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COMTE Y MARXEL ESPÍRITU POSITIVO EN LOS
POSTULADOS DE KARL MARXHéctor Arturo Torrado Díaz CC. 1.116.801.510 Pregrado en Historia
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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA-SEDE MEDELLÍNFACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y ECONÓMICAS
DEPARTAMENTO DE HISTORIATEORÍA DE LA HISTORIA Y LA HISTORIOGRAFÍA II
COMTE Y MARXEL ESPÍRITU POSITIVO EN LOS POSTULADOS DE KARL MARX
Héctor Arturo Torrado DíazCC. 1.116.801.510
Pregrado en Historia
Dr. Juan Guillermo Gómez García
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COMTE Y MARXEL ESPÍRITU POSITIVO EN LOS POSTULADOS DE KARL MARX
Proponer la existencia de una clara la influencia del
espíritu positivo comtiano en los postulados de Karl Marx,
resulta en una ardua labor de comprensión de los textos
principales de Auguste Comte y del ya mencionado Marx. Pero
resultaría aún más ardua luego de comprender lo expuesto por
Eric Hobsbawm, quien en su libro Marxismo e Historia Social, planteó
que pretender establecer una relación entre el positivismo y
el marxismo, pertenece a una tendencia del “marxismo
vulgar”1. Sin embargo, lo que el presente escrito pretende
hacer, no es introducir una interpretación, algo forzada,
buscando unir las tendencias socio-filosóficas que derivaron
de las interpretaciones hechas por sus seguidores, sino
manifestar la existencia del espíritu positivo y leyes, en
sentido comtiano, dentro de los razonamientos de Marx.
En el año de 1844, Auguste Comte plasmó en su Discurso sobre el
Espíritu Positivo, los elementos indispensables de un nuevo
sistema de filosofía general, en el cual se cimentó la
definición del verdadero espíritu (entendidos como el motor
que impulsa a la humanidad hacía el conocimiento) fundamental
de la filosofía positiva y se consolidó el progresismo1 Hobsbawm, Eric, “La contribución de Karl Marx a la Historiografía”, en:Hobsbawm, Eric, Marxismo e Historia Social, Universidad Autónoma de Puebla,México, 1983, p. 86
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enmarcado bajo el supuesto de la evolución intelectual en la
Humanidad.
Comte, antes de explicar en qué consistía la filosofía y el
espíritu positivo, estableció la primera Ley sobre la cual
desarrolló todo su engranaje filosófico. La ley de la evolución
intelectual de la humanidad, delimitó cuales fueron los tres
estados teóricos por los que atravesó el intelecto humano. En
su orden cronológico, el teológico, el metafísico y el
positivo. Dentro de su línea progresista propuso que:
[…] el primer estado debe considerarse siempre, desdeahora, como provisional y preparatorio; el segundo,que no constituye en realidad más que unamodificación disolvente de aquél, no supone nunca másque un simple destino transitorio, a fin de conducirgradualmente al tercero; en éste, el único plenamentenormal, es en el que consiste, en todos los géneros,el régimen definitivo de la razón humana.
Para Comte, mientras la humanidad estuvo en los dos primeros
estados, vivió su periodo de infancia, en cuanto a la
inteligencia se refiere, el cual sirvió como preparatorio
para que llegado el tercer estado, el positivo, comprobara la
“radical vaciedad de las explicaciones vagas y arbitrarias
propias de las filosofía inicial”; además en éste la
Humanidad circunscribió sus esfuerzos al dominio progresivo
de la verdadera observación: única base posible de los
conocimientos accesibles en adaptados “verdaderamente” a las
necesidades reales.
