Actitudes Muerte Muestra Posada 2009

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Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 1 ACTITUDES HACIA LA MUERTE EN UNA MUESTRA DE ADULTOS MAYORES ENTRE 60 A 75 AÑOS EN FASE TERMINAL EN DIFERENTES CENTROS GERIÁTRICOS DE LA CIUDAD DE MEDELLÍN Autoras: VERONICA POSADA ECHEVERRI MARLYN DEL PILAR HERAZO CORREA UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA FACULTAD DE PSICOLOGÍA MEDELLÍN 2009

Transcript of Actitudes Muerte Muestra Posada 2009

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 1

ACTITUDES HACIA LA MUERTE EN UNA MUESTRA DE ADULTOS MAYORES

ENTRE 60 A 75 AÑOS EN FASE TERMINAL EN DIFERENTES CENTROS

GERIÁTRICOS DE LA CIUDAD DE MEDELLÍN

Autoras:

VERONICA POSADA ECHEVERRI

MARLYN DEL PILAR HERAZO CORREA

UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

MEDELLÍN

2009

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 2

ACTITUDES HACIA LA MUERTE EN UNA MUESTRA DE ADULTOS MAYORES

ENTRE 60 A 75 AÑOS EN FASE TERMINAL EN DIFERENTES CENTROS

GERIÁTRICOS DE LA CIUDAD DE MEDELLÍN

Autoras:

VERONICA POSADA ECHEVERRI

MARLYN DEL PILAR HERAZO CORREA

Trabajo de Grado Para Optar

al Título de Psicólogo

Asesor

DARIO JAEN NAVARRO

UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

MEDELLÍN

2009

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 3

CONTENIDO

pág.

INTRODUCCIÓN

6

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 9

1.1 Antecedentes investigativos 9

1.2 Pregunta de investigación 11

1.3 Justificación

12

2. OBJETIVOS 15

2.1 Objetivo general 15

2.2 Objetivos específicos

15

3. MARCO TEÓRICO 16

3.1 Consideraciones acerca de la vejez 16

3.2 Aspectos psicosociales del envejecimiento 24

3.2.1 El anciano y la vejez 32

3.2.2 El anciano y su entorno laboral 36

3.3 Sentido de vida en el anciano 37

3.4 Actitud 40

3.4.1 Dimensión de miedo hacia la muerte 41

3.4.2 Dimensión de aceptación de acercamiento hacia la muerte 42

3.4.3 Dimensión de aceptación neutral hacia la muerte 42

3.4.4 Dimensión de escape hacia muerte 42

3.4.5 Dimensión de evitación hacia la muerte 43

3.5. La muerte 43

3.6. Las perspectivas bajo las cuales puede ser asumida la muerte 46

3.6.1 Actitud frente a la muerte en adultos mayores en fase terminal 48

4. METODOLOGÍA 50

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 4

4.1 Enfoque metodológico 50

4.2 Tipo de investigación 50

4.3 Nivel de la investigación 50

4.4 Diseño de investigación 51

4.4.1 Esta Investigación es de tipo transeccional o transversal 51

4.5 Población 51

4.6 Muestra 51

4.7 Criterios de selección 52

4.7.1 Criterios de inclusión 52

4.7.2 Criterios de exclusión 52

4.8 Instrumentos 52

4.9 Operacionalización de variables 54

4.9.1 Variable independiente 54

4.9.2 Variables dependientes 54

4.9.2.1 Variable de criterio 55

4.9.2.2 Variables de análisis 55

4.10 Modelo hipotético 57

4.10.1 Hipótesis de investigación 57

4.10.2 Hipótesis nula 57

4.11 Procedimiento de la recolección de datos 58

4.12 Resultados 59

4.13 Discusión de los resultados

65

5. CONCLUSIONES

70

6. RECOMENDACIONES

71

REFERENCIAS 72

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 5

APÉNDICES

pág.

Apéndice A:

Consentimiento Informado 77

Apéndice B:

Consentimiento Para Realizar Un Estudio 78

Apéndice C:

Perfil Revisado De Actitudes Hacia La Muerte 81

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 6

INTRODUCCIÓN

Después de observar los contenidos ofrecidos durante nueve semestres de carrera, aun

existen preguntas relacionadas con el tema de la vida practica y todo lo que en ella se vivencia

como parte del proceso. Por ejemplo, la muerte y la vejez son temas que no se han profundizado.

Han sido retomados desde las diferentes corrientes psicológicas como una simple parte del

proceso vital, pero muy pocos se han atrevido a darles el valor que realmente se puede esconder

tras ellos. No es el objetivo principal de este acercamiento investigativo el llegar a comprender

esto, sin embargo se sostiene como uno de los presupuestos la apertura por parte de los

investigadores para con los hallazgos que se puedan obtener.

Acorde a lo anterior, se intenta hacer una aproximación a la forma como abordan la

muerte los adultos mayores de 60 y 81 años en fase terminal de diferentes hogares geriátricos de

la ciudad de Medellín, develando principalmente las actitudes de miedo, de aceptación o de

aceptación neutral, dimensión de escape, así como la evitación hacia la muerte. Para comprender

con mayor facilidad esta investigación, es necesario tener en cuenta que el anciano que se

encuentra en un hogar geriátrico y padece una enfermedad terminal, atraviesa diferentes

circunstancias que pueden definir su actitud hacia la muerte; siendo una de las pertinencias mas

relevantes para las investigadoras identificar cuáles son las dimensiones que mayor repercusión

tienen en dicha actitud. Se ha dicho que cuando la vejez va mas allá del puro desgaste biológico

del cuerpo hasta llegar a etapas psíquicas, como las afectivas, que finalmente determinan el

grado de pérdida de habilidades productivas, es cuando socialmente se cataloga a este personal

como improductivos, siendo necesario recluirlos o aislarlos de sus propios entornos familiares y

laborales. Es por esto que se considera de relevancia comprender qué se entiende por vejez,

abordándola de una manera integral, es decir comprendida desde sus dimensiones sociales,

biológicas y biográficas.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 7

En una sociedad mediatizada por la producción y el cúmulo de capitales, se ponderan los

valores de la juventud, olvidando la experiencia como base ancestral del conocimiento; la

sociedad de la informática y los medios, valoran la mediates antes que el engranaje de una

perspectiva aparentemente detenida, la que consideran poco funcional. Es por eso que se hace

apropiado reconocer y revalorar aspectos como la solidaridad, especialmente con los ancianos en

estado de enfermedad terminal, como parte de una serie de principios éticos y morales respecto a

los mayores. Así se recuerda la costumbre que las familias tradicionales ha reconocido como un

deber: la atención que debe brindarse al adulto mayor, máxime en estado terminal.

Por otro lado, se ha decidido abordar la concepción sobre vejez que algunos estudios han

hecho, teniendo en cuenta que sus postulados obedecen a características socioculturales

particulares que hacen mas subjetiva dicha categorización, repercutiendo también en el

significado que se le da también a la muerte.

Para abordar esta temática, se ha asumido una metodología cuantitativa, que

permite medir y ponderar las diferentes actitudes hacia la muerte en diferentes hogares

geriátricos de la ciudad de Medellín, mediante un diagnóstico realizado en trabajo de campo,

permitiendo con ello un acercamiento a la realidad que se presentan en dichos hogares. También

se aclara que es una investigación no experimental, ya que no se somete a los adultos mayores en

fase terminal a procesos clínicos de ningún aspecto, evitando con ello generar estrés o

incomodidades. El modelo empleado es el PAM R (Perfil Revisado De Actitudes Hacia La

Muerte), que permite medir las actitudes de los adultos mayores en fase terminal, partiendo de

cinco dimensiones.

Como se menciona anteriormente, se ha procurado darle profundidad a la temática que

aquí se retoma, ya que es de interés para las investigadoras integrar diferentes perspectivas. Se

considera este uno de los aportes que puede brindar este trabajo, este puede ser un punto de

partida para la iniciación de proyectos con actividades que ayuden a la expansión de lo que se

conoce sobre el tema y la apertura hacia otras formas de ver la muerte y la vejez, así como otros

aspectos que no se conocen con seguridad sobre la vida misma. También puede servir de base

para el servicio íntegro que se le puede brindar a esta población, ofreciendo elementos que

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 8

servirán para elaborar planes de desarrollo social encaminadas al logro del bienestar público,

permitiendo con ello un acercamiento a los procesos y significados que se tienen sobre la muerte,

facilitando el proceso de acompañamiento por parte de psicólogos y del personal de salud, tanto

a los sujetos implicados en este trabajo, como a sus familiares y círculos cercanos.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 9

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1. Antecedentes investigativos

Tras una búsqueda realizada en diferentes centros bibliográficos de la ciudad acerca de

las actitudes hacia la muerte, se pudo establecer la pertinencia de los siguientes estudios por su

similitud con el trabajo que aquí se propone:

En primer lugar se encontró un estudio realizado por Uribe, Valderrama & López (2007),

titulado “Actitud Y Miedo Ante La Muerte En Adultos Mayores”, en el cual se evalúa la actitud y

miedo ante la muerte en una muestra de 170 adultos mayores de la ciudad de Cali, Colombia,

mediante el Perfil Revisado De Actitudes Hacia La Muerte (PAM-R) la escala de collet-lester

(1969). En un primer momento se presenta una descripción sociodemográfica de la muestra; la

presentación de los resultados parte del análisis invariado y posteriormente del análisis

descriptivo. Los resultados de esta investigación muestran que la población de adultos mayores

estudiada obtuvo un puntaje medio en todas las escalas, donde el mayor porcentaje se ubica en la

escala de aceptación de escape (87.6%) y aceptación de acercamiento (86.4%). En el puntaje alto

el mayor porcentaje se ubica en la escala de aceptación neutral con un valor de (25.8%.)

finalmente dentro del puntaje bajo, el mayor porcentaje se presento en la escala de evitación de

la muerte (24.1%). Concluyen después de analizar los resultados, que es importante contribuir

desde el campo psicológico al mejoramiento de los procesos de aceptación al duelo en los

adultos mayores.

Otra investigación encontrada fue realizada por Álvarez & Florez (2007) donde

analizaron las actitudes hacia la muerte en un grupo de adultos intermedios y mayores con

enfermedad crónica (hipertensión, diabetes y cáncer) en la ciudad de Bucaramanga. En este

trabajo se desarrolló un estudio correlacional-transversal que exploró la posible correlación de

las actitudes encontradas con la edad, el estrato socioeconómico y sus diferencias según el

género de los examinados. Los participantes del presente estudio fueron 200 adultos intermedios

(40 a 60 años) y mayores (60 a 66 años), 100 mujeres y 100 hombres. Se utilizó el PAM-R de

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 10

Wong, Reker & Gesser (1987) el cual evalúa varias actitudes hacia la muerte (Temor a la muerte,

Evitación, Neutral, Aproximación y Escape). El procedimiento incluyó la aplicación individual

de la escala a cada participante, con un consentimiento informado previo. Se llevó a cabo un

análisis factorial, con una rotación Varimax de los principales componentes, se evaluaron las

correlaciones con algunas variables sociodemográficas y las actitudes hacia la muerte usando el

coeficiente de correlación de Spearman y la prueba F para las diferencias de género. Se

encontraron actitudes de acercamiento hacia la muerte predominantemente y relaciones débiles

no significativas entre éstas, la edad y el estrato de los participantes. El promedio más alto

obtenido en el grupo correspondió a las actitudes de aceptación de acercamiento (53,76), el

segundo promedio fue de (28,75), El tercer lugar de predominancia lo ocupan las actitudes de

aceptación de escape hacia la muerte, con un promedio de 27,32. En el cuarto lugar del promedio

obtenido, se hallan las actitudes de miedo a la muerte con un promedio de 26,06. En el quinto

lugar se destacan las actitudes de evitación de la muerte, con un promedio de 20,30%. Los

resultados de este estudio a su vez, muestran que existen diferencias en las actitudes de

acercamiento, miedo y evitación de la muerte en los participantes femeninos respecto a los

masculinos.

En la investigación sobre ”Diferencias Evolutivas En La Actitud Ante La Muerte Entre

Adultos Jóvenes Y Adultos Mayores” de Uribe, Valderrama, Duran, Galeano y Gamboa (2008)

en Cali, se estudiaron las diferencias evolutivas en la actitud ante la muerte entre adultos jóvenes

y adultos mayores por medio del Perfil Revisado de Actitud hacia la Muerte (PAM-R), con el fin

de identificar variables importantes a la hora de diseñar programas de intervención que permitan

desarrollar estrategias de afrontamiento en relación a la temática de la muerte, teniendo en cuenta

el ciclo vital. Su diseño de tipo no experimental de corte transaccional. La muestra estuvo

conformada por 343 participantes, de los cuales 175 (51%) eran varones y 168 (49%) eran

mujeres y el rango de edad estuvo comprendido entre los 18 y los 88 años. En primer lugar se

hizo una selección de la muestra de adultos jóvenes y adultos mayores; posteriormente se realizó

una descripción socio demográfica de la misma. Los resultados de la aplicación del Perfil

Revisado de Actitudes hacia la Muerte (PAM-R) (Gesser, Wong y Reker, 1988) indicaron

diferencias significativas en cada una de las dimensiones evaluadas de actitud ante la muerte en

función la edad en ambos grupos evaluados pero con respecto al género sólo se observaron

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 11

diferencias en el grupo de adultos mayores. Es importante mencionar que en las otras variables

sociodemográficas, como el estado civil no se encontraron diferencias significativas. Se concluye

que, los adultos mayores aceptan más el tema de la muerte, que las mujeres presentan los niveles

más altos en todas las escalas y que los adultos mayores viudos presentan mayor aceptación y

mejor actitud hacia el tema de la muerte.

De igual forma en la ciudad de Bucaramanga, se llevó a cabo un estudio por Álvarez

Ramírez (2008), titulado:”Actitudes frente a la muerte en un grupo de adolescentes y adultos

tempranos en la ciudad de Bucaramanga”. El objetivo de aquel estudio, de tipo correlacional-

transversal, fue explorar las actitudes frente a la muerte y su asociación con las variables

sociodemográficas: género, ocupación y estado civil. Se realizó un muestreo no probabilístico

con un grupo de 150 adolescentes y 150 adultos tempranos, residentes en la ciudad de

Bucaramanga, Colombia. Los encuestados habían experimentado la muerte ó la enfermedad

crónica o terminal de un ser querido durante un periodo mayor de seis meses. Se utilizó el PAM-

R para explorar las actitudes hacia la muerte (Alpha de Cronbach = 0,893). El procedimiento

incluyó la aplicación del instrumento en sitios públicos de la ciudad con previo consentimiento

informado. Los datos se procesaron en el programa SPSS 15.0. Los resultados mostraron

actitudes de miedo y aceptación de acercamiento hacia la muerte en los dos grupos. En los dos

grupos se hallaron correlaciones débiles entre las actitudes frente a la muerte y la edad (r<-

0,132), el nivel socioeconómico (0,013< r< -0,0181) y el nivel educativo (0,084<r<0,119). Se

encontraron diferencias de género en los adultos tempranos en su actitud de aceptación de

acercamiento hacia la muerte (t=3,607) con p<0,05 y en el estado civil, en evitación de la muerte

(t=3,439) con p<0,05 y aceptación de escape (t=2,414) con p<0,05. Se concluye que las actitudes

frente la muerte son de miedo y de aceptación y que esta ambivalencia es diferente en cada etapa

evolutiva.

1.2. Pregunta de investigación

¿Cuáles son las actitudes hacia la muerte en un grupo de personas mayores entre 60 a 81

años pertenecientes a diferentes hogares geriátricos de la ciudad de Medellín?

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 12

1.3. Justificación

La sociedad contemporánea centra su accionar en el reconocimiento de todo proceso que

redunde en costo y beneficio, buscando priorizar ambos a cualquier coste. Esta es una de las

razones para que hoy por hoy las personas que, por razones de edad o de salud no pueden

ofrecer alternativas de producción terminan, o bien abandonados o exiliados en hogares

sustitutos al propio. El adulto mayor, así, se ve inmerso en una situación altamente inquietante

no solo debido a este alejamiento de su entorno natural, sino respecto al tema de su propia

muerte, con el agravante de una enfermedad terminal, en relación Núñez et al (2007) reconocen

que existen en las personas con el cursar de los años, la aparición de varias entidades clínicas

por diversos factores, que pueden conducir a un estadio terminal más o menos prolongado: el

cáncer, la arteriosclerosis, la hipertensión arterial, la diabetes , las enfermedades crónicas y otras

enfermedades degenerativas, siendo el primero quien aporta mayor número de pacientes

terminales a nuestras áreas de salud.

Resulta fácil decir que la muerte es un hecho natural y universal, que afecta a todos los

seres vivos; a pesar de esto es habitualmente ignorada y, por supuesto, no deseada, en ocasiones

es necesario haberla tenido cerca para darse cuenta de la realidad de dichas palabras. Se pudiese

decir que el tema aun es tabú en muchos entornos familiares, lo cual hablaría de una aberración

social por la permanencia, o la pertenencia, incluso se pudiesen tomar algunos inventos estéticos

y médicos como intentos por mantener el cuerpo intacto del deterioro de los años. Sin embargo,

a veces la muerte ocurre de manera repentina, esto es doloroso sin necesidad de comprobaciones

científicas. Pero en las enfermedades que llevan a situación de terminalidad, característica de los

mayores que participarán de esta investigación, la muerte no aparece de forma inesperada, es

posible "verla venir" casi con fecha fija.

