Una estación neolítica al aire libre en las Islas Chafarinas. El Zafrín: Primera datación...

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Editorial

Gabinetes de prensa y relaciones públicas paramuseos

Pedro Pablo Gutiérrez

Acércate a Conocer: Museo de Arqueología eHistoria. Melilla

Rocío Gutiérrez.

Las Dos HistoriasSeveriano Gil

Las joyas bereberes elaboradas en MelillaClaudio Barrio

La vivienda en Melilla:un caso de transmisión patri-monial en el siglo XVIIIMiguel C. Vivancos O.S.B.

Melilla a comienzos del siglo xix: el drama por susupervivenciaBlas Jesús Imbroda Ortiz

Melilla... Hacia la ciudad. Melilla en los albores delsiglo XXÁngel Castro Maestro

Las tetradracmas de Alejandro Magno. –Una apro-ximación a su emisión cronológica; tipología ycecas en vida de Alejandro–.Joaquín Montero

La documentación de la Comisión de Antigüedadesde la Real Academia de la Historia sobre MelillaJorge Maier

La mujer griega a través de la iconografía domésticaPilar González Serrano

La fuerza de la imagen: iconografía de las prince-sas de la dinastía Julio-ClaudiaTrinidad Nogales Basarate y Pilar Fernández Uriel

Una estación neolítica al aire libre en las islas cha-farinas: El zafrín. Primera datación radiocarbónicaJuan Antonio Bellver Garrido y Antonio Bravo Nieto

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CCoonntteenniiddoo nnºº 22.. EEnneerroo 22000033

Plaza Pedro de Estopiñan s/nMelilla la Vieja. 52001

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Resumen

Los trabajos arqueológicos llevados acabo en el archipiélago de Chafarinasp o r e l I n s t i t u t o d e C u l t u r aMediterránea1, 2 a lo largo de los años2000 y 2001 han confirmado la exis-tencia de un asentamiento neolítico alaire libre de cierta extensión. En laexcavación se ha obtenido la primerafecha de radiocarbono que lo sitúa enlos inicios de la segunda mitad delQuinto Milenio antes de Cristo. La sin-gularidad del yacimiento es notable porsu ubicación en las costas del occidentenorteafricano donde son muy escasoslos yacimientos de este horizonte y portanto, las fechas de radiocarbono.

Planteamientos y trabajosiniciales del yacimiento

El descubrimiento del yacimiento neo-lítico del Zafrín, en las islas Chafarinas,se enmarca dentro del programa deelaboración del inventario arqueológi-co de la prehistoria de Melilla. Estep royec to f ue encomendado a lInstituto de Cultura Mediterránea(ICM) el 27 de abril del año 2000 porparte de la Comisión de Patrimonio dela Consejería de Cultura de la CiudadAutónoma de Melilla y en ese mismoaño se iniciaron los trabajos de estu-dio y prospección arqueológica en lasIslas Chafarinas3.

Desde el primer momento, el ICMrecibió todo el apoyo necesario porparte del Organismo AutónomoParques Nacionales (OAPN), delMinisterio de Medio Ambiente, al serlas is las Chafarinas un RefugioNacional de Caza protegido, así comola correspondiente autorización delMinisterio de Defensa.

Como consecuencia de estos traba-jos iniciales, el ICM firmó con el OAPNun convenio de colaboración encami-nado al estudio de este yacimientoarqueológico, lo que ha posibilitadohasta el momento siete breves cam-pañas de estudio y prospección y unacampaña de excavación durante elmes de agosto de 2001 (Bellver yBravo, 2001).

De los diferentes restos arqueológi-cos localizados hasta el momento enel archipiélago de las Chafarinas,hemos centrado los trabajos en elasentamiento al aire libre del Zafrín,único del que se tenían referencias4 yque se encuentra situado en el hom-bro sur de la isla occidental denomi-nada del Congreso.

JJUUAANN AANNTTOONN IIOO BBEELLLLVVEERR GGAARRRRIIDDOO

Arqueólogo

AANNTTOONNIIOO BBRRAAVVOO NNIIEETTOO

Doctor en Historia

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Una estación neolítica alaire libre en la IslasChafarinas: El Zafrín.Primera datación radiocarbónica

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1 D e l I n s t i t u t o d e C u l t u r aMediterránea . Juan AntonioBellver Garrido ([email protected]).Antonio Bravo Nieto ([email protected]).