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El carácter fundamental de la filosofía positiva fue
sustituir la determinación de las causas en los fenómenos
mismos y concentrarse en la mera investigación de las
relaciones constantes que existen entre los fenómenos
observados; es decir, conocer las diversas conexiones
naturales aptas para su cumplimiento del mismo, sin penetrar
nunca en el misterio de su producción (La ley de Subordinación
constante de la imaginación a la observación). Dentro de la filosofía
positiva, el origen de los acontecimientos no era relevante,
ni mucho menos necesario para el desarrollo e incentivo de la
inteligencia de la Humanidad, además significaba un retroceso
en los estados de la evolución del intelecto humano. En
cambio, conocer las relaciones constantes y naturales que
eran observables en los fenómenos en la materia de estudio de
cada ciencia, y plantear las leyes al respecto,
proporcionaba la satisfacción de las necesidades que tuviese
la inteligencia. (Lograr ello demostraba la eficacia la
ciencia.)
En el estado positivo se planteó, además, que la imaginación,
cuando menos idealista, debe subordinarse a la observación.
De esta subordinación se delimitaron las leyes, las cuales
derivan de las relaciones existentes en los fenómenos de la
materia de estudio de cada ciencia. De esta manera se podían
establecer investigaciones que logren satisfacer tanto las
necesidades intelectuales, como las de orden y progreso,
además de las de índole moral.
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En las leyes de los fenómenos es en lo que consisterealmente, la ciencia, a la cual los hechospropiamente dichos, por exactos y numerosos quepuedan ser, nunca procuran otra cosa que materialesindispensables. Considerando el destino constante deestas leyes, se puede decir, sin exageración alguna,que la verdadera ciencia, lejos de estar formada demera observaciones, tiende siempre a dispensar, encuanto es posible, de la exploración directa,sustituyéndola por aquella previsión racional, queconstituye, por todos aspectos, el principal carácterdel espíritu positivo […]
Comte fue enfático al manifestar en que una previsión
racional, que era consecuencia necesaria de las relaciones
constantes descubiertas entre los fenómenos, no permitiría
nunca confundir la ciencia real con una vana erudición que
“acumula hechos maquinalmente” sin aspirar a deducirlo unos
de otros. “Así, el verdadero espíritu positivo consiste, ante
todo, en ver para prever, en estudiar lo que es, a fin de
concluir de ellos lo que será, según el dogma general de la
invariabilidad de las leyes naturales”.
El espíritu positivo, además, tenía una naturaleza relativa.
Naturaleza que se veía reflejada en las investigaciones o
especulaciones realizadas positivamente, y que se reducen a
la apreciación sistemática “lo que es”; además debían
permanecer siempre relativo a la coyuntura social de la
misma. Comte aseguró que “no era posible garantizar” la
comprobación de todas las existencias reales (fenómenos),
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cuando solo se conoce un parte de todo los conocimientos
reales.
Asimismo estos fenómenos son sociales, dado que resultaron de
una evolución colectiva y continua, “todos cuyos elementos y
todas cuyas fases están en una esencial conexión […], que no
están menos subordinadas al conjunto del progreso social”.
Toda pretensión de absoluto dentro de las investigaciones o
especulaciones positivas, debía desaparecer.
Ahora bien; la ley general del movimiento fundamentalde la Humanidad consiste, en este respecto, en quenuestras teorías tiendan cada vez más a representarexactamente los objetos externos de nuestrasconstantes investigaciones, sin que, sin embargo, laverdadera constitución de cada uno de ellos pueda serplenamente apreciada, ya que la perfección científicadebe limitarse a aproximarse a aquel límite idealtanto como lo exijan nuestras diversas necesidadesreales.
En última instancia, todas las teorías que derivan de las
investigaciones positivas estuvieron reguladas por las
observaciones que se hacen de la Humanidad, en cuanto a sus
relaciones con la naturaleza misma y con los fenómenos
sociales que la circunscriben. Allí se enmarcó la ciencia
social, cuyo principio y fin, lo constituyó la existencia
humana.
