ACCION DE REPARACION DIRECTA – Actos terroristas / DAÑO ANTIJURIDICO -Muerte de
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ACCION DE REPARACION DIRECTA – Actos terroristas / DAÑOANTIJURIDICO - Muerte de civiles causada por explosión decarro bomba contra miembros de la policía
El 16 y 22 de febrero de 1991, fallecieron respectivamenteMary Luz Restrepo Montoya y Dairo de Jesús Vallejo Gallego.Según las constancias de necropsias y copias de las actas delevantamiento de cada cadáver (…), se conoce que ambasmuertes fueron causadas por la explosión de un carro-bomba enlas inmediaciones de la Plaza de Toros La Macarena deMedellín
DAÑOS OCASIONADOS POR TERCEROS - Responsabilidad del estado /RESPONSABILIDAD DEL ESTADO – Por omisión en la protecciónsolicitada / HECHO PREVISIBLE – No se realizó actuacióndirigida a evitar ataque / HECHO OCASIONADO POR TERCEROS –Dirigido contra establecimiento militar
Los daños sufridos por las víctimas de actos terroristascometidos por terceros son imputables al Estado cuando en laproducción del hecho intervino la administración, a través dela acción u omisión constitutivas de falla del servicio, comoen los eventos en los cuales el hecho se produce con lacomplicidad de miembros activos del Estado, o la personacontra quien iba dirigido el acto había solicitado proteccióna las autoridades y éstas no se la brindaron o lo hicieronindebidamente, o porque, en razón de las especialescircunstancias del momento, el hecho era previsible y no serealizó ninguna actuación dirigida a evitar o enfrentareficientemente el ataque (…) se ha declarado responsable alEstado por los daños ocasionados por terceros en casos en queel hecho fue dirigido contra un establecimiento militar opolicivo, un centro de comunicaciones o autoridades estatales
NOTA DE RELATORIA: Consultar sentencia 23 de septiembre de1994, Exp: 7577 MP: Julio Cesár Uribe Acosta
RESPONSABILIDAD POR FALTA DE SEGURIDAD DE MIEMBROS DE LAPOLICIA – Ocasionó que terceros causara explosión de carrobomba cerca de plaza de toros / RESPONSABILIDAD DE LASFUERZAS MILITARES - Inexistencia / RESPONSABILIDAD POR FALTADE PROTECCION A POBLACION CIVIL – Falta de acreditación
De un análisis racional de los hechos probados que sedetallaron ut supra, en el presente no se acreditó queexistiera una amenaza contra el evento, mientras que de otro
lado se demostró que las autoridades de policía planearon yejecutaron un dispositivo de seguridad apropiado -pues no sedemostró lo contrario-, tendiente a brindar tranquilidad a laXX FERIA TAURINA adelantada en Medellín entre enero y febrerode 1991, concretamente el día 16 de febrero según orden deservicios n.° 003 de ese año (…) También se encuentra probadoque las muertes de los señores Mary Luz Restrepo Montoya yDairo de Jesús Vallejo Gallego, fueron causadas por laexplosión de un carro-bomba dirigido contra miembros de lafuerza pública, el cual fue activado en Medellín el día antesseñalado a la salida de la corrida de toros cumplida en laPlaza La Macarena.
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR ACTOS TERRORISTAS - Ocasionadopor terceros al activar vehículo que explotó y causó muertede civiles / RESPONSABILIDAD DEL ESTADO – Por actosterroristas contra la población civil / RESPONSABILIDAD DELESTADO – Imputación al estado por ataques terroristasdirigido contra miembros de la policía.Todas las autoridades que intervinieron en el evento dancuenta de que los alrededores de la Plaza de Toros,concretamente la parte inferior del puente San Juan,exactamente donde fue detonado el artefacto explosivo, erautilizado por los miembros de la fuerza pública como lugar dereunión; de allí que se pueda inferir que el ataque no ibaprecisamente dirigido contra la población civil, sino contralas autoridades de policía, razón por la cual la explosiónimpactó el sitio donde éstas se habitualmente se apostaban.Esto es así, porque de haberse dirigido contra la poblacióncivil en un acto de amedrentamiento, se habría elegido unlugar de mayor impacto en los alrededores de la plaza y unahora de mayor aglomeración; y no la parte inferior de unpuente y a las 6:20 p.m., finalizado el evento.
PERJUICIOS MORALES – Indemnización / PERJUICIOS MORALES –Reconocimiento en salario mínimo mensual legal vigente /PERJUICIOS MORALES – Tasación del perjuicio con fundamento encriterio de equidad. _ PERJUICIOS – Parámetros paraindemnización.
Cuando se demuestra el padecimiento de un perjuicio moral ensu mayor grado -caso de muerte del padre, hijo, cónyuge ocompañero sentimental-, se reconoce una indemnizaciónequivalente a 100 salarios mínimos mensuales legalesvigentes. Por lo anterior, es procedente que la Sala fije en
s.m.m.l.v con aplicación de la facultad discrecional que leasiste frente a estos casos.
NOTA DE RELATORIA: Referente a reconocimiento de perjuiciosmorales en salarios mínimo legal mensual vigente, consultarsentencia de 6 de septiembre de 2001, Exp.13232. En relacióncon la discrecionalidad del juez para indemnización deperjuicios morales consultar sentencia de 11 de febrero de2009, Exp.14726 . MP. Miryam Guerrero de Escobar
CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCION TERCERA
SUBSECCION B
Consejera ponente: STELLA CONTO DIAZ DEL CASTILLO
Bogotá D.C., treinta de enero de dos mil doce.
Radicación número: 05001-23-26-000-1993-00167-01(20786)
Actor: GLORIA ELENA RESTREPO MONTOYA Y OTROS
Demandado: NACION-MINISTERIO DE DEFENSA-POLICÍA NACIONAL YOTRO
Referencia: ACCION DE REPARACION DIRECTA
Procede la Sala a resolver el recurso de apelación formulado
por la Nación-Ministerio de Defensa-Policía Nacional, contra
la sentencia del 26 de febrero de 2001 proferida por la Sala
Primera de Descongestión con sede en Medellín del Tribunal
Contencioso Administrativo de Antioquia, mediante el cual se
concedieron las siguientes pretensiones (fls. 545 y 546, C-
2°):
(…)
PRIMERO: DECLARAR la responsabilidad patrimonial de naturalezaextracontractual de LA NACIÓN (MINISTERIO DE DEFENSA-POLICÍANACIONAL) por la muerte de los señores DAIRO DE JESÚS VALLEJO GALLEGO yMARY LUZ RESTREPO MONTOYA en hechos acaecidos el 16 de febrero de1991, en inmediaciones de la Plaza de Toros La Macarena del Municipio deMedellín, cuando explotó un carrobomba en ataque perpetrado en contra dela Policía Nacional; y por consiguiente, es responsable de los perjuiciosocasionados a los demandantes.