Los adultos mayores con patologías en fase terminal entonces poseen una mayor carga

sobre sí, ya que socialmente se les atribuye incapacidad de producción por su edad, momento

que empieza a considerarse desde los 65 años. A esto se le suma el duelo por el cual deben pasar

debido a su fase terminal, y a esto se le continúan sumando elementos de tipo cultural como la

falta de preparación para la muerte. No es ocupación de las investigadoras abordar estos

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 13

elementos, sin embargo se consideran importante tenerlos presentes al momento de concluir con

dicho proceso. De ahí que sea pertinente reconocer las actitudes que los adultos mayores, de 60

a 81 años, en estado terminal, tienen respecto a la muerte, especialmente en una ciudad

altamente industrializada como Medellín para contribuir en el futuro a la elaboración de

proyectos de solidaridad y apoyo para con estas personas aquí y en otras ciudades.

Con este trabajo se pretende observar cuáles son las dimensiones que predominan en los

participantes, partiendo del instrumento que se aplicará. En el estudio de Álvarez y Flórez

(2008) ”Actitudes hacia la muerte en un grupo de adultos intermedios y mayores con

enfermedad crónica (hipertensión, diabetes y cáncer) en la ciudad de Bucaramanga, los

resultados que se encontraron fueron que de acuerdo con los resultados obtenidos, la actitud

hacia la muerte predominante en el grupo examinado fue la de aceptación de acercamiento; esto

indica que los adultos intermedios y mayores evaluados ven este acontecimiento como la

transición hacia una vida feliz, mantienen una idea integradora acerca de sus vidas y creen haber

cerrado situaciones pendientes consigo mismos, con los demás y con la vida, de tal suerte que su

percepción de lo vivido es plena, lo cual hace que su aceptación del final de ese proceso sea

esperado con agrado. Estos hallazgos confirman la hipótesis de investigación planteada según la

cual los adultos intermedios y mayores presentan actitudes de aceptación hacia su propia muerte.

También se encuentra importante realizar una aplicación del PAM-R (Perfil Revisado de

Actitudes hacia la Muerte) en la ciudad de Medellín, ya que no se han encontrado

investigaciones con este instrumento en dicho territorio.

De igual forma, es importante contemplar a la población adulta en estado terminal

en el proceso de la muerte, ya que “se muere de aquellas enfermedades en las que no se pueden

intervenir o evitar, pero también se muere porque se envejece y se envejece aunque no se esté

enfermo” (Martínez et al, 2008). El agravante que se agrega en esta propuesta de estudio es el

estado terminal de diferentes enfermedades y el estado de adultez mayor, lo que hace a esta

población aun más proclive para el desarrollo de actitudes poco saludables hacia la muerte.

Asimismo, el proceso de la vida determina que a cierta edad se está culminando el ciclo vital, de

ahí que el adulto mayor tome actitudes respecto al sino que se aviene, en este punto es

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 14

importante destacar como se percibe esta situación inevitable, y cómo esta repercute en dichas

actitudes. Asimismo, se entiende que la vejez es un estado en la vida y el envejecimiento un

proceso que sucede a lo largo del ciclo vital. Tanto la vejez como el envejecimiento humano son

objetos de conocimiento multidisciplinares en el sentido en el que el individuo humano es un

entre bio-psico-social. Por esta razón, el individuo envejeciente o viejo es un sujeto de

conocimiento psicológico.

Como se puede apreciar desde ya, las actitudes son múltiples, y las motivaciones muy

heterogéneas, de ahí la importancia de centrar un estudio de casos sobre adultos mayores, de 60 a

81 años, en un espacio como el de la ciudad de Medellín; dicho estudio se justifica en la medida

en que ayudará a determinar las actitudes más comunes respecto a la muerte, así como la

incidencia de las características externas ya descritas. Los servicios de salud de la ciudad de

Medellín, así como los centros geriátricos, se podrán ver beneficiados de esta investigación, al

brindarles un estudio que permita determinar las actitudes que se presentan con mayor

incidencia, tomando con ello las medidas y precauciones necesarias para ayudar a bien morir al

adulto mayor en estado Terminal. Además, se considera el aporte que el estudio puede brindar

también al círculo cercando del adulto mayor, específicamente a sus familiares y amistades,

generando posiblemente un acercamiento ante el adulto que ha sido alejado de su entorno para

recibir cuidados y atenciones que quizá no se podían brindar en el hogar.

Generalmente el hospital se identifica con soledad, separación y abandono, esto a pesar

de la necesidad de mantener al adulto mayor internado para su adecuado manejo médico

(Martínez-González et al, 2008), es por esto que se aspira a que este estudio trazado desde la

perspectiva de hogares geriátricos, ayude al personal que en trabaja en ellos para entrever las

posibles actitudes que se tienen respecto al tema de la muerte y su servicio parta de los miedos,

las aceptaciones o evitaciones que presenten los adultos mayores bajo su custodia.

La Metodología Transversal Descriptiva empleada en esta investigación, aportará

elementos concretos, como las actitudes encontradas y definidas mediante el modelo Perfil

Revisado de Actitudes hacia la Muerte (PAM-R), que se encuentran con mayor repercusión en la

ciudad de Medellín, ampliando el espectro del PAM-R en la medida en que se reconoce en un

caso de aplicación concreto, como el aquí expuesto.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 15

2. OBJETIVOS

2.1. Objetivo general

Identificar las actitudes hacia la muerte en adultos mayores pertenecientes a diferentes

centros geriátricos de la ciudad de Medellín.

2.2. Objetivos específicos

Determinar la dimensión de miedo hacia la muerte en un una muestra de adultos mayores

pertenecientes a diferentes centros geriátricos de la ciudad de Medellín.

Analizar la dimensión de aceptación de acercamiento hacia la muerte en una muestra de

adultos mayores pertenecientes a diferentes centros geriátricos de Medellín.

Describir la dimensión de aceptación neutral hacia la muerte en una muestra de adultos

mayores pertenecientes a diferentes centros geriátricos de Medellín.

Detectar la dimensión de escape hacia muerte en una muestra de adultos mayores

pertenecientes a diferentes centros geriátricos de Medellín.

Identificar la dimensión de evitación hacia la muerte en una muestra de adultos mayores

pertenecientes a diferentes centros geriátricos de Medellín.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 16

3. MARCO TEÓRICO

3.1. Consideraciones acerca de la vejez

Uno de los hechos más significativos en la evolución del pensamiento sobre la vejez es

que se ha constituido en una etapa vital. Siempre se ha hablado de jóvenes y de viejos, mas ahora

la etapa vital llamada vejez se configura con caracteres especiales.

Aunque puede discutirse cuándo empieza en realidad, hay marcas y señales que permiten

identificarla. El discurso profano y el discurso científico indican que la vejez es una etapa de

menoscabo y pérdida. Tanto en el plano de lo visible como en el de los rendimientos, el cuerpo

biológico deja de ser lo que era. Se transforma en sentido negativo, como lo expresa Gutiérrez

(1998) la diferencia entre el cuerpo propio y el cuerpo visto por otros. No es infrecuente, en

personas sanas que envejecen, encontrar que el yo carece de edad. Es, como se dice en inglés, un

ageless self, que el espejo devuelve transformado e irreconocible y que los demás perciben

diferente del sujeto. A veces ocurre el fenómeno inverso. El poseedor del cuerpo lo siente

pesado, achacoso y vulnerable y esa percepción no es compartida por quienes le rodean. Parece

como si las antinomias y las discrepancias se acentuaran.

Está demostrado que no todo el organismo envejece al mismo ritmo. Cada sistema

orgánico tiene el suyo propio, a menudo influido por factores genéticos. Dentro del sistema

nervioso central, los procesos degenerativos no son uniformes. Este factor debe tenerse en cuenta

al hacer afirmaciones sobre el envejecimiento. La heterogeneidad, que es de regla en el

comportamiento, se encuentra también en el substrato biológico de la conducta y la vivencia.

Este segundo ámbito encuentra también expresión en las experiencias colectivas que

marcan a una cohorte completa e imprimen su sello a las generaciones. No es lo mismo

envejecer durante la guerra de Vietnam que durante la Segunda Guerra Mundial. Vivir la

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 17

revolución informática desde sus comienzos implica una experiencia grupal distinta de conocerla

avanzada.

Lo biográfico y lo generacional (la experiencia individual y social) cualifican el discurso

sobre la vejez y la muerte de modo distinto que lo biológico y lo científico en sentido tradicional.

Junto a estos dos ámbitos discursivos, el biológico y el biográfico, existe un tercero, el

ámbito social, al que cabe llamar valórico. Está imbricado con los anteriores de modo tal que su

segregación sólo es producto del análisis. En relación con el envejecimiento y la muerte, los

límites entre lo "natural" y lo "cultural" o lo "artificial" han sido revisados profundamente en los

últimos decenios. Lo más significativo es que el discurso sobre la muerte se ha biologizado al

grado de exigir para ella el carácter de " hecho" o "evento" datable precisamente en el eje del

tiempo y fuera del discurso biográfico y societario. De allí que esta región de lo valórico se

coloree en ocasiones de debate sobre lo que es apropiado según el arte, lo que es bueno para las

personas y lo que es justo para la sociedad: lo propio, lo bueno y lo justo.

Esta región de lo valórico es la región social del "se". Se hacen o se dicen ciertas cosas en

ciertos momentos y todos los miembros de una comunidad reconocen si está "bien" o "mal". El

"reloj social" prescribe el comportamiento según la edad y anticipa qué está correcto y qué

incorrecto. La muerte se hace digna o indigna según quién y cuándo la contemple.

Crucialmente, la vejez es etapa biográfica. Señalada por ciertos atributos exteriores, de

acuerdo al reloj social de cada comunidad, tiene asignados deberes y derechos. Internamente, es

etapa marcada más por lo que se es, que por lo que se hace. No es infrecuente encontrar personas

afectadas por la opinión que de ellas tienen los otros, mantenida a lo largo de años, que contrasta

con la opinión propia.

Sentido y significado de la vejez y del envejecimiento

La dualidad entre la consideración externa y la interna es crucial para entender algunos

problemas psicológicos asociados a esta etapa de la vida. El sentido que dan los demás a una

vida contrasta a veces agudamente con el significado que a sí mismas se dan las personas.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 18

Sentido y significado de la vejez raramente coinciden. Armonizarlos, o al menos aceptar

sus diferencias, es una tarea vital. Se relaciona con el principio de realidad que cada persona

experimenta durante el proceso de maduración. La diferencia reside en que la etapa de la vejez se

asocia a irreversibilidad e imposibilidad de cambio.

El proceso de desvalimiento u obsolescencia (disablement process) que se observa en las

sociedades contemporáneas puede equipararse a una forma de desvalorizar lo que las personas de

edad pueden hacer. La vejez va asociada a una pérdida de aprecio, que es como decir una pérdida

de precio de los servicios de los viejos. Esa pérdida de precio se transforma insensiblemente en

pérdida de valor. Mueren socialmente personas que siguen biológicamente vivas: los leprosos,

los sidosos, los estigmatizados sociales. Aunque reclamen derechos, aunque deseen continuar en

la vida y contribuir a la sociedad, ésta los declara excluidos. Como lo explica Comfort (1977) En

algunas tribus primitivas, y en no pocas sociedades modernas, quienes sufren exclusión y

estigma efectivamente enferman, decaen y hasta mueren. Muchos ancianos experimentan los

efectos de ese proceso de pérdida de precio/valor y con la edad se produce de manera más

dolorosa porque es gradual y plenamente sentido por quienes lo padecen. Se destruyen los lazos

significantes y significativos de a poco. Tal vez por eso la cultura moderna celebra la muerte

súbita como preferible a los antiguos rituales de despedida, ahora tabuizados.

Tal vez el desafío más crucial para una bioética del diálogo y de la responsabilidad sea

dar nuevos sentidos a la vida en la vejez y contribuir a desarrollar una "medicina sostenible".

Está fundada en la solidaridad entre las personas, permite a éstas expresar sus demandas y ofrece

servicios acordes con ellas.

La identidad de las personas que envejecen

La proximidad e inminencia de la muerte cualifica en forma especial a la vejez. Siempre

está presente en la vida, pero en la vejez con mayor nitidez y proximidad. El deseo de morir

aparece con cierta frecuencia. Sin embargo, como en esta etapa de la vida los procesos

depresivos son frecuentes, puede confundirse el deseo de morir como elección libre con síntoma

de un estado patológico. Distinguir ambos estados no siempre es sencillo (Comfort, 1992).

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 19

La importancia de delimitar y especificar lo que determina el comportamiento a medida

que progresa la senescencia reside en las implicaciones éticas. Tanto la enfermedad como el

progreso de la edad inducen dependencia, incapacidad de hacer algo que antes se hacía.

Restricción de la libertad, en suma.

La libertad es el ámbito de la moral. Toda norma de comportamiento carece de sentido si

no hay libertad para aceptarla o rechazarla. O si no hay libertad para entrar al diálogo que

constituye la vida social. Cuando se ha perdido, la propia identidad como agente moral o como

persona autónoma se resiente o pierde.

La construcción del sí mismo y la identidad tiene en la vejez contemporánea caracteres

especiales. Como ya hemos mencionado, en ninguna otra etapa histórica la convivencia de las

generaciones ha sido más polarizada, en términos etarios, que en ésta. Lo que ello significará

para la construcción de las identidades de unas y otras debiera ser materia de análisis y reflexión.

Nuevas formas de relación deberán surgir, pues las nociones de solidaridad, necesidad,

retribución, entre otras, no son suficientes cuando se trata de elaborar relaciones, diseñar

sistemas sociales de apoyo o planear el retiro de la vida laboral activa (Cabello, 1977).

Como la identidad se devela en el contacto, la relación y el diálogo, es importante

observar que, por ejemplo, ser proveedor de bienes y servicios no suele asociarse con la idea del

hombre viejo. En los países desarrollados se ha generado una identidad accesoria para los

ancianos y ancianas: ser "consumidor". Son personas que pueden, si tienen dinero, comprar

tiempo libre, gozar bienes, adquirir propiedades.

En algunas sociedades, la identidad de los viejos está fundada en ser reservorio de la

memoria ancestral o repositorio de sabiduría. Tal identidad tradicional ha quedado relegada a un

segundo plano con la invención de las formas objetivas y concretas de memoria, el libro primero,

el computador después. Las experiencias de un grupo de ancianos en tanto cohorte etaria en el

curso de sus vidas, lejos de constituir ventaja, son negativas (Deepak. 1999).

La generación que vivió las guerras tiene experiencias no solamente desconocidas para

quienes no las tuvieron. Producen además rechazo o desprecio. La irrepetibilidad de los sucesos

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 20

históricos que cada generación vive hace fácil entender la idea de obsolescencia de lo que los

viejos cuentan de su conocimiento de la vida. Se les reconoce la experiencia, pero puede ser

experiencia irrelevante. La identidad como memoria colectiva ha perdido vigencia y sería vano

intentar recuperarla.

Olvidados los pormenores, queda la atmósfera. Desaparecidos los detalles, persiste la

tonalidad. Las personas en la edad avanzada, aunque carecieren de informaciones vigentes o

fueran irrelevantes, mantienen vivos los recuerdos. Y los recuerdos los mantienen vivos a ellos.

Envejecer: algunas consecuencias personales y sociales

Hay tres formas de dependencia que pueden considerarse consecuencias individuales del

proceso de envejecer (Stevenn, 1998).

La primera es la deficiencia o el menoscabo, reversible o subsanable. En la edad

provecta, los individuos suelen tener limitaciones que se experimentan como incapacidades

transitorias. Ya no se puede correr lo mismo que antes, algunos placeres deben ser no solamente

moderados sino modificados. Pero las deficiencias son minoraciones transitorias, que sólo

implican cambios cuantitativos en el discurrir vital. Son subsanables en el sentido de que pueden

anticiparse sus efectos y por ende tienen los individuos la capacidad de adaptarse.

La segunda forma de venir a menos, la discapacidad, significa una objetiva merma

irreversible en alguna o varias funciones sociales. La vista, el oído, el gusto, por sólo mencionar

la sensorialidad que tanto interesa en sus recuerdos a don Santiago Ramón y Cajal, sufren

deterioro cualitativo. Esto es, no sólo disminuyen en agudeza, cambian de carácter. Hay,

definitivamente, acciones que no pueden realizarse, y su pérdida se vivencia como tal, con duelo,

reproche, queja y nostalgia.

Se puede tener menoscabos y discapacidades sin ser minusválido. La minusvalía, tercera

forma de dependencia, implica un reordenamiento total de la vida en función de las

discapacidades o incapacidades que se sufren. Si uno puede admitir una discapacidad parcial, es

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 21

distinta la discapacidad global e irreversible. Esta globalidad e irreversibilidad marcan el

definitivo cambio en el modo de vida que señalan algunos como la principal demanda a las

capacidades de adaptación.

Tanto en lo heteroplástico como en lo autoplástico, esto es, en lo que puede cambiarse en

el entorno y en otras personas como en lo que puede modificarse en el interior de la persona

misma, reconocer las formas de la dependencia, aceptarlas y, si es posible, sacar lo mejor de ellas

constituyen enseñanzas necesarias y útiles. Fundan, en rigor, el discurso relacional.

Cualquier reflexión sobre la vejez y el envejecimiento debe tomar en cuenta la noción de

desvalimiento, relacionado con el proceso de incompetencia, desvinculación o incapacidad

progresiva (disablement) que las sociedades y las personas definen.

