Un basurero de CaesarAugusta. La intervencion arqueologica en calle Casta Álvarez nº 91 de...

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Antonio Hernández Pardos y Jesús G. Franco Calvo

Resumen: Esta intervención arqueológica de carácter preventivo formó parte de la actuación urbanística del P.E.R.I. Las Armas-Casta Álvarez de Zaragoza, promovido por la Sociedad Municipal Zaragoza Vivienda. Su estudio ha permitido reconocer la evolución histórica de una porción del suburbio occidental de Caesaraugusta, entre Claudio e inicios del siglo II, con una interesante zona de basurero de origen doméstico. Además, ha aportado nuevas evidencias acerca de la potente producción alfarera romana de la capita l del Valle medio del Ebro, como es un molde lucerna de volutas. Palabras clave: Caesaraugusta, vertedero, período romano altoimperia l. Abstract: This preventive archaeological intervention was part of the urban development of the P.E.R.I. Las Armas-Casta Alvarez de Zaragoza, promoted by Sociedad Municipa l Zaragoza Vivienda. Their study has a l lowed us to recognize the historical development of a portion of the western suburb of Caesaraugusta between Claudio and early second century, an interesting area of trash from households. It has also provided new evidence of the powerful Roman pottery production in the capita l of the Middle Ebro Valley, as it is a mold lucerne scrolls. Keywords: Caesaraugusta, landfi l l, a ltoimperia l Roman period.

Arqueólogos de ACRÓTERA Gestión del Patrimonio. Email: [email protected]

Introducción

Esta memoria corresponde básicamente con el Informe final emitido en agosto de 2007. Las cronologías y la interpretación son provisionales, a fa lta de un estudio en profundidad, imposible de l levar a cabo en las precarias condiciones en las que se ejerce la actividad arqueológica profesional.

Ficha técnica

-Tipo de actuación: Excavación y seguimiento arqueológicos -Director: Antonio Hernández Pardos -Fecha de la actuación: 19 de febrero / 20 de abri l de 2007 -Promotor: Zaragoza Vivienda -Constructor: UTE 82 Viviendas C/Armas -Cronología: romana (ss. I-III, medieval (s. XI) y moderno/contemporáneo (ss. XVII-XX) -Equipo: Jesús Franco, Pilar Edo, Oscar Lanzas, David, Pilar Salas, arqueólogos.

La intervención arqueológica

La presente intervención arqueológica h a venido determinada por los resultados obtenidos en los sondeos arqueológicos previos realizados en el P.E.R.I. Las Armas-Casta Álvarez de Zaragoza, intervención llevada a cabo por nosotros el octubre de 2005 y febrero de 2006 para Zaragoza Vivienda. La Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón resolvió con fecha 9 de marzo de 2006, declarando como solares libres de restos arqueológicos algunos de los solares afectados por la intervención, y prescribiendo la excavación arqueológica sistemática y exhaustiva de las áreas positivas en los siguientes solares: Las Armas 52, 64, 76, 78, 80 y Casta Álvarez 91 y 103. A partir de los resultados, la Dirección General de Patrimonio Cultural resolvió, informando favorablemente el expediente de cara a la concesión de la correspondiente l icencia municipal de construcción, y

autorizando la retirada de todas las estructuras arqueológicas. La presente intervención arqueológica se ha l levado a cabo en el entorno del sondeo III del solar, extendiéndose hasta las medianeras Este, Oeste y Sur. Corresponde a su tercio meridional, área sobre la cual l a Dirección Gral. de Patrimonio Cultural prescribió la excavación arqueológica. Ta l y como se documentó en los sondeos previos realizados en 2006, esta zona del solar se encontraba ocupada por un espacio pavimentado, con estructuras contemporáneas que parcia lmente habían afectado a la estratigrafía subyacente. El resto del solar, en cambio, estaba ocupado por bodegas cuya construcción ha el iminado la estratigrafía que pudiera haber existido.

