caracterizacion de fauna (ranas y aves) y flora en seis humedales del departamento de risaralda

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CORPORACIÓN AUTÓNOMA REGIONAL DE RISARALDA - CARDER Y WILDLIFE CONSERVATION SOCIETY (WCS Programa Colombia) INFORME FINAL Convenio No. 453 CARACTERIZACIÓN DE FAUNA (RANAS Y AVES) Y FLORA EN SEIS HUMEDALES DEL DEPARTAMENTO DE RISARALDA. William Cardona Teresa Cano Raúl Gil Diego Gómez Marzo de 2012

Transcript of caracterizacion de fauna (ranas y aves) y flora en seis humedales del departamento de risaralda

CORPORACIÓN AUTÓNOMA REGIONAL DE RISARALDA - CARDER

Y

WILDLIFE CONSERVATION SOCIETY (WCS – Programa Colombia)

INFORME FINAL

Convenio No. 453 CARACTERIZACIÓN DE FAUNA (RANAS Y AVES) Y FLORA EN SEIS

HUMEDALES DEL DEPARTAMENTO DE RISARALDA.

William Cardona Teresa Cano

Raúl Gil

Diego Gómez

Marzo de 2012

Tabla de Contenido

RESUMEN ........................................................................................................................................3

INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................5

DESCRIPCIÓN GENERAL DE LOS HUMEDALES CARACTERIZADOS ..................................7

Humedal Jaibaná ............................................................................................................................7

Humedales Finca Sausalito ............................................................................................................7

Humedales Finca San Jorge............................................................................................................8

Humedal La Pradera .......................................................................................................................9

Humedal Guayabito...................................................................................................................... 10

Humedal Don Matías ................................................................................................................... 10

MÉTODOS ...................................................................................................................................... 11

Aves ............................................................................................................................................. 11

Anfibios ....................................................................................................................................... 12

Flora ............................................................................................................................................. 12

Análisis de los datos ..................................................................................................................... 13

Índices de Diversidad................................................................................................................... 13

Gráficas de Abundancia Relativa .................................................................................................. 14

RESULTADOS ................................................................................................................................ 15

Aves ............................................................................................................................................. 15

Anfibios ....................................................................................................................................... 25

Flora ............................................................................................................................................. 30

DISCUSIÓN .................................................................................................................................... 37

Aves ............................................................................................................................................. 37

Anfibios ....................................................................................................................................... 42

Flora ............................................................................................................................................. 45

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES FINALES .............................................................. 50

LITERATURA CITADA ................................................................................................................. 54

ANEXOS ......................................................................................................................................... 64

RESUMEN

Con el objetivo de conocer la comunidad de aves, anfibios y la flora asociada a seis

humedales del departamento de Risaralda y proveer información biológica útil para la toma

de decisiones, se realizaron visitas de campo durante los meses de septiembre y octubre del

2011. Los humedales caracterizados fueron: Jaibaná y San Jorge en el municipio de Pereira,

La Pradera en el municipio de Dosquebradas y Guayabito y Don Matías en el municipio de

Santa Rosa de Cabal. Los sitios cubren un amplio rango geográfico dentro del

departamento, abarcando diferentes zonas de vida y un rango altitudinal desde 938 m en

Jaibaná (ecosistema Bosque Seco) hasta 4076 m en Don Matías (ecosistema de Páramo). Se

utilizaron métodos estandarizados de caracterización rápida para cada uno de los grupos.

En el caso de las aves se realizaron recorridos por la periferia de los humedales en horas de

la mañana y de la tarde, registrando las especies asociadas directamente al espejo de agua y

aquellas que se encontraban en los alrededores. Para el caso de los anfibios se hicieron

muestreos diurnos y nocturnos utilizando el método de Inspección por Recorridos Visuales

(IEV) sin restricciones de tiempo ni espacio. La flora fue evaluada también mediante

recorridos por los humedales registrando las especies acuáticas y las especies que se

encontraban en la matriz contigua al humedal. Para el análisis de los datos se utilizaron

métodos ecológicos descriptivos y se estimaron índices de diversidad para comparar los

resultados encontrados entre los diferentes humedales.

Se registraron 109 especies de aves de las cuales 32 están asociadas directamente al

ecosistema acuático. En el caso de los anfibios se registraron siete especies, cinco de las

cuales están asociadas con el espejo de agua. Para la flora el número de especies registradas

fue 266, 112 de las cuales son hidrófilas, es decir que tienen hábitos acuáticos. El mayor

número de especies de aves fue registrada en Jaibaná, con 57 (20 acuáticas), seguido por

San Jorge con 52 (27 acuáticas). El menor número fue registrado en don Matías con nueve

especies (tres acuáticas). En el caso de los anfibios se presentó el mismo patrón, siendo

mayor en Jaibaná con seis especies y menor en Don Matías con sola una. Para las plantas

de nuevo la mayor riqueza de especies se presenta en Jaibaná con 87 (35 hidrófilas),

seguido por Sausalito con 78 (28 hidrofilas) y Don Matías vuelve a ser el humedal con

menor número de especies (45).

Dentro de las especies observadas se destacan Oxyura jamaicensis andina, una especie

de ave catalogada En Peligro de extinción registrada en el humedal Don Matías y

Centrolene savagei una especie de rana catalogada como Casi Amenazada registrada en

Guayabito. También se destaca la ampliación de rango de distribución para tres especies de

ranas (Leptodactylus fragilis, Leptodactylus insularum y Dendropsophus

subocularis), que no habían sido reportadas antes en la región y que fueron registradas en

los humedales de la altitud inferior. Otras especies destacadas y sobre las cuales se debe

prestar especial atención debido a los impactos que puede generar en el ecosistema son las

especies introducidas. En el caso de los anfibios la rana toro (Lithobates catesbeianus)

y en el caso de las plantas nueve especies, entre ellas los lotos (Nymphaea spp).

Los humedales del Risaralda tienen una importante biodiversidad que debe ser preservada

mediante la protección y manejo de los mismos. Se destacan los de tierras bajas por su alta

riqueza a pesar de la intervención humana y la presencia de especies exóticas. El humedal

Don Matías, a pesar de la baja biodiversidad que registra, presenta una fauna única y el

humedal guayabito donde se encuentran especies de interés como la rana de cristal C.

savagei. Todos los humedales tienen algún grado de intervención, pero en los que se

evidencia mayor amenaza son Jaibaná, donde se observó el ingreso de ganado y el humedal

La Pradera que se encuentra totalmente expuesto a las actividades humanas. Los humedales

San Jorge y Sausalito, si bien se encuentran aislados en predios privados, son sometidos a

mantenimiento constante por parte de sus propietarios, lo que homogeniza el ecosistema

ofreciendo menos opciones de hábitat. Por encontrarse en diferentes pisos altitudinales,

cada uno de los humedales de Risaralda ofrece elementos de biodiversidad

complementarios, por lo tanto se debe proteger grupos de ellos en cada hábitat particular

para garantizar la preservación de toda la biodiversidad asociada a humedales en el

departamento.

INTRODUCCIÓN

Actualmente existe una gran preocupación por la conservación y recuperación de

los ecosistemas de humedal. Esta proviene del reconocimiento de la importancia que tienen

en el bienestar de los seres vivos, así como por los procesos de transformación y amenaza

que sufren. Los humedales tienen una dinámica particular producto de las interacciones de

los diferentes elementos que los componen. Como resultado tienen unas funciones que de

manera directa o indirecta, brindan beneficio o son de utilidad para los seres humanos, por

lo que casi siempre son explotados o apropiados por los mismos (Barbier et al. 1997). Bajo

este marco hoy en día se enfoca y se trata de destacar la importancia de preservar a los

humedales como lugares estratégicos, así como los servicios ecosistémicos que ofrecen.

El continuo deterioro de los humedales se debe principalmente a la expansión de

asentamientos humanos, al desecamiento para ser incorporados a la agricultura y ganadería,

al vertimiento de contaminantes, a proyectos de infraestructura y a la deforestación

(Arzuza-Buelvas y Moreno 2007, Duque y Carranza 2008). Por otro lado este tipo de

ecosistemas enfrenta una alta amenaza debido a la presencia de especies exóticas; existen

algunos casos bien documentados como la rana toro (Lithobates catesbeianus) o el buchón

de agua (Eichornia crassipes) que se han convertido en un serio problema en humedales

del valle geográfico del río Cauca (Álvarez-López 2009). La pérdida de humedales

significa la desaparición de las especies que de ellos dependen, ya que cumplen un papel

clave en funciones ecológicas como la nidificación, la alimentación y son lugares de

concentración durante la migración anual para las aves acuáticas, además de brindar refugio

y alimento a muchos otros organismos (López-Lanús y Blanco 2005).

Actualmente, sólo el 3,9 % de los humedales interiores en Colombia se encuentra

bajo alguna figura de protección legal. La mayoría de los no protegidos están sometidos a

algún grado de amenaza al ser manejados de manera insostenible y se desconoce su

potencial biológico e hidrológico. La población humana sigue creciendo y también sus

requerimientos de utilización de suelos, lo que incrementa las amenazas para los

humedales. A pesar que hay un aumento de conciencia sobre su importancia, existe un

proceso de deterioro que genera pérdida de extensión y que hace prever la reducción de

amplias zonas en el futuro cercano (Ministerio del Medio Ambiente 2002). Por ejemplo, en

los humedales del valle geográfico del río Cauca, aunque no hay un acuerdo en las cifras

registradas a lo largo del tiempo, los cambios más drásticos se presentaron en la segunda

mitad del siglo XX (Restrepo y Naranjo 1991); de por lo menos 160 madreviejas existentes

en 1955, que ocupaban un área aproximada de 17.500 Ha, en 1999 sólo quedaban 49

ocupando 2950 Ha (Sandoval-García y Ramírez-Callejas 2007; Citado por Rojas-Díaz y

Reyes-Gutiérrez 2009)

En el ámbito nacional se acepta la importancia de conocer, conservar y recuperar los

humedales. A través de la ley 357 del 21 de enero de 1997, se ratificó la “Convención

Relativa a los Humedales de Importancia Internacional Especialmente como Hábitat de

Aves Acuáticas” (Sanchez 1998). Los países que se han constituido en partes contratantes

deben contemplar la conservación de los humedales en la ordenación del territorio, de

manera que se promueva el aprovechamiento racional y sustentable de los mismos.

Siguiendo este mandato, las autoridades ambientales han desarrollado diferentes iniciativas

para generar línea base en la protección y recuperación de los humedales. El departamento

de Risaralda no es ajeno a esta realidad y viene realizando el proceso de caracterización y

reconocimiento de los humedales que se encuentran en su área de jurisdicción.

El objetivo del presente trabajo es generar línea base sobre el conocimiento de las

comunidades de aves, anfibios y plantas asociadas a humedales del departamento del

Risaralda y suministrar información biológica relevante para el manejo de los mismos. Este

busca ser un insumo técnico que permita establecer argumentos biológicos para la

priorización de humedales con el objetivo de elaborar sus respectivos planes de manejo en

el departamento de Risaralda.

DESCRIPCIÓN GENERAL DE LOS HUMEDALES CARACTERIZADOS

Humedal Jaibaná

Está ubicado en el municipio de Pereira en límites con La Virginia a 938 m de

altitud, se compone principalmente por zonas pantanosas y colmatadas en las cuales abunda

vegetación en sucesión que puede ser producto de la desecación o disminución del flujo de

agua. Presenta algunos pequeños espejos de agua cubiertos principalmente con lechuga de

agua, amapola de agua y algunas especies de pasto. Además posee un pequeño relicto de

bosque ubicado al borde del humedal (Fig. 1). El uso del suelo en esta zona es

principalmente ganadero, lo que genera impacto en el área del humedal ya que no hay un

cerco que lo aísle del potrero, permitiendo el libre acceso de los animales al espejo de agua.

