Una Iglesia “en salida” y en búsqueda de la verdad. Aportes de Edith Stein sobre una fe en...

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Una Iglesia "en salida" y en busqueda de la verdad. Aportes de Edith Stein sobre una fe en salida y en busqueda de Dios DY BELLO. Ponrificia Universidad Car61ica de Chile I. lnoduccion Atendiendo a los trabajos y preocupaciones actuales de repensar la fe, de mirar y analizar nuestro entorno, de redescubrir la novedad del Evangelio en tiempos de crisis, de persecuci6n y de diversos cuesrionamienms at mensaje de la Iglesia fren- te aI mensaje de Cristo, es misi6n de cada bautizado hacer propias todas aquellas inquietudes y difi cultades, y refl exionar la fe en dave actual . Es eI ejercicio de dar raz6n de nuestra esperanza, sin remor a examinarnos de frente al rostro amoroso de Dios, pues la Palabra revelada en eI Hijo es vida y por tanto, es presencia de Dios en la historia. En este contexto, Evangelii Gaudium habla de la necesidad de "una Iglesia en salida", argumeorando que "en la Pabra de oios aparece constantemente este dinamismo de «salida» que Dios quiere provocar en los creyentes ..."1. La pro- puesta del papa Francisco transluce una imagen 0 idea de Iglesia, que lejos de ser innovadora 0 progresista (como se Ie ha calificado a nuestro pontifi ce), vuelve la mirada hacia la experiencia evangelizadora de los primeros siglos. Una comuni- dad que adquiere una nueva fuerza a partir de la experiencia saivifica de Oi 05 en Jesucristo (fortaleza recibida de forma plena eI dia de Pentecost"s). Es un Pueblo que, al igual que Jesus, quiere prodamar de ciudad en ciudad "e1 gozoso anuncio TEOlOGiA , t 'I , 317 La Revista Catolica, Octubre/Diciembre, 2014

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Una Iglesia "en salida" y en busqueda de la verdad. Aportes de Edith Stein sobre una fe en salida y en busqueda de Dios

HAnDY BELLO.

Ponrificia Universidad Car61ica de Chile

I. lntroduccion

Atendiendo a los trabajos y preocupaciones actuales de repensar la fe, de mirar y analizar nuestro entorno, de redescubrir la novedad del Evangelio en tiempos de crisis, de persecuci6n y de diversos cuesrionamienms at mensaje de la Iglesia fren­te aI mensaje de Cristo, es misi6n de cada bautizado hacer propias todas aquellas inquietudes y dificultades, y reflexionar la fe en dave actual . Es eI ejercicio de dar raz6n de nuestra esperanza, sin remor a examinarnos de frente al rostro amoroso de Dios, pues la Palabra revelada en eI Hijo es vida y por tanto, es presencia de Dios en la historia.

En este contexto, Evangelii Gaudium habla de la necesidad de "una Iglesia en salida", argumeorando que "en la Palabra de oios aparece constantemente este dinamismo de «salida» que Dios quiere provocar en los creyentes ... "1. La pro­puesta del papa Francisco transluce una imagen 0 idea de Iglesia, que lejos de ser innovadora 0 progresista (como se Ie ha calificado a nuestro pontifice), vuelve la mirada hacia la experiencia evangelizadora de los primeros siglos. Una comuni­dad que adquiere una nueva fuerza a partir de la experiencia saivifica de Oi 05 en Jesucristo (fortaleza recibida de forma plena eI dia de Pentecost"s). Es un Pueblo que, al igual que Jesus, quiere prodamar de ciudad en ciudad "e1 gozoso anuncio

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del cumplimiento de las promesas y de la Alianza propuestas por Dios"'- Es una Iglesia en constante expansion y porradora de esperanza. "Ay de mf si no predi­cara el Evangelio" expresaba con profunda conviccion eI ap6stol Pablo (I Cor 9, 16). Por tanto, anunciar la Palahra de Dios no era -ni es hoy- una apdon, ni rampoco respuesta a una vocacion particular, sino que mas bien es una condici6n ontologica del ser cristiano.

A rafz de esta propuesra, vale preguntarse si acoger laforma men tis de una Iglesia en salida ,no requerira de un metodo 0 una pedagogfa especial? Si bien hay diversos modos de abordar eI problema, pienso que mas que un metodo, seria interesanre iluminar este aSUl1m con eI testimonio de aquellos manires que han entregado su vida por Cristo, convirtiendose en expresi6n viva de una Igle­sia (jen salida", Quisiera destacar en particularmente, el aporte de santa Teresa Benedicta de la Cruz como paradigm a de una fe en constante busqueda, una fe que va hacia afuera para dar tesrimonio

'de Cristo sin remar a ser crucificada

junto a El.

Es por esto que abordaremos el aporte de santa Edit h en dos partes: • " Una fe en salida, en busqueda de la verdad" (aspectos biograficos de su

busqueda de Dios mediante la busqueda de la verdad). • " La busqueda de Dios, una pedagogia cristiana en clave de salida" (aportes

de sus escritos en relacion a la formacion de la persona a la luz de la Fe).

II. Edith Stein: Una fe en salida, en busqueda de la verdad

" La experiencia de esta mujer, que afront6 los desaffos de un sigle atormen­tado como eI nuestro, es un e jemple para nosotros."3 La dramaticidad de su vida nos muestra como el deseo insaciable de Dios y la busqueda de la verdad', se transforman en eI escenario vital para permitir (una vez realizado eI encuentro con el amor de Dios, manifestado en Cristo) el anuncio de la Fe.

Hay quienes aqui podrfan juzgar: ,c6mo es posible hablar de una fe en salida cuando nos referimos al testimonio de una monja carmelita de clausura? � Podrfa considerarse su experiencia conventual, como una limitaci6n de una fe en salida? Para responder a estas preguntas, basta con revisar parte de la biografia de Stein:

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Edit h nace el 12 de ocwbre de 1891 en Breslau ( hoy Wroclaw, Polonia), en el sena de una familia judias. Es la menor de siere hermanos. Desde pequefta, mani­fiesta gran inreres por la historia y la lircrarura, demostrando un mundo interior energico y Ileno de interrogantes.

