Revisión Currículo Educación Dominicana.Visión del contexto social actual: necesidades de la...

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1 Vice Ministerio de Asuntos Técnicos y Pedagógicos Dirección General de Currículo Proyecto: Revisión y actualización del currículo vigente Etapa 1: Identificación de criterios para la revisión Tarea 3: Visión del contexto social actual: necesidades de la sociedad dominicana en su contexto internacional. Producto final Autor: Leopoldo Artiles Febrero 2013 Santo Domingo, República Dominicana

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1

Vice Ministerio de Asuntos Técnicos y Pedagógicos

Dirección General de Currículo

Proyecto: Revisión y actualización del currículo vigente

Etapa 1: Identificación de criterios para la revisión

Tarea 3: Visión del contexto social actual: necesidades de la sociedad

dominicana en su contexto internacional.

Producto final

Autor: Leopoldo Artiles

Febrero 2013

Santo Domingo, República Dominicana

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CONTEXTO SOCIAL DEL CURRICULUM Introducción

En el presente ensayo procederemos a destacar los principales aspectos que

conforman la realidad social dominicana actual, recurriendo a indicadores

claves que faciliten la comprensión de la misma en la última década y se

puedan evaluar tanto los cambios como las inercias existentes en los dominios

demográfico, económico, social y político. Se pretende con ello servir al

propósito de actualizar el curriculum teniendo en cuenta las necesidades y

desafíos que emergen en la realidad social enfocada.

El perfil demográfico de la sociedad dominicana

El país se ha caracterizado por un elevado crecimiento poblacional en el

presente siglo, pasando de 894,665 habitantes en 1920 a un estimado de

10,257,724 millones en 2012. Dicha población se divide por sexo de la manera

siguiente: 5,078,188 mujeres y 5,056,917 hombres. En cuanto a la distribución

de la población por área, el censo de 2010 evidenció que el 25.7% de la

población vive en el área rural, y el 74.3 en el área urbana. Esto hace de la

República Dominicana un país mayormente urbano, tendencia que se ha ido

asentando de manera persistente, si se considera que el censo de 2002 arrojó

el dato de que la población urbana constituía el 63.6% y la rural 36.4. Es decir,

en apenas ocho años la población urbana aumentó 11 puntos porcentuales. La

densidad poblacional al 2012 fue de 196 habitantes por km². La tasa de

crecimiento poblacional media anual fue de 1.20 al 2010, la cual ha venido

descendiendo consistentemente desde 1960 (3.60). La esperanza de vida al

nacer para el período 2008-2013 es de 72.82 años, para los hombres 69.74 y

para las mujeres 76.05 años. A su vez, la tasa de fecundidad general (por 1000

mujeres), es de 83.50 para el mismo período, mostrando también un descenso

sostenido desde el período 2003-2008, cuando fue de 90.50. 1

1 Ver Dominicana en Cifras 2010, y Dominicana en Cifras 2012, Oficina Nacional de Estadísticas, 2010 y

2012.

3

Cambios en el perfil político administrativo de la sociedad dominicana

La Constitución Nacional vigente, promulgada en 2010, establece un régimen

de gobierno civil, republicano, democrático y representativo, y establece

también un Estado Social y Democrático de Derecho, organizado en forma de

República unitaria, fundado en el respeto de la dignidad humana, los derechos

fundamentales, el trabajo, la soberanía popular y la separación e

independencia de los poderes públicos. Estos poderes públicos de gobierno

son: Poder Ejecutivo (encabezado por el Presidente de la República), Poder

Legislativo (representado por el Congreso Nacional, constituido por el Senado y

la Cámara de Diputados) y Poder Judicial (conformado por la Suprema Corte

de Justicia y por los demás tribunales del orden judicial). A la hora de hacer

una evaluación institucional del país, debe considerarse como un hecho clave

el de la existencia de una nueva constitución de contenido garantista de

derechos.

En el orden político-administrativo, la República Dominicana se divide en un

Distrito Nacional y 31 provincias, las cuales se dividen en 155 municipios y 231

distritos municipales. En términos regionales, el país se encuentra dividido en

10 regiones administrativas que fueron creadas por el Decreto Presidencial

No.710-04 del 30 de junio de 2004. Estas diez regiones agregadas en tres

macrorregiones, que son: Cibao, constituida por las regiones Cibao Norte,

Cibao Sur, Cibao Nordeste y Cibao Noroeste; la Suroeste, constituida por las

regiones Valdesia, Enriquillo y El Valle; finalmente la Sureste, compuesta por

las regiones Yuma, Higuamo y Ozama o Metropolitana.

Es necesario señalar los cambios experimentados en el plano de la estructura

administrativa del Estado dominicano a partir de 1996, evidenciándose en el

país la llamada segunda ola de reformas político administrativas, haciendo

alusión al hecho de que a las reformas de tipo económica implantadas en los

años 80s para facilitar el “ajuste estructural” que hiciera posible pagar las

deudas acumuladas, les seguirían, en una segunda ola, las reformas que

tendrían un carácter más institucional, propiciando la modernización del estado.