Adicionalmente se observan evidencias de quemas en años anteriores, probablemente en el

intento de su desecación, aumentando el impacto negativo sobre la vida silvestre.

Figura 1. Pastizal inundado y ganado dentro del cuerpo de agua en el humedal Jaibaná.

Humedales Finca Sausalito

Están ubicados en el municipio de La Virginia a 1098 m de altitud; corresponden

principalmente a lagos artificiales sometidos a manejo activo (mantenimiento), por tal

razón están muy modificados y cuentan con muy poca vegetación silvestre o nativa.

Alrededor de los lagos la especie que más se observa es el maní forrajero (Arachis pintoi),

especie de crecimiento rastrero que en muchos casos puede volverse invasora (Fig. 2). El

uso principal de esta finca es la recreación y el descanso y en menor proporción la

ganadería. La mayoría de los lagos se encuentran aislados con cercos, evitando así el

ingreso de los animales y además se elimina la vegetación que pueda ocupar el espejo de

agua, de manera que sólo se observan algunos individuos de loto, vegetación usada con

fines ornamentales, y una macrófita sumergida del género Chara.

Figura 2. Maní forrajero (Arachis pintoi) alrededor y dentro de los lagos del humedal de

Sausalito.

Humedales Finca San Jorge

La finca San Jorge se encuentra ubicada en el corregimiento de Cerritos, municipio

de Pereira a una altura de 1100 m; los lagos que allí se encuentran también son artificiales y

fueron creados con fines de abastecer agua para riego de cultivos y para cría de peces.

Actualmente muchos de ellos se encuentran abandonados y han sido invadidos por plantas

como loto, un helecho flotante (Salvinia molesta) que puede llegar a ocupar todo el espejo

de agua, y otras especies en menor proporción (Fig. 3). El uso de la finca es principalmente

agrícola con grandes cultivos de caña de azúcar, maíz, chontaduro, guadua y pasto para

consumo de animales, y ganadería para producción tanto de carne como de leche. La

vegetación que se encuentra alrededor de los lagos es continuamente removida evitando

que el espejo de agua sea cubierto.

Figura 3. Lagos invadidos por vegetación flotante en San Jorge.

Humedal La Pradera

Está ubicado en la zona urbana del municipio de Dosquebradas a una altura de 1460

m, en el sitio se observa mucha intervención humana debido a su cercanía a la población.

Es usado como sitio de “depósito” de basuras, escombros y animales muertos.

Adicionalmente a esto, una parte del humedal presenta una gramínea abundante usada para

pastoreo en algunas temporadas incrementando así el impacto negativo sobre el humedal;

además el espejo de agua está invadido por flor de loto y una macrófita sumergida del

género Chara. (Fig. 4). También se prevé la reducción de la extensión del humedal por el

incremento de las construcciones alrededor de este ecosistema ocasionando una mayor

alteración a éste.

Figura 4. Lago invadido por loto y zonas cubiertas por pastos y una especie de la familia

Cyperaceae (Eleocharis sp) en el humedal La Pradera.

Humedal Guayabito

Está ubicado en el municipio de Santa Rosa de Cabal a 1622 m de altura, es un

humedal pequeño que presenta un relicto de bosque en regeneración al borde del mismo. El

espejo de agua está represado de manera artificial y es dominado por una especie de

macrófita sumergida (Chara sp) (Fig. 5). El uso de esta zona es agrícola y ganadero, los

animales tienen acceso al humedal, aumentando así el grado de intervención en dicho sitio.

También es posible la presencia de contaminantes producto de las fumigaciones de cultivos

ubicados en la parte alta del humedal. En la parte de menor profundidad domina una

especie llamada heliotropo (Hedychium coronarium) y otra del género Typha conocida

como enea (Figura 5).

Figura 5. Espejo de agua y zona con dominancia de vegetación (Hedychium coronarium y Typha sp.) en el humedal Guayabito.

Humedal Don Matías

Está ubicado en el ecosistema de páramo del municipio de Santa Rosa de Cabal a

4076 m de altura, posee una laguna natural rodeada por vegetación arbustiva que no

sobrepasa los dos metros, macollas de especies como Plantago rigida, Distichia muscoides

y un pasto del género Calamagrostis (Fig. 6). Este sitio está destinado principalmente a la

ganadería, presentando una alta intervención producto de la misma. También se observa

evidencia de incendios producidos por los propietarios para “incrementar” la cantidad de

alimento para los animales. Adicionalmente no existen aislamientos que eviten la entrada

del ganado hasta el espejo de agua, generando así un mayor impacto.

Figura 6. Laguna y macollas de Calamagrostis sp. en el humedal Don Matías.

MÉTODOS

Entre el 6 de septiembre y el 12 de octubre de 2011 se visitaron los humedales

anteriormente descritos con el objetivo de caracterizar su comunidad de aves, anfibios y la

flora asociada. Para esto se realizó entre dos y tres días de trabajo de campo por humedal o

sistema de humedal. A continuación se explican los métodos realizados para cada uno de

los grupos evaluados.

Aves

Se evaluó la riqueza y abundancia de aves acuáticas presentes en los humedales

anteriormente descritos, mediante recorridos realizados por la periferia de los mismos.

Cada sitio fue visitado en dos ocasiones durante el período mencionado, los conteos se

realizaron con la ayuda de binoculares, entre las 07:00 y las 10:00 h y entre las 14:00 y las

17:00 h. Las especies registradas fueron categorizadas de acuerdo a su especificidad de

hábitat (Alta, Media y Baja) (Stotz et al. 1996). Como complemento se realizaron

recorridos ad libitum para registrar las especies de aves no acuáticas que estuvieran en

inmediaciones de los humedales. Las aves observadas fueron identificadas siguiendo las

guías de campo de aves de Colombia (Hilty y Brown 1986, McMullan et al. 2010). La

nomenclatura y arreglo taxonómico se presenta de acuerdo con el comité de la lista de aves

de Sur América de la “American Ornithologists’ Union” (Remsen et al. 2011).

Anfibios

La Anurofauna se registró mediante muestreos diurnos y nocturnos utilizando el

método de Inspección por Encuentros Visuales (IEV), sin restricciones de tiempo ni

espacio, por ser la técnica más eficiente para maximizar el número de especies observadas

en el tiempo (Rueda-Almonacid et al. 2006). Se registraron minuciosamente los

microhábitats usados por anfibios dependiendo de su actividad: en el día suelen encontrarse

entre la hojarasca, debajo de rocas o troncos en descomposición, así como entre las

bromelias u otras fitotelmatas. En la noche se encuentran vocalizando y/o alimentándose

activamente, por tanto pueden detectarse posadas sobre la vegetación. Los individuos

encontrados fueron dispuestos en bolsas de plástico individuales, con hojarasca o

vegetación húmeda siguiendo el “protocolo de bioseguridad y cuarentena para prevenir la

transmisión de enfermedades de anfibios” propuesta por Aguirre y Lampo (2006).

Posteriormente, se identificaron los individuos hasta la categoría taxonómica de especie y

fueron liberados en el lugar de su captura. Los muestreos fueron complementados con

grabación de vocalizaciones para facilitar o corroborar las determinaciones.

Flora

Se realizaron muestreos botánicos en los diferentes hábitats mediante recorridos

durante dos a tres días por sitio. Allí se tomó registro fotográfico de las especies, sus formas

de crecimiento (hierba, arbusto, árbol), descripciones de flores, frutos y demás datos

morfológicos para su identificación. Además se observó si las especies eran abundantes a lo

largo de cada humedal. Los hábitats donde se realizaron los muestreos son los siguientes:

espejo de agua, pantanos, márgenes y zonas colmatadas para las especies hidrófilas. Para

las especies terrestres se muestrearon pastizales, fragmentos de bosque, cercos, árboles y

arbustos aislados en la matriz circundante a los humedales; vegetación que no están

directamente relacionada con el cuerpo de agua o el ambiente acuático, pero que influyen

de alguna manera en este ecosistema.

Las especies registradas y recolectadas en cada uno de los humedales fueron

clasificadas de acuerdo con su hábito de crecimiento (flotante, sumergidas, pantano,

marginales y borde), para su posterior análisis. Para la identificación se usaron claves

taxonómicas, comparación con especímenes de herbarios, descripciones y listados

publicados en la literatura. Posteriormente se generó la base de datos con todas las especies

y se representó mediante gráficos y tablas.

Análisis de los datos

Índices de Diversidad

Para estimar la similitud en composición de especies entre los diferentes humedales,

teniendo en cuenta cada uno de los grupos biológicos evaluados se estimó el índice de

similitud de Jaccard. Éste expresa el grado en que dos muestras son semejantes y es una

medida inversa de la diversidad beta, que se refiere al cambio de especies entre las dos

muestras. El intervalo de valores para este índice es 0 cuando no hay especies compartidas

entre ambos sitios, hasta 1 cuando los dos sitios tienen la misma composición de especies.

A partir del valor de similitud (s) se puede calcular fácilmente la disimilitud (d) entre las

muestras: d = 1 – s (Moreno 2001). A partir de estos valores se construye un dendrograma

en el cual se puede interpretar de manera sencilla el grado de disimilitud en la composición

de especies entre pares de biotas (ej. dos humedales). Los lugares que se agrupan y tienen

distancias menores entre ellos son los más similares en la composición de especies. Por el

contrario, los que más se distancian son los que presentan menor similitud. Los valores del

índice y el dendrograma fueron construidos mediante el programa PAST (Hammer et al.

2001).

Para el caso de la avifauna se estimaron dos índices complementarios, el primero de

ellos, Shannon-Wiener (H’) es un índice de equidad, es decir que expresa la uniformidad de

los valores de todas las especies muestreadas; la diversidad está dada en términos del

número de especies y de la proporción de individuos de cada especie dentro de la

comunidad (Moreno 2001). El índice de Shannon-Wiener adquiere valores entre 0, cuando

sólo hay una especie, y el logaritmo del número de especies (S) cuando todas las especies

están representadas por el mismo número de individuos. Este índice es una medida relativa

y por lo tanto debe ser comparado con otros resultados para que tenga un significado.

El índice de dominancia de Simpson, manifiesta la probabilidad de que dos

individuos tomados al azar sean de la misma especie. Está fuertemente influenciado por la

importancia de las especies dominantes. Toma valores entre 0, cuando todas las especies

tienen el mismo número de individuos y 1 cuando hay sólo una especie. Su valor es inverso

a la equidad, cuando toma valores altos indica que una o algunas especies son dominantes

en la comunidad (Moreno 2001). El cálculo de los índices se hizo con el programa PAST

(Hammer et al. 2001).

Gráficas de Abundancia Relativa

Análisis aplicado a los datos obtenidos para la avifauna. Son una herramienta que

permite comparar entre muestras todos los aspectos biológicamente importantes de la

diversidad de especies, se grafica en el eje Y el logaritmo en base diez de la especie i sobre

el número total de especies (Log10 ni/N) y en el eje X las especies, desde la más abundante

hasta la menos abundante (Feinsinger 2003). El ancho del gráfico sobre el eje X refleja el

número de especies. La inclinación de la pendiente es una medida de la igualdad en la

abundancia de cada una de las especies, una pendiente menor indica mayor igualdad. Estos

gráficos también permiten observar la ubicación y la secuencia de las especies de la de

mayor a la de menor abundancia. Además también permite ver las especies representadas

por un solo individuo cuya presencia o ausencia puede ser un azar del muestreo (Feinsinger

2003).

RESULTADOS

Aves

Entre la avifauna asociada de manera directa al ecosistema acuático y las que se

encontraban en zonas aledañas a los espejos de agua, se registraron 109 especies

pertenecientes a 36 familias (Anexo 1). Tyranidae fue la de mayor riqueza con 12 especies,

seguida por Ardeidae y Thraupidae con ocho cada una y Emberizidae con siete. De las aves

asociadas directamente al ecosistema acuático se registraron 793 individuos de 32 especies

(Tabla 1). Éstas pertenecen a 14 familias de las cuales, la que estuvo más representada fue

Ardeidae con ocho especies, seguida por Anatidae con cinco y Rallidae con cuatro (Fig. 7).