El proceso de envejecer es valóricamente ponderado en cada sociedad humana, positiva y

negativamente. En los países occidentales, la retórica habitual consiste en ensalzar la vejez, pero

en la práctica es ésta una etapa de soledad, abandono y pérdida. Precisamente en aquellos

aspectos en los que suele invocarse la solidaridad social suele percibirse un discurso ambiguo,

cuando no equívoco. La mayor demanda de servicios asistenciales en la edad provecta suele

aparecer como un lastre para los rendimientos societarios.

Es por tanto de interés destacar que el proceso de desvalimiento o incompetencia

(Salvarezza, 1995), merece un examen detallado. En los últimos años se ha establecido la

práctica de negar el proceso de incompetencia o desvalimiento. Se proclama, en una ilustrada

apología de la ciencia y de la medicina, que el envejecimiento puede ser una incómoda pero

subsanable inconveniencia, que más valiera ignorar. A la espera, por supuesto, de los avances

milagrosos de la racionalidad instrumental, que derrotarán la vejez y la muerte.

Como es evidente que puede haber menoscabos sin discapacidades y discapacidades sin

minusvalías, es evidente que el proceso de desvalimiento, incapacidad o incompetencia -

enfocado individual y societariamente- no es invariante biológica sino desarrollo biográfico. Por

ejemplo, hay un desvalimiento situacional, que excluye a las personas, según su edad, de ciertos

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 22

contextos; hay un desvalimiento o incompetencia cognitivo, que permite relativizar los

rendimientos atencionales o mnémicos y hasta esperar un coeficiente de pérdida funcional;

existe, en el plano diario, un desvalimiento de orientación y conciencia, por el cual se ponderan

los esfuerzos de un anciano; entre otros, el desvalimiento de locomoción suele adquirir una

capital importancia al momento de proclamar políticas generales de re-empleo para los

senescentes, que este factor encarece o complica de modo importante.

La noción de un complejo proceso de desvalimiento o incompetencia como matriz

conceptual para plantear problemas relacionales no disminuye la importancia de decisiones en

contextos agudos: medidas ordinarias y extraordinarias para salvar o prolongar la vida,

prioridades de atención en servicios médicos, entre otras. Se plantea aquí como herramienta

complementaria para elaborar un estatuto relacional para miembros de generaciones diferentes y

de allí examinar la aplicación de puntos de vista, principios o modelos éticos.

El proceso es complejo en varios sentidos. Primero, porque contiene una dimensión

personal y una dimensión social, no siempre concordantes. Segundo, porque se configura sobre

la base de menoscabos, discapacidades y minusvalías y se expresa en situaciones, rendimientos y

vivencias. Tercero, porque contiene dimensiones valóricas implícitas, no siempre evidentes, que

al generalizarse pueden no hacer justicia a ciertos grupos dentro de la población que envejece.

Cuarto, porque necesariamente una homogeneidad en la conceptualización, si bien favorece el

establecimiento de normas útiles para la generalidad, puede ser inaplicable en casos

excepcionales, vulnerando principios de equidad y justicia. Finalmente, porque permite elaborar

un conjunto de procedimientos para plantear "casos" allí donde estos carecen de la urgencia de

las situaciones inesperadas, heroicas o catastróficas, que suelen atraer la atención al punto de

hacer pensar que constituyen lo más nuclear de la preocupación bioética.

Puede decirse entonces, que lo anterior tiene que ver con la dignidad de la vida humana,

que exige no sólo la tradicional misión terapéutica de la restitutio ad integrum cuando ello sea

posible. También demanda la restitutio ad integritatem, la recaptura del sentido de personal

eficacia y singular autonomía que se pierde en el ineluctable, aunque negado, proceso de

desvalimiento que, rectamente entendido, puede constituir un núcleo de cristalización para una

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 23

bioética cotidiana que ilumine la condición de la ancianidad y el proceso que hacia ella lleva y

que en ella se expresa, el proceso biográfico de envejecer.

Obligaciones y expectativas

La idea de que los más jóvenes tienen obligaciones para con los viejos es muy antigua.

Está implícita en la idea misma de familia como engranaje de generaciones. Cuando se la

examina con mayor detención, sin embargo, se revela insuficiente e incorrecta. La tesis de una

obligación contractual de hijos hacia padres, por ejemplo, es insostenible. No puede haber

contrato allí donde no hubo intención de contraer vínculo. Es el caso de los hijos, que nacieron

sin poder oponerse a ello y sin dar expresa manifestación de voluntad. La idea de contrato como

fundamento de obligación no es útil.

La noción de necesidad también ha sido invocada. Tiene límites relativamente obvios y

diferencias muy marcadas según las personas. La compasión no puede fundar obligaciones. A lo

sumo, una tendencia a ayudar. La idea de solidaridad puede descomponerse al menos en dos

aspectos. La solidaridad vertical, de todo el cuerpo social hacia sus superiores y gobernantes y la

horizontal, de sus miembros entre sí. En la primera forma, se debiera apoyar a los viejos para que

sean ciudadanos cabales. En la segunda, se los debiera ayudar para que entren al diálogo

intergeneracional (Rodríguez Estrada, et al. 1998. Pág. 47).

En el diseño de políticas para la vejez y el envejecimiento saludables, cualquier

disquisición sobre la relación intergeneracional y sus fundamentos exige hoy una sofisticación

conceptual inédita. Las demandas que el envejecimiento poblacional impone a las sociedades no

son evitables ni subsanables con meras declaraciones. Se trata de distribución de recursos y del

bienestar global de la comunidad.

La ética de la calidad de vida en la vejez debe fundarse y fundamentarse sobre

expectativas sobrias, modestas y realizables. Hay que respetar la subjetividad que supone, los

múltiples aspectos que deben considerarse, la complejidad de los planos, la extrema variabilidad

entre las personas y el hecho de que ellas cambian a lo largo de los años.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 24

Lo que a los planificadores y terapeutas puede parecer evidente, o lo que algunos

consideren esencial, si no contempla la opinión de los propios ancianos y su esperable mutación

con la marcha de la edad, se hace impracticable o inútil. En la medicalización de la vida que

actualmente se impone como la metáfora esencial de los sistemas de ayuda, es importante

legitimar las decisiones tomando en consideración la opinión de todos los actores.

De hecho, el diálogo es la herramienta más importante que el discurso bioético ha venido

a aportar a las sociedades modernas. Si bien la medicina es una metáfora social básica, las

formas de ayuda y de inserción social deben incorporar una sensibilidad especial hacia las

relaciones de poder, los contextos en que se interpretan las relaciones humanas y factores

culturales que inciden en el trato otorgado a las personas de edad avanzada.

3.2. Aspectos psicosociales del envejecimiento

Hablar de vejez suele remitir a una larga enumeración de todo lo que se pierde o declina

con la edad. Pérdida de energía, de funciones sensoriales, sumadas a la pérdida del rol social en

la estructura productiva.

Pareciera que el viejo no es más que una sombra descarnada de ese otro ser que fue. La

pérdida del cuerpo joven es uno de los duelos que debe afrontar el adulto mayor. Se jaquea la

estructura narcisista provocando muchas veces el horror frente a su propia imagen. Se toma

conciencia de la finitud. El elemento más angustiante es la reducción de horizonte de futuro, ya

no tiene todo el tiempo por delante.

Es fundamental para un envejecimiento saludable poder sobrellevar la discordancia entre

lo que se es y lo que se parece. Es decir poder aceptar que uno se siente joven, pero que el cuerpo

envejece.

El trabajo de simbolización que la actividad intrapsíquica realiza para elaborar las

transformaciones de la vejez, dependerá de su capacidad para modificar sus aspiraciones. Pone

en funcionamiento el trabajo de duelo. Otra respuesta posible es la retracción narcisista, el sujeto

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 25

se aísla: rechazando toda posibilidad de investidura, facilitando la aparición de síntomas

somáticos. Según Fishbein (1994) la regresión narcisista a la que lleva la injuria del decaimiento

energético toma al cuerpo como objeto redoblando la preocupación por el mismo. Éste es objeto

de la atención y de las miradas. Pero estas miradas tienen que ver con la enfermedad, no con el

erotismo. Se constituye en un cuerpo de necesidades impostergables antes que en la sede del

deseo.

El viejo está expuesto a perder su propio deseo, al no ser mirado, ni tocado, ni escuchado,

salvo en lo que atañe a su enfermedad.

Cuando este repliegue sobre sí mismo tenga características de reminiscencia, el resultado

será conseguir la integridad del sujeto y por consiguiente se favorecerá un adecuado proceso de

envejecimiento.

El sujeto debe hacer un pasaje de sujeto portador-productor a sujeto que cede, trasmite.

También puede adquirir una nueva posición en la parentalidad: la abuelidad. Aceptar la vejez

requiere conservar la alianza con la generación pasada, a la vez que ceder a favor de la nueva.

Según Zarebski (2003) es un trabajo de enlazar pasado, presente y futuro, de reescribir la

propia historia, resignificándola a partir de un presente que fuera de menos trabajos -productivos

y reproductivos- y de menor energía física para realizarlos, resulta favorecido en tanto es trabajo

psíquico y cuyo producto es la renovación incesante del campo representacional.

En consecuencia, la manera de envejecer está determinada por la acción conjunta de

varias causas, pero fundamentalmente por factores socio-psicológicos y ecológicos y solo una

pequeña parte está determinada por factores biológicos. El envejecimiento se manifiesta de

manera diferente en cada individuo (Fernández, 1999).

La perspectiva psicosocial centra su atención en la forma en que los ancianos logran

adaptarse a las condiciones que les ofrece la sociedad, como buscan respuesta a los problemas

que se les presentan y como aceptan las perdidas y frustraciones.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 26

Funciones Cognitivas y envejecimiento

La pérdida de memoria es la principal queja del adulto mayor. Tradicionalmente se

considera que todas las funciones mentales sufren deterioros con la edad. En el envejecimiento la

mayor parte de las funciones mentales se conservan.

La mayor parte de las investigaciones indican la existencia de una lentitud generalizada

en el procesamiento de la información a medida que avanza la edad de una persona.

Muchas personas de edad avanzada mantienen actitudes negativas hacia su

funcionamiento cognitivo.

Los factores que interactúan conjuntamente asociadas a la última etapa de la vida son:

Problemas relacionados con las pérdidas; Trastornos físicos; Trastornos mentales de cualquier

tipo; Reacciones psicológicas propias de la personalidad.

Proceso de adaptación

Integra las experiencias anteriores y requiere de “energía suplementaria” ya que no tan

solo debe adaptarse a su medio, a los cambios de valores, ademas a su propio estado, a su propio

envejecimiento.

Trastornos afectivos

Al no existir nuevas aportaciones para el anciano, este se apega a lo adquirido y

evoluciona dentro de un universo restringido. Esto produce una regresión intelectual que genera

un vacío afectivo el cual conlleva a mayor deterioro por falta de estimulación.

Personalidad y envejecimiento

La personalidad se describe como el conjunto estructurado de características de los que

dispone un individuo para sentir, pensar y comportarse según su propia manera.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 27

Se ha demostrado que el individuo al envejecer conserva las tendencias de su

personalidad a lo largo de la vida adulta y lo que se modifica es lo relacionado con el proceso de

adaptación.

Algunos Cambios Físicos y Mentales en los Adultos de Edad Avanzada

Visión. La presbicia, entendida como la dificultad que tiene una persona para ver las

cosas de cerca, se puede corregir usando anteojos o lentes de contacto; de esta manera, la

mayoría de las personas de la tercera edad que padecen esta enfermedad, pueden ver bien.

Una gran cantidad de adultos de edad avanzada tienen problemas para ver claramente

niveles de profundidad y el color. Algunos presentan serias dificultades para leer escritos con

letras muy pequeñas o muy grandes, ejecutar tareas cerca de los ojos, seleccionar objetos y

comprar alimentos (Fernández, 1999).

Conducir automóviles es muy riesgoso, especialmente en la noche, debido a que los ojos

de las personas de edad avanzada no pueden adaptarse bien a la luz deficiente o tenue, son

bastante sensibles a la luz directa e intensa, y tienen mucha dificultad para situar y leer señales de

tránsito. Además de los problemas mencionados, los trastornos de la visión pueden causar

accidentes dentro y fuera del hogar.

Audición. Dificultad progresiva para oír bien. Limitación para escuchar una conversación

cuando hay ruidos. Aunque muchas personas oyen perfectamente bien durante toda su vida, la

mayoría inicia la pérdida de la función auditiva de manera gradual a partir de los veinte (20)

años. La disminución de la capacidad auditiva normal comienza con las frecuencias más altas y,

a los sesenta y cinco (65) años también se afectan las frecuencias más bajas.

Existen varias soluciones efectivas a los problemas de audición que presentan muchos

adultos de la tercera edad lo cual facilita el proceso orientación-aprendizaje de este importante

sector social.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 28

Fortaleza. Las personas de la tercera edad son capaces de hacer la mayoría de las

actividades que realizan las de mucho menos edad, pero las llevan a cabo con bastante lentitud.

Por lo general, estos adultos tienen menos fortaleza que la que tenían en su juventud; en

consecuencia, presentan dificultades para hacer tareas que requieren resistencia. Estos problemas

pueden superarse con un adecuado entrenamiento físico.

Esqueleto y Músculos. Se encorva la columna vertebral. Disminuye la estatura. Las

funciones musculares se deterioran en proporción mayor cuanto menor haya sido la actividad

física desarrollada en edades anteriores.

Sistema Nervioso. Alrededor de los treinta y cinco (35) años mueren diariamente miles de

los varios millones de neuronas que tienen los seres humanos.

La muerte de tantas células corticales determina un deterioro de los reflejos y torpeza al

ejecutar los movimientos propios del cuerpo. Este fenómeno produce una disminución de

oxígeno cerebral (Fernández, 1999).

Memoria. Aunque en la edad avanzada la función más afectada es la memoria de lo

ocurrido recientemente, existe una compensación efectiva basada en una actitud serena y una

adecuada capacidad de juicio.

Si las enfermedades mentales se tratan a tiempo y adecuadamente, es muy probable una

mejoría significativa de los pacientes.

Repercusiones socioeconómicas del envejecimiento poblacional: El envejecimiento en

general en los países en vía de desarrollo, además de los problemas sociales y de salud que

comparten con los países industrializados, se caracteriza por Rápido crecimiento, Pobreza y

Heterogeneidad e inequidad.

Diferencias de género: La mayor sobrevivencia femenina se traduce en cambios en el

estado civil y económico. Con relación a la salud, a pesar de que las mujeres tienen una mayor

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 29

esperanza de vida, en edades avanzadas presentan mayor morbilidad y limitaciones funcionales

que los varones de la misma edad.

Diferencias rural-urbana: En la áreas rurales se generan condiciones de mayor

vulnerabilidad: Pobreza, trabajo, marginación en programas de bienestar social y de salud. Hay

por lo tanto una menor cobertura de servicios, menor atención en políticas sociales y por mayor

deterioro económico que en las áreas urbanas.

Impacto en las condiciones de salud: Población anciana, Servicios de salud, asistencia,

seguridad y protección.

Familia y envejecimiento poblacional: La familia ha sufrido una serie de cambios a nivel

estructural para adaptarse a las nuevas demandas y exigencias sociales y culturales.

Las funciones básicas de ayuda y sostén son las mismas, Proporciona ayuda, financiera,

Provee cuidados en caso de enfermedad, Brinda estima, afecto y gratificación.

El envejecimiento del ser humano es un proceso natural que consiste en una declinación

progresiva del organismo que comienza antes del nacimiento y que continúa durante toda la vida.

Sin embargo el término “Vejez” no se puede definir por simple cronología, sino más bien

por las condiciones: físicas, funcionales, mentales y salud del individuo.

Principales teorías sociológicas del envejecimiento

Teoría de la actividad (Havighurst & Albrecht, 1953; Lemon, Bengston & Peterson,

1972): Entre sus principales principios están: Sentimientos de bienestar, Ideal para los “viejos

jóvenes”, Actividades sociales “amortiguador”,

Entre sus principales falencias encontramos: No hay asociación causal entre actividad y

satisfacción de vida, Demasiado idealista, No es aplicable a todos los grupos.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 30

Teoría de la desvinculación (Cummings, 1961): Entre sus principales aciertos se

encuentran que: Asegura el funcionamiento óptimo de la sociedad, Permite a los individuos

adaptarse a sus pérdidas, Protege al individuo contra situaciones de estrés.

Y entre sus principales desaciertos: Sujetos activos, Subestima la necesidad de contacto e

interacciones sociales, No tiene que ser definitiva e irreversible, Mayor egocentrismo.

Teoría de la continuidad Maddox (1963) y Atchley (1989,1999)

Lo positivo: Rescata el sentido de identidad del individuo a lo largo de su vida.

Preparación a la vejez Destaca la necesidad de aprender a utilizar diferentes estrategias

de adaptación en diversas situaciones.

Lo negativo: Dificultad para conciliar la idea del desarrollo y estabilidad. Por otro lado se

le mayor importancia a la continuidad “interna” (identidad) y menor importancia a la continuidad

“externa” (familia, contactos sociales) y la cristalización de la personalidad en la edad madura.

Teoría de la modernización: Se caracteriza porque destaca la situación actual del viejo y

resalta la descalificación del viejo en el ámbito laboral. El viejo es relegado socialmente de

manera considerable, siendo que en las sociedades tradicionales el viejo gozaba de un estatus

elevado y era reconocido por su experiencia y sabiduría.

