Testimonios Para La Iglesia 6

8/14/2019 Testimonios Para La Iglesia 6

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Testimonios Para la Iglesia Tomo 6

(5)NDICE.-La poca del tomo seis .. 11SECCIN UNO.-

Visin panormica .. 18El propsito de Dios para la iglesia .. 18La obra para este tiempo . 23Ampliacin de la obra en el extranjero .. 32SECCIN DOS.-La obra evanglica 39Los congresos campestres .. 39Cmo comunicarse con las multitudes 41Una leccin objetiva . 42Cmo asegurar la asistencia 43La asistencia de los miembros de la iglesia 46

La preparacin del corazn 48Asuntos administrativos 51Ayuda ministerial . 53Todos deben actuar como obreros .. 55Oracin y consejo . 57Las necesidades de la iglesia 59La forma de presentar el mensaje .. 60La advertencia final . 67Las reuniones de alabanza 69Los esfuerzos de reavivamiento .. 71Los esfuerzos personales 74

Estudios bblicos .. 75Una palabra oportuna . 76La recoleccin de fondos 76Resultados de la obra en los congresos campestres .. 77Despus del congreso campestre .. 79La obra del evangelista . 82(6)Por los caminos y los vallados . 83Preocupmonos de nuestros pobres . 91Los dirigentes y los obreros de la iglesia . 91Menos predicacin, ms instruccin . 93

Institutos ministeriales . 94Los bautismos .. 97El significado del rito bautismal .. 97La preparacin para el bautismo .. 97El examen de los candidatos 101Administracin del bautismo 102Despus del bautismo . 103La construccin de templos 105Reuniones para nios y escuelas de iglesia 110


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La obra de la temperancia .. 114Lecciones objetivas para la reforma pro salud . 117Las mujeres como obreras evanglicas 119La enseanza de la religin en el hogar 124Cmo hacer frente a la oposicin . 125La parbola de la oveja perdida . 129

SECCIN TRESEducacin 131Necesidad de reforma en la educacin 131El mensaje del tercer ngel en nuestras escuelas . 132El estudio de la Biblia 136La preparacin de obreros .. 138Maestros misioneros 141Principios bsicos del xito .. 143Lo que impide la reforma .. 146A los maestros y administradores . 150Carcter y obra de los maestros . 157(7)Deficiencias de los maestros 159La obra del maestro . 160Un llamado personal . 162Palabras de un Maestro divino .. 166Los internados ... 172Deberes domsticos .. 173La sociabilidad y la cortesa cristianas .. 175Ejercicios religiosos .. 178La reforma industrial . 180La finca de la escuela de Avondale .. 185La obra que nos espera . 186Debe reservarse terreno . 187Visin panormica .. 188Dios y la naturaleza .. 189Una leccin prctica .. 191La obra misionera, la ms elevada preparacin .. 192Los colegios y escuelas de iglesia .. 197La obra de las escuelas de iglesia .. 197Separacin del mundo .. 198Los nios descuidados . 199Se necesitan escuelas de iglesia .. 201El carcter de las escuelas de iglesia y sus maestros . 203Resultado de la obra de las escuelas de iglesia .. 206La administracin de los colegios y las finanzas 210Libres de deudas . 211Economa ... 211La administracin eficiente 213Tarifas escolares demasiado bajas .. 214Ayuda para estudiantes promisorios . 216Cmo ensear la confianza en s mismo . 217Deberes de nuestras asociaciones .. 218


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Supervisin por el auditor de la Asociacin General .. 220Las finanzas de las escuelas de iglesia . 220(8)SECCIN CUATROObra mdica misionera 223El plan de dios para nuestros sanatorios 223La obra del mdico en favor de la gente 232Unidad de accin . 238Responsabilidades de los obreros mdicos . 246Conformidad con el mundo .. 251La oracin .. 255La necesidad del mundo .. 257La necesidad de la iglesia .. 264El mensaje de Isaas 58 .. 267Nuestro deber hacia la familia de la fe 272Nuevos observadores del sbado . 272Los pobres, los enfermos y los ancianos 273Nuestro deber hacia el mundo . 276Cuidado de los hurfanos .. 284Una obra como la de Cristo .. 286Adopcin de hurfanos por esposas de pastores 287Hogares para hurfanos .. 288La obra mdica misionera y el mensaje del tercer ngel .. 291Los obreros mdicos misioneros 294"Avanzad juntos" .. 294Descuidados por la iglesia y el ministerio . 297Oportunidades limitadas . 297Resultados de la negligencia .. 299Necesidad de arrepentimiento . 300Descuidados por el ministerio . 301El premio del servicio 308SECCIN CINCOEl colportaje . 315La importancia del colportaje . 315Las cualidades del colportor .. 319El colportor es un obrero evanglico 323(9)Uniendo esfuerzos en el colportaje 328Reavivamiento del colportaje . 331SECCIN SEISPrecauciones y consejos 343La hospitalidad .. 343La observancia del sbado 351La reforma en la observancia del sbado . 353La preparacin para el sbado .. 354El sbado en el hogar . 357Viajar en sbado .. 360Las reuniones del sbado 361Reavivamiento de la reforma pro salud . 369


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Obediencia a las leyes naturales . 369La iglesia y la reforma pro salud .. 370La dieta 372Dietas exageradas . 373La verdadera temperancia 374Los ministros deben ensear la reforma pro salud .. 376Importancia del cultivo de la voz .. 380Demos a Dios lo suyo . 384Las primicias .. 384Recordemos a los pobres 385Todo pertenece a Dios 385Sin excusa 386Otra oportunidad .. 387La bendicin .. 388Los que se quejan . 388"Los que temen a Jehov" 389Cristo en toda la Biblia 392Nuestra actitud hacia las autoridades civiles .. 394El amor fraternal 397Presntese suavemente la verdad . 399La palabra de Dios tiene que ser suprema .. 402Preparacin para la crisis final . 404(10)SECCIN SIETEInvitacin al servicio 411Jvenes en el ministerio . 411La iglesia y el ministerio 417Las actividades misioneras 421Una advertencia a la iglesia de feso ... 421El resultado de la inaccin .. 423El blanco principal tiene que ser ganar almas . 426Comencemos por los que estn ms cerca . 427El ejemplo de Felipe y Natanael 427La familia como campo misionero 428Hay que instruir a la iglesia para la obra misionera 430Dedquense los miembros a trabajar 431No se necesita ser sabio para trabajar 432Despirtese a los ociosos .. 433Los jvenes tienen que ser misioneros 434Que las iglesias despierten .. 435El aumento de instituciones .. 439Ayuda para los campos misioneros 444La casa publicadora de Noruega . 453Nuestro sanatorio en Dinamarca .. 461La ayuda a nuestras escuelas 466Un ejemplo de liberalidad 466El plan del Seor .. 467Todos deben cooperar . 467Preparacin para el trabajo 469


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La obra en todos los pases ... 470Resultados del trabajo 473No nos cansemos de hacer el bien . 475El derecho de la redencin .. 477ndice alfabtico . 481(11)

LA POCA DEL TOMO 6.-Este tomo contiene los testimonios escritos por Elena G. de White durante su permanencia en Austra-lia. El lector no se percatar de que la autora escribe desde otro continente, a no ser por alguna referen-cia incidental; debido a que las instrucciones impartidas son de alcance mundial. Es sabido que las re-velaciones comunicadas a la Sra. White se referan directamente a asuntos contemporneos y al desa-rrollo de la obra en el momento cuando se escribieron. Se comprender, entonces, que este tomo con-tenga temas relacionados con los esfuerzos que se llevaban a cabo en el territorio australiano duranteaquel lapso. La publicacin de los testimonios de este tomo se efectu en 1900, poco despus del regre-so de la autora a los Estados Unidos.El tomo 6 es diferente de los dems en lo que concierne a su organizacin temtica. Hasta este momen-to el contenido de TESTIMONIOS PARA LA IGLESIA se haba ido publicando primero en folletos yrevistas, a medida que la Sra. White reciba nuevos consejos para la iglesia. Los artculos se publicabanen orden cronolgico y abordaban prcticamente todos los aspectos de la experiencia cristiana y de losdiferentes ramos de la obra adventista. Cuando se reimprimi el contenido de estas 33 publicaciones enlos tomos 1 al 5, el orden original permaneci inalterado. Numerosos artculos, que eran comunicacio-nes dirigidas originalmente a individuos, fueron posteriormente publicados para beneficio de la iglesia,tomando en cuenta que los casos expuestos tambin reflejaban las vivencias de otras personas. Algunosde los artculos se referan a situaciones locales y asuntos concretos. Hay repeticiones de conceptos acausa de la insistencia en ciertas verdades, debido a que la iglesia corra el riesgo de descuidar algunosramos de la obra, o normas eclesisticas. Estos testimonios produjeron abundante fruto en las vidas delos adventistas y en el desarrollo de la Iglesia.Con la publicacin del tomo 6, once aos despus de la impresin del tomo 5, los TESTIMONIOSPARA LA IGLESIA adquirieron (12) un nuevo formato. La obra adventista, que ya haba alcanzadoproporciones mundiales, tena necesidades y problemas que requeran orientacin e instrucciones am-plias acerca de algunos asuntos particulares. Esto determin cierta insistencia sobre algunos aspectos yapresentados con anterioridad e incluso alguna repeticin. Por consiguiente, cuando se seleccionaron losartculos que integraran el tomo 6, no result difcil colocarlos en orden temtico.En 1891 la Asociacin General le pidi a la Sra. White que viajara a Australia con el fin de ayudar a es-tablecer un nuevo colegio. Desde su llegada comenz a crear conciencia entre los adventistas acerca dela necesidad de establecer una institucin educativa, y colabor en la elaboracin de los planes de tra-bajo relativos al proyecto. Debido a que se trataba de un nuevo campo misionero, no exista informa-cin previa, o experiencias anteriores que pudieran ayudar en la planificacin. En estas circunstancias,y con el consejo del Espritu de Profeca, que proporcion orientacin y seguridad en los procedimien-tos, se estableci el Colegio Misionero Australiano en Avondale, regin agreste y atrasada. De estecentro de preparacin, desde el comienzo egresaron jvenes capacitados mediante la educacin prcticapara servir en los campos locales y penetrar en las remotas islas del Pacfico Sur.El Colegio de Avondale, gracias a su ubicacin en un ambiente rural, a su amplio y variado programaindustrial y a otros factores, estaba destinado a convertirse en un colegio modelo. Puesto que las orien-taciones para nuestra obra educativa se presentaron de nuevo, con el fin de guiar y modelar aquella na-ciente institucin --en especial respecto a los numerosos detalles de ubicacin, finanzas, plan de estu-dios, disciplina y administracin esa importante informacin se incluy en el tomo 6 para beneficiode la iglesia en todo el mundo.