SEGUNDO: En consecuencia, CONDENAR a LA NACIÓN COLOMBIANA(MINISTERIO DE DEFENSA-POLICÍA NACIONAL), por concepto de PERJUICIOSMORALES a pagar: a) A los padres de Mary Luz Restrepo Montoya, o sea a:JULIO JAIME RESTREPO URIBE y ALICIA MONTOYA DE RESTREPO, una sumaequivalente, en moneda nacional, a mil (1000) gramos de oro, para cadauno. b) A la madre de Dairo de Jesús Vallejo Gallego, o sea a: DANIEL VALLEJORESTREPO y LAURA MARÍA VALLEJO RESTREPO, una suma equivalente, enmoneda nacional, a dos mil (2000) gramos de oro, para cada uno. d) (sic.) Alos hermanos de Mary Luz Restrepo Montoya, o sea a: DORA ALICIA, RAMIROALBERTO, GLORIA HELENA y JONHS JULIO RESTREPO MONTOYA, una sumaequivalente, en moneda nacional, a quinientos (500) gramos oro, para cadauno. y d) A los hermanos de Dairo de Jesús Vallejo Gallego, o sea a: HÉCTORRODRIGO, ALVA ROSIO (sic.) y HERNÁN RAMIRO VALLEJO GALLEGO, unasuma equivalente, en moneda nacional, a quinientos (500) gramos oro, paracada uno. El valor del gramo oro según certificación del Banco de laRepública al momento de la ejecutoria de la sentencia.
TERCERO: CONDENAR a LA NACIÓN COLOMBIANA (MINISTERIO DE DEFENSA-POLICÍA NACIONAL) por concepto de PERJUICIOS MATERIALES a pagar a:DANIEL VALLEJO RESTREPO la suma de CUARENTA Y UN MILLONESQUINIENTOS CUARENTA Y CINCO MIL CIENTO DIEZ PESOS M/L. ($41´545.110,00) y a LAURA MARÍA VALLEJO RESTREPO la suma de CINCUENTA YTRES MILLONES NOVECIENTOS TREINTA Y NUEVE MIL CUATROCIENTOSDIECISÉIS PESOS M/L. ($53´939.416,00).
CUARTO: NEGAR las peticiones de la demanda formuladas en contra delMunicipio de Medellín.
QUINTO: La Nación descontará de lo que deba pagar a los demandantes, lassumas que éstos hayan recibido en virtud del artículo 47 de la Ley 104 de1993.
SEXTO: Se dará cumplimiento a los artículos 176, 177 y 178 del CódigoContencioso Administrativo.
SÉPTIMO: NEGAR las demás súplicas de la demanda. De no ser apeladaenvíese en consulta al Honorable Consejo de Estado. No hay costas.
I. ANTECEDENTES
1. HECHOS DE LA DEMANDA
La pate accionante relató (fls. 62 a 108, C-1°) que el 16 de
febrero de 1991, debajo del puente San Juan en la calle 44
con la carrera 63, a la altura de la Plaza de Toros de La
Macarena en la ciudad de Medellín, explotó un carro-bomba de
200 kgs. de dinamita, utilizado por delincuentes para atacar
a una patrulla de la Policía Nacional.
Se adujo en la demanda que los señores Mary Luz Restrepo
Montoya y Dairo de Jesús Vallejo Gallego, quienes salían de
un evento taurino en la referida plaza, fueron alcanzados por
la onda explosiva del artefacto, motivo por el cual
fallecieron respectivamente el 16 y el 22 de febrero de 1991.
Luego de detallar los diferentes actos terroristas que
perpetraron en aquella época los diferentes grupos de
narcotraficantes perseguidos por la justicia y en pugna con
el Estado por la aprobación de la extradición, en el escrito
demandatorio se hacen las siguientes imputaciones a la
Policía Nacional y al municipio de Medellín:
(…)
16.- La explosión dinamitera del 16 de febrero de 1991 en Medellín constituyeun hecho notorio, que no debieron soportar las víctimas inocentes. Por esolas muertes de DAIRO DE JESÚS VALLEJO GALLEGO y MARY LUZ RESTREPOMONTOYA deben ser indemnizadas. No es equitativo que personas ajenas alservicio público de protección del Estado, que nada tenían que ver conquienes fraguaron el atentado, hayan sufrido las consecuencias del mismo.
(…)
20.- En la presente demanda no hago responsable a la Nación por la muertey heridas a unas personas ocurridas en un hecho aislado. He demostradoque por la época en que acontecieron los hechos existía una guerradeclarada por el gobierno contra el narcotráfico.
21.- La bomba detonada el 16 de febrero de 1991 (…), después delespectáculo taurino y dirigido contra una patulla del F2 de la PolicíaNacional, tenía dicho objetivo. No fue por tanto para asesinar a MARY LUZRESTREPO MONTOYA ni a DAYRO (sic.) DE JESÚS VALLEJO GALLEGO, ni a lasotras víctimas. Si así hubiera sido, cabría sostener la exoneración de laresponsabilidad por el hecho de un tercero. Las bombas eran colocadas paradesestabilizar el orden legal y crear un clima de zozobra. En una palabrapara atentar contra la Policía Nacional.
22.- El MUNICIPIO DE MEDELLÍN es igualmente responsable, porque a élcorrespondía el cerramiento de vías, la delimitación y señalamiento de zonasde parqueaderos para automóviles alrededor de la Plaza de Toros de laMacarena y la coordinación de todo el dispositivo de seguridad delespectáculo público, amenazado por rumores de bombas de terroristas.
23.- EL MUNICIPIO DE MEDELLÍN y LA POLICÍA NACIONAL, en uso defacultades expresas y ante la imposibilidad de garantizar seguridad en susvidas a los asociados debieron cancelar el espectáculo taurino del día 16 defebrero de 1991 en la Plaza de La Macarena de Medellín, pero no lo hicierony tampoco adoptaron todas las medidas preventivas de seguridad necesariaspara evitar dicho hecho dinamitero.
(…)
26.- Las muertes de MARY LUZ RESTEPO MONTOYA y DAIRO DE JESÚS VALLEJOGALLEGO se deben indemnizar siguiendo el principio de derecho de laEQUITATIVA DISTRIBUCIÓN DE LAS CARGAS PÚBLICAS porque es equitativo
que los daños sufridos por los demandantes se indemnicen puesto que laprotección de las personas corre a cargo de la Nación, y todos debemoscontribuir a la equitativa distribución de esas cargas públicas que debemossoportar para el buen desarrollo de la comunidad.
27.- Pero también hubo una FALLA EN LA PREVENCIÓN DEL DELITO, porqueno obstante existir una situación de amenaza directa contra el espectáculotaurino y en especial contra la Policía Nacional los días anteriores, por lamuerte de los hermanos Priscos (24 de enero de 1991–banda de sicarios), niel Municipio de Medellín ni la Policía Nacional tomaron las más mínimasmedidas preventivas de seguridad para proteger la vida de los asistentes adicho espectáculo público el día 16 de enero (sic.) de 1991, como sedesprende de las medidas adoptadas en similares casos después de dichatragedia.
(…)
37.- La Nación tímidamente, ha cumplido parcialmente con susresponsabilidades y obligaciones en esta materia creando la FUNDACIÓNPARA LAS VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA, adscrita al departamento dePlaneación de la Presidencia de la República, que dotada de presupuesto, yprevio el lleno de algunos requisitos ha cancelado algunas sumas de dinero alas víctimas de estas tragedias.