Entre los afios 1906-1907 ya lee a poetas y dramaturgos como Friedric h Heb­bel, Henri!, Ibsen y William Shakespeare; se prepara para entrar a la escuela de bac hilleraco, y a pesar de cultivar activamente su mente creativa, atraviesa un proceso de indiferencia religiosa que marca su busqueda de la verdad.

Ingresa a la Universidad de Breslau, donde toma cursos de filosofia, estudia psicologla y participa en actividades extra academicas de pedagogia y excursionis­mo. Pese a participar diligentemente en sus clases s610 alcanz6 a estudiar dos anos de Germanicas e Historia, pues, luego de leer las Investigaciones 16gicas de Edmund Husser! decide trasladar su expediente a la Universidad de Gotinga, donde lIegar. a seI Sil alumna y ayudanre. Encaminada en su itinerario filos6fico. realiza varias actividades, entre elias, servir voluntariamente como enfermera en un hospital mUitar en Moravia, atendiendo a los heridos de guerta (1915).

En agosto del ana siguienre, presenra en Friburgo de Brisgovia su resis docto­ral, que posteriormente sera parcialmente publicada bajo el titulo Zum Problem der Einfiihlung (Sobre el problema de la empatfa). Canace a Martin Heidegger y

trabaja como asistente personal de Husser! en Friburgo, labor que en 1918 ella deja de lado, par considerar que su mentor -en la obra sabre las Ideas-, aun no habra logrado lIegar a las casas mismas, y por tanto, su investigacion seguia ence­rrada en la candenda 0 en la inmanencia6, Adicionalmenre, se ocupa de preparar la publica ci6n de los escritos de su amigo Adolf Reinach, quien sirviendo en la I Guerta Mundial, habia muerto en el frente de batalla.

La filosoHa como fundamento efectivo y presupuesw de las ciencias posi­tivas7, particularmente la fenomenologfa, es durante este riempo, su gran gUla en la fiel busqueda de la verdad. A su vez, la pregunta par la mujer comienza a cobrar importancia, especialmente cuando en 1919, par el hecho de ser mujer, se Ie impide e jercer la docencia universitaria. Si bien todavia no desarrolla un pensamiento maduro al respecto, nacen las p.

regunras que mas adelante dadn vida a sus escritos sabre la formaci6n de la persona humana, la mujer y su papel en la sociedad.

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Edith vive un perfodo de crisis profunda, sin ser capaz de encontrar en la 610-sofia ni en la fenomenologia, el ansiado fundamento vivo de la verdad.

Cerca de 1918, por medio de sus amigos Pauline y Adolf Reinach, y Hedwig Conrad - Martius, Edith comienza su acercamiento a la fe crisriana. Durante un tiempo visita tanto la Iglesia cat61ica, como la Iglesia evangelica; es un tiempo de ardienre exploraci6n, perc encuentra Sll punro de inflexi6n en 1921, cuando descubre el testimonio de vida de santa Teresa de Jesus. Hay un vuelco, tanto en su forma de concebir la realidad, como en su relaci6n con Dios. Su conversion a Cristo derermina este nuevo camino que se abee ante ella: comienza a insrruirse en la fe cat61ica, lee eI Catecismo, se bautiza; trabaja dando c1ases de literatura en un Seminario administrado por las hermanas dominicas en Espira (1923); se introduce en la teologia de santo Tomas de Aquino e inicia su traducci6n de las Quaestiones disputatae de Veritate; adem as, publica su traduccion de las cartas y escritos del Cardenal John Henry Newman (1928) Yal ano siguiente, con motivo de la celebracion de los 70 anos de Husser!, publica HusserLs Phiinomenologie und die Philosophie des HI. Thomas von Aquino. Versuch einer Gegeniiberstellung (La

Jenomenologia de Husserl y la filosofia de santo Tomds de Aquino. Ensayo de una con­/rontaci6nJB. Definitivarnente es eI comienzo de un perfodo distinto y destacado. en el que adelnaS, sus conferencias y cursos sabre la mujer. dicrados enrre 1928 y 1933. camienzan a resonar entre las autoridades academicas y civiles en el rigido contexto del nacional socialism a aleman.

En octubre de 1933 da uno de los pasos mas radicales de su vida, ingresa aI convento de las Carmelitas descahas en Colonia (Alemania), donde toma el nombre de Teresia Benedicta a Cruce. nominaci6n que marca la autoconciencia del senti do de su vida y 10 que sera su muene. En la cruz de Cristo, Teresa Bene­dicta encuentra descanso a su larga busqueda, Dios Ie revel a -mediante su amor, seUado en 1a cruz-, la Verdad que pof aiios investigo. Y en el Carmelo, en 1936, termino su obra Endliches und ewiges Sein (Ser fin ito, ser eterno), que fue publicada de forma postnma en 1950.

Su vida entre las hermanas estuvo lejos de ser una estadia tranquila. En 1939, ano en que comienza la II Guerra Mundial, a causa del hostigamienro del poder politico, tuvo que ser trasladada aI Carmelo de Echt ( Paises Bajos), donde paso sus ultimos aiios de vida profundizando en la reologia de Dionisio Areopagita y en el conocimiento de la reologia mistica de san Juan de la Cruz y santa Teresa

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de Jesus. Dos grandes escriros nacieron de esta epoca: Wege der Gotteserkenntnis y KreuzeswissenschaJt (Caminos del conocimiento de Dios y Ciencia de la Cruz, res­pectivamente) .

Su obra filosofico-teologica y mistica, concluye el domingo 2 de agosro de 1942, cuando un camion de la Gestapo la espera a la salida del convento, y junto a varios religiosos, entre ellos, su herman a Rosa, es llevada al campo de concen­tracion de Ausc hwitz-Birkenau, donde -segun los registros de la Deutsches Rotes Kreuz- el 9 de agosro de ese misrno ana, muere en la camara de gas. " De esta forma sor Benedicta, unida can Cristo y en media de sus hermanos de raza, se abraza con la mas profunda humillacion"'.