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Cuando la Sra. White desembarc en Australia encontr una obra bien establecida, pero todava en suscomienzos. En el agresivo programa de evangelismo que se estaba llevando a cabo, no (13) slo parti-cipaban los evangelistas; sino tambin sus esposas, que a menudo daban estudios bblicos e inclusoocasionalmente predicaban. Se celebraban asimismo numerosos congresos campestres, y despus deconcluidos se continuaba instruyendo a los asistentes con el fin de conservar lo que se haba cosechado.Hubo abundantes conversiones seguidas de bautismos, organizacin de nuevas iglesias y construccinde lugares de culto.La influencia del Espritu de Profeca no se puso de manifiesto nicamente en la planificacin del tra-bajo; sino que, adems, la Sra. White particip activamente en la predicacin, en la obra personal y enla obtencin de fondos para construir numerosas capillas. Este tomo contiene consejos relativos a laexpansin de nuestra obra.Durante el lapso que abarca el tomo 6, los adventistas del sptimo da asumieron una mayor dedicacina sus responsabilidades misioneras y aceptaron la idea que el mundo era su campo de accin. La cons-truccin y habilitacin en California, en 1890, del barco misionero Pitcairn, aviv la imaginacin dejvenes y adultos y despert el inters de la iglesia por un programa misionero que iba a abarcar a todoel planeta. Todos lean con enorme inters los informes de los viajes del Pitcairn mientras realizaba suslabores misioneras por primera vez en las islas del Pacfico Sur.No transcurri mucho tiempo antes que los colportores llegaran a la India con nuestras publicaciones.En 1894 los misioneros adventistas en frica haban avanzado hasta penetrar en territorios muy remo-tos, donde establecieron la Misin de Solusi, nuestra primera misin extranjera en un territorio pagano.Muy pronto se enviaron asimismo misioneros a Sudamrica.Por otra parte, la presencia de la Sra. White en calidad de obrera pionera en Australia durante nueveaos, contribuy a que los adventistas mantuvieran la vista fija en los confines de la tierra. Igualmentefavoreci a que pusiera nfasis en la amonestacin dada en la primera pgina de la segunda seccin deesta obra, titulada "La obra evanglica". All se nos dice que: "Nuestra (14) obra consiste en comunicara todo el mundo "a toda nacin, tribu, lengua y pueblo", las verdades de salvacin contenidas en elmensaje del tercer ngel". En este tomo se mencionan por su nombre diversos campos misioneros, y sehacen llamamientos para solicitar obreros y recursos; a la vez que se presentan consejos y palabras denimo aplicables a la obra en diversos pases.Durante el perodo temporal que abarcan los escritos del tomo 6 se establecieron numerosos colegios einstituciones para la preparacin de obreros. En 1891, al comienzo de dicho perodo, se estableci elColegio Unin, en Lincoln, Nebraska; y en 1892, el Colegio de Walla Walla, en el Estado de Washing-ton. Se inauguraron otros colegios en Australia, Sudfrica y Dinamarca. Tambin se establecieron sana-torios en 1896 en Boulder, Colorado; en 1897 en Dinamarca y Sudfrica; y en South Lancaster, Massa-chussets, en 1899. Se aadieron dos editoriales a la lista de instituciones, una en Hamburgo, Alemania,en 1895, y la otra en Buenos Aires, Argentina, en 1897. Tambin se fundaron escuelas de enseanzaprimaria en diversos lugares.A pesar de las advertencias en contra del establecimiento de grandes centros denominacionales y de lacentralizacin; el constante crecimiento de la obra pareca requerir cada vez ms personal y mayoresinstalaciones en la sede del adventismo establecida en Battle Creek, Michigan. Incluso se iniciaron pla-nes para controlar ciertos ramos de obra desde Battle Creek. Como resultado de dicha tendencia, en lu-gar de que los administradores de los campos trazaran planes para la obra en cada territorio; se planifi-caba todo en las oficinas centrales establecidas en Battle Creek. Esta prctica no representaba ms queun barniz de eficiencia, debido a que en realidad constitua una amenaza para la eficacia y el liderazgoen la obra de Dios. Estas tendencias se impusieron con rapidez durante la dcada de 1890, pero el Se-or las detuvo en el momento y de la manera que l consider oportuno.Durante aquellos aos y bajo la influencia de los consejos del Espritu de Profeca se iniciaron cambiosen la organizacin y (15) administracin de la obra mundial de la Iglesia. A medida que se promova ydesarrollaba rpidamente la causa adventista, gracias a las condiciones favorables que imperaban en


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Australia; se adoptaron las medidas necesarias para agrupar las asociaciones locales y formar una"unin"; de modo que se establecieron vnculos administrativos entre las asociaciones locales y la Aso-ciacin General. Dicha medida permiti que cuando un grupo de obreros enfrentase un problema pu-diera trazar los planes necesarios para resolverlo, con lo cual se liberaba a la Asociacin General de te-ner que lidiar con numerosos asuntos de carcter secundario. El resultado fue alentador y permiti quese estableciera un modelo que no tardara en difundirse por todos los mbitos de la denominacin.Respecto al evangelismo mdico hubo algunos intentos de llevarlo a cabo en Australia durante estemismo perodo. Por otro lado en Estados Unidos se estaba produciendo un notable crecimiento, ya quese haba establecido un colegio mdico que atrajo a un nmero creciente de jvenes adventistas que de-seaban prepararse como mdicos misioneros. Se fundaron asimismo otras instituciones subsidiarias quereciban direccin, financiamiento y personal de la matriz establecida en Battle Creek. Se inici tam-bin una importante obra en favor de los adictos y los menesterosos. Sin embargo, todo buen programapor lo general suele verse amenazado por el peligro de que se le otorgue una predominancia exageraday que provoque un desequilibrio en la obra de Dios. De modo que la obra mdica misionera, que venasiendo considerada "el brazo derecho del mensaje", ahora amenazaba con convertirse en el cuerpo.Adems, aunque se haba logrado un importante progreso en la formacin de mdicos misioneros, y enla obra que realizaba el Sanatorio de Battle Creek; se haba ido produciendo al mismo tiempo una cre-ciente indiferencia entre los creyentes respecto de los principios fundamentales de la vida sana. Esta si-tuacin nos ayuda a comprender el significado de las repetidas exhortaciones que aparecen en el pre-sente tomo a practicar normas de vida (16) ms elevadas, a mantener un ministerio mdico y de evan-gelismo coordinado, a definir nuestro deber hacia los hurfanos y los ancianos de la Iglesia, y a evitarel desequilibrio en nuestra obra.A medida que la obra adventista se desarrollaba en diversos aspectos, las publicaciones iban aumentan-do en cantidad e importancia. Los colportores evangelistas constituan un ejrcito, en el cual cada col-portor individual era parte integral del destacado cuerpo de heraldos que se iba extendiendo por todo elmundo. En no pocos casos los colportores fueron la punta de lanza en los esfuerzos para propagar elmensaje en territorios nuevos y en pases remotos. El tomo 6 destaca la dignidad y trascendencia delministerio de las publicaciones.En el perodo de once aos que transcurri entre la aparicin de los tomos 5 y 6 de los TESTIMO-NIOS, se publicaron varias obras importantes de Elena G. de White. Patriarcas y profetas apareci en1890. El camino a Cristo se puso al alcance del pblico en 1892, y en ese mismo ao se imprimi loque se conoce como "la edicin antigua" de Obreros evanglicos. La educacin cristiana, antecesora deLa educacin, se public en 1894. Dos aos despus se publicaron El discurso maestro de Jesucristo yCristo nuestro Salvador En 1898 apareci El Deseado de todas las gentes; y en 1900, Palabras de vidadel gran Maestro.Elena G. de White, en un esfuerzo por aliviar la cuantiosa deuda que pesaba sobre las instituciones ad-ventistas, don el manuscrito de Palabras de vida del gran Maestro e inst a los miembros de la Iglesiay a los obreros a unirse para venderlo masivamente entre sus vecinos y amigos. Como resultado de estacampaa que implic la distribucin de miles de ejemplares de este libro ingresaron cientos de miles dedlares a la tesorera.As fue como se inici una modalidad de trabajo que indujo a que muchos miembros laicos a ir de casaen casa para apoyar financieramente a la iglesia. Esta prctica prepar el camino para que surgiera al-gunos aos despus la campaa de "recoleccin" que aportara millones de dlares a la obra. (17)Durante aquel lapso de doce aos la mensajera del Seor escribi cientos de advertencias, consejos ymensajes de nimo por medio en cartas y artculos que fueron apareciendo en las publicaciones peri-dicas denominacionales. Aunque muchas de esas comunicaciones se refieren a temas que ya se habanpresentado en forma ms escueta en los tomos ya impresos de los TESTIMONIOS, ahora se iban a pre-sentar reforzados mediante un nfasis adicional, segn podemos ver en secciones generales como"Amonestaciones y consejos" e "Invitaciones al servicio". Entre los artculos ms destacables que inte-


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gran dichas secciones se encuentran: "Observancia del sbado", "Reavivamiento en la reforma pro sa-lud", "Nuestra actitud hacia las autoridades civiles", "Preparacin para la crisis final" y "Ayuda paranuestras escuelas".La aparicin de este tomo 6 de TESTIMONIOS PARA LA IGLESIA impresion profundamente a losadventistas del sptimo da por la forma directa como el Seor continuaba guiando y conduciendo a supueblo.

Los FIDEICOMISARIOS DEL PATRIMONIO WHITESECCIN UNO: VISIN PANORMICA.-"Alzad vuestros ojos y miradlos campos, porque ya estnmaduros para la siega".

