UNIVERSIDAD RICARDO PALMA ÁREA ACADÉMICA HUMANIDADES Taller De Comunicación Oral Y Escrita...

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UNIVERSIDAD RICARDO PALMA ÁREA ACADÉMICA HUMANIDADES Taller De Comunicación Oral Y Escrita PROFESOR(A): Rondón Hidalgo, Mercedes Travesuras De La Niña Mala Nombres Xu Mengyao Luo Jingwen Zhu Hong Vilcamiche Chávez Gian Carlo De la Cruz Peña, Christian 2013-2

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UNIVERSIDAD RICARDO PALMA

ÁREA ACADÉMICA HUMANIDADES

Taller De Comunicación Oral Y Escrita

PROFESOR(A): Rondón Hidalgo, Mercedes

Travesuras De La Niña Mala

Nombres

Xu Mengyao

Luo Jingwen

Zhu Hong

Vilcamiche Chávez Gian Carlo

De la Cruz Peña, Christian

2013-2

A la amistad que se formó entre dos peruanitos

pichiruches y tres grandes compañeras

de la República Popular China

ÍNDICE I. Introducción

II. Biografía

III. Obras del autor

IV. Estructura de la obra

V. Resumen de la obra

VI. Textos argumentativos y personajes

VII. Valores de la obras

VIII. Conclusión

IX. Referencias

I. Introducción

La nueva novela de Mario Vargas Llosa, Travesuras de la niña mala,

es básicamente una historia de amor que abarca casi toda la vida de

Ricardo Somocurcio y la “niña mala” (Lily, Madame Arnoux, Otilia,

etc.). Él está perdidamente enamorado de ella desde la adolescencia

que compartió en el distrito limeño de Miraflores “aquel verano

fabuloso de 1950”; pero ella (menos emocional, más egoísta) sólo

acepta ese amor eventualmente, hasta que abandona a Ricardo por

otro hombre con más dinero. Los encuentros y desencuentros de la

pareja, siempre bajo la misma dinámica, se repiten a lo largo de 40

años y en diversos países, en los que ella se presenta siempre con

diferente nombre y nacionalidad.

Los desplazamientos geográficos y las insólitas peripecias de la

protagonista aproximan el relato a la novela de aventuras. Después

de todo, la “niña mala” es una aventurera que pasa de un amante a

otro: un líder revolucionario en la Cuba de Fidel, un frívolo millonario

en el “Swinging London” de fines de los 60’s, un siniestro mafioso en

Tokio, etc. Ricardo, por el contrario, es un anodino hombre de letras

(escritor y traductor), radicado definitivamente en París, que

siguiendo las huellas de su amada descubre ambientes y personajes

singulares a los que dedica, en su condición de narrador, cada uno de

los capítulos de la novela: El guerrillero, El niño sin voz, Arquímedes,

constructor de rompeolas.

No obstante, la novela puede leerse simplemente como una

fascinante historia de amor y de aventuras, con acciones y picos

dramáticos bien dosificados. O una revisión, más irreverente y

cáustica que reflexiva o rigurosa, de temas como el exilio, la historia

peruana de las últimas décadas (desde las guerrillas de los 60’s hasta

la violencia de los 80’s), los límites entre la realidad y la ficción; y el

propio lenguaje, a partir del cual definen sus identidades ambos

protagonistas: Ricardo como traductor, la niña mala por su habilidad

para imitar los acentos característicos de cada país de habla

hispana. Travesuras de la niña mala es una muy buena novela, un

divertimento literario en la que el lector llega a ser abstraído desde

las primeras líneas.

II. Biografía

Jorge Mario Pedro Vargas Llosa nació un domingo 28 de marzo de

1936 en la ciudad de Arequipa (Perú). Sus padres, Ernesto Vargas

Maldonado y Dora Llosa Ureta, ya estaban separados cuando vino

al mundo y no conocería a su progenitor hasta los diez años de

edad.

Estudia la primaria hasta el cuarto año en el Colegio La Salle de

Cochabamba en Bolivia. En 1945 su familia vuelve al Perú y se

instala en la ciudad de Piura, donde cursa el quinto grado en el Colegio Salesiano de esa ciudad. Culmina su educación primaria

en Lima e inicia la secundaria en el Colegio La Salle.

El reencuentro con su padre significa un cambio en la formación

del adolescente, que ingresa al Colegio Militar Leoncio Prado de

Lima, en el cual sólo estudia el tercer y cuarto año; sin embargo,

termina la secundaria en el Colegio San Miguel de Piura.

En 1953 regresa a Lima. Ingresa a la Universidad Nacional Mayor

de San Marcos, donde estudia Letras y Derecho. Su opción no fue

aceptada por su padre, por lo que fue una etapa sumamente

difícil, más aún cuando a los dieciocho años decide contraer

matrimonio con su tía política Julia Urquidi, lo que aumentó sus

urgencias económicas. Paralelamente a sus estudios desempeña hasta siete trabajos diferentes: redactar noticias en Radio Central

(hoy Radio Panamericana), fichar libros y revisar los nombres de

las tumbas de un cementerio, son algunos de ellos. Sin embargo,

sus ingresos totales apenas le permitían subsistir.