Sin lugar a dudas, advertimos la riqueza que implica seguir el itinerario de su biograffa. Si bien, nos encontramos frente a una persona admirable en sus capaci­dades academicas, «Ia grandeza intelectual de Edit h Stein no Ie sobrecoge, porque esa grandeza queda muy par detras de su vida real mente envidiable, totalmente impregnada par el amor de Dios»JO.

En su hisroria ella reune la atractiva conjunci6n entre vida, obra y pensamien­ro. Can el testimonio de su muerte nos dice " No acepH!is como verdad nada que carezca de amor. Y no acepteis como arnor nada que carezca de verdad. EI uno sin la oua se convierte en una mentira destrucriva"ll.

Habiendo hecho un breve recorrido sobre la vida de santa Edith, podemos reromar las interrogantes sabre si �es posible hablar de una fe en salida cuando nos referimos al testimonio de una carmel ita de clausum? Y si �Podria considerarse su experiencia conventual, como una iimitaci6n de una fe en salida? Seda un error mirar s610 el final de su vida para dar un veredicto, pues para ello debe considera­se la rotalidad de su vida, can sus multiples etapas y procesos, pues precisamente en esta diversidad radica la riqueza de su testimonio. De este modo se hace mas clara la respuesta: Sl, es posible hablar de una fe en salida en el caso de nuestca san­ta; y su experiencia conventual de ninguna manera pudo habet sido un obstaculo para evangelizar y salir al encuentCQ.

Para Stein, la comptensi6n y la formaci6n integral de la persona como cuerpo material, como sec vivo, como sec animado y como ser espirirual, se hace vital para alcanzar la madurez humanal2• 5610 a partir de esta visi6n integradora, la evangelizaci6n podra secvir de fundamento para articular un anuncio de salvaci6n que sea efectivo y verdaderamenre humanizadoc.

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A ratz de 10 anterior, me gustaria destacar algunos aspectos biogd,fi�os de Edith Stein y reconocer en dichas situaciones (0 espacios comunes). diversos ele­mentos que componen -directa 0 indirectamente y de forma paralela (van de la mano)-, eI proceso de formaci6n de la persona humana junto al proceso de evangelizaci6n, poniendolos al alcance de todos, 10 cual nos permite descubrir 10 extraordinario en 10 cotidiano y construir una vida de fe uen salida":

Cuando se nambra eI "inreres por la historia y la literarura", el "muncio interior lIeno de interroga.nres" y la participaci6n de Edirh en "actividades extra academi­cas", se pone de mani 6esto eI caracter actual y encarnado del Evangelio, que se ocupa de las inquietudes hwnanas mas nobles. Stein se hace cargo de esto, se forma, crece, aprende, escribe una tesis doctoral; se pregunta poc la mujer (y los problemas que Ie aquejan), par la ensenanza de la persona y su papel en la sociedad.

Cuando sirve "voluntariamente como enfermera en un hospital militar en Moravia', demuestra aquella necesidad de salir al encuentro de los heridos, los necesiradosj cuando "rcabaja ciando clases en un Seminario" se haee cargo cam­bien de ed ucaci6n de la fe.

Cuando "vive un pedodo de crisis profunda" J cuando se pregunta y no se conforma con las respuestas recibidas, busca nuevos rwnbos, persevera en la «bus­queda de la verdad".

Y cuando encuentra a Dios no 10 deja. Realiza "su acercamiento a la fel> e inicia un "tiempo de ardiente exploracion", transforma su vida "en 5U forma de concebir la realidad, como en su relacion con Dios". "comienza a instruirse en la fe". "lee eI Catecismo. se bautiza", "se introduce en la teologfa" e "ingresa al convento". Cada

paso que ella da, hoy pod em os entenderlo en clave de la totalidad de su hisroria: todo coopero para su encuentro de finitivo en la Cruz de su amado Jesucristo, par ello "toma e1 nombre de Teresia Ben edicta a Cruce" y pone par escriro aquello que ha descubierto. Sus obras, han sido publicadas y ha sido capaz de lJegar al coraz6n y la mente de miles de personas que la leen. Finalmente, al modr en Auschwitz­Birkenau, ella se hace cargo de roda una vida en busqueda, una vida en salida al encuentro del ouo, que se sella en la camara de gas, unida a Cristo y en media de sus herman os.

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III. Edith Stein: La busqueda de Dios, una pedagogia cristiana en clave de salida

En esta secci6n rescataremos tres aporres basicos, en relaci6n a una pedagogia cristiana en clave de salida. Esros puntas nos serviran para ilusnar la necesidad de prepararnos para el servieio de ser testigos y pottadores de la Palabra, ya que "hoy, en este «id» de Jeslls, esta,n presences los escenarios y los desaflos siempre nuevas de la mision evangelizadora de la Iglesia, y todos somos lIamados a esta nueva ((salida» misionera" 13:

a) La historia como espacio de sentido para la realizacion del plan de Dios

b) Empatia y reconocimiento de las diversas "experiencias" de mundo

c) La imagen de hombre y la comprension de la fe como lIamado individual y colectivo

a) La historia como espado de sentido para la realizadon del plan de Dios

"La religion y la historia se van acercando para mf cada vez mas, y me pareee que los cron_istas medievales, que insertaban la historia del mundo entre la caida en el pecado y el juicio universal. eran mas expenDs que los modernos especialistas, a los que al considerar los hechos comprobados de una manera ciendficameore irreprochable se les ha escapado e1 sentido de la historia" 14.

La valoracion que hace Stein sobre la historia como espacio y escenario vital de la realizacion del plan de Dias se hace evidente. No es posibl e concebir una reli ­

gion ni una fe a modo humano, si no es en la historia. Ella tiene clara conciencia de que la salvacion operada por Dios a traves de los primeros padres (Abraham, Isaac, Jacob, Moises ... ) y de forma excelente y perfecta en jesucristo, se realiza historicamente, en un contexto de tension entre pecado original y juicio univer­sal, entre origen y fin de los tiempos.