EL PROPSITO DE DIOS PARA LA IGLESIA.-Dios tiene el propsito de dar a conocer los principios de su reino a travs de su pueblo. Para que ellosrevelen dichos principios en su vida y en su carcter, desea que se aparten de las costumbres y las prc-ticas del mundo. Procura atraerlos ms a s mismo a fin de revelarles mejor su voluntad.Este era su propsito cuando libr a Israel de Egipto. Moiss, frente a la zarza que arda, recibi deDios este mensaje para el rey de Egipto: "Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto" (xo.7:16). Dios sac a la hueste hebrea de la tierra de servidumbre con mano poderosa y brazo extendido.La liberacin que obr a favor de ellos fue maravillosa, al castigar con la destruccin total a sus enemi-gos que se negaban a escuchar su Palabra.Dios deseaba apartar a su pueblo del mundo y prepararlo para recibir su Palabra. De Egipto lo condujoal monte Sina, donde le revel su gloria. All no haba nada que atrajera sus sentidos ni distrajera susmentes de Dios. Mientras la vasta multitud contemplaba las altas montaas que la dominaban, podadarse cuenta de su propia insignificancia a la vista de Dios. Junto a aquellas rocas, inconmovibles ex-cepto por el poder de la voluntad divina, Dios se comunic con los hombres. Y para que su Palabrapermaneciera siempre clara y visible en sus mentes, (19) proclam con terrible majestad en medio derayos y truenos, la ley que haba dado en el Edn y que era el trasunto de su carcter. Luego las pala-bras divinas fueron escritas por el propio dedo de Dios sobre tablas de piedra. As la voluntad del Diosinfinito se revel al pueblo que l haba llamado para dar a conocer a toda nacin, tribu y lengua losprincipios de su gobierno en el cielo y en la tierra.Dios ha llamado a sus hijos en la actualidad para que realicen esa misma obra. Les ha revelado su vo-luntad, y requiere que ellos le obedezcan. En los ltimos das de la historia de esta tierra, la voz quehabl en el Sina sigue diciendo a los hombres: "No tendrs dioses ajenos delante de m" (xo. 20:3).El hombre ha opuesto su voluntad a la de Dios, pero no puede acallar dicha orden. Aunque la mentehumana sea incapaz de comprender su obligacin hacia el poder superior, no por eso puede evadirla.Pueden abundar las teoras y especulaciones complicadas, los hombres pueden tratar de oponer la cien-cia a la revelacin para desechar la ley de Dios; pero el Espritu les presentar con fuerza cada vez msintensa la orden: "Al Seor tu Dios adorars, y a l solo servirs" (Mat. 4:10).Cmo considera el mundo la ley de Dios? Por doquiera la gente se rebela contra los preceptos divinos.En su deseo de evadir la cruz que acompaa a la obediencia, aun las iglesias estn ponindose de partedel gran apstata al sostener que la ley de Dios ha sido cambiada o abrogada. La gente, en su ceguera,se jacta de haber realizado progresos admirables y adquirido iluminacin espiritual; pero los vigilantescelestiales ven que la tierra est toda llena de corrupcin y violencia. A causa del pecado la atmsferade nuestro mundo ha llegado a ser semejante a la de un hospital de infecciosos.Se debe realizar una obra de gran importancia en la divulgacin de las verdades salvadoras del Evange-lio, ya que es el medio ordenado por Dios para detener la marea de corrupcin. Es el medio que l em-plea para restaurar su imagen moral en los seres humanos. Es su remedio para la desorganizacin uni-versal. Es el (20) poder que une a la gente. La divulgacin de estas verdades es el propsito del mensa-


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je del tercer ngel. El Seor desea que la proclamacin de este mensaje sea la obra ms destacada ygrandiosa que se lleve hoy a cabo.Satans insta constantemente a los seres humanos a aceptar sus normas. As procura contrarrestar laobra de Dios. Trata continuamente de presentar al pueblo escogido de Dios como un pueblo que ha sidoengaado. Es el acusador de los hermanos, y emplea en forma persistente su poder contra los que obranjusticia. El Seor desea contestar por medio de su pueblo las acusaciones de Satans, mostrando a tra-vs del mismo el resultado de la obediencia a los principios correctos.Toda la luz dada en tiempos pasados, y toda la que resplandece actualmente y se extiende hasta el futu-ro, segn se revela en la Palabra de Dios; es para todo aquel que desee recibirla. La gloria de esa luz,que es la misma gloria del carcter de Cristo, debe manifestarse en el cristiano de manera individual, enla familia, en la iglesia, en el ministerio de la Palabra y en toda institucin establecida por el pueblo deDios. l desea que todas estas cosas sean smbolos de lo que se puede hacer a favor del mundo. Debenser ejemplos del poder salvador de las verdades del Evangelio. Son instrumentos en el cumplimientodel gran propsito de Dios para la humanidad.Los hijos de Dios deben ser conductos para la manifestacin de la ms elevada influencia del universo.En la visin de Zacaras, se nos presentan dos olivos que estn delante de Dios de los cuales fluye elureo aceite por tubos de oro hacia el depsito del santuario. Este aceite alimenta las lmparas del san-tuario, para que emitan de manera continua una luz brillante y resplandeciente. As tambin mediantelos santos ungidos que estn en la presencia de Dios se imparte a su pueblo la plenitud de la luz divina,del amor y del poder, para que puedan comunicar a sus semejantes luz, gozo y refrigerio. Deben sercomo (21) conductos mediante los cuales los instrumentos divinos comuniquen al mundo la corrientedel amor de Dios.El plan que Dios se propone llevar a cabo hoy mediante su pueblo, es el mismo que deseaba llevar acabo mediante Israel cuando lo sac de Egipto. Contemplando la bondad, la misericordia, la justicia yel amor de Dios revelados en la iglesia, el mundo ha de obtener una representacin de su carcter. Ycuando la ley de Dios quede as manifestada en su vida, el mundo reconocer la superioridad de los queaman, temen y sirven a Dios por encima de todos los dems habitantes de la tierra.Los ojos del Seor observan a cada uno de sus hijos; l tiene planes para cada uno de ellos. l se pro-pone que quienes practiquen sus santos preceptos constituyan un pueblo distinguido. Al pueblo de Diosde este tiempo, tanto como al antiguo Israel, se le aplican las palabras que Moiss escribi por inspira-cin del Espritu: "Porque t eres pueblo santo para Jehov tu Dios; Jehov tu Dios te ha escogido paraserle un pueblo especial, ms que todos los pueblos que estn sobre la tierra". "Mirad, yo os he ensea-do estatutos y decretos, como Jehov mi Dios me mand, para que hagis as en medio de la tierra en lacual entris para tomar posesin de ella. Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestrasabidura y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirn todos estos estatutos, y di-rn: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nacin grande es esta. Porque, qu nacin grande hay quetenga dioses tan cercanos a ellos como lo est Jehov nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Y qunacin grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delantede vosotros?" (Deut. 7:6; 4:5-8).Ni siquiera estas palabras alcanzan a expresar la grandeza y la gloria de lo que Dios realizar mediantesu pueblo. Es necesario que no tan slo a este mundo, sino que al universo entero le sean revelados losprincipios del reino divino. El apstol Pablo, escribiendo bajo la direccin del Espritu Santo, dice: "Am, que soy menos que el ms pequeo de todos los santos, me (22) fue dada esta gracia de anunciarentre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, y de aclarar a todos cul sea ladispensacin del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creo todas las cosas; para que la mul-tiforme sabidura de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potesta-des en los lugares celestiales" (Efe. 3:8-10).


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Hermanos, "hemos llegado a ser espectculo al mundo, a los ngeles y a los hombres." "Cmo no de-bis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurndoos para la venida delda de Dios!" (1 Cor. 4:9; 2 Pedro 3:11-12).A fin de manifestar el carcter de Dios, a fin de que no nos engaemos a nosotros mismos, a la iglesiani al mundo con un cristianismo falsificado, debemos llegar a relacionarnos personalmente con Dios. Sitenemos comunin con Dios, seremos sus ministros aunque nunca prediquemos ante una congregacin.Colaboramos con Dios al presentar la perfeccin de su carcter ante la humanidad. (23)

LA OBRA PARA ESTE TIEMPO.-Estamos en el umbral de grandes y solemnes acontecimientos. Las profecas se estn cumpliendo. Unahistoria extraordinaria y memorable se est registrando en los libros del cielo. Todo en nuestro mundoest en agitacin. Hay guerras y rumores de guerra. Las naciones estn airadas y ha llegado el tiempoen que deben ser juzgados los muertos. Los acontecimientos estn cambiando para no demorar la llega-da del da de Dios, que se vendr prestamente. Queda, por as decirlo, solamente un poco de tiempo.Pero aunque ya se levanta nacin contra nacin, y reino contra reino, no existe todava una conflagra-cin general. Los cuatro vientos sern retenidos hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus fren-tes. Entonces las potencias de la tierra dispondrn sus fuerzas para la ltima gran batalla.Satans est ocupado diligentemente en la preparacin de sus planes para el postrer gran conflicto,cuando todos definirn sus posiciones. Despus de haber sido proclamado el Evangelio en el mundopor casi dos mil aos, Satans todava presenta a los hombres y mujeres el mismo cuadro que le presen-t a Cristo. En forma prodigiosa, despliega ante ellos la gloria de los reinos de este mundo y se la pro-mete a todos los que acepten postrarse ante l y adorarlo. As trata de colocar a los seres humanos bajosu dominio.Satans hace denodados esfuerzos para presentarse como Dios, y para destruir a todos los que se opo-nen a su poder. Hoy el mundo entero se est sometiendo a l. Se acepta su poder como si fuera el poderde Dios. Se est cumpliendo la profeca del Apocalipsis, de que "se maravill toda la tierra en pos de labestia" (Apoc. 13:3).En su ceguera, los seres humanos se jactan de haber alcanzado extraordinarios progresos y asombrososconocimientos; pero (24) su culpabilidad ntima y depravacin son manifiestas para el ojo de la Omnis-ciencia. Los guardianes celestiales ven la tierra llena de violencia y crimen. Se obtienen riquezas me-diante toda suerte de robos, no slo a los hombres sino tambin a Dios. La gente emplea los recursosdivinos para satisfacer su egosmo; usa todo lo que puedan obtener para servir a su codicia. La avariciay la sensualidad prevalecen, y se valoran positivamente los atributos del primer engaador. Lo hanaceptado como dios y estn imbuidos de su espritu.Pero la nube de la ira justiciera los cubre y encierra los elementos que destruyeron a Sodoma. En las vi-siones de las cosas venideras, el profeta Juan contempl esta escena. Le fue revelada esta adoracin deldemonio y le pareci que todo el mundo se encontraba al borde de la perdicin. Pero mientras mirabacon profundo inters, contempl el pueblo que guarda los mandamientos de Dios. Todos tenan sobre lafrente el sello del Dios vivo, y dijo: "Aqu est la paciencia de los santos, los que guardan los manda-mientos de Dios, y la fe de Jess. O una voz que desde cielo me deca: Escribe: Bienaventurados deaqu en adelante los muertos que mueren en el Seor. S, dice el Espritu, descansarn de sus trabajos,porque sus obras con ellos siguen. Mir, y he aqu una nube blanca; y sobre la nube uno sentado seme-jante al Hijo del hombre, que tena en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. Y deltemplo sali otro ngel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega;porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra est madura. Y el que estaba sentado sobrela nube meti su hoz en la tierra, y la tierra fue segada. Sali otro ngel del templo que est en el cielo,teniendo tambin una hoz aguda. Y sali del altar otro ngel, que tena poder sobre el fuego, y llam agran voz al que tena la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra,