2 Agradecemos al profesor de laUniversidad de Valladolid D.Fernando Romero Carnicero lainestimable colaboración aportadaen este artículo, sobre todo laredacción de los apartados 4 y 5.

3 El archipiélago de las Chafarinasestá compuesto por tres islas, la delRey, Isabel II y la del Congreso, yforman parte del estado españoldesde 1848.

4 Dentro del trabajo de recopilaciónbibliográfica, utilizamos las referen-cias de un artículo del arqueólogofrancés M. Paul Pallary (1907), quehablaba de la existencia de algunaspiezas de sílex en las islas y sobretodo de Carlos Posac Mon (1956),que realizó una interesante pros-pección superficial de la isla delCongreso y que ya daba noticia dealgunas piezas cerámicas que ads-cribía al neolítico.

Los materiales recogidos en prospección fueron numero-sos y en algunos casos de gran tamaño, prueba de la escasapresión humana sobre el lugar. Los datos tipológicos, tecno-lógicos y decorativos de las cerámicas ya determinaron des-de el primer momento la adscripción cultural del lugar alNeolítico destacando los motivos realizados con impresio-nes de conchas marinas, cardium u otro molusco, que seextendían por la superficie de los fragmentos. Por estarazón, fueron relacionados con el horizonte cultural de lascerámicas impresas cardiales que, tradicionalmente, sóloera conocido en la zona norteafricana en el área delEstrecho de Gibraltar y en las cercanías de Rabat (Jodín,1958-1959, Tarradell, 1954, 1957-58 y 1958).

Descripción geológica de las islasChafarinas

Desde el punto de vista orogénico las islasson fruto de un vulcanismo que se articulaen varios episodios eruptivos, aun hoy muypoco conocidos y cuya cronología corres-ponde a finales del Terciario, seguramentepliocénicos. En este contexto del mar deAlborán no resulta ajena la tectónica alpinaque favoreció la aparición de estos procesosvolcánicos. En concreto, en la isla delCongreso se han estudiado hasta cuatrofases eruptivas, siendo las rocas más comunes las andesitaspiroxénicas, en cuya composición interna predominan losfeldespatos. Por su parte, la textura microcristalina de estosmateriales indica que la emisión de magma fue al aire libre,con un enfriamiento lento del mismo, siendo muy posibleque las islas formaran un único edificio volcánico aunquequizás con varias chimeneas (Marín, 1921; Clemente yotros, 1999)

En la actualidad, la distancia entre la línea de costa y elarchipiélago es de 3,5 kilómetros, pero las islas estuvieronunidas a tierra firme por lo que, geomorfológicamente,constituyeron el extremo Norte de lo que fue un antiguocabo. Los materiales que formaban la lengua de unión esta-ban compuestos fundamentalmente por areniscas, en con-creto por dunas fosilizadas y materiales calcáreos cuyanaturaleza, frágil y blanda, determinó que fueran destruidospor la erosión marina, provocando finalmente la separacióndel continente. A esta separación contribuiría también elascenso del nivel del mar en la última transgresión marina,conocida como Flandriense5.

Por lo que respecta a los suelos de la isla del Congreso,señalaremos que el depósito sedimentarioprincipal es el de ladera, hecho favorecidopor el basculamiento generalizado de lasuperficie hacia el Este. Como consecuencia,los suelos así formados tienen por lo gene-ral escasa potencia, sobre todo en los extre-mos Norte y Sur. Por otra parte, la mayorparte de la superficie de la isla presenta pro-cesos sedimentarios relacionados con laexistencia de costras calizas.

En el entorno del yacimiento encontra-mos unos suelos secos, del orden aridisol,poco profundos, con una potencia que osci-la entre 25 a poco más de 50 centímetros,originados principalmente a partir de mate-

riales volcánicos de naturaleza andesítica. Esa cercanía a laroca de substrato clasifica al suelo dentro del subordenlithic torriorthent (Clemente y otros, 1999).

El perfil de estos suelos no favorece el crecimiento deuna vegetación de gran porte o arbórea, únicamente encon-tramos especies con desarrollo leñoso del tipo de lasSalsolas, Lycium y Suaeda. La combinación de estos suelossecos, la escasez de precipitaciones y la pendiente media,de un 10% en el área del poblado, ha favorecido sin dudalos procesos de erosión que pueden observarse y que deter-minan el trabajo arqueológico.

