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La presente comunicación recoge los resultados ob- tenidos tras la ejecución de la Intervención Arqueo- lógica Preventiva realizada en la fachada de la Real Casa de la Moneda de Sevilla (números 3, 5 y 7 de calle Adolfo Rodríguez Jurado). La obra quedó justi- ficada ante el proyecto de rehabilitación del inmue- ble, basado en un programa de remodelación del es- pacio y formación de viviendas privadas que ocupasen su superficie. Los inmuebles se incluyen en la antigua ceca hispalense, declarada Bien de Interés Cultural con fecha de 21 de marzo de 1970. La amplia manzana que ocupa cuenta con la re- dacción de un Plan Especial de Protección por parte de la Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayunta- miento de Sevilla, 1 que obligaba a la realización de estudios arqueológicos sobre las fincas afectadas. Nótese que el edificio se forma de la suma de dife- rentes actuaciones sobre un Patrimonio edificado que tiene su origen en la ampliación de la muralla almo- rávide de Sevilla (siglo XII), evolucionando hasta al- canzar la función de ceca en siglo XVI. Aún a poste- riori siguió manifestando cambios de mejora, ampliación y consolidación; hasta el año de 1868, cuando perdida la función fabril se dedicó el enclave a lo residencial, hecho que permitió la intervención de nuevos arquitectos, que trabajando sobre estos in- muebles contribuyeron a poner las bases del Moder- nismo y el Regionalismo en la ciudad de Sevilla. Otro ensayo de arqueología aplicada al conocimiento de edificios históricos. La Real Casa de la Moneda de Sevilla Gregorio Manuel Mora Vicente Figura 1 Ubicación de la casa de la Moneda en el plano de Sevilla Figura 2 Ubicación del inmueble objeto de estudio dentro del con- junto de Casa de la Moneda

Transcript of 2009. Otro ensayo de arqueología aplicada al conocimiento de edificios históricos. La Real Casa de...

La presente comunicación recoge los resultados ob-tenidos tras la ejecución de la Intervención Arqueo-lógica Preventiva realizada en la fachada de la RealCasa de la Moneda de Sevilla (números 3, 5 y 7 decalle Adolfo Rodríguez Jurado). La obra quedó justi-ficada ante el proyecto de rehabilitación del inmue-ble, basado en un programa de remodelación del es-pacio y formación de viviendas privadas queocupasen su superficie. Los inmuebles se incluyen enla antigua ceca hispalense, declarada Bien de InterésCultural con fecha de 21 de marzo de 1970.

La amplia manzana que ocupa cuenta con la re-dacción de un Plan Especial de Protección por partede la Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayunta-

miento de Sevilla,1 que obligaba a la realización deestudios arqueológicos sobre las fincas afectadas.

Nótese que el edificio se forma de la suma de dife-rentes actuaciones sobre un Patrimonio edificado quetiene su origen en la ampliación de la muralla almo-rávide de Sevilla (siglo XII), evolucionando hasta al-canzar la función de ceca en siglo XVI. Aún a poste-riori siguió manifestando cambios de mejora,ampliación y consolidación; hasta el año de 1868,cuando perdida la función fabril se dedicó el enclavea lo residencial, hecho que permitió la intervenciónde nuevos arquitectos, que trabajando sobre estos in-muebles contribuyeron a poner las bases del Moder-nismo y el Regionalismo en la ciudad de Sevilla.

Otro ensayo de arqueología aplicada al conocimiento deedificios históricos. La Real Casa de la Moneda de Sevilla

Gregorio Manuel Mora Vicente

Figura 1Ubicación de la casa de la Moneda en el plano de Sevilla

Figura 2Ubicación del inmueble objeto de estudio dentro del con-junto de Casa de la Moneda

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Administrador
Texto escrito a máquina
Actas del Sexto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Valencia, 21-24 octubre 2009, eds. S. Huerta, R. Marín, R. Soler, A. Zaragozá. Madrid: Instituto Juan de Herrera, 2009

En este sentido, la finca cuenta con una doble cau-tela arquitectónica y arqueológica, a la que tuvimosque hacer frente durante la ejecución de nuestro pro-yecto. A nivel edilicio, la reserva respondía a edifica-ciones monumentales en grado Global B, lo que con-dicionaba la conservación del edificio en todos susaspectos arquitectónicos y artísticos, manteniendo suunidad y persiguiendo la recuperación de su estadooriginal.