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porque sus uvas estn maduras. Y el ngel arroj su hoz en la tierra, y vendimi la via de la tierra, yech las uvas en el gran lagar de la ira de Dios" (Apoc. 14:12-19). (25)Cuando la tempestad de la ira de Dios estalle sobre el mundo, constituir una terrible revelacin paramuchos descubrir que su casa ha sido arrasada, porque la haban edificado sobre la arena. Es necesarioque los amonestemos antes que sea demasiado tarde. Debiramos sentir ahora la responsabilidad detrabajar con intenso fervor en impartir a otros las verdades que Dios ha dado para este tiempo. Nuncanos excederemos en nuestro fervor.El corazn de Dios est conmovido. Las almas son muy preciosas a su vista. Cristo llor en agona poreste mundo; fue crucificado por l. Dios entreg a su Hijo unignito para salvar a los pecadores, y des-ea que amemos a los dems como l nos am. Desea ver que quienes tienen el conocimiento de la ver-dad lo impartan a sus semejantes.Ahora es cuando tenemos que presentar la ltima amonestacin. La presentacin de la verdad en estosmomentos va acompaada por un poder especial. Pero, cunto tiempo durar esto? Tan slo un poqui-to. Si alguna vez hubo una crisis es ahora.Todos estn decidiendo hoy su destino eterno. Es necesario despertar a la humanidad para que com-prenda la solemnidad del momento, la proximidad del da cuando terminar el tiempo de gracia paralos seres humanos. Deben hacerse esfuerzos definidos para presentar a la gente en forma impactante elmensaje para este tiempo. El tercer ngel ha de avanzar con gran poder. Que nadie ignore esta obra, nila trate como si tuviera poca importancia.La luz que hemos recibido acerca del mensaje del tercer ngel es la luz verdadera. La marca de la bestiaes exactamente lo que ha sido proclamado. No se comprende todava todo lo referente a este asunto, nise comprender hasta que se abra el rollo; pero se ha de realizar una obra muy solemne en nuestromundo. La orden del Seor a sus siervos es: "Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz comotrompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelin, y a la casa de Jacob su pecado" (Isa. 58:l). (26)No debe haber cambio en los rasgos generales de nuestra obra. Ha de permanecer tan clara y distintacomo la profeca la ha hecho. No podemos entrar en ninguna alianza con el mundo suponiendo que alhacerlo podramos lograr ms. Si alguien obstaculiza el camino para impedir el progreso de la obra enlos ramos que Dios ha establecido, desagradar a Dios. Es preciso no debilitar ningn aspecto de laverdad que ha hecho al pueblo adventista del sptimo da lo que es. Tenemos los antiguos hitos de laverdad, la experiencia y el deber, y debemos permanecer firmes en la defensa de nuestros principios an-te del mundo.Es esencial que surjan hombres que abran los orculos vivientes de Dios a todos los pueblos. Hombresde todos los niveles y aptitudes, con sus variados dones, han de cooperar armoniosamente para obtenerun resultado comn; han de unirse en la obra de presentar la verdad a la gente, cumpliendo cada obrerosu propia tarea.Los tres ngeles de Apocalipsis 14, que aparecen volando por en medio del cielo, simbolizan la obra delos que proclaman los mensajes del primer, segundo y tercer ngel. Estn unidos. Las evidencias de laverdad permanente y viva de estos grandes mensajes, que tanto significan para la iglesia, y que handespertado tan intensa oposicin de parte del mundo religioso, no han perdido vigencia. Satans trataconstantemente de arrojar sombra alrededor de estos mensajes, para que el pueblo de Dios no disciernaclaramente su significado, su momento y lugar; pero esos mensajes viven y han de ejercer su poder so-bre nuestra experiencia religiosa mientras dure el tiempo.La influencia de estos mensajes se ha estado profundizando y ensanchando, ha puesto en movimientolos resortes de la accin en millares de corazones, ha levantado instituciones de saber, editoriales y sa-natorios: todos ellos instrumentos de Dios (27) para cooperar en la gran obra representada por el prime-ro, el segundo y el tercer ngel. Esta obra consiste en advertir a los habitantes del mundo que Cristoviene por segunda vez, con poder y grande gloria.Hermanos y hermanas, ojala pudiera decir algo que os despertara y os hiciese ver la importancia delmomento presente, el significado de los acontecimientos actuales! Os sealo los movimientos agresivos


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que se estn produciendo para restringir la libertad religiosa. El monumento recordativo y santificadopor Dios ha sido derribado, y en su lugar se destaca ante el mundo un da de reposo falso que no tienesantidad. Mientras las potestades de las tinieblas estn agitando los elementos desde abajo, el Seor delcielo enva poder de lo alto para hacer frente a la emergencia, animando a sus agentes vivos para queexalten la ley divina. Ahora, ahora mismo, es el momento cuando debemos trabajar en los pases ex-tranjeros. Cuando los Estados Unidos, el pas de la libertad religiosa, se una con el papado para forzarla conciencia y obligar a los hombres a honrar el falso da de reposo, los habitantes de todo pas delglobo sern inducidos a seguir su ejemplo. Nuestros hermanos no llegan a estar ni tan slo medio des-piertos para hacer todo lo que pueden con las facilidades de que disponen, para proclamar el mensajede amonestacin.El Dios del cielo no enviar al mundo sus juicios motivados por la desobediencia y la transgresin an-tes de haber enviado a sus atalayas para que den su amonestacin. No se cerrar el tiempo de graciahasta que el mensaje haya sido proclamado con toda claridad. La ley de Dios ser magnificada. Sus re-querimientos se presentarn en su verdadero carcter sagrado, para que la gente se vea obligada a deci-dir en pro o en contra de la verdad. Sin embargo, la obra ser abreviada en justicia. El mensaje de lajusticia de Cristo resonar de un (28) extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Se-or. La gloria de Dios es la que termina la obra del tercer ngel.No hay en nuestro mundo otra obra tan grande, sagrada y gloriosa, ninguna que Dios honre tanto, comola obra de la predicacin evanglica. El mensaje presentado en este tiempo es el ltimo mensaje de mi-sericordia para un mundo cado. Los que tienen el privilegio de or y persisten en negarse a escuchar laamonestacin, desechan su ltima esperanza de salvacin. No habr un segundo tiempo de gracia.La palabra de verdad: "Escrito est", es el Evangelio que hemos de predicar. No hay espada flamgerapuesta delante de este rbol de vida. Todos los que quieran pueden participar de l. No hay poder capazde impedir a alguna alma tomar de sus frutos. Todos pueden comer y vivir para siempre.En los mensajes de Dios al mundo, la iglesia remanente acopiar misterios que los ngeles desearanescudriar, que los profetas, reyes y justos desearon comprender. Los profetas predijeron estas cosas yanhelaron comprender lo que predecan; pero no se les concedi este privilegio. Anhelaban ver lo quevemos, y or lo que omos; pero no les fue concedido. Lo sabrn todo cuando Cristo venga por segundavez; cuando, rodeado por una multitud que nadie puede contar, explique acerca de la liberacin realiza-da por su gran sacrificio.Algunos han presentado las verdades del mensaje del tercer ngel como teoras ridas; pero el Cristoviviente es el tema que debe presentarse en este mensaje. Debe revelarse como el primero y el ltimo,como el Yo Soy, raz y vstago de David y estrella resplandeciente de la maana. El carcter de Diosen Cristo (29) debe manifestarse al mundo mediante este mensaje. Debe proclamarse la invitacin:"Sbete sobre un monte alto, anunciadora de Sin; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusa-ln; levntala, no temas; di a las ciudades de Jud: Ved aqu al Dios vuestro! He aqu que Jehov elSeor vendr con poder, y su brazo seorear; he aqu que su recompensa viene con l, y su paga de-lante de su rostro. Como pastor apacentar su rebao; en su brazo llevar los corderos, y en su seno losllevar; pastorear suavemente a las recin paridas" (Isa. 40:9-11).Con Juan el Bautista debemos ahora guiar a las gentes hacia Jess, diciendo: "He aqu el Cordero deDios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). Ahora, como nunca antes, debe anunciarse la invita-cin: "Si alguno tiene sed, venga a mi y beba" y "el Espritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga:Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente" (Juan 7:37;Apoc. 22:17).Hay una gran obra que realizar y debe hacerse todo esfuerzo posible para revelar a Cristo como el Sal-vador que perdona; a Cristo como expiacin por el pecado; a Cristo como la estrella de la maana; y elSeor nos dar gracia ante el mundo hasta que se haya terminado la obra.Mientras los ngeles retienen los cuatro vientos, debemos trabajar con toda nuestra capacidad. Debe-mos entregar nuestro mensaje sin demora. Debemos dar al universo celestial y a los hombres y mujeres


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de esta poca degenerada, evidencia de que nuestra religin es una fe y un poder de los cuales Cristo esel autor; y que su Palabra es el orculo divino. Hay personas que estn en la balanza. Sern sbditos delreino de Dios o esclavos del despotismo de Satans. Todos deben tener el privilegio de aceptar la espe-ranza que el Evangelio les ofrece; pero cmo podrn or sin que haya quien les predique? La familiahumana necesita una renovacin moral, una transformacin del carcter, a fin de poder subsistir en lapresencia de Dios. Hay almas a (30) punto de perecer a causa de los errores de las teoras prevalecien-tes que han surgido contrarrestar el mensaje del Evangelio. Quines querrn consagrarse ahora plena-mente a la obra de ser colaboradores de Dios?Mientras veis los peligros y la miseria del mundo por obra de Satans, no agotis en ociosas lamenta-ciones las energas que Dios os ha dado, sino antes trabajad para beneficio de vosotros mismos y de losdems. Despertad y preocupaos por los que perecen. Si no son ganados para Cristo, perdern una eter-nidad de bienaventuranza. Pensad en lo que les es posible ganar. El alma que Dios cre y que Cristoredimi es de gran valor en virtud de las posibilidades que tiene, de las ventajas espirituales que le hansido concedidas, de las capacidades que puede poseer si la Palabra de Dios la vivifica, y de la inmorta-lidad que puede obtener mediante el Dador de la vida, si es obediente. Un alma es de ms valor para elcielo que todo un mundo de propiedades, casas, tierras y dinero. Debiramos emplear nuestros recursoshasta lo sumo para la conversin de un alma. Un alma ganada para Cristo reflejar en derredor suyo laluz del cielo, la cual, al penetrar en las tinieblas morales y disiparlas, salvar a otras personas.Si Cristo dej las noventa y nueve para buscar y salvar a la oveja perdida, podremos nosotros conside-rarnos exentos de responsabilidad haciendo menos? Dejar de trabajar como Cristo trabaj, de sacrifi-carse como l se sacrific, no es traicionar de hecho nuestro sagrado deber, y una afrenta a Dios?Haced resonar la alarma a lo largo y ancho de toda la tierra. Decid a la gente que el da del Seor estcerca, y que se apresura grandemente. Que no quede nadie sin ser amonestado. Podramos estar en ellugar de las pobres almas que yerran. Podramos haber sido colocados entre los brbaros. De acuerdocon la verdad que hemos recibido en mayor medida que los dems, tenemos una deuda para compartir-la con ellos.No hay tiempo que perder. El fin est cerca. Los viajes de un lugar a otro para difundir la verdad prontose vern rodeados de (31) peligros a diestra y siniestra. Aparecern toda clase de obstculos en el cami-no de los mensajeros del Seor, para que no puedan llevar a cabo lo que les es posible hacer ahora. De-bemos mirar bien de frente nuestra obra y avanzar tan rpidamente como sea posible en una guerraagresiva. Por la luz que Dios me ha dado, s que las potestades de las tinieblas estn obrando con inten-sa energa desde abajo, y con paso furtivo Satans est avanzando para sorprender a los que duermen ,como un lobo que se apodera de su presa. Tenemos amonestaciones que podemos presentar ahora y unaobra que podemos hacer; pero ser ms difcil de realizarla antes de lo que imaginamos. Que Dios nosayude a mantenernos donde brilla la luz, a trabajar con nuestros ojos fijos en Jess nuestro caudillo, y aavanzar con paciencia y perseverancia hasta alcanzar la victoria. (32)

AMPLIACIN DE LA OBRA EN EL EXTRANJERO.-Recib este breve mensaje en horas de la noche para que lo comunique a las iglesias que conocen laverdad: "Levntate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehov ha nacido sobre ti" (Isa.60:1).Las palabras del Seor registradas en Isaas 54 son para nosotros: "Ensancha el sitio de tu tienda, y lascortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.Porque te extenders a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredar naciones, yhabitar las ciudades asoladas. No temas, pues no sers confundida; y no te avergences, porque no se-rs afrentada, sino que te olvidars de la vergenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no ten-drs ms memoria. Porque tu marido es tu Hacedor; Jehov de los ejrcitos es su nombre; y tu Reden-tor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra ser llamado" (Isa. 54:2-5).


