Los complejos monumentales de Augusta Emerita. Arquitectura y urbanismo. Actas del Congreso...

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Los compLejos monumentaLes forenses de augusta emerita. arquitectura y urbanismo

Rocio AyeRbe Vélez – TeResA bARRienTos VeRA – Félix PAlmA GARcíA*

el simposio celebrado en 1975 que conmemo-

raba el bimilenario de mérida colocó al yaci-

miento emeritense en el panorama científico

nacional e internacional1. 4Hoy, 35 años des-

pués, podemos señalar que gracias al trabajo

del consorcio de la ciudad monumental de

mérida, el museo nacional de Arte Romano y

el instituto de Arqueología de mérida hemos

avanzado mucho en el conocimiento de la an-

tigua colonia de Augusta Emerita.

Tomando como referente aquel evento, uno de

los objetivos que perseguía este congreso so-

bre el centenario de las excavaciones arqueo-

lógicas en Mérida era valorar y cuantificar

esos avances en la investigación. en este sen-

tido, creemos que dichos logros son netamen-

te verificables, por su alcance, en las publica-

ciones realizadas en los últimos años sobre los

conjuntos forenses de Augusta Emerita.

* consorcio de la ciudad monumental de mérida

1 VV.AA. (1976), Augusta Emerita. Actas del Bimilenario de Mérida, madrid.

Pese a ello, desde que maximiliano macias2 ubicara5el Foro de la Colonia hasta práctica-mente hoy, casi 100 años después, no se te-nía un conocimiento general del mismo sólo pequeñas pinceladas dispersas que impedían su recreación sincrónica y diacrónica.

los estudios existentes se habían centrado básicamente en dos áreas: el llamado templo de Diana y su entorno más inmediato y el co-nocido como Pórtico del Foro, excavados en los años 70 y 80 del siglo pasado bajo la di-rección de sáenz de buruaga y Álvarez mar-tínez. A ellos se les unían unos pocos datos de restos de arquitectura pública diseminados por el centro de mérida y numerosos hallaz-gos muebles atribuidos al complejo público forense. De estos trabajos debemos enfatizar las monografías realizadas por De la barrera (2000) sobre la decoración arquitectónica o la más reciente de Álvarez y nogales (2003) centrada en el llamado templo de Diana así como numerosos artículos de diversos autores

2 macias, m. (1913), Mérida monumental y ar-tística, barcelona. Queremos sumarnos al mereci-do homenaje que ha recibido durante el 2010 esta figura esencial de la arqueología emeritense.

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entre los que sobresalen las aportaciones so-bre los programas iconográficos de Trillmich.

Para el llamado Foro Provincial, tras su iden-tificación por Almagro Basch (1976), el pa-norama era análogo. Del mismo sobresalían los trabajos centrados en el majestuoso arco “de Trajano” o en el templo de la calle Hol-guín, sacado a la luz por Álvarez martínez en 1983 (Álvarez, 1985: 35-54).

con estos antecedentes generales, desde el consorcio de la ciudad monumental de mé-rida y el instituto de Arqueología de mérida se estimó prioritario potenciar un ambicioso programa de investigación sobre los com-plejos forenses. éste se inicia en 1999 con un proyecto sobre el llamado Foro Provin-cial cuya configuración general se conoce a partir de la publicación en 2006 de un estu-dio de conjunto editado por mateos.

en este contexto global se encuadra el Pro-yecto de investigación sobre el Foro de Au-

gusta Emerita que, iniciado en 2001, ha con-cluido en 2009 con la publicación de una densa monografía editada por nosotros3.

3 el grueso de los datos que les exponemos en este trabajo sobre los recintos forenses emeriten-ses proviene de las dos últimas monografías pu-blicadas sobre el llamado Foro provincial y sobre el Foro de la colonia: mateos, P. (ed.) (2006), el “Foro provincial” de Augusta Emerita: un conjunto monumental de culto imperial, Anejos de AespA xlii, madrid y Ayerbe, R., barrientos, T. y Pal-ma, F. (eds.) (2009), El Foro de Augusta Emerita. Génesis y evolución de sus recintos monumentales, Anejos de AespA liii, mérida. Dentro de este artículo se hará especial hincapié en los nuevos datos aportados por las recientes inter-venciones arqueológicas en el Foro de la Colonia realizadas a partir de 2009.

con los testimonios arqueológicos actualmen-te disponibles, creemos poder esbozar, por vez primera, un paisaje global y diacrónico de los recintos forenses de la mérida romana.

los colonos de Augusta Emerita, deducida por Publio carisio en el año 25 a.c., según la historiografía tradicional que sigue a Dion cassio (liii, 26,1), o el 21 de abril del año 24 a.c., como plantean stylow y Ventura (2009: 453-523), deciden ubicar su Foro en el cruce de las dos arterias principales de la ciudad. Para ello reservan un espacioso te-rreno rectangular, el doble de largo que de ancho, equivalente a 6 areae.

el conocimiento que tenemos del Foro de la Colonia es heterogéneo. la profunda transfor-mación producida en este recinto durante la segunda mitad del s. i d.c. ha impedido saber, en lo esencial, cómo era el Foro primigenio, a excepción hecha de la “cabecera” que básica-mente mantuvo siempre la misma fisonomía y organización arquitectónico-espacial.