Estratigrafía

El último elemento estratigráfico documentado, que nos marca, por lo tanto, el inicio de la secuencia estratigráf ica , corresponde al substrato geológico, formado por una acumulación de cantos, gravas y arena del período Cuaternario, que forma parte de una las terrazas fluviales del Ebro. Dicho terreno presenta un recorte (UE 72) con una pared de perf i l vertical con escalonamientos y planta curvil ínea irregular. Corresponde a una depresión, de la que hemos documentado parte de su límite meridional. A pesar de que la fosa ocupa la mayor parte del área de excavación del solar, desconocemos su planta completa, ya que la estructura continúa en los solares contiguos, los cuales se hayan arrasados por bodegas de época contemporánea. No presenta ningún tipo de revestimiento ni en paredes ni en suelo, y a lcanza una profundidad máxima de 85 cm, aunque es posible que originalmente aquella fuera mayor, ya que el nivel natural de conglomerado fue recortado con posterioridad, despareciendo la superficie de suelo inicia l.

Imagen 1 y 2. Depresión en la roca con canalillo, desde el N y desde el E Un canali l lo con paredes de cantos rodados trabados con barro (UE 70) –encajado en una zanja excavada en la roca (UE 69)-, y orientación N/S, desemboca por el S en la depresión. Sus escasas dimensiones -10 cm. de ancho y 14 cm. de altura- nos indican que el flujo de líquido que circularía –presumiblemente agua- sería mínimo. El canal está relleno por un estrato limoso color gris oscuro, colmatándose en la siguiente actividad. Un estrato arenoso con abundante grava, muy compacto y de gran espesor (UE 68) rel lena en parte la depresión existente, lo que nos indica el inicio de una segunda actividad. Se lleva a cabo entonces una transformación en el uso del espacio, con la amortización de forma intencionada y en un solo nivel momento de la estructura subestructura. Sobre el nivel se forma una superficie de uso a modo de suelo (UE 67). Éste presenta una suave pendiente hacia e l N. Sobre este suelo se forman dos pequeños depósitos, uno formado por una curiosa acumulación de mandíbulas de équido (UE 66) y otro por escoria metálica (UE 65), ambos individualizados y compactos.

Pueden corresponder a niveles de uso durante la actividad. Éstos y el suelo son cubiertos por un nivel de basuras, formado por un estrato con abundante fauna (UE 60), que indica un nuevo cambio en el uso del espacio. Dos estratos superpuestos con abundante grava (UE 59 y 48) amortizan el basurero, formándose una nueva superficie de uso (UE 55) a modo de suelo, correspondiendo a la tercera actividad. Éste mantiene el buzamiento hacia el N, aunque con un l igero incremento de la pendiente. El suelo está atravesado por una suave fosa en dirección N/S (UE 56), con pendiente también hacia el N, en forma de barranquera para las aguas pluviales. Una vez colmatada la fosa (UE 57), todo el suelo es cubierto por un depósito de fauna (UE 50), que llega a a lcanzar los 4 cm de espesor. Está formado por microfauna de carácter fluvial: escamas y espinas de pez. Las grandes dimensiones de esta acumulación de microfauna nos permiten relacionarla, no con actividades domésticas, sino más bien con alguna instalación dedicada a la transformación de la pesca, aunque en este momento no podemos concretar más. Dos estratos superpuestos, uno de textura l imosa con cantos rodados grandes (UE 49) y el otro de textura arenosa color gris (UE 40) amortizan el depósito de microfauna. Las características de estos dos estratos son diferentes a los depositados hasta e l momento, tanto su matriz como el materia l cerámico. Los dos niveles han aportado una enorme cantidad de cerámica variada, destacando la aparición de un molde de lucerna, correspondiente a l disco de una lucerna de volutas. Presentan su máximo espesor en su extremo S, punto desde el que se deposita el estrato, que adquiere forma de abanico, con marcado buzamiento hacia el S. Estos estratos forman la cuarta actividad.