Las innovaciones tecnológicas, el desarrollo industrial y los nuevos valores educativos y

sociales han ido paulatinamente despojando al viejo de su estatus anterior. Los progresos en el

campo de la prevención y la salud han aumentado la esperanza de vida de la población lo que ha

repercutido en el mayor incremento de adultos mayores y por consecuencia, de sus necesidades

sociales y de salud. Lo anterior se traduce en una mayor carga social y un deterioro en sus

condiciones de vida.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 31

Tabla 1: Características sociales en la vejez.

Etapas Edad Crisis Rol Relaciones

Familiares

Fin de la

edad adulta 46-65

Estabilidad

en la carrera

Obligaciones

hacia los hijos.

Ausencia de los

hijos

Parten los hijos

a la vida

independiente

y pareja,

estabilidad

profesional

Familia con

adolescentes

(dispersión)

Salida de hijos

del hogar

(independencia-

nido vacío)

Inicio de la

vejez 66-70

Jubilación

o retiro

Disminución

de ingresos,

adaptación a

nuevos roles y

al tiempo libre

Interacción

intensa de la

pareja

Pareja en la

vida posterior

Vejez plena 71-74 Simbiosis,

Viudez

Perdida de

capacidades,

desarrollo de

mecanismos de

adaptación,

pérdida del

cónyuge

Ruptura de la

díada

fundamental

Fin de la

vejez 75

Invalidez

instituciona-

lización

Pérdida de la

independencia

entrada en

institución

Separación y

aislamientos

recientes

Viejo-joven > 75

Viejo-viejo > 85

Fuente: Elaboración propia

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 32

3.2.1. El anciano y la vejez

Es muy difícil, si no imposible, establecer un criterio aplicable a todos los seres

humanos que defina, con argumentos científicos, cuándo se pasa a la categoría de " viejo".

Consciente de esta dificultad, la Organización Mundial de la Salud establece los 65 años como

inicio de la vejez, reconociendo que es un umbral arbitrario que coincide con la edad de retiro

jubilatorio en gran parte de los países del mundo.

Teniendo en cuenta lo anterior, cuando hablamos de los fenómenos propios de la vejez,

nos referimos a distintos procesos (biológicos, sociales, psíquicos) que por su complejidad

exceden los fenómenos de orden estrictamente evolutivo. Dichos procesos están caracterizados

por su irreversibilidad, universalidad, y por ser impredecibles, aunque no inmodificables.

La vejez puede ser analizada a la luz de la cultura que la produce como un " destino

social", siguiendo a Thoma (1997), condicionado por las características de la sociedad. Por esto

mismo, el presente proyecto jerarquiza trabajar en los siguientes ámbitos: familiar, grupal, social

y comunitario.

El fin del siglo nos enfrenta a cambios cada vez más vertiginosos en el campo de la

tecnología, junto a un avance sin precedentes de determinados valores ideológicos, según los

cuales, el individualismo, la competencia y el consumismo se proponen como modelo a alcanzar.

Ambas situaciones también producen cambios a nivel de la familia (acceso de la mujer al

mercado laboral, multiempleo, etc.) y por lo tanto de los modelos que tenemos para pensarla, ya

que los roles son cada vez más cambiantes. Si para los adultos los roles familiares están cada vez

menos claros, en el caso de los viejos esto se agudiza, debido a la jubilación, la pérdida del poder

adquisitivo, el "descubrir" repentinamente el ocio, los mensajes publicitarios de los que son

objetos, la denominación de " clase pasiva ", etc..

A nivel de la tecnología, es en el campo del acceso y manejo de la información, donde se

registra una de las transformaciones más importantes y vertiginosas. El desarrollo de los medios

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 33

de comunicación, la importancia de la imagen visual junto a los nuevos paradigmas estéticos

(juventud + delgadez = belleza = éxito = salud), así como los adelantos de la informática y la

rapidez son los nuevos productores de deseo y subjetividad.

Dentro de estas múltiples modificaciones a nivel social, es de destacar la relativización

cada vez mayor que nuestra sociedad le asigna a la experiencia de vida, a la transmisión verbal

de la historia y los conocimientos, lo cual implica una incidencia cada vez menor del anciano, de

su rol familiar y social tradicional, y por lo tanto del lugar que ocupa.

El tema de la vejez, debido a su complejidad, puede ser abordado desde perspectivas

teóricas, metodológicas y disciplinarias diferentes y hasta aparentemente contradictorias entre sí.

Teniendo en cuenta esto, cobra especial relevancia la explicitación sobre nuestro abordaje del

campo, que es en definitiva uno de los posibles enfoques dentro del mismo.

En este sentido, recogiendo la experiencia de trabajo del equipo en el campo de la vejez,

planteamos centrar nuestro enfoque en dos temas que consideramos centrales en la producción

de subjetividad de y sobre la vejez en nuestro País: prejuicios sociales y proyecto de vida en la

vejez.

En ese sentido, hay que estar de acuerdo con Salvarezza (1995) cuando sostiene que

debido a lo complejo y relativamente nuevo del tema vejez como tal, "lo que vemos ante

nuestros ojos es una sociedad que va envejeciendo y que nos va planteando interrogantes para los

cuales no tenemos todavía las respuestas, ni científicas ni sociales adecuadas. Esta falta de

conocimientos lleva a que, al no poder contar con los elementos indispensables para hacernos un

verdadero juicio sobre qué es la vejez, necesariamente nos manejamos con prejuicios.

Precisamente esto es lo que ocurre en la mayoría de la sociedad en la cual, la suma de

múltiples y variados prejuicios hacia los viejos configura lo que llamamos viejismo, conducta

ésta que determinará y pretenderá justificar luego, la discriminación de que son víctimas los

viejos. Pero debe quedar muy claro que los viejos no son solamente víctimas sino que también,

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 34

cuando jóvenes, pueden haber sido victimarios, es decir, partícipes de conductas prejuiciosas y

discriminatorias.

En este tema hay algo de lo que sí se está firmemente convencido y es que existe una

relación dialéctica entre la edad como un elemento en la estructura de las relaciones sociales, y al

mismo tiempo como su producto.

Ahora bien, el tema de la vejez ha sido estudiado en múltiples ocasiones, se han

elaborado conceptualizaciones y hecho estudios sobre esta etapa de la vida. Veamos algunos

conceptos relevantes a continuación:

Según Félix Adam (1977), etimológicamente la palabra adulto, de la voz latina adultos,

significa crecer. El crecimiento de la especie humana a diferencia de las demás, se manifiesta de

manera ininterrumpida y permanente desde el punto de vista psico-social y no biológico, que

finaliza en un momento dado al alcanzar el máximo desarrollo de su fisiología y morfología

orgánica. Se la podría definir como la plenitud vital al que arriban los seres vivos en un momento

dado de su existencia, siendo variable según las especies biológicas. En muchas, este estado

aparece temprano y, en otras, más tarde. El período de crecimiento y desarrollo se prolonga

considerablemente en la especie humana y, a diferencia de las demás, se desenvuelven en etapas

sucesivas, en forma prelativa hasta alcanzar progresivamente la adultez.

Papalia & Old (1997), consideran que la edad del adulto se extiende a partir de los veinte

(20) años y establecen tres (3) tipos de adultez: (1) Edad Adulta Temprana (entre los 20 y 40

años), (2) Edad Adulta Intermedia (de los 40 a los 65 años) y (3) Edad Adulta Tardía (después de

los 65 años de edad), siendo ésta la última fase de la vida de la persona.

Envejecimiento

Transformación continua, durante toda la vida, de un organismo (biomorfosis). La rama

de la ciencia que se ocupa del proceso del envejecimiento se denomina gerontología, mientras

que la geriatría constituye la medicina de la vejez. La vejez es hereditaria; la longevidad materna

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 35

y paterna conlleva una edad alta de los descendientes. No existe ninguna medida absoluta de

envejecimiento biológico, ya que los órganos del cuerpo envejecen cada uno de forma diferente.

(Visor, 1999).

Fernández Ballestros, Fresneda y otros (1999) opinan en realidad, el proceso de

envejecimiento empieza cuando se inicia la vida, de forma tal que no hay vida orgánica sin

envejecimiento. Así, podría decirse que el envejecimiento es vida y vivir conlleva,

necesariamente, envejecimiento. A lo largo de ese proceso se producen unos patrones de cambio

y de estabilidad así como de desarrollo y declive.

¿Qué es un viejo?

La mejor respuesta a esta pregunta se encuentra en el libro Creatividad en la Tercera

Edad (1998): la palabra latina vetus (relacionada con la griega etos=año) significa añejo, de

años; y en una etapa posterior se refirió a los muchos años. Parienta próxima suya es la palabra

vetusto. Anciano, viene de antianus, y ésta de ante (como Martianus viene de Marte). Significa,

pues, "el de antes", "la persona de antes". Otra palabra latina es senex, de donde derivan

senectud, senado y señor. Señor traduce la forma señor, que la lengua inglesa aún conserva. En

griego, guérontes significaba por igual los ancianos o los jefes o el senado. El adjetivo gueraios

quiere decir venerable, y el verbo guerairein quiere decir honrar. También en griego, presbytes

significaba viejo. De esta palabra derivan presbicia y presbítero.

Actualmente existe una fuerte tendencia a devaluar la vejez, lo cual ha determinado el

surgimiento y uso frecuente de varios eufemismos para referirse a ella sin nombrarla tales como:

la tercera edad, los viejitos, la edad de la fruición, los años dorados, el otoño, los abuelos.

Personas de Edad Avanzada

Las personas de edad avanzada o de la tercera edad, constituyen un grupo diverso muy

complejo, cada vez con mayor cantidad de miembros, con fortalezas y debilidades individuales,

con un gigantesco inventario de experiencias, con su propio carácter especial, con sus tareas

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 36

específicas de desarrollo y con muchas y variadas oportunidades para continuar su crecimiento

educativo, psicológico y social.

En el presente estudio, las personas de la tercera edad o de edad avanzada, estarán

conformadas por adultos sanos desde sesenta (60) hasta ochenta (80) años de edad.

Tasas de Mortalidad en los ancianos

El aumento relevante en la expectativa de vida a partir de comienzos del siglo XX,

evidencia una notable disminución en la tasa de mortalidad; paralelamente se han manifestado

cambios ocurridos en las más importantes causas de muerte. Han ocurrido menos muertes en

tiempos próximos al nacimiento y como resultado de enfermedades infecciosas, y una mayor

cantidad de defunciones debidas a ciertas condiciones de salud relacionadas con la edad.

Las enfermedades el corazón continúan siendo, la primera causa de muertes de personas

de más de sesenta y cinco (65) años. Otras causas de muerte en personas de edad avanzada son:

cáncer (22%), y apoplejía (10%), seguidos por neumonía, influenza, diabetes, accidentes,

ateroesclerosis, enfermedades del riñón, infecciones bacteriológicas y septicemia. Las muertes

debidas a enfermedades del corazón y apoplejía han descendido en los últimos cuarenta (40)

años pero las defunciones ocasionadas por cáncer han aumentado considerablemente (Barriel et

al., 1995).

Los investigadores del área de la salud han determinado que si los avances de las ciencias

médicas lograran eliminar el cáncer como una causa de muerte, es bastante probable que el

promedio de vida aumentaría en dos (2) años; pero si fuera posible evitar las muertes

ocasionadas por las enfermedades del corazón, se sumarían cinco (5) años a la esperanza de vida

de las personas de edad avanzada.

3.2.2. El anciano y su entorno laboral

Entre las repercusiones laborales y económicas la triste realidad es que el envejecimiento

en las poblaciones de trabajadores tendrá su mayor impacto en la economía, en los sistemas de

producción, en las políticas sociales y en servicios de salud.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 37

Uno de los aspectos más trascendentales en la vida de los adultos mayores es la cesación

de la carga laboral que por mucho tiempo venían desarrollando. Este hecho genera un problema

con la famosa “pensión”. Es por eso que, la jubilación origina un impacto en las personas al

finalizar su vida laboral, sin embargo, esta situación está sujeta a las características del individuo,

porque hay individuos que como están acostumbrados a trabajar, se sienten inútil al no hacerlo.

Para otros, en cambio, es normal la situación, pues lo ven como un merecido descanso de toda

una vida dedicada a laborar.

Por otro lado, se debe tener en cuenta que los factores que marcan el impacto de la

jubilación son el dinero y la salud. A mayor satisfacción laboral, más difícil será el proceso de

jubilación. Los adultos mayores que tuvieron buenos ingresos y supieron administrar bien su

dinero y ahorrar, no se verán afectados por el cese de actividad laboral y realizarán con los

recursos que tengan todas aquellas actividades que nunca pudieron realizar por falta de tiempo.

Por el contrario, aquellos que por alguna razón, adolecen de problemas económicos tendrán que

soportar en algunos casos el abandono de familiares, la pobreza, etc.

En cuanto a estos ingresos económicos: Existen algunos países donde las personas se

empobrecen considerablemente con respecto a su situación previa lo que genera

empobrecimiento, no tener un lugar donde vivir, etc.

Por otro lado, si las políticas para el adulto mayor en un estado, se están ejecutando, al

viejo se le podrá insertar en la comunidad, con programas de vida digna, que se sientan

autosuficientes y que existan formas de apoyo en infraestructura, alimentación, cuidados, etc.

3.3. Sentido de vida en el anciano

Caracteriza a esta etapa la oposición entre la integridad del yo vs. la desesperación

(Loughlin & Argibay, 1998). Sólo el individuo que de alguna manera ha cuidado de cosas y de

personas, y se ha adaptado a los triunfos y desilusiones inherentes al hecho de ser generador de

productos e ideas, puede madurar gradualmente el producto de estas siete etapas.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 38

Erickson (1993) lo designa como "integridad del yo" y señala algunos elementos que

caracterizan dicho estado: es la seguridad acumulada del yo con respecto a su tendencia al orden

y al significado; es la experiencia de que existe un cierto orden en el mundo y un sentido

espiritual ya insoslayable.

Es la aceptación del propio y único ciclo de vida como algo que debía ser y que,

necesariamente, no permitía sustitución alguna; significa así un amor nuevo y distinto hacia los

propios padres, los ancestros y las tradiciones. Aunque percibe la relatividad de los diversos

estilos de-vida, el poseedor de integridad está siempre listo para defender la dignidad de su

propio estilo de vida contra toda amenaza física y económica; porque el estilo de su cultura o su

civilización llegó a ser patrimonio de su alma.

En esta consolidación final, la muerte pierde su carácter atormentador; la falta, la pérdida

de esa capacidad yoica acumulada se expresa en temor a la muerte. La desesperación expresa que

ahora el tiempo que queda es corto para intentar otra vida o para probar caminos alternativos

hacia la integridad. Es como un malestar consigo mismo bajo la forma de mil pequeños

sentimientos de frustración, apego, desgano, vergüenza, duda, ineficiencia, culpa, inferioridad,

confusión de rol, soledad, desconfianza, miedo y tristeza. Son los vestigios no resueltos de

aquellas batallas libradas en cada etapa del desarrollo para conquistar la virtud respectiva.

Lo maravilloso de esta etapa es haber arribado a una plataforma desde donde es posible

mirar atrás con el corazón sereno y descubrir el significado singular de cada experiencia del

pasado. Es poder dar sentido aun a los hechos vividos con dolor y angustia. Y es la oportunidad

para integrar ahora concientemente, las etapas que en su momento no pudieron ser coronadas con

su virtud correspondiente. Como recursar materias para llegar a ser una persona madura.

Sabiduría cimentada sobre la experiencia de toda una vida, y una actitud contemplativa, serán las

virtudes de esta última etapa, destinada a lograr una integración progresiva y creciente, cada vez

más plena de sentido (Bleger, 1966).

Paralelamente crece también la seguridad con respecto a la integridad del otro, base de la

confianza y el primero de los valores de la vida que se vuelve a imponer.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 39

En este proceso es básico superar lo físico, adaptarse al deterioro biológico, a las canas, a

las arrugas, a los cambios y entonces, a partir de allí, fomentar el desarrollo social y espiritual

con la experiencia acumulada. En este concepto vital se valoran mejor las satisfacciones de un

trabajo determinado, de la formación de una familia y de la actividad social. La vejez tiene

entonces su verdadero sentido como etapa de la vida donde se encaran pérdidas importantes,

pero en la que se puede disfrutar y continuar creciendo como seres humanos.

Es posible, pues, afirmar que las facetas de la tercera y de la cuarta edad son tantas

cuantos son los ancianos, y que cada persona prepara la propia manera de vivir la vejez durante

toda la vida. En este sentido, la vejez crece con nosotros. Y la calidad de nuestra vejez dependerá

sobre todo de nuestra capacidad de apreciar su sentido y su valor, tanto en el ámbito meramente

humano como en el de la fe. Ese es el secreto de la juventud espiritual, que se puede cultivar a

pesar de los años.

Rectificar la actual imagen negativa de la vejez, es una tarea cultural y educativa que

debe comprometernos a todos. Existe la responsabilidad con los ancianos de hoy, de ayudarles a

captar el sentido de la edad, a apreciar sus propios recursos y así superar la tentación del rechazo,

del auto-aislamiento, de la resignación a un sentimiento de inutilidad, de la desesperación. Por

otra parte, existe la responsabilidad con las generaciones futuras, que consiste en preparar un

contexto humano, social y espiritual en el que toda persona pueda vivir con dignidad y plenitud

esa etapa de la vida.