En cuanto a la normativa arqueológica, los inmue-bles contaban con una doble protección subyacente yemergente. En ambos casos los niveles de protecciónson los máximos, ya que el Planeamiento entiendeque a lo largo de la superficie (a nivel de alzado o desubsuelo), se conservan restos de la muralla islámicade Sevilla, cuya localización marca la máxima caute-la de intervención, aumentando incluso la protecciónedilicia antes descrita al máximo nivel.2

Por lo tanto nuestro trabajo incorporó la supervi-sión de las estructuras subyacentes y emergentes,mediante la realización de análisis estratigráficos deexcavación y paramentales.

En el primer caso, aunque con estas actuacionesno se ha cubierto un alto porcentaje de la superficie,los resultados han aportado la localización de lienzosde muralla de diferente cronología (XII y XIII) y dostorres construidas en tapial, demolidas a diferentecota desde la rasante actual (entre los –0,30 y los–0,90 m), los cuáles flanquearon el paso a este con-junto hasta la construcción barroca de la portada ac-tual. Todos los elementos formaban parte de la cercasevillana.

La diferencia de cota descrita debe ponerse en re-lación a los momentos históricos en los que fueronarruinados. El espacio que ocupó la casa de la Mone-da germinó dentro del espacio común de una alcaza-ba, que dibujó un contorno edificado en su interiordesde el XIII; pero que comenzó a desmantelarse enlos siglos XVIII y XIX. A pesar de ello y por suertepara las generaciones venideras la cerca sigue en piebajo nuestros pies, ya que su fuerte material y consis-tencia condicionó que los esfuerzos en su destrucciónse economizaran, y quedasen los restos a nivel de ci-mentación de las construcciones que la sucedieron,cuando no integrada en sus alzados.

En cuanto al Patrimonio emergente, los estudiosparamentales se realizaron desde el interior de la re-sidencia, mediatizados por el estado de conservaciónde las fábricas, que permanecían apuntaladas en sus

dos caras. No obstante, fueron escogidas las seccio-nes básicas del edificio, sobre las que se desarrolló,tras su picado, el análisis estratigráfico. Como resul-tado de este trabajo, se ha formado un aparato tipoló-gico que incorpora clases de aparejo y vanos utiliza-dos en la residencia, estableciendo sobre cada uno unmatiz cronológico. Además el picado general de lassuperficies ha servido para la localización de diver-sos elementos y piezas cuya incorporación en el pro-ceso restaurador debe ser valorado por el equipo ar-quitectónico, por lo que fueron agrupadas en uninventario final.

Por lo que se refiere a los resultados paramentales,puede decirse que en los descritos se aprecia la hue-lla de los que han sido los grandes fenómenos cons-tructivos del momento, lo que nos indica la trascen-dencia de la construcción.

– Cerca almohade con ampliaciones en los si-glos XII y XIII.

– Edificio renacentista ejecutado por Juan deMinjares en 1585.

– Reformas barrocas de Sebastián Van der Borcht,entre los años de 1761–1763.

– Intervenciones de José Gómez Otero desde1875 al 94, que se basan en la reconversión deledificio fabril en espacio residencial.

Junto a las conclusiones de subsuelo han abiertoun nuevo panorama para entender la fábrica, y sobretodo para apuntalar con detalle las intervenciones deJuan de Minjares y de Sebastián Van der Borcht,atribuyendo a cada una nuevos aspectos.

EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA

La actuación ejecutada y descrita en el presente in-forme se basa en la excavación de dos sondeos estra-tigráficos. De ellos ha destacado la localización deestructuras pertenecientes a la muralla islámica, quese percibía a cuenta de un plano histórico sobre laalineación y estado actual de la calle en 1892, en elque aparecía dibujada la muralla y una torre.

Los resultados ofrecieron el conocimiento de estatorre y otra más, frontera, que formaba una puerta deacceso mantenida como paso al recinto hasta 1761.Además de ello fue localizado otro lienzo en alzadoy subsuelo que formaba parte del sistema defensivo

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de la puerta antes mencionada, siendo el muro fron-tero que constituyese el recodo de acceso original.

ANÁLISIS ESTRATIGRÁFICO DE PARAMENTOS

Se entiende esta propuesta como la aplicación delmétodo estratigráfico al estudio de los paramentos,por medio de su representación en plano y entendien-do cada hito en el mismo como un suceso que res-ponde a momentos cronológicos de su evolución. Elestudio parte del control del picado del muro, el co-nocimiento de su fábrica, afectaciones, y su diagnós-tico mediante un sistema de registros estratigráficosque parte del método Harris,3 si bien con variantesrelativas a la relación entre las unidades, que superanlas de anterioridad, coetaneidad o posterioridad, porla vinculación física de adosamiento, ruptura, trabasetc.4

Incorporados al trabajo, la primera toma de con-tacto con el inmueble se basó en el conocimientopormenorizado de su planta. Se trata de una superfi-cie irregular, formada por dos fincas desiguales sepa-radas en planta baja por un pasaje público (calle Ha-bana). Las fincas tenían accesos diferenciados y sehallaban incomunicadas, la posibilidad de una actua-ción conjunta en ambas parte de la disposición pro-puesta en el Plan Especial de Protección del Bien,que favorece su integración en un solo inmueble.Ambas edificaciones compartían parte de las facha-das principales (N y S) de la Real Casa de la Mone-

da, amén de integrar otros elementos propios de eta-pas anteriores de dicho recinto.