4

Es así como en el período 1996-2000 se inició con fuerza un proceso de

modernización y reforma del Estado con la asistencia de diversos organismos

internacionales, entre ellos el Programa de las Naciones Unidas para el

Desarrollo (PNUD), el cual tuvo los siguientes resultados inmediatos:

a) Se logró implementar un proyecto de capitalización de las empresas estatales con participación de capital privado, con resultados diversos, que posibilitó reformas en los sectores eléctrico, aeroportuario y de suministro de agua potable.

b) Las agencias con funciones de recaudación de impuestos se unificaron en una sola instancia, tras la creación de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), fruto de la fusión en un solo organismo de la Dirección de Rentas Internas y la Dirección de Impuesto sobre la Renta.

c) Se eficientizó el servicio de organizaciones que regulaban el transporte, la expedición de pasaportes y de documentos de identidad.

d) Se impulsó la reforma del sector judicial, como consecuencia de los acuerdos alcanzados con el Pacto por la Democracia de 1994.

e) Se creó la Secretaría de Estado de la Mujer, mediante la Ley No. 86-99, con el fin de diseñar e implementar las políticas públicas destinadas a lograr la equidad de género y el pleno ejercicio de la ciudadanía por parte de las mujeres.

f) Se impulsó la organización del sector cultural público con la promulgación de la Ley General de Cultura No. 41-00.

La mayoría de estas reformas se conservaron en la administración del período

2000-2004, pero dada la fuerte crisis bancaria de 2003, que produjo un déficit

cuasifiscal considerable, hubo un retroceso en las reformas del sistema

eléctrico, pues dos de las grandes distribuidoras volvieron a manos del Estado.

Pero se debe reconocer que en el período 2000-2004 se continuó con el ciclo

de reformas con los siguientes resultados:

a) Se creó la Secretaría de Estado de Cultura, con el fin de organizar bajo una única dirección las agencias estatales y los programas dedicados a la política cultural que existían de manera separada o pertenecían a otras secretarías, culminando así los trabajos de la Comisión Presidencial de Cultura, que había trabajado en dicho proyecto desde la administración anterior.

b) Se creó la Secretaría de Medio Ambiente, mediante la Ley No. 64-00, con el fin de diseñar e implementar las políticas públicas orientadas a la preservación del ambiente y el desarrollo sostenible, aglutinando todas las agencias y programas existentes en otras dependencias del Estado.

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c) Se dio un impulso significativo a la descentralización político-administrativa, con la creación de nueve regiones de desarrollo mediante el Decreto No. 685-00. Para satisfacer las necesidades de un gran segmento de la población, que no eran debidamente atendidas bajo el anterior esquema de gobierno local, se creó la provincia de Santo Domingo y con ella, tres municipios, dando inicio a la reforma territorial del Distrito Nacional.

d) Se creó el Consejo Nacional de Lucha contra la Pobreza, con facultades para organizar de manera sistemática todo lo referente a la asistencia social.

e) Se hizo un esfuerzo sostenido para cumplir con la Ley No. 14-01 sobre Servicio Civil y Carrera Administrativa.

f) Se promulgó la Ley General de Salud No. 42-01, que crea el Sistema Nacional de Salud y da paso al desarrollo del Sistema de Seguridad Social.2

Aunque estas no son todas las medidas tomadas por las dos administraciones,

hemos escogido aquellas que manifiestan la asunción de principios que dan

lugar al surgimiento de un nuevo tipo de Estado que habría de coronarse,

conceptualmente al menos, con la nueva Constitución de 2010, que define al

Estado dominicano como un Estado Social y Democrático de Derecho.

Estos avances que, por lo menos en la letra, cubren dos administraciones de

partidos políticos diferentes, manifiestan a la vez que ha prevalecido un espíritu

de continuidad en el Estado dominicano a la hora de implantar las

correspondientes reformas y programas de modernización, algo singular para

un Estado que no se ha caracterizado por dar continuidad a políticas públicas

fundamentales y estratégicas.

Debe señalarse que esta política de reformas continuó en los períodos 2004-

2008 y 2008-2012. Brevemente señalaremos que durante ambas se

2 Ver Mejía Ricart, T. (2002, 11 de octubre). La reforma del Estado en la República Dominicana. Ponencia

en el VII Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública.

Lisboa, Portugal.

6

implementó un ambicioso proceso de reforma institucional en los sectores de

planificación, gestión financiera, presupuesto y gerencia de recursos humanos.3

Lo cierto es que ha habido un gran esfuerzo por parte de la sociedad

dominicana en su conjunto (clase política, sociedad civil organizada), así como

de la comunidad internacional, a través de sus programas de cooperación,4 a

pesar de que los resultados no han sido del todo convincentes, sobre todo

cuando se comprueba que a pesar de los avances logrados en términos de

legislación (de los cuales todavía hay puntos pendientes), persisten viejas

prácticas que mantienen al país ocupando posiciones muy bajas en aspectos

de institucionalidad como los de transparencia, control interno, rendición de

cuentas, percepción de corrupción pública, lento desarrollo de la carrera

administrativa en los órganos del gobierno, etcétera.