La experiencia que los ancianos pueden aportar al proceso de humanización de nuestra

sociedad y de nuestra cultura es más preciosa que nunca, y les ha de ser solicitada, valorizando

aquellos que podríamos definir los carismas propios de la vejez (Muchinik, 1984)

La gratuidad. La cultura dominante calcula el valor de nuestras acciones según los

parámetros de una eficiencia que ignora la dimensión de la gratuidad. El anciano, que vive el

tiempo de la disponibilidad, puede hacer caer en la cuenta a una sociedad “demasiado ocupada”

la necesidad de romper con una indiferencia que disminuye, desalienta y detiene los impulsos

altruistas.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 40

La memoria. Las generaciones más jóvenes van perdiendo el sentido de la historia y,

con éste, la propia identidad. Una sociedad que ignora el pasado corre el riesgo de repetir más

fácilmente los errores de ese pasado. La caída del sentido histórico puede imputarse también a un

sistema de vida que ha alejado y aislado a los ancianos, poniendo obstáculos al diálogo entre las

generaciones.

La experiencia. Vivimos, hoy, en un mundo en el que las respuestas de la ciencia y

de la técnica parecen haber reemplazado la utilidad de la experiencia de vida acumulada por los

ancianos a lo largo de toda la existencia. Esa especie de barrera cultural no debe desanimar a las

personas de la tercera edad, porque ellas tienen muchas cosas qué decirnos a las nuevas

generaciones y muchas cosas qué compartir.

La interdependencia. Nadie puede vivir solo; sin embargo, el individualismo y el

protagonismo ocultan esta verdad. Los ancianos, en su búsqueda de compañía, protestan contra

una sociedad en la que los más débiles se dejan con frecuencia abandonados a sí mismos,

llamando así la atención acerca de la naturaleza social del hombre y la necesidad de restablecer

la red de relaciones interpersonales y sociales.

Una visión más completa de la vida. Nuestra vida está dominada por los afanes, la

agitación y, no raramente, por las neurosis; es una vida desordenada, que olvida los interrogantes

fundamentales sobre la vocación, la dignidad y el destino. La tercera edad es, además, la edad de

la sencillez, de la contemplación. Los valores afectivos, morales y religiosos que viven los

ancianos constituyen un recurso indispensable para el equilibrio de las sociedades, de las

familias, de las personas.

3.4. Actitud

La actitud que presentan adultos mayores en relación con la muerte se han denominado

dimensiones como: dimensión de miedo, Dimensión de aceptación de acercamiento, dimensión

aceptación neutral, dimensión de escape y dimensión de evitación hacia la muerte por (Wong,

Reker & Gesser, 1997).

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 41

3.4.1. Dimensión de miedo hacia la muerte

Se refiere específicamente a la respuesta consciente que tiene el ser humano ante la

muerte, en donde las variables mediadoras se relacionan con el temor a la pérdida de sí mismo, a

lo desconocido, al dolor y al sufrimiento, el bienestar de los miembros supervivientes de la

familia. El miedo surge como resultado de la falta de significado de la propia vida y de la propia

muerte.

Si bien el individuo siempre se interroga acerca de la muerte, algunas veces desde la

realidad y otras desde la fantasía, este interrogarse toma otras características en esta etapa: la

muerte se hace presente, aparece como propia, ya no son otros los únicos que mueren, no está

cerca o lejos, ahora la pregunta es sobre la propia muerte.

Pero además de peculiar y de angustioso, este encontrarse con la idea de la muerte

permite preguntarse por otras pérdidas, resinificarlas y abordar duelos no elaborados en su

momento.

También la toma de contacto con la idea de la muerte, al igual que la de tiempo, aparece

ligada a distintas circunstancias que la desencadenan (muertes cercanas, enfermedades,

alejamiento de los hijos, separaciones, jubilación, etc.) No es posible vivir la propia muerte

porque no hay registros ni en la conciencia ni en el inconsciente de su experiencia.

La única vivencia cierta es la de “no ser” a través del conocimiento que nos da la muerte

de otros seres vivos. La idea de la muerte suscita temores desde dos perspectivas: en relación al

acto de morir y al “después” de la muerte. Ya sea que se considere al morir como el fin o como

el tránsito a otra cosa, despierta temor. Sentimientos de posible sufrimiento, pero en especial de

extrema soledad y desamparo. El temor a morir solo, o a enfermarse sin recibir asistencia, es

muy común.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 42

3.4.2. Dimensión de aceptación de acercamiento hacia la muerte

Está relacionado con la actitud de rechazo ante el tema de la muerte y toda situación,

dialogo, lugar, que se asocie con la misma.

3.4.3. Dimensión de aceptación neutral hacia la muerte

Definida como la ambivalencia presente en la persona ante el tema de la muerte,

expresada en un temor normal ante la muerte, pero también en su aceptación ante su posible

llegada, en donde la acepta como un hecho innegable en la vida y se intenta aprovechar en lo

máximo la vida que se tiene.

Aunque se interiorice la idea de la muerte como final, como no- existencia, se ubica el

centro del enfoque en el vivir. De ahí que si se considera a la muerte como inherente y necesaria

a la vida, se valoriza el tiempo de vivir.

Ya la magia y la omnipotencia no le llevan a decir “yo no”. Se puede tener una

aceptación pasiva de la muerte, resignada, con sufrimiento y repliegue, que lleva implícito una

espera aunque todavía no esté anunciada.

La muerte no es propia de ninguna edad, aparece en cualquier momento, pero es sin duda

más esperable en la vejez.

3.4.4. Dimensión de escape hacia muerte

Relacionado con creencias religiosas, en donde se tiene una mayor confianza y está

presente la creencia de una vida feliz después de la muerte (Dixon & Kinlaw, 1983 citado por

Gala et al., 2002).

Algunos sienten alivio si su creencia los lleva a pensar en nuevas vidas o

reencarnaciones, como los orientalistas, o bien al encuentro con Dios o con seres queridos.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 43

La creencia en la existencia de Dios o en que existe vida después de la muerte, pueden

generar en la persona la aceptación de la misma como parte integral de la misma, y por tanto,

generar una actitud de acercercamiento. Según Harding, Flanelly, Weaver y Costa (2005), se

podrían dar correlaciones positivas entre las creencias religiosas y la aceptación de la muerte,

pues disminuye la ansiedad.

3.4.5. Dimensión de evitación hacia la muerte

Se presenta en las personas que carecen de habilidades de afrontamiento eficaz para

enfrenar el dolor o los problemas de la existencia; por tanto, la muerte se puede convertir en una

alternativa y puede ofrecer el único escape ante las emociones negativas.

El individuo anula la percepción este evento, para el YO es la esencia del rechazo de lo

doloroso. Si una situación es demasiado intensa para poder manejarla simplemente el ser humano

se niega a experimentarla. Este mecanismo usualmente opera junto a otras defensas.

Generalmente esta evitación se da por miedo a lo desconocido y porque en general inguna

persona desea morir

3.5. La Muerte

Se podría decir que la meta de la vida, bajo el supuesto anterior, es la muerte. Freud

empezó a considerar que “debajo” o “a un lado” de las pulsiones de vida existía una pulsión de

muerte. Empezó a defender la idea de que cada persona tiene una necesidad inconsciente de

morir. La vida puede ser un proceso bastante doloroso y agotador para la gran mayoría de las

personas existe más dolor que placer, algo, por cierto, que nos cuesta trabajo admitir. La muerte

promete la liberación del conflicto.

Freud (1978) se refirió a esto como el principio de nirvana. Nirvana es una idea budista

usualmente conocida como “cielo”, aunque su significado literal es “soplido que agota” como

cuando una llama de una vela se apaga suavemente por un soplido. Se refiere a la no-existencia,

a la nada, al vacío, lo que constituye la meta de toda vida en la filosofía budista.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 44

Tal como se explican estos conceptos de las pulsiones, del dolor, de la muerte, se

consideran de especial relevancia para la investigación en la medida en que casi todos se refieren

a emociones, temores o angustias por las que pasa el paciente crítico en la Unidad de Cuidados

Intensivos. Ellos experimentan de manera vívida estas emociones, por ejemplo, para estos

pacientes la muerte es un estado real, sienten que en cualquier momento podrían morir debido a

su situación médica.

Desde esta perspectiva la evidencia cotidiana de la pulsión de muerte y su principio de

nirvana está en el deseo de paz, de escapar a la estimulación, en la atracción por el alcohol y los

narcóticos, en la propensión a actividades de aislamiento, como cuando se permanece inmerso en

un libro o una película y en la apetencia por el descanso y el sueño. En ocasiones esta pulsión se

representa de forma más directa como el suicidio y los deseos del mismo. Y en otros momentos,

tal y como Freud decía, en la agresión, crueldad, asesinato y destructividad.

Por otro lado, la concepción de la muerte y los sentimientos asociados a ella son de gran

relevancia a la hora de observar y tratar a un paciente en estado crítico, porque en muchos casos

el asecho mortal es inminente. Es necesario entonces, tener en cuenta alguna de las

recomendaciones de Fonnegra (1999) sobre el particular.

La doctora asegura que aceptar la condición de ser mortales y vivir de conformidad con

ella implica, reconocer como inevitables estos momentos de la vida y admitir como propios

también los sentimientos profundos de despojo, de perdida. Es admitir la vulnerabilidad

inherente al ser humano. Lo contrario sería recubrirse con una armadura emocional que

imaginariamente nos hace inmunes al peligro y al dolor, pero que en realidad nos empobrece,

quitándonos la posibilidad de sentir también lo bueno, lo reparador, lo que consuela, lo amoroso.

Aun en este fin de siglo, es privilegio de unos pocos reaccionar libre y espontáneamente ante un

dolor, desobedeciendo el mandato de aceptar con resignación que nacimos para sufrir.

La medicina es una profesión curativa. Los médicos deben descubrir la enfermedad,

tratarla y eliminarla; en términos generales, por definición, sus esfuerzos está orientado a ayudar

a las personas a vivir más y a funcionar mejor. Este enfoque de la práctica médica es casi una

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 45

visión de túnel a favor de curar cualquier costo, de luchar sin cuartel por la vida, sin importar sus

circunstancias ni su calidad. Sin proponérselo, ha ido dejando de lado un enfoque más claro y

amplio que incluye la atención médica y humana adecuada para el paciente en trance de morir.

En otras palabras, cuando el propósito de la medicina se define solamente en términos de curar y

prolongar la vida, nos hay directrices para asistir al moribundo.

En esta época, la muerte ya no se considera un proceso natural e inevitable si no algo que

debe combatirse con todas las armas de la biotecnología. Cuando ello ya no es posible, su

significado es trivializado”, “no hay nada más que hacer”, “todos nos vamos a morir”, “no se

preocupe, es posible que yo me muera antes que usted”, suelen decir los médicos.

No abandonar a un paciente es, el compromiso ético más importante de un médico.

Consiste en acompañarlo en el trayecto de la enfermedad, no importa que rumbo tome esta ni

cual sea su desenlace. Esta es la esperanza que muchos abrigamos: contar al final con un medico

amigo, con un profesional humano que, consciente de nuestra condición de seres mortales nos

permita morir en su compañía, con los síntomas aliviados y respetando nuestra autonomía

(Fonnegra, 1999)

Para muchos morir en una unidad de cuidados intensivos, con su aislamiento y su infinita

soledad en medio de tantos extraños, anula o desploma de un tajo la esperanza de no estar

abandonados en las últimas horas. De hecho, mueren abandonados a las buenas intensiones y a

los alcances tecnológicos de un equipo profesional altamente entrenado y capacitado, pero ajeno

e impersonal.

Por ello, hay que tener en cuenta que la muerte se ha desplazado desde la intimidad de

los hogares a los centros hospitalarios, sin que éstos reúnan las condiciones adecuadas para

asegurarles a los pacientes una muerte digna. El equipo de salud tampoco está preparado para

manejar las complejas interacciones que le demandan el paciente moribundo y su familia. Desde

los años 50 aproximadamente la tanatología potencia la aparición de asesoramiento y terapia

para todos los que están implicados en el proceso de morir: paciente, familiares y médicos,

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 46

centrándose en aliviar los sufrimientos de los enfermos y en no reprimir sus emociones. La

experiencia de la muerte lleva implícitos sentimientos de soledad y de angustia.

Las obligaciones actuales del médico comprenden no prolongar el proceso de morir,

decirle la verdad al enfermo con respecto a la gravedad de su situación, si éste se lo solicita, y

facilitar una elección inteligente para el paciente presentándole con veracidad las alternativas

terapéuticas y lo que puede esperar de ellas.

3.6. Las perspectivas bajo las cuales puede ser asumida la muerte

Se debe asumir la muerte como lo que es, la etapa final de la vida, pero necesariamente a

través de ella. Mientras se asuma a la muerte como un fenómeno ajeno a nuestra vida y no como

un componente más de ella, no se podrá reflexionar sobre como asumir la muerte de una manera

más digna, más personalizada, más existencial, y es que precisamente el temor a la muerte nos

sigue dominando, aun cuando pensemos que estamos ya despojado a tales temores y fobias, lo

que sin lugar a dudas, ha cambiado, no es la fobia a la muerte sino la manera en que se la

enfrenta.

A menudo cuando una persona está gravemente enfermo se le trata como a una persona

sin derecho a opinar, no se tienen en cuenta sus sentimientos, deseos, valores, olvidan que tiene

derecho a ser escuchada. Es evidente que los enfermos, los ancianos, sufren más, no físicamente

quizás, pero sí emocionalmente, por lo que el contacto interpersonal debe crecer, ser mayor en

este sentido y así estaríamos enfrentándonos a la realidad de la muerte, aceptándola como tal.

De esta manera, la llegada a la adultez mayor pone a la persona ante un sinnúmero de

cambios y pérdidas que repercuten de una u otra manera en la calidad de vida, su estabilidad

emocional, y trae consigo la conciencia de saber que la muerte está cada vez más cerca. En la

cultura occidental se evade con mayor frecuencia la temática, debido a que es considerada un

tabú y se asocia con miedo a lo desconocido, al dolor y el sufrimiento, generando una negación

permanente y colectiva, (Vilches, s.f.).

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 47

Las respuestas de los viejos ante el tema de la muerte pueden dividirse en dos grandes

bloques:

1. Mientras goza de facultades físicas para mantener los patrones de consumo de ocio que

establece el modelo oficial de la Cultura de la Ancianidad se concibe como un insulto que

alguien hable de la muerte. Principalmente si lo menciona un joven.

2. Cuando los sujetos seniles viven el deterioro físico como un hecho duro de soportar y sienten

que van aproximándose a la muerte, hablan del tema con una tranquilidad que contrasta con

la actitud observada en períodos anteriores.

A medida que el sujeto envejece los amigos van muriendo, los lugares que formaban

parte de los referentes vitales han sido transformados y van desapareciendo los elementos

externos que conforman su identidad.

Al llegar al período vital, hablar de la muerte se convierte en un hecho natural, y se

empieza a aceptar. Alguien decía: “No me siento viejo, la vejez no quiere decir nada, salvo el

dolor de una etapa donde los compañeros de una vida comienzan a dejarnos. Cuando muere

un amigo con él se va una parte”.

Ante ello diferentes mecanismos de defensa se ponen en juego:

La idealización para Freud, es un proceso que afecta al objeto, engrandeciéndolo,

exaltándolo psíquicamente sin que cambie su naturaleza. La idealización de la muerte se

presenta ante todo quienes padecieron una vida de privación. Avizoran la muerte como un

encuentro como la paz.

La renegación concierne no solo a una afirmación que se impugna, sino a un derecho

o bien que se rechaza. Estas dos posiciones participan de nuestra actitud frente a la muerte y

frente al que está por morir.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 48

3.6.1. Actitud frente a la muerte en adultos mayores en fase terminal

El envejecimiento según Pérez (2006), es un proceso dinámico, gradual, progresivo e

irreversible. Según la teoría de Ericsson (1963), todos los seres humanos en las diversas etapas

del ciclo vital atravesamos por una serie de crisis que permiten o no superar los cambios que se

presenten en cada una de ellas, pero específicamente en la adultez mayor la crisis se relaciona

con la evaluación que hace la persona de su vida, en donde por un lado, puede aceptar la manera

como ha vivido, se muestra interesado por encontrar motivaciones y lograr un sentido de

integridad, desarrollando lo que denomina el autor «sabiduría», que le permite tener una mayor

aceptación de su muerte.

En el caso contrario el adulto mayor, en fase terminal, puede desarrollar la

«Desesperanza» en donde no acepta la realidad inevitable de los cambios y la muerte, siente que

el tiempo y las oportunidades en su vida se han agotado, generando sentimientos de amargura y

desesperación por el tiempo perdido, lo cual le dificulta sobrepasar los cambios propios de esta

etapa de desarrollo.

El adulto mayor posee cierto nivel de sabiduría producto de los años y experiencias

vividas en diferentes momentos históricos y ambiente social y deseos de mantener su propia

independencia mientras le sea posible. Las personas acumulan un caudal de experiencias,

condiciones de salud y aptitudes. Por tales razones, el comportamiento y los niveles de

funcionamiento son diferentes aún entre personas de la misma edad (Palliat, 2002). Si bien es

cierto que la gran mayoría de las personas de 60 o más años se mantienen activas y saludable,

hay algunas, que tienen condiciones emocionales tales como: depresión, miedos intensos,

ansiedad, coraje persistente, frustración y soledad; otras padecen problemas ocasionales que las

agobian, como la pena y la depresión causadas por la muerte de seres queridos y el padecimiento

de limitaciones físicas o enfermedades. Estas circunstancias o la combinación de ellas, afectan la

independencia, la imagen propia y el sentido de respeto y confianza en sí mismo (Beers & Mark,

2002).