Grosso modo, el siguiente paso fue la formaciónde una nómina de los paramentos guías de la residen-cia, de manera que pudiésemos establecer las tapiasprincipales, que a la postre concentrarían los estudiosestratigráficos. También se llevó a cabo un repaso delas uniones entre las fábricas, estableciendo su con-temporaneidad según los lienzos quedasen trabados,o en relación de anterior o posterioridad si presenta-ban una situación de rotura; y por último se hizo unseguimiento de vanos, de manera que conociésemoscuáles eran originales o no a la fábrica donde se dis-tribuían, de manera que pudiésemos conocer los trán-sitos históricos del edificio.

Tras la ejecución de esos trabajos se obtuvierondos clasificaciones de aparejos y vanos. Cada tipoestá vinculado con un periodo histórico determinado,con lo que se confirman las diferentes formas de la-brar en el edificio, cada una de ellas condicionadas alproceso histórico que las ocasionó. Además su uso yconsulta puede favorecer el conocimiento total delrecinto de la Moneda, ya que las fábricas generalesque se establecen se reparten por todo el recinto. In-cluso de cara a la rehabilitación de estos inmueblesse podrá tomar en consideración.

En cuanto a la tipología de aparejos documenta-dos, pueden establecerse los siguientes, clasificadospor periodos históricos:

SIGLOS XII–XIII

Tipo 0: Lienzo de muralla integrada en alzado gene-ral de la residencia. Se trata de aparejo de tapial sim-ple, compuesto por grava media y menuda (guija-rros), tierra (árido) y cal. El aspecto exterior esirregular y de tono anaranjado. Su composición noincluye (desde su análisis visual externo), fragmentoscerámicos de aglomerante. No se ha podido determi-nar el módulo del cajón ni tampoco su longitud, de-bido a la escasa superficie conservada.

Materialmente plantea diferencias con respecto alas dos torres excavadas en el sondeo arqueológico,en las que se mostraba mayor cantidad de cal en rela-ción a la tierra, apenas visible. Esa condición aumen-taba su solidez y aportaba un color grisáceo a lacomposición. En los casos estudiados se localizóigualmente un ponente enfoscado de cal que supera-

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Figura 3Planta de los restos del sistema defensivo

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ba los cinco centímetros de grosor, cubriendo el exte-rior de los baluartes.

SIGLO XVI

Tipo I. Paramento de tapial con cadenas y verdugadasde ladrillo, estas últimas dispuestas en triple hiladahorizontal. El aparejo de ladrillos se dispone de ma-nera irregular con tendencia a soga, el módulo delmismo presenta una doble medida: 0,40 × 0,20 × 0,05/ 0,30 × 0,15 × 0,05, según la ubicación del muro.

El cajón de tapial presenta una altura de 1,00 msalvo en la última línea que disminuye a 0,80. Su an-chura entre 2,00 y 2,25 m. La imagen final del para-mento al completo es de enfoscado de potente cal,donde son simulados los despieces de cada módulo yalisados los tapiales.

Tipo II. Paramento de ladrillos y cajones de mam-puesto. Presenta cadenas y verdugada de ladrillo dis-puesta en doble hilada horizontal. El aparejo de ladri-llos se dispone de manera irregular con tendencia asoga, presentando un módulo diferenciado entre0,40 × 0,20 × 0,05 / 0,30 × 0,15 × 0,05.

El cajón de mampuesto, de 1,00 m de altura, estáformado por fragmentos pétreos de diferente natura-leza, abundando la alcoriza y guijarros, cogidos concal. Exteriormente se presenta semi careado. No seha podido determinar su anchura, debido a la rupturageneral de la fábrica, sin embargo forma parte deellas en lienzos y de forma ornamental flanqueandovanos de acceso y ventanas (en este caso con cajonesde 0,80 × 0,60 m). La imagen final del paramento alcompleto es de enfoscado de cal, con despiece de la-drillos y cubierta de los mampuestos, lo que permiti-ría apreciar su irregularidad.