Si bien, estamos marcados por e1 pecado de Adan y Eva, no estamos condicio­nadas al sin sentido, porque hay una presencia real de Dios que ha hecho camino con su Pueblo. Ella se reconoce abiertamente como "hija del pueblo judio"15, 10 cual demuestra la herencia cultural y I. vision del caracter imborrable de la his-

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coria, que posei'a todo hebreo en espera de la Promesa. Poc 10 tanto, cada acci6n, cada pensamiento, esta en tension escatologica y constituye una busqueda y un "salir al encuentro" de esta Promesa.

b) Empatia y reconocimiento de las diversas "experiencias" de mundo

" La empatia, segun Edith Stein, es el conocimiento inmediato de 1a viven­cia del orro, mas que, como generalmente se cree, la sintonfa con el sen­titniento de la atra persona. La empatia es un fen6meno cognoscitivo, no propiamente afectivo. Es decir: puede darse la empatia. el conocimiento inmediato de la vivencia de ouo sin que uno mismo se yea afecrado poc ese sentimiento ... EI conocimiento de la vivencia a jena contiene la tendencia al sentir-con eI otro ... ))16,

Aqui es de suma imporrancia considerar la empatia como una forma de co­nocimiento de nuestra realidad. Labor fundamental aI hacer eI ejercicio de salir a evangelizar. pues la mayorfa de las misiones pierden fuerza a causa de la falta de conocimiento del hermano a quien se Ie va a hablar de Dios. La misma Edith reconoce las diversas «experiencias" de mundo, que requieren una adecuacion del lenguaje para hacerlo efectivo. es decir, "para eI hombre con mentalidad natura­Iista, la realidad es aquello que percibe con sus sentidos y que en base a la percep­cion sensorial reconoce can la razon"17, mientras que "para el hombre creyente, eI mundo es un mundo de Dios; todo 10 que existe ha sido creado por Dios 0, aI menes, esta previsto par Dios e introducido en su plan)J18 (si bien estas son formas extremas de percibir Ja existencia, no dejan de ser reales). Empatizar requiere la habilidad de buscar conocer los dolores y las necesidades del otro, para mostrarle el rostra vivo de Cristo que se haee uno con aquellos que sufren y careeen. Alga asf demosuo de forma amiloga eI apostol Pablo, cuando comenta "a1 pasar y con­tempJar vuestros monumentos sagrados, he encontrado tambien un altar en el que estaba grabada esta inscripcion: «Al Dios desconocido.)) Pues bien, 10 que adoriis sin conocer, eso os vengo yo a anunciar" (Hch 17,23). EI presentarfa aquel rostro del resucitado que los atenieses descanodan. Dicha actitud demuestra que, cuando se propane una aetividad misionera "en salida", no se debe tener miedo de presentar eI Evangelio como una novedad incesante y que puede siempre pro-dudr admiracion y sorpresa en quien la recibe19.

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c) La imagen de hombre y la comprension de la fe como Hamado individual y colectivo

De los 3 elementos planteados (la historia, la empada y la imagen de hombre), eI que merece mayor dedicacion para la propuesta actual de una "Iglesia en sali­da" I pues implica a las anteriores, y a su vez, es reconocer con honestidad cuil es la imagen de hombre que [enemas en frente. Pues ese "hombre" es eI fundamento de la experiencia pedagogica de la fe (partiendo par Cristo, imagen del hombre y de todo hombre. Cf. GS 22).

En la obra de Edith Stein, "Estructura de la persona humana", ella propone el estllciio antropologico como una verdadera "docrrina sabre. e I hombre", 0 sea, no como un simple modo de interpretar al sec humano, sino como una ciencia capaz de comprender eI problema de la individualidad que supone pensar simulranea­mente al hombre como individuo y colectividad.

Hay una preocupacion -no solo de la idea 0 imagen del hombre- sino tam­bien de una comprensi6n integral, como cuerpa material. como sec vivo, como ser animado y como sec espiritual. S610 a parrir de esta visi6n integradora, la antropologla podra servir de fundamento para articular una pedagogla" y un trabajo evangelizador que sea efectivo y humanizador.

c.l) Las diferentes antropologias y su relevancia pedagogica

La primera dificultad que se esboza, es determinar que tipo de antropologla es la que nos ayudad. a encontrar respuesta a la pregunta "�que es el hombre?". La aurora hace un camino evolutivo respecto a las diversas consideraciones 0 abor­dajes de esta ciencia:

i) AntropoLogia "de La ciencia natural"

Aquella que estudia al hombre como especie. Es el homo s apiens "que cons­tiruye eI estadio evolutivo mas alto alcanzado hasta ahora. Asl se esrudia en que se diferencian la estructura y las funciones del cuerpo humano de las del cuerpo animal"21.

Surge la pregunta: este tipo de conocimiento �tiene relevancia pedag6gica? Claro que sL puesto que "es importante para el educador conacer la estructura, las funciones y las leyes evolutivas del cuerpo humano conocer. S610 aSI podr:\ saber que puede fomentar su desatrollo natural y que puede perjudicarlo."" arro mo-

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tive es que favorece eI conocimiento de los grupos humanos. Cad a hombre no es s610 un eote aislado, sino que ademas es ffiiembro de grupos supra-personales23, tales como el pueblo y la raza.

Si bien estos motivos son importantes, no son suficientesz.!,

ii) Antropologia "de las ciencias humanisticas"

Necesitamos una antropologfa que sea capaz de: comprender a1 hombre COI1-

creto y proporcionarnos una jerarquia de lluestros objetivos (la ciencia natural no permite desarrollar un criteria valorativo del individuo oj de sus relaciones). ",Existen ciencias que tengan por objeto al individuo en su individualidad? [ . .. J � Existe realmente la vIa de conocimienro que conduzca a la captaci6n de la il1-dividualidad, y existe la posibilidad de exponer ese conocimiento por medio del Jenguaje, de manera accesible a orros?"2S Se postula a 1a Historia como una ciencia humanistica que "trata de investigar y exponer la marcha de la humanidad [ ... J, nata de caprar 10 individual-concreto, la biograffa"26, etc. Pero finalmente, tam­poco pennite determinar la individualidad mas que de modo aproximado, ya que "conocer es cap tar objetos en conceptos y exponerlos par media de conceptos, y los conceptos son universales"27,

Edith, por su parte, considera ilfcita esta Hmitaci6n del saber, puesto que "si eI conocimiento es una captaci6n espirirual de un ente, es IIcito decir que cono­cemos el modo de ser propio de un hombre: este modo de ser se nos ITIuestra a traves de las multiples formas expresivas en las que 1 0 «interion> se «exterioriza», y nosonos comprendemos ese lellgua je".28 Es deno que en dicha comprensi6n se dan di ferencias interpretativas, pero captar eI modo de ser de cada individuo es un arte, y se constituye como parte de la tarea de la pedagogia.