La muerte, a pesar de ser un hecho natural, es un tabú en la sociedad actual. El ser

humano nace y su vida toma forma, pero de repente un día todo se trunca, y ese día

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 49

aparentemente igual a los demás, por enfermedad, accidente o en algunos casos por voluntad

propia, la persona muere. Ésta constituye un acontecimiento especial en la vida; en muchos

aspectos la muerte en la vejez presenta una cualidad diferente a la muerte de individuos de otras

edades. En la persona mayor es menos trágica, parece más justa que en un joven donde la

circunstancia de su muerte es probable que sea traumática, en cambio los ancianos moribundos

aceptan el hecho de que la vida es finita y puede parecer algo natural (Sanchez, 1999). La muerte

es el resultado de la ruptura del equilibrio biológico y físico-químico que mantiene la vida, por lo

que el cese de las funciones fisiológicas del cuerpo, el riesgo de morir o de entrar en contacto

con la muerte de “otros” cercanos, es mayor para quien obviamente, transite por la séptima u

octava década de la vida. La muerte propia o ajena, puede enmarcarse siempre dentro de una de

las tres dimensiones siguientes: muerte impersonal (“yo-el hecho”); muerte interpersonal (“yo-

tú”); muerte interpersonal (“yo-yo”) (España, 2001).

Con frecuencia los enfermos moribundos atraviesan diversas fases descritas por Elizabeth

Kubler-Ross: negación, agresividad, pacto, depresión y aceptación. El enfermo expresa su deseo

de morir en cualquiera de estas fases, pero la experiencia demuestra que muchos de ellos

reclaman la muerte en una fase de rebelión o desesperación, después cuando se sienten aliviados

y acompañados, le encuentran significado a la última fase de su vida. Las denominadas

manifestaciones psicológicas de la muerte, se observan en los distintos niveles de respuesta,

aunque lo cognitivo, lo afectivo y lo conductual están tan interrelacionados y son tan

interdependientes uno del otro que no siempre es posible hacer diferenciaciones exactas, pero

resulta imprescindible hacer algunas particularizaciones para que los especialistas de geriatría

puedan identificar indicadores de alteraciones psicológicas de la muerte en las personas ancianas

(Schmidt, 2000).

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 50

4. METODOLOGÍA

4.1. Enfoque metodológico

Al hacer el mejor esfuerzo para llevar a cabo esta investigación, se decidió que el método

más conveniente para alcanzar los objetivos propuestos es cuantitativo ya que permite examinar

los datos de manera numérica, especialmente en el campo de la estadística. Este enfoque facilita

medir las variables que se han establecido sobre las características del fenómeno a acercarse, al

igual que las diferentes dimensiones que se desean evaluar sobre las actitudes hacia la muerte:

miedo, acercamiento, aceptación neutral, escape y evitación hacia la muerte por medio de la

utilización o aplicación del inventario perfil revisado sobre las actitudes hacia la muerte (PAM-

R) que permite la recolección y análisis de datos en forma estadística, para así poder descartar o

confirmar las hipótesis formuladas.

4.2. Tipo de investigación

Teniendo en cuenta el tiempo en que se realiza, este ejercicio investigativo es de tipo

sincrónico ya que se procede en un solo momento. Según la fuente de datos es una investigación

de campo porque existe contacto con la muestra de adultos mayores pertenecientes a centros

geriátricos de la ciudad de Medellín y se apoya en información que proviene del instrumento a

aplicar Perfil Revisado De Las Actitudes Hacia La Muerte (PAM-R) y de acuerdo a la finalidad

es una investigación aplicada, ya que busca confrontar la teoría con la realidad, es decir, se desea

contrastar los resultados obtenidos con la aplicación de este inventario con la teoría de las

actitudes hacia la muerte (Sampieri, 2006).

4.3. Nivel de la investigación

Atendiendo a las expectativas fijadas en los objetivos y a la delimitación del objeto

de estudio desde sus alcances, la presente investigación se enmarca en un nivel descriptivo

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 51

porque se recolectan, miden y analizan los datos de manera independiente, sin hacer relaciones

causales; se hace una descripción y se define lo que se quiere investigar. Además no se busca

hacer predicciones a partir de lo que se encuentre, aunque se desea que sirva para futuros

proyectos de intervención para con este tipo de población.

4.4. Diseño de investigación

Esta investigación esta diseñada para que no sea de tipo experimental, ya que no se

realiza ningún tipo de manipulación o control directo de variables. Por el contrario, lo que se

pretende es observar las actitudes hacia la muerte en la muestra. Se observarán situaciones

existentes ya mencionadas no provocadas intencionalmente en la investigación, es decir, se

identificarán las actitudes hacia la muerte sin someter a los adultos mayores a factores

estresantes, aplicando el inventario en su medio natural para luego analizar los resultados

obtenidos.

4.4.1. Esta Investigación es de tipo transeccional o transversal

Ya que se recolectaron los datos sobre cinco dimensiones de un mismo aspecto, actitudes

hacia la muerte. Aquí se detallarán las variables al tiempo que se analizará su incidencia mismo

momento, es decir, se tomará toda la muestra de ancianos y se les aplicará el Perfil Revisado De

Actitudes Hacia La Muerte (PAM-R) para recoger la información en un momento temporal

especifico, lo que hace que esta investigación sea de tipo sincrónico para así identificar las

actitudes hacia la muerte y su efecto en la muestra de adultos mayores (Sampieri et al., 2006).

4.5. Población

La población de esta investigación de referencia la constituyen ancianos de ambos sexos,

con edades entre 60 y 81 años de edad, la cual alberga un número aproximado de 50 adultos

mayores pertenecientes a diferentes centros geriátricos de la ciudad de Medellín.

4.6. Muestra

Para efectos de la recolección de la información se cuenta con una muestra representativa

de la población total; está constituida por 50 ancianos adscritos a los diferentes centros

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 52

geriátricos que se encuentran en una fase terminal y que voluntariamente decidieron participar de

esta investigación. No se discriminan por género, lo que quiere decir que es un grupo mixto; se

encuentran en un rango de edad entre los 60 y 81años.

4.7. Criterios de selección

4.7.1. Criterios de Inclusión

Para que un adulto mayor pueda participar de esta investigación debe padecer alguna

enfermedad en estado terminal, tener entre 60 y 81 años, debe pertenecer a algún centro

geriátrico de la ciudad. Además debe contar con la voluntad y disposición para resolver cada uno

de los ítems, a parte de la habilidad para leer y escribir.

4.7.2. Criterios de exclusión

Serán excluidos los adultos mayores que no pertenezcan a ningún centro geriátrico de

la cuidad, cuya edad no alcance los 59 años ó supere los 85. De igual modo, los ancianos que

presenten algún trastorno psiquiátrico o cualquier otro trastorno que le impida resolver con

eficacia la prueba que se aplicará.

4.8. Instrumentos

Al hacer el rastreo bibliográfico se vio la dificultad para encontrar un instrumento que

midiera con mayor precisión las actitudes hacia la muerte en la tercera edad. Luego de lecturas

analíticas sobre la temática, se pudo encontrar este instrumento que posee las características para

recolectar la información necesaria para alcanzar el objetivo propuesto por las investigadoras:

El estudio de la muerte es ahora un campo de investigación fértil.se ha desarrollado

varios instrumentos para evaluar las actitudes hacia la muerte (por ejemplo, Collet y Lester,1969;

Gesser,Wong y Reker, 1987-1988; Hooper y Spilka,1970; Marshall, 1981; Neimeyer,

Dingemans y Epting;1977). En términos de aplicaciones, se a puesto el énfasis en la educación

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 53

sobre la muerte para profesionales de la salud (Amenta, 1984; Kalish, 1976; Wass, Corr,

Pacholski y Forfar, 1985).

PAM-R es una revisión del PAM, es un instrumento multidimensional de medida de las

actitudes hacia la muerte desarrollado por Gesser y otros (1987-1988). El PAM consiste en

cuatro dimensiones derivadas factorialmente: a) miedo a la muerte, al proceso de morir)

aceptación de acercamiento (la visión de la muerte como la puerta hacia una vida feliz después

de la muerte) y c) aceptación de escape (la visión de la muerte como el escape de una existencia

dolorosa) y d) aceptación neutral (la visión de la muerte como una realidad que ni se teme ni se

le da bienvenida).

En nuestra investigación sobre el PAM con estudiantes universitarios y adultos de

mediana edad, descubrimos que alguno de ellos prefería evitar el tema de la muerte. Aunque

tanto el miedo a la muerte como su evitación presuponen una actitud negativa, hay que hacer una

distinción entre los dos en el miedo la persona confronta la muerte y los sentimientos de miedo

que esta evoca. En evitación es un mecanismo de defensa que mantiene la muerte fuera de la

consciencia. En otras palabras, dos personas pueden tener una actitud negativa hacia la muerte,

pero una siempre muestra un alto grado de miedo mientras que la otra lo muestra de evitación.

Esta consideración llevo a concluir la subescala de evitación de la muerte, de siete ítems, en el

PAM-R. (Gesser, 1988).

Debido a que estamos interesados principalmente en las actitudes hacia la muerte,

eliminamos los ítems relacionados con el proceso de morir en la dimensión miedo a la muerte/

proceso de morir del PAM, añadimos nuevos ítems sobre miedo a la muerte, y acortamos el

nombre de esta dimensión llamándola miedo a la muerte. También se añadieron ítems

adicionales en las tres subescalas de aceptación. Como resultado, la PAM original de 21 ítems se

amplió a 36.

Para determinar empíricamente la validez aparente de las cinco dimensiones del PAM-R,

pedimos a 10 jóvenes, a 10 adultos y a 10 ancianos que situaran cada ítem en la categoría que

consideraban que era más apropiada a nivel conceptual. En los 36 ítems hubo, en la calificación,

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 54

un acuerdo con nuestro criterio del 70%. De hecho, la mayoría de ítems excedían el 90% de nivel

de acuerdo. (Gesser et al., 1988).

Aunque el PAM es adecuado psicométricamente, el PAM-R es más exhaustivo y

conceptualmente más puro. Por lo tanto, los datos que hemos recogido nos convencen bastante

de que el PAM-R es que representa un amplio espectro de actitudes ante la muerte el cual se

miden cinco dimensiones: aceptación de acercamiento, consta de diez ítems

4,8,13,15,16,22,25,27,28,31(33.3% de la varianza) miedo a la muerte, de 7 ítems

1,2,7,18,20,21,32 (13.4% de la varianza) evitación de la muerte, 5 ítems 3,10,12,19,26 ( 7.7% de

la varianza) aceptación de escape 5 ítems 5,9,11,23,29 (6.0% de la varianza) y aceptación neutral

5 ítems 6,14,17,24,30 (5.7% de la varianza). Los cinco componentes representan el 66.2% de la

varianza. (Gesser et al., 1988).

Fiabilidad del perfil revisado de actitudes hacia la muerte muestran los coeficientes alfa

de consistencia interna y los coeficientes de estabilidad en un test-retest de cuatro semanas. Los

coeficientes alfa oscilaban entre uno bajo de .65 (aceptación neutral) a un alto de .97 (aceptación

de acercamiento); los coeficientes de estabilidad oscilaban entre uno bajo de .61 (evitación de la

muerte) a uno alto de .95 (aceptación de acercamiento).tomadas conjuntamente, las escalas

PAM-R tienen una fiabilidad que va de buena a muy buena. (Gesser et al., 1988).

4.9. Operacionalización de variables

4.9.1. Variable independiente

Se ha considerado como variables independientes los adultos mayores que se encuentran

en una fase terminal pertenecientes a los diferentes centros geriátricos de la ciudad de Medellín.

4.9.2. Variables Dependientes

Se han considerado como variables dependientes las cinco dimensiones: miedo a la

muerte, evitación de la muerte, aceptación neutral, aceptación de acercamiento y aceptación de

escape, que se han clasificado en niveles: totalmente de acuerdo (TA); bastante de acuerdo (A);

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 55

algo desacuerdo (MA); indeciso (I); algo en desacuerdo (MD); bastante en desacuerdo (D); y

totalmente en desacuerdo (TD). Esto teniendo en cuenta los puntos de corte establecidos

previamente en la literatura. En las cinco escalas la puntuaciones de todos los ítems van de 1 a 7

en la dirección de totalmente en desacuerdo (1) a totalmente de acuerdo (7). Para cada dimensión

se puede calcular una puntuación media de la escala dividiendo la puntuación total de la escala

por el número de ítems que la forman. (Gesser et al., 1988).

4.9.2.1. Variable de criterio

Se tiene que para esta investigación, la variable de criterio son las actitudes hacia la

muerte, ya que es el nombre de la variable que nos interesa identificar, cuya naturaleza es

cuantitativa.

4.9.2.2. Variables de análisis

Hace referencia a las actitudes de miedo a la muerte, evitación de la muerte, aceptación

neutral, aceptación de acercamiento y aceptación de escape ya que estas variables consisten en

determinar las dimensiones que contienen la variable nominal.

DIMENSIÓN DEFINICIÓN CONCEPTUAL DEFINICIÓN OPERACIONAL

Miedo a la

muerte

Es universal y que su ausencia puede

reflejar negación de la misma (bakan,

1971; becker, 1973; marshall, 1980).

Se teme a la muerte por diferentes

razones, la pérdida del si mismo, lo

desconocido mas alla de la muerte, el

dolor y el sufrimiento, la oportunidad

perdida para la expiación y la

salvación, y el bienestar de los

miembros supervivientes de la familia

(feifel, 1974 & fry, 1990).

Se hace observable en

comportamientos evasores respecto a

su propia muerte y la de los demás,

mostrando angustia, ansiedad,

sudoración; vulnerabilidad en su

estado anímico (gestos de

incertidumbre y enojo). Esta

dimensión es evaluada por siete

ítems de la prueba: 1, 2, 7, 18, 20,

21, 32.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 56

DIMENSIÓN DEFINICIÓN CONCEPTUAL DEFINICIÓN OPERACIONAL

Evitación de

la muerte

Se asocia con el malestar psicológico.

En los adultos mayores se relaciona

también con depresión. Es posible que

esto les impida afrontar los

pensamientos y sentimientos sobre la

muerte que existen por debajo de la

conciencia consiente pero que afectan a

la conducta; el fracaso al intentar esto

crea malestar psicológico (templer,

1971).

Se puede observar a partir de

comportamientos como eludir el

tema de la muerte; no mostrar deseos

ni interés por conocer las causas de

su muerte, ni el como, ni la

proyección mas allá de esta. Es

evaluada por cinco ítems de la

prueba: 3, 10, 12, 19, 26.

Aceptación

neutral

La muerte es una parte integral de la

vida, estar vivo es vivir con la muerte y

con el proceso de morir, (Armstrong,

1987) ni se le teme a la muerte ni se le

da la bienvenida; simplemente se la

acepta como uno de los hechos

inalterables de la vida y se intenta sacar

el máximo provecho a una vida finita.

Por lo tanto, implica una actitud

ambivalente o indiferente (hooper &

spilka, 1970).

Da cuenta de posición ni positiva ni

negativa acerca de la muerte propia

y la de los demás, les parece que

morir es un suceso natural del

proceso de la vida; no les preocupa

hablar de este tema ya que no la

aceptan ni la evitan, es decir su

punto de vista es neutral. Es

evaluada por cinco ítems de la

prueba: 6, 14, 17, 24, 30.

Aceptación

de

acercamiento

Implica la creencia en la vida feliz

después de la muerte (dixon & kinlaw,

1983,) encontraron que era más

probable que los sujetos con fuertes

compromisos religiosos creyeran en

una vida después de la muerte y que

mostraran menos miedo a la misma.

(Jeffers, nichols & eisdorfer,1961).

Se puede evidenciar a través de la

libertad con la cual se expresan

acerca del tema; consideran que

cuando mueran se van a encontrar

con una vida donde se reencontrarán

con sus seres queridos y vivirán una

vida sin preocupaciones,

obligaciones o dificultades. Esta

dimensión es evaluada por 10 ítems

de la prueba: 4, 8, 13, 15, 16, 22, 25,

27, 28, 31.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 57

DIMENSIÓN DEFINICIÓN CONCEPTUAL DEFINICIÓN OPERACIONAL

Aceptación

de escape

Cuando la vida está llena de dolor y

miseria, la muerte puede ser una

alternativa bienvenida. (vernon, 1972)

sugirió que el miedo a vivir bajo ciertas

condiciones puede ser más fuerte que el

miedo a la muerte. Cuando el

sufrimiento y el dolor aplastan a la

gente, y hay pocas posibilidades de

alivio, la muerte parece ofrecer el único

escape. Por lo tanto, en la aceptación de

escape la actitud positiva hacia la

muerte se basa, no en la “bondad”

inherente de la muerte, si no en la

“maldad” de la vida. Normalmente, las

personas muestran aceptación de

escape porque no pueden afrontar de

manera eficaz el dolor y los problemas

de la existencia.

Esta dimensión se asemeja la

dimensión de aceptación neutral y de

acercamiento: la razón por la cual se

acercan, evitan o no asumen una

posición clara resulta estar en sus

ideologías y percepción respecto a su

estado actual y a la vida en general,

ya que unos tienden a no participar

del tema, otros a creer en diferentes

cosas y otros a comprender que es un

suceso normal de la vida. Esta

dimensión es evaluada por 5 ítems

de la prueba: 5, 9, 11, 23, 29.

4.10. Modelo Hipotético

4.10.1. Hipótesis de investigación

La muestra de ancianos pertenecientes a los diferentes centros geriátricos de la ciudad

presentan actitudes manifiestas hacia la muerte como miedo, aceptación, evitación de la misma.

