Zapatista Discourse

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Un mundo nuevo A propósito de la marcha zapatista y los derechos indígenas ¿Soñamos algo o algo nos sueña? CCRI - CG del EZLN en Melchora Romanos y otros (coordinadores) Homenaje a Ana María Barrenechea. Facultad de Filosofía y Letras – EUDEBA. Buenos Aires. 1996 Resumen En este trabajo volvemos a abordar el análisis del Discurso Zapatista. Nuestro interés está centrado en las estrategias discursivas empleadas que hacen que la expresión de un movimiento político indígena mexicano alcancen trascendencia universal. En particular nos centraremos en los signos ideológicos referidos al tiempo y a los colores. El corpus está formado por los discursos pronunciados por sus líderes en cada una de las ciudades en que pararon durante su periplo desde Chiapas a México DF. 1. Introducción No será ésta la primera vez que escribimos sobre el discurso zapatista pero, precisamente porque no es la primera vez, el desafío es - para nosotros - mayor porque ya hemos afirmado algunas cosas. Entre otras, habíamos estudiado la posibilidad de que el Discurso Zapatista iniciara una nueva referencialidad, es decir, se constituyera en un discurso emergente(Giménez Montiel, 1983), porque desafiaba al discurso dominante (Raiter, 1999) desde un lugar nuevo, con nuevas estrategias discursivas, con nuevos personajes agraviados y nuevos personajes agresores, con tipos textuales nuevos para mensajes de rebeldía; en definitiva y después de muchos años, en nombre de la izquierda y

Transcript of Zapatista Discourse

Un mundo nuevo

A propósito de la marcha zapatista y los derechos indígenas

¿Soñamos algo o algo nos sueña?

CCRI - CG del EZLN

en Melchora Romanos y otros (coordinadores) Homenaje a Ana María

Barrenechea. Facultad de Filosofía y Letras – EUDEBA. Buenos Aires. 1996

Resumen

En este trabajo volvemos a abordar el análisis del Discurso Zapatista. Nuestro

interés está centrado en las estrategias discursivas empleadas que hacen que

la expresión de un movimiento político indígena mexicano alcancen

trascendencia universal. En particular nos centraremos en los signos

ideológicos referidos al tiempo y a los colores. El corpus está formado por los

discursos pronunciados por sus líderes en cada una de las ciudades en que

pararon durante su periplo desde Chiapas a México DF.

1. Introducción

No será ésta la primera vez que escribimos sobre el discurso zapatista pero,

precisamente porque no es la primera vez, el desafío es - para nosotros - mayor

porque ya hemos afirmado algunas cosas. Entre otras, habíamos estudiado la

posibilidad de que el Discurso Zapatista iniciara una nueva referencialidad, es

decir, se constituyera en un discurso emergente(Giménez Montiel, 1983),

porque desafiaba al discurso dominante (Raiter, 1999) desde un lugar nuevo,

con nuevas estrategias discursivas, con nuevos personajes agraviados y

nuevos personajes agresores, con tipos textuales nuevos para mensajes de

rebeldía; en definitiva y después de muchos años, en nombre de la izquierda y

de los sectores populares, el zapatismo había logrado construir un discurso

opositor al discurso dominante: no se había limitado a emitir textos que solo

lograban ser opositores del discurso dominante. El riesgo de esta nueva

escritura es doble: por un lado, el de repetirnos, por otro, el tener que negar lo

que ya habíamos afirmado. De hecho, el discurso neoliberal (ahora con re -

cambios) sigue vigente.

2. ¿Qué habían logrado los zapatistas?

En parte, este logro se debía a que los zapatistas habían enunciado desde un

lugar simbólico nuevo, diferente a los tradicionales en la lucha discursiva entre

capital y trabajo. Después del derrumbe del Muro de Berlín y de la caída de la

Unión Soviética habían constituido un discurso anticapitalista sin referencias al

socialismo u otro régimen vigente o ya desarrollado de modo teórico. Ahora

quizás, para no abundar en detalles aquí - siempre se puede consultar lo que ya

publicamosi - se entienda nuestra prevención: una marcha por derechos

indígenas supone un lugar ya transitado - al menos desde el punto de vista

discursivo - por el mismo discurso neoliberal a través de sus varias y diversas

ONG. Reivindicar derechos indígenas no es nuevo, ¿cómo escribir, entonces,

sin traicionar lo que ya habíamos escrito? ¿Cómo no caer nosotros en una

esquizofrenia discursiva?

Sin embargo, analistas del discurso a fin de cuentas, las nuevas iniciativas

discursivas (Raiter, 1987) deben ser analizadas. Simplemente adelantamos

nuestras prevenciones: el discurso dominante neoliberal - al menos en su

variante posmoderna - ama las diferencias porque las incorpora al sistema;

defender minorías es un tópico actual del discurso dominante. El riesgo, nunca

agradable, era el de tener que desmentir nuestras hipótesis anteriores sobre el

zapatismo, reconocer que las estrategias discursivas que habían empleado no

respondían a variantes ideológicas.

