conducción del calor que
presentan (Langenheim, 1965). Fragmentos rotos son fácilmente
localizables por su color y brillo , siendo la colecta superficial
más fácil en días soleados (Langenheim, 1965).
En este artículo se hace un repaso de las técnicas utilizadas
para la recuperación del ámbar de Álava (ver también Corral
et al. , 1999) que pueden ser de utilidad para la excavación de
otros depósitos. Ámbar y resina fósil son considerados aqu í
como sinónimos.
Extracción y concentrado de ámbar
El peso específico de las resinas fósiles en muestras frescas -3
o poco alteradas se encuentra entorno a 1,04-1 ,10 g.cm . Este
valor está próximo al del agua , por lo que son fácilmente
arrastradas por corrientes débiles quedando dispersas en el
sedimento (Langenheim, 1965).
Para la obtención de cantidades significativas de resinas
fósiles se hace necesario remover y procesar importantes
volúmenes de roca , por lo que conviene emplear maquinaria
pesada para ello.
Tabla 1. Características físicas generales del ámbar*
Dureza (Mohs) 2-3
Densidad aproximada 1,04-1 ,10 g.cm-3
Índice de refracción 1 ,539 - 1 ,542
Fractura concoidea
*Según datos de Howie (1995), Peinar (1992) y Kosmowska
Ceranowicz ( 1996).
Z3
Fig. 1: Depósito de areniscas carbonosas rico en especímenes de
ámbar (fotografía de jesús Alonso).
La roca portadora de resina fósil una vez extraída por medio
de retroexcavadoras (Fig. 1 ), necesita ser procesada para
obtener el concentrado fósil.
Aprovechando las propiedades físicas de las resinas fósiles
y la naturaleza friable de buena parte de las rocas portadoras
(las resinas fósiles de la Península Ibérica aparecen
principalmente en series terrígenas), el concentrado puede ser
realizado fácilmente con la ayuda de una hormigonera, agua
y un tamiz de luz de malla fina . (Fig . 2).
El movimiento rotatorio de la cubeta de la hormigonera, cargada
con roca y agua, provoca la disgregación de aquella de modo
que en el interior se forma un fluido denso, una mezcla de
agua y arcilla que, después de unos minutos, se vierte sobre
un tamiz de acero inoxidable con una luz de malla de 5 mm
(Fig . 3). Los componentes sólidos menos densos de la roca
(ámbar y lignito) son fácilmente removilizados, permaneciendo
en suspensión en la parte superior de la columna de agua . Al
comenzar a verter el contenido de la hormigonera sobre el
tamiz, primeramente aparece la fracción menos densa (ámbar
y algo de lignito) quedando los restos más densos (arena y
grava) en el fondo de la cubeta . Estos materiales son
desechados después de procesar el contenido un par de veces
o cuando cesa la aparición de ámbar sobre el tamiz.
24
w ith the ambe rifero us rock
de rocas con á m bar
S mm mesk/
Mesa-tamiz de S mm de luz de malla
ofthe amber
del ámbar
Cement mixer 1 Honnigoncra
~-
~ Tilting /Inclinación
~-
Fig. 2: Método de concentración del ámbar utilizando una hormigonera.
Los especimenes más relevantes y los fragmentos mayores
de ámbar pueden ser recogidos directamente del tamiz a mano
y almacenados en bolsas de polietileno. El material restante ,
es decir los pequeños, pero también valiosos, fragmentos de
ámbar, el lignito y algunos restos de roca , son recogidos
conjuntamente con una paleta y almacenados en bolsas aparte
para su posterior triado en el laboratorio.