La mayor abundancia de individuos la presentó la Iguaza común o Pisingo (Dendrocygna

autumnalis) con 198 individuos, seguida por la Polla Gris (Gallinula galeata) con 197.

A) Gallinula galeata, B) Dendrocygna autumnalis, C) Nomonyx dominicus y D)

Megaceryle torquata.

A B

C D

Tabla 1. Especies de aves asociadas al ecosistema acuático registradas en los humedales

visitados.

Familia Especie

Jaib

an

á

Sau

sali

to

San

Jorg

e

La P

rad

era

Gu

ayab

ito

Don

Matí

as

Anatidae Dendrocygna autumnalis 3 0 195 0 0 0

Anas andium 0 0 0 0 0 3

Anas discors 0 0 8 0 1 0

Nomonyx dominicus 0 0 8 0 0 0

Oxyura jamaicensis andina 0 0 0 0 0 4

Podicipedidae Tachybaptus dominicus 0 0 0 0 8 0

Podilymbus podiceps 1 1 8 0 1 0

Phalacrocoracidae Phalacrocorax brasilianus 1 6 7 0 0 0

Anhingidae Anhinga anhinga 0 0 6 0 0 0

Ardeidae Botaurus pinnatus 13 1 1 0 0 0

Butorides striata 3 1 4 1 1 0

Bubulcus ibis 7 1 15 0 0 0

Ardea herodias 1 0 1 0 0 0

Ardea cocoi 0 0 2 0 0 0

Ardea alba 3 0 1 1 1 0

Egretta thula 3 0 13 0 0 0

Egretta caerulea 0 0 2 0 0 0

Threskiornithidae Phimosus infuscatus 3 1 30 3 23 0

Pandionidae Pandion haliaetus 0 0 1 0 0 0

Rallidae Aramides cajaneus 0 0 0 0 1 0

Gallinula galeata 17 8 172 0 0 0

Porphyrio martinicus 3 0 25 1 0 0

Fulica americana 0 0 5 0 0 0

Charadriidae Vanellus chilensis 3 2 6 0 52 0

Scolopacidae Gallinago nobilis 0 0 0 0 0 2

Actitis macularius 3 0 3 0 1 0

Tringa solitaria 4 0 2 0 0 0

Jacanidae Jacana jacana 10 0 36 0 0 0

Alcedinidae Megaceryle torquata 1 1 1 1 0 0

Chloroceryle americana 1 0 1 0 0 0

Tyrannidae Fluvicola pica 1 0 1 0 0 0

Hirundinidae Stelgidopteryx ruficollis 11 10 7 0 3 0

Figura 7. Familias y número de especies de aves asociadas con el ambiente acuático.

El humedal que presentó la mayor riqueza total (acuáticas y no acuáticas) fue

Jaibaná con 57 especies, seguido por San Jorge con 52. Sausalito, La Pradera y Guayabito

tienen un número similar de especies (alrededor de 40), pero considerablemente menor al

de los dos primeros. En Don Matías solamente se registraron nueve especies durante los

días de muestreo (Fig. 8). La similitud en composición de especies entre humedales,

teniendo en cuenta todos los registros, los agrupa de acuerdo con su cercanía y por lo tanto

con la altitud de los mismos. La mayor similitud se presenta entre San Jorge y Jaibaná y es

superior al 60% (Fig. 9).

8

5

4

3

2 2

1 1 1 1 1 1 1 1

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

Ard

eidae

Anat

idae

Ral

lidae

Sco

lopac

idae

Po

dic

iped

idae

Alc

edin

idae

Phal

acro

cora

cidae

Anhin

gid

ae

Thre

skio

rnit

hid

ae

Pan

dio

nid

ae

Char

adri

idae

Jaca

nid

ae

Tyra

nnid

ae

Hir

und

inid

ae

mer

o d

e es

pec

ies

Figura 8. Número de especies de aves registradas en los humedales visitados.

A) Botaurus pinnatus, B) Phalacrocorax brasilianus, C) Jacana jacana y D) Ardea

alba.

57

52

44 4341

9

20

27

10

5

10

3

0

10

20

30

40

50

60

Jaibaná San Jorge Sausalito La Pradera Guayabito Don Matías

mer

o d

e es

pec

ies

Total Acuáticas

A B

C

D

Figura 9. Similitud entre humedales teniendo en cuenta todas las especies registradas.

La mayor riqueza de avifauna acuática la tiene San Jorge con 27 especies, seguido

por Jaibaná con 20. Los demás humedales tienen un número de especies muy inferior a

estos dos. En la laguna don Matías tan sólo se registraron tres especies acuáticas (Tabla 2).

El mayor índice de diversidad de Shannon lo tiene Jaibaná y la menor diversidad es

presentada por la Laguna don Matías.

Tabla 2. Parámetros de la comunidad de aves acuáticas.

Jaibaná Sausalito

San

Jorge

La

Pradera Guayabito

Don

Matías

Riqueza 20 10 27 5 10 3

Abundancia 92 32 561 7 92 9

Índice de dominancia 0,10 0,21 0,23 0,27 0,39 0,36

Índice de Shannon 2,604 1,847 2,018 1,475 1,288 1,061

La similitud entre humedales, de acuerdo con la diversidad de aves acuáticas,

presenta un patrón diferente al mostrado cuando se tiene en cuenta toda la avifauna. En este

caso no se separan tan claramente los grupos de acuerdo con la altitud, sin embargo la

mayor similitud (superior al 40 %) se presenta entre dos humedales de la parte baja

(Jaibaná y Sausalito).

A) Anhinga anhinga y B) Fulica americana.

A B

Figura 10. Similitud entre humedales teniendo en cuenta las especies asociadas al

ecosistema acuático.

Figura11. Curvas de rango abundancia

Las curvas de rango abundancia permiten ver de manera gráfica y resumida las diferencias

en la estructura de la comunidad de aves acuáticas entre humedales (Fig. 11). Se destaca en

primer lugar el sistema de la hacienda San Jorge por presentar el mayor número de especies

asociadas al ecosistema acuático durante los días de evaluación. Sin embargo se observa

una abundancia desproporcionada de la iguaza común y la polla de agua gris con respecto a

las otras especies. El humedal Jaibaná tenía un número menor de especies durante el

muestreo, pero la distribución de abundancias de las especies es mucho más equitativa que

en San Jorge. La diferencia entre el número de especies registradas en estos dos humedales

y los restantes es alta; se observan casos extremos como los del humedal Don Matías en el

cual sólo se registraron tres especies y el humedal La Pradera donde sólo se observaron

cinco.

Respecto a la sensibilidad a los disturbios 78 especies están en la categoría baja, 27

en la media y solo una especie tiene alta sensibilidad (Fig. 12). Entre las especies

destacadas se registra una En Peligro (EN) para Colombia (Oxyura jamaicensis andina)

(Botero 2002), cuatro migratorias, cuatro endémicas para el norte de los Andes y una

endémica para el norte de Sur América.

A) Phimosus infuscatus y B) Butorides striata

A B

Figura 12. Sensibilidad a los disturbios antrópicos (A: Alta, M: Media, B: Baja).

A) Anas andium, B) Vanellus chilensis, C) Tachybaptus dominicus D) Oxyura

jamaicensis.

0

2

4

6

8

10

12

14

16

18

20

B M B M B M B M B M A M

Jaibaná Sausalito San Jorge La Pradera Guayabito Don

Matías

mer

o d

e es

pec

ies

A

B

C

D

Anfibios

Se registraron cinco especies de ranas, asociadas directamente a los humedales.

Estas pertenecen a cinco familias (Leptodactylidae, Bufonidae, Hylidae, Dendrobatidae y

Ranidae) y cinco géneros (Leptodactylus, Rhinella, Dendropsophus, Colostethus y

Lithobates). Los humedales con la mayor riqueza de especies, fueron los que están

ubicados a menor altitud (Tabla 3; Fig. 13). Especies adicionales del género Pristimantis y

Centrolene (Tabla 3) fueron registradas en zonas aledañas a los humedales, pero no están

asociadas directamente a éstos.

Tabla 3. Anurofauna registrada.

Familia Especie

IUC

N

Jaib

an

á

Sau

sali

to

San

Jorge

La P

rad

era

Gu

ayab

ito

Don

Matí

as

Leptodactylidae Leptodactylus fragilis LC x

Leptodactylus insularum LC x

Bufonidae Rhinella marina x x x x x

Hylidae Dendropsophus columbianus x x x x x

Dendropsophus subocularis LC x

Dendrobatidae Colostethus fraterdanieli NT x x x x

Ranidae Lithobates catesbeianus LC x x x

Centrolenidae Centrolene savagei LC x

Strabomantidae Pristimantis achatinus LC x x x x

Pristimantis sp. 1 x

Figura 13. Riqueza de especies por humedal.

De acuerdo con las categorías de amenaza de la IUCN, seis de las especies

registradas en los humedales corresponden a la categoría de Preocupación Menor (LC) y

una, Colosthetus fraterdanieli, se encuentra categorizada como Casi Amenazada (NT). Es

importante considerar que la Rana Toro (L. catesbeianus) es una especie introducida,

originaria del Este de Norte América (Nori et al. 2011).

6 6

5 5

3

1

0

1

2

3

4

5

6

7

Jaibaná Sausalito San Jorge Guayabito La Pradera Don Matías

mer

o d

e es

pec

ies

A) Leptodactylus fragilis, B) L. insularum, C) Rhinella marina, D) Dendropsophus

columbianus, E) D. subocularis, F) Colostethus fraterdanieli, G) y H). Lithobates

catesbeianus. (Foto A: Tatiana Suárez; B-H: Diego Gómez).

A) Pristimantis achatinus, B) Pristimantis sp1, C) y D) Centrolene savagei.

De acuerdo con la composición de especies, el índice de Jaccard agrupa a dos de los

humedales que se encuentran en la menor altitud visitada, presentando la mayor similitud

(superior al 80%). También se agrupan los humedales de la altitud media, con una similitud

superior al 60 % (Fig. 14). Los dos humedales que más se diferencian de los demás y los

cuales no presentaron agrupación son el humedal Jaibaná, y el humedal Don Matías, en este

último sólo se registró una especie.

Figura 14. Similitud entre humedales con respecto a la anurofauna.

Tres de las especies registradas (Leptodactylus fragilis, Leptodactylus insularum y

Dendropsophus subocularis) fueron observadas por primera vez en el valle geográfico del

río Cauca y por lo tanto se amplían los rangos de distribución conocidos para estas especies

(Fig. 15).

Figura 15. Distribución geográfica de L. fragilis, L. insularum y D. subocularis (Mapas

modificados de IUCN 2011). Distribución reportada para cada especie (en rojo). Registro

que amplía la distribución hasta la cuenca alta del río Cauca (punto naranja). Registro de L.

fragilis para el departamento del Cauca (punto negro; Mendez-Narvaez et al. 2009).

Flora

Se registraron 266 especies pertenecientes a 79 familias. La vegetación hidrófila, es

decir aquella asociada de manera directa al ecosistema acuático o semi-acuático, estuvo

representada por 112 especies pertenecientes a 76 géneros y 40 familias. La mayoría de

ellas son de crecimiento herbáceo (84%), pero se encuentran unos pocos arbustos de

hábitos flotantes, sumergidos o emergidos dentro del cuerpo de agua o en sus márgenes. El

resto de especies (154), se encuentran en la matriz circundante a los humedales y están

representadas por hierbas, árboles y arbustos en proporciones similares, localizados en

relictos de bosque, potreros y cercos vivos. (Anexo 2).