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Figura 4Tipo paramental 0. Tapial simple

Figura 5Tipo paramental I

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Se trata de las fábricas fundamentales trabajadaspor Juan de Minjares durante la ejecución en el solarde la Casa de la Moneda a partir de 1585. De losmismos puede establecerse como conclusión la dife-rencia de módulo del ladrillo y de aparejo general encuanto a la construcción sevillana del XVI.

Efectivamente, al ser la ciudad un emplazamientocarente de canteras y dificultarse la extracción y lle-gada de la piedra, reducida a edificios particulares(Catedral o Lonja de Mercaderes); su uso en la fábri-ca de la Moneda quedará sujeto a detalles arquitectó-nicos, prefiriéndose la labra de albañilería, basada enel ladrillo y el tapial.

De manera general los mismos podían reutilizar-se de construcciones anteriores, y los encofradosformarse con frecuencia con mezcla que conteníanun alto grado de tierras, cenizas, huesos o cerámi-ca en detrimento de la cal. Esta manera de cons-truir evidentemente no satisfizo a Minjares, quemanifestó este desacuerdo en el caso de la otraconstrucción sevillana que erigía al alimón, la ci-tada Lonja.

En aquel caso se prefirió que el ladrillo viniese dehornos específicos (malagueños), con un módulo fi-nal que no solía tratarse en la ciudad. En este caso,parece que contrató las partidas en Sevilla (Pérez1991, 56), si bien volvían a diferir las medidas. Encuanto a los cajones de tapial, la mezcla está formadaúnicamente con cal en gran porcentaje, tierra y agua,lo cual suma gran solidez al conjunto.

Por último y para las fachadas de las construc-ciones, prefirió un aparejo del todo ajeno a lo his-palense, el llamado toledano, en el que se encade-nan cajones de mampuesto con el muro latericio.Solución inherente a su formación toledana, con laque pretendía conseguir una imagen prototípica dela edilicia Austria en la Corte; así mismo se separa-ba de la tradición local en la que las fachadas exte-riores se enjabelgaban y pintaban de forma plana.El encofrado de mampuesto no se pintaba, perma-neciendo su irregular visible y subrayado por recer-cado de cal.

Las últimas rehabilitaciones llevadas a cabo en elconjunto (se vienen realizando desde los años 1985 a91), pusieron en evidencia esta tendencia, y hoy díapuede apreciarse algo alterado por la restauración elaparejo toledano, al que estaba familiarizado Minja-res por su experiencia toledana, sirviendo como fósildirector de su obra renacentista.

SIGLO XVIII

Tipo III. Paramento de fábrica mixta formado por se-cuencia de ladrillos y módulos indiferenciados de ta-pial reutilizado. El ladrillo, en ocasiones de acarreo,se dispone de forma irregular tendente al tizón y tra-bado con argamasa. El módulo latericio oscila en0,30 × 0,15 × 0,04. En la disposición de sus hiladasse aprecian fragmentos de tapial reutilizado en mó-dulos irregulares, entre los que destacan los 0,30 ×0,30, o los que se aproximan a la medida de un cajón(0,80 × 1,00 m).

Tipo IV. Paramento de ladrillos irregulares contendencia a la disposición de hiladas a soga y tizón.En algún caso introduce fragmentos de tapial reutili-zado a modo de mampuesto. El módulo del ladrillooscila en 0,30 × 0,15 × 0,04.

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Figura 6Tipo paramental II

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En este caso nos encontramos con la forma de la-bra de Sebastián Van der Borcht. Obviamente las cir-cunstancias de las obras han cambiado, habiéndoseperdido el empuje Real de su proceso de creación.En este caso se trataba de intervenciones de emer-gencia y restauración sobre el patrimonio edificado,que si bien conllevaron cambios dentro de su estruc-tura, estaban sometidas a un mayor control financie-ro.

Esta situación condiciona que se trabajase princi-palmente el acarreo de materiales, que debió ser se-leccionado del derrumbe parcial de la fábrica, por loque contó como material fundamental con los ladri-llos y el tapial de la muralla islámica, y de maneraresidual con piedra. Los primeros definen la irregula-ridad del muro latericio, mientras que los encofrados,serán cortados de forma regular formando mampues-to, fórmula repetida con la cantería. La situación pro-voca que los muros se conviertan en fórmulas mix-tas.

SIGLOS XIX/XX

El tipo general de labra se basa en el uso del ladrilloen fachadas exteriores, donde el arquitecto José Gó-mez Otero demuestra su dominio de la albañilería lo-cal. Generalmente trabaja con aparejos atizonadostrabados con mortero de cal (Tipo V).