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Las palabras que Jess dirigi a sus discpulos tambin son para nosotros: "No decs vosotros: Anfaltan cuatro meses para que llegue la siega? He aqu os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos,porque ya estn blancos para la siega. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, pa-ra que el que siembra goce juntamente con el que siega" (Juan 4:35, 36).El pueblo de Dios tiene por delante una enorme obra que realizar, una obra que debe destacarse conti-nuamente y alcanzar mayor prominencia. Debemos llevar a cabo una obra mucho ms extensa en nues-tro trabajo misionero. Es preciso que actuemos con mayor determinacin que hasta ahora, antes de lavenida de nuestro Seor Jesucristo. El pueblo de Dios no debe cesar en su trabajo hasta que haya abar-cado el mundo entero.La via es el mundo entero, y hay que trabajar en todas partes. Hay lugares que ahora son un desiertomoral, y que tienen que convertirse en jardines del Seor. Es necesario cultivar los lugares desolados dela tierra para que puedan reverdecer y florecer como la rosa. Hombres inspirados por el Espritu Santodeben trabajar en nuevos territorios. Hay que establecer nuevas (33) iglesias y grupos. Es necesario quehaya representantes de la verdad presente en todas las ciudades y hasta en los lugares ms remotos delmundo. La gloria de la verdad de Dios debe resplandecer en toda la tierra. La luz debe iluminar a todolugar y a toda persona. Quienes recibieron la luz deben hacerla brillar constantemente. Puesto que el solha salido en nuestras vidas debemos reflejar su luz sobre el sendero de los que estn en oscuridad.Una crisis se avecina. Imbuidos del poder del Espritu Santo debemos ahora proclamar las grandes ver-dades para estos ltimos das. No transcurrir mucho tiempo antes que todos hayan escuchado la amo-nestacin y efectuado su decisin. Entonces vendr el fin.La esencia misma de toda fe genuina es hacer lo correcto en el tiempo oportuno. Dios es el Gran Artfi-ce y en su providencia prepara el camino para que su obra concluya. Dios provee oportunidades, abrevas de influencia y canales para realizar la obra. Si su pueblo se mantiene alerta para detectar las indi-caciones de su providencia, y est dispuesto a cooperar con l, ver terminada una gran obra. Sus es-fuerzos bien dirigidos, producirn cien veces mejores resultados que los que se puede lograran conidnticos medios y facilidades en otro sector en el que Dios no obra en forma tan manifiesta. Nuestraobra transforma, y Dios se propone que la excelencia en todos los frentes sea una leccin prctica parala gente. Es importante, que en nuevas regiones la obra quede tan bien establecida que asegure una re-presentacin correcta de la verdad. Este principio debe mantenerse vigente en todos nuestros planes yproyectos misioneros.Algunos pases tienen ventajas que los distinguen como centros de educacin e influencia. En las na-ciones de habla inglesa y en los pases protestantes de Europa, es relativamente fcil tener acceso a lagente y hay muchas ventajas para establecer instituciones y llevara cabo nuestra obra. En otros lugarescomo la India y la China, los obreros deben pasar por un prolongado proceso de educacin antes de sercapaces de entender a la gente (34) o hacerse entender. A cada paso se encuentran grandes dificultadesen la obra. Estos impedimentos no existen en Estados Unidos, Australia, Inglaterra y otros pases euro-peos. En Estados Unidos hay muchas organizaciones que le dan carcter a la obra. A medida que laobra avanza es necesario que a Inglaterra, Australia, Alemania, Escandinavia y otros pases dispongande suficientes medios. El Seor tiene obreros de experiencia en esos pases que pueden ser tiles en elestablecimiento de instituciones, en la preparacin de nuevos obreros y en llevar adelante la obra en susdistintos frentes. Es el propsito de Dios que a estos obreros se les proporcionen los medios necesarios.Las instituciones que se establezcan le daran un slido carcter a la obra en esos pases, y ofreceranoportunidades para la preparacin de obreros para los pases menos desarrollados. De esta manera, laeficiencia de nuestros obreros de experiencia se vera centuplicada.En Inglaterra hay una gran obra que realizar. La luz que irradia de Londres debera iluminar a regioneslejanas con rayos inequvocos y bien definidos. Dios ha sentido preocupacin por Inglaterra, pero estanacin ha sido sumamente descuidada. Inglaterra necesita muchos ms obreros y recursos. Londresapenas ha sido tocada. Al presentrseme la situacin que impera en esa gran ciudad, mi corazn seconmueve profundamente. Me duele pensar que no se han provisto mayores medios para la obra a tra-


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vs de Europa. Me duele el corazn al pensar acerca de la obra en Suiza, Alemania, Noruega y Suecia.Donde hay uno o dos hombres luchando para llevar adelante los diferentes frentes de la causa, debierahaber cientos trabajando. No menos de cien hombres deberan estar trabajando en Londres solamente.El Seor toma nota del descuido de su obra, y pronto pedir estricta cuenta.Si los obreros de Estados Unidos compartieran sus bendiciones con otros, se vera prosperidad en laobra en Inglaterra. Se solidarizaran con los obreros que luchan con dificultades en esa ciudad, y tendr-an el corazn para decir, no solamente en palabras (35) sino en accin: "Vosotros sois hermanos" (Ma-teo 23:8). Veran una obra grande hecha en Londres, en todas las ciudades de Inglaterra y en toda Eu-ropa.Dios nos exhorta a proseguir con empeo los trabajos de la cruz en Australia. Se estn abriendo nuevoscampos. La obra se ha estancado por falta de obreros y recursos financieros, pero no debe detenerse porms tiempo. De todos los pases, Australia es el que ms se parece a Estados Unidos. Se encuentra alltoda clase de gentes. Y el mensaje de amonestacin no se ha presentado ni ha sido rechazado. Hay mi-les de personas honestas que imploran para que se les enve luz. Los centinelas del Seor debern hacerguardia sobre las murallas de Sin y dar la advertencia: "La maana viene y tambin la noche", la no-che cuando nadie puede obrar. Mientras los ngeles sostienen los cuatro vientos, el mensaje debe entraren cada lugar en Australia, tan pronto como sea posible.El fortalecimiento de la obra en los pases de habla inglesa, pondr al alcance de nuestros obreros unainfluencia cien veces mayor que la que han logrado para plantar el estandarte de la verdad en muchosotros pases.Mientras procuramos trabajar en estos campos desatendidos, desde pases lejanos llega el clamor: "Veny aydanos". Estos pases no son fciles de alcanzar y no estn tan preparados para la cosecha como loestn los campos ms cercanos a nosotros; pero no hay que descuidarlos.Me ha sido revelada recientemente la pobreza de las naciones de frica. Los misioneros enviados des-de Estados Unidos a las naciones africanas han sufrido y estn sufriendo por carencia de lo necesariopara vivir. Los misioneros de Dios que llevan el mensaje de misericordia a las tierras paganas, no estnsiendo sostenidos en sus trabajos en forma apropiada.Nuestros hermanos no han discernido que al ayudar al progreso de la obra en el extranjero, estn ayu-dando a la obra en su propio pas. Aquello que se da para iniciar la obra en un lugar, resulta en el forta-lecimiento de esta en otros. Cuando los obreros son liberados de los impedimentos causados por la es-casez, (36) sus esfuerzos pueden expandirse; a medida que la gente sea llevada a la verdad y se esta-blezcan iglesias, las finanzas aumentarn. Muy pronto estas iglesias podrn llevar a cabo no solamentela obra dentro de sus propias fronteras, sino que tambin impartirn a otros campos. De esa manera secompartir la carga que pesa sobre las iglesias locales.El trabajo misionero avanzar an ms en todo aspecto cuando un espritu ms liberal de desprendi-miento y altruismo se manifieste hacia la prosperidad de las misiones en el extranjero; porque la pros-peridad del trabajo local depende en gran medida, bajo la direccin de Dios, de la influencia que se re-fleja a travs la obra evanglica realizada en pases lejanos. Ponemos nuestras almas en contacto con lafuente de todo poder al trabajar activamente para suplir las necesidades de la causa de Dios.Aunque la obra en el extranjero no ha avanzado como tanto como era necesario; lo que se ha hecho, sinembargo, es suficiente como para estar agradecidos y una base para cobrar nimo. En estos campos sehan usado muchos menos recursos que en el campo local, y la obra se ha realizado bajo las ms duraspresiones y sin los medios adecuados. Sin embargo, considerando la ayuda que se ha enviado a dichoscampos, el resultado es en verdad sorprendente. Nuestro xito misionero ha sido proporcional a nuestroesfuerzo de desprendimiento y altruismo. nicamente el Seor puede valorar el trabajo realizado. Amedida que el mensaje del Evangelio se ha proclamado en forma clara y precisa. Nuevos territorios sehan alcanzado y se ha realizado un trabajo agresivo. La semilla de la verdad se ha sembrado y la luz hailuminado muchas mentes y producido una mayor revelacin de Dios, y un entendimiento ms exacto


