“Ur, ciudad de los caldeos. Sir Leonard Woolley en la Residencia de Estudiantes", en E. De Diego...

60
C. LEONA WOOLLEY LA CIUDA

Transcript of “Ur, ciudad de los caldeos. Sir Leonard Woolley en la Residencia de Estudiantes", en E. De Diego...

C. LEONAWOOLLEYLA CIUDA

08 A WOOLLEY OK 29/11/10 15:23 Página 516

creo

ARD YAD DE UR

08 A WOOLLEY OK 29/11/10 15:23 Página 517

creo

08 A WOOLLEY OK 29/11/10 15:23 Página 518

El arqueólogo británico Charles Leonard Woolley(1880-1960) dirigió la expedición que, impulsadapor la Universidad de Pensilvania en colaboracióncon el British Museum de Londres, descubrió en1927 la bíblica ciudad de Ur en Mesopotamia,actual Irak. El hallazgo del cementerio real, data-do hacia el año 2700 a.C., se considera una de lasprincipales revelaciones arqueológicas del siglo XX.La minuciosidad con que se llevó a cabo el alum-bramiento de los restos y su posterior estudio per-mitió a los historiadores reconstruir la sociedadcortesana sumeria desde sus inicios en el IV mile-nio a.C. hasta su época final en el siglo IV a.C.

La labor de Woolley como director técnico de laexcavación le valió un gran prestigio en el mundocientífico internacional, avalado por sus novedo-sas interpretaciones de los datos obtenidos. En1927 comenzó a publicar sus informes en variosvolúmenes, que constituyen todavía hoy un mate-rial básico para el estudio de la antigua Mesopo-tamia. Este yacimiento arqueológico fue cerradodespués de que Woolley concluyera sus trabajosen Tell al-Muqayyar en 1934, por las dificultadesde financiación de los patrocinadores y la ausen-cia de nuevos descubrimientos relevantes. No havuelto a abrirse desde entonces.

Bajo los auspicios del Comité Hispano-Inglés, el19 de junio de 1929 Woolley impartió la conferen-cia La vieja ciudad de Ur en la Residencia de Estu-diantes, donde habló de las excavaciones realiza-das en esta ciudad, una de las poblaciones másimportantes debido al relevante papel político ycomercial que le proporcionaba su estratégica ubi-cación geográfica, en la unión del Tigris y el Éufra-tes. Apoyándose con ilustraciones, Woolley reco-rrió la historia de la ciudad desde los tiempos deNabucodonosor, destacando aspectos de su arqui-tectura y detallando los hallazgos realizados en suscampañas. La conferencia fue objeto de un nota-ble seguimiento por parte de la prensa de la época.C. Leonard Woolley desenterrando una pieza, 1930-1931.

Cortesía del Patronato del British Museum

08 A WOOLLEY OK 29/11/10 15:24 Página 519

Katherine y C. Leonard Woolley (al fondo de la imagen) con dos ayudantes desenterrando las dos liras encontradas en la tumba de la reina Pu-abum, en el cementerio real de Ur, actual Tell al-Muqayyar, Irak, 1927. Cortesía del Patronato del British Museum

08 A WOOLLEY OK 29/11/10 15:24 Página 520

Durante largos siglos, la antigua Mesopotamia permaneció oculta alos ojos del mundo occidental. Sólo a través de los autores clásicos yde los textos del Antiguo Testamento se conservaron retazos de algu-nos de los pueblos que la habitaron. Otros, como los sumerios, que-daron fuera de nuestra memoria hasta que las excavaciones arqueo-lógicas emprendidas a partir del siglo XIX los devolvieron a la Historia.Las primeras expediciones a Mesopotamia, de hecho, tuvieron enbuena medida un condicionante religioso, hasta el punto de que algu-nas de ellas se propusieron como uno de sus objetivos demostrar quelo relatado en los textos bíblicos pertenecía al terreno de lo históri-co. Algunos de los primeros descubrimientos arqueológicos y epigrá-

LA CIUDAD DE UR 521

MANUEL MOLINA

UR, CIUDAD DE LOS CALDEOS.

SIR LEONARD WOOLLEYEN LA RESIDENCIADE ESTUDIANTES

08 A WOOLLEY OK 27/11/10 13:49 Página 521

ficos abonaron, desde luego, ese empeño. Así, por ejemplo, ya desdeel siglo XII diversos viajeros buscaron con ahínco la «Torre de Babel»y creyeron localizarla en las ruinas de Birs Nimrud (Borsippa) o en‘Aqar Quf (Dur Kurigalzu), hasta que finalmente Robert Koldewey yWalter Andrae, desde principios del siglo XX, excavaron con méto-dos ya propiamente arqueológicos las ruinas de Babilonia, incluidoslos restos de la «Torre de Babel». Nínive, otra de las grandes ciuda-des de Mesopotamia descritas en la Biblia, fue excavada desde 1846

por Austen Henry Layard y por Hormuzd Rassam. Fue precisamen-te en esta ciudad donde se descubrió la Biblioteca de Assurbanipal,en la que George Smith identificó la versión babilónica del relato delDiluvio, que tanto conmocionó a la sociedad victoriana del momen-to. En este contexto de redescubrimiento de la historia del PróximoOriente antiguo, con sus abundantes conexiones bíblicas, coinciden-tes en el tiempo con los asombrosos hallazgos realizados en Egipto,es en el que hay que situar los comienzos de las excavaciones en Ury los trabajos arqueológicos del propio Charles Leonard Woolley.

EXCAVACIONES EN URLa ciudad de Ur (Tell al-Muqayyar) se encuentra al sur de Irak, juntoal antiguo curso del Éufrates, río que hoy día discurre varios kiló-metros más al este del yacimiento. Las primeras excavaciones sobreel lugar, realizadas en 1853-1854, fueron responsabilidad de J. E.Taylor, vicecónsul británico en Basora. Unas inscripciones sobrecilindros de arcilla encontrados por Taylor que conmemoraban lareconstrucción del zigurat, obra de Nabonido, permitieron a H. C.Rawlinson identificar por vez primera la ciudad con la «Ur de loscaldeos», mencionada en la Biblia1 como la patria de Abraham. Lasexcavaciones de Taylor duraron poco tiempo y nadie las reempren-

1 Génesis, cap. 11, vers. 28-31.

522 C. LEONARD WOOLLEY

08 A WOOLLEY OK 27/11/10 13:49 Página 522

dió hasta 1918, año en el que R. Campbell Thompson y H. R. Hallexcavaron en la ciudad durante unas breves semanas.

La verdadera excavación de Ur no comenzó hasta pocos años mástarde, merced a un acuerdo de colaboración entre el University ofPennsylvania Museum de Filadelfia y el British Museum de Londres.Ambas instituciones estuvieron de acuerdo en confiar su dirección aCharles Leonard Woolley (1880-1960), quien gozaba ya de una nota-ble experiencia como arqueólogo. Su carrera profesional había comen-zado en el Ashmolean Museum de Oxford, a las órdenes de ArthurEvans, célebre excavador de la antigua Cnosos (Creta), pero su pres-tigio se había afianzado gracias a sus trabajos en Nubia (de 1907 a1912) y, más tarde, en la antigua ciudad hitita de Karkemisv (actual-mente Jerablús, Siria), donde estuvo al mando de un equipo del quetambién formaba parte Thomas Edward Lawrence, más conocidocomo «Lawrence de Arabia». Durante la Primera Guerra Mundial,Woolley sirvió como oficial de la inteligencia británica en el Próxi-mo Oriente y pasó por las prisiones turcas entre 1916 y 1918. Fina-lizada la guerra, sus actividades arqueológicas continuaron en Kar-kemisv y después en la ciudad egipcia de Amarna, entre 1921 y 1922,año este último en el que fue llamado a dirigir las excavaciones dela ciudad de Ur.

El permiso de excavación otorgado a Woolley contemplaba la divi-sión de lo encontrado entre Irak y las instituciones promotoras de laexpedición, lo que explica la actual distribución del material arqueo-lógico y epigráfico de Ur entre el Museo de Bagdad, el University ofPennsylvania Museum y el British Museum.

En noviembre de 1922 dieron comienzo las excavaciones. Las cua-tro primeras campañas estuvieron centradas en la determinación dela secuencia estratigráfica del yacimiento y en la excavación de loque Woolley denominó el temenos de Ur, la zona en la que se con-centraban los edificios más importantes de la ciudad. A partir de la

LA CIUDAD DE UR 523

08 A WOOLLEY OK 27/11/10 13:49 Página 523

quinta campaña (1926-1927), sin embargo, Woolley decidió volversobre un área situada al sudeste de la muralla de Nabucodonosor,en la que, durante los sondeos del primer año, se habían encontra-do algunos enterramientos. En sólo tres meses excavó nada menosque 600 tumbas, algunas con ricos ajuares, lo que obviamente con-dicionó la orientación de los trabajos durante las campañas sexta(1927-1928), séptima (1928-1929) y octava (1929-1930). En conjun-to, incluyendo las tumbas excavadas en 1933-1934, se terminaron porsacar a la luz más de 2.100 enterramientos, si bien Woolley estimóque la necrópolis original, parcialmente destruida y saqueada, pro-bablemente duplicaba o triplicaba ese número.2

Algunos de los enterramientos excavados hasta 1929, denominadospor Woolley «tumbas reales», llamaron inmediatamente la atención delgran público. Se trataba de 16 tumbas que se distinguían de las demásen que la inhumación no se había realizado dentro de un simple ataúdo en una estera, sino que constaban de una cámara funeraria de pie-dra o ladrillo y de una estancia que albergaba los restos de entre 6 y 70

u 80 personas. La más importante de ellas, según la reconstrucción deWoolley, se hallaba en la cámara funeraria junto con un pequeño núme-ro de acompañantes; el resto de los cuerpos se situaban en una fosacontigua, quizás a cielo abierto, claramente dispuestos de forma ritualtras una ceremonia que el arqueólogo describió del modo siguiente:

Imaginemos la cámara funeraria ya ocupada y su puerta sellada, mien-

tras que la fosa permanecía abierta, cubiertos su suelo y sus paredes

de esteras, aún vacía. Entonces, una procesión de gente bajó por la

rampa de acceso, miembros de la corte, soldados, servidores, las muje-

res engalanadas con sus vestidos de brillantes colores y sus tocados

de lapislázuli, plata y oro, y con ellas músicos llevando arpas o liras,

2 Leonard Woolley y otros, Ur Excavations. Vol. II: The Royal Cemetery, Londres, The British MuseumPress, 1934, pág. 16.

524 C. LEONARD WOOLLEY

08 A WOOLLEY OK 27/11/10 13:49 Página 524

címbalos y sistros. Se situaron todos al fondo de la estancia, mientras

que otros criados introducían carros tirados por bueyes y asnos, guián-

dolos hacia atrás por la rampa, para después quedarse también ellos

en la fosa. Cada hombre y cada mujer llevaba una pequeña copa de

arcilla, piedra o metal, el único objeto necesario para el ritual que

había de seguir. Mientras que algún tipo de ceremonia tenía lugar,

pues resulta evidente que los músicos estuvieron tocando hasta el final,

todos bebieron de su copa [...] y se colocaron para recibir a la muer-

te. A continuación, alguien bajó y sacrificó a los animales, quizás dis-

puso adecuadamente los cuerpos drogados, y a continuación se echó

tierra desde arriba hasta rellenar la fosa.3

Los hallazgos de Woolley tuvieron una amplia cobertura mediática enel Reino Unido y en otros países, siendo incluso comparados con eldescubrimiento de la tumba de Tutankhamon realizado por HowardCarter en 1923. A ello contribuyeron tanto la espectacularidad de lastumbas de Ur, como la propia capacidad de Leonard Woolley pararecrear el ambiente y los escenarios de los lugares que excavaba. Enla campaña de 1928-1929, además, hizo un descubrimiento que agitóaún más las conciencias de sus contemporáneos: en un sondeo efec-tuado bajo los niveles de las tumbas encontró un potente estrato desedimento arcilloso que se superponía al nivel del periodo de Ubaid.Inmediatamente, Woolley asoció ese estrato con una fuerte inunda-ción provocada por un diluvio que pensó podría ser el relatado en laBiblia.

LEONARD WOOLLEY EN LA RESIDENCIA DE ESTUDIANTESPocos meses después de estos descubrimientos, invitado por el Comi-té Hispano-Inglés, Woolley se trasladó a Madrid para impartir una con-ferencia en la Residencia de Estudiantes. El acto, que tuvo lugar el

3 Ibídem, pág. 35.

LA CIUDAD DE UR 525

08 A WOOLLEY OK 27/11/10 13:49 Página 525

19 de junio de 1929, halló una amplia repercusión en la prensa escri-ta. Algunos periódicos, como el ABC, hicieron un seguimiento com-pleto de la organización y de la celebración de la conferencia (7 dediciembre de 1928; 15, 19 y 20 de junio de 1929; Blanco y Negro, 7de julio de 1929); otros, como El Imparcial (20 de junio de 1929), pro-porcionaron elaborados artículos relacionados con el contenido de laexposición de Woolley; y otros, como La Época (21 de junio de 1929),informaron no sólo sobre la propia conferencia, sino también sobre losactos sociales en el palacio de Liria que se celebraron al día siguien-te y durante los cuales, al parecer, Leonard Woolley se detuvo en ladescripción de las conexiones bíblicas de los hallazgos en Ur. La cober-tura informativa llegó, por tanto, a prácticamente toda la prensa escri-ta de Madrid: además de los ya citados, otros periódicos como La Liber-tad, El Sol, Heraldo de Madrid, El Debate, El Siglo Futuro y La Vozdedicaron un espacio al acontecimiento.

El acto fue introducido por el duque de Alba, presidente del Comi-té Hispano-Inglés, quien, tras hacer el necesario elogio del confe-renciante y presentar de forma sucinta los descubrimientos de Leo-nard Woolley, concluyó con un lúcido llamamiento al impulso de laactividad arqueológica en España:

Sólo me resta dar a Mr. Woolley las gracias por haber aceptado lainvitación del Comité Hispano-Inglés, saludar a su esposa y cola-boradora, aquí presente, y hacer votos por que el ejemplo de estosincitantes descubrimientos animen a nuestros historiadores y arqueó-logos a buscar los datos vivos que esperan bajo nuestro propio sueloa que les pidamos noticias inéditas de la historia de nuestra Patria.4

526 C. LEONARD WOOLLEY

4 Fragmento del borrador del discurso del duque de Alba, reproducido por García Rueda Muñoz de SanPedro, «El arqueólogo C. Leonard Woolley en la Residencia de Estudiantes», Boletín de la InstituciónLibre de Enseñanza, núm. 20, septiembre de 1994, pág. 77.

08 A WOOLLEY OK 27/11/10 13:49 Página 526

Evidenciando el recurso a la misma fuente de información (muy pro-bablemente un resumen enviado por el propio Woolley a comienzosdel mes de junio),5 todos los periódicos señalaron que la conferen-cia impartida en la Residencia de Estudiantes comenzó con una des-cripción general de los edificios de la época de Nabucodonosor, delas casas de la «época de Abraham» (sin duda en referencia a lasviviendas del periodo paleobabilónico excavadas en las áreas EM yAH) y del zigurat, para centrarse después, con el apoyo de abundan-tes imágenes, en una exposición más detallada de las tumbas reales yde los objetos encontrados en ellas. Tres años más tarde, un artículopublicado en la revista Residencia6 abordó también la conferenciaimpartida por Leonard Woolley. Sin embargo, y a pesar de lo escritoen su encabezamiento, el artículo presentó sólo una breve reseña desu contenido, idéntica a la ya proporcionada por los periódicos delmomento, y describió de forma prolija los hallazgos realizados duran-te la campaña 1931-1932, posiblemente a partir de informacionessuministradas por el propio Leonard Woolley (hay párrafos enterosque se corresponden con lo publicado ese mismo año por Woolleyen The Antiquaries Journal).7

Poco después de que este artículo viera la luz, en febrero de 1934,Woolley concluyó sus trabajos en Tell al-Muqayyar. Las dificultadesde financiación esgrimidas por los patrocinadores, la ausencia denuevos descubrimientos espectaculares, así como la exigencia deque Woolley se concentrara en la publicación de los resultados (que,por cierto, cumplió posteriormente con creces), terminaron con unaexcavación que no ha vuelto a reanudarse y que, sin duda, tiene aúnmucho que ofrecer.

5 Véase dicho resumen en ibídem, cit., pág. 74.6 «La vieja ciudad de Ur», Residencia, vol. III, núm. 5, Madrid, 1932, págs. 121-131. 7 Leonard Woolley, «Excavations at Ur, 1931-2», The Antiquaries Journal, núm. 12, Londres, 1932, págs. 355-392.

LA CIUDAD DE UR 527

08 A WOOLLEY OK 27/11/10 13:49 Página 527

LAS TUMBAS REALES DE URDesde entonces, los restos arqueológicos de la ciudad de Ur han sidoobjeto de numerosos estudios y centro de intensos debates científi-cos, particularmente en lo concerniente a sus misteriosas tumbasreales y al conjunto de la necrópolis, a la que pertenecen algunos delos objetos de la exposición Viajeros por el conocimiento. Las cues-tiones fundamentales que ha abordado la investigación moderna hansido: a) datación de las tumbas; b) estructura de los enterramientos;c) identificación de sus ocupantes; d) contexto socio-cultural.

La necrópolis de Ur se ubicó en una antigua zona de vertedero,conocida como the seal-impression strata, pues en ella se encontra-ron unos famosos sellos de arcilla del periodo de Jemdet Nasr (hacia3100-2900 a.C.) con los nombres de algunas ciudades sumerias. Ade-más de que no era éste un terreno llano, el cementerio se utilizó apro-ximadamente entre 2600 y 2100 a.C., un largo periodo de tiempo en elque la excavación de nuevas tumbas interfirió en las más antiguas, yfue también saqueado en numerosas ocasiones. Los trabajos arqueoló-gicos resultaron, por esta razón, extremadamente complicados, y algu-nas de las conclusiones de Woolley sobre la datación relativa de lastumbas han tenido que ser revisadas en investigaciones posteriores.8

En cuanto a la estructura y a los ocupantes de los enterramientos,Woolley interpretó que en 16 de ellos se inhumaron los cuerpos demiembros de la realeza. Además el arqueólogo observó indicios cla-ros de muertes rituales sufridas por un cierto número de individuosrelacionados con el personaje principal en siete de dichos enterra-mientos. Sin embargo, la cámara funeraria de ese importante perso-naje, supuestamente asociada a la fosa donde se hallaba su séquito,no fue encontrada en cinco casos (PG 337, 580, 1232, 1237 y 1332), yen otros su relación no estaba del todo clara. Se ha llegado incluso a

8 Véanse H. J. Nissen, Zur Datierung des Königsfriedhofes von Ur, Bonn, Habelt, 1966; y Susan Pollock,«Chronology of the Royal Cemetery of Ur», Iraq, núm. 47, Londres, 1985, págs. 129-158.