En 1959 parte rumbo a España gracias a la beca de estudios

"Javier Prado" para hacer un doctorado en la Universidad

Complutense de Madrid; así, obtiene el título de Doctor en

Filosofía y Letras. Luego de un año se instala en París.

Los esfuerzos por llevar a cabo su vocación literaria dan su primer

fruto cuando su primera publicación, un conjunto de cuentos

publicados en 1959 con el título Los jefes, obtiene el premio

Leopoldo Arias. Anteriormente había escrito una obra de teatro, el

drama La huida del Inca.

En 1964 regresa al Perú, se divorcia de Julia Urquidi y realiza su

segundo viaje a la selva donde recoge material sobre el

Amazonas y sus habitantes.

En 1965 se casa con su prima Patricia Llosa. De la unión nacen

Álvaro (1966), Gonzalo (1967) y Morgana (1974). En 1967

trabaja como traductor para la UNESCO en Grecia, junto a Julio

Cortázar; hasta 1974 su vida y la de su familia transcurre en

Europa, residiendo alternadamente en París, Londres y Barcelona.

El año 1990 participa como candidato a la presidencia de la

República por el Frente Democrático-FREDEMO. Luego de dos

peleados procesos electorales (primera y segunda vuelta), pierde

las elecciones y regresa a Londres, donde retoma su actividad

literaria.

En marzo de 1993 obtiene la nacionalidad española, sin renunciar

a la nacionalidad peruana.

Los méritos y reconocimientos lo acompañan a lo largo de su

carrera. En 1975 es nombrado miembro de la Academia Peruana

de la Lengua y en 1976 es elegido Presidente del Pen Club

Internacional. En 1994 es designado como miembro de la Real

Academia Española.

III. Obras del autor

Novela

La ciudad y los perros (1963), Premio Biblioteca Breve y Premio de la Crítica de

España

La casa verde (1966), Premio Rómulo Gallegos

Los cachorros (1967)

Conversación en La Catedral (1969)

Pantaleón y las visitadoras (1973)

La tía Julia y el escribidor (1977)

La guerra del fin del mundo (1981)

Historia de Mayta (1984)

¿Quién mató a Palomino Molero? (1986)

El hablador (1987)

Elogio de la madrastra (1988)

Lituma en los Andes (1993), Premio Planeta

Los cuadernos de don Rigoberto (1997)

La Fiesta del Chivo (2000)

El paraíso en la otra esquina (2003)

Travesuras de la niña mala (2006)

El sueño del celta (2010)

El héroe discreto (2013)

Ensayo

Bases para una interpretación de Rubén Darío, tesis universitaria (1958)

Carta de batalla por Tirant lo Blanc, prólogo a la novela de Joanot Martorell (1969)

García Márquez: historia de un deicidio (1971)

Historia secreta de una novela (1971)

La orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary (1975)

Entre Sartre y Camus, ensayos (1981)

Teatro

La huida del Inca (1952; pieza no publicada)

La señorita de Tacna (1981)

Kathie y el hipopótamo (1983)

La Chunga (1986)

El loco de los balcones (1993)

Ojos bonitos, cuadros feos (1996)

Odiseo y Penélope (2007)

Al pie del Támesis (2008)

Las mil noches y una noche (2009)

Memoria

El pez en el agua (1993)

Contra viento y marea. Volumen I (1962-1982) (1983)

La suntuosa abundancia, ensayo sobre Fernando Botero (1984)

Contra viento y marea. Volumen II (1972-1983) (1986)

Contra viento y marea. Volumen III (1964-1988) (1990)

La verdad de las mentiras: ensayos sobre la novela moderna (1990)

Carta de batalla por Tirant lo Blanc (1991)

Un hombre triste y feroz, ensayo sobre George Grosz (1992)

Desafíos a la libertad (1994)

La utopía arcaica. José María Arguedas y las ficciones del indigenismo (1996)

Cartas a un joven novelista (1997)

El lenguaje de la pasión (2001)

La tentación de lo imposible, ensayo sobre Los Miserables de Víctor Hugo (2004)

El viaje a la ficción, ensayo sobre Juan Carlos Onetti (2008)

La civilización del espectáculo (2012)

Piedra de Toque. Volumen I (1962-1983) (2012)

Piedra de Toque. Volumen II (1984-1999) (2012)

Piedra de Toque. Volumen III (2000-2012) (2012)

IV. Estructura de la obra

Capítulo 1:

Las chilenitas

Capítulo 2:

El guerrillero

Capítulo 3:

Retratista de caballos en el

swinging London

Capítulo 4:

El Trujimán de

Cháteau

Meguru

Capítulo 5:

El niño sin voz

Capítulo 6:

Arquímedes, constructor

de rompeolas

Capítulo 7:

Marcella en Lavapiés

V. Resumen de la obra

La historia gira en torno a dos personajes principales: Ricardo y una

misteriosa mujer que cambia constantemente de nombre y que

nosotros conocemos como "la chilenita". Ricardo está perdidamente

enamorado de ella desde que era un niño y la conoció en Miraflores,

el barrio de Perú donde ambos vivían. Sus vidas se entrecruzarán una

y otra vez durante los siguientes años, en escenarios tan lejanos

como París -donde transcurre la mayor parte de la novela-, Londres, Tokio o Madrid. Ricardo no conseguirá nunca quitarse de la cabeza a

su adorada chilenita, una femme fatale -de ahí su apelativo de "niña

mala"- que lo utiliza una y otra vez y le abandona cada vez que le

apetece, para desaparecer durante años, dejando a nuestro

protagonista desconsolado y repitiéndose a sí mismo que es la última

vez que se deja seducir por ella. La niña mala es una mujer llena de

contradicciones, pues aunque siente una gran atracción por el lujo y

la riqueza, que es lo que persigue desde el comienzo de la historia,

en ningún momento nos aparece como una persona feliz, excepto en

los breves instantes que pasa con Ricardo, el niño bueno que la

perdona una y otra vez y que corre a su encuentro olvidando su

último desplante. Él es consciente en todo momento de lo absurdo de

este amor, un amor que él siente como no correspondido, pero es incapaz de renunciar a ella, y no duda en sacrificar todos sus ahorros

cuando es necesario para cuidarla, aun sabiendo que la niña mala no

tardaría en desplegar sus alas y alzar de nuevo el vuelo muy lejos de

él.

Ya al final de la novela conocemos el verdadero origen de la chilenita,

que nació y se crio entre chabolas y miseria, y que ya desde pequeña

soñaba con ese mundo de lujo y de excesos que a ella le quedaba tan

lejos. De ahí su empeño constante en borrar sus orígenes y hacerse

pasar por otras personas, cambiando constantemente de identidad,

sin saber que esa pasión por la riqueza -o sabiéndolo y siendo

incapaz de vencer ese apego al lujo, que podría considerarse una especie de enfermedad- le traería una gran infelicidad a lo largo de

toda su vida. Es una persona que se hace daño a sí misma hasta

llegar casi hasta autodestruirse, y será el propio Ricardo el que la

saque de ese estado de ruina, logrando que vuelva a florecer, aunque

no por mucho tiempo.

VI. Textos argumentativos

Capítulo 1 Zhu Hong

El personaje principal, Ricardo Somocurcio, vivía con mi tía desde que

sus padres murieron. En aquel verano, se presentaron cambios

fuertes en la sociedad limeña por ejemplo, la gente ya no bailaba

valses, corridos, blues, boleros y huarachas sino mambo. También la

forma de jugar cambió. Sin embargo lo que me intereso era que

vinieron las dos hermanas, la mayor se llamaba Lily y otra Lucia. Lily

se destacó por su belleza y además era de pensamientos muy

abiertos. Yo me enamore de ella muy rápido, en aquel verano, le caí

tres veces, y ella también me dijo “no” tres veces. Creía que éramos

una pareja porque nos contactábamos mucho. Y actuamos como una

pareja ya que no deje de amar a ella. Cuando salimos, siempre nos

acompañó Lucia, así que no pudimos hablar de las cosas que nos

gustaba sino de algo aburrido. Las cosas que contaba Lily era un

anticipo del cielo parisino considerando que sería muy maravilloso

todo en Chile. Me confundió un poco la razón para que ellos se

trasladaran de un país tan maravilloso, según ellas, como Chile a

Perú, Sabía que ellos eran muy pobres, ya que Vivian en Lima, nunca

celebraron un cumpleaños, no dieron una fiesta, tampoco nos

invitaron a tomar el té y menos a jugar como si se avergonzaran de

que conocíamos su condición de vivir. Sin embargo, eso me fortaleció

la decisión de mantener a toda su familia, después de casarme con

Lily. Entonces, unos amigos empezaron a burlarse de ellas dos, las

defendía sin falta argumentando celos por su parte. Durante una

fiesta que celebro en la casa de la familia de la chica rica ocurriría un

hecho trascendental en ese barrio de Miraflores, casi toda la gente

acudió allí y disfrutaban mucho. De pronto, cuando la chica rica las

llevo a las dos hermanas a visitar a su tía quien también era de Chile.

Mientras tanto, yo fui al probador de la piscina para fumar donde

encontré a mi compañero de colegio. Conversábamos sobre las dos

chilenitas, el quería caer a Lily, lo que no lo permití. Lo animé a caer

a Lucía. Luego, cuando me disponía a caer a Lily que tras la larga

conversación con la tía chilena de la niña rica habían cambiado

mucho, incluso Lily no pudo bailar con normalidad. Después se

produjo algún molestar entre el público, diciendo que las dos no son

chilena, nos estuvieron engañando. ¡Qué feo! Así las dos hermanas

se fueron perdieron, aunque las malas lenguas criticaban mucho a

ellas. Para mí, no las olvidaría, y lo tome por el verano más fabuloso

de todos.