Perfil económico de la sociedad dominicana en los últimos quince (15)

años

La República Dominicana actual se coloca, en términos de su tamaño

económico, como un país intermedio. En el año 2011 el país ostentaba un PIB

de $55,666 millones, y un ingreso per cápita de 5,691 dólares. En ese tenor, es

un país afectado por un alto grado de pobreza y desigualdad.

A octubre de 2011, la pobreza monetaria general ascendía a un 34.3%,

mientras que la pobreza extrema ascendía a 9.3%. (alrededor de 7 puntos

superior a la pobreza general en el año 2000, de 27.2%, y medio punto

porcentual superior en la extrema, de 8.8 en ese año). Claro está, habría que

considerar el incremento notable de la pobreza en el período 2004-2005,

cuando la pobreza dio un salto a 43.4% en octubre del 2005, a causa de la

3 Ver Mercedes Contreras, A. (2008, 4-7 de noviembre). La economía política de la reforma institucional

en la República Dominicana. Ponencia en el XIII Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del

Estado y de la Administración Pública. Buenos Aires, Argentina, p.3.

4 Es notable el esfuerzo e inversión hechos por los organismos de cooperación internacional para el

desarrollo (radicados en Estados Unidos y la Unión Europea), y aun de entidades no gubernamentales de países como Holanda, Canadá, España y Bélgica para apoyar los procesos de reforma y modernización del Estado dominicano.

7

crisis financiera que iniciara en el año 2003. En cuanto a la desigualdad, el

índice de Gini, al 2011 estuvo alrededor de 0.50, después de que en el período

2003-2006 escalara a 0.53 en promedio. Sólo en un año, 2010, el índice de

Gini estuvo ligeramente por debajo de 0.50, o sea, 0.49.5

Se debe apuntar que el país, en términos del Índice de Desarrollo Humano, ha

registrado un leve avance cuando ascendió de 0.686 en 2010 a 0.689 en 2011,

según se hace constar en el Informe sobre Desarrollo Humano 2011. Esto

representa el lugar 24 entre 33 países de América Latina y el Caribe.

Por otra parte, siguiendo un patrón típicamente moderno en el aspecto

demográfico, la tasa de crecimiento de la población ha seguido decreciendo.

De acuerdo a las proyecciones de la Oficina Nacional de Estadísticas, la tasa

de crecimiento de la población en el quinquenio 2000-2005 fue de 1.5, en el

2005-2010 fue de 1.4, y se calcula que para el 2010-2015 es de 1.2.6 En la

actualidad la sociedad dominicana atraviesa por el período del llamado “bono

demográfico” debido a la reducción de la tasa de crecimiento de la población, y

contar hoy con un menor porcentaje de población menor dependiente que

población apta para trabajar. La pregunta pertinente que debe ser respondida

es si se está aprovechando adecuadamente dicho bono.

La sociedad dominicana, en virtud de lo que constituyen las bases de su

sustento económico –industria exportadora de zonas francas, turismo,

exportaciones de productos agrícolas –cacao orgánico, café, tabaco, y

servicios (con las telecomunicaciones y el sector financiero en un rol central)-

se ha integrado intensamente en el proceso de globalización económica

dominante en el mundo, además de estar muy relacionada a los flujos

culturales y migratorios de la región. En este orden, en la primera década del

siglo XXI sufrió una de sus peores crisis económicas, de origen financiero

cuando varios de sus principales bancos se hundieron en la quiebra en el

período 2003-2004 por comportamientos inapropiados en el manejo de sus

respectivas carteras. Sin embargo, una vez puestos los correctivos de lugar el

5 Ver Antonio Morillo Pérez, Estimaciones de la pobreza monetaria y la desigualdad de ingresos familiares mediante la Encuesta de Fuerza de Trabajo (EFT) del Banco Central, 2000-2011, Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, 2012.http://www.economia.gob.do/UploadPDF/Evolucion_pobreza_monetaria_abril2000_octubre2011.pdf

6 SISDOM 2012, Indicadores demográficos, p.33

8

país y su economía han remontado pero todavía sin lograr un desarrollo pleno

y autosostenible. Esta afirmación está más que documentada en el Informe

Nacional de Desarrollo Humano República Dominicana 2005. Hacia una

inserción mundial incluyente y renovada, (Oficina de Desarrollo Humano,

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo,2005) en el cual se

estableció que en las últimas cinco décadas el país había sido uno de los que

más había crecido en el continente, un 5% anual en promedio, sin embargo el

país no había reflejado en la solución de sus retos básicos –avances en el

servicio de educación, salud, vivienda- lo que potencialmente ese crecimiento

pudo haber representado. O sea, el país ha crecido espectacularmente sin que

haya habido el desarrollo humano correspondiente a dichos niveles de

crecimiento debido a factores tales como la actitud rentista y depredadora de

las élites económica, política y social; el carácter de enclave de los sectores

dinámicos de la economía, y la pobre institucionalidad. Veamos:

“Primero, el bajo nivel de desarrollo humano relativo no es consecuencia de

escasez de recursos, porque República Dominicana es el país de América

Latina y el Caribe que registró la más elevada tasa de crecimiento económico

promedio en los últimos cincuenta años. / La escasez relativa de desarrollo

humano es el resultado de la combinación de una actitud rentista, depredadora

y la falta de compromiso y solidaridad de una élite política, económica y social

que ha buscado una rentabilidad de corto plazo sin un proyecto nacional que

sea socialmente incluyente. Por otro lado, es la consecuencia de la falta de

participación y empoderamiento de los actores sociales para forzar un pacto

social que garantice equidad. / En segundo lugar,… está la forma de desarrollo

de los sectores dinámicos, armadas fundamentalmente como enclaves con

bajos encadenamientos internos, que disfrutaron de condiciones excepcionales

en décadas pasadas e irrepetibles en el presente y el futuro inmediato…/ En

tercer lugar, la falta de institucionalidad, un estado de derecho defectuoso y

una forma de hacer la política que ha llevado a la pérdida de los espacios

públicos y la privatización del Estado en manos de partidos y grupos políticos y

empresariales.” (p.11)

9

Esta situación ha creado un lastre económico y social que se expresa en los

siguientes indicadores: 1) el empleo informal sigue siendo el de mayor tamaño

en le economía dominicana, con un porcentaje de 56% al 2011, cuatro puntos

porcentuales más que en el año 2000, cuando el porcentaje era de 52%;7 2)

persistencia de una tasa alta de desocupación, que al 2011 alcanzaba un

14.6%, si bien representa una reducción con respecto al 18.4% de

desocupación en 2004, bajo los efectos de la crisis bancaria que afectó al país

desde 2003;8 3) la fuerza de trabajo dominicana sigue exhibiendo bajo nivel

educativo, pues al 2011 el nivel educativo del 39% de la fuerza de trabajo

ocupada es el primario, el 32% tiene un nivel secundario, y el 22% tenía nivel

universitario o post-universitario, y según el Informe de Desarrollo Humano ya

citado, se observa “una relación inversa entre nivel educativo y nivel de

empleo, es decir, los grupos con mayor nivel educativo registran mayor

desempleo. Esta tendencia es más pronunciada en las mujeres que en los

hombres”; 4) según el Informe de Desarrollo Humano 2011 arriba citado, a

pesar de la mejora del Índice de Desarrollo Humano, el país perdió 9

posiciones debido a inequidades de ingreso y de educación, colocándose el

país en el lugar 29 en educación entre 33 países de América Latina y el Caribe,

y el lugar 117, de 187 países a nivel mundial.

Ciertamente, desde 2005 en adelante, una vez transcurridos los peores efectos

de la crisis financiera del 2003-2004 que, como vimos anteriormente, aumentó

los niveles de pobreza en el país, se han hecho esfuerzos de carácter

institucional tanto para prevenir una nueva ocurrencia de ese tipo, como para

incrementar los niveles de institucionalidad de la esfera pública-estatal.

Perfil social y cultural de la sociedad dominicana en los últimos quince

(15) años

La sociedad dominicana de finales del siglo XX e inicios del XXI muestra unas

características de particular interés que podemos resumir en los siguientes en

los siguientes puntos:

7 SISDOM 2012, Indicadores de Empleo-Trabajo, p.190

8 SISDOM 2012, Indicadores de Empleo-Trabajo, p.190

10

1) Aparición de signos preocupantes que manifiestan una crisis grave de la

estructura y rol de la familia que, desafortunadamente, no han sido

suficientemente estudiados, pero que se evidencia en altas tasas de

embarazo en adolescentes, y alta incidencia de la delincuencia juvenil.

2) Aparición de nuevas formas de marginalidad que se evidencian en la

formación de nuevas sub-culturas caracterizadas por estilos de vida y

expresión nuevos, y que se manifiestan sobre todo en amplios

segmentos de la población juvenil que habita en territorios afectados por

precariedad de servicios, pobreza tanto moderada como dura, y alto

desempleo.

3) Tensión entre procesos de secularización y procesos de des-

secularización en la sociedad dominicana, que se evidencian como

contradicción entre nuevos valores ciudadanos emergentes en los

recientes movimientos sociales y los valores propios de nuevas formas

de expresión religiosa tanto en las viejas como nuevas iglesias y

confesiones,

4) Altos niveles de desconfianza en las instituciones públicas y políticas,

expresadas como desencanto con las agencias e instituciones del

Estado, cinismo ciudadano con respecto al rol y representatividad de los

partidos políticos.

5) Crisis de los modelos de masculinidad, expresados en la incidencia que

ha tenido en los últimos años el feminicidio y el distanciamiento por parte

de los hombres jóvenes del estudio en el nivel secundario y universitario.

6) Efectos de la revolución tecnológica en el ámbito de la producción-

circulación de información y de las comunicaciones, que fomenta

manifestaciones de los modelos de sociedad de la información y

sociedad del conocimiento. Esta revolución tecnológica ha facilitado en

la sociedad dominicana la formación de nuevos tipos de relación social

en redes sociales virtuales (cibersociedad) que han conllevado la

creación de nuevos repertorios de acción colectiva o nuevos

movimientos sociales.