La isla del Congreso tiene una forma alargada que alcan-za un kilómetro en el sentido Norte-Sur y una anchuravariable. El yacimiento se encuentra en el brazo Sur de laisla, a 35º 10’ 636’’ latitud Norte y 2º 26’ 318’’ longitudOeste y en esta zona la anchura de su superficie es de apro-

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5 Entre el 5.500 y 4.500 a.C. se produjo un óptimo climáticopostglacial, hacia el 4.500 a.C. tuvo lugar el máximo de latransgresión y en 3.500 a.C. se estabilizó el nivel del maraproximadamente con la altura actual, iniciándose entoncesun periodo de clima seco. (Borja Barrera, 1997).

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ximadamente unos 150 metros. Laisla del Congreso está totalmenterodeada por acantilados que presen-tan una altura media de 30 metros,por lo que el acceso sólo es posiblegracias a un túnel con unas escalerasexcavadas en la roca que se encuen-tra situado en su extremo Sur.

Desarrollo de los trabajosarqueológicos

La prospección En las primeras fases de actividad

sobre el yacimiento se trabajó con unequipo que trazó una cuadriculaciónextendida sobre una superficie de másde 1.500 metros cuadrados, espacioque podía comprender toda la disper-sión de materiales arqueológicos. Seestableció un vértice en el ángulo nor-deste junto al acantilado, a partir delcual se realizaron cuadrículas de 10 x10 metros. En total se trazaron 16 cua-drículas completas que comprendíanel posible asentamiento, así comootras incompletas que abarcaban losrebordes irregulares del acantilado.

Dentro de este damero identifica-mos la totalidad del área de asenta-miento en el que se recogían abun-dantes utensilios y fragmentos. Eltrabajo de prospección, que nos apor-tó unas 550 piezas, se prolongó por 5días completos y de esta manerapudimos delimitar el contorno delhábitat, que fue adquiriendo una for-ma ovoide cuya superficie es aproxi-madamente de 1.000 metros cuadra-dos, si nos atenemos a la localizaciónexacta de materiales en prospección6.En esta fase se recogieron cerámicastanto decoradas como lisas, fragmen-tos de sílex, molinos de vaivén ymanos de molino.

La excavación Para excavar elegimos una cuadrí-

cula de 4 x 4 metros situada en el vér-tice Sureste de la cuadrícula de pros-pección 6. A su vez, la superficie dedieciséis metros cuadrados fue dividi-da en cuatro cuadros de dos metrosde lado. El método de excavaciónseguido fue el de “área abierta” conregistro tridimensional de los mate-riales. Toda la información se procesó

en un software elaborado específica-mente por el ICM denominado PROS-PEC7 que permite proyecciones endos o tres dimensiones. Esta interven-ción arqueológica pretendía llevar acabo una cata de control del asenta-miento, conducente a conocer suestado de conservación y naturaleza.

Aunque actualmente continúan losestudios de gabinete, presentaremosaquí unas primeras conclusionessobre los materiales del Zafrín quenos permitan contextualizar la fechade carbono 14. La industria lítica,de pequeño tamaño y con una evi-dente escasez de instrumentos, cuen-ta con cierta diversidad en lo que res-pecta al origen de la materia prima,aunque en las islas sólo se identificanalgunas betas de sílex asociadas a laactividad volcánica. Son numerososlos núcleos y los estudios preliminaresparecen indicar que existió un taller

6 Las cuadrículas que ofrecieronmateriales en toda su extensiónfueron las nº 4, 5, 6, 7, 9, 11, 12 y15, aunque las nº 1, 2, 3, 10, 13, 14y 16 lo presentaban en sus bordes,dando un total aproximado de unos1.000 metros cuadrados.

7 El programa fue elaborado porDionisio Hinojo Sánchez.

8 Hasta el momento se han clasifica-do 880 piezas, de las que 115corresponden a formas y cerámicasdecoradas.

de talla en la isla. Actualmente estosmateriales son objeto de estudio porparte del profesor Manuel Calvo Tríasde la Universidad de Baleares.