(…)
39.- El Municipio de Medellín a través de la Secretaría de Transportes yTránsito, el Comité Metropolitano de Emergencia, el Comité InterinstitucionalMetropolitano del Sector Salud, la Policía Nacional, El Ejército Nacional etc.,diseñaron [para el año 1993] el plan de prevención y operativo en lasegunda versión de la Feria taurina de La Macarena.
(…)
2. LAS PRETENSIONES
El 9 de febrero de 1993, -a través de apoderado- los padres,
hermanos e hijos de los fallecidos Dairo de Jesús Vallejo
Gallego y Mary Luz Restrepo Montoya a saber: Laura María y
Daniel Vallejo Restrepo (hijos) representados por su
respectiva tutora y curadora; Julio Jaime Restrepo Uribe y
Alicia Montoya de Restrepo (padres de Mary Luz Restrepo
Montoya); John Julio, Gloria Helena, Dora Alicia y Ramiro
Alberto Restrepo Montoya (hermanos de Mary Luz Restrepo
Montoya); María Olivia Gallego de Vallejo (madre de Dairo de
Jesús Vallejo Gallego) y Hernán Ramiro y Héctor Rodrigo
Vallejo Gallego y Alba Rocío Vallejo de Ruíz (hermanos de
Dairo de Jesús Vallejo Gallego); formularon ante el Tribunal
Contencioso Administrativo de Antioquia acción de reparación
directa contra la Nación-Ministerio de Defensa-Policía
Nacional y el Municipio de Medellín, pretendiendo que, previo
a la declaratoria de responsabilidad patrimonial a cargo de
las demandadas por las referidas muertes a causa de la
explosión del 16 de febrero de 1991, se acceda a las
siguientes indemnizaciones:
(…)
SEGUNDA.- Condenar a LA NACIÓN (Ministerio de Defensa, Policía Nacional) yal MUNICIPIO DE MEDELLÍN, a título de indemnización de PEJUICIOSMORALES el equivalente en pesos de las siguientes cantidades de oro finosegún su precio internacional certificado por el Banco de la República a lafecha de ejecutoria de la sentencia de segunda instancia:
1.- Para DANIEL VALLEJO RESTEPO, dos mil (2.000) gramos de oro fino, así:mil (1.000) gramos de oro por su condición de hijo de MARY LUZ RESTREPOMONTOYA, y mil (1.000) gramos de oro por su condición de hijo de DAIRO DEJESÚS VALLEJO GALLEGO.
2.- Para LAURA MARÍA VELLEJO (sic.) RESTREPO, dos mil (2.000) gramos deoro fino, así: mil (1.000) gramos de oro por su condición de hijo de MARY LUZRESTREPO MONTOYA, y mil (1.000) gramos de oro por su condición de hijo deDAIRO DE JESÚS VALLEJO GALLEGO.
3.- Para JULIO JAIME RESTREPO URIBE y ALICIA MONTOYA DE RESTREPO, mil(1.000) gramos de oro fino, A CADA UNO, por su condición de padres deMARY LUZ RESTREPO MONTOYA.
4.- DORA ALICIA, RAMIRO ALBERTO, GLORIA HELENA Y JOHNS o JHON JULIORESTREPO MONTOYA, quinientos (500) gramos de oro fino, A CADA UNO, porsu condición de hermanos de MARY LUZ RESTREPO MONTOYA.
5.- MARÍA OLIVIA GALLEGO DE VALLEJO, mil (1.000) gramos de oro fino, en sucondición de madre de DAIRO DE JESÚS VALLEJO GALLEGO.
6.- HÉCTOR RODRIGO, ALVA ROSIO o ALBA ROCÍO y HERNÁN RAMIRO VALLEJOGALLEGO, quinientos (500) gramos de oro fino, A CADA UNO, en su condiciónde hermanos de DAIRO DE JESÚS VALLEJO GALLEGO.
TERCERA.- Condenar a LA NACIÓN (Ministerio de Defensa, Policía Nacional) apagar a favor de los demandantes DANIEL VALLEJO RESTREPO, LAURA MARÍAVALLEJO RESTREPO, ALICIA MONTOYA DE RESTREPO, JULIO JAIME RESTREPOURIBE y MARÍA OLIVIA GALLEGO DE VALLEJO, a título de indemnización porPERJUICIOS MATERIALES con motivo de la muerte de MARY LUZ RESTREPOMONTOYA y DAIRO DE JESÚS VALLEJO GALLEGO, según las siguientes bases deliquidación:
1.- Ingreso mensual.
2.- El cálculo de la vida probable de la víctima según las tablas desupervivencia aprobadas por la Superintendencia Bancaria.
3.- Actualizada la condena según la variación porcentual del índice de preciosal consumidor existente entre el 4 de febrero de 1991 y el que exista cuandose produzca el fallo de segunda instancia, o el auto que liquide los perjuicios.
4.- La fórmula matemática financiera aceptada por el H. Consejo de Estado,teniendo en cuenta además, la indemnización debida o consolidada y lafutura.
(…).
3. INTERVENCIÓN PASIVA
3.1 La Policía Nacional
La Nación-Ministerio de Defensa-Policía Nacional, se opuso a
las pretensiones de la demanda (fls. 116 a 120, ib.). Resaltó
que “[l]a guerra que el narcotráfico desarrolló fue contra el País entero, mejor
contra la NACIÓN entera, sin distingos, cualquier muerto era bueno para el
narcoterrorismo, el terrorista no discrimina, el fin justifica los medios para el
terrorista”.
Bajo la anterior premisa, descartó la responsabilidad de la
Policía Nacional en relación con los hechos luctuosos que se
refieren en la demanda, “ni siquiera esgrimiendo teorías como la del
DAÑO ANTIJURÍDICO, DAÑO ESPECIAL o la que consulta el principio de la igualdad
ciudadana ante las cargas públicas”. Agrega que “[l]os daños ocasionados
por los hechos narrados, no son fruto de la acción u omisión de la Institución
Policial. Es la delincuencia la que no distingue, no discrimina sus víctimas y por
esto ante ella sí existe igualdad”.
Así las cosas, concluyó que “[e]l ciudadano debe asumir ante el
terrorismo implantado por la delincuencia organizada ante la ingente
responsabilidad frente a su propia vida y frente a la Comunidad o Sociedad de la
que no puede alejarse o aislarse. Es una cuota (grande) del sacrificio que cada
quien debe soportar para la reconstrucción moral y física de la Patria”.
3.2 Municipio de Medellín
La entidad territorial demandada también se opuso a las
pretensiones de la demanda [fls. 122 a 136, ib.]. Frente a
los hechos adujo que la actividad terrorista por ser
imprevisible e irresistible configura la causal de
exoneración relativa al hecho de un tercero; agrega que la
guerra contra el narcotráfico la declaró el gobierno nacional
y las autoridades locales no fueron consultadas para dicho
propósito ni contaban con mecanismos para prevenir el delito.