Capítulo 2 Luo Jingwen

Después de algunos años, Ricardo cumple su sueño de vivir en Paris,

trabajaba como traductor de la UNESCO. En Paris, conoció a Paul, un

cocinero, estudiante de biología que abandonó sus estudios por

uniese a los nuevos pensamientos que surgieron en el mundo a raíz

de revoluciones como la cubana. Paul recibía en Paris a personas que

luego enviaba a Cuba para un entrenamiento militar, fue así como

Ricardo, quien por hacerle un favor a Paul, acepto ir a recoger a unas

nuevas reclutas al aeropuerto a instalarlas en algún hotel barato,

pero se llevó una gran sorpresa al darse cuenta de que una de las

camaradas Arlette, era la chilenita. Pasaron algunos días agradables

en Paris, pero ella debía partir a cuba, así que se separan

nuevamente. Unos años después, Ricardo se enteró de la muerte de

su tía Alberta, entonces debía viajar a Perú. Cuando fue a visar a las

oficinas de la UNESCO a cerca de su viaje obligado, se encuentro con

la chilenita, pero ya no era la chilenita, ni la camarada Arlette, ahora

es la señora Robert Arnoux. Con lo cobrado por la herencia de su tía

regreso a Paris y se compró un departamentito, lo demás del dinero,

lo gasto con la señora Robert Arnoux, se veían frecuentemente en el

cine, en los bistrots, en su departamento. Pasaron un fin de semana

muy lujurioso, pero al término de este, la Nina Mala recibió una

llamada muy extraña y solo le dijo a Ricardo que se debía ir con

urgencia. Pasaron los días, hizo muchas llamadas esperando

encontraría, pero nada. La Niña Mala había desparecido. Al regresar

Ricardo de uno de sus viajes de trabajo por Europa decidió ir a

buscarla hasta su casa, pero el señor Robert Arnoux le dijo que ella

había huido, se había fugado con todos sus ahorros.

Capítulo 3 Xu Mengyao

La historia continua en Londres. Ésta ciudad desplazó a París como la ciudad de las modas que partiendo de Europa. Y es aquí, donde la

libertad sexual, explotó con los hippies. Ricardo saltó de traductor a

intérprete al mismo tiempo. En uno de sus múltiples viajes por

Londres se encontró su amigo de la adolescencia Juan Barreto y este

le narra su magnífica historia de cómo pasó de hippie a uno de los

mejores retratistas de cabellos de Londres, gracias a una señora que

se llama Mrs. Stubard. Fue entonces cuando Ricardo preguntó a Juan

que si la conocía y Ricardo insistió mucho para que Juan le llevara a

un evento de cabellos con el pretexto de verla. Y fue así como en una

fiesta en una mansión de un italiano donde se encontraron de nuevo,

pero no tuvieron oportunidad de hablar así que él le dejó a ella un

papel con el número de teléfono de la casa de Juan. Ella lo llamó dos

días después .Cuando se vieron, ella le contó que ahora era mujer de

David Richardson. Tuvieron encuentros frecuentes durante

aproximadamente dos años con Ricardito. Volvieron a encontrarse

dos veces a la semana, ella le contaba la vida detestable llevada en

Newmarket con las bestias de caballería y con su esposo celoso.

Antes de fugarse, preguntándole sí le había dicho a su actual esposo

sobre su estado de casada en Francia. Aunque a él le hubiera gustado

decírselo, él no fue. Ella le habló de problemas y antes de cortar la

llamada le avisó que lo llamaría para tenerlo al tanto. La niña, ya

madura, quería seguir viviendo a su manera, sin dueño. Desafortunadamente, al mismo tiempo, su amigo Juan Barreto murió

de una enfermedad desconocida producto de una vida desordenada

en sus relaciones íntimas, eso hizo que Ricardo se sintiera triste y

desesperado.

Capítulo 4 De la Cruz Peña, Christian

Ricardito, volvió a refugiarse en su querida París, después de la

partida de su amada, quien le ha venido robando el sueño, durante

toda la narración. Siempre la extrañaba, pensaba en ella. Era

paradójico que en tanto tiempo no había podido olvidarla. El único

amigo en París era el Trujimán, uno de los más grandes traductores

por esos años. Él fue a trabaja en Mitsubishi en Tokio, Japón. Desde

allá se comunicaba con Ricardito, mientras éste se dedicaba a fondo a

la traducción e interpretación, ya no sólo en conferencias por motivo de trabajo, sino ahora gratificantemente, había tomado como

menester, traducir obras de autores rusos de la talla de: Chéjov.

Paralelamente, la novela sigue narrando los acontecimientos en Perú.