Los humedales con mayor número de especies tanto hidrófilas como terrestres son

Jaibaná con 87 especies, Sausalito con 78 y La Pradera con 77. El humedal con menor

número de especies y familias corresponde al ecosistema de páramo, donde está ubicada la

laguna de Don Matías y cuenta con 45 especies (Figura 16).

Figura 16. Riqueza de especies por humedal.

Los humedales con mayor número de especies hidrófilas son Jaibaná, La Pradera y

Guayabito con 35 especies en cada uno de ellos, seguido por Sausalito con 28 y finalmente

San Jorge con 24 (Figura 16). En cuanto a las especies de las zonas aledañas a los

humedales, en Jaibaná se registró el mayor número (52), seguido por Sausalito con 50, La

pradera con 42, y finalmente San Jorge y Guayabito con 40 y 25 especies respectivamente

(Figura 16). Las especies de Don Matías no fueron clasificadas como hidrófilas o terrestres;

para el páramo esta separación no es clara ya que en conjunto puede considerarse un gran

humedal.

35

28

24

35 35

45

5250

4042

25

0

10

20

30

40

50

60

Jaibaná Sausalito San Jorge La Pradera Guayabito Don Matías

mer

o d

e es

pec

ies

Hidrófilas Terrestres

De las 112 especies asociadas al ambiente acuático encontramos que las familias

con mayor riqueza fueron Cyperaceae con 20, Poaceae con 17, Asteraceae con ocho y

Fabaceae y Onagraceae con seis cada una; las demás familias están representadas por tres o

menos especies (Figura 17).

Figura 17. Riqueza de especies asociadas al ambiente acuático por familia.

A) Eleocharis sp, B) Nymphaea alba.

20

17

8

6 6

43 3 3 3

2 2 2 2 2 2 2 2 21 1

19

0

5

10

15

20

25

mer

o d

e es

pec

ies

A B

Las 154 especies asociadas a la matriz circundante, pertenecen a 117 géneros y 53

familias. Las familias con mayor riqueza son Fabaceae con 17 especies, Asteraceae con 15,

Melastomataceae con 13, Solanaceae con 10 y Euphorbiaceae y Malvaceae con siete cada

una; el resto de familias están representadas por seis o menos especies (figura 18).

Figura 18. Riqueza de especies asociadas al ambiente terrestre por familia.

Aproximadamente el 20% de las especies registradas son introducidas y algunas de

ellas fueron muy abundantes: Hydrocleis nymphoides, Pistia stratiotes, Chara sp,

Nymphaea alba, Nymphaea sp, Salvinia molesta, Typha sp y Hedychium coronarium

(Anexo 2).

Los diagramas de similitud muestran el mismo comportamiento en los dos casos

para los cuales se hizo la evaluación. La primera de ellas con el total de las especies (Fig.

19) y el segundo solamente con la información correspondiente a las acuáticas (Fig. 20). De

17

15

13

10

7 76

5 54

3 3 3 3 32 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2

26

0

5

10

15

20

25

30

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Otr

as

mer

o d

e es

pec

ies

nuevo se observa el patrón de los otros grupos evaluados (Aves y anfibios). Hay agrupación

entre humedales cercanos, es decir los que comparten pisos altitudinales. Uno de los grupos

es conformado por Sausalito, San Jorge y Jaibaná, los tres humedales de la menor altitud,

sin embargo entre estos tres, la mayor similitud la presentan los dos primeros.

A) Eleocharis elegans, B) Guadua angustifolia, C) Typha sp y D) Pistia stratiotes.

A B

C D

Figura 19. Similitud entre humedales con respecto al total de especies.

Figura 20. Similitud entre humedales con respecto a las especies acuáticas.

A) Calamagostris sp y B) Salvinia molesta.

DISCUSIÓN

Aves

Los humedales visitados presentaron riqueza moderada y baja presencia de especies

de interés particular durante los días de estudio. Solo se registró una especie bajo categoría

de amenaza nacional y de las especies migratorias, solo dos están asociadas a ambientes

acuáticos. Adicionalmente, éstas tienen poblaciones residentes, por lo tanto no es posible

determinar si los individuos observados están allí como resultado de los procesos

migratorios. No obstante dicha situación, estos ecosistemas poseen un gran valor para las

aves acuáticas puesto que las especies que allí se encuentran dependen de su conservación

para poder encontrar refugio y alimentación. De no existir los humedales, las especies

acuáticas tampoco podrían hacerlo.

El contexto territorial en el que se encuentran los humedales visitados no brinda

garantías para la protección de sus valores y servicios ambientales. Este tipo de localización

es catalogada como hábitat que no ofrece valor de conservación para las aves, puesto que

son dominados por potreros y solo hay parches boscosos pequeños y árboles aislados (Petit

y Petit 2003). Las especies que se observan en estas condiciones se caracterizan por tener

A B

bajos requerimientos de hábitat en términos de cobertura vegetal y presencia humana. Es el

caso de las familias Tyranidae, Emberizidae y Thraupidae que se alimentan principalmente

de insectos, semillas y frutas abundantes en zonas intervenidas y/o con cultivos de frutales.

Algunas especies de aves son más vulnerables a las perturbaciones humanas que

otras (Stotz et al. 1996)). Esto se debe a que los requerimientos de hábitat y alimento

difieren entre ellas; la presencia de una especie altamente sensible en un ecosistema se

considera indicadora del buen estado del mismo. En este estudio la mayoría de aves

registradas están catalogadas como de baja sensibilidad a los disturbios de acuerdo con las

categorías establecidas por Stotz et al. (1996), es decir que pueden soportar mayores

cambios en su entorno. Esta observación indica la alteración a la que están sometidos los

humedales, puesto que las especies más vulnerables o sensibles están muy poco

representadas, por el contrario dominan las de menor sensibilidad, es decir las que pueden

habitar en condiciones de perturbación.

La única especie registrada con alta sensibilidad a la perturbación, fue observada en

el humedal Guayabito. Adicional a ésta, también se registraron cinco especies con

sensibilidad media en el mismo lugar. A pesar de que allí se evidencia intervención por

actividades humanas y a que el área ocupada por el humedal es pequeña, aún se conservan

elementos de valor. Estas observaciones permiten establecer que es un lugar estratégico

para la protección de las aves acuáticas en el departamento de Risaralda. Sin embargo,

debido a la presencia de ganadería en su perímetro y al cultivo de tomate en la cuenca que

drena hacia el humedal, se requiere su protección para evitar que continúe el deterioro.

El humedal o sistema de humedales San Jorge también se destaca en este aspecto

puesto que siete de las especies que allí se registraron tienen sensibilidad media. Es el de

mayor extensión entre los visitados ya que se encuentra compuesto por varios cuerpos

lagunares. Sin embargo, éstos corresponden a ecosistemas artificiales cuya función es

principalmente de tipo recreativo y estético. Esta condición hace que sean sometidos

periódicamente a labores de “mantenimiento” o “limpieza” interrumpiendo el crecimiento

de especies vegetales en el espejo de agua o en las orillas. No obstante, esta práctica no se

da en todos los elementos ya que algunos de ellos que anteriormente se usaban para labores

piscícolas, en la actualidad no reciben mantenimiento. Esta característica del sistema de

humedales, hace que se encuentren diferentes tipos de hábitats aumentando la oferta de

nichos ecológicos que son ocupados por diferentes tipos de aves. En el lugar también se

observó un dormidero utilizado por individuos de la familia Ardeidae, Rallidae,

Phalacrocoracidae y Anhingidae entre otros. Estas características contribuyen a que el

humedal San Jorge presente la mayor riqueza de especies y el establecimiento de algunas

de alta importancia ecológica.

San Jorge a pesar de poseer el mayor número de especies durante el muestreo, no

alcanza el valor más alto del índice de diversidad. Esto se debe a la elevada abundancia de

dos especies, Dendrocygna autumnalis y Gallinula galeata. La práctica de limpieza de

algunos espejos de agua tiene un efecto homogenizador sobre el ecosistema, haciendo que

se pierda la opción de refugio, sitios de anidamiento y oferta de alimento. Como

consecuencia, estos humedales son colonizados en mayor proporción por especies que se

benefician de dichas características.

La situación del humedal Jaibaná contrasta con la de San Jorge. A diferencia de

éste, es un ecosistema natural que no es sometido a limpieza, sin embargo se presenta

perturbación por la entrada de ganado. Aquí se registró el segundo valor más alto en

riqueza de especies. A diferencia de San Jorge en este no se observó la dominancia de una o

unas pocas especies, por esta razón es el humedal que obtiene el mayor valor en el índice de

diversidad. Al no ser sometido a manejo y al existir de manera natural, es un ecosistema

que brinda mayor heterogeneidad de hábitat que se ve reflejada en mayor oferta de refugio,

sitios de anidamiento y alimento.

El complejo de humedales de Sausalito también es un ecosistema artificial y

probablemente recibe mayor intervención y manejo que los demás. Fueron construidos para

una función estética y por tal razón tanto el espejo de agua como el entorno son sometidos a

intervención permanente. Esto se ve reflejado en el bajo número de especies y en la

distribución de abundancias irregular de las mismas. De las 10 especies acuáticas

observadas, hay dominancia por parte de tres, una tiene abundancia media y el resto son

raras. La diferencia con el Sistema de San Jorge se debe probablemente a un menor número

de elementos, menor área del espejo de agua de los mismos y mayor intensidad en la

limpieza. Este sistema por lo tanto, no desarrolla todo su potencial para albergar fauna

debido al manejo del mismo y representa un difícil desafío en términos de conservación

debido a la función para la cual fue concebido y a la interpretación que ha hecho de ellos su

propietario.

El humedal La Pradera es el que enfrenta mayores dificultades de conservación; a

diferencia de los demás no se encuentra en predios privados y/o aislados, está a la orilla de

una vía y en medio de un frente de urbanización en el municipio de Dosquebradas. En su

contorno se observó acumulación de escombros, la vegetación que los rodea es pobre,

solamente hay unos árboles y arbustos aislados. Debido al contexto bajo el cual se

encuentra, el impacto sobre la fauna se refleja en la baja diversidad de aves. Solo se

encontraron cinco especies acuáticas, de las cuales cuatro estuvieron representadas por un

individuo. Por esta razón, el humedal La Pradera es el que obtiene el segundo menor valor

en el índice de biodiversidad, solamente superado por humedal Don Matías.

La laguna de Don Matías es un caso especial dentro de los humedales visitados, es

el que se encuentra a mayor altitud, es de más difícil acceso y se encuentra dentro del

ecosistema de páramo. Este hecho de por sí ya le brinda un alto valor de conservación

puesto que estos ecosistemas son considerados de importancia estratégica debido a los

servicios ambientales que ofrece, principalmente provisión de agua. La avifauna allí

observada fue la más pobre, pero esto no necesariamente responde al efecto de

perturbaciones humanas. Los humedales altoandinos se caracterizan por tener menor

número de especies de aves acuáticas con respecto a otros pisos altitudinales (ej. Gil et al.

2010); esto por encontrarse bajo condiciones extremas de temperatura y exposición solar,

entre otras características. Sin embargo, por estas mismas razones poseen una fauna muy

particular compuesta por especies que difícilmente pueden ser observadas en otros

ecosistemas. Ejemplo de esto es que a pesar de observarse solamente tres especies de aves

acuáticas, una de ellas es la que se encuentra catalogada como vulnerable y las otras dos no

se observaron en ninguno de los otros ecosistemas. Sin embargo, si se observó intervención

humana en el humedal, por presencia de actividad ganadera, por lo tanto si puede haber un

efecto negativo sobre el humedal que reduce su capacidad para albergar fauna nativa.