A pesar de ello, resulta fácil imaginar para nuestro foro augusteo el típico esquema tri-partito (con área sacra, plaza pública y ba-sílica) que oficializó Augusto (Gros, 2006: 115-128), ese aire de conjunto cerrado veda-do a la circulación rodada o los accesos en consonancia con el entramado viario.

como hemos señalado, su área sacra es la mejor conocida. Testimonio de esta impor-tancia capital, de ser el espacio reverencia-do, es que se mantuvo vigente durante toda la etapa romana, eso si, con algunas innova-ciones de gran trascendencia como veremos más adelante.

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en este ambiente sagrado se situaba el lla-mado templo de Diana (dedicado, quizás, a Roma y Augusto) que presidía el conjunto desde su temenos sobreelevado ejerciendo sus funciones como foco religioso y político. Por este motivo se disponía en su fachada una dominante tribuna para oradores. con ello pasa a formar parte de esa extensa lista de Templa Rostrata, modelo que se inicia en Roma con los templos de Venus Genetrix y Divus Iulius y que se convierten, como se-ñala Ulrich (1994), en la manifestación del poder imperial en las provincias. los actua-les estudios realizados en este edificio han permitido conocer nuevos aspectos del mis-mo. entre ellos se ha podido conocer su in-greso desde la platea, primero con una doble escalera en codo que flanqueaba la tribuna (de la que aún hoy se mantienen evidencias arqueológicas) y, por último, mediante una gran escalinata frontal. igualmente se ha da-tado en época moderna un aljibe situado en el pronaos descartándose definitivamente su posible origen romano. También se han concretado los límites de la cella e incluso constatado cómo, bajo un muro del palacio renacentista, conservaba restos de su posible pavimentación original, en opus signinum, sobre la que se superponía otra marmórea.

el templo articulaba un espacio sacro del que se conocen sus demarcaciones puesto que todas ellas han sido confirmadas arqueoló-gicamente. este temenos, al que sólo se po-dría acceder desde la plaza, está definido por paramentos cuya edilicia descarta la existen-cia de pórticos. Potenciando su naturaleza cultual sobresale en este ambiente diáfano la contemplación de dos grandes estanques

prácticamente simétricos, uno a cada lado del templo. éstos vienen a reforzar, una vez más, la importancia y sacralidad del agua en los espacios públicos romanos4.

las actuaciones arqueológicas realizadas durante los años 2009 y 2010 con motivo del proyecto de adecuación urbanística del entorno del templo “de Diana” han arrojado importantes novedades concentradas, todas ellas, en el lado oriental del temenos5. en la recientemente publicada monografía se planteaba la existencia de una plataforma de hormigón (que conservaba la impronta de la sillería granítica que la habría conformado) envolviendo al estanque oriental6. los últi-mos hallazgos, en cambio, evidencian una disposición mucho más compleja y fascinan-te (Fig. 1). Pese a que no ha podido ser docu-mentada íntegramente7, parece ocupar casi

4 baste recordar para ello las fuentes Appiades en el Foro de cesar (Amici, 1991:36), Baelo (Pe-lletier, Dardaine y silliéres, 1987: 165-172), Am-purias (Aquilué et alii, 2002: 9-38) o, quizás por su mayor similitud, las cercanas évora (Hauschild, 1994: 197 ss) y Astigi (García-Dils, ordóñez y Ro-dríguez, 2007: 86-89).

5 Algunas de ellas ya habían sido esbozadas brevemente en Ayerbe, barrientos y Palma (eds.), 2009: 685-688.

6 Documentada en las intervenciones nº 6021-6025-6028 y 6035. en algunas zonas, sobre todo en las perimetrales, alcanza un grosor de más de 50 cm.

7 se han podido documentar arqueológicamen-te 3 de los 4 límites de esta plataforma de opus caementicium: el septentrional (coincidente con el cierre septentrional del templo), el occidental (adosado al encintado del templo) y el oriental (adosado al muro que cierra el temenos en su lado este). Faltaría por conocer su cierre meridional. en este lado sur dicho preparado de hormigón aparece cortado por el edificio emiral ubicado junto a la fachada del templo (Alba, 2004: 55-72). Hasta ese

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todo el sector oriental presentando la misma disposición y longitud que el templo, con el que se alinea y adosa. De poder concretarse en un futuro esta extensión, las dimensiones de la plataforma serían 43,80 m de longitud (en sentido no-se) y 19,11 m de anchura (en sentido ne-so). en su morfología muestra dos grandes huecos (coincidentes con el pro-

naos y cella del templo “de Diana”) donde aparece la roca a una cota ligeramente más

punto tiene una longitud de 36 m. con todo ello planteamos que su límite meridional se extendería hasta el muro que separaba el área sacra de la plaza pública. De ser así su longitud propuesta sería, en sentido no-se, idéntica a la del templo.

elevada. la oquedad meridional (concurren-te con el pronaos) tiene unas medidas de 7,90 x 11,77 m mientras que la septentrional mide 15,10 x 11,77 m. ocupando el espacio de este último “alveolo” es donde se localiza el estanque oriental. constructivamente la pla-taforma de hormigón es anterior al estanque aunque no se puede descartar la coetaneidad en cuanto a su uso8. Parece evidente su exis-tencia únicamente en el lado oriental. en el occidental la presencia de prominencias irre-

8 el remate moldurado granítico que cierra el estanque al sur apoya en este preparado de opus caementicium.