Para descartar las pretensiones, el municipio demandado
expuso los siguientes argumentos: (i) la guerra contra el
narcotráfico fue declarada por el gobierno nacional sin
participación de las autoridades locales; (ii) los daños
fueron producidos por un acto terrorista, actividad criminal
“que escapa a toda previsión, prevención o medidas que pueda adoptar
determinado Estado o Gobierno”, caracterizada por “la espontaneidad y
clandestinidad”; (iii) “el terrorismo es un hecho que escapa a las
posibilidades reales que tiene el Estado Colombiano para contrarrestarlo”, lo
cual apoya en la sentencia del 24 de octubre de 1991 de esta
Sección y (iv) la entidad territorial no conocía de amenazas
concretas contra el evento taurino y a pesar de no poder
disponer de la fuerza pública en atención a los decretos de
Estado de Sitio n.° 677 del 28 de marzo de 1990 y n.° 192 del
29 de marzo del mismo año, se realizaron las gestiones
pertinentes ante las diferentes autoridades (bomberos,
tránsito y policía) para procurar la seguridad ciudadana.
4. ALEGATOS
4.1 Municipio de Medellín
La entidad territorial demandada, luego de relatar las
circunstancias que rodearon el acto terrorista -acápite en el
cual resaltó la inexistencia de amenaza alguna contra el
evento taurino-, consideró que no se puede saber contra quién
iba dirigida la actividad delincuencial y adicionalmente
detalla que las autoridades locales cumplieron lo de su cargo
al gestionar las medidas de seguridad del evento. De lo
anterior concluyó que no se puede predicar falla en la
prestación del servicio que justifique la responsabilidad
patrimonial deprecada (fls. 485 a 498, ib.).
4.2 Policía Nacional
A su turno, la Nación-Ministerio de Defensa-Policía Nacional
destacó la inexistencia de falla en la prestación del
servicio que permita imputarle los daños causados a los
actores con el imprevisible e irresistible acto terrorista,
sobre todo porque a tiempo de los hechos esas actividades
criminales eran indiscriminadas (fls. 504 a 506-A, ib.).
4.3 Parte demandante
En síntesis la parte demandante solicitó que se declare la
responsabilidad patrimonial del Estado tal como lo hizo ésta
sección, por los mismos hechos, en sentencia del 23 de julio
de 1998, M.P. Rodríguez Villamizar, providencia que
transcribe en el escrito de alegaciones (fls. 244 a 257,
ib.).
II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA
Mediante sentencia del 26 de febrero de 2001, La Sala Primera
de Descongestión del Tribunal Contencioso Administrativo de
Antioquia con sede en Medellín resolvió declarar
patrimonialmente responsable a la Policía Nacional, para lo
cual consideró lo siguiente (fls. 517 a 546, C-2°):
(…)
En el presente caso, analizada la prueba recaudada y que ha sido señaladaen el acápite correspondiente de esta providencia, debe descartarse laocurrencia de una falta o falla en el servicio, como causa de la ocurrencia delhecho generante del daño reclamado. Es claro que el Municipio de Medellínrealizó toda la actividad que le era exigible para la organización del evento yque solicitó de la Policía Nacional la toma de medidas de seguridad paragarantizar la tranquilidad durante el espectáculo taurino. Es claro que sedesplegaron fuertes medidas de seguridad y la presencia de la fuerza públicafue adecuada en el lugar.
Por tanto para la Sala es claro que no puede endilgarse responsabilidad en elhecho al Municipio de Medellín y deberá absolverse.
Ahora, también quedó plenamente establecido que el ataque terrorista fuedirigido contra la Policía Nacional, como institución, pues es claro que elartefacto explosivo fue ubicado en el lugar donde regularmente seestacionan los vehículos de la fuerza pública y, además, no fue detonadohasta tanto el espectáculo taurino había culminado y las personas ya habíanevacuado en su mayoría el lugar. con toda seguridad en espera de que en elsitio estuvieran reunidos gran número de Agentes de la Policía. Inclusive unode los testigos señala que el vehículo de la Policía que más sufrió, ya estabaen marcha.
También es claro y fue un hecho notorio que en esa época las personasdedicadas al narcotráfico, le declararon una guerra al Estado y comoestrategia utilizaron los atentados contra los Agentes de la Policía.
Por tanto, para la Sala considera (sic.) que debe declararse laresponsabilidad de la Nación (Ministerio de Defensa-Policía Nacional), noporque con su comportamiento haya vulnerado el orden jurídico, sinoporque las víctimas no tenían la obligación jurídica de soportar los dañosirrogados por la guerra que en esos momentos estaban librando lasinstituciones contra un grupo de personas que se habían colocado al margende la ley y querían, a toda costa, desestabilizar el orden jurídico einstitucional. Es evidente que en el presente caso es aplicable la teoría deldaño especial en los términos que arriba fueron expuestos y que ha sidoelaborada por la Jurisprudencial del H. Consejo de Estado. La Nación es laentidad llamada a “proteger a todas las personas residentes en Colombia, en
su vida honra y bienes, creencias y demás derechos y libertades…” (art. 2° dela Constitución Nacional); y de dicha entidad dependen la fuerza pública queestá integrada por las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, al tenor delartículo 216 de la C.N. siendo la Policía Nacional un cuerpo armado a cargode la Nación, cuyo fin primordial es mantener las condiciones necesariaspara el ejercicio de los derechos y libertades públicas y para asegurar unaconvivencia pacífica (artículo 218 ídem).
Como la ley 104 de 1993 consagró la posibilidad de que el Estado indemnicea las víctimas de actos terroristas, deberá señalarse que la Nación podrádescontar de lo que deba pagar a los demandantes, las sumas que éstoshayan recibido en virtud de los dispuesto en el artículo 47 de la ley 104 de1993.
(…).
III. SEGUNDA INSTANCIA
1. RECURSO DE APELACIÓN
Inconforme con la sentencia proferida en su contra, la
Policía Nacional impugnó la decisión para que se revoque y en
su lugar se nieguen las pretensiones (fls. 570 a 577, ib.).
En síntesis plantea el censor que no puede colegirse, como lo
hizo el tribunal de primera instancia, que la acción iba
dirigida contra la Policía Nacional por cuanto el hecho
terrorista se cumplió en el marco de la guerra que el
narcotráfico le declaró al gobierno nacional, mediante
actividades criminales que pretendían desestabilizar el orden
público.
Por último, resalta que la presencia de uniformados descarta
la configuración de falla en la prestación del servicio, pues
la Policía Nacional adoptó las medidas razonables de
seguridad que le eran exigibles.
2. ALEGATOS FINALES
En su escrito de alegaciones (fls. 590 a 595, ib.) la Policía
Nacional reitera los planteamientos expuestos en la
fundamentación del recurso, señalando una vez más la ausencia
de falla en la prestación del servicio y la imposibilidad de
concluir que el acto terrorista fue dirigido contra la
Policía Nacional, toda vez que la guerra de los
narcotraficantes contra el gobierno nacional pretendía
desestabilizar el orden público.
3. CONCEPTO DEL MINISTERIO PÚBLICO
La Procuraduría Quinta delegada ante el Consejo de Estado
(fls. 597 a 605, ib.) considera que la sentencia debe
confirmarse, pues el material probatorio demuestra que el
sitio donde fue activado el carro-bomba era el utilizado por
la Policía Nacional para ubicar sus vehículos.