Imagen 3. Perfi l O junto medianera Esta dinámica formada por estrato de nivelación y superficie de uso se interrumpe en la quinta actividad. Se excava una fosa de planta rectangular y orientación E/O en el extremo meridional del área de excavación (UE 47), recortándose tanto la estratigrafía previa como el substrato rocoso. Esta fosa, que a lcanza unos 50 cm de profundidad, se colmata poco a poco, con uno total de cinco estratos (UE 45, 46, 44, 43 y 36). Todo el sector se ve afectado por una superficie (UE 41) a modo de suelo, con la que se inicia la sexta actividad. Este suelo destaca por su tota l horizontalidad, situado a una cota de -1’32 m, recortándose tanto la estratigrafía previa como el substrato rocoso que quedaba en el extremo S. Un estrato arci l loso (UE 12) se deposita sobre la superficie. El extremo septentrional del área de excavación, que presentaba un destacado buzamiento es nivelado a través del aporte de dos niveles hasta a lcanzar la cota de la UE 12. Se trata de un estrato con abundante gravi l l a de variado tamaño (UE 39) y otro de textura arenosa polvo (UE 42=32). Un estrato (UE 38) cubre los niveles precedentes, habiéndose individualizado como la séptima actividad. La octava actividad se inicia con una nueva superficie horizontal a modo de suelo, en la que se excava una fosa (UE 32) para alojar un enterramiento humano (UE 31). El enterramiento presenta una orientación E/O, y resultó afectada por e l sondeo III, que destruyó su mitad este. Se trata de una inhumación con el individuo depositado decúbito supino y con los brazos cruzados sobre el abdomen, en mal estado

de conservación. La longitud del tronco es de 34 cm, lo que nos indica que se trata de un individuo joven. No contiene ningún ajuar ni se conserva la estructura de delimitación/túmulo. Las características del enterramiento lo fechan en el periodo bajoimperia l o tardoantiguo.

Imagen 4. Vista general del área desde el S La estratigraf ía precedente es recortada, levantándose varias estructuras constructivas. Éstas solamente han sido documentadas en el testigo perimetra l occidental, habiéndose destruido en época contemporánea el resto. Se trata de dos muros con orientación ligeramente E/O, elaborados en mampostería y argamasa de yeso (UE 20 y 21). Entre el los se extiende un pavimento irregular de yeso (UE 10), sobre el que se apoya un estrato cenizoso (UE 8). Estas estructuras corresponden a una construcción posiblemente residencial , y constituyen la novena actividad. Los materia les procedentes de la UE 8 son del periodo andalusí. Las estructuras andalusíes son recortadas y amortizadas por un estrato de escombro (UE 8), sobre el que se levantan nuevas estructuras, las cuales, aunque ligeramente desplazadas de las anteriores, mantienen su misma localización. Se trata de dos muros con orientación E/O, elaborados en calicanto (UE 13 y 19). Destacamos el segundo lienzo, el cual conserva una altura de casi 70 cm. Su zanja de cimentación recortó la estratigraf ía de época romana, y su rel leno ha aportado materia les del siglo XIV. Estas estructuras corresponden a una construcción posiblemente residencia l del período bajomedieval, y constituyen la décima actividad. Los muros de calicanto sirven de cimentación a nuevos lienzos elaborados en yeso y canto rodado (UE 11 y 17), entre los

que se extiende un pavimento empedrado con cantos rodados (UE 4). Este tipo de pavimento se fecha en el período moderno.

Imagen 5 y 6. Muros localizados en latera l N: vista general y detalle de fábricas

Secuencia ocupacional

A partir de la documentación realizada, se han diferenciado las siguientes fases ocupacionales en el solar afectado por la intervención arqueológica: I Vertedero

urbano romana altoimperia l

II Explanación romana altoimperia l III Vertedero

urbano romana altoimperia l

IV Funerario romano bajoimperia l V Doméstico andalusí VI Doméstico bajomedieval VII

Doméstico moderno/contemporáneo

La evolución histórica en el ámbito del P.E.R.I.