La variación altitudinal de los humedales visitados, permite demostrar la

importancia de conservar estos ecosistemas a través de todas las zonas de vida. Las

características de temperatura, humedad, presión atmosférica, entre otros, que varían con la

altitud, ofrecen características de hábitat diferentes en cada una de ellos. Así podemos ver

como los niveles de similitud en la composición de especies de los humedales es baja

siendo la mayor apenas cercana al 60% y demostrando como cada piso altitudinal presenta

una avifauna con características diferentes a los demás. Además de la altitud, otras

características que los diferencian son su origen (natural o artificial), uso y tamaño. Esto,

sumado a la condición ya particular de este tipo de ecosistemas que por su condición

acuática alberga una fauna diferente a la que se encuentra en su entorno terrestre, brinda a

este conjunto de ecosistemas un alto valor para la conservación de la avifauna acuática en

el departamento de Risaralda.

Colombia es un corredor importante para las especies de aves migratorias que

cruzan a través de los litorales Caribe y Pacífico y los valles del río Magdalena y el Cauca

para quedarse en el país o continuar hacia el sur del continente (Arzuza-Buelvas et al.

2008). Durante los días de observación solo se observaron cuatro especies migratorias, sin

embargo el muestreo se realizó durante el comienzo de la temporada migratoria. Es

probable que en los meses de migración plena se observe un mayor número de especies de

estas características. En este sentido los humedales del valle geográfico del río Cauca y los

humedales altoandinos son cruciales para la conservación, puesto que ofrecen lugares de

descanso y alimentación para especies migratorias, beneficiando también a las especies

residentes.

Anfibios

Las características observadas con respecto a la composición y distribución de la

fauna de ranas en los humedales, corresponde al patrón conocido para el grupo. Lo que

conocemos al respecto es que con el aumento en la altitud hay una disminución de la

diversidad de Anuros (Duellman 1979, 1987); además, los representantes del género

Leptodactylus generalmente son de tierras bajas (Fernández et al. 2009) por lo que sólo

fueron registrados en el humedal Jaibaná a 938 msnm.

Los registros aquí consignados corresponden a especies previamente reportadas para

la región (Acosta-Galvis 2000), a excepción de L. insularum y D. subocularis a las cuales

se amplía su rango de distribución geográfica a la cuenca alta del río Cauca. Hasta el

momento, D. subocularis había sido reportada para Panamá en la provincia del Darién

(Duellman 2001), en la vertiente occidental de la cordillera Occidental y en el valle medio

del río Magdalena por debajo de los 500 msnm (Ruiz-Carranza et al. 1996), en el presente

estudio fue registrada a 1098 msnm. Por su parte L. insularum fue considerada una

sinonimia con L. bolivianus, pero recientemente Heyer y De Sá (2011) reconocen válidas

estas dos especies, con L. insularum distribuyéndose en Colombia en los drenajes del

Caribe. Por otra parte, L. fragilis no había sido reportado para el departamento de Risaralda,

su distribución conocida es desde el Sur de Texas hasta el norte de Suramérica, en

Venezuela y en la Cuenca del Río Magdalena en Colombia (Heyer 1978, 2002).

Recientemente fue ampliado su rango de distribución a la cuenca del río Cauca en el

departamento del Cauca (Mendez-Narvaez et al. 2009).

Dos de las especies encontradas no están asociadas de manera directa al humedal;

las ranas del género Pristimantis presentan desarrollo directo (no poseen estadíos larvales)

y por lo tanto no dependen del medio acuático para su reproducción. Las ranas de cristal

(Familia Centrolenidae), por el contrario poseen larvas acuáticas pero usualmente están

restringidas a cuerpos de agua lóticos (Cisneros-Heredia y McDiarmid 2007, Guayasamin

et al. 2009). Su presencia en el humedal Guayabito por lo tanto, no está determinada de

manera directa por el cuerpo lagunar, sino por el arroyo que drena hacia él. De esta manera

se evidencia la importancia del ecosistema en general y la necesidad de proteger además del

espejo de agua los elementos circundantes al mismo. Centrolene savagei es de particular

interés por encontrarse globalmente amenazada, bajo la categoría Vulnerable de la IUCN

(Rueda-Almonacid 1999).

Las poblaciones establecidas de rana toro como la observada en los humedales

Jaibaná, Sausalito y San Jorge pueden afectar significativamente al ecosistema. Ante la alta

perturbación antrópica que se presenta en estos sistemas de humedales (ej. deforestación,

ganadería) las invasiones biológicas son críticas, debido a que los ecosistemas perturbados

posiblemente tengan baja resiliencia a la invasión (Urbina-Cardona y Castro-Herrera,

2010). Por otra parte, debido a la alta densidad de renacuajos de rana toro se considera que

puede tener repercusiones sobre humedales por reducción de biomasa de algas con

considerables impactos sobre el ciclado de nutrientes y la productividad primaria en

ecosistemas de agua dulce (Pryor 2003).

Bajo este panorama, las especies nativas que comparten hábitat con la rana toro, a

pesar de no encontrarse amenazadas a nivel mundial, pueden enfrentar procesos de declive

poblacional a nivel local, ya que se conoce que la rana toro depreda otros Anfibios (ej.

Bufonidae, Hylidae y Leptodactylidae; Daza-Vaca y Castro-Herrera 1999) y puede

aumentar la competencia interespecífica, así como ser vector de enfermedades infecciosas

como la quitridiomicosis y ranavirus (Nori et al. 2011); de esta manera, los ensamblajes y

sus funciones ecológicas alteradas generan pérdida de servicios ecosistémicos con fuertes

repercusiones para la economía y salud del hombre (Urbina-Cardona y Castro-Herrera

2011).

Cabe destacar algunos hechos importantes sobre los resultados observados a través

de esta caracterización. Uno de ellos es el potencial que tienen y la importancia que

representan los humedales de tierras bajas para albergar anuro-fauna de mayor riqueza que

en los otros pisos altitudinales. Queda esto evidenciado en el número de especies

registradas, para tres de las cuales se amplía el rango de distribución. Esto a pesar de que

son bastante intervenidos y es en ellos donde se encuentra la rana toro. Por lo tanto son

humedales con un alto potencial para la protección de una biodiversidad única pero que en

contraste experimentan grandes amenazas. Deben ser por lo tanto objeto de atención por

parte de las autoridades ambientales para garantizar su protección y manejo adecuado.

El agrupamiento por composición de especies entre humedales de altitud similar,

observado también para la avifauna, en este caso se conserva pero con una excepción. El

humedal Jaibaná se separa de los otros que se encuentran en su mismo rango altitudinal, la

diferencia entre ellos es que San Jorge y Sausalito son de origen artificial. La anuro-fauna

entonces podría estar siendo afectada por las actividades de limpieza que tienen un efecto

homogenizador, limitando la disponibilidad de hábitats. En este sentido las ranas resultan

ser un indicador del manejo de los humedales, si bien en Jaibaná también hay perturbación,

ésta es por introducción del ganado que también tendría un efecto reductor de la diversidad,

pero diferente al de la homogenización del hábitat.

De nuevo se observa el patrón de baja riqueza en el humedal Don Matías, sin

embargo es una condición natural, debido a las características climatológicas del lugar. No

obstante como consecuencia de la actividad ganadera observada en el sector, no se descarta

un efecto negativo de las actividades humanas que hayan conducido a la desaparición de

especies haciendo que la riqueza sea menor aun de lo que naturalmente debería ser. A pesar

de haberse registrado una especie, solo se encontró en este humedal haciendo un aporte

importante a la diversidad regional en los humedales de Risaralda. El humedal Guayabito,

que también se destaca en términos de avifauna por la presencia de especies sensibles a la

perturbación, en este caso también se lo hace por el registro de una especie de rana que se

encuentra catalogada bajo amenaza de extinción. Se ratifica entonces la importancia que

tiene este humedal para la preservación de la biodiversidad.

Flora

El número de especies hidrófilas registradas en este trabajo (112) es superior al de

evaluaciones anteriores, por ejemplo el de Cardona y Toro (2010) donde se encontraron 29.

Dicho estudio estuvo restringido a humedales de tierras bajas de Risaralda; en contraste en

el nuestro también se visitaron humedales de páramo y andinos. Esta característica del

estudio permitió registrar una mayor biodiversidad y demostrar el potencial de los

humedales de tierras bajas en este mismo aspecto. Para el valle geográfico según Peck

(2009), se reportan 40 especies que están representadas por 25 familias, no obstante hay

pocos estudios que soporten dichos datos para los humedales del departamento de

Risaralda.

Los humedales que presentaron menor número de especies hidrófilas fueron

Sausalito y San Jorge, fincas de descanso, ganaderas y de producción agrícola. Estas

prácticas generan impacto negativo sobre los humedales y la biodiversidad asociada. De

acuerdo con las observaciones realizadas, son de particular importancia la ganadería, las

especies introducidas y la “limpieza” o “mantenimiento” continuo de los espejos de agua.

Las prácticas agrícolas influyen en la presencia de especies invasoras y afectan las

comunidades de plantas acuáticas de los humedales (Ramírez et al. 2010). La vegetación de

los humedales suele ser muy específica y muy susceptible a las alteraciones. Está asociada

principalmente a los sitios con poca profundidad, con sedimentos abundantes y sin

alteraciones (Vargas 2009).

El humedal que más se destaca en términos de riqueza de especies es Jaibaná; a

pesar de que experimenta introducción de ganado, tiene una extensión considerable y alta

diversidad de hábitats que permiten el establecimiento de muchas especies vegetales. Se

esperaría que los otros humedales de tierras bajas tengan el mismo potencial, sin embargo

su diferente naturaleza y tipo de manejo hacen que los resultados observados difieran. Los

humedales que se encuentran en fincas de descanso o de producción agrícola y ganadera,

donde la vegetación es removida, tienen menor diversidad ya que la intervención continua

sólo permite el establecimiento de algunas especies típicas de estos ecosistemas. Sin

embargo, estas observaciones demuestran que con un tipo de manejo diferente pueden

alcanzar una mayor diversidad y ofrecer mejores condiciones de refugio para la fauna. El

complejo de humedales de San Jorge por ejemplo, a pesar de tener riqueza de plantas

intermedia o baja con respecto a los otros, presenta una de las mayores riquezas de fauna.

En general las familias con mayor representación en el ambiente acuático fueron

Cyperaceae, Poaceae y Asteraceae; resultados similares fueron encontrados en el estudio de

Cardona y Toro (2010). El mayor número de especies de la familia Cyperaceae se debe a

sus características ecológicas, habitualmente se encuentra en las riberas de los ríos,

pantanos y estanques, desde donde se dispersa fácilmente. La familia Poaceae también está

bien representada en los cuerpos de agua o alrededor de ellos, ya que las matrices aledañas

a los humedales son potreros y allí se encuentra una alta representación de la misma,

muchas de ellas introducidas con fines productivos. Este grupo de plantas se establecen

rápidamente y se adaptan muy bien a todo tipo de ambientes; la dispersión de semillas

generalmente es por el viento o por animales, colonizando fácilmente nuevos hábitats

(Pinto-Escobar 2002).

La familia Asteraceae es la más representada en el humedal Don Matías, el cual se

encuentra dentro del ecosistema de páramo donde ésta suele ser muy abundante. Así lo

registran, por ejemplo, Rangel y Garzón (1995) para el Parque Natural Nacional Los

Nevados; allí es la familia con el mayor número de especies. Otras familias importantes

reportadas en dicho estudio son Poaceae, Polypodiaceae, Scrophulariaceae, Apiaceae,

Ericaceae, entre otras. Las especies más representativas de este ecosistema son macollas de

Calamagrostis sp. y frailejones (Espeletia sp.). Igual observación es reportada por Restrepo

et al. (2005) para la misma región en el páramo de Santa Rosa.

Los ecosistemas de páramo en este sector se ven afectados por la ganadería

intensiva. No hay aislamientos que eviten la libre movilización de los animales,

produciéndose pisoteo que se traduce en desecación y contaminación de las fuentes

hídricas, además de la proliferación de pastos (Restrepo et al. 2005). Es urgente la

protección de estos ecosistemas, ya que allí se producen los procesos de almacenamiento y

regulación hídrica, recurso indispensable para la vida de otras especies y de los habitantes

de la región (Morales et al. 2007).