A poco de comenzar una lectura y un análisis cuidadosos, nos dimos cuenta

que habíamos menospreciado nuestro trabajo previo de análisis y - sobre todo -

el trabajo político discursivo, la lucha por el poder decir, que lleva adelante el

EZLN. En efecto, habíamos despreciado nuestro trabajo porque si - como

habíamos afirmado - había algo nuevo y distinto en los textos zapatistas, esto

no debería cambiar simplemente porque un tema - pedir por los derechos de los

indígenas - fuera predominante. Lo nuevo en los discursos que habíamos

analizado del zapatismo no eran los temas solamente, sino también las formas

de dirigirse a los interlocutores, la forma de presentarse como locutor, la

variedad de géneros y tipos textuales empleados, la forma de tratar al enemigo.

Teníamos razón: sigue habiendo algo de nuevo en los textos de la marcha a la

Ciudad de México aunque el tema de los derechos indígenas sea trillado.

Decíamos que habíamos menospreciado la labor comunicativa del zapatismo

porque, del mismo modo que dijimos que no se habían limitado a justificar el

alzamiento armado después del primero de enero de 1994, tampoco se limitan

en la marcha por los derechos constitucionales indígenas a justificar la lucha

por esos derechos y reivindicaciones: desde el estado sudoriental mexicano de

Chiapas se accede al mundo. En esta marcha se juegan los derechos de los

indígenas porque se juegan derechos humanos universales. Para decirlo en

otros términos: eran absurdas nuestras prevenciones porque sigue habiendo

algo de nuevo en el discurso zapatista que lo consagra como opositor al

sistema y que le permite mantener un papel señero en las luchas por el poder

decir de los oprimidos, por el poder decir revolucionario, por decir una

referencialidad diferente.

Con la esperanza de que nos permita reflexionar una vez más sobre el

problema de la Acción Comunicativa (Habermas, 1981) y la creación de nuevas

representaciones sociales, con la esperanza que permita un despertar de la

conciencia por una sociedad más justa y con la esperanza de poder

comprender el problema la nueva etapa de las luchas indígenas en América

Latina es que presentamos el análisis de los documentos que, vinculados con la

marcha del año 2001 a Ciudad de México, emitió el Comité Clandestino

Revolucionario Indígena - Comandancia General - del Ejército Zapatista de

Liberación Nacional.

3. Discurso emergente

Una de las condiciones fundamentales para que un discurso pueda convertirse

en emergente consiste en que pueda proponer, e imponer, los ejes del debate

en la red discursiva. Este era precisamente, como aclaramos, una de nuestras

dudas previas, porque el problema indígena ha sido bastante tratado. Por otro

lado, el signo ideológico indígenas - convertida oficialmente en Argentina a la

más, supuestamente, políticamente correcta, aborígenes, tiene el valor de

remitir a un pasado, a una reivindicación histórica de derechos, a la necesidad

de un fondo de reparación histórica. Muchos - sino todos - los manuales de

historia que conocimos y conocemos en las escuelas nos hablan de la

inexistencia de pueblos indígenas, mediante el sencillo procedimiento de

hablarnos de los descendientes de los indios, de hablarnos de los indios solo en

el capítulo de Antiguos Pobladores de Nuestro Suelo, Antiguas Civilizaciones de

América o del crisol de razas y del fenómeno del mestizaje. En este sentido,

una reivindicación histórica no permite establecer nuevos ejes para la discusión

del presente.

Reivindicar a los indígenas, para determinados grupos sociales de la

posmodernidad, significa reivindicar el derecho histórico de haber existido,

admirar, y comprar, en una feria artesanal o en un shoping, sus artesanías

"milenarias", mirar con condescendencia sus mitos ancestrales, una danza,

etcétera. En este sentido, una reivindicación de lo curioso o diferente, tampoco

permitiría establecer los ejes para una discusión en el presente.

En el discurso zapatista, en cambio, reivindicar lo indígena es luchar por un

futuro; pasado, presente y futuro se sincretizan en el tríptico zapatista

democracia, libertad, justicia. Dice Marcos el 12/3/2001:

"Para hacerlo, para con nuestra marcha darle marcha al reloj de la

humanidad, los pueblos indios hemos recurrido al arte de leer lo que no se ha

escrito todavía. Porque eso es el sueño que nos anima como indígenas, como

mexicanos y, sobre todo, como seres humanos. Con nuestra lucha leemos el

futuro que ya se había sembrado ayer, que se cultiva hoy y que solo podrá

cosecharse si se lucha, es decir, si se sueña."

De modo que la lucha indígena zapatista no significa simplemente una

reivindicación del pasado, esto es, una lectura del pasado, de la historia ya

escrita, sino que se trata de la historia por escribir, una lectura del futuro que ha

de escribirse. La referencialidad en todo caso no pretende establecerse para

reinterpretar y compensar las desgracias pasadas, sino para establecer las

pautas de lectura del futuro.

4. El tiempo

En los textos zapatistas encontramos muchas referencias al pasado, al

presente, al futuro, al tema del paso del tiempo y del no paso del tiempo. Sin

embargo, es curiosa y no habitual, en el uso cotidiano del español, la referencia

a un tiempo absolutamente sincrético, un tiempo que por transcurrir es

permanente, que por ser parte del presente está inscripto en el pasado y en el

futuro, que por referir al pasado pronostica un futuro al caracterizar el presente.