-Época romana altoimperial

Los restos arqueológicos más antiguos ha llados en el ámbito del P.E.R.I. se fechan hacia mediados del siglo I d. C. De todas las estratigrafías obtenidas de época romana, solamente los solares 91 y 103, y en menor medida 76 han aportado estratigraf ías y materia les de suficiente interés. Por ello, ha resultado complicado determinar la cronología de cada una de las actividades documentadas, teniendo en cuenta lo fragmentario y disperso de cada área arqueológica. Por el lo, analizamos en primer lugar, y desde un punto de vista sincrónico, los usos del espacio en esta fase, y, en según lugar, la evolución cronológica en aquellas áreas que lo permitan. S i observamos la planta general del PERI en esta fase, y a pesar de su dispersión, los restos arqueológicos parecen agruparse en varios conjuntos. Hemos diferenciado cuatro unidades espaciales, a partir de las cuales se organiza el uso de este espacio. En el extremo oriental del PERI se localiza un área funeraria, del que se han documentado tres enterramientos en Las Armas 52. El extremo N del PERI está ocupado por varias depresiones en el terreno natural , caracterizadas por su irregularidad, localizadas en Casta Álvarez 91 y 103. Se extienden hacia el N más a l lá de los l ímites de la actuación, habiendo documentado su extremo meridional. El carácter parcia l de su documentación nos impide concluir si tienen un origen natural o antrópico. En todo caso, debía de ser considerada esta zona como área marginal , ya que las depresiones fueron uti l izadas como vertedero. En el caso del solar 103, la depresión fue colmatada por un testar a lfarero, formado por una gran acumulación de diversos depósitos de tierra, cenizas y arci l las procedentes sin duda de un tal ler a lfarero, que se situaría en sus proximidades y que no ha sido localizado. No obstante, en –solar

Las Armas 76- hemos descubierto una estructura doble con paredes de tapial y estancia interior quemada, que podría corresponder a la cámara de combustión de un horno cerámico de pequeñas dimensiones. Estaría destinado a la cocción de otro tipo de piezas cerámicas diferentes a las recuperadas en el testar de 103. El testar y el horno documentados son claros indicios de la existencia de una instalación alfarera en el ámbito del P.E.R.I., la cual probablemente se extendía hacia el Oeste. También en la franja central del PERI, en los solares de Las Armas 64 y 80, hemos descubierto dos fosas de paredes rectangulares y cierta profundidad excavadas en el substrato rocoso. Desconocemos su util idad. Podemos concluir que, durante el período romano altoimperia l, este sector del entorno periurbano occidental de Caesaraugusta estaba destinado a dos usos principales: funerario y artesanal, con un área marginal destinada a vertedero. Los restos arqueológicos más antiguos parecen corresponder a la depresión excavada en la roca en el solar Casta Álvarez 91, fechado a fines de Tiberio/inicios de Claudio. Teniendo en cuenta la ausencia de revestimiento que impermeabil izara la fosa y su irregularidad, no es probable que la depresión corresponda a un depósito de agua. El canali l lo que desemboca por el N en la depresión pudo servir a l a evacuación de aguas residuales procedentes del entorno, que serían vertidas en la depresión. A lo largo del reinado de Claudio y Nerón el espacio del 91 se usa como área marginal, amortizada ya la depresión asociada a l canali l lo. Se van depositando de manera continua varios depósitos de basura que se nivelan para ser usados como suelo. En este momento también podemos fechar los depósitos más antiguos que rel lenan la gran depresión de Casta Álvarez 103, con anterioridad a la formación del testar. Sobre un relleno de nivelación que sirve de suelo, se forman varios depósitos l imosos que contienen casi exclusivamente Paredes