No obstante, se identifican en este periodo hastanueve variantes, que responde a los diferentes tiposde compartimentación interior de la residencia (tabi-quería, panderetes, capuchinas, etc.). En líneas gene-

rales se prefirieron superficies ligeras de articulación,puesto que el interior estaba estructurado por vigue-ría de hierro sobre pilares columnados de forja.

Para la diferenciación y clasificación de los vanosse siguieron tablas publicadas con anterioridad (Ta-bales 2002).

SIGLO XVI

Tipo 1. Adintelado con rosca trapezoidal de 0,45. Setrata del acceso original entre estancias y vanos haciaespacios a cielo abierto, incorporados de manera ori-ginal en la fábrica de Juan de Minjares en siglo XVI.

Tipo 2. Adintelado con rosca trapezoidal mayor de0,45. Perteneciente a fábrica original de Juan deMinjares en siglo XVI; solo conservado el que seríaacceso a una de las dependencias privadas del recin-to, la casa Patio del Tesorero.

Tipo 3. Carpanel de tres centros, arquivoltado conladrillo moldurado o aplantillado. Pertenece a la fá-brica General de Juan de Minjares, apreciándose enla triple arcada en los flancos S y N del original Patiode los Mercaderes, hoy calle Habana. Se disponenen galería de tres con enjuta aplantillada. Los centra-les recaen sobre columnas monolíticas de mármol,las laterales sobre capiteles ménsula de piedra demarchenilla. La loggia formada por Minjares de ma-nera paralela en ambos límites del patio, presenta unaalteración en el flanco Norte, al ser sustituido el arcocentral, por arco de medio punto peraltado durantelas reformas de 1761–63.

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Figura 7Tipo paramental III

Figura 8Fachada Norte del Antiguo Patio de Mercaderes

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SIGLO XVIII

Tipo 4. Adintelado ancho al exterior y escarzado alinterior y abocinado. Apreciables en los accesos deentrada de la fachada construida por Sebastián Vander Borcht, siglo XVIII.

Tipo 5. Adintelado ancho al exterior y escarzadoal interior y abocinado. Apreciables en los accesos deentrada de la fachada construida por Sebastián Vander Borcht, siglo XVIII.

Tipo 6. Arco de medio punto peraltado, rosca deladrillo tabicado, formado por dos o tres hojas. Apre-ciables en los arcos centrales de la primera y segundacrujía S del edificio hacia calle Habana.

Tipo 7. Adintelado con rosca rebajada mayor de0,30 y abocinamiento curvo en el reverso. Apreciableen los vanos de comunicación entre las habitaciones,o ventanas a cielo abierto en la obra de Van derBorcht en siglo XVIII.

Tipo 8. Adintelado bajo costero de madera.

SIGLOS XIX/XX

Tipo 9. Rebajado al exterior y adintelado al interiorcon rosca trapezoidal mayor de 0,30. Empleado demanera exclusiva en las reformas de José GómezOtero, apareciendo en accesos de fachada, de maneraque respetaba la fórmula del XVIII.

Tipo 10. Adintelado con costero de madera. Aparte de las clasificaciones descritas, las tareas

de intervención arqueológica paramental han venidoa aportar más datos al conocimiento general de la fá-brica, en un espacio tan comprometido como su ac-ceso. En este sentido cobran especial relevancia lasactuaciones practicadas en las secciones de fachadaprincipal y trasera del edificio, ambas conectadas porun pasillo público que comunica la ciudad con el ac-tual espacio abierto de calle Habana, del cual tam-bién se ha trabajado en un flanco.

Antes de continuar con este resumen convendríaespecificar que la imagen actual que forman los ele-mentos señalados no es original. En la fachada prin-cipal se plantea la portada barroca de Sebastián Vander Borcht, a la que adosa una residencia decimonó-nica de raíz Modernista. Sin embargo en la trasera,convive la citada obra barroca con parte del alzadooriginal de la Casa de la Moneda levantada por Juande Minjares en siglo XVI.

La intervención que dirigiese van der Borcht resul-ta determinante de cara a la imagen final del conjun-to; ocasionada por el mal estado de la fábrica debidoal sufrimiento del terremoto de primero de noviem-bre de 1755, que trajo consigo el nuevo acceso en ejedirecto al conjunto fabril, lo cual fue una novedad,porque hasta entonces nunca se entró longitudinal-mente al Patio de los Mercaderes. De la distribuciónde la fábrica que trazase Juan de Minjares en 1585,este patio era el principal y más cercano al exterior.5

En cuanto a la fachada principal, desde un puntode vista constructivo presenta una dualidad de fábri-ca evidente, al acoger bajo la misma línea la tradicio-nal portada barroca de la Casa de la Moneda, forma-da por dos cuerpos rectangulares que flanquean elpasaje público; al que se adosa en el costado orientaluna construcción de raíz Modernista de José GómezOtero. Cronológicamente ambos episodios tienen suorigen en los siglos XVIII y XIX.