Veamos algunos ejemplos:

No queremos volver al pasado. Pero tampoco queremos seguir viviendo

y muriendo en él. Queremos la ciencia y la técnica, pero no para matar la tierra

y el buen pensamiento, sino para hacerlos mejores y más ricos. Queremos

liberarnos de la esclavitud a la que nos somete el poderoso, pero no para

hacernos iguales a él, o sea tontos y perversos. Queremos vivir en el presente y

construirnos con todos un futuro. Lo que no queremos es dejar de ser

indígenas. 26/02/01

A veces es la misma palabra zapatista la que suspende el transcurrir del

tiempo:

Por eso hemos elegido que, al inicio del círculo final, sea dicha una

palabra que mira muy adelante. Palabra que tal vez no encuentre en lo

inmediato su verdadero sentido. Palabra que requiere del tiempo y del viento

para encontrar su lugar en el corazón de los todos que somos. Palabra que

habla mañana. Palabra que viene de muy atrás y por eso camina muy delante

nuestro. Palabra que es más grande que nosotros y sin embargo debe ser

dicha. 27/02/01

El transcurrir del tiempo puede ser violado porque en los mensajes zapatistas

aparecen personajes que pertenecen a lo que el discurso dominante llama de

otro tiempo, tiempos míticos o históricos, pero que pertenecen al presente del

tiempo zapatista:

Es un honor para esta delegación poner pie en estas tierras de historia y

dignidad. Hemos venido porque nos han encargado traerles una carta que le

manda mi general Emiliano Zapata Salazar, general en jefe del Ejército

Libertador del Sur y mando supremo del Ejército Zapatista de Liberación

Nacional. Voy a darle lectura:

"Algún lugar de México. Cuartel General del Ejército Libertador del Sur. Marzo

del 2001.

Morelenses:

Perdonen si he estado ausente de nuestro querido estado por algún tiempo. Las

injusticias que vivíamos en Morelos cuando nos alzamos en armas continúan, y

se repiten en todo el país. [...] Y es que yo me acuerdo bien que, cuando

Madero se adornaba con que había tumbado al PRI, perdón a Díaz, y andaba

en la cosa esa de la excelencia empresarial y no sé qué, pues nosotros le

hicimos el Plan de Ayala. Y entonces el señor Madero nos llamó locos. [...] Y

me acuerdo que estas mismas palabras le escribí a Gildardo Magaña el 6 de

Diciembre de 1911. 6/3/01

Muchas veces el tiempo es tratado en metáforas difíciles de comprender:

Los que somos ya no estamos solos. La fuerza de la tierra que aquí

reposa para hacerse paso mañana así habla: estamos aquí porque estamos

tratando de corregir una equivocación. 9.3.01

Es que tener futuro es tener pasado; tener pasado es condición para el futuro.

Aunque no forme parte estrictamente de los textos que acompañaron la marcha

zapatista por la cultura y la dignidad indígenas, veamos el tratamiento de tiempo

en la carta del subcomandante Marcos a la Marcha de repudio al vigésimo

quinto aniversario del golpe militar en Argentina:

Pero hubo quienes fueron y son abajo. Ellos y ellas nos heredaron no un

mundo nuevo, completo y acabado, pero sí algunas claves y pistas para unir

esos fragmentos dispersos y, al armar el rompecabezas del ayer, abrirle una

rendija al muro, dibujar una ventana y construir una puerta. Porque es bien

sabido que las puertas fueron antes ventanas, y antes fueron rendijas, y antes

fueron y son memoria. Tal vez por eso temen los de arriba, porque quien tiene

memoria tiene en realidad en su futuro una puerta. 24.3.01

Esto no quiere decir que uno puede tratar de cualquier manera el tiempo en el

discurso, como no puede tratar de cualquier manera ningún tema: podría no ser

entendido, no se trata de intentar ser original simplemente para ser original. El

discurso zapatista puede tratar así el tiempo y convertir el tiempo en una

dimensión que permanece abierta - junto con la dimensión de los derechos

inalienables y no transcurriendo según leyes propias - porque también sabe

tratarlo del modo convencional y habitual, sin que estos diferentes tratamientos

choquen. Los textos zapatistas saben, por ejemplo, relatar la historia. Veamos:

Al entrar en funciones el gobierno de Vicente Fox, y ofrecer éste el

cumplimiento de los acuerdos pendientes y la solución negociada del conflicto,

el EZLN respondió manifestando su voluntad de transitar por la vía pacífica,

dejando claro que exigía un diálogo serio, respetuoso y verdadero. El EZLN

pidió al gobierno de Fox tres señales que indicaran el compromiso del gobierno

con el diálogo y la negociación. 27.1.01

El gobierno de Querétaro estaba en manos entonces, como ahora, de

una persona reaccionaria y ahí se fue a refugiar el emperador Maximiliano. El

Ejército Juarista atacó la plaza, iniciando el sitio de Querétaro un día como hoy,

pero de 1867. El 15 de Mayo, Maximiliano entregó su espada en señal de

rendición, y fue fusilado en el Cerro de las Campanas el día 19 de Junio de

1867. 1.3.01

Se equivocaron hace 500 años diciendo que nos descubrían. Como si

hubiera estado perdido el otro mundo que éramos. Como si fuéramos buscados

nosotros y no nosotros los buscadores. Como si nosotros estuviéramos quietos

y ellos fueran los que se movían. Se equivocaron cuando sus muy grandes

sabios discutían si teníamos razón y sentimiento o éramos animales que muy

poco a ellos se semejaban. Se equivocaron llamando "civilizar" a la acción de

destruir, de matar, de humillar, de perseguir, conquistar, someter. Se

equivocaron cuando a matar un indio le llamaban "evangelizarlo". Se equivocan

cuando a este asesinato hoy se le llama "modernizarlo". 9.3.01

Los zapatistas también saben hablar de un tiempo mítico - aunque el hecho

"real" sea reciente - origen de su existencia, desde donde proviene el mandato

que cumplen:

Fue el reflejo cuarto que quienes nos mandan y sustentan tomaron el

paso primero. Un mil ciento once veces miró nuestra mirada a la soledad por fin

derrotada. Sin embargo la estupidez que mandaba con sangre quiso tapar tanto

mirar. "Acteal" se llama donde no se cerrarán ya los ojos jamás. 01.01.01

De lo otro, pues que un gran sabio y jefe maya llamado Jacinto Canek,

nos enseñó que, además del conocimiento, la emoción, es decir, el sentimiento,

es también una manera de penetrar en la verdad de las cosas. [...] Así que

quédense sólo con lo que sí enseñaron nuestros antepasados indígenas. A

veces con el corazón se conoce y no sólo con el pensamiento. 01.03.01

Por supuesto que hay muchas otras referencias temporales, pero quisimos

marcar algunas en las que - aparentemente - se discute con la referencia

temporal dominante. En efecto, la sociedad occidental actual maneja el tiempo

de modo tal que el tiempo puede ser ganado o perdido, es decir, dominado o

manejado por los humanos a voluntad. Así encontramos ejemplos como:

No me hagas perder tiempo.

Encontrémonos más temprano así ganamos tiempo.

El tiempo, sin embargo, es una dimensión independiente de la voluntad de los

seres humanos. No podemos, en sentido estricto, ni ganar ni perder tiempo: el

día tendrá 24 horas siempre, no importa cuántas horas queramos que tenga.

Lakoff y Jhonson (1980)ii nos hablan de metáforas estructurales para indicar

que la metáfora no solo es un recurso literario sino que las usamos todos los

días en el habla corriente; algunas de ellas, por ser habituales, se han

incorporado a nuestro sistema cognitivo y operamos sobre ellas sin darnos

cuenta de los usos metafóricos que dieron lugar a los cambios dialectales. Así,

como existe la metáfora estructural:

El tiempo es dinero

Podremos (sintácticamente) ganarlo, perderlo a ahorrarlo, aunque sepamos que

no podemos guardarlo en un bolsillo para usarlo más adelante. En los textos

zapatistas, el tiempo es una dimensión humana, diferente: el tiempo es una

dimensión permanente, es un entorno, aunque transcurra. Por eso es que

pueden afirmar:

Ahora la misma guerra en contra nuestra toma otro nombre, y

"modernización" la llama quien es hoy el nuevo capataz al servicio del dinero.

Pero los poderosos olvidan que aquellos que quisieron exterminarnos ya no

existen y nosotros aquí estamos. 26.02.01

Porque aunque hayan sufrido derrotas, aunque sufran derrotas, existen, están

existiendo, como existieron y existirán en un mañana; ésta es otra forma de

marcar otro tiempo universal, sin perder lo específico de lo indígena: Del mismo

modo, la conservación y desarrollo de las lenguas aborígenes no constituye una

reivindicación ecologista de impedir que esas lenguas amenazadas mueran, es

también una reivindicación del derecho por el poder decir.

Nuestra lengua es perseguida. La temen por lo que dice y denuncia. La

temen porque permite ver la historia pasada. La temen porque en el hoy se

rebela. La temen porque anuncia un mañana. Nuestra lengua temen, por eso la

persiguen y matan. 4.3.01

El discurso zapatista discute la validez referencial del tiempo lineal, tiempo que

pasa, que se pierde, del discurso dominante.

¿Cuál es el objetivo, qué logran al discutir esta concepción del tiempo? En el

discurso dominante el paso del tiempo sirve para relativizar derechos,

aspiraciones e incluso deseos. Así, leemos y escuchamos que no puede

negarse el hecho de la globalización, el avance de la tecnología marcaría un

antes y un después, la caída del muro de Berlín marca el comienzo de otro

tiempo, los zapatistas, serían los descendientes de los indígenas. Para el

discurso dominante quien plantee la justicia de gozar de vacaciones pagas,

quien plantee la necesidad de la independencia económica de los Mercados o

del FMI se quedó irremediablemente en el pasado. El tiempo zapatista sirve

para absolutizar derechos, como Democracia, Libertad, Justicia, que no pueden

leerse ni interpretarse como dependientes de una época porque responden a

una ética universal.

Nuestra hipótesis aquí será que los zapatistas logran en la lucha por el poder

decir la palabra indígena la universalización ética del conflicto. Dejan muy en

claro que luchan por reivindicaciones históricas de los indígenas; al mismo

tiempo dejan muy en claro que no se conformarán con algo menos que un

mundo mejor. Desde el punto de vista político, lograr las reivindicaciones que

solicitan permitirá dejar la lucha armada, pero no la lucha. Desde el punto de

vista simbólico, lograr las reivindicaciones que solicitan permitirá (al conjunto de

la humanidad) comenzar a transitar un camino.