Búsqueda de inclusiones y preparación de las muestras
El estudio de inclusiones fósiles preservados en resina fósil
es, quizás, uno de los trabajos más estimulantes para los
Fig. 3: Vertido de agua y lodo sobre un tamiz de S mm de luz de
malla para concentrar el ámbar.
paleontólogos. Para su localización y preparación es necesario
aplicar algunos tratamientos en el laboratorio. Algunas de estas
técnicas han sido descritas por Langston (1965), Schlee y
Dietrich (1970), Grimaldi (1993), Gierlowski (1996), Corral et
al. (1999) y Nascimbene y Silverstein (2000).
Limpieza inicial de los especímenes y prospección de las inclusiones
La eliminación de los restos de lutitas y sales solubles presentes
inicialmente en la roca se hace con agua, preferiblemente
desmineralizada. Si se encuentran firmemente adheridos al
ámbar, es preciso utilizar agujas enmangadas, escalpelos y/o
una cubeta de ultrasonidos para conseguir retirarlos. Posterior
mente se prospecta el material con ayuda de un estereomi-
croscopio y un equipo de iluminación fría. Cuando los especí
menes presentan una corteza opaca o una superficie muy
alterada es preciso pulir una pequeña porción de la pieza, es
decir, "abrir una ventana" para mirar a través de ella y descubrir
la posible existencia de inclusiones.
Realización de las preparaciones
Una de las principales dificultades en el estudio de las
inclusiones fósiles es la presencia de fracturas internas que
reflejan los rayos de luz al iluminar los especímenes (Fig. 4).
Esto se resuelve rellenando esas superficies con un líquido o
un polímero poco viscoso que posea un índice de refracción
similar al de la resina fósil (id est, 1,54 aproximadamente).
Algunos productos utilizados en el pasado como aceites
minerales o bálsamo de Canadá están hoy desaconsejados
por causar el deterioro de los especímenes (Grimaldi y
Nascimbene, 1997) o por contaminar las muestras e impedir
futuras técnicas analíticas (8eck, 1982). El uso de resinas
acrílicas termoplásticas (Paraloid 872 o 867) disueltas en
xileno o tolueno ha sido indicado para restaurar las superficies
alteradas de ámbares arqueológicos (Thickett et al., 1995) y
podrían utilizarse para tratar masas grandes de ámbar
agrietadas. Pero tampoco, estos compuestos, solucionan
Fig. 4: Inclusión fósil en ámbar apenas apreciable por el "efecto
espejo" (MCNA 8909.1, Hymenoptera, Scelionidae). longitud
máxima del cuerpo del insecto 1,87 mm.
25
definitivamente el problema de la reflexión de la luz en las
fracturas, ya que con la evaporación del disolvente el hueco
no queda completamente rellenado por la resina acrílica.
La solución definitiva de este problema la aportaron Schlee y
Dietrich (1970) utilizando una resina sintética termoestable con
un bajo índice de encogimiento lineal aplicada al vacío
(inicialmente se utilizó un tipo de poliéster transparente, pero
posteriormente se sustituyó por resina epoxídica, Schlee, com.
pers., 1995). Grimaldi (1993) aplica también esta técnica con
buenos resultados. Utiliza resinas epoxi de curado a temperatura
ambiente y una cámara de vacío convencional que facilita la
penetración del compuesto en las fracturas . Este polímero es
también un plástico termoestable, resistente, de elevada
adherencia y con un índice de encogimiento lineal bajo al curar
(<0.5%), en comparación con los poliésteres y poliacrilatos.
La composición química de las resinas epoxi depende de la
base epoxídica y del agente de curado (una amida en el caso
de las resinas que endurecen a temperatura ambiente) y su
estabilidad final dependerá en gran parte del exceso de
endurecedor sin reaccionar dejado en la resina , que puede
provocar la degradación del plástico catalizado (Baker, 1995).