Por esos años, en 1980, había vuelto a la democracia y gobernaba el

país Belaunde Terry nuevamente. El Trujimán en sus cartas, le

contaba a Ricardo sus amores, con una japonesita llamada Mitsuko.

En una de las misivas enviadas por el Trujimán a nuestro maduro

traductor, decía: "Saludos de la niña mala". Su amor de siempre,

estaba en la ciudad nipona; adoptó el nombre de Kuriko y estaba con

un Jefe Yakuza, según Ricardito, traficante de pieles de animales

exóticos por Europa y África. Ricardo enterado que su amada se

encontraba en tierras niponas, preparó un viaje a Tokio. Durante su

estadía la pasó muy bien en compañía de Kuriko, ella ahora podía atenderlo, hacerle conocer Tokio, sus museos, plazas y lugares de

turismo pues, con quien contrajo su actual unión marital, era un

polígamo. Y, éste, le permitía de todo. Ésta era la vida que a ella le

gustaba, libre, sin ataduras, completamente dueña de su destino.

Dueña y no tan dueña. Pues, el jefe Yakuza despertaba en Kuriko,

una especie de dependencia animal, a la que ella misma tenía miedo.

Estaba sujeta, abyecta, subordinada, sin manos, ni brazos sin poder

entender la razón en sí misma de tal sometimiento. Ricardo le

preguntaba sí ella por fin se había enamorado. Ella respondía no. Le

habló de una supeditación inexplicable. Ella sabía, su esposo, tenía

miles de mujeres y en cualquier momento la dejaría, pero, por algún

motivo no podía liberarse. Kuriko estaba contenta mientras iba por el

mundo conociendo los muchos continentes, a la vez, traficando pieles

de animales y bestias exóticas.

La noche más terrible que paso el niño bueno en Tokio, ocurrió en la

casa del Yakuza, en la habitación de Kuriko. Estaban los dos haciendo

el amor de lo más fenomenal. Él, no se había dado cuenta que el

marido de Kuriko estaba masturbándose al otro lado del cuarto, observándolos, como fornicaban. Él sintió tal desprecio por Kuriko y

la votó de la cama. Le dijo que no quería volverla a ver nunca más.

Maldita era la hora en que, ella se cruzó en su vida. Él tenía todas las

intenciones de matar al hombre a golpes, pero el caballero nipón de

pequeña estatura ya se había ido. Esa noche ella le dejó claro que

todas las atenciones que, había tenido con él hasta entonces, eran

impostadas. Él huyó de la casa del Yakuza. Y regresó a París, jurando

olvidarla para siempre.

Capítulo 5 De la Cruz Peña, Christian

De vuelta en la ciudad de sus sueños de infancia, ya Ricardito

instalado en su apartamento de la École Militaire; hizo buenas migas

con la familia Gravoski, compuesta por el matrimonio de Elena y

Simon, más su hijo adoptivo Yilal, nativo de Vietnam. El hijo de los Gravoski sufría de mudez. En una de las tantas noches, conversando

en la casa de los Gravoski, Ricardo se atrevió a contarles a la pareja

de cónyuges que estaba perdidamente enamorado, de una mujer con

mil caras. Él contó de inicio a fin, lo que para él, un hombre de

cincuenta y tantos años significaba el amor. Narró las miradas

cómplices, las miradas de incógnita, posibles sólo para una mujer tan

indescifrable como ella, los besos, abrazos, caricias, paseos,

caminatas, cenas, almuerzos, los días y las tardes. Y también, las

penurias, arribismos, abandonos, desplantes, los desvelos, silencios,

olvidos, la humillación de Kuriko en Tokio con el jefe de la mafia y las

noches. Los pocos momentos de felicidad pasados cada vez que

aparecía la niña mala, pero desaparecidos cada vez que se fugaba

con algún marido más rico. Ellos quedaron sorprendidos con la historia y Elena quedó maravillada por la historia de amor. Habló de

su esposo, un insensible belga sin sentimientos para ella. En esos

instantes, Ricardo, ruboroso, soltando unas lágrimas, sintió por fin su

amor compartido y lo entendían por primera vez. Sintió la amistad

cobijada y resguardada en la casa de los Gravoski; se tomaron unas

copas en nombre de ese malsano amor, capaz de vivir y desvivir a

este niño bueno. Comprendió entonces esto era una obsesión.

Más tarde, Ricardo, recibió llamadas de la niña mala, hasta en cuatro

oportunidades. En ninguna ocasión se atrevió a contestar, siempre le

colgó. Bien merecido se lo tenía esa malvada, pero, por influencia de

los Gravoski y porque Yilial en una pizarra había escrito: "Cuando

estabas de viaje, llamó la niña mala” más las dudas de la pareja

Gravoski sobre la mudez de Yilial, porque no sabían quién contestó la

llamada y el único capaz de haber contestado era Yilial pues, siempre

veía sus programas favoritos de la televisión, en el apartamento de

Ricardo; es cuando se atreve a contestar el niño bueno, además de

las ganas de saber el porqué de las insistencias telefónicas de la niña

mala. Durante la conversación Ricardito se mostró reticente a

escucharla. Ella le contó su estancia en París queriéndolo ver con urgencia, sólo una media hora. Según ella, no le tomaría más tiempo.