Retomando 1a valoraci6n del lenguaje, ella afirma que: "EI modo de ser propio de una persona se expresa tambien en formas que pueden seguir existiendo sepa­radas de ella: en su lena, en el estilo que se refleja en sus carras 0 en orras manifes­taciones literarias, en todas sus obras, y tambien en los e fectos que ha pIoducido en otros hombres"". Lo que nos permite volver a pensar la Historia (y la labor del historiador) como un proceso que puede ayudar30 a penetrar en la individualidad por medio del lenguaje de esos signos. Proceso en eI cual el historiador debe hacer eI trabajo previo de recoger las fuentes y los restos antes nombrados (letta, estilo, etc.). Luego, debe comprenderlos e interpretarlos; para finalmente transmitirlos, es decir, para poner al aleance de otros la individualidad que se ha captado."

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iii) Antropologln. 'tie fa cienda human!stica genera!" (Hacia una rmtropologfrt ''filosofica,'j32

(Hay una antropologfa que pueda ayudarnos a comprender la individualidad?

"La individualidad es conslisranciai al hombre. y no se habra comprendido a este llitimo hasta que no se haya captado la primera"JJ.,. es llna anrmaci6n sabre eI hombre como cal, que nace de 10 coridiano, de la condici6n humana concrc­ra y que tienc un logos propio. "Parriendo de la vida real concrcra y de figuras hisroricas, capra al hombre como espiritu y con [Odo 10 que Ie es esencial en SlI

calidad de persona espiritual. Toda 10 cxterno que se somera a consideraci6n es lenguaje del espiritu, a su ser plena que habla al ser. De esta manera llegamas a una amropologia que, a diferencia de la historia y de las creencias a eUa ahnes, es una ciencia humanfsrica dotada de ttniuersalidad, una ciencia del hombre como persona espiritual"J4.

Por su parte, "las pregunras ace rca del valor y el deber se suelen asigllar a la erica, y la etiea pas a par ser Ulla disciplina 610s611ca. Lo que Ull objero vale 10 vale en razon de 10 que es. La jerarqula de valores es ulla jerarqufa de seres. POl' 10 tanro, fa reOl-fa del valor, de la que se siguen las nonnas para la conducra prac­tica, forma parte de la teorla general del ser u ontologffl, en la eual hemos de vel' la docuina filos6flca fundamental, la (dllosoffa primcra)), Tambien es pane de la ollrologfa 1a ciencia general del espiriru, que a su vez tiene como una de sus parres a 1a anrropologfa general eoncebida como ciencia hurnanfstica. De esta manera, la antropologfa que solicitamos como fundamento de la pedagogia habra de sel' ulla antropologfa filos6fica que estudie, en relacion viva con el conjllnto de la problemarica Filos6f1ca, la estrllctura del hombre y Stl insercion en las disrincas ll10dalidades y territorios del scr a los que penenece"J'i.

tV) Antropologfa "teo!6gica" - metaffsica cristiana

Al inicio de esta presentaci6n, mencionabamos la nccesidad de L1na anrropo­logfa que propicie L1na comprension integral del hombre, es decir, como cuerpo materiaL como sel' vivo, como ser animado y como sel' espiritual. Esta Llltima dimensi6n advierte que la ontologfa "no debe limitarse al sel' creado, sino que debe esrudiar la diferencia y Ia relacion existentes entre el ser creado y el increado. POl' ella. tina antropologfa que no ruviese en cuenta la relacion del hombre con Dios no serla completa, ni podda servil' de base para la pedagogfa."36 Es asI que

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la anrropologia filos6fica necesira de una antropologfa teologiea para completarse (de filosofia y teologia se compone el edificio de la metaffsica cristiana)37,

c.2) AnaIisis prelimillar del hombre

• Et hombre como cuelpo mtlterinl, como ser vivo, sef tlllimado, sef espiritual

Cuerpo material: POI' Sli consrirucion corporal eI hombre es una (osa materiaL, somerida a las mismas Jeyes que roda materia. Es 10 que [enemas ame Iluesrros oj os en la experiencia viva, quizas 10 prirnero que nos llama 1a atencion cuando no cOl1ocemos a alguien.lll,

Sec vivo: Es propio de 10 vivo poder l1loverse por 51 mismo (mediante un im­pulso interior). Por (a11[O el hombre es cuerpa material que esta IJiv()39,

Se .. animado: Cuando somas capaces de haeer propio eI sentir del otro (cuan­do emparizamos). se nos puede camp render no solo como seres VIVOS", sino Eambien como seres sintielltes4o, Poddamos expresarlo todavfa mejor, diciendo: como seres animados4l,

Sec espicitual: Entre seres humanos estamos desde eI principio en una rei a­cion de intercambio de pensamiemos, en un comercio espirirual'H,

• EI hombre como persona espiritua/: en Sll posicion socia! yen Sl/. indiviclutlLidac/, como sa historico, comunitario Y clfltuml

EI hombre se nos presenra como un microcosmos, en eI que se unen todos los esradios4.\, La forma en que nuesrra aurora expone estos "esradios" es mediante un desarrollo analogo al de las relaciones humanas:

10 En su posicion social: Es la primera impresion, Lo que eI hombre proyecra con Sll mantra de hablar, de mirar y de moverse, 10 que denora curu es su profe­sian 0 SU posicion sociaJ·H,

2° En su individualidad: Luego del primer encuenrro, sale at paso 10 que <'I mismo es como persona individual (cual es Sll naturaleza y su car:icter), Tambien orros rasgos, de su rostro, su mirada, su voz y sus gesros, De aCllerdo a esra expe­riencia que nos afecra inreriormenre, el hombre: nos repele 0 nos atrae45,

30 Como sec hist6rico: " Si pasamos del encuentro aislado a la convivencia duradera, 10 exrerno y 10 universal casi siempre rerroceden mas y mas rras 10 inrer-

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no y personal [ ... J En la idea que nos formamos de el va entrando cada vez lll<lS la «historiaJ) del hombre, de su «destino)), y en relaci6n con ello una eonciencia de la redproca responsabilidad"46.