En cuanto a las especies de plantas terrestres registradas en áreas aledañas a los

humedales, la familia Fabaceae es la de mayor riqueza. Al igual que se observó en el

estudio de Cardona y Toro (2010), los registros de especies en esta familia estuvieron

compuesto por unas pocas hierbas, arbustos y en mayor cantidad árboles. En zonas de

tierras bajas son comunes los árboles aislados o en pequeños grupos para sombrío o como

cercos vivos. Las especies más comunes son: los samanes (Samanea saman), carboneros

(Albizia carbonaria), chiminangos (Pithecellobium dulce y P. lanceolatum), mata ratón

(Gliricidia sepium), chamburos (Erythrina spp.), capote (Machaerium capote) y otras

especies típicas de los ecosistemas de bosque seco a los cuales pertenecen algunos de los

humedales visitados.

Una de las familias más representativas, en términos de riqueza y abundancia de

especies, fue Cyperaceae. Cyperus giganteus fue la especie más notable, ocupando un área

importante en el humedal Jaibaná. También se registró Cyperus odoratus, Scleria pterota,

Eleocharis elegans, todas emergentes y formando grandes colonias en lugares muy

húmedos y pantanosos. Otra familia representativa fue Poaceae, entre sus especies están

Gynerium sagittatum, comúnmente conocida como caña brava y Guadua angustifolia,

ambas se encuentran asociadas a ambientes acuáticos y son usadas en construcción civil y

en elaboración de artesanías; en el humedal San Jorge hay plantaciones de guadua con fines

de exportación. No obstante, el hecho de que estas dos especies sean comunes en algunos

humedales, no indica que sus poblaciones en general son altas. Éstas se han reducido

notablemente debido a la explotación, a la transformación de los ecosistemas y al cambio

en el uso del suelo (Pérez 2006).

Otra especie abundante fue Hymenachne amplexicaulis, la cual presenta un

comportamiento invasivo y se desarrolla muy bien en ambientes semi-acúaticos (Overholt

et al. 2004). Junto con otras gramíneas de características ecológicas similares, introducidas

generalmente con fines productivos, son muy comunes en zonas ganaderas. La vegetación

flotante estuvo representada por especies como H. nymphoides, monocotiledónea de flores

muy llamativas conocida como amapola de agua. P. stratiotes, especie introducida llamada

lechuga de agua, se adapta muy bien a hábitats con aguas duras y contaminadas. Los lotos

N. alba y Nymphaea sp., especies introducidas con fines ornamentales. También son

comunes algunos helechos como A. filiculoides, propio de aguas lentas y asociado

generalmente a aguas contaminadas (Estela et al. 2006). S. molesta es otro helecho

introducido que puede generar situaciones problemáticas ya que se extiende rápidamente

ocupando el espejo de agua, disminuyendo la diversidad de plantas y animales acuáticos.

Se encontraron dos especies introducidas abundantes en la vegetación emergente del

humedal Guayabito, enea (Typha sp.) y el heliotropo (H. coronarium), esta última

procedente de Asia y muy apreciada por su uso ornamental. Ambas crecen muy bien en

sitios húmedos y pueden generar inconvenientes ya que se dispersan fácilmente. Si no se

manejan de manera adecuada, controlando su expansión, pueden impedir que otro tipo de

vegetación se establezca en el humedal.

La mayoría de las especies mencionadas anteriormente presentan comportamientos

invasores y muchas de ellas son introducidas, hecho muy preocupante ya que si no son

manejadas de manera adecuada, podrían generar impactos negativos sobre la vegetación y

fauna nativa de estos ecosistemas. Según Peck (2009) las plantas invasoras influyen

considerablemente en el deterioro de los ecosistemas de los humedales en el valle

geográfico del río Cauca.

En términos de especies hidrófilas, los humedales con mayor riqueza son los de

origen natural. Se destaca La Pradera, que con respecto a la fauna fue uno de los más

pobres. Esto sugiere que la baja diversidad de especies animales en este humedal no estaría

relacionada con un empobrecimiento en la vegetación. Dicha observación apoya la idea de

que la baja diversidad en este humedal es causada por la alta exposición a intervención

humana en la que se encuentra. En contraste se encuentra Guayabito, humedal con menor

riqueza de especies vegetales acuáticas que La Pradera, expuesto a menor intervención

humana directa y que presentó elementos faunísticos de alto valor. Don Matías sigue siendo

en términos de flora, un caso especial. Su baja diversidad no es necesariamente un reflejo

de las alteraciones humanas, pero por las observaciones hechas en campo es indudable que

ese impacto existe.

La flora de los humedales, principalmente la hidrófila, demostró ser un importante

indicador de perturbación humana en espejos de agua. Esto es evidente puesto que las

labores de mantenimiento que se hacen a los humedales ubicados en predios privados y

cuyo objeto de uso es la recreación o valor estético, se enfoca en la extracción de la misma.

Sin embargo, por su localización y potencial para albergar especies de fauna, estos

humedales tienen un alto valor. Su misma ubicación y naturaleza representan un desafío

para el manejo, puesto que los intereses de conservación no son los mismos que los

intereses de sus propietarios. Es conveniente abrir el debate y aportar información sobre los

humedales artificiales y su potencial para la conservación de biodiversidad y servicios

ecosistémicos. En zonas donde los humedales naturales han desaparecido, surgen estos

elementos como una alternativa para la conservación.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES FINALES

En conjunto, los humedales visitados poseen una importante biodiversidad animal y

vegetal que debe ser preservada per se, pero además por las características únicas que

presentan. La mayoría de estos ecosistemas han desaparecido quedando solamente

vestigios; muchos de los actuales son artificiales y fueron construidos siguiendo intereses

humanos. La importancia de los humedales es conocida y demostrada, por lo tanto su

protección legal es necesaria para la preservación de sus bienes y servicios. La información

hasta ahora obtenida es importante para cumplir con este fin, sin embargo todavía se debe

avanzar mucho en su conocimiento, por ejemplo identificando, cuantificando y valorando

los servicios ambientales que ofertan así como esclareciendo el papel que juegan los

humedales artificiales en esta dinámica.

Todos los humedales visitados son importantes en términos de conservación, sin

embargo en este y en previos estudios se ha encontrado que los de tierras bajas tienen un

alto potencial para la protección de la biodiversidad y oferta de servicios ambientales. Su

importancia radica en una alta biodiversidad, incluso comparada con los otros pisos

altitudinales. Sucede también que estos han sido unos de los ecosistemas más alterados e

intervenidos y por lo tanto enfrentan fuertes presiones de diferente naturaleza. Por ejemplo,

es en ellos donde especies invasoras como la rana toro se han establecido con mayor

dominancia. Por lo tanto se presenta un escenario con alta biodiversidad y alta intervención;

es prioritario entonces intervenir estos humedales para controlar los factores de alteración y

permitir que la biodiversidad y los servicios ambientales empiecen a ser restituidos.

Los humedales estudiados presentan algún tipo de intervención humana, ésta se

evidencia en unos más que en otros. El humedal que la experimenta con mayor intensidad

es La Pradera en el municipio de Dosquebradas; se encuentra al lado de una carretera y

contiguo a un centro recreacional y a una urbanización. Es un predio totalmente abierto y

con acceso libre, por lo tanto el lugar es utilizado para el vertimiento de residuos tanto

líquidos como sólidos, incluyendo escombros de construcciones vecinas. Este nivel de

intervención se ve reflejado en la pobreza de su fauna, sin embargo en términos de

vegetación acuática el humedal es uno de los más diversos. La intervención humana está

teniendo entonces un mayor impacto sobre la fauna que la flora, y sugiere que tomando

medidas de protección y aislamiento el humedal tiene alto potencial para albergar una

mayor diversidad de aves y anfibios, entre otros.

Aunque todos los humedales visitados son determinantes para la protección de la

fauna, Jaibaná y San Jorge son lugares de mucha importancia para la conservación de las

aves debido a su alta diversidad. Sin embargo presentan situaciones contrastantes, puesto

que el primero es de origen natural y no recibe ningún tipo de manejo, mientras que el

segundo es de origen artificial y tiene elementos que son sometidos a “limpieza”. Ambos

pueden ayudar a garantizar la conservación de la avifauna acuática y otro tipo de fauna en

el departamento de Risaralda, pero requieren intervención y protección; sin embargo, los

desafíos para cada uno de ellos son diferentes. Ambos están en predios privados, pero la

atención y manejo que reciben por parte de sus propietarios no es la misma.

Adicionalmente, este resultado permite concluir que los humedales artificiales y con

manejo activo, también son importantes para la conservación de la biodiversidad y deben

ser administrados bajo un enfoque de sostenibilidad ambiental.

El humedal Don Matías presentó baja biodiversidad comparado con los otros, sin

embargo es necesario tener en cuenta las características ecológicas del mismo. Esta es una

condición natural como consecuencia de las restricciones fisiológicas que impone. No

obstante, la misma circunstancia hace que su fauna y flora sea particular. Se evidencian

intervenciones humanas que probablemente están haciendo que la biodiversidad sea aún

más baja de lo que naturalmente es. Se requiere intervención inmediata para protegerlo y

mejora las condiciones bajo las cuales se encuentra.

Las aves acuáticas, tanto residentes como migratorias asociadas a humedales en el

territorio colombiano, hacen parte de los grupos menos estudiados en relación a su estado

poblacional y conservación. Aunque en los últimos años se ha incrementado la

información, el conocimiento aún es incipiente. Debe prestarse atención a los humedales

puesto que son el hábitat de no sólo aves, sino también de otras especies de animales y

plantas. En la actualidad muchas especies relacionadas a humedales se encuentran

amenazadas o extintas (caso del Podiceps andinus, actualmente extinto) como

consecuencia de la destrucción y deterioro de los hábitats. En este sentido, las aves

acuáticas brindan indicaciones del estado de conservación y salud de los humedales, es

decir, que el monitorearlas periódicamente puede contribuir a detectar alteraciones en sus

poblaciones, las que a su vez podrían ser el resultado de cambios en el hábitat.

Durante los muestreos hubo una baja actividad de vocalización de D. columbianus

en los humedales donde estuvo presente L. catesbeianus. Esta rana tiende a ser abundante y

presentar una alta actividad de llamados en otras localidades dentro de su distribución; no

obstante, los datos recopilados en el presente estudio no son concluyentes para aseverar que

las poblaciones de rana toro están afectando las poblaciones nativas de D. columbianus. Por

lo anterior, se recomienda monitorear las poblaciones de ranas y sapos nativos que

comparten hábitat con la rana toro, para evaluar los impactos que tienen sobre sus

poblaciones.

Se recomienda seguir las sugerencias de Urbina-Cardona y Castro-Herrera (2011)

acerca del manejo de la rana toro (L. catesbeianus) y adaptarlo a las particularidades

geográficas, económicas y sociales del departamento de Risaralda: “Es indispensable que se

realice evaluación constante de la biodiversidad nativa (especies endémicas y amenazadas)

y se identifiquen ecosistemas invadidos, para adoptar medidas de monitoreo, seguimiento y

control de especies invasoras. Así mismo es importante otorgar permisos de cacería de

control (ej. consumo doméstico sin zoo cría para L. catesbeianus) entre los habitantes de

regiones vulnerables a la invasión y generar un listado de especies para las que se prohíba

la zoo-cría e introducción para prevenir la invasión en nuevos hábitats, realizar búsquedas y

detecciones tempranas de las especies invasoras y dar herramientas en la priorización de

áreas para la erradicación de estas poblaciones invasoras”.