IV. CONSIDERACIONES DE LA SALA
1. COMPETENCIA
Esta Corporación es competente para conocer del presente
asunto, en razón del recurso de apelación interpuesto por la
Policía Nacional en contra de la sentencia que accedió
parcialmente a las pretensiones, dado que la cuantía de la
demanda alcanza la exigida en vigencia del Decreto 597 de
19881, para que la segunda instancia de un proceso adelantado
en ejercicio de la acción de reparación directa sea conocida
por el Consejo de Estado.
Ahora bien, como los hechos que se estudian en el presente
caso datan del 16 de febrero de 1991 y la demanda se presentó
el 9 de febrero de 1993 (fl. 108, C-1°), advierte la Sala que
la acción de reparación directa fue propuesta dentro del
término bienal de caducidad previsto en el art. 136 del
C.C.A., por lo que corresponde resolver de fondo.
2. PROBLEMA JURÍDICO
Debe la Sala resolver el recurso de apelación instaurado por
la parte demandada, contra la sentencia que declaró la
responsabilidad patrimonial del estado fundada en que el acto
terrorista, a causa del cual perecieron los padres, hermanos
e hijos de los demandantes, fue dirigido en contra de la
Policía Nacional; por su parte, el impugnante contradice al a
quo porque, en su sentir, la actividad criminal fue
indiscriminada contra toda la sociedad civil en el marco de
la guerra declarada al gobierno nacional donde los
narcotraficantes pretendían romper el orden jurídico.
Por tanto, corresponde a la Sala determinar -en función de
los hechos probados- si el acto terrorista estaba o no
1 La cuantía para que un proceso iniciado en ejercicio de la acción dereparación directa en el año 1993 -cuando se presentó la demanda- tuvieravocación de segunda instancia ante esta Corporación era de $6´860.000 yla mayor de las pretensiones por daño moral asciende a $16´246.880,correspondientes a los 2.000 gramos oro (para el 9 de febrero de 1993,cuando se presentó la demanda, el Banco de la República vendía el gramooro a $8.123,44) solicitados por Laura María y Daniel Vallejo Restrepo.
dirigido contra la Policía Nacional o alguna otra institución
o personalidad significativa o representativa del Estado,
para de allí establecer la responsabilidad patrimonial del
mismo.
3. HECHOS PROBADOS
3.1 El daño
A partir de los registros civiles aportados con la demanda
(fls. 5, 6, 11 a 13 y 17 a 27, C-1°), en el presente caso
está demostrado que los señores Mary Luz Restrepo Montoya y
Dairo de Jesús Vallejo Gallego (graduados como Economistas
Industriales de la Universidad de Medellín el 11 de agosto de
1978 -fls. 170 a 172, ib.-), contrajeron nupcias el 5 de
diciembre de 1980 y procrearon a los demandantes Daniel y
Laura María Vallejo Restrepo.
Igualmente se estableció que la difunta Mary Luz Restrepo
Montoya fue hija de Julio Restrepo y Alicia Montoya y a la
postre hermana de Dora Alicia, Johns (sic.) Julio, Gloria
Elena y Ramiro Alberto Restrepo Montoya. Por su parte, en el
juicio está acreditado que el fallecido Dairo de Jesús
Vallejo Gallego fue hijo de Olivia Gallego y hermano de
Hernán Ramiro, Alva Rosio (sic.) y Héctor Rodrigo Gallego
Vallejo.
También se demostró que el 16 y 22 de febrero de 1991,
fallecieron respectivamente Mary Luz Restrepo Montoya y Dairo
de Jesús Vallejo Gallego. Según las constancias de necropsias
y copias de las actas de levantamiento de cada cadáver (fls.
7 a 10 y 204 a 206, ib.), se conoce que ambas muertes fueron
causadas por la explosión de un carro-bomba en las
inmediaciones de la Plaza de Toros La Macarena de Medellín el
16 de febrero de 1991. Este nexo causal lo corroboran los
informes de policía que se realizaron sobre el atentado,
escritos en los cuales se incluye a la pareja como víctimas
del suceso (fls. 251 y 296, ib.)
Según las declaraciones de renta del occiso Dairo de Jesús
Vallejo Gallego, éste durante los años gravables 1998 y 1990,
habría percibido los siguientes ingresos (fls. 56 a 61, ib.):
en 1989, $1´794.000 por salarios y demás ingresos laborales,
$4´447.400 por concepto de honorarios, comisiones y servicios
y $331.098 de dividendos y participaciones; y en 1990, $2
´009.515 por salarios y demás ingresos laborales, $2´093.800
por concepto de honorarios, comisiones y servicios, $940.143
de intereses y rendimientos financieros y $1´159.764 de
dividendos y participaciones.
Además, en el año de 1991, según declaración presentado para
el año gravable 1991, el referido señor Vallejo Gallego
obtuvo por valor de $2´556.000 correspondiente a salarios y
demás ingresos laborales y $229.000 a título de dividendos y
participaciones.
Las certificaciones allegadas, también permitieron establecer
que, desde el 1° de agosto de 1990, el señor Dairo de Jesús
Vallejo Gallego fue elegido como presidente de la corporación
sin ánimo de lucro “UNIÓN DE TRANSPORTADORES-UTRANS” (fls. 174
a 177, ib.) y que desde el año 1979 hasta su muerte se
desempeñó como gerente de TRANSPORTES SEGOVIA Y CÍA S.C.A.,
devengando un último salario de $215.625 mensuales (fl. 41,
ib.).
Por otro lado, amigos de la familia Vallejo Restrepo -señores
Tito Mejía Restrepo, Norma Lucía Turizo Rendón, Luz Elena
Tobón Arias y Beatriz Romero- dieron cuenta no sólo de las
relaciones estrechas de afecto que había entre los
desaparecidos esposos, sino el cariño y apoyo mutuos que se
prodigaban con sus respectivos hijos, padres y hermanos (fls.
390 a 399, ib.).
Los referidos testimonios detallaron que los fallecidos
percibían sus mayores ingresos del negocio del transporte al
explotar varios buses de su propiedad y fueron puntuales en
descartar alguna amenaza que se conociera en contra de la
pareja Vallejo-Restrepo.
3.2 Las condiciones en que ocurrió el acto terrorista
En el Oficio n.° 448 del mes de agosto de 1991, la SIJÍN de
la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá (fl. 294, ib.)
dio cuenta de que a las 6:20 p.m. del 16 de febrero anterior,
“cuando se había terminado la corrida de toros en la Plaza La Macarena, sujetos
desconocidos que al parecer esperaban la retirada del personal de la Sijín en
sus respectivos vehículos, los cuales se encontraban parqueados bajo el
puente de la Autopista Sur con Calle 44 San Juan, accionaron una carga
explosiva de aproximadamente 150 kilos de dinamita con metralla, dejando como
saldo 21 personas muertas entre ellas 9 miembros de la Policía Nacional y
resultaron heridos 139 personas particulares y 14 policías”.
Como ya se dijo en el acápite anterior, los señores Mary Luz
Restrepo Montoya y Dairo de Jesús Vallejo Gallego fueron
víctimas del referido atentado terrorista, por lo cual la
primera falleció en el acto y el segundo pereció seis días
después a causa de las lesiones sufridas.