Proponemos estudiar los textos del zapatismo, las estrategias empleadas por

los zapatistas en sus textos, para ver como logran no abandonar la

universalidad aunque las reivindicaciones puedan ser específicas. Proponemos

estudiar los motivos del éxito del discurso zapatista; proponemos estudiar por

qué el discurso dominante no puede derrotarlo.

5. Las reivindicaciones

Hemos asumido que los textos zapatistas pertenecen al género discurso

político, aunque aporten muchas novedades. De acuerdo con nuestra propia

definición (Raiter y Menéndez,1986), todo discurso político relata una

pararealidad discursiva con ilusiones de referencialidad a partir de cuya

comprensión los oyentes infieren la necesidad de un cambio en sus conductas,

creencias y/ o actitudes. En este caso se trataría de un relato sobre la situación

de los indígenas mexicanos; en tanto destinatarios del discurso, las creencias

previas que teníamos sobre esa situación cambiarán (eventualmente - si ya las

conociésemos - se reforzarían); nuestras conductas pueden volverse, por

ejemplo, más activas; nuestras actitudes serían positivas para las aspiraciones

de los indígenas y para la misma marcha.

Decimos que la pararealidad tiene ilusiones de referencialidad porque no

estamos en condiciones de concurrir personalmente a comprobarla; la

verosimilitud está dada por el saber que tiene el emisor zapatista sobre la

situación, saber que le da autoridad para enunciar.

Efectivamente, el emisor conoce la situación; en distintas oportunidades nombra

los distintos pueblos indígenas en México, llega a nombrar cuarenta pueblos de

los cincuenta y siete que afirma hay en México, por su nombre y en orden

alfabético, no como un simple listado: para cada uno tiene un pequeño mensaje

que suponemos pertinente. La realidad de los indígenas es realmente terrible,

sólo presentarla constituye una denuncia.

Hermano, hermana zapoteco.

La política económica del poderoso nos obliga a abandonar nuestra tierra

y emigrar a Estados Unidos. Además de dejar atrás a nuestras familias, nuestra

historia, nuestra cultura, nuestra casa, nuestra tierra, nuestras amistades,

nuestro pueblo, debemos enfrentar el racismo armado de la policía fronteriza y

los rancheros fascistas. La muerte nos obliga a dejar nuestra tierra y al irnos

debemos enfrentar la muerte. 4.3.01

Los que deciden quedarse en México tampoco la pasan mejor.

Para los indígenas en México hoy sólo hay dos opciones: o resistir o

"modernizarse". Quienes nos resistimos a la "modernización" vivimos en casas

con piso de tierra, paredes de palos o de lodo, techos de cartón o ramas.

Nuestra mesa está llena de carencias. Quienes se "modernizaron" viven en

casas con piso de tierra, paredes de pedazos de nylon, techos de cartón o

plástica. Sus mesas están llenas de carencias. Nuestras casas tienen como

piso la enfermedad y la pobreza. Los indígenas "modernos" también. Nuestras

paredes son de lodo o plástico y de pobreza. También los de los indígenas

"modernos". Nuestros techos son de paja o de cartón y de pobreza. También

los de los indígenas "modernos". 9.3.01

En las comunidades de Chiapas, la desnutrición infantil llega al 80%, el

72% de los niños no alcanzan a terminar siquiera a terminar el primer año de la

primaria escolar, y en todos los hogares indígenas niños y niñas, desde los 4

años de edad, deben cortar y acarrear leña para comer. Para romper esos

círculos hay que pelear mucho, siempre, incluso desde niño. Hay que luchar

fuerte. A veces hay que hacer una guerra, una guerra contra el olvido. 19.02.01

(Este texto, titulado "Los diablos del Nuevo Siglo" comienza afirmando "Este no

es un texto político").

Como todo discurso político, el zapatista asume reivindicaciones. Es decir,

plantea qué desea, qué espera de sus enemigos, de sus aliados; establece

cuáles son los requisitos o las medidas que espera que el otro tome; aclara

cuándo verá satisfechas sus demandas.

Sin embargo, el discurso político zapatista, rompe el esquema. En efecto, las

demandas zapatistas no pueden ser satisfechas ni contestadas por el discurso

dominante; sencillamente establecen una ruptura con cada afirmación porque

se constituyen en el eje del debate, no aceptan los valores hegemónicos,

impuestos por la ideología capitalista tardía (o neoliberal, o globalizadora, como

prefiere autodenominarse). En esta ocasión, como dijimos, las tres demandas

básicas - que realmente pueden lograrse - son para abandonar la lucha

armada, pero - lo dejan muy claro - jamás para abandonar la lucha. Es que

sencillamente no pueden abandonar la lucha porque el poder contra el que

luchan no puede atender sus demandas. Veamos por qué.