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del carcter que se debe desarrollar. Miles han sido trados al conocimiento segn est revelado en Je-ss. Han sido inspirados por la fe que obra por el amor y purifica el alma.El valor de estas ventajas sobrepasa nuestra comprensin. Con qu podra medirse la profundidad dela palabra predicada? Qu balanza podra pesar con exactitud la influencia de quienes (37) se convier-ten a la verdad? Ellos mismos llegan a ser misioneros y trabajan por otros. En numerosos lugares sehan construido capillas. La Biblia, la preciosa Biblia, es estudiada con atencin. El tabernculo de Diosest con los hombres y l habita entre ellos.Regocijmonos porque en estos campos se ha realizado una obra que Dios puede aprobar. En el nom-bre del Seor, ofrezcamos expresiones de alabanza y agradecimiento por los resultados de la obra enotros pases.Nuestro General, quien no se equivoca, contina diciendo: "Avanzad. Entrad en nuevos territorios. Le-vantad bandera en cada lugar. levntate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehov hanacido sobre ti'.Nuestra consigna ha de ser: Adelante, siempre adelante. Los ngeles del Seor irn delante de nosotrospara preparar el camino. Nuestra preocupacin por las "regiones apartadas" jams puede deponersehasta que toda la tierra sea alumbrada con la gloria del Seor.Es necesario revivir el espritu misionero en nuestras iglesias. Todos los miembros debieran estudiar lamanera de contribuir al progreso de la obra de Dios, tanto en la misin local como en el exterior. Se hahecho escasamente una milsima parte de la obra que debe realizarse en los campos misioneros. Diosinsta a sus obreros a que conquisten nuevos territorios para l. Hay ricos campos de labor que esperanla llegada de obreros fieles. ngeles ministradores cooperarn con cada miembro de la iglesia que tra-baje desinteresadamente por el Maestro.La iglesia de Cristo en la tierra se organiz con propsitos misioneros, y el Seor desea verla en sutotalidad concibiendo maneras y medios para llevar el mensaje de verdad a los encumbrados y a loshumildes, a los ricos y los pobres. No todos son llamados a un ministerio personal en el extranjero, pe-ro todos (38) pueden hacer algo mediante sus oraciones y ofrendas para ayudar la obra misionera.Un comerciante de los Estados Unidos de Amrica, cristiano sincero, en conversacin con un compae-ro de labor dijo que l mismo trabajaba para Cristo las veinticuatro horas del da. "En todas mis rela-ciones comerciales dijo trato de representar a mi Maestro. Mientras tengo la oportunidad, procuroganar a otros para el Seor. Todo el da trabajo para Cristo y en la noche mientras duermo, tengo unhombre que trabaja para el Seor en la China".Luego agreg: "Cuando era joven me propuse trabajar como misionero entre los gentiles. Pero, con lamuerte de mi padre, tuve que encargarme de sus negocios con el fin de proveer para la familia. Ahora,en vez de ir yo mismo, apoyo financieramente a un misionero. Mi obrero trabaja en cierto pueblo deuna provincia de la China. As que, mientras duermo, sigo trabajando para Cristo a travs de mi repre-sentante".No habr otros adventistas del sptimo da que estn dispuestos a hacer lo mismo? En vez de mante-ner a los ministros trabajando para las iglesias que ya conocen la verdad, que los miembros de la iglesiadigan a esos obreros: "Id y trabajad por la gente que perece en la oscuridad. Nos encargaremos de losservicios de la iglesia. Mantendremos las reuniones, y sometidos a Cristo, seremos sostenidos espiri-tualmente. Trabajaremos por las almas que estn a nuestro alrededor, oraremos y enviaremos nuestrasofrendas para sostener a los obreros en los campos ms necesitados y destituidos". Por qu no se unenlos miembros de una iglesia, o de varias iglesias pequeas, para sostener un misionero en el extranjero?Si se privan de goces egostas y de cosas innecesarias y perjudiciales, podran hacerlo. Hermanos yhermanas, no colaboraris en esta obra? Haced algo para Cristo, os suplico, y hacedlo ahora. Por me-dio del trabajo de un maestro que vuestras ofrendas pueden sostener en el campo, ser posible rescataralmas de la ruina para que brillen como estrellas en la corona del Redentor. (39)


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SECCIN DOS: LA OBRA EVANGLICA.-Cun hermosos son sobre los monteslos pies del que trae alegres nuevas,del que anuncia la paz,...del que dice a Sin: Tu Dios reina!"

LOS CONGRESOS CAMPESTRES.-Los congresos campestres son una de las actividades ms importantes de nuestra obra. Es uno de losmtodos ms efectivos para cautivar la atencin de la gente y alcanzar a todas las clases sociales con lainvitacin del Evangelio. El tiempo en que vivimos es una poca de emociones intensas. La ambicin yla guerra, el placer y la obtencin de dinero absorben la mente de la gente. Satans ve que le queda po-co tiempo, de modo que ha puesto a todos sus agentes a trabajar, a fin de que la gente pueda ser enga-ada, entrampada, inducida a mantenerse ocupada y embelesada; hasta que concluya el tiempo de gra-cia y la puerta de la misericordia se cierre para siempre. Es nuestra tarea llevar al mundo entero a to-da nacin, tribu, lengua y pueblo la verdad salvadora del mensaje del tercer ngel. Pero ha sido unproblema difcil saber cmo alcanzar a la gente en los lugares superpoblados. No se permite a las igle-sias establecerse en ellos. Los salones espaciosos en las grandes ciudades son costosos, y en la mayorade los casos, pocos resultarn apropiados. Quienes no nos conocen han hablado mal de nosotros. Lagente no comprende nuestra fe, y nos considera unos fanticos que por ignorancia guardan el sbado envez del domingo. Mientras realizamos nuestra obra, nos hemos sentido confundidos por no saber cmosuperar las barreras de la mundanalidad y el prejuicio, (40) para presentar la preciosa verdad que tantosignificado encierra para la gente. El Seor nos ha enseado que las reuniones religiosas al aire libreson uno de los medios ms importantes para la realizacin de esta obra.Debemos efectuar planes sabios para dar a la gente la oportunidad de escuchar personalmente el ltimomensaje de amonestacin al mundo. La humanidad tiene que recibir la advertencia de que debe prepa-rarse para el gran da de Dios, que est muy cerca. No tenemos tiempo que perder. Debemos realizarmayores esfuerzos para llegar hasta la gente all donde se encuentre. La impenitencia del mundo y eldesprecio por las leyes del gobierno de Dios ya estn llegando a su lmite. Debe proclamarse la adver-tencia en cada ciudad de nuestro planeta. Todo lo que pueda hacerse debe efectuarse sin dilacin.Los campamentos campestres tienen adems otra finalidad: la de promover la vida espiritual entrenuestros miembros. El mundo no conoce a Dios, a pesar de su supuesta sabidura. No puede captar labelleza, la ternura, la bondad ni la santidad de la verdad divina. Y para que la gente pueda entenderlas,debe existir un canal a travs del cual la verdad fluya hacia el mundo. Ese canal es la iglesia. Cristo senos da a conocer para que nosotros lo revelemos a otros. Su pueblo debe manifestar las riquezas y lagloria de su don inefable.Dios ha puesto en nuestras manos una obra sumamente sagrada y necesitamos reunirnos para obtener lacapacitacin necesaria a fin de llevarla a cabo. Necesitamos entender claramente qu parte se nos pideque realicemos para edificar la causa de Dios en la tierra, al vindicar la santa ley de Dios y al realzar alSalvador como "el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). Necesitamos unirnospara recibir el toque divino que nos permitir comprender nuestra labor en el hogar. Los padres necesi-tan entender cmo deben enviara sus hijos e hijas desde el santuario del hogar, con una preparacin yeducacin tal, que estn capacitados para brillar como luces en el mundo. Debemos comprender la ne-cesidad de una distribucin (41) del trabajo y cmo debe llevarse adelante cada tarea. Cada uno debieraentender la parte que le corresponde a fin de que haya armona entre el plan y el trabajo en la obracombinada de todos.

CMO COMUNICARSE CON LAS MULTITUDES.-Cristo dijo a sus discpulos en el Sermn del monte: "Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asen-tada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino


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sobre el candelero, y alumbra a todos los que estn en casa. As alumbre vuestra luz delante de loshombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que est en los cielos"(San Mateo 5:14-16). Si nuestros congresos campestres se conducen en forma apropiada, sern en ver-dad una luz en el mundo. Debieran realizarse en las grandes metrpolis y ciudades donde el mensaje dela verdad no se ha proclamado, y continuar durante dos o tres semanas. Ocasionalmente puede seraconsejable tener estos congresos en perodos sucesivos en el mismo lugar; pero, como regla, el lugarde las reuniones debe ser diferente de ao en ao. En vez de tener congresos campestres gigantescos enunos pocos lugares, sera ms beneficioso tener reuniones ms pequeas en ms lugares. As la obra seextender constantemente a nuevos sectores. Tan pronto como el estandarte de la verdad se levante enuna localidad, y los nuevos conversos ya no abriguen dudas ni errores, debemos hacer planes para en-trara nuevos territorios. Nuestros congresos campestres tienen poder, y cuando se realizan en un lugardonde la comunidad puede ser conmovida, tendrn un poder mucho mayor que cuando, por la conve-niencia de nuestros miembros, se lleven a cabo donde el inters pblico haya disminuido a causa dereuniones anteriores o del rechazo de la verdad.Ha sido un error al celebrar los congresos en lugares apartados, y al repetirlos en el mismo lugar aotras ao. Esto se ha hecho para reducir gastos y esfuerzos, pero los ahorros debieran (42) hacerse enotros aspectos. Especialmente en lugares nuevos, una carencia de medios a menudo hace difcil hacerfrente a los gastos generados por un congreso campestre. Es necesario ejercer cuidado en la economa yelaborar planes que no exijan grandes gastos, porque de esa manera puede ahorrarse mucho. Sin em-bargo, hay que cuidar de no perjudicar la obra por el afn de ahorrar. Este mtodo de presentar la ver-dad a la gente ha sido establecido por Dios. Cuando se trabaja por las almas y se presenta la verdad aquienes no la conocen, no hay que detenerla por ahorrar dinero.Nuestros congresos campestres deben conducirse de tal manera que logren el mximo posible de ben-diciones. Que la verdad sea presentada y representada apropiadamente por aquellos que creen en ella.Lo que el mundo necesita es luz, luz del cielo; y todo aquello que manifieste que Cristo es luz.

UNA LECCIN OBJETIVA.-Cada congreso campestre debe ser una leccin prctica de buen gusto, orden y pulcritud. Debe prestar-se cuidadosa atencin a la economa y evitar la ostentacin, pero todo debe estar limpio y ordenado. Elbuen gusto y el tacto atraen mucho. En todo lo que hacemos debemos poner en evidencia la disciplinade la organizacin y el orden.Todo debe mantenerse ordenado de tal manera que impresione tanto a nuestros propios hermanos comoal resto de la gente, acerca de la santidad e importancia de la obra de Dios. Los reglamentos observadosen el campamento de los israelitas constituyen un ejemplo para nosotros. Fue Cristo quien dio instruc-ciones especiales a Israel, aunque tambin eran para nosotros, los que vivimos en los das finales de es-te mundo. Debemos estudiar cuidadosamente las especificaciones de la Palabra de Dios, y practicaresas directrices como la voluntad divina. Que todo lo relacionado con el campamento sea puro, sano ylimpio. Debe prestarse atencin a cada aspecto de los servicios de salubridad; (43) hermanos de sanojuicio y discernimiento deben ver que no se permita nada que pueda sembrar la semilla de la enferme-dad y la muerte en todo el campamento.Las carpas deben estar bien atadas a sus postes y siempre que haya posibilidad de lluvia, cada carpadebe acondicionarse con zanjas alrededor. En ningn sentido se debe pasar esto por alto. Enfermedadesserias y an fatales se han contrado por descuidar esta precaucin.Debemos sentir que somos representantes de una verdad de origen celestial. Debemos manifestar lasalabanzas de Aquel que nos ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Debemos recordar siempreque los ngeles de Dios caminan por el recinto y observan el orden y el arreglo de cada carpa. Para lasnumerosas personas que vienen a los campamentos, todos los detalles son una evidencia de la fe y losprincipios que ostentan quienes dirigen las reuniones. Debe ser la mejor evidencia posible. Todo el en-torno debe ser ejemplar. Las habitaciones, en su orden y aseo, que ofrecen una idea de la vida hogare-


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a; debieran ser un continuo sermn respecto a los hbitos, costumbres y prcticas de los adventistasdel sptimo da.