Fig. 1: Planta (restitución) de la cabecera de la Plataforma central en donde se observa el dibujo en detalle de la plataforma de opus caementicium con improntas de sillares junto al llamado templo de Diana

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gulares en los sillares que conforman el en-cintado del templo impiden el adosamiento de una estructura similar (Ayerbe, barrientos y Palma, 2009: 687, fig.26).

la cronología, planta y disposición (similar al anexo templo “de Diana”) de esta platafor-ma de opus caementicium con sus improntas granítica ocupando la mayor parte del sector oriental del temenos son enormemente suge-rentes y atractivas. su constatación reciente, y que nos encontramos aún en fase de estu-dio, hace que solamente podamos plantear, a nivel de hipótesis, varias opciones sobre la funcionalidad de dicha estructura. ya hemos señalado que constructivamente es anterior al estanque aunque no descartamos la con-temporaneidad en cuanto al uso. su carácter sacro parece incuestionable pero ¿de qué se trata? entre las varias posibilidades propo-nemos que fuera, quizás, un proyecto esbo-zado e iniciado de templo, inmediatamente interrumpido y no concluido. o también que en el diseño inicial del área sacra se formula-ra la construcción de 2 templos siguiendo el esquema, entre otros, de los “templos gemi-nados” de Glanum (Gros, 1981: 125-158) o simplemente que fuese una plataforma que, solamente en planta, imitaba la arquitectura templar.

esta sillería granítica fue desmontada, sino lo estaba ya, en época flavia por una nueva edificación9, orientada no-se, que se ubi-có en el espacio existente entre el estanque oriental y el encintado del templo, adosán-

9 Edificación ya mencionada en Ayerbe, Barrien-tos y Palma, 2009: 688.

dose a ellos. en los últimos trabajos se han podido definir todas sus demarcaciones que conforman una construcción de planta rec-tangular cuyas dimensiones son 22 x 7 m. De la misma solamente se han conservado las cimentaciones de sus muros realizados en opus caementicium así como una serie de apoyos interiores equidistantes (cada 2,30 m) hechos igualmente en hormigón10, que se alinean con las columnas del cercano templo. su proyección en altura se desco-noce aunque no parece ser muy elevada. su carácter sacro es indudable. en este sentido es sumamente revelador como su presencia y disposición concuerdan con la de la cella del templo “de Diana”. esta obra puede ser considerada la única modificación relevante, al menos constatada arqueológicamente, que se produce en el temenos durante todo el pe-riodo romano.

Para concluir, en la disposición arquitectó-nica de la “Cabecera” se han definido varias edificaciones que rodean al área sacra pre-sentando esa morfología en U invertida tan característica de estos complejos. el llama-do criptoportico (Alvarez y nogales, 2003: 188-189) fue realmente una amplia galería de doble nave, semisubterránea, localizada únicamente en el brazo occidental, utilizada quizás como horreum público. su presencia respondía a una cuestión meramente funcio-nal no topográfica. Este conjunto es rodea-

10 Ver fig. 25 de Ayerbe, Barrientos y Palma, 2009: 687. las dimensiones de estos bloques sus-tentantes, hechos en hormigón (quizás para la co-locación de elementos honoríficos como estatuas, aras, etc.) son heterogéneas (75 x 60; 65 x 65, 70 x 70 ó 70 x 52 cm).

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do en sus tres lados por un edificio, también subterráneo, que ya sí puede ser considerado el tradicional criptoportico en pi que des-cribía staccioli (1973: 57-66) y para el que contamos con innumerables ejemplos, entre ellos Aosta (mezzena, 1995: 411-442) o, por su semejanza con el emeritense, conimbriga (Alarçao y étienne, 1977: 93-96).

nuestro conocimiento de la “Plataforma central” en época augustea se ciñe práctica-mente a la “cabecera”. Para el resto del con-junto, las evidencias arqueológicas, concen-tradas en la zona suroccidental, son mínimas aunque a través de ellas se pueden establecer ciertas consideraciones sobre el ambiente fo-rense original. éstas se sintetizan en varios muros, uno de ellos con similar alineación al cierre occidental del Foro en su segunda etapa, y basamentos para estatuas. con es-tos indicios parece claro el uso de este sector como plaza, pavimentada quizás con tierra, y que los límites del recinto permanecen casi inalterados.

Pero, como a continuación expondremos, la “Plataforma central” no será el único com-plejo representativo de esta área durante los momentos iniciales de la Colonia. la cons-trucción de recintos públicos no se limitó a las seis manzanas que conformaban el foro mismo, sino que continuó su desarrollo ha-cia el lado oeste del cardo máximo. esta ca-lle es, sin duda, la arteria principal de la ciu-dad, tal y como lo revela la circunstancia de presentar una anchura superior al resto del viario urbano11. esta preeminencia explica la

11 A partir de los restos del cardo máximo docu-

concentración en torno a ella del programa de monumentalización urbana desde época augustea.