En cuanto al primer problema, como lo adelantamos en su descripción, los

estudios sociológicos y antropológicos sobre los procesos de cambio que han

11

acontecido en el ámbito de la familia o de las unidades domésticas, como ha

sido propuesto por una parte de la comunidad científica antropológica,9 no nos

permite emitir un juicio seguro en cuanto a las causas de por qué las familias

parecen tener, en algunos casos, hoy día menor control en la orientación de

sus miembros dependientes (hijos e hijas), fenómeno que atraviesa todas las

clases sociales en mayor o menor medida, o también la asunción por parte de

los progenitores de valores que están en tensión con las pautas de conducta

esperadas por el sistema cultural “dominante”. Acontecimientos recientes

evidencian que fenómenos como el del microtráfico de drogas en zonas

territoriales afectadas por marginalidad y pobreza parecen sostener la segunda

apreciación, ofreciendo pistas para entender algunos de los factores causales

de determinadas formas de criminalidad y delincuencia.10

Si sumamos a estos hechos el de que, al 2007, el 20.6% las adolescentes

dominicanas entre 15 y 19 años ha estado embarazada por lo menos una

vez,11, y que de los partos hospitalarios al 2010 28.3% fue de mujeres

adolescentes,12 el cuadro de las relaciones familiares en términos de

posibilidades de superación de la pobreza, así como del desarrollo pleno de las

adolescentes y de sus hijos se manifiesta como un escenario de vulnerabilidad

complicado. El país figura entre los cinco con mayores tasas de natalidad entre

adolescentes de ese rango de edad, con 98 por 1000. Habida cuenta de que

9 Para una ilustración sobre el estado de la discusión sobre el concepto de familia y los problemas

suscitados por el predominio de modelos ideales de familia en el discurso público que contrastan con las

formas reales y plurales de modelos familiares en el país, ver a Tahira Vargas, “La familia, concepto y

cambio social”, Clave Digital, 12/11/2009,

http://www.perspectivaciudadana.com/contenido.php?itemid=31225, recuperado el 3 de febrero de 2013.

10 El caso reciente de la muerte violenta en un enfrentamiento con la policía del joven Junior Javier

Minaya Germán alias “Gilbert” evidencia este problema, cuando días después las autoridades allanaron la

casa de sus padres y encontraron drogas y armas, entre otros elementos delictuosos, por cuyo motivo los

padres fueron enviados a prisión preventiva. Este caso muestra la complicidad de los padres con el hijo

que delinque, aunque la madre declaró que las drogas les habían sido implantadas. Ver: “Dictan tres

meses de prisión a familia Gilbert”, Diario Libre, 4 de febrero de 2013,

http://www.diariolibre.com/movil/noticias_det.php?id=369985, recuperado el 4 de febrero de 2013.

11 Encuesta Nacional Demográfica y de Salud (ENDESA 2007)

12 SISDOM 2012, Indicadores de Salud, p.34

12

los estudios nacionales e internacionales afirman que la educación de las

madres tiene un efecto en la educación de los hijos, de manera que el/la hijo/a

de una madre poco educada es más que probable que no supere el nivel de

educación de ésta, conllevando esto un círculo vicioso que reproduce bajos

niveles de ecuación y pobreza, la incidencia que puede tener el embarazo

juvenil en esta situación debe ser seriamente considerada.

Otro aspecto a considerar en este punto es el de la delincuencia juvenil. En

efecto, el estudio diagnóstico hecho por la firma Newlink Political en el año

2005, que tuvo como objetivo fundamentar las políticas del Plan de Seguridad

Democrática, descubrió una percepción de inseguridad y de vulnerabilidad

considerablemente altas de la población de ocho barrios (cuatro en la capital,

cuatro en Santiago) seleccionados para su diagnóstico, generada por la

actividad de jóvenes delincuentes organizados en bandas, el incremento del

tráfico de drogas asociado a aquéllas, así como la incapacidad de la policía

para enfrentar la ola de delitos. 13 No es de extrañar la importancia que se le

confirió a la delincuencia juvenil en el reporte sobre tendencias y costos del

crimen y la violencia hecho por las Naciones Unidas y el Banco Mundial 14, que

dedica un capítulo a este tema, tomando República Dominicana como caso de

estudio.

En el mismo se afirma que las muertes y lesiones a consecuencia de la

violencia juvenil constituyen un importante problema de salud pública en

República Dominicana, pues la representación de la juventud es

desproporcionada en las filas de víctimas y de perpetradores. En el año 2005,

según el reporte, los homicidios de personas entre los 11- 30 años sumaron un

46% del total de muertes por homicidio. Esto debe ser considerado en un

contexto en el cual la criminalidad común ha aumentado, y que de las tasas de

homicidio propias de las décadas de las décadas de los 80s y 90s, que

13

Plan de Seguridad Democrática, pp.22-24 14

United Nations-World Bank, Crime, violence, and development: trends, costs, and policy options in the Caribbean, 2007.

13

fluctuaron entre 8 y 15 por mil, en le primera década del siglo XXI dieron un

salto a 20 o más por cien mil habitantes. 15

El segundo punto está referido a la emergencia de nuevas formas de

convivencia y cultura, poco comprendidas aún desde una perspectiva

académica, a veces fronterizas con organizaciones que funcionan en los

bordes de la delincuencia, como es el caso de las llamadas “naciones” (Latin

Kings, por ejemplo), y que se convierten en referentes de solidaridad para

jóvenes que no encuentran fáciles canales legítimos de movilidad y de empleo.