4° Como ser comunitario: ((La vida del hombre es una vida en corl/ unit!at! y un proceso recfprocanunte condiciol1ado. Vivir en comunidad con hombres quiere ciecir, en buena medida, veri as actuar y actual' con ellos"47.

5° Como ser cultural: "Vivir entre obras del hombre quierc dccir vedas apa­recer y desaparecerJ ser farmada par elIas y ayudar a que otras se farmen por elias: la vida del hombre es vida Cldtllrat',-Is,

• Ell sa apertul'fl bacia dentro), hacia afuem.

"La percepci6n extern a del propio cuerpa no es eI puente hacia la experiencia del propio yo,",1<J Y en todo 10 que eI hombre experimenta se percibe t3mbien a Sl mismo (perc dicha experiencia es totalmcnte distinta a todas las dcmas). "La existencia del hombre esta abierta hacia adentro, es una existencia aiJiertfl pal'll s/ mimul, pem precisamente pOI' eso esra tambien abiena hacia afuera y es una existc!7l:ia abierta que puede recibir en Sl un Il1lllldo"5u,

• Como bwcador de Dios

"Tanto en su interior como en el mundo externo, el hombre halla indicios de alga que esr8. pOl' encil11<l de 61 y de todo 10 demas, y de 10 que el y todo 10 demas dependen. La pregunta aeerca de ese ser, la bLLsqueda de Dias, penenece al ser del hombre."il Y la fe "no es solamenre convencimienro en la existencia de un crea­dar, conservador y gobernador del mundo, sino que es fe en una verdad revelad<t que nos hace ell tender 10 que somas llamados a hacer en este 111lll1do""5!,

IV. Conclusion

Finalizando esta secci6n ("La imagen de hombre y 1a comprensi6n de la Fe como lIamado individual y colectivo"), podemos rescatar la necesidad de conocer can mayor profundidad cual es la idea del hombre que se constfuye hoy, para des­cuhrir que riene que decil" la Fe al respecm. "Para quien piensa que el hombre esra toralmente corrompido y cs incapaz de hacer el bien naturalmente, la educaci6n del hombre par parte del hombre como rendimiento puramente natural, Ie pare­ce imposible [pues]. EI hombre atravesado par el pecado hasta sus mas profundas

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rakes, no puede educar ni ser educado"53 Pero para como para 110S0U05, "e! obje­[Q de la educaci6n es eI hombre en Sll roralidad ... eI espiriru unido con eI cuerpa en la unidad de la Ilaruraleza, con wdas SliS f:'1cultades naturales y sobrenaruraies, tal como 10 cOllocemos por media de la razan y de la revelacion"S4.

Podemos reeonacer aqu! el gran desaffo que consrj(uye scr cristianos 3utenri­cos en el sefvicio evangelizador: "EI (cristiano aurencico'l no [iene que SCI' hombre «simplcmcnrcIJ natural (enrcndiendo por natural la naruraleza reinstaurada en Sli original condici6n de perfecta armonla), sino hombre SObreJ1fltffm/, es decir, hombre que por gracia parricipa de 1a vida de Dios, hombre en el que ha iniciado 1a vida ererna ya durante la existcncia terrena."55

No nos desanimemos, es el mensaje que sanra Edith (ambien nos da can su paso en este muncio. Ensd1anza que es[a en plena concordancia can la propucs[a evangelizadora que hoy recibimos de EVllngeiii Gfludium: no tengamos miedo de salir en busqueda de la Verdad ni de dar la vida par Cris[O, pues en esra entrega evangelizadora no estamos solos, "si bien esta mision nos reciama una entrega ge­nerosa, seda un error emenderia como Ulla heroica (area personal, ya que la obra es ante [Oda de £1, mas alia de 10 que pod amos descubrir y enrender. Jesus es «el primero y el mas grande evangelizador»"5G.

NOTAS

1 . . . Abraham aeepeo e1 l1amado a sa!ir hacia una rierra nueva (ef. Gn 12, 1·3). Mois�s escu· ch6 e1l1amado de Dios: "Ve, )'0 tc envlo» (Ex 3 , 1 0), e hizo salir al pueblo hacia la tierra de Ia promesa (cf. Ex 3 , 1 7). A Jeremias Ie dijo: "Adondequicra que yo [e envle inis» (Jr 1,7)". Cf. S. S. FRANCISCO, E/JIlIIgrlii Glllldill1l1, 20.

2. "Ta.l es la misi6n para Ia que Jesus se dec1ara enviado por el Padre; rados los aspectos de su Misrerio �Ia misma Encarnaci6n, los milagros, las ensenam.as, la convocacion de sus disdpulos, d envio de los Dace, la cruz y Ia resurreccion. la cominuidad de su presencia en medio de los suyos� form an parte de su ac(ividad evange1izadora". Cf. S. S. PABLO VI. EIlIl1Jgelii N1I1IIilll1d;, 6.

3. Cf. ACTA ArOSTOLICAE SEDIS 91 [1999] 249, S. S. JUAN PABLO II. [raducci6n de la HomN;fl de III mim de CtlllOlliZitciOIl de III bell/II Them Benedictll de Itl Cmz. Plaza de San Pedro, do· mingo 1 1 de octubrc de 1998: "Diese Frau hane die Herausforderungen cines so ul11w31· zenden Jahrhunderrs wie des ullseren ZlI bes[chen. Ihre Erfahrung wird wm Beispiel fur uns».