El estudio arqueozoológico delyacimiento, muestra una gran diversi-dad tanto en las especies del medioterrestre como en las del marino, loque parece indicar una dieta variadaque habrá que complementar en elfuturo con la hipotética estrategiaagrícola que parece desprenderse delos molinos de mano.

En cuanto al medio marino, seconstata la presencia de peces, habi-tualmente serránidos de unos tama-ños que rondan los cuatro o cincokilos, y cuatro tipos de lapas: Patellaferruginea, Patella safiana, Patellacaerulea y Patella lusitanica, con ras-tros de extracción antrópica. Del aná-

lisis malacológico no parece por elmomento concluirse variaciones cli-máticas importantes con respecto a laactualidad (González y Bueno, 2002).

Del medio terrestre se han obteni-do numerosísimos caracoles terres-tres, Sphincterochilla sp. que hansido manipulados en sus ápices con elfin de extraer el contenido proteínico.Entre las especies de orden superiorconstatamos la existencia de mamífe-ros herbívoros domésticos, ovicapri-nos, o silvestres de mayor porte, segu-ramente ant í lopes. Entre estasmuestras, destacaremos un taxóncorrespondiente a un fragmento delmaxilar de un gran felino identificadocomo Panthera leo.

Los restos cerámicos son muynumerosos8, tanto los lisos como losdecorados. Los diferentes tamaños

presentan variaciones de entre unospocos centímetros hasta los 14. Elgrueso de las paredes varía entre 9mm de la más delgada a los 15 de lamás gruesa. Por su parte, los tiposofrecen cierta diversidad: los platos,que presentan un diámetro de 310mm., las ollas globulares, con bocasde 150 mm a 180 mm., la de los cuen-cos entre los 240 mm a 250 mm. y lasgrandes ollas que estimamos en unos280 mm; los fondos reconocidos sonpor ahora cónicos o esféricos y planospara las fuentes y platos.

Las pastas son en la mayoría de loscasos negruzcas y muy compactascon desgrasantes finos entre los quese intercala de vez en cuando algúngrano grueso. Las paredes puedenofrecer un tono negruzco tanto exter-na como internamente, pero no faltanlas de paredes rojizas y otras tonali-dades. En otras piezas las superficiesexternas pueden presentar un trata-miento de alisado ya con espátula ocon algún tejido o ramas.

Entre las cerámicas decoradas des-tacan las cardiales que utilizan la téc-nica de pivotado con el borde de laconcha y los motivos decorativoscorresponden al modelo de “espinade pez”, aunque también constata-mos la impresión con el nátex. Enalguna pieza los motivos decorativosofrecen una mayor riqueza y compleji-dad, alternando en un mismo reci-piente varias técnicas distintas: lasimpresiones cardiales y la incisión. Porotra parte, estas cerámicas cardialesalternan con otras cerámicas impre-sas de motivos geométricos.

También encontramos en los frag-mentos cerámicos otras decoraciones,como los cordones con digitacionesque pueden situarse en el borde,engrosando éste, o por debajo de él.En un fragmento, el cordón presentauna doble digitación, en el perímetrodel mismo borde. Otro motivo sonlas pequeñas impresiones formandouna fila paralela al borde y rodeandopor debajo el mamelón de sujeción,hechas con un punzón romo. Por últi-mo encontramos cerámicas decora-das incisas que tienden a representarmotivos muy similares a las cardiales,dispuestos además en los mismospuntos que éstas.

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En relación con las formas de aca-bado de las cerámicas, destacaremoslas improntas de cestería sobre lassuperficies de las paredes (tanto inte-rior como exterior). Comunes a todasellas son los acabados a base deespatulado, quizás con objetos denta-dos con forma de peine o bien conretazos de cestería o de algún tejido.

Como elementos de aprehensiónse utilizan en exclusiva los mamelo-nes. En un caso, contamos una peque-ña olla globular cuyos mamelones sondobles, uno debajo del otro, de formascasi cónicas. Podemos referirnos aestos soportes como simples protube-rancias o bien tener gran tamaño deperfil plano. Habitualmente se factu-raron como elementos independien-tes a los recipientes a los que fueronadheridos y por esa razón, en algunosgrandes fragmentos se puede consta-tar la pérdida de estos mamelones.