Aunque para esa época en todo el territorio nacional,
especialmente en Bogotá, Cali y Medellín, se presentaban
continuamente ataques terroristas, provenientes de carteles
de narcotraficantes -registrados en diferentes medios de
comunicación regionales, nacionales y extranjeros-, hecho
notorio que no requiere prueba, a la luz del art. 177 del
C.P.C., tal como lo reconocieron en el sub lite las entidades
demandadas, no se conoce amenaza directa había contra la XX
FERIA TAURINA, adelantada en Medellín del 19 de enero al 18
de febrero de 19912.
El Comando de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá y
el Director General de la Policía Nacional fueron
reiterativos al informar, con relación al acto terrorista de
que se trata, que si bien “[s]e desconoce cuál era el objetivo de éstos
delincuentes, lo cierto es que allí se encontraban varios integrantes de la
Institución, uniformados y otros adscritos a la SIJÍN, perdiendo sus vidas varios de
ellos, (…) ya que precisamente el blanco predilecto de estos atentados era la
Institución Policial” (fls. 245 a 248, ib.).
Igualmente las autoridades del municipio de Medellín a saber:
el Comandante de Servicios Especiales de la Secretaría de
Tránsito y Transporte (fl. 400 a 403, ib.), el Director de la
División de Protección al Ciudadano, el Jefe de Asuntos
Legales de la Secretaría de Gobierno y la Supervisora de
2 Sobre la inexistencia de amenazas certificaron la Jefe de AsuntosLegales de la Secretaría de Gobierno Municipal de Medellín, la Jefe delDepartamento de Archivo de la Secretaría de Gobierno Municipal deMedellín, el Director de la Policía Nacional y el Comandante de laPolicía Metropolitana del Valle de Aburrá (fl. 190, 192, 245 y 247ib.).
Guardas (fls. 415 a 429, ib.)3, explicaron que el atentado
terrorista claramente iba dirigido contra la fuerza pública,
en tanto el artefacto explosivo fue detonado estratégicamente
en el sitio que desde 1989 ocupaban los miembros de seguridad
como la Policía, D.A.S., SIJÍN, etc.
Además de las anteriores declaraciones que puntualizan las
fuertes medidas de seguridad que se adoptaron, aunque no
había amenaza contra el evento taurino, en el expediente obra
copiosa documentación que pone de presente todo el plan
operativo.
Sobre el particular conviene destacar que el Secretario de
Gobierno Municipal de Medellín solicitó al Comandante de
Policía Metropolitana y al Secretario de Tránsito y
Transporte de Medellín su concurso para la seguridad del
evento, cierre de vías y organización de parqueaderos con
motivo de la XX FERIA TARUINA (fls. 137 y 138, ib.).
En este sentido, los Jefes de Departamento Administrativo y
Sección Vigilancia del Espacio Público de Medellín,
informaron que el 16 de febrero de 1991, 14 vigilantes de
espacio público y 2 conductores prestaron sus servicios al
evento bajo el mando de la Inspectora Primera de Vigilancia
del Espacio Público (fl. 139, ib.). Ese mismo día estuvieron
disponibles 18 bomberos (fl. 140, ib.) y 32 guardas de
tránsito (fl. 143 y 144, ib.).3 Éstas declaraciones fueron trasladadas a solicitud de la partedemandante y del demandado municipio de Medellín (fl. 405, ib.) del procesoadelantado por Lucía del Socorro Tamayo y otros contra los mismos sujetospasivos de la presente acción de reparación directa. Tales medios deconocimiento tienen valor probatorio al reunir las exigencias señaladasen el art. 185 del C.P.C., puntualmente porque la Nación-Ministerio deDefensa-Policía Nacional, aunque no coadyuvó la solicitud, fue parte enel proceso primigenio y participó en su recaudo.
Puntualmente el Jefe de Planeación (E) de la Policía
Metropolitana del Valle de Aburrá, elaboró el 16 de enero de
1991 la orden de servicio n.° 003 para “CONTROL FERIA TAURINA DE
LA CANDELARIA (sic.)” (fls. 224 a 233, ib.). En el “ANEXO n.° 1”
se detalla que el personal comprometido para el 16 de febrero
de 1991 estuvo conformado por 9 oficiales, 6 suboficiales y
11 integrantes del personal femenino adscrito a la
institución.
4. MARCO JURÍDICO4
Los daños sufridos por las víctimas de actos terroristas
cometidos por terceros son imputables al Estado cuando en la
producción del hecho intervino la administración, a través de
la acción u omisión constitutivas de falla del servicio, como
en los eventos en los cuales el hecho se produce con la
complicidad de miembros activos del Estado, o la persona
contra quien iba dirigido el acto había solicitado protección
a las autoridades y éstas no se la brindaron o lo hicieron
indebidamente, o porque, en razón de las especiales
circunstancias del momento, el hecho era previsible y no se
realizó ninguna actuación dirigida a evitar o enfrentar
eficientemente el ataque5.4 Se reitera el análisis hecho en la sentencia del 15 de noviembre de2011, expediente 19906, M.P. Ruth Stella Correa Palacio.
5 Con fundamento en ese título de imputación se accedió a las pretensionesde los demandantes en sentencias de la Sección Tercera de 11 de diciembrede 1990, exp. 5417, C.P. Carlos Betancur Jaramillo; 21 de marzo de 1991,exp. 5595, C.P. Julio César Uribe Acosta; 19 de agosto de 1994, exp. 9276y 8222, C.P. Daniel Suárez Hernández; 2 de febrero de 1995, exp. 9273,C.P. Juan de dios Montes; 16 de febrero de 1995, exp. 9040, C.P. Juan dedios Montes; 30 de marzo de 1995, exp. 9459, C.P. Juan de dios Montes; 27de julio de 1995, exp. 9266, C.P. Juan de dios Montes; 6 de octubre de1995, exp. 9587, C.P. Carlos Betancur Jaramillo; 14 de marzo de 1996,exp. 11038, C.P. Jesús María Carrillo Ballesteros; 29 de agosto de 1996,
También se ha declarado responsable al Estado por los daños
ocasionados por terceros en casos en que el hecho fue
dirigido contra un establecimiento militar o policivo, un
centro de comunicaciones o autoridades estatales6; por otro
lado, la administración ha sido absuelta cuando la actuación
delictiva buscó amenazar indiscriminadamente a la población,
sembrando pánico y desconcierto social, sin un objetivo
estatal específico, bien o persona, claramente identificable.
Ha precisado la Sala7:
(…)
Si el atentado es indiscriminado, no es selectivo, y tiene como finsembrar pánico y desconcierto social como una forma de expresión, porsus propias características cierra las puertas a una posibleresponsabilidad Estatal ya que es un acto sorpresivo en el tiempo y en elespacio, planeado y ejecutado sigilosamente, y por lo mismo, enprincipio imposible de detectar por los organismos encargados de laseguridad pública y como ya se ha dicho, los deberes del Estado, queson irrenunciables y obligatorios, no significan que sea por principioomnisciente, omnipresente ni omnipotente, para que respondaindefectiblemente y bajo toda circunstancia.