Entre los años de 1761–63 está documentada la in-tervención sobre la Real Casa de la Moneda del Inge-niero Militar Sebastián Van der Borcht, que en estepunto labró la nueva portada, que venía a sustituir elviejo acceso al recinto fabril entre dos torres, quepertenecían a la muralla de la ciudad y daba accesoen recodo al Patio de los Mercaderes.

Van der Borcht planteó un juego semejante, sinembargo centró el tránsito, convirtiendo el recodo eneje directo. Su proyecto introduce también el derribode parte de la muralla, que sabemos que recorría elfrente actual, la cual posiblemente desmochó a cotade cimentación de su obra, utilizándola de basamen-to; de ese modo procedió con una de las citadas to-rres, permaneciendo la otra en pie y recibiendo eladosamiento del cuerpo de portada, tal como ha de-mostrado el estudio de alzado. A partir de entonceseste elemento aparecerá descrito en las fuentes comocastillo viejo.

El aspecto de esta fachada no cambiará hasta laconversión del edificio en residencial, cuando se pla-nea la construcción de una casa de pisos y bajo co-mercial que elimina la citada torre. El proyecto, dise-ñado por el arquitecto José Gómez Otero contenía lademolición de los testigos medievales, utilizándolosnuevamente a nivel de cimentación como asiento desus estructuras.

Esta dualidad cronológica se manifiesta con dos ti-pos de aparejo diferentes, cuya base común es el la-drillo. En cuanto a la dieciochesca, la fábrica está

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compuesta por módulos irregulares con tendencia ala disposición de hiladas a soga y tizón, introducien-do fragmentos de tapial reutilizado a modo de mam-puesto (Tipo IV).

Para la decimonónica, Gómez Otero decidió utilizarun aparejo exclusivamente de ladrillo, formando unmuro de 0,65 m de grosor, frente al metro del cons-truido un siglo atrás por Van der Borcht (Tipo V).

En el caso de la fachada trasera, la imagen actualtambién se debe a dos momentos constructivos dife-renciados, como lo son el siglo XVI y el XVIII. Elsegundo actúa de manera traumática sobre el prime-ro, eliminando el anterior acceso y la imagen generaldel patio del Patio de los Mercaderes.

El patio es de planta rectangular, de dos lados ma-yores a Poniente y Levante, que incorporan las tien-das y moradas de los mercaderes; y dos menores por-ticados al Sur y Norte, formados por galería de tresarcos carpaneles decorados en rosca y enjutas con la-drillo aplantillado. Toda la obra es renacentista,como puede apreciarse por el uso continuo del apare-jo de ladrillo y cajones de mampuesto (Tipo II).

En el lado Norte, que ocupaba nuestra interven-ción, se opera un cambio radical sobre el especto ori-ginal, al aumentar la altura general de edificación porañadírsele un ático y ser sustituido el arco carpanelcentral, por uno de medio punto peraltado, que co-munica la calle y el patio de manera directa.

Esta reforma se operó sobre la fábrica original en-tre los años de 1761–63, siendo dirigida por Sebas-tián Van der Borcht. La diferencia fundamental entreambas se hace patente por los usos de diferentes ti-pos edilicios. Hasta entonces, la imagen de esta fa-

chada debía ser semejante a la que compone el ladofrontero del patio. Ese diseño, hasta hoy adscrito a lafirma de Van der Borcht, puede decirse con seguri-dad que fue trazado por el arquitecto Real Juan deMinjares, que dirige las obras de construcción de laCasa de la Moneda desde 1585.

La situación de semiderrumbe en que quedaríaeste espacio tras los efectos del terremoto del Sete-cientos cincuenta y cinco, condicionó la manera detrabajar en su rehabilitación por parte de Van derBorcht.

La adaptación a la fábrica precedente es ostensiblemediante interfaces de unión entre la nueva y viejaobra; puede decirse que se limitó a resanar los para-mentos existentes, demoliendo las partes que se en-contraban en peor estado.

Por lo tanto, a nivel de fábrica, el grueso de la fa-chada trasera no pertenece a la intervención de Se-bastián Van der Borcht de 1761–63; su actuaciónparte del mantenimiento de la superficie construidapor Minjares, operando sobre la misma los siguientescambios:

Organización de un nuevo aspecto de la tradicio-nal fachada al Patio de los Mercaderes, la cual pasa aestar centrada por un arco de medio punto peraltado,organizando la planta primera por medio de la aper-tura de vanos rectangulares sobre los arcos. Sobreeste cuerpo levantó un ático.