Una de las reivindicaciones tradicionales de los indígenas - en realidad de casi

todos los pueblos oprimidos por un Estado que no los reconoce como

nacionalidad - es el derecho a conservar su lengua. Desde los países

capitalistas desarrollados varias ONG "políticamente correctas" han tomado

esta reivindicación y - así como hay ecologistas preocupados por los pingüinos,

las ballenas o las lagartijas - tratan de defender las lenguas amenazadas por

otras, que son dominantes. Dice Marcos en Nurio:

Hermano, hermana Purépecha

Nuestra lengua es perseguida. La temen por lo que dice y denuncia. La

temen porque permite ver la historia pasada. La temen porque en el hoy se

rebela. La temen porque anuncia un mañana. Nuestra lengua temen, por eso la

persiguen y matan. 4.3.01

En esta verosímil pararealidad, el énfasis no está puesto en la situación de

persecución sino en la de temor. Dos veces aparece el verbo perseguir,

mientras que cinco veces aparece el verbo temer.

¿Qué es lo perseguido?: La Lengua.

¿Qué es lo temido?: a) lo que se dice y denuncia en lengua indígena; b) la

historia pasada; c) la rebeldía actual; d) el futuro.

¿Quiénes son los experimentantes de temer?: El sistema.

Está claro que el Congreso o el Ejecutivo Mexicano podrían negociar, e incluso

prometer, no perseguir las lenguas indígenas - de hecho, ese es uno de los

derechos constitucionales pedidos - pero no pueden negociar ni prometer no

tenerles temor.

Vemos que en la presentación discursiva del problema lingüístico la actitud

zapatista está muy alejada de defender sólo lo minoritario o lo autóctono. No

puede resolverse esta demanda zapatista con solamente con un programa

especial de educación bilingüe patrocinado por la UNESCO y el Parlamento

Europeo. Se defiende el derecho de decir, el de denunciar, el de afirmar la

verdad histórica, el de rebelarse y el de anunciar un futuro. Como puede verse,

el de la lengua podría ser un problema exclusivamente indígena, los otros son

universales.

Veamos otro ejemplo de este problema. Dice Marcos en Milpa Alta, DF.:

Para ellos, nuestras historias son mitos, nuestras doctrinas son leyendas,

nuestra ciencia es magia, nuestras creencias son supersticiones, nuestro arte

es artesanía, nuestros juegos, danzas y vestidos son folklore, nuestro gobierno

es anarquía, nuestra lengua es dialecto, nuestro amor es pecado y bajeza,

nuestro andar es arrastrarse, nuestro tamaño es pequeño, nuestro físico es feo,

nuestro modo es incomprensible. 9.3.01

Aquí la pararealidad es que a "ellos" (luego veremos cómo se los personaliza

deshumanizados) los indígenas les parecen pequeños y feos, es decir, que a

"ellos" no les gustan los indígenas, ni sus historias, salvo que las entienda como

mitos, ni su ciencia, salvo que la entiendan como magia, etcétera. ¿Quién

puede prometer una solución para esta denuncia? Evidentemente, sólo en un

mundo mejor, en el futuro, la humanidad.

Evidentemente, Fox, el Congreso Mexicano, el FMI, el Pentágono o el

Parlamento Europeo se verían en figurillas para cumplir con la reivindicación de

la dignidad indígena:

La dignidad indígena no es dominar al otro que no es indígena,

someterlo, destruirlo, humillarlo, ignorarlo, olvidarlo. La dignidad indígena es un

puente que necesita de otro lado al cual tenderse, otro para mirarlo y ser

mirados. [...] La marcha de la dignidad indígena no puede ser sólo de indígenas.

La marcha por la dignidad indígena tiene que ser la marcha de los indígenas y

de los no indígenas. Sólo así podremos construir la casa, que así llamaban

antes al mundo, donde quepamos los todos que somos iguales porque somos

distintos. 27.2.01

Es decir, si demandaran falta de trabajo, algún funcionario inteligente les podría

ofrecer planes Trabajar o Jefas y Jefes de Hogar Desocupados, o explicarles

que el desempleo es un fenómeno mundial. Si demandaran viviendas, les

podrían informar que carecen de recursos. Si sólo demandaran mejor

educación les podrían proponer conformar una comisión. Creemos que logran

la universalidad precisamente porque las reivindicaciones, lejos de ser

específicas, son universales, éticas y por lo tanto incumplibles en el marco

ideológico político dominante. Este es un punto interesante para estudiar.

Tradicionalmente, las la izquierda planteaba como género textual, que las

consignas - expresión lingüística de las reivindicaciones políticas - debían partir

de las reivindicaciones mínimas, más inmediatas y concretas para llegar a las

más generales; universales; aquí el proceso parece invertido.

6. Nosotros y los otros, los colores

En el circuito básico de la comunicación, un yo - una primera persona - le habla

a un vos - la segunda persona acerca de un él - la tercera persona - que puede

ser persona u objeto del mundo, exterior a la relación yo - vos. En el nivel del

discurso las cosas son un poco más complicadas, pero la relación básica se

mantiene: uno no puede ser otra cosa que primera, segunda o tercera persona.

Son un poco más complicados estos lugares en el discurso porque la primera

persona, el que habla, puede constituirse en el mismo discurso de un modo

distinto, puede hacerse cargo de sus dichos, por ejemplo, o puede adjudicar la

responsabilidad de los dichos a otros. En efecto, si yo enuncio:

Cavallo anunció un descuento del 13% las jubilaciones,

la responsabilidad del anuncio del descuento en las jubilaciones corre por

cuenta de Cavallo, no es mi responsabilidad, porque, en este caso, afirmo lo

que otro ya había afirmado.