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4. "Quien busc:!. Ia verdad, conscience 0 inconscientementc, busca a Dios". Cf. ACTA AI'OS�

TOLICAE SEDIS 91 [1 999] 249. S. S. JUAN PAB LO [1, citando a una religiosa benedictilla: " . . . zurlickblickte, schrieb sie 3.11 eine Benediktim:rin: «Wer die Wahrheit stlcht, def sucht Gott, ob es ibm klar ist oder Ilichtu".

5. Cf. L"l bio�bibliogmjln presencada en CAflAllERO, J. L.. Steill (189 J �/942) (Biblioteca Filo� sofica 1 20; Ediciones del Orto, Madrid 200 1).

G. Cf. REDMOND, \'(1., Estlfdio ill/fodl/ctoria, en STEIN, E., Ev:wrso sobl"e el idettlimlO /msrendl'lI� ttll [Opuscula philosophica 20; Encucnrro, Madrid 2005] 1 1 .

1 . Cf. STEIN, E., II/trodl/cdon (1 1tI Filosopa, en Dbms Comp/elm. [ I : EscrirosJilosoJicos. Erapa d(, jellolllellolOgim: 191 5� 1920 (Monce Carmela, Burgos 2002) 680.

8. El texm aleman cs publicado ell d Anuaria Fenomenalogico. que realizaba una cdici6n especial p,lra conmemorar al fenomcnologo: Festschrift Edmlllld HI/surl Zlim 70. Ceburtstng gewitlmet. E1giillzulIgsbtlfld :utll/ Jahrbllch flir Philosophie IlIId phiillommologische rorsclllll1g.

9. THERE.SIA A MATRE DEI, Edith Srein. Ell bllSen de Dios, 301.

10. THERESIA A M/\TRE DEI, Editl, Stein. En bl/sClf de Dios, i l . 1 1 . Cf. ACTA AI'OSTOLICAE SWIS 9 1 [ 1 999] 249, JUAN PABLO II, traducci6n de la Homilla de

Itl mistl de C(lI/OlliZ/lrion de Itl ve(//a Teresa Be!lu/;Cfr{ de Itl Cmz, Plaza de San Pedro, domingo 1 1 de oewbn: de 1 998: "Suor Teresa Benedctta della Croce dice <I /loi rutti: Non accettare nulla come vcrira che sia privo di amore. E 11011 aCreNnle IIl1l/n cOJlle nwort: che sin privo di tlerit;'! L'II110 S('llUl l'altrtl dive/un milt mmzoglln disrl"llttiuIf . •

12. Cf. STEIN, E., La eslructffrtl de In penal/a hltmnJ/n (Obras completas, volumen IV; Ed. Monte Carmela, Burgos 2003).

1 3. Cf. S. S. FRANCISCO, Elltlllge/ii Ca/ldiufII, 20.

14. cr. CAI3ALLERQ, J . L., Lm condiciones de 111M (wtobiogmf!fl, en: hRllliR, U. (ed.), Prim COIII­prmder tI Edith Suin (Ediciones Palabra, Madrid 2008), 1 65. Cit,mdo a STEI N , E., Gmtl rI ROl1ltlll /ngnrd('ll de 19�02-1918, en AlIlorretrnto m CtlrltlS If/, 72,

1 5. "Esros 5011 los rerminos que utili'la Edith Stein pan prescntarse ame el Papa Pia Xl en la carta que Ie dirige en 1933 . . . : «jSanto Padre! Como hija del pueblo judio, que, par la gracia de Dios, desde hacc I I anos es tambicn hija de la Iglesia car6Iiea . . . �" Cf. BEA PEREZ, E., Edith Stein, bijrl del pueblo j/ld/o e bijn de In Iglesin, en: FERRER, U. (cd.), Pam comprender n Edith Steil/ (Edieianes Palabra, Madrid 2008), 95.

16. Cf. HAYA, E, Sobn' el problell/a de In ell/ptlt/tI, en: FERRER, U. (ed.), Pflm comprender II Edith Stein (Ediciones Palabra, Madrid 2008), 204.

17. Cf. STEIN , E., Escrltos tllltropoldgicos y pedtlgogicos, en Dbms Complettls I V : For11lncioll de In jrtvmtud (/ In IIIZ de /a ft cntolim (Monte Carmela, Burgos 2003) 422.

1 8 . Cf. STEIN , E . • Escritos nlllropoldgicos y p�dtlgogicOJ, 422.

19. "£1 [Dios] hace a sus fides sicmpre nuevos; aunque sean ancianos, «Ies renovani el vigor, subirin con alas como de aguila, correrin sin farigarse y andaran sin cansarse". Cristo es

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d ,<Evangelio cremc", y es (Cel mismo ayer y hoy y para siemprc>I, pero su riqucz3 y Stl her­mosura SOil inagotables. EI es siempre jovcn )' Fuente constance de novedad. La Iglesia no deja de asombrnrse por ,,]a profundidad de Ia riqucz;t, de 1:1 sabidurb y de! conocimiemo de Dios» . Cf. S. S. FRANCISCO. £tJ(lIIgelii Gflllt!illllt, 1 1 .

20. "La pedagogfa que carezca de rcspucst:lS a la pregunta �que es eI hombre .. no had sino cons­ttuir castillos en et aire." (STEIN, E . • La esh'IIC{1I1'fl de /" persoJlfl lJlfmnlff1 (Obras comptcl:1s. volumen IV; Ed. MOllie Carmela, Burgos 2003], 579).

2 1 . STEIN, E., Ln CS!/'//cfl//'tl de In P(,}'SOllfl /JlllllflJl((, 579.