A raíz de los trabajos arqueológicos que he-mos realizado en la zona occidental del car-do máximo12, pudimos restituir, en parte, la planta de dos nuevos recintos construidos, junto con el foro de la colonia, poco después de la fundación de la ciudad.

con anterioridad a la construcción de estos complejos ya se había realizado el trazado de las calles, como lo demuestra el hecho de que tras su construcción se ajusten ligera-mente los bordes de las vías ampliándose el empedrado diorítico hasta contactar con los muros de cierre de aquéllos13.

Pero desde el origen mismo de la ciudad ya se tenía una idea clara de qué edificaciones monumentales albergaría esta zona, configu-

mentados en varios puntos de la ciudad, hemos po-dido determinar una anchura total de 9 m para esta calle, no superando el resto de las vías urbanas los 6 m (barrientos et alii, 2007: fig. 11).

12 concretamente en el sótano arqueológico del actual centro cultural “Alcazaba” de mérida (ba-rrientos, 1997: especialmente 270-276; barrientos, 2009: 55-65 –donde se recogen todos los datos pu-blicados hasta el momento- y Ayerbe, barrientos, Palma, 2009: 796-806), para uno de los recintos: Plataforma occidental 2.Para el recinto situado al sur de éste (Plataforma occidental 1) véase: Vargas, 2009: 324-330; Pal-ma, 2009: 331-366 y sánchez capote y Palma, 2009: 378-383, para los datos arqueológicos y Ayerbe, barrientos, Palma, 2009: 779-795, para su interpretación.

13 esto ha podido documentarse claramente en la intervención de la calle Viñeros y también en la vía meridional del recinto de J. lennon (Palma, 2009: 362-3; barrientos, 2009: 57 y Ayerbe, barrientos, Palma, 2009: 802).

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rándose el espacio necesario para ello. en el trazado del viario se observa un claro estre-chamiento de una alineación de manzanas situadas un poco más al sur del decumano máximo de tan sólo 44 m, cuando la anchura habitual ronda los 80 m (fig. 2). Además en el transcurso de nuestros trabajos pudimos detectar la ausencia de una vía perpendicu-lar en su interior. Tras limpiar toda la zona, confirmamos que en la prolongación de ese cardo sólo había roca en toda la superficie del edificio allí conservado. Es decir esa vía y su cloaca nunca existieron14.

14 El hecho nos pareció lo suficientemente signi-ficativo como para solicitar en 2008 la realización de una pequeña intervención en la zona donde de-bía encontrarse dicha vía; en su lugar sólo apareció la roca y el edificio (Ayerbe, Barrientos, Palma,

esta manzana irregular en la urbanística de mérida de 112 por 44 m alberga el recinto que hemos denominado: Plataforma occi-dental 2 (fig. 2), condicionando su proyecto, como hemos mencionado, la fisonomía del area.

De este recinto actualmente sólo conoce-mos datos de su mitad occidental, excavados a principios de los años 90 por mosquera, márquez y Gijón15. los restos exhumados conforman un gran espacio cuadrangular sin cubierta que alberga un estanque en su inte-rior, similar en dimensiones y edilicia a los situados junto al templo de Diana. Perime-

2009: 801).

15 Vide supra nota 12.

Figura 2: Viario de Augusta Emerita (en oscuro el cardo máximo) y recintos monumentales augusteos situados al oeste del foro de la colonia.

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tralmente está rodeado por naves cerradas en tres de sus lados y abierta al interior median-te una columnata estucada de 5 m de altura y orden toscano en el cuarto lado. se conocen dos accesos para este recinto: uno de gran tamaño, en el extremo occidental centrado con el eje del edificio, y otro de pequeñas dimensiones situado en el brazo sur. en-frentado al acceso occidental se proyecta un brazo comunicado con la mitad desconocida del lado opuesto, siendo este el punto más alto del edificio, que se va elevando hacia el cardo máximo y por tanto hacia el foro, don-de creemos se hallaría el acceso principal al recinto.

los datos que nos ha proporcionado la parte conocida impiden realizar una interpretación segura de los mismos, pues carecemos de cualquier elemento epigráfico o decorativo que nos ayude a su identificación, además de contar sólo con la mitad del edificio. Podría tratarse de un área deportiva para la forma-ción de jóvenes o schola iuvenum, relacio-nado o no con un área termal y una posible zona sacra16.

Al sur de este complejo aún se desarrolló otro recinto augusteo, fechado a partir de los ma-teriales hallados en su reciente excavación17, cuyos restos englobamos en la denominada Plataforma occidental 1 (fig. 2). De este nue-vo espacio conocemos su extremo meridio-nal. en él se sitúa un templo del que sabemos exactamente sus dimensiones totales (20,7

16 Véase Ayerbe, barrientos y Palma, 2009: espe-cialmente 802-6.

17 Vide supra nota 12.

por 29,6 m) y del que se ha podido restituir su fisonomía. El templo está orientado ha-cia el cardo máximo del que se sitúa a una distancia de 19 m, espacio que conforma un área abierta enlosada de granito. en la zona septentrional inexplorada de este recinto ha-brían existido otras edificaciones sagradas u oficiales de las que de momento carecemos de información.