528 C. LEONARD WOOLLEY

08 A WOOLLEY OK 27/11/10 13:49 Página 528

poner en entredicho que los cuerpos de las fosas asociadas a las cáma-ras funerarias perteneciesen a la comitiva que acompañó a la muerteal personaje principal,9 si bien los testimonios arqueológicos no per-miten albergar muchas dudas al respecto. Por otra parte, la divisiónhecha por Woolley entre «tumbas privadas» y «tumbas reales» nosiempre resultó acertada: por ejemplo, la cámara funeraria de Mes-kalam-dug (PG 755), descrita por Woolley como «tumba privada», con-tenía una cantidad tal de riquezas que necesariamente hacía pensaren una persona de muy alto rango.10

La identificación de los ocupantes de las tumbas reales ha sidotambién objeto de gran controversia.11 La guía fundamental paradeterminar su identidad han sido las inscripciones encontradas enel interior de las tumbas, aunque los sellos sobre los que se hicie-ron dichas inscripciones no siempre se encontraron en un contextoestratigráficamente claro. Según Marchesi,12 sólo pueden identificar-se con seguridad como reyes o reinas a dos de los ocupantes de lastumbas reales: se trataría de las reinas Pu--abum (también conocidaen la literatura asiriológica como Shubad o Pu–-abl–), de la tumba PG

800, y A-s^usikil-An, de la tumba 1050; la tumba de Mes-kalam-dug(PG 755), por otra parte, albergaría no al conocido rey sumerio, padrede Mes-ane-pada y de A-kalam-dug, sino a su nieto homónimo y qui-zás príncipe heredero.

9 Véanse Petr Charvát, Mesopotamia Before History, Londres, Routledge, 2002, págs. 225-226; y Die-trich Sürenhagen, «Death in Mesopotamia: The “Royal Tombs” of Ur Revisited», en L. Al-Gailani Werr,J. E. Curtis, H. P. Martin, A. McMahon, D. Oates y J. Reade (eds.), Of Pots and Plans: Papers on theArchaeology and History of Mesopotamia and Syria Presented to David Oates in Honour of His 75th Birth-day, Londres, Nabu Publications, 2002, págs. 324-338.10 Véase P. R. S. Moorey, «What do we know about the people buried in the Royal Cemetery?», Expe-dition, núm. 20, Filadelfia, 1977, págs. 24-40.11Véanse P. R. S. Moorey, «What do we know about the people buried in the Royal Cemetery?», cit;Susan Pollock, «Of Priestesses, Princes, and Poor Relations: The Dead in the Royal Cemetery of Ur»,Cambridge Archaeological Journal, núm. 1, Cambridge, 1991, págs. 171-189; Julian Reade, «AssyrianKing-Lists, the Royal Tombs of Ur, and Indus Origins», Journal of Near Eastern Studies, núm. 60, Chi-cago, 2000, págs. 1-29; y Gianni Marchesi, «Who Was Buried in the Royal Tombs of Ur? The Epigra-phic and Textual Data», Orientalia. Nova Series, núm. 73, Roma, 2004, págs. 153-197.12 Gianni Marchesi, «Who Was Buried in the Royal Tombs of Ur? The Epigraphic and Textual Data», cit.

LA CIUDAD DE UR 529

08 A WOOLLEY OK 27/11/10 13:49 Página 529

Dos de las tumbas en las que se encontraron los objetos presenta-dos en la exposición Viajeros por el conocimiento constituyen unabuena muestra del interés de los hallazgos y de las dificultades a lasque se enfrentan arqueólogos y epigrafistas para su interpretación.La tumba PG 580, en la que se encontraron los collares exhibidos enesta exposición (B. 16804), fue considerada por Woolley como una delas tumbas reales por la riqueza de los objetos que conservaba, asícomo por los cráneos de bueyes que aparecieron en su interior, quehicieron pensar en un ritual similar al descrito anteriormente.13 Nohalló, sin embargo, la correspondiente cámara funeraria ni restoshumanos, aunque sí un sello (U. 9315) que asoció a la tumba, propie-dad de Gan-kunsig, una sacerdotisa del dios Pabilsag. Por esta razón,se ha querido relacionar este enterramiento con la fuerte presenciade mujeres en las tumbas reales y con su posible condición de «espo-sas de Nanna», el dios de Ur.14 Sin embargo, la lectura atenta de losinformes de excavación de Woolley suscita dudas sobre si el sello fueencontrado realmente in situ. El propio Woolley sugiere que pudo nohaber excavado la tumba propiamente dicha, sino el lugar donde sedepositaron los objetos y las ofrendas relacionados con un enterra-miento que no se llegó a descubrir;15 aunque descarta finalmente dichaopción, ésta sí es considerada como plausible por Marchesi.16 Por últi-mo, la tipología del material encontrado sugiere una nueva dataciónde la tumba hacia la última fase del Dinástico Antiguo.17

La tumba PG 800 estaba ocupada por una mujer que portaba unsello de lapislázuli cuya inscripción ha permitido identificarla comola reina Pu- -abum;18 sobre ella se ha discutido si el título de su

13 Leonard Woolley y otros, Ur Excavations. Vol. II: The Royal Cemetery, cit., págs. 46-53.14 Véase P. R. S. Moorey, «What do we know about the people buried in the Royal Cemetery?», cit.15 Leonard Woolley y otros, Ur Excavations. Vol. II: The Royal Cemetery, cit., págs. 48-49.16 Gianni Marchesi, «Who Was Buried in the Royal Tombs of Ur? The Epigraphic and Textual Data»,cit., págs. 169-172.17 Julian Reade, «Assyrian King-Lists, the Royal Tombs of Ur, and Indus Origins», cit., pág. 23.18 Leonard Woolley y otros, Ur Excavations. Vol. II: The Royal Cemetery, cit., págs. 73-91.

530 C. LEONARD WOOLLEY

08 A WOOLLEY OK 27/11/10 13:49 Página 530

sello (NIN) aludía a su condición de reina o de suma sacerdotisa deldios Nanna.19 Su tumba se conservó prácticamente intacta y constabade una gran fosa a la que se accedía por una rampa sobre la que des-cansaban los cuerpos de cinco hombres armados con dagas. Al final dela rampa, a la entrada de una gran estancia, se encontraron los restosde un carro o trineo junto con los huesos de dos bueyes y cuatro hom-bres. Los cuerpos de otros hombres se hallaban repartidos por la estan-cia que se abría a derecha e izquierda de la rampa. En el extremo surde dicha estancia se descubrieron los cuerpos de 10 mujeres cuidado-samente dispuestas en dos hileras, ricamente ataviadas y junto a ins-trumentos musicales; a una de ellas perteneció la guirnalda de oro,lapislázuli y cornalina exhibida en esta exposición (B. 16705). Todosestos cuerpos, así como los objetos o muebles que había en la fosa,se cubrieron con esteras antes de que ésta fuese rellenada con tierradesde arriba. En el extremo nordeste de la fosa se encontraba la cáma-ra funeraria, construida en piedra, en cuyo interior se hallaron los cuer-pos de cuatro personas, entre ellos el de la reina Pu--abum. El proble-ma de esta cámara es que su suelo estaba situado a casi dos metrospor debajo del nivel del de la fosa y que, aparentemente, carecía depuerta o vano de entrada (Woolley supuso que se accedía desde eltecho), circunstancia que ha propiciado un nuevo debate acerca de larelación entre la cámara funeraria de Pu--abum y la fosa en la que seencontraron el resto de los cuerpos.20

El tipo de sociedad y las creencias religiosas que dieron lugar aeste tipo de enterramientos y ceremonias han sido, por último, obje-to de numerosas investigaciones. Se han buscado explicaciones enel tipo de poder político dominante en este periodo de la Historia de

19 Gianni Marchesi, «Who Was Buried in the Royal Tombs of Ur? The Epigraphic and Textual Data»,cit., págs. 175-178.20 Véanse Paul Zimmerman, «Two Tombs or Three?», en Richard L. Zettler y Lee Horne (eds.), Trea-sures from the Royal Tombs of Ur, Filadelfia, University of Pennsylvania, 1998, pág. 39; y Julian Reade,«Assyrian King-Lists, the Royal Tombs of Ur, and Indus Origins», cit.

LA CIUDAD DE UR 531

08 A WOOLLEY OK 27/11/10 13:49 Página 531

Mesopotamia y en sus tensiones ideológicas, en las concepcionesreligiosas de los sumerios, o incluso en el papel de las grandes uni-dades económicas típicas del Dinástico Antiguo.21 Los interrogantessiguen siendo, en cualquier caso, numerosos, máxime cuando estosrituales no perduraron en el tiempo y no se extendieron a otros luga-res de Mesopotamia. Quizás en un futuro no lejano, cuando Irak reco-bre su estabilidad perdida, puedan retomarse las excavaciones deUr y nuevos hallazgos permitirán continuar con la reconstrucción deese antiguo y fascinante mundo.

21 Véanse Dina Katz, The Image of the Netherworld in Sumerian Sources, Bethesda, CDL Press, 2003;Andrew C. Cohen, Death Rituals, Ideology, and the Development of Early Mesopotamian Kingship: Towarda New Understanding of Iraq’s Royal Cemetery of Ur, Leiden, Brill Academic Publishers, 2005; y SusanPollock, «Death of a Household», en Nicola Laneri (ed.), Performing Death: Social Analyses of Fune-rary Traditions in the Ancient Near East and Mediterranean, Chicago, Oriental Institute of the Univer-sity of Chicago, 2007, págs. 209-222.

532 C. LEONARD WOOLLEY

08 A WOOLLEY OK 27/11/10 13:49 Página 532

OBRAS DE LA EXPOSICIÓN 533

Bajorrelieve con la representación de un carro hitita descubierto por C. Leonard Woolley en Karkemis , actual Jerablús, Siria. Cortesía delPatronato del British Museum

Este bajorrelieve de carro hitita, procedente de las excavaciones de Karkemis dirigidas por Charles Leonard Woolley y conservadoen el Museo de las Civilizaciones Anatolias de Ankara, formabaparte de una estructura conocida como The Long Wall of Sculpture.[Manuel Molina]

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 533

534 C. LEONARD WOOLLEY

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 534

OBRAS DE LA EXPOSICIÓN 535

Sir Charles Leonard Woolley. Cortesía del Patronatodel British Museum

Katherine Keeling (que más tarde se convertiría en esposade Woolley), Hammoudi y C. Leonard Woolley, años veinte.British Museum Central Archives, Londres

Katherine Keeling trabajócomo dibujante en laexcavación de Ur, dondetambién se ocupó de diversascuestiones relacionadas con la intendencia. Su presencia en el campamento no fue vistacon agrado por C. B. Gordon,director del University ofPennsylvania Museum(Filadelfia), tal y como revelala correspondencia queintercambió con Woolley entre julio y agosto de 1926.Hammoudi era el capataz y hombre de confianza deWoolley en la excavación deUr. Ya había trabajado en elyacimiento de Karkemis,actual Jerablús, Siria. [M. M.]