Pactaron la cita para dos días después en La Rhumerie. El día del

encuentro hubo, todo tipo de recriminaciones por parte de Ricardo. La

niña mala le contó sobre su detención en uno de sus viajes

realizados. Específicamente por África, en Lagos. Dentro del centro

penitenciario, los policías encargados de la custodia del penal, la

violaron. Y, cuando se contactó con su marido en Japón éste le

contestó con arrogancia crueldad. El jefe Yakuza le dijo: “ya estas

quemada” En alusión al abuso e insinuando un contagio del SIDA y la

largó como a una perra con tiña.

El estupro ocurrió hace más de un año. El niño bueno, vaciló durante

la conversación, pues ya no sabía si creerle o no. Ella había dicho

tantas mentiras. Se volvieron a encontrar una vez más, ella seguía

delgada, había cambiado tanto desde aquella vez cuando él la vio en

Tokio; parecía desfallecer al andar, muerta en vida, un espanto de

mujer. Conversaron un momento. Luego ella sintió desmayarse. Y, él

decidió llevársela en taxi al hospital. En el camino se arrepintió pues,

ella no tenía papeles, y en ese estado, dejar a la niña mala en

prisión, estaría mal. De eso, no sería capaz el niño bueno. Entonces,

se la llevó a su casa. Su amiga Elena, la revisó, ella era doctora en el

Hospital Cochín. Se le dio unas pastillas y se le recomendó reposo.

Unos días después, Elena había arreglado todo para hacer entrar a la

niña mala al Hospital de Cochín sin peligro de ser denunciada por

indocumentada. Los resultados del Hospital fueron terribles. Ella

sufrió aberraciones y tenía la vagina destrozada; su fatiga y

abatimiento se explicaban por, el extremo estrés de cumplir, por

primera vez, el papel de víctima. Sabe Dios dónde.

Planearon todo lo necesario para poder internar a la niña mala en una

clínica privada, con un especialista; quien la atendería y le devolvería

la vigorosidad de antaño. Ella en las cuatro semanas, como

internada, se recuperó por completo. Pero antes de partir el director

de la clínica le indicó a Ricardito, su intención de querer hablar a

solas con él. Mientras llegaba la fecha de la cita, la niña mala, se

portaba bien, como una esposa abnegada andando por el camino

recto, del bien. Y, con ello, el niño bueno, era feliz, pleno. Cuando

Ricardo fue a la reunión con el director de la clínica, se enteró la

verdad del asunto; la niña mala había sido sometida a toda clase de

vejaciones por parte de su último marido: el jefe Yakuza de la mafia.

En las últimas sesiones de hipnosis a la paciente, ella reveló en

estado de trance, la vida fatal, llevada hasta ese entonces. El Yakuza

la compartió con sus súbditos y le hacía tragar un polvo. Estas

moléculas de polvo la llenaban de gases, haciéndola soltar

innumerables e inagotables pedos. Y, ese era el placer absoluto del enfermo nipón: tenerla desnuda amarrada a una cama soltando pedo

tras pedo delante de quién sabe cuántos. Él gozaba y ella no podía

hacer nada más. Estaba absolutamente sometida. Ella había elegido

ese camino. Pero, en algún momento ella sintió un peligro inminente

y logró escapar.

Ahora, por momentos a la niña mala, se le volvían los recuerdos de

aquella vida llevada, sin poder sobre sí misma y se llenaba de miedo,

pavor, le temblaba el cuerpo, perdía el control y no podía ni siquiera

orinar por sí sola. Lo hacía agarrada de la mano de nuestro buen

Ricardo. Que se había portado como un caballero ante el infortunio de

la niña mala. La niña ya mayor, con bastantes años encima, parecía haber decidido sentar cabeza. Se casó con Ricardo para poder

trabajar sin problemas en París y llevar una vida de esposa ejemplar.

Estuvieron felices buen tiempo. Hasta que un día Ricardo, entró a su

pisito del École Militaire y encontró una carta de la niña mala dejando

entrever claramente y bueno, ya todos a la altura del relato sabemos

de sus ambiciones; y esa no era la vida, planeada por ella. Él por

poco se suicida, si no fue por un vago quien lo rescató de la muerte.

Él regresó a su apartamento, triste, abatido, perdido, disgustado de

la vida llevada, de abandono en abandono, todo por culpa de esa

maldita. Y, ella estaba ahí probándose un vestido: "Que había

cambiado de opinión". Él la aventó contra el piso de un golpe y quería

estrangularla. Ella le respondió con total cacha: "Estas aprendiendo

como tratar a una mujer, niño bueno". Él la maldecía, y le gritaba sus verdades, mientras la tenía agarrada del pescuezo. De pronto, se dio

cuenta que si seguía por unos segundos, la mataba. Entonces se echó

a llorar, ella también, y le prometió que ahora se portaría bien.