Finas. El lote cerámico parece fecharse a inicios del reinado de Nerón. Durante el período Flavio, el 91 se sigue usando como vertedero, mientras que en Casta Álvarez 103 va a sufrir una gran transformación, al ser uti l izada la depresión como testar alfarero. Se van depositando diversos niveles de cenizas y tierra, procedentes de la l impieza de la cámara de combustión y de la rotura de la bóveda de la cámara de cocción de un horno, respectivamente. En ellos se han arrojado abundantes desechos cerámicos, fundamentalmente piezas fragmentadas o quemadas durante el proceso de cocción. El a lfar a l que pertenecía este testar se dedicó a la elaboración de dos tipos fundamentales de piezas: jarras/botellas y ánforas tipo Dressel 2, destinadas estas últimas al transporte de vino. La localización de este es de gran importancia desde el punto de vista h istórico-arqueológico, ya que supone el descubrimiento del primer alfar de ánforas localizado de Caesaraugusta, del que tengamos noticia. A lo largo del siglo I d. C, en amplias zonas de Hispania vieron se desarrolló una importante actividad alfarera de ánforas. Las costa tarraconense, la cuenca bética y el l i toral bético se convierten en regiones de enorme producción anfórica, destinada al trasporte de vino, aceite y salazones respectivamente. Existe un vínculo directo entre el auge de la producción agraria para abastecer el mercado hispano, y la expansión de los centros alfareros anfóricos destinados al transporte de aquellos a l imentos. En cambio, el Val le del Ebro no ha dado hasta el momento ningún alfar. A fines de la dinastía Flavia podemos fechar el abandono de las actividades anteriores. Se lleva a cabo el arrasamiento de las estructuras precedentes, tanto en el solar Las Armas 76, como en Casta Álvarez 103.

-Época romana bajoimperial

A pesar de los escasos datos proporcionados por la intervención para esta fase, parece claro que el ámbito del P.E.R.I. tuvo dos usos durante esta fase: funerario, y vertedero, que en algún caso parecen coincidir.

La franja central del espacio intervenido será ocupada fundamentalmente por un área cementerial. Se han documentado solo siete enterramientos concentrados en dos áreas: en Las Armas 52, y en Casta Álvarez 91 y Las Armas 76. En todos los casos se trata de inhumaciones en fosa rectangular con una orientación E/O, y el individuo depositado decúbito supino y con los brazos cruzados sobre el abdomen. Ninguna contiene ajuar ni estructura de delimitación/túmulo. La cota del nivel de suelo, en los que se recortan las fosas, es de 1’54 m en 52, -1’32 m en 91 y -1’40 en 76.

-Época andalusí taifa

A partir de un momento que situamos de forma genérica en el siglo XI, asistimos a un nuevo cambio en el uso de esta área: de espacio funerario a residencial doméstico. En parte de los solares intervenidos hemos documentado estructuras y depósitos que formarían parte de viviendas. Se han podido documentar restos constructivos de este período, situados en las bandas perimetrales de los solares. Se trata de los solares Las Armas 54 y Casta Álvarez 91. En ambos se trata de espacios constructivos sencil los, formados por dos l ienzos paralelos elaborados con mampostería y yeso, y pavimento entre el los.

-Época bajomedieval

Sobre la estratigraf ía del período andalusí apenas hemos localizado estratos que amortizaran esta fase. Una serie de superficies horizontales y de fosas recortan la estratigrafía, alcanzando el substrato rocoso. Esto nos indica que durante esta nueva fase de ocupación, se l levó a cabo un vaciado del terreno, posiblemente para recuperar materia les de construcción. En los solares Las Armas 64, 74 y 76, y Casta Álvarez 91 se conservaban varias estructuras murarias, construidas todas con cantos de rió y argamasa de cal, y una pequeña proporción de yeso. En uno de los casos se trata de argamasa de cal de gran dureza. Se trata siempre de muros de trazado longitudinal, con una base de cantos irregular y argamasa. En los casos que se han conservado intacta el rel leno de