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 535

creo

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 536

OBRAS DE LA EXPOSICIÓN 537

C. Leonard Woolley mostrando una lira con una cabeza de toro talladaencontrada en la tumba PG 1151, en el cementerio real de Ur, actual Tell al-Muqayyar, Irak, 1927. Cortesía del Patronato del British Museum

Charles Leonard Woolley muestra unalira (U. 12351) excavada en la tumbaPG 1151 en la campaña de 1928-1929.La extracción de este objeto ha sidoconsiderada como una buena muestrade las dificultades que afrontó yresolvió Woolley durante sus trabajosen el cementerio real: el arqueólogoadvirtió la presencia, junto a los restosde un ataúd de madera, de dos agujerosrectangulares que penetraban unos 80 centímetros en el suelo y que en suparte superior estaban unidos por unagujero horizontal de sección redonda.Woolley insertó en ellos palos demadera y alambres y vertió yesolíquido. Cuando éste se endureció y selimpió la tierra que había a sualrededor, el arqueólogo extrajo unalira completa, con una cabeza de cobrede toro y una placa de concha queadornaba la caja de resonancia delinstrumento. El yeso había reproducidoincluso las 10 cuerdas del instrumento.[M. M.]

BIBLIOGRAFÍA

Zettler, Richard L. y Lee Horne (eds.), Treasures from the Royal Tombs of Ur,Filadelfia, University of Pennsylvania, 1998, pág. 31.

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 537

538 C. LEONARD WOOLLEY

Páginas 539 a 541:Excavaciones en la fosa X del cementerio real de Ur,actual Tell al-Muqayyar, Irak, 1933-1934. Cortesía del Patronato del British Museum

Katherine y C. Leonard Woolley (al fondo de la imagen) con dos ayudantes desenterrando las dos liras encontradas en la tumba PG 1237, en el cementerio real de Ur, actual Tell al-Muqayyar, Irak, 1927. Cortesía del Patronato del BritishMuseum

En esta fosa (también conocidacomo la Gran Fosa de laMuerte), excavada durante la campaña de 1928-1929, se encontraron los cuerpos de 6 hombres armados y 68mujeres, además de numerososobjetos de gran valor. [M. M.]

BIBLIOGRAFÍA

Woolley, C. Leonard y Max Mallowan, Ur Excavations. Vol. VII. The Old Babylonian Period, Londres, The British Museum Press, 1976, págs. 125-128 y pl. 52a y 56a.

C. Leonard Woolley desenterrando una pieza.Cortesía del Patronato del British Museum

C. Leonard Woolleydurante la excavación(campaña 1930-1931) de una capilla de épocapaleobabilónica dedicada a la diosa Hendursag, cuya estatua (U. 16424) se encontró in situ. [M. M.]

08 B cuadernillo woolley 2 29/11/10 15:05 Página 538

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 539

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 540

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 541

542 C. LEONARD WOOLLEY

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 542

OBRAS DE LA EXPOSICIÓN 543

El zigurat de Ur, construido porUr-Nammu (hacia 2112-2095 a.C.),primer rey de la tercera dinastía de Ur, era el principal edificio de carácter religioso de la ciudad. En su parte superior probablementese erigió un templo dedicado al dios Nanna, la divinidad tutelarde Ur. [M. M.]

Reconstrucción del zigurat de Ur realizada por P. G. Newton y W. Walcot, años treinta.Cortesía del Patronato del British Museum

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 543

544 C. LEONARD WOOLLEY

Plano de la tumba de la reina Pu–-abum (PG 800), del cementerio real de Ur, actual Tell al-Muqayyar, Irak, realizado por C. Leonard Woolley. Cortesía del Patronato del British Museum

La tumba constaba de una gran fosa a la que se accedía por una rampa, y alfinal de ésta se situaba una gran estanciaque se abría a derecha e izquierda. En el extremo nordeste de la fosa se encontraba la cámara funeraria,construida en piedra, y en cuyo interiorse hallaron los restos de cuatro personas,entre ellas la reina Pu--abum. [M. M.]

Fotografía aérea de las excavaciones del cementerio real de Ur, conel complejo del templo de Nanna en la esquina sudeste, 12 de marzode 1930. Cortesía del Patronato del British Museum

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 544

OBRAS DE LA EXPOSICIÓN 545

Plano de la ciudad de Ur, dibujado por C. Leonard Woolley,s. a. Tinta y acuarela sobre tabla, 86 x 64 cm.Cortesía del Patronato del British Museum

En este plano se muestran los edificios pertenecientes al complejo del templo de Nanna(finales del III milenio a.C.), así como restos de edificaciones y enterramientos pertenecientesa otros periodos. La ciudadestaba rodeada por una murallay circundada por diversascanalizaciones y cursos fluviales.[M. M.]

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 545

546 C. LEONARD WOOLLEY

Una de las cinco cabezas de toro de bronce halladas bajo un muro de ladrillos plano-convexos construido sobre la fosa de la tumba PG 1850,en el cementerio real de Ur, actual Tell al-Muqayyar, Irak, 1932. University of Pennsylvania, Museum of Archaeology and Anthropology, Filadelfia

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 546

OBRAS DE LA EXPOSICIÓN 547

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 547

548 C. LEONARD WOOLLEY

Corona de oro, lapislázuli y coralina perteneciente a una mujer del séquito de la reina Pu–-abum,enterrada en la fosa adyacente a la cámara funeraria,en el cementerio real de Ur, actual Tell al-Muqayyar,Irak, y descubierta en la campaña de 1927-1928.University of Pennsylvania, Museum of Archaeologyand Anthropology, Filadelfia

Roseta ornamental de oro descubierta en elcementerio real de Ur, actual Tell al-Muqayyar, Irak,en 1931. University of Pennsylvania, Museum of Archaeology and Anthropology, Filadelfia

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 548

OBRAS DE LA EXPOSICIÓN 549

Adorno de oro y lapislázuli confeccionado con cuentasencontradas en el cementerio real de Ur, actual Tell al-Muqayyar, Irak. University of Pennsylvania,Museum of Archaeology and Anthropology, Filadelfia

Collar de oro, lapislázuli y coralina realizado concuentas encontradas de forma dispersa en el rellenoy en el suelo de la tumba PG 580, en el cementerioreal de Ur, actual Tell al-Muqayyar, Irak.University of Pennsylvania, Museum of Archaeologyand Anthropology, Filadelfia

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 549

550 C. LEONARD WOOLLEY

Notas de C. Leonard Woolley en las que compara las tumbasde Ur, actual Tell al-Muqayyar, y Kish, actual Tell al-Uhaymir,Irak, s. a. Cortesía del Patronato del British Museum

El interés de la comparaciónresidía en que el cementerio Yde la ciudad de Kish (norte de Babilonia) es el único lugarde Mesopotamia que, junto conUr, presenta testimonios clarosde sacrificios humanos. [M. M.]

Primera página del informe del mes de noviembre de 1925,enviado por C. Leonard Woolley al director del British Museum,en el que describe el inicio de las excavaciones en Ur, actualTell al-Muqayyar, Irak. En los primeros párrafos Woolleycompara su trabajo con el de J. E. Taylor en 1854.Cortesía del Patronato del British Museum

Woolley explica detallesrelacionados con la preparacióndel campamento y el comienzo de los trabajos, que durante esaprimera campaña estuvierondedicados a la excavación dealgunas tumbas pertenecientes al cementerio real y de algunosedificios (el É-nun-mah y eltemenos de Nabucodonosor) que se encontraban al este del zigurat. [M. M.]

Programa de la conferencia Las tumbas reales de Ur, que C. Leonard Wolley pronunció en la Residencia de Estudiantes, Madrid, 19 de junio de 1929. Fundación Casa de Alba

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 550

Carta enviada por Alberto Jiménez Fraud, director de laResidencia de Estudiantes, a C. Leonard Woolley para agradecerle

la lectura de su conferencia La vieja ciudad de Ur, Madrid, 22 de junio de 1929.British Museum Central Archives, Londres

Estimado Mr. Woolley,Cook ha enviado sus cheques de viaje a Londres.Así que puede usted cobrar en efectivo la cantidadde 100 libras otra vez, tan sólo tiene que mandar ami dirección a Madrid un cheque por las 20 librasque le prestó en dinero español nuestro tesorero.¡Estoy encantado de saber por mi mujer cuántodisfrutó usted de Toledo y cómo le gustó la dueñade la venta! Sólo temo que mi mujer les agotaraenseñándoles demasiadas cosas, ¡emocionadapor su entusiasmo arqueológico!Todo el Comité Hispano-Inglés apreció muchísi-mo su interesante conferencia, y espero que uste-des dos vuelvan otra vez a Madrid a darnos unacharla sobre sus futuros descubrimientos.Con nuestros mejores deseos para usted y su mujer.Cordialmente suyo,

Alberto Jiménez

Dedicatoria de C. Leonard Woolley y su mujer en el álbum de Natalia Jiménez de Cossío: «Vinimos a Madrid por un día tan sólo a mostrar cuánto tiene Ur de maravilloso. Aplazamos la vuelta y gran acierto fue: uno viene a Madrid no a enseñar, a aprender», 22 de junio de 1929. Fundación Jiménez Cossío

Primera página del resumen de la conferencia La vieja ciudad de Ur, que LeonardWoolley impartió en la Residencia de Estudiantes, publicado en el número 5 de larevista Residencia, Madrid, noviembre de 1932. Residencia de Estudiantes, Madrid

08 B cuadernillo woolley 2 27/11/10 13:48 Página 551

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 552

LA CIUDAD DE UR 553

LA VIEJACIUDAD DE UR

EMPLAZAMIENTO DE URLos espléndidos descubrimientos de Mr. Woolleyse han realizado en la ciudad de Ur, que es unade las más importantes poblaciones babilóni-cas, representada hoy por los montículos deruinas llamado Moghair.