Si durante un acto Marta Maffei anuncia

Los docentes le comunicamos al gobierno que pararemos la próxima

semana,

si bien es ella quien habla, lo hace en nombre de todos los docentes. En estos

casos diferenciamos la primera persona que habla - la llamamos locutor - de la

primera persona que se hace cargo de lo que se dice - la llamamos enunciador.

En nuestros ejemplos, los locutores somos Marta Maffei y yo, pero los

enunciadores son Cavallo y el conjunto de los docentes. Lo interesante es que

el locutor es una persona real o institucional verificable empíricamente, mientras

que el enunciador es un lugar simbólico, construido en el discurso. En los textos

mexicanos que estamos analizando, podemos comprobar que los locutores

reales son el subcomandante Marcos, el comandante Tacho o el comandante

David, pero los enunciadores que aparecen, los responsables de lo que se dice,

son el CCRI del EZLN, los zapatistas, los indígenas en México, todos los

oprimidos del mundo. En solo dos textos aparece Marcos como locutor y

enunciador al mismo tiempo: en el relato "Los diablos del nuevo siglo", del 19

de Febrero, y en el discurso del 1 de Marzo en Querétaro, cuando bromea

acerca de las amenazas recibidas.

Con la segunda persona, aquél a quien se le habla, haremos la misma

distinción. En es discurso el enunciador, así como construye su imagen

simbólicamente, también construye a su destinatario, que no es necesariamente

quien le escucha sino a quien quiere destinar lo que dice. En el ejemplo que

vimos de Marta Maffei, que repetimos:

Los docentes le comunicamos al gobierno que pararemos la próxima

semana,

el destinatario es el gobierno, no todos quienes la escuchan - seguramente

docentes y alumnos que ya saben de la convocatoria al paro - quienes quedan

incluidos junto con el enunciador colectivo advirtiendo al gobierno sobre el paro.

El "problema" comunicativo - y político, en este caso - es que al constituir en el

discurso al enunciador y al destinatario del discurso, quedan del lado del tercero

discursivo todos los que no pueden identificarse con las imágenes del

enunciador o del / de los destinatarios. Así, cuando algún "dirigente" nacional

afirma por televisión que:

Los políticos tenemos que trabajar para resolver los problemas de la

gente,

está claro que quienes lo oyen pueden ser sus oyentes, pero no sus

destinatarios, ya que la gente está tratada como tercera persona, es aquello de

lo que se habla, junto con los problemas; la gente queda simbólicamente

constituida en el discurso como algo diferente de los políticos - el enunciador - y

probablemente del periodista, quien queda constituido como destinatario. Si

escuchamos que los argentinos estamos con nuestra selección, es que

descontamos que los no - argentinos no lo están. Si afirmamos que

continuaremos con nuestra lucha caiga quien caiga, corremos el peligro que

algunos sectores que no se identifiquen con el nosotros se identifiquen con

aquél que puede caer.

Basta de ejemplos, volvamos a lo nuestro, que no es otra cosa que el análisis

de las estrategias empleadas por los zapatistas. Lo que quisimos destacar con

esta explicación teórica es que uno de los peligros que tiene constituirse como

indígenas es convertir a todos quienes no lo son, a todos quienes no se sienten

indígenas - blancos y mestizos - en adversarios del enunciador. Este era uno de

los peligros que presumíamos podían aparecer - y que mencionamos al

principio. ¿Cómo evitar la constitución de un destinatario o de un tercero

discursivo que hiciera perder universalidad al llamado zapatista? Después de

todo lo anunciado era una marcha por la Cultura y los Derechos Indígenas,

diferente de la cultura blanca, mestiza, occidental y cristiana. Una vez más el

EZLN nos brinda una lección, logra universalidad hablando de colores. En

efecto indígena - como blanco y como negro, en este contexto - pueden ser

entendido como razas; para los zapatistas es un problema de colores, y

actitudes. ¿Qué color tienen los indígenas? El de la tierra.

Toma ya nuestro rostro, de la tierra toma el color y la palabra.3.3.01

Vamos a hablar con el que hace leyes para que vea que es tiempo que la

tierra que México vive no tiene lugar para quien el color de la tierra anda. 3.3.01

Náhuatl. Aquí el orgullo de sernos el color que somos del color de la

tierra.11.3.01

Hoy la marcha de la dignidad indígena, la marcha del color de la tierra,

hace temblar al dinero quien, histérico, intenta borrarlo como si fuera posible

borrar los cimientos y todavía disfrutar de la terraza del lujo y del confort.

10.3.01

¿Es el silencio la palabra ya dicha o la palabra por decir en el color de la

tierra que somos? 5.3.01

Un temblor que, en esta ocasión, tiene el color de la tierra. 7.3.01

Así que si alguien se pregunta qué es lo que quiere esta marcha de la

dignidad indígena, la marcha del color de la tierra, aquí está la respuesta.