Apuntes de estratigrafíaEn la excavación sólo se identificó

un único nivel de ocupación que sedesarrollaba sobre una base de des-composición de andesita y caliza aunos 45 centímetros de profundidad.Sobre esta base o substrato, identifi-camos un apisonado de arcilla o pale-osuelo que se extendía por todos loscuadros de excavación, desaparecien-do sólo en el eje NE-SO que separabalos cuadros 3 y 4. Sobre este paleo-suelo operaban los distintos procesosde actividad cotidiana y económica.

En el espacio de los cuadros 1, 3 y4 aparecieron tres hogares respectiva-mente. De ellos destaca el del cuadro3 por su potencia, algo más de 10centímetros y por encontrarse bajo elpaleosuelo un nivel de caracolesembutido en una matriz grisácea concantillos. En él se recogen pequeños

fragmentos de hueso sin que poda-mos por ahora determinar si nosencontramos ante una anterior ocu-pación. Esta dinámica solo es obser-vable bajo el área del hogar y seránecesario esperar a futuras campañaspara aclararlo, ya que la mayor partede esta estructura de combustión sehalla encastrada en los terrenos peri-metrales de la cuadrícula que se pro-yectan excavar en la campaña 2003.

Toda la estructura del hogar, cuyoterreno tiene la pendiente cero, pre-senta claramente definida a su alre-dedor un área de cuarto de círculosobre el que se hallan pequeños blo-ques de caliza y una gran cantidad defragmentos de hueso de toda taxono-mía, así como pequeños fragmentoscerámicos, sílex y carbones acompa-ñados de caracoles embutidos en unamatriz muy arcillosa de color gris. A laespera de abrir los sectores aledañosal cuadro 3, podemos encontrarnosante una estructura de vivienda deplanta circular.

Por el contrario, los otros dos hoga-res, los de los cuadros 1 y 4 presentanescaso desarrollo y potencia. Los dostercios de este paleosuelo aparececub ie r to po r un ca raco le ro deSphincterochilla con miles de unida-des de estos ejemplares con la pecu-liar perforación comentada anterior-mente, todo ello dentro de una matrizde tierra gris cenicienta y cantillos.

Otra de las estructuras destacablesen la zona excavada fue un hoyo-cubeta en el cuadro 1. En este cuadro,bajo el caracolero, se identificó unamancha arenosa y compacta queresultó ser la boca de una cubeta de70 centímetros de profundidad conuna planta elíptica cuyo eje mayoralcanzaba 1 metro de longitud. En suinterior hallamos un único relleno,con mucha menor intensidad de cara-coles y, a una profundidad de unos 40centímetros, apareció un cuenco dis-puesto boca abajo, roto en tres frag-mentos principales. Tanto estos comootros fragmentos situados en el inte-rior del hoyo se encontraron hincados.El fondo de la estructura se cerrabacon piedras calizas de formas irregu-lares.

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La primera datación delyacimiento el Zafrín

Es precisamente de esta cubeta dedonde procede la muestra de huesosometida a datación por el métododel radiocarbono. Dicha muestra esta-ba inmersa en una matriz muy arcillo-sa dentro de la cubeta y no tocaba lasparedes de la misma. Remitida allaboratorio del Institut Royal duBruxelles la fecha obtenida de lamuestra (KIA-17373) fue: 5600 ± 30BP; una datación, como puede verse,que ofrece un alto grado de precisión,dada su pequeña desviación estándar,máxime ello, además, cuando corres-ponde a una muestra de vida corta. Lacalibración de la fecha se ha realizadocon el programa CALIB, versión 4.3(Stuiver y Reimer, 1993), curva INT-CAL98 (Stuiver y otros, 1998; Stuiver,Reimer y Braziunas, 1998). Dicha cali-bración ofrece a 1 sigma (68,3 % deprobabilidad) el intervalo cal BC4457-4364 y el cal BC 4492-4356para el rango de máxima confianza (2sigmas, 95,4 %) y nos sitúa, en cual-quier caso, en un periodo de entreaproximadamente 100 a 140 años deltercer cuarto del Quinto Milenio a.C.