La formación del arco peraltado central trae consigola desvirtuación de la galería de arcos de tres centrosconstruida en siglo XVI. El peraltado se correspondecon el pasaje público que conecta directamente la fá-brica con la ciudad de Sevilla, uno de los grandes lo-gros de la construcción de Van der Borcht.

La construcción del pasaje central fue utilizada porel ingeniero para elevar la cota tradicional de la resi-dencia, y levantar los tabiques necesarios para dividirlas residencias del Superintendente de la del Fiel oTesorero. No obstante, estas obras no serán dirigidaspor Van der Borcht, sino Miguel de Taramas, el cualfue seleccionado por el primero ante su marcha a Cá-diz, para revisar y diseñar las defensas portuarias.

Tras los trabajos de Van der Borcht y Taramasquedaría fijada la imagen de fachada actual. Origina-riamente debió mantenerse la galería tras la triple ar-cada como lugar de tránsito común, al que derivabadirectamente el nuevo corredor en eje directo con elPatio de los Mercaderes. Esa comunicación era nove-dosa en relación a la proyectada por Minjares.

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Figura 9Interfaz entre las obras del XVI y XVIII

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Hasta la fecha, se ha mantenido que la entrada alcomplejo ideada por este se efectuaba por una puertaabierta en el flanco oriental del recinto. Sin embargo,los resultados de la intervención arqueológica aporta-ron la documentación de una puerta entre dos torres anivel de fachada, mantenida hasta la intervención delos ingenieros, que daba acceso al complejo desde elvértice N-E.

Ello nos lleva a la conclusión de que la situaciónde la puerta no ha mudado desde que se concibió elrecinto en siglo XII, lo único que ha cambiado es lapropia disposición del acceso, ya que desde su origeny hasta las intervenciones dieciochescas este paso sehacía en recodo, respecto a la organización del patiode Mercaderes.

De ese modo habría que dar otra lectura a las fuen-tes cuando, a la luz de la inauguración de la portadaBarroca, dicen:

Celebrada de todos por su buena vista, tan correspon-diente a la principal casa coxiendo, la puerta por mediodel Patio principal, que antes era por un lado una entradacomo de sótano, que todos afeaban.6

Esa portada a un lado referida por el texto debe in-terpretarse como el propio acceso en recodo, que ac-cedía desde un lateral al patio. La secuencia históricade la misma la propicia los datos de la citada excava-ción, donde se localizaron niveles de suelo entre losarcos que marcaban una cronología que abarcaba lossiglos XV-XVIII.

En cuanto al pasaje en eje directo de comunica-ción entre la vía y el antiguo Patio de los Mercade-res, contábamos con que su edificación se incluíadentro del programa constructivo de 1761–63, por loque a primera vista parecía que aquella datación seríasu base. Sin embargo, los resultados de la excavaciónarqueológica, contrastados con las evidencias para-mentales, han favorecido una conclusión más com-pleja de la fábrica, ya que Van der Borcht mantuvoun tramo de la muralla islámica y parte de una torre;elementos que justifican el esviaje del muro a lo lar-go de su recorrido y también los acusados cambiosde grosor que manifiesta.

Ambas estructuras no fueron completamente de-molidas, ya que el tramo de muralla se integró en elparamento general del muro, y la torre se trabajó, demodo que sirviese como cimentación general y alza-do de parte del muro.

Horadada la torre y mantenida en aquellos lugaresque le interesaba, Van der Borcht se limitó a forrar elpaño de tapial con un aparejo de ladrillos que incor-poraba fragmentos de tapial a modo de mampuesto(Tipo III).

Aparte de las descritas se realizaron otras dos pro-puestas estratigráficas en secciones de la residenciaque vinieron a confirmar los datos mencionados.

En toda la superficie se ha conservado restos de lacerca de la ciudad en subsuelo o alzado, haciéndoseextensible este hecho en todo el conjunto, donde pue-de rastrearse este recorrido emergente de forma visi-ble o entre medianeras de residencias posteriores.

Aparte, la construcción tuvo un único proceso degestación que se correspondería con la obra renacen-tista de la Casa de la Moneda en 1585. Esa obra esdirigida por Juan de Minjares, arquitecto Real quetrabajaba ya en la ciudad levantando la traza queJuan de Herrrera realizase para la Lonja de Mercade-res.