Por otro lado, el espíritu positivo se caracterizó por
construir la unidad final del entendimiento humano al
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plantear el punto de vista social como un aspecto fundamental
de las investigaciones positivas, pues el hombre no se
desenvuelve aisladamente, sino en colectividad. La Humanidad
es sobre la cual giran estas investigaciones y que tiene como
propósito no sólo entender las relaciones en sus fenómenos
sociales, sino contemplar estas las leyes, que son en última
instancia coyunturales, para hacer una previsión racional. De
esta previsión racional, se establecían los parámetros sobre
las cuales se podían modificar las relaciones, con el fin de
lograr una transformación en los problemas coyunturales, dado
que estos eran los que establecía las necesidades sociales;
satisfacerlas indicó el verdadero fundamento filosófico
positivo.
La connotación de positivo tenía cinco propiedades, los
cuales se establecían sobre una comparación en oposición a
otros tipos de propiedades “científicas” de investigación. Lo
real de lo quimérico. Lo útil de lo inútil. La certeza de la
indecisión. Lo preciso de lo vago. Y los positivo de lo
negativo.
Lo real: se establecía en el nuevo espíritu filosófico,
cateterizado por centrarse en las investigaciones
verdaderamente accesibles a la inteligencia de la Humanidad.
Lo útil: el destino necesario de todas las investigaciones y
especulaciones para el mejoramiento continuo de la condición
Humana. La certeza: comprendía la aptitud de la filosofía
9
para establecer la armonía lógica en el individuo y “la
comunión espiritual con el resto de la especia entera”. Lo
preciso: era la tendencia constante del “verdadero espíritu
filosófico” (el positivo) a obtener el grado de precisión
compatible con la naturaleza de los fenómenos y conforme a
las exigencias de nuestras necesidades. Lo positivo: indicaba
la más importante propiedad de la “verdadera filosofía
moderna”, que la muestra destinada a ordenar.
La característica principal de “lo positivo”, que presentó
Comte, la define como el único carácter esencial la sana
filosofía que rechaza radicalmente todas las cuestiones
innecesarias e incomprensibles (como las causas o lo
orígenes). Lo más intrínseco la quinta propiedad es la
supremacía de lo relativo sobre lo absoluto; y esta “virtud”
le permite apreciar el valor propio de las teorías que le son
más opuestas, sin cambiar sus objetivos. En síntesis, el
espíritu positivo consiste sobre todo en la extensión
sistemática del simple buen sentido a todas las
especulaciones verdaderamente accesibles.
Su dominio es radicalmente idéntico, puesto que losmayores problemas de la sana filosofía se refieren entodo a los fenómenos más vulgares, frente a los quelos casos artificiales no constituyen sino unapreparación más o menos indispensable. Son, de una yotra parte, el mismo punto de partida experimental,el mismo fin de poner en relación y prever, la mismapreocupación continua por la realidad, la misma
10
intención final de utilidad. Toda su diferenciaesencial consiste en la generalidad sistemática deuno [la relación], gracias a su abstracciónnecesaria, opuesta a la incoherente especialidad delotro [prever], ocupado siempre con lo concreto.
El espíritu positivo, además, establecía una relación
armónica entre las ideas de orden y de progreso en una
solidaridad continua producto de la especialización del
organismo social. Comte define al orden como la armonía
lógica que genera los primeros métodos antes que las
doctrinas, “por un triple conversación simultanea de la
naturaleza de las cuestiones dominantes, de la manera de
tratarlas y de las condiciones previas de su elaboración” de
existencia y las ideas de movimiento, que resultan de
correlación con de las ideas de organización a las ideas de
la vida, y luego, “por una última organización propia del
organismo social, la solidaridad continua de las ideas
organización a las ideas de la vida. Por otro lado el
Progreso2 tenía por destino el mejoramiento continuo de
2 “En el aspecto más sistemático, la nueva filosofía asigna directamente,como destino necesario, a nuestra existencia entera, a la vez personal ysocial, el mejoramiento continuo, no sólo de nuestra condición, sinotambién, y sobre todo, de nuestra naturaleza, tanto como lo permita, entodos aspectos, la totalidad de las leyes reales, exteriores einteriores. Erigiendo así a la noción del progreso en dogmaverdaderamente fundamental de la sabiduría humana, sea práctica oteórica, le imprime el carácter más noble y al mismo tiempo más completo,representando siempre al segundo género de perfeccionamiento comosuperior al primero. Por una parte, en efecto, ya que la acción de laHumanidad sobre el mundo exterior depende sobre todo de las disposicionesdel agente, el mejoramiento de ellas debe constituir nuestro principalrecurso; por otra parte, siendo los fenómenos humanos, individuales o
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nuestra condición y de nuestra naturaleza. Este mejoramiento
es entendido por Comte como un perfeccionamiento de nuestros
conocimientos “reales”, emprendido con los atributos
“eminentes” de caracterizan a la Humanidad. La inteligencia y
la Solidaridad.