26
Nosotros utilizamos la resina epoxi EPO-TEK 301 de dos
componentes, tanto para incluir como para pegar fragmentos
de ámbar. Sus propiedades físico-químicas son excelentes,
pudiendo destacarse: un índice de refracción (1 ,54) próximo
al del ámbar, grandes propiedades adhesivas, baja viscosidad,
muy buenas propiedades ópticas y una mínima contracción al
polimerizar. EPO-TEK 301 presenta una viscosidad muy baja
(100 cps a 25°C), la menor de todas las resinas utilizadas
hasta ahora para preparar inclusiones, por lo que fluye muy
bien, penetrando incluso en minúsculas grietas cuando se
utiliza una cámara de vacío (Fig . 5).
Después de mezclar bien la base epoxídica y catalizador,
según las instrucciones del fabricante, hay que aplicarlo sobre
el espécimen. Para ello utilizamos una cámara de vacío especial
(Fig. 6) que elimina el aire de las grietas en la resina fósil y el
introducido en la resina epoxi al hacer la mezcla, antes de
entrar ambas en contacto. (Tucker, 1988). En esta cámara, la
pieza de ámbar se coloca sobre unas plataformas que se giran
tras efectuar el vacío, provocando su caída a un recipiente con
una cantidad suficiente de resina epoxi . Este recipiente es de
caucho de silicona RTV que permite un fácil desmolde una
vez endurecida la resina. Aproximadamente unos diez minutos
después de que el vacuómetro indique una lectura de 15-25
mm Hg, se permite la entrada de aire lentamente a la cámara
desde el exterior, hasta recuperar la presión atmosférica normal.
Fig. 5: La misma inclusión de la figura 4 (MCNA 8909 . 1 ), después
de ser incluida en resina epoxi EPO-TEK 30 l .
Fig. 6: Cámara de vacío utilizada en el Museo de Ciencias Naturalés
de Á lava construida a partir de las indicaciones de Tucker ( 1988) .
A partir de este momento, la resina epoxi sigue penetrando
por las microfracturas debido al gradiente de presión creado
entre el exterior y el interior de las fracturas . En menos de una
hora , éstas habrán quedado completamente rellenadas .
Normalmente, el ámbar flota en la resina epoxi recién preparada.
Si queremos que éste quede completamente incluido habrá
que hundirlo con una aguja cuando comience el proceso de
gelación de la resina epoxi , aproximadamente 2-3 horas
después de realizada la mezcla . Las burbujas introducidas en
este proceso se eliminan dirigiéndolas hacia la superficie con
la misma aguja.
El endurecimiento de la resina EPO-TEK 301 a temperatura
ambiente ocurre a las 24 h, de forma que se obtiene un plástico
muy transparente que puede ser pulido sin dificultad, adquiriendo
un elevado lustre . Las resinas epoxi son muy agresivas y
degradan fácilmente los recipientes de caucho de silicona .
Después de utilizarlos varias veces, la silicona pierde elasticidad
y acaba quebrándose. Aunque los recipientes de caucho de
silicona se fabrican rápida y fácilmente en el laboratorio, se
pueden adquirir recipientes de politetrafluoretileno (PTFE), ya
que su duración es mucho mayor.
Cortado y pulido de las preparaciones
Estas acciones se realizan para eliminar el exceso de material
o aislar una determinada inclusión y facilitar su observación .
El uso de una cortadora de precisión (tipo Minicut, con discos
de diamante de 1 O cm de diámetro y 0,5 mm de grosor) con
un sistema de lubricación por agua que facilita el corte y a la
vez elimina posibles daños producidos al ámbar por el
sobrecalentamiento de la hoja de sierra , facilita esta tarea . El
desbastado posterior persigue la eliminación de parte del ámbar
que rodea a las inclusiones, así como de ciertas impurezas,
y sirve para dar la forma prácticamente definitiva a las
preparaciones. Para este propósito puede emplearse una
lijadora lubricada con agua (tipo Proxxon TG 250/e), provista
de un plato vertical donde se colocan discos adhesivos de
carburo de silicio de grano 320 o diamantados. El afinado
puede realizarse manualmente con una lija de agua de grano
1200 y agua. Con estos pasos se eliminan las huellas de la
sierra y otras marcas producidas durante el desbastado.