CMO ASEGURAR LA ASISTENCIA.-Cuando nos preparbamos para realizar un congreso campestre en una ciudad donde nuestra iglesia erapoco conocida, me pareci estar una noche en una comisin convocada para consultar sobre la obra quedeba llevarse a cabo antes de la reunin. Se sugiri hacer un esfuerzo gigante e incurrir en fuertes gas-tos en la distribucin de avisos y volantes. Mientras se hacan estos arreglos para llevar a cabo esa idea,Uno que es ms sabio en aconsejar dijo: "Instalen las tiendas de campaa, empiecen sus reuniones yluego hagan los anuncios; as se lograrn mejores resultados"."La verdad expuesta por un predicador entusiasta ejercer una influencia mayor que la que tendra elmismo asunto publicado (44) en forma impresa. Sin embargo, la combinacin de los dos mtodos ten-dr todava ms poder. Continuar con los mismos mtodos de evangelizacin ao tras ao, no es el me-jor plan. Cmbiese el orden de las cosas. Cuando se le da el tiempo y la oportunidad, Satans est listopara congregar sus fuerzas y tratar de destruir cada alma. Debe evitarse levantar cualquier oposicinantes que la gente tenga la oportunidad de or la verdad y de saber a lo que se resisten. Economizadvuestros recursos para realizar una vigorosa labor despus de la reunin en lugar de antes. Si se puedeconseguir una mquina impresora para imprimir durante las reuniones volantes, anuncios y escritos pa-ra distribuirlos, eso producir una influencia eficaz".En algunos de nuestros congresos campestres, grupos de obreros entusiastas se han organizado para ir ala ciudad y a los suburbios para distribuir publicaciones e invitar a la gente para que asista a las reunio-nes. Por este medio se pudo asegurar la asistencia regular de cientos de personas durante la segundaparte de las reuniones, quienes, de otra manera no habran pensado asistir.Debemos usar cualquier medio justificable para llevar la luz a la gente. Utilcese la prensa y todos losmedios publicitarios que permitan llamar la atencin a la obra. Esto no debe considerarse de poca im-portancia. En cada esquina se ven carteles y anuncios que atraen la atencin hacia los ms diversosasuntos, algunos de ellos de carcter muy objetable. Quienes tienen la luz del mundo, se conformarncon efectuar dbiles esfuerzos para atraer la atencin de las multitudes a la verdad?Las personas que se interesan en la verdad deben enfrentarse a argumentos falaces y falsedades de partede ministros populares, sin saber cmo responder a estas cosas. La verdad presentada por el evangelis-ta, debe publicarse tan concisa como sea posible y hacerse circular extensamente. Segn sea prctico,que los discursos importantes presentados en los congresos, sean publicados en los peridicos. De esamanera, la verdad dirigida a un nmero limitado de personas podr llegar a muchas mentes. (45) Ydondequiera que la verdad haya sido falseada, la gente tendr la oportunidad de saber exactamente qufue lo que dijo el ministro.Coloca tu luz sobre un candelabro, para que alumbre a todos los que estn en la casa. Si se nos ha dadola verdad, debemos hacerla tan sencilla para otros, que todas las personas sinceras de corazn puedanreconocerla y regocijarse en sus brillantes rayos.Natanael or para poder saber con certidumbre si aquel que Juan el Bautista haba anunciado como elMesas, era en verdad el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Mientras expona su incerti-dumbre delante de Dios y peda esclarecimiento, Felipe lo llam y con tono fervoroso y lleno de gozo,exclam: "Hemos hallado a aquel de quien escribi Moiss en la ley, as como los profetas: a Jess, elhijo de Jos, de Nazaret" (Juan 1:45).Pero Natanael estaba prejuiciado contra el Nazareno. Por la influencia de falsas enseanzas, surgi laincredulidad en su corazn y pregunt: "De Nazaret puede salir algo bueno?" Felipe no trat de com-batir su prejuicio e incredulidad. Slo se limit a decir: "Ven y ve". Fue una actitud sabia, porque tanpronto como Natanael vio a Jess, se convenci de que Felipe estaba en lo correcto. Su incredulidadfue echada a un lado, y una fe firme, fuerte y obediente tom posesin de su alma. Jess elogi la feconfiada de Natanael.


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Hay muchos en la misma situacin que se encontraba Natanael. Estn prejuiciados y son incrdulosporque nunca han estado en contacto con las verdades especiales para estos ltimos das; o con las per-sonas que las poseen, y se requerir que asistan a una reunin rebosante del Espritu de Cristo para eli-minar su incredulidad. No importa lo que debamos enfrentar, qu oposicin exista, qu esfuerzos paradesviar las almas y conducirlas lejos de la verdad de origen celestial; debemos proclamar nuestra fe.As las personas honestas podrn ver y or y convencerse por ellas mismas. Nuestra obra consiste endecir como Felipe: "Ven y ve". (46)No tenemos ninguna doctrina que haya que ocultar. Quienes fueron instruidos para observar el primerda de la semana como sagrado, consideran que el rasgo distintivo ms objetable de nuestra fe es el s-bado del cuarto mandamiento. Pero, no declara la Palabra de Dios que el sptimo da es el sbado delSeor nuestro Dios? Es cierto, no resulta fcil realizar el cambio requerido del primero al sptimo da.Esto requiere una cruz. Choca con las prcticas y los preceptos humanos. Personas eruditas han ense-ado tradiciones a la gente hasta imbuirla de incredulidad y prejuicios. Sin embargo, debemos decir aesas personas: "Ven y ve". Dios requiere que proclamemos la verdad y dejemos que el error sea puestode manifiesto.

LA ASISTENCIA DE LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA.-Es importante que los miembros de nuestras iglesias asistan a nuestros congresos. Los enemigos de laverdad son muchos; y debido a que somos pocos, debemos presentar un frente tan slido como sea po-sible. Necesitamos individualmente los beneficios del congreso, y Dios nos invita a alistarnos en las fi-las de la verdad.Algunos dirn: "Cuesta mucho viajar, y sera mejor que ahorrramos el dinero y lo diramos para elprogreso de la obra donde tanto se necesita". No razonis as; Dios os invita a ocupar vuestro lugar enlas filas de su pueblo. Apoyad la reunin en todo lo que podis acudiendo con vuestras familias. Hacedun esfuerzo especial para asistir a la congregacin del pueblo de Dios.Hermanos y hermanas, es mucho mejor que dejis sufrir en algo vuestros negocios antes que descuidarla oportunidad de or el mensaje que Dios tiene para vosotros. No presentis excusas que os impidanadquirir toda ventaja espiritual posible. Necesitis todo rayo de luz. Necesitis prepararon para dar unarazn de la esperanza que hay en vosotros, con mansedumbre y temor. No podis perder tal privilegio.(47)Antiguamente el Seor orden a su pueblo que se reuniera tres veces al ao para rendirle culto. Loshijos de Israel acudan a aquellas santas convocaciones, trayendo a la casa de Dios sus diezmos, ascomo las ofrendas por el pecado y las de gratitud. Se reunan para relatar las misericordias de Dios, pa-ra conocer sus obras admirables, tributarle agradecimiento y alabar su nombre. Deban participar en elservicio de sacrificios que sealaba a Cristo como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.As haban de preservarse del poder corruptor de la mundanalidad y la idolatra. La fe, el amor y la gra-titud deban mantenerse vivos en su corazn, y al congregarse en ese servicio sagrado se vinculabanms estrechamente con Dios y unos con otros.En los das de Cristo vastas muchedumbres provenientes de todos los pases asistan a aquellas fiestas,y si las hubieran observado como Dios quera, con un espritu de verdadera adoracin, la luz de la ver-dad podra haber sido esparcida por su intermedio a todas las naciones del mundo.Los que residan lejos del tabernculo deban emplear ms de un mes cada ao para asistir a esas santasconvocaciones. El Seor vio que aquellas reuniones eran necesarias para la vida espiritual de su pueblo.Necesitaban apartarse de los cuidados mundanales, para comulgar con Dios y contemplar las realidadesinvisibles.Si los hijos de Israel necesitaban el beneficio de aquellas santas convocaciones en su tiempo, cuntoms lo necesitamos nosotros en estos ltimos das de peligro y conflicto! Si los habitantes del mundonecesitaban entonces la luz que Dios le haba confiado a su iglesia, cunto ms la necesitan ahora!


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Este es el momento en que cada uno debe acudir en auxilio de Jehov contra los poderosos. Las fuerzasdel enemigo se estn vigorizando, y se calumnia a nuestro pueblo. Deseamos que la gente llegue a co-nocer nuestras doctrinas y nuestra obra. Queremos que sepan lo que somos y lo que creemos. Debemosllegar a su corazn. Ocupe el ejrcito de Jehov el terreno para (48) representar la obra y causa de Dios.No presentemos excusas. El Seor nos necesita. l no hace su obra sin la cooperacin del agentehumano. Id al congreso aun cuando ello os cueste un sacrificio. Id con la voluntad de trabajar. Y hacedtodo esfuerzo posible por inducir a vuestros amigos a ir, no en vuestro lugar, sino con vosotros, para es-tar de parte del Seor y obedecer sus mandamientos. Ayudad a aquellos que tienen inters en asistir,proveyndoles, si es necesario, alimento y alojamiento. Os acompaarn los ngeles enviados para mi-nistrara los que han de heredar la salvacin. Dios har grandes cosas por su pueblo. Bendecir todo es-fuerzo hecho para honrar a su causa y hacer progresar su obra.