Como unos de los puntos finales que establece Comte para
comprobar la superioridad de la filosofía positiva, y su
motor el espíritu positivo, es que ante la gran crisis
moderna en donde las escuelas filosóficas de la época se
quedan en la mera imaginación de los problemas y ello no
útiles, ni tiene una eficacia social, para la llevar a cabo
una solución de los mismos que ellas enuncian, sólo desde la
escuela positiva se puede plantear una solución efectiva para
ello. Esto es la construcción de una teoría sociológica apta
para explicar convenientemente la totalidad del pasado
humano. “Tal es la manera más racional de plantear el
problema esencial, a fin de apartar mejor de él toda pasión
perturbadora. Así la superioridad necesaria de la escuela
positiva sobre las diversas escuelas actuales puede ser
también más netamente apreciada”.
Una vez comprendida el grueso de lo expresado por Comte en su
Discurso, es más claro empezar a hacer una relación entre el
espíritu positivo comtiano y los razonamientos de Karl Marx.
Textos como La Ideología Alemana (1845), El Manifiesto Comunista
colectivos, los más modificables de todos, nuestra intervención racionalalcanza naturalmente frente a ellos su más amplia eficacia.”
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(1848), El dieciocho brumario de Luis Bonaparte (1852), y la
Contribución a la Crítica de la Economía Política (1859), fueron abordados
con el fin de demostrar la existencia del espíritu positivo y
de leyes, en sentido comtiano, en los mismos.
En La Ideología Alemana, Marx plantó que el problema principal
de la crítica alemana era estar basado en un sistema
filosófico hegeliano, y además que toda la crítica filosófica
alemana desde Strauss hasta Stirner limitó a la crítica de
las ideas religiosas, y que ninguno de estos filósofos se ha
preguntado por el vínculo de su crítica con el propio “mundo
material que la rodea”.
Se partía de la religión real y de la verdaderateología. Qué fuera la conciencia religiosa, la ideareligiosa, se determinaba de distinto modo ulterior.El progreso consistía en englobar las ideasmetafísicas, políticas, jurídicas, morales y de otrostipo supuestamente imperantes, bajo la esfera de lasideas religiosas o teológicas, explicando asimismo laconciencia política, jurídica o moral como concienciareligiosa o teológica y presentando al hombrepolítico, jurídico o moral, y en última instancia ‘alhombre’, como el hombre religioso.3
Marx sustentó su análisis en premisas que considera no eran
arbitrarias, ni dogmas, sino premisas reales de las que sólo
eran posibles al abstraerse de la imaginación. “Estas
premisas pueden comprobarse, consiguientemente, por la vía
3 Marx, Karl, La Ideología Alemana , Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo,1974, p. 17
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puramente empírica”4. La primera premisa de toda la historia
humana era la existencia de individuos humanos vivientes, de
ello se derivó la organización y comportamiento, de estos
individuos, hacia el resto de la naturaleza. La segunda, el
modo en que los hombres producían los medios de vida. El
hombre, según Marx, al producir sus medios de vida, producía
indirectamente su propia vida material. Este modo, depende de
la naturaleza de los medios de vida con que se encuentran,
así dicha producción está determinada por lo que producía y
como lo producía. “Lo que los individuos son depende, por
tanto, de las condiciones materiales de su producción”.5
Marx expuso que todo el desarrollo y la evolución que ha
tenido la propiedad desde la propiedad de tribu, pasado por
la comunal, hasta enfatizar en la feudal, ha sido un proceso
en donde han vivido hombre que han interactuado con los
medios de vida.