Este fenómeno se manifiesta en conjunto con la falta de acceso a educación de

calidad, y a formas de entretenimiento y de creatividad que estén ajenas a

comportamientos anómicos. Por otra parte, las expresiones musicales, muchas

de ellas interesantes no sólo por lo que expresan sobre la vida del joven

perteneciente a estratos pobres y marginales, sino por algunas características

estéticas particulares, así como los ritos que se suelen desplegar en estos

medios cuando se honra, por ejemplo, a un joven muerto en circunstancias de

enfrentamiento con las autoridades, revelan aspectos de una nueva subcultura

que hay que observar con cuidado, debido a que los procesos que la

caracterizan suelen estar envueltos en la violencia.16

A la vez, el fenómeno de la extensión del fenómeno religioso en la República

Dominicana, tanto en términos de movimientos en el seno de las comunidades

cristianas católicas (movimiento liberacionista, movimiento carismático,

movimiento catecúmeno y otros), como en las comunidades cristianas

reformadas o protestantes (movimiento pentecostal y otros) motiva preguntas

que debieran ser objeto de investigación, ante evidencias contundentes de que

la población dominicana muestra en términos porcentuales una tendencia

15

Ver Leopoldo Artiles, “Seguridad ciudadana en la República Dominicana: desafíos y propuestas de política”, Secretaría de Estado de Economía, Planificación y Desarrollo, Unidad Asesora de Análisis Económico y Social, Texto de Discusión 18, Santo Domingo, Rep. Dominicana, Agosto 2009. Ver La Seguridad ciudadana en la República Dominicana: procesos y contextos socioeconómicos. Oficina Nacional de Estadística, Autor: José Oviedo, Mayo 2010. 16

El libro de Rita Ceballos, Violencia y comunidad en un mundo globalizado. Estudio sobre la violencia en los barrios empobrecidos de la ciudad de Santo Domingo, Centro Cultural Poveda, Santo Domingo, 2004, ofrece pistas muy interesantes para la comprensión de este fenómeno.

14

mayor a unirse a grupos religiosos o iglesias, que a unirse tanto a partidos

políticos como a organizaciones ciudadanas..17

Lo mismo ocurre con la confianza institucional, tema del cuarto punto. La

Encuesta de Cultura Política de la Democracia en República Dominicana, 2010,

encontró un nivel de confianza en las organizaciones religiosas de 60.5%, sólo

superado en la región por Guatemala (66.9%) y El Salvador (62.1). Estas

observaciones puede razonablemente motivar la siguiente interrogante: ¿es

que esta confianza en las organizaciones religiosas por encima de otras es

preocupante en sí misma? Y la respuesta razonable es que no lo es en sí

misma, siempre y cuando este nivel de confianza y afiliación a organizaciones

religiosas por encima de otro tipo de organizaciones esté indicando un patrón

de “refugio” en el culto religioso ante el desencanto con la vida pública y la

política. Este aspecto merece ser mejor estudiado, pero valga el señalamiento

de que también en los últimos años los propios representantes de las iglesias

cristianas católicas y reformadas se han tornado más abiertamente críticos y

vigilantes de los patrones cuestionables de la vida política y pública.

Si se considera el nivel de confianza en el sistema de justicia, un indicador

importantísimo para evaluar los niveles de seguridad de la población

ciudadana, el informa de esta misma encuesta señalaba que “…la República

Dominicana se coloca en una posición intermedia en la comparación regional, y

tomando en cuenta sólo el caso dominicano, el promedio de confianza bajó de

52 puntos en 2008 a 48.7 en el 2010. En la escala de confianza en que el

sistema de justicia castigaría al culpable, la República Dominicana también se

coloca en una posición intermedia en la comparación regional, pero se registra

un descenso para el caso dominicano de 50.6 puntos en el 2008 a 44.7 en el

2010”. El informe remata con la atribución de responsabilidad que hacen los

encuestados: “Los encuestados identifican a la Policía como principal

responsable de su baja o falta de confianza en la capacidad de la justicia de 17

Ver Informe sobre la Encuesta de Opinión Pública Nacional 2004 sobre Ciudadanía y Democracia en la República Dominicana, por Carlos Dore Cabral, Leopoldo Artiles, Francisco Cáceres y Pedro Ortega, Funglode-INOP, Santo Domingo, 2006. 66% de la población encuestada, y un 39.4% reconociéndose como miembro activo, participan en organizaciones religiosas, frente a un 51.1% de la población que dice pertenecer a partidos políticos, pero con un porcentaje de apenas 24.6% que se reconoce como miembro activo. Pp.38-41. Las encuestas Barómetro de las Américas- LAPOP, aunque con porcentajes diferentes han confirmado esta tendencia.