De considerar incluso el intervalo demayor probabilidad dentro del rangocitado en último lugar -cal BC 4462-4356 (92,6% del 95,4%)-, nos centra-ríamos en el margen de una centuria,período que podría precisarse aúnmás de tener en cuenta la calibracióndirecta –cal BC 4452, 4417 y 4404– yfijarse entre el 4450 y el 4400 cal BC.Por tanto, podemos decir que El Zafríncuenta con una primera fecha deradiocarbono que ha permitido preci-sar su cronología a principios de lasegunda mitad del Quinto Milenio cala.C. Confiamos en que los resultadosde una segunda muestra, que espera-mos en estos momentos, permitanconfirmar los de la que aquí presenta-mos.

El Neolítico Mediterráneonorteafricano y susdataciones

Los trabajos sobre el neolítico deloccidente norteafricano se han cen-trado tradicionalmente en el área delEstrecho de Gibraltar por el Oeste yen el Oranesado argelino por el Este.Por lo que respecta al Marruecos

oriental, el investigador más prolíficode su prehistoria ha sido Carlos PosacMon quien, si bien no llevó a caboninguna excavación, desarrolló sudilatado trabajo en numerosas pros-pecciones durante los años cincuenta.

El vacío de referencias es importan-te en lo referente a los estudios deradiocarbono. Contamos con tresfechas en yacimientos del entorno deOrán, pero el neolítico de esta regiónno es cardial: Cimetière des Escargots(Gif 463 V): 6680 ± 300 BP; L´OuedGuettara (?): 6810 ± 330 BP; y DeuxMamelles (ALG 35 II): 5550 ± 225 BP—una referencia a las mismas conedad equivalente a.C. (-1950), enCamps, 1984: 195—. Todas ellas pre-sentan, como puede apreciarse, unaelevada desviación estándar y, portanto, escasa precisión. Las dos pri-meras, tal y como puede verse en elcuadro adjunto, ofrecen, calibradas ados sigmas, fechas que se sitúan entrelos comedios de la segunda mitad delSéptimo Milenio y un momento entorno al 5000 cal a.C. La tercera ofre-ce, al mismo rango de confianza, unintervalo de mil años, entre los iniciosdel Quinto Milenio y un momentosimilar del Cuarto cal a.C.

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En el área cercana a las IslasChafarinas, a unos 50 kilómetros alinterior, se ha excavado recientemen-te e l abr igo neol í t i co de Hass iOuenzga (Mikdad y Eiwanger, 2000).En esta estación se ha obtenido unaestratigrafía de gran interés para elestudio del Neolítico en el Marruecosoriental y en concreto de la cuencadel Muluya. Aparecen niveles de cerá-mica cardial sellados por otros califi-cados también de neolíticos con simi-l itudes con el conjunto de Oráncomentado. No obstante, las fechasde radiocarbono citadas por los inves-tigadores sólo indican cronologíasaproximadas del Sexto Milenio a.Cpara la ocupación neolítica más anti-gua, por lo que esperamos conocerlasmás concretamente en nuevas publi-caciones.

En el área de Rabat, en el áreaatlántica marroquí, el Neolít icoMediterráneo tiene su mayor expo-nente en la cueva de Dar es Soltan.Se ha publicado la fecha de unamuestra (GrN 2805) procedente delmismo: 5860 ± 70 BP que, calibradaa una sigma presenta al intervalo4 9 2 5 - 4 6 8 5 c a l B C ( Vo g e l yWaterbolk, 1963). Calibrada, pornuestra parte, con idéntico criterio atodas las que aquí comentamos, ofre-ce para la misma confianza el inter-valo 4827-4617 cal BC y el 4902-4543 cal BC para la máxima, a dossigmas. De tener en cuenta este últi-mo, como en casos anteriores, dichafecha nos sitúa en la primera mitaddel Quinto Milenio cal a.C.

Más al norte, en la zona del estre-cho de Gibraltar, encontramos lasestaciones que tradicionalmente han

sido consideradas como los ejes de laestructura del neolítico cardial enMarruecos: las cuevas de caboAchakar (Jodin, 1958-59; Gilman,1975) y las grutas de Ghar Cahal(Tarradell, 1954) y Caf taht el Ghar(Tarradel, 1955, 1957 y 1958). De lagruta de los Ídolos de Achakar, de lade Caf taht el Ghar y del yacimiento alaire libre de l’Oued Taagart se handado a conocer recientemente variasdataciones radiocarbónicas (Daugas yotros, 1999: 350-352, tab. 1) referidasa niveles cardiales.