la fosa de cimentación de estos l ienzos, se ha obtenido cerámica variada, con producciones de mesa esmaltadas en dorado y verde/morado fechadas a f ines del s. XIV. Lo más destacado de estos muros de calicanto es su al ineación, similar, aunque l igeramente desplazada, a la de las medianeras actuales que se fechan a partir del siglo XVII. Creemos que pueden corresponder a los muros perimetrales de las viviendas construidas a lo largo de los siglos XIV y XV. Esto nos da muestra , aunque muy parcia l, del parcelario medieval del Arrabal de San Pablo, cuyas l íneas generales se mantienen en época moderna, aunque con ligeros desplazamientos de las al ineaciones.

-Época moderna, siglo XVII-XVIII

Las viviendas construidas a lo largo del período anterior, sobre todo en los siglos XIV y XV, serán reconstruidas a lo largo de la época moderna. Se mantiene a grandes rasgos el parcelario, originario del siglo XIII, aunque, ta l y como hemos documentado, se l levan a cabo reajustes de las parcelas. Es posible que los cambios observados correspondan a la progresiva diferenciación de las parcelas, expresión de una jerarquización socia l en aumento. Las nuevas viviendas cuentan con pequeñas bodegas, tanto en profundidad como en superficie. Éstas se excavan en la zona de la casa próxima a la cal le. Las medianeras están construidas en ladril lo macizo, con arcos rebajados en planta bodega y a lzados a base cantos rodados.

-Siglos XIX-XX

A partir de finales del siglo XVIII, pero sobre todo tras la Guerra de la Independencia, se l leva a cabo un nuevo proceso de reurbanización. Tras los dos Sitios provocados por las tropas napoleónicas, la ciudad queda en ruinas, situación que supondrá la posterior reconstrucción de la mayoría de su caserío. Las nuevas edif icaciones cuentan con grandes bodegas, que alcanzan los 3 m de profundidad, y que ocupan gran parte de la superficie de la parcela. Las infraestructuras subterráneas de pozos de agua y fosas sépticas se amplían.

El progresivo aumento de la población en la ciudad, y en el barrio, conlleva la transformación de su parcelario, en el cual las fincas deben multiplicar su superficie habitable, a costa de los corrales y patios, y aumentando el número de plantas de edif icación. El desarrollo de la ciudad en las décadas de los 50 y 60 del siglo XX implicó su transformación urbanística, que sin embargo no afectó a l barrio. La posterior degradación socia l del barrio desde los años 70 supuso, además, el deterioro generalizado de sus viviendas. El Plan Especial de Rehabil i tación Integral de Las Armas-Casta Álvarez promovido por el Ayuntamiento de Zaragoza a f ines de los años 90, y en ejecución en estos momentos, supone un punto y aparte en la deriva del área referida. Se plantea un doble uso del espacio: viviendas y equipamiento cultural, con amplio espacio peatonal en la franja central del área.

Conclusión

Por un lado, la intervención arqueológica nos ha permitido obtener una interesante documentación arqueológica, la cual va a ser fundamental para f ijar la secuencia ocupacional y evolución urbanística de este sector del Casco Histórico de Zaragoza, complementando los resultados obtenidos en el resto del barrio de San Pablo en otras intervenciones arqueológicas. Por otro, el general arrasamiento y mala conservación de las estructuras arqueológicas localizadas –debido fundamentalmente a la construcción de bodegas y cimentaciones en época moderna y contemporánea- ha permitido su retirada y desmontaje. Por ello, la afección del proyecto de obra a l patrimonio arqueológico ha sido mínima, a l no localizarse en el área de excavación ninguna estructura arqueológica de interés que fuera negativamente afectada por la misma.