La presencia de tres nuevos registros de ranas en los humedales de tierras bajas

genera la incógnita de cómo éstas llegaron. Es posible que hubiesen estado allí desde antes,

pero por la falta de estudios rigurosos dirigidos a caracterizar la fauna de anfibios de este

tipo de humedales no hayan sido detectadas. Por otro lado las ranas pueden haber llegado al

lugar por procesos naturales o haber sido introducidas a través de actividades humanas. Es

necesario hacer seguimiento a las poblaciones y tratar de esclarecer esta incógnita, puesto

que el origen de los individuos tiene implicaciones para el manejo de los humedales y sus

poblaciones de anfibios.

La cobertura vegetal en las matrices está pobremente representada, pues se limita a

árboles o arbustos aislados en medio de los potreros o como cercos vivos. Los intereses de

los propietarios de los predios en los cuales están localizados los humedales son

principalmente productivos o recreativos y por lo tanto no es rentable poseer una cobertura

vegetal distinta. Es importante entender que los humedales no son elementos aislados y que

la matriz circundante es determinante para cumplir los objetivos de conservación. Este caso

es evidente en el humedal Guayabito, el cual se encuentra rodeado por potrero y en las

estribaciones de unas pequeñas colinas sobre las cuales se presentan actividades agrícolas.

Como consecuencia el agua de escorrentía, que probablemente arrastra residuos de

fertilizantes y pesticidas, es recogida por el humedal. Este posee especies importantes tanto

en su interior como en su vecindad, por lo tanto es necesario intervenir para que se proteja

tanto el espejo de agua como la matriz y el cuerpo de agua que alimenta el humedal.

Las especies introducidas e invasoras vegetales son un asunto que debe ser evaluado

con detenimiento, puesto que son un componente dominante en algunos humedales. En San

Jorge por ejemplo la mayoría de los lagos están invadidos por lotos y otros por S. molesta

hasta tal punto que no se puede observar el espejo de agua. Es importante entender la

dinámica de éstas y medir el impacto que tienen sobre otras especies vegetales y animales.

De esta manera se podrá saber el potencial de afectación de las mismas y tomar medidas de

manejo que permitan controlar su crecimiento descontrolado.

Este trabajo permite demostrar la importancia que tiene cada uno de los ecosistemas

de humedal para la conservación de la biodiversidad en el departamento de Risaralda. Por

encontrarse en pisos altitudinales diferentes, poseen faunas particulares en cada uno de

ellos que deben ser conservadas. Por lo tanto la aplicación de criterios para su priorización

no debería hacerse sobre el conjunto total de humedales, sino sobre sub-grupos con

características similares. En cada uno de los pisos altitudinales se debe conservar y

reglamentar el uso con el objetivo de preservar toda la biodiversidad representada en ellos

así como los servicios ambientales que prestan.

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ANEXOS

Anexo 1. Avifauna registrada.

Familia/Especie

Sen

sib

ilid

ad

a d

istu

rbio

s

Jaib

aná

Sau

sali

to

San

Jo

rge

La

Pra

der

a

Gu

ayab

ito

Do

n M

atía

s

Anatidae

Dendrocygna autumnalis B 1 0 1 0 0 0

Anas andium M 0 0 0 0 0 1

Anas discors B 0 0 1 0 1 0

Nomonyx dominicus M 0 0 1 0 0 0

Oxyura jamaicensis andina M 0 0 0 0 0 1

Podicipedidae

Tachybaptus dominicus M 0 0 0 0 1 0

Podilymbus podiceps M 1 1 1 0 1 0

Phalacrocoracidae

Phalacrocorax brasilianus B 1 1 1 0 0 0

Anhingidae

Anhinga anhinga M 0 0 1 0 0 0

Ardeidae

Botaurus pinnatus M 1 1 1 0 0 0

Butorides striata B 1 1 1 1 1 0

Bubulcus ibis B 1 1 1 0 0 0

Ardea herodias B 1 0 1 0 0 0

Ardea cocoi B 0 0 1 0 0 0

Ardea alba B 1 0 1 1 1 0

Egretta thula B 1 0 1 0 0 0

Egretta caerulea M 0 0 1 0 0 0

Threskiornithidae

Phimosus infuscatus M 1 1 1 1 1 0

Cathartidae

Cathartes aura B 1 0 0 0 0 0

Coragyps atratus B 1 0 1 1 0 0

Pandionidae

Pandion haliaetus M 0 0 1 0 0 0

Accipitridae

Chondrohierax uncinatus B 0 0 0 1 0 0

Rupornis magnirostris B 1 1 0 1 0 0

Falconidae

Caracara plancus B 1 0 1 0 1 0

Milvago chimachima B 1 1 1 0 0 0

Falco sparverius B 1 0 0 0 0 0

Falco femoralis B 0 0 1 0 0 0

Rallidae

Aramides cajaneus A 0 0 0 0 1 0

Gallinula galeata B 1 1 1 0 0 0

Porphyrio martinicus B 1 0 1 1 0 0

Fulica americana B 0 0 1 0 0 0

Charadriidae

Vanellus chilensis B 1 1 1 0 1 0

Scolopacidae

Gallinago nobilis M 0 0 0 0 0 1

Actitis macularius B 1 0 1 0 1 0

Tringa solitaria B 1 0 1 0 0 0

Jacanidae

Jacana jacana B 1 0 1 0 0 0

Columbidae

Columbina talpacoti B 1 1 1 1 0 0

Patagioenas cayannensis M 1 0 0 0 0 0

Zenaida auriculata B 1 1 1 1 0 0

Psittacidae

Forpus conspicillatus B 1 1 0 0 0 0

Pionus menstruus B 1 1 0 0 0 0

Cuculidae

Coccycua pumila M 1 0 0 0 0 0

Piaya cayana B 0 0 0 1 0 0

Crotophaga major M 0 0 0 1 0 0

Crotophaga ani B 1 1 1 1 1 0

Apodidae

Streptoprocne zonaris B 0 0 0 1 0 0

Trochilidae

Adelomyia melanogenys M 0 1 0 0 0 0

Aglaeactis cupripennis M 0 0 0 0 0 1

Chaetocercus mulsant M 0 0 0 0 1 0

Chlorostilbon mellisugus B 0 0 0 1 1 0

Amazilia tzacatl B 1 1 0 1 0 0

Alcedinidae

Megaceryle torquata B 1 1 1 1 0 0

Chloroceryle americana B 1 0 1 0 0 0

Momotidae

Momotus aequatorialis M 0 1 0 1 0 0

Picidae

Melanerpes formicivorus B 0 0 0 0 1 0

Melanerpes rubricapillus B 0 1 1 0 0 0

Colaptes punctigula B 0 0 0 1 1 0

Dryocopus lineatus B 0 0 1 0 0 0

Grallariidae

Grallaria quitensis M 0 0 0 0 0 1

Thamnophilidae

Thamnophilus multistriatus B 0 1 0 1 0 0

Myrmotherula schisticolor M 0 1 0 0 0 0

Furnariidae

Synallaxis albescens B 1 0 1 1 1 0

Tyrannidae

Elaenia flavogaster B 1 1 0 1 1 0

Zimmerius chrysops M 0 0 0 1 1 0

Todirostrum cinereum B 1 1 1 1 1 0

Myiobius atricaudus M 0 1 0 0 0 0

Pyrocephalus rubinus B 1 1 1 1 1 0

Fluvicola pica M 1 0 1 0 0 0

Machetornis rixosa B 1 0 1 1 1 0

Myiozetetes cayanensis B 1 1 1 0 0 0

Pitangus sulphuratus B 1 1 1 1 0 0

Tyrannus melancholicus B 1 1 1 1 1 0

Tyrannus savana B 1 1 1 0 1 0

Myiarchus tuberculifer B 1 1 1 0 0 0

Tityridae

Pachyramphus rufus B 1 0 0 0 0 0

Hirundinidae

Pygochelidon cyanoleuca B 1 1 0 1 0 0

Orochelidon murina B 0 0 0 0 0 1

Stelgidopteryx ruficollis B 1 1 1 0 1 0

Troglodytidae

Troglodytes aedon B 1 1 1 1 1 0

Turdidae

Turdus ignobilis B 0 1 0 1 1 0

Turdus fuscater B 0 0 0 0 0 1

Mimidae

Mimus gilvus B 0 1 0 0 1 0

Thraupidae

Ramphocelus dimidiatus B 0 0 0 1 0 0

Ramphocelus flammigerus B 0 0 0 0 1 0

Thraupis episcopus B 1 1 1 1 1 0

Thraupis palmarum B 0 0 0 0 1 0

Tangara vitriolina B 0 1 0 1 1 0

Tangara cyanicollis B 0 0 0 1 1 0

Tangara gyrola M 0 0 0 1 0 0

Chlorophanes spiza M 0 1 0 0 0 0

Incertae Sedis

Coereba flaveola B 0 0 0 1 0 0

Tiaris olivaceus B 1 0 0 1 1 0

Saltator atripennis M

Saltator striatipectus B 0 1 0 1 1 0

Emberizidae

Zonotrichia capensis B 0 0 0 0 0 1

Phrygilus unicolor M 0 0 0 0 0 1

Sicalis flaveola B 1 1 1 1 1 0

Emberizoides herbicola B 1 0 0 0 0 0

Volatinia jacarina B 1 0 1 1 1 0

Sporophila nigricollis B 1 0 1 0 1 0

Sporophila minuta B 1 0 1 1 1 0

Cardinalidae

Piranga flava B 0 0 0 1 0 0

Parulidae

Parula pitiayumi M 0 0 0 0 1 0

Setophaga ruticilla B 0 1 0 0 1 0

Icteridae

Icterus chrysater B 1 0 0 0 0 0

Molothrus bonariensis B 1 1 0 0 1 0

Sturnella militaris B 1 0 1 0 0 0

Fringillidae

Sporagra yarrellii B 0 0 0 1 0 0

Euphonia laniirostris B 0 1 0 0 0 0

Anexo 2. Flora Registrada.