Ur está situada a unos 250 kilómetros sudes-te de Babilonia (30º 95’ N, 46º 5’ E), a unos10 kilómetros al sur del lecho actual del Éufra-tes y como a medio camino entre este río y laspequeñas colinas pedregosas que forman loslímites del desierto sirio.

En Ur estuvo enclavado el famoso temploE-Nannar. Con el nombre de «Ur de los cal-deos» se menciona en el libro del Génesis a Urcomo patria de Abraham: «Yo soy Jehová,que te sacó de Ur de los caldeos, para darte aheredar esta tierra».

Ur jugó un importante papel, desde tiemposmuy remotos, tanto política como comercial-mente, pues situada en la unión del Tigris ydel Éufrates, a la cabeza del golfo Pérsico,gozaba de muchas comunicaciones fluviales

El número 5 de la revista Residencia delaño 1932 publicó el resumen de laconferencia que Woolley ofreció el 19 dejunio de 1929 y que reproducimos acontinuación junto a las imágenes que loacompañaron y sus comentarios explicativos.Asimismo, damos a conocer unas cartasinéditas de Woolley a Jiménez Fraud y de este último al duque de Alba quecontienen datos esclarecedores acercadel contenido de la conferencia.

Excavaciones en la fosa X del cementerio real de Ur, actual Tell al-Muqayyar,Irak, 1933-1934. Cortesía del Patronato del British Museum

08 C historico woolley 29/11/10 17:10 Página 553

554 C. LEONARD WOOLLEY

entrada de los sumerios en Mesopotamiapodría fijarse hacia el año 6000 a.C.

En el periodo sumerio, antes del año 3000 a.C., encontramos a Ur ejerciendo hege-monía en Babilonia; fue también un centro deinfluencia y poder semíticos, e inmediatamen-te después de los sargónidas aparece bajo elrey Ur-Engur, el gran constructor de zigurats(templos de cubos superpuestos), como cabe-za de las dos Babilonias, norte y sur, y co-brando tributos aun de países tan distantescomo el sur de Siria. Con el imperio de Babi-lonia, hacia el año 2000 a.C., Ur pierdemucha de su importancia política, pero conti-núa, sin embargo, siendo un lugar de granimportancia religiosa y política hasta cerrar-se el periodo babilónico.

LOS PRIMEROS DESCUBRIMIENTOS DE MR. WOOLLEYLa conferencia de Mr. Woolley empezó hacien-do referencia de las últimas construcciones deUr, que datan del tiempo de Nabucodonosor.Después estudió el periodo de Abraham, pre-sentando ilustraciones de las viviendas de aque-lla época, las ruinas de los principales templosy el zigurat construido hacia el año 2300 a.C.

Las viviendas, construidas entre los años2100 y 1900 a.C., muestran que la vida urba-na de aquel periodo estaba singularmente de-sarrollada, puesto que se las construía deladrillos, constaban de dos pisos y su distri-bución y aspecto anunciaban la casa árabe.El descubrimiento de estas casas modificagrandemente nuestras ideas del ambiente enque se desarrollaba la vida de los patriarcas.

El zigurat es el monumento más importan-te que se conserva en Ur; era una réplica local

y marítimas con ricas e importantes regiones.Por su proximidad con el desierto sirio, eraun punto natural de relación con Arabia y elcentro de comunicación con las caravanasque visitaban la Arabia del Sur y la del Oeste.

Las ruinas de la antigua ciudad, que yaempezaron a ser excavadas por Loftus y Tay-lor en 1854, tienen forma de huevo, con lapunta más afilada mirando al noroeste. Estánelevadas sobre el terreno circundante paraevitar las inundaciones del Éufrates y rodea-das de largas murallas. La ruina principal esla del templo de E-Nannar, donde recibía ado-ración la diosa-luna Nannar, conocida mástarde con el nombre de Sin. El templo, queestá rodeado de una muralla, se levanta en unzigurat de dos pisos, sobre una amplia plata-forma. La torre tiene figura de paralelogra-mo, subiéndose de un piso a otro por ampliasescaleras o planos inclinados.

Posteriormente Ur debió ser un sitio favo-rito para enterramientos a causa de la santi-dad de su nombre.

PAPEL DE UR DURANTE EL PERIODO BABILÓNICOUr ejerce una gran hegemonía en Mesopota-mia durante el periodo sumerio. Los sumeriosconstituyen el pueblo más antiguo de la BajaMesopotamia, y de ellos procede la culturababilónica, madre, a su vez, de todas las cul-turas del Asia Anterior. No puede incluirse alos sumerios en los demás grupos étnicos queexistieron en esa región. Su lengua es distin-ta de las semíticas e indogermánicas. El tipofísico es braquicéfalo, estatura media, faccio-nes acusadas en los pómulos y labios, ojosgrandes y cejas arqueadas. La fecha de la

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 554

LA CIUDAD DE UR 555

de la torre de Babel y el centro religioso de laciudad. La noticia de su fundación se conser-va en un fino relieve de piedra que es uno delos mejores ejemplares que conservamos delarte de ese periodo, que también está ilustra-do por notables cabezas de estatuas proceden-tes de las ruinas de los templos.

Mr. Woolley se refirió después a los descu-brimientos hechos en el gran cementerio deUr, cuyas tumbas datan de los años 3500 a3200 a.C. Entre estos enterramientos se en-cuentran las famosas tumbas reales con susgrandes riquezas en objetos de oro y las hue-llas de los sacrificios humanos.

El estudio de estas tumbas tiene especialí-simo interés porque acusan un arte refinadísi-mo y una civilización muy adelantada mate-rialmente y anterior a la primera dinastía.Puede, por tanto, asegurarse que la civiliza-ción sumeria es la más antigua civilizaciónconocida y que el mundo moderno tiene con-traído con ella, tanto directa como indirecta-mente, una gran deuda de cultura.

En estos últimos años Mr. Woolley ha com-pletado sus investigaciones, llevando a cabodescubrimientos importantísimos, de los cua-les daremos una sucinta idea.

UNA DINASTÍA QUE YA NO ES UN MITOHace siete años, la labor de Mr. Woolley y suscolaboradores tuvo en cierto modo un términoal llegar a los niveles correspondientes a la ter-cera dinastía sumeria. Pero cuando se reanuda-ron las excavaciones, luego de haber despejadolos terrenos de la enorme cantidad de tierra yescombros acumulados por las primeras inves-tigaciones, el horizonte histórico empezó a

ensancharse hasta el punto de cambiar de sig-nificación el nombre del rey Ur-Engur. Ya noera éste un punto de partida, sino más bien unmojón en la historia del zigurat. Las excava-ciones tendieron ya a planos más profundosdentro del recinto sagrado, y descubrir así quées lo que ha habido allí antes de que los reyes dela tercera dinastía comenzasen la construcciónde la gran torre.

Al mes de intensificarse las investigaciones,se descubrió en el lado noroeste del zigurat unaserie de edificaciones debidas a un rey de esaprimera dinastía considerada un mito no hacemás de ocho años. Un espesísimo muro, cuyoscimientos son grandes bloques de piedra cali-za, rodea un cierto número de habitaciones demuros de ladrillo y pavimento de arcilla,cubierta de betún allí donde el tráfico debía sermás intenso. Al otro lado de estas cámaras seencuentra un largo patio cercado. La disposi-ción general de todos estos elementos indica laexistencia de un todo mucho más extenso eimportante. Las cámaras ocupan el ángulonorte de un gran recinto en cuyo centro selevantaba un zigurat mucho más antiguo quenunca se podrá ver, puesto que está enterradoy forma el núcleo del gran zigurat de Ur-Engur.

EN EL MILENIO IV A.C.Dos metros por debajo de los cimientos de laprimera dinastía se encontraron restos de o-tras dos edificaciones, una de las cuales es degran interés para la cronología por estar deco-rada con mosaicos de pequeños tacos de arci-lla cuyos extremos están pintados de blanco yrojo, análogos a los encontrados en Warka, aunos 70 kilómetros de Ur.

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 555

556 C. LEONARD WOOLLEY

Excavando aún más profundamente, apa-reció parte de otro edificio cuyos muros huboque seguir a través de una maraña de construc-ciones superpuestas. El grosor de estos muroses asombroso, en ningún caso menor de tresmetros, llegando a medir unos nueve metroslos muros exteriores. Los ladrillos con queestán construidos son de dos clases: planos yplano-convexos, en hiladas alternas. Esto escaracterístico de un periodo muy primitivo,según ha quedado demostrado en Warka, y porello se puede atribuir a estos edificios de Ur unafecha de principios del IV milenio a.C. Loscimientos demuestran, además, que se trata delángulo de un recinto construido en torno a unbloque central que no puede ser otro que elzigurat de los tiempos prehistóricos.

LA COLUMNA EN LA ARQUITECTURAMESOPOTÁMICAEntre otros descubrimientos importantes seña-lemos el del frente de una fortaleza de ladrilloconstruida por Warad-Sin de Larsa hacia1950 a.C., que estaba detrás de una fachadaagregada por Kurigalzu de Babilonia en el sigloXIV a.C. Dicho frente se halla decorado refi-nadamente, con medias columnas en relieve,y en el centro hay una especie de nicho con unapuerta simulada —que aparentemente haceoficio de elemento decorativo— flanqueadapor columnas exentas. Éste es un descubri-miento de capital importancia para la historiade la arquitectura en Mesopotamia, puesto quehasta ahora se había creído que esta arquitec-tura desconocía el uso de la columna. En cuan-to a la fecha no quedan dudas: en el ángulodonde el muro es más elevado se encontraron,

dentro de la obra de ladrillo, dos conos de arci-lla en los que se registra la construcción delfuerte por Warad-Sin.