El templo sería un edificio hexástilo y pseu-doperíptero o más bien próstilo, que inicia-ría su cella a partir de la cuarta columna y, al igual que el templo de Diana, sería un templum rostratum. es en la tribuna frontal donde se hallaban las escalinatas de acceso en recodo que subían a los cuatro peldaños centrales superiores. Tanto en el pronaos, como suponemos también en la cella existi-rían sendos espacios en reserva, para ahorro de material, tal como sucede, por ejemplo, en el templo de claudio marcelo de córdoba (Jiménez, 1992). la obra, de la que conser-vamos un alzado de 6 m de altura, se realizó en opera incerta y caementicia al interior y opera quadrata almohadillada al exterior18.

Recientes excavaciones realizadas en 2010 en la calle cimbrón19 han permitido saber que la cella se prolongaba hasta el final del

18 Véase interpretación y paralelos de este templo emeritense en Ayerbe, barrientos y Palma, 2009: especialmente 779-793.

19 esta intervención fue por tanto posterior a la publicación de nuestro estudio del recinto (Ayerbe, barrientos y Palma, 2009). se trataba de una zanja de acometida de infraestructuras urbanas, realizada a lo largo de la calle cimbrón, situada, por tanto, en la zona trasera del templo. Agradecemos a la ar-queóloga sara Rodríguez la cesión de los datos.

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edificio, asemejándose al Templo del Divo

Iulio de Roma, que le sirvió de modelo, aún más de lo que hasta ahora habíamos plantea-do (fig. 3). Sin embargo la ausencia de mate-rial epigráfico nos impide tener certeza sobre su advocación.

en la fachada de este templo se ha planteado la colocación de los Fasti Duovirales de la Colonia, al tener las dimensiones apropiadas para ello y tratarse de un edificio existente desde el origen mismo de la ciudad20.

A este paisaje generado en la zona central de la ciudad en época augustea se le une en época tiberiana un nuevo recinto público ubicado en su zona norte (fig. 4), que contri-

20 Según aportan en su estudio epigráfico sobre las piezas stylow y Ventura, 2009: 522.

buyó a incrementar la monumentalidad de la colonia21. Dicho recinto se situó en una zona topográficamente destacada, ocupando espa-cialmente el área de cuatro manzanas com-pletas. Para su construcción se amortizaron tanto las calles sobre las que se ubicó como las viviendas y edificaciones pre-existentes.

Aunque una de las calles que se ve interrum-pida será precisamente el cardo máximo, la orientación del nuevo complejo monumen-tal hacia el foro de la colonia, reforzó aún más este eje urbano, que, como hemos visto, ya era relevante desde época augustea. con la construcción de este nuevo recinto el tra-mo del cardo máximo existente entre ambas zonas adquiere una absoluta preeminencia.

21 Conocemos la configuración de este recinto a través del estudio editado por mateos en 2006.

Figura 3: nueva planta del templo de la calle Viñeros a partir de las últimas intervenciones realizadas en la calle cimbrón.

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De hecho, existen algunos indicios que nos llevan a pensar que las edificaciones públi-cas se extendieron a las manzanas existentes entre ambas áreas monumentales.

los restos del complejo tiberiano conforman un recinto cerrado de planta rectangular con tres naves porticadas abiertas al interior ha-cia una extensa área descubierta a la que se accede a través del imponente Arco de Tra-jano, de triple vano.

éste, fue construido de forma coetánea a todo el recinto, como se ha demostrado a través de las excavaciones arqueológicas (en concreto por la rotura que la cimentación del arco provocó a la cubierta de la cloaca). También lo corroboran su técnica constructi-va (que explica la presencia de repicados en el intradós del arco para colocar la cimbra

de la bóveda) (Pizzo, 2008:63) y su simili-tud constructiva con respecto al templo que este recinto alberga en su interior. el com-ponente escenográfico que le aporta al con-junto el arco de Trajano, se completa con la visión del colosal templo dedicado al Divo

Augusto, que justifica su existencia, pues el recinto carece de cualquier otro edificio pú-blico (administrativo, judicial o fiscal) en su interior. este marmóreo templo hexástilo a cella barlonga y orden corintio, del que sa-bemos por su decoración arquitectónica que habría tenido una altura total de 26 m (frente a los 11 m del pórtico), tiene su modelo en el de la concordia de Roma (mateos, 2006: 251-276).

la cronología tiberiana dada a todo el unita-rio complejo viene avalada por los materia-

Figura 4: Viario de Augusta Emerita (en oscuro el cardo máximo), recintos monumentales augusteos al sur y nuevo recinto tiberiano al norte.

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les cerámicos hallados en las excavaciones, por el análisis de la decoración arquitectó-nica y por el estudio epigráfico del material marmóreo. Recientemente el análisis de una nueva pieza22 ha permitido ajustar aún más la fecha de construcción del complejo entre los años 26 y 30 d.c. será entonces cuando el prefecto fabrum Cornelio Boco, edifica el conjunto Provincial de culto imperial por encargo de Fulcinio Trio, gobernador pro-vincial de lusitania.

este será el paisaje urbano del centro de la ciudad en el año 30 d.c. Pero futuros acon-tecimientos políticos volverán a tener su re-flejo urbanístico, provocando nuevas y pro-fundas transformaciones en la fisonomía de la ciudad.