Hizo manifiesto que la observación empírica tiene
necesariamente que poner de relieve en cada caso concreto,
empíricamente y sin ninguna clase de falsificación, la
conexión existente entre la organización social y política y
la producción.
La organización social y el estado brotanconstantemente del proceso de vida de determinados
4 Ibíd. 195 Marx, Karl, La Ideología Alemana , Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo,1974, p. 19-20
14
individuos; pero de estos individuos, no como puedanpresentarse ante la imaginación propia o ajena, sinotal y como realmente son; es decir, tal y como actúan ycomo producen materialmente y, por tanto, tal y comodesarrollan sus actividades bajo determinadoslímites, premisas y condiciones materiales,independientes de su voluntad.6
Asimismo fue enfático en decir que son los hombres los que
al desarrollar su producción material y su intercambio
material, cambia también, al cambiar esta realidad, su
pensamiento y los productos de su pensamiento. La vida en
última instancia era la que determina la conciencia. Tan
pronto como se expone este proceso activo de vida, en el cual
los hombres no son actores pasivos en la construcción de sus
medios de vida, “la historia deja de ser una colección de
hechos muertos, como lo es para los empiristas, todavía
abstractos, o una acción imaginaria de sujetos imaginarios,
como para los idealistas”.7
Allí donde termina la especulación, en la vida real,comienza también la ciencia real y positiva, laexposición de la acción práctica, del procesopráctico de desarrollo de los hombres. […] Lafilosofía independiente pierde, con la exposición dela realidad, el medio en que puede existir. En lugarde ella, puede aparecer, a lo sumo, un compendio delos resultados más generales, abstraído de laconsideración del desarrollo histórico de loshombres. Estas abstracciones de por sí, separadas dela historia real, carecen de todo valor. Sólo pueden
6 Ibíd. 257 Ibíd. 27
15
servir para facilitar la ordenación del materialhistórico, para indicar la sucesión en serie de susdiferentes estratos. Pero no ofrecen en modo alguno,como la filosofía, una receta o un patrón con arregloal cual puedan aderezarse las épocas históricas. Porel contrario, la dificultad comienza allí donde seaborda la consideración y ordenación del material,sea el de una época pasada o el del presente, laexposición real de las cosas. La eliminación de estasdificultades hállase condicionada por premisas que enmodo alguno pueden exponerse aquí, pues se derivansiempre del estudio del proceso de vida real y de laacción de los individuos en cada época.8
En El Manifiesto Comunista, Marx introdujo la frase: “la historia
de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de
las luchas de clases”9. Una lucha entre opresores y
oprimidos, con la cual se procedía a la transformación
revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las
clases en pugna. Así, sostenía Marx, “Toda la sociedad
[burguesa] va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes
campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan
directamente: la burguesía y el proletariado”.
En sí, Marx, nos ofreció, en El Manifiesto, principios
indispensables para comprender el proceso histórico de las
sociedades, resultado de un claro estudio empírico y racional
de los procesos históricos con los cuales se podía establecer
8 Marx, Karl, La Ideología Alemana , Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo,1974, p. 279 Marx, Karl, El Manifiesto del Partido Comunista, Fundación Federico Engels,Madrid, 2009, p. 24
16
las relaciones constantes y naturales que eran observables en
los fenómenos sociales. Es decir, en términos comtianos, Marx
mediante la observación de su realidad, nos proporcionó leyes
útiles para entender la problemática la sociedad y así prever
próximo proceso.