LA PREPARACIN DEL CORAZN.-En estas reuniones debemos recordar siempre que hay dos fuerzas que obran. Se est librando una bata-lla que los ojos humanos no ven. El ejrcito del Seor est en el terreno, procurando salvar almas. Sa-tans y su hueste estn tambin obrando, procurando de toda manera posible engaar y destruir. El Se-or nos ordena: "Vestos de toda la armadura de Dios, para que podis estar firmes contra las acechan-zas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potesta-des, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en lasregiones celestes" (Efe. 6:11-12). Da tras da sigue la batalla. Si pudiesen abrirse nuestros ojos para vercmo obran los agentes buenos y malos, no habra trivialidades, ni vanidad ni bromas. Si cada uno qui-siera revestirse con toda la armadura de Dios y pelear virilmente las batallas del Seor, se ganaran vic-torias que haran temblar el reino de las tinieblas.Ninguno de nosotros debe asistir a un congreso confiando en los ministros o los obreros bblicos paraque la reunin resulte bendecida. Dios no desea que su pueblo descanse por completo en los pastores.No quiere que se debilite dependiendo de losTomo 6 Los congresos campestres 49seres humanos. Los creyentes no deben apoyarse como nios impotentes sobre alguien como si fueraun puntal. Como mayordomo en la iglesia de Dios, cada miembro de iglesia debe sentir la responsabili-dad de tener vida y races propias. Cada uno debe sentir que, en cierta medida, el xito de la reunindepende de l. No digis: %o soy responsable. No tendr nada que hacer en esta reunin". Si estos sonvuestros sentimientos, dais a Satans la oportunidad de trabajar por vuestro intermedio. l llenar vues-tra mente de pensamientos, y os dar algo que hacer en sus filas. En vez de "reunir" con Cristo, estaris"dispersando".El xito de la reunin depende de la presencia y el poder del Espritu Santo. Todo aquel que ama lacausa de la verdad debiera orar por el derramamiento del Espritu. Y en cuanto est en nuestro poder,debemos suprimir todo lo que impida que l acte. El Espritu Santo no podr nunca ser derramadomientras los miembros de la iglesia alberguen divergencias y amarguras los unos hacia los otros. Laenvidia, los celos, las malas sospechas y las maledicencias son de Satans, y cierran eficazmente el ca-mino para que el Espritu Santo no intervenga. No hay nada en este mundo que sea tan precioso paraDios como su iglesia. No hay nada que l proteja con un celo ms esmerado. No hay nada que ofendatanto a Dios como un acto que perjudique la influencia de aquellos que le sirven. l llamar a cuenta atodos los que ayuden a Satans en su obra de criticar y desalentar.Los que se hallan desprovistos de compasin, ternura y amor, no pueden hacer la obra de Cristo. Antesque pueda cumplirse la profeca de que el dbil ser "como David," y la casa de David "como ngel deJehov" (Zac. 12:8), los hijos de Dios deben poner a un lado todo pensamiento de sospecha con respec-to a sus hermanos. Los corazones deben latir al unsono. Debe manifestarse mucho ms abundantemen-te la benevolencia cristiana y el amor fraternal. Repercuten en mis odos las palabras: "Unos, unos."La verdad solemne y sagrada para este tiempo debe unificar al pueblo de Dios. Debe morir el deseo de


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preeminencia. (50) Un tema de emulacin debe absorber todos los dems: "Quin se asemejar ms aCristo en su carcter? Quin se esconder ms completamente en Jess?""En esto es glorificado mi Padre dice Cristo, en que llevis mucho fruto" (Juan 15:8). S hubo al-guna vez un lugar donde los creyentes deban llevar mucho fruto, es en nuestros congresos. En estasreuniones nuestros actos, nuestras palabras, nuestro espritu, quedan anotados, y nuestra influencia sertan abarcante como la eternidad.La transformacin del carcter ha de atestiguar al mundo que el amor de Cristo mora en nosotros. ElSeor espera que su pueblo demuestre que el poder redentor de la gracia puede obrar en el carcter de-ficiente, y hacer que se desarrolle simtricamente para que lleve abundante fruto.Pero a fin de que cumplamos el propsito de Dios, debe hacerse una obra preparatoria. El Seor nosordena que despojemos nuestro corazn del egosmo, que es la raz del enajenamiento. l anhela de-rramar sobre nosotros su Espritu Santo en abundante medida, y nos ordena que limpiemos el caminomediante nuestra negacin del yo. Cuando entreguemos el yo a Dios, nuestros ojos sern abiertos paraver las piedras de tropiezo que nuestra falta de cristianismo ha colocado en el camino ajeno. Dios nosordena que las eliminemos todas. Dice: "Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos porotros, para que seis sanados" (Sant. 5:16). Entonces podremos tener la seguridad que tuvo David,cuando despus de haber confesado su pecado or: "Vulveme el gozo de tu salvacin, y espritu nobleme sustente. Entonces ensear a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirn a ti"(Salmo 51:12-13).Cuando la gracia de Dios reine en el interior, el alma quedar rodeada de una atmsfera de fe y valor, yde un amor como el de Cristo; esa atmsfera vigorizar la vida espiritual de todos los que la inhalen.Entonces podremos ir al congreso, no slo para recibir, sino para impartir. Todo aquel que participe delamor perdonador de Cristo, todo aquel que haya sido iluminado por (51) el Espritu de Dios, y se hayaconvertido a la verdad, sentir que en virtud de esas preciosas bendiciones, tiene una deuda hacia todaalma con la cual llegue a tratar. El Seor utilizar a los que son de corazn humilde para alcanzar a lasalmas a quienes no pueden llegar los ministros ordenados. Sern inducidos a pronunciar palabras querevelarn la gracia salvadora de Cristo.Y al beneficiar a otros, sern ellos mismos beneficiados. Dios nos da la oportunidad de impartir gracia,a fin de poder llenarnos de nuevo con una mayor medida de ella. La esperanza y la fe se fortalecern amedida que el agente de Dios utilice los talentos y los medios que Dios le ha proporcionado. Obrarjunto a l un instrumento divino.

ASUNTOS ADMINISTRATIVOS.-Hasta donde sea posible, nuestros congresos campestres debieran dedicarse enteramente a intereses es-pirituales. No deben ser oportunidades para tratar asuntos administrativos.En estos congresos se renen obreros de todas partes del campo, y pareciera ser una oportunidad favo-rable para considerar asuntos de negocios relacionados con los varios aspectos de la obra, y para la ca-pacitacin de obreros en diferentes renglones. Todos estos variados intereses son importantes, perocuando se han llevado a cabo durante los congresos campestres, han dejado escasa oportunidad paraconsiderar la relacin prctica de la verdad con el alma. Los pastores se han desviado de su cometidode fortalecer a los hijos de Dios en la santsima fe, y como resultado, el congreso no ha cumplido losobjetivos para los cuales fue convocado. Se llevan a cabo numerosas reuniones en las cuales la mayorade las personas no tiene ningn inters, y si asistieran a ellas, saldran fastidiadas en lugar de recibirbeneficio y refrigerio espiritual. Muchos se sienten frustrados porque sus expectativas de recibir ayudaen las reuniones del congreso campestre no han sido satisfechas. Los que acudieron en busca de orien-tacin y fortaleza regresaron a sus hogares e (52) iglesias no mucho mejor capacitados para atender asus familias que antes de asistir a las reuniones.Los asuntos de negocios deben estar a cargo de las personas designadas especialmente para ello. Y has-ta donde sea posible, debieran reunirse con los miembros en alguna otra ocasin que no sea un congre-


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so campestre. Las reuniones de capacitacin para el colportaje, Escuela Sabtica y publicaciones parala obra misionera, debieran llevarse a cabo en la iglesia local o en reuniones especiales para ese fin. Es-te mismo principio debe aplicarse a las reuniones de enseanza del arte culinario. Aunque estas activi-dades son apropiadas en el lugar que les corresponde, no debieran ocupar el tiempo de nuestros congre-sos campestres.Los presidentes de las asociaciones y los pastores tienen que dedicarse a atender los intereses espiritua-les de los hermanos, y por lo tanto, deben ser liberados de las labores ordinarias que acompaan a loscongresos. Los ministros debieran estar listos para actuar como maestros y guas en las tareas del cam-pamento cuando la ocasin lo requiera; pero no deben agotarse. Deben sentirse refrigerados, y estar endisposicin animosa, porque esto es esencial para el bienestar de la congregacin. Deben poder hablarpalabras de aliento y valor, y dejar caer en el terreno de los corazones sinceros, semillas de verdad espi-ritual que brotarn y darn precioso fruto.Los ministros deben ensear a la gente a acudir al Seor y cmo llevara otros a l. Deben adoptarsemtodos, ejecutarse planes, por los cuales se elevarn las normas y se ensear cmo purificarse de lainiquidad y superarse por la adhesin a los principios puros y santos.Es necesario que haya tiempo para el escudriamiento del corazn y el cultivo de la mente. Cuando lamente se espacia exageradamente en asuntos de negocios, se producir como resultado falta de poderespiritual. La piedad personal, la verdadera fe y la santidad del corazn, deben tenerse presentes, paraque los hermanos comprendan su importancia. (53)Debe manifestarse el poder de Dios en nuestros congresos, o no podremos prevalecer contra el enemigode las almas. Cristo dice: "Separados m, nada podis hacer" (Juan 15:5).A los que se renen en los congresos debe inculcrseles la idea de que el propsito de las concentracio-nes es obtener una experiencia cristiana superior, progresar en el conocimiento de Dios, fortalecersecon vigor espiritual; y a menos que lo comprendamos, las concentraciones sern infructuosas para no-sotros.

AYUDA MINISTERIAL.-Los congresos campestres o las reuniones de evangelismo realizadas cerca de ciudades grandes, debencontar con suficiente ayuda ministerial. La presencia de pastores en todas nuestras concentraciones re-ligiosas debiera ser lo ms abundante posible. No es aconsejable someter a uno o dos pastores a unatensin constante. Bajo tal tensin se agotarn fsica y mentalmente y se incapacitarn para realizar laobra asignada. Los pastores, para poder mantener la fortaleza necesaria para dirigir las reuniones, de-ben hacer arreglos anticipados para dejar sus campos de labor en buenas manos, con miembros que,aunque no puedan predicar, sean capaces de llevar adelante la obra de casa en casa. Muchas personas,con la ayuda de Dios, pueden trabajar esforzadamente, y como fruto de su trabajo vern resultados cuyaabundancia les sorprender.En nuestras reuniones ms concurridas se necesita una variedad de dones. Hay que aportar nuevos ta-lentos. Debe darse oportunidad al Espritu Santo para que trabaje en la mente de los oyentes. Entoncesla verdad se presentar en forma novedosa y con poder.Cuando se llevan a cabo las importantes actividades relacionadas con las reuniones realizadas cerca deciudades populosas, es esencial obtener la cooperacin de todos los obreros. Deben tener presente laatmsfera de las reuniones, relacionarse con los (54) asistentes a su llegada y cuando se marchan; mos-trar extrema cortesa, bondad y tierna compasin por sus almas. Deben estar preparados para hablarlesa tiempo y fuera de tiempo, aspirando a ganarlos para Cristo. Qu bueno sera si los obreros de Cristopudieran manifestar la mitad de la vigilancia que emplea Satans, quien se encuentra siempre bien des-pierto, velando para colocar alguna trampa para destruirlos.Que cada nuevo da se convierta en el da ms importante. Ese da o esa noche podra ser la nica opor-tunidad que alguna persona pueda tener de escuchar el mensaje de amonestacin. Recordad siempreeso.

8/14/2019 Testimonios Par

Testimonios Para La Iglesia 6

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