UNAS EXTRAÑAS TUMBAS DEL AÑO 2800 A.C.Los trabajos sobre el cementerio predinásticose detuvieron en 1930 cuando se comprendióque ya no había allí más tumbas del periodo pri-mitivo. Pero en el verano de 1931 surgió la cer-tidumbre de que algo quedaba por descubriren una pequeña extensión cerca del cemente-rio. Allí debía estar un importante enterramien-to, no de la época predinástica, sino de la segun-da dinastía, prácticamente desconocida hastaahora. Y, en efecto, Mr. Woolley y sus colabora-dores descubrieron a una profundidad de tresmetros una tumba notabilísima. Lo primero quese encontró fue una cierta cantidad de escom-bros del periodo de la segunda dinastía, quedemostraron que allí (en la parte superior,cuando menos) trabajaron los obreros queconstruyeron la tumba de Bur-Sin hacia el año2220 a.C. Luego, un suelo de ladrillo, destruidoen la parte noroeste y que se supone que primi-tivamente recubría todo el suelo del foso. Losescombros correspondientes a la parte destrui-da habían caído a un nivel más profundo. Bajola parte intacta de este pavimento se encontró unmuro de barro de medio metro de alto forman-do tres lados de un cuadrilátero en el cual seasentaría un altar bajo, todo cuidadosamenteconstruido y estucado. Debajo de otro piso quese extiende desde este altar, fue descubierto untercer pavimento de ladrillo, aislado del ante-rior por una capa de tierra de medio metro deespesor, con su correspondiente altar en todosemejante al anteriormente descrito, pero orien-

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 556

LA CIUDAD DE UR 557

tado al noroeste. «Evidentemente —dice Mr.Woolley— los enterramientos se habrán hechopor pisos, bien indicado cada uno por las res-pectivas ceremonias de fuego y sacrificios».

La fecha aproximada de estas tumbas nosla dan los adornos y utensilios que en ellas seencontraron y que corresponden indudable-mente a los tiempos de la segunda dinastía deUr (año 2800 a.C.).

UN ENLACE ENTRE MOHENJO DARO Y SUMER QUE ES UNA BASE PARA LA CRONOLOGÍA DE LA INDIAEn el piso últimamente descrito es donde seencontraron los primeros objetos, algunos deextraordinaria importancia como un sello cir-cular de esteatita con la figura de un toro y unainscripción en caracteres del valle del Indus queestablece el enlace entre las civilizaciones deMohenjo Daro y Sumer, y nos da una fecha deter-minada, auténtico punto de partida para la cro-nología de la India. En efecto, el sello, por per-tenecer al relleno primitivo del foso, tuvo quehaber sido colocado allí hacia el año 2800 a.C.

Detrás y hacia el nordeste del altar se encuen-tra un asiento de ladrillo de la misma altura quela pared del nicho. En el ángulo oeste del fosohay otro banco análogo. Ambos se asientansobre un pavimento de ladrillo de un grosor demás de medio metro, que a su vez descansasobre una superficie de barro cuidadosamentepulimentada. Esta superficie constituye el pisocuarto de la tumba, en el que se encuentranvarios hoyos circulares o cuadrados, algunosrevestidos de ladrillo, llenos de ceniza de made-ra que se considera restos de ceremonias fune-rales. En el centro se hunde un poco el piso,constituyendo un recinto rectangular de paredesDetalle del arpa de la reina Subad [P-u-abum].

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 557

558 C. LEONARD WOOLLEY

El peinado de la reina Subad se levantaba sobre postizos que aumentaban el tamaño de la cabeza, que presentaría un ancho no menor a38 centímetros. El peinado estaba sostenido por gran cantidad de cintas de oro y sobre ellas, cuatro guirnaldas o coronas.

Las tres primeras estaban formadas por unas hileras de cuentas de lapislázuli y cornalina de las que pendían anillos y hojas de oro. De la última corona colgaban largas hojas de sauce trabajadas en oro y flores de oro con pétalos de pasta blanca y lapislázuli incrustados.Sobre el moño se levanta una gran «peineta española» de oro, terminada en siete puntas de las que penden otras tantas rosetas de oro y lapislázuli. Esta peineta se colocaba perpendicularmente en el cabello y las puntas se encorvaban de manera que las florescayesen hacia delante. La cabeza está modelada por la señora de Woolley sobre una copia del cráneo de la reina y es una fiel reproduccióndel tipo racial y de la moda de la época.

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 558

LA CIUDAD DE UR 559

bajas recubiertas de ladrillo, en el cual se encon-traron restos de cereales y huesos de pequeñosanimales.

DIECIOCHO ENTERRAMIENTOSY aquí, debajo de este piso, aparecen los mis-teriosos enterramientos. Las 18 personas inhu-madas —tres hombres, dos niños y trece muje-res— debieron ser contemporáneas, a juzgarpor el ritual funerario; pero sus respectivosenterramientos fueron, sin duda, independien-tes: unos inmediatamente debajo de la super-ficie, otros en el fondo del foso, a unos dosmetros de profundidad. El más importanteparece ser el que se encuentra inmediatamen-te debajo del recinto rectangular descrito másarriba. El ataúd se hundía hasta la mitad desu altura en un hoyo que contenía, además,diversas vasijas de metal y un gran tridente decobre. Dentro estaba el cadáver de un hom-bre envuelto en finas vendas de oro con cintasdel mismo metal que sujetaban sus cabellos.Un collar de pequeñas cuentas de oro y corali-na, y otro de cuentas de oro mucho mayores ymagníficas ágatas rodeaban su cuello. En losbrazos tenía brazaletes de oro, plata y cobre.Y en torno suyo, un hacha de cobre, un puñal,un gran caldero de cobre, una escudilla, tam-bién de cobre, y dos vasos de arcilla. A los piesdel féretro se encontraba un modelo de barcode dos metros de largo hecho en betún y unamesa de juncos y arcilla sobre la que debíandescansar dos vasijas de cerámica. La mesa sehabía deshecho y las vasijas estaban rotas.

Detrás de este primer ataúd estaba otro, colo-cado debajo de uno de los altares, que encerra-ba el cuerpo de un hombre ataviado con más

Una de las arpas del ajuar funerario de la reina o sacerdotisa Subad (2500 a.C.). Museo Británico.

Daga de oro con puño de lapislázuli, descubierta cerca de la tumba de Mes-Kalamdar. Museo de Bagdad.

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 559

560 C. LEONARD WOOLLEY

sencillez que el primero, pero sin que le faltasensus correspondientes collares de oro, ágata ycornalina, sus vendas y cintas de oro en la cabe-za y sus pendientes y sortija de oro.

UN EJEMPLAR ENTERO DE ATAÚD SUMERIOLo más importante de este enterramiento erael ataúd mismo, cuyos materiales, completa-mente pasados, ofrecían un aspecto de per-fecto estado de conservación. Su impronta enel suelo pudo ser fotografiada como si del ori-ginal se tratase, pues hasta conservaba loscolores primitivos. Por primera vez aparecíaun ejemplar completo de esos ataúdes que elmismo Mr. Woolley había encontrado deshe-chos en los cementerios predinásticos y sar-gónidas. Sus lados eran rectos y la cubiertatenía la forma de un tejado de dos vertientes;estaba construido de recios juncos fuertemen-te enlazados por cuerdas sobre un armazónde madera. Por su forma recordaba exacta-mente el féretro de los árabes modernos.

DIFERENCIAS ENTRE ESTOS ENTERRAMIENTOS Y LOS RESTANTES CONOCIDOS DE URAl lado de esta sepultura se encontraba otratambién de un hombre engalanado en igualforma que el anterior. El resto de los cadáve-res habían sido enterrados detrás del nicho-altar o en los espacios abiertos al otro lado delcercado ya descrito, bajo el cual se encontra-ba el cadáver principal que primeramentehemos descrito. Todos los demás parecíansubordinados a éste. Un detalle muy impor-tante nos da la diferencia entre estos enterra-mientos y los de las épocas más primitivas: elde que aquí cada mujer tiene su tumba indivi-

dual, cosa insólita en las inhumaciones de losséquitos femeninos.

Estamos ante un verdadero misterio. Estagran tumba es absolutamente diferente delresto de las descubiertas en Ur. No tiene ins-cripción alguna. Los cuerpos han sido ente-rrados independientemente, aunque atavia-dos con uniformidad, y a cada uno se le hadedicado su respectivo ritual funerario. ¿Aqué grado de la civilización sumeria respondetodo esto? Sólo por los objetos encontrados sepuede establecer una fecha aproximada, la del2800 a.C., un poco antes de Sargón de Akkad,cuyo reinado comienza poco después del hun-dimiento de los reyes anónimos de Ur. Se trata,pues, de las primeras noticias ciertas que nosllegan sobre la segunda dinastía de Ur. Y encuanto al grado social de los enterrados, diceMr. Woolley que «aun cuando no se trata deuna tumba real, esto debe haber sido algofuera de lo corriente».

CINCO ADMIRABLES CABEZAS DE TOROEstos descubrimientos fueron llevados a cabodurante los meses de diciembre de 1931 y enerode 1932. La misión había repartido sus hom-bres de modo que mientras una mitad se dedica-ba a las tareas ya descritas, la otra excavó losbordes del zigurat para trazar los antecedentese historia más primitiva de la gran torre.