El proyecto de Minjares para la ceca es caracterís-tico del periodo, tratándose de una superficie centra-da por dos patios abiertos rectangulares, desigualesde tamaño por su función, al centrar uno las tiendasde los mercaderes que vendían moneda, y otro lashornazas y talleres de creación (llamado patio de losCapataces).

El proyecto tenía como obligación arquitectónicael adaptarse a la muralla de la ciudad, lo cual condi-cionó que su obra padeciese de irregularidad en lospuntos de angulación de aquella.

Por otra parte en el ánimo del arquitecto toledanoestuvo la utilización de materiales y aparejos quehuían de la tradición local, asimilándose más a unlenguaje que dominaba por sus años de experienciaen Toledo y la zona Oriental de Andalucía, y quetambién podía ser identificado con una imagen deobra Real. Este se basaba en el uso de un módulo la-tericio superior al usado entonces en Sevilla, un ma-yor control en los encofrados de tapial, la introduc-ción del aparejo toledano en fachadas y el usoresidual de la cantería en columnas y capiteles.

Con estos datos se puede seguir con exactitud losrestos de su obra en el conjunto actual, diferencián-dose de actuaciones posteriores que se basaron en larestauración de ese conjunto y el la reforma traumáti-ca de su acceso.

En esta clave debe entenderse la obra de SebastiánVan der Borcht, que asume los reparos de la fábrica

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tras los daños ocasionados por el terremoto de Lis-boa de 1755, si bien esta tarea se vio superada con laconstrucción de la actual portada barroca del inmue-ble. Sus condiciones de obra fueron diferentes; portanto reutilizó los materiales de la demolición deledifico, ladrillo y tapial, dando un uso novedoso aeste como mampuesto.

A partir de entonces la historia del edifico fue otra,descrita no desde el punto de vista Real ni fabril, sinodesde el meramente urbanístico y residencial. Agota-do su proceso de cambios, esperamos que continúe elde su recuperación integral. G.M.M.V.

NOTAS

1. Plan Especial de Protección del Sector 13.1 Casa de laMoneda. Aprobado en 19 de mayo de 2005 por la Ge-rencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla.

2. Nivel A. Dentro del Plan Especial la Muralla de Sevillacuenta con la máxima categoría de protección, hasta elpunto de imposibilitar cualquier actuación sobre la mis-ma que no signifique su conservación.

3. Harris, E. C. 1991. Principios de estratigrafía arqueo-lógica. Barcelona.

4. La propuesta se basa en la metodología de actuación eninmuebles históricos ya definida por el Dr. Tabales Ro-dríguez como proceso previo o paralelo a la ejecuciónde un proyecto de rehabilitación. Tabales Rodríguez,M. A. 2002, 79 ss.

5. La característica principal de la obra renacentista deMinjares para este espacio fue su organización ortogo-nal en torno a dos patios rectangulares, de Mercaderesy Capataces, en torno a los que se desarrollaba la vida

fabril. Para diseñar este esquema partió el espacio de laalcazaba almohade, asumiendo la irregularidad de suplanta en determinados lugares, pero imponiendo en lamayoría de los restantes el muro recto y el ángulo denoventa grados.

6. Espiau 1991, 142. El texto está extraído de la noticia definalización de la nueva portada, contenida en el Lega-jo 817 de la sección Secretaría y Superintendencia deHacienda, del Archivo General de Simancas.

LISTA DE REFERENCIAS

Espiau Eizaguirre, M. 1986. «La fachada de la Casa de laMoneda de Sevilla, obra de Sebastián van Der Borcht».Archivo Hispalense 69 (212): 193–7.

Espiau Eizaguirre, M. 1991. La Casa de la Moneda y su en-torno. Historia y Morfología. Sevilla.

García Tapial y León, J.; Cabeza Méndez, J. M. 1989. «Re-cuperacion de la cerca almohade de la ciudad de Sevillaen el recinto de la Casa de la Moneda». Archivo Hispa-lense 72 (220): 293–8.

Harris, E. C. 1991. Principios de estratigrafía arqueológica.Barcelona.

Núñez Castain, J. 1984. «Informe sobre aspectos históricospara la intervención en la Casa de la Moneda». Periferia(2): 22–7.

Pérez Sindreu, F. 1991. La Casa de la Moneda de Sevilla.Su Historia. Sevilla.

Tabales Rodríguez, M. A. 2002. Sistema de análisis arque-ológico de edificios históricos. Sevilla 2002.

Tabales Rodríguez, M. A. 2006. «Algunas notas sobre elurbanismo islámico antiguo en el sector Meridional deSevilla». En Jiménez Sancho, A. (ed.). Aula Hernán Ruiz2006. La Catedral en la ciudad: De San Isidoro a Abd alRahman. Sevilla.

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