De la g ruta de los Ído los deAchakar procede una muestra de car-bón (Gif A 92332) que ha proporcio-nado la fecha 5630 ± 80 BP; calibradaofrece los intervalos cal BC 4536-4361 y 4685-4336 para los rangos auna y dos sigmas, respectivamente.Ello nos sitúa en las centurias centra-les del Quinto Milenio cal a.C., crono-logía que podría remontarse a los ini-cios del mismo de considerar unadatación por termoluminiscenciapublicada al tiempo.

Contamos con dos muestras decarbón (Ly 7288 y 3821) para la grutade Caf taht el Ghar, cuyas fechas BPrespectivas son: 6520 ± 80 y 6050 ±120. La primera de ellas ha deparado,una vez calibrada, los intervalos cro-nológicos siguientes: 5603- 5375 calBC —una sigma— y 5618-5322 calBC —dos sigmas—, siendo los de lasegunda, y por el mismo orden: cal BC5205-4795 y 5291-4693. La cronolo-gía de entre algo antes de mediadosdel Sexto Milenio y un momento aná-logo del Quinto cal a.C. vienen a con-firmarla algunas dataciones de cerá-micas por termoluminiscencia, dadas

a conocer en la misma publicación, ypor el índice de epimerización de con-chas de gasterópodos continentalesdel género Helix (Occhietti et alii,1999).

Por último, el lugar de Taagart pro-porciona, la fecha radiocarbónica5600 ± 200 BP, procedente de unamuestra de concha marina (UQ 1556).Calibrada a una sigma depara elintervalo 4705-4247 cal BC y, a dossigmas, el 4900-3983 cal BC, lo que,de tener en cuenta este último, data-ría la ocupación correspondiente en elQuinto Milenio cal a.C. Por su parte, latermoluminiscencia, método con elcual se han fechado cuatro fragmen-tos cerámicos, permitiría precisar elyacimiento en la primera mitad delcitado milenio, aunque el sistema dedatación óptica de sedimentos (O.S.L.)de arenas dunares, rebajaría a finalesdel mismo e inicios del siguiente lacronología.

De cuanto queda dicho, y puedeapreciarse en la gráfica correspon-diente, la fecha de El Zafrín se ajustabastante bien a las que han ofrecidoTaagart, la cueva de los Ídolos deAchakar y Deux Mamelles, aunqueprescindiremos de esta última por noser cardial. Las dos dataciones de Caftaht el Ghar, procedentes de un hábi-tat permanente y estructurado que seat r ibuye a un Card ia l rec iente(Daugas y otros, 1999: 350), son cla-ramente más antiguas, en concretode los comedios del Sexto Milenio cala.C. la primera de ellas y del últimocuarto de dicho milenio al primer ter-cio del siguiente la segunda, menosprecisa dada su alta desviaciónestándar. Esto último, muy probable-mente, hace que se solape con las deDar es Soltan y Taagart, a la que leocurre otro tanto. La más afín, portanto, a la del Zafrín que aquí presen-tamos es la de Achakar, aunque pre-senta al parecer problemas estrati-gráficos (Daugas y otros, 1999: 350);dentro del intervalo de calibración ados sigmas, ya comentado —cal BC4685-4336—, el que ofrece un mayoríndice de probabilidad es el cal BC4621-4336 (95,4% del 95,4%) y sucalibración directa se concreta en el4458 cal BC.

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CUADRO IDatación cal a.C.

IntervalosYacimiento Cód. Lab. Datación BP 1 sigma 2 sigmasL’Oued Guettara ——— 6810 ± 330 6021 - 5384 6378 - 5060Cimetière des Escargots Gif 463 V 6680 ± 300 5881 - 5316 6200 - 4947Caf taht el Ghar Ly 7288 6520 ± 80 5603 - 5375 5618 - 5322Caf taht el Ghar Ly 3821 6050 ± 120 5205 - 4795 5291 - 4693Dar es Soltan GrN 2805 5860 ± 70 4827 - 4617 4902 - 4543Taagart UQ 1556 5600 ± 200 4705 - 4247 4900 - 3983Achakar (Idolles) Gif A 92332 5630 ± 80 4536 - 4361 4685 - 4336El Zafrín KIA-17373 5600 ± 30 4457 - 4364 4492 - 4356Deux Mamelles ALG 35 II 5550 ± 225 4672 - 4060 4910 - 3815