(…)
5. CASO CONCRETO
exp. 10949, C.P. Daniel Suárez Hernández y 11 de julio de 1996, exp.10822, C.P. Daniel Suárez Hernández, entre otras.6 Sentencia de 23 de septiembre de 1994, exp. 7577, C.P. Julio César UribeAcosta.7 Sentencia de 27 de enero 2000, exp. 8490, C.P. Jesús María CarrilloBallesteros. En igual sentido, sentencias de 15 de marzo de 1996, exp.9034, C.P. Juan de dios Montes; 28 de abril de 1994, exp. 7733, C.P.Julio César Uribe Acosta; 17 de junio de 1993, exp. 7533, C.P. JulioCésar Uribe Acosta; de 13 de mayo de 1996, exp. 10627, C.P. Daniel SuárezHernández, 5 de septiembre de 1996, exp. 10461, C.P. Jesús María CarrilloBallesteros 10 de agosto de 2000, exp. 11585, C.P. Alier Hernández; 21 defebrero de 2002, exp. 13661, C.P. Ricardo Hoyos Duque; 20 de mayo de2004, exp. 14405, C.P. Ramiro Saavedra Becerra, entre otras.
Tal y como se desprende de un análisis racional de los hechos
probados que se detallaron ut supra, en el presente no se
acreditó que existiera una amenaza contra el evento, mientras
que de otro lado se demostró que las autoridades de policía
planearon y ejecutaron un dispositivo de seguridad apropiado
-pues no se demostró lo contrario-, tendiente a brindar
tranquilidad a la XX FERIA TAURINA adelantada en Medellín
entre enero y febrero de 1991, concretamente el día 16 de
febrero según orden de servicios n.° 003 de ese año.
También se encuentra probado que las muertes de los señores
Mary Luz Restrepo Montoya y Dairo de Jesús Vallejo Gallego,
fueron causadas por la explosión de un carro-bomba dirigido
contra miembros de la fuerza pública, el cual fue activado en
Medellín el día antes señalado a la salida de la corrida de
toros cumplida en la Plaza La Macarena.
Es que todas las autoridades que intervinieron en el evento
dan cuenta de que los alrededores de la Plaza de Toros,
concretamente la parte inferior del puente San Juan,
exactamente donde fue detonado el artefacto explosivo, era
utilizado por los miembros de la fuerza pública como lugar de
reunión; de allí que se pueda inferir que el ataque no iba
precisamente dirigido contra la población civil, sino contra
las autoridades de policía, razón por la cual la explosión
impactó el sitio donde éstas se habitualmente se apostaban.
Esto es así, porque de haberse dirigido contra la población
civil en un acto de amedrentamiento, se habría elegido un
lugar de mayor impacto en los alrededores de la plaza y una
hora de mayor aglomeración; y no la parte inferior de un
puente y a las 6:20 p.m., finalizado el evento.
Por tanto, no es admisible el argumento del censor cuando
pretende mostrar que el ataque terrorista no iba dirigido
especialmente contra la Policía, siendo que los informes
oficiales rendidos por los mismos uniformados, reconocen
haber sido el objetivo, conclusión que se desprende de la
ubicación del explosivo y de la hora elegida para la
detonación.
Así las cosas, se procederá a confirmar la sentencia que
resolvió condenar a la Nación-Ministerio de Defensa-Policía
Nacional, por cuanto el ataque terrorista por el cual
murieron los esposos Vallejo-Restrepo fue dirigido
específicamente contra los miembros de esa fuerza armada.
6. LIQUIDACIÓN DE PERJUICIOS
6.1 Perjuicios morales
Con base en las pruebas practicadas dentro del trámite
contencioso, se tiene acreditado que los demandantes Daniel y
Laura María Vallejo Restrepo (hijos), Julio Restrepo y Alicia
Montoya (padres), Dora Alicia, Johns (sic.) Julio, Gloria
Elena y Ramiro Alberto Restrepo Montoya (hermanos), Olivia
Gallego (madre) y Hernán Ramiro, Alva Rosio (sic.) y Héctor
Rodrigo Gallego Vallejo (hermanos) son parientes de los
fallecidos Mary Luz Restrepo Montoya y Dairo de Jesús Gallego
Vallejo; así, por aplicación de las máximas de la
experiencia, puede inferirse razonablemente que los actores
padecieron una afección de orden moral por la muerte de sus
respectivos padres, hijos y hermanos.
Ahora bien, en la demanda se solicitó la indemnización de
perjuicios morales a razón de 2.000 gramos de oro para los
hijos, 1.000 para los padres y 500 para los hermanos,
condenas a las que se accedió en primera instancia; empero,
de acuerdo con el criterio que ha sido adoptado por la Sala -
Sentencia del 6 de septiembre de 2001, expediente No.
13.232-, cuando se demuestra el padecimiento de un perjuicio
moral en su mayor grado -caso de muerte del padre, hijo,
cónyuge o compañero sentimental-, se reconoce una
indemnización equivalente a 100 salarios mínimos mensuales
legales vigentes.
Por lo anterior es procedente que la Sala fije en s.m.m.l.v.
la indemnización de perjuicios de orden moral a favor de los
peticionarios, con aplicación de la facultad discrecional que
le asiste frente a estos casos8, la cual está regida por los
siguientes parámetros:
(i) La indemnización del perjuicio, que no se trata de
restitución ni de reparación, se hace a título de
compensación en cuanto “… la suma establecida no se ajustará nunca al
monto exacto del perjuicio, pero buscará, de alguna manera, restablecer el
equilibrio roto con su ocurrencia…”9; (ii) la tasación del perjuicio,
8 Dicha facultad discrecional debe ser ejercida de acuerdo con loslineamientos de la jurisprudencia de la Sala, los cuales “… descartan todafórmula mecánica o matemática y antes ilustran que esa decisión debe considerar lascircunstancias que rodearon los hechos y enmarcarse por los principios de razonabilidad…”(sentencia del 16 de junio de 1994, C.P. Juan de Dios Montes Hernández,radicación No. 7.445, actor: María Luisa Perdomo Lozada). Igualmentepuede verse, entre otras, la sentencia del 11 de febrero de 2009, C.P.Myriam Guerrero de Escobar, radicación No. 54001-23-31-000-1993-08025-01(N.I. 14726), actor: Domingo Antonio Bermúdez, decisión que constituyeuno de los muchos ejemplos de aplicación de la facultad discrecional enla tasación de perjuicios inmateriales.
9 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, SecciónTercera, sentencia del 6 de septiembre de 2001, C.P. Alier Eduardo
por razón de su naturaleza inmaterial, se establece con
fundamento en el criterio de la equidad; (iii) la
determinación del monto deberá sustentarse en los medios
probatorios que obran en el proceso, relacionados con las
características del perjuicio; y (iv) debe estar
fundamentada, cuando sea del caso, en otras providencias para
efectos de garantizar el principio de igualdad10.
En ese orden, la Sala reitera lo que se ha decidido en casos
similares al de autos, y determina una indemnización de
ciento ciencuenta (150) s.m.m.l.v. para cada hijo11, o sea,
Daniel y Laura María Vallejo Restrepo, por la muerte de su
madre y padre; cien (100) s.m.m.l.v. por la muerte de sus
hijos a Julio Restrepo, Alicia Montoya y Olivia Gallego y
cincuenta (50) s.m.m.l.v. para cada hermano, quiere decir,
Dora Alicia, Johns (sic.) Julio, Gloria Elena y Ramiro
Alberto Restrepo Montoya, así como Hernán Ramiro, Alva Rosio
(sic.) y Héctor Rodrigo Gallego Vallejo.