Además poseen

4.10.2. Hipótesis nula

La muestra de ancianos involucrados en esta investigación no presentan actitudes

notables hacia la muerte; no presentan miedo, aceptación neutral, evitación ni acercamiento hacia

este tema.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 58

4.11. Procedimiento de la recolección de datos

Para la recolección de los datos se envió una carta a 13 centros geriátricos de la Ciudad

de Medellín presentando al grupo investigador y solicitando la autorización para realizar la

investigación. Por interés de los algunos directores, se hizo presencia en 3 d ellos antes de la

aprobación. En total fueron aprobadas 9 cartas, pero la investigación se realizó solo con 7 centros

ya que en estos se encontró el número de participantes necesarios para el ejercicio.

La aplicación del instrumento se llevó a cabo en las instalaciones de los diferentes

centros geriátricos de la ciudad de Medellín. Se les entregó el inventario PAM-R (Apéndice C) y

el consentimiento informado (Apéndices A); de igual forma se les hizo una presentación en voz

alta, donde se les agradecía la participación voluntaria en este estudio y se aseguraba la total

confidencialidad de los datos, además se explicaron los motivos y características del estudio.

Esta acción se realizó en cada uno de los diferentes centros geriátricos de los participantes. Allí

se les indicó cómo responder de manera eficaz en cada uno de los ítems del instrumento (se

agregaron ejemplos con fines aclaratorios); una vez entregado el PAM-R y dadas las

instrucciones de aplicación se les proporcionó 20 minutos para responder. Una vez cumplido este

tiempo, se procedió a recoger las prueba y verificar que se hubieran respondido todos los ítems y

de manera correcta.

A continuación se procedió a realizar en una base de datos de Excel, para después

trabajarlo en el programa estadístico SPSS Versión 15 y así obtener los resultados de las

actitudes hacia la muerte por cada dimensión en la muestra de adultos mayores. Para la

representación grafica de los resultados se emplean métodos visuales como tablas de doble

entrada, tablas que cardinal y porcentualmente , especifican el total de adultos mayores que

experimentan actitudes hacia la muerte y los datos de cada uno de los 50 registros con relación a

cada una de las dimensiones (miedo,evitación,acercamiento neutral, aceptación de acercamiento

y aceptación de escape hacia la muerte), especificando el total de sujetos que experimenta

niveles muy alto, altos, medio alto, medio bajo, bajo y muy baja. Además, se utilizaron gráficos

de barra para representar la cantidad de casos registrados por dimensiones y promedio de los 32

Ítems del Perfil Revisado De Las Actitudes Hacia La Muerte (PAM-R).

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 59

Con los datos obtenidos de la muestra y las representaciones gráficas alcanzadas, se

procedió a realizar las deducciones respectivas orientadas a inferir aspectos relevantes del total

de la población, los cuales se encuentran expresados en la discusión y conclusiones del presente

estudio.

4.12. Resultados

Tabla 1. Tabla resumen de los estadísticos de las variables cuantitativas para los 50

adultos mayores.

Estadísticos

Edad Miedo a la

muerte

Evitación

de la

muerte

Aceptación

neutral

Aceptación de

acercamiento

Aceptación de

escape

Media 70.04 22.14 19.18 25.32 46.86 26.48

Mediana 70.00 21.00 18.00 27.50 45.50 28.00

Desv. típ. 4.490 10.375 8.982 7.813 15.086 8.215

Mínimo 61 7 5 6 9 6

Máximo 75 49 35 35 68 39

Percentiles

25 65.00 14.50 12.00 20.75 37.75 21.75

50 70.00 21.00 18.00 27.50 45.50 28.00

75 75.00 28.75 26.25 31.00 60.00 35.00

Se establece claramente una edad promedio de 70.04 años, con una desviación de 4.490

años; en donde el 25 % de las personas están por debajo de 65 años; el 50% corresponde a

personas adultas de 70 años y solo el 25 % de las personas adultas están por encima de los 75

años.

El miedo a la muerte se ve reflejado con una media de 22.14 y una desviación estándar de

10.375, presentándose mucha variabilidad en las respuestas; aunque el 25% de las personas se

encuentran por debajo de 14.50 y el 50% de los adultos manifiesta un miedo a la muerte que se

posiciona en un valor de 21 o menos.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 60

La evitación de la muerte tiene una media de 19.18 y una desviación estándar de 8.982,

en la cual se presenta igualmente, variabilidad en las respuestas; respecto al promedio aunque el

25% de las personas se encuentran por debajo de 20.75 y el otro tanto por ciento de los adultos

manifiestan una puntuación de 31.00 o más.

La aceptación neutral tiene una media de 25.32 y una desviación estándar de 7.813,

presentándose igualmente, mucha variabilidad en las respuestas; aunque el 25% de las personas

se encuentran por debajo de 12.00 y el 50% de los adultos manifiestan un miedo a la muerte que

se posiciona en un valor de 18 o menos, se encuentran puntuaciones entre 5 y 35 puntos para esta

variable.

En consecuencia, la aceptación de acercamiento presenta una media de 46.86 con una

desviación estándar de 15.086, que para el rango de la variable se encuentra poco dispersa. Cabe

notar, que los valores por encima del 25% de los adultos se encuentran en 60 puntos y el 25% de

las personas adultas como mínimo puntúan en una valoración de 37.75 puntos.

Es de esperarse, por otra parte que la variable de aceptación de escape, presente una

media de 26.48, encontrándose esta con una dispersión de 8.215, valor poco disperso, entre el

rango manifestado para dicha dimensión.

Tabla 2. Frecuencia de la variable Sexo para los 50 adultos mayores.

Sexo

Frecuencia Porcentaje

Porcentaje

válido Porcentaje acumulado

Válidos

Femenino 20 40.0 40.0 40.0

Masculino 30 60.0 60.0 100.0

Total 50 100.0 100.0

Se aprecia que el 60% de la población encuestada representa la población de sexo

masculino y el otro 40% restante está representado por las mujeres.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 61

Gráfico 1. Representación porcentual de la variable Sexo para los 50 adultos mayores.

Gráfico 2. Representación gráfica de la variable miedo a la muerte para los 50 adultos

mayores.

Se puede observar que el área bajo la curva normal se encuentra asimétrica hacia la

izquierda, indicando que los valores se concentran en puntuaciones mayores del rango

establecido para la variable.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 62

Gráfico 3. Representación gráfica de la variable evitación de la muerte para los 50

adultos mayores.

Se puede observar que el área bajo la curva normal se encuentra simétrica, es decir no

hay una posición clara hacia que puntuaciones se concentran más los individuos bajo estudio y

conserva una curva más elevada de lo normal.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 63

Gráfico 4. Representación gráfica de la variable aceptación neutral para los 50 adultos

mayores.

Se puede observar que el área bajo la curva normal se encuentra asimétrica hacia la

izquierda, indicando que los valores se concentran en puntuaciones mayores del rango

establecido para la variable.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 64

Gráfico 5. Representación gráfica de la variable aceptación de acercamiento para los 50

adultos mayores.

Se puede observar que el área bajo la curva normal se encuentra asimétrica hacia la

izquierda, indicando que los valores se concentran en puntuaciones mayores del rango

establecido para la variable, considerando una curva más elevada que lo normal, y por ende

presenta poca variabilidad.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 65

Gráfico 6. Representación gráfica de la variable aceptación de escape para los 50 adultos

mayores.

Se puede observar que el área bajo la curva normal se encuentra simétrica, destacándose

los valores medios de la variable en la cual se concentran más los individuos bajo estudio y

conserva una curva más elevada de lo normal, por ende presenta poca variabilidad.

4.13. Discusión de los resultados

Se tiene claro que la vejez es una etapa de la vida que resulta ser de gran importancia para

la comprensión de la vida en general no sólo individual sino colectivamente, puesto que se hacen

evaluaciones de lo vivido donde se valoriza o desvaloriza. Por su parte, el anciano llega hacer

recapitulaciones constantes que le servirán para poner en perspectiva su vida y por ende su

consciencia en relación a su presente y su futuro. A su vez recibe la presión social porque se

considera que ya no es productivo, no merece la atención de otras personas salvo de sus

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 66

familiares en el mejor de los casos. Esto quiere decir que el procedimiento de atención para con

el adulto mayor debe ser íntegro.

Por esto en la presente investigación se ha hecho un rastreo bibliográfico y una selección

detallada de los puntos teóricos necesarios para abarcar la temática abordada en la población

estudiada. De igual forma se aplicó el instrumento de evaluación PAM-R, el cual arrojó unos

resultados estadísticos que ahora nos proponemos describir e interpretar con la ayuda de nuestro

marco teórico. Es importante retomar que cuando se habla del adulto mayor en fase terminal se

debe tener en cuenta que su situación emocional se encuentra en constante fluctuación, lo que da

como resultado una serie de comportamientos observables que finalmente pueden estar dando

cuenta de una aceptación, evitación o negación de su propia condición, es decir un paso mas

cercano al fin del ciclo de su vida.

Para la obtención de estos resultados se aplicaron 50 pruebas de las cuales ninguna se

invalidó. El balance obtenido con estas demuestra que la dimensión mas puntuada fue aceptación

de acercamiento con un 46.86, en segundo lugar aceptación de escape con 26.48, aceptación

neutral 25.32, miedo a la muerte y por ultimo, con una puntuación de 19.18 esta la dimensión de

miedo a la muerte.

Teniendo en cuenta los objetivos de esta investigación se han identificado las cinco

actitudes hacia la muerte en el adulto mayor. Así, la dimensión de miedo a la muerte que surge

como resultado de la falta de significado de la propia vida y de la propia muerte, es decir que

siempre se esta cuestionando acerca de lo angustioso que pueden ser las pérdidas de sus seres

queridos, experiencias y de duelos no elaborados en su momento. También es importante resaltar

que la percepción que tiene los adultos mayores frente a esta dimensión es significativamente

positiva puesto que puntuó bajo en relación a las otras actitudes que evalúa el instrumento PAM-

R. Esto puede estar dando cuenta que hay una madurez en la representación que se tiene de la

muerte como: la muerte no se considera una experiencia horrible, no les despierta ansiedad ni

les trastorna la finalidad de la muerte. Entonces es cuestionable el sentido de vida del adulto

mayor porque es en esta etapa donde cobran mayor relevancia los pequeños detalles de la vida;

aquí se mirará lo que vale la pena tener presente o lo que es necesario olvidar para disminuir la

angustia que se genera naturalmente.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 67

La dimensión de aceptación de acercamiento hacia la muerte, implica una creencia de la

vida positiva después de la muerte, aspectos como “iré al cielo cuando muera”,” la muerte es la

entrada en un lugar de satisfacción definitiva”,” la muerte es la unión con dios y la gloria

eterna” y “la muerte trae la promesa de una vida nueva y gloriosa”. Estos aspectos

mencionados anteriormente se pueden evidenciar con los resultados obtenidos de nuestra

investigación puesto que arrojaron un 46.86% de la población total, donde se puede comprobar

que esta actitud en el adulto mayor se ve muy influenciado en sus compromisos y creencias

religiosas que dan sentido a sus vidas a través de un positivismo proceso de envejecimiento y

muerte.

La dimensión de aceptación neutral es definida como la ambivalencia presente en la

persona ante el tema de la muerte, expresada en un temor normal ante la muerte, pero también en

su aceptación ante su posible llegada, donde se percibe como un hecho innegable de la vida y se

intenta aprovechar al máximo cada experiencia que se viva. La puntuación que obtuvo esta

dimensión fue de 25.32, en lo cual se aprecia que el adulto mayor ven la muerte como un

acontecimiento natural, innegable e inevitable, no tienen una posición clara frente a la muerte

puesto que en ningún momento se le teme ni se le da la bienvenida, es decir, no hay una posición

ni positiva ni negativa acerca de la muerte propia y la de los demás, les parece que morir es un

suceso natural del proceso de la vida; no les preocupa hablar de este tema ya que no la aceptan ni

la evitan, es decir su punto de vista es neutral.

La dimensión de escape, cuya puntuación es de 26.48, se asemeja a la dimensión de

aceptación neutral y de acercamiento en cuanto a la razón por la cual los adultos mayores se

acercan, evitan o no asumen una posición clara. Pareciera ser que sus ideologías y percepción

respecto a su estado actual y a la vida en general es un motivo relevante, ya que unos tienden a

no participar del tema, otros a creer en diferentes cosas y otros a comprender que es un suceso

normal de la vida. Mientras que su diferencia se encuentra en que esta actitud da cuenta de un

pensamiento de alivio ante la muerte, pues esta representa un escape para el presente que

vivencian.

También se encuentra la actitud de evitación hacia la muerte. Aquí la puntuación fue de

19.18, se entiende entonces que el adulto mayor prefiere no hablar ni pensar en el tema, no

muestra deseos ni interés por conocer las causas de su propia muerte y tampoco consideran la

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 68

idea esperanzadora de una vida mas allá de ella porque no se atreven a proyectarse muriendo,

estando esta actitud influenciada por su condición en fase terminal de la enfermedad.

Es de suma importancia recalcar que las dimensiones de aceptación de escape (26.48),

aceptación neutral (25.32) y miedo a la muerte (22.14) arrogan puntajes de valor aproximado. Si

se tiene en cuenta que para escapar es necesario estar en una situación no deseada, y que la

dimensión de escape puntúa más alta entre estas tres, se pueden hacer inferencias respecto a la

situación en la que se perciben los adultos mayores. Por ejemplo, que sus vivencias no han sido

las mejores y que sus consciencias están acusándolos desde lo moral; que no se sienten bien por

sus enfermedades y que tienen la esperanza perdida. Este punto se presta para formular varias

hipótesis que servirían como base para nuevas investigaciones.

Con relación a una de las investigaciones que se tomó como antecedente, y que se

relaciona con la actual a partir de la población y la temática evaluada, realizada por Álvarez &

Flórez (2007) titulada Actitudes Hacia La Muerte En Un Grupo De Adultos Intermedios Y

Mayores Con Enfermedad Crónica (Hipertensión, Diabetes Y Cáncer) en la ciudad de Cali; a su

vez diferenciada en la cantidad de la muestra, la relación que establecieron los investigadores

entre los resultados, la edad y el estrato de los participantes, se puede establecer que: en cuanto a

las dimensiones evaluadas, en ambas investigaciones se muestran coincidencias de resultados

como la puntuación más elevada es decir la correspondiente a la dimensión de acercamiento

hacia la muerte. Esto quiere decir que en las poblaciones investigadas se está dejando de

considerar el tema de la muerte como algo tabú, pues ahora se habla más sobre élla, se procura

no evitarla, no hay frustraciones respecto a ella y hay mas aceptación por parte del adulto mayor

puesto que profesionales e investigadores interesados se han encargado de concientizar a la

población en general sobre dicho tema.

Durante la elección del tema se consideró que al aplicar la prueba los puntajes para las

dimensiones de evitación y miedo hacia la muerte iban a ser las actitudes mas puntuadas debido

al contexto y los antecedentes socioculturales, además del estado de salud de estos adultos

mayores. Esto también parecía en el primer momento de contacto con los adultos mayores puesto

que se mostraron con resistencia ante el tema, aparentemente poco motivados para llevar a cabo

la prueba. Sin embargo los resultados dan a entender lo contrario. Muchas pueden ser las razones

para que esto se haya dado así, una de ellas puede ser la influencia de los cuidadores. Estos se

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 69

han encargado de generar un acercamiento concienzudo hacia la muerte a través de pequeñas

actividades periódicas como lecturas y reflexiones.

Si se hace una revisión de las cinco dimensiones, ubicando la actitud de acercamiento de

aceptación como la mas alta con una puntuación de 46.86 se encuentra que este acercamiento ha

estado mediado por personas preparadas para tratar estos adultos mayores en fase terminal, al

igual que otros aspectos influyentes en cada una de sus vidas que van desde las creencias, hábitos

y costumbres que les permiten asumir, entender y aceptar esta realidad de la cual poco se conoce.

Resulta inevitable proponer este interactuar diario con estas personas como la razón principal

para que el adulto mayor comprenda de qué se trata este proceso en su vida.

Por otro lado, se encuentra la dimensión de aceptación de escape que puntúa 26.48.y se

asemeja la dimensión de aceptación neutral y de acercamiento. Al decir que se acercan, evitan o

no asumen una posición clara, se establecen las bases en sus ideologías y percepción respecto a

su estado. En relación a la dimensión anterior se puede apreciar una contradicción puesto que en

ambas dimensiones se presentan pensamientos acerca de su propia muerte como algo normal y

otra actitud donde se niega la posibilidad de desaparecer o prefieren no hablar de dicho tema.

Este aspecto se encuentra muy cercano a la dimensión de aceptación neutral (25.32) porque se

evidencian manifestaciones ambiguas. Aquí es donde se genera una incógnita acerca del porque

los cincuenta adultos mayores puntuaron la mayoría mas alto en la dimensión de aceptación de

acercamiento mientras que los otros marcan un diferencia en tanto que la aceptación de escape y

la evitación son las siguientes en puntuación mas alta.

Las dimensiones que se encuentran más cercanas en la media son aceptación de escape,

evitación, aceptación neutral es decir, que este otro porcentaje se muestra ambivalente porque no

hay mayoría para ninguna actitud, se hace presente un miedo, entre acercarse, miedo ,no

comprencion,y falta de aceptación de su propia muerte y la de los demás.