Estos procesos sociales, según nos planeó Marx, estuvieron
íntimamente relacionados con las necesarias transformaciones
sociales, que por influencias económicas y políticas lograron
desarrollarse dentro de un marco revolucionario. Estas
transformaciones, claramente expuestas en El Manifiesto,
lograrían, a su tiempo, el establecimiento del Comunismo como
la única instancia para terminar con los opresores y exaltar
a los oprimidos. Era aquí donde se observó un claro espíritu
positivo de progreso en términos de perfeccionamiento, pero no
constantes como lo plantea Comte. Marx a pesar que concibe
la evolución y desarrollo de las sociedades no lo veía en
términos positivos de un constante perfeccionamiento. Enmarcó
esta evolución y desarrollo en términos de procesos sociales,
que a menudo se relacionan con factores económicos y
políticos.
Algo similar a lo anterior se podía observar en El Dieciocho
Brumario de Luis Bonaparte, cuando al iniciar el capítulo primero
introdujo lo siguiente: “Hegel dice en alguna parte que todos
los grandes hechos y personajes de la historia universal
aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de
17
agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa”10. Un
postulado basado en su observación a la realidad social e
histórica y que traía consigo una connotación positiva.
La presunta repetición de hechos históricos demostraron según
Marx la amplia necesidad de la sociedad por recurrir la
pasado en tiempos de crisis para poder reorganizar los
fundamentos para la próxima transformación revolucionaria.
Hoy, la sociedad parece haber retrocedido más allá desu punto de partida; en realidad, lo que ocurre esque tiene que empezar por crearse el punto de partidarevolucionario, la situación, las relaciones, lascondiciones, sin las cuales no adquiere un carácterserio la revolución moderna.
No obstante, ello refleja otra sección del espíritu positivo,
en la cual se estableció recurrir al pasado para comprender
la problemática “actual”, y buscar una pronta solución a esa
problemática.
Así, en la Contribución a la Critica de la Economía Política, Marx
establece las relaciones y las circunstancias pertinentes
para el paso de una sociedad a otra, haciendo más claro y
explícito las transformaciones revolucionarias. Así la clara
contradicción entre las relaciones de producción y las
fuerzas materiales productivas de la sociedad, abrió el
camino para la gestar la revolución social.
10 Marx, Karl, El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, Editorial Anteo, BuenosAires, 1972, p. 15
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Una formación social no desaparece nunca antes de quese desarrollen todas las fuerzas productivas quecaben dentro de ella, y jamás aparecen relaciones deproducción nuevas y superiores antes de que hayanmadurado, en el seno de la propia sociedad antigua,las condiciones materiales para su existencia.11
Con ello expresaba Marx que la humanidad se debe plantear
problemas que podía resolver, pues un examen más detenido
muestra siempre que el propio problema no surgió sino cuando
las condiciones materiales para resolverlo ya existiesen o,
por lo menos, estuviesen en vías de formación. Todo ello con
el fin de generar un “progreso en la formación socio-
económica”; y con esta formación socio-económica se cerraría,
según Marx, la prehistoria de la sociedad humana.
No solamente las concepciones de progreso resaltaban en el
último trabajo de Marx citado, sino que además su formulación
de leyes in stricto sensu positivas, dadas de la observación de
las relaciones existentes en los fenómenos reales en la
historia de las sociedades, nos ayuda a comprender que había,
en los postulados de Marx, una clara influencia, en algunas
partes limitada, del espíritu positivo comtiano.
Si comparamos el “espíritu” de Marx, con las propiedades del
espíritu positivo, planteadas anteriormente, la relación se
hace más estrecha.
11 Marx, Karl, Contribución a la Crítica de la Economía Política, Editorial Progreso,S.C., 1989, p. 8
19
“ESPÍRITU” DE MARX ESPÍRITU POSITIVO
Lo real: Marx, en la
Contribución¸ que “Por eso la
humanidad se plantea siempre
únicamente los problemas que
puede resolver, pues un
examen más de-tenido muestra
siempre que el propio
problema no surge sino cuando
las condiciones materiales
para resolverlo ya existen o,
por lo menos, están en vías
de formación.”