Hernández Enríquez, radicación n.° 13232.
10 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, SecciónTercera, sentencia del 8 de marzo de 2007, C.P. Mauricio Fajardo Gómez,radicación n.° 16205.
11 Si bien el tema del cúmulo de indemnizaciones por perjuicios morales nofue objeto de impugnación por el único apelante, vale la pena recordarque en el precedente de la Sección se ha admitido un incremento en laestimación, que no obedece a una suma matemática: “la Sala ha admitido laacumulación de indemnización por perjuicios morales en cabeza de un mismo demandantecuando se trata de personas afectadas por la muerte o lesiones de dos o más familiares cercanos,como el cónyuge, los padres, los hijos, los abuelos o los hermanos, o de quienes acreditendebidamente su afectación moral, en razón a que no puede desconocerse que el impactosentimental o emocional es mayor cuando son varias las víctimas que cuando se trata de una solapersona, pero dicho incremento no puede obedecer a una suma mateática de estos perjuiciospara cada una de ellas” -se resalta- (CE, Sección Tercera, sentencia del 27 de juliode 2000, exp. 12.788, M.P. Ricardo Hoyos Duque). En el mismo sentido puedenverse sentencias del 7 de noviembre de 1991, exp. 6.295; 31 de octubre de1997, exp. 10.696 y del 28 de septiembre de 1998, exp. 10.242.
6.2 Lucro cesante
El a quo sólo accedió a liquidar como lucro cesante los
ingresos percibidos por Dairo de Jesús Vallejo Gallego, en
tanto no halló probada renta a favor de Mary Luz Restrepo
Montoya. Ahora, aunque se acreditó que el occiso, solamente
como gerente de TRANSPORTES SEGOVIA Y CÍA S.C.A. devengó un
último salario de $215.625 mensuales (fl. 41, ib.), en
primera instancia se acogió la base de $143.537 que los
peritos nombrados para el efecto calcularon a partir de la
declaración de renta correspondiente a la vigencia fiscal
1990 (fl. 451, ib.). Este lucro, al que se le restó el 25% de
gastos propios del occiso -quedando en $107.652-, se le
concedió únicamente a los hijos de la pareja y sólo hasta que
cumplieran la mayoría.
Así las cosas, la Sala utilizará la misma base salarial12 de
$107.652 e igual tiempo, pues de acogerse el salario probado
-que es superior- o calcular el lucro hasta que los
descendientes cumplan la edad de 25 años -como lo sugiere la
jurisprudencia vigente-, se perjudicaría a la Policía
Nacional que fue la única parte apelante.
En lo que tiene que ver con la negativa del a quo a reconocer
a los hijos perjuicios materiales por la muerte de su madre,
no obstante que la decisión habrá de mantenerse en atención
del principio “no reformatio in peius”, la Sala considera del caso
advertir que ésta misma Subsección, atendiendo diferentes
12 CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera-Subsección “B”. Sentencia del 10 deagosto de 2011, exp. 20209, M.P. Stella Conto Diaz del Castillo.
disposiciones internacionales, ha reconocido perjuicios
patrimoniales por la muerte de una ama de casa13.
En este sentido, actualizado14 el ingreso base ($1´006.104),
el mismo se dividirá en proporciones iguales ($503.052) para
Daniel y Laura María Vallejo Restrepo. Al primero se le
liquidará el lucro desde el 16 de febrero de 1991 hasta el 28
de marzo de 2000 (9 años, 1 mes y 12 días, o sea: 109,4
meses) cuando cumplió su mayoría de edad (fl. 17, ib.) y a la
segunda desde el mismo 16 de febrero de 1991 hasta el 8 de
abril de 2003 (12 años, 1 mes y 23 días, o sea: 145,7 meses),
por lo mismo (fl. 18, ib.).
Así las cosas, la liquidación para Daniel Vallejo Restrepo
arroja lo siguiente:
V/ACTUAL $503.052 INTERES (i)
0,004867
TIEMPO (n)
109,4
n 109,4
S = V/ACTUAL (1+i)
-1
S=
$503.052 *
1,004867 -1
i 0,004867$72
´444.994,48
Por último, la liquidación para Laura María Vallejo Restrepo
arroja lo siguiente:
13 A la base salarial no se le tendrá en cuenta el adicional del 25% quejurisprudencialmente se considera de prestaciones sociales, pues fue unítem que el a quo también desestimó.
14 Se aplica la fórmula Ka = Kh * (IPC final / IPC inicial). El IPC defebrero de 1991 fue de 11,68 y el de diciembre de 2012 fue de 119,16.
V/ACTUAL $503.052 INTERES (i)
0,004867
TIEMPO (n)
145,7
n 145,7
S = V/ACTUAL (1+i)
-1
S=
$503.052 *
1,004867 -1
i 0,004867$106
´327.586,93
V. DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, en Sala de lo
Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección “B”,
administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la Ley,
FALLA:
PRIMERO. CONFIRMAR la sentencia del 26 de febrero de 2001,
proferida por la Sala Primera de Descongestión con sede en
Medellín del Tribunal Contencioso Administrativo de
Antioquia.
SEGUNDO. MODIFICAR las condenas impuestas en los numerales
segundo y tercero de la sentencia apelada, y en su lugar se
disponen las siguientes indemnizaciones a cargo de la Nación-
Ministerio de Defensa-Policía Nacional:
2.1 Por concepto de daño moral: ciento cincuenta (150)s.m.m.l.v. para cada hijo, o sea, Daniel y Laura MaríaVallejo Restrepo, por la muerte de sus dos padres; cien(100) s.m.m.l.v. para cada padre, esto es, Julio
Restrepo, Alicia Montoya y Olivia Gallego, por la muertede sus respectivos hijos y cincuenta (50) s.m.m.l.v.para cada hermano, quiere decir, Dora Alicia, Johns(sic.) Julio, Gloria Elena y Ramiro Alberto RestrepoMontoya, así como para Hernán Ramiro, Alva Rosio (sic.)y Héctor Rodrigo Gallego Vallejo, por la muerte de susrespectivos hermanos.
2.2 Por concepto de lucro cesante consolidado: $72´444.994 para Daniel Vallejo Restrepo y $106´327.587para Laura María Vallejo Restrepo.
TERCERO. De conformidad con lo dispuesto en los arts. 115 del
C.P.C. y 37 del Decreto 359 de 1995, para el cumplimiento de
esta sentencia EXPÍDANSE COPIAS con destino a las partes, que
serán entregadas al respectivo apoderado judicial en cada
caso.
CUARTO. En firme esta providencia, DEVUÉLVASE la actuación al
Tribunal de origen.
CÓPIESE, NOTIFÍQUESE y CÚMPLASE
Los Magistrados,
DANILO ROJAS BETANCOURTHPresidente
STELLA CONTO DIAZ DEL CASTILLO RUTH STELLA CORREAPALACIO