Según todo lo anteriormente anotado, a mayoría de los cincuenta adultos mayores

pertenecientes a los diferentes centros geriátricos de la ciudad de Medellín se acerca a la muerte

asumiéndola como un hecho natural de la vida; una aceptación ,un miedo ,pensamientos

evitativos y una posición muy neutra frente a sus ideologías ante la muerte, mientras que el otro

porcentaje no asume una posición clara frente a dicho tema. Se asocia la dimensión de miedo

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 70

como una actitud que se encuentra mediando la mayoría de la población con la otra parte debido

a que su puntaje es relevante en relación con las otras dimensiones.

Es importante tener en cuenta esta actitud de acercamiento ante la muerte ya que facilita

la comprensión, el trabajo de los profesionales encargados con el trato cercano del adulto mayor.

Si bien se presenta mas acercamiento hacia la muerte se considera necesario continuar

investigando, explorando y aportando elementos de aplicación para ese tipo de población que

tanto lo ameritan debido a su estado de salud, tanto emocional, psicológica, fisiológica como

social. Se propone que esta sea la base para la elaboración de proyectos orientados hacia las

actitudes de evitación, rechazo, miedo entre otras que las actitudes que obtuvieron puntuaciones

relativamente importantes en esta investigación. Con esto se entiende que la intervención que se

busca en el adulto mayor es para promover un estado de serenidad y actitud positiva ante la

muerte.

De igual forma, resulta importante mencionar que se evidenciaron realidades no

cuantitativas como comentarios que algunos de los mayores realizaron antes, durante y después

de la prueba. Por ejemplo: “De que se trata el tema?”… “No me interesa”; algunos incluso

mostraron en sus rostros expresiones que se pueden asumir como gestos de inconformidad y

desesperación posiblemente por su estado actual de salud, no solo físico sino emocional,

relacional e integral de su ser; como lo menciona Erikson La desesperación expresa que ahora el

tiempo que queda es corto para intentar otra vida o para probar caminos alternativos hacia la

integridad. El mismo autor describe esta actitud como un malestar consigo mismo bajo la forma

de mil pequeños sentimientos de frustración, apego, desgano, vergüenza, duda, ineficiencia,

culpa, inferioridad, confusión de rol, soledad, desconfianza, miedo y tristeza. Son los vestigios

no resueltos de aquellas batallas libradas en cada etapa del desarrollo para conquistar la virtud

respectiva. Erickson et al (1993).

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 71

5. CONCLUSIONES

En este ejercicio investigativo se ha llegado a diferentes conclusiones tanto a nivel

personal como en lo profesional, así como en el ámbito institucional:

El tema de la fase terminal de la vejez y la muerte siempre han sido temas complejos debido al

poco contenido develado sobre ellos, se sabe que es parte del proceso de la vida pero aun cuesta

darle una visión desde otro paradigma. Igualmente, este tema es complejo de abordar en dicha

población, aunque se ve más aceptación en la actualidad por parte de ellos.

Es necesario reconocer las circunstancias sociales, económicas, psicológicas y culturales que han

rodeado al adulto mayor, ya que inciden directamente en la actitud que este pueda tener hacia la

muerte. Igualmente se pueden reconocer los condicionamientos externos que influyen sobre esta

actitud, una de ellos es la creencia religiosa, especialmente en una zona como la de Medellín en

donde hay un fuerte arraigo socio- religioso mayoritariamente católico de énfasis mariano.

Se puede ver una incidencia, tal vez mínima, de condiciones tales como género, condición socio

económica, nivel educativo alcanzado por el adulto mayor, respecto a la actitud que se tome

frente a la muerte.

Se considera que la investigación aporta elementos, además de conceptuales, metodológicos e

instrumentales, fácticos y contextuales respecto a las actitudes hacia la muerte en adultos

mayores en fase terminal en los hogares geriátricos contactados en la ciudad de Medellín, que

servirán de referencia y apoyo en la elaboración de planes de desarrollo social encaminados al

logro del bienestar público de estas poblaciones específicas; permitiendo con ello un

acercamiento a los procesos y significados que se tienen sobre la muerte, facilitando el proceso

de acompañamiento, por parte de psicólogos y del personal de salud, tanto a los sujetos

implícitos en este trabajo, como a sus familiares y círculos relacionales cercanos.

Se observó que durante la realización de este ejercicio investigativo, la vejez es una etapa donde

se da un nuevo matiz a las experiencias ya vividas, es un momento donde se recapitula lo

aprendido para dar sentido al presente. De la forma como se lleve a cabo esta perspectiva

dependerá la salud psicológica o no del adulto mayor.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 72

Aún con los antecedentes de investigación hallados y de la información recolectada en los

centros geriátricos, así como de las ideas previas del marco conceptual, se ha encontrado que

hay un nivel elevado de aceptación y acercamiento hacia el tema de la muerte, que contrasta con

actitudes que podrían haberse esperado puntuaran más alto, como miedo a la muerte y evitación.

Estos resultados llevan a comprender que el paradigma que se tiene acerca de la muerte es

cambiante, posiblemente por factores socio-culturales, que también serían dignos de indagación

y profundización en investigaciones posteriores; o quizá hayan cambiado por el mismo interés

de las publicaciones mediáticas sobre el tema de la muerte, sobre todo en un país donde la

muerte por violencia se ve a diario, lo cual hace de la posibilidad de morir de manera natural, una

situación privilegiada.

Esta etapa debe apoyarse con espacios y tiempos de alegría y sosiego, al igual que de

autovaloración y de oportunidades autonarrativas.

Cuando se tuvo un primer acercamiento con esta población, a medida que entablábamos

conversación con los adultos mayores, constatamos sus quejas por el abandono de sus seres más

cercanos, ausencia de comunicación, y aún de visita esporádica, se sienten descuidados en la

colaboración de los familiares con las rutinas de salud, hallando una situación de exclusión y

marginación respecto del núcleo familiar. La familia aparece entonces como un sistema cerrado

que generalmente no toma conciencia del momento que vive el adulto mayor.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 73

6. RECOMENDACIONES

Esta población por su misma condición requiere que personas con verdadero sentido de

pertenencia por su labor, la acompañe y cuide durante todo el proceso; personas que acepten

incondicionalmente al anciano que tienen bajo su custodia. A su vez, los cuidadores deben saber

acercarse a la situación que esta población vive en el día a día y al potencial que se esconde en

ella, puesto que siempre existirá una posibilidad de crecimiento a nivel inter-intra-transpersonal.

El adulto mayor es un ser que debe contar con el soporte emocional de sus familiares, quienes

juegan un papel fundamental en esta etapa de duelo donde se precisa de su comprensión y

compañía, ya que se encuentran en una institución ajena a su entorno la mayor parte del tiempo.

A nivel espiritual el adulto mayor cuenta con una serie de experiencias a lo largo de su vida que

deben ser tenidas en cuenta a la hora de abordar las crisis por las que pasa en esta etapa vital.

Desde este punto el cuidado que se les ofrezca debe contener apoyos espirituales que superen la

barrera de la religión debido a la variedad de creencias que se dan en estos centros. Asimismo,

esta capacidad es de gran ayuda para que el anciano recupere su esperanza de vida.

Es importante proporcionarle al adulto mayor unas condiciones funcionales y sociales que le

garanticen una suficiente calidad de vida, sintiéndose útil y satisfecho con su existencia donde se

permita entender culturalmente que la verdadera juventud es en realidad, mas un estado de

espíritu que un atributo de la edad.

Para una atención integral hacia el adulto mayor perteneciente a centros geriátricos deben

desarrollarse programas diseñados para el abordaje de aspectos críticos como el tema de su

propia muerte, aceptación y acompañamiento de su enfermedad terminal entre otras que hacen

parte de este ciclo final de la vida.

A los colegas que actualmente trabajan en centros geriátricos se les propone que generen

estrategias de prevención y promoción de la salud, así como asesoramiento individual con cada

uno y también a nivel grupal.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 74

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Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 79

APÉNDICES A

CONSENTIMIENTO INFORMADO

Actitudes hacia la muerte en un una muestra de adultos mayores entre 65 a 75 años

en fase terminal en diferentes centros geriátricos de la ciudad de Medellín

SOLICITUD

Yo ____________________________________________________, identificado(a) con

cedula de ciudadanía No _______________________________________, Certifico que he sido

informado(a) con la claridad y veracidad debida, respecto a la investigación “Actitudes hacia la

muerte en un una muestra de adultos mayores entre 65 a 75 años en fase terminal en diferentes

centros geriátricos de la ciudad de Medellín, de sus objetivos y procedimientos. Que actúo

consciente, libre y voluntariamente como participante de la presente investigación contribuyendo

a la fase de implementación de pruebas y recolección de información. Soy conocedor (a) de la

autonomía suficiente que poseo para retirarme u oponerme a la implementación de una prueba

cuando lo estime conveniente y sin necesidad de justificación alguna. Que se respetará la buena

fe, la confidencialidad e intimidad de la información por mí suministrada, lo mismo que mi

seguridad física y psicológica.

_________________________ ______________________________

Firma Participante Institución

C.C.

___________________________ _____________________________

Firma investigador Firma investigador

C.C. C.C.

____________________________ ______________________________

Firma investigador Asesor del proyecto de grado

C.C. C.C.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 80

APÉNDICE B

CONSENTIMIENTO PARA REALIZAR UN ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN SOBRE

Actitudes hacia la muerte en una muestra de adultos mayores entre 65 a 75 años en fase

terminal en diferentes centros geriátricos de la ciudad de Medellín

Investigadores:

Verónica Posada Echeverri

Marlyn del Pilar Herazo

Título del Proyecto: Actitudes hacia la muerte en una muestra de adultos mayores entre 65 a

75 años en fase terminal en diferentes centros geriátricos de la ciudad de Medellín

1. INTRODUCCIÓN

A usted señor (a):________________________________________________ le estamos

invitando a participar en una investigación de la estudiante de psicología, Verónica Posada

Echeverri perteneciente a la Universidad San Buenaventura seccional Medellín, asesorado por

Mg. Astrid Yuliet Galvis R.

Primero, nosotros queremos que usted conozca que:

La participación en este estudio es absolutamente voluntaria. Esto quiere decir que si usted lo

desea puede negarse a participar o retirarse del estudio en cualquier momento sin tener que dar

explicaciones. Sin embargo, los datos obtenidos hasta ese momento seguirán formando parte del

estudio, a menos que usted solicite expresamente que su identificación y su información sea

borrada de nuestra base de datos. Usted no recibirá ningún beneficio económico por participar

en este estudio. Los estudios de investigación como éste sólo producen conocimiento y

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 81

contribución para el desarrollo de la ciencia. El beneficio es indirecto porque con la

investigación se va a conocer las actitudes hacia la muerte en un una muestra de adultos

mayores entre 65 a 75 años en fase terminal en diferentes centros geriátricos de la ciudad de

Medellín. Sólo con la contribución solidaria de muchas personas como usted será posible para

los científicos entender mejor sus causas, conocer la mejor manera de hacer pruebas

diagnósticas y orientar mejor los tratamientos.

La información personal que usted dará al investigador en el curso de este estudio permanecerá

en secreto y no será proporcionada a ninguna persona diferente a usted bajo ninguna

circunstancia. Usted puede tener la certeza de que su identidad y sus datos personales no serán

revelados.

2. INFORMACIÓN SOBRE EL ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN

Ahora, se describirá en detalle en qué consiste el estudio de investigación. Antes de tomar

cualquier decisión de participación, por favor tómese todo el tiempo que necesite para preguntar,

averiguar y discutir todos los aspectos relacionados con este estudio.

Propósito

El propósito de este estudio es actitudes hacia la muerte en un una muestra de adultos mayores

entre 60 a 75 años en fase terminal en diferentes centros geriátricos de la ciudad de Medellín. Se

espera que esta información permita tener herramientas de evaluación para hacer un diagnostico

más acertado. Usted no tiene la obligación de responder algo que no desee. Todas sus respuestas

serán tratadas de manera absolutamente confidencial, es decir, ninguna persona ajena al autor de

la investigación y al tutor de la misma deberá conocer lo que usted ha contestado durante el

trabajo.

¿Qué se hará?

Si Usted reúne los criterios para ser incluido/a en el estudio, contestará a unas preguntas

correspondiente a una pruebas que sirve para medir las actitudes hacia la muerte y al mismo

tiempo para evaluar el nivel miedo, aceptación de acercamiento, aceptación neutral, escape y

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 82

evitación hacia la muerte. Los resultados de la investigación serán dados a los diferentes centros

geriátricos. A usted como participante si así lo desea, puede solicitar una copia de este informe.

Inconvenientes, malestares y riesgos

El llenar el cuestionario se considera un procedimiento de mínimo riesgo. El único

inconveniente son las preguntas sobre situaciones de índole personal que pudieran causar

molestias o vergüenza. Se le garantiza su derecho a la intimidad, manejando esta información a

nivel confidencial. No se dará esta información personal a nadie por fuera del investigador

titular. Nunca se publicarán ni se divulgarán a través de ningún medio los nombres de las

personas que participaron de esta investigación.

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 83

APÉNDICE C

PERFIL REVISADO DE ACTITUDES HACIA LA MUERTE

Edad: ------------------ Sexo: M --------------------- F -----------------

Este cuestionario tiene varias afirmaciones relacionadas con diferentes actitudes hacia la muerte.

Lee cada información cuidadosamente e indica luego hasta que punto estás de acuerdo o en

desacuerdo. Por ejemplo, un ítem puede decir: “la muerte es una amiga”. Indica tu grado de

acuerdo o desacuerdo rodeando con un círculo una de las siguientes posibilidades: TA =

totalmente de acuerdo; A = bastante de acuerdo, MA = algo de acuerdo, I = indeciso, MD = algo

en desacuerdo, D = bastante en desacuerdo, TD = totalmente en desacuerdo. Observa que las

escalas van de totalmente de acuerdo a totalmente en desacuerdo y viceversa.

Si estás totalmente de acuerdo con la afirmación, pon un círculo a TA. Si estás totalmente en

desacuerdo pon un círculo a TD. Si estás indeciso pon un círculo a I. Sin embargo, intenta usar la

categoría de Indeciso lo menos posible.

Es importante que leas y contestes las afirmaciones. Muchas de ellas parecerán similares, pero

todas son necesarias para mostrar pequeñas diferencias en las actitudes.

TD D MD I MA A TA

1. La muerte es sin duda una experiencia horrible TD D MD I MA A TA

2. La perspectiva de mi propia muerte despierta mi

ansiedad

TD

D

MD

I

MA

A

TA

3. Evito a toda costa los pensamientos sobre la

muerte.

TD

D

MD

I

MA

A

TA

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 84

4. Creo que iré al cielo cuando muera. TD D MD I MA A TA

5. La muerte pondrá fin a todas mis preocupaciones. TD D MD I MA A TA

6. La muerte se debería ver como un acontecimiento

Natural, innegable e inevitable.

TD

D

MD

I

MA

A

TA

7. Me trastorna la finalidad de la muerte TD D MD I MA A TA

8. La muerte es la entrada en un lugar de satisfacción

definitiva

TD

D

MD

MA

A

TA

9. La muerte proporciona un escape de este mundo

terrible

TD

D

MD

I

MA

A

TA

10. Cuando el pensamiento de la muerte entra en mi

mente, intento apartarlo.

TD

D

MD

I

MA

A

TA

11. La muerte es una liberación del dolor y el

sufrimiento.

TD

D

MD

I

MA

A

TA

12. Siempre intento no pensar en la muerte. TD D MD I MA A TA

13. Creo que el cielo será un lugar mejor que este

mundo.

TD

D

MD

I

MA

A

TA

14. La muerte es un aspecto natural de la vida.

TD D MD I MA A TA

15. La muerte es la unión con Dios y con la gloria

eterna

TD

D

MD

I

MA

A

TA

16. La muerte trae la promesa de una vida nueva TD D MD I MA A TA

17. No temería a la muerte ni le daría la bienvenida TD D MD I MA A TA

18. Tengo un miedo intenso a la muerte TD D MD I MA A TA

19. Evito totalmente pensar en la muerte TD D MD I MA A TA

20. El tema de una vida después de la muerte me

preocupa mucho

TD

D

MD

I

MA

A

TA

Actitudes Hacia la Muerte en Adultos Mayores en Fase Terminal 85

21. Me asusta el hecho de que la muerte signifique el

fin de todo tal como lo conozco

TD

D

MD

I

MA

A

TA

22. Ansío reunirme con mis seres queridos después de

morir

TD

D

MD

I

MA

A

TA

23. Veo la muerte como un alivio del sufrimiento

Terrenal

TD

D

MD

I

MA

A

TA

24. La muerte es simplemente una parte del proceso

de la vida

TD

D

MD

I

MA

A

TA

25. Veo la muerte como un pasaje a un lugar eterno y

bendito

TD

D

MD

I

MA

A

TA

26. Intento no tener nada que ver con el tema de la

muerte.

TD

D

MD

I

MA

A

TA

27. La muerte ofrece una maravillosa liberación del

alma

TD

D

MD

I

MA

A

TA

28. Una cosa que me Consuela al afrontar la muerte es

mi creencia en una vida después de la misma

TD

D

MD

I

MA

A

TA

29. Veo la muerte como un alivio de la carga de esta

vida.

TD

D

MD

I

MA

A

TA

30. La muerte no es buena ni mala. TD D MD I MA A TA

31. Espero una vida después de la muerte TD D MD I MA A TA

32. Me preocupa la incertidumbre de no saber que

ocurre después de la muerte

TD

D

MD

I

MA

A

TA