como ya hemos señalado en líneas anterio-res, a mediados del s. i d. c el panorama de los complejos forenses de Augusta Emerita se presentaba ya estructurado en dos puntos diferenciados de la ciudad. en el área central se interrelacionaban los tres recintos monu-mentales augusteos relativos al foro de la co-lonia, mientras que en la zona norte se había construido en época de Tiberio un conjunto monumental de culto imperial.

en la segunda mitad del s. i d. c este pano-rama monumental se vuelve a modificar con la ejecución de un gran proyecto urbanístico que transformará profundamente el área cen-tral de la ciudad construida en época augus-

22 la pieza a la que nos referimos se halló en el estanque oriental del templo de Diana y ha sido analizada por mateos, Peña, stylow y Ventura, 2011: 231-238.

tea. este cambio urbanístico no afectará a los dos complejos de la Plataforma occidental sino que se producirá en el foro o Platafor-ma central, concretamente en la zona de la plaza y de los edificios que la enmarcaban en origen. Así pues, todos los edificios públicos que se situaban alrededor de la primera pla-za forense fueron derribados de forma siste-mática. Por el contrario, la disposición de la cabecera presidida por el llamado templo de Diana se mantendrá prácticamente intacta. como eje vertebrador de este nuevo proyec-to urbanístico se diseñaron los recintos pú-blicos de la Plataforma oriental para cuya construcción debieron amortizar dos manza-nas de la antigua ciudad. Ambos conjuntos, la Plataforma oriental y el nuevo proyecto de la Plataforma central, presentan claras evidencias arqueológicas de la pertenencia a un mismo proyecto (fig. 5). El análisis cera-mológico pone de manifiesto una similitud cronológica entre los materiales recuperados en los contextos constructivos de ambas pla-taformas que fechan su edificación durante la segunda mitad del s. i (Aquilué y bello, 2009: 405-444). esta datación coincide con la nueva propuesta cronológica de los ele-mentos de decoración arquitectónica y es-cultórica enmarcados tipológicamente en época Flavia (Peña, 2009: 568-581; Peña, 2009b: 614-618).

esta importante transformación urbanística conllevó también una mutación del entrama-do viario que circundaba a los complejos de la Plataforma oriental y de la central y que afectó tanto a la modificación del ancho de las vías como, incluso, al cambio de pavi-mentación en la zona que delimitaba la basí-

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lica forense. como elemento arquitectónico destacado relacionado con esta reforma en el cardo máximo debemos señalar la construc-ción de una gran fuente de planta semicircu-lar situada contigua al acceso suroccidental del foro y que, probablemente, continuara delimitando toda la nueva fachada hacia el cardo máximo.

Tras esbozar la situación generada en el via-rio apuntaremos brevemente la transforma-ción arquitectónica de la Plataforma central durante la segunda mitad del s. i d.c. como ya hemos mencionado, el espacio de la cabe-cera presidido por el llamado templo de Diana quedará como único exponente en esta Plata-forma central del proyecto fundacional. Por el

contrario, pensamos que es en la segunda mi-tad del s. i cuando se construyen los pórticos y edificios que enmarcaban la plaza por tres de sus lados. Tras los pórticos se estructuraba el conjunto de edificios en donde se desarrolla-ban las actividades públicas necesarias para el funcionamiento de la ciudad y de la provincia. El acceso hacia estos nuevos edificios porti-cados se realizaba a través de escalones que salvaban la diferencia de nivel entre el área abierta y los pórticos. bajo estos peldaños discurría el canal de desagüe perimetral y cu-bierto que permitía el acceso directo desde la plaza a los edificios porticados.

De estos nuevos edificios forenses se han podido identificar con bastante fiabilidad,

Fig. 5: Planta del Foro de la colonia en la segunda mitad del s. i d. c (restitución).

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los accesos, la basílica jurídica, la curia y un edificio subterráneo interpretado como posi-ble aerarium o, tal vez, carcer.

la basílica emeritense se situó en el lado meridional del foro axialmente enfrentada a la zona de la cabecera, siguiendo el modelo mayoritariamente adoptado en el urbanismo forense altoimperial. como rasgos caracte-rísticos del edificio emeritense podemos se-ñalar el propileo o podio central de acceso al edificio basilical, afrontado y proyectado con el “Templo de Diana” y la presencia de aulas anexas tanto en el extremo occidental como en el oriental con ingreso directo desde las vías hacia las que se orientan. Además, el diseño de la basílica no sólo se adaptó a las pautas determinadas por la cabecera foren-se, sino que también se alineó perfectamente con el augusteo templo de Viñeros, creando una disposición urbanística para la basílica perfectamente estructurada y monumentali-zada.

la curia emeritense se situaba al sur del lado occidental de la Plataforma central, forman-do un conjunto topográfico y funcional con la basílica. Dentro de la Curia se definen dos espacios: el primero como antesala o vestí-bulo y el segundo como Aula o curia propia-mente dicha. en este último se pudo inferir que el pavimento estaría sobreelevado con respecto al resto de los edificios de ese lado del foro y, por supuesto, de la plaza. Den-tro de su planta destaca el podium dispuesto axialmente en el muro de fondo de la sala y cuatro salientes por cada muro lateral. este espacio presentaba al interior unos 94 m2, siendo mayor el edificio emeritense a la cu-

ria de cartago nova (Ramallo, 2007) y muy similar a las de Dougga y Gigthis en el norte de África (balty, 1991: 191).