Familia Especie Hábito Hábitat

Ja

iba

Sa

usa

lito

La

Pra

der

a

Sa

n J

org

e

Gu

ay

ab

ito

Do

n M

atí

as

Acanthaceae Hygrophila costata Hierba Pantano X X X

Justicia sp. Hierba Marginal X

Trichanthera gigantea Árbol Marginal X X X

Alismataceae Hydrocleis nymphoides* Hierba Flotante X

Limnocharis flava Hierba Sumergida X

Amantharaceae Cyathula sp. Hierba Borde X

Apiaceae Arracacia elata Hierba Borde X

Azorella sp. Hierba Flotante X

Eryngium humile Hierba Pantano X

Hydrocotyle leucocephala Hierba Pantano X X X X

Hydrocotyle sp.2 Hierba Pantano X

Araceae Pistia stratiotes* Hierba Flotante X

Philodendron sp. Hierba Borde X

Arecaceae Aiphanex horrida Palma Borde X X

Bactris gasipes Palma Borde X

Chamaedorea sp. Palma Borde X

Geonoma sp.1 Palma Borde X

Geonoma sp.2 Palma Borde X

Syagrus sancona Palma Borde X X

Asclepiadaceae Asclepias curassavica Hierba Borde X X X

Asteraceae Ageratum conyzoides Hierba Marginal X X

Baccharis sp. Arbusto Borde X X

Baccharis tricuneata Arbusto Marginal X

Belloa sp. Hierba - X

Bidens pilosa Hierba Borde X X X X

Diplostephium sp. Hierba Pantano X

Eclipta prostrata Hierba Borde X

Elephantopus mollis Hierba Borde X

Emilia sp. Hierba Borde X X X X X

Enhydra sp. Hierba Sumergida X

Espeletia sp. Arbusto Borde X

Gynoxys sp. Arbusto Borde X

Hypochaeris radicata Hierba Pantano X

Hypochaeris sp.1 Hierba Pantano X

Hypochaeris sp.2 Hierba Pantano X

Oritrophium sp. Hierba Pantano X

Pentacalia vaccinioides Arbusto Borde X

Pseudelephantopus sp. Hierba Borde X

Senecio formosus Hierba Borde X

sp.1 Hierba Borde X

sp.2 Hierba Borde X

sp.3 Hierba Borde X

Verbesina sp. Arbusto Borde X X

Balsaminaceae Impatiens walleriana Hierba Marginal X X

Bartramiaceae cf Breutelia sp. Musgo Pantano X

Begoniaceae Begonia sp. Hierba Borde X

Berberidaceae Berberis sp. Arbusto Borde X

Bignoniaceae Tabebuia sp. Árbol Borde X

Bombacaceae Ceiba pentandra Árbol Borde X

Boraginaceae Cordia alliodora Árbol Borde X

Cordia polycephala Arbusto Borde X X

Cordia sp. Arbusto Borde X

Heliotropium indicum Hierba Borde X X X X

Caryophillaceae Drymaria cordata Hierba Pantano X X

Cecropiaceae Cecropia angustifolia Árbol Borde X X

Cecropia sp. Árbol Borde X X

Coussapoa sp. Árbol Borde X

Clusiaceae Clusia sp. Arbusto Borde X

Hypericum sp. 1 Arbusto Marginal X

Hypericum sp. 2 Arbusto Marginal X

Commelinaceae Commelina sp. Hierba Pantano X

Tradescantia sp. Hierba Marginal X

Tripogandra sp. Hierba Pantano X X X

Convolvulaceae Ipomoea sp. 1 Hierba Marginal X X X X

Ipomoea sp. 2 Hierba Marginal X

Merrenia umbellata Hierba Marginal X

Costaceae Costus sp. Hierba Borde X

Cucurbitaceae Melothria pendula Hierba Borde X X

Momordica charantia Hierba Borde X X X

Cyclanthaceae Carludovica palmata Hierba Borde X

Cyperaceae Carex sp. Hierba Pantano X

Cyperus giganteus Hierba Pantano X

Cyperus luzulae Hierba Pantano X X X

Cyperus odoratus Hierba Pantano X X X

Cyperus sp.1 Hierba Pantano X

Cyperus sp.2 Hierba Pantano X X X X

Eleocharis elegans Hierba Pantano X X X X X

Eleocharis sp.1 Hierba Pantano X X X

Eleocharis sp.2 Hierba Pantano X X

Eleocharis sp.3 Hierba Pantano X

Eleocharis sp.4 Hierba Pantano X X

Fuirena sp. Hierba Pantano X

Kyllingia sp.1 Hierba Pantano X

Kyllingia sp.2 Hierba Pantano X

Rhynchospora ciliata Hierba Borde X X X X X

Rhynchospora sp.1 Hierba Pantano X X

Rhynchospora sp.2 Hierba Pantano X

Scirpus rigidus Hierba Pantano X

Scirpus sp. Hierba Pantano X

Scleria pterota Hierba Pantano X

Scleria sp. Hierba Pantano X X X

Ericaceae Disterigma empetrifolium Arbusto Borde X

Vaccinium sp. Arbusto Borde X

Euphorbiaceae Acalypha sp. Arbusto Borde X

Alchornea sp. Árbol Borde X

Croton sp. Árbol Borde X

Euphorbia cotinifolia Árbol Borde X

Manihot sp. Arbusto Borde X

Phillanthus sp. 1 Hierba Borde X X

Phillanthus sp. 2 Hierba Borde X

Fabaceae Albizia carbonaria Árbol Borde X X

Arachis pintoi Hierba Marginal X X X

Centrosema sp. Hierba Marginal X X X

Delonix regia Árbol Borde X

Desmodium sp. 1 Hierba Borde X

Desmodium sp. 2 Hierba Borde X

Erythrina sp. Árbol Borde X

Gliricidia sepium Árbol Borde X X X

Indigofera sp. Arbusto Borde X

Inga densiflora Árbol Borde X

Inga sp. 1 Árbol Borde X X

Inga sp. 2 Árbol Borde X

Jacaranda caucana Árbol Borde X X

Lupinus microphyllus Hierba Pantano X

Machaerium capote Árbol Borde X

Mimosa pigra Arbusto Pantano X

Mimosa pudica Arbusto Borde X X

Pithecellobium dulce Árbol Borde X

Pithecellobium lanceolatum Árbol Borde X

Samanea saman Árbol Borde X X X

Aeschynomene sensitiva Arbusto Pantano X X X

Aeschynomene sp. Arbusto Pantano X X X X

Zornia diphylla Hierba Borde X

Flacourtiaceae Banara guianensis Arbusto Borde X

Xilosma sp. Arbusto Borde X

Geraniaceae Geranium sp. Hierba Pantano X

Gunneraceae Gunnera magellanica Hierba Pantano X

Heliconiaceae Heliconia sp 1. Hierba Marginal X

Heliconia sp.2 Hierba Marginal X

Juncaceae Distichia muscoides Hierba Pantano X

Juncus effusus Hierba Pantano X

Lamiaceae Hyptis capitata Hierba Pantano X X

Marsypianthes chamaedrys Hierba Borde X X X

Salvia scutellarioides Hierba Pantano X

Satureja nubigena Hierba Pantano X

Lauraceae Nectandra sp. Árbol Borde X

Persea americana Árbol Borde X

sp.1 Árbol Borde X

sp.2 Árbol Borde X

sp.3 Árbol Borde X

Lythraceae Cuphea racemosa Hierba Marginal X X

Malpighiaceae Malpighia sp. Arbusto Borde X

Malvaceae Guazuma ulmifolia Árbol Borde X

Heliocarpus americanus Árbol Borde X X

Luehea seemannii Árbol Borde X

Malachra sp. Hierba Borde X X

Sida rhombifolia Hierba Borde X

Triumfetta sp.1 Hierba Borde X

Triumfetta sp.2 Arbusto Borde X

Maranthaceae Calathea sp. Hierba Borde X X

Melastomataceae Brachyotum lindenii Arbusto Borde X

Clidemia sp.1 Arbusto Borde X

Clidemia sp.2 Arbusto Marginal X

Miconia salicifolia Arbusto Borde X

Miconia sp. 1 Arbusto Borde X

Miconia sp. 2 Arbusto Borde X

Miconia sp. 3 Arbusto Borde X

Miconia sp. 4 Arbusto Borde X

Miconia sp. 5 Arbusto Borde X

Monochaetum sp.1 Hierba Borde X X

Monochaetum sp.2 Hierba Borde X

sp.1 Arbusto Borde X X

sp.2 Arbusto Borde X X

sp.3 Arbusto Borde X

Meliaceae Guarea guidonia Árbol Borde X

Trichilia pallida Árbol Borde X

Moraceae Ficus sp.1 Árbol Borde X

Ficus sp.2 Árbol Borde X

Ficus sp.3 Árbol Borde X

Ficus sp.4 Árbol Borde X

Trophis caucana Árbol Borde X

Musaceae Musa velutina Hierba Borde X X X

Myrtaceae Psidium guajava Árbol Borde X X X X

Nyctaginaceae Guapira sp. Árbol Borde X

Nymphaeaceae Nymphaea alba* Hierba Flotante X X X

Nymphaea sp.* Hierba Flotante X

Oleaceae Fraxinus chinensis Árbol Borde X X

Onagraceae Ludwigia peruviana Hierba Pantano X

Ludwigia sp. 1 Arbusto Pantano X X

Ludwigia sp. 2 Hierba Pantano X X X X

Ludwigia sp. 3 Hierba Pantano X

Ludwigia sp. 4 Hierba Pantano X

Ludwigia sp. 5 Hierba Pantano X

Orchidaceae Vanilla odorata Hierba Borde X

sp. Hierba Borde X

Plantaginaceae Plantago rigida Hierba Pantano X

Ranunculaceae Ranunculus sp. Hierba Sumergida X

Phytolaccaceae Phytolacca rivinoides Hierba Borde X

Piperaceae Piper sp.1 Arbusto Borde X

Piper sp.2 Arbusto Borde X X

Piper sp.3 Arbusto Borde X

Poaceae Andropogon sp. Hierba Marginal X X

Calamagrostis sp. Hierba Marginal X

Cynodon sp. Hierba Borde X

Gynerium sagittatum Hierba Marginal X X X

Guadua angustifolia Hierba Marginal X X X X X

Hymenachne amplexicaulis* Hierba Pantano X X X

Paspalum sp.1 Hierba Marginal X

Paspalum sp.2 Hierba Marginal X

Paspalum sp.3 Hierba Marginal X

Paspalum sp.4 Hierba Marginal X

Pennisetum sp. Hierba Marginal X X X

Saccharum officinarum Hierba Borde X X

Setaria sp. Hierba Marginal X

Brachiaria sp. Hierba Sumergida X X X X

sp.2 Hierba Marginal X

sp.3 Hierba Marginal X X X

sp.4 Hierba Marginal X

sp.5 Hierba Marginal X

sp.6 Hierba Marginal X

Polygalaceae Monnina sp. Hierba Pantano X X

Polygonaceae Polygonum punctatum Hierba Sumergida X X X X

Polygonum sp. Hierba Sumergida X

Pontederiaceae Heteranthera reniformis Hierba Sumergida X X

Rosaceae Lachemilla orbiculata Hierba Pantano X

Lachemilla sp. Hierba Pantano X

Hesperomeles obtusifolia Árbol Borde X

Rubus glaucus Hierba Borde X X

Rubiaceae Arcytophyllum muticum Hierba Pantano X

Galium hypocarpium Hierba Borde X

Genipa americana Árbol Borde X

Hamelia patens Arbusto Borde X

Rutaceae Amyris pinnata Árbol Borde X

Zanthoxilum sp.1 Árbol Borde X X

Zanthoxilum sp.2 Árbol Borde X

Sapindaceae Cupania sp.1 Árbol Borde X X

Cupania sp.2 Árbol Borde X X

Scrophulariaceae Bacopa sp. Hierba Sumergida X

Bartsia laticrenata Hierba Borde X

Castilleja fissifolia Hierba Borde X

Castilleja sp. Hierba Borde X X

Siparunaceae Siparuna sp.1 Arbusto Borde X X

Siparuna sp.2 Arbusto Borde X

Solanaceae Capsicum sp. Arbusto Borde X X

Cestrum sp. Arbusto Borde X X

Cestrum nocturnum Arbusto Borde X

cf Physalis angulata Hierba Borde X

Solanum sp.1 Arbusto Borde X X

Solanum sp.2 Arbusto Borde X

Solanum sp.3 Arbusto Borde X

Solanum sp.4 Arbusto Borde X X

Solanum sp.5 Arbusto Borde X

Witheringia solanacea Arbusto Borde X X

Typhaceae Typha angustifolia Hierba Sumergida X

Typha sp.* Hierba Sumergida X

Ulmaceae Trema micrantha Árbol Borde X X

Urticaceae Urera baccifera Arbusto Borde X X

Phenax sp. Hierba Borde X

Verbenaceae Lantana camara Arbusto Borde X X X X

Vitaceae Cissus erosa Hierba Borde X X

Cissus verticillata Hierba Borde X

Xyridaceae Xyris sp. Hierba Pantano X

Zingiberaceae Renealmia sp. Hierba Borde X

Hedychium coronarium* Hierba Pantano X X

MACRÓFITAS, BRIOFITOS Y HELECHOS

Azollaceae Azolla filiculoides Helecho Flotante X X

Characeae Chara sp.* Macrófita Sumergida X X X

Cyatheaceae Cnemidaria sp. Helecho Borde X

Lycopodiaceae Huperzia sp. Pteridófita Pantano X

Lycopodium sp. Pteridófita Pantano X X

Pteridaceae Ceratopteris sp. Helecho Sumergida X

Elaphoglossum sp. Helecho Borde X

Jamesonia imbricata Helecho Borde X

Salviniaceae Salvinia molesta* Helecho Flotante X

Gleicheniaceae Sticherus sp. Helecho Borde X

Selaginellaceae Selaginella sp. Pteridófita Borde X X

Sphagnaceae Sphagnum sp. Musgo Sumergida X

* Especies introducidas