Finalmente, el pulido se realiza también a mano, frotando las
preparaciones (o en su caso el ámbar), primero sobre un papel
de lija de grano 4000 humedecido con agua, y finalmente con
un disco de pulido montado en un motor provisto de un variador
de velocidad. El disco de tela se carga con una pasta compuesta
de óxido de cerio en polvo y agua, o de pulimentos comerciales
para limpiar placas de cocinas vitrocerámicas. En este último
caso es conveniente chequear el producto y desechar aquellas
marcas con exceso de aditivos químicos, como perfumes y
disolventes. Además es recomendable limpiar muy bien las
muestras con agua desmineralizada para eliminar los restos
de estos productos. Otras pastas posibles pueden realizarse
con óxido de estaño (Langston , 1965), carbonato cálcico
químicamente precipitado (Gierlowski , 1996) y óxido de aluminio
de 5¡Jm (Grimaldi , 1993).
La forma final de las preparaciones debe presentar caras
planas pulidas, para evitar una imagen distorsionada de las
inclusiones (Langston, 1965). En la medida de lo posible, se
deben tallar superficies planas ortogonales , que permitan
realizar una completa descripción dorsal, ventral y lateral de
las inclusiones (Fig. 7).
Fig. 7: Preparación finalizada de un espécimen de ámbar incluido
en resina epoxi EPO-TEK 301 (MCNA 8 765, Hymenoptera,
Trigonalidae). Tamaño de la preparación 5,2 x 3 mm.
27
Consideraciones finales
Las resinas fósiles mesozoicas , y las terciarias en menor
medida, son bastante quebradizas. Para obtener una mejor y
más detallada visión de sus inclusiones fósiles , los
investigadores requieren la eliminación de la mayor cantidad
de ámbar posible sobre éstas para minimizar los problemas
de refracción o la turbidez de algunas muestras. El estudio de
las inclusiones fósiles en este tipo de ámbar, y en otros que
presenten numerosas grietas , conlleva necesariamente la
inclusión de las muestras en una resina plástica termoestable
de baja viscosidad y similar índice de refracción. Con el relleno
de las fracturas , desaparece el efecto espejo de las mismas
y su apropiada observación queda únicamente limitada por la
transparencia natural del ámbar.
Para conseguir una buena penetración de la resina es conveniente
utilizar la cámara de vacío descrita porTucker (1988), que, además
de efectiva, es de fácil y económica construcción. En ocasiones
pueden quedar en el interior del ámbar grietas no rellenas de
resina epoxi que mantienen aún el efecto de espejo. Ello puede
ser debido a que estas fracturas no están conectadas con el
exterior, y por tanto la resina no puede penetrar. Es conocido que
las resinas fósiles y las sintéticas usadas en su preparación sufren
un natural y constante deterioro en contacto con el oxígeno y los
rayos ultravioleta, o al hallarse en unas condiciones ambientales
variables de temperatura y humedad relativa. Si la capa de ámbar
que engloba la inclusión es muy fina (en ocasiones es menor de
1 mm) y las condiciones de conservación no son las adecuadas
es fácil que se deteriore. En este caso, aparte de no poder observar
correctamente la inclusión, ésta corre el riesgo de destruirse.
Además, un nuevo desbaste y pulido se hace casi imposible, por
la mínima cantidad de ámbar existente (Grimaldi , 1993). Por eso
últimamente, se recomienda aislar todas las superficies frescas
de ámbar, ya sea con resina epoxi o con un cubreobjetos de vidrio
adherido con la misma resina epoxi de la preparación (Nascimbene
y Silverstein, 2000).
28
Por último, la consolidación de especímenes frágiles y agrietados
estaría justificada cuando existiera riesgo evidente de deterioro.
En caso contrario es preferible invertir en medidas preventivas
de conservación (condiciones ambientales de almacenamiento
y recipientes adecuados).
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