Junto a la Curia y bajo una parte del edificio porticado se situaba un recinto subterráneo con tres naves abovedadas conformando es-pacios de poca altura. las características de este recinto subterráneo nos permiten adscri-birlo a otras edificaciones complementarias situadas junto a los centros mencionados como pueden ser tanto el aerarium o tesoro público como el carcer o prisión.

como ya hemos señalado, toda esta transfor-mación de la Plataforma central se planteó estrechamente vinculada y ligada con los re-cintos de la Plataforma oriental. esta nueva área pública invadió dos manzanas de la ciu-dad que anteriormente estaban ocupadas por viviendas y que se situaban al este de la pla-za forense. Dentro de estas dos manzanas se ubicaron dos complejos diferenciados, aun-que proyectados de forma coetánea. el que articulaba todo este espacio sería el recinto sacro delimitado por un tripórtico y presidi-do por un templo. completando la manzana al sur, se construyó un edificio público que se situaba a nivel con el entramado viario que lo rodeaba y, por tanto, a una altura muy inferior del área sacra. esta construcción de más de 2200 m2 sufrió intensas reformas a lo largo de su uso lo que originó cambios importantes en su fisonomía. No planteamos una funcionalidad segura para este edificio aunque la correspondencia con un conjunto termal público sería bastante plausible.

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Otro edificio que formaba parte constructi-vamente de la Plataforma oriental era el si-tuado tras el pórtico del lado septentrional del recinto sacro. su carácter público, su planta y dimensiones, la presencia concen-trada de canales de desagüe y su ubicación nos han permitido interpretarlo como forica

o letrinas públicas.

Gracias a nuestros trabajos arqueológicos he-mos podido determinar que el recinto conoci-do hasta ahora como forum adiectum (Gros, 1987), “Pórtico del Foro” (Álvarez nogales, 1990), “Foro de mármol” (Trillmich, 1995) o

Augusteum (Álvarez y nogales, 2003: 318) actuaría como el área sacra de un gran templo. en nuestra reciente monografía sobre el foro de Augusta Emerita publicamos la evidencia del templo inferida a través de los datos ob-tenidos en dos pequeñas zanjas efectuadas en la calle baños23. en el mes de julio de 2010 tuvimos ocasión de intervenir nuevamente en esta calle con motivo de la realización de una zanja para la acometida de infraestructuras24 (fig. 6). En este seguimiento se pudo docu-mentar longitudinalmente la anchura total del templo concretándose en 20 m. el núcleo de opus caementicium aparecía a una cota máxi-ma de 228,80 m SNM, lo que significa que en ese punto el podium conservaba más de 2 m de alzado. También se registró parte de su límite norte, que ya habíamos documentado, conformado por un forro de sillares de grani-

23 Véase Ayerbe, 2009; 371-373 para los datos arqueológicos y Ayerbe, barrientos y Palma, 2009: 763-769 para su interpretación.

24 seguimiento arqueológico con el nº de registro 1470 en el Departamento de Documentación del ccmm.

to. en este seguimiento arqueológico hemos observado dos hiladas superpuestas del reves-timiento lo que nos ha permitido conocer me-jor la técnica constructiva de este forro graní-tico. en la hilada superior se documentaron parcialmente dos de los tres sillares que en origen poseería; ambos estarían unidos en su cara superior por grapas tipo cola de milano25. la tongada inferior presentaba una diferencia sustancial ya que se observaban sillares26 dis-puestos a soga y tizón y caementicium vertido en el espacio resultante entre los sillares co-

25 sólo se conservaba la huella de la grapa en el si-llar encontrado entero. la longitud de esta huella es de 14 cm de longitud y 10 cm de anchura máxima.

26 se han podido documentar muy parcialmente los sillares de esta tongada, el dispuesto a soga sólo presentaba una anchura de 16 cm y el colocado a tizón de 83 cm.

Fig. 6: Vista de templo de la Plataforma oriental durante la intervención en la calle baños.

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locados a tizón lo que aumentaría la cohesión entre el núcleo y el revestimiento granítico del templo. También se documentó muy esca-samente el límite meridional del edificio en la hilada equivalente a la anteriormente descrita presentando unas características idénticas.

Asimismo, debemos describir un elemento estructural evidenciado en el lado oriental del templo que se correspondía con un basamen-to realizado con sillares de granito embutidos dentro del hormigón del núcleo de los que en planta hemos documentado parcialmente 427 (fig. 7). Todos los sillares estaban unidos entre ellos por grapas en forma de cola de milano de las que quedaban las huellas en el lecho su-perior de los sillares28. Podemos plantear que esta estructura de sillares de granito en el ex-tremo suroriental del núcleo de hormigón del templo puede equivalerse con el basamento o cimentación de una de las columnas del tem-plo e, incluso, que marque la alineación de la fachada del pronaos29.

27 la cota a la que se situaba la cara superior de los sillares documentados era de 228,31 m snm. en sec-ción se registraron 3 hiladas de sillares de 46-47 cm de grosor aunque la última no se documentó entera ya que continuaba por debajo de la zanja correspon-diente a la tubería de agua sucia. las medidas de los 4 sillares evidenciados no eran iguales en planta, los dos dispuestos en el lado norte medían 1,25 m de lon-gitud no documentándose en ninguno de los casos su anchura, por el contrario, los dos sillares situados en el extremo meridional poseían unos 54 cm de longitud.