Hicieron el amor y acabaron la noche juntos.

Capítulo 6 Vilcamiche Chávez Gian Carlo

Ricardo volvió a Lima después de casi veinte años. El tío Ataúlfo le

presento a su sobrino, el ingeniero Alberto Lamiel, “un muchacho alto

y agringado, atlético, con el pelo cortado casi al rape, muy moreno”.

Él durante todo el tiempo que estuvo con Ricardo lo trataba como a

un hombre realizado y exitoso, pues venía de una larga estadía en la

ciudad de la luz, lo cual era todo un logro para muchos. Tenía una

novia en Boston con la que se iba a casar dentro de unos meses.

Estaba escribiendo un reporte para la revista de su universidad de los

rompeolas, su informante era Arquímedes, a quien lo llevo a

conocerlo. Fueron al malecón Figueredo de La Punta, frente a la playa

de Cantolao, donde estaba Arquímedes “un cholo blanco y misérrimo,

esmirriado, con los pelos ralos y revueltos”. Ricardo lo invitó a comer

a donde él quiera. Llegó a las doce de nuevo a la playa de Cantalao,

para ir al Chim Pum Callao “una fondita de mala muerte, en una de

las esquinas del Parque José Gálvez en Chucuito, el lugar que había elegido.

En la conversación, Ricardo se dio cuenta de que la hija de

Arquímedes era la niña mala, a la que Arquímedes no quería ver

nunca más, pues ella había enterrado ese pasado y junto a ello a su

familia que tantas peripecias pasaba. Su nombre verdadero era Otilia,

del cual Ricardito al escuchar no pudo contener más de una carcajada. Le contaba de que antes se acordaba de su familia, para

Fiestas Patrias o su cumpleaños mandaba una carta o un cheque,

hasta que él le pedio el pasaje para ir a Francia. Ahí no le respondió

nunca más. Él no quería que lo mantuviera, él iba a trabajar para

después llevar a su familia. Le contó también que desde muy chiquita

se avergonzaba de ellos, ella quería ser como los ricos. Había

conquistado a la familia donde su madre trabajaba de cocinera, los

señores Arenas, la trababan como una niña de la casa, entonces cada

día se avergonzaba más de sus padres.

Cuando regresó a la casa de Ataúlfo, después de haber almorzado

con Arquímedes, llamó a la niña mala porque la extrañaba pero ella

no atendió, ni esa ni las otras veces que el la llamó. Ella encontró el

trabajo de relacionista de eventos que tal vez había sido el mejor remedio para su estado de ánimo, aquí acompañando a Martine iba

de provincia en provincia a organizar eventos. Cuando regresó a

París, a su departamento de Joseph Granier la niña mala estaba allí,

contenta de su regreso y él aliviado de que ella no se hubiera ido. Ella

estaba muy contenta de la llegada de Ricardito y él de encontrarla en

casa, pues su personalidad tan fugitiva y escarpada podría

manifestarse en cualquier momento y de la forma impredecible.

Capítulo 7 Vilcamiche Chávez Gian Carlo

En su trabajo de relacionista de eventos se dedicaba completamente.

Trabajaba inclusive fuera de horarios. Él era feliz, con la vida llevada

hasta el momento a lado de la niña mala, por fin, ella, era su esposa

y se portaba bien. Ya eran viejos. Y, a esta edad ya nada era imprevisto. Todo era seguro. Nada más iba pasar. Hasta aquél día.

Ricardo se encontraba trabajando en la Unesco. Apareció ella en el

trabajo del esposo. Y, le dijo lo ya sabido. Ella no había nacido para

esa vida. Había hecho todo lo posible por adaptarse pero no podía. Y,

él lo sabía muy bien, él era el testigo fundamental. Ella había

intentado cambiar. Entonces, Ricardo sólo se echó al mueble,

cansado de la vida, desilusionado, sin fuerzas.

Luego, nuestro ya viejo niño bueno, se fue a España, con un neófito

amor. La muchacha le llevaba a él treinta años. La joven artista le

terminó siendo infiel con un bailarín. Nuestro niño no había nacido

para el amor. O, tal vez sí. Esperemos un poco. Y así, cuando él,

estaba ya totalmente cansado de la vida; tomando y contemplado la

tarde en el Café Barbieri, esperando quién sabe qué, apareció una silueta diciendo: "Hasta que te encontré niño bueno". Era ella la niña

mala; vieja, canosa, terminada, a punto acaso de morir, atreviéndose

a jugar sus últimas fichas. Ella lo había buscado para contarle sus

últimos pesares. La niña mala había sido sujeto de dos operaciones.

Estas intervenciones quirúrgicas, la tenían al borde de la muerte y el

último deseo conservado era: pasar el resto de sus días con él.