26.2.01

Ahora bien. ¿Cuál es el otro, el que no tiene el color de la tierra? En el discurso

zapatista, el otro, ése al cual se opone, no es el de todo el que no tiene el color

de la tierra, ni el negro, blanco o amarillo. Se trata de oponerse sólo al que tiene

y queda personalizado como una cosa: el color del dinero:

Para matarnos financian, organizan, arman y entrenan grupos

paramilitares. Y luego presentan sus matanzas como si fuera un pleito entre

campesinos. Como "conflictos intercomunitarios", como si la mano que mata

fuera morena y no como de por sí es, es decir, del color del dinero. 4.3.01

Si el dinero fuera inteligente no sería dinero. Por eso, quien mucho lo

tiene y atesora, viste su color y adquiere su idiota cortedad de miras y su

soberbia ignorancia. 10.3.01

Es hora de que este país deje de ser una vergüenza vestida sólo del

color del dinero. 11.3.01

¡Somos el color de la tierra! Sin nosotros el dinero no existe y bien

podemos ser sin el color del dinero. No se preocupen. Nosotros no venimos a

explotar a nadie, así que no les haremos competencia. 10.3.01

Los zapatistas luchan solamente contra el color del dinero, no contra otros

colores, aunque no sean iguales al propio. Todos están llamados a luchar

contra el dinero. Los colores se distribuyen en el discurso zapatista de este

modo:

Enunciador: el color de la tierra

Destinatario: todos los colores

Tercero discursivo: el color del dinero

Es hora de que los pueblos indios, del color de la tierra, de todos los

colores que abajo somos y que colores somos a pesar del color del dinero.

11.3.01

Pero no sólo. Otras voces buscamos de quien otros es y con nosotros

lucha y anda. Palabra que tiene todos los colores que en el mundo se hablan.

3.3.01

7. Para terminar

Hay mucho más para decir del discurso zapatista. Sólo hemos mencionado tres

estrategias: el uso no lineal del tiempo, la invocación de reivindicaciones no

inmediatas y la oposición indígenas (color de la tierra) vs. el sistema (color del

dinero). Sin embargo, si pretendiésemos dar cuenta de todo lo que los textos

zapatistas tienen de novedoso, de interesante, de muestra de lo que puede

hacerse simbólicamente en la lucha por el poder decir, corremos el riesgo de

pretender asumir un protagonismo que en realidad sólo le corresponde a los

zapatistas: son ellos los que deben ser leídos. A pesar de esta prevención, para

terminar, queremos recordar que los zapatistas citan en sus discursos políticos

a autores "cultos" como Borges, Cervantes, Dante y a Coleridge, no citan

solamente sus mitos o su pasado. ¿Qué emisor de discursos populares se

hubiera animado a inventar un personaje como Durito? ¿A llamar a los sentidos

para comprender la realidad? ¿A proponer reivindicaciones utópicas? ¿A

afirmar que recibe órdenes del pasado mítico? ¿A escribir cuentos? Todo esto

sin dejar de denunciar el discurso de la derecha, el de los "arrepentidos", a la

mercadotecnia como forma de hacer política, a reírse de Fox por ser ex

empleado de una "afamada marca de gaseosas". El discurso zapatista no niega

la formalidad de los comunicados, no niega la definición política, no niega la

lucha reivindicativa, no niega los llamamientos, pero no se limita a esto, no se

limita a nada, porque no se conforma con algo menos que un mundo mejor.

i Los trabajos publicados pueden consultarse en Raiter, A. y Muñoz, I. (1996) “El discurso Zapatista: ¿Un nuevo discurso o un discurso emergente? en Perisferias, año 1, num.1, Buenos Aires Raiter, A. y Muñoz, I. (1996) “El discurso Zapatista, ¿un discurso posmoderno? en Discurso. Teoría y Análisis. Número 20. Nueva época, primavera de 1996. UNAM, Unidad Académica de los ciclos profesional y de posgrado; Colegio de Ciencias Humanas. Raiter, A. y otros (1999) Discurso y Ciencia Social. EUDEBA, Buenos Aires Muñoz, I. y Raiter, A. (2000) "Cuando se lucha por el poder decir: a propósito del discurso zapatista" en Caderno C.R.H. 32. Identidades. Alteridades., Latinidades. Salvador. pp. 131-148. ISSN 0103-4979 Raiter, A. (1996) “Posibilidades y Límites del Discurso Político. El caso EZLN” en Dialéctica, núm. 5. Buenos Aires 8. Bibliografía Habermas, J. (1981) Teoría de la Acción Comunicativa Taurus, Madrid, 1987 Giménez Montiel,G. (1983) "La controversia ideológica en torno al VI informede Hosé López Portillo. Ensayo sobre el análisis argumentativo" en Discurso. Cuadernos de Teoría y Análisis, 1. UNAm. México DF Lakoff, G. y Johnson, M. (1980) Metáforas de la vida cotidiana. Cátedra, Madrid, 1991 Raiter, A. (1987) "Diálogo discursivo e iniciativa discursiva" en Cuadernos del Instituto de Lingüística II. Facultad de Filosofía y Letras. UBA, Buenos Aires Raiter, A.(1999) Discurso y política. Ediciones Biblos. Buenos Aires. Raiter, A. y Menéndez, S.M. (1986) "El desplazamiento de un signo ideológico (Análisis lingüístico del discurso político)" en Filología XXI,2, Buenos Aires