22. STEIN, E., [If ('Sf/"l/Cful'II de In P{,I'SOl1fl humflllfl, 580.

23. Cf. STEIN. E., Llf ('Slr/mllm de In persollll /JlllI/fiUn, 580.

24. Para fonalecer d argumcll10 de Ia "insuneieneia", Edith menciona dos elememos mas: ' ) "El edueado!" sc oeupa de individuos humanos. Ell In medida en que son t:jemplares de un ripo, el conocil1lienro de em.' ldrimo puede ayudarle a eomprendcr a los individuos. Pero scr ejell1plar de un ripo nunca irnplic\ ser deriv:1ble y cxpliclble pur eomplelO a partir del l11is­mo [ . . . J Por ello, sienlpre que se pretenda comprcllder al individuo exdusivamenrc desde el ripo, sed inevirable malinrcl'prerarlo." Por 10 demas. 5i el educ:tndo nora csra disrancia (c:n Ia cual se Ie mira como un modelo y no como lIll individual, rendr:i morivos para cerrarse )' SUStraer5C, r:1Ilw a la mirada de Sli educador, como a los inrenros de esre par influir en eJ. 2} "El hecho de qm: cxisten razas )' pueblos, y de que eada hombre concrero peHencee :1 aigullo de elias, confmma al pedagogo can Ia pregullta [ . . . ] 5i la educaeion [iene obliga­ciones no 5610 hacia d individuo, sino rambien h:lcia esas unidades suprapersonales. y que importancia poseen es[as ultimas para el individuo y para roda la humanidad. Todas e5ras son pregunras a las que una :lOtropologia que proceda conFarme al Jni'rodo de b dcnci:l ll:l­rural no puede responder." (Amba5 eieas eorrespondcn a EPH 580 y 5 8 1 respectivamenre).

25. STEIN, E., La ('slmelllm d(' 111 P(,I'SOllfl /}//lIIalla, 582.

26. STEIN, E., La ('stmelll/'ll de 111 perSOll1l hl/mallll, 582.

27. STEIN. E., Ln l'slruClIII'fl de la prl'SOllfl hllll/fllla, 582.

28. STEIN, E., La rSlmelll/'ll d(' la persolla lJllI/lfllla, 583.

29. STEIN, E., Ln cslme/lm, de la l)('I'Sol'fI Iml11allrt, 583.

30. No es la H isroria. pel' S(', b que dn la respllesra sabre b pregunta pOl' el hombre. sino que Ie proporciona a In amropologb herramienms llriles para el conocimienro del hombre.

3 1 . Cf. STEIN , E .• Ln (S//'/(CIII/'ll dl' 111 personll IJlI/llallll. 583. Tambien aconseja: " Lo imponanrc a la hora de permilir a alguien que capte una individualidad cuando no se Ie plledc pro­portionar un encueruro vivo, es selialarle el camino pOl' cI que uno llli5mo ha alcanzado la meta."

32. EI subrirulo original dice: "VI illIJ(,Sfigt1ciOu gmmd drl hombre pOl' Ins ci('llcim lJUlllmdsfirfls romo ptrrfl' de In rimeit1 IJ11111mdsrirn gl'l1('rnl; ciencit1 IJUl1lflll!slim J' /a dor/rilln dc los Imlores rOlllo ptll'tes de //J/fl olltolog!a gellernl; t1Iltmpologin COIliO discij)lilla jilosojim . ..

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33. STEIN, E., La esfmctl/l'fI & la pC/'50llrt IJllIlIIllla, 585.

34. STEIN, E., La cst/'llctlll'fl de la paJo/lft IJllI/ltwa, 585.

35. STEIN, E" La estl'llctll/'{/ dl' lt! penolln IJIIlI/f(JIa, 587.

36. STEIN, E., Ln l'stl'llctlll'(! de In Pl'I'SOllfl IJllJ1lnlltl, 588.

37. STEIN, E., Ln eJ'tl'IICfIlI'tl cIe If{ persolla lJIIlI/al/lI, 588.

38. CE STEIN, E., Lt' l'stmctllm de III persol/a hl/II/Ill/II, 5 9 1 .

39. cr. STEIN, E . , ill estmctl/l'fI dc 1(1 pt'l'Jolla IJIIIIIIlJ/tf, 592.

40. "Alii donde capramos un SCI' de este ripo riene lugal' al mismo dempo lin cont:1Cro intimo can d: rlllnca 10 captal1los meramelHC desde Fuera, sino que miramos dentro de cl )', en cierto selHido, nos ent'endemos can d. 5610 en dena senriclo, roclavla no "en s{'ntido pro­p;o",,' (cr. EPH, 592).

4 1 . cr. STEIN, E., LIl estl'llctllm de I({ pel'Sollfl IJI//}/(IIIfl, 592.

42. cr. STEIN, E., La estrl/ctllm dl' la /){'I'Sol'fl /JlllI/allfl, 592.

43. cr. STEIN, E., L(l l'stl'llctunt de la persolltl hUlI/allfl, 592.

44. cr. STEIN, E., Lfl cstml'funt de 1(( Pl'l'SOllfl /JltI/Ulllfl, 593.

45. cr. STEIN, E., L(/ l':jtmctlflfl tie la persolltl blllllllllfl, 593.

46. STEIN, E., La estmctll/'fl de In Pl'I'JOII(( hUlI/flllfl, 593.

47. STEIN, E., La esfmcflll'fl de 1(1 Pt'I'JOIlt1 /}//J}I(l/lfI, 593.

48. STEIN, E" La t'slmctflrt! dc la persollrl /)//JI/((II!I, 593.

49. STEIN, E., La esfmctll/'fl dl' III Pl'l'J'OJItI /JllII/(W({, 594.

50. STEIN, E., Lff estmctlll'tl de III Pl'I':;oIl(1 IJlflJl((II(I, 594.

5 1 . STEIN, E., LII cstmctlll'i/ dc If( penol/rt /Jll/llalla, 594.

52. cr. STEIN, E . . Escritos f/1/1ropoldgicos)1 pedflgtJgicos, en ObrlH Complettls IV: FOl'lllflr'iOIl de II/ jll/JC/ltl/d t/ la /liZ de la Je ('((ttili('(( (Monte Carmela, Burgos 2003) 423.

53. cr. STEIN, E . . £Sailos tlntropoMgicM)' pedagogicos, 425.

54. cr. STEIN, E., Esairos IllltropolOgicos y petlt/gogicos, 425.

55. Cf. STEIN, E., Esaifos (1IItropol6gicos), pedt/gogicos, 429.

56. S. S. FRANCISCO, r./lftllgelii GalldilllJl. 1 2.

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