También, le cedió a Ricardito, las únicas propiedades obtenidas o

adquiridas. Ella las había conseguido del vejete con quien se fugó la

última vez; -el esposo de Martine, una mujer, la cual le había dado su

confianza a la niña mala, concediéndole trabajo sin documentos y

ésta malagradecida le pagó el favor, fugándose con su marido- una

casita en Séte y unas acciones de la Electricidad de Francia. Él aceptó irse con su amor de la infancia, juventud, adultez y ahora, con su

amor de toda la vida. Tomaron un tren rumbo a su nueva casita a la

afueras de Séte. Y, ahí, él vivió los 37 días más felices de su vida. Los

últimos días de vida de la niña mala pues, ella había sido operada de

dos tumores; uno en el seno y otro en la vagina. El seno no se lo

pudieron reconstruir después de la operación. Y el absceso en la

vagina era producto de las atrocidades sufridas en Tokio.

Ahí, contemplando la tarde en el jardín de su casa, los dos,

abrazados, mirándose uno al otro a la hora del crepúsculo, ella le

dijo: "Sí algún día escribes nuestra historia de amor, no me hagas

quedar muy mal porque, entonces, mi fantasma vendrá a jalarte los

pies todas las noches". Él respondió: "¿Y por qué se te ha ocurrido

eso?". Ella replicó: "Porque siempre has querido ser un escritor y no te atrevías. Ahora que te vas a quedar solito, puedes aprovechar.

Confiesa que te he dado tema para una novela. ¿No, niño bueno?".

Un luto íntegro siguió a la muerte de la amada niña mala. Implícito,

al final de la novela, Ricardo Somocurcio, se atrevió de una vez por

todas a ser quien quería ser desde siempre: un escritor. La niña mala

fue dueña de su destino hasta la muerte. Sin embargo, a Ricardo, la

duda y la vacilación le impedían concretar la hazaña de ser un

novelista, un cuenta cuentos, un tejedor de sueños pero a la muerte

de Otilia, no pudo negarse más. El amor volvió autónomo al niño

bueno.

VII. Valores de la obras

El dinero no da la felicidad, pero produce una sensación tan parecida

que es difícil reconocer la diferencia. A veces se cree que se puede

ser feliz sin dinero, pero la búsqueda del justo medio siempre es lo

ideal.

Luo Jingwen

Lo absurdo del amor es que a veces nos arrastra a historias sin

sentido en el que, en lugar de crecer como personas, nos hacemos

más pequeños y más débiles.

Xu Mengyao

En la búsqueda de la felicidad durante toda nuestra existencia, que

no siempre la encontramos, se presenta un sinfín de contradicciones,

pues siempre vienen acompañadas de imprevisibles hechos que

opacan nuestra satisfacción temporal.

Zhu Hong

Las locuras que más se lamentan en la vida de un hombre son las

que no se cometieron cuando se tuvo la oportunidad. Pues pasado

ese momento, único en nuestra existencia, solo te quedará la idea de

algo que pudiste hacerlo, pero por miedo no lo hiciste.

Vilcamiche Chávez Gian Carlo

Querer alcanzar cosas grandes es bueno pero no debemos cometer el

error de ir por el camino más sencillo ni de cometer artimañas para

realizarlo.

De la Cruz Peña, Christian

VIII. Conclusión

Durante toda la obra en todos los escenarios donde sea descrito los

hechos vividos por Ricardo Somocurcio se destacan tres aspectos

principales: seducción, erotismo y amor, los cuales se cumplen en

ambos antagonistas de modo diverso y en distintos niveles, pero

innegablemente cíclico.

En la niña mala prevalece la noción seductora que resulta expresada

en las diferentes facetas de su comportamiento y el protagonista

emerge como una víctima de esta seducción. El erotismo se cumple

en etapas también, en las cuales Otilia “educa” a Ricardo hasta

convertirlo en un adicto al sexo, mejor dicho, un adicto a su cuerpo

de hembra tentadora.

En cuanto al tema del amor, el comportamiento de ambos

antagonistas difiere: Ricardo vive en el primer encuentro el

deslumbramiento que posteriormente lo conducirá de manera gradual

al erotismo, el cual definitivamente anclará en el amor que de forma

innegable deposita en la niña mala. Ella descubre en brazos de

Ricardo, primero al erotismo y, finalmente al amor.

No está de más advertir que la interpretación de estos conceptos

pasará por el cernidor de conciencias que representan tanto uno

como la otra. Otilia y Ricardo constituyen dos maneras diversas de

vivir, dos formas distintas de búsqueda. Ambos resultan unidos para

siempre cuando ya el tiempo ha pasado y la muerte se cierne sobre la

fémina.

IX. Referencias

1. http://www.alfaguara.com/uploads/ficheros/libro/dossier-prensa/201003/dossier-

prensa-travesuras-nin-mala.pdf

2. http://www.bnp.gob.pe/portalbnp/index.php?Itemid=31&id=416&option=com_conte

nt&task=view

3. http://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero37/seducci.html