Debajo de un muro de la segunda dinastía seencontraron cinco cabezas de toro de cobreque se supone fueron arrancadas del objeto aque estaban adheridas. Se trata de cincoadmirables ejemplos de aquella escultura enque tanto descollaron los sumerios y corres-ponden al estilo llamado de Tell-el-Obeid, del

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 560

LA CIUDAD DE UR 561

Este casco de oro es uno de los más importantes objetos encontrados en las excavaciones de Ur. Hallábase en la tumba de un príncipe o héroecuyo nombre estaba grabado en los objetos de su pertenencia que aparecieron colocados al lado suyo. El héroe se llamaba Meskalamdug, quesignifica el «buen héroe nacional». El casco, finísimo trabajo de orfebrería en una lámina de oro de 18 quilates, tiene forma de peluca. Lastrenzas están trabajadas en relieve y los cabellos en líneas grabadas. El cabello es muy largo y está recogido en dos trenzas que dan vuelta a lacabeza y terminan por detrás en un pequeño moño. Las orejas se destacan en alto relieve y con agujeros para dejar pasar los sonidos. Dentrodel casco se encontró un gorro de tela acolchada sujeto con unas cintas. El cadáver estaba rodeado de lámparas de oro y plata, vasos de oro,cinturones, armas, etc., pero lo más curioso fue encontrar junto a él numerosas joyas femeninas, pero no el cuerpo a que pertenecieron.¿Supondría esto un cambio en las costumbres que acusan las tumbas reales, donde eran enterrados los servidores y mujeres del rey muerto?Los objetos hallados en la tumba de Meskalamdug fueron recogidos por el Gobierno del Irak y se encuentran en el Museo Nacional de Bagdad.

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 561

562 C. LEONARD WOOLLEY

que se conservan ejemplares tales como el torode cobre del Museo Británico y la cabeza detoro de oro y lapislázuli del Museo de la Uni-versidad de Filadelfia. Este importante des-cubrimiento no tiene relación con las tumbasque hemos descrito antes.

DEL 1400 AL 650 A.C. LA TRADICIÓN DE LOS ZIGURATSEn los terrenos del zigurat fueron descubier-tos tres templos distintos superpuestos queyacían debajo de los cimientos de una forta-leza construida por Nabucodonosor. Este des-cubrimiento viene a llenar una gran laguna enla historia de la ciudad, la que va del 1400 al650 a.C. En este periodo está comprendida laúltima época kasita de la cual nada se habíadescubierto en Ur, hasta ahora.

Al mismo tiempo que este descubrimiento serealizó junto al mismo zigurat, pero a una pro-fundidad mayor, el de los muros de una granterraza que venía a reforzar a todos los murosdescubiertos anteriormente. Nos encontramos,pues, ante una serie de terrazas de zigurats queocupaban el mismo lugar que el actual allá porlos comienzos del IV milenio a.C. Esto viene arevelarnos cuán antigua era esa tradición queculmina en la construcción de la torre actualpor el Ur-Engur (2300 a.C.). Mr. Woolley diceque estos descubrimientos de los bordes delzigurat han hecho retroceder la historia en unos700 años, esto es, del 2300 al 3000 a.C.

NUEVOS DESCUBRIMIENTOS REFERENTES A LA CONSTRUCCIÓN DEL ZIGURATEstos trabajos continuaron durante el pasadomes de febrero. Las principales operacionesse limitaron al noroeste del zigurat. Esta gran

Una madonna que es, según Mr. Woolley, la escultura más antigua deMesopotamia. Pertenece a una serie de figurillas de mujeres-pájarosencontradas en unas tumbas a 18 metros por debajo de un estrato delaño 3200 a.C. Cada metro de profundidad, a su nivel, supone unaconsiderable cantidad de años. Por eso Mr. Woolley no ha vacilado enatribuir estas figuras al primer pueblo que ocupó Mesopotamia.

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 562

LA CIUDAD DE UR 563

torre se alza sobre una elevada plataforma oterraza cuyos bordes fueron ensanchados ysus muros de contención recubiertos por cadagobernante de Ur. Kurigalzu de Babilonia, quereinó hacia 1400 a.C., fue el quinto rey queañadió una capa de ladrillo a los muros ante-riores. Al pie de la obra de Kurigalzu ha sidodescubierta una calle, en su mayor parte conpiso de arcilla, pero en algunos sitios pavimen-tada de ladrillo. Al otro lado se encontró unalarga hilera de cámaras de la misma época. Laprimera idea que se le ocurrió a Mr. Woolleyfue la de que esta larga hilera de habitaciones(de cerca de 100 metros de largo) debía encon-trarse a lo largo de un gran patio del templodel noroeste; pero ninguna de las excavacio-nes efectuadas a este fin dio resultado positi-vo. En cambio, se encontraron calles y casasparticulares de los tiempos persas y neobabiló-nicos. Los suelos de estas edificaciones seencuentran tan bajos con relación a los de estahilera de cámaras de Kurigalzu, que hay quesuponer un descenso repentino del suelo. Y deello se infiere que el zigurat se alza y no sobreuna simple plataforma, sino en una terrazacompuesta que va descendiendo por peldañoshasta el nivel de la ciudad. Cada uno de estospeldaños está ocupado por edificios que secomunican con el templo.

Las edificaciones de Kurigalzu se suponendestinadas a almacén de provisiones, ofren-das y diezmos de la diosa luna. Alguna de lascámaras mide más de 20 metros de largo. Mr.Woolley cree que algún día se llegará a descu-brir que el rey kasita no ha hecho más queproseguir con su edificación una tradiciónmuy antigua.

VIVIENDAS Y TUMBAS DE LA ÉPOCA PERSALas excavaciones que fracasaron al buscar loslados del supuesto patio han añadido mucho,en otro sentido, a nuestros conocimientossobre aquel lugar. Ningún trabajo se habíaefectuado allí. El carácter de aquel sitio eraperfectamente desconocido. Ahora, en cam-bio, sabemos que desde los bordes del zigurathasta los muros de la ciudad se encontrabanamontonadas las viviendas de la población.Estas casas ahora descubiertas son muy poste-riores a las que se encontraron en la partesudeste de la ciudad. Los niveles más altos sonde la época persa y el más antiguo difícilmen-te alcanza al año 800 a.C. Contrastan desfavo-rablemente con las de la época de Abraham.Su construcción se ha hecho imitando el ladri-llo, las plantas son irregulares y no hay seña-les de que hayan tenido más de un piso. Essorprendente la falta de documentos escritos,que tanto abundan en los pavimentos de lascasas de 1900 a.C. Aun cuando continúa lacostumbre de enterrar a los muertos debajodel piso de la casa, las tumbas de los nivelesmás bajos son evidentemente poco lujosas, y,por si esto fuera poco, han sido saqueadas casitodas. Solamente en los ataúdes del periodopersa se han encontrado algunas cuentas deoro, vasijas vidriadas y pequeños adornospersonales de plata y oro.

UN ASOMBROSO MUESTRARIO DE LAS INFLUENCIAS EJERCIDASSOBRE EL ARTE DE MESOPOTAMIA«Un ataúd de éstos —dice Mr. Woolley— nosproporcionó una gran sorpresa». La casa enque fue encontrado había sido denudada y susbordes rasaban con la arena de la superficie.

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 563

564 C. LEONARD WOOLLEY

Evidentemente, alguien la había saqueado,pues faltaban los vasos de las ofrendas y hastalos huesos de las víctimas. Pero en el fondo delataúd quedaba una asombrosa colección depequeños trozos de terracota, cada uno con laimpresión de un sello. Nada menos que cercade 200 improntas de una asombrosa variedad,muchas esculpidas con exquisito arte, querepresentan todas las influencias artísticas—griegas, egipcias, babilónicas, asirias y per-sas— que han actuado sobre Mesopotamia.

En uno de estos relieves aparece la cabeza deDarío, el rey persa, con su gran barba y su coro-na. En otro está el mismo Darío estrangulandoun león. Hay también representaciones del toroalado y androcéfalo de Asiria y del dragón babi-lónico, de la cómica figura del Bes egipcio y deun grupo de Cupido y Psiquis —obra esta últi-ma de algún artista griego—. Nadie se ha podi-do explicar hasta ahora con qué objeto fue reu-nida esta colección y por qué fue colocada enaquella tumba. «Pero nos ofrece un excelentematerial —afirma Mr. Woolley— para el estu-dio del arte en aquellos tiempos».

UN TABLERO DE JUEGO SEMEJANTEA LOS ENCONTRADOS EN EGIPTOUn nuevo descubrimiento aguardaba en otrade estas casas persas. El edificio había sidodestruido por el fuego, y a un metro escaso deprofundidad había una capa de cenizas y tie-rra. Al cortar esta capa para seguir el muro dela habitación, un obrero encontró un cubile-te semejante en la forma a los viejos black-jacks ingleses (vasos de cuero en que se bebíala cerveza), apenas estropeada por el calorsu superficie pulimentada. Cerca de él se

encontraba un curioso objeto de piedra,plano y semejante al cuerpo de un violín, de-corado con rosetas y círculos tallados. Pordesgracia, y al contrario del cubilete vecino,no estaba intacto ni mucho menos. En uno desus extremos debía haber habido tres figuri-llas delicadamente esculpidas, pero de ellasno quedan más que los pies de un hombre ydos exquisitas cabezas de toro. Según Mr.Gadd, del Museo Británico, se trata de untablero de juego análogo en parte a los anti-quísimos encontrados en el cementerio realde Ur, pero que se parece más a algunos deEgipto —por ejemplo, el bellísimo ejemplarde marfil de la colección Carnarvon, en elMuseo Metropolitano de Nueva York—. El Mu-seo Británico posee fragmentos de tablerosanálogos procedentes de Mesopotamia, y secree que Esarhaddon, habiendo encontrado eljuego en Egipto, lo reintrodujo entre sus súb-ditos babilónicos. Las figuras que adornabanel tablero parecen indicar que el juego teníaun lado religioso —tal vez utilizado por labuenaventura—, a la vez que servía de meropasatiempo.