28 las dimensiones de las huellas son totalmente homogéneas midiendo 26,5 cm de longitud y 6 cm de anchura en su parte central.

29 si se correspondiera con una de las columnas de fachada del pronaos podríamos situar exactamente el templo en el área abierta del recinto sacro a 18,60 m de distancia del muro de cierre de la Plataforma cen-tral y a 5,40 m del pórtico oriental de este recinto.

Después del hallazgo del templo se consi-guió vincular un conjunto de materiales de decoración arquitectónica hallado en los al-rededores como perteneciente a este edificio lo que permitió plantear su orden arquitec-tónico30 (Peña, 2009: 565-566).

Así pues, podemos definir que este templo se dispuso axialmente y sobreelevado más de 3 m con respecto a la plaza de la Plataforma co-rrespondiente al Foro de la colonia. el acceso hacia el templo se realizaría a través de la pla-

tea central, permitiendo la comunicación en-tre las dos plazas ya que el pórtico oriental de la Plataforma central se interrumpía por una escalinata centrada axialmente que incremen-taba el carácter preeminente de este templo. el triple pórtico que lo rodeaba conformaba un recinto de planta rectangular con unas di-

30 Tras la documentación de la cimentación de columna anteriormente mencionada podríamos concretar que el intercolumnio sería de 2,40 m.

Fig. 7: Detalle del basamento de columna del templo.

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mensiones totales de unos 73 m de anchura y 100 m de longitud, concretándose el límite occidental de este espacio en un gran muro compartido con el área central forense.

Tras esta necesariamente breve exposición, la escenografía y la topografía templar de Au-

gusta Emerita durante la segunda mitad del s. i se plantea mucho más compleja y rica de lo que hasta ahora se conocía. este paisaje llega hasta nosotros cargado de ideología ya que, a los edificios sacros de época augustea, el lla-mado templo de Diana y el templo de la calle Viñeros y al templo provincial de culto impe-rial construido en época del emperador Tibe-rio se añadió uno nuevo y preeminente sobre los del área forense colonial que podríamos relacionar hipotéticamente con la adscripción cultual a la nueva dinastía reinante.

Toda esta transformación urbanística de la segunda mitad del s. i en el área central de la colonia, desarrolló una nueva topografía en

este área forense definida por tres terrazas ar-tificiales situadas en tres niveles distintos que daban al conjunto un aspecto escenográfico y jerarquizado bastante marcado (fig. 8).

si bien existen múltiples ejemplos de re-cintos públicos yuxtapuestos que siguen el modelo de los Fora imperiales, la disposi-ción escenográfica del recinto sacro de la Plataforma oriental y el área forense central podría asimilarse con mayor precisión a los nuevos planteamientos urbanísticos que se desarrollaron en las otras dos capitales de la Península también a partir de mediados del s. i d. c. Para el recinto público estructurado sobre tres terrazas situado en la parte alta de la ciudad de Tarraco: Aquilué, 1993 y 2004; Dupré y carreté, 1993. macias et alii, 2007. Pensabene y mar, 2004. Para el recinto de la calle claudio marcelo en cordube: Ji-ménez, 1987; 1992 y 2004. Analizando los tres casos hispanos parece que durante la se-gunda mitad del s. i d. c. se hace necesaria

Fig. 8. Reconstrucción de los recintos forenses de Augusta emerita.

los Complejos monumentales forenses de augusta emerIta. – Rocio Ayerbe Vélez – Teresa Barrientos Vera – Félix Palma García

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la construcción de grandes conjuntos, con nuevos recintos de culto, donde se edifiquen también complejos edilicios en los que ubi-car las nuevas necesidades relacionadas con la administración y la política provinciales y donde se desarrollen nuevos escenarios de poder (fig.9).

este paralelismo en el desarrollo de nuevos espacios forenses en las capitales provincia-les hispanas en cuanto a su cronología, tipo-logía, respuestas urbanísticas e iconografía no es totalmente novedoso; ya durante el reinado de Tiberio se implantan en las tres capitales de provincia complejos de culto imperial posiblemente relacionados con la instauración del culto imperial provincial que no llevarían aparejados la construcción de edificios específicos ligados con aspectos administrativos de la provincia. Además del

templo de la calle Holguín en mérida, conta-mos con el colosal templo de la calle morería de córdoba (Ventura, 2007) y con el templo dedicado a Augusto de Tarraco (Tácito, Ann i, 78). estas semejanzas tanto cronológicas como conceptuales parecen mostrar una cla-ra coherencia en los proyectos de las tres ca-pitales hispanas.

Por último, debemos señalar que todos los conjuntos monumentales emeritenses perdu-rarán, con algunas modificaciones significa-tivas, a lo largo de toda la etapa romana. las distintas intervenciones arqueológicas rea-lizadas en los últimos años han demostrado que en s. V d. c. todos los recintos forenses habían entrado en un proceso total de trans-formación que nos indica la pérdida de sus funciones originarias.

Fig. 9: Planta de las dos áreas monumentales de la ciudad en la segunda mitad del s. i d. c. (restitución).

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