Lo real: se establecía en el
nuevo espíritu filosófico,
cateterizado por centrarse
en las investigaciones
verdaderamente accesibles a
la inteligencia de la
Humanidad.
Lo útil: como se había
planteado anteriormente: Marx
a pesar que concibe la
evolución y desarrollo de las
sociedades no lo ve en
términos positivos de un
constante perfeccionamiento.
Enmarca esta evolución y
desarrollo en términos de
procesos sociales, que a
menudo se relacionan con
factores económicos y
Lo útil: el destino
necesario de todas las
investigaciones y
especulaciones para el
mejoramiento continuo de la
condición Humana.
20
políticos.
La certeza: En la Contribución,
Marx estableció lo siguiente:
“En la producción social de
su vida, los hombres entran
en determinadas relaciones
necesarias e independientes
de su voluntad, relaciones de
producción, que corresponden
a un determinado grado de
desarrollo de sus fuerzas
productivas materiales. Estas
relaciones de producción en
su conjunto constituyen la
estructura económica de la
sociedad, la base real sobre
la cual se erige la
superestructura jurídica y
política y a la que
corresponden determinadas
formas de conciencia social.”
Establecía en sí una conexión
clara entre el individuo y la
sociedad, siendo esta
comunión espiritual las
La certeza: comprendía la
aptitud de la filosofía para
establecer la armonía lógica
en el individuo y “la
comunión espiritual con el
resto de la especia entera”.
21
relaciones de producción.
Lo preciso: Al observar los
cuatro textos seleccionados
de Marx, se puede establecer
que este era el objetivo de
Marx. Cuando estudiamos el
Manifiesto, es una clara
invitación a los oprimidos a
que dejen se tener tal
condición. Cuando en el
Dieciocho Brumario, que el
mandato de Luis Bonaparte fue
una parodia del mandato de su
tío Napoleón, extiende aún
más la invitación a las masas
a reflexionar sobre su pasado
para poder cimentar las bases
de la revolución social.
Lo preciso: era la tendencia
constante del “verdadero
espíritu filosófico” (el
positivo) a obtener el grado
de precisión compatible con
la naturaleza de los
fenómenos y conforme a las
exigencias de nuestras
necesidades.
Lo positivo: En la Ideología
Alemana, Marx inicia su arduo
trabajo, planteado una
crítica al idealismo de
Feuerbach y de los filósofos
y críticos que no toman en
cuenta la realidad cotidiana
Lo positivo: Lo más
intrínseco la quinta
propiedad es la supremacía
de lo relativo sobre lo
absoluto; y esta “virtud”
le permite apreciar el valor
propio de las teorías que le
22
de la sociedad, para hacer
sus postulados. Allí Marx, en
su crítica a la crítica
filosófica alemana, resalta
que por falta de conocimiento
empírico de la realidad, no
se puede desarrollar la
ciencia filosófica.
Además, Marx mismo manifestó
que las premisas sobre las
cuales ejecutó su análisis,
no eran dogmas. Ello resaltó
la calidad de lo relativo, en
los postulados y leyes de Marx.
son más opuestas, sin
cambiar sus objetivos.
Así, y manera de conclusión, podríamos señalar que el trabajo
de Marx, es el claro desarrollo de la teoría sociológica que
manifestaba Comte, que tenía como fin, analizar el pasado de
nuestras sociedades para plantear el problema esencial de las
mismas, y así mismo fuera útil para resolverlo.
BIBLIOGRAFÍA.
Comte, Auguste, Discurso sobre el Espíritu Positivo,
Ediciones Orbis, Barcelona, 1985
23
Marx, Karl, Contribución a la Crítica de la Economía Política,
Editorial Progreso, S.C., 1989
Marx, Karl, El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte,
Editorial Anteo, Buenos Aires, 1972
Marx, Karl, El Manifiesto del Partido Comunista, FundaciónFederico Engels, Madrid, 2009
Marx, Karl, La Ideología Alemana, Ediciones PueblosUnidos, Montevideo, 1974