UN VASO DEL 2400 A.C. QUE ES LO MEJOR QUE SE CONOCE DELARTE APLICADO SUMERIOEl tercer hallazgo de esta serie ha sido unpequeño pero magnífico vaso de esteatita gris,en cuya superficie exterior hay esculpidascinco figuras de toro. Los cuerpos se encuen-tran vistos de perfil y esculpidos en bajorre-lieve, y las cabezas se destacan audazmente dela superficie, vueltas sobre los hombros yesculpidas en altorrelieve. Sobre cada animalhay una espiga de cebada y la representación

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 564

LA CIUDAD DE UR 565

total se refiere tal vez a la riqueza natural delvalle del Éufrates, su ganadería y sus cerea-les. La copa data del año 2400 a.C. aproxima-damente. Estamos ante uno de los motivosfavoritos del arte sumerio. En el Louvre seconserva una hermosa copa adornada con dra-gones. Igualmente se conocen fragmentos conrelieves que representan reses del país. Peroesta copa de Ur es lo mejor y más completo quese conoce del arte aplicado sumerio, «la másbella de dibujo y la más fina de ejecución»,según Mr. Woolley. Y ante este magnífico ejem-plar sumerio hay que volver a preguntarsecómo un objeto que data del año 2400 a.C. seencuentra en una casa persa del siglo V o IV a.C.¿Se trata de la casa de un coleccionista de anti-güedades?

LAS SUCESIVAS RESTAURACIONES DEL ZIGURATLa última parte de la estancia de Mr. Woolleyen Ur, durante la pasada primavera, estuvodedicada a la excavación de la cima del zigurat.Hasta ahora sólo se sabía de dos constructoreso restauradores de la gran torre: Ur-Engur,constructor en 2400 a.C., y Nabonidus de Babi-lonia, último restaurador del edificio en elsiglo VI a.C. Pero estas recientísimas excavacio-nes muestran que también otros gobernantesintervinieron allí. Desde el primer momento seadmitió la posibilidad de que la obra, sepultada,de Nabonidus, podía no ser otra cosa que restosde edificaciones anteriores, quizá de la terceradinastía. Ahora, con los últimos descubrimien-tos, se puede sentar ya un criterio casi definiti-vo sobre esta cuestión.

Imagínese la lentitud y meticulosidad de lasinvestigaciones en este punto en que la más

superficial excavación significaba la destruc-ción de la obra de ladrillo. Ciertos muros quese habían atribuido a Nabonidus resultabanahora muy anteriores, y su eliminación impli-caba cambios importantes en todo intento derestauración.

EL ZIGURAT ORIGINAL DE UR-ENGURPero el descubrimiento principal fue el deque, bajo las posteriores adiciones, se conser-vaba perfectamente la construcción originalde Ur-Engur.

Las tres grandes escalinatas —que desdeabajo se elevan hasta converger en la cima deltercer piso— fueron, como se sabe, construi-das por Ur-Engur, pero los escalones existen-tes hoy son obra de Nabonidus. A una profun-didad de un metro y medio se encontraron losescalones de la tercera dinastía, muy deshechos,pero todavía identificables. Los tres grandestramos se unen en un rellano cuadrado sobreel cual se alzaba un torreón, que tenía unaentrada por cada lado, tres de ellas para los tra-mos más bajos y la cuarta daba acceso a un sim-ple tramo que, continuando la línea de la esca-linata central, conducía al segundo piso de latorre. De este torreón solamente se conservanalgunos pilares y jambas. Es muy difícil adivinarsu aspecto original. Tal vez las puertas fuesenen arco y el tejado, de dos vertientes.

UNA CÁMARA IMPORTANTEA uno y otro extremo de la torre —que es deplanta oblonga y no cuadrada— se encontra-ron partes intactas del pavimento de ladrillococido del primer piso. Sobre éste se alzabanlos muros de contención del piso segundo, de

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 565

566 C. LEONARD WOOLLEY

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 566

LA CIUDAD DE UR 567

ladrillo cocido, inclinados graciosamente haciadentro como los del gran piso bajo, y como ellostambién decorados con someros contrafuertes.En el extremo sudeste una cámara ocupaba laparte central de la plataforma baja. Una puer-ta al nordeste permitía la entrada desde el nivelde la plataforma. Esta cámara, cuyo objeto noses desconocido, estaba construida con ladrillosde Ur-Engur. El hecho de haber sido recons-truido repetidas veces nos demuestra que estacámara era algo esencial en el zigurat.

RESULTADOS FINALES PARA LA RECONSTITUCIÓN TOTAL DEL ZIGURATEl segundo piso, a una altura de metro y medio,debió haber sido destruido en parte por losobreros de Nabonidus, pero con todo es desuponer que nunca habrá sido muy alto. Laaltura primitiva se podría calcular por las esca-leras que se elevan sobre el lado nordeste. Estetramo, junto con los muros que lo contienen,fue construido como una sola masa de ladrillo ybetún, y aun cuando la cima haya sido destrui-da para construir la cámara, es de suponer queel destrozo fuese de poca importancia. Cuando

Taylor, hace 65 años, socavó parte del zigurat ydescubrió los famosos cilindros de arcilla quenos dieron la historia de la torre e incidental-mente identificaron el lugar, abrió una zanjadesde la parte más externa al centro de la torre,destruyendo así los obreros mucho de lo queNabonidus había respetado de la fábrica pri-mitiva. Sin embargo, gracias a los peldaños con-servados se puede calcular exactamente la altu-ra de la escalinata y su inclinación. Hasta lacima del piso segundo, la reconstrucción gene-ral del zigurat de Ur-Engur no admite dudas.

También quedan restos del piso tercero,siquiera sean unos ladrillos, que dan las medi-das aproximadas de este piso último. Su plan-ta es relativamente pequeña y el altar o temple-te que sobre él se elevaba debía ser todavíamás pequeño. Probablemente se ajustaba a ladescripción que Heródoto hace del templeteque coronaba el zigurat de Nabucodonosor enBabilonia.

En fin, la reconstitución del zigurat graciasa los últimos trabajos es —como dice Mr.Woolley— mucho más detallada y más ciertade lo que jamás se había esperado.

El zigurat de Ur, restauración hecha especialmente para Summa Artis de los señores Cossío y Pijoán por el Institute of Art, de la Universidad de Chicago.

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 567

568 C. LEONARD WOOLLEY

CARTA DE C. LEONARD WOOLLEYAL EMBAJADOR BRITÁNICO, CON EL RESUMEN DE SU CONFERENCIA

British MuseumLondres, W.C.1.2 de junio, 1929

A Su Eminencia el embajador británico,Madrid.

Su Excelencia,En respuesta a su telegrama, le he enviadouno diciendo que el cambio que propone parala fecha de mi conferencia, el 19 de junio, meparece perfecto, y ahora le ruego que me loconfirme.

Mi mujer me acompañará, llegaremos a Ma-drid en el tren de la tarde (a las nueve) ellunes 17 de junio y nos marcharemos el 21.Confío en que estos preparativos sean conve-nientes.

Adjunto un breve resumen de mi confe-rencia, como me pidió.

Créame, Su Excelencia,cordialmente suyo,

C. Leonard Woolley

[RESUMEN DE LA CONFERENCIA]

La conferencia comenzará con unas brevesreferencias a algunos de los edificios más tar-díos de Ur, fechados en la época de Nabucodo-nosor. Luego se tratará el periodo de Abra-

ham con más detalle, ilustrando las casas par-ticulares de la época, las ruinas de los princi-pales templos y el zigurat o torre escalonada,construida alrededor del año 2300 a.C. porUr-Nammu. Las casas particulares, construi-das entre 2100 y 1900 a.C., muestran que lavida urbana de ese periodo fue extraordina-riamente desarrollada; bien edificadas enladrillo, tienen dos alturas, y, en su planta ysu apariencia, se adelantan a la casa árabe:su descubrimiento cambia en gran medidanuestras ideas sobre el origen de la historiadel patriarca. El zigurat es el monumento másimportante conservado en Ur: una copia localde la Torre de Babel y el centro religioso dela ciudad. La inscripción de su construcciónse conserva en un relieve de piedra caliza,uno de los mejores ejemplos que tenemos delarte de la época, un arte ilustrado tambiénpor las cabezas de las estatuas encontradasen las ruinas de los templos.

Luego se describirán los descubrimientosrealizados en el gran cementerio de Ur, cuyastumbas datan de 3500 a 3200 a.C., y queincluye las ahora famosas tumbas reales, consu riqueza de objetos de oro y la evidencia desacrificios humanos. El interés especial delarte y la cultura dados a conocer a través deestas tumbas recae en que son de un ordensorprendentemente superior y que en el tiem-po son anteriores a la primera dinastía egip-cia: los sumerios, por lo tanto, deben ser reco-nocidos por ser, hasta donde sabemos, lacivilización más antigua del mundo, y sepuede demostrar que el mundo moderno estádirecta e indirectamente endeudado con él demuchas maneras.

Traducción: Trilce Arroyo Palacios

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 568

LA CIUDAD DE UR 569

CARTA DE ALBERTO JIMÉNEZ FRAUDAL DUQUE DE ALBA

Residencia de Estudiantes / Pinar, 21. Madrid.19 de junio de 1929

Mi querido duque: En una larga conversación que tuve anochecon Woolley sobre sus trabajos, le oí decir loque le escribo en la adjunta nota, que lemando porque seguramente querrá ustedhacer uso de ella en su presentación. Es detanta importancia esta noticia que sería unalástima que pasara inadvertida para el públi-co; y subrayada por usted y en español des-pertará gran interés.

Su afectísimoAlberto Jiménez

Al final de su conferencia, el señor Woolleydescribirá cómo se encontró bajo los montícu-los de escombros, a sesenta pies de profundi-dad, donde estaban las tumbas reales, unacapa de arcilla de ocho pies de grosor deposi-tada por el agua sobre los restos de una civili-zación anterior.

Esta arcilla es una reliquia de la inunda-ción descrita en la leyenda y la historia sume-ria, es la misma inundación que constituye elorigen de la historia bíblica de Noé.1

Traducción: Trilce Arroyo Palacios

1 La nota está escrita en inglés y dice, textualmente: «Atthe end of his lecture Mr. Woolley will describe how, underthe sixty-foot deep mounds of rubbish in which the royaltombs lay, there was found a bed of clay 8 feet thick deposit-ed by water over the remains of a yet earlier civilisation.This clay is a relic of the flood described by Sumerian legendand history, the same flood as forms the background of thebiblical story of Noah».

08 C historico woolley 27/11/10 13:53 Página 569