15

castigar a los culpables, y en segundo lugar a los jueces y fiscales de manera

combinada y atribuyen fundamentalmente a la corrupción la baja confianza en

el sistema de justicia.”18

Es desalentador por otra parte ver cómo instituciones fundamentales como el

Congreso (50.5), Suprema Corte de Justicia (50.2), Policía Nacional(39.8) y

Partidos Políticos (33.1) son las de menor puntuación en los promedios de

confianza institucional.19

El quinto punto podría resultar ser el más familiar para el/la lector/a de este

informe en virtud de que en la prensa diaria durante los últimos dos años se ha

convertido en un patrón sostenido el reporte de muertes de mujeres a manos

de maridos, ex maridos, novios y ex novios. Es un patrón perverso que

manifiesta un quiebre en los modelos culturales que dan sentido a la formación

de la identidad masculina. Este fenómeno emerge en un momento en el cual la

población femenina, a pesar de que todavía está muy por detrás de la

población masculina en los niveles de ocupación, está muy por delante en los

niveles de cobertura educativa en los niveles de educación media y educación

universitaria.20

De acuerdo con las cifras de feminicidio que presenta la Procuraduría General

de la República, estos han ido ascendiendo en números absolutos en el nivel

nacional en entre 2009 y 2011: 2009 (92), 2010 (97 y 2011 (128).21 Sin

embargo, también es notable la disminución porcentual de feminicidios que se

evidencia con la comparación del período enero-agosto de los años 2011(86) y

2012 (73): una disminución de 18%.22 El caso es que en la actualidad, tanto la

opinión pública como la conciencia colectiva de la población dominicana están

altamente sensibilizadas ante este problema que a primera vista, por su

18

Jana Morgan, Rosario Espinal y Mitchell A. Seligson, Cultura política de la democracia en República Dominicana, 2010. Consolidación democrática en las Américas en tiempos difíciles. Barómetro de las Américas, Latin American Public Opinión Project, 2010, pp.194-195 19

Ibid., p.121 20

SISDOM 2012, Indicadores de Empleo -Trabajo 21

Procuraduría General de la República, Informe sobre los feminicidios en la República Dominicana. Resumen 2005 -2012 (Enero – Julio). http://estadisticas.pgr.gob.do/documentos/feminicidios/20121024-informe-feminicidios-agosto-2012.ashx 22

Procuraduría General de la República, Ibid

16

doloroso e intenso dramatismo, parece escapar a cualquier explicación

razonable.

En cuanto al sexto y último punto es importante señalar que los más novedosos

movimientos sociales de los últimos años no hubieran sido posibles hace una o

dos décadas sin el potencial de convocatoria que se puede lograr con el uso de

las nuevas tecnologías de información y comunicación. La campaña por el 4%

del PIB para la educación, las campañas en pro de la transparencia

gubernamental, la movilización contra el establecimiento de una cementera en

la zona de Gonzalo, territorio cercano a la zona protegida de Los Haitises y

otros, son manifestaciones más que indicativas de la manera como las

tecnologías asociadas a los conceptos de sociedad de la información y

sociedad del conocimiento han contribuido a cambiar los estilos de

convocatoria social y política, de expresión de la protesta social y la

conformación de nuevos marcos cognitivos que definen de manera diferente

muchas situaciones que antes solían ser pasivamente aceptadas como

normales, tal cual es el caso de los contratos y licitaciones públicas no

transparentes. En otras palabras, la internet, la telefonía celular inteligente, los

dispositivos para almacenar programas e información de diversos tipos han

conformado una nueva “esfera” cultural que, si bien todavía no está abierta al

acceso de todos y todas, lo está para una parte significativa de la población de

clase media que se ha movilizado social, política y culturalmente con el uso de

estas herramientas. No se puede ignorar también los desafíos y peligros que

presentan dichas tecnologías, tales como la ya hace tiempo diagnosticada

“disfunción narcotizante” por los sociólogos norteamericanos Robert Merton y

Paul Lazarsfeld, que aparece cuando los sujetos confunden la participación en

acciones colectivas con el simple rol de espectador en las redes.

Según estadísticas levantadas por el Instituto Dominicano de

Telecomunicaciones (INDOTEL), al 2010 el país registraba 4.1 millones de

usuarios de internet, para una penetración de 43.9%, y al 2011 662,712

hogares dominicanos tenían acceso a internet.

17

Si se toma en consideración la participación en redes sociales virtuales, se

tiene el resultado de que 2,622,000 dominicanos/as participan en facebook, lo

cual hace a Rep. Dominicana ocupar el lugar 52 en facebook en el mundo. El

48% de esa población está en el rango de edad de 18-34 años. 23

Como se observa, no son cifras muy extraordinarias en comparación con otros

países, pero tiende a crecer y se evidencia como un rasgo nuevo en la

sociedad dominicana que llegó para quedarse.

Conclusiones: ¿Qué se puede hacer? Propuestas de aspectos a

considerar en el rediseño curricular

El sector educativo y su organismo público rector tienen ante sí un reto

extraordinario, habida cuenta de las expectativas, a veces muy exageradas,

puestas en el mismo para coadyuvar en el enfrentamiento y posible solución de

los problemas sociales indicados en este informe. Los datos de la pobreza y la

desigualdad que plagan el tejido social, características que la República

Dominicana comparte con los países del hemisferio son, por decir lo menos,

apabullantes, sin embargo, no se puede ignorar el papel que puede jugar la

educación en la superación de esas taras. Como bien se dice en informe de la

CEPAL de 2010, La hora de la Igualdad, la educación “…constituye un eslabón

múltiple en el desarrollo. Una sociedad con más altos niveles de educación

tiene una mejor base para la incorporación oportuna del progreso técnico, la

innovación y los aumentos en materia de competitividad y productividad…/ En

el ámbito de la igualdad, la educación juega un papel decisivo. Una menor

segmentación del aprendizaje y los logros por niveles socioeconómicos,

género, territorio y etnia permite reducir las brechas de desigualdad de una

generación a la siguiente. Asimismo, dispone a las nuevas generaciones para

insertarse productivamente en el mercado laboral y con mejores opciones de

movilidad social y ocupacional a lo largo del ciclo de vida, lo que reduce futuras

brechas salariales y de bienestar. Además el conocimiento y la información

23

Andiel Galván, “República Dominicana en el contexto de las TIC”. Observatorio Político Dominicano. http://www.opd.org.do/index.php?option=com_content&view=article&id=776:republica-dominicana-en-el-contexto-de-las-tic&catid=277:analisis, recuperado el 5 de febrero de 2013.

18

constituyen hoy claves para ampliar el capital social y participar de la

comunicación a distancia, elementos que a su vez son motores de inclusión

social y de gestión de proyectos de vida”. 24

A seguidas proponemos unas líneas de problemas a ser tenidos en cuenta a la

hora de revisar el curriculum de la educación básica y media dominicana.

1) Tener en cuenta el perfil socio-demográfico a la población a ser

educada, pues las condiciones en que vive una parte significativa de

los/as niños/as y jóvenes que asisten a los centros educativos públicos

empiezan desde muy temprano a experimentar demandas de la vida

adulta, de ahí que ingresen prematuramente a determinados ciclos de

vida (por ejemplo el de madre, o el de trabajador/a) sin haber madurado

condiciones de formación y desarrollo de capacidades que le permitan

sacar provecho a las oportunidades que se les presentan. Aunque no lo

es todo, la capacidad que el Estado y la sociedad dominicana han

desarrollado de cobertura educativa, aunque no en las mejores

condiciones, es un pilar en el cual apoyarse, fortaleciéndolo, para

atender a las necesidades de la población de educandos/as. En este

tenor, se debe reconceptualizar la formación en valores éticos y

ciudadanos, y la educación sexual y reproductiva debiera ser

considerada seriamente.

2) Como vía de complementación de lo anterior, el curriculum debiera

considerar seriamente el tema del género, incorporar estrategias para

prevenir la discriminación y el abuso de la mujer, así como estrategias

para contribuir a reestructurar culturalmente la identidad masculina, de

modo que se empiece a modificar el patrón de conducta violenta del

hombre contra la mujer.

3) Se debe considerar la formulación de un curriculum que no dé por

sentado que la salida única o preferente del/la joven egresado/a del

sistema sea la educación universitaria, y que contemple una pluralidad

de salidas, que vayan desde la posible inserción laboral, pasando por 24

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2010). La Hora de la Igualdad. Brechas por cerrar, caminos por abrir. Trigésimo tercer período de sesiones de la CEPAL. Brasilia, 30 de mayo a 1 de junio de 2010.p.223

19

salidas “post-secundarias” distintas a la universitaria, como la formación

laboral, carreras técnicas breves, etc.

4) El currículo debería estar orientado a fomentar la habilidad de “aprender

a aprender”, fomentar la autonomía y responsabilidad personal, el

pensamiento crítico y la inteligencia emocional y estética. En ese orden

debiera suponer la transformación cultural de los educadores y de los

educandos, de forma que la generación presente y la futura aproveche

de manera positiva las capacidades de expresión e innovación cultural

ya demostradas, aunque no siempre correctamente apreciadas, como

palanca para la superación de la historia de estigmas y subestimación

de las identidades culturales diversas y plurales que coexisten, a veces

en forma no armoniosa, en la nación dominicana.

5) El curriculum debiera suponer una relación horizontal y abierta entre los

diversos actores de la comunidad educativa, y contemplar medios o

herramientas que posibiliten dicha relación aún en aquellos ambientes

donde visualizar al actor “comunidad” se torna muy difícil cuando la

complejidad social ahoga el vínculo comunidad-escuela.

6) El curriculum debiera diseñarse tomando en cuenta el impacto de las

nuevas tecnologías de información y comunicación en la vida social en

estos tiempos, y muy especialmente de su impacto en el proceso de

enseñanza y aprendizaje, haciendo que el educador y el educando

compartan un mismo ritmo de absorción de información y conocimiento,

y se formen las generaciones por venir en una visión emprendedora y

creativa sobre el uso de las tecnologías, de manera que aprendan a

dominar las mismas en provecho del desarrollo propio, y a no permitir

ser dominados por los efectos perversos que las mismas pudieren tener

en un contexto de relaciones asimétricas.

7) Por último el curriculum debiera tomar en cuenta el problema de la

deserción, sobre todo a nivel de media, y en mayor número de los

hombres. La retención en la escuela puede operar como un mecanismo

de reducción de ciertos comportamientos sociales de carácter anómico,

como la delincuencia juvenil.

20

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21

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